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Bases para el abordaje del estrés en la práctica médica




Enviado por elioandres



Partes: 1, 2

    Bases para el abordaje del estrés en
    la práctica médica

    1. Tratado conceptual de la
      patología
    2. Clasificación
      nosológica
    3. Fenómenos
      clínicos relacionados
    4. Implicancias
      sistémicas del desorden
    5. Intervención
      terapéutica
    6. Investigación
      básica y clínica aplicada
    7. Conclusiones
    8. Bibliografía y
      otras fuentes
    • Introducción: El enfoque de un paciente y su
      problemática debe obligadamente ser integral. Esto
      configura una forma holística de abordaje que supera
      ampliamente a una parcial. El estrés
      resulta ser un paradigma de
      dicha perspectiva, ya que en pocos circunstancias es tan obvia
      la intercurrencia de causas.
    • Objetivos: Abordar al estrés como entidad
      nosológica en forma tal que las distintas vertientes
      confluyan entre sí. Extender esta concepción a
      otros fenómenos de la práctica
      médica.
    • Materiales y métodos:
      Se obtuvo la bibliografía tratante de numerosos
      medios, la
      que fue jerarquizada según el impacto de la fuente. Tras
      lo que se buscó su correspondiente correlato
      clínico en los ámbitos sanitario y educacional.
      Con enfoque multidisciplinario, se condujo el procesamiento
      critico de los elementos consignados.
    • Resultados: El marco
      teórico resultó ser cuantioso, aunque de
      ninguna forma concluyente. Se logró integrar
      conceptualmente la información recabada, que fue apoyada por
      los casos contextualizados.
    • Discusión: La falta de criterios que
      unificaran los aspectos de este fenómeno puso de
      manifiesto la mentalidad compartimentada implícita en el
      ejercicio médico cotidiano. Esto queda ejemplificado por
      la desinencia conceptual y por la multiplicidad intervenciones
      que usualmente son realizadas independientemente.
    • Conclusiones: El estrés constituye un modelo
      cognitivo que pone en evidencia la necesidad de que el
      médico debe ser formado para concebir integralmente lo
      que acontece en el paciente. El estrés es una
      consecuencia de la interacción de los estímulos
      ambientales y la respuesta idiosincrásica del individuo.
      Su importancia ha trascendido lo estrictamente médico
      para alcanzar diversas áreas de la realidad
      humana.

    Introducción

    El enfoque de toda patología o evento dado dentro
    del contexto de la práctica médica es o
    debería ser multidimensional con abordaje
    interdisciplinario, ya que el individuo es en sí un
    sistema complejo
    de fenómenos infinitos operantes dentro de un todo, que es
    único y el objeto de la intervención médica.
    Lo antedicho encuentra en el estrés uno de los mayores
    ejemplos de necesidad de esta concepción integradora en su
    diagnóstico y tratamiento.

    La Psiconeuroinmunoendocrinología brinda una
    explicación de cómo el entorno y lo que la persona toma de
    él inciden en el ser humano y como éste es
    modificado:

    Los cambios moleculares que se producen en el SNC y que
    dentro de la neurona
    modifican la expresión genómica de las proteínas,
    dan lugar a un nuevo estado
    funcional del cerebro y del
    individuo. Estos cambios moleculares se producen inicialmente por
    distintos estímulos sensoriales que devienen en
    señales químicas y que dan origen a una cascada de
    acontecimientos intraneuronales.

    Para poder arribar
    a la comprensión de cómo la palabra hablada
    podría ejercer modificaciones moleculares en el SNC se
    debe efectuar un cruce teórico e hipotético entre
    lo simbólico y lo biológico. El nivel de
    representación psíquica dado por la palabra se
    traslada a los eventos
    fisiológicos del cerebro, dando
    acceso a regiones que están involucradas con la
    experiencia cognitiva de los estados emocionales.

    La palabra transformada en estímulo o
    señal química (inputs),
    llega como información al sistema de la
    audición y es procesada en sucesivas regiones cerebrales.
    A su vez inputs del sistema
    endócrino, del sistema inmune y de otros sistemas
    modulatorios modifican los inputs originales y se ligan con los
    engramas de la memoria y
    del aprendizaje de
    ése individuo, produciéndose la
    decodificación del símbolo lingüístico
    al interactuar también con los circuitos del
    placer, con los circuitos
    motivacionales y de lo emocional, con los circuitos del
    procesamiento de la ansiedad y del tono afectivo. Este
    estímulo produce cambios moleculares como cualquier otro
    estímulo, que generará cambios
    neurofisiológicos, que a su vez generarán cambios
    sistémicos y que se traducirán en cambios
    psicológicos, objetivables por cambios conductuales, con
    su expresión en lo social.

    El concepto de
    estrés se reconoce en todos los niveles y formas de la
    vida, desde los seres unicelulares milenarios hasta el hombre
    actual. Pero es en el ser humano donde alcanza el cenit de su
    expresión; ya que es este ser, el que por su naturaleza,
    alcanza, a su vez, la máxima complejidad del
    existir.

