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"A medida que tratemos mas niños
autistas averiguaremos más acerca de sus problemas
neurológicos y desarrollaremos formas de llegar a su
cerebro con
experiencia sensorial."
Jean Ayres
En los primeros 7 años de vida de un niño
casi toda la actividad es parte de un proceso de
organización de sensaciones en el SNC. El
niño aprende a sentir su cuerpo y el mundo que lo rodea y
a realizar diferentes movimientos, aprende a interactuar con
objetos, a hablar y a relacionarse con otras personas. Todo esto
le proporciona información sensorial y debe desarrollar
esta integración para usar esa información e interactuar de forma
adecuada. Todas estas funciones se
desarrollan en un orden natural y cada niño sigue la misma
secuencia básica unos de una forma más
rápida y otros de una manera más lenta. Los
niños
que se desvían considerablemente de la secuencia
básica del desarrollo de
la integración sensorial, presentarán problemas en
muchos aspectos de la vida.
La modulación
sensorial sana ocurre automáticamente, inconscientemente,
y sin ningún esfuerzo por parte de los niños
normales en vías de desarrollo.
Para los niños con una serie de problemas de desarrollo,
el proceso es
ineficiente, requiriendo esfuerzo y atención sin la garantía de
conseguir precisión. Cuando esto ocurre, el hecho de
regular la información sensorial y "dar sentido al mundo
físico" y " situarse a sí mismo dentro de ese
mundo" no se consiguen fácilmente.
¿ Qué es
una disfunción integrativa sensorial?
Cuando la actividad de un sistema sensorial
se vuelve más organizada, o cuando varios sistemas
sensoriales se integran más entre sí, el SNC
funciona de manera integral, es decir, cuando todo el cuerpo y
todos los sentidos
trabajan como un todo al cerebro le es
más fácil adaptarse y aprender. El sistema
vestibular es el sistema unificador, porque forma la
relación básica de una persona con la
fuerza de
gravedad y con el mundo físico y las demás
sensaciones se procesan en relación con esta
información vestibular básica, es decir, prepara
todo el sistema nervioso
para que funcione de forma eficaz, y cuando el sistema vestibular
no funciona eficientemente, la interpretación de otras
sensaciones será inconsistente e imprecisa y el SNC
tendrá dificultades para funcionar.
Cuando el cerebro no organiza o procesa el flujo de
impulsos sensoriales de manera que proporcione al individuo una
información adecuada del entorno, así como la
dirección eficaz del comportamiento
humano, podemos decir que hay una disfunción de la
integración sensorial, por lo que se dificulta el aprendizaje y
a menudo el individuo se siente incómodo consigo mismo y
no está al nivel de las exigencias y tensiones
comunes.
Hasta la actualidad, los terapeutas de
integración sensorial que han trabajado con niños
autistas, han logrado resultados positivos en unos casos y en
otros no, y proporcionar un cambio en su
organización cerebral es alentador,
especialmente porque los enfoques bioquímicos a este
problema han sido de poca ayuda, y las técnicas
para modificar conductas, solo se basa en eso, sin cambiar las
causas o condiciones en el cerebro que provocan este comportamiento.
En los niños autistas se han encontrado tres
aspectos del proceso sensorial insuficiente y son:
La entrada de sensaciones no se registra
correctamente en el cerebro del niño autista, por lo que
le presta poca o casi ninguna atención a las cosas a su alrededor,
mientras que en ocasiones reacciona de forma
exagerada.
Poca modulación
de la entrada sensorial, especialmente la vestibular y la
táctil, lo que puede traer como consecuencia que sea
gravitacionalmente inseguro o táctilmente defensivo o
indiferente.
Tiene poco interés en
realizar cosas propositivas o constructivas, ya que la parte de
su cerebro que lo impulsa a hacer cosas no funciona
correctamente
Nuestro sistema límbico determina que entrada
sensorial estamos registrando y qué hacemos con esa
información, y en el niño autista esta función es
deficiente, por lo que es incapaz de registrar y percibir lo que
otros sí registran y perciben, y en otros casos no la
modulan, por ende, su respuesta a una estimulación
será directamente proporcional a la insuficiencia del
funcionamiento del sistema límbico, esto trae consigo que
sea incapaz de tener una clara percepción
del espacio y su relación con él
El aspecto esencial del comportamiento humano es
la
organización de las percepciones y de la respuesta que
damos a las mismas, por lo que al no percibir o actuar en el
ambiente
físico, carecemos de información para organizar
comportamientos más complejos.
