Reflexiones y lineamientos metodológicos para la meta-comprensión de la teoría de la argumentación
- Resumen
- Conceptos nociones y
básicos - Antecedentes
teóricos - Del argumentar al
investigar - Táctica y
estrategia - Conclusión
- Bibliografía
"Hallábanse dos querellantes en disputa,
ante la imposibilidad de lograr un acuerdo deciden acudir donde
los jueces. He aquí que su situación se ve
modificada, ya no importa quien tenga la razón, los
jueces se la otorgaran al que mejor argumente" Diálogos
-Platón
En el presente artículo presentaremos una
reflexión valorativa del acto de argumentar y su
importancia como factor determinante en los procesos
de la investigación formativa que se realiza
durante los primeros semestres en la universidad. Para el logro de este
propósito haremos una exploración de los
términos y de los fundamentos epistemológicos
de la Teoría de la Argumentación.
Precisaremos el concepto
argumentación y otros correlacionados, y finalmente
expondremos, algunas estrategias que faciliten familiarizar a los
estudiantes con la teoría de Chaïm Perelman y
Olbrechts – Tyteca.- RESUMEN
- INTRODUCCION
Nos encontramos ante una situación que afecta
todo el currículo académico universitario.
"Es urgente la necesidad de educar y formar a nuestros alumnos
para que respondan ante una sociedad que es
cada día mas cambiante, donde existe una creciente
demanda social
de habilidades de aprendizaje como
un elemento indispensable de la educación, lo
cual, exige de los alumnos no sólo estar bien informados
sino que también el de ser capaces de producir
conocimientos y de aprender con mayor eficacia, la
herencia
cultural" Jurado 2003.
Podemos afirmar entonces, que hay una especie de acuerdo
mundial respecto a que el aprendizaje
escolar no debe ser una mera acumulación de información, sino más bien, producción e integración de lo nuevo con lo antiguo y
que, modifique la
organización de éstos últimos, si es
preciso.
Se considera, por lo tanto, que esta integración y reorganización de
conocimientos debe afectar el "saber teórico", como
"saber" y proponerse una praxis relacionada con el "saber hacer".
Es decir "saber hacer en contexto" y desarrollar conocimientos
sobre las condiciones en qué se va usar lo que se sabe.
Entonces "La argumentación, como competencia
básica, debe utilizarse en una serie de situaciones
escolares, y en todas las áreas del currículo, tanto en la educación
básica como en la educación media o
superior". Enric Valls.
El presente artículo, presenta los lineamientos
metodológicos para la
meta-compresión de la teoría de la
argumentación desde la lógica
proposicional en la formación del pregrado, y en especial,
para quienes realizan estudios en derecho y ciencias
políticas, constituye una
aproximación epistemológica con respecto a la
Teoría de la Argumentación. Para los demás
estudiantes de las disciplinas duras de la ingenierías o
las económicas y administrativas, esta herramienta (La
Teoría de la Argumentación) es imprescindible dado
que en todas las actividades especial mente en los procesos de
diseño
es vital la
comunicación eficaz y a través de ella se puede
sustentar los avances de un proyecto o los
resultados obtenidos a través del razonamiento
lógico y la demostración fáctica.
Hoy es absolutamente necesario abrir espacios
académicos para debatir en torno a los temas
relacionados con esta teoría y mucho más, si
admitimos que el derecho es ante todo un sistema de
argumentación, cuyos principios son su
fuente primaria. La argumentación no es en ningún
caso un tema de sofisticación académico, tampoco es
un asunto esotérico como creen algunos, sino una necesidad
de la cual participan por igual los teóricos, los
interpretes y los mismos litigantes en la práctica del
derecho. De igual manera todos los profesionales requieren de
adiestramiento en
el complejo arte de
argumentar.
La adopción
de metodologías de interpretación cada vez
más complejas introducidas por los magistrados,
particularmente por aquellos pertenecientes a la
jurisdicción constitucional, hace relevante aprender los
secretos del arte de persuadir
y de convencer. "La argumentación como un tipo de exposición
que tiene como finalidad defender con razones o argumentar una
tesis" Weston.
Es decir, una idea que se quiere probar, constituye uno de los
ejes transversales de la formación tanto del jurista como
el médico, el ingeniero y en general todos los
profesionales. Desde luego, esta no es una actividad ordinaria, a
pesar de ser necesaria en la vida de todo tipo de personas,
aún así, para los abogados y profesionales en
general es una herramienta esencial a la hora de dirimir un
pleito, solucionar un problema o aclarar un punto de vista; por
lo tanto requiere de entrenamiento.
En Colombia, se
viene gestando desde hace una década un proceso fuerte
que apunta a convertirla las instituciones
educativas en una de las más importantes del país.
Asunto que se encuentra consagrado en la Ley 30 de 1.992
– que define las políticas
de la educación
superior en Colombia- reza en
uno de sus objetivos:
"profundizar en la formación integral de los colombianos,
dentro de las modalidades y calidades de la Educación
Superior, capacitándolos para cumplir las funciones
profesionales, investigativas y de servicio
social que requiere el país". De igual manera, la Ley 80 de 1980
que sitúa la investigación como "actividad fundamental
de la educación superior". Por lo tanto, el
Proyecto
Educativo institucional y más concretamente, en forma
explícita, su misión y
visión institucional, deben consagrarse al logro del
mencionado propósito.
Situación que nos lleva a pensar, que tal
pretensión, sólo es posible en la medida en que
crean las comunidades de indagadores desde las aulas, desde la
formación del pregrado, desde el ejercicio de la docencia
con responsabilidad en la investigación y la
inserción en el medio. Comunidades en el que el juicio
argumentado y la conjetura constituyan el eje del diálogo y
del debate en la
búsqueda de los acuerdos.
