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Los valores humanos en el estudiante universitario desde una perspectiva pedagógica




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    Los valores
    humanos en el estudiante universitario desde una perspectiva
    pedagógica

    1. Bases teórico-
      metodológicas acerca de la formación de
      valores
    2. Acerca de la
      Clasificación de los valores humanos
    3. Vías para el
      fortalecimiento de los valores humanos
    4. Bibliografía

    En nuestra época la problemática de
    los valores ha
    adquirido una relevancia de primer orden, y está en el
    centro de agudas disquisiciones teórico –
    filosóficas. Ante las preguntas : ¿Puede el hombre
    hallar solución al conflicto que
    durante milenios ha tenido con su propia esencia ? ¿
    Podrá el hombre
    realmente llegar a ser feliz ?¿ Cuándo el hombre
    será hermano del hombre y no su
    lobo ?. Las respuestas menudean, y por supuesto, son
    múltiples los puntos de vista en dependencia de la
    concepción del mundo de quien interprete este
    fenómeno; respuestas a veces con un marcado énfasis
    reaccionario.

    El problema incide en que el hombre moderno inmerso en
    su vorágine, que ha traído como resultado la
    formación de un mundo unipolar a cuya cabeza se encuentra
    el país más poderoso y agresivo del planeta, la
    situación del mal llamado fin de la guerra
    fría, la desideologización de las relaciones
    internacionales, el proceso de
    globalización y la política neoliberal
    de algunos estados del tercer mundo, llega uno a preguntarse si
    existe algo en el ser humano indestructible que le permita
    establecer un diálogo
    fraterno con sus semejantes y al mismo tiempo dar su
    vida por los mismos.

    El estudio de la
    personalidad constituye una de las problemáticas
    más importantes de la ciencia
    filosófica, pedagógica y psicológica por las
    variadas manifestaciones y especificidades que la caracterizan en
    correspondencia con las condiciones concretas de vida y
    existencia . Para la educación cubana,
    el objetivo de
    formar una personalidad
    armónica e integralmente desarrollada responde a un
    propósito esencial de la política del Estado
    .

    Este tema es objeto de análisis de diferentes ciencias en
    especial de las sociales, a su vez, es una cuestión
    evidentemente práctica, lo cual se refleja en
    múltiples investigaciones
    acerca de la
    personalidad y su formación que se realizan en el
    mundo contemporáneo.

    Dentro de las temáticas más importantes
    que han sido estudiadas relacionadas con la formación de
    la personalidad
    en general y en particular sobre la educación en valores,
    la moral ocupa
    un destacado lugar, por lo que constituye una preocupación
    no sólo en la formación de la juventud sino
    también en los trabajadores, empresarios que son personas
    adultas.

    Es importante analizar que las formaciones morales como
    parte de la regulación inductora de la personalidad
    guían y dirigen la actuación del hombre y hacen que
    asuma una actitud
    correcta y acertada frente a las exigencias que la vida y la
    sociedad
    contemporánea plantean. Al respecto, el Dr. Juan
    Morí Lois expresa: "La educación debe
    priorizar los valores y
    revelar los ideales, preparar al hombre para la vida.
    "(1).

    Uno de los propósitos esenciales de nuestra
    educación
    es formar un hombre con principios y
    valores que
    les permitan enfrentar las complejas situaciones, asimilar los
    cambios y buscar soluciones
    acertadas a los problemas
    complejos del mundo moderno.

    La formación moral no puede
    ser impuesta al hombre desde el exterior, requiere de cierto
    sistema
    individual de valores, puntos de vista, ideales, los cuales se
    exigen en el sujeto de forma determinada y que en la misma medida
    que revelen sus relaciones con los que le rodean, reflejen
    además un sistema
    individual de significados, modelos a
    seguir, los que consecuentemente deben ser la guía de la
    actuación.

    La moral, como
    forma de la conciencia
    social, origina en el hombre motivaciones decisivas que permiten
    orientar su conducta hacia
    objetivos
    concretos. Su particularidad específica, como forma de la
    conciencia
    social, está dada en que refleja los vínculos del
    ser social, sus relaciones con los demás personas, la
    actitud del
    individuo, ante el trabajo, el
    colectivo y todo lo que le rodea, es decir, hacia su entorno
    natural y social.

    La moral es, siguiendo el criterio de M. Rosenthal y P.
    Ludin, la "forma de la conciencia social en que se reflejan y se
    fijan las cualidades éticas de la realidad social.
    La moral
    constituye un conjunto de normas de
    convivencia y de conducta humana
    que determinan las obligaciones
    de los hombres, sus relaciones entre sí y con la sociedad."(2)

    El concepto
    expresado denota claramente que no se valoran en la moral
    únicamente contenidos normativos, conductas
    estandarizadas, sino especialmente la posición activa de
    cada sujeto, su individualidad y las formas que utilice en la
    regulación del comportamiento.

    Se coincide con Fernando González Rey en su obra
    "La personalidad, su educación y desarrollo ",
    cuando plantea: "Es cierto que la moral, como sistema
    supraindividual de valores, normas y principios, se
    determina por la necesidad social a la que este sistema sirve ".
    – Y agrega posteriormente que – "… el conjunto de expectativas,
    normas, valores y principios de la sociedad son individualizadas
    por el sujeto y encuentran su lugar en la regulación del
    comportamiento
    de la personalidad de quien los asume ".(3)

    De aquí se deriva que en el análisis del desarrollo
    moral se tenga en cuenta, además de las relaciones del
    hombre con su medio, las formas en que cada uno interiorice
    dichas normas, principios y valores, cómo los instrumente
    en sus acciones tanto
    externas como internas y podemos agregar, en su lenguaje o
    proceso
    comunicativo.

    Es a partir de lo apuntado que la asimilación de
    los valores
    morales por los estudiantes en

    general adquiere una importancia capital, pues
    los mismos forman parte de su ética
    profesional.

    K. D. Radina (4) destaca que la educación moral
    ocupa un lugar esencial en el desarrollo multifacético de
    la personalidad, por constituir una guía en sus acciones
    valorativas. El desarrollo de las formaciones morales debe ser
    dirigido a través del proceso educativo, pues no se forma
    espontáneamente, sino mediante un sistema organizado de
    influencias. En el centro de este proceso se encuentra "el propio
    hombre como sujeto y objeto de la actividad y jugando el rol de
    eje fundamental de dicha transformación".

    Con el perfeccionamiento de los procesos
    educativos y el esclarecimiento de cómo se desarrollan en
    el hombre sus particularidades psicológicas es como la
    personalidad asimila las influencias de la sociedad.

