Monografias.com > Estudio Social
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Subsidios para vivienda: ¿Realidad para los ricos, sueño para los pobres?




Enviado por juankgs



    1. Resumen
    2. Historia
    3. Posición del
      FMI
    4. Subsidios para
      vivienda
    5. Conclusiones
    6. Recomendaciones
    7. Bibliografía
    8. Lecturas
      recomendadas

    RESUMEN

    El objetivo de la
    ponencia es estudiar si en realidad las políticas
    de subsidios de vivienda que se aplican en el mundo, y en
    particular en Colombia, se
    cumplen realmente como dice la ley.

    Se le dará inicio a la ponencia con una breve
    introducción sobre la vivienda.

    Más adelante se presentarán las políticas
    que tiene el FMI al respecto
    de los subsidios de vivienda.

    A continuación se dará a conocer
    cómo es la política de VIS
    (Vivienda de Interés
    Social) con una leve mirada a algunos países, en especial
    Colombia, y el
    sistema AFC
    (Ahorro para el
    Fomento de la Construcción).

    Para finalizar la ponencia se darán las
    conclusiones y recomendaciones pertinentes sobre el tema
    expuesto.

    ABSTRACT

    In this paper we discuss the applications of housing
    subsidies in several countries. In the Colombian case, we also
    examine if such a policy obeys the corresponding laws.

    To this aim, we analyze housing subsidy policy of the
    IMF and some strategies for a solving the housing problems, such
    as the VIS and the AFC systems.

    Some recommendations are proposed as result from this
    analysis.

    1. La vivienda constituye un factor determinante de
      desarrollo
      social y económico, en la medida que posibilita la
      disminución de la pobreza y
      la miseria, la reactivación de la economía y la generación de
      empleo.
      (Departamento Nacional de Planeación, Sin año, [en
      línea]).

      La vivienda es el bien más costoso que la
      mayoría de la población puede aspirar a adquirir a lo
      largo de su vida, por eso el financiamiento debe garantizar cuotas de
      amortización ajustadas al ingreso de
      la
      familia, amplios plazos y requiere un sistema de
      financiación propicio, confiable y sostenible.
      (Arango, p. 241, 2001).

      La baja accesibilidad de la vivienda a nivel mundial
      ha llevado al FMI a
      formular estrategias para mejorar las políticas
      de vivienda y en especial políticas para el subsidio
      de vivienda, tales como: Regularización de la tenencia
      de la tierra,
      privatización de las viviendas
      estatales, impuestos
      sobre la propiedad,
      autorización de los préstamos del sector
      privado a tasas positivas y de mercado,
      ampliación de las leyes de
      ejecución de hipotecas, introducción de instrumentos de
      préstamo mejorados, creación de subsidios
      transparentes, concentración en los pobres,
      subvención de las personas y no de las casas, examen
      de los subsidios, construcción de vivienda destinada a
      los más necesitados. (Mayo, p.46, 1994).

      La nueva política de vivienda de interés social en Colombia, ha
      adquirido una creciente dimensión desde que se puso en
      marcha. Sin embargo, no ha jugado hasta ahora un papel
      importante en la reducción de los déficit de
      vivienda pues la insuficiencia de recursos
      públicos para subsidios a la vivienda ha influido de
      manera importante en este resultado.

      Los principales oferentes de viviendas sociales han
      sido empresas
      constructoras privadas, las cajas de compensación
      familiar, y organizaciones populares de vivienda. Esos
      oferentes son de muy diverso tamaño pero aportan un
      ambiente
      de competencia en la determinación de los
      precios de
      mercado de
      viviendas nuevas. (Held, 2000, [en línea])

      En Colombia nace el subsidio AFC (Ahorro
      para el Fomento de la Construcción) el cual es un
      beneficio tributario para las personas que adquieran un
      crédito de vivienda. De esta forma,
      podrán reducir su retención en la fuente hasta
      en un 30%, al ser considerado parte de su ingreso como no
      constitutivo de renta. El incentivo se puede obtener antes de
      cinco años de haber dado la cuota inicial para la
      vivienda. (Revista
      cambio.com, 2001, [en
      línea]).

