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Argumentación y lineamientos metodológicos




Enviado por almipaz



    1. Resumen
    2. Nociones y conceptos
      básicos
    3. Antecedentes de la
      Teoría de la Argumentación
    4. Del argumentar y el
      investigar
    5. Técnicas y
      estrategias
    6. Conclusión
    7. Bibliografía

    "Hallábanse dos querellantes en disputa, ante
    la imposibilidad de lograr un acuerdo deciden acudir donde los
    jueces. He aquí que su situación se ve
    modificada, ya no importa quien tenga la razón, los
    jueces se la otorgaran al que mejor argumente" Diálogos
    -Platón

    1. RESUMEN
    2. En el presente artículo presentaremos una
      reflexión valorativa del acto de argumentar y su
      importancia como factor determinante en los procesos
      de la investigación formativa que se realiza
      durante los primeros semestres en la universidad. Para el logro de este
      propósito haremos una exploración del
      término y de la teoría de la argumentación.
      Precisaremos el concepto y
      otros correlacionados, y finalmente expondremos, algunas
      estrategias que faciliten el desarrollo
      de la competencia argumentativa.

    3. INTRODUCCION

    El presente documento presenta los lineamientos para
    la
    meta-compresión de la teoría de la
    argumentación desde la lógica
    proposicional en la formación del pregrado y en especial,
    para quienes realizan estudios en derecho y ciencias
    políticas, constituye una
    aproximación epistemológica a la teoría de
    la argumentación.

    Hoy es absolutamente necesario abrir espacios
    académicos en torno a temas
    relacionados con la teoría de la argumentación,
    mucho más si admitimos que el derecho es ante todo un
    sistema de
    argumentación. La teoría de la Argumentación
    no es en ningún caso un tema de sofisticación
    meramente académico, sino una necesidad de la cual
    participan por igual los teóricos, los interpretes y los
    mismos litigantes del derecho.

    La adopción
    de metodologías de interpretación cada vez
    más complejas por nuestros jueces, particularmente por
    aquellos pertenecientes a la jurisdicción constitucional,
    hace necesario aprender los secretos del arte de persuadir
    y de convencer. La argumentación es un tipo de exposición
    que tiene como finalidad defender con razones o argumentar una
    tesis, es
    decir una idea que se quiere probar. Luego entonces, esta es una
    actividad cotidiana y necesaria en la vida de todo tipo de
    profesional, aún para los no abogados.

    En la actualidad la Universidad,
    viene gestando un proceso fuerte
    que apunta a convertirla en una de las instituciones
    más importantes del país. Asunto que se encuentra
    consagrado en la Ley 30 de 1.992
    – que define las políticas
    de la educación
    superior en Colombia– reza en
    uno de sus objetivos:
    "profundizar en la formación integral de los colombianos,
    dentro de las modalidades y calidades de la Educación
    Superior, capacitándolos para cumplir las funciones
    profesionales, investigativas y de servicio
    social que requiere el país". De igual manera, la Ley 80 de 1980
    que sitúa la investigación como "actividad fundamental
    de la educación superior".Por lo tanto, el
    Proyecto
    Educativo institucional, y más concretamente, en forma
    explícita, su misión y
    visión institucional, deben consagrarse al logro del
    mencionado propósito.

    Situación que nos lleva a pensar seriamente, a
    todos los académicos, que tal pretensión,
    sólo es posible en la medida en que crean las comunidades
    de indagadores desde las aulas, desde la formación del
    pregrado, desde el ejercicio de la docencia con responsabilidad en la investigación y la
    inserción de los postgrados a las políticas de
    extensión, a la comunidad.

    Todos sabemos y lo hemos repetido muchas veces, que la
    forma más importante del quehacer universitario es la
    docencia, la extensión y la investigación; sin
    estos tres pilares no se puede avanzar en la consolidación
    de una cultura
    académica y mucho menos, cumplir con los estándares
    de calidad, exigidos
    por el Ministerio de Educación Nacional.
    Por lo tanto, es un deber de todos los docentes, incorporar en el
    currículo, las actividades propias de la
    investigación que le permitan al estudiante universitario,
    no importa el nivel que se encuentre, asumir un compromiso mayor
    con sus aprendizajes y que redunde en un mejor desempeño como futuro
    investigador.

    De acuerdo con lo planteado hasta ahora, es preciso
    recordar, que el acercamiento del hombre al
    conocimiento,
    consiste en un proceso que se
    hace desde el lenguaje y
    mediante el intercambio comunicativo con los demás seres
    sociales. El hombre se
    relaciona con el mundo no como una conciencia
    aislada, lo hace desde una comunidad de
    hablantes, que reciben saberes de otras comunidades distantes en
    el tiempo y el
    espacio. Por otra parte, el mundo del que se ocupa el hombre le
    viene temporalizado por el lenguaje y,
    por ello, todo discurso ha de
    ser un ir y venir, a través del lenguaje, es
    decir, un diálogo.

    Tenemos, entonces, que sin el
    conocimiento teórico y la sabiduría
    práctica, no es posible formar una verdadera cultura de
    investigadores, como lo sugiere Charles Sand
    Pierce
    . De ahí que, la universidad no puede ser
    otra cosa que una comunidad de buscadores, al
    servicio de la
    humanidad. En ella, por encima de todo, se debe enseñar
    a investigar cooperativamente y a pensar nuestra realidad
    sobre la base de encontrar soluciones a
    los múltiples problemas del
    entorno. Una comunidad en donde por encima de cualquiera otro
    objetivo, los
    otros no sean vistos como competidores que amenazan mis logros,
    sino como interlocutores validos, con intereses plurales y por
    qué no, legítimos, pero, muchas veces contrarios a
    mis pretensiones.

