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Desarrollo Humano y Cambio Educativo




Enviado por sarvelio



    Desarrollo Humano y Cambio
    Educativo

    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Cambio
      Educativo
    4. Cuba y la Tercera
      Revolución Educacional
    5. Conclusiones

    Resumen

    El siglo XIX fue el siglo del "oro amarillo"; el siglo
    XX el del "oro negro": el siglo XXI se ha anunciado como el del
    "oro gris", en alusión al papel de los
    conocimientos, la información y la inteligencia.
    Quiénes tengan el control de esos
    bienes
    generados por el "oro gris", afirma Agustín Lage (2003),
    (21,2) podrán acceder al desarrollo
    económico social, incluyendo el proceso de
    creación de nuevos conocimientos.

    Estas y otras razones como la
    Globalización Neoliberal, que ha calado hasta los
    huesos a la
    sociedad
    capitalista y hace que, el
    conocimiento, las Ciencias y la
    Tecnología, sean apreciados ante todo como
    mercancías, que alcanzan un alto valor, no solo
    por "el tiempo de trabajo
    socialmente necesario invertido en ellas", son analizadas en el
    presente trabajo.

    Estas reflexiones sirven de base para valorar las
    raíces del cambio
    educativo que se opera a escala global y
    en Cuba,
    y
    sobre todo encontrar su influencia en el desarrollo de
    la ciencia y
    la tecnología.

    Se parte de aspectos más generales que
    representan el contexto que condiciona el proceso de
    cambio y se llega a la
    ilustración del impacto que producen esas relaciones
    económicas, políticas
    o científicas en los países subdesarrollados. Se
    concluye con una reflexión sobre las razones y esencias de
    las reformas en marcha en nuestro país.

    Las fuentes
    esenciales utilizadas son los autores que desde la perspectiva de
    los estudios de Ciencia y
    Tecnología han valorado las regularidades del proceso
    de cambio de la sociedad actual.
    También se utilizaron informes y
    valoraciones realizados por organismos internacionales de las
    Naciones
    Unidas.

    Desarrollo

    "Hasta hace pocos años, la concepción
    predominante acerca del desarrollo
    humano, se sustentaba básicamente en indicadores de
    orden económico, como el Producto Interno
    Bruto (PIB)
    percápita, a partir de la maximización de la
    riqueza (material) como ideal del bienestar y la calidad de
    vida.

    Hoy resulta incuestionable que el aumento del potencial
    económico de un país no siempre se corresponde con
    el enriquecimiento de la vida humana y con las opciones que
    tienen las personas para satisfacer sus necesidades, alcanzar la
    plenitud y participar activamente en el quehacer
    social,"

    En el marco de esta problemática, el Programa de las
    Naciones Unidas
    para el Desarrollo
    (PNUD) introdujo en el Informe sobre
    Desarrollo
    Humano elaborado por primera vez en 1990, la modalidad de
    medir el Índice de Desarrollo Humano (IDH) a partir de la
    combinación de tres indicadores:
    esperanza de vida (nivel de salud); logros educacionales
    (alfabetización de adultos y años de
    escolaridad)

    Ello significó un importante viraje respecto a
    los enfoques previos e implicó profundas redefiniciones
    desde un nuevo paradigma de
    desarrollo humano sostenible, centrado en la aspiración de
    lograr una mejor calidad de vida
    para el ser humano a escala individual
    y social, potenciando la equidad, el protagonismo, la solidaridad, la
    democracia, la
    protección de la biodiversidad
    y los recursos
    naturales de nuestro planeta, el respeto a la
    pluralidad cultural y étnica, entre otras significativas
    reivindicaciones.

    "El desarrollo humano sostenible es el desarrollo que
    no sólo suscita un crecimiento
    económico, sino que también distribuye
    equitativamente sus beneficios; que regenera el medio ambiente
    en lugar de destruirlo; que fomenta la autonomía de las
    personas en lugar de marginarlas. Es un desarrollo que otorga
    prioridad a los pobres, que amplía sus opciones y
    oportunidades y que prevé su participación en las
    decisiones que afectan sus vidas. Es un desarrollo que

    favorece a los seres humanos, favorece a la naturaleza,
    favorece la creación de empleos y favorece a la mujer".
    (PNUD 1994) .

    La calidad de
    vida representa un concepto medular
    de esta propuesta y se le entiende en el sentido de la
    realización de las posibilidades de satisfacer las
    necesidades básicas o de supervivencia (subsistencia,
    protección, entendimiento, participación, ocio y
    recreación), así como otras
    igualmente importantes, por cuanto hacen la existencia más
    rica, plena, digna y feliz.

