Estudio de la conducta trófica de las aves: una vía para proteger su biodiversidad
El hombre,
durante las últimas décadas en el afán de
satisfacción de sus necesidades y caprichos, ha mostrado
desinterés notable por la explotación racional de
los recursos
naturales, lo cual ha traído como consecuencia la
total eliminación de ecosistemas
naturales y la extinción de muchas especies de plantas y
animales,
provocando de paso serias afectaciones al medio
ambiente, la aparición de plagas y enfermedades y la
desaparición de recursos que
pudieron haber sido aprovechados en bien de la
humanidad.
La necesidad de conservar la naturaleza viva
es una exigencia argumentada científicamente y una
condición para el desarrollo
estable de una nación
como única vía de mantener el equilibrio
ecológico entre naturaleza y
sociedad, y de
garantizar la supervivencia de la diversidad biótica para
tiempos presentes y generaciones futuras. En este contexto las
áreas protegidas desempeñan un papel esencial
en la protección de la flora y la fauna debido a
sus principales funciones: la
conservación de la biodiversidad,
el mantenimiento
de procesos
ecológicos vitales y la preservación de ecosistemas
representativos, así como del patrimonio
cultural y natural de la humanidad.
En Cuba las
aves
constituyen el más importante y diverso elemento
faunístico. La mastofauna es escasa y los restantes
grupos no son
tan conocidos al menos desde el punto de vista taxonómico
como lo es el de las aves. No obstante, quedan importantes
vacíos de conocimiento,
sobre todo desde el punto de vista del funcionamiento de sus
comunidades y su ecología.
Las poblaciones de aves residentes y migratorias
conforman grupos
importantes dentro de los diferentes ecosistemas de todas las
regiones del mundo, esto se debe a las notables funciones que
realizan dentro de las mismas como: controladores
biológicos, diseminadores de semillas, polinizadores, y
como parte del equilibrio
ecológico y del ciclo biológico. Además
constituyen recursos
económicos de gran valor para
el hombre por
la alimentación, la agricultura,
el turismo y por su
gran valor
espiritual.
Desde hace años muchos investigadores y
manejadores de áreas han manifestado su
preocupación por la declinación de la
mayoría de las poblaciones de aves migratorias. Tal
preocupación ha conllevado a la aplicación de
inventarios y
métodos de
estudio de abundancia tanto en las regiones de cría de
Norteamérica como en sus cuarteles de invierno en el
neotrópico.
En los trabajos desarrollados en la región
neártico-neotropical son importantes para conocer las
características ecológicas y los
requerimientos de las poblaciones de aves residentes y
migratorias en los diferentes ecosistemas, con vista a aportar
recomendaciones para la protección de las mismas y el
manejo de los hábitats en que estas viven, sin embargo
poco aportan al conocimiento
da la ecología trófica de nuestras aves y
hacen mayor énfasis en el estudio de las tendencias
poblacionales, fundamentalmente de las especies migratorias,
siendo muy escasos los estudios dedicados íntegramente a
nuestras especies residentes permanentes.
Abordar el estudio de la estructura y
funcionamiento de una comunidad
ornítica, o de cualquier otro tipo de comunidad
biológica, especialmente si se trata de una comunidad
tropical y por tanto las de mayor diversidad específica y
complejidad estructural, es en opinión de los eruditos,
unos de los aspectos más complejos y apasionante de la
ecología moderna. Dicha complejidad está
determinada por el hecho de que las especies que la conforman
están afectadas por múltiples factores, entre los
que se resaltan su historia evolutiva, las
características
físico-geográficas del área habitacional y
las relaciones interespecíficas que en dicha comunidad se
establecen. Por supuesto, en una comunidad determinada, no
siempre los recursos a repartir se encontrarán en
cantidades suficientes. De tal forma, recursos tales como el
alimento, el espacio vital, el sitio de nidificación, que
siempre se encuentran e cantidades limitadas, constituyen la base
de la estructuración de las diferentes comunidades
biológicas, en las cuales las especies presentes deben
diferir en características ecomorfológicas o
etológicas, lo que conduce a una utilización
diferencial de los recursos. Este aspecto es muy importante a
tener en cuenta, pues conociendo los factores que determinan la
segregación de las especies, se puede con un alto grado de
certidumbre, predecir cuántas y cuáles especies
podría convivir en un lugar determinado, lo que a su vez
resultaría de vital importancia para el manejo y
conservación de la fauna
silvestre.
Elementos a considerar
en el estudio de la conducta
trófica de las aves.
En la realización de un estudio de la conducta
trófica de las aves hay que considerar una serie de
elementos dentro del ecosistema
como son:
- Descripción de la estructura
del hábitat.
