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Consultoría Organizacional




Enviado por pepe



    1. La consultoría y el
      consultor
    2. El proceso de
      consultoría organizacional y sus etapas generalmente
      aceptadas
    3. Las
      organizaciones y sus problemas, Como abordar la solución
      de problemas en las organizaciones de forma
      general
    4. Los
      indicadores de desempeño elemento clave para la toma de
      decisiones
    5. Instrumentos para
      analizar y presentar datos
    6. Instrumentos para
      planear las acciones
    7. Procesos
      de mejora; consideraciones y enfoques
      metodológicos
    8. Mejoramiento continuo
      de la productividad y calidad
    9. Situaciones comunes
      que enfrenta el consultor en productividad y
      calidad
    10. Aspectos
      claves para el inicio de la
      intervención
    11. Bibliografía

    INTRODUCCION.

    Desde hace mucho tiempo se ha
    reconocido a la consultoría de empresas u
    organizacional en general como un servicio
    profesional de gran utilidad para
    ayudar a los directivos de las organizaciones a
    identificar y definir los principales problemas que
    afectan a sus organizaciones
    para alcanzar sus propósitos fundamentales, sus objetivos
    emanados de la misión,
    analizar las causas que lo provocan, identificando las causas
    raíces y proyectar acciones para
    su perfeccionamiento y que estas se implemente. La labor actual
    del consultor como "agente de cambio", implica la
    transferencia de conocimientos, Know How y la capacitación del personal de las
    organizaciones, de forma implícita o
    explícita.

    La acción del consultor actual y el enfoque que
    generalmente se utiliza tiene como finalidad apoyar intensa y
    temporalmente a las organizaciones a realizar este proyecto y no
    ejecutarlo por sí mismo, de tal forma que sus directivos y
    trabajadores adquieran conocimientos y habilidades que lo
    conviertan en un verdadero consultor interno, agente
    endógeno de cambio en un
    proceso de
    mejora continua de los procesos y sus
    resultados esta modalidad "nueva" se ha denominado
    consultoría colaborativa (o participativa)
    (Sherwood (1989) , Doyle (1989) , Portuondo (1992)).La consultoría colaborativa debe tender a
    fijar los cambios, las soluciones que
    adopten, porque debe lograr que surjan de la propia organización, por convencimiento propio
    sobre la necesidad y la bondad de tales cambio y su
    esencia es crear la capacidad de cambio propia que demanda toda
    la
    organización que pretenda mejorar sus procesos y
    resultados de forma continua.

    En este material se hará referencia en especial a
    la modalidad de Consultoría Integral Colaborativa y por
    ende llevará implícita el Involucramiento y
    más aun el compromiso de los consultores internos, y de
    todo el personal de
    la
    organización, lo cual demanda de un
    fuerte trabajo del consultor y del apoyo incondicional de sus
    directivos y en especial de la alta dirección de la organización cliente.

    La consultoría se considera ante todo como un
    método
    para mejorar las prácticas de gestión, sin embargo también se
    considera a ella misma como una profesión," la
    consultoría como método y
    la consultoría como profesión constituyen las dos
    caras de una misma moneda" (Kubr,1994).

    La consultoría organizacional se practica de
    muchas formas diferentes, Esas formas reflejan la diversidad de
    las organizaciones y los entornos en que actúan, sus
    propios consultores y los diversos enfoques para realizarla que
    estén en disposición de aceptar como validos y que
    desde luego estarán muy influidos, por los enfoques y
    métodos de
    intervención que propongan los consultores
    internos.

    Este material compila una reseña de los
    principales enfoques y métodos de
    mejoras y técnicas
    complementarias que permitirá que usted tenga la
    posibilidad de tomar partido al respecto y tener una
    versión lo más amplia posible de este
    sentido.

    El material se inicia en su parte I con el estudio de
    LA CONSULTORÍA Y EL CONSULTOR como tal como el
    enfoque que antes hemos señalado, abordaremos la
    consultoría en perspectiva, desde el análisis de las diversas definiciones y
    enfoques, su amplitud como servicio, la
    consultoría desde la óptica
    generalista y especialista así como otros servicios
    consultivos que cada día cobran un mayor auge.

    La parte II pretenderá dar una visión de
    conjunto del PROCESO DE CONSULTORÍA así como
    uno panorámica de SUS ETAPAS GENERALMENTE
    ACEPTADAS.

    El consultor tiene como cliente a la
    organización, la cual se desarrolla en un entorno dado, el
    estudio de LAS ORGANIZACIONES Y SUS PROBLEMAS,
    y de como abordar la solución de problemas en las
    organizaciones así como EL PROCESO DE
    SOLUCIÓN DE PROBLEMAS
    y las técnicas
    más comúnmente utilizadas será lo tratado en
    la parte III:

     

    Dedicaremos una parte IV y final a las adentrarnos
    aunque sea de una manera general en algunos de los diversos
    enfoques metodológicos y en los PROCESOS DE MEJORA
    que hoy utilizan los consultores tales como los enfoques de
    calidad total,
    Teoría
    de restricciones, Reingeniería de procesos así como
    otros menos conocidos, pero que a nuestro juicio serán de
    mucha utilidad tales
    como el programa
    permanente de mejoramiento de la productividad,
    los programas de
    mejora de la confederación Andina de Fomento (CAF) y desde
    luego el algunas de las experiencias Cubanas .

    Como en el material se hará referencia a muchos
    investigadores, de forma explicita o referida en la bibliografía, esto de por
    sí constituye un reconocimiento a su aporte el cual
    agradecemos. Quiero expresar un reconocimiento especial a algunas
    personas que han ayudado de una manera consciente a esta
    obra.

    A los Doctores Fernando Portuondo Pichardo y
    Ángel Luis Portuondo Vélez queridos profesores y
    amigos por todas sus enseñanzas, los materiales
    brindados y el apoyo en todo sentido, al Dr Alexis Codina
    Jiménez que aporto su trabajo tan interesante que
    enriquece el contenido teórico y experiencias practicas de
    incalculable valor; al
    entrañable amigo el Dr Arturo Pacheco Espejel prestigioso
    investigador de UPIICSA; IPN de México ,
    que ha colaborado con nosotros desinteresadamente por muchos
    años y en buena parte debido a su influencia y apoyo , han
    sido logradas muchas cosas buenas.; igualmente se agradece a los
    compañeros del CEEC de la Universidad de la
    Habana de los cuales hemos revisado algunos trabajos
    útiles para este material .A los profesores del CEGEM de
    nuestra Universidad , en
    especial a su jefe nuestro querido amigo MsC José E
    Rodrigo Ricardo , el Ing Gelmar García Vidal que colaboro
    escribiendo junto al Dr Fermín Munilla González la
    parte correspondiente a teoría
    de las restricciones, al coautor MsC Enrique Zayas Miranda por su
    gran aporte en la parte correspondiente al proceso de
    solución de problemas y las técnicas asociadas a el
    , en esta parte también fue muy útil la
    recopilación aportada por el MsC Reyner Pérez
    Campdesuñer.

    A todos mis compañeros de Ingeniería
    Industrial, en particular a la coautora MsC Marisol
    Pérez campaña que colaboro en buena parte de de lo
    escrito acerca de los procesos de mejora, a Bárbara
    Herrera (Baby )y, William amigos de siempre , a Marcia, Milagros,
    Clara , Rey , Elicet, Roberto, Mayra Moreno , Ileana y Rojas ,
    que investigaron fuerte por muchos años y aun lo hacen en
    la temática de la consultoría.

    A Maria, a mi esposa Marisela y a otros que colaboraron
    en la reproducción y revisión del
    trabajo.

    A todos mi mayor agradecimiento por la
    inspiración, cooperación y desinterés
    mostrado

    MsC Luis Felipe Álvarez
    López

    Holguín febrero del 2004

    I. LA CONSULTORIA
    Y EL CONSULTOR

    NATURALEZA Y OBJETIVOS DE
    LA CONSULTORIA DE LAS ORGANIZACIONES

    DEFINICION Y CONSIDERACIONES ACERCA DE LA
    CONSULTORIA

    Existen numerosas definiciones del término
    "consultoría" y de su aplicación a situaciones y
    problemas organizacionales. Si se dejan a un lado pequeñas
    diferencias estilísticas y semánticas, se llega a
    dos enfoques básicos de la consultoría.

    Con el primer enfoque se adopta una visión
    funcional amplia de la consultoría, Fritz Steele(1975)
    define la consultoría como sigue: "Por proceso de
    consultoría entiendo cualquier forma de proporcionar ayuda
    sobre el contenido, proceso o estructura de
    una tarea o de un conjunto de tareas, en que el consultor no es
    efectivamente responsable de la ejecución de la tarea
    misma, sino que ayuda a los que lo son
    " Peter Block (1971)
    sugiere incluso que "se actúa como consultor siempre
    que se trata de modificar o mejorar una situación, pero
    sin tener un control directo
    de la ejecución…
    La mayor parte de los funcionarios
    de una organización son realmente consultores aunque ellos
    no se designen así oficialmente. En estas y otras
    definiciones análogas se insiste en la idea de que los
    consultores proporcionan ayuda o aportan capacidad y se parte del
    supuesto de que esa ayuda la pueden prestar personas que realizan
    trabajos muy diferentes. Un director o gerente de una
    organización puede también actuar como consultor,
    si decide asesorar y ayudar a un colega o incluso a sus propios
    subordinados, en lugar de darles instrucciones y
    órdenes.

