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Todorov: Una herencia formalista . Estructuralismo y recepción




Enviado por symbalein



    1. Introducción: Una
      Ojeada  histórica a la semiología
      (estructuralismo)
    2. Antecedentes: Estructuralismo
      checo
    3. Estructuralismo: una
      descripción textual ideal
    4. Hermenéutica,
      Fenomenología y Teoría de la
      Recepción.
    5. Herencia
      formalista
    6. Todorov: una
      convergencia
    7. Conclusiones
    8. Proyecciones
    9. Bibliografía
      complementaria

    I.Presentación:
    En este
    ensayo se
    pretende dar a conocer una visión de la herencia
    formalista, una cosmovisión que recoge tanto la teoría
    como el método, es
    decir, una mirada convergente entre la estructura y
    la interpretación. De tal forma que, bajo este prisma, la
    hipótesis planteada es entonces, "reconocer
    en Todorov una herencia formalista".
    La mirada en cuestión es a través de éste,
    quién, en su obra "Poética" y "Simbolismo e
    Interpretación" hace converger a la estructura y a
    la interpretación en un proceso
    lectural  de la producción y de la recepción como
    una unidad solidaria entre ambos, pues la lectura no
    puede ser sólo inmanencia.

    II. Introducción: Una Ojeada 
    histórica a la semiología (estructuralismo).
    [1]

    Ya en el siglo XVII John Locke
    propuso llamar al estudio de los signos  "Doctrina de los
    Signos", de los cuales, las palabras, son los más usuales,
    ya que:

    Para comunicar nuestros pensamientos para nuestro propio
    uso, son también necesarios signos de nuestras ideas. Los
    que el hombre ha
    encontrado más convenientes, y por consiguiente utiliza
    más generalmente, con los sonidos articulados.
    Más tarde en el siglo XVIII, Lambert debe su investigación a los impulsos de Locke y
    desarrolla " la indagación de la necesidad de la
    cognición simbólica en general y del lenguaje en
    general".
    Recuerda que, "en nuestro lenguaje lo
    arbitrario, lo natural y lo necesario están mezclados".
    Por lo tanto la diferencia entre estos tres elementos que se
    encuentran en los signos revela una estrecha relación
    con  el hecho decisivo de "que las causas primeras del
    lenguaje están ya por sí mismas en la naturaleza
    humana".
    Luego, a principio del siglo XIX, Hoene-Wronski, familiarizado
    con la obra de Locke esbozó una "Filosofía del
    Lenguaje" (1879). Según este autor polaco, es "la
    perfección de los signos la que constituye "el objeto de
    la séméiotique". Posteriormente su discípulo
    Jerzy Braun (1969), examina "La facultad de signación"
    (facultas signatrix):
    La naturaleza de
    los signos debe estudiarse ante todo a las categorías de
    existencia, es decir, a la modalidad (signos propios/signos
    impropios) y a la cualidad (signos determinados/signos
    indeterminados), y en segundo lugar con respecto a las
    categorías de producción, es decir, a la cantidad (signos
    simples/signos compuestos), a la relación (signos
    naturales/signos artificiales) y la unión (signos
    mediatos/signos inmediatos). Según el programa de
    Hoene-Wronski, es la "perfección de los signos".
    Posteriormente, Balzano, en su obra fundamental " Teoría
    de la ciencia"
    (1837) empieza con una definición bilateral del signo:
    Un objeto… a través de cuya concepción
    deseamos conocer de manera renovada otra concepción
    conectada con aquélla en  un ser pensante es lo que
    llamamos un signo.
    Los pensamientos semióticos de Balzano -dice Jakobson-
    Sacan a la luz la diferencia
    entre el significado de un signo como tal y el sentido que ese
    signo adquiere en el contexto de la circunstancia presente.
    Ulteriormente en 1890 (inédito hasta 1970) Husserl dice
    que:
    Una mirada más profunda sobre la naturaleza de los signos
    y de las artes permitiría (la lógica)
    ir más allá en esos métodos de
    procedimiento
    simbólico a los que no ha llegado todavía la mente
    humana, es decir, a establecer las leyes de su
    invención.

    Finalmente, este Acercamiento, marca los
    límites
    naturales de la semiótica[2]
    con Peirce y Saussure.
    Según Peirce:
    Lo que llamo semiótica, es decir, la doctrina de la
    naturaleza sencial y de las variedades fundamentales de cualquier
    clase posible de semiosis (…) Por semiosis entendiendo una
    acción, una influencia que sea, o suponga una
    cooperación de tres sujetos, como, por ejemplo un
    signo, su objeto y su interpretante, influencia tri-relativa que
    en ningún caso puede acabar en una  acción
    entre parejas.
    Un signo es algo que está en lugar de otra cosa para
    alguien en ciertos aspectos o capacidades.
    Según Saussure:  La lengua es un
    sistema  de
    signos que expresan ideas.
    Además, Jakobson diría:
    Desde el siglo pasado, Saussure trató de alcanzar,
    según sus propios términos "una idea correcta de lo
    que es un sistema
    semiológico" y de descubrir los rasgos" del lenguaje, como
    del sistema semiológico general en su conjunto".
    Pues bien, este Acercamiento, no tiene otro fin que el de
    relacionar la semiótica o estructuralismo a un
    continuum  histórico, diacrónico para
    poder entender
    mejor la realidad actual y  cómo el Acercamiento es
    sólo a través del signo, aún cuando se
    suponen deslindados sus componentes en toda la diacronía.
    Estos elementos (significado y significante) no se muestran por
    separado como se verá en adelante en Barthes y los
    demás teóricos contemporáneos[3],
    que desarrollan fuertemente el significante, separado del
    significado para poder, en
    cierta forma, explicarlo; de modo tal que se acercan más
    al método que
    que a la teoría, es decir, a la descripción objetual y objetiva que intenta
    descifrar un sentido.
    Pero para entender mejor lo que aquí se plantea es
    menester revisar el término "estructuralismo" que da
    origen a la evolución semiótica, puesto que,
    desde un principio es una concepción cientifizada; desde
    que se tiene conciencia de la
    peculariedad del lenguaje, especialmente el poético.
    Respecto de éste, Mukarovsky dice:
    Por lo que se refiere a la aparición estructural de la
    literatura hay
    que agradecer sobre todo a la preocupación
    científica de los checos que se haya convertido en un
    sistema coherente (…). Las raíces del
    estructuralismo científico-literario checo se remontan con
    frecuencia a un pasado bastante lejano, en especial en lo que
    afecta a la investigación del lenguaje
    poético.

