- Humor
político. - ¿Qué es el humor
político? - Diseño desde los
medios masivos de comunicación. - Humor político en la
Argentina. - NIK.
- Juicios sobre el humor
político. - Valoración
Personal. - Conclusión.
- Bibliografía.
El tema elegido para el trabajo
monográfico es el humor político
contemporáneo en la Argentina. Para
ello he decidido concentrarme en un autor que realiza este tipo
de humor y que es uno de los mejores en el país, Cristian
Dzwonik, más conocido como "NIK".
En los últimos años, luego de la
última dictadura
militar, el humor político ha tomado un lugar
protagónico importante a partir de la libertad de
expresión, situación ésta con la que no
se contaba en esos tiempos.
A partir del personaje de la
televisión "Tato Bores" interpretado por Borestein, y
la creciente participación en este medio de Enrique Pinti,
se han realizado programas
televisivos sobre esta temática.
Como estereotipo actual se puede tomar a Caiga Quien
Caiga, un grupo de
jóvenes periodistas que realizan este tipo de programas, donde
las preguntas a partir del humor se tornan incisivas al momento
de respuesta por parte de los entrevistados de turno,
creándose situaciones donde se mezclan la ficción y
la realidad política de un
país. Muchas veces de esta mezcla surgen respuestas
inesperadas que llevan más a la reflexión, que
aquellas planteadas en programas caratulados como
"serios".
También se realizan programas de radio, como el de
Lalo Mir, donde si bien se tratan temas de actualidad con
entrevistas
serias, se realizan conclusiones con toques de humor con cierta
ironía para obligar a la reflexión.
Todo este tipo de humor ha sido recibido muy bien por
la gente, y también por parte de los políticos,
principales blancos de éste. Los primeros han visto esto
como una forma de descargarse contra los políticos, luego
de una larga etapa, en la cual los medios masivos
de comunicación eran controlados por el
gobierno.
El material que se utilizó para realizar este
trabajo fueron los diarios y revistas de actualidad, así
como también los distintos programas de televisión
y radio.
Además se enviaron mails a distintos autores nacionales y
extranjeros.
A pesar de lo interesante del tema, se complica la
obtención de material, un poco debido a que pareciera como
que esta temática es muy nueva en nuestro país por
los pocos años de democracias sucesivas, y otro poco
porque el material de humor político anterior a este
período ha sido destruido por los gobiernos
militares.
Además, este no es un tema que pueda
consultarse con bibliografía, sino que como toda actualidad
es de cambio
constante; hay que informarse constantemente a través de
los medios masivos
de comunicación.
El humor político es, y siempre ha sido, un
arte. Un
arte de
compromiso político y social.
El humorista, responsable de la producción de este arte, trata de sacar a
la luz los actos de
corrupción
e hipocresía que tanto temen los gobernantes, pero siempre
con un toque de humor.
Esta pizca de humor sirve para que no sea un golpe
duro hacia el otro, para que no parezca un insulto. Por ej. si un
analista político como Lanata o Grondona, critica a los
políticos, el otro lo toma mal; en cambio, cuando
un humorista lo hace, no vale la pena aclarar ya que
humorísticamente, no se lo toma tan mal, lo acepta. El
humorista hiere, pero al mismo tiempo consuela.
La risa alivia el mensaje. En cambio, el analista no tiene ese
recurso; es más directo.
Algunas veces, este artista actúa como la voz
crítica de la sociedad hacia
las acciones de
los políticos de turno poniéndose en el lugar de la
gente, comprendiendo sus problemas,
interpretando sus necesidades y reflejar esto en su
creación. Otras veces tratan de despertar la conciencia
mostrando al público los errores y/o las irregularidades
que cometen los funcionarios públicos en su accionar. Su
objetivo es
llegar a la verdad a través del absurdo.
Este arte ha evolucionado con el correr del tiempo.
Así como los otros, fue cambiando su forma de
expresión en función de
la generación de nuevos medios de
comunicación, los cuales se han visto influenciado por
la tecnología.
