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Conducta ante el Glaucoma del Desarrollo en Nuestro Medio




Enviado por leonardo2002cu



    1. Resumen
    2. Material y
      Método
    3. Resultados
    4. Discusión
    5. Conclusión
    6. Bibliografía

    Resumen:

    El seguimiento a 19 pacientes aquejados de glaucoma del
    desarrollo,
    con edades entre los 0 y 12 años de edad y operados
    mediante trabeculectomía, son expuestos en este
    trabajo.

    La información se recogió a
    través de una base de datos que
    permitió estandarizar las variables
    escogidas, que abarcan, desde los primeros síntomas
    referidos hasta la rehabilitación óptica
    de los niños
    tratados en un
    periodo de tiempo de 3
    años posteriores a la aplicación del tratamiento
    quirúrgico, en el Hospital Infantil Sur de Santiago de
    Cuba, en su
    servicio de
    Oftalmología.

    Se evaluó todo el proceso de
    manera integral con el objetivo de
    dar a conocer el trabajo que
    se realiza en dicho centro así como mostrar
    comparativamente los resultados de la trabeculectomía,
    realizada en el 100% de los pacientes intervenidos, la cual se
    comportó con una eficacia de un
    70.3% en el periodo estudiado. También se exponen datos
    clínicos y de atención al paciente de interés.

    Introducción

    Los Glaucomas del Desarrollo son un grupo de
    enfermedades
    caracterizadas por un defecto embrionario de la Malla Trabecular
    y estructuras
    angulares, por tanto, del sistema de
    drenaje del humor acuoso; estas alteraciones pueden llevar a
    distintas formas clínicas de Glaucoma (cita quien lo dice
    y donde y poner en bibliografía.

    Con los términos Glaucoma Congénito
    Primario, e Infantil se han designado aquellos casos en los que
    la enfermedad se pone de manifiesto en los primeros meses o
    años de vida, respectivamente; si la alteración es
    más leve entonces provocaría una elevación
    de la presión
    intraocular más tardíamente, dando lugar al
    denominado Glaucoma Juvenil, enmarcado este último entre 3
    y 39 años de edad ( 1-4).

    Esta terminología ha sido abandonada por muchos
    al considerar que la edad no puede ser criterio para una
    clasificación. Sin embargo, nosotros, aunque la
    consideramos con ciertas limitantes, la utilizamos por sencilla y
    práctica; y le damos valor al hecho
    de que es mencionada en muchos trabajos prestigiosos
    actuales.

    En muchas ocasiones el Glaucoma del Desarrollo se
    comporta como una verdadera urgencia oftalmológica;
    conocemos que el tema no es abordado con la profundidad que se
    merece, incluso por oftalmólogos, que no se dedican a la
    práctica pediátrica. Es la causa más
    frecuente de ceguera de etiología congénita y
    merece nuestra mayor atención.

    En el mes de Febrero de 1996 se comenzó la
    Cirugía del Glaucoma del Desarrollo en el Hospital
    Infantil Sur de Santiago de Cuba, con la
    intención de realizar la evacuación del humor
    acuoso. Teniendo en cuenta que el 73.6% de los pacientes que
    recibimos en nuestro servicio
    presentaban algún tipo de opacidad corneal y además
    ante la carencia de lentes e instrumental para practicar
    goniotomía, se realizó trabeculectomía en la
    totalidad de los pacientes; considerándose esta
    técnica quirúrgica como el proceder de
    elección en nuestro medio.

    El primer trabajo con un colgajo lamelar de esclera y
    trabeculectomía se remonta a 1961 y fue realizado por
    Sugar (4). Hoy esta operación básica con algunas
    variaciones, es el procedimiento
    más popular para el Glaucoma y cada vez es más
    usado en el Glaucoma del Desarrollo (4-11).

    La técnica fue descrita originalmente por Cairs
    (12) en 1968, y ha sido tan modificada que un gran número
    de cirugías quedan incluidas dentro de éste
    término.

    Preferimos la trabeculectomía de Watson que es
    una combinación de queratectomía,
    esclerectomía y ciclodiálisis interna, realizado
    debajo de un colgajo escleral (9-10). La trabeculectomía
    es una técnica quirúrgica de ejecución
    relativamente fácil. Sus complicaciones ,aunque
    existentes, son mínimas a corto y largo plazo y en el caso
    del Glaucoma congénito primario ,nos permite intervenir de
    manera inmediata para proteger del aumento brusco de la presión
    intra-ocular. Diversos reportes internacionales hablan de la
    trabeculectomía como la técnica quirúrgica
    que se impone con mayor fuerza en la
    actualidad, y esto también abarca al Glaucoma del
    Desarrollo en la mayoría de sus variantes clínicas
    ( 13-14).