    La Universidad, pues, ha de enseñar a investigar,
    investigando, pero ha hacerlo mediante el diálogo,
    el debate
    abierto, ha de educar a sus estudiantes a ser capaces de defender
    sus conocimientos, creencias, presentando razones validas y
    teniendo en cuenta los argumentos. Por lo tanto, es tarea
    fundamental de todos los humanistas transformar la universidad,
    en una comunidad alta pertinencia social, de argumentadores
    éticos, en la que, cada cual se esfuerce por presentar sus
    tesis, siempre
    en procura de alcanzar acuerdos comunitarios a través de
    la
    comunicación, es decir, logrados solamente, con la
    fuerza de la
    sus argumentos.

    Ahora bien, los académicos sabemos, que una
    comunidad de alta calidad y
    pertinencia institucional no se construye de la noche a la
    mañana, se necesita planear a mediano y largo plazo, y
    buscar alternativas viables en pertinencia que permitan superar
    nuestro atraso en investigación y no con simples
    seminarios improvisados como ocurre en la actualidad. Es preciso
    gestar una política
    académica que redunde en la capacitación de los docentes, no
    sólo ofreciendo maestrías y doctorados, sino también
    en la practica de la argumentación y la racionalidad
    practica, o ética
    profesional.

    La reconstrucción del país es tarea de
    todos, y contribuir a pensar una nación
    distinta, a la que nos ha tocado vivir, debe ser también
    una tarea colectiva. En tal sentido, las cátedras de
    humanidades presentes en el currículo deben abrir el espacio para la
    discusión en torno al tipo de
    democracia que
    necesitamos para vivir en paz y armonía. Sin eludir el
    debate
    abierto, la confrontación ideológica, la diversidad
    crítica sobre la concepción de la democracia y
    sus implicaciones sociales, que requiere la nación.
    Tal currículo debe profundizar en los saberes
    específicos, propias de las disciplinas del conocimiento
    científico y tecnológico. Pero sin descuidar el
    interés
    por las humanidades y por supuesto: la racionalidad de la
    práctica argumental.

    Colombia es una sociedad
    desgarrada por violencia, la
    corrupción, la irracionalidad
    ideológica y la indiferencia de la casta dirigente,
    La pobreza y
    lo que es peor, educada con muy bajos niveles de calidad, por
    déspotas ilustrados, burócratas de la educación,
    insensibles ante una realidad que es peor que la que registran
    los medios como
    señala Gabriel García
    Márquez.

    Introducir en el currículo la asignatura de
    Teoría de la argumentación debe constituirse en un
    propósito académico en todos los planes y programas, puesto
    que debemos convencernos que es por medio del diálogo, la
    acción comunicativa, la argumentación y el humanismo, como
    se lograran los acuerdos básicos que harán posible
    la construcción una nueva sociedad,
    fundamentada en la justicia
    social y el progreso económico. Por lo tanto, debemos
    asumir, que el salto al futuro, sólo es posible
    investigando la razón de nuestro atraso y reconociendo las
    dificultades de nuestro contexto sociocultural.

    Todos coincidimos, en la urgencia de crear una cultura
    de investigación que desde el aula se proponga hipótesis pertinentes que contribuyan al
    logro de una visión compartida: una Universidad
    dialógica, constructora de paz y de progreso a
    través de la investigación.

    Por lo tanto, en derecho, las ingenierías, las
    licenciaturas, los programas de
    salud, las
    económicas y administrativas, los publicistas y
    comunicadores sociales, en general los planes y programas
    universitarios, no es lícito centrar su objeto de estudio
    sólo en las propedéuticas técnicas o
    tecnológicas, es preciso centrar la atención en las diferentes dimensiones del
    ser humano, y una de ellas es la formación
    argumental.

    3.0 NOCIONES Y
    CONCEPTOS BÁSICOS

    La argumentación es un tipo de exposición
    que tiene como finalidad defender con razones o argumentos una
    tesis, es decir, una idea que se quiere probar o sustentar una
    hipótesis. Es también el arte de organizar
    razones para persuadir o disuadir a un auditorio; disciplina que
    estudia las técnicas
    discursivas que permiten persuadir o disuadir a una o muchas
    personas sobre la tesis que propone un orador o
    escritor.

    La argumentación es una actividad cotidiana y
    necesaria en la vida de todo profesional, sea este abogado,
    médico, ingeniero, administrador,
    vendedor, banquero e incluso el hombre de la
    calle. Todo aquel que crea que debe defender con éxito
    sus ideas o refutar los de otro oponente necesita desarrollar la
    destreza argumentativa. Por tanto la formación
    universitaria exige el desarrollo de
    tal competencia
    argumentativa, desde el ingreso a los primeros semestres hasta la
    culminación de estudios del postgrado, se debe capacitar
    en la teoría de la argumentación y las modernas
    practicas argumentativas.

    "Argumentar es un juego del
    lenguaje y del pensamiento,
    es decir, una práctica lingüística sometida a
    reglas" (Wittgestein) que se produce en un contexto comunicativo
    mediante el pretendemos dar razones ante los demás o ante
    nosotros. Las razones que presentamos para justificar un hecho o
    dicho de otra manera, pretender tener validez intersubjetiva o
    susceptible de crítica y precisamente a través de
    ella llegar a cuerdos comunicativos.

    Argumentar es acto de habla complejo, requiere por lo
    menos de dos actos, uno que funciona como tesis y el otro que
    opera como argumento o premisa para una conclusión. Un
    argumento por el contrario es un micro acto de habla, por lo
    tanto es menos complejo y su propósito es ilustrar,
    sustentar, justificar, aclarar, explicar. Cuando un argumento es
    incorrecto o sus razones son insuficientes, apresuradas o dudosas
    estamos frente a una falacia.