    Al respecto el Dr. Juan Mari Lois señala: "El
    proceso educativo es correlacionar la ideología con las necesidades y
    expectativas de los ciudadanos y a partir de esta
    correspondencia, trazar las finalidades esenciales que deben
    atravesar. Permear todo el sistema educativo." (5)

    En la Cuba de hoy
    donde la actividad fundamental está encaminada a preservar
    las conquistas de la Revolución, en los marcos del llamado
    Período Especial, el fortalecimiento de valores en el
    estudiante resulta ser una tarea que no se encuentra en la
    periferia de la labor educativa, sino en su línea
    principal.

    Se hace necesario el tratamiento de este tema
    especialmente por dos razones:

    Primero, si consideramos como un principio ético
    lo que sabiamente expresara José Martí:

    "La educación, empieza con la vida y no acaba
    sino con la muerte"(6),
    segundo, porque la educación de valores no escapa a las
    exigencias del progreso tecnológico, al bienestar y al
    desarrollo ético de los estudiantes, por la constante
    elevación de la calidad de
    vida realmente humana.

    Para formar un estudiante que sea capaz de reflexionar
    racional y consistentemente ante el reclamo de los demás,
    de emitir juicios, de sensibilizarse con el compañero, de
    tomar decisiones justas y acertadas hay que educarlo en una
    cultura de
    valores, para que pueda poner en claro el sentido de su vida,
    para que construya su marco referencial, más allá
    de lo puramente material o inmediato, y configure la naturaleza misma
    de su ser. En fin, para educar un estudiante con la capacidad de
    situarse en una posición digna en el mundo
    contemporáneo.

    Debe ser propósito social, en los momentos
    actuales, dar marcada prioridad a los aspectos educativos,
    especialmente a la formación de valores, riqueza legada
    por los pueblo, por sus mejor de sus tradiciones
    patrióticas, culturales y familiares.

    El carácter
    de los valores
    morales como orientadores y reguladores internos, hace que
    estos ocupen un lugar especial dentro del sistema, formando parte
    del contenido movilizativo de los restantes valores al estar
    presentes en la premisa, el fundamento y la finalidad del acto de
    conducta humana
    en cualquier esfera de la vida aspecto muy importante en la
    actividad del estudiante

    El valor moral
    expresa la significación social positiva de un
    fenómeno – hecho, acto de conducta, en
    forma de principio, norma o representación del bien, lo
    justo, el deber, con un carácter
    valorativo y normativo a nivel de la conciencia que regula y
    orienta la actitud del individuo hacia la reafirmación del
    progreso moral, el crecimiento del humanismo y el
    perfeccionamiento humano.

    La novedad científica de esta
    argumentación está dada en el estudio de
    cómo se puede trabajar los valores a través de la
    clase, mediante la combinación de un sistema de
    influencias educativas debidamente organizadas, es factible
    continuar fortaleciendo los valores morales en el estudiante de
    hoy.

    La significación teórico- práctica
    está determinada por la necesidad de continuar
    profundizando en aspectos complejos, como la regulación
    inductora de la personalidad, básicamente en lo
    relacionado con el fortalecimiento de valores morales para
    valorar la conducta y el comportamiento del
    estudiante.

    Objetivo: Proponer un sistema de acciones encaminadas al
    tratamiento de las valores
    Humanos desde la clase.

    1.1- Bases teórico- metodológicas
    acerca de la formación de valores.

    En los umbrales del siglo XXI se torna absolutamente
    necesario retomar con toda la fortaleza posible las posiciones
    que fundamentan el carácter eminentemente humano de los
    procesos
    educativos como exigencia para la vida social
    contemporánea.

    Para la consideración del enfoque humanista como
    comprensión del proceso de formación del hombre se
    precisa analizar de forma breve la significación del
    término humanismo al cual
    en la literatura se
    trata con una interpretación teológica,
    filosófica, literaria, psicológica,
    sociológica y pedagógica esencialmente.

    Frecuentemente el humanismo, se asocia con la etapa
    renacentista. La Filosofía de esta época fue
    humanista porque encontró en el resurgimiento del pensamiento
    filosófico clásico un medio de justificar el
    interés
    de ascenso por los fenómenos naturales y
    humanos.

    De este modo, es común encontrar denominado al
    humanismo como: "El movimiento
    literario de retorno a los valores clásicos y de
    exaltación de lo humano, producido con el
    renacimiento"(7). En este caso se circunscribe la
    definición a una esfera específica de la actividad
    humana, la literaria.

    El citado término puede encontrarse con
    diferentes interpretaciones que encierran la esencia del ser
    humano y otros elementos relacionados directamente con sus
    posibilidades de manifestación, de esta forma se define
    como: "movimiento
    moral e intelectual tendiente a desarrollar en el hombre las
    facultades propiamente humanas y a multiplicar las instituciones
    culturales"(8).

    En otras determinaciones aparece el concepto con otra
    dimensión pero en la propia esfera literaria apuntada, en
    este caso aparece como: " La convicción de que los valores
    espirituales e ideales son de categoría suprema en la
    constitución de la realidad, y que estos
    valores se expresan más adecuadamente en las grandes
    creaciones clásicas de la humanidad en la literatura"(9).

    Algunos estudiosos sobre el humanismo prefieren
    clasificar al mismo de acuerdo a su significación,
    así se conceptualiza, el humanismo actual como :
    "actitud práctica o concepto teórico de quienes
    luchan por el desarrollo de las funciones
    propiamente humanas del hombre, e incluso consideramos al hombre
    como valor supremo
    "(10).

    En una comprensión amplia del término se
    expresa como humanismo científico la "doctrina o
    práctica consistente en pedir también,
    principalmente, al estudio de las ciencias, la
    formación humana que antiguamente se pedía casi
    exclusivamente al estudio de las letras" (11).

    Se registran también referencias al humanismo,
    cristiano, socialista, burgués, trágico,
    alemán, etc., todos ellos al igual que los mencionados
    constituyen expresión de la intención del hombre de
    comprenderse de una u otra forma en los límites de
    lo que él es y debe ser ( Relación del SER y el
    DEBER SER ).

    Queda totalmente claro que las diferentes
    interpretaciones del humanismo ya sea como movimiento,
    convicción, teoría,
    doctrina, actitud, incluso como filosofía revelan un
    enfoque progresista y renovador en las diferentes épocas
    del desarrollo
    humano.

    Tomando como base las consideraciones anteriores es
    comprensible que la pedagogía como ciencia de la
    formación del hombre tenga dentro de sus propósitos
    esenciales: La humanización de cada generación en
    correspondencia con las condiciones y necesidades de su
    época.

    Es precisamente por esta razón que al aludir en
    este trabajo a la necesidad del enfoque humanista en los
    estudiantes, no estamos entendiendo el humanismo como una
    tendencia, teoría,
    doctrina, etc., sino como un sustrato, un fundamento, una
    comprensión del proceso de expresión y
    comportamiento del hombre.

    Hacemos referencia al enfoque humanista en un plano de
    reflexión donde consideramos al humanismo como: La
    comprensión del proceso de formación del hombre en
    el que el desarrollo
    humano individual en todas sus dimensiones adquiera un
    verdadero sentido al ponerse en función de
    toda la humanidad (12).

