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El Romanticismo: movimiento político y cultural




Enviado por giovannirestrepo9



    Colombia y el romanticismo en
    el siglo XIX.

    1. El Romanticismo: Orígenes
      y Representantes.
    2. El Romanticismo y algunos de
      sus principios.
    3. El Romanticismo en Colombia: Su
      influencia en la Literatura y en la
      Política
    4. El Romanticismo, la Literatura
      Utópica y el Liberalismo en
      Colombia.
    5. Dos Hombres,Dos Ejemplos:
      José María Samper y Jorge Isaacs. Liberales
      Románticos.
    6. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Según afirma el Dr. Javier del Prado profesor de
    literatura de la
    Universidad
    Complutense de Madrid, que hablar de romanticismo se ha vuelto
    complicado por la mitificación que ha sufrido el
    término, al aplicársele indiscriminadamente a
    multitud de significados, ha venido pues, a ser sinónimo
    de triste, sentimental, enamorado, así como también
    se ha usado para calificar una puesta de sol, un paisaje, una
    persona y
    frases amorosas consideradas hoy fuera de uso.

    Sin hacer disquisiciones sobre el significado
    específico del término, este ensayo quiere
    esclarecer algunos de los aspectos del romanticismo como movimiento
    cultural, literario y artístico que surge en Europa a finales
    del siglo XVIII y principios del
    siglo XIX, extendiéndose rápidamente por todo el
    viejo mundo para refugiarse en su última decadencia en
    América
    Latina, donde vive su último momento de esplendor
    hacia la segunda mitad del siglo XIX.

    En las siguientes líneas me interesa precisar
    además sus relaciones con lo social y lo político,
    su influencia en el pensamiento de
    la élite colombiana, que en la segunda mitad del siglo XIX
    intentaba reformas que alejaran al país de la herencia colonial
    y que con principios
    liberales intentaban acercar al país al mercado mundial,
    al desarrollo y a
    la consolidación de la nacionalidad.

    "Todo el romanticismo europeo, incluso aquel que
    pretende ser apolítico, lo mismo que el que posteriormente
    aspira a representar el arte por el arte, posee
    siempre importantes acentos políticos inmanentes y
    desempeñan de manera consciente o inconsciente, su
    papel en una
    sociedad
    integrada por nuevas masas y nuevos individuos."

    En esta misma dirección, Lord Byron, el gran poeta
    inglés
    habla de "la verdadera poesía
    de la política consiste en cambiar las
    condiciones de vida en una lucha por la libertad, por
    la revolución. A esta idea se agarra el ala
    derecha nacional revolucionaria, el ala fascista
    del romanticismo, más también el ala
    izquierda del mismo. Carlos Marx
    procede directamente del romanticismo".

    El influjo que Byron ejerce sobre la juventud se
    debe pues a esa mezcla impetuosa de poesía
    y política, el poeta para él tenía la
    misión
    de ayudar al hombre a tener
    una vida más digna.

    El Romanticismo:
    Orígenes y Representantes.

    Como ya se dijo, el Romanticismo nace en Europa en el
    último cuarto del siglo XVIII, inicialmente en Inglaterra y
    Alemania para
    pasar en la primera década del XIX a Francia donde
    tiene su mayor florecimiento y desde donde se extenderá a
    España,
    Italia y Rusia
    entre otros.

    Inglaterra, durante los siglos XVIII Y XIX lo ve surgir
    de su seno y acoge en él todas las revoluciones europeas,
    es decir, allí nace la revolución
    industrial y el romanticismo y de la misma manera
    también acoge a todos los revolucionarios, fugitivos y
    perseguidos de otros países, es al lugar de exilio de
    franceses, polacos, húngaros, italianos y alemanes, gentes
    que tenían algo de héroes y algo de bandidos,
    empero y más allá de estas características, Inglaterra
    seguía siendo la patria del conservadurismo y por
    excelencia de las Instituciones
    de la Monarquía Parlamentaria, las que permanecen
    en pié gracias a la alianza entre sus clases
    dirigentes.

    Las primeras manifestaciones del romanticismo inglés
    están unidas a una mirada de la literatura medieval, la
    nobleza se interesa por las ruinas medievales transformando sus
    propiedades en castillos a la usanza gótica, al culto de
    lo natural y de paisajes que en ocasiones rememoran tiempos
    perdidos o sueños en lontananza. Algunos poetas empiezan a
    cantarle a la naturaleza, por
    ejemplo, Thomas Gray compone el poema "Volvamos a la Naturaleza",
    evocación de un viejo sueño Celta, este fue un
    llamado a mirar el pasado del que provienen sueños de
    nostalgia y de belleza. Esta forma y matices al mirar el pasado,
    esa intención de partir siempre de un recuerdo
    nostálgico de lo que fue, permanecerá marcadamente
    acentuado en el resto del romanticismo europeo y
    latinoamericano.

    Muchos de los románticos ingleses descienden de
    pueblos vejados por el afán de crecimiento del capitalismo
    inglés: Escoceses, Galeses e Irlandeses, con lo cual, y
    dentro de la literatura romántica propia de estas
    latitudes, dio origen a la aparición de una serie de
    "héroes plebeyos", cuyos matices y elementos característicos los identifican como los
    inadaptados, mendigos, vagabundos y aventureros, al mismo
    tiempo que se
    canta y evoca la parroquia lejana, el riachuelo de una humilde
    aldea, el sonido de un
    viejo y olvidado campanario, etc.

    Entre 1789 y 1822, fecha del fallecimiento de Shelley,
    el romanticismo inglés alcanza su culminación con
    lo "cinco grandes": Blake, Coleridge, Wordsworth, Shelley y
    Keats.

    Byron, es el poeta romántico inglés por
    excelencia, el poeta fuera de serie, autor de obras como Don
    Juan, El Corsario y La Prometida de Abydos entre otras. Como
    características determinantes o fundamentos decisorios que
    marcan y se deslizan de mil formas y componentes en su
    literatura, podemos enunciar la violencia, la
    impetuosidad, lo satírico, el tormento o la ausencia al
    vivir en un mundo que no ofrece respuestas, ni oportunidades pero
    que al mismo tiempo avivan esa
    sed de vivir por lo auténtico, por la utopía hecha
    realidad; de ahí pues, que no sea gratuita su muerte en
    Grecia cuando
    luchaba al lado de esta nación
    para detener la invasión de los Turcos, reafirmando esa
    visión de lo propio y de la nación
    como elementos inalienables de una identidad
    histórica única. En consecuencia, no es gratuito
    pues, que se señale a Lord Byron como el más
    auténtico representante del romanticismo inglés,
    personaje que influyó de distintas formas tanto en los
    demás románticos europeos como latinoamericanos que
    hoy, es posible clasificar sus características y hablar
    del "Byronismo".