    Argumentar bien es expresar con claridad, coherencia,
    precisión y pertinencia las ideas para que los
    demás nos comprendan y acepten nuestras tesis. Se aprende
    a argumentar bien ejercitando la lógica
    informal. La argumentación, consta de tres momentos o
    etapas fundamentales: la introducción de la idea que se pretende
    defender, el desarrollo o argumentación global y la
    conclusión, en la que se confirma la tesis.

    Oratoria es el conjunto de técnicas vocales que
    nos permiten expresar de manera elocuente nuestras ideas. El
    recurso más importante de la oratoria es la
    vocalización: énfasis de voz y fluidez en la
    expresión. La argumentación en cambio, es lo
    dicho, lo enunciado con forme a una lógica del pensamiento.

    Según
    Habermas "La argumentación es un acto de habla, es un
    medio para conseguir un entendimiento lingüístico,
    que es el fundamento de una comunidad intersubjetiva donde se
    logra un consenso que se apoya en un saber proporcional
    compartido, en un acuerdo normativo y una mutua confianza en la
    sinceridad subjetiva de cada uno". Al respecto dice el mismo
    autor que los sujetos capaces de lenguaje y de acción
    deben estar en condiciones no sólo de comprender,
    interpretar, analizar, sino también de argumentar
    según sus necesidades de acción y de comunicación. Por lo tanto es urgente que
    desde la escuela
    básica, colegio y universidad se enseñen los
    secretos de la argumentación y las reglas de la
    lógica discursiva.

    La argumentación es razonamiento, inferencia,
    demostración y esencialmente el propósito es
    convencer, hacer cambiar de ideas, actitudes,
    acciones,
    decisiones de un interlocutor. Ella fue cultivada en la
    antigüedad por los griegos, Cicerón, Marco Tulio
    (106- 43 a J.C.) refinó el arte de la composición,
    la ironía, la inventiva y la argumentación en sus
    discursos
    políticos, lo que le proporcionó la
    admiración no sólo de sus contemporáneos
    sino también de los intelectuales clásicos modernos
    que estudian sus tratados y sus
    cartas; siendo
    los Sofistas los más grandes exponentes, del arte de
    argumentar, aunque su error fue su desprecio por la verdad. De
    ahí las demoledoras críticas de Sócrates,
    Platón
    y Aristóteles.

    Son incontables los eventos en los
    que se discute o se cuestiona de manera imprecisa o poco clara,
    donde opera el razonamiento práctico para lograr acuerdos,
    aún ahí, se debe tener en cuenta que, en la
    demostración, como en la deliberación
    crítica se requiere de la argumentación, es decir
    organizar las razones a favor o en contra del problema o tesis
    que se defiende.

    Educar en la argumentación para aprender a no
    confundir las causas o motivos de acción con las razones
    que podrían justificarlas, sólo estás son
    susceptibles de crítica interpersonal. Tomemos un ejemplo:
    cuando le preguntamos a un estudiante universitario por
    qué no lee, este contesta que "porque no le gusta".
    ¿Es está una buena razón? o es, ¿Es
    una razón valida?.

    Será que el hecho de que no le guste, sólo
    causa que no lea, y lo que es peor, viva de espaldas al mundo,
    con los ojos cerrados al todo el
    conocimiento del mundo. Se desea con esta pregunta que,
    dé una buena razón para no leer. Es decir debe
    tratar de probar que leer no es bueno. Es seguro que si lo
    intenta, quienes si leen y gozan con sabiduría contenida
    en los libros,
    podríamos probarle que está en un error. Como
    vemos, una buena razón puede en determinado momento
    justificar una acción o unas creencias, aunque ésta
    no se deduzca necesariamente de aquella. Por eso, la
    mayoría de nuestras decisiones, aun siendo razonables
    escapan de al carácter
    necesario de deducibilidad lógica.

    Cuando argumentamos, proferimos un conjunto de
    expresiones lingüísticas conectadas en forma
    lógica y de tal forma entre ellas hay una coherencia.
    Argumentar es, entonces, un conjunto de razones, de proposiciones
    utilizadas en un proceso comunicativo, llamadas premisas, que
    justifican o apoyan otra, llamada conclusión, que se
    deduce, de algún modo, de aquella. Toda
    argumentación supone un grupo de
    razones ordenadas en donde la conclusión se infiere de una
    premisas y el nexo que hay entre éstas y aquellas se
    denomina inferencia.

    Sin duda esta competencia es fundamental para alcanzar
    la paz en un país como el nuestro azotado por la violencia,
    infectado de intolerancia, como resultado de la intolerancia
    ideológica y política. No
    olvidemos que la convivencia pacífica también se
    puede enseñar desde el hogar, la escuela y la
    universidad; siendo la argumentación el mejor mecanismo
    para el diálogo civilizado en el que se expongan las
    proposiciones y las tesis para la discusión y la
    búsqueda de soluciones a
    los graves problemas que
    aquejan a la toda nación.

    Hoy el uso es múltiple, se argumenta en
    política para proponer la construcción de sociedades
    más justas, argumenta el vendedor para promocionar sus
    artículos, el jurista para ganar un pleito, líder
    para conseguir seguidores, el científico para defender sus
    hipótesis, el profesor para convencer a los jóvenes
    de la importancia de ser agentes de una revolución
    cultural y moral en
    Colombia, el
    padre de familia para
    persuadir a su hijo de la importancia de la formación en
    la universidad, etc.