La forma más importante del quehacer
universitario es la docencia, la extensión y la
investigación; sin estos tres ejes no se puede avanzar en
la consolidación de una cultura
académica y mucho menos, cumplir con los estándares
de calidad, exigidos
por el Ministerio de Educación Nacional. Por lo tanto, es
un deber de todos los docentes, incorporar en el
currículo, las actividades propias de la
investigación que le permitan al estudiante universitario,
no importa el nivel que se encuentre, asumir un compromiso mayor
con sus aprendizajes y que redunde en un mejor desempeño como futuro investigador. Pero no
tiene sentido investigar cuando no se es capaz de defender las
tesis, las
hipótesis. Por eso creemos que la antesala
de la investigación la constituye la
argumentación.
Introducir en el currículo la propedéutica
de la Argumentación debe constituirse en un
propósito académico en todos los planes y programas, puesto
que debemos convencernos que es por medio del diálogo,
la acción comunicativa, la argumentación y el
humanismo,
como se lograran los acuerdos básicos que harán
posible la construcción de una nueva sociedad,
fundamentada en la justicia
social y el progreso económico. Por lo tanto, debemos
asumir, que el salto al futuro, sólo es posible
argumentando e investigando sobre la razón de nuestro
atraso y reconociendo las dificultades de nuestro contexto
sociocultural.
Por lo tanto, en las facultades y programas de
derecho, ingenierías, las licenciaturas, los programas de
salud, las
económicas y administrativas, de igual manera los
publicistas y comunicadores sociales, y en general todos los
planes universitarios, deben centrar su objeto de estudio no
sólo en las propedéuticas técnicas o
tecnológicas, es preciso centrar la atención en las diferentes dimensiones del
ser humano, y una de ellas es la formación en la competencia
argumental. Esto significa desarrollar las competencias
comunicativas a través de la acción argumentativa,
interpretativa y la propositiva, para que los alumnos
estén en capacidad no sólo de comprender sino
también de sus ideas y defender con éxito
sus puntos de vista.
3.0 CONCEPTOS Y
NOCIONES BÁSICAS
La argumentación es un tipo de discurso
expositivo que tiene como finalidad defender con razones o
argumentos una tesis, es decir, una idea que se quiere probar; o
sustentar una hipótesis. Es también el arte de
organizar juicios para persuadir o disuadir a un auditorio; la
Teoría de la argumentación es considerada
una disciplina que
estudia las diferentes técnicas
discursivas que permiten acrecentar o disuadir a una, o muchas
personas sobre la tesis que propone un orador o
escritor.
Argumentar es una actividad cotidiana y necesaria
en la vida de todo profesional, sea este abogado, médico,
ingeniero, administrador,
vendedor, banquero e incluso para el hombre de
la calle. Todo aquel que crea que debe defender con éxito
sus ideas o refutar las de otro oponente necesita desarrollar la
destreza argumentativa. Por tanto, la formación
universitaria exige el desarrollo y
el refinamiento de tal competencia. Desde el ingreso a los
primeros semestres hasta la culminación de estudios del
postgrado, se debe capacitar en la en el arte de organizar las
razones o teoría de la argumentación.
Argumentar señala Wittgestein, es un
juego del
lenguaje y del
pensamiento,
es decir, una práctica lingüística sometida a
reglas, que se produce en un contexto comunicativo mediante el
cual pretendemos dar razones ante los demás o ante
nosotros. Las razones que presentamos para justificar un hecho o
dicho de otra manera, pretende tener validez intersubjetiva o
susceptible de crítica y precisamente a través de
ella para llegar a cuerdos comunicativos.
Argumentar es también, un "acto de habla",
que puede ser complejo y requiere por lo menos de dos actos, uno
que funciona como tesis y el otro que opera como argumento o
premisa para una conclusión. Un argumento por el contrario
es un micro "acto de habla", por lo tanto es menos complejo y su
propósito es ilustrar, sustentar, justificar, aclarar,
explicar. Cuando un argumento es incorrecto o sus razones son
insuficientes, irrelevantes, apresuradas o dudosas estamos frente
a una falacia. La falacia no es un error
epistemológico, es un argumento deformado, pero al fin y
al cabo argumento, que muchas veces es utilizado
adrede.
Según Habermas "La argumentación es
un "macro acto de habla", es un medio para conseguir un
entendimiento lingüístico, que es el fundamento de
una comunidad y es
por medio de la intersubjetiva como se logra un consenso que se
apoya en un saber proporcional compartido, en un acuerdo
normativo y una mutua confianza en la sinceridad subjetiva de
cada uno". Al respecto dice el mismo autor que los sujetos
capaces de lenguaje y de
acción deben estar en condiciones no sólo de
comprender, interpretar, analizar, sino también de
argumentar según sus necesidades de acción y de
comunicación. Por lo tanto es urgente que
desde la escuela
básica, el colegio de la ecuación media y la
universidad se
enseñe y se practique la argumentación.
Argumentar bien, significa expresar con claridad,
coherencia, precisión y pertinencia las ideas para que los
demás comprendan y acepten nuestra tesis. Se aprende a
argumentar bien ejercitando la lógica
informal, el diálogo y el debate
abierto. La argumentación, consta de tres momentos o
etapas fundamentales: introducción de la idea que se pretende
defender, el desarrollo o
argumentación global y la conclusión, en la que se
confirma la tesis.
La oratoria es una práctica argumental a
pesar del énfasis en el conjunto de técnicas
vocales que se emplean con el fin de lograr expresar de manera
elocuente las ideas. De hecho el recurso más importante de
la oratoria es la
vocalización, consiste en por todo el énfasis en la
pronunciación y fluidez en la expresión. La
argumentación en cambio, es lo
dicho, lo enunciado con forme a una lógica del pensamiento e
independientemente del medio físico o la técnica
vocal.
Sin duda, un buen registro de voz,
el uso apropiado del léxico, respectando las reglas
sintácticas, pronunciando correctamente, haciendo
inflexiones de voz o entonaciones apropiadas nos permiten
presentar las ideas cualquiera que estas sean como si en verdad
fueran importantes y seguramente termina siendo una magnifica
fuente de apoyo a la hora de convencer. Pero en el mundo moderno,
en la era de la
globalización cuando ya no hay gurus del conocimiento
por este se ha democratizado no es lo determinante la
vocalización sino la razón. por eso fue enterrada
la retórica clásica, la de Petrus Ramus que
abandonó el arte de razonar bien propuesto por Aristóteles por el uso de la elocuencia y
adorno del lenguaje postrando a la retórica al estudio
simplista de las figuras literarias, hecho que produjo su
decadencia y el rechazo de pensadores en los tiempos
modernos.