    Entre esas se pueden mencionar las
    siguientes:

    – Inquietud perpetua.

    • Interrogantes sin respuesta.
    • Melancolía que llega con frecuencia a la
      desesperación.
    • Tedio de vivir.
    • Egocentrismo que frecuentemente termina en
      narcisismo.
    • Deseo de soledad, desprecio por lo social y
      colectivo.
    • Actitud claramente hostil a la opinión
      común, a los prejuicios morales y reivindicación
      de una libertad
      ilimitada.

    A este conjunto de actitudes y de
    características se le dio el nombre de "mal del siglo".
    Muchos de los grandes maestros del romanticismo terminaron en el
    suicidio o
    fueron víctimas de muertes absurdas y, no pocas veces,
    buscadas por su temerario atrevimiento.

    En otro contexto, en Alemania, la
    revolución
    industrial sólo cobra vida y dinamismo a partir de la
    segunda mitad del siglo XIX. La devastadora guerra de los
    siete años, el fraccionamiento de su territorio, la falta
    de unidad política, fueron circunstancias que retardaron
    el desarrollo
    alemán en casi todo sentido. Por eso, la Alemana es la
    última de las literaturas europeas en perfilarse, la
    lengua alemana
    por ejemplo, permanece relegada en las Universidades a un segundo
    plano por el Latín, lo que en la práctica
    obstaculizó el desarrollo y nivel alcanzado por algunas de
    sus lenguas vecinas.

    Empero, hacia 1774, cuando Goethe publica el "Werther"
    se inicia la búsqueda en Alemania de un lenguaje
    poético moderno, se intentó modernizar la moda y las
    costumbres, tratando de distanciarse de las arraigadas costumbres
    e influencia francesas, se trató en suma, de luchar por
    una reafirmación de lo nacional y lo popular, por un ideal
    racionalista, pero cargado de mucho corazón y
    sentimientos. Entre esa pléyade de representantes alemanes
    del romanticismo podemos mencionar a: Herder, Schiller, Lessing y
    algunos de sus contemporáneos fueron Hegel, Bethoven,
    Kant, Fichte y
    Schuman entre otros.

    En este orden de ideas, es importante señalar
    cómo el romanticismo surge específicamente en
    países protestantes, es decir, en aquellos donde la
    Iglesia
    había sufrido transformaciones bastante significativas,
    muchas de las cuales se inscriben en la llamada Reforma: En
    Inglaterra con Enrique VIII y en Alemania con Lutero que,
    según palabras de F. Heer, significó un
    trascendental cambio en la
    conciencia del
    Yo: "Esto es, que el reformado no acepta intermediación en
    su relación con Dios, así, sacramentos como el de
    la Confesión fueron abolidos y el libre examen de las
    Escrituras le permite una interpretación personal de los
    preceptos de su fe y de sus creencias".

    Por el contrario y sin ser dogma lo anterior, el
    romanticismo tomará gran auge en países
    profundamente católicos como Francia e
    Italia y
    obviamente, por extensión en buena parte de América
    Latina, en los cuales, una visión de Cristo como redentor
    de los humildes marcará todo su desarrollo.

    En Francia por ejemplo, se ha considerado a Jean Jacob
    Rousseau como
    padre del romanticismo francés; este Ginebrino (reformado)
    y protestante de formación, usó por primera vez la
    palabra "romantique" (romántico), en su obra "Las
    Ensoñaciones de un paseante Solitario", como
    sinónimo de pintoresco, salvaje, no transformado por la
    mano del hombre,
    significado que derivará también hacia:
    Espontáneo, natural y bello en el sentido de no manipulado
    por la civilización.

    Al llegar a este punto, es necesario precisar que
    distintos estudiosos han llegado a distinguir tres momentos
    claramente diferenciados del romanticismo francés
    así:

    • Primer Romanticismo: Situado alrededor del 1800; su
      estructura
      profunda estaría determinada por la herencia
      filosófica del siglo XVIII y fundamentalmente por la
      Revolución de 1789, sus obras
      están escritas en prosa y dedicadas a la
      autobiografía y la novela. A
      este primer momento corresponden Rousseau,
      Madame de Staël y Chateubriand.
    • El Segundo Romanticismo se sitúa entre 1820
      cuando aparecen las primeras obras de Lamartine y 1848, fecha
      de la denominada revolución fracasada; la estructura
      literaria viene determinada por la posición frente a los
      acontecimientos de 1789, bien, de carácter
      positivo o bien, de énfasis pesimista y negativo, en
      tales posturas, dos temas son dominantes: La Libertad y
      Napoleón. Se escribe fundamentalmente
      poesía (lírica y teatro), pero
      de la misma manera, significa además, el florecimiento
      de la novela, tanto
      históricas como las de Vigny, Victor Hugo y Balzac o
      realistas como las de Lamartine, Stendhal y también,
      entre otros, Balzac.
    • El Tercer Romanticismo es fruto del fracaso del 48,
      con el cual la poesía se interioriza, es decir, toma
      como elemento referencial fundamental al hombre mismo abriendo
      el campo para la aparición de una nueva
      concepción estética, esto es, El Parnacianismo. A
      este período corresponde la obra final de Victor Hugo,
      Vigny, Nerval y Baudelaire. En la novela se
      acentúa el realismo, la
      objetividad y la ausencia de compromiso político que,
      según importantes estudiosos, se da gracias al fracaso
      de la disuelta revolución de 1848.

    En síntesis, es posible afirmar que el
    romanticismo francés se inscribe en el espacio
    sociocultural, socioeconómico y socio político
    que determinó la vida de los pensadores que van desde
    Rousseau hasta Baudelaire.

    De otro lado, la aparición del romanticismo en
    España,
    esta igualmente relacionada con el ascenso de la
    burguesía, en el período entre 1808 a 1836,
    caracterizado por el constante enfrentamiento y
    persecución de jóvenes intelectuales que, desde la
    literatura y la poesía atacarán la monarquía y a sus defensores agrupados, en
    el llamado Movimiento
    Absolutista. En la práctica, un buen número de
    estos escritores jóvenes fue puesto en prisión y
    otros, obligados a exiliarse en países como Francia e
    Inglaterra de donde asimilaron y difundieron las novedades que
    para ellos ofrecían las distintas expresiones del
    romanticismo. De dichos escritores, pueden mencionarse entre
    otros a: Martínez de la Rosa, Gallardo, el Duque de Rivas,
    Mariano José de Larra, Espronceda, etc.