    2. INTRODUCCIÓN

      A mediados de la década de los 40 el Estado
      asume la vivienda como un asunto de interés
      público, incluyendo la vivienda social dentro de sus
      políticas. El Estado
      cubre parte de los cotos de los programas de
      vivienda que desarrolla, a manera de subsidio a la oferta o
      subsidio "oculto" con el propósito de que estos
      lleguen la población más desfavorecida. Las
      viviendas que ya tenían el subsidio incorporado fueron
      adjudicadas bajo distintas modalidades de crédito a grupos
      localizados de la población, con créditos a 20 años y cuotas
      fijas, con lo que terminaba dando un cuantioso subsidio
      adicional, debido al proceso de
      desvalorización de la moneda. (Arango, p. 241,
      2001).

      En el período comprendido entre 1973 y 1988
      el gobierno
      empieza a buscar la manera de estimular el desarrollo
      del sector privado de la construcción. Se definen
      políticas tendientes a involucrar más
      directamente a este sector, básicamente, para dotarlo
      de un sistema propio de financiación de la actividad
      constructora privada. Es acá donde se crea el UPAC.
      Este se crea como un sistema de ahorro y crédito de
      largo plazo que fomentaba el ahorro social con el aliciente
      de que los dineros ahorrados mantendrían su valor
      gracias a que eran reajustados al índice de
      inflación más una pequeña tasa de
      interés. (Arango, p. 242 – 243, 2001).

      A partir de 1989 se da la política de
      fortalecimiento del mercado de vivienda (gestión, producción, comercialización), para lo cual el
      poder
      público debe actuar como simple facilitador. En 1991
      mediante la ley 03 se
      crea el subsidio de demanda,
      con el objeto de hacer accesible la vivienda. También
      se crean el sistema nacional de vivienda de interés
      social y se reformó el Instituto de Crédito
      Territorial. (Arango, p. 244, 2001).

      En las últimas décadas lo que se ha
      presentado como política de vivienda en Colombia ha
      sido en realidad políticas de financiación de
      vivienda. La legislación en esta materia ha
      sido una sucesión ininterrumpida de ajustes
      desafortunados en la política financiera que sustenta
      el funcionamiento de la vivienda social. (Arango, p. 227,
      2001).

      Como resultado de esta política se produjo el
      colapso del sistema UPAC, después de una larga
      sucesión de ajustes que terminaron por hacerlo
      inoperante, arrastrando miles de familias de clase media a
      una situación sin salida en la cual se vieron
      obligadas a entregar sus viviendas por no poder
      continuar cumpliendo con sus obligaciones de crédito. (Arango, p.
      227, 2001).

    3. HISTORIA

      "El sector de vivienda desempeña en el
      bienestar de los países un papel
      más importante que el que se suele
      atribuírsele, ya que afecta directamente no
      sólo el bienestar de las personas sino también
      el funcionamiento de otros sectores económicos. En
      vista de la experiencia adquirida en todo el mundo, se ha
      iniciado un nuevo programa de
      política en que se establecen estrategias para el sector de vivienda en las
      cuales se dan mayores posibilidades y más libertad
      de acción a las fuerzas económicas". (Mayo,
      p.44, 1994).

      El FMI propone las siguientes
      estrategias:

      Tabla 1.

      Recomendaciones del FMI para un mercado propicio de
      vivienda.

      Instrumentos

      Estrategias

      Desarrollo de los derechos de propiedad

      Regularización de la tenencia de la
      tierra, privatización de las viviendas
      estatales, impuestos sobre la propiedad.

      Desarrollo de financiación
      hipotecaria

      Autorización de los préstamos
      del sector privado a tasas positivas y de mercado,
      aplicación de las leyes de ejecución de hipotecas,
      introducción de préstamo
      mejorados.

      Racionalización de los
      subsidios

      Creación de subsidios transparentes,
      concentración en los pobres, subvención
      de las personas (y no las casas), examen de los
      subsidios.

      Creación de infraestructuras

      Coordinación del aprovechamiento de
      tierras, recuperación de los gastos,

      adecuación del suministro de la
      demanda, mejora de la infraestructura
      de los barrios de tugurios

      Reglamentación del aprovechamiento de
      la
      tierra y el desarrollo de la vivienda

      Simplificación de las reglamentaciones
      complejas, eliminación de las distorsiones de
      los precios y de las situaciones de escasez
      artificial.

