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Correlación entre la depresión y el desempeño escolar




Enviado por vikikos



    1. Justificación
    2. Marco
      teórico
    3. Conclusión
    4. Apéndice
    5. Bibliografía

    JUSTIFICACIÓN

    Para Jean Piaget,
    durante la adolescencia
    se desarrolla el pensamiento
    formal, esto trae consigo un cambio en las
    estructuras
    cognitivas, cambio que le
    permite al adolescente ejercer un pensamiento
    hipotético-deductivo, producir pensamiento abstracto,
    emplear símbolos para representar otros símbolos y
    visualizar la diferencia entre el yo real y el yo ideal; esta
    ultima capacidad, lleva al adolescente a buscar una identidad, que
    lo defina como persona
    única e irrepetible.

    Para Erikson el formar una identidad es
    la principal tarea del adolescente, y cuando se hace
    adecuadamente lo llevara a desarrollar la virtud de la intimidad.
    Según Marcia para encontrar una identidad el adolescente
    se ve obligado a pasar por una etapa de crisis, en la
    cuál como señala Ana Freud los
    adolescentes
    se encuentran en un estado de
    duelo y en el cual añoran la niñez en la cual
    existían situaciones "simples". Es durante esta crisis de la
    adolescencia
    donde, como señala Abraham, es posible que se presenten
    reacciones neurótico depresivas.

    Por otro lado muchos autores como Beck, y como esta
    señalado en el Disorders Stadistics Manual IV (DSM
    IV) la depresión
    esta relacionada con apatía general, baja en la actividad
    general, perdida de la energía, una disminución
    acusada del interés,
    sentimientos de inutilidad y perdida de la capacidad para pensar
    y concentrarse, entre otros; todos estos síntomas
    según la hipótesis que se sostiene en el presente
    trabajo puede tener una impacto importante sobre el desempeño escolar

    MARCO TEÓRICO

    Según Aranda los modelos de
    depresión se han clasificado tradicionalmente según
    cinco escuelas principales: la conductal, la sociológica,
    la existencial y la medico-biológica; y aunque en general
    todas estas escuelas están de acuerdo con los diferentes
    síntomas que presupone el estado
    depresivo, existen discrepancias entre los modelos
    explicativos que describen las causas de dicho estado; en el
    presente trabajo se retomaran principalmente los modelos que
    están dirigidos a explicar la depresión desde la
    teoría
    psicoanalítica

    La depresión es uno de los conceptos
    dinámicos que tiene su origen en la obra original de
    Freud de duelo
    y melancolía, pero que ha crecido a lo largo del tiempo y que
    todavía hoy está en proceso de
    desarrollo, es
    importante definir el concepto de duelo
    como la reacción normal ante una pérdida real en
    donde se retira la energía del objeto perdido, regresando
    hacia el propio individuo, siendo el sentimiento predominante el
    de abatimiento y tristeza; la perdida del objeto provoca en el
    individuo estados depresivos conscientes o inconscientes, tales
    como la tristeza, llanto, nostalgia, amargura, sensación
    de vació, sentimiento de culpa y pensamientos
    suicidas.

    El enfoque psicoanalítico ofrece una serie de
    explicaciones a través de varios modelos, entre ellos el
    de cólera restringida, que manifiesta una
    desviación hacia el interior de la persona
    deprimida; el del instinto agresivo causado por la perdida de un
    objeto amado, convirtiéndose el instinto agresivo en
    afecto depresivo; y el modelo de
    perdida del objeto, que entraña la separación y la
    alteración de los vínculos
    básicos.

    La escuela
    psicoanalítica propone que el individuo deprimido se
    encuentra inmerso en sentimientos de culpa y de baja autoestima, el
    sujeto interioriza la perdida de un objeto como rechazo de
    sí mismo, y la confunde o la relaciona inconscientemente
    con sus propias experiencias tempranas.

    Abrahan ha sido uno de los autores que ha puesto
    más importancia en el papel que
    desempeña la oralidad en la depresión, hecho que
    fue posteriormente estudiado por Radó y Fenichel, el
    primero analizó la influencia de la situación de
    lactancia sobre el yo infantil y de esta manera amplió el
    concepto de
    oralidad para abarcar todas las sensaciones placenteras que
    experimenta el lactante junto al pecho de su madre tales como los
    sentimientos de calor,
    seguridad y
    nutrición.

    Edward Bibring propuso un modelo de
    depresión, basado en el conflicto que
    implica la expresión emocional de un estado de
    desvalidamiento e impotencia del yo, siendo característica de las personas que padecen
    de depresión: el deseo de ser valioso, amado y apreciado,
    el deseo de ser fuerte y tener seguridad, y el
    deseo de ser bueno y amable. Este autor creía que lo que
    llevaba a la depresión es la tensión entre las
    aproximaciones propias y la conciencia que el
    yo tiene de su desvalidamiento.

    En el análisis histórico de la
    depresión hay conceptos e ideas que parecen asomar una y
    otra vez como es: la persistente conexión de la fase oral
    del desarrollo y
    la unidad madre / hijo, la regulación de la autoestima y
    finalmente una asociación normal entre agresión,
    hostilidad, superyo y culpa resultante.

    Thederese Benedeck demostró que la naturaleza de la
    constelación depresiva descansa en la psicología de la
    función
    procreadora y en los propios cuidados maternales
    "Constelación" que se entiende de acuerdo a las propias
    interacciones recíprocas entre la madre y el
    hijo.

    Para Cameron la depresión neurótica es
    ante todo una perturbación del humor, una reacción
    ante la perdida o la amenaza de perdida, al fracaso, a la
    desaprobación o la desilusión, los síntomas
    básicos de la reacción neurótico depresiva
    para este mismo autor son, la subestimación de sí
    mismo, el desaliento y la búsqueda del apoyo; la persona
    neuróticamente deprimida no logra interesarse por la
    gente, por las cosas o por las actividades; renuncia a tener
    iniciativa, expresa constantemente sus sentimientos de
    inferioridad, de desprecio y de desesperación, sin embargo
    no llega a apartarse del todo de una interacción eficaz
    con el medio circundante.

    La persona neuróticamente deprimida, sufre una
    profunda regresión parcial, "regresión limitada en
    amplitud del yo a un patrón anterior de conducta,
    generalmente a uno que ha tenido éxito
    en una etapa anterior del desarrollo, o por el contrario, uno que
    ha proporcionado satisfacción inadecuada evitando
    así su integración con niveles más maduros
    de conducta" (Cofer
    y Appley; 1971), esta regresión parcial permite que parte
    de la integración del yo permanezca intacta, por
    lo cual mantiene gran parte de su capacidad para mantener
    relaciones de objeto.

    Como Cameron menciona en su libro
    "Desarrollo y Psicopatología de la
    Personalidad", si una perdida es grande e irreparable, la
    reacción depresiva puede ser profunda y durar largo
    tiempo sin
    incapacitar a la persona, en tal caso se habla de un dolor
    normal; es cuando la persona termina preocupándose
    crónicamente de no valer nada, de ser un fracaso y de no
    tener futuro cuando se puede hablar de una reacción
    neurótico depresiva. Este autor definió la
    reacción neurótica depresiva como: "un desorden del
    humor en el que se expresa la tensión y la ansiedad en
    forma de abatimiento y subestimación de sí mismo,
    alteraciones somáticas y quejas repetidas de sentirse
    inferior, desesperado y despreciable". El neurótico
    depresivo expresa su culpa disfrazándola minimamente como
    inferioridad, desesperanza y desprecio, esas quejas insistentes
    coinciden con su humor, pero también son adaptativas en el
    sentido de que a través de ellas encuentran reforzamiento
    y aceptación de otras personas.