    Ya en J. Jungmann (1773 – 1847) encontramos una ciencia de la
    peculariedad del lenguaje poético[4]

    III Antecedentes:
    Estructuralismo checo

    Es preciso entonces, recordar también el estructuralismo
    del checo. Mukarovsky definió la estructura como "equilibrio
    inestable de relaciones".
    Luego agrega:
    La noción de estructura … está fundada sobre
    la unificación interior del todo por medio de las
    relaciones recíprocas entre los elementos de
    aquélla; y esas relaciones no solamente son positivas –
    concordancias y armonías -, sino también negativas
    -oposiciones y contradicciones -: la noción de estructura
    está por consiguiente, inseparablemente ligada con el
    pensamiento
    dialéctico
    Las relaciones entre los elementos, precisamente por ser
    dialécticas, no pueden ser deducidas de la noción
    del todo; el todo en relación ellas, no es prius, sino
    posterius; el develamiento de estas relaciones no es, pues,
    asunto de la especulación abstracta, sino de la empiria.
    El materialismo
    gnoseológico constituye, en consecuencia, la segunda
    cualidad sencial del pensamiento
    estructural.[6] 

    Por lo tanto, este pensamiento estructural …:
    Define a veces la estructura como un todo cuyos elementos; por el
    hecho de entrar en él, revisten un carácter
    especial. Se dice: el todo es más que la suma de los
    elementos que lo componen. Pero del punto de vista del concepto de la
    estructura, esta definición es demasiado amplia, porque
    ella comprende no solamente las estructuras
    propiamente dichas, sino también, por ejemplo, las
    'formas' (Gestalten); de las cuales se ocupa la
    Gestalpsychilogie. Es por eso que subrayamos en el concepto de la
    estructura artística un rasgo más especial que la
    simple interrelación entre el todo y sus elementos.
    Consideramos como realidad específica de la estructura en
    el arte, las
    relaciones recíprocas entre sus elementos: relaciones
    dinámicas por su esencia misma. Según nuestra
    concepción, no se puede calificar de estructura sino el
    conjunto de elementos cuyo equilibrio
    interior se rompe y se restablece sin cesar, y cuya unidad
    aparece, por consiguiente, como una red de contradicciones
    dialécticas.[7]

    Pues bien, con Jan Mukarovsky, se aclara el concepto de
    estructura y  por ello mismo, el panorama histórico
    que se revisaba.
    Desde aquí en adelante, entonces, se puede apreciar la
    evolución y la concretización de tal
    ciencia
    literaria.
    A esto se debe, pues, el esbozo de un estudio semiológico
    del arte que hace
    Mukarovsky[8]
    en el cual toda obra de arte es un signo
    autónomo compuesto:

    1.De una "obra cosa" que funciona como símbolo
    sensible,
    2.De un "objeto estético", depositado en la conciencia
    colectiva, y que funciona como significación.
    3.De una relación con la cosa significada.
    De tal manera que, la obra de arte es al mismo tiempo signo,
    estructura y valor. Y en
    tanto signo, sirve como intermediaria entre "lo que es y lo que
    está en lugar de otro".
    Ahora la obra literaria concebida como signo, no debe perder de
    vista su carácter
    de estructura. Por el mismo hecho de serlo, constituye una
    estructura bifásica[9]:
    un símbolo sensible obra-cosa y una significación:
    objeto estético depositado en la conciencia colectiva. Es
    decir, es un " signo mediador entre el artista y el receptor",
    razón por la cual existe cada vez más, una mayor
    aproximación estética y lingüística, ya que
    esta última se considera como " ciencia de la clase
    fundamental de signos, del lenguaje humano"[10].
    De hecho, desde la perspectiva lingüística, la
    estética estructural se basa en los
    trabajos de Saussure y la escuela de
    Ginebra, Mathesius y el más grande lingüísta
    checo, Zubaty, entre otros.

    IV.Estructuralismo:
    una descripción textual
    ideal

    Cabe recordar que tanto el "estructuralismo" como el
    "recepcionismo" han intentado alcanzar la "descripción
    textual ideal" y ésta, no es más perfecta e ideal
    que en la lectura[11].
    Es decir, el estructuralismo desecha tanto al objeto real como al
    sujeto humano[12]
    y sólo queda entre ellos un sistema de
    reglas[13]:

    El estructuralismo desechó simultáneamente
    el objeto real y el sujeto humano. Este movimiento
    doble define el proyecto
    estructuralista. La obra ni se refiere a un objeto ni es
    expresión de un sujeto individual; ambos son descartados,
    y sólo queda entre ellos, en el aire que las
    separa, un sistemade reglas.[14]

    Por lo tanto si sólo se piensa que un texto, que una
    lectura se
    puede reducir solamente a la descripción de este sistema
    propiamente dicho[15],
    se está nada más lejos, pues, el estructuralismo se
    transforma así en "antihumanista"[16],
    vale decir, se convierte en un objeto caulquiera, que no necesita
    más que la sola aplicación de unas reglas o
    método para saber de él, sin embargo, lo que se
    logra saber no es más que el funcionamiento interno de
    éste y no su conexión con el todo del proceso y no
    solamente del producto.
    O sea:
    El estructuralismo podía estudiar detalladamente ese
    producto, pero
    se negó a estudiar las condiciones materiales de
    su elaboración, pues esto podría significar que se
    rendía al mito que
    acepta un "origen". No hubo muchos estructuralistas a quienes
    preocupase la forma en  que realmente se consumía el
    producto; ni lo que en verdad sucede cuando la gente lee obras de
    literatura; ni el
    papel que esas
    obras desempeñan en el conjunto de las relaciones
    sociales.[17]

