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Aclimatización del Marañón




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    (Anacardium Occidentale
    l.)

    1. Resumen
    2. Materiales y
      métodos
    3. Resultados y
      discusión
    4. Referencias

    RESUMEN

    Con el propósito de garantizar alta
    supervivencia durante la transición de plantas de
    marañón cultivadas in vitro a condiciones
    semicontroladas, se desarrolló el proceso de
    aclimatización. Este se sustentó en mantener alta
    humedad relativa, al inicio, mediante dos tipos de cámara
    húmeda; posteriormente, fue regulándose hasta
    igualarse a la existente en condiciones naturales. Se evaluaron
    variables que
    definieron el crecimiento, desarrollo y
    la aptitud de las plantas para ser establecidas en el campo. La
    observación estomática
    resultó ser un indicador valioso para saber que las
    plantas se habian adaptado a las nuevas condiciones de cultivo.
    Se alcanzó un 87% de supervivencia, lo que demostró
    la efectividad de la aclimatización, sobre todo en una
    especie con extrema sensibilidad a que se le dañe el
    sistema radical
    durante su manipulación.

    Palabras clave:
    Marañón, Anacardium occidentale,
    Aclimtatización, Cámara húmeda.

    ABSTRACT

    With the purpose of guaranteeing high survival during
    the transition of cashew plants cultivated in vitro to greenhouse
    conditions, the acclimatization process was developed. It was
    sustained in maintaining high relative humidity, at the
    beginning, by means of two types of humid camera; later on, it
    was being regulated until being equaled to the existent one under
    natural conditions. Variables evaluated that defined the growth
    were evaluated, development and aptitude of the plants to be
    established in the field. The stomata observation turned out to
    be a valuable indicator to know that the plants had been adapted
    to the new cultivation conditions. Around 87% of survival was
    reached, it showed the effectiveness of the acclimatization,
    mainly in a species with extreme sensibility to damaged the
    radical system during its handling.

    Keys words: Cashew, Anacardium
    occidentale
    , Acclimatization, Humid camera.

    INTRODUCCION

    El marañón (Anacardium
    occidentale
    L.) es un frutal tropical de la familia
    anacardiácea, originario de la región norte de
    Brasil, y
    encuentra en Cuba
    envidiables condiciones edafoclimáticas para su
    crecimiento y desarrollo: incluidos abundantes suelos
    empobrecidos y semiáridos, donde prácticamente no
    sobrevive otro frutal y, sin embargo, son los preferidos por
    A. occidentale (Aguilera et al., 2001). No
    obstante, encabeza la lista de especies frutales tropicales
    arbóreas amenazados desde hace más de 15
    años en nuestro país (Anderez, 1984), y se
    necesitan tomar medidas urgentes de conservación y manejo
    de los genotipos silvestres que habitan en los campos y sabanas;
    los cuales están dispersos y se encuentran cercanos al
    declive fisiológico.

    Uno de los problemas que
    afecta la propagación sexual del marañón es
    el aborto de
    embriones; lo cual es causado por el incompleto desarrollo de los
    mismos, mutaciones en estructuras
    que cubren al embrión o un tipo recalcitrante de dormancia
    (Nambiar y Thankamma, 1980). Ellis et al. (1985)
    clasifican al marañón como especie ortodoxa y
    señalan su germinación baja y fuertemente demorada.
    Esta limitación puede ser resuelta a través del
    cultivo in vitro de embriones zigóticos, o mediante
    alguna otra biotécnica que permita la
    micropropagación de la especie.

    Las plantas procedentes del cultivo de tejidos,
    presentan un desenvolvimiento anatómico y
    fisiológico anormal, si se comparan con las propagadas
    tradicionalmente de forma natural (Debergh, 1991). De modo, que
    la terminología aclimatización, según este
    autor, implica la transición desde las condiciones in
    vitro
    a las in vivo, bajo la intervención y
    guía de la mano del hombre. Preece
    y Sutter (1991) consideran a las cualidades intrínsecas de
    las plantas, como el factor más importante y de éxito
    en el traslado de estas, de las condiciones in vitro a
    in vivo. Paques (1991) estima a la vitrificación o
    hiperhidratación como el síntoma más
    frecuentemente calificado con el adjetivo anormal, en torno al comportamiento
    de las plantas cultivadas in vitro. No obstante, existen
    ciertas características anatómicas que diferencian
    a las plantas cultivas in vitro de las que se desarrollan
    en condiciones naturales; tales como hojas más
    pequeñas y finas, y pobre desarrollo del parénquima
    y de la cutícula con una considerable cantidad de espacios
    de aire en el
    mesófilo (Debergh, 1991).