    Para Melanie Klein, la depresión es en un
    momento, una fase normal en el desarrollo del niño,
    según esta autora, durante el segundo periodo de la fase
    oral, el niño adopta una posición depresiva, en la
    cual el bebé reconoce un objeto total y se relaciona con
    este; cuando el niño comienza a reconocer a su madre
    quiere decir que ahora la percibe como un objeto total, que puede
    ser a veces malo y a veces bueno, que puede estar presente o
    ausente, o a la que puede amar y odiar al mismo tiempo, comienza
    a percatarse que esta madre es a la vez fuente de lo bueno y lo
    malo; reconocer a la madre como un objeto total, también
    significa reconocerla como individuo con una propia vida, el
    bebé, entonces descubre cuán desamparado
    está, cómo depende totalmente de ella, y cuantos
    celos le provocan los demás; al reconocer a la madre como
    un objeto total, se enfrenta entonces a los conflictos
    vinculados con su propia ambivalencia, de la cual comienzan a
    brotar ansiedades, que se derivan del pensamiento de que sus
    propias pulsiones agresivas hayan destruido o lleguen a destruir
    al objeto amado, de quien depende totalmente. Durante esta etapa
    aumentan los procesos de
    introyección, que obedecen a la necesidad de poseer al
    objeto amado, de guardarlo dentro de sí y de protegerlo
    contra su propia destructividad, pero las poderosas pulsiones
    agresivas del niño hacen surgir la ansiedad de que estas
    pulsiones no destruyan solo al objeto externo, sino
    también al recién introyectado. El bebé bien
    integrado, puede evocar y conservar su amor hacia el
    objeto bueno, incluso mientras lo odia, exponiéndose
    así a nuevos sentimientos: el duelo y la nostalgia por el
    objeto bueno al que siente perdido y destruido, y la culpa, una
    experiencia depresiva típica provocada por el sentimiento
    de que perdió al objeto bueno por causa de su propia
    destructividad, en la cúspide de esta ambivalencia puede
    sobrevenir la desesperación depresiva.

    Freud en su trabajo "El Duelo y la Melancolía",
    hace una distinción entre estos des estados emocionales,
    para él, la melancolía se caracteriza
    psíquicamente por un estado de ánimo profundamente
    doloroso, una cesación del interés
    por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar,
    la inhibición de todas las funciones, y la
    disminución del amor propio;
    esta última se traduce en reproches y acusaciones de que
    el paciente se hace objeto a sí mismo y puede llegar
    incluso a una delirante espera de castigo; por otra parte, el
    duelo muestra
    también estas características, a excepción de la
    perturbación del amor propio, el duelo intenso, es la
    reacción a la pérdida de un ser amado, integra un
    doloroso estado de ánimo, la cesación del
    interés por el mundo exterior, la pérdida de la
    capacidad de elegir un nuevo objeto amoroso, y el apartamiento de
    toda función no
    relacionada con la memoria del
    ser querido; el mecanismo psíquico natural del duelo,
    consiste en un examen que se hace de la realidad, en la cual, el
    objeto amado no existe ya, y demanda que la
    libido abandone todas sus relaciones con el mismo, contra esta
    demanda surge
    una resistencia de
    modificar la libido convertida en catexia, aun cuando le haya
    encontrado ya una sustitución, lo normal es que aunque con
    gran gasto de tiempo y de energía psíquica, se
    realice la sustracción casi total de la libido.

    El mecanismo psíquico de la melancolía,
    puede tener distintas causas, una reacción a la
    pérdida de un objeto amado, que el objeto ha quedado
    perdido como objeto erótico y finalmente la perdida de un
    objeto que no se sabe cuál es, de este modo Freud vincula
    a la melancolía con una pérdida de objeto a nivel
    inconsciente diferenciándose así del duelo, en el
    cual, nada de lo que respecta a la pérdida es
    inconsciente; esta perdida desconocida del objeto, produce todos
    los síntomas del duelo pero además, el
    melancólico muestra otro
    carácter, que no hallamos en el duelo, una
    extraordinaria disminución de su amor propio, o sea un
    considerable empobrecimiento de su yo, el cual es percibido como
    indigno de toda estimación, incapaz de rendimiento valioso
    alguno, y moralmente condenable, se dirige amargos reproches, se
    insulta y espera la desaprobación y el castigo; este
    empobrecimiento del yo según Freud se debe principalmente
    a que el objeto amado, en el cual se deposito la libido, fue
    elegido en forma narcisista a través de una
    identificación, y cuando el objeto o parte del objeto se
    pierde o existe un desencanto por él, existe una
    regresión de la carga del objeto a la fase oral de la
    libido, perteneciente aún al narcisismo, esto da como
    resultado que todos los reproches orientados hacia el objeto
    amado que ha sido introyectado después de la perdida, se
    regresan al yo, y exista la necesidad de que sean expresados
    abiertamente.

    Así, pues, la melancolía toma una parte de
    sus caracteres, del duelo, y otra, del proceso de la
    regresión de la elección de objeto narcisista, al
    narcisismo de la fase oral. La pérdida del objeto o el
    desencanto por este, constituye una excelente ocasión para
    hacer surgir la ambivalencia de las relaciones, esta ambivalencia
    presta al duelo una estructura
    patológica, y la obliga a exteriorizarse en el reproche de
    haber deseado la pérdida del objeto amado o incluso ser
    culpable de ella; El tormento, que el melancólico se
    inflige a sí mismo, significa la satisfacción de
    tendencias sádicas y de odio, orientadas hacia un objeto,
    pero retrotraídas al yo.

    Los autores hasta ahora revisado, concuerdan en que los
    factores que precipitan a las reacciones neurótico
    depresivas son las privaciones o frustraciones que exceden los
    limites de la tolerancia del
    yo, las personas depresivas son vulnerables a cualquier cosa que
    destruya o amenace la satisfacción de sus necesidades de
    dependencia profunda y a aquello que empequeñezca su
    sentido de autoestima, entre los factores precipitantes
    más comunes tenemos, la perdida de amor o incluso verse
    amenazado por la perdida de este, también puede serlo la
    desilusión respecto al ser amado, estas perdidas perturban
    el equilibrio
    interno de la persona y le producen abatimiento (que se
    experimenta a nivel consciente), hostilidad y culpa (que aparecen
    a nivel inconsciente o preconsciente); otro factor concomitante
    es el fracaso personal o
    económico, ya que la perdida de poder,
    prestigio, propiedad o
    dinero, y el
    bajo rendimiento en el trabajo o
    escolar, golpean al núcleo de los sistemas de
    seguridad, separando a la persona de fuentes
    importantes de apoyo moral y
    material, otro de los factores más comunes
    señalados por estos autores, es la adquisición de
    nuevas responsabilidades, debido a que la adquisición de
    estas les hace sentirse inconscientemente culpables, ya que
    representan para la persona algún triunfo prohibido
    relacionado con la primera niñez.

    Según Cameron, lo usual es que las reacciones
    neurótico depresivas a menudo son provocadas por algo que
    perturbaría a cualquier persona, la diferencia esta en que
    el paciente depresivo no logra recuperar el equilibrio
    perdido; durante el periodo de incubación, la persona
    experimenta periodos de tensión y ansiedad, este se queja
    de dolores de cabeza, de espalada y de punzadas en las piernas,
    de fatiga crónica y de un mal dormir, a menudo la
    función gastrointestinal y el apetito sufren cambios, y se
    presentan alteraciones sexuales, a menudo hay explosiones de
    enojo, periodos de amargo y mal humor, oscuras meditaciones y
    pesadillas durante las noches, casi siempre se presentan ideas de
    suicido.

    De acuerdo con el mismo autor, durante el desarrollo del
    cuadro depresivo, la persona se queja de haber perdido el placer
    que anteriormente obtenía de su trabajo y de sus
    diversiones, con su familia, en su
    hogar y con sus amigos, se refugia en si misma, se vuelve
    irritable, prefiere la soledad y pierde fácilmente el
    control, muy a
    menudo junto con estos síntomas se presentan las quejas de
    que es imposible concentrarse, que se esta perdiendo la memoria, que no
    entiende lo que otros le dicen y que no puede pensar con
    claridad. Cuando aparecen estos síntomas, la persona
    deprimida suele transformar sus sentimientos de inferioridad en
    una creencia de que su cuerpo es inferior, las personas que
    cursan una reacción neurótico depresiva, se quejan
    de haber perdido todo interés, placer e iniciativa, se
    sienten pesaros, preocupados y descontentos.