El diccionario de
la Real Academia define la elocuencia como "Facultad de
hablar o escribir de modo eficaz, para deleitar, conmover o
persuadir. Eficacia para
persuadir o conmover que tienen las palabras, los gestos, los
ademanes y cualquier otra acción o cosa capaz de dar a
entender algo con viveza". Teniendo como referencia estas
definiciones podemos inferir que la elocuencia es una facultad
que poseen no todas las personas, por lo tanto, no es pensable
pretender que todos lo seamos, tal pretensión es una mera
utopía.
Sin embargo, todos podemos convertirnos en buenos
argumentadores si expresamos con claridad y sobre todo, si
estudiamos las reglas de la lógica discursiva; en otras
palabras, argumentamos en forma convincente cuando utilizamos las
razones apropiadas para expresar y sustentar nuestras opiniones
fuertes. Es decir cuando hacemos buen uso de las operaciones del
intelecto como las naciones, los conceptos, las proposiciones,
las categorías y las tesis. Y por supuesto de las herramientas
intelectuales como la deducción, la inducción, el análisis, la inferencia, la síntesis,
la analogía y la predicción.
La
argumentación es razonamiento, inferencia y
esencialmente el propósito es convencer, hacer cambiar de
ideas, actitudes,
acciones,
decisiones de un interlocutor. Ella fue cultivada en la
antigüedad por los griegos, Cicerón, Marco Tulio
(106- 43 a J.C.) refinó el arte de la composición,
la ironía, la inventiva y la argumentación en sus
discursos
políticos, lo que le proporcionó la
admiración no sólo de sus contemporáneos
sino también de los intelectuales clásicos modernos
que estudian sus tratados y sus
cartas; siendo
los Sofistas los más grandes exponentes, del arte de
argumentar, aunque su error fue su desprecio por la verdad. De
ahí las demoledoras críticas de Sócrates,
Platón
y Aristóteles, quienes también fueron
brillantes en el arte de argumentar.
En todo proceso
argumentativo operan tres acciones: la
interpretativa que consiste en comprender el sentido de un
texto o un
discurso; la
propositiva o acción crítica y creativa y la
argumentativa propiamente dicha o capacidad de sustentar una idea
mayor. Estas acciones son expresadas a través del
razonamiento analógico, basado en la comparación;
el razonamiento deductivo que se expresa sacar conclusiones
particulares de hechos o situaciones globales; el razonamiento
inductivo que fluye de los hechos concretos hasta constituir
situaciones generales, el razonamiento silogístico o
razonamiento deductivo de la lógica
proposicional.
Son incontables los eventos en los
que se discute o se cuestiona de manera imprecisa o poco clara,
es justamente en estas circunstancias donde opera el razonamiento
práctico como una luz para lograr
los acuerdos. Aún ahí, se debe tener en cuenta que,
en la demostración, como en la deliberación
crítica se requiere de la argumentación, es decir
organizar las razones a favor o en contra del problema o tesis
que se defiende. Pero no es el propósito del acto de
argumentar realizar demostraciones e decir, estamos frente a dos
categorías diferentes aunque no la una incluye a la otra.
Esta aclaración la expresaremos más adelante, dado
que sólo nos interesa en esta parte de este
artículo aclarar los términos correlacionados o los
que subyacen.
Educar en la argumentación permite aprender a no
confundir las causas o motivos de acción con las
consecuencias o razones que podrían justificarlas,
sólo estás son susceptibles de crítica
interpersonal. Tomemos un ejemplo: cuando le preguntamos a un
estudiante universitario por qué no lee, este contesta que
"porque no le gusta". ¿Es está una buena
razón? o es, ¿Es una razón valida?,
¿El mero gusto, empírico será un
argumento?.
Será que el hecho de que no le guste, es la causa
que no lea, y lo que es peor, viva de espaldas al mundo, con los
ojos cerrados al todo el
conocimiento de la humanidad. Se desea con la pregunta que
dé una buena razón para no leer. Es decir debe
tratar de probar que leer no es bueno. Es seguro que si,
quienes si leen y gozan con sabiduría contenida en los
libros,
podríamos probarle que está en un error. Como
vemos, una buena razón puede en determinado momento
justificar una acción o unas creencias, aunque ésta
no se deduzca necesariamente de aquella. Por eso, la
mayoría de nuestras decisiones, aun siendo razonables
escapan de al carácter
necesario de deducibilidad lógica.
Cuando argumentamos, proferimos un conjunto de
expresiones lingüísticas conectadas en forma
lógica, de tal forma entre ellas hay una coherencia.
Argumentar es, entonces, un conjunto de razones, de proposiciones
utilizadas en un proceso comunicativo, llamadas premisas, que
justifican o apoyan otra, llamada conclusión, que se
deduce, de algún modo, de aquella. Toda
argumentación supone un grupo de
razones ordenadas en donde la conclusión se infiere de
unas premisas y el nexo que hay entre éstas y aquellas se
denomina inferencia.
Sin duda la competencia argumental es fundamental para
alcanzar la paz en un país como el nuestro azotado por la
violencia,
infectado de intolerancia, como resultado de la intolerancia
ideológica y politiquería. No olvidemos que la
convivencia pacífica también se puede
enseñar desde el hogar, en la escuela y la
universidad. La argumentación el mejor mecanismo para el
diálogo civilizado en el que se expongan las proposiciones
y las tesis para la discusión y la búsqueda de
soluciones a
los graves problemas que
aquejan a la toda nación.
Insistimos que todos nuestros conflictos no
pueden ser resueltos a punta de bala.