    Pretendemos mostrar la conducta ante el
    Glaucoma del Desarrollo desde el punto de vista
    médico-quirúrgico en nuestro medio, exponiendo
    también los resultados de la
    trabeculectomía.

    Material y Método.

    El estudio fue realizado en 19 pacientes, afectados
    siempre de alguna de las formas clínicas de Glaucoma del
    Desarrollo en el período comprendido entre Febrero de 1996
    y Noviembre del 2000. La edad de los pacientes varió entre
    26 días y 12 años. Se evaluaron en todos los
    pacientes los 3 primeros años
    post-quirúrgicos.

    El número de ojos operados fue de 37, pues un
    caso fue unilateral; se utilizó para ello un microscopio Opton
    con capacidad de magnificación que permite de 7 a 10
    aumentos; oftalmoscopio Welch Allyn para la fondoscopía y
    lámpara de hendidura Opton para estudio del segmento
    anterior; compás de estrabismo para medir diámetro
    corneal y tonómetro de Shiotz para la tensión
    intraocular, que consideramos dentro de límites
    normales hasta 21 mm Hg. No incluimos la AV pues la
    cooperación (por la edad fundamentalmente), de nuestros
    pacientes impidió su evaluación. Los criterios de
    compensación además de la Po≤21 mmHg, fue la no
    variación del diámetro corneal (DC) y
    excavación no superior a la primera observación después de la
    cirugía. Se empleó nylon 10-0 en los puntos
    esclerales y seda 8-0 en los conjuntivales.

    Dividimos los pacientes en 3 grupos para
    definir el tiempo que media
    entre el examen medio inicial y la instauración del
    tratamiento quirúrgico, teniendo en consideración
    que en muchas ocasiones el cirujano se enfrenta a formas
    clínicas que actúan como verdaderas urgencias, y
    para conocer mejor el manejo de la entidad en nuestro
    medio.

    Primer Grupo: Niños
    de 5 o menos días de evolución desde su evaluación
    por un facultativo y la instauración del tratamiento
    quirúrgico especializado.

    Segundo Grupo: Niños de 6 y hasta 14
    días de evolución desde su evaluación por un
    facultativo y la instauración del tratamiento
    quirúrgico especializado.

    Tercer Grupo: Niños con 15 días o
    más de evolución desde su evaluación por un
    facultativo y la instauración del tratamiento
    quirúrgico especializado.

    La mayoría de los pacientes, 14, el cual
    representa el 73.6%, fueron evaluados bajo anestesia para
    establecer el diagnóstico ya con el protocolo
    quirúrgico listo y se continuó con el tratamiento
    quirúrgico cuando se confirmó la enfermedad; en 5
    casos (26.31%) se pudo lograr el examen inicial bajo
    sedación y anestesia local, sin embargo el 91.73% de los
    pacientes se examinó en todas las ocasiones;
    después del tratamiento quirúrgico, con
    sedación y anestesia local. Utilizando la sedación
    logramos evitar en un número importante de niños
    otra injuria anestésica y conseguimos además un
    paciente colaborador, pues en estos casos el examen se repite con
    cierta frecuencia y en ocasiones también la
    cirugía. Es importante lograr que la sedación sea
    tan profunda como para que luego exista una amnesia total de lo
    ocurrido durante la exploración, lográndose
    así, incluso, un paciente más tranquilo en los
    sucesivos exámenes.

    Adoptamos para la sedación el método
    empleado por el Departamento de Neurofisiología de nuestro
    hospital para realizar los exámenes
    electrofisiológicos. Las drogas
    utilizadas fueron: Hidrato de Cloral a razón de 30 mg por
    kg de peso y la Clorpromacina a razón de 0.5 mg por Kg de
    peso. Para potenciar la acción de los sedantes indicamos
    dormir al niño tarde y levantarlo muy temprano (antes de
    las 4:00am) e incorporamos los sedantes en ayuna; cuando el
    niño está profundamente dormido aplicamos colirio
    anestésico y procedemos a las tomas de las medidas
    oculares.