    Desarrollo

    I. Tratado
    conceptual de la patología

    Descripción:

    El estrés es la expresión de la suma de
    cambios no específicos que desvían al organismo de
    su estado normal
    de reposo, dados por agresiones y exigencias internas y/o
    externas. Su presentación se caracteriza por la
    gradación y la inespecifidad de su clínica, por lo
    que las diferencias en ésta son generalmente cuantitativas
    (Navarro).

    Se constituye un estado de gran tensión nerviosa
    originado en la persona por el
    exceso de trabajo, las aspiraciones no satisfechas, la ansiedad,
    etc. Suele manifestarse a través de una serie de
    reacciones que van desde la fatiga prolongada y el agotamiento
    hasta dolores de cabeza, gastritis, úlceras, etc.,
    pudiendo ocasionar incluso trastornos
    psicológicos.

    Desde que Hans Selye introdujo en el ámbito de la
    salud el
    término estrés, este se ha convertido en una de las
    palabras mas utilizadas, tanto por los profesionales de las
    distintas ciencias de la
    salud, como en
    el lenguaje
    coloquial de la calle. Selye, definió el estrés
    como una respuesta general del organismo ante cualquier
    estímulo estresor o situación estresante. No
    obstante se han realizado múltiples trabajos sobre el
    estrés que han aportado diversas conceptualizaciones. Una
    conceptualización más comprensible de
    estrés, lo definiría como un exceso de demandas
    ambientales sobre la capacidad del individuo para resolverlos,
    considerando además las necesidades del sujeto con las
    fuentes de
    satisfacción de esas necesidades en el entorno laboral.

    Fisiopatología:

    El estrés es un hecho habitual en nuestras vidas.
    No puede evitarse, ya que cualquier cambio al que
    debamos adaptarnos representa estrés. Los sucesos
    negativos, daño, enfermedad o muerte de un
    ser querido, son hechos estresantes, así como los sucesos
    positivos; ascender en el trabajo
    trae consigo el estrés del nuevo status, de nuevas
    responsabilidades.

    Nuestras experiencias estresoras provienen de tres
    fuentes
    básicas: nuestro entorno, nuestro cuerpo y nuestros
    pensamientos. El entorno se refiere a las condiciones
    ambientales, como por ejemplo ruidos, aglomeraciones, demandas de
    adaptación, etc. Las fisiológicas se refieren a
    nuestro organismo: enfermedad, accidentes,
    trastornos, etc. Las amenazas exteriores producen en nuestro
    cuerpo unos cambios estresantes. Así nuestra forma de
    reaccionar ante los problemas, las
    demandas y los peligros, viene determinada por una aptitud innata
    de lucha o huida, cuando los estímulos que nos llegan son
    interpretados como amenazantes.

    La aparición del estado de estrés depende
    de la cognición (o evaluación) que el sujeto hace de su
    interacción con el medio, y esa cognición resulta
    del procesamiento de la actividad emocional llevada a cabo por la
    amígdala y del procesamiento de la información
    sobre el entorno que tiene lugar en el hipocampo. Ambos tipos de
    procesamiento de la información, de naturaleza
    subliminal a la conciencia,
    configuran la apreciación del sujeto respecto al manejo de
    la situación y determinan su respuesta emocional y su
    conducta
    ejecutiva. Este modelo
    explicativo, que recibe el nombre de modelo cognitivo de control, sugiere
    que la adaptación del ser humano todavía
    está más regulada por procesos
    límbicos (como ocurre en todos los mamíferos) que por decisiones racionales y
    conscientes generadas en la corteza asociativa
    prefrontal.

    Este proceso se
    traduce en una serie de cambios físicos observables.
    Así, por ejemplo, las pupilas se agrandan para mejorar la
    visión y el oído se
    agudiza, los músculos se tensan para responder al
    desafío, la sangre es
    bombeada al cerebro para aumentar la llegada de oxigeno a las
    células
    y favorecer los procesos
    mentales. Las frecuencias cardiaca y respiratoria aumentan, y
    como la sangre se
    desvía preferentemente hacia la cabeza y el tronco, las
    extremidades y sobre todo las manos y los pies, se perciben
    fríos y sudorosos. Si no se libera al organismo de estos
    cambios ocurridos durante la fase de reconocimiento y
    consideración de la amenaza, se entra en un estado de
    estrés crónico. Cuando uno se siente estresado y
    añade aun más estrés, los centros
    reguladores del cerebro tienden a hiperreaccionar ocasionando
    desgaste físico, crisis del
    llanto, y potencialmente depresión.

    Datos algo dispersos sugieren que este trastorno tiene
    un fuerte componente familiar y, posiblemente, un origen
    genético. Al contrario de lo que sucede en los trastornos
    anteriores de origen mayoritariamente exógeno en el cuadro
    de ansiedad generalizada (de origen fundamentalmente
    endógeno) no se debe descartar la posible
    colaboración de precipitantes externos.

    Eventos y factores
    estresantes

    Diferencias personales:

    Genética, experiencias del
    desarrollo, etc.

     

     

     

     

    Activación de centros
    reguladores en SNC y otros sitios

     

     

     

    Respuestas:

    Lucha o huida, consumo
    de sustancias, modificaciones de la dieta, ejercicio,
    etc.