    Los estudios sobre desarrollo humano con el enfoque
    antes apuntado, son relativamente recientes, pero existen
    antecedentes de valoraciones realizadas desde una óptica
    estrictamente económica, según los intereses de los
    dirigentes de la economía local o
    empresarial. Estas investigaciones
    tienen gran valor para
    realizar los estimados de la evolución de la sociedad y la posible
    tendencia de su cambio. El mayor provecho lo sacan los Estados
    que para diseñar su estrategia se
    apoyan en tales reflexiones y pronósticos.

    Se destaca entre los autores Gunnar Myrdal, Premio Nobel
    de Economía,
    que ha demostrado que los países subdesarrollados
    están sometidos a un círculo vicioso de pobreza del que
    difícilmente podrán salir según su enfoque
    fatalista, pues la tendencia es a que la brecha se incremente en
    relación con los países desarrollados. Afirma
    además, que el dominio de la
    economía Mundial por los ricos es tan abrumador, que
    determina incluso la ideología de los organismos
    internacionales, que tratan de cambiar las cosas.

    El cálculo
    general realizado por el PNUD, sobre los resultados del
    Desarrollo Humano para el año 2001 sitúa a
    Canadá, Suiza, Japón,
    Suecia Noruega, Francia,
    Australia y Estados Unidos en
    los lugares del 1 al 8. Cuba aparece
    en el lugar 47 y entre los más alejados aparecen Guinea en
    el 172, Afganistán en el 173 y Niger en el 169.

    Aunque el análisis tiene gran valor por las razones
    antes señaladas, contiene un enfoque reduccionista porque
    sigue señalando como indicador fundamental, el PIB
    percápita. Este tipo de enfoque fue criticado
    recientemente por Osvaldo Martínez (2002), al valorar los
    resultados económico-sociales de Cuba en el año
    2002. Señaló el autor que: "El crecimiento
    económico es necesario e importante, pero más
    importante es que crezcan bienes,
    servicios y
    valores
    culturales para levantar y dignificar la condición humana,
    no para envilecerla" . Y añadió que en
    países como Estados Unidos
    contribuyen a engrosar el PIB hasta la construcción de prisiones, como
    manifestación de la inconsecuencia de la metodología que se sigue. En el caso de
    Cuba solo creció un 1,1% en el 2002, pero ese
    pequeño crecimiento económico significó un
    importante desarrollo social
    pues la población se benefició con las
    inversiones
    realizadas en los nuevos Programas de la
    Revolución, como las Escuelas de
    Trabajadores Sociales, el Curso de Superación Integral
    para Jóvenes, el Canal Educativo, etc.

    A manera de ilustración señaló que
    Perú creció 4,5 %, la más alta de América
    Latina; sin embargo se manifiesta una gran incongruencia pues
    la situación social empeoró y la mayor parte de los
    beneficios pasaron a manos extranjeras o del sector más
    rico de esa nación.

    El PIB percápita o renta nacional
    percápita situó en 1996 según el PNUD a
    Luxemburgo (29 510 dólares estadounidenses), Estados
    Unidos (24 750), Suiza (23 620), Emiratos Arabes (23390), entre
    los cinco primeros; en el lugar 125 a Ruanda (sólo 260),
    Burundi en el 126; (660) y Etiopía 128 (380.

    La renta nacional per cápita es una de las formas
    más comunes para estimar el nivel de vida de un
    país y consiste en dividir el producto
    interior bruto (PIB) por la población, estableciendo así el PIB
    per cápita. Si la población crece a una tasa menor
    que la del PIB, el nivel de vida está aumentando. Si la
    población crece más deprisa que el PIB el nivel de
    vida disminuye. Pero el PIB per cápita, al ser una media
    aritmética, no permite ver la distribución de la renta entre la
    población. Por ejemplo, en algunos países
    latinoamericanos la riqueza está concentrada en manos de
    una pequeña minoría, y la amplia mayoría de
    la población no tiene ingresos y
    sobrevive con una agricultura de
    subsistencia.