    La devaluación de sí mismo es el
    síntoma más notable de la persona
    neuróticamente deprimida, la fuente original de esta
    devaluación es un estado de tensión
    yo-superyo, al que se le llama culpa inconsciente; esta culpa es
    lo que origina que la persona que cruza por una reacción
    neurótico depresiva se odie sin saberlo; cuando afirma que
    se desprecia esta expresando una verdad dinámica, en la cual parte de ella
    desprecia a otra, el proceso subyacente de este desprecio es que
    un superyo arcaico, desprecia, rechaza y ataca a un yo infantil y
    en regresión.

    El cuadro de la persona neuróticamente depresiva
    suele incluir un comportamiento
    cruel con aquellos a quienes desearían amar y continuar
    amando, este es un proceso adaptativo, mediante el cual se logra
    que el remordimiento sufrido por una causa inconsciente, se
    justifique conscientemente, el problema con este mecanismo
    defensivo del yo es que cada incremento de la culpa consciente,
    aumenta la hostilidad del superyo arcaico.

    Como ya mencionamos, las reacciones depresivas son
    neurosis de culpa
    que consisten en la regresión a niveles
    pre-edípicos en los que existe un enfrentamiento entre un
    yo infantil y un superyo arcaico y las personas neuróticas
    depresivas se vuelvan hacia el exterior en busca de apoyo
    emocional del otro, buscando que se les cuide como bebés,
    su orientación esta en volverse más dependientes
    aunque les atemorizan las consecuencias de esa dependencia
    infantil, lo que constituye parte del conflicto
    central; aunque las personas depresivas expresan su culpa lo
    más común es que no tengan conciencia de
    ella.

    La regresión a las fases pre-edípicas de
    la etapa oral, presupone una reactivación de las
    fantasías y los conflictos
    pertenecientes a esta fase, cuando sus necesidades de dependencia
    eran más poderosas que las de autoafirmación, lo
    que lleva a una lucha infantil por el poder; la
    persona que cae en una depresión a revive el conflicto
    básico del periodo del destete, el cual consiste en las
    aun existentes necesidades de dependencia y el miedo a volverse
    irremediablemente dependiente que según Erikson se
    resuelve desarrollando la confianza básica, es por esto
    que cuando se da una regresión parcial a esta etapa a
    través de la depresión, la persona no se siente
    segura de si misma y expresa la culpa en la infantil forma de
    sentirse sin amor o difícil de amar, inferior, indigno e
    indeseado.

    Las quejas de la persona neurótico depresiva, por
    un lado constituyen procesos de
    descarga que permiten una salida a las actitudes
    hostiles del superyo hacia el yo, y por otro son pedidos de
    auxilio hechos a otras personas para que ayuden al yo en contra
    de los ataques del superyo, por ello las quejas representan
    intentos por restaurar el equilibrio interno, estimulando en
    otros apoyo narcisista. El empleo
    sistemático de que quejas tiene cuatro funciones
    básicas:

    1. Mantenimiento
    de buenas relaciones de objeto: las quejas ayudan a la persona
    deprimida a actuar de modo realista en un campo real de relaciones
    interpersonales.

    2. Aseguramiento de apoyo narcisista: las quejas del
    depresivo, son equivalentes al llanto de un bebé
    hambriento estas expresan una necesidad urgente y son un medio de
    estimular que alguien las satisfaga, el apoyo narcisista tiene un
    efecto temporal y pronto hay la necesidad de obtener
    más.

    3. Descarga de agresión del superyo: las
    repetidas acusaciones contra sí mismo, son equivalentes
    simbólicos de una ofensiva continua del superyo, alivian
    el estrés
    interno y satisfacen temporalmente la necesidad de aceptar un
    pequeño castigo a cambio de perdón.

    4. Descarga de agresión del ello y del yo: las
    personas oralmente dependientes se sienten constantemente
    frustradas por quienes las rodean, estas experiencias frustrantes
    generan una hostilidad arcaica y violenta, que es descargada con
    las personas a las que ama, esta descarga de agresividad genera
    culpa, la cual estimula las contrapresiones del superyo. Por otro
    lado estas descargas de agresión, disminuyen la
    tensión general de la culpa depresiva.

    En resumen, en las depresiones neuróticas, la
    regresión reaviva una lucha infantil entre un yo
    enormemente dependiente y un superyo anormalmente critico, este
    ultimo compuesto de objetos hostiles introyectados y de
    identificaciones infantiles con imágenes
    paternas pre-edípicas agresivas. La persona conserva
    reprimido lo que puede de su superyo critico, el resto lo
    proyecta sobre otras personas, en especial sobre las que ama, a
    quienes da inconscientemente el papel de
    padres. Se queja de ellas de tal manera que las hace darle
    confianza, alabanzas y amor exagerados. Ese apoyo narcisista
    refuerza al yo infantil y lo utiliza en sus combates internos
    contra el superyo arcaico. Mientras este proceso continué,
    la persona mantiene el equilibrio neurótico depresivo, sin
    embargo con el tiempo con el tiempo, las personas de las que
    depende el depresivo para mantener su apoyo narcisista,
    rehúsan seguir dándole apoyo, cuando esto sucede la
    frustración adicional puede provocar: el incremento
    notable de la hostilidad del superyo arcaico o el incremento de
    la agresión del yo para contraatacar y salir de la
    depresión.

    Para todos los modelos psicoanalíticos revisados
    hasta el momento existe un factor común: que la
    depresión comienza con la creencia que posee un sujeto de
    que la perdida del objeto amado equivale al retiro de su
    cariño, echando de esta manera a andar todos los procesos
    inconscientes de los que hemos hablado hasta ahora; por su parte
    en la teoría
    cognitivo conductal de Beck se plantea que la depresión
    también depende de las creencias y de los pensamientos que
    tiene el sujeto acerca de las perdidas o de las suposiciones de
    perdidas, y que estas creencias y pensamientos causan los estados
    emocionales, por ello Cofer y Appley (1971), nos dicen que la
    teoría Cognitivo-Conductual de Beck, y los diferentes
    modelos psicoanalíticos no difieren en cuanto a las causas
    de la depresión, sino a la naturaleza de
    dichas causas por otro lado Beck también hace referencia a
    todos los síntomas citados con anterioridad, y los acomoda
    en cuatro grandes grupos:
    síntomas cognitivos (baja autoestima, autocrítica,
    indecisión, ideas suicidas, falta de concentración,
    ensoñación), aspectos emocionales (periodos de
    llanto, perdida de la alegría, autocrítica
    exteriorizada, sentimientos de inutilidad exteriorizados),
    síntomas motivacionales (deseos de evitación,
    desinterés sentimientos de culpa, apatía, perdida
    de la energía), estos síntomas pueden ser la causa
    del ausentismo escolar y neurovegetativos (perdida del apetito,
    insomnio, fatiga).

    Para Burton "la depresión es la más
    universal de las aflicciones humanas" y duda que exista
    algún individuo que deje de experimentarla a lo largo de
    su existencia, pare él este es un fenómeno muy
    frecuente en los jóvenes, ya que la angustia los afecta
    tanto como al adulto, pero no poseen una organización adecuada del yo para
    elaborarla.