    Estudiosos del Romanticismo español,
    señalan como fecha inicial del movimiento en este
    país el año de 1835, cuando se estrena "Don Alvaro
    o la Fuerza del
    Sino", drama en verso del Duque de Rivas. En 1844 aparece "Don
    Juan" de José Zorrilla y en 1849, "La Gaviota" de
    Fernán Caballero. Sin embargo, a pesar de que el
    romanticismo Español es
    heredero directo del Francés, es posible destacar en
    él, el gusto Español por lo histórico y
    caballeresco, teniendo en cuenta que los escritores
    españoles asimilaron el espíritu romántico
    de la Edad de Oro, toda vez que ésta expresaba en sus
    contenidos muchos de los elementos considerados como
    románticos.

    El Romanticismo y
    algunos de sus principios.

    Definir el Romanticismo en síntesis,
    es una tarea bastante difícil, tanto que para muchos es un
    asunto sencillamente imposible. No obstante, es posible hablar de
    algunos de sus principios. En general se puede decir que es una
    actitud vital
    que se manifiesta en todos los aspectos de la vida y sus formas,
    en el arte, la
    política, la religión, la
    literatura, la poesía, y la música entre
    otros.

    En literatura, el romanticismo es una reacción
    frente a las formas rígidas del clasicismo y del neoclasicismo.
    Se busca la libertad en las imágenes,
    en las ideas, en los sentimientos, en la expresión y en
    los temas, buscando lo humano, lo nacional, lo heroico, lo divino
    y lo extraordinario.

    En política y aspectos sociales se identifica con
    el liberalismo
    constituyéndose en una réplica de la sociedad burguesa
    frente a los excesos del absolutismo
    monárquico, pero al mismo tiempo combate la
    anarquía de la revolución popular, pues, el
    romántico a la vez que lucha por la Libertad quiere una
    sociedad estable.

    De otro lado, en la Filosofía se considera que el
    romanticismo nació como defensa del sentimiento y de la
    imaginación frente a la razón, el análisis y la especulación, pero sin
    los cuales no hubiera podido existir. Así, el romanticismo
    ha sido presentado como el conjunto de movimientos intelectuales
    que a partir de fines del siglo XVIII hicieron prevalecer el
    sentimiento sobre la razón y la imaginación por
    encima del análisis crítico.

    Se consideran como fuentes
    filosóficas del romanticismo los siguientes aspectos: – El
    fracaso de la razón como instrumento para explicar la
    totalidad del Yo, y – El protagonismo del Yo como Valor
    Supremo.

    De esta forma por ejemplo, el lugar salvaje, natural y
    no contaminado por la civilización al que Rousseau llamaba
    "romántico", será el refugio de las almas
    naturales, espontáneas y diferentes que huyen de los
    espacios colectivos y artificiales de la sociedad. La tierra no
    es vista por el romántico con el ojo del rentista sino
    desde un punto de vista estético, sublime y colmado de
    toda contemplación; es así como describían
    paisajes observados como "las peores tierras pero las más
    bellas, sombrías y los rincones más solitarios
    (…)"; es evidente la oposición a los conceptos
    económicos difundidos por la burguesía, tanto, que
    el escritor y pensador romántico será prontamente
    rechazado por las élites como individuo soñador,
    vago, desadaptado, vagabundo y por lo tanto, improductivo. Las
    fuentes del
    romanticismo que antes expresaban la oposición del Yo y la
    sociedad (soledad – colectivismo) ahora vienen a expresar
    la oposición del Yo a la estructura social
    burguesa.

    Algunas de las características determinantes del
    tipo romántico son:

    • Romanticismo y juventud van
      unidos.
    • La mayoría de ellos muere
      prematuramente.
    • Temperamento nervioso, sensibles y de aptitudes para
      comunicar desde el arte y la estética.
    • Espíritu intrépido, más
      brillante que profundo.
    • Originalidad no sólo en la expresión
      literaria sino también en sus ademanes, forma de vestir,
      léxico, en sus actitudes
      frente a la vida, en sus relaciones sociales y principios
      relativos al amor, el
      matrimonio y
      la muerte
      (alusión a este tipo de expresiones se describen con
      lujo de detalles en la novela del
      escritor argentino Federico Andahazi. Las Piadosas. Barcelona.
      Plaza y Janés. 1998.219p.)
    • El romántico considera a sus
      contemporáneos retrasados en sus principios morales,
      sociales y artísticos, los llama "burgueses", "tenderos"
      y "filisteos", de ahí, cierto tono antiburgués
      que estuvo presente con mayor o menor intensidad en la obra de
      un buen número de escritores
      románticos.

    No es gratuito pues, que ese estado del
    alma romántica da un tono especial a la primera mitad del
    siglo XIX y señala la crisis de la
    conciencia
    europea. Ese nuevo estado
    espiritual originado en buena medida por el desgaste del racionalismo,
    el neoclasicismo
    y el cristianismo
    estaba principalmente constituido de insatisfacción del
    mundo contemporáneo, de inquietud ante la vida, de
    tristeza inmotivada, razón por la cual Goethe habla de lo
    clásico como sano y lo romántico como enfermo, de
    ahí que se hubiera acuñado la expresión "mal
    de siglo" para señalar el padecimiento de todos los
    hombres románticos.

    La protesta de los románticos señala la
    inconformidad frente a todo lo existente y el anhelo vago de algo
    mejor. El papel de la
    razón como inspiración y como guía ha
    desaparecido para los románticos, solo queda el predominio
    de la imaginación y de la sensibilidad.

    Pero el romanticismo no fue sólo un
    fenómeno literario, nació ligado igualmente a otras
    corrientes de pensamiento
    político y social: El Liberalismo,
    el socialismo y el
    comunismo y se
    aferra a una profunda voluntad de trascendencia histórica,
    de ahí su énfasis en dos asuntos: La Libertad y el
    Progreso.