      Desarrollo de un marco de política
      institucional

      Equilibrio de las funciones del sector
      público y del sector privado,
      creación de un foro para
      administrar el sector de vivienda en su totalidad,
      desarrollo de estrategias propicias, vigilancia del
      desempeño del sector.

      Fuente: MAYO, Stephen. Cambios estructurales en la
      política de vivienda. Finanzas y
      desarrollo. 1994. P. 46.

      Un sector de vivienda eficiente y adecuado puede
      aportar grandes beneficios. Pero si no se da esto, quienes
      sufren las consecuencias más graves de los fracasos de
      los mercados
      de vivienda son los pobres.

      En muchos casos, los principales perdedores son los
      grupos a los
      cuales las políticas de vivienda están
      destinadas a beneficiar. (Mayo, p.46, 1994).

      Por ejemplo, los países de bajos ingresos a
      menudo necesitan hacer hincapié en las inversiones en infraestructura, la competencia de la industria
      de la construcción y los derechos de
      propiedad.

      En los países de ingresos
      medianos muy endeudados, las prioridades fundamentales son la
      reforma de la política fiscal y financiera, en
      particular la mejora de las instituciones de financiación de la
      vivienda y la reducción de las transferencias
      presupuestarias al sector vivienda, así como la
      ampliación del desarrollo de la infraestructura. En
      otros países de ingresos medianos, la reforma de las
      reglamentaciones para el uso de la tierra y
      la construcción y el aumento de las oportunidades de
      financiación hipotecaria son cuestiones clave. (Mayo,
      p.46, 1994).

      Con este nuevo enfoque se busca apoyar las
      estrategias de los gobiernos, incluidos los préstamos
      de ajuste, las inversiones y las operaciones
      de asistencia técnica. Para los países de bajo
      ingreso, estas inversiones entrañan a menudo la mejora
      de barrios de tugurios y la rehabilitación de los
      sistemas
      de infraestructura urbana. (Mayo, p.46, 1994).

    4. POSICIÓN DEL
      FMI

      1. Las nuevas políticas de vivienda social
        recurren a subsidios a la demanda de vivienda con el
        objeto de dotar a jefes de hogar y personas de menor
        ingreso con capacidad de compra. Estos subsidios permiten
        a sus beneficiarios concurrir al mercado a elegir sus
        viviendas, sujetos a determinados estándares,
        precios y disponibilidades. (Held, 2000, [en
        línea]).

        En Chile,
        por ejemplo, la nueva política de vivienda social
        basada en subsidios a la demanda y orientada al mercado
        ha establecido reglas claras, transparentes y estables
        para los diversos participantes, y ha ganado legitimidad
        y aceptación entre los jefes de familia y personas que han postulado a
        subsidios habitacionales. Estos últimos han
        dispuesto un sistema transparente y objetivo de acumulación de puntaje
        que pondera el cumplimiento de requisitos de ahorro
        previo y las características demográficas
        y socioeconómicas de las familias.

        El Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, a
        través de sus Servicios de Vivienda y Urbanismo
        (SERVIU), ha asumido como regulador y supervisor de los
        estándares de las viviendas sociales, como
        administrador del proceso de subsidios habitacionales a
        nivel nacional y regional, como proveedor "subsidiario"
        de viviendas progresivas y básicas a familias y
        personas de muy bajos ingresos, y como oferente de
        crédito a las mismas. Ese ministerio
        también ha extendido garantías a los
        créditos hipotecarios a viviendas
        sociales, a fin de motivar a la banca
        privada a incursionar en este segmento de mercado. (Held,
        2000, [en línea]).

        Para Chile
        el sistema de acceso a la vivienda basado en subsidios a
        la demanda ha logrado dinamizar la construcción y
        el acceso a viviendas de interés social, y ha
        motivado un significativo crecimiento en el ahorro
        personal y familiar para esas viviendas.
        Ello ha conducido a importantes reducciones en los
        déficit de vivienda, permitiendo incluso anticipar
        el término del déficit habitacional
        cuantitativo en alrededor de 15 años. (Held, 2000,
        [en línea]).

        En algunos países de Europa
        central y oriental bajar el costo
        del alquiler se convirtió en una solución
        importante y eficaz como subsidio para aumentar la
        proporción de propiedad de la vivienda; esto por
        la dificultad de conseguir vivienda propia. Luego
        implementaron un sistema de crédito con tasas de
        interés muy bajas para facilitar la
        adquisición de vivienda. (Pichler-Milanovich,
        1999, [en línea]).