El uso de la argumentación es múltiple,
atraviesa todas las esferas de la vida en una sociedad
democrática. Argumenta e político, el vendedor para
promocionar sus artículos, el jurista para ganar un
pleito, líder
para conseguir seguidores, el científico para defender sus
hipótesis, el profesor para convencer a los jóvenes
de la importancia de ser agentes de una revolución
cultural y moral que
requiere Colombia, el padre de familia para
persuadir a su hijo de la importancia de la formación en
la universidad, etc.
Desde luego, para tener éxito en cualquier
actividad que requiera del buen uso del discurso o del debate,
hay que leer mucho, comprender e interpretar los textos.
Argumentar es una actividad imprescindible a la hora de presentar
los resultados de un trabajo de investigación. En todos
los casos una buena sustentación se aprende leyendo
esencialmente a los grandes clásicos de la ciencia, la
filosofía, la política, la economía, el derecho.
Porque estos son unos verdaderos tratados de
lógica humanista.
En el ámbito universitario convencer a un jurado
calificador de una monografía, una tesis o un trabajo de
indagación resulta fácil si se ha entrenado en la
competencia argumentativa. Polemizar con un docente, discutir sus
tesis deja de ser una situación de miedo y por el
contrario se convierte en una valiosa oportunidad para
demostrarle al profesor que el "alumno" también tiene
luz propia y
disentir con él deja de ser un problema peligroso sino un
ejercicio de racionalidad práctica.
Convencer es el fundamento de la argumentación y
se logra por medio de la deducción o la inferencia, de
esta manera se consigue explicar unos conocimientos por medio de
otros, de tal manera que las tesis son comprobadas racionalmente
con fundamento en afirmaciones o negaciones, falseadas o
verificadas. Por eso, Tanto a Kant, como a
Popper, les preocupó el tema de la argumentación,
el buen uso de ella y recomendaron, que sí queremos
conformar una sociedad razonable es necesario que aprendamos a
distinguir con claridad lo que es un conocimiento
científico, es decir razonado y no el producto de
las simples creencias y convicciones personales, políticas
o religiosas impuestas sin ningún fundamento.
A esta tarea se consagró Popper y se le ha
llamado "Problema de la demarcación", y a ella
dirigió toda su atención. La demarcación implica
entender muy bien lo que es un razonamiento científico,
porque no se trata de cómo creyó el positivismo
moderno un conocimiento
verdadero, e inconmovible. Siguiendo la tradición kantiana
el hombre no
está en la posibilidad de acceder a dicho conocimiento, de
ahí que, el arte de organiza las razones para convencer,
aún tiene vigencia, y es único medio para acceder a
la mayoría de edad o a la
ilustración kantiana.
Razonar es un proceso mental que permite relacionar
ideas o juicios. Siempre que partimos de dos premisas o
afirmaciones que determinan una conclusión tenemos
entonces una inferencia. La conclusión puede presentarse
al comienzo, en la mitad o al final del texto. En
todos los casos las premisas son el punto de partida de la
inferencia y el fundamento para la conclusión.
El razonamiento es un proceso lógico que conduce
al conocimiento verdadero a través de razonamientos
válidos regidos por normas. Un
razonamiento es analógico cuando se basa en la
comparación y la relación existente entre los
elementos; el razonamiento deductivo, contrario al inductivo,
implica extender a casos particulares las situaciones contenidas
en un razonamiento general.
Empecemos por afirmar que una teoría es un
instrumento del pensamiento y regularmente está compuesto
por un conjunto de definiciones, proposiciones relacionadas en
torno a unas
tesis probables racionalmente, y universalizables que como un
corpus desarrolla un punto de vista sistemático,
estableciendo relaciones entre variables y
sobre todo que puede explicar, predecir fenómenos y hechos
en un campo de trabajo de investigación.
En tal sentido la Teoría de Argumentación
tuvo su origen en la antigua Grecia y en
principio, ella recibió el nombre de Retórica.
Gracias a las reformas democráticas de Pericles (490-429)
se creó una nueva clase de profesionales que eran llamados
"sofistas" y quienes asumieron el ejercicio de la
filosofía, la ciencia y la
política
para defender ante los jueces las causas y los reclamos del
pueblo, fueron ellos cultores y detractores de la
argumentación, por supuesto, que su finalidad no fue la
búsqueda de la verdad, sino simplemente defender a como
diera lugar a sus clientes.
Aristóteles es reconocido como el padre de la
Teoría antigua de la Argumentación. Y gracias a
Perelman, filósofo y jurista polaco-belga, ( Varsovia 1912
– 1984) conocedor y asiduo estudioso las teorías
de Aristóteles que se rescata lo mejor del viejo mundo y
se creó la "Nueva Retórica", la de Perelman, quien
a los 28 años, dedicado a la investigación
filosófica, con la colaboración de la filosofa
Olbrechts-Tyteca emprendió varios proyectos de
investigación1, todos encaminados a la
elaboración de una lógica de los juicios de
valor.
Situación que los lleva a realizar una lectura con
detenimiento del gran maestro de la antigüedad –el
creador de la lógica formal- a través del
Organon, y de un riguroso estudio filosófico de las
obras de los grandes lógicos de todos los tiempos:
Platón,
Agustín, Thomas de Aquino, Descartes,
Locke, Hume, Kant y
Bertrán Russell, culmina con la elaboración de su
propia teoría de la argumentación.
La retórica aristotélica, fue la base,
ella dominó en la antigüedad y con el paso del
tiempo, se la
tergiversó, hasta convertirla en simple teoría de
la composición del discurso, se la redujo a ornamentos del
lenguaje sofísticos o estilo de grandilocuencia que va
predominar en la edad media y
primera mitad del siglo XX.
Durante la edad media y
aún en renacimiento, la
retórica se hizo más sofisticada, y su
aplicación no era sólo a nivel jurídico sino
en todo tipo de situaciones; desde las matemáticas hasta la poética y se
expresaba a través de todo tipo de técnicas orales,
gesticulares, corporales siempre con el objetivo de
impresionar al interlocutor y finalmente persuadirlo o
disuadirlo. Es contra toda esta concepción, simplista, se
levanta Perelaman y presenta su Nueva Retórica, que
aparece sistematizada en El tratado de la
Argumentación o nueva retórica (1958),
obra que recoge la teoría de Aristóteles, los
aportes de Platón y aún de los sofistas. Esta nueva
retórica considera que no todos los discursos son
argumentativos.