    En el segundo enfoque se considera la consultoría
    como un servicio profesional especial y se destacan varias
    características que debe poseer ese
    servicio. Según Larry Greiner y Robert Metzger (1983), "la
    consultoría de empresas es un
    servicio de asesoramiento contratado por y proporcionado a
    organizaciones por personas especialmente capacitadas y
    calificadas que prestan asistencia, de manera objetiva e
    independiente, a la organización cliente para poner al
    descubierto los problemas de gestión, analizarlos, recomendar soluciones a
    esos problemas y coadyuvar, si se les solicita, en la
    aplicación de soluciones. Las asociaciones profesionales
    de consultores de los Estados Unidos,
    el Reino Unido y otros países, así como empresas de
    consultoría individuales, utilizan definiciones
    análogas.

    Según el Instituto de consultores de Empresas de
    Reino Unido (Institute of Mangement Consulltants), la
    consultoría de empresas es:

    Servicio prestado por una persona o
    personas independientes y calificadas en la edificación e
    investigación de problemas relacionados con
    política,
    organización, procedimientos y
    métodos: Recomendación de medidas apropiadas y
    prestación de asistencia en la aplicación de dichas
    recomendaciones.

    Entre los países socialistas era aceptado el
    termino de consultoría en dirección , que quizás pudiera
    considerarse homologa a la ´´´´con
    consultoría de empresas antes mencionada
    mencionadas

    … Representa una forma de asistencia a las
    organizaciones económico –productivas con el fin de
    activar el progreso científico –técnico
    mediante la transferencia de las experiencias de avanzada y de
    los resultado de las experiencias de avanzada y de los resultados
    de las investigaciones
    científicas en la esfera de la organización de la
    producción , el trabajo y
    la dirección , la selección
    y la realización
    de las decisiones de dirección
    óptimas , la asimilación de los resultados de las
    investigaciones científicas , la
    aceleración del desarrollo y
    la asimilación de descubrimientos, innovaciones, trabajos
    de racionalizados y otras innovaciones,

    Las anteriores definiciones no son excluyentes entre si,
    por el contrario, presentan además puntos coincidentes que
    contribuyen a identificar algunos rasgos de la
    consultoría, como son:

    • Es un trabajo (servicio) independiente: tiene
      implícita la imparcialidad,
    • Su carácter
      como su propio nombre indica es consultivo: el consultor no
      dirige la entidad, área o actividad, en la que realiza,
      su trabajo.
    • Vincula la teoría con la
      práctica.
    • No es el resultado de la inspiración, sino de
      una sólida preparación del consultor y del
      laborioso análisis de hechos concretos y la
      proyección de soluciones muchas veces originales, pero
      que deben ser siempre factibles.

    Consideramos los enfoques como complementarios y no como
    opuestos. La consultoría puede enfocarse como un
    servicio profesional
    o como un método de prestar
    asesoramiento y ayuda prácticos
    . Es indudable que la
    consultoría se ha transformado en un sector
    específico de actividad profesional y debe tratarse como
    tal. De modo paralelo, la consultoría es también un
    método de coadyuvar con las organizaciones y el personal
    de dirección en el mejoramiento de las prácticas de
    gestión, así como del desempeño individual y colectivo. El
    método lo pueden aplicar, y lo aplican, muchas personas
    técnicamente competentes cuya principal ocupación
    no es la consultoría, sino la enseñanza, la capacitación, la investigación, la elaboración de
    sistemas, la
    presentación de asistencia técnica a los
    países en desarrollo en
    misiones de breve duración, etc. Para ser eficaces, esas
    personas tienen que dominar los instrumentos y las
    técnicas de consultoría y respetar las normas de
    conducta
    fundamentales de la profesión de consultor.

    En este material se ha optado por abordar las
    necesidades de los dos grupos de
    personas a que está destinado. Aunque se ha redactado
    pensando primordialmente en los consultores profesionales y los
    académicos que combinan su trabajo docente con esta
    actividad , también se han tenido presentes las
    necesidades de cualquier otra persona que
    intervenga a título consultivo, aunque no sea un consultor
    con las características antes mencionadas lo cual
    es el caso especifico de los consultores internos .

    Conviene señalar algunas características
    particulares de la consultoría a las cuales se hizo somera
    referencia y resulta importante profundizar un poco
    más.

    Ayuda profesional a las personas que dirigen
    empresas

    Ya se practique como una ocupación de
    dedicación completa o como un servicio técnico
    prestado en casos concretos, la consultoría proporciona
    conocimientos teóricos y técnicas profesionales que
    sirven para resolver problemas prácticos de
    gestión. Una persona se convierte en un consultor
    después de haber acumulado, gracias al estudio y a la
    experiencia práctica, un considerable acervo de
    conocimientos sobre diversas situaciones empresariales. Asimismo,
    debe haber adquirido las técnicas necesarias para resolver
    los problemas y compartir la experiencia con otros con respeto a la
    determinación de los problemas, el hallazgo,
    análisis y síntesis
    de la información pertinente, la
    presentación de propuestas de mejoras, la
    comunicación con los demás, la planificación de los cambios, la
    superación de la resistencia al
    cambio, la ayuda a los clientes para que
    aprendan de la experiencia, la transferencia de técnicas
    de gestión entre países, etc.

    Podría objetarse que los directores de las
    organizaciones tienen también que dominar todos estos
    conocimientos y técnicas y que la situación de cada
    organización es única. En consecuencia,
    ¿qué se puede ganar con la participación de
    un recién llegado que no está familiarizado con una
    situación dada.

    A lo largo de los años, los consultores pasan por
    muchas organizaciones y aprenden a utilizar la experiencia
    adquirida en las tareas anteriormente desempeñadas para
    ayudar a sus nuevos clientes, o a sus
    viejos clientes, a hacer frente a nuevas situaciones. Como han de
    trabajar en circunstancias muy diferentes, los consultores
    aprenden a discernir las tendencias generales y las causas
    comunes de los problemas y tienen grandes posibilidades de hallar
    una solución apropiada; aprender a abordar nuevos
    problemas y a tener en cuenta nuevas oportunidades.
    Además, los consultores profesionales se mantienen
    constantemente al día de todo lo que se publica sobre
    dirección y administración de empresas y de los cambios
    en los conceptos, métodos y sistemas
    relacionados con este campo, incluidos los que tienen su origen
    en universidades e instituciones
    de investigación. Funcionan, por tanto, como un
    vínculo entre la teoría y la práctica de la
    dirección de empresas. Hasta para un director excelente,
    un consultor puede siempre aportar algo nuevo a la
    organización.

    SERVICIO CONSULTIVO

    La consultoría es en lo esencial un servicio de
    asesoramiento. Esto significa que los consultores no se contratan
    para que dirijan organizaciones o adopten decisiones delicadas en
    nombre de la dirección. Son asesores y no tienen ninguna
    facultad directa para decidir cambios y aplicarlos. De lo
    único que responden es de calidad e
    integridad de su asesoramiento; los elementos asumen toda la
    responsabilidad que se derive de la
    aplicación de sus consejos. Por supuesto, en la
    práctica de la consultoría existen múltiples
    variantes y grados de "asesoramiento". La práctica
    básica y el arte del
    consultor estriban no sólo en dar el consejo correcto,
    sino en darlo de manera adecuada, a la persona debida y en el
    momento oportuno. El cliente, a su vez, ha de aprender a
    solicitar y utilizar hábilmente los consejos del
    consultor. Estos elementos son tan importantes que es conveniente
    recordarlos en todos los instantes del trabajo de los consultores
    y del cliente que contrata sus servicios.

    SERVICIO INDEPENDIENTE

    La consultoría es un servicio independiente. Un
    consultor debe estar en consideraciones de hacer su propia
    evaluación de cualquier situación,
    decir la verdad y recomendar con franqueza y objetividad las
    medidas que ha de adoptar la organización cliente sin
    pensar en sus propios intereses. Esta independencia
    del consultor tiene múltiples facetas y en algunos casos
    puede ser un asunto muy delicado.

    La independencia
    financiera
    significa que el consultor no obtiene
    ningún beneficio de la medida adoptada por el cliente, por
    ejemplo la decisión de comprar una determinada marca de equipo.
    El deseo de obtener en el futuro otros contratos con el
    mismo cliente no debe influir en la objetividad del asesoramiento
    prestado en la tarea presente.

    La independencia administrativa implica
    que el consultor no es un subordinado del cliente y no se ve
    afectado por sus decisiones administrativas. Aunque esto no
    planea ningún problema a las organizaciones de
    consultoría autónomas, es un problema, en cambio,
    bastante complejo, aunque no insuperable, en la
    consultoría interna.

    La independencia política significa
    que ni los directores ni los empleados de la organización
    cliente pueden influir en el consultor oficiosamente, recurriendo
    a autoridades o conexiones políticas,
    a su pertenencia a algún partido político o a otras
    influencias semejantes.

    La independencia emocional significa que
    el consultor mantiene su distancia emocional, independientemente
    de la amistad y otras
    afinidades de tipo emotivo que puedan existir al comienzo o que
    se creen durante la realización del cometido

    Límites de la
    consultoría

    Existen numerosos casos de misiones exitosas realizadas
    por algunos consultores del mundo que han evitado la quiebra de
    compañías o han dado nueva vida a organizaciones
    que envejecían. Se ha ido formando así la idea de
    que las oficinas de consultoría puedan resolver
    prácticamente cualquier dificultad de gestión. Sin
    embargo, los consultores no disponen de una varita mágica
    para resolver todas las cuestiones candentes. Sería un
    error suponer que, una vez contratado un consultor, la
    dirección puede dormir tranquila porque alguien se va a
    ocupar de los problemas. Hay situaciones en que nadie puede
    servir de ayuda. Y si la ayuda es todavía posible, para
    que una consultoría resulte eficaz hará falta un
    trabajo arduo, sistemático y disciplinado basado en el
    análisis de los hechos reales y en una búsqueda de
    soluciones imaginativas, pero factibles. Para conseguir
    resultados son tan importantes un decidido empeño de la
    dirección en mejorar el rendimiento de la
    organización y una eficaz colaboración cliente
    – consultor como la calidad del
    asesoramiento técnico de éste.