    Esta comprensión del humanismo, expresa una
    significación ilimitada de este concepto, incluso nos
    permite compartir con el gran humanista Erasmo de Rotterdam, "de
    que el mundo es una patria común". Tal concepción
    presenta una contemporaneidad indiscutible.

    El problema del carácter humanista del desarrollo social
    implica el reconocimiento de las condiciones histórico –
    concretas en que tiene lugar ese desarrollo. Algunos autores
    hacen precisiones al respecto como es el caso del
    sociólogo español
    Rafael Zomata Cotanda quien señala que:

    "… el discurrir del ser humano es una consecuencia
    histórica"(13). Esta advertencia puede orientar un
    pensamiento
    más inclinado a ver al ser humano de forma más
    correcta y específica y alejar las tendencias
    tradicionalistas de verlo como algo abstracto general.

    El encuentro de un pensamiento acerca del hombre
    concreto que
    vive en un tiempo y un lugar
    permite describir el entorno de su humanismo. La esencia humana
    se registra en la forma en que se despliegan las relaciones
    sociales como justa interacción entre un momento objetivo
    determinado por las condiciones que circundan al hombre y un
    momento subjetivo determinado por los intereses que lo mueven a
    actuar de una u otra forma. Es en este escenario donde se debe
    definir el perfil del ser humano, que necesariamente,
    deberá responder a las condiciones de la época y
    del lugar en que éste se desarrolla.

    El cuestionamiento del ser humano implica tomar en
    consideración ciertas bases conceptuales que precisen su
    verdadero contenido. El sociólogo Juan Francisco Gallo,
    define al ser humano como "conjunto de energías
    físicas y espirituales que se conjugan para impulsarlo a
    la acción y realización de las metas y objetivos de
    la vida"(14).

    De este concepto se desprende la idea de que la
    concepción del ser humano no depende esencialmente de su
    existencia ontológica sino del tipo de relaciones que se
    establecen a partir de sus fuerzas motrices, a través de
    las cuales da solución a los problemas que
    se le presentan en dichas relaciones. El propio autor a que hemos
    hecho referencia establece una clasificación de los
    problemas humanos principales a los que el hombre se tiene que
    enfrentar y para los cuales tiene que prepararse adecuadamente.
    Al respecto hace la siguiente propuesta:

    1. Problemas personales: Los relacionados con la
      salud, su
      conducta, las preocupaciones, experiencias
      sentimentales.
    2. Problemas de relación: Son los fracasos
      y conflictos
      en nuestras relaciones familiares, de trabajo, de estudio, de
      las amistades, etc.
    3. Problemas familiares: los relacionados con el
      funcionamiento del hogar y el matrimonio.
    4. Problemas de trabajo: los relacionados con la
      vida laboral.
    5. Problemas económicos: se refieren a las
      dificultades de recursos
      financieros.
    6. Problemas culturales: se refieren a la
      educación y a la capacitación.
    7. Problemas ambientales: se relacionan con el
      medio circundante al hombre(15).

    Resulta evidente que para poder dar
    solución a estos y otros problemas, el hombre necesita
    adquirir una preparación correcta y precisa, que le
    permita responder al medio social en que se desenvuelve, a
    través de la asimilación de ese medio social en
    términos de valores humanos.

    Para el desarrollo y perfeccionamiento del ser humano
    hay que descubrir como éste se inserta adecuadamente en el
    medio circundante, cómo asume la significación
    social de la realidad exterior en cuyos marcos se desarrolla,
    cómo satisface sus necesidades siempre
    crecientes.

    El proceso de formación de la personalidad
    deberá sustentarse en determinados indicadores
    que expresen la dimensión humana que requiere el individuo
    para incorporarse plenamente a la vida social, esos indicadores lo
    constituyen el sistema de valores humanos esenciales del hombre
    en una época y en lugar.

    Preparar al hombre para la vida significa, ante todo,
    dotarlo de una formación cultural y científica que
    le permita asumir la realidad en términos de
    significación social del mundo, lo cual le
    permitirá actuar consecuentemente como ser social, como
    ente transformador y como productor y reproductor de la vida
    social.

    La escuela
    latinoamericana, y en particular la cubana, poseen raíces
    cargadas de profundo humanismo, el ideario pedagógico de
    Félix Varela, José de la Luz y Caballero,
    de José Martí, entre otros tantos, fundamentan el
    sistema educativo a partir de las necesidades y motivaciones del
    hombre como genuino ser humano. Sería muy difícil
    definir mejor los postulados apuntados que de esta forma: "Educar
    es depositar en cada hombre toda la obra humana que lo ha
    antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente,
    hasta el día en que vive: Es ponerlo a nivel de su tiempo
    para que flote sobre él, y no alejarlo de su tiempo, con
    lo que no podría salir a flote: es preparar al hombre para
    la vida" (16).

    Pero lógicamente educar en tiempos de
    escepticismo, en tiempos del post – modernismo,
    descubrir valores del humanismo en tiempos de desarrollo
    desigual, de destrucción del medio
    ambiente, de la infranqueable distancia entre ricos y pobres
    es un reto sin precedentes.

    En los momentos actuales produce un gran interés el
    dilema acerca de la concepción de los valores humanos. Con
    frecuencia se discute, tanto en círculos
    científicos, como populares, cuál es el estado en
    que se encuentran, si están en crisis, si
    están deteriorados, o si se han perdido, y no pocos
    encuentran sus causas en los problemas económicos,
    políticos, sociales, familiares, etc.

    Pero resulta necesario revisar el problema sobre la
    concepción de los valores pues pasa a un primer plano y es
    de interés internacional. Cabe preguntarse,
    ¿Qué entender por valores humanos?,
    ¿Cuáles son los valores fundamentales del hombre
    contemporáneo? ¿ Qué contenido tienen en
    nuestros días? y ¿Cuáles son las vías
    para su formación y desarrollo?.

    Ante la complejización de las relaciones sociales
    la vida espiritual necesita enriquecerse y fortalecerse. Aunque
    la esfera espiritual del hombre tiene una correspondencia directa
    con las condiciones materiales en
    que vive el mismo, sería erróneo no considerar la
    relativa independencia
    que existe entre las mismas. De no ser así no se
    reconocería la actualidad de la respuesta dada por el
    patriota cubano Ignacio Agramonte a la pregunta ¿Con
    qué cuenta Ud. para ganar la guerra?, a lo
    que respondió; con la vergüenza ! y es verdad que esa
    era la única verdadera arma ya que las condiciones
    materiales del
    ejército eran muy desfavorables.

    Hay que reconocer que existen valores universales
    propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las
    características propias de una
    generación; y de un lugar específico del mundo. Por
    eso el estado de
    los valores humanos se determinan por la relación que
    existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos
    específicos propios de una época y de una
    situación social dada.