    La adolescencia es una etapa, periodo o estado que se
    presenta con características bien definidas en el gradual
    desarrollo del hombre,
    aparece como un salto importante entre la infancia y la
    adultez; para algunos autores, la adolescencia se considera como
    el segundo nacimiento, ya que el joven necesita resolver los
    problemas de
    ser en función de sí mismos y en relación
    hacia grupo
    familiar. La mayoría de las investigaciones
    hechas en relación a las emociones en la
    adolescencia concluyen, que en este periodo existe un aumento de
    la emotividad, la cual es provocada por la necesidad que
    experimenta el ser humano de abandonar viejos hábitos de
    acción y de pensamiento y de establecer otros nuevos,
    así también desde el punto de vista de la conducta
    observada se considera que el adolescente vive en una
    desubicación en el tiempo, convirtiendo el tiempo en un
    presente y en un activo en un intento de manejarlo. Durante esta
    apoca el desarrollo de las facultades cognoscitivas del
    adolescente le permiten constituir un sistema de
    pensamiento que incluye la responsabilidad ante los demás, la
    internalización de valores y
    normas y un
    incipiente sentido de sí mismo. A esta edad se encuentra
    mas preocupado por la opinión de sus iguales o de la
    sociedad que
    por lo que opinan sus padres.

    Sin embargo, lleva dentro de sí mismo y trasmite
    a la comunidad los
    sistemas
    internalizados de creencias familiares que aprendió en el
    hogar, de acuerdo a estas enfrenta la frustración de
    diferentes maneras y recurre a diversos mecanismos de defensa,
    pudiendo mostrar una reacción afectiva inicial ante las
    frustraciones o a la pérdida de bienestar. Se produce
    entonces la consolidación de los procesos adaptativos, de
    modo que el niño reacciona a la tensión de una
    manera característica y reiterativa.

    El crecimiento cognoscitivo de la pubertad permite que
    el adolescente se evalúe desde el punto de vista moral. En
    vista de las demandas impuestas por la vida puede sentirse
    indigno o falto de valores,
    siendo frecuente la disminución de la autoestima. El estado
    afectivo deja de ser una evaluación
    lógica
    y personal, solo
    hacia el final de la niñez es posible observar en la
    práctica clínica episodios depresivos comparados
    con el adulto. las depresiones de la adolescencia igualan a las
    de la edad adulta en severidad, la sobrepasan en auto
    destructividad y muestran todavía el sello
    característico de su concomitante con el proceso de
    desarrollo. El adolescente piensa constantemente en el futuro, la
    idea del tiempo sobresale en el pensamiento, para él todas
    las acciones o
    experiencias son irrevocables y eternas, al igual que la
    vergüenza y la desesperación que la provocan, este
    exagerado énfasis entre el hoy y el mañana escapa a
    la seguridad del niño y esta mitigado por la mayor
    experiencia del adulto; él adolescente siente que todo se
    ha perdido y que nada puede redimirse en consecuencia se
    deprime.

    Otro factor que influye en la depresión es la
    falta de moderación del pensamiento, ya que el joven
    parece vivir en un mundo del "todo o nada" dando a hechos
    triviales una trascendencia desmedida reaccionando de una manera
    dramática y terminable. Todos estos factores expuestos
    llevaron a Anna Freud a plantear de que todos los adolescentes se
    encontraban en un estado de duelo y que en realidad
    añoraban los períodos de la niñez en donde
    las soluciones
    eran relativamente simples.

    La reacción depresiva se caracteriza por una
    ausencia notable de conducta adecuada para esta fase del
    desarrollo y por una pronunciada inmadurez de la capacidad de
    duelo, en donde la hostilidad dirigida hacia los padres, se
    desvía hacia sí mismo y las tendencias de
    auto-desprecio se relacionan en ultima instancia con el deseo de
    destruir la imagen idealizada
    de los padres, por quienes el niño se siente traicionado.
    Entonces la hostilidad puede dirigirse hacia la imagen que ha
    perdurado del padre o hacia él mismo, lo que origina una
    conducta provocativa, contradictoria o intentos masoquistas y
    suicidas de enfrentarse a los afectos depresivos.

    Desde el punto de vista clínico, la
    depresión en la adolescencia en la cual predominan los
    rasgos pre-edípicos se manifiesta en fluctuaciones muy
    inestables del estado de ánimo y de dependencia, mostrando
    un grado notable de dependencia no resuelta que plantean a sus
    padres o a sus sustitutos. Con frecuencia existe una
    relación ambivalente intensa con la madre que a veces
    produce un vinculo de tipo dependiente y simbiótico; en
    otras ocasiones se plantea como una relación
    sadomasoquista llena de ataques hostiles a la familia y a
    las autoridades externas. Malmquist describe a estos
    jóvenes como seres conscientes de sus necesidades de
    emancipación al mismo tiempo que luchan contra su
    incapacidad. Frecuentemente son hipocondríacos o
    manifiestan perturbaciones somáticas. Se observa
    así mismo una actuación de la conducta,
    acompañado de violencia
    física y
    verbal, que se altera con una necesidad de apego para obtener
    seguridad y protección.

    Para Blos, durante la adolescencia, muchos de los deseos
    y pulsiones pre-edípicas, comienzan a resurgir y
    manifestarse de manera inconsciente, y si hay un factor
    precipitante, es posible que estos deseos y pulsiones, se vuelvan
    cada vez más fuertes, y que hagan renacer los sentimientos
    de ambivalencia de los que habla Klein, haciendo que el yo sufra
    una regresión parcial hacia las fase depresiva de la etapa
    oral, creando así una reacción depresiva, la cual
    es definida por esta autora como: "el estado de animo en que se
    viven parcial o totalmente los dolorosos sentimientos de la
    posición depresiva. Puede ser una reacción normal a
    experiencias de perdida o una reacción patológica
    de carácter
    neurótico".

    Al respecto de la adolescencia, Freud señala en
    su libro "Tres
    ensayos sobre
    una Teoría Sexual", que la tarea primordial del
    adolescente es el logro de la primacía genital, y la
    consumación definitiva del proceso de la búsqueda
    no incestuosa del objeto, según Freud durante la
    adolescencia, la persona se encuentra en la etapa genital, en la
    cual los impulsos sexuales afloran.

    Según Erikson, cuando el niño entra a la
    adolescencia, su grupo social
    espera que éste reemplace sus actitudes y
    conductas infantiles por las más adecuadas a su nuevo
    status evolutivo; esto es lo que promueve la crisis en la
    adolescencia, que es denominada por este autor identidad vs.
    confusión de roles, en la cual el adolescente intenta
    encontrar un rol de acuerdo a sus cualidades, busca adversarios e
    ídolos como guardianes de una identidad final, inicia el
    enamoramiento, lo cual constituye un intento por llegar a la
    propia identidad (incluyendo la identidad sexual), los grupos de pares
    ayudan a desarrollar y poner a prueba el autoconcepto, pero
    también pueden ejercer una influencia antisocial; la
    resolución de este conflicto presupone el desarrollo de la
    virtud de fidelidad. La identidad se forma a medida que los
    jóvenes resuelven tres aspectos importantes en su vida: la
    elección de una ocupación, la adopción
    de valores en que creer y por que vivir, y el desarrollo de una
    identidad sexual satisfactoria. Erickson considera que hay dos
    aspectos cruciales en la formación de la identidad: la
    presencia o ausencia de crisis y compromisos, por su parte, James
    E. Marcia definió cuatro tipos de estado de identidad,
    siguiendo esta misma línea de pensamiento:

    Logro de identidad: caracterizado por el compromiso con
    elecciones hechas después de una crisis, un periodo
    dedicado a explorar alternativas.

    Aceptación sin raciocinio: la persona no dedica
    tiempo a considerar alternativas (es decir, no ha estado en
    crisis) se compromete con planes de otra persona para su
    vida.

    Moratoria: la persona normalmente considera alternativas
    (en crisis) y parece guiado por el compromiso.

    Difusión de identidad: caracterizado por la
    ausencia de compromiso y la falta de un serio examen de sus
    alternativas.