¿
Qué es el autismo?
El autismo, tal como
fue definido por Leo Kanner en 1943, es un trastorno
relativamente infrecuente – tiene una prevalencia
aproximada de 4.5/10 000 – enmarcado dentro de los
Trastornos Profundos del Desarrollo (TPD). Las alteraciones de lo
que se ha llamado el espectro
autista son mucho más frecuentes y se
encuentran en dos o tres de cada mil personas.
Se entiende por AUTISMO: personas con una
amplia gama de síntomas comportamentales en las que se
incluyen hiperactividad, ámbitos atencionales muy breves,
impulsividad, agresividad, conductas auto –lesivas y
rabietas.
Estas alteraciones en general, y el autismo en
particular, plantean desafíos importantes de
comprensión, explicación y educación. De
comprensión, porque resulta difícil entender como
es el mundo interno de personas con problemas importantes de
relación y comunicación. De explicación, porque
aún se desconoce la génesis biológica y los
procesos
psíquicos de estas personas y de educación, porque
tienen limitadas sus capacidades de empatía,
relación intersubjetiva y penetración mental en el
mundo interno de sus semejantes, que permiten al niño
normal aprender mediante delicados mecanismos de
imitación, identificación, intercambio
simbólico y vivencias afectivas
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El autismo nos fascina porque supone un desafío
para algunas de nuestras motivaciones más fundamentales
como seres humanos. Las necesidades de comprender a los otros,
compartir mundos mentales y relacionarnos son muy propias de
nuestra especie. Por eso, el aislamiento desconectado de los
niños autistas es una trágica soledad, que "no
tiene nada que ver con estar solo físicamente sino
con estarlo mentalmente".( Uta Frizt, 1991)
Sus características comunes especiales se
refieren principalmente a tres aspectos:
- Las relaciones sociales: para Kanner el
rasgo fundamental era la incapacidad para relacionarse
normalmente con las personas y situaciones sobre la que
reflexionaba: "desde el principio hay una extrema soledad
autista, que en lo posible desestima, ignora o impide la
entrada de todo lo que le llega al niño desde afuera.
El contacto físico directo o aquellos movimientos o
ruidos que amenazan con romper la soledad, se tratan como si
no estuvieran ahí, o si no basta con eso, se
sienten dolorosamente como una penosa
interferencia" - La comunicación y el
lenguaje: señala la ausencia de lenguaje
en algunos niños, su uso extraño en los que lo
poseen como si no fuera "una herramienta para recibir o
impartir mensajes significativos" y se definen
alteraciones como la ecolalia, la tendencia a comprender las
emisiones en forma literal, la inversión de pronombres personales, la
falta de atención al lenguaje,
la apariencia de sordera en algún momento del
desarrollo y la falta de relevancia en las
emisiones. - La insistencia en la invarianza del ambiente: la tercera característica era la inflexibilidad,
la rígida adherencia a rutinas y la insistencia en la
igualdad
de los niños autistas. La gama de actividades
espontáneas se reduce drásticamente y su
conducta
"está gobernada por un deseo ansiosamente obsesivo
por mantener la igualdad,
que nadie, excepto el propio niño puede romper en
raras ocasiones" esta característica puede
relacionarse con otra: la incapacidad de percibir o
conceptuar totalidades coherentes y la tendencia a
representar las realidades de forma fragmentaria y
parcial.
Para tratar de ordenar este aparente desconcierto nos es
muy útil el concepto de
"espectro autista", Para comprender bien ese concepto hay que
tener en cuenta dos ideas importantes: ( 1 ) El autismo en
sentido estricto es sólo un conjunto de síntomas,
se define por la conducta. No es
una "enfermedad". Puede asociarse a muy diferentes trastornos
neurobiológicos y a niveles intelectuales muy variados. En
el 75 % de los casos, el autismo de Kanner se acompaña de
retraso mental; (2) hay muchos retrasos y alteraciones del
desarrollo que se acompañan de síntomas autistas,
sin ser propiamente cuadros de autismo. Puede ser útil
considerar el autismo como un continuo – más que como una
"categoría" bien definida – que se presenta en diversos
grados en diferentes cuadros del desarrollo, de los cuales
sólo una pequeña minoría (no mayor de un 10
%) reúne estrictamente las condiciones típicas que
definen al autismo de Kanner.