     

     

     

    Modificación
    neurohumoral:

     

     

    >noradrenalina

    <testosterona

    >ACTH, cortisol

    >endorfina

     

     

     

    Consecuencias:

    Elevación de la TA,
    aceleración del pulso, modificación de la
    actividad nerviosa, cambios del estado de animo y atención, alteración de ciclos
    biológicos y de otras funciones
    orgánicas.

    Fisiología de la
    neurotransmisión:

    Es evidente la participación de los mecanismos
    adaptativos del estrés y su fracaso, como elementos
    provocadores y desencadenantes de procesos neuróticos y
    depresivos. En el plano bioquímico y endocrino la angustia
    se acompaña de elevados niveles de cortisol proveniente de
    la corteza suprarrenal; de adrenalina sintetizada en la
    médula suprarrenal y también de noradrenalina que
    se produce principalmente en las terminaciones nerviosas o
    sinapsis de los nervios alfa-adrenérgicos.

    La neurotransmisión se define como la serie de
    fenómenos dinámicos concatenados que sirven para
    comunicar las neuronas entre sí y con los órganos
    efectores mediante procesos metabólicos, eléctricos
    y energéticos. Se utilizan mediadores químicos que
    se sintetizan y almacenan en las neuronas. Una vez estimulada la
    neurona, se
    activa la liberación del neurotransmisor para que se
    incorpore a la hendidura sináptica y permita la
    estimulación de la célula
    postsináptica. Luego el mediador químico es
    degradado en el espacio intersináptico por la
    catecol-O-metil transferasa (COMT) extracelular, por la
    monoaminooxidasa (MAO) intracelular y por la recaptación
    en gran parte al cuerpo neuronal para repetir el ciclo. Es
    indudable en la génesis y neurobiología de la
    angustia y el miedo la actividad del sistema
    noradrenérgico. El mediador químico en esta
    neurotransmisión es la noradrenalina y el núcleo
    principal, ya que posee el 70% de la noradrenalina cerebral, es
    el locus coeruleus ubicado en el piso del cuarto
    ventrículo como así también la
    amígdala cerebral y el hipocampo. Este centro recibe
    información del sistema reticular y de los núcleos
    sensoriales y se conecta con la corteza cerebral, el sistema
    límbico, el tronco cerebral y el cerebelo, se constituye
    en el centro responsable del control de las
    reacciones de alarma que implican alteraciones del sistema nervioso
    vegetativo y respuestas emocionales (Aguso). La respuesta
    excesiva en la descarga de noradrenalina ante el peligro
    (estrés real o atribucional) por estimulación del
    locus coeruleus sería la génesis de los ataques de
    pánico.

    En cuanto a la neurotransmisión
    serotoninérgica, se ha demostrado una disminución
    de la concentración plasmática de Serotonina en las
    personas que sufren agarofobia con ataques de angustia por
    aumento de la recaptación a nivel del sistema nervioso
    central. Las neuronas que contienen serotonina se encuentran
    ubicadas en los núcleos del rafe a lo largo del tronco
    cerebral y ejercerían una influencia inhibitoria sobre la
    actividad neuronal en el locus coeruleus, la amígdala y el
    hipocampo, de tal manera que la facilitación de la
    neurotransmisión serotonínica antagoniza la
    producción de angustia.

    Si el estrés se define como una cognición
    de amenaza que activa al organismo por encima de sus recursos
    adaptativos, entonces el estrés es un estado
    antihomeostático que fuerza
    parámetros biológicos a un alto costo
    energético.

    Distinción entre un estímulo amenazante y
    uno desafiante:

    Los sistemas de
    evaluación están determinados por
    los rasgos de personalidad
    de cada individuo de tal forma que cada persona utiliza un estilo
    de afrontamiento particular. Por eso el estrés es un
    fenómeno individual.

    Los estímulos desafiantes producen la
    activación del sistema nervioso
    como una preparación positiva frente al estresor,
    desencadenando mecanismos adrenérgicos en los que
    predomina la descarga de adrenalina, noradrenalina y dopamina por
    parte del sistema nervioso
    central y la corteza suprarrenal.

    En los mecanismos relacionados con estímulos
    amenazantes, predomina una descarga de cortisol.

    Condiciones estresantes:

    • Sobrecarga de trabajo
    • Exceso o falta de trabajo.
    • Rapidez en realizar la tarea.
    • Necesidad de tomar decisiones.
    • Fatiga, por esfuerzo físico importante.
      Viajes
      largos y numerosos.
    • Excesivo numero de horas de trabajo.
    • Cambios en el
      trabajo.

    La sobrecarga de trabajo, tanto en los aspectos
    difíciles de la tarea, como el excesivo trabajo, ha
    obtenido una relación directa, entre horas de trabajo y
    muerte causada
    por enfermedad coronaria. (Breslow y Buell 1960). La sobrecarga
    de trabajo, también esta relacionada significativamente
    con una serie de síntomas de estrés: consumo de
    alcohol,
    absentismo laboral, baja
    motivación
    en el trabajo, baja autoestima,
    tensión en el trabajo, percepción
    de amenaza, desconcierto, alto nivel de colesterol, incremento de
    la tasa cardiaca y aumento de consumo de cigarrillos.