En sus comienzos este humor se podía encontrar
en diarios y revistas, pasando luego por la radio y
la
televisión, y llegando en la actualidad a redes de comunicaciones
como Internet.
DISEÑO DESDE LOS
MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN
Los medios masivos de comunicación siempre han
tenido en cuenta este tipo de humor. En sus comienzos, los
diarios no tenían caricaturas en sus publicaciones, pero
si existían revistas humorísticas y/o de
actualidad, en las cuales se hacía referencia a los
acontecimientos cotidianos.
En estas primeras caricaturas, el humor no era tan
fuerte como ahora. Es más, muy pocas veces se criticaba a
la persona a la cual
se refería. En general, se producía este tipo de
dibujos de la
persona sobre
la cual se realizaba el comentario, para acompañar un
artículo periodístico de ese diario o revista. En la
Argentina, se
pueden destacar "Caras y Caretas", "Tía Vicenta" o
"Tío Landru". Estas fueron las primeras revistas que
empezaron a publicar caricaturas de humor
político.
Al principio, los políticos no se
acostumbraban a esta sátira y veían con malos ojos
a los que la producían. Las revistas antes mencionadas
fueron censuradas numerosas veces por aquellos que se
veían amenazados por los temas tratados.
También fueron cerradas radios, y encarcelaron a numerosos
periodistas y humoristas.
Contrariamente a lo que sucede en los diarios y
revistas, y también en la televisión, el humor en la radio es menos
implícito. En la radio, al no contar con imágenes
sino sólo con la palabra, todo lo que se comenta debe ser
claro para que sea interpretado; no por ello debemos dejar de
destacar que muchos utilizan un vocabulario capcioso para
protegerse cuando los temas son realmente muy
duros.
Luego, con las dictaduras, los militares o golpistas,
tomaron control de los
medios masivos de comunicación, suprimiendo la libertad de
expresión. Con esta situación, se fue toda
posibilidad de creación por parte de los humoristas
políticos, muchos de los cuales tuvieron que
exiliar.
La mayoría siguió con sus actividades
en el exterior, esta vez con más fuerza, en
contra del gobierno. Sus
caricaturas y, algunas veces, programas televisivos y radiales,
salían en los medios de
comunicación de los países en los cuales se
ejercía una verdadera democracia, y
donde les brindaban la posibilidad de hacer una crítica
severa al gobierno de turno, sin correr tantos riesgos
personales.
HUMOR POLÍTICO EN
LA ARGENTINA
En la Argentina el humor político ha tomado un
papel
importante, y su máxima expresión se produjo a
partir de la consolidación de la democracia,
obligando a muchos de los políticos a acostumbrarse a una
realidad que les fue ajena por mucho tiempo. Los humoristas
aprendieron a observar y ser críticos y los
políticos a soportarlos.
El desarrollo de
este tipo de humor tuvo etapas muy duras durante su desarrollo en
un país que sufrió dictaduras, golpes y guerras
lamentables. Este país también vivió cambios
sociales muy importantes por todo lo vivido, que influyó
decididamente en la estrategia de los
humoristas en cuanto a la forma y los tipos de temas que se
debían encarar si pretendían ser aceptados por una
sociedad
demandante de soluciones. A
partir del humor también se puede llegar a plantear las
necesidades de la gente.
En algunos sectores de la sociedad, donde la llegada
de la
educación y la formación cultural es muy baja,
el humor parece desconocer estas barreras.
En este marco político-social se manifiesta el
humor político; un marco apto para este humor, que tiende
a la reflexión por parte de los receptores; ¿En que
nos equivocamos?, ¿Por qué sucedió
así? o para que nunca vuelva a pasar.
Como ya se ha aclarado antes, la forma de expresar
este humor no ha sido siempre la misma, fue cambiando a la vez
que cambiaban las décadas y los medios de
comunicación. Surgió la radio y la
televisión, y por defecto cambió el medio de
comunicación de la gente.
A pesar de todo esto, el humor político en
nuestro país no surgió en el siglo XX,
surgió mucho antes. Por el año 1820, el Fray
Castañeda, realizaba periodismo
humorístico defiendo sus valores e
ideologías personales.
