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Semiotica




Enviado por cynthi_a



    1. Introducción

    2. Definiciones de
    semiótica

    3. Semiótica y semiología :
    diferencias y congruencias

    4. Comunicación y/o
    significación

    5. Campo de desarrollo de la
    semiótica

    6. El Signo

    7. Los Medios

    8. Conclusiones

    9. Bibliografía

     

    1. Introducción

    Aunque no resulta fácil hallar una definición
    clara de la semiótica, tratemos de ahondar un poco en los
    orígenes de la palabra para sacar algunas conclusiones.
    Mucho antes de que el término “semiótica”
    fuera utilizado ya se encuentran investigaciones al respecto del
    los signos. Estos orígenes se confunden con el de la
    propia filosofía, ya Platón definía el signo en
    sus diálogos sobre el lenguaje, en el dialogo de Sócrates con
    Cratilo, discute sobre el origen de las palabras y, en
    particular, sobre la relación que existe entre ellas y las
    cosas que designan. Semiología fue utilizada en una de sus
    acepciones más antiguas en la medicina, era el
    término empleado para designar el estudio e
    interpretación de los síntomas de las enfermedades. Pero si analizamos la
    etimología de la palabra, ésta deriva de la raíz
    griega semeîon (signo) y sema (señal), entonces
    diremos que en términos muy generales la semiótica se
    ocupa del estudio de los signos. Como es evidente bajo esta
    perspectiva se unifican toda una serie de orientaciones y
    acercamientos al análisis de la cultura. Su dominio es demasiado amplio y
    en él confluyen diversas perspectivas y por tanto,
    aún no se ha consolidado como una disciplina con modelos teóricos
    unitarios. Es decir, por más que se afirme que la
    semiótica es una ciencia, nada más
    alejado de la realidad. Esta preocupación etimológica
    además de tratar de aclarar el proceso diacrónico
    sufrido por el término, abre espacio para discutir las dos
    grandes corrientes del siglo XX en el campo del estudio de los
    signos; la semiología y la semiótica. Semiología
    es una deformación moderna y, a veces, se utiliza
    semeiología, sematologia, semeiotica, tanto como
    "semiotics" que en inglés le da a la palabra una forma
    plural y sirve para denominar como ya dijimos una
    “ciencia”. Aunque en el
    primer congreso de la Asociación Internacional de
    Semiótica se adopto la palabra
    “semiótica” como el término para abarcar
    el estudio de las tradiciones de la semiología y la
    semiótica general.

     

    2. Definiciones de
    semiótica

    La Semiotica

    La semiótica o semiología es la ciencia que trata de los
    sistemas de comunicación
    dentro de las sociedades humanas.

    Saussure fue el primero que hablo de la semiología y la
    define como: "Una ciencia que estudia la vida de los signos en
    el seno de la vida social"; añade inmediatamente: "Ella
    nos enseñará en que con los signos y cuales son las
    leyes que lo gobiernan…".

    El americano Peirce (considerado el creador de la
    semiótica) concibe igualmente una teoría general de
    los signos que llama semiótica. Ambos nombres basados en
    el griego "Semenion" (significa signo) se emplean hoy como
    prácticamente sinónimos.

    En la semiótica se dan corrientes muy diversas y a veces
    muy dispares por lo que más que una ciencia puede
    considerarse un conjunto de aportaciones por la ausencia del
    signo y el análisis del funcionamiento de códigos
    completos.

    De semiótica se ha ocupado entre otros, Prieto, Barthes,
    Umberto Eco,… A estos últimos se debe la aplicación
    del concepto de signos a todos los
    hechos significativos de la sociedad humana.

    Ej: La moda, las costumbres, los
    espectáculos, los ritos y ceremonias,

    los objetos de uso cotidiano,…

    El concepto de signo y sus
    implicaciones filosóficas, la naturaleza y clases de signos,
    el análisis de códigos completos… Son objetos de
    estudio de la semiótica o semiología.

    Hoy la investigación llamada la semiología, por
    quienes prefieren lo europeo o semiótica, por quienes
    prefieren lo americano, se centra en el estudio de la naturaleza de los sistemas autónomos de
    comunicación, y en el lugar de la misma semiología
    ocupa en el saber humano.

    Saussure insiste en que la lingüística es una parte
    de la semiología, ya que esta abarca también el
    estudio de los sistemas de signos no lingüísticos. Se
    cae a menudo en el error de considerar equivalentes lenguaje y semiología,
    y nada más alejado de la realidad; El lenguaje es
    semiología, pero no toda la semiología es lenguaje.

    Si Saussure opina esto, ahora bien según Barthes no es en
    absoluto cierto que en la vida social de nuestro tiempo existan, fuera del
    lenguaje humano, sistemas de signos de cierta amplitud.
    Objetos, imágenes, comportamientos, pueden en efecto
    significar pero nunca de un modo autónomo. Todo sistema semiológico tiene
    que ver con el lenguaje. Parece cada vez más difícil
    concebir un sistema de imágenes o
    objetos cuyos significados puedan existir fuera del lenguaje:
    Para percibir lo que una sustancia significa necesariamente hay
    que recurrir al trabajo de articulación llevado a cabo por
    la lengua. Así el
    semiólogo, aunque en un principio trabaje sobre sustancias
    no lingüísticas, encontrará antes o después
    el lenguaje en su camino. No solo a guisa de modelo sino también a
    título de componente de elemento mediador o de
    significado. Hay pues que admitir la posibilidad de invertir la
    afirmación de Saussure: La lingüística no es una
    parte, aunque sea privilegiada, de la semiología, sino,
    por el contrario, la semiología es una parte de la
    lingüística

     

    Otras
    Definiciones Y Conceptos

    Es
    difícil dar una definición unánime de lo que es
    la semiótica.Sin embargo puede haber acuerdo acerca de
    "doctrina de los signos" o "teoría de los signos".

    Esta definición presenta el inconveniente de transferir al
    término "signo" la mayor parte de los interrogantes.
    Además observamos que los problemas ligados a la
    definición implican la definición misma, hecho que
    marca fehacientemente las
    dificultades de la empresa al tiempo que subraya su
    interés.

    Este interrogante remite inevitablemente al objeto de la
    semiótica, en consecuencia, a la unificación de las
    problemáticas de la significación y,
    correlativamente, a la constitución de una comunidad científica capaz
    de instituir y de garantizar la validez de estas
    problemáticas. Esto muestra que el acceso a la
    semiótica es, en principio, complejo pues se sitúa
    necesariamente en la interfaz de un gran número de campos
    del saber (filosofía, fenomenología, psicología,
    etnología, antropología, sociología,
    epistemología, lingüística, teorías de la
    percepción, neurociencias,…). La tarea histórica de
    la semiótica podría ser la de hacer cooperar esos
    saberes, institucionalmente separados, para producir un saber
    nuevo, un saber, en cierto modo, de segundo grado.

    Encontraremos pues tantas doctrinas de los signos como
    conceptualizaciones de esta cooperación de saberes; dicho
    de otra manera, las doctrinas difieren según el contenido
    primitivo atribuído al término "signo". Sin embargo,
    en su acepción corriente, este término es lo
    suficientemente preciso como para que podamos contentarnos con
    las expresiones "doctrina de los signos" o "teoría de los
    signos", en virtud de la mayor o menor pretensión de
    formalización científica ostentada por las diferentes
    corrientes que se registrarán más adelante. Tendremos
    que tomar en cuenta también el amplio lugar ocupado por el
    signo lingüístico, tanto en la ocupación del
    campo como en una perspectiva histórica, puesto que para
    algunos la semiótica se confunde con la
    semio-lingüística, inclusive con una filosofía
    del lenguaje. Es dable considerar entonces, desde el comienzo,
    el carácter necesariamente polémico de toda tentativa
    de organización del campo semiótico y limitar
    nuestras ambiciones a mostrar que la semiótica es el
    ámbito privilegiado donde se organiza el debate acerca de la
    significación; queda claro que nosotros seremos parte
    interesada en ese debate.

     

    La
    Semiotica Es Una Ciencia O Una Filosofia

    Al producir
    un objeto teórico bien definido y claramente delimitado
    podremos hablar si no de ciencia, al menos, de actitud científica e
    introducir las aclaraciones necesarias.

    Umberto Eco identifica semiótica general y filosofía
    del lenguaje, dudando de que puedan tratarse fenómenos de
    significación y/o representación como se trata a los
    objetos de la física o de la electrónica.

    Sin embargo la cuestión está constantemente
    tergiversada al tomar en consideración a priori de
    "sistemas de signos" cuya constitución daría cuenta
    de la evidencia. La semiótica se vuelve entonces una
    especie de tipología de los sistemas significantes
    realizada a partir de la formalización más o menos
    acabada de estructuras formales
    extraídas empíricamente de cada sistema. Queda claro
    que la vaguedad que domina en la noción de sistema y la
    imprecisión que reina, no bien salimos de los sistemas
    explícitamente construídos para un uso determinado
    (código de la ruta por ejemplo), no permiten la
    construcción de una teoría hipotético-deductiva,
    por falta de términos primitivos formalizables y con mayor
    razón y con mayor motivo de reglas de la deducción
    que le conciernen.

    De esta manera puede explicarse que, bajo pretexto de
    reintroducir el tema excluído por el estructuralismo, se haya
    recurrido al psicoanálisis (lo que produjo la
    "semanálisis" de J. Kristeva por ejemplo). En efecto,
    recurriendo al inconciente que, por construcción, es y
    será siempre una virtualidad (si no una comodidad) como un
    lugar oculto en el que se elabora el sentido, se disuelve todo
    objeto posible en una "psicología de las profundidades"
    menos accesible aún a la crítica científica ya
    que pretende situarse más allá, en la particularidad
    de la experiencia de un sujeto individual. No es éste el
    ámbito para argumentar y debatir acerca de esas cuestiones
    que necesitarían importantes desarrollos. Sin embargo,
    independientemente de la validez de los juicios que preceden,
    pensamos que al exhibir un objeto para la semiótica,
    definido como se define todo objeto en las ciencias empíricas,
    podrá ofrecerse una alternativa al vértigo de los
    sistemas informes y de los procesos misteriosos que
    evolucionarían a nuestro pesar en las profundidades de
    nuestros inconcientes. Asumimos nuestras responsabilidades en
    la pregunta 3; en verdad, para nosotros se trata de producir a
    tiempo un corte epistemológico de la semiótica entre
    la ciencia y la
    filosofía.

     

    Diferencias  entre linguistica y semiotica

    La
    concordancia en considerar a los signos lingüísticos
    como una categoría de signos, es casi general, lo que hace
    de la lingüística una parte de la
    semiótica.

    La importancia de los signos lingüísticos es tal que
    la semiología de inspiración saussureana, que se
    desarrolla a partir de la lingüística, ha mantenido
    la confusión entre semiótica y semiolinguística
    ). Roland Barthes llegó a invertir la propuesta de
    Ferdinand de Saussure según el cual la
    lingüística es una parte de la semiología.

    Pensamos que es conveniente ignorar y hasta luchar contra esta
    relación de dependencia establecida históricamente
    entre la lingüística y la semiótica para
    ocuparse de los signos en general antes de tratar signos
    lingüísticos. En efecto, parece que la dependencia
    teórica es a la inversa de la relación
    históricamente establecida.

     

    Semiotica General

    Si puede
    mostrarse que más allá de la diversidad y de las
    diferencias aparentemente irreductibles (sobre las cuales se
    funda la noción de sistemas de signos) hay una perspectiva
    teórica unificante que da a cada signo, cualquiera que sea
    el campo de las prácticas humanas al cual se vincula, el
    mismo estatus teórico, entonces podemos hablar de
    semiótica general.

    Es necesario superar las diferencias observables en el campo de
    los fenómenos de representación y de
    significación, que los compartimentan en clases que no
    tienen aparentemente ningún punto en común, para
    estar en condiciones de fundar una semiótica general.
    Desprenderse de la clase de los fenómenos
    lingüísticos no será la menor dificultad. En
    efecto, su importancia en las relaciones humanas es tal
    que han dado lugar a modelizaciones profundas. Su conocimiento ha progresado
    mucho, creando un importante "defasaje espistemológico"
    con los fenómenos no lingüísticos. Esta
    atención prioritaria dada por la comunidad científica a los
    signos lingüísticos explica el ocultamiento
    provisorio de la cuestión de una semiótica general a
    causa de una especia de imperialismo de la
    semiolingüística. El debate es tanto más
    difícil ya que la modelización general producida por
    una semiótica general, cuando se la aplica en el campo
    lingüístico, aparece necesariamente como en retroceso
    desde el punto de vista del poder explicativo y plantea
    problemas de
    retraducción muy complejos. El enfoque peirceano muestra que es posible definir
    el signo independientemente de toda especificidad y abre el
    camino hacia una semiótica general.