    La literatura consultada no
    señala a estos sedantes como causa de hipertensión
    ocular. En todas las tomas de Po realizadas con la
    trabeculectomía funcionante nunca se encontró
    hipertensión ocular. La técnica realizada fue la
    trabeculectomía de Watson. En los casos reintervenidos (5
    casos, el 26.31%) se utilizó la Triancinolona en
    suspensión inyectable por vía intramuscular a
    razón de ½ ml, dosis única como esteroide de
    depósito para evitar la cicatrización, pues la edad
    y las formas clínicas que tratamos son consideradas por
    muchos factores de riesgo que
    precipitan la cicatrización (1-10). En un caso intervenido
    por tercera ocasión usamos el 5-Fluoracilo
    transoperatorio, 5 minutos en el Flat escleral y evitando su
    contacto con la córnea; posteriormente retiramos
    totalmente con un amplio lavado.

    El seguimiento post – quirúrgico se
    realizó entre 7 y 15 días después del alta,
    según ubicación geográfica, luego mensual
    hasta los 3 meses de la cirugía y posteriormente de forma
    trimestral. Cuando fue necesario, este período fue
    más breve, (cada 21 días) mientras dura la
    rehabilitación visual con oclusión. Para la
    rehabilitación utilizamos oclusión total y directa
    del ojo dominante y fue individualizado el modo de
    oclusión según cada paciente. El seguimiento en
    éstos fue cada 21 días durante el período de
    oclusión y se modificó según los resultados
    logrados.

    Obtuvimos los datos del estudio
    de las historias clínicas de cada paciente la cual
    recogimos en una planilla diseñada por nosotros que
    permitió facilitar la recogida de datos y su
    homogeneidad.

    Resultados

    De 19 pacientes tratados, 14 que
    representan el 73.6% eran menores de 3 años de edad, de
    ellos 5 (26.3%) eran menores de 3 meses, y 3 pequeños
    (15.8%) eran mayores de 4 meses pero no rebasaban el año
    de vida; 6 eran mayores de 1 año (31.6%), el resto (5 del
    total, 26.3%) rebasaban los 3 años de edad sin sobrepasar
    los 12 años, es decir, 11 enfermos (57.9%) sobrepasan el
    año de edad; 7 pacientes fueron niñas (36.85%) y 12
    (63.15%) fueron del sexo
    masculino. El trastorno fue bilateral en 18 casos (94.73%), un
    solo caso fue unilateral; la raza negra constituye el 58% (11
    pacientes), 6 mestizos (31.5%) y 2 pacientes de raza blanca (10.5
    %). En ningún paciente se presenta otra afectación
    sistémica asociada. Las alteraciones clínicas
    más frecuentes encontradas al momento del diagnóstico las enumeramos en orden de
    importancia:

    • Megalocórnea (89.5%)
    • Edemas corneal (73.6%),
    • Epífora y fotofobia (68.4%);
    • Líneas de Haad (47.4%)
    • Opacidad corneal (5.2%)

    El 70% de los pacientes presentan irritabilidad y
    llanto. La tensión ocular, (responsable de las
    alteraciones en un globo ocular con rigidez disminuida), la
    relacionamos (su primera toma) con el diámetro corneal
    registrado en la primera medición en cada uno de los
    ojos.

    Tabla 1 Interrelación de la tensión
    ocular con el diámetro corneal

    Po mm Hg

    Menos 12.5 mm

    12.6 y 13 mm

    13.1 y más

    Po 21 ó menos

    0

    0

    0

    Po entre 22 y 30

    4

    2

    6

    Po mayor que 30

    0

    9

    16

    Total

    4

    11

    22

    Cinco de nuestros pacientes fueron evaluados antes de su
    remisión por médicos oftalmólogos, lo que
    representa el 26.3%; todos fueron remitidos con un
    diagnóstico acertado confirmado en nuestro centro, 3 de
    estos pacientes fueron tratados con Betabloqueadores (Timolol) y
    a 2 de ellos se les asoció Pilocarpina al 2 %, el caso
    restante fue tratado además de Timolol con Acetazolamida,
    2 pacientes fueron remitidos sin tratamiento médico
    previo. El 57.89% (11 pacientes), fueron recibidos en nuestro
    servicio sin ser evaluados por una consulta de
    Oftalmología y sin medicación hipotensora previa;
    las remisiones provienen de 7 Municipios de nuestra Provincia y
    de las provincias de Granma y Guantánamo. Como dato
    interesante señalamos que del 73.7 % de los pacientes
    evaluados por médicos no oftalmólogos, sólo
    en 2 (10.52%) el diagnóstico fue certero y la
    remisión se realizó puntualmente; el 80% (4) de los
    pacientes mayores de 3 años se diagnosticó por
    examen oftalmológico fortuito; (1) (20%) por solicitar
    examen debido a los antecedentes familiares.