        En Estados
        Unidos se puede obtener mejores subsidios, o menor
        tasa de
        interés para el subsidio para vivienda, con
        trabajo para el gobierno o de ayuda social, lo cual baja
        la renta de vivienda. Esto hace que se incentive
        más la adquisición de vivienda.
        Además se puede determinar el tamaño de los
        subsidios. (Wallison, 2000, [en
        línea]).

        En Uruguay, a partir del segundo semestre de
        1993, se ha venido implementando una política
        habitacional basada en la entrega de subsidios
        (focalizada en las familias más pobres) y
        requisitos de ahorro previo. Para acceder al subsidio las
        familias deben estar inscritas en el Registro Nacional de Postulantes y contar
        con un mínimo de ahorro previo establecido de
        acuerdo al nivel de subsidio que aspira y antes de cierta
        fecha previamente fijada. (Szalachman, 2000, [en
        línea]).

        En Bolivia, en cambio, no existe un sistema de subsidios
        habitacionales, ni requisitos de ahorro previo para
        viviendas de tipo social, y el país ha adolecido
        tradicionalmente de falta de mecanismos de financiamiento para este tipo de
        viviendas. (Szalachman, 2000, [en
        línea]).

        En Colombia se crea la figura del subsidio de
        demanda, con el objeto de hacer accesible la vivienda
        producida a los estratos de menores ingresos. Al
        beneficio del subsidio tiene derecho toda familia que se localice por debajo de un
        cierto nivel de ingreso (menos de 2 salarios mínimos), que se establece
        como límite inferior del mercado solvente de
        aspirantes a la adquisición de vivienda, y quien
        cumpla además con una serie de requisitos de
        elegibilidad previamente establecidos. (Arango, p. 244,
        2001).

        Según el artículo 51 de la
        constitución política de
        Colombia: "Todos los colombianos tienen derecho a
        vivienda digna. El
        Estado fijará las condiciones necesarias para
        hacer efectivo este derecho y promoverá planes de
        vivienda de interés social, sistemas adecuados de financiación
        a largo plazo y formas asociativas de ejecución de
        estos programas de vivienda". (Art. 51)
        (Asamblea Nacional Constituyente, p. 7, 1991).

        Acorde con la modernización y apertura de
        la economía, aquellas funciones que el sector privado
        podría ejecutar más eficientemente, como
        otorgar créditos y construir viviendas, dejaron de
        ser actividades de las entidades del Estado, pasando a manos de las entidades
        privadas y de las cajas de compensación familiar y
        de organizaciones populares de vivienda. Para
        ayudar a las familias más pobres, se
        instauró el subsidio de vivienda directo a las
        familias demandantes y beneficiarias finales de la
        vivienda y se eliminó el subsidio al
        crédito. (Departamento Nacional de Planeación, Sin año, [en
        línea]).

        La construcción de viviendas ha ganado
        importancia en los programas de vivienda social. Mientras
        el INURBE destinó el 63% y el 21% de sus recursos a programas de lotes y a
        viviendas usadas en 1991-93 respectivamente, casi el 80%
        del monto de sus subsidios se canalizó hacia
        viviendas nuevas y el mejoramiento de viviendas
        existentes en 1994-97.

        Los precios de las viviendas sociales se han
        situado en un rango equivalente a US$ 5.200 y US$ 17.900
        dólares, y donde este último es el precio
        tope de viviendas a las cuales pueden aplicarse subsidios
        habitacionales.

        Los subsidios a la vivienda del INURBE en
        programas de la red de
        solidaridad social para las familias
        más pobres, se han localizado en un rango
        equivalente a U$ 1.950 y US$ 3.250 dólares. Ante
        la evidencia de que eran insuficientes, se introdujeron
        programas de recuperación del entorno residencial
        y de mejoramiento de viviendas para los hogares con
        ingresos inferiores a dos salarios mínimos en 1994. (Held,
        2000, [en línea]).

        Los hogares que no han sido beneficiarios de
        ningún programa de vivienda social, y cuyos
        ingresos no superan los cuatro salarios mínimos
        legales, pueden postular a un subsidio habitacional. Las
        postulaciones a subsidios para vivienda pueden ser
        individuales o colectivas, y estas últimas pueden
        a su vez ser dirigidas o asociativas.