    ¿POR QUÉ ES NECESARIO EL TRABAJO DE
    LOS CONSULTORES?

    No que queda duda alguna de que los consultores existen
    y existirán ya que sus servicios satisfacen necesidades y
    existen clientes que los demandan.

    En general, los directores recurren a los consultores si
    se dan cuenta de que necesitan ayuda para resolver algún
    problema. El trabajo del consultor comienza cuando una
    situación determinada se considera insatisfactoria y/o
    susceptible de mejora; idealmente, termina con una
    situación en que se ha producido un cambio, que se debe
    valorar como una mejora. Directa e indirectamente, todos los
    cambios originados y llevados a cabo con la ayuda del consultor
    deben contribuir a mejorar la calidad de la dirección y
    a lograr un funcionamiento bueno o excelente de la
    organización. Estos son los objetivos primordiales del
    empleo de
    consultores, aún cuando "mejoramiento de la
    dirección", "buen funcionamiento de la
    organización" o "funcionamiento excelente de la
    organización" son conceptos relativos cuyo significado
    exacto se ha de definir en el contexto de cada
    organización.

    A continuación se enumeran las principales
    razones prácticas que inducen a un director o gerente a
    solicitar la ayuda de consultores.

    • Para que aporten conocimientos y técnicas
      especiales.

    Se puede recurrir a consultores cuando una
    organización carece de las personas capaces de abordar
    un problema con la misma posibilidad de éxito. Para ello se requieren a menudo
    métodos y técnicas especiales en que el consultor
    es un experto.

    En otros casos, el problema puede ser de carácter
    general, si la organización no consigue alcanzar su
    objetivo
    principal, y los conocimientos especializados requeridos pueden
    tener relación con el diagnóstico, la estrategia, la
    planificación, la coordinación, los sistemas de
    información u otras cuestiones generales
    análogas. Puede ocurrir también que la
    dirección de la organización comprenda que se
    requieren mejoras, pero la organización no cuente con
    capacidad y experiencias suficientes para planificar, poner en
    marcha y llevar a cabo con eficacia un
    proceso difícil de cambio. El consultor puede aportar
    esos conocimientos especializados, hacer comprender al
    cliente los procesos y las relaciones de la organización y
    ayudarlo a definir y aplicar una estrategia
    apropiada para el cambio.

    No es inhabitual que una organización no posea
    ciertos conocimientos o técnicas que podrían serle
    de gran utilidad, y ello no es forzosamente un indicio de
    incompetencia. El ritmo de los cambios en el medio ambiente
    y en las técnicas de dirección es tan acelerado, y
    las necesidades de las organizaciones tan diversas, que incluso
    entidades muy importantes y poderosas pueden carecer de recursos internos
    para tratar de ciertos problemas nuevos y aprovechar nuevas
    oportunidades. En tales casos, los consultores pueden ser de
    ayuda.

    • Para que aporten una intensa ayuda profesional con
      carácter temporal.

    En otras situaciones, la organización puede
    disponer de los conocimientos técnicos requeridos, pero
    los directores de alto nivel o los especialistas del personal
    tienen que concentrarse en un trabajo a fondo y constante
    sobre un problema o proyecto
    principal. El funcionamiento cotidiano de la organización
    les deja escaso tiempo y no es
    fácil ocuparse simultáneamente de cuestiones
    prácticas y conceptuales. Los consultores no sólo
    aportan el tiempo, sino que dejan la organización
    una vez que han terminado su contenido.

    • Para que aporten una opinión externa
      imparcial.

    Incluso los mejores elementos de una organización
    puede estar demasiado influidos por su participación
    personal y por las tradiciones y valores
    existentes para captar un problema en su verdadera
    dimensión y pensar en soluciones factibles. En cambio,
    debido a su independencia de la organización del cliente y
    a que no está influido por los hábitos de la
    organización, un consultor puede aportar un nuevo punto
    de vista y ser imparcial en situaciones donde ningún
    miembro de la organización los sería. Algunos
    directores y gerentes han adoptado la práctica de recurrir
    a un consultor como a un colaborador secreto con el que examinan
    todas las decisiones importantes antes de adoptarlas.

    • Para que justifiquen las decisiones de la
      dirección.

    En ocasiones se pide a los consultores que realicen
    tareas y presenten informes con
    el fin de que un director pueda justificar su
    decisión refiriéndose a las recomendaciones de
    los consultores. En otras palabras, un director puede haber
    determinado sus objetivos y adoptado su decisión, pero
    quiere poder decir
    que está aplicando sugerencias hechas por un consultor
    independiente.

    Un consultor que acepta este tipo de compromiso es
    arrastrado a penetrar en el oculto y complicado mundo de la
    política
    interna de la empresa.
    Su informe
    desempeñará una función
    política, además de su contenido técnico.
    Este papel puede
    ser constructivo y útil, por ejemplo, si un director
    tropieza con una fuerte resistencia para
    introducir cambios que su organización tendrá que
    hacer de cualquier modo y necesita remitirse a la competencia del
    consultor. No obstante, puede también suceder que un
    consultor caiga en una trampa y que su informe se
    utilice indebidamente a favor de una determinada política
    de la organización y para defender intereses creados o
    intereses de grupo. Una evaluación
    independiente e imparcial de cada situación ayuda al
    consultor a evitar ser utilizado como punta de lanza de una
    decisión preelaborada y es deber del consultor incluir
    este tema en en las conversaciones y definiciones de roles de ser
    necesario.

    LA CONSULTORÍA COMO FUENTE DE APRENDIZAJE.

    Lyndon Urwick ( Kubr1994), cuya contribución al
    fomento de la consultoría es una de las más
    importantes, ha señalado que "el único trabajo
    que vale realmente la pena hacer como consultor es el que
    instruye, el que enseña a los clientes y a su personal a
    administrar mejor sus negocios".

    En la concepción moderna de la
    consultoría, esta dimensión tiene una gran
    importancia. Muchos clientes recurren a consultores no para
    hallar una solución a un problema preciso, sino para
    adquirir los conocimientos técnicos especiales del
    consultor (por ejemplo, sobre el análisis del medio
    ambiente,
    previsiones comerciales o utilización de microprocesadores
    con el fin de obtener información para la dirección) y
    los métodos que utiliza para poder al
    descubierto los problemas y aplicar los cambios (entrevistas,
    diagnósticos, comunicación, persuasión,
    corrección de errores y repetición,
    evaluación y técnicas análogas).

    El asesoramiento asume un cometido de enseñanza; su finalidad es aportar nuevas
    competencias a
    la organización y ayudar a los directores o gerentes y al
    personal a aprender de su propia experiencia. A menudo se insiste
    en que de este modo (se ayuda a las organizaciones) a ayudarse a
    sí mismas. Se trata de un intercambio de doble
    dirección, puesto que al ayudar a sus clientes a aprender
    de la experiencia el consultor acrecienta sus propios
    conocimientos y competencias. El
    efecto de aprendizaje de la
    consultoría es probablemente el más importante. La
    elección de los métodos de consultoría y el
    grado de participación del cliente pueden intensificar o
    atenuar ese efecto. Por consiguiente es necesario que se preste
    especial atención a este aspecto.

    LOS BENEFICIOS DEBEN SER MAYORES QUE LOS COSTOS.

    Además de las dimensiones técnicas y de
    aprendizaje, debe tenerse igualmente en cuenta la cuestión
    financiera al recurrir a consultores. Sus servicios no son
    gratuitos y un proyecto importante de consultoría puede
    resultar costoso. La relación entre costos y
    beneficios es un factor importante para decidir si se ha de
    contratar a un consultor. En principio, su empleo solo
    está justificado si los beneficios son mayores que los
    costos. Esto parece evidente. Sin embargo, en muchos casos los
    costos y los beneficios no se valoran como es debido y no resulta
    claro si la misión ha
    sido realmente beneficiosa desde el punto de vista
    económico y financiero.

    ¿QUIÉN RECURRE A
    CONSULTORES
    ?

    La consultoría como servicio profesional y
    método para introducir cambios no se limita a un tipo
    particular de organización o de situación
    económica o empresarial. En el curso de su historia, la
    consultoría se ha ido extendiendo a nuevas esferas de la
    actividad humana, nuevos países y nuevas
    regiones.

    ¿Organizaciones en dificultades o en
    situación excelente?

    En otras épocas se consideraba que recurrir a un
    consultor era un último recurso y una admisión de
    la incompetencia o incapacidad para controlar la situación
    con los propios medios de la
    organización. Tal actitud
    aún persiste en unas pocas organizaciones, donde se piensa
    que mientras los negocios vayan
    como siempre, gastar dinero en
    consultores es un desperdicio. Si la situación empeora, la
    presión
    de los acontecimientos puede ser tan fuerte que obligue a
    contratar a un consultor, aunque quizá sea demasiado
    tarde. No es sorprendente que algunos directores y gerentes sigan
    considerando a los consultores como "reparadores de desperfectos"
    "médicos de empresas", "curanderos de empresas",
    etc.

    Esta actitud
    contrasta con la práctica actual de numerosas sociedades
    mercantiles bien dirigidas, algunas de las cuales, incluso
    las más importantes, cuentan con numerosos directivos y
    funcionarios calificados, pero recurren con práctica
    normal a los consultores con bastante regularidad. La experiencia
    muestra que
    incluso las organizaciones más fuertes e importantes han
    puesto en práctica muchas ideas y medidas y se han
    aprovechado de buenas oportunidades comerciales gracias a la
    ayuda de consultores.