    Para comparar el PIB per cápita entre
    países es necesario dar estas cifras en una única
    unidad monetaria, como por ejemplo el dólar
    estadounidense, lo que permite hacerse una idea aproximada de las
    diferencias en el nivel de vida entre países. Una de las
    desventajas de utilizar este método
    para comparaciones internacionales es que no tiene en cuenta el
    coste de la vida de cada país. Por ello, muchos analistas
    prefieren comparar el nivel de vida entre países
    utilizando la Paridad del Poder
    Adquisitivo (PPA), que tiene en cuenta la cantidad de bienes y
    servicios que
    se pueden adquirir en un país con el PIB per cápita
    dado en moneda nacional. Las estimaciones de la PPA suelen
    mostrarse según una escala que va de cero a 100, siendo
    100 la PPA existente en Estados Unidos. Las diferencias entre
    países que se obtienen utilizando uno u otro método (el
    PIB per cápita o la PPA) varían mucho dependiendo
    de qué países se estén comparando. Por
    ejemplo, al margen del indicador que se aplique, los niveles de
    vida de Australia y del Reino Unido representan las tres cuartas
    partes del nivel de vida de Estados Unidos. Sin embargo, el PIB
    per cápita japonés es un 20% superior al
    estadounidense, mientras que la PPA en Estados Unidos es un 18%
    superior a la de Japón.

    Otro indicador importante del desarrollo humano es la
    esperanza de vida al nacer. Esperanza de vida, media o promedio
    de años de vida que una persona puede
    vivir según su año de nacimiento.

    La esperanza de vida constituye un indicador del nivel
    de vida y se tiene en cuenta para determinar el índice de
    desarrollo humano (IDH) de la ONU. En los
    países más pobres la esperanza de vida se
    sitúa entre los 40 y 50 años; es el caso de
    más de 20 países del África subsahariana. En
    cambio, en casi todos los países que pertenecen a la OCDE
    es de al menos 75 años.

    Por lo general, en cada país se estudian tres
    parámetros: la esperanza de vida de toda la
    población, la de los hombres y la de las mujeres. En la
    actualidad, en casi todos los países del mundo las mujeres
    viven más tiempo que los
    hombres, diferencia que en los países desarrollados puede
    suponer 6 o 7 años.

    "En 1995 la esperanza de vida de toda la
    población era en los países Iberoamericanos era:
    España
    77, Costa Rica 76,
    Cuba 75, Chile 74,
    Puerto Rico 73,
    Argentina y
    Panamá
    72, México y
    Venezuela 71,
    Paraguay 70,
    Colombia y
    República Dominicana 69, Ecuador 68,
    Honduras 67, Perú, Nicaragua, El Salvador y Brasil 66,
    Guatemala 64 y
    Bolivia 59
    años." Los índices de mortalidad infantil y
    materna, también sirven para evaluar el desarrollo humano.
    Africa aparece
    como la de más altas tasa desfavorables, al igual que el
    Oriente Medio, con más de 100.

    ¿Cómo asegurar que las personas participen
    efectivamente en las diversas esferas de la actividad
    económica, política y cultural?
    Que tengan las oportunidades para vivir dignamente y desarrollar
    sus capacidades; que puedan elegir y adquieran poder sobre
    sus vidas, en armonía con los valores e
    intereses individuales y sociales?

    Un enfoque que en la actualidad ha ganado significativo
    consenso parte de comprender la Educación como un
    proceso que satisface necesidades humanas importantes, por cuanto
    permite responder a nuestras demandas de subsistencia, de
    participación en la vida social, económica,
    cultural y política, de
    autorrealización, de creación, de entendimiento
    mutuo con las demás personas, entre otras, pero la
    respuesta a tales demandas es una signatura pendiente para la
    mayoría de los países subdesarrollados.

    Ciertamente, la educación es una
    condición indispensable – aunque no suficiente por
    sí sola – para el desarrollo y el mejoramiento de la
    calidad de
    vida. La
    educación constituye un satisfactor de necesidades
    humanas, pero es sobre todo, un derecho amparado en la
    Declaración Universal de Derechos Humanos.
    Por tanto, las políticas
    en este campo deben asegurar, como se plantea en el Reporte de la
    Comisión Internacional sobre Educación para el
    Siglo XXI, el doble objetivo de la
    Calidad y la equidad, lo que se vincula en última
    instancia con profundos cambios socio estructurales y con el
    problema de la justicia
    social.

    Al mismo tiempo, el reporte de la UNESCO ya citado
    considera que las necesarias transformaciones han de fundarse en
    tres funciones
    primordiales a ser potenciadas por la educación: la
    adquisición, actualización y utilización de
    los conocimientos. En efecto, el desarrollo de la sociedad de la
    información ha conducido a la vertiginosa
    producción y renovación de la
    ciencia y la
    tecnología, lo que exige que las personas sean capaces de
    obtener, seleccionar, procesar y aplicar esos grandes
    volúmenes de datos con vistas
    a su desempeño exitoso en los diversos espacios
    sociales.