        Los hogares con ingresos inferiores a dos
        salarios mínimos han estado sujetos a
        postulación colectiva y sólo a subsidios
        habitacionales del INURBE. (Held, 2000, [en
        línea]).

        Los topes máximos para los subsidios
        habitacionales del INURBE dependen del tamaño de
        la ciudad donde se realiza el proyecto y del tipo de programa de
        vivienda. En ciudades de más de 500.000 habitantes
        los subsidios habitacionales han alcanzado el equivalente
        de US$ 3.250 dólares para la adquisición y
        construcción de vivienda, hasta US$ 1.950 para el
        mejoramiento de viviendas existentes, y hasta US$ 2.270
        para la adquisición de lotes de terreno. (Held,
        2000, [en línea]).

        El INURBE y las cajas de compensación
        familiar han calificado a los postulantes a subsidio
        recurriendo a un sistema de puntaje. El proceso de
        calificación ha otorgado prioridad a las mujeres
        jefes de hogar, a las familias en zonas de alto riesgo
        y a las víctimas de desastres. Al mismo tiempo, se han tenido en cuenta el
        número de personas dependientes por hogar, el
        aporte de cuota inicial de los postulantes, la existencia
        de compromiso de compraventa, y la vinculación de
        los postulantes con organizaciones populares de
        vivienda.

        Las normas
        indican que las solicitudes de subsidio habitacional se
        deben atender en orden secuencial de acuerdo con los
        puntajes acumulados por los postulantes y las prioridades
        mencionadas, en la medida que el INURBE y las cajas de
        compensación familiar dispongan de recursos.
        (Held, 2000, [en línea]).

        Los subsidios asignados a vivienda tienen una
        vigencia de 18 meses. Se estima que del monto total de
        subsidios asignados se ha desembolsado en años
        recientes un 75%. Los importantes montos que no se han
        desembolsado parecen originarse principalmente en demoras
        en la ejecución de proyectos. El elevado costo
        y la dificultad para acceder a créditos
        hipotecarios contribuyó a retardar el desembolso
        de los subsidios en 1997-98. (Held, 2000, [en
        línea]).

        En cuanto a la focalización de los
        subsidios el INURBE ha concentrado el 73% del monto de
        sus subsidios habitacionales en familias con ingresos de
        hasta dos salarios mínimos legales. Por su parte,
        las cajas de compensación familiar han destinado
        el 42% del monto de sus subsidios a hogares con esos
        ingresos, y el 58% de ese monto a hogares con ingresos
        entre dos y cuatro salarios mínimos
        legales.

        El subsidio promedio del INURBE se ha situado en
        el equivalente de US$ 1.560 dólares, sin que
        existan grandes diferencias por tipo de solución
        habitacional. Ello ha determinado proporciones de
        subsidio inversamente proporcionales al precio
        de esas soluciones. En los mejoramientos de
        vivienda esa proporción ha llegado al
        90–95%; en la construcción de viviendas para
        hogares con ingresos de hasta dos salarios mínimos
        legales los subsidios del INURBE han representado 20-30%
        del valor
        de la vivienda, y hasta el 40% en los programas de las
        cajas de compensación familiar. En los programas
        para hogares con ingresos entre dos y cuatro salarios
        mínimos legales, los subsidios han sido
        equivalentes al 10–20% del valor de las
        viviendas.

        La progresividad que muestran los subsidios
        habitacionales no han garantizado la focalización
        de los programas dirigidos a las familias con ingresos
        entre dos y cuatros salarios mínimos. La evidencia
        disponible indica que en alguna medida los subsidios de
        esos programas han sido redundantes considerando la
        apreciable demanda por viviendas sociales que se ejerce
        sin subsidios. Sólo alrededor de un 40% de los
        créditos otorgados por el sistema
        financiero para viviendas sociales se habría
        destinado a financiar viviendas de familias beneficiarias
        de subsidio. Por otra parte, se ha estimado que los
        hogares con ingresos de tres o más salarios
        mínimos podrían adquirir viviendas sin
        subsidio, lo cual también justificaría
        reducir el tope de precio de las viviendas sociales
        (Held, 2000, [en línea]).

