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Aspectos comparativos en la obra novelística de Ernesto Sábato (página 2)




Enviado por conchisarmiento



Partes: 1, 2

3. ESTRUCTURA
DE LAS NOVELAS.-

Una de las cosas que más llaman la atención a la hora de abordar la
novelistica sabatiana es que las tres novelas comienzan
desde el primer capítulo, con un encuentro, y
así:

  • En El tunel, se
    produce un encuentro entre Juan Pablo Castel y María
    Iribarne, a través del motivo de un cuadro o, más
    bien, de un recuadrito en el ángulo superior izquierdo,
    que muestra en la
    lejanía, al fondo, una escena manierista. Sin embargo,
    este encuentro sería más exactamente un
    desencuentro pues no llegan a cruzarse las miradas, no hablan.
    Castel , en teoría, es el único que observa a
    María, y señalamos que "en teoría" porque esa no es precisamente la
    opinión de Fernando Vidal Olmos, quien en el Informe
    sobre ciegos achaca toda la desgracia de Castel a la secta y ve
    la actitud de
    María como un posible ardid de los ciegos (capitulo XX,
    pág. 342 y ss.)
  • En Sobre héroes y tumbas, podemos apreciar el
    encuentro entre Martín del Castillo y Alejandra Vidas,
    en el parque Lezama de la capital
    buonarense y bajo la advocación agraria (y maternal) de
    una estatua de Ceres.
  • Y, por último, en Abbadón el
    exterminador, el encuentro entre Bruno Bassan y Ernesto Sabato.
    También guarda cierto aire de
    desencuentro, pues Sabato en un principio, cuando se cruza por
    la calle con Bruno, no llega a verle, mientras que Bruno
    sí ve a Sabato.

No obstante, hay algo que marca aún
más intensamente los inicios de las novelas de
Sábato, y es que en todas ellas se produce una especie de
"in extrema res" que da la solución al lector, si no
cabría decir más correctamente el final. Esta
cuestión es en los términos de Tzvetan Todorov,
referencial, ya que provee información sobre un hecho y establece en
forma general, abstracta, la totalidad de ese universo,
el universo en
que el lector está a punto de sumergirse. Las causas de
las acciones,
empero, es algo que cada lector ha de descubrir por si mismo.
Esta información sobre el futuro la encontramos,
por ejemplo:

  • En El tunel:
    "Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que
    mató a María Iribarne" (Capitulo 1,
    pág.11).
  • En Sobre héroes y tumbas se nos ofrece la
    conocida "Noticia preliminar", que supuestamente es un
    "fragmento de una crónica policial publicada el 28 de
    junio de 1.955 por "La razón" de Buenos
    Aires".
  • En Informe
    sobre ciegos: "¿Cuándo empezó todo esto
    que ahora va a acabar con mi asesinato?"( Capitulo
    I, pág. 249).

Con esto, Sábato expone al lector el desenlace, y
sin embargo, eso no disminuye el interés
que suscita la trama, y así, Sábato consigue evitar
el suspenso como motor de interés y
hace que la atención del lector se centre en la
"soledad de los protagonistas", que es lo más destacable,
necesario para comprender el mensaje.

Los personajes de Sabato se mezclan en un mundo de
lectura y
textos. Bruno, por ejemplo, encuentra a Castel en Abaddón
en la unidad titulada "Un desconocido". Este discurso es un
desdoblamiento magistral del fenómeno de la lectura e
intimamente ligado a la teoría de la "crónica
policial". Bruno ve a Castel en un bar frente a una copa pero no
lo reconoce. "Ese hombre,
pensó Bruno, está absoluta y definitivamente solo.
No sabía por qué le resultaba conocido, y durante
mucho tiempo
rebuscó en su memoria,
trató de vincularlo a alguna fotografía
en diarios o revistas."(167). Hasta este momento el lector
tampoco sabe de quien se está hablando, la única
pista que se tiene relaciona al individuo con el periodismo.
"Por otra parte parecía asombroso que un individuo con
ropa tan raída, un ser que llegado hasta ese último
escalón, pudiera ser personaje de periodismo. A
menos, se le ocurrió de pronto, que alguna vez haya tenido
algo que ver con un hecho policial."(Idem). En este momento el
lector se instala de nuevo en el mundo de la "crónica
policial", un terreno bastante familiar, y posiblemente empieza a
recorrer los casos policiales que forman parte de su competencia
intertextual. Cuando el desconocido sale el narrador hace la
siguiente observación: "Bruno, acostumbrado a
escudriñar hombres en soledad, contemplativo y
abúlico como era, pensó: "O es un criminal o es un
artista."(168). La duda continúa en Bruno por meses,
"Hasta que un día creyó recordar algo, tuvo una
sospecha. Buscó en su archivo, archivo que no
era ni el de un filósofo, ni el de un escritor o
periodista, sino más bien, el archivo de un hombre para
quien la humanidad constituye un doloroso misterio. Sí,
ahí estaba la fotografía: el desconocido era aquel Juan
Pablo Castel que en 1947 había matado a su amante."(168).
En este momento el lector ideal de Abaddón, que tiene en
su enciclopedia el discurso de
1948 y que recuerda a Castel, llevará a cabo ahora un
proceso de
inferencia para actualizar su lectura. Es
interesante notar que el recorte que Bruno encuentra en su
archivo es el pretexto de El túnel, es el enunciado que da
lugar al discurso de El túnel. En este momento el
acápite "Un desconocido" se revela en todo su sentido
irónico, ya que el sujeto de la enunciación es un
conocido.

Con respecto a la estructura
narrativa de estas novelas, huelga
destacar su relación con las fórmulas del
artículo periodístico y con la novela
policiaca. En El tunel encontramos ya desde el primer párrafo
la alusión al modelo
retórico que rige la novela: "(…)
supongo que el proceso
está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores
explicaciones sobre mi persona (…)"
(Capitulo 1, pág.11.) Esto es, las noticias del crimen en
los periódicos, las "crónicas policiales" que desde
este momento se establecen como el pretexto de la novela, ya que
son noticias que el narrador presupone el lector ha leído
y recuerda. Nótese, además, el primer mensaje del
capítulo III: "Todos saben que maté a María
Iribarne Hunter". Lo que nos interesa ahora no es el
núcleo informativo del anunciado, sino su
preámbulo: "Todos saben….". Esta afirmación es
notablemente afectiva como medio de comunicación masivo, como código
capaz de llevar el mensaje al mayor número de usuarios
posible. Sin embargo, la estructura
semiótica de éste "Todos saben…"
no se limita a eso, sino que en sus capas inferiores se halla el
subtexto "…ninguno se perderá la historia de un crimen hasta
le final", al cual refuerza por sí mismo el enunciado
"Todos saben que yo maté a María
Iribarne".