    A partir de la calidad o del nivel de la
    situación a que hace frente la organización
    cliente, el consultor debe preguntarse si su ayuda consiste en
    contribuir a rectificar, una situación que ha
    deteriorado (problema de corrección), a mejorar una
    situación imperante (problema de mejoramiento)
    o a
    crear una situación totalmente nueva (problema de
    creación).

    En una organización determinada, por ejemplo,
    pueden haber surgido dificultades en la comercialización. El volumen de
    ventas de un
    producto que
    se ha fabricado y vendido con éxito
    durante varios años de repente se reduce y esto comienza a
    causar graves dificultades financieras a la organización.
    Las razones de ellos no son muy claras.

    Todos están de acuerdo en que se trata de un
    problema de corrección. Esto
    significa que,, que con casi los mismos recursos, en el
    pasado se conseguía un rendimiento satisfactorio que no se
    logra ahora. El problema está claramente determinado, si
    se acepta efectivamente de una "reparación". La
    solución reside en descubrir las desviaciones que se han
    producido y hallar y corregir sus causas. Es muy probable que, al
    hacerlo, el consultor descubra oportunidades para llegar a una
    situación algo mejor que la original.

    Los problemas de mejoramiento o
    perfeccionamiento
    representan otro grupo.
    Entrañan la tarea muy común de partir de la
    situación existente para mejorarla. Pueden estar
    relacionados con elementos parciales de la gestión, como
    la Contabilidad y
    las técnicas de control de los
    costos, los procedimientos
    administrativos o el mantenimiento
    de registros. Por
    ejemplo, una empresa que
    utiliza el cálculo de
    costos estándar para mejorar la precisión y
    eficiencia del
    control de los costos y estar, de ese modo, en una mejor
    situación para adoptar medidas oportunas de ahorro de
    costos. El consultor puede disponer de modelos o
    normas
    utilizados en otras partes, y su tarea principal
    consistirá en examinar las condiciones de su
    aplicación, determinar los ajustes necesarios y ayudar a
    persuadir y a formar al personal afectado por un procedimiento
    perfeccionado. No obstante, numerosos problemas de mejoramiento
    están menos estructurados y son más
    difíciles de abordar. Una organización cliente
    puede tener buenas posibilidades de mejorar el rendimiento, pero
    se ha de establecer metas realistas y se han de idear medidas en
    diversas esferas del funcionamiento. La consultoría puede
    entrañar todo un conjunto de cambios tecnológicos,
    estructurales, de personal, financieros, de procedimiento y
    de otra índole.

    Para resolver los problemas de
    creación
    , el consultor dispone al principio de muy
    escasos elementos de juicio. Puede partir simplemente del deseo
    de cambio y de algunas ideas brillantes. Así sucede a
    menudo con organizaciones en excelente estado que
    recurren a un consultor, para hallar nuevas esferas de
    expansión, ofrecer nuevos servicios a los clientes,
    experimentar formas innovadoras de incentivación, proponer
    negocios conjuntos con
    asociados extranjeros, etc.

    Huelga decir que muchas consultorías incluyen
    elementos de los tres tipos de problemas más arriba
    descritos. Al abordar un problema aparentemente de
    perfeccionamiento en una compañía que obtiene
    buenos resultados, el consultor puede descubrir que en primer
    lugar se requieren ciertas medidas correctivas. Asimismo, un
    problema de corrección puede requerir un enfoque creativo
    totalmente nuevo, ya que, de lo contrario, no será posible
    detener el proceso de constante deterioro. En general cualquier
    situación debe considerarse en la perspectiva de las
    oportunidades futuras.

    Si lo contrata una organización en dificultades
    para que aborde un problema de corrección, el consultor
    deberá siempre preguntarse si la rectificación de
    una situación deteriorada es realmente lo que necesita o
    si, por el contrario, la organización debe considerar la
    posibilidad de nuevas formas de definición de sus
    propósitos y objetivos, establecer nuevas estrategias y
    buscar nuevos clientes. Un problema básicamente correctivo
    puede a menudo transformarse en un problema de mejoramiento o de
    creación.

    En resumen de acuerdo con las circunstancias que se
    presenten en cada caso concreto, la
    consultoría puede afrontar, esencialmente, los tres tipos
    de problemas que se han denominado:

    • De corrección: cuando está
      implícito rectificar una situación deteriorada en
      comparación con determinados patrones.
    • De perfeccionamiento, cuando se trata de
      mejorar hasta un grado óptimo o casi óptimo, una
      situación dada.
    • De creación al requiriese que se de
      origen a una situación.

    Y ratificamos que es lo común que al
    desarrollarse un trabajo de consultoría que implique
    cierta integralidad se afronten problemas de los tres
    tipos.

    En el desempeño del trabajo de consultoría
    pueden estar implícitas algunas, varias o todas las tareas
    siguientes, de las cuales la primera se menciona constituye una
    etapa inicial prácticamente obligada de cualquier
    otra:

    1. Diagnóstico, que puede permitir la
    identificación del estado de las
    cosas.

    2. Estudios especiales, que pueden implicar desde
    encuestas
    sobre las opiniones de los consumidores en cuanto a la calidad de
    los productos,
    investigaciones sobre la demanda perspectiva, hasta los estudios
    técnicos – económicos sobre inversiones
    para el desarrollo.

    3. Elaboración de soluciones, que debe
    constituir un paso superior al estudio de un programa, al
    brindar las soluciones concretas a estos, por ejemplo una de
    distribución de los equipos de la
    fábrica.

    4. Ayudar en la aplicación de soluciones,
    lo que implica una efectiva ayuda a interpretar y tomar medidas
    concretas para que se implanten las soluciones.

    5. Asesorar que consiste en dar consejo o
    dictaminar, y que es una de las tareas de la que consultor alguno
    se evade, pues debe responder cuando se le pregunta sobre los
    asuntos en relación con los que han solicitado sus
    servicios, dando criterios.

    De lo hasta aquí analizado se puede inferir que
    el consultor puede – en esencia – asumir papeles
    diferentes:

    • Consultor de recursos,

    La consultoría de recursos es aquella en la que
    principalmente el consultor presta un servicio de experto y en
    gran medida actúa como asesor concretamente en un
    área determinada.

    • Consultor de procesos

    La consultoría procesos es definida por Edgar
    Schein como un "conjunto de actividades de parte del consultor
    que ayudan al cliente a percibir, entender y actuar sobre los
    procesos que ocurren en el medio ambiente
    del cliente. La función
    central es la de promover cambios.

    Schein señala que los elementos de
    procesos de los cuales se puede aprender son primordialmente
    acciones o
    procesos humanos que se dan en la organización. Puesto que
    la atención del consultor de procesos se
    concentra en los medios o
    procesos por los cuales se logran las metas, y no en las metas
    mismas, su papel es menos
    central. Menor en asesoría y mayor en cooperación,
    que el del consultor de gerencia
    tradicional. Es interesante advertir que este nuevo criterio de
    la consultoría de empresa ha
    recibido influencia de las modalidades de asesorías
    individual centrada en el cliente, en las cuales se ayuda a estos
    últimos a diagnosticar sus problemas y resolverlos por
    sí mismos, en lugar de depender de las opiniones y
    respuestas de sus consejeros.

    En muchas ocasiones el consultor debe desempeñar
    ambos papeles combinadamente y ambas vías pueden ser y de
    hecho son utilizadas pero la función de experto y
    analizador revolvedor de problemas unilateral mente hoy
    prácticamente no es usada ni por los consultores de
    recursos, ya que la creación y desarrollo de una
    capacidad propia de cambio
    en el cliente es una
    cuestión ineludible en las concepciones actuales y es el
    secreto del éxito de los consultores.

    LA CONSULTORÍA Y EL CAMBIO

    Con frecuencia se expresa – sin excluir otros
    puntos de vistas – que la razón de ser de la
    consultoría es el cambio. El cambio se refiere a las
    organizaciones, pero este está estrechamente vinculado con
    el cambio en las personas, hay una interacción
    dialéctica entre la organización y las personas que
    la integran. La organización en su conjunto ejerce
    influencia sobre sus trabajadores: cada trabajador, cada indebido
    ejerce influencia sobre la Organización. Esto permite
    establecer que el proceso de cambio, por medio del cual se
    procura mejorar los resultados trabajo de las Organizaciones,
    puede desarrollarse por dos vías antípodas: la
    participativa y la coercitiva
    .

    El esquema que se presenta indica en que consiste el
    proceso de cambio, el cual puede seguir una de dos ruta, A
    ó B. La ruta A es la de un cambio un tanto obligado
    (comúnmente denominado coercitivo), mientras en la ruta B,
    inversa a la anterior, representa un cambio de tipo
    participativo

    R

    U

    T

    A

    A

    4.COMPORTAMIENTO DE GRUPOS
    Y

    DE ORGANIZACIONES.

    3. COMPORTAMIENTO INDIVIDUAL.

    2. ACTITUDES.

    1. CONOCIMIENTOS.

    R

    U

    T

    A

    B

    En el cambio obligado (coercitivo), mediante ordenes se
    compulsa la variación del comportamiento de los grupos u
    organizaciones (4) que inciden sobre el comportamiento de cada
    individuo (3), que cambian sus actividades (2) y en consecuencia
    procuran adquirir los conocimientos correspondientes (1). En
    general, llegados a la fase (1) este proceso de cambio
    retroalimenta al origen, de manera que el cambio de conocimiento
    (1) lleva al individuo al cambio de sus propias actividades (2),
    lo que influye sobre su comportamiento de los grupos y
    organizaciones (4). Pero todo este proceso, que tuvo como origen
    una fuente de autoridad,
    tiene como punto débil eso mismo,: si desaparece la fuente
    de autoridad
    puede retroceder a su punto inicial el proceso ,si no ha habido
    tiempo para consolidarlo

    Si se procura el cambio participativo (ruta B) el
    proceso de cambio debe ser más estable aunque toma
    más tiempo implantarlo. La introducción de nuevos conocimientos (1)
    engendran nuevas actitudes (2),
    lo que modifica el comportamiento individual (3), que debe
    concluir incidiendo sobre la conducta de
    grupos y organizaciones (4). La modalidad de consultoría
    más utilizada y apreciada en la actualidad es la
    participativa o colaborativa.