Más adelante, en el año 1863,
surgía la primera revista de
sátira política, "El
Mosquito". Esta se encargó de realizar caricaturas de
Mitre y Sarmiento, entre otros. Su sucesora iba a ser "Caras y
Caretas", la cual se publicó por primera vez en 1898, en
Montevideo.
Luego, en 1930, el actor Pepe Arias empieza a cobrar
importancia en el mundo del espectáculo: un gran
monologuista político que se destacó en radio,
cine y
teatro.
En 1957, surge un hito entre las revistas de humor
político, la revista "Tía Vicenta". Creada por Juan
Carlos Colombres, más conocido como Landrú,
publicaba chistes sobre
políticos o hechos particulares del momento, pero no
contra ellos. Junto a esta también salió
"Tío Landrú".
Desde 1960 hasta 1990 Tato Bores fue el mejor
humorista de la televisión. Utilizando la ironía
sobre los temas de actualidad llevaba al público a la
reflexión. En casi todos los programas, invitaba a un
político a cenar; mientras comía, Tato le
hacía preguntas y siempre los dejaba mal parados. Un
verdadero genio en su género
que, lamentablemente, tuvimos que perder.
Entre 1978 y 1980, Enrique Pinti empezó a
protagonizar su obra "Salsa Criolla". El tema era la realidad, un
espejo de esta durante el golpe militar; duró 10
años.
En la actualidad el periodista que ha tenido
más trayectoria en la radio, con programas de interés
general que recurren al humor para hacer una parodia de la
política, es Lalo Mir. Este ingenioso locutor no
sólo trabaja en la radio, sino también en la
televisión. Todos recuerdan sus sketchs irónicos
haciendo referencia a políticos o personas de la
farándula. El ejemplo más claro es el licenciado
"Por Elorti", personaje destacado del programa radial
"Animal de Radio". Este es una clara sátira de un
funcionario del gobierno, recurriendo a la ironía para
demostrar la ineficacia de algunos, en este caso, funcionarios
y/o empleados estatales.
En la televisión se puede destacar un
programa que
cambió la forma de realizar este humor en un medio como la
televisión, "Caiga Quien Caiga". Contrariamente a los
otros programas de humor político, este es un programa
echo por jóvenes. Los tres conductores, Mario Pergolini,
Eduardo de la Puente y Juan Dinatale, son un claro ejemplo de la
generación de humoristas que se viene.
Estos jóvenes son más atrevidos, no
sufrieron los golpes militares y saben que no los
sufrirán. Es por eso que realizan su programa, no importa
a quien entrevisten y hagan quedar mal; a ellos no les importa,
van a seguir haciendo su programa hasta las últimas
consecuencias.
Otro estereotipo de esta generación es
Cristian Dzwonik, más conocido como NIK.
NIK, nació en Buenos Aires el 3
de Febrero de 1970. Su carrera empezó muy temprano, cuando
tenía 14 años. A esta edad publicó su primer
dibujo, en la
revista Patoruzú de Oro. Más tarde, a los 17
años, mientras cursaba el 5° año del Colegio
Nacional de Buenos Aires,
empezó a trabajar para distintos medios, entre ellos la
revista Muy Interesante.
Satisfecho y cómodo con lo que hacía
decidió seguir diseño
gráfico en la UBA. Años más tarde, una
vez recibido, completó sus estudios de publicidad y
dirección de arte. Además,
estudió computación gráfica y fotomontaje
digital.
Entre los 17 y los 22 años, mientras
estudiaba, trabajó en la editorial Kapelusz, el diario El
Cronista y la revista de Cablevisión.
Luego, a los 22 años, ingresó a La
Nación
y desde entonces se desempeña como humorista
gráfico de actualidad en varias secciones. Desde octubre
de 1992, el chiste político de NIK acompaña
diariamente a los lectores.
Este chiste político ha impresionado a
numerosos lectores, cobrando mucha popularidad. El ingenio de NIK
no de deja de asombrarnos, con sus ocurrencias que destacan
rasgos físicos, personalidades y situaciones entre
políticos.