    Pero, para tener éxito
    en la argumentación o en cualquier actividad que requiera
    del buen uso del discurso o del
    debate hay que leer mucho, comprender e interpretar los textos, y
    en caso de los profesionales, estos deben leer y asimilar grandes
    cantidades de información científica o
    tecnológica, teniendo siempre una actitud
    crítica.

    Argumentar es una actividad imprescindible a la hora de
    presentar los resultados de un trabajo de investigación.
    En todos los casos una buena sustentación se aprende
    leyendo esencialmente a los grandes clásicos, por ser
    estos verdaderos tratados de
    lógica humanista. Convencer a un jurado calificador de una
    monografía, una tesis o un trabajo de
    indagación resulta fácil si se ha entrenado en la
    competencia argumentativa.

    Convencer es el fundamento de la argumentación y
    se logra por medio de la deducción o la inferencia, de
    esta manera se consigue explicar unos conocimientos por medio de
    otros, de tal manera que las tesis son comprobadas racionalmente
    con fundamento en afirmaciones o negaciones, falseadas o
    verificadas. Por eso, Tanto a Kant, como a
    Popper, les preocupó el tema de la argumentación,
    el buen uso de ella y recomendaron, que sí queremos
    conformar una sociedad razonable es necesario que aprendamos a
    distinguir con claridad lo que es un conocimiento
    científico, de las simples creencias y convicciones
    personales, políticas o religiosas no
    fundamentadas.

    A esta tarea se consagró Popper y se le ha
    llamado "Problema de la demarcación", y a ella
    dirigió Popper toda su atención. La demarcación implica
    entender muy bien lo que es un razonamiento científico,
    porque no se trata de cómo creyó el positivismo
    moderno un conocimiento
    verdadero, e inconmovible. Siguiendo la tradición kantiana
    el hombre no está en la posibilidad de acceder a dicho
    conocimiento, de ahí que el arte de organiza las razones
    para convencer, aún tiene vigencia.

    Razonar es un proceso mental que permite relacionar
    ideas o juicios. Siempre que partimos de dos premisas o
    afirmaciones que determinan una conclusión tenemos
    entonces una inferencia. La conclusión puede presentarse
    al comienzo, en la mitad o al final del texto. En
    todos los casos las premisas son el punto de partida de la
    inferencia y el fundamento para la conclusión.

    El razonamiento es un proceso lógico que conduce
    al conocimiento verdadero a través de razonamientos
    válidos regidos por normas. Un
    razonamiento es analógico cuando se basa en la
    comparación y la relación existente entre los
    elementos; el razonamiento deductivo, contrario al inductivo,
    implica extender a casos particulares las situaciones contenidas
    en un razonamiento general.

    4.0 ANTECEDENTES
    DE LA TEORIA DE LA ARGUMENTACIÓN

    La argumentación tuvo su origen en la antigua
    Grecia y en
    ella que recibió el nombre de Retórica. Gracias a
    las reformas democráticas de Pericles (490-429) se
    creó una nueva clase de profesionales que eran llamados
    "sofistas" y quienes asumieron el ejercicio de la
    filosofía, la ciencia y
    la política para defender ante los jueces las causas y los
    reclamos del pueblo, fueron ellos cultores y detractores de la
    argumentación, puesto que su finalidad no siempre fue la
    búsqueda de la verdad, sino simplemente defender a como
    diera lugar a sus clientes.

    Aristóteles es reconocido como el padre de la
    teoría de la argumentación. Pero, gracias a
    Perelman: filósofo, jurista polaco-belga, nació en
    Varsovia en 1912 y quien murió el 22 de enero de 1984, se
    la rescata y crea la "Nueva Retórica. Perelman, testigo
    ocular de las dos grandes guerras
    mundiales que sacudieron a la Humanidad a comienzos y mitad del
    siglo XX y a pesar de haber sufrido en carne propia la
    persecución nazi, a los 28 años se dedicó a
    la investigación filosófica, y con la
    colaboración de la filosofa Olbrechts-Tyteca
    emprendió varios proyectos de
    investigación1, todos encaminados a la
    elaboración de una lógica de los juicios de
    valor.
    Situación que los lleva a realizar una lectura con
    detenimiento de Aristóteles –creador de la
    lógica formal- a través del Organon,
    y un riguroso estudio filosófico de las obras de los
    grandes lógicos de todos los tiempos –Platón,
    Agustín, Thomas de Aquino, Descartes,
    Locke, Hume, Kant y
    Bertrán Russell, trabajo que culmina con la
    elaboración de su propia teoría de la
    argumentación.

     Perelman explica en El imperio
    retórico,
    que su propósito es rescatar la
    antigua retórica, la de los griegos para diferenciarla de
    la retórica clásica que redujo la
    retórica aristotélica al formalismo del estudio de
    las figuras literarias, a aspectos preceptivos para adornar el
    discurso utilizando giros que convierten la retórica en
    simple teoría de la composición. Su objetivo por
    lo tanto es volver al sentido primigenio que tuvo en la
    antigüedad: arte de disuadir y / o persuadir con
    razones.

    La retórica aristotélica, con el paso del
    tiempo, se la
    tergiversó, hasta convertirla en simple teoría de
    la composición del discurso, se la redujo a ornamentos del
    lenguaje inicialmente por los sofistas, estilo de grandilocuencia
    que va predominar en la edad media,
    moderna y primera mitad del siglo XX.

