Perspectivas sobre la conducta
anormal
Segunda parte
La perspectiva sobre el aprendizaje es
uno de los métodos de
estudio de la conducta anormal
que mayor influjo ha tenido. Sin duda parte de su atractivo se
debe a que posee la cualidad de respetabilidad científica
y al hecho de que ofrece no solo una formulación de la
conducta anormal, sino, además, un programa bien
definido en su tratamiento.
La historia de este movimiento se
remonta a la doctrina que consideraba al hombre una
"tabula rasa" y que fue enunciada por John Locke
(1632-1704), pero fue Ivan Pavlov (1849-1936) fisiólogo
ruso, quien realizó los primeros experimentos
sobre "secreciones psíquicas" en animales, que
dieron origen a toda la investigación de los reflejos
condicionados. En el curso de sus investigaciones
notó que al introducir comida en la boca de los animales, se
producía un flujo de saliva y que la simple presencia del
experimentador, quien traía la comida inducía un
flujo similar. Pavlov no fue de ningún modo, el primero en
observar esto, pero sí parece haber sido el primero en
sospechar que el estudio detallado de éste fenómeno
podría ayudar a comprender las conductas de ajuste y
adaptación de los organismos. La comprensión de
estas conductas lo hizo estudiar sistemáticamente esos
reflejos a los que llamó reflejos condicionados, pues
dependían o estaban condicionados por algunos
acontecimientos previos ocurridos en la vida del organismo.
Pavlov llegaría a exponer una ley de
condicionamiento; Tras la repetida asociación temporal de
dos estímulos, el que se presenta primero, con el tiempo llega a
evocar la respuesta que normalmente evoca el
segundo.
Edward L.Thorndike (1898), realizó varios
estudios de conducta en el laboratorio,
realizados con gatos, perros y pollos.
La conducta estudiada consistía en escapar de un encierro
confinante, y se eligieron actos como jalar una cuerda, mover un
cerrojo o presionar un pedal, al usarlas como instrumento para
escapar de la caja dispuesta. En los trabajos de Thorndike sobre
conducta instrumental, cuatro elementos se presentan que antes no
habían sido estudiados sistemáticamente; 1. –
Reconoció la importancia de observar animales cuya
historia fuera
conocida y más o menos uniforme, criándolos en
condiciones ambientales lo más similares posible. 2. –
Reconoció la necesidad de observar repetidamente animales
individuales y de hacer observaciones con más de un animal
en varias especies, y asegurarse de aplicar sus resultados a los
animales en general. 3. – No obstante tener en cuenta más
de un solo acto particular de conducta, sus conclusiones
servirían únicamente para ese segmento único
de conducta elegida y estudiada, empleando así conductas
diversas en varios aparatos diferentes. 4. – Como característica de la ciencia,
Thorndike presentó cuantitativamente sus
hallazgos.
Además, notó que al situar un animal
por primera vez en una "caja-problema", manifestaba numerosas
respuestas de lucha, pero difusas. Con el tiempo, una de
esas conductas difusas disparaba por azar el mecanismo liberador
que abría la puerta, permitiéndolo escapar y
obtener una pequeña cantidad de comida. El animal al verse
sujeto repetidamente a dicha situación, cada vez
presentaba menos conductas superfluas, hasta que con el tiempo,
prácticamente sólo manifestaba la que había
tenido éxito,
y concluyó que los resultados o efectos de la conducta que
tuvieron éxito
en el pasado deben constituir una importante influencia para
determinar las actuales tendencias del animal. Thorndike
llamó a esto la Ley del efecto
(la capacidad de los efectos de conducta anteriores para
modificar los patrones de conducta actual del animal), y que
todavía hoy se considera como principio fundamental en el
análisis y control de la
conducta adaptativa.
John B. Watson en 1913 publicó un ensayo, hoy
clásico, en cual definía a la psicología como
ciencia de la
conducta y la denominaba Conductismo.
En dicho ensayo
afirmaba que el estudio de la conducta podía lograr un
status independiente dentro de las ciencias y que
su meta podría predecir y controlar la conducta de todos
los animales, sin necesidad de dar preferencia a los seres
humanos. El conductista no necesita relacionar sus estudios con
ratas y gatos con la conducta humana,
de la misma manera que el zoólogo no necesita relacionar
su disección de ranas y gusanos con la anatomía humana.