    Según Erikson y Marcia, estas crisis de
    identidad, a menudo causan en el adolescente ansiedad, ya que el
    adolescente se encuentra en el conflicto de integrar diversas
    identificaciones de su primera infancia, con
    nuevas identificaciones, que le permitan adaptarse al contexto
    social en el que se desenvuelve, esta ansiedad puede traer
    consigo periodos depresivos, sobre todo si hay factores
    precipitantes como la perdida de un ser querido (lo cuál
    no implica forzosamente su muerte) o la
    desaprobación de personas significativas.

    De acuerdo a los puntos que hemos tocado, se deduce que
    la adolescencia es un periodo especialmente frágil, en el
    cual el adolescente corre el peligro de caer en reacciones
    neurótico depresivas, que pueden ser desencadenadas por
    diversos factores precipitantes, como la perdida de u ser
    querido, el fracaso en un ámbito importante de su vida
    (como por ejemplo el desempeño escolar o el fracaso en las
    relaciones
    interpersonales) o la necesidad de asumir nuevas
    responsabilidades; al establecerse una reacción
    neurótico depresiva, existen muchos proceso
    psíquicos subyacente, y como lo señala Cameron es
    posible que exista perdida de atención, perdida de memoria, y la
    perdida de un raciocinio claro, factores que según autores
    como Thurstone, Goddard, Piaget y
    Gardner, están muy relacionadas con el desempeño
    escolar, los procesos psíquicos subyacentes,
    también crean síntomas, como bien lo menciona
    Cameron, como apatía, desinterés, perdida de placer
    por el trabajo
    cotidiano y perdida de la iniciativa, los cuales también
    guardan relación con el desempeño escolar, ya que
    como el autor psicoanalísta Erich Fromm señala, la
    perdida placer y de interés por el trabajo diario ocasiona
    que se pierda la sensación de libertad por
    realizar dicho trabajo, creando un conflicto en torno a este; por
    otro lado como ya hemos mencionado, el fracaso académico
    (sobre todo si él ámbito académico es
    importante para el adolescente, o esta le representa a él
    la perdida del amor por parte del objeto o la
    desaprobación por parte de este objeto, como bien
    podrían ser sus padres) o de cualquier otra índole
    como lo menciona Cameron, puede ser un factor precipitante para
    la aparición de reacciones neurótico depresivas;
    por lo tanto, la hipótesis que se
    plantea en el presente trabajo es que el índice de
    depresión en la adolescencia, guarda una
    correlación significativa con el desempeño
    académico.

    MÉTODO

    1. OBJETIVO:
    • Averiguar la correlación entre la
      depresión y el desempeño académico en
      adolescentes de tercer año de
      preparatoria.
    1. HIPÓTESIS:
    • Hipótesis General: El índice de
      depresión guarda una correlación significativa
      con el desempeño académico en adolescentes de
      tercer año de preparatoria.
    • Hipótesis Operativa 1: El índice de
      síntomas cognitivos guarda una correlación
      significativa con el desempeño académico en
      adolescentes de tercer año de
      preparatoria.
    • Hipótesis Operativa 2: El índice de
      síntomas motivacionales guarda una correlación
      significativa con el desempeño académico en
      adolescentes de tercer año de
      preparatoria.
    • Hipótesis Operativa 3: El índice de
      síntomas emocionales guarda una correlación
      significativa con el desempeño académico en
      adolescentes de tercer año de preparatoria
    • Hipótesis Alterna: El índice de
      depresión guarda una correlación significativa
      con el desempeño académico en adolescentes de
      tercer año de preparatoria.
    • Hipótesis Nula: La correlación entre
      la depresión y el desempeño académico en
      adolescentes de tercer año de preparatoria es poco
      significativa.
        1. Cognitivos: Baja autoestima,
          indecisión, autocrítica e ideas
          suicidas.
        2. Emocionales: Periodos de llanto, perdida de
          la alegría y desinterés.
        3. Motivacionales: Deseos de evitación,
          sentimientos de culpa y perdida de
          energía.
        4. Neurovegetativos: Perdida del apetito,
          insomnio, fatiga.
      1. Depresión: Se medirá de acuerdo a
        los siguientes síntomas, de acuerdo con el Inventario de Depresión en la
        Adolescencia (IDA):
      2. Rendimiento Escolar: Para efectos de esta
        investigación el rendimiento escolar
        estará determinado por el promedio de calificaciones
        de los sujetos evaluados.
    1. INDICADORES:

      La prueba que se utilizara para medir la
      depresión en los adolescentes de tercer año de
      preparatoria, será el Inventario de
      Depresión en la Adolescencia (IDA).

      El IDA es un inventario de 40 reactivos, de los
      cuales cinco fueron adaptados del Inventario de
      Depresión para Niños Kovacs, ocho reactivos se
      adaptaron del Cuestionario de Depresión para Niños de Lang y Tisher y 27 reactivos
      se construyeron tomando como base las respuestas emitidas por
      una muestra de sujetos en un cuestionario de preguntas abiertas (Aranda,
      1999).

      El inventario incluye las cuatro categorías
      establecidas por Beck: cognitiva, emocional, motivacional y
      neurovegetativa, como se muestra en la siguiente
      tabla:

      SÍNTOMAS

      REACTIVOS

      NUMERO DE REACTIVOS

      Cognitivos

      12, 14, 15, 18, 2, 20, 21, 25, 28, 30, 31, 32,
      33, 34, 36, 37, 38, 40, 7, 8.

      20

      Emocionales

      1, 10, 19, 27, 3, 35, 4,
      5.

      8

      Motivacionales

      11, 16, 22, 23, 24, 26, 29, 6,
      9.

      9

      Neurovegetativos

      13. 17. 39.

      3

      Las categorías de respuesta son de tipo
      Licker cuya puntuación va del 1 al 5 donde:

      1 comprende a NUNCA.

      2 comprende a RARAS VECES.

      3 comprende a ALGUNAS VECES.

      4 comprende a FRECUENTEMENTE.

      5 comprende a SIEMPRE.

      La puntuación fluctúa de 40 a 200;
      donde 40 indica un grado nulo de depresión y 400
      indica un índice de depresión
      clínicamente significativa; las puntuaciones se pueden
      situar en los siguientes rangos:

      40 – 71 Sin Depresión.

      72 – 103 Depresión Leve

      104 – 135 Depresión Moderada

      163 – 167 Depresión Severa.

      168 – 200 Depresión Clínicamente
      Significativa.

      En el presente trabajo, los procedimientos estadísticos se
      realizaran con base en la puntuación natural de la
      prueba, con el fin de obtener datos
      más específicos para su posterior
      interpretación.

      Las características psicométricas del
      instrumento son las siguientes: para determinar la
      confiabilidad interna del inventario se aplico el método item-escala, y
      se obtuvo que la mayoría de los reactivos están
      por arriba del rango de r =.5: para determinar la
      confiabilidad del inventario se aplico el estadístico
      alfa de Cronbach con el método item–escala; y
      se obtuvo un coeficiente global de .73, de lo cual se deduce
      que el instrumento es sensible para evaluar rangos de niveles
      depresivos en adolescentes; por lo tanto de acuerdo al
      criterio de validez se puede decir que el instrumento mide lo
      que quiere medir (Aranda, 1999).

      El Inventario de Depresión en la Adolescencia
      (IDA), se muestra en el apéndice A.

    2. INSTRUMENTOS

      La muestra esta integrada por una población de 100 adolescentes
      escolarizados de varios grupos, que pertenecen al sexto
      año de preparatoria de una escuela
      particular ubicada en el municipio de Tlalnepantla de
      Baz.

