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Camino a una catástrofe climática




Enviado por cristianfrers



    Nuestro planeta esta aumentando la temperatura.
    Los últimos 10 años han sido los más
    calurosos desde que se llevan registros y los
    científicos anuncian que en el futuro será
    aún más caliente. La mayoría de los expertos
    están de acuerdo que los seres humanos provocan un impacto
    directo sobre este proceso de
    calentamiento conocido como el efecto
    invernadero.

    Este proceso es una
    condición natural de la atmósfera del
    planeta. Algunos gases como los
    vapores de agua, el
    dióxido de carbono y el
    metano son llamados gases
    invernadero, pues ellos son los responsables de atrapar el
    calor del sol
    en las capas inferiores de la atmósfera. Sin ellos,
    la tierra se
    congelaría y nada podría sobrevivir en
    ella.

    Si tomamos como ejemplo el aumento del dióxido de
    carbono, las
    investigaciones científicas indican que,
    aparentemente, la cantidad de dióxido de carbono
    atmosférico habría permanecido estable durante
    siglos, en unas 260 ppm (partes por millón). En los
    últimos 100 años, este gas en la
    atmósfera ha ascendido a 350 ppm a causa del uso
    indiscriminado de los combustibles fósiles (carbón,
    petróleo y
    sus derivados). Lo significativo de este cambio es que
    puede provocar un aumento de la temperatura
    del planeta.

    El dióxido de carbono tiende a impedir el
    enfriamiento de la tierra,
    absorbiendo las radiaciones que usualmente ésta emite y
    que escapan al espacio exterior. Como el calor que
    escapa es menor, la temperatura global del planeta,
    aumenta.

    A medida que el planeta aumenta la temperatura, los
    cascos polares se derriten. Además, el calor del sol
    cuando llega a los polos, es reflejado de vuelta hacia el
    espacio. Al derretirse los casquetes polares, menor será
    la cantidad de calor que se refleje, lo que hará que
    la Tierra, se
    caliente aún más. El aumento de la temperatura
    global ocasionará que se evapore más agua de los
    océanos provocando un mayor calentamiento, conocido como
    efecto amplificador, cambiando el clima que
    afectaría a la vegetación natural, a las cosechas y
    tendrá graves efectos sobre el ambiente. Todo
    esto provocaría un enorme impacto sobre la
    civilización humana.

    El calentamiento global es ciertamente uno de los
    problemas
    más importantes de la agenda ambiental internacional: Un
    documento del pentágono norteamericano, emitido en febrero
    del 2004, advierte al presidente de los Estados Unidos
    que los cambios climáticos abruptos y repentinos,
    generados especialmente por los gases contaminantes que liberan
    las industrias
    podrían llevar al planeta al borde de la anarquía y
    de la guerra nuclear
    ante las dificultades para promoverse de los suministros
    básicos, cada vez más difíciles de
    conseguirse.

    Las ciudades europeas podrían verse sumergidas
    por la crecida de los mares, en tanto que para el año
    2020, Gran Bretaña tendrá un clima siberiano.
    En todo el mundo podrían producirse conflictos
    nucleares, grandes sequías, hambre y disturbios
    generalizados. En este contexto, los países
    desarrollarán su capacidad nuclear para defender y
    asegurarse la provisión de agua, alimentos y de
    energía.

    La amenaza a la estabilidad global eclipsará, con
    creces, el problema del terrorismo.
    Los disturbios y los conflictos
    serán rasgos endémicos de la vida.

    Las conclusiones son humillantes para el presidente
    norteamericano que se niega a tomar medidas impactantes para
    combatir el cambio
    climático y que además se ha negado
    sistemáticamente a ratificar el Protocolo de
    Kioto para reducir las peligrosas emisiones industriales a la
    atmósfera.

    El escenario, inminente, de cambio climático
    catastrófico es posible y pondría a prueba la
    seguridad
    nacional de Estados Unidos en
    forma que deberían analizarse cuanto antes. Inundaciones
    generalizadas por el aumento de los niveles del mar son una de
    las amenazas más temidas.

    El referido informe fue
    encargado por el influyente asesor de Defensa del
    Pentágono, alguien que ha ejercido una considerable
    influencia sobre el pensamiento
    militar estadounidense en las últimas tres décadas.
    La
    administración Bush esta comenzando a ser atacada por
    manipular a la ciencia
    para satisfacer su agenda política y silenciar
    de esta manera los estudios que no le gustan.