    FORMAS DE CONSULTORIA Y SU ESENCIA

    Se identifica como formas de consultoría la
    conocida tradicionalmente que podría llamarse entonces
    tradicional – y la participativa (también denominada
    colaborativa).

    En la consultoría tradicional se presentan
    esencialmente dos variantes:

    • El Cliente (entidad que recibe la
      consultoría), presenta problemas, el consultor
      brinda soluciones
    • El Cliente, que sabe que tiene algunos
      problemas, solicita que el consultor identifique los problemas
      y brinde las soluciones.

    La consultoría colaborativa

    Esta modalidad parte de algunas premisas entre la s
    cuales están:

    • el consultor (aunque lo sea) no es un experto: es un
      colaborador imparcial de la entidad Cliente.
    • Los verdaderos expertos son los trabajadores de la
      organización cliente.
    • La verdadera experiencia sobre sus situaciones
      concretas radican en los trabajadores de la organización
      cliente.
    • Los trabajadores y directivos de la
      organización cliente son capaces de identificar los
      problemas que tienen.
    • Los trabajadores y directivos de la
      organización cliente son capaces de definir las
      soluciones a esos problemas.
    • Los trabajadores y directivos de la
      organización cliente son capaces el consultante es capas
      de aplicar esas soluciones.

    Siendo todo lo anterior cierto, que en su esencia lo es,
    ¿para que entonces se necesita la presencia de un
    consultor?

    Es justificada, y a veces muy importante: puede ayudar a
    esclarecer, puede contribuir a que el cliente identifique el
    problema, defina la solución y la aplique: hay reacciones
    que no se desarrollan sin la presencia de un facilitador, un
    catalizador un agente de cambio. El consultor.

    En la consultoría colaborativa se manifiesta la
    necesidad teórica y practica sobre todo, de la
    participación surgida en la década de los
    años 50 que tienen manifestaciones concretas en el campo
    de la Gestión empresarial es indudable que cuanto
    más esta convencido una persona de que se ha marcado sus
    propias metas y ha contribuido a definirlas, más
    probabilidades hay de que trabaje comprometidamente en lograrlas
    y venza todos los obstáculos que se
    interpongan.

    Por lo tanto, la consultoría que se ha procurado
    desarrollar en la actualidad es del tipo colaborativa que busca
    el cambio mediante procesos de tipo participativo. En la promoción de este tipo de cambios es
    fundamental lograr el trabajo colectivo, único, entre el
    personal de la organización cliente y de los consultores,
    para lo que han debido tener presente los principios y las
    técnicas modernas de dirección

    En un proceso de intercambio o interacción entre
    un agente interno y otro externo, que se funden en una unidad de
    trabajo con el criterio de dotar o elevar la capacidad de
    autodesarrollo de una organización, y por tanto, de las
    habilidades de los colectivos que la forman para identificar,
    jerarquizar y afrontar con mejores posibilidades de éxito
    la solución de los problemas.

    El trabajo de consultoría –y sobre todo la
    colaborativa- se desarrolla en un complejo contexto de factores
    políticos – sociales, técnico- organizativo y
    económicos, lo que exige del consultor ciertas
    cualidades.

    La consultoría también puede ser
    clasificada acorde a su alcance en:

    Integrales:

    Se refieren al cambio en toda la organización ,
    que considera todos los procesos y subsistemas , es por eso
    común hablar de consultoría integral colaborativa
    que es una de las más usuales en la actualidad.

    Parciales:

    Se refieren a los procesos de cambio o ayuda a
    través acciones de asesoria en uno o varios subsistemas o
    procesos de la organización.

    No obstante lo anterior y cualquiera sea el alcance de
    la consultoría debe tenerse presente que la
    organización es un sistema y que en
    cualquier cambio debe tomarse en cuenta el efecto que se
    alcanzara con relación al resto del sistema , y
    recuerde que optimizando partes casi nunca se llega a optimizar
    el sistema , más bien todo lo contrario

    CLIENTES DE LOS CONSULTORES DE EMPRESA

    La consultoría tiene su origen en el sector
    privado, el crecimiento y la diversificación de las
    consultorías están relacionados con el desarrollo
    de la sociedad
    mercantil y con los cambios en la forma de hacer negocios. Como
    ya se ha mencionado incluso las organizaciones más
    importantes y exitosas consideran útil dar empleo a
    consultores y han adquirido una gran habilidad para servirse de
    ellos con eficacia. Con
    frecuencia se produce una "repetición de las tareas"; una
    gran empresa,
    satisfecha con los conocimientos profesionales y los
    métodos de una oficina de
    consultoría, puede recurrir a ella muchas veces a lo largo
    de los años. En algunas oficinas de consultoría, el
    volumen de
    actuaciones duplicadas llega a alcanzar del 70 al 80 por 100.
    Muchas organizaciones tienen sus consultores "permanentes",
    utilizan diversas oficinas de consultoría y han aprendido
    a aprovechar la competencia
    técnica que pueden ofrecer los diversos
    consultores.

    En una organización pequeña, la
    decisión de recurrir a un consultor puede ser
    difícil. El propietario o director quizá considere
    ese servicio profesional caro, y a menudo no se ve de qué
    manera un colaborador exterior puede prestar ayuda a su
    situación especial. No obstante, el volumen de los
    servicios de asesoramiento proporcionados a las organizaciones
    pequeñas va en aumento y en algunos países se
    dispone de servicios de consultoría subvencionados para
    las empresas más pequeñas como parte de los
    programas de
    desarrollo de este sector.

    Una tendencia destacada en la consultoría ha sido
    el rápido crecimiento del volumen de trabajo realizado
    para el sector
    público, Cada vez se recurre más a consultores
    en las administraciones públicas centrales y locales, los
    organismos y los servicios públicos especializados y las
    empresas públicas. En los Estados Unidos,
    por ejemplo, varias oficinas importantes de consultoría
    dedican del 30 al 40 por 100 de su actividad al sector
    público y algunas están preocupadas por su
    reciente independencia de los contratos
    gubernamentales. La cifra es incluso superior en países
    donde la participación del sector público en la
    actividad económica es muy importante.

    El principal motivo de este empleo de los consultores es
    el deseo de los gobiernos de utilizar la competencia gerencial de
    las empresas privadas para aumentar la eficiencia del
    mecanismo público y combatir la burocracia y
    otras enfermedades
    crónicas del servicio público. Por otro lado, los
    consultores independientes tienen que aprender lo bastante acerca
    de las medidas políticas
    y los procedimientos públicos para evitar el trasplante de
    conceptos y métodos que el sector publico no puede
    utilizar. Además de servirse de consultores privados
    independientes, la mayor parte de los gobiernos han establecido
    ahora sus propios servicios de consultoría en diversas
    formas y con diferentes nombres.

    Por ultimo, el amplio alcance de la utilización
    de servicios de consultoría queda demostrado por el
    número creciente de misiones consultivas llevadas a cabo
    en diversos organismos y organizaciones sociales. En su
    búsqueda de eficiencia y un mejor servicio a los clientes,
    los sectores sociales han descubierto la unidad de recurrir a los
    consultores de empresas, que ahora trabajan para hospitales,
    administraciones de atención sanitaria, instituciones
    de seguros
    sociales, universidades, administraciones escolares,
    organizaciones religiosas, sindicatos,
    etc.

    EL ÁMBITO INTERNACIONAL

    El empleo de consultores para que trabajen en
    países distintos del suyo es otra tendencia con
    múltiples repercusiones. Este fenómeno
    comenzó con las empresas mercantiles que actúan a
    escala
    internacional y prosiguió con los gobiernos y las
    organizaciones internacionales. Como parte de los proyectos de
    asistencia técnica, bilaterales y multilaterales, se
    proporcionan considerables servicios de consultoría. Por
    ejemplo, el Banco Mundial
    es un usuario importante de los servicios de consultores, y
    muchas organizaciones de consultoría trabajan por cuenta
    de gobiernos y empresas en países en desarrollo en
    relación con proyectos
    técnicos financiados con cargo a préstamos
    proporcionados por el Banco
    Mundial.

    Algunas oficinas de consultoría se han convertido
    en auténticas empresas multinacionales, con una parte
    importante de sus ingresos
    obtenidos por sus trabajos en el extranjero y con filiales o
    sucursales en varios países y continentes. Más
    recientemente, la creciente demanda de servicios de
    consultoría ha estimulado la creación de una
    profesión de consultores nacionales en los países
    que están trabajando intensamente en la mejora de los
    resultados de la gestión de sus organizaciones.

    Esto ultimo a nuestro juicio es esencial ya que el uso
    de consultores nacionales garantiza uno ventaja en
    términos culturales, y en conocimiento
    del entorno que es difícil y demanda tiempo para el
    consultor extranjero, lo ideal en esos casos es integrar equipos
    con composición mixta que aprovechen de forma reciproca
    los conocimientos, habilidades y experiencias de ambas
    partes.

    UN ÚLTIMO COMENTARIO AL
    RESPECTO

    Es evidente que la demanda de servicios de consultores
    procede de todos los sectores de la actividad humana y de todos
    los tipos de organizaciones, debido a una creciente presión
    económica y social para mejorar la gestión y
    alcanzar niveles más elevados de rendimiento y eficiencia.
    Sería exagerado decir que los consultores influyen en el
    curso de la historia. Sin embargo, han
    sido la mano invisible detrás de algunas decisiones
    sumamente importantes de empresas y gobiernos, y sus
    intervenciones han contribuido a modelar el futuro de poderosas
    organizaciones públicas y privadas. Su repercusión
    total en las actividades mercantiles y en los asuntos
    públicos ha sido considerable, aunque nunca será
    posible expresarla en cifras. Por consiguiente os esfuerzos por
    aumentar los niveles profesionales de los servicios de
    consultoría tienen interés no
    solo para los usuarios director de esos servicios, sino
    también para la sociedad en la
    que actúan los usuarios de los servicios
    consultivos.