    3. MUESTRA.

        1. A cada sujeto de la muestra se le
          repartirá una hoja de reactivos y una hoja de
          respuestas..
        2. Posteriormente se le leerán las
          instrucciones que se encuentran contenidas en la
          "hoja de instrucciones"
        3. Cualquier duda que se presente durante la
          aplicación del inventario, no será
          respondida.
      1. Aplicación del Inventario de
        Depresión en la Adolescencia (IDA) a la muestra de
        sujetos:
      2. Obtención del promedio de calificaciones
        de los sujetos de la muestra.
      3. Calificación del Inventario de
        Depresión en la Adolescencia.
      4. Vaciar todos los resultados obtenidos, en una
        base de
        datos especialmente creada en Excel
        y posteriormente en el programa de computadora SPSS.
      5. Obtener las medidas de tendencia central, las
        medidas de dispersión y las medidas de
        posición del promedio general de los sujetos y del
        índice general de depresión.
      6. Saber si la muestra se distribuye normalmente
        aplicando la prueba estadística de la Ji2
        como prueba de bondad de ajuste para la distribución normal y la prueba de
        Lilyfors.
      7. Obtener el coeficiente de correlación
        entre del promedio de calificaciones y la
        puntuación total del IDA.
      8. Realizar un Análisis Multifactorial para
        conocer la correlación entre los 4
        factores.
    4. PROCEDIMIENTO.
    1. ANÁLISIS ESTADÍSTICO

    El primer estadístico que se realizo, tubo como
    fin obtener las medidas de tendencia central, las medidas de
    posición, así como las medidas de
    dispersión de las distribuciones del promedio de
    calificaciones y del índice total de depresión.
    Los resultados obtenidos fueron los siguientes:

    • Promedio de Calificaciones:

    Media = 8.0064 Moda =
    7 Mediana = 7.9

    Rango = 36 Varianza =
    .9292 Desviación Estándar = .9640

    1er Cuartil = 7.2 2do Cuartil = 7.9 3er
    Cuartil = 8.75 4to Cuartil = 10

    • Índice Total de Depresión:

    Media = 8.33 Moda =
    93 Mediana = 80

    Rango = 91 Varianza =
    329.29 Desviación Estándar = 18.14

    1er Cuartil = 71 2do Cuartil
    =80 3er Cuartil = 93 4to Cuartil = 140

    Lo que se puede deducir de estos datos, es que
    la aditividad de la varianza en el promedio de calificaciones
    en menor a cuatro, por lo cual existe cierta dependencia del
    promedio hacia el índice de depresión, pero
    dado que la aditividad de la varianza es muy grande en el
    índice de depresión, se puede deducir que la
    dependencia no es inversa, es decir el índice de
    depresión no depende del promedio de
    calificaciones.

    Otros datos importantes que podemos concluir con
    base en este análisis, es que el 50 por ciento de la
    muestra tiene un promedio general que esta por encima de 7.9,
    y que así mismo el 50 por ciento de la muestra,
    presenta un índice general de depresión de 80;
    según las normas del
    instrumento utilizado, esto entraría en el rango de
    una depresión leve.

    Subsecuentemente se empleo el
    estadístico Ji 2 como prueba de bondad de
    ajuste para a distribución normal; esta prueba se
    utilizó para saber si los datos del promedio se
    distribuyen normalmente. La prueba señala que si
    X2 > x2 se rechaza la
    hipótesis nula, hipótesis que
    confirma que los datos se distribuyen normalmente, los
    resultados fueron los siguientes:

    Utilizando un nivel de significancia del 95%, y un
    valor de k
    = 10, se concluyó que X2 es
    igual a 14.06, y que X2 da como resultado 11.2,
    por lo tanto X2 <
    x2, lo cual nos indica que
    se acepta la hipótesis nula, es decir los datos se
    distribuyen normalmente. En el siguiente esquema se muestra
    el grafico de la distribución.

    Posteriormente se empleo la prueba estadística de Lilyfors. Al igual que
    la anterior, esta prueba se utilizó para saber si los
    datos del promedio se distribuyen normalmente; en esta prueba
    una n igual a 100, con un nivel de significancia de 95% da
    como resultado una Wp igual a 0.0886. Según dicta el
    procedimiento
    de la prueba, si Vmax > Wp, se rechaza la hipótesis
    nula, la cual confirma que los datos se distribuyen
    normalmente. Los resultados fueron los siguientes:

    El valor
    máximo fue de .7589, y como se señaló
    anteriormente Wp es igual a .0896, por lo tanto Vmax < Wp,
    lo cual nos indica que se acepta la hipótesis
    nula, es decir los datos se distribuyen normalmente. En el
    siguiente

    esquema se muestra el grafico de la
    distribución:

     Para ver el gráfico
    seleccione la opción "Descargar" del menú
    superior

     El tercer análisis estadístico
    que se realizo fue un coeficiente de correlación de
    Pearson, con el que se correlaciono el promedio con el
    índice general de depresión, dando como
    resultado una r de –11 por ciento, esto quiere decir
    que existe una correlación inversa del 11 por ciento
    entre el promedio y el índice de general
    depresión.

    Finalmente se realizo un análisis
    multifactorial entre los cuatro factores, es decir entre los
    síntomas motivacionales, emocionales, cognitivos, el
    índice general de depresión y el promedio; los
    resultados de dicho análisis se presentan en la
    siguiente tabla.

    FACTORES

    Cognitivos

    Emocionales

    Motivacionales

    Promedio

    Índice total de
    Depresión

    Cognitivos

    1.000

    Emocionales

    .698

    1.000

    Motivacionales

    .538

    .601

    1.000

    Promedio

    -.10

    .00

    -.181

    1.000

    Índice total

    De Depresión

    .929

    .841

    .757

    .11

    1.000

    En la tabla se muestran en negritas las
    correlaciones importantes entre en el promedio y los
    diferentes síntomas, como se puede ver existe una
    correlación inversa de más del 15 por ciento
    entre los síntomas motivacionales y el promedio, y del
    10 por ciento entre este y los síntomas cognitivos y
    por el contrario la correlación entre el promedio y
    síntomas emocionales es nula. También se denota
    la correlación inversa del 11 por ciento entre el
    índice general de depresión y el
    promedio.

    Así mismo se muestran en cursiva las fuertes
    correlaciones, todas mayores al 50%, entre todos los
    síntomas, así como entre estos y el índice
    general de depresión lo cual como nota adicional, puede
    servir para reafirmar la consistencia interna del instrumento
    utilizado.

    CONCLUSIÓN

    En general, la depresión se caracteriza por ser
    un trastorno del humor o estado de ánimo en el cual la
    persona tiene una baja disposición afectiva relativamente
    estable y persistente; primordialmente compuesta de tristeza,
    disminución acusada del interés o de la capacidad
    para el placer en todas o casi todas las actividades, así
    como ansiedad que suele asociarse con síntomas
    físicos como son: cansancio o agitación,
    pérdida del apetito, insomnio, disminución del
    deseo sexual, reducción de la actividad social y una
    reducción de la actividad emocional que se manifiestan a
    través de ideas suicidas y pensamientos de muerte. Todos
    estos síntomas provocan deterioro social, laboral o de
    otras áreas de la actividad del individuo especialmente en
    la adolescencia.

    El adolescente pasa parte de su tiempo en la escuela y
    los éxitos o fracasos obtenidos en este medio determinan
    en gran medida la imagen de competencia o
    incompetencia que adquiera de sí mismo. Este aspecto
    amerita discusión; la relación entre rendimiento
    escolar y depresión de acuerdo al trabajo citado por
    Albert & Beck planteaba que los adolescentes considerados
    "muy buenos alumnos" -en acuerdo al juicio de su profesor
    presentaban bajos puntajes de depresión, en tanto que los
    "malos alumnos" exhibían mayores puntajes de
    depresión. El bajo académico bajo puede causar en
    el estudiante depresión, y la depresión puede
    repercutir directamente con el estado
    académico.

    Se suele entender que el adolescente fracasa en la
    escuela cuando sus notas no llegan al nivel medio deseable,
    desaprueba o incluso debe repetir algún curso; lo cual
    causa problemas
    dentro del hogar con los padres e incluso con las autoridades de
    la escuela, aspectos que evidentemente influyen sobre el estado
    emocional del individúo.

    Las tasas de fracaso son demasiado elevadas como para
    pensar que el problema reside exclusivamente en el alumno. Hay
    que considerar el fracaso escolar tanto desde el punto de vista
    del adolescente como de las exigencias a que se ve
    sometido.