Mediante su doctrina, Watson estaba destruyendo le teoría
homocéntrica sobre la importancia del hombre en el
mundo conductual, con la misma efectividad con que
Copérnico, cuatrocientos años antes, había
destruido la teoría
geocéntrica del universo.
El adoptar la conducta como tema de observación dio a la nueva Psicología ese
necesario observador independiente y objetivo. Al
insistir en que la conducta era tema independiente de una
ciencia
dedicada a predecirla y controlarla, al hacer hincapié en
que se hiciera un análisis microscópico del ambiente y del
comportamiento
en términos de estimulo-respuesta, como vía para el
entendimiento de los complejos patrones de conducta. Watson
creyó ver un mecanismo que explicaba los múltiples
ajustes complejos y sutiles que los organismos adultos,
incluyendo el hombre,
hacían en su ambiente. Sin
embargo, iba a resultar un fracaso intentar forzar toda la
conducta en el modelo de los
reflejos condicionados propuesto por Pavlov. La tarea de la ciencia
conductual propuesta por Watson es compilar y predecir todas las
correlaciones estimulo-respuesta heredadas y adquiridas que un
organismo dado pueda exhibir.
En 1950 Dollard y Miller publicaron Personality and
Psychotherapy, donde examinaron a la luz de los
conceptos del aprendizaje
algunos principios
tradicionales del psicoanálisis en referencia a la
psicoterapia.
En 1953 B.F.Skinner, a la
luz de los
hallazgos y la sistematización del estudio del comportamiento
propuesto por Watson, publicó Science and Human Behavior,
que intentó explicar los principios del
condicionamiento operante a una amplia variedad de
comportamientos humanos. El condicionamiento instrumental
(también llamado operante) es otro proceso
fundamental con que se explica la génesis de conducta. En
este tipo de condicionamiento, el organismo debe emitir la
respuesta o conducta deseada para obtener un refuerzo, es decir,
la respuesta cumple una función
instrumental en la obtención de un premio o reforzador,
que además, éste último deberá ser
contingente (asociados en el tiempo, entre la respuesta y el
reforzador).
Si bien se supone que un refuerzo mantiene cierta
conducta, también lo es porque gracias a ella (determinada
conducta) se evitan ciertas consecuencias aversivas en la vida
del sujeto. Pero tal vez su persistencia pueda deberse a otro
estimulo que ofrece un refuerzo positivo.
La modificación de la conducta (tal como la
entendía Skinner ) no
se limitaba al consultorio del psicoterapeuta sino también
aplicaba en las aulas de las escuelas, en las correccionales para
jóvenes, en las salas de los hospitales
psiquiátricos, en las empresas, en las
clínicas para la cura de disfunciones sexuales y en la
literatura sobre
el tema de autoayuda, además, derivado de esta
técnica, se implementó en el tratamiento de los
comedores compulsivos, la abstención en la ingesta de
alcohol, en el
hábito de fumar, en el aumento de la productividad en
las empresas,
la
motivación y satisfacción en el trabajo,
etc. Thorensen y Mahoney, 1970.
En la obra de Wolpe en 1958 Psychotherapy by
Reciprocal Inhibition, se describió su trabajo de laboratorio
sobre condicionamiento de la ansiedad en animales y la
técnica terapéutica llamada
desensibilización sistemática de las respuestas
fobicas. A partir de entonces la aceptación de la
perspectiva basada en el aprendizaje
aumentó con rapidez.
En 1963 se fundó la revista
Behavior Research and Therapy, dedicada exclusivamente a la
publicación de contribuciones teóricas y
clínicas a favor del enfoque de la teoría del
aprendizaje en
la conducta anormal. A principios de la década de 1960
comenzaron a emerger dos orientaciones distintas de esta
perspectiva. Una basada en la aplicación de los principios
del condicionamiento clásico descrito o aplicado por Wolpe
(1958) y la otra basada en el condicionamiento
operante.
La observación y la imitación son otro
mecanismo de adquisición o aprendizaje de conductas.