     

    Condiciones De Una Semiotica General

    Primeramente
    es necesario objetivar los fenómenos de significación
    y construir a continuación un modelo capaz de
    "informarlos", es decir, de darles formas.

    Como ya hemos observado, hay significación desde que
    alguna cosa vale no para ella misma, sino para otra. Dicho con
    más precisión, su fenomenología, es decir el
    efecto que su percepción produce aquí y ahora en una
    mente, introduce en esa misma mente la fenomenología de
    otro objeto (la que, en cierto modo, está necesariamente
    latente en esa mente). El criterio de delimitación del
    campo de los fenómenos estudiados por una semiótica
    general no puede ser más que éste: ¿hay una o
    dos fenomenologías de objeto en la experiencia vivida por
    un sujeto?. Entonces, una semiótica general aparecerá
    en principio como el estudio de una relación entre dos
    fenomenologías. De esto se desprende que necesitará
    recurrir a una descripción de los fenómenos
    "ordinarios" (es decir, en los que los objetos percibidos
    sólo valen para ellos mismos). Esta descripción
    deberá permitir explicitar el "acoplamiento" de esas dos
    fenomenologías que se encuentran en todo fenómeno
    semiótico. Queda por precisar el contenido del
    término "mente" lleno de connotaciones diversas. Deberemos
    considerarlo sólo en su probada capacidad para establecer,
    en condiciones históricamente datadas, correspondencias
    entre fenomenologías de objetos. Deberá ser a la vez
    particular, puesto que deberemos describir correspondencias
    efectivamente establecidas por un sujeto dado en un instante
    dado, y universal, puesto que las significaciones son
    "mundanas", es decir producidas "en el mundo". La mente, o al
    menos su contribución al fenómeno de
    significación, deberá modelizarse. Finalmente, si
    enumeramos los campos del saber que deberán cooperar en
    una semiótica general, encontraremos: una teoría de
    la percepción, una fenomenología de los
    fenómenos "ordinarios" y una modelización del
    intérprete en función de su relación con el
    mundo. .

     

    Semiotica Especifica

    Las
    semióticas específicas se definen como
    "gramáticas" (es decir, un conjunto de reglas
    explícitas) de sistemas particulares de signos que
    admitimos como datos de observación.

    La autonomía de esos sistemas, su cohesión y su
    independencia de los otros
    signos se impondrían a todo observador. Así
    sería de las lenguas, del lenguaje de sordo mudos, de las
    señales camineras, de los escudos, etc… U. Eco cuando
    trata los sistemas de signos, observa con justa razón que
    pueden ser más o menos rígidos, más o menos
    flexibles. Los sistemas "rígidos", como el de los
    semáforos o la estructura del sistema
    fonológico de una lengua, parecen más
    objetivables -por tanto, más fácilmente descriptibles
    en términos formales- que los sistemas "flexibles", como
    por ejemplo la función narrativa en los cuentos de hadas rusos. La
    hipótesis subyacente es que el conjunto de fenómenos
    considerados y aislados por este acto fundador posee una
    organización y articulaciones internas
    autónomas. Un buen ejemplo de este enfoque es el "sistema
    de la moda" de R. Barthes en el
    que el campo estudiado está delimitado a priori a las
    producciones de los semanarios de moda (el "discurso de la moda"). Para
    Eco, una semiótica específica puede aspirar a un
    estatus científico en la medida en que considere
    fenómenos "razonablemente" independientes de su
    observación y que concierna a objetos relativamente
    estables. Habremos de observar que este criterio de independencia del
    fenómeno frente a la observación no podría
    constituir un criterio absoluto (puesto que, incluso, esto
    tampoco se verifica en las llamadas ciencias exactas) y que,
    además, puede verificarse, quizás, de manera
    diferente pero siempre válida, en los casos de los
    fenómenos de significación. El problema no es tanto
    el de la constitución de un objeto de conocimiento independiente
    de todo observador como el de la adjetivación de ciertas
    clases de fenómenos. Consideramos, como René Thom,
    que "toda ciencia es el estudio de una fenomenología".
    Cuando la fenomenología estudiada es aquel fenómeno
    que se produce cuando se sueltan ciertos objetos pesados (la
    caída de los cuerpos) y caen hacia el suelo, queda claro que su
    estudio científico queda concluído al anunciarse la
    ley de gravedad universal.
    Cuando la fenomenología estudiada es aquel fenómeno
    que acontece cuando una cosa presente, percibida por un sujeto
    humano, produce la presencia en la mente de ese mismo sujeto de
    una cosa ausente del campo de su experiencia, el problema de la
    actitud científica
    frente a esta clase de fenómenos no es fundamentalmente
    diferente. En efecto, en el primer caso se produjo un modelo
    que se resume en la fórmula que liga a los cuerpos pesados
    mediante la existencia de una fuerza que depende de sus
    masas respectivas y de la inversa del cuadrado de su distancia.
    La aplicación de esta fórmula confiere a todo
    experimentador un poder de previsión que
    le asegurará el dominio completo de esta clase
    de fenómenos. En el segundo caso, puede adoptarse una
    actitud semejante; sin embargo no podría plantearse a
    priori que la cientificidad deba conducir, como en el caso
    precedente, a un dominio completo. Simplemente, es necesario
    considerar que un paso hacia el conocimiento y, en
    consecuencia, hacia un cierto dominio de estos fenómenos,
    se concreta desde que un modelo, que puede ser cualitativo,
    permite reducir lo arbitrario de su descripción. .

    Semiotica De La Produccion Y De La Interpretacion

    Para algunos,
    los dos procesos son totalmente
    reversibles. Para otros, hay una disimetría fundamental.
    Sin embargo, puede demostrarse que hay una cierta dualidad que
    resulta de la anticipación de la interpretación en el
    momento de la producción.

    La mayor parte de los autores se interesaron casi
    exclusivamente en el problema de la interpretación de los
    signos, partiendo de la opinión ampliamente expandida de
    que la producción y la interpretación son procesos
    absolutamente reversibles. De esto se desprendería que
    describir la interpretación es describir también,
    como en un espejo, la producción. Umberto Eco hace
    inclusive de esta reversibilidad una característica de los
    procesos semióticos. Contra esta afirmación puede
    observarse que, si el productor es dueño del objeto que
    elige para comunicar su mensaje (elección de palabras, de
    grafismos, de gestos …, de configuraciones múltiples de
    unos y de otros), el intérprete está obligado a
    efectuar un trabajo de reconstrucción de ese objeto (una
    semiosis inferencial ) que no llega necesariamente a
    reencontrar el mensaje original. En efecto, las relaciones
    singulares que productor y emisor mantienen con las instituciones de la
    significación son la que regulan su comunicación.
    Hay, entonces, una disimetría a priori, puesto que el
    primero pone en marcha algo ya presente en él, mientras
    tanto que el segundo debe descubrir precisamente lo que el
    primero actualizó.

    Si no se puede conservar la noción de reversibilidad para
    identificar producción e interpretación,
    ¿cómo tomar en cuenta formalmente las homologías
    de los dos procesos?. Lo que hay que remarcar antes que nada es
    que toda producción es, en alguna medida, una
    interpretación a priori efectuada simultáneamente con
    la producción. Esto es lo que quiere decir Jean Paul
    Sartre cuando analiza su
    manera de escribir:

    "Modifico las palabras en función de la idea que tengo de
    él (el público), es decir de mí, recibiendo lo
    que quiero escribir" (Obliques 18/19, entrevista con M.
    Sicard).

    Dicho en otras palabras, la producción es un proceso de
    incorporación de un pensamiento en una
    configuración de existentes que se ubica bajo la
    dependencia de una interpretación anticipada, respecto de
    la que el productor se vuelve un intérprete más. En
    este sentido participa en este proceso colectivo de
    interpretación que describimos como una institución
    social. Por parte del intérprete hay un proceso que va de
    lo particular a lo universal, de lo individual a lo colectivo,
    mientras que, de parte del productor, se va de lo universal a
    lo particular y de lo colectivo a lo individual. Más que
    de reversibilidad, que no diferencia los dos procesos, debemos
    hablar de dualidad para poner el acento en la oposición
    del "sentido de los recorridos" que diferencia producción
    e interpretación según el esquema:

     

     

    Semiolinguistica

    Puede
    aplicarse este término a toda teoría que hace de la
    lingüística el "patrón" de todos los sistemas de
    signos no-lingüísticos.

    Si la lingüística, erigida en ciencia piloto de las
    ciencias humanas, ocupa una posición preponderante, al
    menos en Europa, ello es, en el campo
    de la semiótica, fundamentalmente por razones
    históricas. Así ha podido verse el desarrollo, por simple
    "revestimiento" de conceptos surgidos de la
    lingüística y de una de sus extensiones naturales (la
    narratología), de lo que la Escuela de París llama
    "mini-semióticas" no-lingüísticas. Por ende,
    éstas últimas están subordinadas a la
    lingüística en virtud de la afirmación
    según la cual las lenguas naturales son los únicos
    sistemas de signos a los que se traducirían todos los
    otros sistemas de signos, considerando imposible la inversa. De
    ahí a tomar sólo en cuenta objetos "convertidos en
    lenguaje", explícitamente como R. Barthes o
    implícitamente como la Escuela de París, hay
    solo un paso que franquean alegremente los semiolingüistas
    sin demasiados escrúpulos epistemológicos. Sin
    embargo no podría extraerse de la génesis de una
    disciplina relativa a una
    clase particular de signos, un principio jerárquico que
    permitiera legislar acerca de la clase de todos los signos.
    Convendría entonces limitar las concepciones
    semiolingüísticas de los campos a los campos en donde
    es realmente operativa y buscar las articulaciones entre esos y
    una semiótica general que propondría como principio
    no privilegiar ningún sistema de signos, aún cuando
    sean tan importantes como las lenguas naturales, de manera que
    todos los signos, lingüísticos y no
    lingüísticos, tengan el mismo estatuto
    teórico.

    El diagrama de pie de
    página muestra las relaciones de subordinación entre
    campos disciplinarios que resultan de las consideraciones
    precedentes (el conjunto punteado representa los signos que
    pueden describirse según el modelo de los signos
    lingüísticos). El presupuesto
    semiolingüístico consiste en pretender que el
    conjunto punteado coincide con el conjunto de todos los
    signos.

     

    ¿Debe formalizarse o, incluso, matematizarze una semiotica
    cientifica?

    La historia de las ciencias muestra que la
    forma acabada de una teoría científica se alcanza
    cuando está matematizada completamente en un modelo
    hipótetico-deductivo. Las ciencias humanas podran alcanzar
    ese grado de acabamiento con tal que las matemáticas
    tengan la capacidad de informar (es decir, crear formas) sus
    características particulares.

    Kant escribía que: "en toda teoría particular de la
    naturaleza, lo científico, en el sentido propio de la
    palabra, no existe sino en la cantidad de matemáticas que
    contiene". Leibniz sólo concebía a las formulaciones
    matemáticas ligadas a su aplicación, siendo la
    producción de formalismos inseparables de las diversas
    manifestaciones del sentido; Matesis y Semiosis debían
    aprehenderse simultáneamente. De hecho estos
    filósofos representan una constante de la
    epistemología de las ciencias humanas. Su estatus
    científico está condicionado por la puesta en
    práctica de un proceso de formalización cuya
    articulación con el objeto estudiado debe explicitarse
    totalmente y convalidarse mediante la práctica social. El
    punto de vista enunciado precedentemente lleva a evaluar el
    estado de desarrollo de las
    teorías científicas a partir de su grado de
    formalización: desde las doctrinas informes, es decir de
    opiniones constitutivas de un sistema más o menos
    coherente de conceptos y de relaciones entre conceptos, hasta
    los sistemas hipotético-deductivos matematizados, hay un
    abanico de estatus epistemologícos en el cual las ciencias
    humanas están fundamentalmente del lado de las primeras y,
    las ciencias exactas, del lado de los segundos.
    Ubicándonos resueltamente en esta perspectiva, abogaremos
    en favor de una matematización cada vez más
    pronunciada en las ciencias humanas sin perder de vista el
    valor crítico de las
    opiniones "informes" y teniendo conciencia permanente del
    carácter necesariamente reductor de la formalización
    matemática. El principal escollo en esta gestión
    puede provenir de la tradicional acusación de imperialismo para con las
    matemáticas. Es una actitud que objetivamente funciona
    como un obstáculo epistemologíco que será
    necesario superar en la medida en que se diferencien en el
    orden del saber instituído los roles de formalización
    y aplicación.