Hacia el final de la novela, desde su
calabozo, Castel dice: "Pensé que muchos hombres y mujeres
comenzarían a despertarse y luego tomarían el
desayuno y leerían el diario e irían a la oficina."
(Cap.XXXVIII, pág.127). Cada uno de estos enunciados tiene
una serie de significados subyacentes; sería interesarse
estudiar «despertarse» dentro del sistema, dentro
del cual podemos adelantar una serie de implicaciones como:
estupidez, engaño, esclavitud,
razón, diurno, etc… Por ahora nos interesa «leer
el diario» y desarrollar la connotaciones que evoca:
espíritu burgués, sociedad
ordenada, huida de sí mismo hacia el mundo, crónica
policial… Ahora ese público lector, esos destinatarios
anónimos (los mismos para los cuales Castel escribe su
relato) van a leer la crónica del asesinato de
María Iribarne Hunter. Es decir, el discurso nombrado en
este enunciado es precísamente el pretexto del discurso
literario de ET.

La «crónica policial» tiene una muy
notable importancia en la obra. Podría pensarse que esto
es una cualidad particular de este sistema, Pero no
es así. Un análisis de los otros discursos de
Sábato no hacen sino corroborar la importancia que la
«crónica policial» tienen en la
estructuración del discurso. Qué puede ser
más contundente que el hecho que la segunda página
de Sobre héroes y tumbas, «Noticia preliminar»
(la primera es la dedicatoria del autor) sea un "Fragmento de una
crónica policial publicada el 28 de junio de 1955 por La
Razón de Buenos Aires".
Algo semejante, pero más sutil sucede en Abaddón el
exterminador. El autor nos presenta ante
"Algunos acontecimientos sucedidos en las ciudad de Buenos Aires
en los comienzos del año 1.973" .

Los acontecimientos, que son tres, están
presentados de la siguiente manera:

1.- En la tarde del 5 de enero.

2.- En la madrugada de esta misma noche.

3.- Testigo, testigo impotente.

Lógicamente se produce la asociación de
estos tres enunciados con la «crónica
periodística y policial». En efecto lo que tenemos
son dos enunciados que sitúan el acontecer de un hecho en
el tiempo,
fórmula básica de la redacción periodística. (En la noche
del 23 de diciembre un terremoto sacudió la ciudad de
Managua; …en la madrugada buscaban entre las ruinas a sus
familiares y vecinos…) El último enunciado cumple una
función
semiótica más importante en cuanto
se refiere a varios niveles del mensaje: (el hecho concreto, la
presencia de un testigo, la enunciación de la presencia,
la impotencia del testigo, la enunciación de la
impotencia, etc) Pero en definitiva tenemos el mismo
«modelo
discursivo»: la «crónica
policial».

En el nivel sintagmático del texto podemos
observar el mismo tipo de construcción y gran similitud en el lenguaje y
repertorio de semas utlizados en los enunciados, mientras que en
el nivel paradigmático de la estructura del discurso
narrativo puede observarse la misma secuencia de la
fórmula básica de la escritura
periodística, a lo largo de toda la obra.

El artículo periodístico responde a una
fórmula que podemos describir de la siguiente
manera:

El primer párrafo
estipula la presencia del hecho o incidente y los resultados o
consecuencias.

El segundo párrafo retoma la información
anterior y agrega las circunstancias del hecho.

El tercer párrafo vuelve a tomar una de las
unidades informativas ya enunciadas y elabora otro grupo de
determinantes. El análisis de las relaciones
paradigmáticas de las unidades formales del discurso
narrativo de El tunel revela la misma formula que hemos visto
anteriormente. Compárese el primer enunciado de los tres
primeros capítulos, donde la formula básica del
modelo se cumple a cabalidad:

"Bastará decir que soy Juan Pablo
Castel…"(capitulo I, pág.11.)

"Como decía, me llamo…" (capitulo II,
pág.13).

"Todos saben que maté a María Iribarne
Hunter." (capitulo III, pág.16).

En realidad aquí lo que tenemos es la misma
estructura de un discurso representado de esta forma:

  1. Un accidente ha sido reportado en la esquina
    K…
  2. El accidente de K fue causado por dos
    automóviles…
  3. Dos heridos y daños de…fue el resultado del
    accidente…

Albert Fuss afirma que esta estructura sucede "ya que ha
perdido el hilo de la historia" dejándose
"arrastrar por divagaciones superfluas." Afirmación que
documenta con las palabras de Castel:

" Me he apartado de mi camino. Pero es por la maldita
costumbre de querer justificar cada uno de mis actos" . Aunque
acertada la afirmación de Fuss en el nivel de la
fábula, es contraproducente para el análisis
crítico pues pretende cerrar el asunto sin discutir la
relevancia del mismo. Si la novela presenta esa estructura
narrativa es por una razón determinada y el que el
narrador «pierda el hilo de la narración» es
un signo que debe leerse apropiadamente, encierra un sentido,
significa.

En cuanto a este nivel del discurso narrativo en El
tunel hay una especial manera de alterar la secuencia narrativa.
Desde el primer instante se nos da a conocer el final de la
trama, el asesinato de una mujer, y todo el
relato irá desenvolviéndose hacia la
explicación de las razones que llevaron al protagonista a
realizar ese asesinato. La «historia interna» de ese
crimen es la novela y como para relatar esa historia el
protagonista se sumerge en su propio «yo», el tiempo
va a «subjetivarse», rompiéndose el estricto
orden lógico en la presentación. Es evidente que
aquí estamos ante una mejor apreciación del
fenómeno discursivo, pero nos encontramos en la fase
descriptiva del fenómeno, ya que cabría preguntarse
¿De qué manera «tiende a
subjetivizarse», qué relaciones
paradigmáticas se emplean para que ese tiempo «se
subjetivice» en su dimensión semiótica, es
decir, como discurso comunicativo y no como experiencia
individual. Es evidente pues que tanto la «pérdida
del hilo de la narración» como la «ruptura del
orden lógico» responden a necesidades propias de la
narración, y son por lo tanto parte del discurso
narrativo.

Castel, como el escritor medieval, ejemplifica el
valor del
modelo discursivo que ha escogido: "¡Cuántas veces
he quedado aplastado durante horas, en un rincón oscuro
del taller, después de leer una noticia en la
sección policial! Pero la verdad es que no siempre lo
más vergonzoso de la raza humana aparece allí;
hasta cierto punto, los criminales son gente más limpia,
más inofensiva" (Cap. I, pág.11) Vemos pues que la
articulación del «modelo discursivo» que el
autor de la obra ha escogido se da en su totalidad en la primera
página del texto. Tanto
el «modelo» como pretexto, como el
«modelo» en calidad de
código
eficaz de comunicación, en calidad de
vehículo semiótico, ha quedado sentado. La gran
popularidad de El tunel desde su aparición se debe en
parte a la estructura narrativa periodística. La forma
circular seguida de una elaboración es la forma más
adecuada a la
comunicación masiva, por eso es la forma por
excelencia del

periodismo. A esto también contribuye la brevedad
de los capítulos y la naturaleza
«amarillista» del nivel más superficial de la
fábula.