    Durante la edad media y
    aún en renacimiento, la
    retórica se hizo más sofisticada, y su
    aplicación no era solo a nivel jurídico sino en
    todo tipo de situaciones; desde las matemáticas hasta la poética y se
    expresaba a través de todo tipo de técnicas orales,
    gesticulares, corporales siempre con el objetivo de impresionar
    al interlocutor y finalmente persuadirlo o disuadirlo. Es contra
    toda esta concepción, que se levanta Perelaman y presenta
    su Nueva Retórica, que aparece sistematizada en El
    tratado de la Argumentación
    o nueva
    retórica
    (1958), obra que recoge la teoría de
    Aristóteles, los aportes de Platón y aún de
    los sofistas. Esta nueva retórica considera que no todos
    los discursos son
    argumentativos. Los discursos pueden o no enfatizar la
    argumentación, la decisión responderá a lo
    que decida el orador para desarrollar su argumentación.
    Por el contrario, en el discurso científico predomina el
    rigor lógico de la demostración antes que la
    persuasión.

    Por fortuna la retórica sofistica y gesticulativa
    a caído en desuso con el desarrollo de las nuevas
    tecnologías y los medios masivos
    de comunicación. Sin embargo, hay quienes
    aún en el campo jurídico desconocen los trabajos de
    Perelman y los esfuerzos del profesor Adolfo León
    Gómez por difundir la Teoría de la Nueva
    Retórica, y aún insisten en los viejos esquemas de
    la charlatanería, la verborrea adornada pero sin
    profundidad en el pensamiento.

    Leyendo a Aristóteles en el Organon, Perelman,
    distingue tres campos de la teoría de la lógica del
    discurso: teoría de la argumentación, teoría
    de la elocuencia y teoría de la composición.
    También distingue, dos tipos de razonamientos:
    analíticos, utilizados en la lógica formal y los
    dialécticos, que tratan de establecer acuerdos sobre
    los valores
    que son objeto de controversia. Con referencia en lo anterior,
    Perelman reivindica la importancia de la razonabilidad en la
    toma de
    decisiones y explica que las leyes de la
    retórica y de la dialéctica son
    universales.

    Perelman y la señora Olbrechts-Tyteca retoman la
    definición de Aristóteles, que admite que los
    juicios analíticos parten de premisas indiscutiblemente
    verdaderas que concluyen o conducen a inferencias validas. Por
    eso, estos juicios son de utilidad en la
    lógica formal y las ciencias de la
    naturaleza.

    Por el contrario, los razonamientos
    dialécticos3, no se dirigen a establecer
    demostración alguna desde el punto de vista
    científico, sino guiar las deliberaciones y controversias,
    porque su principal objetivo es persuadir, disuadir, convencer,
    mediante el uso del discurso o criticar tesis opuestas, al tiempo
    que se defienden las propias por medio de razones validas para el
    interlocutor.

    Tanto Perelman como Olbrechts- Tyteca, reconocen que los
    razonamientos dialécticos tratan de establecer acuerdos
    sobre asuntos que suscitan polémica. La verdad es
    intersubjetiva se construye a través de la acción
    comunicativa y se la otorgará al que mejor argumente como
    señalan los diálogos de Platón. La
    conclusión es que este razonamiento
    –dialéctico- es de enorme utilidad en la
    vida cotidiana y en las ciencias
    sociales.

    Las ciencias exactas se sustentan en la
    demostración, las humanas tienen como propósito
    esencial persuadir. Por eso la demostración se dirige a un
    auditorio universal, mientras que la persuasión a
    auditorios particulares. Por supuesto, uno no puede pretender
    convencer por vía discursiva a todo el mundo, pero si se
    puede lograr la adhesión o acuerdos sobre temas
    particulares que son por naturaleza
    discutible.

    Las ciencias exactas señala Aristóteles,
    exigen definiciones precisas debidamente demostradas por los
    hechos. Son formulaciones axiomáticas ajustadas con rigor
    a la lógica
    matemática. Las humanas se conforman con
    probabilidades, se bastan con argumentos, los que obviamente,
    están sujetos a la crítica de validación
    distinta a los de verificación empírica.

    Podríamos decir entonces, que Perelman y
    Olbrechts-Tyteca establecen claras diferencias entre
    argumentar y demostrar, dos verbos, no son
    sinónimos y mucho menos el uno inclusor del otro. La
    demostración es un medio de prueba que se utiliza para
    establecer la verdad en las ciencias exactas. La
    argumentación en cambio es una
    acción dialógica que permite la adhesión a
    la tesis que se propone mediante razones validas.

    La argumentación es razonamiento, inferencia y
    esencialmente el propósito es convencer, hacer cambiar de
    ideas, actitudes,
    acciones,
    decisiones de un interlocutor. Ella fue cultivada en la
    antigüedad por los griegos, siendo los Sofistas sus
    más grandes exponentes, aunque su error fue su desprecio
    por la verdad. De ahí las críticas de Sócrates,
    Platón y Aristóteles.

    La tesis global de Perelman sostiene que el hombre tiene
    la capacidad de conocer discusivamente "La razón es
    esencialmente práctica y la razón teórica no
    es sino el límite de la razón
    práctica
    4".

    Son las nuevas circunstancias políticas y
    sociales del siglo XX, como la ampliación de la
    democracia, la
    comunicación , la información dentro del nuevo proceso de
    globalización de la sociedad capitalista la
    que genera la necesidad histórica de reivindicar la
    retórica antigua, el arte de persuadir y de convencer. Los
    nuevos tiempos requiere de nuevos acuerdos y de argumentos
    sólidos de parte de los líderes en cualquier
    profesión y no simples halagos para adular, como
    ocurría con los sofistas del mundo antiguo.