    "El desarrollo científico y tecnológico,
    es uno de los factores más influyentes en la sociedad
    contemporánea. La Globalización Mundial, polarizadora de la
    riqueza y el poder, sería impensable sin el avance de las
    fuerzas productivas que la ciencia y
    la tecnología han hecho posibles. Los poderes
    políticos y militares, la gestión
    empresarial, los medios de
    comunicación masiva, descansan en gran parte sobre
    pilares científicos y tecnológicos, También
    la vida del ciudadano común, está notablemente
    influido por los avances tecnocientíficos" Así
    inicia su libro "La
    Ciencia y la
    Tecnología como procesos
    sociales", el doctor Jorge Núñez Jover, que se ha
    convertido en el texto
    básico de los estudios de CTS en las Universidades
    cubanas.

    Sin embargo un poco más adelante revela que la
    inversión en I+D en las condiciones
    actuales de los países capitalistas, no hace sino ampliar,
    la brecha entre pobres y ricos; entre el Norte y el Sur, pues los
    países desarrollados, que controlan el 75,8 % de las
    patentes (1996); casi 2 millones de ingenieros y
    científicos de los 4,4 millones del mundo y 67 % de las
    publicaciones científicas (Daniel Gil 1998) (13) y
    Núñez Jover 1999) (26); reproducen y amplían
    el círculo vicioso y hacen más tenebroso el futuro
    de los pobres (y de los ricos).

    El incremento del papel del
    conocimiento
    científico en el desarrollo social
    tiene dos tendencias predominantes. El primero parte da
    considerar que la Ciencia y la Técnica constituyen el
    centro del desarrollo humano y de ella se derivan las posibles
    soluciones a
    todos los problemas
    actuales. En realidad esta tendencia es dirigida por los
    países más poderosos económica y
    políticamente que han impuesto las
    normas del
    capitalismo
    salvaje Neoliberal. De esa fórmula derivan una
    visión utilitaria exagerada con manifestaciones de
    practicismo y egoísmo en la solución que proponen a
    los males sociales.

    El segundo enfoque es diametralmente opuesto al primero
    y ubica en primer plano también la necesidad de la
    integración, pero basada en los
    sentimientos de solidaridad
    (globalización de la solidaridad), o al
    menos de respeto y
    equidad, como condición para que se promueva la integración
    económica, política y
    científico-técnica.

    Kedrov, B (1992) en "Lenin y las Revoluciones
    Científicas", ofrece un enfoque de gran valor
    metodológico al explicar lo necesario que resulta el
    sistema
    educacional para potenciar el desarrollo científico al
    dotar a la sociedad de los recursos
    humanos necesarios, pero aclaraba que se precisan
    además otras condiciones sociales, ya que la
    educación por si sola no produce desarrollo
    científico ni social. La concepción lineal del
    desarrollo, según la cual los avances de la Ciencia y la
    Técnica producen desarrollo social, ha quedado demostrada
    su falibilidad pues aquellos gobiernos que han incrementado sus
    inversiones en
    ese rubro descontextualizándolo de las relaciones
    sociales, solo han obtenido escasos avances, y muy poco
    desarrollo humano.

    POBLACIÓN

    Según las estimaciones de las Naciones Unidas, la
    población mundial alcanzó los 6000 millones en 1997
    y aumenta cada año en más de 90 millones de
    personas. El índice de crecimiento (1,7% anual) se
    encuentra por debajo del máximo 2% anual alcanzado en
    1970. Sin embargo, no se espera que el incremento anual absoluto
    comience a decrecer hasta después del año
    2000.

    PRESENTE  Las estimaciones de la población
    mundial antes de 1900 se basaban en datos parciales,
    pero los investigadores coinciden en que, en general, el
    crecimiento medio de la población se acercó al
    0,02‰ anual. El crecimiento no era constante y variaba en
    función
    del clima, producción de alimentos,
    enfermedades y
    guerras.

    A partir del siglo XVII, los grandes avances del
    conocimiento
    científico, la agricultura,
    la industria, la
    medicina y
    la
    organización social hicieron posible que la
    población creciera de forma considerable. Las máquinas
    fueron sustituyendo poco a poco la mano de obra humana y animal,
    aumentando lentamente el
    conocimiento y los medios para
    controlar las enfermedades. La
    población mundial se quintuplicó en 300 años
    (pasando de 500 millones en 1650 a 2.500 millones en 1950) y el
    crecimiento fue más espectacular en las regiones donde se
    inventaron y aplicaron nuevas
    tecnologías.