Albert Bandura, 1963, exploró la modelación como
causa de psicopatía y como medio de tratamiento. Una breve
reflexión sugiere que el aprendizaje observacional puede
desempeñar una importante función
incluso en los casos en que no se aplican directamente reacciones
del condicionamiento a la actividad del sujeto. En un experimento
hecho por Bandura, se colocaron a niños
en contacto con modelos
adultos que observaban un comportamiento agresivo con una
muñeca de juego, los
niños
que estuvieron en contacto sí presentaron la conducta
agresiva en la misma situación cuando vieron la
oportunidad, que aquel grupo de
niños control que no
tuvieron contacto con este tipo de conductas.
De esto se puede inferir que la modelación es
otro mecanismo de la conducta anormal con la cual se explica la
génesis del comportamiento.
La decisión de llamar patológico a un
comportamiento particular dependerá en gran parte de
factores sociales, Ullman y Krasner (1965), suponen que todas las
sociedades
prescriben determinados papeles que llevan consigo cierta gama de
refuerzos, y que dichos papeles se mantienen después
gracias al refuerzo. Así pues la conducta inadaptada
presenta dos rasgos distintivos; Es juzgada inapropiada por
quienes controlan los reforzadores en la vida del sujeto y, se
tiende a disminuir el número de refuerzos positivos
suministrados al sujeto.
Eysenck (1965) ha ofrecido una explicación
sobre el significado de la conducta inadaptativa, principalmente
en el caso de la conducta neurótica, y dice, "Dado que
casi toda la conducta humana
se aprende, ¿Cómo se distingue el comportamiento
neurótico de las formas restantes? La respuesta consiste
en que se trata de una conducta inadaptada: el que adopta un
patrón de comportamiento neurótico no logra
conseguir lo que intenta hacer y hace aquello que les es muy
perjudicial". Desde este punto de vista, la conducta anormal se
aprende y resulta ser inadaptada en el sentido de que resulta
contraproducente para quien la realiza.
Esta perspectiva a diferencia de la
psicoanalítica donde los síntomas neuróticos
son mecanismos adaptativos que revelan represión y, que
son el resultado visible de causas inconscientes, y la
teoría del aprendizaje no postula ninguna de esas causas,
sino que las considera meros hábitos adquiridos, el
síntoma no tiene ninguna neurosis
subyacente, sino que sólo existe el síntoma
propiamente dicho. Se pudiera decir que si suprimimos el
síntoma (respuestas o conductas que refuerzan este
sentimiento o estado, tanto
voluntarias como involuntarias) habremos eliminado la neurosis.
Cuando se dice que "El síntoma es el
trastorno", el terapeuta está en ventaja y en condiciones
de tratar directamente a los síntomas sin preocuparse por
el problema de actuar o enfrentar introspectivamente la conducta
anormal. Ulman y Krasner (1969) han propuesto varias
interpretaciones alternativas que explique la reaparición
de la conducta anormal cuando se han aplicado programas para su
rehabilitación basados en la teoría del
aprendizaje. En primer lugar, puede reaparecer porque el
individuo se "resensibiliza" a estímulos amenazadores a
los que antes había sido sensibilizado. En segundo lugar,
puede deberse a que ocupa un lugar muy importante entre las
respuestas más fuertes de su repertorio. En tercer lugar,
un cambio de su
comportamiento puede alterar la situación ambiental y de
sus estímulos subyacentes y con ello provocar la
reaparición de la conducta no deseada. Por último,
la supresión de síntomas facilita la
manifestación de patrones de conducta incongruente, es
decir, la conducta recién adquirida puede no ser
compatible con otra que realiza el sujeto en ese
momento.
Al hablar de otros síntomas, como por ejemplo
la depresión,
y sin dejar de tomar en cuenta los datos
relativamente recientes sobre su determinismo tanto
genético como bioquímico, Seligman (1975), Eastman
(1976), Fester (1973) observaron que en las personas y en los
animales de experimentación se producen efectos nocivos en
su conducta cuando se hallan en circunstancias ambientales donde
se sientan desvalidos.
Más exactamente, aseguran que sobreviene la
desvalidez (sentimientos y percepciones de abandono, olvido,
etc.) cuando no hay relación entre los esfuerzos del
organismo por obtener refuerzo y los resultados que logra o va
logrando. Tal como dice Yager (1975), si todo es en vano,
¿Para qué molestarse?
Seligman (1975) describe de manera más formal
el nexo entre conducta, refuerzo y sus contingencias. Cuando las
respuestas (reaccionar o no reaccionar) carecen de
relación con el refuerzo, se presenta un estado de
independencia
de respuestas, en que ni el animal de experimentación o la
persona
estudiada pueden predecir o controlar los resultados, y, por
tanto, estan desvalidos.