Los discursos pueden o no enfatizar la
argumentación, la decisión responderá a lo
que decida el orador para desarrollar su argumentación.
Por el contrario, en el discurso científico predomina el
rigor lógico de la demostración antes que la
persuasión.
De acuerdo con Perelman, se denomina "Teoría de
la Argumentación" al estudio de las estructuras
formales en el arte de argumentar como proceso comunicacional. La
Teoría de la Argumentación, basada en el estudio
del acto de argumentar tiene por objeto explicar como se
argumenta en los auditorios complejos y para explicarlo acude a
una lógica distinta a la formal, estamos hablando de la
lógica proposicional que tiene su propia ética y
sus categorías para determinarla como toda una
explicación del acto de seducir, sustentar y probar un
punto de vista.
Por fortuna la retórica sofistica y
gesticulativa, a caído en desuso con el desarrollo de las
nuevas
tecnologías y los medios masivos
de comunicación. Sin embargo, hay quienes
aún en el campo jurídico o administrativo insisten
en los viejos modelos de
grandilocuencia, desconociendo los trabajos de Perelman y
Olbrechts- Tyteca, de Ducrot y Ascombre, la Teoría de la
Acción Comunicativa de Habermas, y por supuesto los
esfuerzos del profesores Adolfo León Gómez, Alfonso
Monsalve y Miguel se Zubiria, por difundir la Teoría de la
Nueva Retórica, es increíble que aún se
insista en algunos ambientes universitarios en los viejos
esquemas de la charlatanería, la verborrea adornada pero
sin profundidad de pensamiento.
Perelman fue ante todo un critico del sistema de
conocimientos definido como Lógica Moderna –
Filosofía Analítica, movimiento del
Positivismo
Lógico y tendencias similares, como la del Racionalismo
Crítico de Popper y se planteó la pretensión
de que la lógica estándar debía ser la pauta
universal pero no la única perspectiva válida para
conservar cualquier proceso comunicacional de
argumentación, es decir, no sólo la
argumentación científica o teórica sino
cualquier interacción comunicacional en el ámbito
cotidiano, jurídico, religioso etc.
La validez o no de tales argumentos debería,
según esa concepción, ser enjuiciada desde los
criterios de la lógica pura. Estas pretensiones dieron
lugar, en el amplio escenario de la discusión
filosófica y meta-teoría a una serie de reacciones.
Gran parte de la obra de Wittgenstein parece haber surgido
precisamente como reacción ante esas pretensiones
totalitarias de los logicistas. El renacimiento
de la vieja retórica o de la tópica
aristotélica, es otra reacción ante esos
planteamientos. En otro contexto se sitúa la propuesta de
Ch.S.Peirce, continuada, pero también deformada por C.W.
Morris, sobre una "Pragmática". Y también en otro
contexto está la reacción ante el Logicismo que
inició J.L. Austin.
Perelman explica en El imperio
retórico, que su propósito es rescatar la
"antigua retórica" la de los griegos para
diferenciarla de la "retórica clásica" que
redujo la retórica aristotélica al formalismo del
estudio de las figuras literarias, a aspectos preceptivos para
adornar el discurso utilizando giros que convierten la
retórica en simple teoría de la composición.
Su objetivo por
lo tanto es volver al sentido primigenio que tuvo en la
antigüedad: arte de disuadir y / o persuadir con razones. En
otras palabras pensar en voz alta con la fuerza de los
argumentos en procura de llegar a los acuerdos con el otro o con
los otros.
Leyendo a Aristóteles en el Organon, Perelman,
distingue tres campos de la teoría de la lógica del
discurso: a) teoría de la argumentación, b)
teoría de la elocuencia y c) teoría de la
composición. También distingue, dos tipos de
razonamientos: los analíticos, utilizados en la
lógica formal y los dialécticos, que tratan de
establecer acuerdos sobre los valores
que son objeto de controversia. Con referencia en lo anterior,
Perelman reivindica la importancia de la razonabilidad en la
toma de
decisiones y explica que las leyes de la
retórica y de la dialéctica son
universales.
De esta manera Perelman y la señora
Olbrechts-Tyteca retoman la definición de
Aristóteles, que admite que los juicios analíticos
parten de premisas indiscutiblemente verdaderas que concluyen o
conducen a inferencias validas. Por eso, estos juicios son de
utilidad en la
lógica formal y las ciencias de la
naturaleza.
Por el contrario, los razonamientos
dialécticos3, no se dirigen a establecer
demostración alguna desde el punto de vista
científico, sino guiar las deliberaciones y controversias,
porque su principal objetivo es persuadir, disuadir, convencer,
mediante el uso del discurso o criticar tesis opuestas, al
tiempo que se
defienden las propias por medio de razones validas para el
interlocutor.
Tanto Perelman como Olbrechts- Tyteca, reconocen que los
razonamientos dialécticos tratan de establecer acuerdos
sobre asuntos que suscitan polémica. La verdad entonces es
una construcción intersubjetiva se elabora a
través de la acción comunicativa y se la
otorgará al que mejor argumente como señalan el
diálogo de Platón, expuesto como epígrafe de
este artículo. La conclusión es que este
razonamiento –dialéctico- es de enorme utilidad en la
vida cotidiana y en todas las ciencias sobre todas las de la
discusión socia.
Las ciencias exactas se sustentan inexorablemente en la
demostración, las humanas tienen como propósito
esencial persuadir. Por eso la demostración se dirige a un
auditorio universal, mientras que la persuasión a
auditorios particulares. Por supuesto, uno no puede pretender
convencer por vía discursiva a todo el mundo, pero si se
puede lograr la adhesión o acuerdos mínimos sobre
temas particulares que son por naturaleza
discutible.