    Para una mejor apreciación del tratamiento de los
    casos con Glaucoma del Desarrollo en nuestro medio, se tuvo en
    cuenta el tiempo que transcurrió entre la
    evaluación y/o diagnóstico de la enfermedad por un
    facultativo (sea oftalmólogo o no) y la
    instauración del tratamiento quirúrgico definitivo;
    9 pacientes (47%) fueron operados en un período menor a 5
    días contando a partir del momento del diagnóstico
    o evaluación por un facultativo; (sólo a 2
    pacientes (10.2%) de este grupo se le
    dio tratamiento definitivo en las 48 horas siguientes a su
    diagnóstico o evaluación); 6 infantes, que
    representan el 32%, fueron intervenidos entre los 6-14
    días después de su evaluación por un
    facultativo; 4 niños (21%) fueron tratados
    quirúrgicamente 15 días o más después
    de la evaluación por un médico.

    Luego del tratamiento quirúrgico
    (trabeculectomía ) evaluamos cada uno de los ojos a los 3
    años, y encontramos alteraciones clínicas las que
    por su frecuencia de aparición, enumeramos a
    continuación.

    Tabla 2 Diámetro corneal y su relación
    con los hallazgos clínicos

    Hallazgo Clínico

    Menos de

    12,5 mm

    Entre

    12,6 y 13 mm

    13,1mm y
    más

    Sin alteración

    8

    6

    0

    Líneas de Haad

    2

    8

    14

    Atrofia de Iris

    2

    6

    2

    Pupila ectopica

    2

    4

    4

    Leucona corneal

    0

    2

    6

    Estrabismo

    0

    2

    2

    En la mayoría de los pacientes la toma de la
    presión intraocular post-quirúrgica (PIO) fue
    realizada sin necesidad de someter al paciente a injuria
    anestésica; el porcentaje de ojos normotensos a los 6
    meses eran 32 (86.4%), al año 29 (78.3%) se
    mantenían con cifras inferiores o igual a 21 mm de Hg; dos
    años después, 27 ojos se mantenían con
    cifras de Po controladas, lo que representa el 72.9% y la
    última evaluación para este reporte, realizada a
    los 3 años de la cirugía, arrojó que 26 ojos
    (70.3%) pertenecientes a 15 pacientes (78.9%) se mantenían
    por debajo de las cifras consideradas por nosotros como normales
    (Po ≤a 21 mm kg).

    Todas las mediciones de la presión ocular (Po) se
    obtuvieron con sedación oral escalonada, se administraba
    Hidrato de Cloral y Clorpromacina, lográndose la
    sedación en 14 (87.5%) de los 16 casos donde se usaron
    estos medicamentos. En 2 pacientes (12.5%) fue necesario repetir
    la sedación, debido a incumplimiento por parte de los
    padres de las orientaciones que pedíamos. Se usó
    Clohidrato de Tetracaína como colirio anestésico en
    el 100% de los pacientes, sin reacciones adversas en ninguno de
    los niños explorados con este método.
    También es considerable el ahorro
    económico al evitar la exploración en el
    quirófano. El 72% de los pacientes y su familia fueron
    evaluados desde el punto de vista integral.

    No fue posible en este trabajo valorar la
    rehabilitación visual del 100% de los ambliopía por
    la poca cooperación debido a la edad. Sin embargo es la
    rehabilitación para nosotros, junto al diagnóstico
    y la cirugía los pilares fundamentales del tratamiento del
    Glaucoma del Desarrollo.

    Tratamos de lograr, siempre que fue posible, la
    adaptación al lente de contacto (LC); contrariamente a los
    que muchos creen no existe contraindicación del uso de LC
    en niños con Glaucoma, pero la disponibilidad de LC, el
    nivel cultural y la cooperación familiar fueron las
    principales limitaciones de esta opción. Se logró
    el uso del LC en 3 niños (15.78%) pero no fue posible en
    el resto, se usó gafas cuando fue necesario.

    Pudimos evaluar 8 niños (42.1%) que presentaron
    aceptable cooperación y se determinó que de estos
    casos en el 37.5%, (3 niños) se presentó en uno de
    sus ojos una ambliopía marcada; en un paciente la
    ambliopía fue bilateral (12.5%).

    En tres pacientes, donde se logró una
    rehabilitación adecuada los resultados fueron alentadores,
    con una agudeza visual en todos ellos superior a 0.6. Otro grupo
    de pacientes, como es de suponer, no cooperan a la toma de la
    agudeza visual subjetivamente y la evaluación del
    resultado rehabililatorio queda pendiente.