     

    Relacion Entre Pragmatica Y Semiotica

    A la
    pragmática puede considerárasela como el momento del
    análisis semiótico en el que se unen la
    sintáctica y la semántica.

    La pragmática confronta a las significaciones elaboradas
    fuera de las realidades de las que surgen con esas mismas
    realidades que pretenden configurar, es decir, a las cuales dan
    sentido. Se expresa en forma de reglas o de hábitos
    interpretativos admitidos como verdaderos en el seno de una
    comunidad, en un período históricamente datado.
    Constituye entonces el momento del análisis semiótico
    en el que sintáctica y semántica se unen.

    C.S. Peirce está en el origen del pragmatismo en cuanto
    movimiento filosófico.
    Fué él quien formuló la máxima del pragmatismo: "Considerar
    cuáles son los efectos prácticos que creemos que
    puede producir el objeto de nuestra concepción. La
    concepción de todos esos efectos es la concepción
    completa del objeto". La significación de un signo es pues
    el efecto que el signo podría tener en cada circunstancia
    previsible. Podría decirse que la semiótica de Peirce
    es pragmática por construcción, mientras que en las
    semióticas saussuro-hjelmslevianas estamos forzados a
    aplicar las modalidades a las relaciones entre representante y
    representado, concebidas en su origen como un ya-instalado
    universalizado. Extendiendo el debate, vemos que la
    concepción peirceana de la semiótica es triádica
    (en el sentido en que la pragmática es el momento de "
    tres en uno") mientras que las concepciones
    saussuro-hjelmslevianas son didácticas o binarias. Esto
    implica una gran dificultad para traducir de una a otra las
    teorías semióticas elaboradas en las dos tradiciones.
    El acento puesto hoy en la pragmática
    lingüística debería permitir una revisión
    crítica de las concepciones diádicas en materia de signos y de
    sentido y hacer caso omiso de muchas dicotomías
    reductoras.

     

    Relacion Hay Entre Semiotica Y Comunicacion

    Todo acto de
    comunicación puede describirse como un par
    constituído por un signo producido por un emisor,
    interpretado luego por un receptor. Su estudio combinará
    producción e interpretación de un mismo signo.

    Queda claro que para avanzar en el conocimiento de los
    signos es conveniente considerar aquello para lo que sirven
    cuando son más o menos intencionales, es decir para
    comunicar. Algo pasa de la mente del productor a la del
    intérprete. Más formalmente, puede considerarse que
    en todo fenómeno semiótico hay un traspaso a
    través de un signo, de una cierta forma de relaciones que
    está en la mente de un productor hacia la mente de un
    intérprete. Esta forma de relaciones no habría
    más que transitar por el signo, que se transforma,
    según los términos de Peirce, en "un medium para la
    comunicación de una forma (o figura)" (el caso de los
    signos naturales, que no tienen productor humano, debe
    estudiarse aparte).

    Es de destacar que en el acto de comunicación definido
    como un par (signo producido-signo interpretado), el productor
    tanto como el intérprete hacen referencia a la misma
    relación de naturaleza institucional que liga al signo con
    su objeto. El productor lo utiliza como "ya-instalado" (un
    "comens" dice Peirce; es decir un "ser común") que le
    permite elegir una cosa (el signo) y presentarla como el
    sustituto de otra cosa ausente (el objeto del signo), con la
    garantía (en el interior de su comunidad) de que un
    intérprete eventual que comparta su cultura tendrá la
    posibilidad de poner en funcionamiento la relación
    empleada en el otro sentido (dualidad), como lo muestra el
    esquema :

    Vemos cómo se logra la comunicación cuando el objeto
    del productor y el objeto del intérprete coinciden (O =
    O`).

     

    Relacion Entre Semantica Y Semiotica

    Al definir a
    la semántica como la "ciencia de las significaciones"
    puede considerársela como la ciencia de aquello a lo que
    remiten los signos. Desde esta perspectiva constituye un
    momento de la semiótica. Evitaremos identificar
    semántica y semántica lingüística.

    En la conceptualización saussureana del signo, la
    significación es inherente al significante. La imagen harto conocida de la
    hoja de papel que tiene sobre una
    faz el significante y sobre la otra el significado, de manera
    que todo corte de una implica un corte de la otra, da cuenta
    adecuada de esta concepción biunívoca y vehicular de
    lo que representa: cortando los significantes en el ámbito
    fónico, cortaríamos al mismo tiempo los significados
    en el ámbito conceptual y, en consecuencia, estudiar la
    lengua sería estudiar simultáneamente las
    significaciones vehiculadas por las palabras. De hecho se trata
    de un solo gesto fundador que produciría sus efectos en
    dos niveles. Inmediatamente percibimos el tipo de dificultades
    que vamos a encontrar en esta perspectiva: los signos
    no-lingüísticos que no se presenten como las palabras
    de la lengua y que no obedezcan a las mismas combinatorias
    quedarán, en principio, fuera del alcance de esta
    conceptualización y será grande la tentación de
    reconducirlos hacia los signos lingüísticos, de tal
    manera que aseguren una apariencia de universalidad de la
    metodología. L. Hjelmslev y sus continuadores han
    intentado escapar a la presión histórica del modelo
    lingüístico distinguiendo, en cierto modo, la cosa
    que representa y su significación y, consecuentemente, la
    relación que los une (ver pregunta 19).

    Desde la perspectiva peirceana (anticipando la clásica
    división formulada por CH.Morris) se distinguen tres
    momentos constitutivos de la semiótica: la
    sintáctica, que trata de aquello que representa, la
    semántica, que trata de aquello que esta representado y la
    pragmática, que extrae las reglas de uso que gobiernan, en
    cada contexto de interpretación, las confluencias de esos
    momentos. Puede pues asimilarse la semántica a un momento
    de la semiótica, tomando el término "momento" en su
    acepción filosófica.

     

    Las
    Principales Teorias Semioticas

    A grandes
    rasgos pueden distinguirse tres concepciones. Dos de ellas son
    binarias, es decir fundadas sobre pares opuestos como
    significante/significado. La una, débilmente formaliza,
    más bien da cuenta de la hermenéutica y se pretende
    ciencia de revelación, incluso iconoclasta (R. Barthes);
    la otra está formalizada(A. J. Greimas, Escuela de
    París) en una perspectiva generativista. Finalmente, la
    semiótica triádica de C. S.Peirce incorpora a la
    pragmática en su concepción del signo.

    Las teorías de A. J. Greimas y de C.S. Peirce se presentan
    respectivamente en las zonas roja y amarilla. El desarrollo
    histórico de la primera fué más precoz.
    Apoyándose en la lingüística que fue durante
    largo tiempo y que quizás aún continúa siendo la
    ciencia piloto en Ciencias Humanas, gozó de una
    aceptación extremadamente amplia y el lector podrá
    recurrir a una rica bibliografía. Por el contrario, los
    trabajos de Peirce esperaron durante largo tiempo su
    publicación en los cajones de la Universidad de Harvard; por
    otra parte, se publicaron en forma fragmentaria y con cierto
    desorden. Está en marcha una edición cronólogica
    pero insumirá al menos 25 años, al ritmo actual de su
    edición y pese a todo no agotará la masa considerable
    de sus escritos. Surgidos de investigaciones lógicas,
    se presentan con facilidad a la formalización e incluso a
    una matematización muy rigurosa.

    También es necesario señalar que, en un campo tan
    vasto, con tantas aplicaciones específicas, la
    tentación de teorizar en campos restringidos es grande.
    Por eso asistimos a una abundancia considerable de pretensiones
    teóricas fundadas sobre distinciones empíricas,
    ciertamente pertinentes, que carecen de esa generalidad que
    permite actuar científicamente reduciendo de manera
    significativa la diversidad a la unidad.

    Como curiosidad, citemos por ejemplo la clasificación de
    Condillac (1746) que distinguía "los signos accidentales,
    los signos naturales, los signos de institución o aquellos
    que nosotros mismos hemos elegido y que sólo mantienen una
    relación arbitraria con nuestras ideas" y la
    definición de Elie Rabier (1886): "La idea del signo
    implica tres términos: el objeto significado, el objeto
    que lo significa y la inteligencia que interpreta
    al signo pasando de la percepción del objeto significante
    a la concepción del objeto significado", muy cercana a la
    concepción peirceana.

    Conviene señalar finalmente varias teorizaciones, algunas
    de las cuales intentan imposibles síntesis entre
    teorías binarias y triádicas como la de Umberto Eco y
    algunos ensayos específicos
    como los de la Escuela de Tartu (Yuri Lotman), la
    semio-física de René Thom, la semiología del
    cine de Christian Metz,
    etc…

     

    3. Semiótica y semiología :
    diferencias y congruencias

    La
    Visión De Saussure De La Semiología

    La semiología (también conocido como
    semiótica, sobre todo en EE.UU.) en lugar de
    lingüística, nosotros no trataremos
    lingüística aquí, pero necesitamos mirar a las
    ideas de Saussure puesto que fue él quién puso la
    piedra de fundación de semiología. De hecho, fue
    él quién acuñó el término (qué
    desarrolló de la palabra griega para signo). Él
    usó la palabra Semiología para describir una nueva
    disciplina: 'una ciencia que estudia la vida de los signos en
    el corazón de la vida social'[1][4]. Esta nueva ciencia, dijo, nos
    enseñará 'de qué consisten los signos, qué
    leyes los gobiernan'. Como
    él lo vio, las lingüística serían una parte
    de la abarcadora ciencia de la  semiología que no se
    limitaría sólo a los signos verbales.  

     

    Diferencias  Entre Semiotica Y Semiologia

    Oficialmente
    no hay diferencia, aunque el uso vincule más
    semiología a la tradición europea y semiótica a
    la tradición anglo-sajona. Sin embargo, el uso de
    "semiótica" tiende a generalizarse.

    Semiótica se construye a partir de la raíz griega
    "sem" y en principio significó el estudio de los
    síntomas. Semiología es de formación moderna y,
    a veces, se utiliza semeiología (tanto como "semiotics" en
    inglés). El primer congreso de la Asociación
    Internacional de Semiótica (1969) se decidió por
    semiótica. Es de destacar que en inglés esta
    asociación se llama "International Association for
    Semiotic Studies" lo que, a su vez, traduce un deslizamiento
    terminológico del francés al inglés y la gran
    heterogeneidad de los enfoques de los miembros de la
    asociación que casi tan sólo podían reunirse, al
    menos ante los ojos de los anglosajones, bajo la bandera de
    "estudios semióticos" muy vagos.

    Ferdinand de Saussure (1857-1913), uno de los fundadores de la
    tradición europea, define a la semiología, en el
    curso de lingüística general, como la "ciencia
    general de todos los sistemas de signos (o de símbolos)
    gracias a los cuales los hombres se comunican entre ellos", lo
    que hace de la semiología una ciencia social y presupone
    que los signos se constituyen en sistemas (sobre el modelo de
    la lengua).

    Para Charles Sanders Peirce (1839-1914), fundador de la
    tradición anglo-sajona, la semiótica es la "doctrina
    casi necesaria o formal de los signos" y "la lógica, en su
    sentido general, no es sino otro nombre de la semiótica".
    Observaremos cómo Saussure pone el acento en el
    carácter humano y social de la doctrina, mientras que
    Peirce destaca su carácter lógico y formal. Estos dos
    enfoques no son los únicos.

     la fotografía.

     

    Semiologia De La Comunicacion

    Es una
    corriente de la semiología que reconoce en la
    intención de comunicar el criterio fundamental y exclusivo
    que delimita el campo de la semiología.

    En
    consecuencia es la señal, en la que la intención de
    comunicar está claramente expresada, la que será
    objeto de la semiología. De hecho esta concepción, a
    la vez muy restrictiva en cuanto al campo y muy vaga en cuanto
    a sus límites (¿cómo apreciar objetivamente una
    intención?), merecería más bien el nombre de
    "signalética", más aún, puede decirse que
    corresponde a la parte institucionalizada de la semiótica,
    la de los sistemas de signos explícitos y unívocos:
    código de la ruta, banderas, escudos, etc. Los
    representantes de esta corriente son esencialmente E. Buyssens,
    G. Mounin y L. Prieto. Puede considerarse que,
    prácticamente, la misma ha desaparecido, habiendo agotado
    la descripción de los escasos sistemas de signos
    totalmente explicables (en cuanto unívocamente ligados a
    sus objetos) por las funciones que cumplen en la
    sociedad y para la que
    expresamente se construyen. Aunque Jeanne Martinet (1973) diga
    la intención de comunicar no es un criterio observable en
    el comportamiento de un emisor,
    puesto que no se trata de otra cosa que de la decisión de
    su voluntad tampoco es cuestión de invocar el
    inconsciente, los actos fallidos, los lapsus, etc. para ver
    hasta qué punto semejante concepción sólo puede
    generar inútiles y ociosas polémicas que no
    podrían desembocar en una acción científica. Si
    podemos concluir sin esfuerzos acerca de las intenciones de
    Pulgarcito, ¿qué puede decirse acerca de las
    intenciones de un esquiador desaparecido en un alud y de quien
    se ha encontrado su gorro?