Las ciencias exactas señala Aristóteles,
exigen definiciones precisas debidamente demostradas por los
hechos, Descartes
hablaba de conocimientos claros y distintos, Kant razonamiento a
apriorístico. Todas son formulaciones axiomáticas
ajustadas con rigor a la lógica
matemática. Las humanas por el contrario se conforman
con probabilidades, se bastan con argumentos, los que obviamente,
están sujetos a la crítica de validación
distinta a los de verificación empírica. En tal
sentido lo que hoy es argumentado, mañana pude ser
refutado.
Podríamos decir entonces, que Perelman y
Olbrechts-Tyteca establecen claras diferencias entre
argumentar y demostrar, dos verbos, no son
sinónimos y mucho menos el uno inclusor del otro. La
demostración es un medio de prueba que se utiliza para
establecer la verdad en las ciencias exactas: la física, la química, la biología, la matemática. La argumentación en
cambio es una
acción dialógica que permite la adhesión a
la tesis que se propone mediante razones validas sin que medie
una demostración fáctica.
La tesis global del trabajo de Perelman sostiene que
el hombre
tiene la capacidad de conocer discusivamente y es reforzada por
tesis del profesor Adolfo León Gómez que reza:
"La razón es esencialmente práctica y la
razón teórica no es sino el límite de la
razón práctica4".
Podemos concluir entonces que fueron las nuevas
circunstancias políticas y sociales del siglo XX, como la
ampliación de la democracia,
la
comunicación , la información dentro del nuevo proceso de
globalización de la sociedad capitalista la
que genera la necesidad histórica de reivindicar la
retórica antigua, el arte de persuadir y de convencer. Los
nuevos tiempos requiere de nuevos acuerdos y de argumentos
sólidos de parte de los líderes en cualquier
profesión y no simples halagos para adular, como
ocurría con los sofistas del mundo antiguo argumentar
falazmente cualquier tipo de situación.
Es importante precisar en este escrito, gracias al
profesor Adolfo León Gómez, máxima autoridad en
los estudios perelmanianos en el mundo hispánico, autor de
varias publicaciones sobre filosofía del lenguaje y del
libro Seis
conferencias sobre la Teoría de la
Argumentación5, cuyo objetivo fundamental
según lo expuesto por el propio autor, es servir de
introducción al pensamiento de Perelman
– El Imperio Retórico- y familiarizar a los
neófitos en el tema con la Teoría de la
Argumentación; hemos tenido la oportunidad de
entusiasmarnos por el tema de la argumentación y cambio de
esta deuda moral
contagiar a los jóvenes universitarios en el estudio de
este palpitante pensamiento: el de Perelman . El profesor
Gómez en su ensayo,
destaca las relaciones existentes entre la teoría de la
argumentación con la retórica antigua; la
lógica, la teoría de los actos
lingüísticos y la filosofía, obra que
recomendamos para su estudio inmediato y sobre todo antes abordar
el Imperio retórico de Perelman.
El profesor Adolfo León Gómez en otra de
sus publicaciones: "El primado de la razón
práctica" a través de su tesis central defiende la
razón como algo esencialmente practico y la razón
teórica como el límite de la razón
práctica, agrega que "para argumentar se es necesario
estar de acuerdo (…) por menos en algo en algo: tener en
lenguaje común, apreciar el consentimiento del
interlocutor y su concurso mental; se requiere cierta modestia de
parte de quien argumenta y tener conciencia de
que, si bien su propósito es persuadir, puede producirse
el efecto contrario, ser persuadido- en transacción
argumentativa".
Hoy son incontables los intelectuales que estudian todo
lo relacionado sobre los tipos de argumentos analizados por los
creadores de la teoría de la argumentación,
realizan grandes esfuerzos por definir y concretar la
teoría de la argumentación como una disciplina que
estudia las técnicas discursivas que permiten lograr o
acrecentar la adhesión a las tesis que se propone el
orador. En síntesis,
la Nueva Retórica surgió de la preocupación
por la búsqueda de una lógica de los juicios de
valor,
iniciada en 1947. Pero Perelman llega a una conclusión
inesperada, que no había una lógica
específica de los juicios sino que todos los campos donde
existe la ley de la contradicción se discute, se delibera
recurriendo a técnicas de la
argumentación.
Adolfo León citando a Perelman propone, que a la
hora de argumentar hay que tener presente que "La misión del
filósofo, es la de ser vocero de la razón, ser
defensor de los valores
universales supuestamente válidos para todos los hombres"
y que persuadir a alguien es convencerlo de que nuestra
opinión es mejor que la suya y por lo tanto debe
emplazarla. En sus escritos recomienda:
- La teoría de la argumentación se
construye en un ambiente
filosófico. La filosofía es un intento racional
-aunque no científico-, por resolver problemas
inmaduros. Es decir, problemas para los cuales no existe un
método
estándar reconocido por una comunidad de
especialistas. La argumentación es un intento por
producir determinados efectos en el público, en la
audiencia o en un auditorio. - Para que la teoría de la argumentación
sea teoría razonablemente aceptada, requiere definir un
concepto
clave, que es el concepto de fuerza de un
argumento o fuerza de una argumentación. - La teoría de la argumentación, nos pide
"tratar a todos los seres de la misma categoría, de
manera semejante". - Se denomina "Teoría de la
Argumentación" al estudio de las estructuras
formales en el arte de argumentar como proceso comunicacional
en el cual se da primacía de la razón
práctica, por encima de la razón
instrumental. - Los argumentos se deben expresar mediante
proposiciones. Por eso La argumentación se formula en
lenguaje de la lógica informal, la demostración
lógica fundamentalmente en el lenguaje
de la formalidad científica. - La argumentación conduce de manera inexorable
a acuerdos, la lógica a la verdad irrefutable a
través de la prueba.
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Tesis: "La fuerza de un argumento depende
de la adhesión de los auditores a las premisas de la
argumentación, de la pertinencia de éstas, de las
relaciones próximas o lejanas que ellas puedan tener con
la tesis defendida; también está en función de
las objeciones que podrían oponérsele , de la
manera como se podrían refutarlas. Perelman
P1. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. La
concepción cartesiana de la ciencia
entiende que esta es un discurso que jamás puede ser
cuestionado. Así las cosas, la ciencia es
pensada como un todo acabado.