    Por último, si los críticos tradicionales
    constituían una élite espiritual, los
    estructuralistas parecían integrar una élite
    científica, de toda clase de conocimiento s
    esotéricos muy alejados del lector "común y
    corriente".[18]

    Y por otro lado, configura un "lector ideal" que
    debería estar al tanto, con los conocimientos
    técnicos esenciales para descifrar todo tipo de obra, por
    cierto, no es posible, ya que:

    Si el modelo se
    llevaba hasta el extremo el lector tendría que ser
    apátrida, no pertenecer a ninguna clase social, no haber
    sido engendrado, estar libre de características étnicas y de
    prejuicios culturales coartantes.[19]

    En tales circunstancias, el ejemplo más preclaro
    del estructuralismo es Barthes, especialmente, el de los
    "Elementos de Semiología"[20]
    y por sobre todo, "La Actividad
    Estructuralista"[21],
    que se inicia precisamente con la pregunta ¿Qué es
    el estructuralismo? [pregunta que también se hará
    Todorov.]. "No es una escuela ni
    siquiera un movimiento",
    es lo primero que dice Barthes.

    ¿Qué es el estructuralismo? No es una
    escuela ni siquiera un movimiento(al menos todavía no),
    pues la mayoría de los autores que suelen asociarse a ese
    término distan mucho de sentirse ligados entre sí
    por una solidaridad de
    doctrina o de combate. Apenas es un léxico: estructura es
    un término ya antiguo ( de origen anatómico o
    gramático), hoy muy usado: todas las ciencias
    sociales recurren abundantemente a él, y el uso de la
    palabra no puede distinguir a nadie, a no ser que se polemice
    sobre el contenido que se le da; funciones,
    formas, signos y significaciones no son mucho más
    pertinentes.[22]Luego
    agrega:

    Sin duda hay que remontarse a emparejamientos como los
    de significante – significado y sincronía –
    diacronía para aproximarse a lo que distingue el
    estructuralismo de otros modos de pensamiento; el primero porque
    remite al  modelo
    lingüístico, de origen saussoriano, y que al lado de
    la economía,
    la lingüística es, en el estado
    actual de las cosas, la ciencia
    misma de la estructura; el segundo, de un modo más
    decisivo, porque parece implicar una cierta revisión de la
    noción de historia, en la medida que
    la idea de sincronía ( a pesar de que en Saussure este sea
    un concepto, sobre todo operatorio) acredita una cierta
    inmovilización del tiempo, y en que
    la diacronía tiende a representar el proceso
    histórico como una pura sucesión de formas; reste
    último emparejamiento es tanto o más distintivo
    cuanto  parece que la principal resistencia al
    estructuralismo sea hoy de origen marxista ( y no de estructura);
    de todos modos es probablemente el recurso serio al léxico
    de la significación ( y no a la palabra misma, que,
    parodógicamente, no es nada distintiva), en el que hay que
    ver en definitiva el signo hablado del estructuralismo: si
    vigilamos a quien emplee significante y significado,
    sincronía y diacronía, sabremos si la visión
    estructuralista está constituida.[23]

    "Puede decirse, pues, que en relación contodos
    sus usuarios. El estructuralismo es esencialmente una actividad"
    – dice Barthes . También señala:

    El objetivo de
    toda actividad estructuralista, tanto si es reflexiva como
    poética, es reconstruir un "objeto", de modo que en esta
    reconstrucción se manifiesten las reglas (las "funciones") de
    este objeto. La estructura es pues, en el fondo, un simulacro del
    objeto, pero u simulacro dirigido, interesado, puesto que el
    objeto que el objeto imitado hace aparecer algo que
    permanecía invisible, o, si se refiere así,
    ininteligible en el objeto natural. El hombre
    estructural toma lo real, lo descompone y luego vuelve a
    recomponerlo; en apariencia es muy poca cosa (…). Sin
    embargo, desde otro punto de vista, esta cosa es decisiva; pues
    entre los dos objetos o los dos tiempos de la actividad
    estructuralista, se produce algo nuevo, y esto nuevo es nada
    menos que lo inteligible general: el simulacro es el intelecto
    añadido al objeto, y esa adición tiene un valor
    antropológico, porque es el hombre
    mismo, su historia, su
    situación, su libertad y la
    resistencia misma
    que la naturaleza opone a su espíritu.[24]

    Pues bien, he aquí entonces el deslinde del
    estructuralismo: una explicación textual u objetual
    ideal.

    V. Hermenéutica,
    Fenomenología y Teoría de la
    Recepción.
    Según Eagleton(98), la Hermenéutica
    Fenomenológica ha de ser estudiada mediante tres factores:
    la Fenomenología, la Hermenéutica y la
    Teoría de la Recepción.