    El mundo de hoy inmerso en profundas crisis
    económicas, políticas,
    financieras y sociales retoma un nuevo redimensionamiento de los
    valores humanos, pero es necesario primeramente, identificarlos y
    determinar cuál es el contenido de ellos en la
    generación de hoy, en correspondencia con las condiciones
    en que se vive. Esa es la tarea que tenemos planteada en estos
    momentos para poner en el lugar que le corresponde, para
    perfeccionar su actitud y para hacerlo más efectivo en su
    papel.

    Es importante aclarar que el valor humano depende en lo
    fundamental del medio social en que se desenvuelve el hombre,
    porque se relaciona con la forma en que se asimilan esas
    condiciones sociales. De ahí que hay que preparar al
    hombre para que responda al medio social en que vive y esto
    está estrechamente relacionado con los valores
    humanos.

    Es importante remarcar la idea de que esta
    asimilación de las condiciones histórico – sociales
    se encuentra vinculada a las relaciones
    interpersonales. El valor humano siempre tiene incidencias en
    la actitud de una persona hacia
    otra, derivada de las condiciones en que se producen esas
    relaciones
    interpersonales.

    La personalidad se forma bajo el conjunto de las
    relaciones sociales, por lo que el hombre es un producto bio-
    psico-social y que responde a las condiciones del momento y del
    lugar que le corresponde y se desenvuelve.

    El proceso de formación de la personalidad tiene
    lugar por diversas vías y cada una tiene su especificidad.
    Podemos citar: la familia,
    las instituciones
    educacionales, las organizaciones
    políticas y de masas, los medios de
    difusión masiva, las Organizaciones
    Empresariales, etc.

    Ante todos estos argumentos cabe preguntarse:

    ¿Existe una crisis de los valores
    humanos?

    Si tomamos en consideración que constituye una
    necesidad imperiosa de nuestro tiempo perfeccionar al ser humano,
    para que pueda responder plenamente a los requerimientos que le
    plantean las complejidades de la sociedad contemporánea y
    que con ese perfeccionamiento si debe lograr una mayor
    efectividad con los valores humanos fundamentales; la
    aceptación de crisis de valores en nuestra sociedad debe
    comprenderse por el hecho de que aún cuando en la sociedad
    una parte de las personas son portadores de valores positivos, se
    aprecia que en un número por encima de lo normal sus
    actitudes no
    se corresponden con los valores humanos que la esencia de nuestro
    sistema social propugna.

    Se trata de que en medio de las crisis
    económicas, políticas y culturales de los pueblos
    se van acumulando las necesidades humanas donde cada cual
    irá resolviendo en la medida de sus posibilidades con
    menor o mayor grado de honestidad, de
    sensibilidad, de solidaridad, sus
    problemas personales.

    Conformar una tendencia a que las personas resuelvan sus
    necesidades crecientes sobre la base de la interiorización
    de un sistema estable de valores humanos producirá el
    salto necesario que elimine la tendencia negativa que hoy podemos
    aceptar como pérdida de algunos valores humanos en una
    parte de la sociedad.

    Hay determinados valores humanos, que por su lugar y
    papel en la
    sociedad tienden a fortalecerse y otros a debilitarse en
    dependencia de las condiciones en que se despliega la actividad
    humana. Y para demostrar esta tesis, la
    necesidad de transformación del contenido de algunos
    valores como la solidaridad
    humana que en tiempos de necesidades e insatisfacciones tiene que
    materializarse como resultado del sentido de desprendimiento de
    lo propio, para contribuir con los demás. En esta misma
    dirección se puede analizar la sensibilidad
    humana que ante el hecho real de incrementar los mecanismos de
    solución de problemas propios se puede debilitar el ser
    insensible ante los problemas de los demás. Pero
    también en período de crisis se pueden fortalecer
    otros valores como la valentía ante las dificultades, la
    capacidad de resistencia, la
    disposición de vencer ante metas y objetivos sociales
    determinados.

    Los problemas analizados relacionados con el
    debilitamiento de determinados valores influyen muy negativamente
    en la esfera del comercio donde
    las condiciones económicas han provocado una oferta muy
    limitada acompañada de un servicio
    ineficiente en muchos casos. Los trabajadores de esta rama
    además de poseer una adecuada preparación
    profesional deben caracterizarse por su condición
    humana.

    Los intentos de encontrar una definición del
    concepto de valores humanos han tenido lugar desde tiempos
    remotos.

    En un primer estadio se definieron los valores humanos
    absolutizando la esfera subjetiva del ser humano. Así, nos
    encontramos con una etapa importante del nacimiento de este
    concepto en el pensamiento de los estoicos quienes
    definían a los valores humanos como toda
    contribución a la vida sobre la base de la razón.
    Se hablaba entonces de los valores de la virtud, la dignidad, la
    honestidad, etc.,
    siempre desde la subjetividad humana.

    Otro momento importante lo aporta el pensamiento
    filosófico de los siglos XVII y XVIII donde se desarrolla
    el concepto de valores humanos sobre la base de que el valor de
    todos las cosas es su precio dado
    por el propio hombre, lo cual presupone la persistencia de una
    concepción subjetiva del término tal como lo
    sustenta el filósofo materialista inglés
    Thomas Hobbes
    (Primera mitad del siglo XVII).

    Otra etapa que da continuidad a la evolución del concepto de valores humanos
    lo encontramos en el pensamiento clásico alemán de
    finales del siglo XVIII y principios del XIX, donde este concepto
    se eleva sobre la noción del bien vinculándola con
    significaciones económicas pero siempre determinados por
    la posición del hombre como punto de partida, la cual le
    da permanencia a un enfoque subjetivista del problema.

    En la segunda mitad del siglo XIX con la
    aparición del Marxismo, el
    concepto de valores humanos se abunda sobre la base de la
    relación del factor objetivo y el factor subjetivo en la
    esencia humana, es decir, de la correlación entre la vida
    material y la vida espiritual de la sociedad. Así el
    pedagogo alemán Scholz sustenta la tesis de que
    los valores son: "Una relación sujeto – objeto resultado
    de las valoraciones de un proceso de reflejo específico en
    la conciencia, que expresa la importancia y la
    significación de la realidad para el hombre".
    (17)

    El tratamiento enciclopédico de la
    filosofía contemporánea propone una
    definición conceptual de los valores humanos que plantea:
    "Valores humanos son las determinaciones sociales de los objetos
    circundantes que ponen de manifiesto su significación
    positiva o negativa para el hombre y la sociedad".
    (18)

    Algunos textos de la literatura filosófica
    contemporánea profundizan en la esencia de los valores
    humanos destacando el presupuesto de la
    significación de la realidad objetiva para las necesidades
    humanas y precisando el carácter positivo de esta
    significación:

    "Valores humanos son las propiedades funcionales de los
    objetos consistentes en su capacidad o posibilidad de satisfacer
    determinadas necesidades humanas y de servir a la práctica
    del hombre, es la significación socialmente positiva que
    adquieran los objetos al ser incluidos en la actividad
    práctica humana ". (19)

    Una precisión importante la hace el
    filósofo cubano José Ramón
    Fabelo Corso, quien señala:

    "Valor humano es la significación esencialmente
    positiva que poseen los fenómenos y objetos de la
    realidad, no cualquier significación, sino aquella que
    juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad ".
    (20).