    Existen otros estresores relacionados con las funciones del
    trabajador que pueden generar estrés, afectando
    fundamentalmente a mandos intermedios, como son:

    • Individuo que cuenta con insuficiente responsabilidad.
    • Falta de participación en la toma de
      decisiones.
    • Falta de apoyo por parte de la dirección.
    • Cambios tecnológicos a los que hay que
      adaptarse.
    • Relaciones interpersonales: Cuando existen unas
      relaciones pobres y hay poca confianza, se produce
      frecuentemente comunicaciones insuficientes que originan
      tensiones psicológicas y sentimientos de
      insatisfacción en el trabajo. En este sentido al
      considerar las relaciones con los superiores se pueden hallar
      favoritismos por su parte que provocan una tensión y
      presión
      en el trabajo. Por el contrario, las relaciones con los
      subordinados son con frecuencia fuentes de estros para los
      directivos, al tratar de conseguir mayor productividad y
      un tratamiento considerado. Las relaciones entre
      compañeros pueden traer diversas situaciones
      estresantes, como por ejemplo, rivalidad, falta de apoyo en
      situaciones difíciles, culpabilización de los
      errores o problemas, e
      incluso una total falta de relaciones.
    • Características del puesto de
      trabajo:
    1. Ambigüedad del rol: Cuando no se dispone de una
      adecuada información laboral, responsabilidad o falta de claridad en los
      objetivos
      asociados al puesto.
    2. Demanda de responsabilidad por parte de los
      compañeros, sin haberse facultado para ello o por el
      contrario que exista esa facultad y no se desempeñe
      (esta situación representa para el trabajador menor
      satisfacción en el trabajo, mayor tensión y baja
      autoestima).
    3. Responsabilidad sobre otras personas: Los
      trabajadores con responsabilidad sobre otras personas tienen un
      mayor numero de interacciones de estrés, como es el caso
      de directivos que, además, con cierta frecuencia tienen
      que asistir a reuniones o deben cumplir demasiados compromisos
      de trabajo. Estas personas se encuentran relacionadas con la
      conducta del
      fumar, suelen tener mayor presión
      diastólica y altos niveles de colesterol. (French y
      Caplan 1970).
    • Desarrollo de la carrera profesional: Generalmente el
      trabajador espera ir ascendiendo en los diversos puestos que
      tiene su entidad, es decir, tiende a mejorar no solo en el
      aspecto económico, sino aspirando a puestos de mayor
      responsabilidad o cualificación, desarrollando lo que
      llamaríamos su carrera profesional. Es por ello que
      cuando la expectativas se truncan aparecen tensiones o factores
      estresantes, como por ejemplo:
    1. Falta de seguridad en
      el trabajo.
    2. Incongruencia o falta de equidad en una promoción insuficiente o
      excesiva.
    3. Consciencia de haber alcanzado el propio
      techo.

    Cuando un ejecutivo de mediana edad observa una
    ralentización en los procesos de promoción, y experimenta que va alcanzando
    su propio techo y puede ser sustituido por otras
    compañeros más jóvenes y con mas
    preparación, aparecen tensiones, conflictos,
    ansiedades, insatisfacciones y temores en relación con su
    status profesional. (Ledison 1973).

    • Estructura y el clima
      organizacional:
    1. Falta de participación en los procesos de
      toma de
      decisiones.
    2. Sentirse extraño en la propia organización.
    3. Inadecuada política de
      dirección.
    4. Falta de autonomía en el trabajo.
    5. Estrecha supervisión del trabajo.

    El estrés producido por la propia organización presenta los siguientes
    factores de riesgo para la
    salud: consumo de alcohol como
    forma de escape, animo deprimido, baja autoestima, poca
    satisfacción en el trabajo, intención de abandonar
    el trabajo y absentismo laboral. Así mismo en numerosos
    estudios realizados, la falta de participación, produce
    insatisfacción en el trabajo y unos incrementos de
    riesgos de
    enfermedad física y
    mental.

    En el contexto laboral se experimentan otros hechos
    estresantes que no son de carácter
    cuantitativo (introducción de datos en el
    ordenador), ni cualitativo (ambigüedad del rol); mas bien
    ocurre cuando las habilidades de la persona son incongruentes,
    con la tarea o el entorno laboral. No obstante, hay que tener en
    cuenta que en situaciones similares las personas reaccionan de
    forma diferente. Así, cuando se produce una tensión
    de sobrecarga de trabajo, mientras que una persona puede
    reorganizar eficazmente la tarea, aprender nuevas formas, buscar
    ayuda, etc.; otra, incapaz de superar tal tensión, puede
    responder a largo plazo con enfermedades coronarias,
    depresivas, etc.

    Patrones de conducta:

    Son las predisposiciones de determinados sujetos en
    cuanto a sus actitudes y el
    modo de afrontar situaciones condicionados por la escala de
    valores en uso
    en una sociedad
    determinada (Prise, 1982). Se constituye así en la suma de
    rasgos de un sujeto (personalidad,
    actitudes,
    creencias, conducta manifiesta y una determinada
    activación psicofisiológica). Los patrones de
    conducta detectados (A, B, y C) presentan en general características definidas que muchas veces
    permiten predecir algunos aspectos de su conducta como así
    también estadísticamente su riesgo
    patógeno. Esto no implica que características del tipo A o C, por
    ejemplo, no aparezcan en el otro o su riesgo patógeno no
    coincida estadísticamente.