    El factor herencia fue
    evaluado al ser de una relevante importancia en esta entidad; en
    los estudios encontramos 2 pacientes (10.5%) miembros de familias
    donde se determinaron patrones de herencia
    autosomicos dominantes y donde efectivamente existían
    casos de miembros de la familia
    enfermos, en prácticamente todas las generaciones, que es
    precisamente el patrón que informa la mayoría de
    los reportes que sobre el tema hemos encontrado (1, 3, 16-19, 25,
    26) para glaucomas juveniles, edad en que se enmarcan los 2 casos
    de referencia. En el resto de los pacientes y fundamentalmente en
    los casos de Glaucoma congénito e Infantil, fueron de
    aparición esporádica como se reporta en la
    mayoría de los estudios.

    Discusión.

    La comparación de los resultados de este trabajo
    con la literatura consultada
    demuestra una coincidencia en la mayoría de los
    parámetros; sin embargo la edad en que debutan nuestros
    pacientes es superior a la encontrada en los textos consultados
    (1,3, 5, 6, 10). Todos hablan de un 60% a 80% de casos que
    debutan antes del año de edad, frente al 42.1% de infantes
    debutantes con menos del año de edad en nuestra
    casuística; otros aspectos como la bilateralidad y el
    sexo no
    presentan grandes contradicciones con las series
    revisadas.

    Evaluamos la raza por considerar su incidencia en esta
    entidad; existen reportes de mayor frecuencia de Glaucoma del
    Desarrollo en gitanos de Eslovaquia (24, 25). En nuestro estudio
    no se determinaron diferencias sustanciales al compararlo con la
    bibliografía
    consultada, y la distribución de nuestros pacientes se
    corresponde con los índices raciales de nuestra población. El 58% pertenece a la raza
    negra, el 31.5% a la mestiza y sólo 2 pacientes son de la
    raza blanca, que representan el 10.5%.

    Las alteraciones clínicas halladas son muy
    similares a las de otras series (1, 3, 6, 8-12, 17, 18,20) y
    forman parte del cuadro clínico clásico de los
    pacientes menores de 3 años; donde la elasticidad de
    los tejidos oculares
    propicia la aparición de estas alteraciones. Cabría
    referirnos a que cada vez aparecen más reportes en
    relación a que el límite de edad hasta donde
    persiste esta cierta elasticidad de
    los tejidos oculares,
    es superior y algunos los sitúan a los 7 años (1)
    pudiéndose encontrar cambios sutiles
    anátomo-estructurales por debajo de esta edad en ojos
    sometidos a cifras tensionales superiores a los 21mmhg
    (1).

    La Tabla 1 muestra la
    directa relación entre presión intraocular y
    diámetro corneal horizontal; fuimos cuidadosos al tomar
    las medidas corneales, desde el inicio, en ambos limbos de las
    fibras esclerales (1,23) por el fundamental valor de esta
    medida en la evolución y pronóstico de esta
    afectación. Por supuesto tienen una proporción muy
    directa las cifras de presión intraocular y el
    diámetro corneal de estos pacientes.

    Asociados al aspecto clínico, se tuvieron en
    cuenta otros factores como el psicosocial, entorno familiar y
    acciones
    médicas previas a la llegada del enfermo a nuestro centro.
    Hacemos mención de estos elementos debido a la crucial
    importancia del tratamiento precoz de esta
    afección.

    Fue relevante, en el estudio realizado, el hecho de que
    se demande de una labor de educación e información a pediatras en general y
    médicos de familia, en aras
    de disminuir el tiempo que transcurre entre los primeros
    síntomas y la instauración del tratamiento
    definitivo, con el objetivo
    común de disminuir la incapacidad visual de estos casos,
    considerando que el Glaucoma del Desarrollo en general y el
    Congénito en particular, aportan un porciento importante
    entre los ciegos de origen congénito (17,21) .

    No encontramos similitud en estudios internacionales o
    nacionales con las observaciones realizadas en este trabajo en lo
    referente al tiempo trascurrido entre los primeros
    síntomas, el diagnóstico y el tratamiento
    definitivo. Pero es evidente que a pesar de la envidiable
    cobertura oftalmológica y de asistencia primaria con que
    cuenta nuestro país, es algo demorado el tratamiento
    definitivo, pues la inmensa mayoría de los casos se
    intervinieron 72 horas o más después de ser
    evaluados por un facultativo y aún mayor el tiempo que
    media entre la aparición de los primeros síntomas y
    la instauración del tratamiento definitivo.