En cuanto al estudio de la función
cognosciva que el discurso periodístico desempeña
en El tunel nos interesa sobre todo por la relación que
establece en todo acto semiótico entre expresión y
contenido. La «crónica policial» al servir de
modelo retórico en El tunel pasa a formar parte de la
sustancia de la expresión, es en última instancia
vehículo del significante.
La función de la «crónica policial» es
la de informar de los crímenes cometidos, registrar los
incidentes sucedidos; en ningún momento pretende explicar
los homicidios ni dar cuenta de suicidios o incendios.
Aquí podemos preguntarnos cuál es el
propósito de Castel al contar su historia. "Cuando
comencé este relato estaba firmemente decidido a no dar
explicaciones de ninguna especie. Tenía ganas de contar la
historia de mi crimen, y se acabó…"(Cap.II,
pág.14). La primera parte de la cita contiene la gran
problemática de la novela y se puede alegar que es la
"manía de querer encontrar explicación a todos los
actos de la vida" el epicentro de toda una serie de conclusiones
acerca de El tunel. Por ahora nos interesa notar que "ganas de
contar la historia de mi crimen" es la función de la
«crónica policial», que su función
semiótica se limita a relatar, a contar, al igual que lo
afirma Castel. Que la afirmación de Castel es falsa lo
prueba la "debil esperanza de que alguna persona llegue a
entenderme…"(ibid) Pero esto es independiente de las
implicaciones de aquel enunciado.

Si se analizara la estructura mental de Castel
podríamos presenta run árbol de la estructura
sintáctica de su pensamiento y
sacar tres conclusiones:

1) la cadena argumentativa se desarrolla en una especie
de libre asociación.

2) El pensamiento de
Castel funciona en forma antitética.

3) Una mente que se mueve en el análisis
antitético de detalles encontrados al azar y que no
consigue relacionar las respectivas conclusiones, cae en
contradicciones con gran facilidad.

El problema radica esencialmente en entender
«libre asociación» como «aisladas entre
sí, [que consecuentemente] desembocan en el
vacío», lo cual es falso. La psicología freudiana
que tanto siguió Sábato, se basa precisamente en la
unidad semiótica de la «libre asociación de
ideas», con lo que ha quedado demostrado la estrecha
relación que guarda cada unidad con respecto al resto de
la estructura. La proposición sobre «detalles
encontrados al azar» es a su vez infundada ya que hay una
relación lógica
y a menudo causal entre estas unidades informativas
(«detalles»). La disquisición sobre
"(…)la memoria
colectiva… el tiempo pasado… los criminales… el mundo es
horrible…" está sentando las leyes que rigen
en el sistema semiótico del enunciado, está
estableciendo los códigos de trasmisión y el marco
referencial. Hablar de la «coherencia» de un sistema
semiótico es tautológico ya que las unidades de
cualquier sistema semiótico no pueden existir más
que en relación mutua y segundo porque ésta
«coherencia» reside en la actualización
particular que cada lector establece. No obstante partimos de la
afirmación que la «estructura discursiva» de
El tunel refleja, sirve de vehículo, significa, a la
«estructura mental» de Castel, y que ambas funcionan
en un campo de tensiones semióticas.

Pero volviendo a la capacidad cognoscitiva del
«discurso periodístico» debemos recordar la
opinión de Fernando en el Informe sobre ciegos: Fernando
dice que mientras vigilaba la casa de Celestino Iglesias
"Aprovechaba para leer dos cosas que siempre me fascinaron: los
avisos y la sección policial. Lo único que leo
desde los veinte años, lo único que nos ilustra
sobre la naturaleza humana
y sobre los grandes problemas
metafísicos."( Informe sobre ciegos, capitulo
X, pág. 278). Por unanimidad la crítica propone que
El tunel es novela de la indagación de la naturaleza y la
problemática existencial. Las evidencias proporcionadas
por Fernando a este respecto son numerosas. Más adelante
en el Informe, en su comentario de «el caso Castel»
se lee: "…caso que no sólo fue muy notorio por la gente
implicada sino por la crónica que desde el manicomio hizo
llegar el asesino a una editorial." (capitulo XXV,
pág.342.) El signo «crónica»
desencadena una secuencia semiótica que evoca
significantes como «crónica policial»,
«recuento informativo», «noticia»,
«hecho histórico acaecido recientemente»,
etc.

En base a estos argumentos se puede concluir que la
estructura formuláica del discurso periodístico es
la más apropiada semióticamente para comunicar un
texto que como el discurso sabatiano pretende indagar la
naturaleza humana y su significación metafísica.-

4. TEMAS.-

La otra dimensión de los fantasmas de Sabato es
los "temas" y "preocupaciones" propiamente dichos, que de una
manera u otra recurren a lo largo de su obra. La principal
preocupación de Sabato es el ser humano, el "hombre
concreto" en
su inmediatez humana y su aspiración metafísica. Esta preocupación de
Sabato por el "hombre concreto" informa toda su obra y
guía su pensamiento, es el Uno que se presenta en Uno y
el universo, o
el ser humano que se encarna en Juan Pablo Castel o Sabato, o el
sujeto que se ve afectado por los conceptos que discute en sus
elaboraciones teóricas cuando discute ideas como la
cosificación del hombre o la escisión de la ciencia y
el arte. Ese "hombre
concreto" de Sabato es además un hombre en crisis, es un
ser que vive escindido por la imposición de la
razón sobre las pasiones, un ser que vive en situaciones
límites. Ante esta disyuntiva Sabato escoge
enfrentarse al caos, de forma que todos sus discursos,
desde Uno y el universo hasta
Abaddón son precísamente eso, un enfrentamiento con
el caos de nuestro tiempo. Este sujeto, este hombre escindido y
en crisis es el
signo que transita a todo lo largo del discurso sabatiano. Lo
mismo cuando se trata del joven que ha decidido dejar la ciencia y
dedicarse a la literatura, como cuando toma
entre manos la investigación de las Secta de los Ciegos.
La narración del periplo de Sabato a través del
mundo del conocimiento
científico e intuitivo, luchando entre las necesidades
y dudas del hombre concreto y el cálculo
infinitesimal y el logaritmo, contiene ya un repertorio de signos
que luego reaparecerán en los textos sabatianos a lo largo
de treinta años.. .

Los motivos que Sabato utiliza en sus discursos para
reconstruir el tercer nivel del sistema semiótico
sabatiano, es decir, lo que aquí llamo la tercera
dimensión de los "fantasmas". Esta tercera
dimensión está formada por una serie de motivos que
reaparecen constantemente, motivos tales como el complejo de
Edipo, el incesto, la Secta de los Ciegos, transformaciones
(incluye todo tipo de transformaciones tanto reales como
simbólicas), relaciones sexuales (imaginarias o
simbólicas), viajes (por
países y por mundos interiores) y aventuras, etc.
Los ciegos es uno de los motivos más discutidos en el
contexto de la obra de Ernesto Sabato. En repetidas ocasiones el
autor ha afirmado que sus ciegos no tienen nada que ver con los
ciegos de carne y hueso, esos seres privados de la vista que
vemos caminando por las calles con su bastón blanco y
gafas de sol. En su obra, los ciegos y la Secta en que se
agrupan, funcionan como símbolos, como representamen del
concepto del
mal, del mundo de las tinieblas, de lo oculto y lo desconocido.
Las múltiples referencias en su obra se alimentan por un
lado, de la filosofía existencialista y el concepto de la
mirada en Sartre; y por
el otro, de la alusión de la ceguera con el mundo oscuro y
negro de los subterráneos, los túneles y las
cavernas, que aparecerán una y otra vez a lo largo de su
obra. De esta forma se establece un conjunto de ex-tensiones que
unen estos signos, amalgamando nuevas connotaciones y formando un
campo referencial que sirve como código interpretativo de
la obra.