    Los sujetos a los que se los denomina A, corresponden a
    perfiles psicológicos donde predomina una respuesta
    excesiva. Predomina la hiperactividad, irritabilidad, son
    ambiciosos, agresivos, hostiles, impulsivos, impacientes
    crónicos, tensos y competitivos, ya sea con su medio ambiente
    y con ellos mismos y sus relaciones
    interpersonales son problemáticas y con tendencia a la
    dominancia. Estos sujetos con respuesta autonómica al
    estrés poseen mayor predisposición a padecer
    patologías cardiovasculares. A su vez, tienen con
    frecuencia elevado el colesterol LDL o disminuido el colesterol
    HDL y acumulan asimismo otros factores de riesgo, obesidad,
    nicotinismo e hipertensión. Es importante recordar en este
    punto que estos individuos reaccionan de esta manera cuando se
    encuentran activada la corteza temporal y la amígdala
    cerebral y, desde el punto de vista bioquímico, hay
    predominio de las vías noradrenérgica y
    simpático adrenérgica, generando las conductas
    huida y lucha con estados emocionales displacenteros y responden
    al modelo del Sistema Activador de la Acción
    (Laborit).

    El patrón de conducta tipo C se presenta en
    sujetos introvertidos, obsesivos, que interiorizan su respuesta
    al estrés, pasivos, resignados y apacibles, extremadamente
    cooperadores, sumisos y conformistas, siempre controlando las
    expresiones de hostilidad y deseosos de aprobación social.
    Tienen estadísticamente mayor predisposición a
    reumas, infecciones, alergias, afecciones dermatológicas
    variadas e incluso el cáncer,
    este último asociado a la inhibición inmunitaria de
    la que padecen en general estos sujetos. Desde el punto de vista
    anatómico se encuentra activada la corteza orbitofrontal y
    la zona septohipocámpica. Las vías
    bioquímicas alteradas son la serotoninérgica y
    corticosuprarrenal (corticoesteroides) y el estado
    emocional predominante es displacentero, con miedo, ansiedad y
    depresión (se producen cambios en el
    turnover de serotonina que forman parte de la reacción
    general de estrés, como así también la
    excesiva liberación de ACTH y cortisol, con modificaciones
    en el test de la
    dexametasona). Los sujetos del tipo C responden con
    inhibición inmunitaria y conductual ante el estrés
    de acuerdo al modelo del Sistema Inhibidor de la Acción
    (H. Laborit) también llamado periventricular o de
    castigo.

    Los sujetos con Patrón de Conducta Tipo B son en
    general tranquilos, confiados, relajados, abiertos a las emociones,
    incluidas las hostiles. El B corresponde al Sistema Activador de
    la Acción (sistema de recompensa) y son la corteza frontal
    y el hipotálamo ventromedial las zonas activadas. Hay
    predominio de vías noradrenérgica y
    simpáticoadrenérgica (médula suprarrenal).
    Predomina la activación inmunitaria y el estado
    emocional es agradable por reducción de la
    activación o por activación placentera.

    Sintomatología común de la ansiedad y
    la depresión:

    Es importante tener en cuenta que existen
    síntomas comunes y, muchas veces, superpuestos. La
    necesidad de hacer esta salvedad es que el estrés se
    inicia como un cuadro ansioso que puede evolucionar a uno
    depresivo de mayor gravedad, por lo que el profesional tratante
    deberá estar atento a estas señales:

    Síntomas
    depresivos

    Síntomas comunes

    Síntomas ansiosos

    • Humor e interés deprimidos.
    • Retardo psicomotor.
    • Trastornos del apetito.
    • Sentimiento de imposibilidad de ayuda, culpa y
      desesperanza.
    • Variación diurna del humor.
    • Despertar temprano.
    • Ideas delirantes.
    • Trastornos del sueño.
    • Agitación psicomotora.
    • Fatiga.
    • Preocupación.
    • Dificultad en la
      concentración.
    • Intentos suicidas.
    • Disminución de la libido.
    • Temblores.
    • Tensión muscular.
    • Disnea y nausea.
    • Transpiración.
    • Sequedad bucal.
    • Insomnio conciliatorio.
    • Distorsiones perceptuales.
    • Agorafobia.
    • Despersonalización.
    • Desrealización.

    Escala de Holmes y Rahe de reajuste
    social:

    Se enumeran 43 acontecimientos asociados con diferentes
    grados de alteración y estrés, en la vida de una
    persona normal. La escala fue
    construida después que cientos de personas con diferentes
    historias biográficas, cuantificasen el grado de ajuste
    relativo que necesitaron para adaptarse a estos cambios. Una
    acumulación de 200 o más unidades en un solo
    año incrementa la incidencia de trastornos
    psicosomáticos.