    Para el primer elemento establece una base
    teórica en Husserl, luego para el segundo en Heidegger,
    Gadamer y Hirsch, y para la tercera, revisa a los pilares de la
    recepción: Ingarden, Iser y Fish.[25]

    Con estos autores entonces sienta los orígenes de
    la Teoría de la Recepción. Y por consiguiente se
    obtiene una visión historisista bastante clara, pero no
    suficiente, pues ha olvidado revisar por ejemplo a
    Schleiermacher, fundador de la hermenéutica general,
    antecesor de Heidegger  y sostiene al respecto, afirmando
    explícitamente, la unidad entre ambas
    disciplinas[26].
    Tampoco vincula la herencia rabínica ni la poética
    sanscrita, las que usaría precisamente
    Todorov[27]
    para fortalecer su estrategia de la
    interpretación. Como tampoco revisa antecedentes
    fundamentales para la Teoría de la Recepción: La
    lingüística, y la sociológica.[28]

    En el nuevo método de crítica literaria
    participan principalmente tres corrientes: una
    lingüística, otra hermenéutica y la
    sociológica.[29]

    Para la primera corriente, la profesora López,
    señala la influencia de la Escuela de Praga, especialmente
    Mukarovsky y Vodicka. El primero, distingue dos aspectos en la
    obra literaria: por un lado, su aspecto material de artefacto
    invariable; y semántico; su aspecto de objeto
    estético, variable en la conciencia colectiva,
    según las experiencias literarias de ésta. Dice
    Mukarovsky:

    En la historia y teoría de la literatura y del
    arte, por ejemplo, no sólo se debe tener en cuenta la
    forma interna artística y su desarrollo
    como una estructura, sino también la relación de
    esta estructura con otros fenómenos, sobre todo aquellos
    de contenido psicológico y social … Todo cambio en la
    estructura artística es motivado de alguna manera desde
    exterior … sin embargo, la relación entre arte y
    sociedad no es
    mecánico-casual. Ni siquiera el contacto propiamente dicho
    entre arte y sociedad es
    inmediato, sino que se realiza, como ya se ha dicho, por
    mediación del público.[30]
    Y para el segundo – dice Berta López :

    También Vodicka pretende establecer las
    relaciones entre la obra literaria y la realidad, entre el objeto
    y su receptor. Las tareas de la crítica literaria
    según el análisis de la obra literaria en su
    contexto histórico (normas y valores de su
    época, etc.) y su eco en épocas
    posteriores.[31]

    Para la segunda corriente, la hermenéutica, no
    hay gran diferencia con el análisis que hace Eagleton.

    Para la tercera, la profesora López, revisa los
    estudios de Schüking y Escarpit y por otra línea a
    Lukács, refiriendo de esta manera, entonces, a la
    corriente sociológica.

    Schüking por su parte, aporta estímulos
    precursores a través de su obra "El gusto literario"
    (1931). Investigó la relación entre la obra
    literaria y determinados grupos
    sociales, la relación entre cambios
    socio-históricos y los respectivos cambios literarios
    sobre el fondo de las normas
    estéticas, dependientes de ciertos grupos
    sociales.

    Escarpit en Sociología de la Literatura,( 1958) y
    Sartre y su
    modelo de la literatura "engagée", no sólo analiza
    la función
    de la literatura en la sociedad, sino también el problema
    de establecer el significado de la obra literaria: "Un pacto de
    generosidad" entre autor y lector como proceso correlativo a la
    escritura
    dice Sartre
    -.

    Manuel Jofré  en Teoría Literaria y
    Semiótica (1990) también aduce:

    Al respecto, ha dicho Sartre que se le deja al lector
    con todo por hacer, y sin embargo, ya todo ha sido hecho; la obra
    existe solamente en el nivel de las habilidades del lector, y
    cuando él lee y crea, él sabe que siempre puede ir
    más allá en su lectura, y que
    siempre podrá crear más profundamente; y esta es la
    razón por la cual la obra aparece ante él tan
    inexhaustiva e inpenetrable como un objeto.[32]

    Para Sartre, entonces, el lector es co-autor,
    co-productor de significado.

    Finalmente, se sobreentiende la importancia
    crítica socialista de Lukács y sus
    discípulos, y de la obra " Pour una sciologie du roman"
    (1964) de Lucien Goldmann, su idea de relacionar "la forma
    novelesca misma y la estructura del medio social en cuyo interior
    se ha desarrollado", la homología entre vida social y obra
    literaria.

    Los críticos de la corriente sociológica
    de la Teoría de la Recepción se proponen contestar
    principalmente a las siguientes cuestiones – dice López
    :
    – ¿Cómo se "recibe" una determinada literatura ( o
    tipo de literatura) en un determinado público ( o grupos
    sociales) a través de diferentes épocas
    históricas?

    - ¿Cuál es la reacción que
    produces críticas, etc., en obras posteriores del mismo
    autor?[33]

    En su modelo sociológicamente fundado, se debe
    analizar el "horizonte de expectativa" según sus clases
    sociales, formación cultural, diferencia de edad,
    sexo, religión, etc.. Se
    acerca el método en este momento a la investigación
    de la
    comunicación de masas.[34]

    Más adelante añade: "Los críticos
    de Alemania
    Oriental, Manfred Naumann y Robert Weimann, a pesar de que
    desarrollan este mismo modelo, lo rechazan por su carácter
    burgués":

    Según Weimann no existe ninguna discrepancia
    entre el momento de la escritura y el
    de la recepción, puesto que los dos son denominados por la
    misma ley del proceso
    histórico (…). Según esta teoría el
    objeto del crítico tiene que ser la reconstrucción
    de esta relación entre base y superestructura y el
    descubrimiento de su interdependencia.[35]

    Respecto de la Teoría de la Recepción,
    cabe destacar que sus orígenes surgen de la Escuela de
    Praga, antes que de "Konstanzer Schule", por lo tanto, sus
    influencias, o sus antecedentes, por lo menos, son abiertamente
    formalistas, situación que ya sugiere Manuel
    Jofré:

    Las posibilidades del análisis formalista son
    sopesadas en relación a la crítica
    hermenéutica en Interpretation of Narrative, editado y
    publicado en 1978 por Mario Valdés y Owen J. Miller, y
    cuyos artículos proceden de una conferencia
    realizada en la Universidad
    de Toronto en 1976. (…) por lo menos otros cuatro de
    los quince artículos intentan correlacionar el formalismo
    con la hermenéutica, como modo de hacer converger las
    aproximaciones que se basan en el texto con las
    aproximaciones que se sustentan en el rol del
    lector.[36]