        Lamentablemente esta política del
        subsidio no ha dado los frutos que se esperaban. Aunque
        ha sido un factor dinamizador en la producción de vivienda nueva, en su
        aplicación éste ha tenido muchos problemas: los recursos que se han
        destinado para respaldarlo han estado siempre muy por
        debajo de las demandas consolidadas en proyectos y calificadas como elegibles,
        los recursos no se han concentrado como se
        pretendía en los grupos más pobres de la
        población, no se han distribuido equitativamente
        los beneficios del subsidio en las distintas regiones
        como se pretendía, y por último, se ha
        caído en el viejo vicio de que cada gobierno da su
        propia interpretación del subsidio, modificando su
        aplicación y operación, con lo cual se ha
        ido restando gradualmente confiabilidad y eficacia. (Arango, p. 244 – 246,
        2001).

        Es claro que deben incrementar los recursos para
        subsidios. El esfuerzo fiscal
        es insuficiente tanto para resolver el problema
        habitacional como para que el programa de vivienda
        subsidiada tenga impacto económico. (CAMACOL,
        2001, [en línea])

        Otro de los problemas que presenta Colombia y que ha
        tenido una fuerte incidencia en el déficit
        cualitativo, se refiere a la escasez de tierras
        urbanizables y que se ha traducido en elevados precios de
        los terrenos. Como consecuencia de lo anterior, ha
        proliferado la construcción de barrios ilegales en
        zonas de alto riesgo, con graves deficiencias
        urbanísticas y de servicios. Las familias que habitan este
        tipo de viviendas están prácticamente
        marginadas de los subsidios de gobierno y del
        crédito de las entidades financieras.

        Para resolver estos problemas, a partir de 1994
        se diseñó una nueva estrategia dirigida a la población
        de menores ingresos, ofreciendo programas de mejoramiento
        de vivienda y entorno y una política de tierras
        para impedir que la valorización de los terrenos
        excluya del mercado, por la vía de alzas de
        precios, a la población más pobre. Como
        resultado se redujo tanto el déficit cuantitativo,
        que pasó de 1,1 millones de unidades en 1993 a
        0,85 millones en 1997, como el déficit cualitativo
        (de 3,3 millones en 1993 a 2,9 millones en
        1997).

        Sin embargo, el bajo el nivel de ingresos y la
        fuerte vinculación a trabajos informales
        dificultan a los hogares de menores ingresos generar los
        ahorros suficientes para financiar la cuota inicial de su
        vivienda, acceder al crédito y atender el servicio de la deuda. En consecuencia, de
        acuerdo con estudios recientes, pareciera que para los
        programas de adquisición de vivienda, el monto de
        los subsidios sigue siendo bajo para las familias con
        ingresos inferiores a dos salarios mínimos. Esto
        involucra la necesidad de incrementar el valor unitario
        de los subsidios, lo que a su vez implicaría
        reducir la cobertura para los menos pobres. (Szalachman,
        1999, [en línea]).

        Aunque el gobierno ha tenido toda la
        intención de enfocar la política de
        vivienda hacia los pobres, son más los
        trámites que deben hacer las personas de los
        estratos bajos que las personas de los estratos altos, lo
        que hace que el sistema de adjudicación de
        subsidios sea lento, se desaprovechen dichos subsidios o
        que simplemente dejen a la mitad el trámite.
        Además se cuestiona la trasparencia de los
        subsidios. (Ver tabla 1).

      2. Subsidios para VIS
      3. Sistema AFC
    5. SUBSIDIOS PARA
      VIVIENDA

    El AFC es un beneficio tributario para las personas que
    adquieran un crédito de vivienda. De esta forma,
    podrán reducir su retención en la fuente hasta en
    un 30%, al ser considerado parte de su ingreso como no
    constitutivo de renta. El incentivo se puede obtener antes de
    cinco años de haber dado la cuota inicial para la
    vivienda.

    En el caso de las cuentas AFC las
    condiciones para acceder a este beneficio tributario es que los
    dineros se guarden en estas cuentas durante
    cinco años o que se retiren con destino a pagos de
    vivienda, ya sea para la cuota inicial o para las cuotas
    periódicas. En el caso de los Fondos de Pensiones
    Voluntarias la condición es que los recursos no sean
    retirados antes de cinco años. (Sin autor, 2001, [en
    línea]).