    Otra característica de las plantas obtenidas
    por cultivo de tejidos, es no ser fotoautotróficas; sino
    más bien mixotróficas o heterotróficas, pues
    los hidratos de carbono los
    toman del medio de cultivo y los cloroplastos se encuentran
    deprimidos. Estos factores afectan la fotosíntesis, la cual debe jugar un papel
    importante en la aclimatización y la supervivencia
    (Deberg, 1991). La apertura y cierre estomático ha sido
    definida por el propio autor, como el elemento de mayor
    implicación en la desecación o
    deshidratación de las plantas llevadas a condiciones
    semicontroladas procedentes del cultivo in vitro. Esto lo
    relaciona con el pobre funcionamiento de los estomas, el anormal
    desarrollo de las células
    oclusivas y a la poca selectividad en la acumulación de
    Na, K y Mg en dichas células durante el cultivo in
    vitro
    .

    Todas son razones, que condujeron a la
    realización de este trabajo, cuyo
    propósito está enfocado a obtener un procedimiento e
    indicadores
    anatómicos y fisiológicos, que permitan alcanzar
    altos índices de supervivencia en plantas de
    marañón, procedentes del cultivo in vitro de
    embriones zigóticos maduros, durante el proceso de
    aclimatización.

    MATERIALES Y
    METODOS

    La experiencia con el marañón
    (Anacardium occidentale L.), se desarrolló en el
    Laboratorio de
    Biotecnología Vegetal del Instituto de
    Investigaciones Agropecuarias "Jorge Dimitrov",
    perteneciente al Ministerio de Ciencia,
    Tecnología
    y Medio Ambiente
    de Cuba.

    Las plántulas, procedentes del cultivo in
    vitro
    de embriones zigóticos maduros, se extrajeron
    cuidadosamente de los erlenmeyers, y se lavó el sistema
    radical, hasta remover los restos de agar, sin provocarse
    daños mecánicos. Posteriormente se transplantaron,
    de forma individual, a bolsas de polietileno negro de 1 005
    cm3 de capacidad, las cuales contenían un
    sustrato formado por una mezcla de suelo, arena y
    materia
    orgánica en proporción de 2:1:1, respectivamente.
    El suelo fue Oscuro Plástico,
    la arena de río y la materia orgánica humus de
    lombriz.

    Se emplearon dos tipos de cámara
    húmeda: una compuesta por frascos de cristal de 250 ml de
    capacidad, de color verde
    claro, colocados como cobertura encima las plantas y sostenidos
    sobre el sustrato. La otra consistió en campanas de
    cristal totalmente transparentes, muy amplias, bajo las cuales y
    en cada una ellas, se situaron cuatro plantas y un frasco
    destapado con agua. En el
    ambiente de
    aclimatización las temperaturas oscilaron entre 28 y
    32
    °
    C, la humedad relativa alrededor del 50%, la intensidad
    luminosa fue de 30 m
    Em-2S-1, y el fotoperíodo de
    16 horas luz. Dentro de
    las cámaras húmedas, la humedad relativa al inicio
    fue tan alta como en condiciones in vitro, pero al estas
    suspenderse en la segunda, tercera y cuarta semana por espacio de
    3, 6 y 12 horas diarias, respectivamente; la humedad relativa se
    redujo notablemente dentro de las mismas, hasta aproximarse a la
    existente en el ambiente natural, la cual era de 70 a
    75%.

    Durante ese período se regaron con agua,
    solamente, para humedecer el sustrato sin provocar
    encharcamiento. Al término del tiempo
    señalado, se liberaron definitivamente de la cámara
    húmeda. Estuvieron una semana bajo observación, y
    se comenzaron a someter, diariamente, a condiciones naturales
    bajo sombra natural durante otra semana.