    La trabeculectomía practicada por nosotros, al
    establecerse una comparación con los resultados reportados
    por otras series (Ver tabla comparativa No3) resultó
    acertada en la mayoría de nuestros pacientes, alcanzando
    con la cirugía aplicada cifras de éxito
    similares a otros actores.

    Como se reafirma en la tabla comparativa que
    añadimos: es la Trabeculectomía la técnica
    quirúrgica que está llamada a imponerse en nuestro
    medio con la necesaria efectividad; igualmente son muy similares
    las alteraciones clínicas post-quirúrgicas halladas
    por nosotros en la mayoría de las series y textos
    consultados (1-10). Sin embargo, a pesar de que el tratamiento
    quirúgico controla la enfermedad en un elevado
    número de pacientes, hubo un aumento en el diámetro
    corneal en 4 pacientes que mantenían
    tonométricamente cifras oculares dentro del límite
    considerado como normales; este aumento del diámetro fue
    inferior a 1mm al compararlo con la medida inicialmente tomada.
    Decidimos a estos casos darle un seguimiento mensual y mantener
    estrecha vigilancia sobre las medidas corneales sin que hasta el
    momento haya cambios que reflejen descompensación. Creemos
    que la presencia de esta última en ojos donde hay
    importante edema epitelial y distensión tisular pudiera
    influir en la exactitud del dato a la hora de la medición.

    Tabla 3 Comparativa entre resultados de diferentes
    autores y los resultados obtenidos en el Hospital Infantil Sur de
    Santiago de Cuba.

    Autores

    Cifras consideradas como
    normales

     

    % de Control

    (PIO)

    Años
    Seguimiento

    Gressel y cols- 1984

    PIO≤21mmHg

     

    51

    5

    Levene y cols-1984

    PIO≤21mmHg

     

    52.2

    5

    Popovic y cols-1991

    PIO≤21mmHg

    Con/sin tto

    90

    3

    Costa y cols-1993

    PIO≤21mmHg

    Sin tto

    58

    3

    Con tto

    83

    Arias Puentes y cols-1996

    PIO≤21mmHg

    Con/sin tto

    53

    3

    Jacobi y cols- 1999

    PIO≤21mmHg

    Con/sin tto

    82

    3

    Hospital Infantil Sur

    PIO≤21mmHg

    Con/sin tto

    70.3

    3

    Las complicaciones inmediatas de la cirugía en
    nuestros pacientes son muy similares con reportadas por otros
    autores (1,3 ,4-10). La trabeculectomía no está
    exenta de complicaciones, pero es una técnica bastante
    segura en este sentido y su práctica hoy es recomendada en
    mayor número de formas clínicas de Glaucoma del
    Desarrollo y Glaucomas de la infancia
    secundarios. También constituye la segunda opción
    para muchos, después del fracaso de la
    Goniotomía.

    Merece especial importancia discutir brevemente los
    hallazgos clínicos post-quirúrgicos tardíos,
    expuestos en la Tabla 2, pues se reafirma el concepto de que
    el diámetro corneal es la expresión más
    clara de descompensación ocular; así las
    alteraciones irreversibles son más frecuentes y graves en
    córneas de mayor distensión, todo coincidente con
    los autores revisados (1, 4-10).

    Las excavaciones de la papila y sus características en cuanto a su
    diámetro y a otros aspectos, preferimos no incluirlas ni
    describirlas en este trabajo pues el mayor porcentaje de nuestros
    pacientes presentó edema corneal al ser
    diagnósticados.

    En cuanto a la rehabilitación, es de notar que la
    distensión de estructuras
    importantes como la esclera, la zónula del cristalino y la
    cornea hacen difícil la instauración de este
    eslabón terapéutico Sin embargo consideramos el
    lente de contacto como la mayor opción para la
    rehabilitación visual y recomendamos su uso.

    Conclusión:

    La trabeculectomía, junto a un manejo integral al
    paciente portador de glaucoma del desarrollo es la opción
    viable en nuestro medio.

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    Autor:

    Dr. Leonardo Pérez Díaz

    Especialista en Primer Grado en Medicina General
    e Integral y en Oftalmología

    Dirección particular: San Félix # 260 %
    Habana y Maceo

    CP 90100 – Santiago de Cuba

    Institución: Hospital Infantil Sur

    Santiago de Cuba. Cuba

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