    Esta herramienta para impulsar la inversión en el sector de la vivienda de
    estratos medios y
    altos.

    Podrán acceder al programa de crédito con
    garantía de VIS, los hogares conformados por personas
    independientes y no requerirán la aprobación previa
    del Fondo Nacional de Garantías. (Revista
    cambio.com, 2001, [en línea]).

    La mayoría de entidades especializadas en
    crédito hipotecario ya montaron y están ofreciendo
    sus productos. Con
    el del beneficio tributario, la banca hipotecaria
    en Colombia comenzó a mover sus estrategias para impulsar
    las llamadas Cuentas de Ahorro para Fomento de la
    Construcción. Las entidades especializadas en
    crédito de vivienda están ofreciendo el nuevo
    producto con
    lo que buscan generar una mayor demanda de vivienda de estratos
    más altos. (Sin autor, 2001, [en
    línea]).

    La idea del gobierno es precisamente impulsar la demanda
    de crédito para vivienda en los estratos 4, 5 y 6 que ha
    estado más quieta que la VIS. Especialistas en el tema
    consideran que los colombianos de estratos entre 4, 5 y 6
    requerían de un incentivo mayor para moverlo a adquirir
    vivienda. Estamos hablando de personas con ingresos brutos entre
    3.700.000 pesos y 6.000.000, según las cuentas del Icav.
    (Sin autor, 2001, [en línea]).

    Las personas que tienen en arriendo un inmueble tienen
    el derecho a deducir de la base gravable el valor de los aportes
    a fondos de pensiones obligatorias y el fondo de solidaridad. Pero
    con la opción de crédito hipotecario puede
    además, descontar el valor ahorrado en la AFC y deducir el
    valor de la corrección monetaria y los intereses pagados.
    (Sin autor, 2001, [en línea]).

    Esta política, como tal es buena, lo que no se
    entiende es por que se le dan más facilidades a las
    personas de estratos altos en cuanto a reducciones de intereses e
    impuestos, cuando el FMI propone que debe haber
    concentración en los pobres y tasas de
    interés positivas y de mercado en cuanto a desarrollo
    de financiación hipotecaria (ver tabla 1).

    CONCLUSIONES

    • El no tener un sistema de financiación
      propicio (visto desde la verdadera capacidad de endeudamiento
      para adquisición de vivienda por parte de los grupos
      pobres) ha traído como consecuencia un bajo impacto en
      las políticas de subsidios Colombia.
    • El balance de los últimos años muestra que la
      política de vivienda estuvo concentrada en la
      administración y distribución de los subsidios, quedando
      en segundo plano otros aspectos relevantes tanto para lograr la
      producción de viviendas de bajo costo, como para
      permitir el acceso de las familias más pobres a
      ella.
    • Los programas de financiación y subsidios de
      vivienda muchas veces no son efectivos por la manera desigual e
      injusta como se reparten los subsidios.
    • La creación de una pesada carga fiscal para
      apoyar la vivienda no es buena para el sector (de la vivienda)
      ni para la integridad fiscal.
    • No se puede hablar realmente de VIS cuando los
      créditos que existen para adquirir vivienda no
      están al alcance de la población que lo necesita;
      y si no es así; ¿Quién le presta a una
      persona sin
      recursos?.
    • El pobre tiene más complicado el camino para
      llegar a tener la oportunidad de conseguir un subsidio para
      vivienda por los requisitos que tiene que cumplir, sobre todo
      los salariales; mientras que a la población pudiente
      hasta le dan exenciones tributarias por tomar un subsidio
      AFC.
    • Ha sido poca la oferta de
      soluciones
      habitacionales viables para los grupos más pobres,
      quienes a parte de limitantes estructurales de ingresos,
      presentan otro tipo de problemas que el sector financiero no
      puede resolver.

    RECOMENDACIONES

    • Se debe tener en real cuenta la capacidad de la
      población para sufragar el costo de su
      vivienda.
    • De no introducirse cambios sustanciales en la
      política de vivienda, esta continuará siendo
      inaccesible para el grueso de la población.
    • Incrementar el monto de los recursos fiscales para
      subsidios a VIS.
    • Distribuir los recursos de tal manera que la suma de
      subsidios otorgados por el INURBE y Cajas de
      Compensación sean equilibrados con la población
      de cada región.
    • Usar los predios del estado en proyectos de vivienda
      para solucionar la escasez de tierra: Entregar predios de
      propiedad del estado como aporte a proyectos manejados a
      través de esquemas de fiducia, que luego se pueden
      entregar al comprador como parte del subsidio.

