Ya habían pasado más de tres años
desde la llegada de los misioneros franciscanos a América. Los indígenas eran pobres y
esclavos de los criollos, sometidos por éstos para
trabajar sus tierras.
Los indios descalzos y los conquistadores, bien
vestidos, asistían a las iglesias que ya se habían
construido en la Nueva España
pero sólo hasta después de unos años, porque
en un principio los indígenas escuchaban misa en
latín frente a las capillas abiertas que se construyeron
en los patios de las iglesias con pisos de tierra.
Durante la homilía los olores se mezclaban en el
ambiente y al
terminar los oficios religiosos cruzaban la puerta del templo
para volver cada quien a su verdadera posición.
La iglesia
logró mantener el control de toda
la población, se inmiscuía en los
asuntos políticos y por ello, los conventos eran los
lugares, que con regularidad, recibían a autoridades
eclesiásticas y personalidades del gobierno.
Las monjas Clarisas eran expertas en alojar a figuras de
alcurnia y cuando ello sucedía preparaban los mejores
platillos y bebidas, entre ellas el rompope.
Con un poco de leche, canela,
huevos y azúcar
creaban esta suculenta bebida que ofrecían a las visitas,
pero nunca la probaban ellas.
Eduviges, una mestiza que ya había hecho sus
votos, aprendió muy bien la receta y después, en el
convento de los franciscanos en la ciudad de Puebla de los
Ángeles, ella era la encargada del rompope y como lo
probaba de vez en cuando para darle la sazón especial, le
platicaba a las otras monjas del sabor suave y rico del
rompope.
Más adelante Eduviges se las arregló para
que el rompope se hiciera también para consumo de las
hermanas. "Una copita no le hace daño a nadie", era su
argumento. Luego el consumo del
rompope se autorizó para ellas y para quienes las
visitaban.
El rompope solamente se fabricaba en los conventos,
Eduviges era un ejemplo para las monjas que pasaban días
enteros preparando el licor.
Como ya se había dado el primer paso y su sabor
fue tan aceptado por las familias de las monjas decidieron
comercializarlo y en él, las monjas Clarisas encontraron
un buen sustento para la congregación.
Desde la época virreinal la receta original se
resguarda tras los muros de los conventos de Puebla, México, y
aunque no es propia de los mexicanos, el rompope gusta tanto que
desde hace años ya lo adoptamos como nuestro.
Así pues, en las cocinas de los conventos
virreinales se molieron en sus metates los más variados
ingredientes que sazonaron, perfumaron y recibieron color de las
flores, para formar uno de los más ricos mestizajes en
México: el
culinario, mestizaje que hoy en día es el cimiento de la
llamada cocina mexicana por excelencia.
En nuestra cultura se
sabe que las recetas originales se van distorsionando dependiendo
de los gustos y costumbres de cada región, por lo que hoy
en día se conservan procedimientos
diversos para la elaboración del rompope. Sin embargo,
todas conservan algo de la formula original que hasta la fecha
desconocemos.
A continuación, la receta que se empleo:
PRODUCTO PRESENTADO:
Ingredientes
- 4 tazas de azúcar
- ¼ taza de almendras
- ron al gusto
- 6 tazas de leche
- 5 yemas de huevo
- un chorrito de vainilla
- 1 raja de canela
- colorante para grenetina al gusto
Preparación:
- En la licuadora se muelen las almendras con un poco
de leche hasta
que no queden grumos. - La leche se pone a hervir y se agrega el
azúcar y las almendras, incorporándolas
lentamente con la pala de madera,
recordando que solo se debe de mover hacia un solo lado.
Retírese del fuego cuando este hirviendo. - Bata las yemas con el ron a punto de cordón y
cuando estén listas, vierta las lentamente,
incorporándolas con la pala hasta que quede una mezcla
uniforme. Colar la bebida para eliminar cualquier grumo que se
hubiera formado. - Si le apetece, puede agregar un poco de colorante
para dar mas vista a la bebida. - Cuando enfríe, envasar en un recipiente de
vidrio.
Se obtiene un producto de
calidad que se
tiene la seguridad de
higiene, por
estar elaborado en casa, y con un sabor que no se puede comparar
a aquellos rompopes industrializados, llenos de conservadores y
sabor artificiales que tenga por seguro,
dañan a la larga su salud. La bebida resultante
será de un aspecto amarillento (aunque cabe mencionar que
el suplir las almendras por cualquier otro ingrediente
normalmente utilizado para la elaboración del rompope,
como el piñón, por ejemplo, influirá en el
color que
adquiera); un aroma suave que mezcla en sí el suave
perfume de la vainilla y canela junto con la fragancia
inigualable del ron. El sabor depende del gusto de cada paladar,
pero no debe de resaltar en demasía la sapidez del
alcohol, sino
que debe ser una fusión de
sabores equilibrados entre sí.
Para conservar el producto, es
muy recomendable guardarlo un lugar fresco y a temperatura
ambiente, de
esta manera prolongara su buen estado hasta
por tres meses.
Es muy sencillo explicar que la combinación de
estos ingredientes puedan dar una bebida tan agradable: la leche
sirve de base para la elaboración del producto, ya que
aporta la mayoría de líquido, las almendras dan el
sabor esencial y el complementario lo brindan tanto la canela
como la vainilla, quienes además aportan un aroma
atrayente; el ron es el indicado para dar un volumen de
alcohol suave
y en este caso los huevos contribuirían a dar consistencia
y terminar de elaborar el rompope, aunque es preciso aclarar que
de no esterilizarse la botella o mantener la bebida en temperatura
mas alta a la recomendada, el producto puede descomponerse, ya
que como se sabe, el huevo es muy delicado en estos aspectos
culinarios.
Preparar la bebida es fácil y es importante tener
los ingredientes ya listos para evitar imprevistos. El
único aspecto negativo que se le puede encontrar es que su
manufacturación es un poco más cara que el
comprarlo en una tienda; sin embargo, el producto que se presenta
es de mejor calidad al tener
plena seguridad de las
medidas higiénicas, la calidad de los productos (de
los cuales cada quien elige su preferido), y la ausencia de
colorantes y/o saborizantes artificiales que no permiten apreciar
un buen rompope. Por todo lo demás, quedamos satisfechos
con los resultados.
- Revista del Consumidor.
Publicación: revista no.
315 de Mayo 2003. - http://www.esmas.com/vidaysalud/315795.html
- http://www.rompopes.com/
- www.google.com
> links
Angélica Juárez
López
Escuela Nacional Preparatoria # 6 "Antonio
Caso".
Rubro: Industria
Alimenticia.