     

    Semiologia De La Significacion

    Desde que nos
    alejamos del campo de la señal (ver pregunta 24), estamos
    en el campo de la significación que, según nuestro
    entender, constituye el campo propiamente semiótico.

    En términos fenomenológicos, nos preocuparemos,
    sobre todo, de lo que se produce en la mente de un
    intérprete cualquiera cuando percibe algo, siendo otra
    cosa aquello que tiene presente en su mente respecto de ese
    algo. Encontramos aquí la problemática del objeto de
    la semiótica.. Esta pregunta exige una toma de
    posición unívoca sobre las acepciones en las que se
    toman términos como sentido y "significación" y
    también sobre el hecho de emplearlas en singular o en
    plural. En efecto, ¿debe hablarse de semiología de la
    significación o de semiología de las
    significaciones?. En el primer caso se postula la existencia de
    una significación única y normativa que se
    trataría de reencontrar en cada acto singular de
    interpretación y que permitiría invalidar todas las
    interpretaciones "desviantes". En el segundo caso, las
    significaciones se constatan, constituyen el producto de actores sociales
    particulares y no se remiten a una significación
    única sino en la relación de lo individual a lo
    colectivo, de lo psicológico a lo social. Esta
    significación toma entonces valor de institución
    social, es decir de un estado precario, contingente
    e históricamente datado. Las significaciones particulares
    observadas son los momentos, en el sentido filosófico, de
    una dinámica social. Ya no se trata de un desvío, que
    es una categoría complementaria de la norma, sino de una
    articulación a captar. A nuestro entender, el peligro
    está entonces en hacer de la semiología una ciencia
    normativa que prescribe las significaciones en lugar de
    describirlas.

     

    4. Comunicación y/o
    significación

    El funcionamiento de las sociedades humanas es
    posible gracias a la comunicación. Esta consiste en el
    intercambio de mensajes entre los individuos.

    Desde un punto de vista técnico se entiende por
    comunicación el hecho que un determinado mensaje originado
    en el punto A llegue a otro punto determinado B, distante del
    anterior en el espacio o en el tiempo. La comunicación
    implica la transmisión de una determinada
    información. La información como la comunicación
    supone un proceso; los elementos que aparecen en el mismo
    son:

    ·                    
    Código. El código es un sistema de signos y reglas
    para combinarlos, que por un lado es arbitrario y por otra
    parte debe de estar organizado de antemano.

    ·                    
    El proceso de comunicación que emplea ese código
    precisa de un canal para la transmisión de las
    señales. El Canal sería el medio físico a
    través del cual se transmite la comunicación.

    Ej: El aire en el caso de la voz y las
    ondas

    Herzianas en el caso de la televisión.

    ·                    
    En tercer lugar debemos considerar el Emisor. Es la persona que se encarga de
    transmitir el mensaje. Esta persona elije y selecciona los
    signos que le convienen, es decir, realiza un proceso de
    codificación; codifica el mensaje.

    ·                    
    El Receptor será aquella persona a quien va dirigida la
    comunicación; realiza un proceso inverso al del emisor, ya
    que descifra e interpreta los signos elegidos por el emisor; es
    decir, descodifica el mensaje.

    ·                    
    Naturalmente tiene que haber algo que comunicar, un contenido y
    un proceso que con sus aspectos previos y sus consecuencias
    motive el Mensaje.

    ·                    
    Las circunstancias que rodean un hecho de comunicación se
    denominan Contexto situacional (situación), es el contexto
    en que se transmite el mensaje y que contribuye a su
    significado.

    Ej: Un semáforo en medio de una playa no

    Emite ningún mensaje porque le falta contexto.

    La consideración del contexto situacional del mensaje es
    siempre necesario para su adecuada descodificación.

    En el esquema clásico de Jakobson aparece el referente que
    es la base de toda comunicación; aquello a lo que se
    refiere el mensaje; la realidad objetiva.

    Todos estos elementos que forman el esquema de la
    comunicación tienden a conseguir la eficacia de la
    información. Ésta se fundamenta en una relación
    inversa entre la extensión de la unidad de
    comunicación y la probabilidad de aparición
    en el discurso.

    + Extensión de la unidad comunicativa à – Probabilidad de
    aparición.

    – Extensión de la unidad comunicativa à +
    Probabilidad de aparición.

    Este principio general de la teoría informativa se
    manifiesta en el hecho empíricamente demostrado o
    observado que las palabras o frases tienden a cortarse;
    tendemos siempre a una economía del lenguaje. Así un
    conferenciante que habla extensamente y nos va diciendo lo que
    ya sabemos lo tintamos de "rollo", ya que en este caso la
    relación no es inversa sino directa: mucha extensión,
    mucha probabilidad.

     

    – Ruido y redundancia.

    Se denomina ruido a cualquier
    perturbación experimentada por la señal en el proceso
    de comunicación, es decir, a cualquier factor que le
    dificulte o le impida el afectar a cualquiera de sus elementos.
    Las distorsiones del sonido en la conversación,
    en radio, televisión o por
    teléfono son ruido, pero también es ruido la
    distorsión de la imagen de la televisión,
    la alteración de la escritura en un viaje, la
    afonía del hablante, la sordera del oyente, la
    ortografía defectuosa, la distracción del receptor,
    el alumno que no atiende aunque este en silencio…

    Para evitar o paliar la inevitable presencia del ruido en la
    comunicación es habitual introducir cierta proporción
    de redundancia en la codificación del mensaje.

    La redundancia en el código del mensaje consiste en un
    desequilibrio entre el contenido informativo y la cantidad de
    distinciones requeridas para identificar.

    + Mensaje à – Información

    La redundancia es la parte del mensaje que podría omitirse
    sin que se produzca pérdida de información. Cualquier
    sistema de comunicación introduce algún grado de
    redundancia, para asegurar que no hay pérdida de
    información esencial, o sea para asegurar la perfecta
    recepción del mensaje.

    Ej: Los niños altos.

    Plural masculino

    La redundancia libremente introducida por el emisor puede
    revestir las más diversas formas.

    Ej. de redundancia: Elevar la voz, el subrayado, el uso de
    Mayúsculas,…

     

    5. Campo de desarrollo de la
    semiótica

    Desde una óptica ahora más descriptiva se
    podría decir que en España la intervención de la
    semiótica en el campo de la comunicación ha sido
    desigual, inestable y muchas veces superficial. Podemos decir
    que se ha dado una semiótica blanda y una semiótica
    dura. El primer caso correspondería a los estudios y
    trabajos caracterizados por una doble actitud:

    a)                      
    de tipo "estacional", es decir, una relación dependiente
    de oleadas de factores ambientales como el "estar a la
    moda";

    b) de tipo "analgésico", donde la semiótica sirve
    en un determinado momento como alibi teórico y
    científico allí donde se carece de una reflexión
    o tradición seria sobre el propio objeto de conocimiento
    (por ejemplo, el caso de la crítica literaria en las
    facultades de Letras o el caso de nuevas disciplinas en el
    marco de Ciencias de la Información (publicidad, historia de la comunicación, etc. El
    caso de una semiótica "dura", en cambio, es más bien
    escaso en España, entendiendo por tal una tradición
    científica bien acuñada institucionalmente (como en
    Francia) e independiente de
    la lingüística o de los estudios de Hispanismo.

    Pero en términos generales se puede decir que la
    situación comienza a cambiar. A partir de los años
    ochenta algunos estudiosos de semiótica llegan a la
    conclusión de que, dadas una serie de circunstancias
    concretas y determinantes en España, el papel de los investigadores
    de semiótica en el campo de las comunicaciones de masas debe
    ser el de mediar entre la teoría "dura- y las aplicaciones
    empíricas. Este carácter instrumental de la
    semiótica al mismo tiempo que asegura una base
    epistemológica sólida y puesta al día,
    permitirá moverse dentro de los campos disciplinarios o
    tradiciones metodológicas distintas con cierta
    flexibilidad y, en un cierto sentido, dialogar con todas las
    escuelas. Queda por supuesto siempre la posibilidad y el
    riesgo del eclecticismo,
    pero esta toma de conciencia pragmática
    se ha revelado productiva también desde el punto de vista
    teórico. Ha permitido que la semiótica se consolide
    académicamente, la creación de instrumentos
    metodológicos para la investigación de campo e
    incluso dialogar en un terreno específico con la
    sociología, la pedagogía atenta a los fenómenos
    de la comunicación y la filología deseosa de abrir
    sus objetos de análisis a los lenguajes de los medios audiovisuales.

    En mi opinión, en España se pueden distinguir dos
    líneas importantes y originales de investigación en
    el campo de la comunicación: una semiótica del
    discurso social y una semiótica visual.

    La semiótica del discurso social o sociosemiótica
    pretende estudiar el proceso por el cual los mass media han
    llegado a ser una parte integral de la sociedad y la cultura.
    De allí la necesidad de construir un marco teórico
    para la noción de discurso como una instancia productiva
    de los textos massmediáticos y de las acciones comunicativas. La
    teoría del discurso abre las puertas a las investigaciones
    sobre tipologías de discursos

    (Político, periodístico, publicitario) que
    vinculan las formas y espacios sociales. El concepto de
    discurso social se origina como una retórica de las formas
    del discurso en algunas investigaciones sobre el discurso
    electoral, por ejemplo, que analiza objetos precisos como
    posters, panfletos, campañas de prensa en la transición
    española. Estos trabajos permiten afrontar en forma
    directa la ideología desde una aproximación formal
    menos atenta a los contenidos que a las formas del discurso,
    tendiendo un puente entre el análisis de contenido y la
    semiótica influenciada por el análisis estructural de
    la narración. Incluso allí donde el corpus no es
    específicamente político (como en Imbert 1982, un
    consultorio sentimental radiofónico, por ejemplo) el
    método permite relevar al interior de la noción de
    discurso social de la construcción de un sujeto de la
    acción privada (el ama de casa). Estas perspectivas
    permiten delinear con nitidez uno de los problemas claves de la
    comunicación de masas: la categoría de lo
    público y la categoría de lo privado dentro del
    discurso social. Las referencias teóricas indirectas
    eficazmente asimiladas de un Habermas, Freud, Greimas, y en un sentido
    más concreto Baudrillard,
    permiten consolidar investigaciones capaces de afrontar dos
    problemas importantes de nuestra cultura: por una parte, el
    hecho de que los mass media producen la realidad (y no a la
    inversa como quería el ingenuo e interesado realismo ultraliberal) y que
    en ellos se condensa tanto la realidad empírica como el
    imaginario colectivo. Por otra parte, los nuevos objetos
    sociales que aparecen con las nuevas tecnologías y el
    profundo cambio socio-político
    que se opera en las sociedades avanzadas obligan a replantearse
    las estrategias de los sujetos
    sociales (donde las acciones son cada vez menos
    ideológicas y más administrativas) publicaciones en
    las investigaciones y el área de la semiótica del
    discurso social de los años 80 en España se
    caracteriza consecuentemente por una atención
    sistemática al trabajo empírico dentro de los
    medios (televisión,
    prensa, radio) al mismo tiempo que se
    revisan las teorías de la comunicación y se siguen
    con atención las sociologías críticas y las
    teorías más avanzadas en el campo
    periodístico.

    Existen algunos momentos que se podrían considerar como
    definidores y programáticos de una política de
    acercamiento teórico entre la semiótica y la
    comunicación de masas. Aparte del estudio pionero de
    Moragas

    (1976) podríamos citar algunos textos hitos:

    Abril Gonzalo y Lozano Jorge (1979): "Notas desde la
    semiocracia para una teoría alternativa de los medios". Un
    texto influenciado por J. L.
    Baudrillard y P. Fabri en donde se recogen los puntos de vista
    críticos hacia el paradigma de Lasweli.

    Perez Tomero J. M. (1981): Por una sociosemiótica de
    los discursos de la
    comunicación de masas". Un artículo en cierto modo
    programático en cuya propuesta principal se trata de
    definir y formular una semiótica de la comunicación
    de masas entregada a la tarea de definir la especificidad de
    los fenómenos estudiados al mismo tiempo que trata de
    construir una geografía de los posibles discursos sociales.