    Delacroix, el gran pintor francés representa la
    Libertad como una bella mujer que
    enarbola una bandera tricolor y que luce un gorro frigio; Victor
    Hugo por su parte, dirá romanticismo es el Liberalismo en
    literatura. Son alegorías del romanticismo que estrecha su
    compromiso político cuando canta, siguiendo los ideales de
    la revolución
    francesa a la libertad de los pueblos; la Libertad lleva
    aparejada la idea de progreso y por consiguiente la de cambio y
    revolución. Lamartine compone su Oda a las revoluciones en
    la que vuelve al significado primitivo de la palabra
    revolución: Movimiento circular por el cual un objeto
    (mundo) tiende necesariamente al punto del que partió
    (Dios). Lamartine soñaba con ser el Padre de una
    revolución que instauraría en Francia para siempre,
    la Justicia y la
    Libertad, mientras Victor Hugo concede al poeta una misión y
    un sentido Mesiánico como el gran conductor de los
    pueblos.

    La poesía romántica tuvo también
    una dimensión satírica, especialmente en su
    dimensión de lucha política, ese es el caso de
    Lamartine y de Victor Hugo y de los poetas que combatieron el
    bonapartismo o que experimentaron el fracaso del 48.

    Lo social pues, siempre estuvo presente; en "Los
    miserables" Victor Hugo traza un vasto escenario donde se ven
    actuar curas, jueces, policías, ricos depravados, pobres y
    prostitutas. Eugenio Sué pintó en "Los misterios de
    París" todo el bajo mundo de la ciudad y lo mismo hizo
    Balzac en la "Comedia Humana". Los miserables plantea en conflicto
    entre conciencia y justicia
    social: Un hombre es condenado a galeras por haber robado un
    pan.

    Por último, es necesario mencionar el auge que la
    novela histórica tuvo en el mismo contexto del siglo XIX,
    aunque en el siglo XVIII se habían dado pasos, como el
    caso de Voltaire en su
    escrito "Ensayo sobre
    las costumbres", donde intenta mostrar una historia de las costumbres
    de las sociedades
    interesándose por los factores económicos y
    sociales que según él condicionaban el devenir
    histórico de las mismas.

    Empero, el verdadero auge de la novela histórica
    en Europa se dará en el siglo XIX; la Revolución
    Francesa había creado el sentimiento de
    autonomía nacional en todas las capas de la sociedad,
    fenómeno que se extenderá fuera de Francia, a
    raíz de las guerras
    napoleónicas que hacen volver los ojos de cada
    Nación hacia su pasado glorioso.

    Sir Walter Scott plasma en sus novelas las
    principales etapas de la historia de Inglaterra. En
    Francia, la novela histórica aparece en 1825 con la obra
    de Vigni "El Cinq – Mars" que narra la conspiración
    de 1639 contra Richelieu. En 1828, aparece la "Crónica del
    tiempo de Carlos IX", novela de Prosper Mérimée que
    describe las guerras
    religiosas de aquel siglo. En 1829 se publicó "Los
    Chuanes" de Balzac en la que pinta la Revolución Francesa
    y el enfrentamiento entre monárquicos y republicanos; con
    esta obra Balzac inaugura el método
    documental: Lee Memorias,
    Biografías, distintos estudios y recopila
    testimonios en el lugar de los hechos, convirtiendo así la
    novela histórica en un estudio social con un marcado tono
    populista. Lo mismo hizo Victor Hugo en "Nuestra Señora de
    París" y entre otros, Alejandro Dumas en "Los Tres
    Mosqueteros".

    El Romanticismo en
    Colombia: Su
    influencia en la Literatura y en la
    Política

    La situación de la Literatura Colombiana en la
    segunda mitad del siglo XIX se caracteriza por la
    imitación de las formas estilísticas predominantes
    en las literaturas Europeas, especialmente de la Inglesa y la
    Francesa. En 1850, cuando ya el romanticismo era
    prácticamente cosa caduca en Europa, en Bogotá, la
    "Atenas Suramericana", estaba en todo su furor.

    Hacia 1850 el país, con unos partidos
    políticos en formación se agitaba entre el
    ansia de reforma y la lucha por sostener la tradición de
    unas estructuras
    coloniales. El afán reformista de liberales, comerciantes
    y artesanos dio lugar al surgimiento de una vasta literatura
    política de corte radical y a la adopción
    de la herencia romántica Europea creada al calor de la
    Revolución Francesa de 1848, que llenó de
    expectativas políticas
    especialmente a los artesanos y a jóvenes universitarios;
    y al surgimiento de movimientos y teorías
    políticas de tendencia utópica, como
    la producida por las Escuelas de Blanc, Saint Simon y Fourier.
    Muchos de los seguidores de éstas tendencias
    partían del principio de que el Progreso seguía una
    línea indefinida hasta culminar en un Estado
    Democrático y Cristiano.

    No es gratuito pues, que al calor de estas
    ideas, la influencia del romanticismo francés se asentara
    con todo su rigor en los espíritus colombianos de la
    época y, como lo argumentan distintos historiadores, que
    tanto liberales como conservadores leían con avidez a los
    más grandes poetas y novelistas franceses del momento. Loe
    escritores españoles, gracias al sentimiento
    antiespañol que predominaba en el país
    después del proceso de
    independencia,
    fueron prácticamente relegados, aunque algunos escritores
    peninsulares lograron su público, entre éstos,
    pueden mencionarse a Zorrilla, Espronceda y el Duque de
    Rivas.

    Entre los Franceses ocupó el primer lugar
    Lamartine con sus discursos
    contra el ateísmo; Victor Hugo que influyó
    profundamente en la ideología popular con "Los Miserables" y
    con "Nuestra Señora de París"; Eugenio Sué
    conmovió los espíritus de los liberales con "El
    Judío Errante", en el que presenta a los Jesuitas como
    serios enemigos de la sociedad y, con "Los Misterios de
    París" que tuvo tal acogida que en 1848 se publicó
    "Los Misterios de Bogotá" obra del escritor Eladio Vergara
    y Vergara quien pinta en sus líneas el contexto Bogotano
    de 1827 a 1830 y los sucesos políticos de la época,
    al tiempo que muestra todo lo
    nocivo de la sociedad santafereña que acababa de salir de
    los acontecimientos de la Independencia.

    Los temas de la Novela y la Poesía Colombiana de
    la segunda mitad del siglo XIX se trabajaron de acuerdo con los
    modelos
    románticos europeos: Predominaban en ellos la fatalidad,
    la muerte, los
    sentimientos amorosos; así mismo se rindió culto a
    lo nacional y lo histórico, siendo éste el punto
    más importante y rescatable de la influencia
    romántica Europea, es decir, se adaptaron los temas a las
    realidades y a la búsqueda de referentes que mostraran una
    identidad
    nacional, aludiendo y descubriendo elementos
    autóctonos perdidos en las leyendas y
    tradiciones regionales, en los relatos bélicos, etc., y en
    los libros de
    cronistas. Se recupera pues, el pasado histórico y se
    despierta el gusto por el sabor local.