    A la mayor densidad de
    programas hay
    que sumar los déficit en los objetivos
    académicos. La
    motivación por el aprendizaje se
    mantiene si el adolescente ve valorados sus progresos y
    prevé objetivos
    fácilmente alcanzables.

    La motivación
    académica, los estilos de crianza, los factores
    éticos, el status socioeconómico y la calidad de la
    instrucción influyen en los logros educativos. Las
    creencias en la autosuficiencia (sentimiento de ser capaz de
    superar retos y logros objetivos) así como las actitudes
    de los padres pueden influir en la
    motivación para conseguirlos.

    Las familias pobres cuyos hijos tienen buen
    desempeño escolar tienden a tener mayor capital social
    o recursos
    comunitarios y familiares que la persona utiliza para
    desempeñarse adecuadamente. El compromiso con el estudio
    es un factor importante para mantener a los adolescentes en la
    escuela.

    Varios factores influyen en las aspiraciones
    profesionales y educativas, incluidos el estímulo de los
    padres y el estereotipo de género. El
    trabajo externo tiene efectos positivos y negativos en los
    desarrollos social, ocupacional y educativo.

    Durante la aplicación del Inventario de
    Depresión en la Adolescencia, nos encontramos con algunos
    problemas, que no son ajenas del trabajo con adolescentes, entre
    estos se encuentran la predisposición, falta de
    interés, desafió hacia la figura de autoridad (en
    este caso los aplacadores), apatía y falta de
    cooperación; consideramos que es posible que estos
    factores hayan sesgado en cierta medida los resultados del
    instrumento de medición, así que seria indicado que
    el análisis de los datos se realice con
    precaución.

    Aunque en los procedimiento
    estadísticos de Lilyfors y de Ji2 como prueba
    de ajuste de bondad para la normal, se acepto la hipótesis
    que afirma que la muestra se distribuye normalmente, los gráficos de ambas pruebas,
    muestran un sesgo; esto se debe interpretar como el sesgo que se
    presento al tomar la muestra, ya que esta solo estuvo constituida
    por los adolescentes que se encontraban en ese momento en el
    salón de clases, y es muy probable que los que no
    estuvieran en ese momento, presentaran síntomas de
    depresión alta o clínicamente signifactiva por un
    lado, o por otro hubieran decidido no entrar a la clase, lo cual
    es considerado como "ausentismo", que se encuentra muy
    relacionado con el rendimiento escolar. Estos factores dan como
    resultado que la muestra que la muestra se sesgue y la
    distribución se presente como una curva normal
    leptocurtica.

    Parte de la finalidad de este trabajo es tomar en cuenta
    la elevada prevalencia de síntomas depresivos en esta
    muestra, y en general en la población adolescente; como se
    señala en en análisis estadístico, el
    cincuenta por ciento de la población se encuentra por
    encima del rango de depresión leve, y tomando en cuenta
    las limitaciones de la muestra (antes mencionadas), es probable
    que la mayoría de los alumnos que se encuentran en los
    rangos de "depresión alta" y "depresión
    clínicamente significativa", no asistan a las clases o
    estén en su casa debido a síntomas como falta de
    energía o apatía, o aun mas grave hallan sido dados
    de baja antes de llegar a sexto semestre; por lo tanto podemos
    concluir que si la muestra hubiera incluido a los alumnos que se
    han dado de baja y que se encuentran fuera de la escuela, el
    percentil cincuenta caería en el rango de
    "depresión moderada". Más allá de las
    limitaciones propias del instrumento y de las limitaciones que
    encontramos al momento de seleccionar la muestra, sería
    pertinente prestar más atención a estos datos.

    En cuanto a la hipótesis alternativa, esta
    planteaba que "el rendimiento escolar guarda una
    correlación significativa con el desempeño
    académico en adolescentes de tercer año de
    preparatoria."; con respecto a esto el análisis
    estadístico arrojo datos interesantes que nos proponemos a
    abordar y analizar con detalle.

    De acuerdo con el estadístico de
    correlación de Pearson, se obtuvo que los indicadores
    guardan una correlación inversa del 11 por ciento, aunque
    a primera vista, este nivel de correlación podría
    parecer bajo, se debe tomar en cuenta que los dos
    fenómenos estudiados son complejos y multifactoriales, y
    que, por lo tanto las diferencias interindividuales son grandes;
    mientras para algunos individuos una de las causas de la
    depresión es el bajo rendimiento escolar, para otros puede
    ser que la causa del bajo rendimiento escolar, sea un alto
    índice de depresión; como se menciono en el
    marco
    teórico "la reacción neurótico depresiva
    depende del significado que la perdida, la amenaza de perdida, el
    fracaso, la desaprobación o la desilusión tenga
    para el sujeto ", así para algunos individuos el tener un
    bajo rendimiento escolar puede ser visto como algo normal, y para
    otros individuos puede representar una perdida del amor materno,
    una sentimiento de fracaso o una perdida de seguridad acerca de
    la continuidad de su futuro.

    Esta correlación inversa del 11 por ciento, puede
    ser interpretada de varias formas por ejemplo: en el 11 por
    ciento de los casos que se presenta bajo rendimiento escolar, hay
    un nivel significativo de depresión; o en cada caso que en
    el que existe bajo rendimiento escolar, este esta determinado en
    un 11 por ciento por síntomas depresivos.

    Como sea que se interprete, estos datos nos habla de que
    la depresión se encuentra entre uno de los diez factores
    más importantes que se correlacionan con el rendimiento
    escolar, esto nos dice que las diferencias interindividuales en
    cuanto a rendimiento escolar están determinadas en el 11
    por ciento por los síntomas depresivos. Si se ve de esta
    manera la correlación (que a primera vista pareciera ser
    poco significativa) cobra importancia.

    En el análisis multimodal o multifactorial, se
    encontró que la correlación más alta se da
    entre la depresión y los síntomas motivacionales.
    Esto nos da un punto interesante para analizar, según Beck
    algunos de los síntomas motivacionales que se presentan en
    el periodo depresivo, son la apatía, perdida de
    energía y desinterés; como ya hemos mencionado
    estos síntomas se encuentran especialmente relacionados
    con el desempeño académico, ya que pueden ser una
    de las principales causas del ausentismo, y también pueden
    determinar en buena medida la calidad con la
    que el sujeto realiza las actividades escolares. Para los modelos
    psicoanalistas, esta predominancia de síntomas
    motivacionales, se debe principalmente a una perdida continua de
    energía, empleada en mantener inconscientes, todos los
    reproches del superyo, reproches que se agudizan mientras el
    mundo de lo real le demuestra el sujeto que no esta haciendo las
    cosas bien, por ejemplo cuando el mundo de lo real le dice al
    sujeto que su accionar en búsqueda de un objeto
    (rendimiento escolar) no es el adecuado, el superyo no vacila en
    castigar al yo; mientras el superyo le reprocha constantemente al
    yo su bajo accionar, este se conserva en un intento desesperado
    por mantener todos estos reproches inconscientes, lo cual genera
    una perdida acusada de la energía
    psíquica.

    La segunda correlación significativa en el
    análisis multifactorial, fue la correlación inversa
    del 10 por ciento entre los síntomas cognitivos y el
    rendimiento escolar. De aquí también se pueden
    obtener conclusiones interesantes. Según menciona Beck
    dentro de los síntomas cognitivos están incluidos
    la indecisión, falta de concentración,
    autocrítica y ensoñación entre otros; estos
    síntomas pueden determinar en buena medida la falta de
    atención en clase o al momento de realizar un examen, las
    dificultades al estudiar, o las dificultades para resolver
    problemas. Todas estas habilidades que se pierden debido a los
    síntomas cognitivos, dificultan el accionar de la persona
    dentro del aula, y es por ello que determinan en buena medida el
    bajo rendimiento escolar. Desde los modelos
    psicoanalíticos, los síntomas cognitivos se
    explican por la descarga de agresión del superyo, descarga
    que realiza a través repetidas acusaciones contra
    sí mismo y que son equivalentes simbólicos de una
    ofensiva continua del superyo, alivian el estrés
    interno y satisfacen temporalmente la necesidad de aceptar un
    pequeño castigo a cambio de perdón.