    CONSULTORÍA Y CAPACITACIÓN,
    INVESTIGACIÓN E INFORMACIÓN

    La consultoría no es el único servicio o
    técnica de intervención que ayuda a mejorar la
    competencia gerencial y el rendimiento de una
    organización. Aunque tienen sus propios criterios
    metodológicos, la capacitación, la
    investigación y los servicios de información
    persiguen el mismo objetivo final
    de ayudar a la dirección que la consultoría, con la
    que están estrechamente vinculados. Los consultores
    recurren ampliamente a estos servicios en su relación con
    los clientes o en la preparación de nuevos
    cometidos.

    La consultoría y la
    capacitación

    La consultoría es inseparable de la
    capacitación. Como se ha mencionado más arriba, en
    todo en enfoque de consultoría eficaz el componente de
    aprendizaje es muy importante. El cliente aprende del consultor,
    pero el consultor aprende también del cliente y esto lo
    ayuda a ajustar su enfoque en las fases siguientes de su cometido
    y acumular experiencia para futuros contratos.

    En toda misión de consultoría se aprende
    algo, aunque los conocimientos adquiridos pueden ser limitados si
    es el consultor el que realiza directamente la tarea y trasmite
    los resultados al cliente. Esta es la razón por la que en
    nuestro libro damos
    tanta importancia a una relación de colaboración y
    a las modalidades de consultoría que requieren la
    participación activa del cliente. El cliente no aprende
    realizando tareas ordinarias y rutinarias, sino llevando a cabo,
    en colaboración con el consultor, tareas útiles que
    son nuevas para él y adquiriendo la capacidad de analizar
    sus problemas desde nuevos ángulos.

    La capacidad se utiliza a menudo como una técnica
    de intervención para coadyuvar en el cambio y ayudar a los
    miembros de su organización a asumir los cambios
    propuestos como resultado de la consultoría. El consultor
    puede que se incluyan en la tarea diversos modos de
    formación, que pueden adoptar la forma de un seminario sobre
    técnicas de recolección
    de datos o sobre los nuevos progresos en la esfera
    técnica abarcada por la consultoría. Unos programas
    amplios de capacitación pueden formar parte de la fase de
    puesta en práctica, por ejemplo, si se van a introducir
    cambios importantes en la información destinada a la
    dirección y los sistemas de
    control o en la estrategia y las técnicas de comercialización.

    Muchas organizaciones de consultoría no se
    limitan a ofrecer servicios de formación a sus clientes.
    La experiencia acumulada gracias a los diversos cometidos
    asignados por los clientes es muy útil para concebir
    programas de perfeccionamiento del personal de dirección,
    orientados hacia la práctica. Se puede tratar de programas
    regulares, o de seminarios de gestión especiales y mesas
    redondas. La experiencia del consultor puede reflejarse en el
    contenido del programa (centrado en las cuestiones que más
    preocupan a los clientes) y la metodología (destacando los métodos
    pro medio de los cuales los participantes mejoran su capacidad
    para resolver problemas y otras técnicas). Los informes de
    los consultores proporcionan un acervo de material informativo
    que se puede utilizar en las aulas como estudios
    monográficos, ejercicios prácticos, juegos de
    simulación de administración de empresas, listas de
    verificación, ejercicios de resolución de casos,
    etc.

    De igual modo que la capacitación es una
    técnica de intervención esencial del consultor, la
    consultoría es muy importante para el capacitador
    profesional. Incluso si su función primordial no es la de
    asesorar, los centros e institutos de perfeccionamiento del
    personal de dirección están cada vez más
    interesados en realizar ciertas tareas de consultoría
    relacionadas con los programas de formación que imparten.
    Esto es necesario por los motivos ya mencionados: basar la
    formación sobre todo en la experiencia práctica y
    concentrarla en cuestiones consideradas como prioritarias por los
    profesionales. Además, en muchas situaciones la
    capacitación no basta: los participantes deben adquirir
    nuevas ideas y aprender algunas nuevas técnicas, pero
    necesitan más ayuda si tienen que empezar a aplicar lo que
    han aprendido. Los talleres de formación orientados hacia
    la solución de problemas se pueden utilizar para que los
    directores participantes que conocen algún método
    eficaz de consultoría pongan al descubierto los problemas
    que es preciso resolver y despertar su interés en
    trabajar con un consultor una vez terminado el taller o seminario. Las
    instituciones de perfeccionamiento del personal de
    dirección, por tanto, alientan a su personal docente a que
    realice tareas consultivas y adopte diversas disposiciones de
    trabajo para que ello sea posible. Es evidente que en estas
    situaciones los capacitadores deben ser también
    competentes en las técnicas de
    consultoría.

    La consultoría y la
    investigación

    A muchos de los consultores de la generación
    anterior les complacía considerarse como profesionales
    prácticos, dotados de conocimientos básicos que no
    tenían nada en común con los investigadores. Sin
    embargo, esta dicotomía reflejaba una escasa
    preparación teórica del consultor y una falta de
    propósitos prácticos por parte de la mayoría
    de los teóricos, en lugar de un conflicto de
    fondo entre el enfoque de la consultoría y el de la
    investigación. En realidad, pese a sus diferencias la
    investigación y la consultoría tienen mucho en
    común y pueden aportarse recíprocamente
    útiles servicios.

     

    ALGUNOS FACTORES QUE DIFERENCIAN A LA CONSULTORIA Y
    LA INVESTIGACION

    FACTOR

    INVESTIGACION

    CONSULTORIA

    PROBLEMA

    Parte de una necesidad

    del investigador y la

    sociedad es abierto

    Concebido por

    el cliente a veces

    sobre base compartida

    TIEMPO

    Flexible

    Ajustada , mas rígida

    RESULTADO

    Nuevos conocimientos y tecnologías , puede
    incluir innovación o aplicación
    practica

    Mejoras en las practicas de gestión
    organizacional y sus resultados

    PROPIEDAD

    DELA INFORMACION

    Normalmente publica con autorización de
    interesados

    A menudo confidencial , su uso lo decide el
    cliente

    DECISIONES

    Se pueden modificar a discreción del
    investigador acorde a los planes

    Los cambios los decide el cliente y se limitan a
    la tarea esencial

    RIGOR ACADEMICO

    Alto y muy ajustado
    metodológicamente

    El mínimo requerido para resolver el
    problema

    EVALUACION

    Externa ; por la comunidad
    científica y órganos rectores

    Interna ; por la organización
    cliente

    Al abordar los problemas prácticos de la
    dirección o gestión, los consultores tienen que
    conocer los resultados de las investigaciones y buscarse en
    ellos. Por ejemplo, antes de recomendar una técnica para
    incentivar es mejor saber si se ha realizado alguna
    investigación sobre el empleo de esa técnica en
    coordinaciones análogas a las del cliente. Las
    organizaciones de consultoría estimulan cada vez
    más sus miembros no sólo a estar informados acerca
    de los resultados publicados de las investigaciones sobre
    administración de empresas, sino
    también a estar al tanto de los proyectos de
    investigación en marcha y a conocer los principales
    investigadores.

    Por otra parte, la investigación sólo
    puede resultar beneficiada de una estrecha relación con la
    consultoría. Los datos acopiados
    en las organizaciones clientes por los consultores pueden ser
    útiles para investigaciones más amplias. Los
    datos de
    varias organizaciones se pueden utilizar para obtener
    conclusiones generales sobre tendencias sectoriales o de otro
    tipo, sin infringir el carácter confidencial de la
    información. Debido a ello, numerosas oficinas de
    consultoría se han lanzado también a la
    investigación. Cuenta con un programa de
    investigación concreto.
    Realiza investigaciones por cuenta y publican libros basados
    en sus propias investigaciones o cooperan en proyectos de
    investigación con universidades e investigadores
    particulares. Algunas oficinas de consultoría se han
    conquistado la forma de basarse sólidamente en las
    investigaciones. Las escuelas de comercio y de
    administración empresarial y los institutos
    de investigación están cada vez más
    interesados en poner a prueba y en difundir los resultados de sus
    investigaciones mediante la realización de tareas de
    consultoría.

    Metodológicamente, los consultores aprenden mucho
    de los investigadores y viceversa. La investigación de
    proceso es un ejemplo de investigaciones en el límite
    entre ambos campos; sus dos objetivos simultáneos
    consisten en resolver un problema práctico importante y
    obtener nuevos conocimientos acerca del sistema social que es
    objeto del estudio. La investigación sobre procesos
    entraña el cambio de lo que se está investigando,
    mientras que esto no ocurre en la investigación
    convencional.

    La consultoría y la
    información

    Proporcionar información al cliente es uno de los
    principales cometidos de un consultor en cada misión de
    consultoría. En algunos casos ésta es la
    única o la principal aportación que se espera de
    él; por ejemplo, si el cliente tiene interés en
    comparar sus niveles de rendimiento con las otras organizaciones,
    utilizando los datos que puede suministrar el
    consultor.

    En realidad, en muchos casos basta con que el consultor
    encuentre y presente información que permita al cliente
    reorientar su trabajo, adoptar una decisión sobre las
    inversiones o
    decidir que quiere saber más acerca de las organizaciones
    que consiguen mejores resultados. La información en si
    puede tener mucho poder e influir fuertemente en personas
    interesadas y capaces de sacar conclusiones de ella.