    En este sentido, la primera novela de género
    histórico publicada en el país fue la de Juan
    José Nieto titulada "Ingermina o la Hija del Calamar", en
    la cual se narran los amores de una princesa indígena con
    el español Alonso de Heredia. Su autor había
    leído a Walter Scott y es fiel a su técnica
    literaria.

    En 1841 aparece "El Oidor, romance del siglo XVI" de
    José Antonio Plaza, su autor estudia "El Carnero" de
    Rodríguez Freyle y de su contenido abstrae los temas de su
    novela. El escritor Felipe Pérez es considerado como el
    máximo exponente de la novela histórica
    romántica en Colombia. Para
    sus obras literarias se documenta de la historia peruana y
    escribe "Huayna Capac", "Atahualpa" y "Los Pizarros", trabajos
    elaborados después de leer "Comentarios Reales" del Inca
    Garcilaso de la Vega y la "Historia de la Conquista del
    Perú" de William Prescott. En 1875 Pérez publica
    "Los Gigantes" sobre la sociedad Chibcha, en la cual trata al
    español como una raza cansada frente a la joven y fuerte
    raza indígena. Otras obras del mismo autor fueron: "Los
    Pecados Sociales", "El Caballero de Rauzan" cuya acción y
    trama transcurren en Inglaterra mostrando ya un acercamiento a la
    novela psicológica.

    En 1871 aparece la novela "Don Alvaro" de José
    Caicedo y Rojas, basando su argumento en la obra del Duque de
    Rivas ("Don Alvaro o la Fuerza del
    Sino"), aunque narra las costumbres señoriales y
    caballerescas de los primeros años de Santa Fe de
    Bogotá.

    La única mujer que figura
    con nombre en este período de la literatura colombiana es
    Soledad Acosta de Samper con obras como: "José Antonio
    Galán", "Juan Francisco Berbeo" y "Los Piratas en
    Cartajena", en las cuales se considera que predomina en ellas lo
    histórico, lo documental y lo novelesco
    romántico.

    Tanto las obras Colombianas como las Francesas fueron
    publicadas por entregas en los periódicos de la
    época, canal por el cual llegaron a ciertos sectores
    alfabetos de las clases populares que además, pudieron
    acceder a la lógica
    de sus contenidos gracias al tratamiento lineal y
    cronológico del asunto, que en la práctica
    permitió que muchas de estas obras narraran o por lo
    menos, la esencia del argumento se trasmitiera
    oralmente.

    En esta época se da pues, el florecimiento de la
    imprenta, de los periódicos, las tertulias (en los
    estancos y boticas), en librerías y en ello observa Jaime
    Jaramillo Uribe, el germen de la formación de una opinión
    pública. En este orden de ideas, Francois – Xavier
    Guerra afirma
    que este es uno de los espacios en los cuales se evidencia la
    puesta en escena de las sociabilidades modernas y el manejo de
    los recursos que
    apuntan a la construcción de un pensamiento
    político que argumenta y representa desde su óptica
    y perspectiva la asimilación o lectura desde
    el contexto colombiano la modernidad
    Europea. (GUERRA, Francois-Xavier. Lugares, Formas y Ritmos de la
    Política Moderna. En: Boletín de la Academia
    Nacional de Historia. Tomo, LXXII. No. 285. Caracas, Enero-Mayo
    de 1989. p83).

    Es importante tener en cuenta que otra de las razones
    para entender la penetración y el auge de la novela
    romántica en Colombia se debe en buena medida al tipo de
    personajes que estas presentaban: Los Oprimidos, los pobres, los
    miserables, los huérfanos, el rebelde, la prostituta,
    la mujer adultera
    que se redime, etc. La novela romántica en cuanto
    réplica burguesa, en términos generales, exalta el
    cristianismo
    como la religión de los oprimidos, es su tabla de
    salvación, lo único que queda o subsiste
    después de que las relaciones capitalistas han
    corroído hasta los lazos familiares y erigido su dios:
    El
    dinero.

    En los periódicos colombianos del período
    en cuestión, eran frecuentes las polémicas sobre el
    espíritu cristiano y democrático, así por
    ejemplo en Abril de 1849, El Cartagenero decía:
    "Jesucristo apareció, no a decir una nueva palabra que ya
    estaba dicha (por Sócrates
    que convirtió el linaje humano en una sola familia) sino a
    explicarla, a promulgarla y a hacerla triunfar. Él le dijo
    al mundo: Dios es el Padre de todos los Hombres, llamó su
    hermano a cada hombre y estableció como concepto el amor
    recíproco. He aquí completamente establecidos tres
    principios inmensos, sobre los que descansa la democracia:
    Libertad, Igualdad,
    Fraternidad. Es decir que ellos emanan directamente del verdadero
    cristianismo".

    En definitiva, podemos afirmar que el romanticismo hizo
    volver los ojos sobre la realidad propia, era la época en
    que se perfilaba en el país el nacimiento de una
    burguesía que luchaba por reafirmarse como clase dirigente
    intentando construir los cimientos socio culturales y
    políticos de la nación y de la
    nacionalidad.

    El Romanticismo, la
    Literatura Utópica y el Liberalismo en
    Colombia.

    La intención puntual de este aparte del escrito
    no es otra que mostrar desde distintos planteamientos algunas
    inquietudes sobre la coexistencia de estas tres corrientes de
    pensamiento en un momento específico de nuestra vida
    nacional, concretamente en los años que corren de 1850 a
    1870.

    En este sentido, el Liberalismo radical que predominaba
    en la vida colombiana se había nutrido de las fuentes del
    iluminismo francés de 1789, entre los cuales dejó
    profunda huella el pensamiento de Jean Jacques Rousseau a quien
    después de los años cincuenta del siglo XIX, se le
    cita para dirimir asuntos religiosos, especialmente sobre la
    tolerancia.
    Sin olvidar la influencia de la escuela Liberal
    Inglesa Lockiana, es necesario agregar que la otra fuente fueron
    los ideólogos y los sucesos del movimiento revolucionario
    francés de 1848, con los que llegan al país las
    ideas del Socialismo
    Utópico; el romanticismo, como ya se afirmó,
    había incursionado en la literatura Colombiana desde
    1840.