    VI. Herencia
    formalista

    El profesor Jofré se refiere a Todorov como uno
    de los que asume la herencia formalista, aunque el juicio es
    sobre la obra: "Poética" (1971) :

    También asume la herencia formalista eslava el
    libro
    Poetique  de la prose de Tveztan Todorov, publicado en
    París, Seuil, 1971. 253p. Un libro
    equilibrado, entre la especulación teórica y los
    análisis prácticos. Es la herencia
    metodológica del formalismo la que asume en el ensayo
    inicial ( o final en otras versiones) titulado "La  herencia
    metodológica del formalismo"[37]

    Hay que reconocer, además, que si bien es cierto,
    Todorov, inicia su andar formalista, también es cierto
    que, al parecer, es el único formalista que concretiza tal
    tradición y que se vuelca al futuro a través del
    análisis del texto, pero desde el discurso y por
    lo tanto desde la interpretación, puesto que, "al
    relativizarse nuestra percepción
    de la realidad, el hombre percibe
    que él no es  un descubridor sino, más bien,
    un intérprete"[38]

    Se hace necesario, también, recordar algunos
    parámetors del formalismo ruso, como por ejemplo la
    dicotomía forma-fondo, los que fueron sustituidos por un
    concepto más dinámico, pues la obra es una
    totalidad dinámica, cuyos elementos no están
    ligados por un signo de igualdad y de
    adición, sino por un signo dinámico de
    correlación y de integración. Otros son los propios
    participantes, tales como:
    – Vinogradov: La estilística debe ser un estudio funcional
    e inmanente de las obras, pero no es disociable e los problemas de
    la historia y del cambio
    literario.
    – Además sugiere que el estilo de un artista lioterario
    podía y debía examinarse no sólo en
    términos "intrínsecos", sino también en
    relación con modos no poéticos del discurso:
    a) Contexto de las formas artísticas del lenguaje
    literario.
    b) El contexto de los sistemas
    lingüísticos sociales que pueden percibirse dentro
    del lenguaje hablado y escrito de las clases educadas.
    – Tynjanov: El concepto fundamental para el estudio de la
    evolución literaria es el de sustitución de
    sistema. Tanto la obra literaria como la literatura constituyen
    un sistema, es decir, un conjunto de entidades organizadas que
    mantienen entre sí relaciones de interdependencia y que se
    ordenan a la  cosecución de una finalidad
    determinada: cada elemento entra en correlación con los
    demás elementos del mismo sistema y por consiguiente, con
    el sistema entero.

    -  Un hecho literario se define por su cualidad
    diferencial en relación con otros hechos de la  serie
    literaria o series extraliterarias, es decir, se define por su
    función, y por tanto, para reconocer la
    naturaleza y la función de un hecho literario se impone
    el
    conocimiento previo de la serie literaria y de las serie
    extraliterarias.

    – La comprensión de una obra es imposible sin
    el
    conocimiento de la evolución y de la historia
    literaria.
    -Ejxenbaum, situado en el plano semántico, señala
    :" en el lenguaje
    poético, la palabra se traslada a una nueva atmósfera
    semántica, pues deja de ser comprendida en relación
    con la lengua general
    para ser entendida en relación con lalengua
    poética" [ o ¿discurso?].
    -También formula el concepto de "Unidad
    Teleológica" como recursos
    articulados en un efecto estético.
    -Desarrolla además el término "Gestaltqualität
    como impacto en la  verbosidad (sintaxis).
    Pues bien, como se logra apreciar ya, se sugiere, entonces, una
    nueva lectura de Todorov, especialmente en sus obras
    "Poética" y "Simbolismo e Interpretación"; en
    ambas, se hallan gran parte de los elementos esquematizados por
    el profesor Jofré en el Curso de Semiótica: Desde
    el "Signo al Lector" (2002) en dos de sus apuntes: TEORÍA
    DE LA RECEPCIÓN I y TEORÍA DE LA RECEPCIÓN
    II, los que se relacionarán, por ahora, sólo de
    modo general, puesto que el espacio necesario para este
    análisis ha de ser un mayor.

    VII.Todorov: una
    convergencia

    En POÉTICA:(Edición 1975,
    Editorial LOSADA S.A.. Bs. As.. Arg.) Todorov, también
    responde a la pregunta ¿Qué es el estructuralismo?
    Y lo hace desde la obra citada: "¿Qué es el
    estructuralismo?.
    En primer término lo hace a través de una "Nota
    sobre la presente edición" (1973):
    El siguiente texto difiere bastante del escrito en 1967, que
    figuraba con igual título en el volumen colectivo
    ¿Qué es el estructuralismo? Esto obedece a una
    doble razón: actualmente el campo de la poética ya
    no es lo era hace seis años, y yo mismo no siempre lo sigo
    enfocando de la misma manera. Pero un texto totalmente nuevo no
    podría integrarse ya a nuestro proyecto inicial.
    Por consiguiente, he reservado la intención general y el
    marco de la primera versión, así como cierto
    análisis y ejemplos, modificando sin embargo la exposición
    cada vez que fue necesario para dar cuenta del estado actual
    de la poética.
    Tzvetan Todorov. Mayo 1973.
    Tal vez, aún no  es visible lo que se  quiere
    plantear, pero  en la misma se subrayar:
    …actualmente el campo de la poética ya no es 
    lo que era hace seis años, y yo mismo no siempre lo sigo
    enfocando de la misma manera.
    Por lo tanto él, ya es post-estructural y a partir de la
    descontrucción del término
    "interpretación":