    Las oficinas de consultoría tienen a su
    disposición un tremendo caudal de información y
    muchas cuentan con verdaderos expertos en la recolección y
    el procesamiento de
    datos. Algunas oficinas de consultoría empiezan a
    considerarse como bancos de datos
    especializados, y estudian nuevas formas de trabajar con la
    información y de utilizarla para proporcionar otros
    servicios a los clientes. Este sector se está
    desarrollando actualmente con gran rapidez. Incluye diversos
    tipos de servicios de información, regulares o especiales,
    por medio de los cuales los clientes pueden conocer la evolución práctica y teórica
    en esferas que son esencialmente para sus empresas.

    Este es un servicio directo útil para los
    clientes y una fuente de nuevos contactos. Un cliente puede
    extraer nuevas ideas de la información así obtenida
    y pedir al consultor que las explore más a fondo y
    qué lo ayude a ponerlas en práctica.

    Un conjunto equilibrado de métodos de
    intervención

    Los consultores suelen ser pragmáticos al decidir
    qué tipo de servicios han de brindar a los clientes. La
    formación está tan estrechamente vinculada a la
    consultoría que, por las razones y explicadas, todo
    consultor realiza cierta actividad de capacitación y es
    también un formador. Hay motivos válidos
    también para relacionar las actividades de
    investigación y de información con la
    consultoría. Por ejemplo, un director que tiene un
    problema puede optar entre acopiar más información
    al respecto, asistir a un programa de capacitación en el
    que se estudiará más a fondo ese problema o pedir a
    un consultor que lo ayude a resolverlo.

    Las instituciones de capacitación orientada hacia
    la práctica consideran sus métodos de trabajo de
    una manera análoga. Incluso si su esfera principal de
    actividad es la formación y desean permanecer en ella,
    tienen dificultades para impartir una capacitación eficaz
    sin cierta participación en las actividades de
    consultoría, investigación e
    información.

    Por este motivo, el problema no consiste en elegir entre
    consultoría o capacitación u otros métodos
    de ayuda profesional a los directores de empresa, sino en dominar
    y aplicar con imaginación un conjunto bien equilibrado de
    métodos de intervención. Esto no significa que
    tengan que desaparecer las diferencias entre consultores,
    capacitadores, investigadores y otros profesionales de la
    gestión de empresas y en combinar los diversos
    métodos de intervención de una manera que es
    probable produzca un efecto óptimo en beneficio del
    cliente.

    EL CONSULTOR AGENTE DE CAMBIO

    CARACTERISTICAS FUNDAMENTALES QUE REQUIERE EL
    CONSULTOR

    Se considera que entre las características
    fundamentales que debe reunir un consultor se encuentren las
    siguientes:

    1. Buena salud física y
      mental.
    2. Ética profesional y
      cortesía.
    3. Estabilidad de comportamiento y acción y ser
      ejemplo a imitar.
    4. Confianza en si mismo.
    5. Eficiencia y Eficacia personal, dinamismo
    6. Integridad (cualidad que engendra
      confianza).
    7. Independencia.
    8. Competencia intelectual.
    9. Juicio correcto (ser capaz de juzgar con
      objetividad).
    10. Elevada capacidad de análisis o de
      resolución de problemas.
    11. Imaginación creadora ( capacidad de ver cosas
      bajo nuevas perspectivas
    12. Aptitud para las relaciones
      interpersonales, que implica:
    • Orientación hacia el aspecto humano de los
      problemas.
    • Receptividad a la información o a los nuevos
      puntos de vista expuestos por los demás.
    • Capacidad para ganarse la confianza y el respeto del
      personal de la organización cliente.
    • Capacidad para obtener la participación del
      cliente en la solución de los problemas.
    • Capacidad para transmitir sus conocimientos al
      personal de la organización cliente.
    • Capacidad para aplicar los principios y
      las técnicas de un cambio planificado.
    • Capacidad para despersonalizar los problemas y
      enseñar a atacar sus causas y no a las
      personas.
    1. Capacidad superior a la medida para comunicar y
      persuadir (verbalmente o por escrito,
      gráficamente).
    2. Madurez psicológica.
    3. Habilidad como mediador de conflictos
    4. Capacidad de autoaprendizaje
      continúo.

    En particular se señala que:

    … el requisito incuestionable que debe ser planteado a
    la preparación del consultor consiste en poseer una amplia
    erudición, es decir, además de los conocimientos
    multifacéticos y profundos de una determinada rama se
    necesitan conocimientos en las esferas afines .por eso con mucha
    frecuencia el consultor se gradúa en dos o tres
    especialidades.

    Muchos consultores tienen experiencias en los trabajos
    docentes desarrollando por ellos en los centros de educación
    superior, así como grados y títulos
    científicos.

    Se precisa que no basta con tener conocimientos
    teóricos profundos, sino "… se necesitan experiencias
    prácticas de trabajo concreto."

    Sobre las anteriores bases se apunta que en firmas de
    consultoría en general no trabajan especialistas
    jóvenes, sino que predominan trabajadores con muchos
    años de experiencia. Las más recientes experiencias
    , en especial cubanas y la de de otros países, muestran
    que se pueden desarrollar trabajos de consultoría
    combinado adecuadamente personal relativamente joven con el de
    mayores experiencias, siendo necesario establecer vías
    adecuadas para la formación de consultores.

    LOS ASPECTOS ETICOS DEL
    CONSULTOR.

    Se ha podido reconocer que en el ejercicio de la
    consultoría, el consultor debe observar una determinada
    ética
    . Entre las normas de conducta que deben
    conformar la ética del
    consultor tenemos.

    1. Modestia.
    2. Demostrar su competencia sin valerse de ardides para
      impresionar.
    3. Trabajar con organización y disciplina.
    4. No utilizar más tiempo que el requerido por el
      problema.
    5. Confidencialidad.
    6. Capacidad y paciencia para escuchar los argumentos
      del personal consultante.
    7. Enseñar a trabajar sin consultar.
    8. Evitar el enfrentamiento con el personal de la empresa, o
      entre esta y las organismo territoriales y superiores.
      más bien, actuar como mediador en los conflictos.
    9. Utilizar el convencimiento y no la imposición
      para que se acepten sus criterios.
    10. Evitar la responsabilidad de las decisiones. El consultor
      debe ser un activo promotor de cambio, la responsabilidad por
      la realización del cambio es del cliente.
    11. Las soluciones brindadas por el consultor deben tener
      una incidencia positiva a nivel de la economía nacional y
      no solamente en el cliente y deben tomar en
      consideración los efectos sociales y ambientales que de
      ellas se derivan.
    12. Espíritu de sacrificio y consagración
      al trabajo.
    13. Ser un baluarte del cumplimiento de las leyes
      establecidas y no establecer recomendación alguna que
      implique efectos adversos para el cliente, la sociedad o
      terceros.
    14. Ser honesto en el más amplio sentido de la
      palabra.
    15. Trabajar con el espíritu de GANAR/
      GANAR

    La práctica ha demostrado que la
    trasgresión de alguna de las normas de conducta que deben
    conformar la ética del
    consultor, retrasa el proceso de cambio que se ha pretendido
    promover e incluso puede traer otras implicaciones que afectan la
    imagen del
    cliente ,del consultor u otros efectos e incluso implicaciones
    jurídicas

    ALGUNAS CUESTIONES A TOMAR EN CUENTA POR LOS
    CONSULTORES.

    En el caso de la intervención de los consultores
    dentro de la empresa, conviene tener presente que la
    responsabilidad por el proceso de integración del equipo de trabajo es propia
    de los directivos y que las decisiones esenciales deben ser
    adoptadas por ellos. La misión del consultor es concreta,
    entonces, a hacer arrancar e impulsar el proceso de integración, ayudar al grupo a
    revisar sus avances y dificultades periódicamente; sobre
    todo, a brindar a poyo al líder
    formal hasta que sea capaz de mantener el esfuerzo de
    integración con sus propios recursos. Algunas de las
    funciones
    más importantes realizadas por los consultores y en
    especial los de procesos se indican a
    continuación:

    • Crear un clima de
      apertura y un ambiente de
      confianza y respeto a la individualidad de las personas en el
      seno de los equipos de
      trabajo.
    • Ayudar a los equipos de
      trabajo a identificar los obstáculos que impiden el
      logro de las metas propuestas.
    • Favorecer la solución de problemas en equipo
      mediante el análisis de sus causas y la
      generación de alternativas de
      solución.
    • Promover e intervenir en los cambios que resultan
      necesarios, según indique el análisis de los
      problemas.
    • Revisar los conceptos y valores que
      están en juego
      durante la implantación de cambios.
    • Proponer los instrumentos que faciliten la
      realización de las acciones de cambio.
    • Fortalecer la capacidad de los equipos para
      identificar, analizar y resolver problemas.
    • Sensibilizar al equipo para identificar los
      fenómenos organizados en su dinámica interna y en su
      interacción con otros grupos.
    • Dar seguimiento a las acciones concretadas y
      comprometidas por el equipo para efectuar los cambios;
      colaborar apoyar, nunca supervisar.
    • Buscar la solución de los problemas paso a
      paso sin violar etapas e inducir esto a los
      equipos.
    • Trabajar concientemente en la formación y
      desarrollo de los trabajadores y directivos a fin de crear una
      capacidad propia y permanente de cambio y asegurarse la
      irreversibilidad de los cambios.
    • El consultor debe además

    Hacer comprender a los directivos que la verdadera
    experiencia la tienen ellos y sus trabajadores y que son los
    responsables del cambio y sus resultados y que deben
    liderarlos.

    Demostrar que las ideas y soluciones son del equipo y no
    propias, pero reconocer su coparticipación y
    responsabilidad.

    Infundir en todo momento ánimo y trasmitir un
    espíritu de vencedores.