    Sobre la influencia de Rousseau en pensadores nuestros
    Jaime Jaramillo Uribe afirma: " Sólo dos escritores
    colombianos demuestran admiración y trato frecuente con
    las obras de Rousseau en los años posteriores a 1840. Son
    precisamente dos poetas de inspiración romántica:
    José Eusebio Caro y Rafael Nuñez. Caro es
    decididamente admirador de Rousseau, del Juan Jacobo precursor
    del romanticismo, del hombre atormentado por las dudas, pero
    capaz de dirigir geniales miradas al mundo del sentimiento y del
    espíritu (…) Rafael Nuñez se enfrenta con la
    figura del Ginebrino con espíritu más
    crítico y realista (…) en unas notas dedicadas al autor
    del Contrato Social
    evoca la admiración que tuvo por él en su juventud:
    (…) de los "Pensamientos" conservamos a través de medio
    siglo numerosos recuerdos. El capítulo dedicado a Dios se
    nos grabó con carácter
    indeleble y podíamos trasladarlo en este momento
    íntegro al papel (…)"

    Sobre la coexistencia y puntos de contacto entre
    liberalismo romanticismo, el mismo Jaramillo Uribe precisa:
    "(…) de la amplia gama de manifestaciones que tuvo la
    influencia romántica francesa en la coyuntura cultural de
    1850 las más destacadas se dieron sin duda en las
    actitudes y el pensamiento político, y en este campo
    particular, dos conceptos, muy característicos del
    romanticismo político y social tuvieron especial fuerza
    sentimental y por lo tanto, especial poder de
    influencia práctica. El uno fue el concepto de
    pueblo; el otro la interpretación romántica del
    cristianismo (…)"

    Las influencias recíprocas de románticos y
    liberales eran pues visibles, en un articulo de prensa se le
    atribuye a Miguel Antonio Caro, publicado en 1872, éste
    decía:" Victor Hugo es hoy para la Escuela Liberal
    una especie de ídolo ante el cual se postra y se adora.
    ¡ Lo dijo Victor Hugo! Exclaman, y es como si hubiera
    hablado en oráculo." En este orden de ideas, para la
    segunda mitad del siglo XIX, se puede perfectamente hablar de
    romanticismo político en Colombia y aún, afirmar
    que aquí se dio una mezcla ecléctica de
    romanticismo, liberalismo, cristianismo y utopismo.

    "(…) Muchos de los espíritus que contribuyeron
    a la transformación legislativa de 1849, formados en la
    literatura política francesa, romántica y cargada
    de utopismo, llegaban a consagrar en una constitución nacional el derecho a resistir
    en forma armada al Estado, llevando así hasta sus
    últimas consecuencias lógicas el concepto puro de
    Libertad (…)"

    El Socialismo Utópico de Blanc, Fourier, Owen,
    Saint Simon, tuvo también furiosos partidarios en nuestro
    país, no sólo entre los artesanos sino entre los
    mismos liberales. Hablando de "La Escuela Republicana", una
    asociación de jóvenes liberales, dice José
    María Samper :"Puede decirse que la Escuela Republicana
    fue la crisálida del Partido Radical (…) todos
    éramos en ella socialistas sin haber estudiado el
    Socialismo ni comprenderlo, enamorados de la palabra, de la
    novedad política y de todas las generosas extravagancias
    de los escritores franceses (…)

    Los artesanos y en especial, el grupo
    bogotano, empieza hacia la segunda mitad del siglo XIX a tener
    gran presencia e importancia social y política; en el 49
    logran con sus presiones la elección presidencial de
    José Hilario López y se constituyen las llamadas
    "Sociedades
    Democráticas" que rápidamente se expandieron por
    las principales ciudades del país. Este grupo adopta
    las ideas liberales pero también recibe alborozado las
    influencias de románticos y utópicos. Esa
    literatura francesa sirvió de base al movimiento artesanal
    que con los radicales llevó al poder al
    liberalismo y que posteriormente, rota ya la alianza,
    admiración y desencantados con la política liberal
    librecambista, llevan al poder a José María Melo en
    un intento por construir una "República Artesanal" en
    Colombia.

    La lucha de los artesanos contra la burguesía
    comerciante, estuvo enmarcada o matizada en las ideas del
    Anarquismo Proudhonista y el Socialismo Utópico. Sobre la
    relación entre romanticismo y Socialismo Utópico,
    Jaime Jaramillo es contundente al afirmar: "El Movimiento
    Socialista, antes de Marx, no era sino
    una variante del romanticismo –y más adelante
    agrega- el pathos romántico cristiano del pensamiento
    social del 48, tal como se presentaba en las figuras más
    influyentes en Francia y en los países que recibían
    su influencia, fue precisamente el que dio al movimiento el tono
    de utopismo y sentimentalidad agresiva que tanto alarmaban a las
    mentalidades conservadoras de la época (…)"

    El programa de las
    Sociedades Democráticas estaba inspirado, como muchas
    obras románticas, en las ideas que agitaron a Francia en
    1848. Los artesanos pretendían: Educación para el
    Pueblo fundando Escuelas de enseñanza artesanal y clubes donde
    aprendieran a leer y escribir; predicaban la libertad, la
    igualdad, la
    lucha contra la usura, el valor moral del
    trabajo, las virtudes cívicas y morales como la
    temperancia, etc. Las ideas socialistas envueltas en un ropaje
    romántico tuvieron su expresión en un periódico
    bogotano llamado "El Socialista amigo del Pueblo" en el cual se
    decía: "El divino escritor Dumas dijo que la
    religión cristiana sin comunismo era un
    castillo en el aire (…) el
    comunismo hace caminar la religión porque nuestro
    Señor Jesucristo fue el jefe del comunismo
    práctico, dividiendo con sus discípulos el pan y el
    vino en la última cena (…) soy socialista porque el
    código
    social de Robert Owen, que es el padre del Socialismo, es la
    doctrina social de Sócrates,
    Platón,
    Aristóteles y Jesucristo (…)

    Los artesanos, además de los socialistas
    utópicos, leían toda la literatura
    romántica, especialmente a Lamartine por su especial
    mirada al cristianismo y a Victor Hugo, por los aspectos sociales
    de su obra, además muchos de ellos se atrevieron a
    publicar composiciones poéticas que oscilaban entre lo
    romántico y lo social y, que daban satisfacción a
    sus pretensiones intelectuales, en las cuales alababan al
    movimiento artesanal y llamaban a la unidad, otras denunciaban
    las condiciones por las que estaba pasando el artesano gracias a
    la política librecambista como por ejemplo, la del
    artesano José María Garnica:

    "Infeliz patria, hasta cuando

    cesará nuestro desvelo,

    nuestros hijos por el suelo

    y los amigos mamando!