    Hacia 1950 se inicia una nueva fase en el crecimiento de
    población. Se logra controlar parcialmente el hambre y
    algunas de las enfermedades que más incidían en la
    fluctuación incluso en zonas que no habían
    alcanzado todavía un alto nivel de escolarización o
    que no estaban tecnológicamente desarrolladas. Las causas
    de este cambio fueron el bajo coste de importación de vacunas,
    antibióticos, insecticidas y variedades de semillas de
    alto rendimiento. Al mejorar la red de abastecimiento de
    agua, las
    instalaciones de alcantarillado y las redes de transporte,
    aumentaron las cosechas y disminuyó de forma notable el
    número de fallecimientos por enfermedades infecciosas y
    parasitarias. En la mayor parte de los países más
    desarrollados, la esperanza de vida al nacimiento pasó de
    35-40 años en 1950 a 61 años en 1990. La
    rápida disminución de fallecimientos en una
    población con altos índices de fertilidad hizo que
    muchos países en vías de desarrollo alcanzaran un
    índice de crecimiento anual superior al 3,1%,
    índice que duplicaría la población en
    veintitrés años.

    La FAO cifra en 2500 calorías, la ración
    energética suficiente para un ser humano en un día.
    Sin embargo en el llamado Cuerno Africano (Etiopía) es de
    solo 720 como promedio y la zona Subsahariana h asido declarada
    de hambre endémica o aguda.

    En 1990 había una población de 1.200
    millones de personas en los países desarrollados y de
    4.100 millones en los países subdesarrollados del mundo.
    Más de la mitad de la población mundial habita en
    el este y en el sur de Asia, destacando
    China con
    más de 1.200 millones de habitantes e India con 880
    millones. Europa y los
    países de la antigua URSS representaban el 15%, América
    el 14% y África el 12% de la población
    mundial.

    Los diferentes índices de crecimiento regional
    alteran sin cesar estos porcentajes. La población de
    África se duplicará para el 2025, mientras que la
    población del Sureste asiático permanece casi
    constante y la de Latinoamérica crece a un ritmo fuerte
    aunque desigual; las demás regiones, incluida Asia oriental,
    disminuyen de forma considerable. Para el 2025 se estima que el
    porcentaje relativo a los países desarrollados actuales
    (23% en 1990) descienda al 17%. El 90% de los nacimientos
    actuales tiene lugar en los países menos
    desarrollados.

    En este proceso, el índice de crecimiento de las
    áreas urbanas duplica el índice de crecimiento
    global de la población. En 1950, el 29% de la
    población mundial vivía en áreas urbanas; en
    1990 esta cifra era del 43% y para el año 2010 se estima
    que aumentará a más del 50 por ciento.

    Esa migración
    a las ciudades conlleva una importante disminución del
    número de personas que vive en el campo, es decir,
    índices de crecimiento negativos en las áreas
    rurales. En los países menos desarrollados, el
    rápido crecimiento de la población mundial ha
    diferido este fenómeno aplazándolo hasta las
    primeras décadas del siglo XXI. La previsión para
    América
    Latina es que en el año 2020 más de 300
    millones de niños
    vivan en las ciudades.

    Otro problema agudo es el referido a la situación
    medioambiental.

    El desigual desarrollo industrial del Norte, que consume
    el 80% de la energía mundial, y el Sur con solo el 20%, ha
    ocasionado el deterioro del medio ambiente, por
    el efecto contaminante de las industrias y la
    destrucción de una buena parte de los recursos
    naturales de los países subdesarrollados. Mientras que en
    el Norte existe un sobreconsumo despilfarrador, el sur vive en
    estado de
    supervivencia.

    La Cumbre de la tierra en
    1992, en Río de Janeiro lanzó un Grito de Alerta,
    para salvar al hombre. "La
    inestabilidad medioambiental está conduciendo a problemas
    económicos y sociales ante el dilema de medioambiente o
    empleo y
    supervivencia. La destrucción de la fauna
    acuática ha alcanzado un nivel alarmante. Costa de Marfil
    que solo exporta recursos
    forestales, recibe 30 millones de dólares por cada 300 que
    vende. El Worldwatch Institute de Estados

    Unidos ha señalado que una pesca a
    ultranza, una tala indiscriminada y una extracción sin
    protección de aguas subterráneas, ponen en peligro
    a más de la mitad de la población
    mundial.

    Todo ello da razones para hacer más necesario el
    enfoque del desarrollo humano como desarrollo
    sostenible.

    Por si fuera poco el peligro, se incrementa la
    utilización de la fuerza en las
    relaciones
    internacionales; la guerra como
    forma de la política, se impone en la mayoría de
    los conflictos con
    una dirección en la que ha predominado, la
    falta de interés
    por mantener la paz y proteger a los seres humanos.