P2. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Religar es
el estudio del pensamiento valido desde la acción del
sujeto sin fundamento lógico epistémico.
P3. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Es
entendida como una teoría general del discurso persuasivo,
que busca influenciar a una o muchas personas e inclusive a un
auditorio universal. Elementos de la argumentación: el
orador, el auditorio y el discurso.
P4. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Se supone
que ti todo hombre
razonable tuviese la misma información y competencia,
llegaría a la mima conclusión. Por eso desde el
punto de vista del conocimiento la verdad es el valor
central.
P5. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Los tres
tipos de argumentos o técnicas argumentativas
reseñados por perelman son: los cuasilógicos,
llamados así porque tienen una apariencia demostrativa se
asemejan a los argumentos formales; los basados en la estructura de
lo real, y las disociaciones filosóficas.
P6. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Para
argumentar se requiere de acuerdos por lo menos en algo: Tener un
lenguaje común, apreciar el consentimiento del
interlocutor y que su curso mental requiera de cierta modestia
por parte de quien argumenta y tener conciencia de que
sí bien el propósito es persuadir el efecto puede
ser contrario. Perelman distingue tres géneros de
discursos:
- EPIDICTICO: Se utiliza en las ceremonias, por eso
está ligado a las grandes circunstancias de la vida. En
este género
de discurso el orador alaba o crítica según sea
el caso, su discurso está relacionado con lo
estético, lo bello o lo feo. Es un verdadero
espectáculo, hace referencia al presente y un fuerte
impacto en lo emocional. - DELIBERATIVO: Se utiliza para aconsejar o
desaconsejar a un auditorio. El orador concluye realizando
recomendaciones en lo referente a lo más útil.
Son discursos exhortativos, tiene como referencia el pasado y
una fuerte intención política se intenta impactar
la conciencia del auditorio. - FORENSE: Se utiliza para acusar o defender. El
propósito es establecer lo justo o injusto de una
situación. Se le denomina discurso judicial retoma el
pasado hace alusión al presente y tiene fuertes
implicaciones en el futuro por eso casi siempre es
prospectivo.
P7. INFRAORDINADA. Retórica antigua o arte de
persuadir con la razón. La retórica de
Aristóteles presuponía tres momentos: la
invención, disposición y la elocución o
acción.
P8. INFRAORDINADA. La retórica clásica
estudia los tropos, las figuras literarias del discurso, las
técnicas para embellecerlo y poetizarlo.
P9. INFRAORDINADA. El dominio por
excelencia de la argumentación, de la dialéctica y
de la retórica, es aquel en el que intervienen valores.
P10. SUPRAORDINADA. La teoría de la
argumentación es la disciplina del pensamiento
lógico informal que estudia las técnicas del
discurso que permiten acrecentar o producir la adhesión de
un auditorio a las tesis presentadas por un orador. Una de las
tesis de Perelman: "Si no hay paz no hay derecho".
P11. DISCURSO LÓGICO. Constructo mental que
organiza de manera coherente y lógica las creencias y
modos de interpretar la realidad.
5.0 DEL
ARGUMENTAR AL INVESTIGAR
Todos sabemos que en la actualidad el país avanza
en una marcha forzosa hacia la implementación de una
reforma radical en las universidades y que a pesar de importancia
explícita de los tres pilares o ejes de la
educación superior: docencia, extensión e
investigación, la actual revolución
educativa sitúa la investigación como "actividad
fundamental de la educación superior. Este hecho plantea
una serie de nuevas responsabilidades tanto para los directivos
como para los docentes y los estudiantes. Situación que
cambiará a la larga las costumbres
académicas.
Dado que no es un problema de simple formalidad, sino
gestar reformas que redunden de manera radical y propicien la
creación de una cultura de
indagación e investigación, es pertinente asumir
que en la medida en que se amplíen los niveles de
participación democrática en los claustros y la
comunidad académica asume el ejercicio de una racionalidad
practica es pensable la construcción de comunidades de
indagadores como preámbulos de las comunidades de
investigadores y estas sólo se podrán fortalecer a
través del ejercicio de la argumentación. Por lo
tanto, en la medida que se haga un mayor uso del debate, la
discusión, el foro, la mesa redonda,
el seminario y el
discurso argumentado tendremos las condiciones para el ejercicio
de la investigación cualitativa.
La investigación se convierte en la tarea
específica del quehacer universitario y de está
forma la universidad se constituye en centro crítico de la
producción de conocimiento y de la
formación del espíritu científico. Por
tanto, no es prudente que se asignen elevados presupuestos a
impulsar proyectos de
investigación, sin haber iniciado los procesos de
formación de investigadores. Y es claro que un
investigador debe manejar la destreza de argumentar, competencia
absolutamente indispensable a la hora de defender un proyecto,
una hipótesis o un punto de vista.
Por lo tanto la investigación debe ir de la mano
de la formación de estructuras lógicas en la mente
del estudiante universitario. Entonces más que aprender
datos
aislados, el estudiante de la universidad debe aprender
estructurar ideas, a emplear el juicio argumentado que le
permitan manejar, enjuiciar e interpretar situaciones, y no
quedarnos en la aplicación simplista de
metodologías de impacto que con contribuyen a investigar
de verdad.
El estudio permanente, el debate argumentado, la
escritura
cuestionadora, la investigación contextualizada son
elementos básicos de una Universidad donde directivos,
profesores, estudiantes y trabajadores son actores de los
procesos de calidad. En ella
la argumentación sobre la realidad alimenta de la
investigación, el debate sobre los saberes exige razones y
no meras opiniones, los escritos circulan en forma de carteleras,
periódicos o revistas universitarias en ese espacio ahora
sí tendrían vida propia. Y no maquillajes,
publicando revistas o libros sin
ningún impacto puesto que no han de ser leídos y
menos discutidos.
Argumentar en el contexto universitario significa
entonces, dar razones coherentes desde una perspectiva
lógica, basada en realidades y sustentada. Discutir desde
la argumentación, supone reconocer en los otros, a unos
interlocutores legítimos que están dispuestos a
mantener una comunicación sincera con nosotros sobre
asuntos de interés
mutuo y sobre los cuales podemos disentir o tener
acuerdos.