El complejo de Edipo también aparece numerosas
veces en la obra de Sábato. La aversión o
pasión por el padre o la madre, aparece a todo lo largo de
su obra en formas y modalidades diferentes. Forma parte del
complejo sistema de conflictos que
se presenta en sus páginas y afecta de manera determinante
el desarrollo de
las obras.

El incesto es un subproducto del conflicto
apuntado anteriormente, y desempeña también un
papel
primordial. La pasión de Fernando por su madre por
ejemplo, que luego se va a duplicar en la relación que
hay, no del todo clara, entre Fernando y Alejandra. La
relación incestuosa entre Nacho y Agustina Izaguirre. Otra
relación también dudosa es la que se da entre
María Iribarne Hunter y Hunter, primo de Allende. No queda
claro qué relación de parentesco existe entre ellos
o si en realidad mantenían relaciones amorosas, pero de
cualquier manera es otro caso a considerar. El incesto y las
relaciones sexuales simbólicas son elementos de gran
importancia en la obra de Ernesto Sabato. Quizás el caso
más interesante es la relación que se da entre
Sabato y Soledad en Abaddón (418 y ss.).

Otro motivo de gran importancia es el que tiene que ver
con la zoología, especialmente pájaros,
murciélagos, ratas y culebras, que funcionan como
símbolos del mal. Constantemente el autor hace
comparaciones con estos animales y sus
personajes sufren transformaciones o se enfrentan a estos
animales.
Recuérdese por ejemplo la transformación de Juan
Pablo Castel en un pájaro cuyos chillidos nadie
parecía percibir. Otro ejemplo fundamental son las
transformaciones que sufre Fernando en su peregrinaje por el
mundo subterráneo de Buenos Aires: "fui hombre y pez, fui
batracio, fui un gran pájaro prehistórico…
sentí que era un volcán de carne… Entonces fui
una serpiente… Después, pulpo… Fui entonces vampiro…
Fui entonces sátiro gigante… Luego fui también
pájaro de fuego, hombre-serpiente, rata fálica." En
Abaddón se encuentra también numerosas alusiones a
la condición zoológica de ciertos personajes,
escenas donde le sacan los ojos a un pájaro y
enfrentamientos con ratas, como el que protagoniza Ernesto Sabato
en su ascenso de los subterráneos de la casa de la calle
Arcos (412 y ss.). De esta manera el autor echa mano de la
simbología zoológica para desarrollar su propio
sistema de significación, logrando implantar una bien
definida red de
interpretantes que le permiten caracterizar situaciones,
personajes y sensaciones, de manera efectiva e impresionante.
Todos estos "fantasmas" actúan en la obra de Sábato
como signos, como códigos y sistemas de
códigos que el lector tiene que interpretar,
descomponiendo el sistema de tensiones en el cual se construyen
sus significaciones, actualizando los códigos en base a la
información que el texto va suministrando, y en base al
conjunto de información brindado por otros textos
sabatianos, que como una unidad textual, ilustran e iluminan
algunas de las regiones más oscuras de la obra de Ernesto
Sabato.

5. SOBRE INFORME SOBRE
CIEGOS.-

Fernando Vidal Olmos, un "santo del infierno"
:

"Me llamo Fernando Vidal Olmos, nací el 24 de
Junio de 1911 en Capitán Olmos, pueblo de la provincia de
Buenos Aires que lleva el nombre de mi tatarabuelo. Mido un metro
setenta y ocho, peso alrededor de 70 kilos, ojos grisverdosos,
pelo lacio y canoso. Señas particulares
ninguna."

"Soy un Investigador del Mal" .

Así se presenta Fernando Vidal Olmos en su
Informe sobre ciegos. Pero habría mucho más cosas
que decir acerca del protagonista de este Informe. Antes que
nada, huelga decir
que Ileva la misma fecha de nacimiento que Emesto Sábato.
Pero no es ése el único punto común entre el
personaje y su creador. En efecto, de niño, ambos cazaron
gorriones para luego pincharles los ojos con un alfiler. Ya
subrayamos la opinión de Sábato acerca del carácter
más o menos autobiográfico de toda novela, pero
aparte de Abadón el exterminador, donde Sábato
aparece como un personaje más, bajo el nombre de Sabato
(sin acento), nunca la identificación autor-personaje fue
tan obvia y clara.
Fernando Vidal Olmos, doble literario de Sábato, es, como
su creador, un ser desgarrado, turbado. Como Sábato, Ileva
en sí mismo fantasmas que le acosan constantemente y le
impiden aceptar la realidad. El argumento del Informe Sobre
Ciegos es sencillo : Femando Vidal Olmos construye en su mente
todo un sistema de secta secreta de ciegos conspirando a nivel
universal contra la humanidad. Ya que nadie parece darse cuenta
de nada, él, el gran rebelde no admite someterse a estos
tiranos de las Tinieblas, y emprende indagar, ahondándose
en las cuevas donde se supone viven los jerarcas ciegos, para
arrojar luz por fin sobre
este gran misterio.
Que las cosas queden claras de una vez para siempre, esta
pesquisa, esta búsqueda de lo desconocido, temática
del Informe no constituye en ningún momento un ataque
contra los ciegos. Este relato de Fernando tiene claramente un
sentido metafórico. 0 sea que las quejas que Sábato
recibió por parte de diversas asociaciones de ciegos,
cuando publicó su novela no tienen ningún
fundamento, si solamente "han visto" el odio de Fernando por los
ciegos, es que no han ido más allá de lo
superficial, y por consiguiente, confortan las ideas de Emesto
Sábato que, con esta novela, pretendió, entre otras
cosas, denunciar las apariencias falaces, nuestra tendencia a ver
y creer solamente en lo que tenemos delante de los ojos. La
situación de Fernando cuando empieza el Informe sobre
Ciegos, en la parte central de la obra es la de un padre que
según parece ama a su hija de un amor
extraño, ilegítimo, no obstante este personaje que
va a protagonizar el Informe es casi un desconocido para el
lector. A lo largo de su relato, Fernando Vidal Olmos nos
dará a conocer algunos detalles de su vida, algunas
anécdotas. Pero no se nos presentará realmente,
esto no le interesa ; el objetivo de
Fernando no es que le conozcan los demás ni sepan
quién es. Sólo quiere conocerse a sí mismo.
He aquí por qué escribe : no Ileva a cabo una
presentación sino una introspección. Solamente en
la cuarta y última parte de la novela, tendremos la
opinión de otro personaje acerca de Fernando. En efecto,
Bruno, que le conoce desde la infancia
presenta más ampliamente a este hombre que incluso (y
sobre todo) al final del Informe resulta ser un misterio. Bruno
reconoce que solamente conoció una parte de la
personalidad de Fernando, "esa parte que, como la de la luna
estaba vuelta hacia nosotros" .