    La interpretación – denominada también a
    veces exégesis, comentario, explicación del texto,
    lectura, análisis o incluso simplemente crítica
    (esta enumeración no significa que sea imposible
    distinguir o incluso contraponer algunos de estos
    términos) – se define, en el sentido que aquí le
    damos, por aquello a lo que apunta, que consiste en nombrar el
    sentido del texto examinado. Este objetivo
    determina de una sola vez, su ideal – que consiste en hacer
    hablar al texto mismo; con otras palabras: se trata de fidelidad
    al objeto, al otro. Y por consiguiente a la desaparición
    del sujeto [estructuralismo puro] – y su drama, que consiste en
    no poder alcanzar nunca el sentido sino únicamente un
    sentido, sometido a las contingencias históricas y
    psicológicas. Ideal y drama que se serán modulados
    a lo largo de toda la historia del comentario, la que a su vez es
    coextensiva a la historia de la humanidad. [recepcionismo,
    participación del sujeto histórico].[39]

    Pero todo esto se ratifica más
    adelante…

    En efecto: interpretar una obra, literaria o no, por
    sí misma, sin abandonarla ni por un instante, sin
    proyectarla fuera de sí misma, esto en cierto sentido es
    imposible. O más bien: tal tarea es posible, pero en ese
    caso la descripción es una mera repetición, palabra
    por palabra, de la obra misma. Se apega tanto a las formas de la
    obra que ambas sólo forman una unidad. Y, en  cierto
    sentido, toda obra constituye de por sí la mayor
    descripción de sí misma.[40]

    Y termina (la descontrucción) de la siguiente
    manera:

    Lo que más se aproxima  a esta
    descripción ideal, pero invisible, es la simple lectura,
    en la medida en que ésta no es más que una
    manifestación de la obra. Sin embargo, el proceso de
    lectura no deja de implicar ya ciertas consecuencias: dos
    lecturas de un libro nunca son idénticas. Al leer se traza
    una lectura pasiva; se agrega y se suprime en el texto
    leído aquello que se quiere o no encontrar en él;
    desde el momento en que existe un lector, la lectura ya
    no es inmanente. ["Broche de oro" de la desconstrucción:
    desde que existe un lector la lectura ya no es
    inmanente.][41].

    En SIMBOLISMO E INTERPRETACIÓN.

    En primer lugar se debe rescatar el epígrafe o
    intertextotualidad que usa Todorov:

    Es tan mortal para el espíritu tener un sistema
    como no tenerlo. Debe, por consiguiente, decidirse a reunir los
    dos.
     Friedrich Schlegel.

    Y en segundo lugar, lo que el mismo dice al respecto (
    de esta unión):

    Yo quisiere plantear, en efecto, la solidaridad de lo
    simbólico y de la interpretación (…) los
    cuales, en mi opinión, no son más que dos
    vertientes, producción y recepción, de un mismo
    fenómeno. En consecuencia, pienso que su estudio aislado
    no es deseable, y ni siquiera posible. Un texto, o un discurso,
    se hace simbólico desde el momento en que, mediante un
    trabajo de interpretación, le descubrimos un sentido
    directo.[42]

    Luego, más adelante se introduce de lleno en las
    posibilidades receptivas:

    La producción y la recepción de los
    discursos
    originaron, en el pasado dos disciplinas diferentes: la
    retórica y la hermenéutica.[43]

    Dos actividades que son bastante antiguas, pero que
    tuvieron que adaptarse, evoluvionando y especialmente a partir de
    los formalistas que removieron todo y que luego entre
    huída y refugio, tiende a las claridades evolutivas, tanto
    del productor como del receptor (realidades ya esbozadas en las
    secciones anteriores):

    Mi exposición
    de divide en dos partes [dice Todorov], Simbolica del lenguaje y
    Estrategias de la
    interpretación (…) en función de dos
    niveles: el de la teoría general, que intenta dar cuenta
    de todas las posibilidades, y el de la estrategia
    particular, de producción o de recepción (aun
    cuando yo haga hincapié sobre todo en esta
    última).[44]

    Luego agrega:

    El campo de lo interpretable siempre corre el riesgo de
    extenderse. En estas expansiones se justifican, en lo que
    concierne a la interpretación, por referencia a un marco
    ideológico y, respecto a la producción, por la
    sumisión a un género,
    que no es otra cosa (…) que un contrato
    establecido entre el autor y el lector y que determina
    precisamente el modo de lectura a seguir.[45]

    A continuación se presentará unos
    esquemas, de modo general, del modelo de Todorov y
    mostrarán algunos de los rasgos o elementos formalistas,
    hermenéuticos y recepcionistas, que van desde la
    unión de análisis formal con otro
    histórico-recepcional, unión de métodos
    estructuralistas y hermenéuticos  hasta intentos de
    una nueva estética y una nueva retórica basadas n
    el efecto (o desición de interpretar); al igual que los
    recepcionistas, por una parte la hermenéutica y por la
    otra lingúística y sociedad. Un verdadero
    "horizonte de expectativa": normas vigentes para los
    géneros en determinadas épocas [estructura], la
    relación implícita con otras obras literarias
    contemporáneas y la oposición entre ficción
    y realidad, entre función poética y práctica
    del lenguaje, la confrontación de la estructura del texto
    literario con los modos por los cuales éste puede ser
    concretizado; cuando el lector decide, éste reconoce
    implícitamente la calidad de
    inagotable que el texto posee; el texto remite a preconcepciones
    que se manifiestan en el acto de la interpretación y
    muchos otros.[46]

    Esquemas:

    Finalmente, a modo de conclusión de esta breve y
    no terminada investigación [la  que queda abierta,
    tanto para el ensayista como para otros.]:

             El
    texto es un todo autónomo, con límites
    precisables, pero al mismo tiempo es una obra abierta, en
    movimiento. Pueden distinguirse en el texto numerosos niveles:
    fonemáticos, sintácticos, semánticos,
    ideológicos, narrativos, culturales, identificables
    según y acorde a los códigos que se utilicen para
    su decodificación.