En los actuales momentos, en Colombia, dada la
descomposición institucional, moral y social, se requiere
de personas con criterios intelectuales y morales claros con
capacidad de analizar y producir soluciones
coherentes e innovadoras a los múltiples
problemas.
Formar estudiantes investigadores requiere de
prácticas pedagógicas centradas en la
argumentación y el desarrollo de la comprensión.
Por eso es importante que el estudiante aprenda a comprender a
los otros, a valorar las diferencias, e interprete que aceptar la
diferencia es reconocer al otro.
Frente al paradigma
vigente y acrítico que tiene un visión
reduccionista de la enseñanza centrada en los "procesos"
proponemos la ARGUMENTACIÓN como CONTENIDO esencial y como
PRAXIS, paso preliminar de la INVESTIGACIÓN FORMATIVA, con
una metodología dialógica centrada en
sustentación racional y en respeto por la
opinión ajena.
Hemos sostenido a lo largo de este artículo que a
argumentación es una actividad social y necesaria en la
vida de todo individuo. Todos necesitan de los procesos
argumentativos. Se argumenta para proponer o defender tesis. Ella
es un principio de convivencia por cuanto permite dirimir
conflictos
personales y colectivos. La injusticia hace su aparición
cuando se agota toda opción argumentativa y
humanista.
En resumen de las tácticas y estrategias que
se presentan a continuación, están estrechamente
relacionadas con la tesis central que hemos defendido a lo largo
de este escrito. Se trata divulgar que la argumentación es
un factor determinante en los procesos de la investigación
formativa y de hacer saber que si el alumno no despliega en forma
simultanea las habilidades que apuntan a desarrollar la
competencia argumentativa, como una de las propedéutica
fundamental, todo intento por formar investigadores será
vano y sólo contribuirá a privilegiar el
currículo tradicional.
Se sugiere, por lo tanto, la introducción
paulatina de técnicas y estrategias de trabajo
argumentativo en las cátedras, a fin de potenciar la
competencia argumentativa: el pensamiento crítico y
creativo. En ese sentido la practica del seminario, el
foro y el debate son
medios
importantes para el ejercicio de la
argumentación.
Cosas que hay que evitar y como organizar los
seminarios, foros y debates argumentativos para promover el
pensamiento critico en el ámbito académico,
sugeridas por Mathew Lipman:
- Evite obligar a los alumno a seguir un solo orden de
ideas, a partir solo, de su interés
como docente. Privilegie el interés de los
alumnos. - Evite el uso de conceptos abstractos y, por el
contrario, dele a sus alumnos la posibilidad de construir su
razonamiento a partir del diálogo espontáneo o el
debate abierto. - Evite dirigir el debate durante la clase y, por el
contrario, provoque e incite a la discusión. - Evite resolver, sólo los problemas de orden
afectivo, omitiendo los de orden cognoscitivos. - Evite que los estudiantes avancen en un solo ritmo,
recuerde, que no todos, responden y aprenden del mismo
modo. - Evite monopolizar la conversación.
- Evite manipular la conversación, de modo que
sus ideas (las del profesor) parezcan las más
justificables. - Estimule a sus alumnos para que justifiquen sus
propias opiniones y creencias. - Insista, en que los alumnos discutan sobre el
problema, hasta que sólo ellos, encuentren una o varias
"respuestas". - Aliente a los alumnos a pensar con cabeza propia, a
ser capaces de valerse de su propio entendimiento. - Siempre que inicie una clase, pregunte a sus alumnos,
¿qué aspectos de la vida tiene significado para
él?. - Siempre que enseñe, primero señale los
aspectos más simples y por último los más
complejos. - Recuerde que el gran propósito de la
práctica de la argumentación, está
dirigido hacia el desarrollo de la destreza del pensamiento
crítico, es decir ayudar a los alumnos a construir ideas
nuevas, a descubrir nuevas significaciones.
"Si queremos adultos que piensen por sí mismos,
debemos educar a los niños a
que piensen por sí mismos". Mathew Lipman.
Creemos que no es posible desarrollar esta competencia
de manera aislada, es preciso crear comunidades de
indagación que de manera más precisa y exacta,
estén comprometidas con la democracia,
con el debate abierto, que admitan la diversidad crítica,
que propicien la libertad de
cátedra, la solidaridad y que
tengan la suficiente madurez para juzgar con conocimientos y
sobre todo ofrecer razones sus miembros cada que surjan
desacuerdos. El espacio natural de estas comunidades deben ser
los salones, los pasillos, la biblioteca, la
cafetería es decir no importa el dónde pero
sí el cuándo. Por eso empecemos por derribar las
puertas, abrir las ventanas y permitir que el aire fresco de
razón acaricie la palabra y promueva el diálogo en
voz alta y frente a una comunidad de hablantes. Esta experiencia
supone:
7.1 Tener siempre un esquema cuando argumente, no pase
de un punto a otro.
- Formule una introducción breve y a
continuación, exponga sus argumentos uno a
uno. - Rebata las objeciones con argumentos.
- No afirme más de lo que no está en
capacidad de probar. - Distinga las premisas de las
conclusiones. - Evite el
lenguaje emotivista y la sensiblería. - Realice un estudio previo del tipo de auditorio y
adecue, su lenguaje de tal forma que se logre el
propósito: convencer. - Determine los objetivos,
la justificación y la metodología que va a
seguir. - Utilice esquemas coherentes y emplee, siempre que
hable, un tono de voz grave con una velocidad
media. - Si tiene que leer, hágalo, pero sólo
utilizando frases y párrafos cortos. - Dedique la última parte de su
intervención a cerrar, resaltando su tesis o
hipótesis.
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Alvaro Mina Paz
Docente de Humanidades Universidad Santiago de Cali,
Especialista en Docencia para la Educación Superior,
Diplomado en Teoría de la argumentación y Pahd del
Instituto Monterrey, México.