La necesidad de crear un ser patológico
:

Según parece el Informe ofrece dos perspectivas :
una primera centrada en el personaje de Fernando (o Sábato
si se quiere) con un viaje a través de sus traumas
personales, y otra más universal y subversiva que
sería un como grave enjuiciamiento a nuestra sociedad, a la
condición humana en general. Además, este Informe
tiene la pretensión de ser aleccionador, didáctico.
Esta vez la herramienta será la locura, o mejor dicho la
neurosis : la
paranoia del caso Fernando Vidal Olmos.
En efecto, si uno quiere escaparse de la realidad, de lo
establecido, de lo respetado por todos, para alcanzar nuevos
horizontes, tiene dejarse llevar por la senda de la locura. Debe
deshacerse del universo que ha sido decretado "normal", y dejar
de compartir la misma visión del mundo que la
mayoría de la gente, porque a lo mejor el loco ve cosas
que somos incapaces de ver.

Sábato, como los miembros del movimiento
surrealista, sabía que para llegar a conocer lo que desde
siempre le atormentaba, necesitaba a un personaje distinto de la
gente común, alguién extra-ordinario. Este
personaje no podía ser sino neurótico. Aunque sea
alguién despreciable, abyecto, Fernando Vidal Olmos, en su
Informe, es un héroe por su carácter
rebelde que le empuja a luchar, solo contra todos, contra
tremendos enemigos que ponen en tela de juicio el futuro del
hombre :

"Me considero un canalla y no tengo el menor respeto por mi
persona. Soy un individuo que ha profundizado en su propia
conciencia
¿y quién que ahonde en los pliegues de su conciencia puede
respetarse? AI menos me considero honesto, pues no me
engaño sobre mi mismo ni intento engañar a los
demás" (Cap. XIII, pag. 310).

Sea cual fuere la interpretación que se dé
al Informe, no cabe la menor duda de que se trata de un relato
puramente simbólico, los ciegos a los que persigue
Fernando, no representan sino su concepción del Mal.
Sabemos que desde niño, Fernando vivió obsesionado
por el problema de los ciegos :"Los ciegos me obsesionaron desde
chico y hasta donde mi memoria alcanza,
recuerdo que siempre tuve el impreciso pero pértinaz
propósito de penetrar algun día en el universo en
que habitan".

Penetrar en universo de los ciegos para él es
como llegar a entender su propia inclinación hacia el mal,
objetivo
fundamental que se viene materializando con la idea del descenso
interior. El Informe sobre Ciegos hubiera podido ser una muy
buena novela policiaca con el agente secreto Vidal Olmos que
acorrala a los dirigentes de todopoderosa organización internacional que intenta
controlar el mundo, pero no es así. Si Fernando acorrala a
alguién, es a si mismo. Su pesquisa que empieza en la
parte visible de Buenos Aires sigue su curso a través de
"escaleras", "laberintos", "pasadizos"y "subterráneos",
para terminar en las cloacas de la misma ciudad. Dicho de otra
manera, pasa de la vida diurna a la vida nocturna, de la
visión a la ceguera. Hemos empleado el término
pesquisa porque pretende hacer una investigación en apariencia "cientifica",
puramente racional, y anda en busca de algo. Lo que busca, ya lo
hemos dicho es entender la vertiente maléfica de su
personalidad,
y para conseguir sus fines, necesita alcanzar otro tipo de
visión que sólo la ceguera le puede
proporcionar.
Esta creencia que podrá parecer paradójica no es
nada nueva. En efecto, ya se encontraba un modo de pensar similar
entre los románticos y los poetas franceses de finales del
siglo XIX, en su inclinación hacia el lado nocturno y el
descenso a los infiernos. Según el romanticismo, los
ciegos han trocado la visión de la realidad por una
supuesta clarividencia privilegiada que hace de ellos unos magos.
Evidentemente, Fernando no comparte tan elogiosa opinión.
No siente tal respeto por
ellos, sino más bien temor, pero precisamente porque les
sabe superiores a él y al resto de la humanidad : no ven
una realidad, que representaría solamente para Fernando
las apariencias, pero en cambio, ven la
realidad, la esencial, imperceptible realidad inacesible a los
videntes.
Este descenso interior, también nos hace pensar en los
místicos del siglo XVI. Esta búsqueda

del conocimiento
mediante la ceguera, esta progresión en las tinieblas
tienen claros aspectos de experiencia mística. Santa
Teresa de Avila o San Juan de la Cruz no buscaban la Secta de los
Ciegos, pero sí se hundían en profundas cuevas, en
noches oscuras. Este descenso hacia las entrañas de
la tierra
simbolizaba su entrada en el alma, necesaria para llegar a
conocerse. La oscuridad de la cueva facilita para los
místicos el alejamiento del mundo y representa la
única solución para ahondarse en el mundo interior.
Recordemos la primera frase del Informe : "iCuándo
empezó esto que ahora va a terminar con mi asesinato ?".
Consciente de que se está jugando la vida, Fernando decide
a pesar de todo investigar y ahondarse hacia el centro de la
Secta, origen del mal, centro que alcanzará al final del
Informe y aparecerá como un "gran Ojo Fosforescente", y
que no es sino su propio centro o, si se quiere, su propio
subconsciente.

Sábato respeta con este viaje hacia abajo el
código, que según parece ha sido aceptado desde
siempre, y según el cual en el cielo reside el Bien (el
Dios de casi todas las religiones, incluso los
Dioses Olímpicos moraban en el monte del mismo nombre, en
medio de las nubes), y el Mal tiene su reino acá abajo, en
las entrañas de la tierra.
Fernando Vidal Olmos lo afirma claramente, se considera a si
mismo como "un investigador del Mal". En su propio caso, este
afán por descubrir el centro de la Secta – del Mal era
-como vimos en los capítulos anteriores — en
realidad un paso hacia el incesto con su hija Alejandra. Pero al
bajar cada vez más, su búsqueda alcanza un
carácter más universal y podemos dejar de hablar de
un caso singular, los ciegos vienen a ser los deseos negativos u
ocultos, los deseos nacidos de los verdaderos instintos naturales
del hombre, o de los instintos adquiridos por las diferentes
circunstancias personales.

Si seguimos la lógica
de Fernando, esta secta de los ciegos domina el universo
:"…esas logias y sectas que están invisiblemente
difundidas entre los hombres y que, sin que uno lo sepa y ni
siquiera llegue a sospecharlo, nos vigilan permanentemente, nos
persiguen, deciden nuestro destino, nuestro fracaso y hasta
nuestra muerte(…)
cosa que en grado sumo pasa con la secta de los
ciegos."