    Esta nueva noción de texto y de lectura, vista
    como una conexión dinámica entre signos e indeterminaciones,
    como elementos que se articulan y desarticulan en un proceso de
    constante equilibrio inestable, se complementa con la idea
    según la cual el texto es activado mediante su puesta en
    relación con un sistema significante mayor, es decir, con
    un discurso consistente en un sistema mayor de textos
    jerárquica y dinámicamente
    organizado.[47]

    CONCLUSIONES:

    A. El estructuralismo desechó
    simultáneamente el objeto real y el sujeto humano. Este
    movimiento doble define el proyecto estructuralista. La obra ni
    se refiere a un objeto ni es expresión de un sujeto
    individual; ambos son descartados, y sólo queda entre
    ellos, en el aire que las
    separa, un sistema de reglas.

    B. El estructuralismo no es una escuela ni siquiera un
    movimiento (al menos todavía no), pues la mayoría
    de los autores que suelen asociarse a ese término distan
    mucho de sentirse ligados entre sí por una solidaridad de
    doctrina o de combate. Apenas es un léxico: estructura es
    un término ya antiguo ( de origen anatómico o
    gramático), hoy muy usado: todas las ciencias
    sociales recurren abundantemente a él, y el uso de la
    palabra no puede distinguir a nadie, a no ser que se polemice
    sobre el contenido que se le da; funciones, formas, signos y
    significaciones no son mucho más pertinentes.

    B. La interpretación – denominada también
    a veces exégesis, comentario, explicación del
    texto, lectura, análisis o incluso simplemente
    crítica (esta enumeración no significa que sea
    imposible distinguir o incluso contraponer algunos de estos
    términos) – se define, en el sentido que aquí le
    damos, por aquello a lo que apunta, que consiste en nombrar el
    sentido del texto examinado. Este objetivo determina de una sola
    vez, su ideal – que consiste en hacer hablar al texto mismo; con
    otras palabras: se trata de fidelidad al objeto, al otro. Y por
    consiguiente a la desaparición del sujeto [estructuralismo
    puro] – y su drama, que consiste en no poder alcanzar nunca el
    sentido sino únicamente un sentido, sometido a las
    contingencias históricas y psicológicas. Ideal y
    drama que se serán modulados a lo largo de toda la
    historia del comentario, la que a su vez es coextensiva a la
    historia de la humanidad. [recepcionismo, participación
    del sujeto histórico].

    B. El campo de lo interpretable siempre corre el
    riesgo de
    extenderse. En estas expansiones se justifican, en lo que
    concierne a la interpretación, por referencia a un marco
    ideológico y, respecto a la producción, por la
    sumisión a un género,
    que no es otra cosa (…) que un contrato
    establecido entre el autor y el lector y que determina
    precisamente el modo de lectura a seguir.

    C. Un texto, o un discurso, se hace simbólico
    desde el momento en que, mediante un trabajo de
    interpretación, le descubrimos un sentido directo. En
    efecto, la solidaridad de lo simbólico y de la
    interpretación (…) los cuales, no son más
    que dos vertientes, producción y recepción, de un
    mismo fenómeno. En consecuencia, su estudio aislado no es
    deseable, y ni siquiera posible.

    D. El texto es un todo autónomo, con
    límites precisables, pero al mismo tiempo es una obra
    abierta, en movimiento. Pueden distinguirse en el texto numerosos
    niveles: fonemáticos, sintácticos,
    semánticos, ideológicos, narrativos, culturales,
    identificables según y acorde a los códigos que se
    utilicen para su decodificación.

    Esta nueva noción de texto y de lectura, vista
    como una conexión dinámica entre signos e
    indeterminaciones, como elementos que se articulan y desarticulan
    en un proceso de constante equilibrio inestable, se complementa
    con la idea según la cual el texto es activado mediante su
    puesta en relación con un sistema significante mayor, es
    decir, con un discurso consistente en un sistema mayor de textos
    jerárquica y dinámicamente organizado.

    E. La lectura no puede ser sólo inmanencia, esta
    es la mirada  de Todorov, quién, en su obra
    "Poética" y "Simbolismo e Interpretación" hace
    converger a la estructura y a la interpretación en un
    proceso lectural  de la producción y de la
    recepción como una unidad solidaria entre ambos.

    PROYECCIONES:
    A. La
    lectura ha de ser siempre un recorrido dentro del espacio del
    texto; recorrido que no se ha de limitar, es decir, recorrer el
    texto siempre como espacio y no como linealidad.
    B. Todo círculo  hermenéutico o receptivo no
    es equivalente a otro por lo tanto, también, ha de ser un
    espacio plural de las interpretaciones, y en la práctica
    cada uno sabe que no hay lecturas más fieles que otras,
    aun cuando ninguna lo es por completo.

    BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:

    Todorov. 1975. Todorov, T. "¿Qué es el
    estructuralismo?. POÉTICA.". Editorial LOSADA S.A.. Arg.
    1975.
    Todorov, T. "Simbolismo e Interpretación". Monte
    Ávila Editores.  Segunda
    edición.1992.

    Jofré,M. 1990.  Jofré, Manuel.
    "Semiótica y Literatura. Historia de la Semiótica
    Actual." Editorial. Universitaria. 1990.

    Mukarobsky, J."El estructuralismo en la estética
    y en la ciencia literaria" en Arte y Semiología, Madrid. Alberto corazón
    Editor. 1971

    Mukarovsky, Jan. "La obra literaria como estructura". En
    Problemas de
    la Literatura. Valparaíso, Ed. Universitaria, año
    I, número I. 1972.

    Iser, Wolgang. 1972. Iser, Wolgang. "El proceso de
    Lectura: Un enfoque Fenomenológico". Publicado en New
    Literary History, 3, 1972.

    Jauss,Hans. 1970. Jauss, Hans.   Historia de
    la Literatura como una Provocación a la Ciencia Literaria.
    Colección Suhrkamp. 1970.