    Se evaluó la longitud de las plantas (LP) en
    cm, el número de hojas nuevas por plantas (NHN), el
    número de hojas totales (NHT), la longitud de los estomas
    (LE) en m m, el
    ancho de los estomas (AE) en m m y la frecuencia estomática (FE) en
    estomas/mm2. Las tres últimas variables, se
    determinaron también en plantas cultivadas in vitro
    y en plantas en condiciones naturales, para hacer un análisis comparativo. En todos los casos se
    tomaron huellas epidérmicas de la haz y del envés
    de la tercera hoja, contada del ápice hacia la base de la
    planta, pues estas presentan una estructura
    anatómica definida con máxima actividad
    metabólica (Fahl, 1989). La técnica se
    aplicó en la parte central de las hojas, por ser menos
    variable la FE en esta área, y se basó en la
    utilización de acetato de celulosa
    diluido en ácido acético, colocado como una
    película muy fina; al secarse al aire, se procedió
    a separarla y extenderla en un porta objeto. Después se
    fijó al mismo, el cubre objeto con bálsamo de
    Canadá, y posteriormente se realizaron los conteos y
    mediciones al microscopio
    ocular según sugiere Medina (1961).

    El tamaño de muestra fue igual
    a 10, y los datos de LP, NHN
    y NHT, obtenidos a las cuatro semanas de iniciada la
    aclimatización, se analizaron mediante la prueba de
    T-Student, y el p£ 0.001. El experimento se repitió
    en tres veces, bajo similares condiciones.

    RESULTADOS Y
    DISCUSION

    Los dos tipos de cámara húmeda (CH)
    empleadas, aunque distintas (Fig. 1), tuvieron como función
    impedir la deshidratación de las plantas, al sufrir un
    cambio brusco
    de condiciones de cultivo, debido a ser extraídas de su
    ambiente in vitro para ser establecidas en uno
    semicontrolado. Con ambos tipos de CH la supervivencia fue del
    87%. Sin embargo, las plantas crecieron y emitieron más
    hojas en presencia de la campana, y superaron con diferencia
    altamente significativa a las que se aclimatizaron bajo frascos
    (Tabla 1).

    La formación de las hojas ocurrió
    lentamente, no sólo en las plantas cultivadas in
    vitro
    , sino también en las plantadas en condiciones
    semicontroladas. Se observó que dicho proceso estuvo
    relacionado, con el tipo de CH a que estuvieron sometidas las
    plantas durante la aclimatización. El número de
    hojas nuevas (NHN) formadas, bajo la acción
    de la campana, fue superior en más de 1.5 hojas a las
    desarrolladas bajo el efecto de la otra CH. Lo que
    condicionó, a que el número de hojas totales (NHT)
    —con el cual finalmente contaron las plantas para ser
    llevadas a su sitio definitivo en el campo— fuera de casi
    3.5 hojas de diferencia al compararse los dos tipos de
    CH.

     Para ver el
    gráfico seleccione la opción "Descargar" del
    menú superior 

     Fig. 1 Muestra de las cámaras
    húmeda usadas en la aclimatización del
    marañón.

    Debe reconocerse que tanto una como la otra CH, fueron
    capaces de mantener en su interior la humedad relativa alta, lo
    cual se apreció por el agua
    condensada que se observó adherida a las paredes de ellas.
    Incluso las muertes ocurridas, las cuales no sobrepasaron el 13%,
    se pueden atribuir más bien a individuos con un sistema
    radical deficiente y dañado durante la manipulación
    al trasladarse de condiciones in vitro a semicontroladas.
    Estos, al parecer, no pudieron emitir nuevas raíces o,
    simplemente, las raíces dañadas no fueron capaces
    de garantizar la nutrición de las
    plantas hasta que se formaran otras nuevas, produciéndoles
    gradualmente la
    muerte.

    Tabla 1. Influencia del tipo de cámara húmeda
    en el crecimiento y

    desarrollo de las plantas de marañón durante
    la aclimatización
    .