A1 identificar a los miembros de esta secta con el Mal :
"Mi conclusion es obvia: sigue gobernando el Principe de
las Tinieblas. Y ese gobierno se hace
mediante la Secta Sagrada de los Ciegos. Es tan claro todo que
casi me pondria a reir si no me poseyera el pavor" (III,pag..
274).

Así que resulta ser el Mal quien a espaldas de
todos (menos de Fernando) verdaderamente gobierna el universo.
Con esta tremenda conclusión, Sabato a través de su
personaje Femando expresa una cruda verdad que ya tuvo la
ocasión de desarrollar a lo largo de sus distintos
ensayos ; pone
en tela de juicio los fundamentos de una sociedad que finge no
ver estos instintos de maldad que cada uno de nosotros llevamos
dentro. Cuán lejos estamos de las teorías
de Jean-Jacques Rousseau que
creía en la bondad natural del hombre… Ernesto Sabato no
denuncia el Mal del Hombre, sino la política del avestruz
adoptada por ese mismo Hombre.
Uno de los blancos apuntados es el cristianismo.
En efecto, para el mundo cristiano también, el hombre es
un ser fundamentalmente bondadoso, acosado por todas partes por
el pecado. No niegan la existencia del mal, pero su ceguera no
les permite ver que el Mal es un fenómeno inherente al
Hombre. Resulta que siguen ignorando el origen del Mal . Para que
el hombre no
caiga en el pecado, el clero tiene que predicar el Bien. Pero el
Mal no necesita ninguna predicación, aparece solo. Sabato
denuncia este encarnizamiento de los "jerarcas" cristianos que se
empeñan en defender y promover un mundo en el cual
reinaría el Bien, mientras que en el fondo, perfectamente
saben que esta tarea está condenada al fracaso. No se
puede luchar contra algo que, quiérase o no, todos
llevamos dentro, y que dejamos (más o menos) expresarse
consciente o inconscientemente. Puede resultar esto algo
pesimista, pero por más que se absuelvan todos los pecados
de los hombres, éstos volverán a pecar.

En el capitulo XI del Informe, Fernando va a tener una
discusión relevante, o mejor dicho va a sostener un embate
oratorio con la señorita González Iturrat, durante
el cual va a ejemplificar con un cinico virtuosismo esta
teoría. Cabe presentar previamente a esa señorita,
cuya descripción no se puede disociar de sus
ideas. Primero, la señorita Iturrat es "profesora de
historia". Es el mentor de "un grupo de
chicas muy unidas", que van a "exposicones y conferencias".
Representa a la mujer moderna
que trabaja, educada y culta, que tiene ideales. Confia en el
Hombre en general, en su bondad natural, en su facultad para
razonar que le concede las capacidades necesarias para progresar
moral y
cientificamente. En fin, tiene una visión muy optimista
del mundo que según le parece va mejorando con el tiempo :
"con gente como usted el mundo nunca habría ido adelante!
(…)No me va usted a decir que la humanidad no tiene una
moral superior
a la de la sociedad esclavista." (XI, pag.. 302) . A lo que
Fernando le contesta: "¿Y de dónde deduce usted que
[el mundo] ha ido adelante ?"(XI, pag. 302). A cada argumento
alegado por la señorita, Fernando opone otro
todavía más convincente. Ambos se apoyan en la
Historia para defender su respectivo punto de vista, pero evocan
los mismos hechos históricos, y por consiguiente, la
conclusión de cada uno es diferente. La senorita Iturrat,
que piensa que el origen Mal radica en la ignorancia humana,
afirma que esta tendencia maléfica del Hombre irá
desapareciendo gracias a los adelantos científicos. En su
opinión, el mundo es mejor en el Siglo Veinte que en
remotas épocas, y es evidente que ha ido adelante porque
se puede "Ilegar a Nueva York en veinte horas". Sin
embargo,

Fernando se mantiene en sus trece : "Hasta ahora,
señorita, el mal siempre ha prevalecido sobre el bien.[
…] Abra usted la Historia de Oncken por cualquier página
y no encontrará más que guerras,
degüellos, conspiraciones, torturas, golpes de estado e
inquisiciones." (XI, pag. 30l) Con mucha razón, se
podrá pensar que Fernando se muestra
nihilista, cínico, que tiene una visión desesperada
del mundo, pero no se le podrá negar cierto realismo,
cierto pragmatismo, y
una gran parte de verdad en su propósito. Ni los progresos
cientificos, ni nada, podrán aniquilar el dominio del mal
en la tierra, ni
siquiera su existencia. En algunos casos, incluso pueden
acrecentar su fuerza, y
asentar este dominio : "Un
jefe de Buchenwald es superior a un jefe de galeras. Es mejor
matar a los bichos humanos con bombas napalm que
con arcos y flechas. La bomba de Hiroshima es más
benéfîca que la batalla de Poitiers" (XI, pag.
302).

Va más allá aún, en efecto, se
atreve a avanzar la tesis de que
el
conocimiento, alcanzado gracias a la razón, tan
benévolo y benéfico para el Hombre, es generador
del Mal : "Alemania en
1933 era uno de los pueblos más alfabetizados del mundo.
Si la gente no supiera leer, al menos no podría ser
idiotizada día a día por los diarios y revistas.
Desgraciadamente, aunque fuesen analfabetos, todavía
quedarían otras maravillas del progreso : la radio,
la
televisión" (XI, pag. 303) .

Tesis que culmina con la tremenda conclusión
siguiente :

"Habría que extirpar los timpanos a los chicos y
sacarles los ojos. Pero éste sería ya un programa
más dificultoso" (XI, pag. 303).

Esto pone de relieve el
aspecto polifacético y contradictorio que tiene el tema de
la ceguera en la mente de Sábato, y por lo tanto la
dificultad para nosotros de expresar lo que representa y
significa. Al respecto, no se puede adoptar una posición
definida ni fija. En efecto, en este caso preciso de los chicos a
los cuales habría que pinchar los ojos, la ceguera (y la
sordera) vendría a ser el único recurso para que no
se enteraran de lo que pasa a su alrededor, y por consiguiente
impediría que se desarrollara en ellos todo instinto malo,
o sea que la ceguera cobra aquí otro sentido más, y
totalmente contradictorio con el que ya subrayamos. En efecto,
habíamos Ilegado a la conclusión de que todos los
miembros de la Secta de los Ciegos eran seres maléficos,
adoradores de una divinidad que representaba el Mal. Y
aquí, aparece otra eventualidad, tan válida como la
otra, que da a entender exactamente lo contrario, a saber que la
ceguera permite luchar contra el Mal…

Un mundo en crisis

Este virulentos enjuiciamiento a la sociedad que propone
Fernando en su Informe refleja por supuesto las ideas de
Sábato en cuanto a este tema. Ideas que aparecen
también desarrolladas en sus distintos ensayos. En
efecto, con Sábato, dificilmente se pueden separar los
ensayos de las novelas. Esto es otro de los indicios del
carácter dual del autor. Las dos vertientes de su personalidad
que subrayamos al principio de este estudio se expresan en cada
uno de estos dos estilos de escritura ;
las teorías
expresadas en los ensayos son obra del científico,
mientras que las ficciones las escribe un ser profundamente
atormentado, obsesionado por fantasmas procedentes de las
regiones más profundas de su inconsciente.