    Imbert Gerard (1986): Métodos de análisis de la
    prensa, una obra colectiva dirigida por este autor que recoge
    los textos e intervenciones de diferentes semióticos y
    sociólogos invitados para analizar la prensa de referencia
    dominante desde diferentes perspectivas. Allí se examinan
    algunos problemas comunes tales como la insuficiencia del
    análisis institucional desvinculado del análisis del
    discurso que no tenga en cuenta el funcionamiento
    simbólico de la comunicación social, la necesidad de
    abrir la semiótica al campo de lo social, la necesidad
    también de volver operativo el análisis
    lingüístico aplicado, el aporte de la
    pragmática, etc.

    Perez Tomero J. M. y Lorenzo Vilches (1983): Semiótica
    de la comunicación de masas, un número especial de la
    revista Analisi que publica
    una encuesta y un balance de los
    principales estudiosos de semiótica interesados en el
    fenómeno de las comunicaciones y una serie
    de artículos representativos de las diferentes tendencias
    teóricas del momento. Coordinado y presentado por los
    autores citados, esta publicación representa un hito
    importante en el trabajo de
    clarificación y definición epistemológica y
    metodológica de campos diversos donde las fronteras entre
    una disciplina o ciencia no siempre son fáciles de
    discernir ni son necesariamente percibidas en forma
    unánime por todos.

    Las líneas de investigación que se van perfilando
    van, en todo caso, más allá de declaraciones
    programáticas y en los últimos años van
    apareciendo tesis y publicaciones que
    demuestran la efectividad de las decisiones teórico
    prácticas asumidas en un cierto momento. Así, por
    ejemplo, en "Análisis Moda”de los Discursos sobre el
    terrorismo en la Prensa" (M.
    Rodirgo 1986) se pueden encontrar los grandes trazos de la
    investigación socio-semiótica que sintetizan a su vez
    los logros de una tesis doctoral sobre el
    tema. La investigación arranca de un análisis de
    contenido de las noticias sobre actos terroristas en los
    periódicos españoles, definiendo los conceptos de
    grupo terrorista y acto
    terrorista a través de los discursos militar,
    político, jurídico y patológico, las etiquetas
    de los discursos, las estrategias argumentativas y la
    teoría de la enunciación y de las modalidades.

    Los análisis sobre la prensa escrita han originado (en
    general, mejora la conceptualización en este campo
    más que en otros) interesantes ejemplos de
    interdisciplinariedad. Uno de ellos, una serie de trabajos
    sobre

    El País coordinado por J. Vida] Beneyto y G. Imbert
    (1986) en donde se afrontan con rigor e imaginación temas
    como la prensa de referencia dominante y la producción de
    la realidad, el análisis del espacio cultural, el estudio
    del género "Opinión", el análisis formal de la
    estructura del
    periódico y las estrategias de producción de la
    imagen y titulares, etc. En la misma línea se podrían
    también inscribir los trabajos basados en análisis
    comparado de noticias en diferentes periódicos (M.
    Fontcuberta y T. Velazquez, 1984).

    El campo de la semiótica visual y de la
    comunicación audiovisual ha sido probablemente uno de los
    más atractivos para analistas y aficionados, desde
    aquél remoto análisis barthiano sobre las Pastas
    Panzani.

    Aunque el rigor, coherencia y especificidad, así como
    continuidad en los trabajos han tenido desigual fortuna.

    Si bien el cine, los comics, la
    televisión, la fotografía, el diseño y la
    publicidad aparecen a primera
    vista como terrenos fecundos para la incursión de
    métodos estructurales y semióticos en un primer
    momento, en un segundo tiempo, una vez comprobada la exigencia
    de prescindir de metodologías lingüísticas, se
    ha tenido que hacer un trabajo más lento de
    readecuación global de las bases teóricas de la
    investigacion sobre la imagen. Tampoco se ha de desconocer el
    impulso que ha significado también la aparición de
    las nuevas tecnologías que están revolucionando los
    campos perceptivos y cognoscitivos de los observadores. ,

    La confluencia de la renovación en los estudios de la
    semiótica de la imagen y de las teorías de la
    comunicación ha contribuido a la formación de
    metodologías y aplicaciones al campo de los audiovisuales
    mucho más precisas en la definición de sus objetos,
    mucho más acertadas en la consecución del
    acercamiento entre los microanálisis y los contextos
    socio-culturales, macro de producción y recepción,
    programación y acceso de los destinatarios. Se ha
    comenzado a trabajar en una síntesis originada a partir de
    la competencia estética,
    preguntándose por las estrategias de producción que
    constituyen a los textos audiovisuales y a los sistemas de
    interpretación y actualización de los receptores. Se
    ha tratado así de conjugar dialécticamente la
    individualidad de algunos productos
    (cinematográficos, televisivos, fotográficos) y la
    generalización de las reglas de las que forman parte. Esto
    ha dado pie, por lo menos metodológicamente a una original
    síntesis teórica entre una perspectiva
    pragmática que conjuga el aspecto generativo y
    jerárquico (relación entre micro y macro estructuras), y una
    perspectiva más estructuralista. Además la
    aproximación pragmática a los géneros
    audiovisuales permite incluir al observador-receptor como
    hipótesis interpretativa, como cooperador y elemento
    activo de las estrategias perceptivo-narrativas.

    La dimensión pragmática de la semiótica ha
    permitido ampliar los estudios sobre objetos hasta ahora poco
    explorados como el diseño, el video o el humor en la prensa
    escrita (J. Ruiz Collantes, 1984) e incluso ha permitido a
    estudiosos provenientes de la literatura aproximarse a la
    imagen fílmica desde presupuestos
    específicamente visuales como espacio de organización
    del discurso textual (Talens J., 1986 y J. M.

    Company, 1987), o afrontar el estudio de la imagen
    electrónica como nuevo espacio del sentido (S.
    Zunzunegui,

    1984).

    Pero uno de los sectores más abandonados no sólo
    por la semiótica visual sino también por la
    comunicación de masas ha sido el de la imagen informativa,
    especialmente de la prensa y de la televisión. Por ello,
    se ha iniciado un trabajo de síntesis entre los
    tradicionales análisis de contenido y él
    análisis de las estrategias discursivas en tomo a la
    prensa y la televisión (Vilches, 1983, 1987, 1988). En
    estos trabajos se ha podido plasmar en análisis
    cuantitativos modalidades de análisis teórico para
    analizar la influencia de los periódicos a lo largo de
    algunos años sobre la imagen social de un acontecimiento.
    Al mismo tiempo, se tratan de poner en juego, analizando las
    estructuras de la manipulación de la información
    televisiva, el análisis de las teorías actuales del
    periodismo (agenda setting,
    rutinas de producción, concepto de tematización)
    influenciadas por la sociología del conocimiento con la
    teoría semiótica a través de la aplicación
    a diversos corpus de informativos. En estos trabajos se trata
    de responder también a un doble empeño: por una
    parte, preparar y analizar el material informativo en forma
    cuantitativa para extraer resultados típicamente
    semióticos tales como la identificación de las
    estrategias de comunicación en los discursos de los mass
    media. Por otro, construir elementos metodológicos
    provenientes de la sociología, la psicología
    experimenta¡, la retórica y la semiótica con el
    fin de establecer nuevas categorías de
    conceptualización de los mass media.

    El interés por los efectos simbólicos de los
    medios lleva también a algunos semióticos a afrontar
    desde el psicoanálisis la recepción fílmica
    así como de series televisivas (Requena J. 1985), el
    análisis de la entrevista televisiva, la
    serialidad y la repetición, etc. En el terreno de las
    condiciones materiales de la
    representación de las imágenes tales como la
    historia, soportes y maquinarias, efectos sobre la
    percepción, tecnologías de la visión, etc., se
    evidencia también un nuevo interés por examinarlos
    desde la significación semiótica (R. Gubem,
    1987).

    Finalmente, queda todavía un terreno de amplias
    posibilidades de encuentro para la comunicación de masas y
    la semiótica: el de las tecnologías avanzadas de la
    imagen. La incorporación de la tecnología de punta en
    el campo de los audiovisuales está provocando un
    interés preciso de la reflexión semiótica sobre
    la producción informática y la inteligencia artificial.
    Aquí se abre un vasto territorio de investigaciones para
    el futuro cuyas implicaciones para la semiótica se pueden
    sintetizar en los siguientes puntos:

    – El ordenador introduce la instantaneidad de la visión
    al proponer virtualmente infinitos puntos de vista sobre un
    objeto.

    – La imagen deja de ser un objeto sometido a modificaciones
    de posición relativa en un mundo físico y pasa a
    expresar cambios absolutos.

    – La posición del sujeto observador y receptor entra en
    crisis. Al contrario de como
    la concebía la convergencia renacimental de la
    perspectiva, el centro de la mirada no está ocupada por un
    sujeto (el ojo fijo del observador) sino por el lenguaje.

    La interrelación de la semiótica, la
    comunicación de masas y la inteligencia artificial
    puede desembocar en estrategias comunes en las investigaciones,
    capaces de afrontar los efectos culturales de la
    introducción de las nuevas tecnologías en el campo
    del conocimiento (educación, formación), de la
    percepción social del entorno, de la apropiación
    cultura] de las nuevas tecnologías, de la alternativa
    entre viejos y nuevos medios de comunicación (correo
    electrónico, video teléfono, teletexto,
    pantallas interactivas, etc.). Esta perspectiva exigirá la
    puesta en común de las investigaciones sobre los
    lenguajes, sobre los sistemas de la visión y la
    revolución de problemas (tarea principal de la inteligencia artificial) en
    el campo de las decisiones políticas de macro
    comunicación como en el de las programaciones para los
    nuevos medios. regionales y española de semiótica. La
    Asociación Española de Semiótica realiza cada
    dos años un congreso nacional que suele reunir unos
    doscientos participantes y donde la exposición de trabajos
    sobre comunicación se puede considerar importante dado que
    estos responden a trabajos de equipo con una cierta frecuencia,
    Además existen en diversas regiones asociaciones de
    carácter local entre las cuales las más activas son
    las de Barcelona, Oviedo y Valencia. Actualmente se está
    preparando el IV Congreso Internacional de Semiótica cuya
    sede será conjuntamente en Barcelona y 9n la francesa
    ciudad de Perpifian en 1989 y están previstas algunas
    mesas redondas y sesiones de trabajo sobre la recíproca
    colaboración entre semiótica y comunicación.

     

    6. El Signo

    SAUSSURE (signo lingüístico)Unión de
    significante y significado. Una entidad de dos caras formado
    por la imagen acústica y el concepto. Aprotación:
    Estudio básico estructuralista del signo dentro de un
    sistema social PEIRCE Es un signo general, triádico y
    pragmático.

    El signo tiene su fundamento en un proceso: la semiosis que
    es una relación real que subyace al signo. Un signo es
    algo que está en lugar de otra cosa no como sustituto sino
    como representación de.  aportación: Visión
    triádica del signo, que permite entender una dinámica
    infinita, aplicable al conocimiento. Enfoque lógico
    HJELMSLEV El signo es una expresión que señala hacia
    un contenido que hay fuere del signo mismo.Tiene dos funciones: expresión y
    contenido. Aportación: Perfeccionamiento de los conceptos
    saussureanos, aporta el concepto de denotación y
    connotación.Habla del plano de la expresión y del
    plano del contenido.