    De acuerdo con el análisis multimodal, la
    correlación entre los síntomas emocionales y el
    rendimiento escolar fue nula, esto puede tener varias
    explicaciones; y para exponerlas regresaremos a la teoría
    psicoanalítica, que nos dice que estos síntomas se
    dan, con el fin de asegurar el apoyo narcisista, es decir todas
    estas quejas exteriorizadas como el llanto y la
    autocrítica, son equivalentes al llanto de un bebé
    hambriento, estas expresan una necesidad urgente y son un medio
    de estimular que alguien las satisfaga; el apoyo narcisista tiene
    un efecto temporal y pronto hay la necesidad de obtener
    más. El requerir este apoyo narcisista, lleva al individuo
    a alejarse del lugar que le genera inseguridad, y
    a buscar consuelo en los brazos de la o las personas amadas, por
    lo cual es probable que las personas que muestran una acusada
    presencia de síntomas emocionales, se encuentren buscando
    este apoyo narcisista en casa, o con algún amigo, pero
    seguramente no lo estarán haciendo en el salón de
    clases. Esta es una de las causas de que la muestra se sesgue,
    especialmente en las personas que presentan estos
    síntomas. También es importante recalcar que a
    diferencia de los los síntomas motivacionales y
    cognitivos. Que muestran una relación evidente, hasta para
    el lego, con el rendimiento escolar; es menos probable que los
    síntomas emocionales que llevan al individuo a pedir apoyo
    narcisista, se relacionen con el desempeño
    escolar.

    Existen posibles aplicaciones que se podrían
    realizar con base en el presente trabajo, seria importante buscar
    los otros nueve factores que se relacionan de manera importante
    con el rendimiento escolar, y si los encontramos, podemos obtener
    la ecuación de regresión múltiple que nos
    ayude a determinar con base a estos diez factores el rendimiento
    escolar actual de la persona y a estimar el rendimiento futuro si
    se mejora la calidad de alguno de estos 10 factores.

    APÉNDICE A

    Inventario de Depresión en la
    Adolescencia (IDA)

    INVENTARIO DE DEPRESIÓN PARA
    ADOLESCENTES (IDA).

    HOJA DE INSTRUCCIONES.

    El presente inventario tiene como objetivo
    detectar niveles de depresión en adolescentes.

    A continuación se presentan una serie de 40
    enunciados que de alguna forma expresan tus sentimientos. Lee con
    mucho cuidado cada uno de estos enunciados, y en la hoja de
    respuestas marca con una (X)
    el número que mejor describa lo que piensas o sientes, de
    acuerdo a la siguiente categoría de respuestas.

    • Con el número 1 si lo que ahí se
      expresa NUNCA lo has sentido o pensado.
    • Con el número 2 si lo que ahí se
      expresa RARAS VECES lo has sentido o pensado.
    • Con el número 3 si lo que ahí se
      expresa ALGUNAS VECES lo has sentido o pensado.
    • Con el número 4 si lo que ahí se
      expresa FRECUENTEMENTE lo has sentido o pensado.
    • Con el número 5 si lo que ahí se
      expresa SIEMPRE lo has sentido o pensado.

    Ejemplo:

    Creo que soy una persona muy infeliz (1) (2) (3) (4)
    (5)

    Nota: Por favor no escribir en este
    inventario.

    REACTIVOS.

    1. Me siento triste la mayor parte del
      tiempo.
    2. Cuando hay problemas en casa, pienso que son por mi
      culpa.
    3. Me gusta estar solo (a).
    4. No me dan ganas de comer.
    5. Me desespero fácilmente.
    6. No hago lo que me dicen.
    7. Siento que nadie me quiere.
    8. Pienso que lo mejor sería morirme.
    9. Durante las noches me despierto sin ningún
      motivo.
    10. Me enojo por cualquier cosa.
    11. Tengo problemas con los trabajos
      escolares.
    12. Pienso que lo mejor sería desaparecer para que
      mis papás ya no tengan problemas.
    13. Creo que estoy comiendo demasiado.
    14. Me siento solo (a).
    15. Siento que las cosas malas que suceden son por mi
      culpa.
    16. Me distraigo en mis clases escolares.
    17. Siento que últimamente he subido de
      peso.
    18. No tengo interés por nada.
    19. Me dan ganas de llorar.
    20. Pienso que soy muy feo (a).
    21. He pensado que la vida no vale la pena, porque sufro
      mucho.
    22. Cuando me enojo termino llorando.
    23. Me cuesta trabajo levantarme de la cama.
    24. Me disgusta ir a la escuela.
    25. Siento que nadie se preocupa por mi.
    26. Siento que últimamente he bajado de
      peso.
    27. Cuando alguien se enoja conmigo, me siento
      triste.
    28. Pienso que los demás no me comprenden y me
      rechazan.
    29. Siento que me aburro.
    30. No me llevo bien con la gente.
    31. Me disgusta mucho tener problemas con mis hermanos o
      con mis papás.
    32. Todo me sale mal.
    33. Imagino que estoy muerto (a).
    34. Me siento triste y desdichado (a).
    35. Me siento culpable por todo lo que les sucede a mis
      amigos (as).
    36. Siento que a los demás les caigo
      mal.
    37. Creo que no valgo nada.
    38. Siento que a la gente no le intereso.
    39. Me avergüenzo de mi mismo (a).
    40. Siento odio por mí mismo (a).

    HOJA DE RESPUESTAS.

    NOMBRE:_________________________________________________________

    EDAD:____________SEXO:_______________OCUPACIÓN:________________

    NACIONALIDAD:____________________________________________________

    INSTRUCCIONES: Marca con una X
    el número que más se acerque a lo que sientes o
    piensas, siguiendo el orden de la presente escala.

    1. NUNCA.
    2. RARAS VECES.
    3. ALGUNAS VECES.
    4. FRECUENTEMENTE.
    5. SIEMPRE.
    1. (1) (2) (3) (4) (5). 21. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    2. (1) (2) (3) (4) (5). 22. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    3. (1) (2) (3) (4) (5). 23. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    4. (1) (2) (3) (4) (5). 24. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    5. (1) (2) (3) (4) (5). 25. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    6. (1) (2) (3) (4) (5). 26. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    7. (1) (2) (3) (4) (5). 27. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    8. (1) (2) (3) (4) (5). 28. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    9. (1) (2) (3) (4) (5). 29. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    10. (1) (2) (3) (4) (5). 30. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    11. (1) (2) (3) (4) (5). 31. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    12. (1) (2) (3) (4) (5). 32. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    13. (1) (2) (3) (4) (5). 33. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    14. (1) (2) (3) (4) (5). 34. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    15. (1) (2) (3) (4) (5). 35. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    16. (1) (2) (3) (4) (5). 36. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    17. (1) (2) (3) (4) (5). 37. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    18. (1) (2) (3) (4) (5). 38. (1) (2) (3) (4)
      (5).
    19. (1) (2) (3) (4) (5). 39. (1) (2) (3) (4) (5).

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      12. Freud, A. (1976); "Psicoanálisis del
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        México.
      13. Freud, S. "Duelo y Melancolía"
        Obras Completas de Freud Versión 1.0.
      14. Horrociris, J. (1993); "Psicología de
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      15. Hurlock, B Elizabeth "Psicología de la
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      19. Powel, M.C. (1981); "La Psicología de la Adolescencia",
        Ed. Fondo de Cultura
        Económica: México.
    20. (1) (2) (3) (4) (5). 40. (1) (2) (3) (4)
      (5).

     

    Víctor Enrique Solís
    Sosa

    Centro Universitario Indoamericano

    Licenciatura en Psicología

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