    Cambio
    Educativo:

    Aunque las fuerzas motrices del desarrollo humano
    consideramos que están en la economía y la
    utilización racional de los adelantos más novedosos
    de la Ciencia y loa Tecnología, no se debe subestimar el
    rol de la Educación en las perspectivas de cambio y
    mejoramiento humano.

    Los graves problemas económicos mencionados no
    pueden resolverse sin una concepción formativa que de
    respuesta a ese empeño.

    Los desafíos educativos de la última
    década de este siglo imponen la dimensión humana
    del desarrollo, la formación de las capacidades humanas y
    cómo son empleadas por los individuos. Tanto es así
    que, internacionalmente se acepta que el modelo
    necesario de escuela se
    caracteriza por tener confianza en el ser humano y sus
    posibilidades y por formar hombres comprometidos,
    críticos, creativos, forjadores de su propio destino y de
    la comunidad en que
    vive.

    El desarrollo integral del hombre debe
    tener en cuenta los componentes del organismo social que
    actúa de manera directa o indirecta en la formación
    de su personalidad,
    la influencia de la tradición nacional, las
    particularidades de la sicología social así como
    los factores económicos que pueden incidir en su
    formación. A partir de la Declaración de Jomtien,
    en relación con las necesidades básicas de aprendizaje, se
    redimensiona el concepto de
    desarrollo humano y se hace más integral al tener en
    cuenta a la educación como un satisfactor de carácter
    interno, consustancial a la esencia del ser humano, que puede a
    su vez ser inducido y potenciado de forma externa. O sea, se
    concibe a la educación como exploración y como
    búsqueda constante de conocimientos y desarrollo y puede
    potenciar un proceso intrínsecamente generador de
    transformación y de vida consustancial al desarrollo
    humano.

    Por ello, no debe asombrar que en el informe a la
    UNESCO de la Comisión Internacional sobre la
    Educación para el Siglo XXI, en 1999, en uno de sus
    capítulos se titule "Del crecimiento económico al
    desarrollo humano" y que sus principales recomendaciones e ideas
    sean: proseguir la reflexión en torno a la idea
    de un nuevo modelo de
    desarrollo que sea más respetuoso con la naturaleza y con
    los ritmos

    del desarrollo humano; una consideración
    prospectiva del lugar del trabajo en la sociedad de
    mañana, habida cuenta de las repercusiones del progreso
    técnico y de los cambios que origina en los modos de vida
    privados y colectivos; una estimación más
    exhaustiva del desarrollo humano que tenga en cuenta todas sus
    dimensiones, de acuerdo con la orientación de los trabajos
    del PNUD.

    El establecimiento de nuevas relaciones entre
    política de educación y política de
    desarrollo con el objeto de fortalecer las bases del saber
    teórico y técnico en los países interesados:
    incitación a la iniciativa, al trabajo en
    equipo, a las sinergias realistas en función de
    los recursos locales; el enriquecimiento y la
    generalización indispensables de la educación
    básica. (Delors, 1997)

    La educación es una de las expresiones mas
    refinadas de humanidad y humanización porque las nuevas
    generaciones reciben destrezas y conocimientos que los capacitan
    para desempeñarse como entes sociales. En la medida en que
    aumenta el potencial humano, genera riquezas en todos los sentidos, por
    ello la educación se considera un derecho humano por
    excelencia. Por eso José Martí la caracteriza entre
    otras formas como el derecho que tiene todo hombre al venir a la
    tierra, pero
    no lo deja allí, plantea que tiene en pago, el deber de
    contribuir a la educación de los demás como
    reflexión y profundización axiológicas
    básicas.

    1. Cuba y la Tercera
      Revolución Educacional.

    Al triunfar la Revolución en 1959, es
    indiscutible que las condiciones reales de la nueva sociedad
    imponían severas transformaciones sociales, en el orden
    político, económico y de atención al desamparo que más de
    cuatro siglos de explotación habían generado. Como
    parte de ese proceso los cambios en la educación,
    comenzaron con la escolarización masiva y el llamado a los
    maestros voluntarios, convirtiendo los cuarteles en escuelas pues
    más de 600 000 niños y
    jóvenes carecían de estas, luego la campaña
    de alfabetización (existía más de un
    millón de analfabetos) para poder educar a todo el pueblo
    en función de desterrar las viejas mentalidades e
    instaurar las ideas de la Revolución, "Precisamente por
    ser la Revolución un cambio completo, profundo en la vida
    de un país en todos sus órdenes el primer gran
    problema de la Revolución es cómo se combate y
    cómo se vence la influencia de las viejas ideas (…), y
    como las ideas de la Revolución van ganando
    terreno…"

    Es importante señalar que estas transformaciones
    educacionales se fueron dando paralelamente con los cambios
    económicos y jurídicos ya mencionados estando
    creadas las condiciones políticas. Queda entonces claro
    que la sociedad no es estática,
    por lo que la educación como elemento de esta ha de seguir
    e ritmo de las transformaciones sociales.