    Nos traen mesas, taburetes,

    Canapés, escaparates,

    Baúles, ligas, fuetes,

    Y multitud de juguetes

    Conque barren nuestros reales (…)"

    En síntesis, con lo expuesto en líneas
    atrás, es posible enunciar algunas ideas concluyentes
    sobre la relación estrecha que se dio entre esas tres
    corrientes de pensamiento que, hacia finales de la primera mitad
    del siglo XIX y en los años siguientes, coexistieron en
    nuestro país:

    • Confianza en la esencia bondadosa del hombre. Para
      muchos de estos pensadores el hombre es
      bueno por naturaleza. La bondad originaria del hombre
      había sido expuesta por Rousseau en el "Emilio".
      El hombre se
      corrompe a través del contacto con instituciones civilizadas como la propiedad.
    • Culto a la libertad total. La libertad propugnada por
      románticos y utopistas fue llevada por nuestros
      liberales al extremo de consagrar en una Constitución el derecho de resistencia a
      la autoridad,
      aún por medio de las armas. Victor
      Hugo había dicho: "El romanticismo no es en el fondo
      m{as que el liberalismo en la literatura, la libertad en el
      arte, la libertad en la sociedad, este es el doble fin al que
      deben tender todos los espíritus consecuentes y
      lógicos".
    • Creencia en un progreso indefinido en donde
      finalmente se impondrá la armonía en forma de
      república democrática y cristiana.
    • Creencia en un Estado de
      Derecho como réplica al ejercicio del poder
      personalista.
    • Limitación al ejercicio del poder: "Es preciso
      que los hombres de Estado se resuelvan a gobernar lo menos
      posible, confiando en el buen sentido popular y en la lógica de la libertad."
    • Fe en el cristianismo como doctrina unificadora de la
      sociedad y en la figura de Jesucristo como redentor de los
      humildes.
    • Énfasis en los aspectos nacionales que pueden
      constituir factores de unidad, lengua,
      tradiciones, creencias religiosas, interés
      por el
      conocimiento del territorio, etc.
    • Reivindicación de las glorias y héroes
      de la vida nacional. Si bien, nuestros liberales radicales en
      su afán reformista abrazaron un fuerte antihispanismo,
      lo cierto es que muchos de sus escritores ensalzaron
      héroes indígenas, próceres de la
      independencia, escribieron textos de gramática, jurisprudencia, filosofía, la
      mayoría de ellos, buscando recuperar y fortalecer
      aspectos que no podían negarse como constitutivos de la
      nacionalidad.
    • Creencia en la
      educación como fórmula salvadora para los
      pobres y como puente para acortar las desigualdades
      sociales.

    Dos Hombres, Dos Ejemplos:
    José María Samper y Jorge Isaacs. Liberales
    Románticos.

    La inclusión de estos personajes en el remate del
    presente escrito se hace básicamente por dos razones:
    Primero, porque su formación fue en buena medida, como la
    de muchos de sus contemporáneos: romántica; y en
    segundo lugar, porque ambos fueron representantes del liberalismo
    en su época, aunque la filiación del último
    fuera tardía.

    En Jorge Isaacs, llama fundamentalmente la atención que, siendo éste un
    escritor romántico por excelencia y su obra cumbre "La
    María", la novela más importante de la literatura
    romántica de toda América
    Latina, hubiera muerto como autor de sólo una novela;
    sin embargo, en cuanto a lo político, Isaacs pasó
    del Conservatismo al Liberalismo y dentro de éste hizo el
    tránsito del Liberalismo Moderado Draconiano al
    Liberalismo Radical Gólgota. Jaime Mejía Duque, en
    su magnifico estudio sobre este personaje, da cuenta de
    cómo para Isaacs fue imposible superar esa emoción
    romántica que caracterizó su obra de juventud:
    Después de un éxito
    como el de María, basado en una concepción
    perfectamente romántica del mundo, era imposible acceder
    al costumbrismo provinciano y cerrado.

    Para el romanticismo fue imposible mantenerse y
    sobrevivir en América
    después de la década de 1870: El ascenso del
    Neopositivismo, del Marxismo, del
    Realismo y del
    Naturalismo, acabaron con la pasión romántica.
    Algunos novelistas colombianos del período, adoptan esa
    forma de romanticismo tardío que fue el costumbrismo,
    así por ejemplo, se escribieron novelas como:
    "Manuela" de Eugenio Díaz, "Tránsito" de Luis
    Segundo Silvestre, "La Novela de la Historia" de Medardo Rivas y
    fundamentalmente cuadros de costumbres como: "Las Tres Tazas" de
    José David Guarín y "Mi Compadre Facundo" de Juan
    de Dios Restrepo.

    "El costumbrismo fue sin duda, resultante de una de las
    categorías románticas que venía a coincidir
    con las tendencias exaltadoras y relevantes de lo típico
    regional, de la diferenciación nacional y de lo
    auténticamente propio."

    Pero, para la mentalidad universalista y
    romántica de Isaacs tal paso no fue posible, es decir,
    sólo logra escribir después de "María"
    algunos versos todavía de corte romántico, se
    dedica al periodismo
    panfletario y luego, a la guerra civil. En síntesis, puede
    decirse que Isaacs no logra hacer una carrera propiamente como
    escritor, pese a ser considerado como clásico dentro de la
    novelística nacional. En este sentido, los argumentos
    expuestos por Jaime Mejía Duque al respecto son bastante
    elocuentes: "(…) En este mundo de acá, el de la
    periferia colonial, la inexistencia de una tradición
    literaria restaba de antemano a cualquier individuo como Isaacs
    la oportunidad alternativa de compensar la pérdida de
    aquella primera y nutricia concepción del
    mundo"

    Si bien la obra de Isaacs es una novela totalmente
    acrítica de su sociedad y de su tiempo, la verdad es que
    ante la imposibilidad de trascenderla, el autor, se vuelve un
    crítico de su sociedad; pasa del Conservatismo al
    Liberalismo Radical tomando el camino de las armas y participa
    con los ejércitos radicales en la guerra civil.
    Según Mejía Duque, "(…) en la concepción
    romántica hispanoamericana de marcado progresismo, la
    función
    de la literatura es definida como eminentemente de
    edificación política; aparece llamada a promover el
    perfeccionamiento de la vida republicana y democrática, a
    edificar moral y
    políticamente al ciudadano, a denunciar y castigar las
    deformaciones del régimen político prevaleciente o
    de los residuos del antiguo régimen (…)"