Conocer la estructura del hábitat nos permite
inferir las posibilidades del o las aves estudiadas. Se sabe que
para las aves la vegetación no solo constituye el
área de alimentación,
descanso y nidificación, resulta asimismo un excelente
refugio ante los posibles predadores. Un hábitat simple,
como por ejemplo un pastizal, ofrece muchas menos oportunidades
de forrajeo y menos posibilidades de escape, y por ende soporta
un número considerable menor de especies, que un
hábitat estructuralmente más complejo como lo es un
bosque.
- Disponibilidad de recursos en una comunidad
ornítica.
El uso de los recursos alimenticios es uno de los
componentes primarios del nicho ecológico y
consecuentemente, constituye un elemento vital determinar las
relaciones ecológicas que se establecen en cualquier
comunidad animal. Para ello resulta de vital importancia
comprender como la distribución y abundancia de los recursos
existentes en dichas comunidades influye en el establecimiento de
su dinámica poblacional y las interacciones
que en estas se establecen. No basta por tanto conocer
cómo las comunidades animales
responden a los cambios cuantitativos y cualitativos de
disponibilidad de los alimentos, sino
que resulta indispensable en buena medida, cuantificar los
recursos disponibles.
- Técnicas de medición de disponibilidad de
recursos.
La estimación de la abundancia de recursos
alimenticios en una comunidad puede hacerse midiendo la producción anual de plantas
herbáceas, tallos leñosos, frutos, y semillas, o
evaluando el tamaño y distribución en el caso de las poblaciones
de vertebrados e invertebrados. Sin embargo, no necesariamente
deben equiparse los términos de abundancia y
disponibilidad de recursos. La abundancia puede ser cuantificada
en términos de densidad
absoluta, mientras que la disponibilidad solo enmarca que un
recurso es accesible y utilizable. De tal forma, el acceso a los
recursos en una determinada área puede estar condicionado
por factores como el tiempo, la
presencia de competidores o predadores y obviamente por la
actividad de la presa. Una presa o recurso puede ser
extremadamente abundante en un área determinada y sin
embargo difícil de capturar u obtener por su predador, por
lo que no será un alimento funcionalmente accesible al no
compensar su ingestión, el esfuerzo que su captura
implica.
- Recurso de origen vegetal. Vías de
cuantificación.
Aproximadamente una tercera parte de las especies de
aves que habitan en los bosques neo-tropicales son
frugívoras, sin embargo este porcentaje aumenta
considerablemente si se incluyen las aves que ocasionalmente se
alimentan de frutos. En este sentido se reportan tres métodos
básicos que permiten cuantificar la abundancia de recursos
vegetales disponibles y que con frecuencia son utilizados en
estudios ornitológicos. El primero de ellos se sustenta en
los patrones fenológicos de las plantas y proporciona por
tanto una descripción de la disponibilidad estacional
de frutos y otros recursos vegetales. Los patrones
fenológicos pueden ser obtenidos a partir del seguimiento
temporal de una serie de individuos marcados, de los cuales se
anota la presencia- ausencia en el período dado de flores
y frutos así como un índice general previamente
determinado de abundancia o presencia de estos elementos(pocos,
algunos, muchos,…..etc.). El único inconveniente es que
en muchos casos las frutas de determinadas especies de plantas
son importantes para las aves sólo en determinado
período del año, e incluso en determinados
años, por lo que a priori resulta muy difícil
decidir cuales especies de plantas deben ser
muestradas.
El segundo método se
sustenta en el uso de trampas para colectar frutos caídos,
que resulta una buena estima de abundancia, estacionalidad y
diversidad. Sin embargo tampoco está exento de errores. En
primer lugar no permite argumentar con solidez la
dispersión de todos los frutos por parte de las aves. En
segundo lugar ofrece una información residual, que se sustenta en
los frutos que no son devorados por las aves. Por otra parte los
frutos verdes no caídos también son utilizados por
las aves bajo ciertas circunstancias. También, resulta
imposible contabilizar los frutos caídos en el caso de
bosques lluviosos tropicales donde existen abundante estrato
herbáceo y por último el mayor problema consiste en
que el área muestreada habitualmente es
desconocida.
El tercer método se
basa en los estimados reales o conteos presentes en las
diferentes especies de plantas de un área acotada
previamente. Estos conteos tampoco ofrecen fiabilidad absoluta de
estimación de abundancia de frutos en el área y
está delimitado también en referencia a la documentación de la abundancia de frutos en
el estrato arbustivo y herbáceo.
Un elemento importante a considerar, es no solo evaluar
la abundancia de flores y frutos, sino determinar su forma y
color, por cuanto
su cuantificación pudiera facilitar, a posteriori, la
comprensión de la conducta alimentaria de determinada
especie de ave.
- Nicho ecológico.