    En esta primera etapa de la Revolución
    Educacional se trabajó fundamentalmente en función
    de la cantidad que era lo más acuciaste y no de la
    calidad. Se creó el sistema de
    educación de adultos, se desarrollo un plan de becas, se
    comenzó la formación emergente de miles de maestros
    y de técnicos que resolvieran los problemas del trabajo en
    la tierra, en
    las centrales y otras industrias, se
    hicieron cambios en los programas y
    planes escolares, se ganó la batalla por el sexto grado,
    entre otros logros.

    En la medida que estos cambios tenían su
    escenario en la educación repercutían directamente
    en la sociedad desarrollándola aún más con
    sus resultados, estando siempre presente el quehacer
    científico pedagógico.

    Si bien hasta el momento el enfoque
    científico-investigativo había estado
    presente en las transformaciones aún faltaba integración en el contexto del sistema
    educacional. Había que trabajar en función de la
    calidad, pues se tenía que lograr un salto cualitativo en
    la educación donde el crecimiento fuese acompañado
    del desarrollo y se elevase la eficacia.
    Comenzaba la segunda etapa de la Revolución Educacional
    marcada por un desarrollo científico alcanzado contando
    con especialistas extranjeros en el país y con la
    formación de especialistas cubanos en países de
    mayor desarrollo, habían surgido Varias instituciones
    culturales, académicas y científicas, se comenzaban
    a desarrollar diferentes congresos que marcaron pautas en el
    desarrollo educacional.

    En el II congreso de la UJC Fidel planteó "… el
    problema de la educación es ahora un problema fundamental,
    un problema serio (…) la experiencia revolucionaria
    señala la necesidad de revolucionar hasta los cimientos
    los conceptos de la educación"

    De relevante importancia fue el I congreso del PCC
    (1975), en el se establecieron los lineamientos
    programáticos para la puesta en práctica de la
    nueva política científica y educacional.

    Se debe resaltar la creación del Instituto Cubano
    del Libro y las
    editoriales Pueblo y Educación y
    Científico-Técnica, así como la
    edición de numerosas revistas cubanas especializadas y la
    traducción de literatura
    extranjera.

    A partir del curso escolar 1975-1976 se introdujo el
    Plan de
    Perfeccionamiento y Tránsito hacia una nueva estructura y
    un nuevo contenido de la educación, Estando comprendido
    este en tomar como punto de partida el papel que debe jugar la
    Pedagogía fundamentada por un enfoque
    marxista-leninista en la realidad concreta, para la
    solución de problemas teóricos y prácticos
    de la educación socialista. Era necesario adecuar la
    educación a la sociedad que se estaba construyendo, por lo
    que se debía "… proporcionar a las nuevas generaciones
    la adecuada formación en los aspectos político,
    laboral,
    intelectual, científico, técnico, físico,
    moral,
    político-laboral y
    patriótico-militar, a la par de una preparación
    profesional" . Es por ello que en Tesis de
    Política Educacional se señalaba: " El criterio
    básico de la política educacional cubana es hacerla
    corresponder con el socialismo y los
    ideales que el mismo expresa"

    En esta segunda etapa y como derivación de lo ya
    lado se comienza la formación de los destacamentos
    pedagógicos Manuel Ascunce Domenech con vista al
    desarrollo de la calidad que esperaba la sociedad. … En el
    futuro todo el esfuerzo se tendrá que encaminar
    fundamentalmente hacia la calidad de la educación…" . En
    lo sucesivo todos los esfuerzos estuvieron en aras de la calidad
    y se elaboraron nuevos textos, nuevos programas para las
    escuelas; en la formación de profesores se trató de
    que estos estuvieran mejor preparados utilizando en medida
    creciente su vinculación con la práctica
    profesional, por lo que se transitó por diferentes planes
    de formación (A, B, C, y C modificado. Todos estos logros
    educacionales marcaron un profundo desarrollo en la sociedad
    cubana, Teniendo su lugar cimero en la década del 80,
    favorecido por intercambios económicos justos con los
    países del campo socialista. Esto permitió que
    nuestra educación fuera reconocida a nivel internacional
    como una de las mejores e incluso ya se brindaba ayuda a otros
    países en tal sentido.