    Si analizamos hasta aquí la evolución histórica del concepto de
    valores humanos se destacan dos momentos importantes: Primero,
    desde los Estoicos hasta la primera mitad del siglo XIX que
    sostenían una interpretación subjetiva del concepto
    y una segunda y profunda etapa a partir de la segunda mitad del
    siglo XIX hasta nuestros días que sustenta la tesis de
    analizar el concepto de los valores humanos desde la óptica
    de la relación recíproca y dialéctica de lo
    subjetivo y lo objetivo, es decir, lo ven con la unidad y
    diversidad de la vida espiritual y material de toda la
    sociedad.

    Este nuevo enfoque ha contribuido al esclarecimiento del
    problema y ha inspirado a importantes y prestigiosos pedagogos,
    psicólogos, sociólogos al estudio de esta poderosa
    esfera de la acción humana, a la cual nos sumamos en su
    estudio y profundización.

    El caso de José María García
    Guzmán, Catedrático de Filosofía del
    Instituto de Bachillerato Velázquez de Sevilla aporta el
    siguiente concepto:

    "A lo que más se parece el concepto de "valores"
    es al de "fines", entendido éstos como la causalidad que
    produce cualquier actividad esencial de los sujetos
    dinámicos" (21).

    Otra interesante interpretación la hace el Dr.
    Antonio Pascual Acosta, Consejero de educación y ciencia de la
    Junta de Andalucía define los valores humanos
    como:

    "Ideales que actúan al modo de causas finales,
    esto es, son, por una parte, el motor que pone en
    marcha nuestra acción y, a la vez, la meta que
    queremos alcanzar una vez puestos los medios
    adecuados. Por lo tanto, los valores son finalidades y no medios
    y, por ello, estimables por sí mismos y no con vista a
    alguna otra cosa". (22).

    Al intentar definir la categoría Valor existe el
    problema de que este término tiene múltiples
    acepciones desde el punto de vista semántico, por lo que
    se hace necesario determinar los límites en
    los cuales se utilizará el concepto.

    Por lo que se conoce, el valor se asocia al precio de las
    cosas, a la importancia de algo, a la utilidad de un
    objeto o fenómeno de la realidad, para definir este
    concepto hay que partir de la relación entre lo objetivo y
    lo subjetivo. Al tocar la esencia de esta relación, es
    indispensable encontrar el nexo entre todo aquello que exista
    independientemente de nuestra conciencia y todo aquello que
    depende de nuestra conciencia. La teoría acerca de los
    valores no escapa a esta relación.

    Al tomar en cuenta estos elementos podemos entender por
    valores humanos y sumarnos al criterio que ofrece el
    filósofo cubano José Ramón
    Fabelo Corso:

    "Valor humano es la significación socialmente
    positiva que poseen los fenómenos y objetos de la
    realidad, no cualquier significación, sino aquella que
    juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad".
    (23)

    Para contribuir al fortalecimiento de los valores en el
    trabajador del comercio hay
    que comprender la necesidad de tributar a conjuntos de
    valores, es decir, no se debe trabajar hacia valores aislados
    porque los componentes de los valores se complementan mutuamente
    y al expresarse en acciones interactúan entre sí.
    La apropiación de un sistema de valores que ponga al
    individuo en condiciones de actuar adecuadamente en el entorno
    social en que le toca vivir constituye la base fundamental de la
    formación y perfeccionamiento de la
    personalidad.

    Es muy importante que en la estructuración del
    sistema de valores se tengan en cuenta aquellos componentes que
    más directamente reflejan las normas de la convivencia
    social de una época, como base de toda actividad
    humana.

    Es obvio suponer que al querer establecer y determinar
    cuáles son los valores que debe poseer el trabajador del
    comercio, nos encontramos con el problema de que la
    significación social del medio exterior puede ser tan
    extensa y tan variada que haría infinita la lista de
    valores que puede asimilar la formación del
    comerciante.

    Por lo tanto, la determinación de un sistema de
    valores solo se podrá lograr a través de la
    jerarquización que se haga de un grupo de ellos
    tomados de esa infinitud que presupone la significación
    social del medio exterior. Hay que tomar los que mayor
    significación tienen por su comportamiento y
    manifestación en el sector del comercio como una respuesta
    a los problemas que afronta..

    En la sociedad cubana, el pueblo es la principal
    fuerza
    productiva que determina, mediante el desarrollo de la producción toda la marcha y dirección de la sociedad.

    Dentro de este pueblo trabajador el estudiante ocupa un
    lugar importante pues son la continuidad histórica de la
    sociedad y para responder a tan altas exigencias debe estar
    preparado política, ideológica, moral y
    culturalmente, lo que ayudaría a lograr una verdadera y
    armoniosa relación con toda la sociedad.

    Por tanto, le corresponde al estudiante participar en el
    perfeccionamiento del modo de vida y nivel de la vida de la
    población en general.

    En nuestra sociedad se tienen grandes posibilidades de
    influir altamente en la formación y educación de
    gustos estéticos, normas éticas, costumbres y
    valores culturales de nuestra sociedad: ¿Cómo
    comportarnos?, ¿Cómo convivir, ¿Cómo
    recrearnos?, ¿Cómo ser mas revolucionario?
    Cómo ser más solidarios?.

    Estamos conscientes de que el estudiante puede
    participar de esta educación con su ejemplo vivo, con su
    imagen, con su
    talento, con su inteligencia,
    ante cualquier circunstancia, enfrentar política y
    profesionalmente la escasez de cualquier recurso, en fin, el
    estudiante debe estar apto para responder a las exigencias
    sociales y laborales, razón poderosa para educarlo y
    encaminarlo hacia el alcance de una cultura en
    valores.

    Al fundamentar la necesidad del desarrollo de una
    ética
    humanista en la sociedad socialista, el investigador Fidel
    Izquierdo señala:

    " Debemos educar en un humanismo cuyo contenido
    fundamental radique en el amor al ser
    humano, en la sensibilidad, en la generosidad, en la
    preocupación por el otro, en la ayuda mutua y en la
    solidaridad. Educar en un humanismo que sea noble y abierto y a
    la vez exigente e intransigente con las faltas y las debilidades,
    donde el hombre es más preciado". (28)

    1.2 – Acerca de la
    Clasificación de los valores humanos.