Un personaje que aparece en estos chistes es
"Gaturro", un gato que opina sobre las distintas situaciones que
se plantean en estos. Este surgió en 1993, cuando el
presidente, en ese momento Carlos Menem,
decidió quitarse su implante capilar. Este personaje se
destaca por sus comentarios irónicos y sarcásticos.
Como se ha aclarado antes, el humorista actúa como la voz
crítica; en el caso de NIK, Gaturro sería la voz
crítica de la sociedad.
El otro humor gráfico que desarrolla Cristian
es la foto que habla. Esta es una foto a al cual se le agregan
comentarios por computadora,
haciendo parecer que es el propio fotografiado el que habla. En
esta también se utiliza la ironía, un arma
fundamental del humorista político.
Muchos creen que lo bueno de NIK es su juventud que
le proporciona cierto desenfado. Es como un chico
burlándose de la realidad Argentina, los políticos
o personas públicas no se toman tan a pecho sus chistes,
se ríen con ellos.
A pesar de ello, sus comentarios dan lugar a la
reflexión, es un llamado de atención permanente sobre los temas de
actualidad, que en algunos casos dejamos pasar por
alto.
JUICIOS SOBRE EL HUMOR
POLÍTICO
El humor político puede ser juzgado de
distintas maneras, depende del contexto en el cual nos
encontramos.
Como lo he mencionado anteriormente, no todas las
personas disfrutan de este humor. Estas personas suelen ser, en
su mayoría, los blancos de este, que generalmente hacen
comentarios sobre el autor o sobre el chiste en sí. Sin
embargo en las circunstancias en las cuales nos encontramos, la
réplica por parte del ofendido no suele pasar de un
comentario o reproche.
No obstante, en el pasado, esos autores no
corrían la misma suerte. la Argentina no era tan
democrática como en la actualidad. Hubo circunstancias en
las cuales las libertades individuales corrieron peligro; los
responsables de estas eran parte de la aristocracia o formaban
parte del grupo de
militares que gobernaba por aquellos tiempos nuestro país.
Si por alguna ocasión, en este marco, a algún
humorista se le ocurría hacer una caricatura la cual
criticase su forma de gobernar, o su persona en si, no
sería reprimido solo verbalmente, sino que también
su integridad física estaría
en peligro.
También se encuentran aquellas personas las
cuales aceptan este humor y hasta lo consideran una perfecta
autocrítica.
Puedo decir que el humor político es un
elemento fundamental de la democracia. Marca la
consolidación de esta, permitiendo a las personas criticar
a los políticos sin sufrir ninguna consecuencia, como lo
fue en las dictaduras.
Lamentablemente, el gobierno y el humor no siempre
pudieron estar juntos. Hubo situaciones horrorosas en las que si
este tipo de humor se hubiera desarrollado muchas personas
hubieran muerto. Pero por suerte ahora estamos conviviendo con un
gobierno democrático.
Este arte sólo debe usarse como una
herramienta de crítica, ya sea buena o mala, y no como un
insulto. El humorista debe actuar siempre con respeto, al igual
que el blanco de este.
El humor político surgió y se
desarrollo en distintas etapas. Luego de la dictadura, ya
con la democracia restablecida, el humor político
tomó un gran impulso. Se descargó con los
políticos de turno, los cuales al principio no se
acostumbraban a este.
Surge una nueva clase de humoristas. Estos son
distintos que los humoristas convencionales: son más
audaces, golpean más duro y van hasta las últimas
consecuencias.
Gracias al humor político muchos integrantes
de la sociedad han tomado conciencia de
ciertos actos de gobierno que se veían ocultos por otros
tal vez de mayor envergadura.
- DE SANTIS, Pablo; "La historieta
en la edad de la razón"; Ed. paidós; Bs. As.;
Argentina; 1998. - ECO, Humberto; "Apocalípticos e integrados";
Ed. Lumen; Barcelona;
1968 - RODRIGUEZ DIEGUEZ, J. L.; "El cómic y su
utilización didáctica"; Ediciones G. Gili; México; 1991.
Juan Roperto