    1. Muerte del
      cónyuge

    100

    • Divorcio

    73

    • Separación

    65

    • Privación de la
      libertad

    63

    • Muerte de un familiar
      próximo

    63

    • Enfermedad o incapacidad,
      graves

    53

    • Matrimonio

    50

    • Perder el empleo

    47

    • Reconciliación de la
      pareja

    45

    • Jubilación

    45

    • Enfermedad de un pariente
      cercano

    44

    • Embarazo

    40

    • Problemas sexuales

    39

    • Llegada de un nuevo miembro a la
      familia

    39

    • Cambios importantes en el trabajo

    39

    • Cambios importantes a nivel
      económico

    38

    • Muerte de un amigo
      íntimo

    37

    • Cambiar de empleo

    36

    • Discusiones con la pareja (cambio
      significativo)

    35

    • Pedir una hipoteca de alto
      valor

    31

    • Hacer efectivo un
      préstamo

    30

    • Cambio de responsabilidades en el
      trabajo

    29

    29

    • Problemas con la
      ley

    29

    • Logros personales
      excepcionales

    28

    • La pareja comienza o deja de trabajar

    26

    • Se inicia o se termina el ciclo de
      escolarización

    26

    • Cambios importantes en las condiciones
      de vida

    25

    • Cambio en los hábitos
      personales

    24

    • Problemas con el
      jefe

    23

    • Cambio en el horario o condiciones de
      trabajo

    20

    • Cambio de
      residencia

    20

    20

    • Cambio en la forma o frecuencia de las
      diversiones

    19

    • Cambio en la frecuencia de las
      actividades religiosas

    19

    • Cambio en las actividades
      sociales

    18

    • Pedir una hipoteca o préstamo
      menor

    17

    • Cambios en los hábitos del
      sueño

    16

    • Cambios en el número de
      reuniones familiares

    15

    • Cambio en los hábitos
      alimentarios

    15

    • Vacaciones

    15

    • Navidades

    12

    • Infracciones menores de la ley

    11

    Acercamiento biopsicosocial al problema del
    estrés:

    El cerebro actual es el resultado de múltiples
    adaptaciones al medio ambiente
    biopsicosocial, en un planeta históricamente hostil
    (modelo del cerebro trino de Paul Mac Lean: conocimiento
    de las funciones cerebrales y su desarrollo
    desde el nacimiento hasta la madurez, y a los mecanismos
    neurobiológicos macro y micromoleculares implicados en la
    conducta).

    Freud planteaba la construcción del inconsciente como
    sumatoria de la "experiencia ancestral" e infantil. Jung hablaba
    del "programa arcaico
    colectivo". Adler describía al Homo Sapiens como una
    especie débil y victimada con sentimientos
    pretéritos de inferioridad. Por lo este cerebro
    sería portador de los programas humanos
    arcaico, infantil y sociocultural.

    El ser humano posee emociones y
    realiza actos arcaicos (de reptiles y mamíferos) a la vez que esta incluido en un
    complejo social (ciudades) por el creado. Debido a lo cual,
    existe un estrés de fondo general para la especie,
    generado por los desajustes adaptativos del presente.

    Consideraciones filogenéticas:

    El avance incontenible de la ciencia y
    la magnitud de las comunicaciones
    han devenido en la rapidez con que los hechos cotidianos se
    suceden, lo que no permite su sano procesamiento. La esperanza de
    vida ha superado ya los 70 años y la posibilidad de
    adquirir experiencias es ilimitada. Las modificaciones del
    entorno en el que persona se desenvuelve son permanentes, con lo
    que se pierde identidad, ya
    que la historia
    propia no es respetada. La tecnología ha crecido
    de una manera desproporcionada para lo propio hecho por la mente
    humana, que tarda en adaptarse a estos hechos vertiginosos
    creados por ella misma.

    Ha surgido desordenadamente movimientos y actitudes que
    plantean seriamente escapar de la alienada "polis", enfocados en
    el retorno hacia la naturaleza madre. El contexto cultural
    existente, donde reina la superficialidad y la artificialidad, ha
    llegado a saturar a los seres que en el convergen.

    Los planteos que aparecen ante esta vorágine de
    eventos son:
    ¿Será éste un paso evolutivo o la condena
    para nuestra especie? ¿Será apto para nuestra
    sobrevida como género
    Homo éste nuevo hábitat construido a partir de la
    destrucción del hogar ancestral? Hemos creado necesidades
    artificiales propias de nuestro sistema social consumista que
    tapan nuestros verdaderos objetivos
    naturalmente placenteros y vitales.

    La fisiología comparada ha permitido
    comprender mas íntegramente esta problemática. Da
    una mirada evolutiva a través de las neurociencias acerca
    de estos fenómenos tan actuales como históricamente
    perpetuos: Nuestra infancia de
    Homo Sapiens, acontecida entre llanuras y selvas, es tan
    inolvidable y vigente como lo es la infancia de
    cada ser particular de nuestra especie. Ejemplo de ello son
    ciertos principios
    centrales de la biología (Ernest
    Haeckel):

    • La ontogenia recapitula a la filogenia.
    • El uso y desuso de los órganos está en
      relación con el desarrollo y evolución anatómica de
      estos.

    Cerebro racional

    (neopálio o
    neocórtex)

    Tareas intelectuales

     

    Cerebro intermediario

    (paleopálio: sistema
    límbico)

    Emociones

     

     

     

    Cerebro primitivo
    (arquipálio)

    Autopreservación

    Reptil

     

     

     

    Mamífero

     

    Hombre

    Se observa que, si bien las funciones superiores son
    suprayacentes a los demás elementos filogénicos del
    cerebro humano, éstos se encuentran albergados en los
    cimientos mismos de la mente.