    BARTHES Habla de la significación de los objetos, es
    decir, percibe a los objetos como  signos dentro de un
    sistema estructurado (binario)«significar» es
    transmitir informaciones, sistemas de diferencias, oposiciones
    contrastes.  Aportación: Una teoría informal
    más bien da cuenta de la hermenéutica y se pretende
    fundamentar una ciencia de revelaciónAporta el MITO (Los sistemas de signos
    que utilizamos no son naturales sino resultado del desarrollo
    cultural por lo que se asocian a valores culturales)Enfoque
    social GREIMAS Se basa en la apreciación de signo como
    entidad binaria (significante y significado) en la que se capta
    su significación a partir de pares de opuestos. De
    ahí se basa para crear su propuesta de

    recorridos generativos a partir de cuadro semiótico
    Aportación: Estudia EL SENTIDO de los signos Cuadrado
    semiótico Recorridos generativos Aplicación en la
    interpretación y producción de textos narrativos
    principalmente IURI LOTMAN Enfoca la semiótica al 
    estudio de “textos” no de signos independientes.
    Por lo que ve al signo como un elemento conformador del
    texto Aportación:
    Semiósfera, carácter cultural de los estudios
    semióticos. Se preocupa por el estudio de
    “textos” (no necesariamente escritos)

    Si queremos explicar lo que es el significante, diremos que
    es la parte física del signo. afirmaremos que en el caso
    del lenguaje hablado está hecho de sonidos, y en el caso
    del lenguaje escrito está hecho de color (tinta). También
    afirmaremos  que en el caso del lenguaje hablado el
    significante es objeto de la percepción auditiva,  y
    en el caso del lenguaje escrito es objeto de la percepción
    visual. Por último, afirmaremos que los significantes son
    producidos por el aparato fonador. En suma, con respecto al
    significante hay muchas cosas claras: sabemos de que material
    está hecho, cual es su configuración, cual es su modo
    de existencia, cómo se produce y que órganos de
    los sentidos lo perciben.
    Hablemos ahora del significado o concepto. ¿De qué
    material está hecho? ¿Cuál es su modo de
    existencia? ¿De qué sentidos es objeto de la
    percepción? Aquí nos quedamos mudos. No sabemos que
    responder. Se recurre entonces a los procedimientos
    metalingüísticos, por medio de los cuales damos
    cuenta de forma mediata de objetos de los que carecemos de
    conocimiento inmediato. Establezcamos entonces las convenciones
    metalingüísticas. Cuando hablemos de la palabra,
    pondremos la expresión encerrada entre apóstrofos;
    cuando hablemos del significante, pondremos la expresión
    entre barras; y cuando hablemos del significado, pondremos la
    expresión entre comillas. Así, por ejemplo, la
    palabra 'silla' tiene como significante /silla/ y como
    significado "asiento alargado".

    Este procedimiento
    metalingüístico sólo sirve para postergar la
    explicación sobre la naturaleza del significado. Puesto
    que cuando hablamos del significado lo que a fin de cuenta
    proporcionamos son palabras, que a su vez serían unidades
    de significante y significado.

    Demos otro paso. Si preguntamos qué significa la
    palabra 'silla', nos responderán: "asiento para una
    persona". Y si preguntamos qué es una silla, nos
    responderán: asiento alargado. Es obvio que preguntar por
    el significado de la palabra equivale a  preguntar por el
    ser del objeto significado por la palabra. Pretendiendo hablar
    del significado como un ser unido al significante en la
    conciencia, en verdad  hablamos de un ser separado del
    significante y que existe fuera de la conciencia. De
    todos  modo tenemos una primera definición de
    significado, aunque sea equívoca o errónea.
    Significado: ser del objeto significado. Demos otro paso
    más. En el diccionario podemos leer:
    silla. Asiento alargado. Esto es una elipsis del juicio la
    silla es un asiento alargado. Se partía de la premisa de
    que la  palabra es una unidad interna de significante y
    significado, pero a la hora de la verdad, cuando recurrimos al
    diccionario, se presenta
    como una unidad externa. Lo que figura como  significante
    es el sujeto del juicio, y lo que figura como significado es el
    predicado del juicio, unidos externamente mediante el operador
    verbal "es".

     

    Saussure acuña el término de 'semiología'
    para referirse al estudio del signo, entidad completamente
    psíquica, de dos caras, la imagen acústica y el
    concepto. Esta concepción diádica es importante
    porque marca la diferencia con la
    concepción peirciana (triádica) no sólo en
    cuanto al número de componentes del signo, sino en cuanto
    a su naturaleza. Que el signo saussureano es una entidad
    psíquica, es consecuencia de que el significado tiene
    existencia sólo en nuestra mente y es independiente de
    posibles referentes externos y materiales; pero
    también es mental el significante, pues es el sucesor de
    la imagen acústica, que, como su nombre lo indica, es
    imagen. Imagen mental. No debe confundirse el significante
    (mental) con la materialidad externa que se utiliza para el
    intercambio de signos. De qué estan hechos estos
    componentes del signo? Hjelmslev nos puede socorrer con su idea
    de 'sustancia': palabras, iconos, gestos, etc., para el
    significante; pensamientos, emociones, sentimientos,
    conceptos, etc., para el significado. Otra cosa es la 'forma',
    que nos permite moldear la sustancia y distinguir un signo de
    otro. Distinto a lo de Peirce, quien pensaba que el signo (o
    representamen) es algo (cualquier cosa, material o mental) que
    representa a algo (material o mental) en alguna medida o
    capacidad, y que crea en la mente del intérprete un nuevo
    signo (más desarrollado) que llama interpretante (ahora
    si, mental).

    Diádico psíquico versus triádico físico
    o mental.

    El concepto de Peirce: un signo es algo que está en
    lugar de otra cosa no como sustituto sino como
    representación de. Para elaborar un concepto se emplean
    otros conceptos que sirven de materia prima. Aquí, en
    este caso, el concepto de representación ha sido usado
    como materia prima para elaborar
    el concepto de signo. De manera que para lograr una mejor
    fundamentación del concepto de signo se hace necesario
    elaborar el concepto de representación. Esta será la
    tarea que me encomendado hoy. Hay dos conceptos de
    representación: a uno  lo identificaré como
    representación en sentido general, y al otro lo
    identificaré como representación en el sentido de la
    teoría del conocimiento. El que elaboraré hoy
    será el primero de los que aludí. Concepto de
    representación en sentido general. En toda
    representación cabe distinguir dos factores: el
    representante y el representado. El ejemplo más elocuente
    de representación lo encontramos en la esfera de la
    política. Se dice que los partidos  políticos
    representan a los ciudadanos. ¿Pero qué aspectos de
    los ciudadanos representan los partidos políticos? Su
    voluntad y sus intereses. ¿Y bajo que procedimiento los ciudadanos
    delegan en los partidos políticos su voluntad e intereses?
    Mediante las urnas, acudiendo a votar cada cuatro años. De
    aquí extraemos una primera conclusión: no basta con
    decir que el signo representa al objeto significado, es
    necesario además saber qué aspectos del objeto
    significado son representados por el signo. También es
    necesario saber bajo que procedimiento el objeto significado
    delega su función en el signo. Y esto en la teoría de
    Peirce, por lo que yo sé, no está definido. Es
    necesario entender que los conceptos no pueden quedar como
    fueron entregados por sus creadores, sino que el paso del
    tiempo exige ciertos arreglos, reparaciones o cambios
    sustanciales. -Siguiendo en el ámbito de la política,
    y el caso de Argentina es más que
    elocuente, sucede a veces que el representante en vez de
    representar los intereses y voluntad de los representados,
    representa sus propios intereses y voluntad. Aquí suele
    decirse que los políticos ponen sus intereses particulares
    por encima de los intereses generales de los ciudadanos. Pues
    bien dos cuestiones cabe plantearse respecto al signo concebido
    como representante. Uno: ¿Hay signos que sólo se
    representan a sí mismos?  dos:¿Representan los
    signos la universalidad de los objetos significados?

    El signo es todo lo que se puede interpretar, sea cosa,
    hecho o persona. El signo está compuesto de un
    Significado: "imagen mental" que varía según la
    cultura, y un Significante: "no siempre es
    lingüístico, puede ser una imagen". El símbolo
    es un signo polivalente. Apunta a muchos significados.2do.
    Paso: Posteriormente esta concepción de De Saussure tuvo
    una relectura: la semiología forma parte de un sistema
    más abarcativo que es la lingüística, ya que el
    lenguaje verbal es el más rico, porque permite
    abstracciones que otros lenguajes (por ejemplo el gestual) no
    permiten.

    Posteriormente esta concepción de De Saussure tuvo una
    relectura: la semiología forma parte de un sistema
    más abarcativo que es la lingüística, ya que el
    lenguaje verbal es el más rico, porque permite
    abstracciones que otros lenguajes (por ejemplo el gestual) no
    permiten.3er. Paso: Actualmente el debate está centrado en
    el análisis del lenguaje visual, entendiéndose como
    el más rico y abarcativo de todos…Actualmente el debate
    está centrado en el análisis del lenguaje visual,
    entendiéndose como el más rico y abarcativo de
    todos…b) Semiología de la Comunicación y de la
    Significación ahora bien, la idea de la semiología
    como ciencia se estanca hasta que Eric Buyssens en 1943 la
    desempolva y le dará forma orgánica. "Todos los
    hechos de la lengua son hechos comunicativos", pero no siempre
    los hechos comunicativos son hechos de lengua. Por lo tanto,
    para Buyssens, la semiología es una especie de
    lingüística ampliada. Con él se comienza a
    hablar de la "Semiología de la Comunicación".En el
    análisis del tema lo sucede Roland Barthes que en 1960
    estudia otros códigos que no son el verbal, pero encuentra
    que el verbal es el más rico. En esta época comienza
    el auge de la imagen, pero para él será un siglo de
    escritura por antonomasia
    (cualquier imagen tiene un texto de anclaje, un significado, si
    no está, el mismo espectador hace su traducción al
    lenguaje verbal). Con R. Barthes se comienza a hablar de la
    "Semiología de la Significación".Tenemos así dos
    visiones, la primera designada como "Semiología de la
    Comunicación" tiene a la semiología como ciencia
    general y como subclase a la lingüística, mientras
    que la segunda, según Roland Barthes se designa como
    "Semiología de la Significación o Connotación" y
    en ella tendremos a la lengua como ciencia general y como
    subclase a la semiología. (Análisis realizado por
    Luis Prieto en su obra Semiología). EL SIGNO Para De
    Saussure el signo es la unión de significado y
    significante, es decir, 2 componentes: el concepto y la imagen
    acústica.Para Charles Peirce un signo es algo que
    está para alguien en lugar de algo (el objeto) y crea en
    la mente de ese alguien su interpretante. Está en lugar
    del objeto no en cuanto a su totalidad sino como una especie de
    idea. Tenemos 3 componentes: signo, objeto, significación.
    Y nos dice que se pueden dividir por su naturaleza o por sus
    relaciones con los objetos dinámicos:a) La división
    de los signos por su naturaleza nos da: Tipo y Tono. Tipo:
    tiene una identidad definida aunque
    admite una gran variedad de apariencias.: tiene una identidad definida aunque
    admite una gran variedad de apariencias. Tono: no tiene
    identidad, es la mera cualidad de la apariencia.: no tiene
    identidad, es la mera cualidad de la apariencia. La
    división de los signos por sus relaciones con los objetos
    dinámicos puede ser: Icono, Indice y
    Símbolo.·

    Icono: es un signo que está determinado por su objeto
    dinámico en virtud de su propia naturaleza interna (una
    pintura, ideograma, etc.).:
    es un signo que está determinado por su objeto
    dinámico en virtud de su propia naturaleza interna (una
    pintura, ideograma,
    etc.).

    Indice: es un signo determinado por su objeto dinámico
    en virtud de estar en relación real con él
    (síntomas de una enfermedad, golpes en una puerta cerrada,
    etc.): es un signo determinado por su objeto dinámico en
    virtud de estar en relación real con él
    (síntomas de una enfermedad, golpes en una puerta cerrada,
    etc.)
             

    Símbolo: es un signo determinado por su objeto
    dinámico, en el sentido que así será
    interpretado. Por lo tanto depende de una convención o
    hábito (cualquier palabra o signo convencional, etc.).: es
    un signo determinado por su objeto dinámico, en el sentido
    que así será interpretado. Por lo tanto depende de
    una convención o hábito (cualquier palabra o signo
    convencional, etc.).

     

    el
    signo natural

    Los signos
    naturales son signos que no tienen un productor humano. Su
    reconocimiento está dependiente en forma directa del
    estado de la ciencia en el momento en el que se lo considera.
    Su cualificación se fijará según el grado de
    información científica de su intérprete.

    Los signos naturales, puesto que constituyen signos, presuponen
    una conexión entre el signo que representa y un objeto
    determinado que está representado. Sin embargo esta
    conexión queda establecida por la naturaleza sin la menor
    intervención humana; se sitúa en el mundo
    físico, exclusivamente, y el intérprete no hace
    más que constatar ese hecho. Ahora bien, en nuestra
    concepción del signo, damos a esta conexión valor de
    institución. Para justificar nuestra pretensión de
    edificar una semiótica general, es necesario que los
    signos naturales puedan incorporarse en la concepción
    general enunciada y para esto hay que analizarlos de manera
    más precisa.

    Para comenzar, no hay que dejarse enceguecer por los ejemplos
    de escuela (humo/fuego, nube/lluvia) cuyo carácter de
    evidencia oculta la complejidad de las relaciones reales entre
    los dos términos, ya que el saber empírico de cada
    uno permite economizar el saber científico. Por ejemplo,
    el problema es absolutamente distinto si se considera el par
    marea/luna. En efecto, ver en la marea un signo de la luna
    presupone un conocimiento de las leyes de gravedad que no
    está dado por la experiencia común.