    Pero desafortunadamente con la caída del campo
    socialista y el recrudecimiento del bloqueo se inicia el
    Período Especial, el país se vio en la necesidad de
    tomar medidas económica que tuvieron fuertes repercusiones
    sociales incluso dentro de la propia educación pues
    comenzó un éxodo de maestros que consideraron que
    en otro sector podían satisfacer mejor sus necesidades de
    vida. Apareció, de forma notable, un desnivel entre
    diferentes sectores sociales, donde el maestro no era de los
    más favorecidos.

    Por otra parte en las escuelas se comenzó a
    trabajar fundamentalmente en función de Por otra parte en
    las escuelas se comenzó a trabajar fundamentalmente en
    función de instruir, lo cual condicionado por lo ya
    descrito se reflejaba también en la familia
    cubana, por lo que el proceso educativo en sentido amplio y
    estrecho se vio abandonado, manifestándose los que algunos
    autores denominan crisis de
    valores o
    sencillamente actitudes no
    acordes con la moral
    socialista que hasta el momento se estaba formando.

    Estos elementos llevaron a la tercera etapa en la
    Revolución Educacional. Comenzaron a introducirse nuevas
    transformaciones con el fin de que e las aulas se eduquen alumnos
    con una formación integral pero sobre todo patriotas que
    puedan expresar su forma de sentir, pensar y actuar en formas
    determinadas acorde a su edad y con el sistema de valores de la
    Revolución
    cubana. La esencia de estas transformaciones está en
    situar al hombre como objeto real del cambio, como protagonista
    principal; y a las estructuras de
    dirección, métodos y
    estilos de trabajo como medio para lograr tales fines.

    Se necesita elevar la responsabilidad de los docentes, promover sus
    reflexiones para enjuiciar la actividad profesional, determinar
    acierto y errores, revelar la necesidad que tienen de operar
    modificaciones; y en consecuencia lograr su implicación
    para accionar en el cambio de sus puntos de vista, estilos de
    trabajo y modos de actuación, a fin de obtener una mayor
    eficiencia en
    su labor.

    La escuela debe ser
    un sistema abierto, dinámico y complejo, dado por el gran
    número de actores sociales que se verán implicados
    en la misma.

    El papel de la escuela ante las relaciones sociales
    señaladas es indispensable. Como señalara Kedrov,
    (1992), el sistema educativo influye de manera significativa en
    el desarrollo de la Ciencia y la Técnica, porque en ella
    se forman los científicos, que han de producir los nuevos
    conocimientos y métodos
    para la investigación.

    La escuela es un importante medio para la socialización de los nuevos conocimientos y
    adelantos tecnológicos, pues los trabajadores que han de
    aplicar esos descubrimientos en la vida práctica han de
    formarse en ella.. Tan grande es el reto que ya se habla de la
    necesidad de una alfabetización científico
    tecnológica, que permite enfrentar la exigencia de
    introducir el método científico en la
    dirección de los procesos
    sociales.

    También es importante destacar que e desarrollo
    de una cultura
    científica, que promueva el valor de la ciencia y la
    investigación a escala social, influye
    positivamente en los procesos de cambio de la sociedad y del
    mejoramiento humano.

    Conclusiones.

    La relación ciencia tecnología y sociedad
    es de gran valor metodológico para explicar las tendencias
    actuales del desarrollo humano, al demostrar la
    interconexión de los diferentes factores presentes en su
    evolución incluyendo los nuevos
    conocimientos científico – tecnológicos.

    El contexto en que se produce el desarrollo humano es
    contradictorio, pues se producen grandes contrastes entre los
    altos niveles de enriquecimiento de unos pocos, frente a la pobreza de
    más del 80% de la población, debido a la
    globalización, esencialmente neoliberal que utiliza la
    ciencia y la tecnología con fines egoístas, que
    implican hasta el uso de la violencia y la
    guerra.

    Los cambio en el lugar y papel de la educación en
    ese conjunto de relaciones es significativo pues de ella dependen
    el ritmo de los cambios en la esfera económica, pues el
    factor humano se potencia con el
    empleo de la
    ciencia y la técnica en los procesos
    productivos.

    Todos los modelos de
    sociedad que se proponen para el desarrollo humano cuentan con la
    presencia del sistema educacional, como generador de hombres
    capaces de producir nuevos conocimientos e innovaciones, que
    beneficien la práctica humana.

    Se abre paso un lugar y papel de la escuela en Cuba que
    cuenta con un espacio significativo para la educación
    Científica

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    Sarvelio Guerra Gomez

    Instituto Superior Pedagógico José
    Martí

    Camagüey

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