    Tipo de cámara

    húmeda

    Longitud de

    las plantas

    (cm)

    Número de

    hojas nuevas

    Número de

    hojas totales

    Campanas

    Frascos

     

    6.67 ± 0.36

    4.40 ± 0.28

    3.75 ± 0.46

    2,12 ± 0.17

    9.87 ± 0.64

    6.37 ± 0.38

    T-Student: diferencia significativa entre
    las columnas (p<0.001).

    En los últimos años se ha iniciado una
    corriente que se inclina al transplante sin raíz de
    condiciones in vitro hacia las condiciones
    semicontroladas; práctica no aconsejable en el cultivo del
    marañón, pues parte de las causas de su buen
    comportamiento al proceso de aclimatización a que se
    sometió, obedeció a disponer de un sistema radical,
    no extremadamente profuso, pero si con raíces bien
    formadas. Los individuos que se transplantaron sin raíz
    murieron de inmediato. Esto le da certeza al criterio formulado
    por Mohammed y Videver (1990), los que aseguran, que la presencia
    de raíces en plantas leñosas garantizan alta
    supervivencia en la aclimatización.

    El crecimiento y desarrollo superior obtenido con la
    campana, debió basarse en el mayor volumen de este
    tipo de CH, proporcionándole más posibilidad a los
    gases de
    poderse difundir e intercambiar, y concentrar más
    CO2 para contribuir a un proceso fotosintético
    más efectivo. Kosai (1990) indica la importancia de
    concentraciones de CO2 suficientes para que las
    plantas procedentes del cultivo in vitro alcancen su
    autotrofismo. También el cristal de las campanas es
    transparente, y el de los frascos color verde claro, lo cual pudo
    influir en la mejor calidad de la luz
    que llegó hasta las plantas cultivadas bajo las campanas,
    y este también ser un elemento con posible beneficio sobre
    la fotosíntesis. Otro aspecto a considerarse
    es que cada campana cubrió a cuatro plantas, mientras los
    frascos se le colocaron a las plantas individualmente. De este
    modo, en las campanas las plantas pudieron establecer
    algún tipo de colaboración a través del
    intercambio gaseoso, lo cual no fue posible en la otra CH. No
    obstante, a pesar de lo acontecido en una u otra CH, debe
    recalcarse que las dos permitieron la aclimatización de
    las plantas, y que a falta de campanas, u otro medio que las
    simule, pueden emplearse frascos como una buena
    alternativa.

    La CH se retiró a las cuatro semanas, pero se
    necesitaba conocer si verdaderamente las plantas serian capaces
    de permanecer viables, sin deshidratarse y con posibilidades de
    transpirar normalmente. Lo más práctico fue
    observar los estomas al cabo de 24 horas de haberse liberado las
    plantas de la CH. Entonces se confirmó que la vitalidad
    que las mismas manifestaban, era porque habían podido
    adaptarse al nuevo sustrato y condiciones ambientales;
    expresándolo no sólo por la formación de
    nuevos órganos hasta ese momento, sino además
    porque los estomas estaban semiabiertos y las células
    oclusivas turgentes. Todos estos elementos fueron suficientes
    para saber, que el período bajo el cual permanecieron las
    plantas sometidas a la acción de la CH, permitió
    que se endurecieran y ganaran independencia
    biológica, al aclimatizarse a las nuevas condiciones de
    cultivo, ya más parecidas a las naturales donde
    permanecerán hasta el final de su declive
    fisiológico.

    Estos resultados permitieron confirmar, que es
    indispensable el tránsito de las plantas obtenidas in
    vitro,
    por condiciones semicontroladas, y ser manipuladas
    adecuadamente en dichas condiciones para evitar su
    deshidratación. Blanke y Belcher (1989) demostraron que
    los bajos grados de transpiración in vitro, se
    deben al pequeño gradiente de humedad entre los espacios
    intercelulares de las hojas y la atmósfera saturada de
    humedad en los recipientes de cultivo, lo cual es responsable de
    que los estomas se puedan considerar infuncionales en esas
    condiciones. Desjardins (1995) más bien califica el
    funcionamiento de los estomas in vitro como anormal; no
    obstante, reconoce que el inicial y principal estrés que
    obstaculiza la aclimatización de las plantas es la
    deshidratación, y la señala como inhibidora de la
    formación de la cera epicuticular de las hojas.