    Sin embargo, la conexión entre la marea y la luna es
    absolutamente equivalente a la que existe entre una nube negra
    y la inminencia de la lluvia. Ahora bien, en cuanto a lo de las
    mareas, es sabido que no siempre se las atribuye a la
    influencia de la luna. Esto significa que la noción de
    signo natural está estrechamente ligada al estado de la
    ciencia en el momento de la interpretación y a la
    relación que el intérprete mantenga con la ciencia de
    su tiempo. Puede considerarse que, más allá de la
    generalización espontánea efectuada por los actores
    sociales en los campos más prosaicos de su experiencia es,
    de hecho, la comunidad científica de una época
    determinada la que garantiza la realidad de las conexiones que
    caracterizan a los signos naturales. En ese sentido, esta
    comunidad puede considerarse como productora de eses signos.Se
    puede entonces insertar a los signos naturales en el derecho
    común, considerando que su productor es la comunidad
    científica en su conjunto en lugar de un individuo. Esto
    lleva a considerar al saber científico como un haz de
    instituciones que vincula
    los fenómenos naturales a ciertos objetos. Estas
    relaciones las establecen teóricos que tienen como
    función describir las fenomenologías observadas. A
    partir de esto, ya nada impide definir a los fenómenos
    semióticos. entre ellos los signos naturales, en
    términos de comunicación. En todos los casos debemos
    de evaluar y formalizar la posición de un intérprete
    respecto de una institución social ya existente, que
    conecte representante y representado, signo y objeto. El caso
    de los signos naturales se distinguirá sólo por el
    hecho de que el productor virtual es la institución
    misma.

     

    El
    Signo Peirceano

    El signo
    peirceano es un signo general, triádico y
    pragmático.

    En los manuscritos de Peirce hemos podido encontrar al menos 76
    textos (disponibles en Inglés o en Francés) más
    o menos definitorios del signo que pueden reagruparse en dos
    conceptualizaciones sucesivas, la segunda de las cuales incluye
    a la primera. Las características esenciales son las
    siguientes:

    – todo signo es triádico, es decir que necesita la
    cooperación de tres instancias que son el signo S (lo que
    representa), el objeto O (lo que se representa) y el
    interpretante I que produce su relación;

    – esta cooperación se obtiene mediante el juego de dos determinaciones
    sucesivas del signo S por el objeto O y del interpretante I por
    el signo S de manera que I está determinado por O a
    través de S.

    Esto puede resumirse en el siguiente esquema:

    en el que las flechas representan determinaciones y el
    signo

    una relación triádica que vincula S, O e I. –
    además observamos que, ya que I está determinado por
    O, se vuelve en cierto modo en un signo de O por la misma
    razón que S. Es factible entonces determinar un nuevo
    interpretante y así sucesivamente. Se vuelve de modo
    inevitable a un proceso de interpretación indefinido (en
    el estado actual de la
    conceptualización) que puede representarse mediante este
    otro esquema:

    Combinando esas definiciones con la fenomenología
    peirceana podremos dar una explicación formal de la
    definición de Peirce según la cual un signo es "un
    medium para la comunicación de una forma".

     

    El
    signo saussureano

    F. de
    Saussure define al signo como "una entidad psíquica de dos
    caras, la imagen acústica y el concepto, dos elementos
    íntimamente ligados que se requieren mutuamente". La
    imagen acústica tomará el nombre del significante y
    el concepto el del significado. Esta unión es arbitraria,
    es decir, no está por ninguna razón natural o
    lógica.

    La definición anterior está lejos de agotar la
    concepción saussureana del signo. Es conveniente agregar
    la noción de "valor" que se desprende del hecho de que la
    lengua es antes que nada un sistema. En efecto, "por un lado,
    el concepto se nos presenta como la contra-partida de la imagen
    auditiva en el interior del signo y, por otro, ese mismo signo,
    es decir la relación que vincula a esos dos elementos, es
    también la contra-partida de los otros signos de la
    lengua". El valor resulta entonces de la ubicación del
    signo en una red de relaciones de tipo binario. El
    significado de un signo sólo "se determina verdaderamente
    mediante el concurso de lo que existe fuera de él" o,
    más aún, "el valor de cualquier término
    está determinado por lo que lo rodea". Todos los signos
    son, por tanto, solidarios y el valor de cada signo, su
    significado, constituye un punto de contacto con el conjunto
    del sistema de la lengua organizado en red de oposiciones: "en la lengua
    sólo hay diferencias"; "un sistema lingüístico
    es una serie de diferencias de sonidos combinados con una serie
    de diferencias de ideas; pero este enfrentamiento de un cierto
    número de signos acústicos con otros tantos recortes
    realizados en la masa del pensamiento engendra un
    sistema de valores; y este sistema
    constituye el vínculo efectivo entre los elementos
    fónicos y psíquicos en el interior de cada signo".
    Este sistema de valores evoluciona en el tiempo
    (diacronía) bajo el efecto de una "fuerza social" ya que la
    lengua, "parte social del lenguaje (…), sólo existe en
    virtud de una especia de contrato concertado entre los
    miembros de la comunidad" y ese contrato necesariamente debe
    servir para expresar la evolución de las sociedades en
    todos los aspectos de la actividad humana a través del
    tiempo.

    Con respecto a las relaciones entre lengua y sociedad,
    simplemente habremos de observar que la conceptualización
    saussureana de los hechos de lengua se hace de manera
    absolutamente intrínseca; sólo hace intervenir a la
    sociedad desde afuera del modelo con la forma de una fuerza que
    la modifica sin alterar sus características formales. Cabe
    preguntarse si esta elección metodológica no induce
    una importante distorsión. En efecto, siendo la
    dimensión social constitutiva de la lengua, puede pensarse
    a priori que es necesario integrarla en toda tentativa
    formalizada de descripción. Desde este punto de vista la
    acción de una "fuerza" exterior aparece entonces como una
    recuperación, como un artefacto epistemológico.

     

    Los
    Primeros Interrogantes Del Hombre Acerca Del Uso De Los
    Signos

    Todos los
    grandes filósofos de la antigüedad se preocuparon en
    mayor o menor medida por el lenguaje y los signos. En especial,
    de los estoicos (IIIs a-J.C.) se preguntaron acerca de las
    relaciones que podían establecerse entre la
    configuración de los términos de los silogismos y la
    configuración de las cosas del mundo que los términos
    designan, así como sobre la transferencia de los valores de verdad de una
    a otra. Este punto de vista inicial nunca dejó de
    ampliarse y diversificarse.

    Los hombres primitivos podían contentarse con un uso de
    los signos aparentemente instrumental, en cuanto ligado
    directamente con sus problemas de subsistencia (comunicar la
    ubicación de la caza, situarse en su medio ambiente,…), lo que
    no implicaba ninguna problemática particular que resolver.
    Sin embargo, la organización cada vez más compleja de
    las sociedades condujo a un uso de los signos que debía
    reproducir de manera equivalente la situación del mundo
    material, cuya transformación (con el simple objetivo de mantener la
    integridad y la identidad de grupos humanos) necesitaba de
    un conocimiento a priori que permitiese una cierta
    previsibilidad de la evolución de ese mundo. El problema
    de la validez de esta especie de fenomenología del
    reemplazo llevó, probablemente, a consecuencia de
    inadecuaciones flagrantes de las representaciones adoptadas
    (reveladas por su uso), a los interrogantes como aquellos que
    ocuparon a los estoicos. Sin embargo, en la medida en que todo
    lo que acontece en el mundo material es la obra de Dioses o de
    un Dios omnipresentes, el signo se transforma rápidamente,
    en la teoría medieval, en un medio de acceso a la
    trascendencia divina, la que finalmente se inscribe en las
    formas que toma el signo y en sus combinatorias. De este modo,
    la gramática puede llegar a ser "el último
    eslabón de la cadena semiótica en cuyo orígen se
    encuentra Dios, supremo detentador del sentido".

    Con la Mathésis Universalis de Leibniz la red se amplía, mediante una
    extensión considerable de las funciones matemáticas,
    a nuevos campos significantes en el que las funciones
    constituyen lo arquitectónico. Sin embargo la
    multiplicación de las redes produce una especie de
    explosión ligada a las polisemias que aparecen en tales
    oportunidades, de modo que el regreso al estudio de la
    especificidad del lenguaje humano se impone a partir de la
    constatación de su carácter proteiforme: todos los
    sistemas significantes pueden traducirse en el lenguaje humano
    y no a la inversa. Locke y después de él los
    semióticos del siglo XVIII, entre ellos Condillac, se
    esforzarán por fundamentar la semiótica sobre la
    gramática, actitud en la que puede observarse las premisas
    de la semiolingüística moderna.

     

    Funciones Del Signo:

     

     

    Dispositivo de la Comunicación

     

     

    Referente

     

    Emisor

    Mensaje

    Receptor

     

    Canal

     

     

    Código

     

    Factores de la Comunicación

    Función Lingüística

     

     

    Emisor

    Emotiva

     

    Referente

    Referencial

     

    Mensaje

    Poética

     

    Canal

    Fática

     

    Código

    Metalingüística

     

    Receptor

    Conativa

     

     

     

     

     

     

    e)                  
    Función Emotiva: (o expresiva) apunta hacia una
    expresión directa de la actitud del emisor.
    Terminología denotativa y connotativa. Predomina la
    subjetividad del emisor, no tanto lo que dice o como lo dice,
    sino quien lo dice. Tiende a dar la impresión de cierta
    emoción. El factor de la comunicación es el Emisor.
    Géneros periodísticos: opinión, editorial,
    artículo.

    f)                    
    Función Referencial: (o informativa, o denotativa, o
    cognitiva) está orientada hacia el "contexto" que ambienta
    y rodea la comunicación. Tiene que ver con todo el tema
    que provoca la comunicación y no sólo con el mensaje.
    El discurso es objetivo y verosímil y
    la terminología es denotativa. El factor de la
    comunicación es el Referente. Géneros
    periodísticos: noticia, crónica, periodismo científico,
    de investigación.

    g)                  
    Función Poética: pone el acento sobre el mensaje en
    si mismo, sea de cualquier género periodístico,
    literario, político, etc. Por lo tanto busca producir un
    hecho estético. Para esto se utilizan metáforas,
    figuras retóricas. El factor de la comunicación es el
    Mensaje. Géneros periodísticos: titulares, frases,
    chistes, humor

    h)                  
    Función Fática: sirve esencialmente para verificar si
    el circuito funciona; es decir, establecer, prolongar e
    interrumpir la comunicación. Chequear si tengo la
    atención del interlocutor. El factor de la
    comunicación es el Canal. Géneros periodísticos:
    ritos, frases, gestos. formato, escenografía.

    i)                    
    Función Metalingüística: apunta a verificar si
    el emisor y el receptor utilizan el mismo código. De
    allí que se hable de Metalenguaje. Se explican
    términos cuyo significado se desconoce. El estudio del
    lenguaje es el estudio del código, propiamente. El factor
    de la comunicación es el Código. Géneros
    periodísticos: suplementos científicos,
    artísticos, temas específicos.f) Función
    Conativa: (o apelativa) está orientada
    específicamente al destinatario (receptor). Su
    expresión gramatical más pura está en el
    vocativo y el imperativo. El factor de la comunicación es
    el Receptor. Géneros periodísticos: discurso
    periodístico, publicitario, político (programas de TV.)

     

    7. Los Medios

    AFICHE (Relación entre texto verbal y texto visual)

    Para A. Moles el "afiche" cumple seis (6) funciones:
    Informativa, Publicidad y Propaganda, Educativa,
    Ambiental, Estética y Creadora.

    a)                             
    Función Informativa: es el punto de partida, nos informa
    el precio del producto y el lugar de
    venta (afiche avisador).

    b)                             
    Función Publicidad y Propaganda: es el
    instrumento para convencer o seducir, la argumentación.
    Tiene dos partes interrelacionadas, la publicitaria cuya
    finalidad es poner algo en conocimiento del público y la
    propagandística cuya finalidad es convencer para conseguir
    la adhesión.

    c)                             
    Función Educativa: porque en la sociedad urbana, poblada
    de imágenes, es uno de los factores más poderosos de
    autodidaxia; es decir, autoformación del individuo por la
    contemplación. Colabora al conocimiento de los objetos, de
    las funciones, de los servicios. etc. No confundir
    con la Función Cultural que condiciona con determinados
    valores y que por cierto también se da en el afiche.

    d)                             
    Función Ambiental: el afiche es un elemento que compone el
    paisaje urbano. Este papel debería estar a cargo de los
    urbanistas o de las empresas que pegan los afiches,
    ya que por lo común está bastante descuidado. A
    veces, producto del azar, el pegado y despegado de afiches da
    lugar a una obra de arte abstracto.

    e)                              
    Función Estética: el afiche como la poesía
    sugiere más de lo que dice. Una de las primeras reglas de
    la comunicación es que para comunicar hay que agradar, y
    agradar significa, entre otras cosas, tener un valor
    estético. Y aquí serán importantes los colores, las formas, el juego
    de las imágenes, de las palabras, los contrastes, etc.