    Es importante precisar en este escrito, gracias al
    profesor Adolfo León Gómez, máxima autoridad en
    los estudios perelmanianos en el mundo hispánico, autor de
    varias publicaciones sobre filosofía del lenguaje y del
    libro Seis
    conferencias sobre la Teoría de la
    Argumentación
    5, cuyo objetivo fundamental
    según lo expuesto por el propio autor, es servir de
    introducción al pensamiento de Perelman
    – El Imperio Retórico- y familiarizar a los
    neófitos en el tema con la Teoría de la
    Argumentación. Ensayo, que
    destaca las relaciones de la teoría de la
    argumentación con la retórica antigua; la
    lógica, la teoría de los actos
    lingüísticos y la filosofía. El profesor
    Adolfo León Gómez en otra de sus publicaciones: "El
    primado de la razón práctica" a través de su
    tesis central defiende la razón como algo esencialmente
    practico y la razón teórica como el límite
    de la razón práctica, agrega que "para argumentar
    se es necesario estar de acuerdo… por menos en algo en algo:
    tener en lenguaje común, apreciar el consentimiento del
    interlocutor y su concurso mental; se requiere cierta modestia de
    parte de quien argumenta y tener conciencia de
    que, si bien su propósito es persuadir, puede producirse
    el efecto contrario, ser persuadido- en transacción
    argumentativa".

    Hoy son incontables los intelectuales que estudian todo
    lo relacionado sobre los tipos de argumentos analizados por los
    creadores de la teoría de la argumentación,
    realizan grandes esfuerzos por definir y concretar la
    teoría de la argumentación como una disciplina que
    estudia las técnicas discursivas que permiten lograr o
    acrecentar la adhesión a las tesis que se propone el
    orador. En síntesis,
    la Nueva Retórica surgió de la preocupación
    por la búsqueda de una lógica de los juicios de
    valor,
    iniciada en 1947. Pero Perelman llega a una conclusión
    inesperada, que no había una lógica
    específica de los juicios sino que todos los campos donde
    existe la ley de la contradicción se discute, se delibera
    recurriendo a técnicas de la
    argumentación.

    Adolfo León citando a Perelman propone, que a la
    hora de argumentar hay que tener presente que "La misión del
    filósofo, es la de ser vocero de la razón, ser
    defensor de los valores
    universales supuestamente válidos para todos los hombres"
    y que persuadir a alguien es convencerlo de que nuestra
    opinión es mejor que la suya y por lo tanto debe
    emplazarla. En sus escritos recomienda:

    • La teoría de la argumentación se
      construye en un ambiente
      filosófico.
    • La filosofía es un intento racional -aunque no
      científico-, por resolver problemas inmaduros. Es decir,
      problemas para los cuales no existe un método
      estándar reconocido por una comunidad de
      especialistas.
    • La argumentación es un intento por producir
      determinados efectos en el público, en la audiencia o en
      un auditorio.
    • Para que la teoría de la argumentación
      sea teoría razonablemente aceptada, requiere definir un
      concepto
      clave, que es el concepto de fuerza de un
      argumento o fuerza de una argumentación.
    • La teoría de la argumentación, nos pide
      "tratar a todos los seres de la misma categoría, de
      manera semejante".
    • La primacía de la razón
      práctica, por encima de la razón
      instrumental.
    • Los argumentos se deben expresar mediante
      proposiciones.
    • La argumentación se formula en lenguaje de la
      lógica informal, la demostración lógica
      fundamentalmente en el lenguaje
      de la formalidad científica.
    • La argumentación conduce a acuerdos, la
      lógica a la verdad irrefutable a través de
      pruebas
      demostrativas.

    5.0 DEL
    ARGUMENTAR Y EL INVESTIGAR EN LA UNIVERSIDAD

    Desde Kant, se ha aceptado el postulado que conocimiento
    es igual a ciencia, en
    tal sentido los procesos
    pedagógicos deben centrarse en desarrollar, potencializar
    las operaciones
    intelectuales y valorar los conceptos, los juicios y los
    razonamientos. Puesto que el concepto y la proposición,
    por su carácter
    abstracto y universalizante, permiten el aprendizaje
    del mundo de la realidad.

    El concepto precede al juicio, aunque todo concepto
    implica varias proposiciones. Hay rastro de un juicio hasta en la
    simple percepción, es un juicio implícito
    debido a la presencia real del objeto. Por lo tanto, si
    percibimos un objeto, una persona,
    afirmamos implícitamente la existencia de lo que hemos
    percibido y, tenemos un verdadero juicio cuando se pasa de la
    percepción, por medio de la
    reflexión, al juicio explícito.

    Juzgar consiste en captar en un acto de conciencia dos
    percepciones, dos representaciones o relacionar dos conceptos.
    Ello significa unir dos términos con una afirmación
    o separarlos con una negación. Para emitir un juicio, no
    es suficiente que dos términos se asocien en nuestra
    conciencia por contigüidad, por semejanza o por contraste,
    sino que se necesita que los dos términos se reconozcan
    explícitamente y que se establezca entre ellos una
    relación.

    Cuando por medio de dos o más juicios
    establecemos la validez de otro, realizamos un razonamiento. El
    razonamiento, es pues, una serie de relaciones de juicios en un
    todo y que terminan en otro juicio. De tal manera, que, de hechos
    o datos
    particulares pasamos por un procedimiento
    inductivo a los principios
    generales; o por el contrario, procedemos en forma deductiva, de
    las leyes y los
    principios
    generales, pasamos a los datos o las
    consecuencias particulares.