    La cuestión del lugar que ocupan los valores en
    la estructura de
    la Personalidad y en su desarrollo es un aspecto muy debatido por
    pedagogos y fundamentalmente, por psicólogos, ya sea
    porque se analice directamente su estructura
    psicológica, el papel que juegan en la regulación
    de la actividad en relación con otras categorías,
    su rol en el desarrollo moral y/o como debe desarrollarse la
    educación en valores ( Sherkovin, Yu. A,1985; Predvechni,
    G.P, 1986; Schwartz, S,1987; González Rey, F, 1995;
    Berkowitz, M, 1998; Payá Sánchez, M,1998;
    Martínez, M,1998). Se analizarán solamente los
    planteamientos de diferentes autores, que pueden servir de base
    teórica para la toma de
    decisiones en el diagnóstico, como punto de partida para el
    desarrollo del Proyecto
    Educativo.

    Sherkovin definió valor, norma y actitud como
    reguladores de la actividad humana. " a una serie de normas,
    valores e ideas las asimilamos sin detenernos a pensarlo
    (actitudes),
    otras las desarrollamos conscientemente (ideales). El concepto
    "valor" corresponde a necesidades intereses y objetivos de las
    personas a quienes "favorece" (…) Se dividen en existentes y
    específicos y estos últimos en valores ideales,
    valores deseos y valores de deber muy semejantes a las normas
    (…) Una de las variedades de orientaciones axiológicas
    es la actitud psicológica.

    Predvechni y Sherkovin en 1986 establecieron: "Valor es
    un concepto que expresa la significación positiva o
    negativa de un objeto o de un fenómeno". Señalan la
    existencia de tres tipos de valores: valor- objeto, valor- medio
    y valor condición.

    En1987, Schwartz y Bilsky (citados por Brinkmann,
    H,1997), a partir de estudios previos (Kluckhohn, 1951;
    Parsons,1957; Rokeach, 1973) propusieron una teoría acerca
    de la estructura psicológica de los valores. Un valor es
    "el concepto que tiene un individuo de un objetivo (terminal-
    instrumental) transituacional, que expresa intereses
    (individuales- colectivos o ambos) concernientes a un dominio o
    área motivacional y que es evaluado en un rango de
    importancia (muy importante-sin importancia) como principio
    rector de su vida".

    Brinkmann en 1997, plantea 5 facetas propias de los
    valores:

    1. Son un concepto o creencia.
    2. Atañen a situaciones finales o comportamientos
      deseables.
    3. Trascienden situaciones
      específicas.
    4. Guían, seleccionan y evalúan
      comportamientos y eventos.
    5. Están ordenados entre sí por
      importancia relativa.

    Schwartz y Bilsky propusieron además once tipos
    de motivaciones de valores: autodirección,
    estímulo, hedonismo, logro, poder,
    seguridad,
    conformidad, tradición, espiritualidad, benevolencia y
    universalismo. Otro aspecto digno de destacar en su teoría
    es que los valores pueden clasificarse de la siguiente
    forma:

    • Según el objetivo o tipo de meta que
      persiguen:

    – Valores terminales: Son aquellos que
    representan objetivos, que expresan situaciones finales
    definidas por un sustantivo. Ejemplo: Confianza. Son
    también llamados valores de meta.

    Valores instrumentales: Representan modos de
    comportamiento y se expresan a través de adjetivos.
    Ejemplo: Confiable. Son también llamados conductuales o
    comportamentales.

    • Según estén al servicio de
      los intereses del individuo mismo o de alguna
      colectividad.

    – valores individualistas: poder, logro,
    hedonismo, estímulo y autodirección.

    – valores colectivistas: benevolencia,
    tradición y conformidad.

    De acuerdo a lo anterior se postula que existen
    valores afines entre sí y otros cuyo choque puede
    originar conflictos
    psicológicos y sociales. Schwartz propuso una escala que ha
    sido validada en 65 países, dedicando un taller a la
    medición de valores en el último
    Congreso Mundial de Sicología, celebrado en E.U.A. en
    1998.

    Según González Rey, "los valores son
    todos los motivos que se constituyen, se configuran, en el
    proceso de socialización del hombre(…) Un valor se
    instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores
    formales, que regulan el comportamiento del hombre ante
    situaciones de presión
    o control
    externos, y creo que no son los que debemos formar, y los
    valores personalizados , expresión legítima y
    auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi
    opinión, los valores que debemos fomentar…

    Berkowitz, M. W. señala que el trabajo
    más valioso sobre valores fue desarrollado por Rokeach
    en 1973, el cual definió al valor " como una preferencia
    permanente para una conducta en concreto o
    para un estado final
    de ser", lo cual incluye tanto un claro componente cognitivo
    (una creencia) como un componente afectivo (la evaluación). Para Berkowitz, " los
    valores y rasgos de carácter se encuentran estrechamente
    relacionados con características de definición que
    se solapan". Este propio autor destaca que se utilizan como
    sinónimos los términos "valores",
    "carácter", "valores morales", "educación moral",
    "educación en valores" y que se ofrece una escasa
    definición de los mismos.

    El carácter está constituido por el
    sistema de formaciones motivacionales que definen la
    orientación estable y peculiar del sujeto hacia las
    diferentes esferas de la actividad. Estas formaciones conforman
    una estructura en la cual se organizan atendiendo a su
    importancia para el sujeto, constituyendo lo que se ha denominado
    una jerarquía motivacional. Las formaciones motivacionales
    en su máxima expresión conducen a las tendencias
    orientadoras de la personalidad (TOP), expresan la
    orientación estable del hombre hacia las diferentes
    áreas de la actividad, dando lugar al sistema de
    cualidades del carácter, " que resume las
    orientaciones del sujeto hacia el colectivo y las demás
    personas, hacia el trabajo y hacia sí mismo."
    (29)

    Esther Baxter Pérez en su libro: "La
    formación de valores, una tarea pedagógica", ofrece
    una comprensión general de los valores esenciales del
    socialismo,
    los cuales son: la paz, la justicia
    social, la libertad, la
    responsabilidad, el trabajo creador, el
    colectivismo y la ayuda mutua, el patriotismo socialista, el
    internacionalismo, la solidaridad y la disciplina.
    (30)

    Como se observa se plantea una relación de
    valores tomando como base el sistema social característico
    de nuestro país.

    En esta misma línea se encuentran otras
    argumentaciones donde se destacan los valores fundamentales que a
    través de la historia han caracterizado
    al pueblo cubano.

    En este sentido, en un artículo publicado en la
    revista "Con
    Luz Propia"",
    "Un debate de los
    maestros cubanos: La ética
    pedagógica y la formación de valores morales,
    1997", se refiere al sistema de valores funcionales de nuestra
    nación
    y de la moralidad histórica del pueblo cubano: se
    relacionan la dignidad humana, la intransigencia e intolerancia
    ante la dominación extranjera y la solidaridad humana.
    (31).