    Las plantas se liberaron de la CH lentamente, para que
    sus mecanismos fisiológicos fuesen adaptándose a
    las nuevas condiciones de cultivo, lo cual se logró en
    cuatro semanas. Tanaka et al. (1992) disminuyeron
    gradualmente la humedad relativa durante 25 días, en
    especies ornamentales cultivadas in vitro para
    contrarrestar la excesiva transpiración y la posible
    deshidratación, y demostraron que la reducción de
    la humedad relativa en las CH, se asocia con alta resistencia de la
    parte abaxial de las hojas a la transpiración; puesto que
    se logra un mecanismo apropiado de apertura y cierre
    estomático. En el cultivo de la papa, observaron que al
    descender la humedad relativa hasta el 85%, las plantas
    resistieron el transplante ex vitro.

    Los estomas no se comportaron de la misma manera en cada
    una de las fases de cultivo. Notándose en la Tabla 2, como
    la longitud de estos, fue mayor en las condiciones in
    vitro
    que en el resto de las condiciones. Sin embargo, el
    ancho que mostraron los estomas en plantas en fase de
    aclimatización fue mayor que el de los que procedieron de
    condiciones in vitro, y los menos anchos se registraron en
    condiciones naturales. Como mismo ocurre en otras muchas
    especies, en la parte adaxial o haz la frecuencia
    estomática fue menor que en la abaxial o envez. En esta,
    los estomas se ubicaron en toda su dimensión; mientras en
    la adaxial, los estomas se situaron aisladamente alrededor del
    nervio central de la hoja.

    Tabla 2. Comportamiento de los estomas en plantas de
    marañón bajo distintas

    condiciones de estudio.

    Condiciones de cultivo

     

    Longitud de

    estomas (µm)

    Ancho de estomas

    (µm)

    Frecuencia
    estomática

    (estomas/mm²)

    ______________________

    Adaxial Abaxial

    In vitro

    Aclimatización

    Naturales

    16.0

    16.4

    18.8

    12.0

    13.6

    11.6

    105.3

    111.9

    91.1

    492.2

    513.0

    445.3

     Al igual que el ancho de los estomas, la
    frecuencia estomática (FE) fue mayor en la fase de
    aclimatización, seguida de la obtenida en plantas
    cultivadas in vitro y la menor se determinó en
    condiciones naturales. Es posible que uno de los aspectos
    fisiológicos encargados de permitir que el
    marañón pueda vivir felizmente en condiciones
    semiáridas y de baja pluviometría
    (Cañizares, 1984) sea, precisamente, la posibilidad de
    reducir no sólo el ancho de los estomas, y por supuesto el
    tamaño del ostiolo; sino también la cantidad de
    estomas por unidad de superficie. De modo, que esto puede
    contribuir a que las plantas, en tales condiciones, se protejan
    de la sequía con mayor eficiencia al
    reducir las pérdidas de agua por transpiración y
    como consecuencia mantener reservas, de esta, suficientes en sus
    tejidos. Todo lo señalado, unido a la
    característica coriácea de las hojas de
    marañón, entre otras cosas, es lo que le confiere a
    dicha especie la propiedad de
    ser uno de los frutales tropicales arbóreos más
    resistentes a la escasez de agua.
    Levit (1987) relaciona un conjunto de cambios fisiológicos
    y anatómicos que tienen lugar en plantas tolerantes y
    resistentes a la sequía; donde se incluye la
    disminución del tamaño de los estomas y la
    reducción de su frecuencia.