En el estudio de la estructura de las comunidades es
frecuente, el empleo del
término de nicho ecológico. A pesar de la
diversidad de definiciones todas más o menos lo consideran
como una subdivisión del hábitat que incluyen a un
grupo de
factores ambientales de origen biótico y abiótico
que condicionan la supervivencia de las especies.
- Amplitud del nicho.
La amplitud del nicho guarda relación con la
disponibilidad relativa de los recursos empleados por la especie,
su localización en la práctica y por ende el
costo que
implique su localización en términos de tiempo y
energía, y la frecuencia de consumo de
estos por otras especies interesadas en los mismos recursos. A
los factores anteriormente mencionados se le adiciona el factor
tiempo que incide a través de la estacionalidad con que un
recurso es reemplazado por otro y la predictibilidad del posible
recurso en un momento determinado. Ello tal vez explique
él porque la mayoría de las especies migratorias
invernales son generalistas que al tener que convivir con grandes
cambios estacionales de los recursos deben adaptarse a
ellos.
- Solapamiento del nicho.
Se define como solapamiento a la superposición en
el empleo de un
gradiente determinado de recursos por dos especies
simpátricas o sencillamente ecológicamente
adyacentes. Existen dimensiones que juegan un papel muy
importante en el mecanismo de segregación de las especies
y entre ellas se señala el tipo de alimento, el lugar de
donde es tomado, la forma de tomar el alimento, la hora, el
tamaño del alimento y el tiempo de forrajeo;
también hay que tener en cuenta otros dos factores que
son: el tamaño del ave, e incluso sus medidas
morfológicas, las cuales pudieran servir como medida
indirecta del tamaño de la presa posible a capturar y por
otra parte la distribución lineal de los recursos ya que
las comunidades de aves pueden optar por una variedad de recursos
poco distribuidos o por escasos bien extendidos. Las diferentes
combinaciones entre todas estas variables
parecen regir los diversos patrones de solapamiento en el uso de
los recursos disponibles que a la postre conduciría a una
contracción o expansión del nicho y el consecuente
incremento o disminución de la competencia
interespecífica.
- Gremios.
Las comunidades son frecuentemente divididas en gremios,
término utilizado para representar una agrupación
de especies que explotan un recurso de manera similar. Para este
agrupamiento se hace necesario conocer algunas categorías
a priori como son: dieta, conducta de forrajeo, tamaño
corporal, localización del sitio de vocalización o
percha etc. A pesar de la subjetividad de estos gremios, sirven
de ayuda en gran medida para discernir la estructura y
funcionamiento de la comunidad, ya que para definirlos
cuantitativamente es necesaria una información, costosa en términos de
su obtención y no siempre disponible que permita revelar
los patrones que rigen la composición estructural de la
comunidad.
- Uso del análisis multivariado para el
establecimiento de los gremios.
Las técnicas
multivariadas permiten ponderar las variables por
su contribución relativa al total de dimensiones de la
comunidad y reducir a la vez un gran numero de estas variables
correlacionadas en un pequeño grupo de
factores identificables que son los que en definitiva determinan
la estructura de la comunidad al establecer las verdaderas
diferencias y semejanzas entre las especies implicadas
La pérdida de especies biológicas
está experimentando un aterrador incremento, según
los especialistas, las tres cuartas partes de todas las especies
conocidas en la actualidad pueden desaparecer en los
próximos cien años. Es sin duda, la inteligencia
humana quien tiene la responsabilidad de crear condiciones que frenen
esta espectacular perdida que pone al hombre al
borde de la desaparición. El estudio de las condiciones de
alimentación y hábitat seguro para el
desarrollo de
las aves, así como evitar agresiones al ecosistema en
el que viven, son acciones que
permitirán reducir la perdida de especies de la
avifauna.
- Del Risco, E. 1995. Los Bosques de Cuba: Su
historia y
características. Ed. Científico técnica.
La Habana. - González, H. J. 1997. Gremios tróficos
de las comunidades de aves residentes y migratorias en
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Gray, V. 2000. The effect of spatio – temporal variation
in understanding the fruit crop size hipótesis. Oikos 91: 523 –
527. - BIOECO, 2001. Caracterización y manejo de la
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Siboney. Fondo de BIOECO, Santiago de Cuba. - Hechavarría, G. G. G 2002. Evaluación ecológica y
determinantes de gremios estructurales en la comunidad
ornítica del macizo montañoso Gran Piedra.
Provincia Santiago de Cuba. República de Cuba. Tesis
Doctoral. Facultad de Biología. Universidad
Santiago de Compostela.
MILDRED MÉNDEZ MENDOZA
JOSÉ DEARRIBA CONCEPCIÓN
Universidad de Granma.
Facultad de Medicina
Veterinaria
Bayamo,