    Empero, Isaacs prefiere las armas y la política,
    llega a ser Representante a la Cámara Baja, donde presenta
    un proyecto para
    lograr la salubridad y embellecimiento de Bogotá y para la
    construcción del Ferrocarril del Cauca y, en 1879, se
    establece en Medellín desde donde defiende los intereses
    regionales y la política liberal en un Periódico
    llamado "La Nueva Era" y entra de lleno a lo que él mismo
    llamaría la revolución radical en Antioquia que,
    terminará con un tratado y prácticamente sin
    ningún triunfo para el poeta y que si le valió la
    pérdida de su curul y de muchos amigos. Isaacs
    intentó escribir dos nuevas novelas, una sobre Bolivar de
    la cual nada se conserva y otra titulada "Camilo" de la que
    sólo quedan dos o tres capítulos.

    El otro personaje Liberal Radical al que queremos
    referirnos es José María Samper, de educación puramente
    romántica como toda su generación y como él
    mismo lo confiesa: "(…) Al mismo tiempo empezaba yo a nutrir mi
    espíritu, desordenadamente o sin método,
    con lecturas de muy distintas escuelas: Las obras de Bernardino
    de Saint – Pierre y Chateubriand, de Lamartine, de Victor
    Hugo y Alejandro Dumas, y otros escritores franceses fueron
    enriqueciendo la luz de mi alma y
    multiplicando las impresiones que diariamente recibía
    (…) pero lo que más me impresionó fueron las
    lecturas de Walter Scott (…) acaso mi afición a escribir
    novelas fue engendrada principalmente por las tempranas lecturas
    de Walter Scott, Victor Hugo y Dumas que me dejaron muy hondas y
    durables impresiones (…)"

    Este hombre y escritor, también cambió su
    vida y oficio, es decir, pasó de la Literatura a la
    Política pero con marcadas diferencias respecto a Isaacs.
    Samper escribió su primera novela "Martín Florez"
    pero en ella y en posteriores producciones opta por el
    romanticismo social (costumbrismo): "A la edad de 16 años
    escribí mi primera novela (…) la segunda escrita dos
    meses después, era verídica, como que pintaba a lo
    vivo costumbres domésticas y la intitulé "Los
    misterios de la casa de don Juan" por cuanto estaban de moda entonces
    Los Misterios de París y de todas las capitales posibles."
    Desde esta lógica, se puede afirmar que no había
    una perspectiva o concepción romántica insuperable,
    que en la práctica se hace evidente en Samper quien
    aún después de su ingreso a la política y en
    los lugares destacados en los que hizo nombre, continuó su
    producción literaria en verso y en
    prosa.

    No es gratuito del todo el romanticismo y el pensamiento
    liberal que articulados y a su manera, en el pensamiento y
    expresiones de José María Samper, le atribuyan a
    él la denominación de Gólgotas a la
    facción Radical del Liberalismo. En un discurso
    pronunciado en la Escuela Republicana manifiesta: "(…) El
    Socialismo, señores, no es otra cosa que las
    lágrimas desprendidas de los ojos del Salvador en la
    cumbre gólgota (…)"

    Sin duda, Samper dejó testimonio de la
    importancia y difusión logradas por el pensamiento
    romántico en Colombia: "(…) La publicación de mi
    primer libro, del que
    no hicieron caso los literatos titulados, bien que fue
    leído por la juventud y las mujeres, no sin agrado por lo
    que había cundido el romanticismo (…)"

    Cuando Samper viaja a París, lleva una carta de
    presentación a Lamartine escrita por el ilustre profesor
    del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y pensador
    colombiano Ezequiel Rojas. En la ciudad Luz, Samper rinde
    homenaje al escritor francés y confiesa la
    admiración por su obra, no sólo personal, sino
    Colombiana y de "toda la América
    Española".

    La mirada de Samper, desde su temprana juventud, se
    inclina hacia lo local, los paisajes y las costumbres: "(…) Lo
    que hizo brotar en mi alma la poesía como una flor (…)
    fue la
    educación determinada por el conjunto de admirables
    objetos que me rodean: El Magdalena que contenía lo
    formidable, el Gualí que era risa líquida (…) las
    arboledas, los huertos y los jardines de la ciudad (…) los
    cerros circunvecinos (…) los innumerables escombros de la
    ciudad en cuyo seno se abriga toda la elocuente melancolía
    del pasado (…)"

    Por último, consideramos que el romanticismo
    cumplió un papel importante en la formación y
    expresiones del pensamiento político y literario de una
    variada estirpe de intelectuales a partir de 1840 y, que de una
    forma u otra, con su producción, actitudes y trabajos
    contribuyeron con la difusión de la modernidad, las
    sociabilidades modernas y con elementos fundamentales para la
    formación de nuestra nacionalidad. Empero, las distintas
    élites regionales en la disputa por el poder del Estado,
    utilizaron o difundieron el pensamiento romántico como
    bien lo necesitaron a lo largo de un espacio temporal que se
    prolonga más allá de la segunda mitad del siglo
    XIX.

    BIBLIOGRAFÍA

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      Madrid. Alianza Editorial. 2 Volúmenes.
      1980.
    • JARAMILLO URIBE, Jaime. La
      Personalidad Histórica de Colombia y Otros Ensayos.
      Bogotá. Colcultura. 1977
    • JARAMILLO URIBE, Jaime. El Pensamiento
      Político Colombiano en el Siglo XIX. Bogotá.
      Editorial Temis. 1982.
    • CURCIO ALTAMAR, Antonio. Evolución de la Novela en Colombia.
      Bogotá. Colcultura. 1975.
    • MEJÍA DUQUE, Jaime. Isaacs y María. El
      Hombre y su Novela. Bogotá. Editorial La Carreta.
      1979.
    • PICARD, Roger. El Romanticismo Social. México. Fondo de Cultura
      Económica. 1987
    • SAMPER, José María. Historia de un
      Alma. Bogotá. 2 Tomos. 1948.
    • VARGAS MARTÍNEZ, Gustavo. Colombia 1854: Melo,
      los Artesanos y el Socialismo. Bogotá. Editorial Oveja
      Negra. 1972.

     Por:

    Giovanni Restrepo Orrego

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