    Diagnóstico:

    El mecanismo diagnóstico se encuentra en una secuencia
    de búsqueda:

    • Factores de estrés.
    • Perfil psicológico: Será de gran
      importancia y determinante en cuanto a la respuesta adaptativa
      y a las consecuencias patógenas del distrés de
      acuerdo a si se trata de un tipo psicológico A, B o C,
      según diagnóstico clínico o mediante tests
      posibles a realizar.
    • Antecedentes de situaciones estresantes: Estas
      circunstancias del sujeto en un período de su vida
      según evaluación de Holmes y Rahe nos pueden
      llevar a la presunción del riesgo de enfermar de un
      individuo a la explicación parcial de las causas de la
      sintomatología del mismo.
    • Modificaciones de parámetros
      biológicos: Los parámetros biológicos a
      medir en el estrés son variados y fundamentalmente
      dictados más para la investigación y el pronóstico que
      para el diagnóstico. Estas mediciones nos llevan ante
      todo a apreciar los desórdenes metabólicos
      provocados por el estrés.
    • Informe clínico sobre trastornos o
      alteraciones vinculadas al estrés: Ejemplos de ellos son
      los trastornos psíquicos, cardiovasculares, digestivos,
      cutáneos, sexuales y ginecológicos, articulares y
      musculares, dentarios, nutricionales y urológicos. Estos
      trastornos podrán ser síntomas de estrés
      y/o la claudicación del equilibrio
      adaptativo y la aparición de enfermedades
      psicosomáticas asociadas a factores de
      estrés.

    Son muchos los estudios a realizar para aproximarnos al
    diagnóstico de estrés y compleja su
    evaluación ya que estos parámetros deben estar
    relacionados con acontecimientos estresantes y con
    repercusión psicológica en el individuo. Entre los
    estudios posibles a realizar para evaluar los indicadores
    bioquímicos y clínicos del estrés, es
    importante mencionar la activación autonómica y
    neuroendócrina que acontecen durante el estrés y
    que se acompaña de una activación inmunitaria que
    es consecuencia de la activación neuroendócrina. La
    cuantificación de la actividad del sistema
    simpaticoadrenal se puede realizar a través de dos
    vías: una directa, que consiste en valorar los niveles
    plasmáticos y urinarios de las catecolaminas y otra
    indirecta, cuantificando los efectos sistémicos de la
    activación autonómica. Es conveniente la
    cuantificación combinada con el fin de aumentar la
    fiabilidad de las medidas (Valdés).

    Aquí podemos mencionar desde el ámbito de
    la prevención, el Potencial Evocado Autonómico
    Periférico (PEAP) que permite evaluar la respuesta del
    Sistema Nervioso Autónomo en situaciones de demanda y nos
    permite medir el grado de vulnerabilidad de un individuo ante
    situaciones de exigencia externa.

    Para estudiar o cuantificar la Activación
    Neuroendócrina debemos tomar en cuenta que ésta es
    una activación multihormonal con tres
    secuencias:

    1. Rápida: Comprende a las catecolaminas (ca), la
      prolactina (prl), la hormona del crecimiento (gh), insulina y
      hormonas
      sexuales (andrógenos y estrógenos). Está
      comprobada la liberación precoz de prl en situaciones de
      estrés; por el contrario está demostrado la
      disminución de la testosterona.
    2. Semirrápida: Está constituida por el
      eje hipofisoadrenal. En esta respuesta merece especial atención el estudio de la
      secreción de ACTH, cortisol, cortisona y corticosterona.
      El estudio de los 17-hidroxicorticosteroides (17 O.H.C.S.)
      muestra por
      ejemplo una relación directa entre los niveles
      plasmáticos de 17 OHCS y hostilidad manifiesta. Por otra
      parte se comprueba a través del Test de
      Supresión de la Dexametasona y de estudios
      plasmáticos de un aumento de cortisol y de los niveles
      de ACTH que presentan los pacientes deprimidos y que se
      correlacionan con el aumento de cortisol urinario.
    3. Lenta: Es la secreción de hormona tiroidea
      cuya acción lenta le hace difícil de ser
      estudiada como variable (dura 6 a 8 días) por cuestiones
      metodológicas.

    La Activación inmunitaria que se produce ante el
    estrés puede alterar el complejo sistema de
    relación entre el SNC y el SI con la consiguiente
    caída inmunológica, tanto para la producción y acción de linfocitos B
    y linfocitos T, cuantificables por titulación de
    anticuerpos circulantes por inmunofluorescencia y test de la
    roseta respectivamente.

    Por supuesto que estas menciones son sólo una
    aproximación para el estudio complejo del estrés y
    sus consecuencias. Muchos de los estudios son complicados de
    utilizar en la clínica, por costos y
    dificultades técnicas
    en su aplicación y que se realizan para la investigación. Son fundamentalmente
    tendientes a la prevención.

    II.
    Clasificación nosológica

    Ejes diagnósticos en la clasificación DSM
    IV:

    • Eje I: Trastornos clínicos.
    • Eje II: Trastornos de la
      personalidad, retraso mental.
    • Eje III: Enfermedades médicas.
    • Eje IV: Problemas psicosociales y
      ambientales.
    • Eje V: Evaluación de la actividad
      global.