    Función Creadora: el afiche, como tal, es uno de los
    creadores de deseos y de los transformadores de deseos en
    necesidades, lo que contribuye a poner en funcionamiento el
    mecanismo del consumo. En este aspecto
    representa una función alienante para el ciudadano, contra
    la cual han protestado muchos moralistas, sin embargo no se
    puede olvidar el campo artístico que abre.

     

    La Fotografia (o paradoja fotográfica)

    Según Roland Barthes, en toda imagen, comúnmente
    existen dos estructuras que se interrelacionan, a saber: la
    Estructura Verbal (o lingüística) y la Estructura
    Fotográfica (o imagen). Por lo tanto la totalidad de la
    información se sostiene sobre estas dos estructuras
    concurrentes. La primera -lingüística- está
    compuesta por palabras (mensaje connotado), mientras que la
    segunda -fotografía- está compuesta por líneas,
    planos y tintes (mensaje denotado).

    El mensaje verbal o texto es un mensaje parásito,
    está destinado a "connotar" la imagen, a insuflarle uno o
    más significados secundarios y al mismo tiempo acotarla en
    su polisemia. Cuando la imagen ilustra el texto lo hace
    más claro; cuando el texto connota la imagen la oscurece
    (la carga) imponiéndole una cultura, una moral, una lógica,
    etc.

    Ontológicamente la fotografía reproduce "al
    infinito" lo que ha tenido lugar una sola vez, es la
    contingencia soberana, la "ocasión", el encuentro, lo
    real.

    Studium = ambientación

    Punctum = lo que golpea la atención

    La fotografía es un mensaje sin código, por lo
    tanto es continuo; está constituida exclusivamente por un
    mensaje "denotado", pero esto por lo común corre el
    riesgo de convertirse en un
    mensaje "connotado" por la producción fotográfica, y
    de aquí la paradoja fotográfica.

    En ambos casos, tanto en la connotación a través
    del mensaje verbal como en la connotación a través de
    la producción fotográfica (manipulación) el
    "código de connotación" es histórico o
    cultural.

    Se supone que la fotografía es un retrato de lo real,
    sin elaboración: "una instantánea técnica", un
    mensaje denotado (sin código); sin embargo, en la
    selección de la toma, la luz, las poses, el encuadre, la
    compaginación, etc. se crea un mensaje connotado (con
    código).

    Los procedimientos básicos son
    tres: Trucaje, Pose y Objetos, y en un segundo momento otros
    tres: Fotogenia, Esteticismo y Sintaxis.

    a)                                          
    Trucaje: componer una foto artificialmente. Armar una escena,
    un plano, personas, objetos, que en el retrato real no
    existieron; dar un mensaje.

    b)                                                     
    Pose: la pose del personaje (postura), del o de los
    protagonistas ya es un mensaje; se encuadra en actitudes
    estereotipadas.

    c)                                          
    Objetos: la composición de los objetos en la
    fotografía son un mensaje, porque los objetos son
    inductores de asociaciones de ideas

    d)                                          
    Fotogenia: el mensaje está en la misma imagen embellecida,
    sublimada, ya sea por técnicas de iluminación,
    impresión, reproducción, etc.

    e)                             
    Esteticismo: cuando la fotografía se convierte en pintura
    (empaste de colores), significándose a
    si misma como arte, intenta imponer un
    significado mucho más sutil.

    f)                               
    Sintaxis : se da en la secuencia de varias fotos, en su
    encadenamiento.

     

    Fotografia Y
    Prensa

    El uso de la fotografía en los diarios responde a la
    necesidad de "escenificar" una noticia y "certificar su
    veracidad". Para el lector, la foto :

    ·          
    escenifica = ilustra el hecho

    ·          
    certifica su veracidad = es una prueba de la verdad/realidad
    del hecho.

    Relaciones entre Texto Fotográfico y Texto Verbal
    (según Lorenzo Vilches):

    1.                  
    La estructura de la foto es tanto o más compleja que la
    del texto (ambas son producto de transformaciones
    discursivas).

    2.         La foto
    de prensa no es ilustración del texto escrito, ni
    sustitución del lenguaje escrito. Tiene autonomía y
    puede considerarse un texto informativo.

    3.                  
    Es eficaz en procesos de reconocimiento e
    identificación.

    4.                  
    El proceso discursivo desarrollado por una foto puede ser tan
    abstracto como el texto porque ambos se basan en convenciones
    sociales.

    5.         Tanto la
    foto como el texto se basan en procesos cognitivos, como el
    caso de las   inferencias.

    5.                  
    Sirven para desarrollar procesos cognitivos a través de la
    información periodística.

     

    El diseño grafico:

    El Diseño Gráfico es una disciplina que no
    sólo se ocupa de los aspectos estéticos de sus
    productos, sino que
    también posee una función comunicativa y, aunque este
    aspecto tuvo poca atención durante décadas, a
    principio de siglo pasado comenzaron a observarse productos en
    el mercado europeo que nos
    remitían a ciertas ideas o sentimientos, es decir, nos
    comunicaban algo.

     

    Los primeros carteles:

    A ciencia cierta no podemos precisar el origen del cartel,
    sin embargo en función de su utilidad, podemos ubicar a sus
    predecesores en la prehistoria, con los signos en
    relieve de los mercaderes
    mesopotámicos y las leyes grabadas con dibujos y tallas sobre
    piedra en la antigua Grecia, y acercándose
    un poco más a las características del cartel actual
    (imagen-texto) debemos mencionar el emblema, precursor directo
    del cartel, que era un tipo de anuncio empleado como
    "propaganda" de los comercios griegos y por otro lado, los
    carteles que anunciaban las representaciones teatrales en
    Roma, pintados en rojo y
    negro sobre muros blancos, conocidos como "álbum".

    En 1482 aparece el primer cartel impreso e ilustrado que se
    conoce. Su procedencia: Francia, y anunciaba "El
    Gran Perdón de Nuestra Señora de París"(43). A
    raíz de esto, se difundió el cartel tipográfico,
    sin embargo, el empleo del color en el cartel tuvo que
    esperar a la aparición de la litografía y la
    cromolitografía, y aunque la litografía fue inventada
    por Alois Senefelder en 1798 (Austria), no fue sino hasta el
    siglo XIX que la perfección de este método
    permitió a Jules Chéret (1836-1933) explotarlo al
    máximo. Los anuncios públicos, tales como los de la
    antigüedad eran meras publicaciones de dimensiones
    pequeñas, y es hasta 1761 cuando Luis XV, en Francia,
    permitió que se pegaran dichos anuncios con dimensiones
    mayores en los muros de los comercios; surgiendo así otra
    de las características más importantes de los
    carteles, es decir, su clara visibilidad en lugares
    públicos y a mayores distancias.

    De esta manera se completa la lista de aspectos que
    determinan la función de los carteles en sus
    orígenes: anunciar productos, servicios o
    espectáculos al público transeúnte.

    En este sentido Chéret aprovechó todas esas nuevas
    particularidades de la "publicidad", y haciendo uso del
    lenguaje popular, sus carteles llegaron a ser magníficas
    obras de arte en los que plasmaba la vida pública de las
    personas vinculándola con el arte del pasado.

    Posteriormente surge otro personaje representativo del
    cartel: Henri Toulouse-Lautrec (1864-1901), quien acentuó
    los logros de Chéret y que por medió de fuertes
    trazos negros como contornos, frecuentes tonos vivos y suavidad
    de expresión, plasma la vida interior consolidando al
    cartel como una forma de expresión que posibilita la
    evolución futura de la pintura.

    Con la entrada del siglo, el cartel modernista se
    apropió del mercado, éste se
    caracteriza por la abundancia de detalles decorativos. El
    movimiento modernista tuvo
    varias acepciones, en Gran Bretaña y Estados Unidos se le
    conoció como Art Nouveau; en Alemania como Jugendstil; en
    Francia como Modern Style, en Austria como Secesión, en
    Italia como Style Liberty y en
    España como Modernismo. De estas
    variantes podemos resaltar que la característica
    específica del Jugendstil era la fantasía,
    representada principalmente por formas orgánicas, mientras
    que en Viena y en Munich, los secesionistas plasmaban las
    historia populares, los escándalos y las caricaturas
    políticas siendo identificables en el cartel, el orden y
    el equilibrio, a diferencia de
    la simetría del Art Nouveau. Por otro lado en Francia, los
    carteles más representativos del Modern Style son los de
    Toulouse-Lautrec.

    El movimiento simbolista retoma los métodos y elementos
    decorativos del Art Nouveau, pero su aportación al
    diseño del cartel fue la introducción de la
    iconografía como elemento pictórico. Así, la
    información visual se ofrece ya no precisamente en forma
    naturalista, es decir, "el uso de símbolos confiere al
    diseño una realidad y una unidad propias"(44). Este
    empleo iconográfico
    permite a los simbolistas plasmar las facetas opuestas de una
    sola idea en el mismo cartel.

    Siguiendo esta misma línea y bajo las constantes del
    Art Nouveau y el simbolismo, aparece el cartel Hippie
    (Noviembre, 1975). En este movimiento, se acentúa la
    yuxtaposición de los colores complementarios aturdiendo al
    espectador, entonces, lo que el artista busca es la
    aprehensión de los mensajes a través de los sentidos.

     

    8. Conclusiones

    Primera : La semiótica puede ser entendida como la
    teoría general de los signos, o de los lenguajes en cuanto
    sistemas de signos. El dominio de la semiótica la
    conforman los lenguajes, sean estos naturales o artificiales.
    En este sentido es el estudio que se encarga de dar los
    fundamentos de cualquier ciencia particular que trate de
    signos, como la lógica, la lingüística o la
    matemática

    Segunda : Consideramos interesante una postura inclusiva en
    la que el signo es el centro de los procesos semiósicos,
    si pudiésemos graficarlo en una estructura de
    radiación concéntrica. A partir de él se pueden
    configurar los textos, entendidos no sólo como
    construcciones linguísticas a partir de sintagmas sino
    como Cadenas de significación que pueden moverse en el
    ámbito verbal o no verbal, y que pueden ser representadas
    por signos lingüísticos, icónicos,
    fonéticos, gustativos, expresivos, estéticos,
    etc.  Y finalmente, los textos a su vez permiten
    configurar el discurso. Que en este caso funcionan como una
    totalidad significativa, llena de sentido que se construye a
    partir de la propuesta Hjemsleviana de plano de la
    expresión y plano del contenido. sin que estos dos puedan
    separarse en la acción semiósica.

     

    9. Bibliografía

    1.      
    www.ar.groups.yahoo.com/group/semioticians

    2.      
    www.revue-texto.net

    3.      
    www.msh-paris.fr/texto

    4.      
    www.univ-perp.fr/see/rch/lts/marty/76defeng-sp.htm

    5.      
    www.univ-perp.fr/see/rch/lts/marty/76defeng-sp.htm#ANALISIS

    6.       www.archivo-semiotica.com

    7.      
    go.to/centro-investigaciones-semioticas

    8.      
    www.magarinos.com.ar

    n       Bajtín,
    Mijaíl, Estética de la creación verbal. Ed.
    Siglo XXI, México. 1982.

    n       Barthes,
    Roland, Análisis estructural
    del
    relato. Ed. Tiempo Contemporáneo, Bs. As.
    1978.

    n       Barthes,
    Roland, Elementos de Semiología. Ed. A. Corazón,
    Madrid. 1971.

    n       Barthes,
    Roland, La cámara lúcida. Ed. Paidós,
    México. 1985.

    n       Barthes,
    Roland, Lo obvio y lo obtuso. Ed. Paidós, México.
    1982.

    n       Barthes,
    Roland, Mitologías. Ed. Siglo XXI, México.
    1980.

    n       Blanco, D.,
    Metodología
    del
    análisis semiológico. Ed. Univ. de Lima,
    Lima. 1989.

    n       Bourdieu,
    Pierre, Sociología y cultura.
    Ed.
    Grijalbo, Mëjico. 1991.

     

     

     

     

     

    Autor:

    c y n t h ia !

     

     

     

     

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