    Todos sabemos que en la actualidad el país avanza
    en una marcha forzosa hacia la implementación de una
    reforma radical en las universidades y que a pesar de importancia
    explícita de los tres pilares o ejes de la educación
    superior: docencia, extensión e investigación,
    la actual revolución
    educativa sitúa la investigación como "actividad
    fundamental de la educación superior. Este hecho plantea
    una serie de nuevas responsabilidades tanto para los directivos
    como para los docentes y los estudiantes. Situación que
    cambiará a la larga las costumbres
    académicas.

    Dado que no es un problema de simple formalidad, sino
    gestar reformas que redunden de manera radical y propicien la
    creación de una cultura de indagación e
    investigación, es pertinente asumir que en la medida en
    que se amplíen los niveles de participación
    democrática en los claustros y la comunidad
    académica asume el ejercicio de una racionalidad practica
    es pensable la construcción de comunidades de indagadores
    como preámbulos de las comunidades de investigadores y
    estas sólo se podrán fortalecer a través del
    ejercicio de la argumentación. Por lo tanto en la medida
    que se haga un mayor uso del debate, la discusión, el
    foro, la mesa redonda,
    el seminario y
    como el lógico el discurso argumentado tendremos las
    condiciones para el ejercicio de la investigación cualitativa.

    La investigación se convierte en la tarea
    específica del que hacer universitario y de está
    forma la universidad se constituye en centro crítico de la
    producción de conocimiento y de la
    formación del espíritu científico. Por
    tanto, no es prudente que se asignen elevados presupuestos a
    impulsar proyectos de
    investigación, sin haber iniciado los procesos de
    formación de investigadores. Y es claro que un
    investigador debe manejar la destreza de argumentar, competencia
    absolutamente indispensable a la hora de defender un proyecto, una
    hipótesis o un punto de vista.

    Por lo tanto la investigación debe ir de la mano
    de la formación de estructuras
    lógicas en la mente del estudiante universitario. Entonces
    más que aprender datos, el estudiante de la universidad
    debe aprender estructurar ideas, a emplear el juicio argumentado
    que le permitan manejar, enjuiciar e interpretar los datos, no
    quedarnos en la aplicación de metodologías de
    impacto que con contribuyen a investigar de verdad.

    El estudio permanente, el debate argumentado, la
    escritura
    cuestionadora, la investigación contextualizada son
    elementos básicos de una Universidad donde directivos,
    profesores, estudiantes y trabajadores son actores de los
    procesos de calidad. En ella la argumentación sobre la
    realidad alimenta la investigación, el debate sobre los
    saberes exige razones y no meras opiniones, los escritos circulan
    en forma de carteleras, periódicos o revistas
    universitarias.

    Argumentar en el contexto universitario significa dar
    razones coherentes desde una perspectiva lógica, basada en
    realidades y sustentada. Discutir desde la argumentación,
    supone reconocer en los otros, a unos interlocutores
    legítimos que están dispuestos a mantener una
    comunicación sincera con nosotros sobre asuntos de
    interés
    mutuo y sobre los cuales podemos disentir o tener
    acuerdos.

    En los actuales momentos, en Colombia, dada la
    descomposición institucional, moral y social
    se requiere de personas con criterios intelectuales y morales
    claros con capacidad de analizar y producir soluciones coherentes
    e innovadoras a los múltiples problemas.

    Formar estudiantes investigadores requiere de
    prácticas pedagógicas centradas en la
    argumentación y el desarrollo de la comprensión.
    Por eso es importante que el estudiante aprenda a comprender a
    los otros, a valorar la diferencia, a interpretar la diferencia y
    a sustentar o defender con razones sus tesis.

    Frente al paradigma
    vigente acritico que tiene un visión reduccionista de la
    enseñanza proponemos la
    ARGUMENTACIÓN como paso preliminar en la
    INVESTIGACIÓN con una metodología dialógica centrada en
    sustentación racional.

    No se investiga cuando simplemente se realizan consultas
    bibliográficas con el propósito de informar o
    repetir. La acción de investigar supone actitud
    crítica, el despliegue de la contra argumentación.
    Y es refutando, con argumentos fuertes, reinterpretando,
    reinventando como sabremos si la acción investigativa,
    corresponde a los protocolos de una
    argumentación veraz.

    El objetivo general: familiarizar a los estudiantes en
    las teorías
    clásicas y nuevas de la argumentación, establecer
    relaciones entre los actos lingüísticos y la
    filosofía, estudiar los diferentes tipos de
    argumentación, realizar aplicaciones en el ámbito
    jurídico y la producción de textos de estructura
    argumentativa.

    6.0 TECNICAS Y
    ESTRATEGIAS

    En síntesis,
    hemos esbozado una reflexión valorativa del acto de
    argumentar y su importancia como factor determinante en los
    procesos de la investigación formativa que se realiza
    durante los primeros semestres en la universidad. Para el logro
    de este propósito se realizó una exploración
    del término y de la teoría de la
    argumentación, precisamos el concepto y otros
    correlacionados, y se han entregado, algunas estrategias que
    permiten el desarrollo de la competencia
    argumentativa.

    Hemos sostenido a lo largo de este artículo que a
    argumentación es una actividad social y necesaria en la
    vida de todo individuo. Tanto el profesional como el hombre de la
    calle necesita de los procesos argumentativos. Se argumenta para
    proponer o defender tesis. Ella es un principio de convivencia
    por cuanto permite dirimir conflictos
    personales y colectivos. La injusticia hace su aparición
    cuando se agota toda opción argumentativa y
    humanista.