    Es importante destacar que el logro de la
    formación de estos ideales sociales está en la
    elevación de la profesionalidad, en la voluntad y deseo de
    servir incondicionalmente a nuestra Revolución, en el comprometimiento
    constante, con la tarea que debemos enfrentar los retos del
    próximo siglo en términos o materia de
    valores humanos. Esta en nuestra concepción
    ideológica, en nuestra firmeza y consciencia
    política y en nuestra manera de integración social.

    El Ingeniero Miguel Angel López Vega y el Lic.
    José Raúl Peña Sandoval , profesores de la
    Escuela Superior
    de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Unidad
    Culhuacán, UNAM, en el V Simposium "Los valores de la
    educación", febrero de 1997, ofrecen la siguiente
    clasificación de valores(32):

    Valores de acción Valores de
    contemplación

    Intelectuales Espirituales

    Económicos Estéticos

    Morales Emocionales

    Valores Biológicos Valores
    sociales

    De salud De la
    persona

    Alimentación Familiares

    Habitación Institucionales

    Vestido Comunitarios

    Valores de relación

    Relaciones humanas

    Pedagógicos

    En este cuadro se muestran las 17 áreas de la
    vida en que se fundamentan los valores del ser humano.

    En la clasificación anterior los valores morales
    son incluidos dentro de los valores de acción porque son
    los valores del mundo espiritual del hombre que están
    relacionados de forma inmediata con su práctica
    histórico – social, con su acción y su conducta
    para con los demás, para con su entorno natural y para
    consigo mismo.

    José María García Guzmán, en
    " Educación y Valores en España",
    propone la siguiente clasificación:

    1. Valores instrumentales: Son
      aquellos que sirven de medio para alcanzar otros valores
      superiores.
    2. Valores vitales: Se refieren a
      la instalación del sujeto en el mundo y a su
      relación placentera con el entorno.
    3. Valores sociales: Son los que
      tienen que ver con las normas de convivencia entre las personas
      y sus relaciones con ellas.
    4. Valores estéticos: Se
      refieren a la creación de lo bello o su simple
      contemplación.
    5. Valores cognoscitivos: Tienen
      que ver fundamentalmente con el
      conocimiento de la realidad y de las leyes que
      organizan esa realidad tanto externa como
      internamente.
    6. Valores morales: Son aquellos
      que presentan una bondad o maldad intrínseca; son en el
      fondo, los que impregnan toda la escala de
      valores en un sentido, pues todas las preferencias se hacen
      sobre la base de que se consideran "buenas" para el sujeto o la
      colectividad o "justos" y aparecen como "derechos" o "deberes",
      siendo la elección entre los polos axiológicos la
      esencia de la "libertad".
      (33)

    Aunque en este trabajo se hace énfasis en los
    valores humanos, se ha realizado el análisis de diferentes
    clasificaciones porque los valores no se manifiestan de forma
    aislada, ellos son asimilados en un sistema, es decir, en
    combinación y dependencia unos con otros.

    Los criterios para la clasificación en sistema de
    valores son disímiles, por el lugar que ocupan en la
    estructura de la personalidad, por sus objetivos, por su
    contenido social y personal,
    etc.

    Se consideran los valores humanos, en cuanto a
    precisión del concepto dado por los autores como:
    significaciones socialmente positivas que mueven el mundo
    espiritual del hombre, que se relacionan con su práctica
    histórico- social, con su acción para con los
    demás, para con su entorno natural y para consigo
    mismo.

    Ciertamente, a todo valor corresponde un antivalor, pues
    sino carecería de sentido el propio término de
    valor, sin embargo, atendiendo al principio del justo medio, todo
    valor está en el centro de sus antípodas o por
    exceso o por defecto. Ejemplo: La valentía tiene su
    antivalor que es la cobardía pero su extremo sería
    la osadía, y por supuesto, el libre albedrío o la
    capacidad de elección del sujeto es lo que connota lo
    específico de su naturaleza como
    ser social, es decir, la libertad.

    Es muy importante cuando se habla de valores precisar su
    contenido, de lo contrario pueden surgir diversas
    interpretaciones.

    Se pretende contribuir a la formación de un
    estudiante que sea capaz de realizar sus tareas, funciones con
    rigor profesional y técnico de manera que el resultado de
    su trabajo sea irrebatible, que pueda oír de manera atenta
    y cuidadosa las opiniones de los demás, asegurando un
    comportamiento cortés, respetuoso, esmerado y ejemplar,
    asumiendo las dificultades con actitud resolutiva, procurando las
    mejores soluciones y
    con ello pueda contribuir al prestigio e imagen personal
    .

    Propuesta de Vías para el fortalecimiento de
    los valores Humanos en el estudiante de administración .

    1.3- Vías para el
    fortalecimiento de los valores humanos.
    .

    Es obvio que una condición básica para el
    reforzamiento de los valores humanos es que no existe una
    vía específica, ni un método, ni
    un espacio particular con tales fines, pues es un proceso que
    ocurre en todo tipo de actividad que realiza un profesional. No
    obstante, consideramos necesario referir diferentes momentos que
    son puntuales en la reflexión sobre este problema,
    tendientes a mostrar acciones con determinado grado de
    concreción.

    De esta forma la vía esencial es mediante la
    clase.

    A continuación se exponen una serie de acciones
    que permiten a los profesores contribuir a la
    consolidación de los valores.

    En este sentido la premisa esencial la legitima el
    profesor, no porque él sea el principal actor, sino porque
    la estructuración y realización de dicho proceso
    depende en gran medida de él. Las acciones
    señaladas deben formar parte de la estructura de la
    clase.

    Existen dos componentes del proceso que por sus
    características brindan múltiples oportunidades
    para desarrollar las potencialidades de los estudiantes como
    seres humanos en general y en particular los valores en las
    diferentes esferas. Nos referimos al uso de la metodología y la evaluación.

    En cuanto a los métodos de
    enseñanzaaprendizaje deben
    potenciar como es conocido, lo educativo mediante lo instructivo.
    En el plano de reflexión que hemos estado
    expresándonos es imprescindible que los mismos:

    • Proporcionen a los alumnos los instrumentos
      lógicos, psicológicos y humanos que le permitan
      encontrar por sí mismos de modo crítico y
      responsable la escala de valores.
    • Permitan el cultivo de la autonomía y la
      prerrogativa del ser humano de crear.
    • Provoquen el autoperfeccionamiento del docente y su
      consecuencia positiva en los estudiantes.
    • Promuevan la clarificación de los valores del
      estudiante y sus dimensiones afectivas.

    El método
    seleccionado no debe:

    • Plantear soluciones, sino enseñar a buscar
      vías de solución.
    • Provocar una sobrecarga y esfuerzo mental producto de
      la reproducción lo que ocasiona angustia y
      abatimiento en el estudiante.
    • Permitir las manifestaciones de: autoritarismo,
      paternalismo, dogmatismo y esquematismo.