Diferenciaremos seis dimensiones en el espectro
autista:
- Trastornos cualitativos de la relación
social. - Trastornos de las funciones
comunicativas. - Trastornos del lenguaje.
- Limitaciones de la
imaginación. - Trastornos de la flexibilidad mental y de la
conducta. - Trastornos del sentido de la actividad
propia
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El autismo constituye probablemente la
desviación cualitativa más radical de la pauta
normal de desarrollo
humano. La persona autista
es la que "está más lejos" de nuestro "mundo de
normales". El intento de atraer a ese mundo a quienes más
ajenos son a él, o en todo caso de estimular el desarrollo
de esas personas hasta el logro de sus máximas
posibilidades, es un índice importante de la existencia de
valores
sociales y éticos que implican un respeto de lo
humano. Un respeto a la
diversidad humana, incluso en sus variantes más extremas.
El problema de la educación de los
niños autistas no puede comprenderse solo en
términos económicos. Se trata, en realidad, de un
problema esencialmente cualitativo. La enajenación autista
del mundo humano es un desafío serio, pues nuestro mundo
no sería propiamente humano si aceptara pasivamente la
existencia de seres que, siendo humanos, son ajenos. (Angel
Riviére)
¿ En
qué consiste nuestro trabajo?
Comencé a trabajar con niños autistas en
el año 2000, y como profesora en educación
especial, me di a la tarea de buscar diferentes alternativas
y nuevos caminos para ayudar al niño autista a llevar una
vida más completa y adaptado a su medio social.
Tomé como base el Performance Art un
género representacional, que involucra
usualmente ciertos grados de improvisación en el cual el
artista dibuja a través de la danza, la
música y
otras expresiones del arte. Tuvo sus
orígenes en 1950 a través del trabajo de algunos
artistas de vanguardia. El
profesor norteamericano Allan Kaprow lo describe como un evento
único donde las personas ejecutan instrucciones no
conocidas, dándole elementos de descubrimiento y sorpresa.
Tomamos entonces la pintura
corporal – tan primitiva como el hombre,
quién la utilizó para expresar su cultura,
creencias religiosas y estados emocionales- ejecutada
después de movimientos corporales, relajación con
música,
como una vía que ayudara en la integración
sensorial del niño autista.
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Buscamos un lugar lejos del ruido de la
ciudad, un entorno natural con gran extensión de bosques,
fuera del contexto escolar y contamos con el apoyo de la familia en
su actuar como coterapeutas de sus hijos. Se trabajó la
selección y búsqueda de objetos,
estímulos propioceptivos al caminar descalzos por pasto
húmedo, lodo, rocas, mientras
se daban diferentes órdenes a ejecutar y cuyo final era la
expresión plástica.
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La pintura del cuerpo entre hijos y padres,
utilizando plumas de aves, los
dedos, pinceles, hojas de árboles, resultó placentera, y en su
conjunto estimuló el desarrollo sensorial. Guiar a los
niños a través de una serie de actividades que
pongan a prueba sus habilidades para responder apropiadamente a
la información sensorial y para dar una respuesta exitosa
y organizada, estimula la autorregulación de la
información sensorial y mejora la habilidad de los
niños para responder al mundo de las sensaciones de una
forma más adaptada.
Aún no alcanzamos a ver el final del camino, pero
los resultados han sido favorables, se han disminuido las
reacciones aversivas, exageradas o inactivas en las respuestas a
la información sensorial, se han mejorado las respuestas a
conductas sociales inadaptadas, se facilitó la
interacción entre desconocidos, disminuyendo la
sensación de soledad. Y mediante el ejercicio, la
actividad, la alegría y el optimismo se favorece
enormemente la autoestima de
quienes llegaron con una esperanza más atada a sus
manos.
- Asperger, Hans: La psicopatía autista en la
niñez"., 1947, p.77 - Ayres Jean. Integración sensorial y el
niño. Editorial Trillas. México. 1998 - Colectivo Autores. Metodología de las Artes
Plásticas. 1980. Cuba - Kostelanetz, Richard: Performance Art. Encarta
Enylopedia,2003 - Riviére, Angel: Desarrollo normal y autismo,
Universidad
Autónoma de Madrid,
septiembre 1997, España.
Profesora
Elaime Maciques Rodríguez
Ciudad Habana, Cuba.