    El resumen de las técnicas y estrategias que se
    presentan a continuación, están estrechamente
    relacionadas con la tesis central que hemos defendido a lo largo
    de este escrito. Se trata divulgar que la argumentación es
    un factor determinante en los procesos de la investigación
    formativa y de hacer saber que si el alumno no despliega en forma
    simultanea las habilidades que apuntan a desarrollar la
    competencia argumentativa, como una de las propedéutica
    fundamental, todo intento por formar investigadores será
    vano y sólo contribuirá a privilegiar el
    currículo tradicional.

    Se sugiere, por lo tanto, intentar la
    introducción paulatina de técnicas y estrategias de
    trabajo argumentativo en las cátedras, a fin de potenciar
    la competencia argumentativa: el pensamiento crítico y
    creativo.

    Pensamiento critico es la capacidad de discernimiento,
    es un hábito de análisis que te lleva a discriminar lo que
    es verdad y el error con apariencia de verdad. La actitud
    crítica permite distinguir entre una afirmación
    bien fundamentada y la gratuita o no relevante; sin actitud
    crítica no es posible desarrollar la destreza del
    pensamiento.

    Cosas que hay que evitar y como organizar los debates
    argumentativos para promover el pensamiento critico en el
    ámbito académico, sugeridas por Mathew
    Lipman.

    1. Evite obligar a los alumno a seguir un solo
      orden de ideas, a partir solo, de su interés como
      docente. Privilegie el interés de los
      alumnos.
    2. Evite la cátedra magistral, el uso de
      conceptos abstractos y, por el contrario, dele a sus alumnos la
      posibilidad de construir su razonamiento a partir del
      diálogo espontáneo o el debate
      abierto.
    3. Evite dirigir el debate durante la
      clase y, por el contrario, provoque e incite a la
      discusión.
    4. Estimule a sus alumnos para que
      justifiquen sus propias opiniones y creencias.
    5. Evite monopolizar la
      conversación.
    6. Evite manipular la conversación, de
      modo que sus ideas (las del profesor) parezcan las más
      justificables.
    7. Evite resolver, solo, los problemas de
      orden afectivo, omitiendo los de orden
      cognoscitivos.
    8. Evite que los estudiantes avancen en un solo
      ritmo, recuerde, que no todos, responden y aprenden del
      mismo modo.
    9. Insista, en que los alumnos discutan sobre el
      problema, hasta que sólo ellos, encuentren una o varias
      "respuestas".
    10. Aliente a los alumnos a pensar con cabeza
      propia, a ser capaces de valerse de su propio
      entendimiento.
    11. Cada que inicie una clase, pregunte a sus alumnos,
      ¿qué aspectos de la vida tiene significado para
      él?.
    12. Siempre que enseñe, primero señale los
      aspectos más simples y por último los más
      complejos.

    Recuerde que el gran propósito de la
    práctica de la argumentación, está dirigido
    hacia el desarrollo de la destreza del pensamiento
    crítico, es decir ayudar a los alumnos a construir ideas
    nuevas, a descubrir nuevas significaciones. "Si queremos adultos
    que piensen por sí mismos, debemos educar a los niños a
    que piensen por sí mismos". Mathew Lipman.

    7.0
    CONCLUSIÓN

    Creemos que no es posible desarrollar esta competencia
    de manera aislada, es preciso crear comunidades de
    indagación que de manera más precisa y exacta,
    estén comprometidas con la democracia, con el debate
    abierto, que admitan la diversidad crítica, que propicien
    la libertad de
    cátedra, la solidaridad y que
    tengan la suficiente madurez para juzgar con conocimientos y
    sobre todo ofrecer razones sus miembros cada que surjan
    desacuerdos. Esta experiencia supone:

    • Tenga siempre un esquema cuando argumente, no pase de
      un punto a otro.
    • Formule una introducción breve y a
      continuación, exponga sus argumentos uno a
      uno.
    • Rebata las objeciones con argumentos.
    • No afirme más de lo que no está en
      capacidad de probar.
    • Distinga las premisas de las
      conclusiones.
    • Evite el lenguaje emotivista y la
      sensiblería.
    • Realice un estudio previo del tipo de auditorio y
      adecue, su lenguaje de tal forma que se logre el
      propósito: convencer.
    • Determine los objetivos,
      la justificación y la metodología que va a seguir.
    • Utilice esquemas coherentes y emplee, siempre que
      hable, un tono de voz grave con una velocidad
      media.
    • Si tiene que leer, hágalo, pero sólo
      utilizando frases y párrafos cortos.
    • Dedique la última parte de su
      intervención a cerrar, resaltando su tesis o
      hipótesis.

    Cada que argumente:

    • Despierte credibilidad en el auditorio.
    • Escuchar las razones del otro.
    • Muéstrese sensibilidad al contexto,
      especialmente cuando sea una discusión moral o
      política.
    • Pida y de razones, cada que sea
      necesario.
    • Discuta los temas con imparcialidad y pensamiento
      crítico.
    • Pregunte por los criterios que se están
      utilizando en la toma de una decisión.
    • Reconozca las falacias.
    • Haga buenos aportes y apóyese en la
      opinión de personas con prestigio intelectual solo
      cuando sea necesario.
    • Utilice buenos ejemplos, proverbios, refranes y
      anécdotas para ilustrar sus ideas.
    • Haga analogías, establezca paralelo entre lo
      que se argumenta y otro hecho.
    • Confronte, refute, contra argumente cada que sea
      necesario o exprese contra ejemplos.
    1. BIBLIOGRAFÍA

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    VILLA, URIBE. Claudia. Las Humanidades en la
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    Occidente, 2001.

    WESTON, ANTHONY. Las claves de la argumentación.
    Ariel, 2001.

     

     

     

    Autor:

    Profesor Álvaro Mina Paz

    Docente Universidad Santiago de Cali-
    Colombia

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