Uno de los motivos recurrentes del pensamiento de
Ernesto
Sábato, es el concepto de crisis. En fin de cuentas,
¿qué es el Informe Sobre Ciegos sino la
expresión más desesperada de la crisis de un hombre
y por consiguiente, como Sábato pretende alcanzar la
universalidad, de una sociedad entera ? Al respecto, Fernando
Vidal Olmos se parece a su creador.
En efecto, la historia de Sábato es, como lo vimos en
nuestra primera parte, la historia de numerosas crisis
personales, que a lo mejor le hicieron tomar conciencia de que
nuestra sociedad estaba atravesando a su vez una grave crisis,
todo lo cual generó esa lucidez pesimista que le
conocemos.
Una de sus crisis personales más importantes fue la que le
empujó a dejar definitivamente el mundo de la ciencia en
el cual actuaba de físico nuclear de punta. Pese a
mostrarse ferozmente crítico hacia la ciencia, no
adopta hacia ella una actitud
extremista ni preconiza un mundo sin ciencia ni tampoco hace la
apología del hombre prehistórico. Solamente deplora
que la ciencia desempeñe ahora, y esto desde el Renacimiento,
un papel
demasiado importante en la vida del Hombre. Según Ernesto
Sábato, el origen de tal crisis remonta al
período del Renacimiento, y
cuya evolución se caracteriza por tres paradojas
: a saber fue un movimiento
individualista que terminó en la masificación, fue
un movimiento naturalista que termino en la máquina, fue
un movimiento humanista que terminó en la
deshumanización. Para Sábato, el ser humano ha
pagado caro la gran aventura humanista del Renacimiento. En
efecto, ésta abrió el camino hacia la modernidad, pero
culmina en la cosificación del Hombre. Al querer
matematizar el mundo, éste matematizó su alma.
Así, su voluntad y su libertad
dejaron de ser expresiones de un individuo "auténtico",
para convertirse en los motores de una
gigantesca máquina, antiguamente Ilamada Tierra. De
ahí el escepticismo de Sábato, su actitud
crítica hacia una Ciencia que considera el mito como una
mentira (y vimos qué importancia cobra el mito en la
mente de Sábato), una ciencia que desprecia el pensamiento
mágico que no es regido por ninguna fórmula
matemática
y que por lo tanto es erróneo. Una Ciencia que
básicamente debía ayudar al hombre para mejorar su
vida, entendiendo pero sobre todo dominando las "leyes" (otro
término cientifico) de la naturaleza ; pero el resultado
fue otro. El más dominado de todos, sorprendentemente, no
fue la naturaleza que muy a menudo nos lo hace saber, sino el
mismo Hombre. Este proceso, iniciado con el Renacimiento,
conoció una fuerte aceleración gracias al (o a
causa del) advenimiento de la era industrial cuya única
victima es el Hombre y podría resumirse con este
"razonamiento" silogístico (que se aparenta con una
ecuación matemática) : los adelantos técnicos
de la Ciencia Ilevaron a la creación de las máquinas.
Las máquinas
se hicieron imprescindibles para el Hombre. El Hombre se
volvió el esclavo de la máquina, y totalmente ciego
para con el mundo circundante.
Y de nuevo, mediante esta ceguera que provoca la razón,
vuelve a plantearse el carácter dual y polifacético
del Informe que viene a sembrar la confusión en la mente
del lector. Es que todo en este relato admite diversas lecturas.
Ya subrayamos la enorme parte de verdad que encerraba el Informe
sobre Ciegos, pese a lo delirante e irrealista de lo que cuenta
Fernando Vidal Olmos. Pero por otra parte, Fernando repite sin
cesar que su búsqueda no es sino una pesquisa policiaca,
científica, o sea que su comportamiento
es motivado por su sola razón. Pero con tales criterios, y
ya lo hemos explicado, la famosa pesquisa de Fernando resulta un
disparate totalmente erróneo. Solamente adquiere su parte
de verosimilitud, e incluso de verdad, desde el punto de vista de
la experiencia onírica. Entonces, por un lado Fernando no
cuenta sino verdades, y por otro no dice sino
disparates.

Y el carácter equívoco o erróneo de
su relato viene del lado racionalista y aparentemente
científico del mismo. Esta ambigüedad, que evidencia
cómo un mismo relato puede interpretarse de diversas
maneras, muestra que el solo juicio dictado por la razón
no basta, ni mucho menos. En varias situaciones, el enfoque
racionalista es imprescindible, pero en otras, es totalmente
insuficiente y aun incompetente puesto que propone conclusiones
falsas que ocultan al Hombre otro tipo de verdad, y que Ilevan a
éste a la ceguera espiritual.

En la persona de Fernando Vidal Olmos, Ernesto
Sábato ha objetivado su creencia de que la literatura y el artista
más generalmente pueden revelarse muy útiles para
la Humanidad. Partiendo de una obsesión personal,
Sábato escribió este Informe sobre Ciegos, como
toda su obra novelística para aliviar sus angustias, "para
no morirse", pero también para enjuiciar, para denunciar
algunos rasgos propios del Hombre moderno. Asume la misión del
artista quien debe trascender la ceguera o mentira de nuestra
civilizacion para alcanzar la verdad. Esta, solamente puede
alcanzarse penetrando las fuerzas del Mal, que vienen
representadas aquí con la Secta de los Ciegos, entendidas
desde una doble perspectiva : como las fuerzas que yacen latentes
en el inconsciente individual, y como el mal, ceguera en la que
se ampara el hombre para perder conciencia de esas fuerzas
infernales que, quiérase o no, sustantan su vida.
En fin, en el Informe, el autor Fernando-Sábato ha
alcanzado aquel punto del que habló André Breton, y
donde "la vida y la muerte, lo
real y lo imaginario, lo pasado y lo futuro, lo comunicable y lo
incomunicable, lo alto y lo bajo, dejan de ser percibidos como
contradictorios"13.
El Informe sobre Ciegos, en suma, constituye el testimonio de un
mundo rescatado en toda su compleja integridad. Las fuerzas
demoniacas que lo sustentan van revelando un mundo extraño
y aparentemente incomprensible, pero auténtico. Una
autenticidad que Fernando ha encontrado antes de morirse cuando
da cuenta de su liberación final : "Cosa singular : nadie
ahora parece perseguirme", realizando así su ansioso deseo
de ser verdaderamente.