    Clasificación DSM IV:

    • Trastornos de inicio en la infancia, la
      niñez o la adolescencia.
    • Delirium, demencia, trastornos amnésicos
      y otros trastornos cognoscitivos.
    • Trastornos mentales debidos a enfermedad
      médica no clasificados en otros
      apartados.
    • Trastornos relacionados con
      sustancias.
    • Trastornos del control de los impulsos no
      clasificados en otros apartados.
    • Trastornos adaptativos.
    • Trastornos de la
      personalidad.
    • Esquizofrenia y otros trastornos
      psicóticos.
    • Trastornos del estado de
      ánimo.
    • Trastornos somatomorfos.
    • Trastornos facticios.
    • Trastornos disociativos.
    • Trastornos sexuales y de la identidad sexual.
    • Trastornos de la conducta
      alimentaria.
    • Trastornos del sueño.
    • Otros problemas que pueden ser objeto de
      atención clínica.
    • Códigos adicionales.
    • Trastornos de ansiedad:

    Trastorno de angustia sin agorafobia.

    Agorafobia sin historia de
    angustia.

    Fobia social.

    Trastorno por estrés
    postraumático.

    Trastorno por ansiedad generalizada.

    Trastorno de ansiedad inducido por
    sustancias.

    Trastorno de angustia con agorafobia.

    Fobia especifica.

    Trastorno obsesivo compulsivo.

    Trastorno por estrés agudo.

    Trastorno de ansiedad debido a enfermedad
    médica.

    Trastorno de ansiedad no especificado.

    Clasificación CIE 10:

    • Trastornos mentales orgánicos, incluidos
      los sintomáticos.
    • Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de
      sustancias psicotropas.
    • Esquizofrenia, trastorno esquizotípico y
      trastornos de ideas delirantes.
    • Trastornos del humor o afectivos.
    • Trastornos de comportamiento asociados a disfunciones
      fisiológicas y factores
      somáticos.
    • Trastornos de la personalidad y del
      comportamiento del adulto.
    • Retraso mental.
    • Trastornos del desarrollo
      psicológico.
    • Trastornos del comportamiento y de las
      emociones de comienzo habitual en la infancia y adolescencia.
    • Trastorno mental sin
      especificación.
    • Trastornos neuróticos, secundarios a
      situaciones estresantes y somatomorfos:

    Trastornos de ansiedad fóbica.

    Trastorno obsesivo compulsivo.

    Trastornos disociativos, de
    conversión.

    Trastornos somatomorfos.

    Otros trastornos de ansiedad.

    Reacciones a estrés grave y trastornos de
    adaptación.

    Otros trastornos neuróticos.

    Ubicación específica del estrés
    dentro de los sistemas de clasificación
    vigentes:

    La ambigüedad del termino estrés obliga a
    delimitar el significado especifico con que es desarrollado
    aquí. Dicha ambigüedad esta claramente corroborada
    por el uso del termino en innumerables tratados de las
    más diversas disciplinas, ya sean físicas,
    biológicas, humanistas o sociales. Incluso esto se observa
    dentro la psiquiatría misma, ya que esta palabra se repite
    con distintas especificaciones a lo largo de las clasificaciones
    de uso corriente.

    Antes de proseguir con este intento clasificatorio, debe
    tener en cuenta que el estrés es inicialmente una
    respuesta orgánica y psíquica a las adversidades,
    que en su evolución determina la instalación
    final de lo que a continuación se detalla. Aquí, se
    entiende, de acuerdo a su uso tanto médico como general, a
    estrés, ya en una etapa establecida, como un trastorno de
    ansiedad generalizado (DSM IV) o un trastorno adaptativo
    secundario a situaciones estresantes (CIE 10).

    Siguiendo la clasificación DSM IV, se establecen
    a continuación los criterios diagnósticos para este
    síndrome:

    • Ansiedad y preocupación excesivas
      (expectación aprensiva), que se producen la mayor parte
      de los días, por lo menos durante 6 meses, en torno a un
      numero de hechos o actividades (tales como rendimiento laboral
      o escolar).
    • Dificultad para controlar la
      preocupación.
    • Ansiedad y preocupación asociadas con tres o
      más de los siguientes síntomas (en los niños, se requiere solamente uno de estos
      fenómenos), con por lo menos algunos de ellos presentes
      la mayor parte de los días durante los últimos 6
      meses:
    1. Inquietud o sentimiento de tensión o
      nerviosismo.
    2. Fatigabilidad fácil.
    3. Dificultad para concentrarse o episodios en los que
      la mente queda en blanco.
    4. Irritabilidad.
    5. Tensión muscular.
    6. Alteraciones del sueño (dificultad para
      conciliar o mantenerlo, sueño inquieto e
      insatisfactorio).
    • Foco de la ansiedad y la preocupación no
      limitado a las características de un trastorno del eje
      I.
    • Malestar clínicamente significativo o
      dificultad en áreas sociales, laborales u otras
      áreas importantes de actividad, causados por la
      ansiedad, la preocupación o los síntomas
      físicos.
    • Trastorno no debido a los efectos fisiológicos
      directos de una sustancia o a una patología
      médica general.
    • Trastorno no producido exclusivamente durante un
      trastorno psicótico, del estado de animo o generalizado
      del desarrollo.

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