¿Cómo llegó Seligman a esta
aseveración? En los experimentos
originales él y sus colegas sometieron perros a una
serie de descargas eléctricas ineludibles, es decir, de
todos modos "hicieran lo que hicieran" para evitarla, no lo
lograban, y luego los colocaron en una "caja de escape", donde
una señal de aviso se encendía antes de la
descarga.
La tarea de los animales consistía en saltar
un obstáculo para evitar la descarga eléctrica. Los
que habían sido expuestos a la descarga ineludible no
aprendían a escapar de la caja. En cambio los
otros (el grupo control)
aprendían rápidamente la tarea. Seligman y sus
colegas concluyeron que la incapacidad de los primeros para
adquirir una conducta de evitación constituía un
ejemplo de "desvalidez aprendida", en otras palabras, aprendieron
que era imposible eludir la descarga y en consecuencia no
intentaron evitarla. Más aun, demostraron que los mismos
perros podían ser "inmunizados" contra tal desvalidez,
sí los sometían a un programa de
descargas eludibles y luego les permitían adquirir una
conducta eficaz de escape, y aprendieron más
rápidamente a escapar de la caja al someterlos nuevamente
a las descargas ineludibles. Ya no se sentían desvalidos,
había una relación positiva entre la conducta o
respuesta y el refuerzo contingente. Esta teoría establece
que el organismo recibe información sobre la probabilidad del
refuerzo, con base a ésta información adquiere una expectativa y se
conduce según ella.
Seligman estima que los mecanismos que intervienen en
la génesis de la desvalidez aprendida nos pueden dar a
conocer algo sobre la naturaleza y las
determinantes de la depresión
clínica. Aclarando que el concepto de
desvalidez aprendida refleja los aspectos primordiales de la
depresión.
El hecho de estudiar un fenómeno
clínico o social significa que el investigador comience a
buscar entre sus hallazgos aquellos que correspondan a
síntomas, causa o etiología, tratamiento y
prevención de determinadas conductas
anormales.
Lewinsohn (1974) sostiene que la mejor manera de
concebir la depresión es ver en ella el resultado de un
índice bajo de refuerzo dependiente de la respuesta. Su
explicación descansa sobre tres suposiciones
fundamentales. La primera consiste en que el índice bajo
de refuerzo positivo dependiente de la respuesta, es una
condición que provoca una conducta depresiva (que puede
estar representada por fatiga y tristeza). La segunda consiste en
que éste índice es suficiente para explicar la
escasa frecuencia de conducta que se aprecia durante la
depresión. En efecto, el deprimido sigue un programa de
extinción de la conducta, prolongado. La tercera
suposición advierte que el numero total de refuerzos
positivos suministrados al sujeto dependen de tres factores; a)
La cantidad o gama de estímulos que pueden reforzarlo, b)
La capacidad del medio para generar esos estímulos, y c)
De la habilidad del individuo para obtenerlos del ambiente.
Asimismo, dentro de la explicación de éste autor
por la depresión, se advierte que, la simpatía y la
preocupación expresados por la gente representan una
fuente de refuerzo social para esta conducta, y de ahí que
se mantenga a un nivel elevado.
El comportamiento es una trayectoria final
común y que es susceptible a gran número de
influencias. La manera en que las respuestas se cambian no
refleja necesariamente cómo fueron adquiridas
originalmente. El hecho de que el único tratamiento eficaz
sea de índole conductual en muchos de los desordenes de la
conducta anormal, nada dice del origen de la deficiencia. Pese a
esto, hay que reconocer el poder que los
conceptos de estímulo, respuesta y refuerzo tienen en las
formulaciones de la conducta. Su atractivo obedece en parte a la
sencillez y aplicabilidad de los conceptos, y en parte al extenso
campo de aplicación, pues ambos tipos de comportamiento
(normal y anormal) se estudian dentro del mismo marco de
referencia.
La aproximación al comportamiento humano desde
las diferentes perspectivas (hasta ahora sólo dos
brevemente descritas; la Psicoanalítica y la teoría
del aprendizaje) a más de ser contradictorias son
complementarias a un mismo fenómeno.
Recopilado y elaborado por:
Lic.en Psic. Arturo Falcón
Becerril