    BIBLIOGRAFÍA
    COMPLEMENTARIA:

    Barthes, 1967 Ensayos
    Críticos,La Actividad Estructuralista. España.Editorial Seix
    Barral.1967.

    Roland Barthes. Elemento de Semiología Alberto
    Corazón
    Editor.Madrid.1971.

    La Aventura Semiológica Barcelona.
    Editorol Paidós Iberica, SA Segunda edición en
    Castellano.1993.

    Terry Eagleton Una Introducción a la Teoría Literaria.
    México,
    Fondo de Cultura
    Económica, 1998.

    Humberto Eco.Tratado de Semiótica General.
    Introducción; Hacia una Lógica
    de la cultura.
    Barcelona. Lumen, quinta edición. 2000.

    Chomsky, 1990 Noam Chomsky. Estructuras
    Sintácticas. México.
    Siglo Veintiuno Editores, S.A. de CV. 10ª edición en
    Español.
    1990.

    Roberto Hozven. El Estructuralismo Literario
    Francés. Santiago de Chile.
    Editorial del Dpto de Estudios Humanísticos. Facultad de
    Cs. Físicas y Matemáticas.1979.

    Roman Jakbson.El Marco del Lenguaje. Ojeada al Desarrollo de
    la Semiología.México.Fondo de Cultura
    Económica.1998.

    López, Berta. Curso de pregrado."Teoría
    Literaria I". Apunte: "La Teoría de la
    Recepción".U.B.B, Chillán, 1991.

    Mercè Rius.T.W.Adorno, del Sufrimiento a la
    Verdad.Barcelona.Editorial LAIA. 1985.

    Ferdinad De Saussure. Curso De Lingüística
    General. Bueno Aires. Editorial Losada, S.A.
    1945.  

    Thomas Sebeok. Signos: Una Introducción  a
    La Semiótica.

    *******************************************************************

    [1]
    Esta introducción tiene la intención de
    mostrar una evolución de los elementos esenciales del
    estructuralismo formulado por Barthes en "La Actividad
    Estructuralista". Para una revisión historiográfica
    más completa es necesario revisar a Manuel Jofré:
    Teoría Literaria y Semiótica. Editorial
    Universitaria. Santiago de Chile.1990.

    [2]Eco,
    Umberto. Tratado de Semiótica General.
    Introducción; Hacia una Lógica de la cultura. O5.
    Límites Naturales: Dos definiciones de Semiótica.
    Barcelona. Lumen, quinta edición.2000.

    [3]
    Jofré, Manuel. Semiótica y Literatura.
    Historia de la Semiótica Actual. Edit. Universitaria.
    1990.

    [4]
    Mukarovsky, Jan. "El estructuralismo en la estética
    y en la ciencia literaria" en Arte y Semiología, Madrid.
    Alberto corazón Editor. 1971

    [5]
    Mukarovsky, Jan.  "La obra literaria como estructura"
    en Problemas de la Literatura. Valparaíso, Ed.
    Universitaria. 1972, año I, número I.

    [6]
    Ibid.

    [7]
    Ibid.

    [8]
    Mukarovsky, Jan. "El arte como hecho semiológico" en
    Problemas de Literatura.1972. AñoI, Número
    I.

    [9]
    Ibid.

    [10]
    Mukarovsky, Jan: El estructuralismo en la estética y
    en la literatura", Opus cit.

    [11]
    T.Todorov. Poética.

    [12]
    Eagleton, Terry. Una introducción a la Teoría
    Literaria: III. Estructuralismo y Semiótica.
    F.C.E.Méx., 1998.

    [13]
    Ibid.

    [14]
    Ibid.

    [15]
    Ibid.

    [16]
    Ibid.

    [17]
    Ibid.

    [18]
    Ibid.

    [19]
    Ibid.

    [20]
    Barthes, Roland. Elementos de Semiología.Alberto
    Corazón Editor.Madrid. 1971.

    [21]
    Ensayos
    Críticos. "La Actividad Estructuralista".  Editorial
    Seix Barral.España.
    1967.

    [22]
    Ibid.

    [23]
    Ibid,

    [24]
    Ibid.

    [25]
    Eagleton. Opus cit.

    [26]
    Todorov.T. Simbolismo e Interpretación. Monte
    Ávila Editores, 1982.

    [27]
    Ibid.

    [28]
    López, Berta. Curso de pregrado. "Teoría
    Literaria I":  Apunte: "La Teoría de la
    Recepción. U.B.B, Chillán, 1991.

    [29]
    Ibid.

    [30]
    Mukarovsky, Opus cit.

    [31]
    López, Opus cit.

    [32]
    Jofré. Opus cit. 9. Estética de la
    recepción y fenomenologóa de la lectura: 7. La
    lectura como Decodificación e
    Interpretación.

    [33]
    López. Opus cit

    [34]
    Ibid.

    [35]
    Ibid.

    [36]
    Jofré.Opus cit: 3. Historia Literaria
    posestructuralista: 4 El Formalismo
    Posestructuralista.

    [37]
    Ibid.

    [38]
    Opus cit: 9. Estética de la recepción y
    fenomenología de la lectura: 9. Lectura, Semiósis y
    Paradigma.

    [39]
    Todorov, T. "¿Qué es el estructuralismo?.
    POÉTICA.". Editorial LOSADA S.A.. Arg. 1975.

    [40]
    Ibid.

    [41]
    Ibid.

    [42]
    Todorov, T. Simbolismo e Interpretación. Monte
    Ávila Editores.  Segunda
    edición.1992.

    [43]
    Ibid.

    [44]
    Ibid.

    [45]
    Ibid.

    [46]
    Aquí se recogen, sucintamente, las lecturas
    recepcionistas: Ingarden, Iser, por ejemplo. No obstante estas
    lecturas han sido parte fundamental y complementaria.

    [47]
    Jofré, M. Opus cit.

     

    JORGE ROSAS
    GODOY

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