    Como se señalaba otro componente del proceso
    docente – educativo que permite el fortalecimiento de valores en
    los estudiantes si se emplea adecuadamente es la
    evaluación.

    La evaluación sistemática e integrada a la
    estructuración del proceso requiere de una
    concepción bien diferente al que se posee en una
    fábrica y una industria, un
    centro que produce artículos materiales. Tampoco es un
    instrumento privativo del profesor como se piensa frecuentemente,
    pues constituye en sí misma un proceso insertado en otro
    de carácter más general.

    Estos elementos permiten comprender que es necesario
    enseñar al estudiante el propio proceso de
    evaluación. Para el logro de este propósito es
    imprescindible que esté consciente de qué se espera
    de él tanto en el plano instructivo como en el formativo.
    Generalmente la evaluación se circunscribe a "medir" los
    objetivos del programa por lo
    que el resto de las funciones de la misma se
    desestiman.

    Si se concibe el proceso de formación del
    estudiante de forma adecuada el mencionado componente
    debe:

    • Proveer a los alumnos de alternativas valorales para
      el análisis propio, dotar de las herramientas
      necesarias para la autovaloración que permita resolver
      las contradicciones entre ¿Cómo soy como
      estudiante? ¿Cómo debo ser? ¿Cómo
      le gustaría a mis compañeros que fuera?
      ¿Qué debo hacer? ¿Cómo puedo
      lograrlo? etc.
    • Promover la clarificación de los valores y la
      significación personal y social de los
      mismos.
    • Valorar con justeza el juicio y la conducta de los
      demás.

    . Las condiciones anteriores se deben conjugar y
    fortalecer mediante la utilización de formas y métodos
    que propicien la reflexión de los aspectos
    señalados, las clases deben estructurarse de manera que
    provoquen la autovaloración de los estudiantes.

    A continuación se proponen algunas de las
    alternativas que pueden adoptarse.

    1. Talleres de autorreflexión con el
      propósito de:
    • Determinar los problemas fundamentales que desde lo
      subjetivo afectan:
    • El estudio.
    • La docencia.
    • La relación profesor-alumno.
    • El cumplimiento de las tareas de la
      organización estudiantil.
    • Distinguir las cosas que desean transformar en
      diferentes áreas (personal, laboral
      ,estudio, del entorno, de dirección) desde la
      posición de:
    • Estudiante.
    • Profesor.
    • Directivo.

    Estos talleres pueden desarrollarse mediante diferentes
    modalidades: En el colectivo como futuros trabajadores, en el
    aula como estudiante, en el colectivo de directivos o en
    colectivos que integran estos elementos. En los mismos se
    identifican los problemas, los objetivos que requieren de un
    tratamiento tanto grupal como individual.

    • Registro de metas de
      transformación

    Es muy importante la determinación clara de los
    objetivos dirigidos a la resolución de problemas y
    satisfacción de las necesidades e intereses del colectivo
    de estudiantes y de cada miembro del mismo, así como los
    métodos para el logro de las metas propuestas. Este
    registro
    permite la evaluación sistemática de los logros
    obtenidos y las dificultades a subsanar.

    2- Debates y análisis sobre:

    Autoridad contra autoritarismo.

    • Comunicación y relaciones
      interpersonales.
    • Relaciones interpersonales entre directivos,
      estudiantes, profesores (D-E, D-P E-P) así como de otros
      temas de interés colectivo.

    Nomenclatura: D= Directivo, E= Estudiante P=
    Profesor

    3- Utilización de diferentes técnicas
    con vistas al autoconocimiento.

    Ej: ¿ Cómo me veo yo y cómo me ven
    los demás?

    ¿Cómo soy en realidad?

    ¿Qué tipo de estudiante soy?

    ¿ Qué debo hacer para resultar un buen
    estudiante, o profesional de la economía?

    La comparación de los resultados de estos
    técnicas posibilita una real
    valoración de cada estudiante con respecto a los valores
    característicos (su verdadero ser) y a partir de
    aquí conformar su propio modelo para
    llegar a lo que quisiera ser.

    4- Simulaciones donde se intercambien los roles
    de profesor , estudiante, directivos de las organizaciones
    estudiantiles y asuman comportamientos adecuados que expresen
    todo el potencial ético de un estudiante o se valoren
    comportamientos inadecuados así como las vías de
    solución.

    5- Utilizar estudiantes fantasmas. Estos
    conocedores de la actividad para valorar la calidad del
    estudio.

    6- Uso de estudiantes de contacto como ojos y
    oídos de la organización. Entrenar los propios
    estudiantes de forma tal que sean capaces de detectar las
    principales dificultades en la docencia, los gustos y
    requerimientos de los estudiantes.

    7– Medios para la búsqueda de sugerencia.
    Colocar registros de
    quejas y sugerencias para recoger criterios de cómo
    podemos mejorar la calidad del
    estudio.

    8- Que los alumnos se enfrenten a situaciones
    (casos o incidentes) extraídos de la realidad para que
    realicen valoraciones referentes al trabajo de la
    profesión y al cumplimiento de los valores morales y que
    además propongan soluciones.

    9– Realizar discusiones, confrontaciones donde
    se analice y defiendan posiciones o tesis contrapuestas a los
    valores morales y la profesionalidad.

    Ejemplo 1: El éxito
    del trabajo se logra con una alta preparación profesional
    y no con valores humanos.

    Ejemplo 2: El éxito
    del trabajo se logra con un alto cumplimiento de los valores
    humanos y no con una alta preparación
    profesional.

    10- Aplicar técnicas para dar y obtener
    retroalimentación
    entre los propios estudiantes
    respecto a su labor profesional y al cumplimiento de normas
    éticas

    Ejemplo: Cuando se apliquen métodos de
    discusión, casos, juegos de
    roles u otros, se pueden seleccionar observadores que a partir de
    una guía diseñada observarán y
    posteriormente expondrán lo observado con hechos concretos
    que permitan dar valoraciones sobre el comportamiento de los
    alumnos y proponer recomendaciones para perfeccionar su
    labor.

    CONCLUSIONES

    • El problema de la formación en valores humanos
      ocupa un lugar esencial en las discusiones actuales en todos
      los ámbitos, no sólo se valora la necesidad de
      trabajar en esta dirección en los centros educacionales
      sino también en los diferentes centros laborales de la
      producción y los servicios. A
      partir de aquí se comprende la necesidad de trabajarlo
      durante toda la carrera.
    • Es importante la utilización de diferentes
      procedimientos,
      técnicas y métodos para reconocer los valores
      humanos esenciales propios de su esfera de actuación,
      tales como: Talleres de autorreflexión, técnicas
      acerca de cómo soy y cómo quiero que nos vean los
      demás etc.

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    Autores:

    Dr. Fernando J. García Colina

    M.Sc. Luis Ángel León
    López

    Dra. Nivia Alvarez

    Dr. Ramón Cardoso

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