 Por otro lado, huelga señalar que el lector
del "Informe" no se queda sin embargo en este nivel del texto
sino que debe internarse en las profundidades del metatexto. Esto
sucede cuando Fernando desarrolla su teoría sobre el caso
Castel. Esta incursión de Fernando en el material de El
túnel nos lleva a otro nivel de lectura del texto, pasamos
de la ficción a la metaficción, el personaje que
piensa y recuerda a otro personaje de ficción. El
referente de estos signos es a su vez signo de otro discurso
precedente. Narrador y lector inician entonces una
revisión del caso: "Y volví entonces a analizar el
caso Castel, caso que no sólo fue muy notorio por la gente
implicada, sino por la crónica que desde el manicomio hizo
llegar el asesino a una editorial."(pag. 396). El narrador se
distancia del lector en cuanto a su relación con el caso
ya que "había conocido a María Iribarne y
sabía que su marido era ciego."(pag 396). El lector en
este momento reconoce que su marco referencial es más
restringido que el de Fernando, es decir, se encuentra ante un
código indeterminado. El discurso del narrador juega
constantemente con el campo afectivo del lector, cuando
inmediatamente después dice: "Es fácil imaginar el
interés que tuve de conocer a Castel, pero también
es fácil presumir el temor que me impidió hacerlo,
pues equivalía a meterse en la boca del lobo."(396). De
haberlo deseado, Fernando podría haber conocido
personalmente a Castel, cosa del todo imposible para el lector,
lo que resulta en una constante variación de niveles
miméticos. El individuo que personalmente conoció a
María Iribarne y que tuvo la posibilidad de conocer a
Castel, termina diciéndonos: "¿Qué otro
recurso me quedaba que el de leer, el de estudiar minuciosamente
su crónica?"(396). Estudiar minuciosamente su
crónica es exactamente lo que el lector ha hecho. De esta
manera Fernando introduce una ficción en su
ficción.

La participación activa del lector en la construcción de la obra es evidente. En
repetidas ocasiones el lector es llamado a reconstruir pasajes.
Encerrado en el laberinto de la Secta,

Fernando recuerda la historia del portero y la mucama
que murieron de hambre encerrados en el ascensor. El narrador
presenta todo el marco referencial. Está en el proceso de
imaginar los últimos recuerdos y suspiros de la pareja,
cuando llama al lector a la acción: "Bueno, en fin,
¿para qué seguir con la descripción minuciosa? Cualquiera puede
reconstruirla a poco que tenga alguna imaginación: Hambre
creciente, sospechas mutuas, peleas, recriminaciones por cosas
pasadas."(392). El sadismo de Fernando se regodea en la
tentación del antropófago e insiste en los detalles
escatológicos: "No debe olvidar el que quiera reconstruir
este episodio, que, además, esos dos seres humanos deben
hacer allí sus necesidades…"(393). Fernando, conciente
del proceso de lectura que el texto incita, llama al lector a la
reconstrucción de los significantes que se encuentran
codificados en su texto, sarcásticamente nos da la
opción de construir, nos invita a llenar los espacios
vacíos, los blancos del texto, o continuar la lectura de
la estructura superficial del mismo.
 La relación dinámica entre narrador y lector se plantea
siempre a un nivel consciente, es decir, por medio de una
supercodificación del texto, el narrador tiene conciencia
de narrar y lo más importante, de ser leído, de
estar siendo escuchado. De esta manera su relación con el
lector es abierta y dinámica y se sitúa al mismo nivel
comunicativo. Considérese por ejemplo el siguiente
enunciado: "Se me ocurre -dice Fernando- que al leer la historia
de Norma Pugliese algunos de ustedes pensarán que soy un
canalla."(340). Como puede verse, estamos en contacto con un
lector que tiene plena conciencia de las diferentes
interpretaciones del texto. Su violencia y
arrogancia se desarrollan en las siguientes frases donde acepta y
justifica ser un canalla sin ningún respeto para sí
mismo, con un argumento que intimida directamente al lector:
"¿y quién que ahonde en los pliegues de su
conciencia puede respetarse?"(Idem). Así el lector, hombre
que sin duda pretende ahondar en los pliegues de su conciencia,
hombre que sin duda encuentra tener cierto respeto para sí
mismo, se encuentra ante una irresoluble
contradicción.
 Fernando hace un recuento del caso Castel dejando por
sentado el hecho de que se trata de una venganza de la Secta, y
propone una serie de variaciones o posibilidades. Concluye
diciendo que: "Hay todavía algunas variantes de las
variantes, que no vale la pena que yo describa pues cada uno de
ustedes puede fácilmente ensayar como ejercicio; ejercicio
por otra parte útil pues nunca se sabe cuándo y
cómo puede caerse en alguno de los ambíguos
mecanismos de la Secta."(398). Aquí el narrador introduce
al lector activamente no sólo en la lectura, sino en la
producción del texto; el lector es llamado
a producir variantes y posibilidades que son a su vez
posibilidades del texto. Más aún, el narrador nos
advierte sobre los peligros de la Secta e indirectamente amenaza
al lector "pues nunca se sabe cuándo ni cómo puede
caerse." Llegamos así a este tercer nivel de la lectura
donde el lector pasa a situarse como protagonista del texto,
porque nosotros también podemos ser víctimas de
"los ambiguos mecanismos de la Secta."
 Las últimas líneas del "Informe sobre ciegos"
no hacen más que confirmarnos esta advertencia de
Fernando, comunicarnos claramente que también el lector,
en el transcurso de la lectura, ha caído. Concluye
Fernando diciendo: "Aquí termino, pues, mi Informe, que
guardo en un lugar en que la Secta no pueda hallarlo."(449). Y
sin embargo aquí estamos nosotros, con el "Informe" en la
mano, leyendo la historia; por lo cual debemos asumir que la
Secta no sólo lo halló sino que decidió
publicarlo, que decidió darlo a la luz en una novela
que sin lugar a dudas escribió alguien por encargo de la
Secta, o quizás hasta uno de sus miembros, para despistar
a los ilusos lectores que pensarán que todo es una
ficción, que todo es la obra de un
"insensato."-

6.-
BIBLIOGRAFÍA.-

  • Sábato, Ernesto, El túnel, ed.
    Unidad, colección Millenium del periódico "El mundo", Madrid,
    1.999.
  • _________ , El túnel , ed.
    Cátedra, Madrid, 1994.
  • __________, Sobre héroes y tumbas, ed.
    Seix Barral, Barcelona, 2.001.
  • __________ , Narrativa completa, ed. Seix
    Barral, Barcelona, 1.982.

ARTÍCULOS EN INTERNET (google.com):

  • Woscoboinik, Julio., "Primeros tiempos y grandes
    decisiones".
  • Entrevista de María Esther Gilio a Ernesto
    Sábato. "La razón no existe para el existencia".
    Revista
    Brecha.
  • Casatella, Francisco., "La letra de la
    Bestia".
  • Nicasio Urbino, "La escritura y la lectura en la obra
    de Sábato: autorreferencialidad y
    metaliteratura".

conchi sarmiento vazquez

Partes: 1, 2
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