    No fue sustancial la diferencia de la FE entre la fase
    in vitro y la de aclimatización (Tabla 2); lo que
    si ocurrió —como se comentó antes— en
    relación a las condiciones naturales. Existe diversidad de
    criterios al respecto y todo apunta a una marcada influencia de
    la especie con la cual se trabaje. Whish y Williams (1992)
    registraron una reducción de la FE, a medida que se
    disminuyó la humedad relativa hasta el 80% en la
    aclimatización. Mientras Gerhard et al (1992)
    indican que la FE puede ser mayor ex vitro, debido a que
    el área de las hojas in vitro es alterada por el
    intercambio gaseoso entre los recipientes de cultivo y la
    atmósfera ambiental, y ponen como ejemplo que hojas de
    rosa y de Spathipyllum desarrolladas in vitro
    contaron con 163 y 53 estomas/mm2, respectivamente; y
    en condiciones de casa vegetativa, sufrieron una reducción
    hasta 86 y 29 estomas/mm2 en cada caso. Sin embargo,
    Desjardens (1995) no encontró diferencias importantes de
    FE, en plantas de Pelargonium cultivadas in vitro y
    en condiciones naturales.

    En las observaciones realizadas al microscopio, se pudo
    percibir cierta irregularidad en la conformación de las
    paredes de las células oclusivas obtenidas de plantas en
    condiciones in vitro, lo cual no se presentó en
    plantas cultivadas en las demás condiciones. Esto
    concuerda con similar planteamiento hecho por Debergh (1991).
    Considerarse el comportamiento estomático en el estudio de
    aclimatización, es un indicador eficiente; pues Whish y
    Williams (1992) aconsejan que es importante aplicar, durante
    dicha fase, técnicas
    que permitan conocer el estado de
    la turgencia celular y darle seguimiento al comportamiento
    estomático, para lograr una exitosa transición de
    las plantas in vitro hasta condiciones
    naturales.

    Después de una minuciosa búsqueda de
    publicaciones internacionales, acerca de la aclimatización
    del marañón, solamente se encontró el
    artículo de Das et al. (1999), el cual hace
    referencia a que ese es el primer trabajo que oficialmente se da
    a conocer sobre el cultivo de embriones zigóticos y
    aclimatización de A. occidentale. Estas son razones
    que le dan distinción especial a la presente investigación, por lo novedoso de los
    resultados, y que no se diferencian de manera importante con los
    obtenidos por los citados autores. En su caso, utilizaron un
    sustrato compuesto por suelo:perlita (1:1) y mantuvieron a las
    plantas en un contenedor a manera de CH, con humedad relativa
    superior al 90%, fertilizaron semanalmente con el sustrato
    vegetal nutritivo comercial "Fostrogen". Redujeron gradualmente,
    durante dos meses, la humedad relativa, hasta valores
    similares a los existentes en condiciones naturales, las
    colocaron durante dos a cuatro meses en casa vegetativa, y
    después las trasladaron hasta su lecho definitivo en el
    campo. El manejo que le dieron a las plantas de
    marañón extraídas de las condiciones in
    vitro
    , fue extremadamente delicado, precisamente con el fin
    de evitar la deshidratación.

    Dicho procedimiento fue muy parecido al descrito en este
    trabajo, con la diferencia de que emplearon entre cuatro y seis
    meses para liberar las plantas, y en ese periodo aplicaron un
    producto
    comercial; mientras en este, sólo mediaron cinco semanas
    sin la utilización de sustancias adicionales, simplemente
    con un sustrato enriquecido con humus de lombriz, como abono
    orgánico de bajo costo y de
    fácil adquisición. No obstante, los porcentajes de
    supervivencia están en correspondencia, al igual que el
    crecimiento y desarrollo de las plantas, y se evidencia lo
    valioso de la observación estomática para tener
    criterios sobre la aclimatización de las mismas, y no
    tener que someterlas un tiempo innecesario en condiciones
    semicontroladas.

    AGRADECIMIENTOS

    El presente trabajo se desarrolló gracias al
    proyecto:
    "Conservación in vitro de germoplasma de frutales"
    ; con soporte financiero del CITMA.

    REFERENCIAS

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    RODRÍGUEZ, N.N. & GUEDES, L.
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    vitro de embriones zigóticos de marañón
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    Narciso Aguilera

    Lubia Guedes

    Asociación Cubana de Técnicos
    Agrícolas y Forestales (ACTAF). Capotico 208, Bayamo 85
    100, Granma-Cuba.

    E-mail:

    N. Nerdo Rodríguez

    Instituto de Investigaciones de Cítricos y
    Frutales. Güira de Melena. La Habana-Cuba.

     

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