    Si es cierto que el planeta se encuentra sumido en un
    proceso febril que altera todos sus sistemas
    naturales, también es cierto que a la Argentina le
    caben las generales de la ley.

    Aumento de lluvias y sequías, incremento de las
    temperaturas máximas y promedio, perdida de tierras
    costeras e intrusión del agua salada en sus recursos
    hídricos son algunos de los fenómenos que los
    modelos
    climáticos permiten pronosticar para las próximas
    décadas.

    Los escenarios indican que el mayor calentamiento se
    produciría en el Noroeste. En verano, la máxima
    diaria podría incrementarse en 1,2 a 4,2 grados. Con
    respecto a las precipitaciones en verano y otoño, el sur y
    la región occidental (al oeste del meridiano 67 grados O.)
    experimentarán una disminución de las
    precipitaciones. Pero la parte Oriental experimentará el
    fenómeno contrario, particularmente al norte de la
    Mesopotamia.
    En invierno y primavera, la zona Norte experimentará
    aumento de lluvia, pero en el Cuyo y al norte de la Patagonia, las
    precipitaciones disminuirán

    Traducidos en hechos concretos, estos parámetros
    tienen inquietantes implicancias. En lo que respecta a la
    Argentina, no
    cabe duda de que su territorio, árido y semiárido
    en más del 50% de su extensión, sufrirá las
    consecuencias del incrementó de temperatura y la fusión de
    glaciares y del hielo continental. Los cambios en la distribución e intensidad de las lluvias,
    así como el incremento de la sequedad, debido al aumento
    de la evapotranspiración real, impondrán
    restricciones a la agricultura,
    particularmente por los problemas
    derivados de los cambios en las precipitaciones.

    Las extrapolaciones indican que la producción de soja se
    incrementaría en un 13% a un 41%, la de maíz, se
    reduciría entre el 0% y 18%; mientras que el trigo y el
    girasol podrían alcanzar desde incrementos del 10% a
    reducciones del 16%. Es más, un modelo
    desarrollado por la NASA ubica a la Argentina como un país
    cuya producción agrícola total
    podría aumentar entre el 2 y 5 por ciento.

    Pero la situación en las regiones más
    áridas, como la Patagonia y el
    centro oeste (Cuyo), dependerá de la disponibilidad futura
    de agua. Las evaluaciones del IPCC muestran que la mayoría
    de los glaciales andinos tenderán a desaparecer hacia el
    año 2100, mientras que los glaciales patagónicos se
    mantendrán hasta entrado el sigo XXII, por lo tanto la
    disponibilidad de agua en estas regiones dependerá de las
    lluvias y nevadas futuras. Cabe recordar que durante la
    sequía de 1960 la carencia de agua originó en
    Mendoza la perdida del 35% de su PBI (Producto Bruto
    Interno). Esta situación, sumada al aumento de la población, podría limitar gravemente
    la importante producción frutihortícola de Mendoza,
    afectar la producción de energía hidráulica
    y reducir la disponibilidad de agua potable.

    Con respecto al aumento del nivel medio del mar,
    podría ser de entre 15 y 88 cm. Las pérdidas de
    costas argentinas supondrían unos 3.400 km2 de
    tierras.

    Nuestra generación se enfrenta a la oportunidad
    más extraordinaria de grandeza que ninguna otra
    generación en la historia de la humanidad
    haya tenido jamás. Si no cambiamos nuestro rumbo y
    simplemente nos detenemos a dejar que el tiempo transcurra
    seremos más odiados que ninguna otra generación que
    haya existido. Las futuras generaciones sabrán que
    nosotros éramos concientes de la peligrosa
    explosión demográfica de nuestra especie, de la
    pérdida de la biodiversidad,
    del calentamiento global, de la
    contaminación de los mares, el aire y la
    tierra, del
    adelgazamiento de la capa de ozono.
    Podrán observar que teníamos información más que suficiente para
    comprender que los problemas que habíamos provocado
    requerían de soluciones: y
    verán con igual claridad que fallamos para actuar con la
    fuerza
    suficiente para salvar a la Tierra. Y nos odiarán por
    eso… porque habremos cambiado nuestro confort por su
    futuro.

     

    Cristian Frers

    Técnico Superior en Gestión
    Ambiental.

    Técnico Superior en Comunicación
    Social.

    Tte. Gral. Juan D. Perón 2049
    7mo. "55".

    (C1040AAE) Ciudad Autónoma de Buenos
    Aires.

    República Argentina.

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