    Los consultores a toda costa deben evitar en caer en
    los errores siguientes:

    • Suponer que la solución esta en sus manos, ya
      que esta en manos de los directivos y trabajadores de la
      organización.
    • Tomar demasiadas responsabilidades en aspectos
      críticos, son los empresarios y sus equipos los que
      adoptan e implementan las acciones y debe fomentarse su
      participación activa.
    • Violar pasos, "quemar etapas" en aras de ganar tiempo
      o por otra razón.
    • Utilizar cualquier información obtenida sin la
      autorización del cliente.
    • Mostrar derrota, impotencia ante situaciones o
      permitir que esto suceda, no somos perdedores, los perdedores
      están condenados a perder.

    Es preciso aclarar que no solo las personas con
    capacidad específica, como en el caso de los Consultores,
    pueden realizar las funciones
    señaladas "sino que también los hombres y mujeres
    comunes funcionan frecuentemente como agentes de cambio. Todos
    nosotros nos hallamos, a menudo, frente al deber de dar ayuda o
    ante la oportunidad de recibirla". La idea básica es que
    todos seamos de una forma u otra consultores y estemos preparados
    para ello y muy en especial todo aquel que trabaje en el staff de
    la organización.

    De acuerdo con lo anterior, los individuos que
    actúan como Consultores, para dar ayuda eficaz en la
    planificación e implantación de transformaciones,
    deben estar dispuestos a revisar periódicamente su persona
    a partir de las siguientes necesidades:

    • Profundizar en el
      conocimiento de si mismo
      : el consultor debe estar
      dispuesto a confrontar la imagen que
      tiene de si mismo, incluso sus potenciales y limitaciones, con
      la imagen que le refleje los equipos con los cuales
      trabaje.
    • Relacionarse con los demás y entender la
      situación de éstos
      : significa establecer un
      tipo característico de relación profunda y
      significativa con los demás al comprender las
      circunstancias de cada persona y del equipo dentro del ambiente
      de trabajo. Implica sentir el mundo de los otros como si fuera
      propio, sin perder la posibilidad de analizarlo con
      objetividad.
    • Escuchar y observar los fenómenos de los
      equipos
      : se refiere a la disposición para centrar la
      atención sobre lo que sucede en la dinámica de los equipos de trabajo, de
      tal manera que a través de la acción de escuchar
      se capte el sentido e implicaciones de la comunicación, y por medio de la observación se comprenda el
      comportamiento grupal. Esta actitud de escuchar requiere fijar
      la atención en las necesidades y recursos de los
      integrantes del equipo para dar una respuesta a las demandas de
      ellos y no las propias.
    • Dar y recibir retroalimentación: es
      estar dispuesto a comunicar a las personas y a los grupos las
      observaciones derivadas de
      su comportamiento para orientarlos hacia la consecución
      de sus metas. Al mismo tiempo, es estar abierto a la
      información respecto a su desempeño como
      consultor.
    • Manejar ambigüedad y la
      frustración
      : se relaciona con la capacidad de
      aceptar las contradicciones y limitaciones. Por tal motivo, el
      consultor estará consciente que en toda acción de
      desarrollo existe siempre el riesgo de que
      los resultados obtenidos no correspondan a sus expectativas
      aunque puedan dar respuesta a las necesidades de los miembros
      del equipo.

    En resumen es importante señalar que el
    Consultor puede adquirir y desarrollar estas
    características a través de un proceso de
    actualización constante de sus conocimientos, habilidades
    y actitudes, y a través de su experiencia en el
    trabajo.

    Todas estas cualidades y capacidades forman el perfil
    del consultor ideal, meta difícil de alcanzar, pero que
    sirven para que cada consultor, de acuerdo con su capacidad,
    estilo y circunstancias, identifique las que necesite
    desarrollar.

    II. EL PROCESO
    DE CONSULTORIA ORGANIZACIONAL Y SUS ETAPAS GENERALMENTE
    ACEPTADAS

    Existe una gama sumamente amplia de enfoques,
    técnicas, métodos, modos y estilos de
    consultoría. Esta diversidad es una de las
    características más interesantes de la
    consultoría, ya que incluso clientes con problemas muy
    específicos pueden encontrar un consultor que se adapte a
    su organización y situación particular.

    No obstante, la consultoría se caracteriza no
    solo por la diversidad, sino también por ciertos
    principios y métodos comunes. Algunos de ellos son
    aplicados por la inmensa mayoría de los consultores. Por
    ejemplo, las pruebas
    psicológicas constituyen una técnica especial de
    investigación que se emplea únicamente en ciertas
    tareas de selección
    personal. Algunos consultores se oponen incluso a esta
    técnica. En cambio, todos los consultores se sirven de las
    entrevistas y deben estar capacitados para redactar
    informes. La entrevista
    y la redacción de informes son técnicas
    fundamentales de la consultoría.

    En pocas palabras, un método eficaz de
    consultoría indica cómo se han de abordar las dos
    dimensiones esenciales del cambio en las organizaciones
    clientes:

    • Una dimensión técnica vinculada con la
      naturaleza
      de la gestión o problema de la organización que
      afronta el cliente y la forma de que este problema se puede
      analizar y resolver.
    • Una dimensión humana, es decir, la
      relación entre el consultor y el cliente y la forma en
      que los miembros de la organización cliente reaccionan a
      los cambios y pueden ayudar a planificarlos y
      aplicarlos.

    Por razones metodológicas, se trata a menudo por
    separado de estas dos dimensiones. En la práctica de la
    consultoría no se separan. Los problemas técnicos y
    humanos de una organización están interrelacionados
    y será sumamente conveniente que así lo entienda el
    consultor.

    En primer lugar, el consultor ayuda al cliente a
    abordar sus problemas desde un punto de vista técnico.
    El cliente espera que el consultor posea considerables
    conocimientos técnicos en la esfera de su
    organización; por ejemplo, las transacciones financiera
    internacionales, el control computarizado de inventarios, los
    sistemas de indemnización del personal o la planificación
    estratégica de la fabricación de los bienes de
    capital. Para
    abordar el problema de que se trata, el consultor aplica un
    método riguroso de identificación y solución
    de los problemas, que incluye el acopio, la comprobación y
    la verificación cruzada de los hechos, así como el
    cuestionario
    de las hipótesis e impresiones comunicadas por el
    cliente y el sometimiento de todos los resultados a un minucioso
    diagnóstico. El consultor es igualmente
    metódico, pero también aplica un amplio conjunto de
    técnicas creativas en busca de nuevas soluciones
    factibles, la determinación y justificación de las
    mejores soluciones que ha de elegir el cliente, la
    concepción de panes de acción para la
    aplicación de las propuestas y la ayuda al cliente para
    organizar y vigilar esa aplicación.

    La relación con la organización cliente
    para planificar y aplicar los cambios tiene múltiples
    facetas. El consultor y el cliente tienen que delimitar sus
    respectivas funciones, asegurándose de que sean
    complementarias, se apoyen mutuamente y sean plenamente
    entendidas por ambas partes, el consultor puede elegir entre
    diversas funciones (o modalidades) según la índole
    del problema y la experiencia y actitudes del cliente. El
    consultor procurará obtener la colaboración del
    cliente en todas las etapas de su tarea, con el fin de que
    éste participe activamente y de que el resultado final de
    la consultoría sea un logro conjunto, en lugar de
    atribuirse exclusivamente al consultor.

    El objetivo final consiste en ayudar al cliente a
    introducir cambios progresivos en su organización. Y dotar
    a la Organización de una capacidad propia de cambio que
    sea capaz de dar consistencia a la mejora de forma continua Al
    ayudarlo a poner al descubierto y a resolver problemas
    técnicos concretos, el consultor se ocupa, por
    consiguiente, de problemas humanos y de aspectos humanos del
    cambio de la organización. A los consultores se los
    llama a menudo "gerentes del cambio". Esta designación
    destaca su papel de ayuda en la determinación de la
    necesidad del cambio y en la planificación y
    aplicación de éste. Como un cambio de la
    organización entraña un cambio de sus miembros, el
    consultor debe abordar asimismo el aspecto psicológico,
    ayudando al cliente a proceder de manera que no se susciten
    resistencia a las
    transformaciones y, de ser necesario, a superar esa resistencia
    de forma proactiva .

    EL PROCESO DE CONSULTORÍA

    El proceso de consultoría es una actividad
    conjunta del consultor y del cliente destinada a resolver un
    problema concreto y a aplicar los cambios deseados en la
    organización del cliente. Este proceso tiene un comienzo
    (se establece la relación y se inicia el trabajo) y un fin
    (la partida del consultor). Entre esos dos extremos, el proceso
    se puede subdividir en varias fases básicas, lo que induce
    al consultor y al cliente a ser sistemáticos y
    metódicos y a pasar de una fase a otra y de una
    operación a otra, siguiendo una secuencia lógica
    y temporal.

    En la bibliografía se pueden encontrar muchas
    formas diferentes de subdividir el proceso de consultoría,
    o ciclo, como lo llaman algunos autores, en fases principales.
    Diversos autores sugieren modelos que
    comprenden de tres a diez fases. Es útil utilizar un
    simple modelo de
    cinco fases principales, que considera:

    • PREPARATIVOS O INICIACIÓN
      (PREPARACIÓN INICIAL )
    • DIAGNÓSTICO
    • PLANIFICACIÓN DE MEDIDAS(PLAN DE
      ACCION)
    • APLICACIÓN (IMPLEMENTACION)
    • TERMINACIÓN.

     

     

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    MsC Ing Luis F Álvarez
    López

    Master en Dirección

    MsC Lic. Enrique Zayas Miranda

    Master en Dirección

    MsC Ing Marisol Pérez
    Campaña

    Master en Gestión de la
    Producción

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