    BIBLIOGRAFÍA

    • ARANGO Gilberto. La vivienda en Colombia en el cambio
      de siglo. En: BRAND, Peter. Trayectorias urbanas en la
      modernización del Estado en Colombia. 2001. P. 227
      –263.
    • CAMACOL (2001). Problemas y propuesta de soluciones a
      la coyuntura del sector de la construcción con
      énfasis en la vivienda.
      http://www.camacol.org.co/boletin/Otros/propuestaporlareactivaciondelsector/propuestaporlareactivaciondelsector.htm

      . (26 Nov. 2001).
    • Colombia. Asamblea Nacional Constituyente. Constitución Política de Colombia.
      Librería Antorcha. 1991. 58 P.
    • Departamento Nacional de Planeación (Sin
      año). Política de vivienda.


    http://www.dnp.gov.co/ArchivosWeb/Plan_Nacional/6.1PoliticadeVivienda.pdf
    .
    (14 Nov. 2001).

    • HELD, Günther (2000). Políticas de
      vivienda de interés social orientadas al mercado:
      experiencias recientes con subsidios de demanda en Chile,
      Costa Rica y
      Colombia.


    http://www.eclac.cl/publicaciones/Comercio/2/lcl1382/lcl1382e.pdf
    .

    (30 Oct. 2001).

    • MAYO, Stephen. Cambios estructurales en la
      política de vivienda. Finanzas y
      desarrollo. 1994. P. 44 – 47.
    • PICHLER-MILANOVICH, Natasha (1999). Housing
      privatisation in central and eastern Europe: from policy to
      practice.


    http://www.google.com/search?q=cache:hzQxAzjCx6E:vm.ias.unu.edu/papers/milanovich.pdf+%22habitat%22+%22imf%22+housing%22+%22real+state%22+subsidy%22&hl=es

    . (8 Nov. 2001).

    • Sin Autor (2001). Beneficios tributarios el
      "gancho":
      banca hipotecaria estrena las cuentas
      AFC.


    http://www.elandamio.com.co/visitantes/principal/archivonoticias/docsarchivonoticias/noticias_octubre.html#s3

    . (27 Oct. 2001).


    http://www.eclac.cl/cgi-bin/getProd.asp?xml=/publicaciones/xml/8/4508/P4508.xml&xsl=/ues/tpl/p9f.xsl
    .
    (26 Oct. 2001).

    • Revista cambio.com (2001). No hay quinto
      malo.


    http://www.revistacambio.com/web/interior.php?idp=49&ids=3
    .
    (29 Nov. 2001).

    • WALLISON, Peter (2000). Statement of Peter J.
      Wallison resident fellow, american enterprise institute on H.R.
      3703 For Roundtable Discussion on H.R. 3703 subcommittee on
      capital
      markets house banking committee.

    http://www.aei.org/ct/ctwallison.htm
    . (10 Nov. 2001).

    LECTURAS
    RECOMENDADAS

    • CHIAPPE DE VILLA, María Luisa (1999). La
      política de vivienda de interés social en
      Colombia en los noventa.


    http://www.eclac.cl/cgi-bin/getProd.asp?xml=/publicaciones/xml/6/4246/P4246.xml&xsl=/ues/tpl/p9f.xsl

    (15 Nov. 2001)

    • RUEDA BEDOYA, Rafael. Las políticas sociales
      de vivienda en Colombia en la última década: el
      derecho a la vivienda digna y a una tenencia segura. En: La
      política
      social y los derechos económicos, sociales y
      culturales en los noventa: balance y perspectivas. 1999,
      Santafé de Bogotá. Medellín, CEHAP, 1999.
      15 p.

     

    JUAN CAMILO GARCÍA S.

    Trabajo realizado para el III Seminario de
    Administración
    Pública: FMI, ¿amigo o enemigo?. Universidad
    Nacional de Colombia – Facultad de Minas.

    Está investigación se llevó a cabo entre
    los meses de septiembre a diciembre de 2001 para la materia
    Administración pública perteneciente
    al pregrado de Ingeniería Administrativa en dicha Universidad.

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter