¿Es posible combatir el acoso
moral en el mundo del trabajo?
- Introducción
necesaria - La globalización y el
mundo del trabajo - La violencia y las
políticas neoliberales - La organización
internacional del trabajo y su papel en la defensa de los
trabajadores - Papel del Estado en la
prevención y combate de la violencia en el
trabajo - Conclusiones para andar en
marcha apretada
Cuando hablamos de MUNDO DEL TRABAJO nos estamos
refiriendo de manera general, a los espacios en que se establecen
relaciones
laborales entre el trabajador y su empleador, o sea,
relaciones laborales por cuenta ajena, amparadas en las normas del
derecho
laboral y en las cuales se presupone el estado de
subordinación o dependencia en que se encuentra el
trabajador con respecto a su jefe administrativo.
En nuestro escrito trataremos sobre los derechos y obligaciones
de las partes, las implicaciones de las políticas
neoliberales en el mundo del trabajo, el papel de la
Organización Internacional del trabajo en defensa de
los trabajadores y por último sobre la violencia en
el trabajo, en
su sentido amplio, los estudios realizados por OIT al respecto y
la actividad que puede desarrollar el Estado para
combatir el acoso moral en el trabajo.
Con estas premisas hemos preparado el texto, en el
entendido de un lenguaje
más coloquial que científico, asequible a un
número mayor de personas sin perder por ello las
características fundamentales y el marco
teórico conceptual del ordenamiento jurídico
laboral para
el tratamiento del tema.
Esta es la
motivación, éste es el empeño y nuestro
aporte a la defensa de los trabajadores y de su salud física y mental en el
ambiente
laboral.
Recordemos entonces el poema de Antonio Machado llevado
a una canción por el también poeta español
Joan Manuel Serrat
"Caminante no hay camino, se hace camino
al andar
Al andar se hace camino y al volver la
vista atrás
Se ve la senda que nunca se ha de volver a
pisar"
LA GLOBALIZACION Y EL MUNDO DEL
TRABAJO
El mundo del trabajo, a nuestro modesto entender, es la
integración del trabajo y el capital, donde
la noción del mercado de
trabajo sigue increíblemente en el siglo XXI incorporando
la compra – venta de la
fuerza de
trabajo.
La globalización existe independiente de
nuestras voluntades. No es imprescindible reiterar hechos ya
conocidos y por demás vividos. Sin embargo valdría
la pena recordar cuál es la situación
económica en que se desenvuelve la región
latinoamericana. Es cada vez mayor el abismo que separa a ricos y
pobres, y en la década pasada la esperanza de vida
disminuyó en 34 países y la población en situación de pobreza extrema
aumentó de 48 a 56 millones de personas.
"Los Estados Unidos de
América, en primer lugar, y el resto de los
países que conformaron la elite de poder del
sistema
capitalista mundial en el siglo XX, tendrán que asumir la
responsabilidad histórica de haber sido los
principales causantes del hambre, la miseria, la pobreza y las
desigualdades acumuladas por la humanidad en el pasado siglo y
las secuelas que como pesada carga, se arrastran en los inicios
del tercer milenio. Tendrán que responder ante las
generaciones futuras por los millones de seres humanos que han
perecido por el hambre y las enfermedades y que tal vez
con una mejor distribución y empleo de los
recursos se
hubiesen salvado; deben responder además, por los
más de cien millones de personas exterminadas durante las
guerras
provocadas por las ambiciones geopolíticas expansionistas
e imperialistas. Llegará el día en que la humanidad
le ajuste las cuentas por todos
sus abusos e ignominia a la especie humana".
El crecimiento de la población es proporcional al
crecimiento de la pobreza en lugar del aumento de la riqueza, ya
que crece el consumo en los
países altamente desarrollados, como es el caso de la
sociedad
norteamericana que de una sociedad productora ha pasado a ser
eminentemente consumista, contaminadora del medio ambiente
y despilfarradora de los recursos que junto a las
tecnologías son necesarios y que para su concreción
se requiere de la capacidad y del poder de los Estados en
desarrollo
para cambiar esas circunstancias.
Por eso la Cumbre de Monterrey recién culminada
dedicó la declaración a los temas de "Crecimiento
económico con equidad y
lucha contra la pobreza, Desarrollo social
y Gobernabilidad democrática". Sin embargo, la realidad no
está cercana a la línea de deseos cuando en la
región subsisten millones de personas con menos de un
dólar al día y otros miles mueren por hambre o
víctimas de enfermedades curables.
Los países industrializados exhiben una tasa de
mortalidad infantil de 5 por cada 1000 nacidos vivos, Estados
Unidos tiene 7, Cuba
está en 6.3, los países en desarrollo sobrepasan
los 60, los menos adelantados incluso por encima de 100 y muchos
de la América
Latina están en el orden de los 30.
En el Congreso de Biotecnología 2003 efectuado en La Habana
se informó que 100 mil personas murieron infectadas por el
virus del
SIDA en los
últimos doce meses en la América Latina,
según reporte del Programa de las
Naciones Unidas
sobre el SIDA. En esta
región hay más de dos millones de personas
infectadas con la enfermedad en el 2003, cinco millones se
infectaron por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y tres
millones fallecieron. En todo el mundo viven con el virus unos 40
millones de personas, incluidos dos millones y medio de niños.
América adolece de un marcado abismo entre los
países como son la potencia
más rica y desarrollada del mundo y uno de los Estados
más pobre de la tierra, con
referencia a los Estados Unidos de Norteamérica y a
Haití, pasando por diferentes estadios de desarrollo del
resto de los países.
Para completar este sombrío cuadro valdría
incorporar al análisis el impacto en los mercados
laborales, que genera exclusión de personas y una mayor
discriminación de sectores de la
población que requieren más
protección.
Reconocido en las estadísticas está el dato de un 44%
de la población de América Latina y el Caribe
viviendo bajo la línea de pobreza, con un desempleo que
afecta a más del 57% de los habitantes de la región
y más de esa cantidad que laboran en el sector informal de
la economía y
que tampoco tienen acceso adecuado a servicios de
salud y educación.
En la Cumbre extraordinaria de las Américas
celebrada los días 12 y 13 de enero pasados en Monterrey,
Luis Inacio "Lula" da Silva, Presidente de Brasil
fustigó el "modelo
perverso que separa lo económico de lo social, la
estabilidad del crecimiento económico y el desarrollo de
la justicia,
cuando la experiencia histórica muestra que el
equilibrio
económico y sustentable se traduce en equilibrio
social".
La Declaración de Nuevo León adoptada en
la mencionada Cumbre extraordinaria reconoce "la necesidad de
trabajar juntos para impulsar la prosperidad, promover la
inclusión social y una distribución más
equitativa del crecimiento económico, eliminar el hambre,
elevar los niveles de vida, generar nuevas oportunidades de
empleo y de inversión, promover el trabajo
decente…".
La OIT advierte un sombrío panorama del empleo en
América Latina y el Caribe durante 2003 con un
pronóstico de una leve recuperación para el
PIB en 2004
producto de la
reversión de la crisis de
Argentina y las reformas emprendidas en Brasil que permiten una
percepción de menor riesgo en la
región, que han permitido que se recobren parcialmente los
flujos de inversión y capitales hacia América
Latina. Esto significaría también una
reducción leve de la tasa de desempleo. Pero esas son las
proyecciones sin embargo la realidad sigue siendo
otra.
La propia Organización señala que ha sido
insuficiente la recuperación económica en 2003 para
mejorar el desempeño del mercado de trabajo, pues no
se observa progreso laboral en los 5 indicadores
principales que permiten medir los avances y retrocesos
coyunturales:
- Persisten los altos niveles de desempleo, con una
desocupación urbana promedio estimada del
10.7% en 2003; - Se crean empleos de menor calidad, lo que
se traduce en una mayor informalidad de los nuevos puestos de
trabajo; - Ha empeorado el poder adquisitivo de los salarios
mínimos, con una caída del 1.6% en los 3 primeros
trimestres del 2003 con respecto de igual período en
2002; - Se contrae el promedio de los salarios industriales
reales en -4.8%, debido tanto al aumento del nivel
inflacionario promedio como a la baja de la actividad de este
sector; - La productividad
media de los trabajadores se redujo en 0.5%, como consecuencia
de que el crecimiento del PIB (1.5%) fue acompañado por
un aumento relativamente mayor del empleo (2%) hasta septiembre
2003.
No se ha logrado dotar a la población en edad
laboral de un empleo con las características que la OIT
promueve como "trabajo decente". Por tanto se reconoce que
más de la mitad de la fuerza de trabajo de la
región enfrenta problemas de
desempleo; de informalidad, caracterizados por niveles de ingreso
volátiles y cercanos a los de la pobreza y/o de carencia
de seguridad
social.
Persisten los altos niveles de desempleo y la
precariedad de la situación laboral ya que las mejoras
registradas en el mercado de trabajo de algunos países no
se extienden al conjunto de la región.
Asistimos a un mundo interdependiente en que ni
países ni regiones pueden vivir aislados y esto se
comprueba en el hecho que para reactivar las economías
latinoamericanas se requerirá de la recuperación
económica mundial. En 2003 debido a la incertidumbre
financiera y comercial, producto de un entorno político
internacional más inestable, se ha generado una
disminución del flujo de inversiones y
capitales en el orbe. En la región, las expectativas que
se crearon con la reversión de la crisis argentina fueron
contrarrestados por las consecuencias económicas y
sociales de las crisis políticas que afectaron a Bolivia y
Venezuela.
En el propio texto mencionado, la OIT continúa
señalando que el riesgo regional ha disminuido en 2003, lo
que ha permitido que el flujo de inversiones desde el exterior se
reiniciara durante ese año. Sin embargo, el riesgo
laboral, que surge como consecuencia del déficit global de
trabajo decente, que amenaza con una explosión social,
continúa siendo elevado, lo que frena la inversión
y, por tanto, limita el vigor de la recuperación
económica en 2003.
Se puede completar el cuadro del mundo del trabajo en
América Latina con la siguiente información:
- la tasa de desocupación femenina tiende a
agravarse en la región. porque en la mayoría de
los países donde el desempleo registra un aumento,
éste perjudica más a las mujeres que a los
hombres. - 19 millones de trabajadores urbanos están
desocupados en América Latina y el Caribe - la tasa de desempleo de los jóvenes tiende a
duplicar o está cerca de doblar la tasa de
desocupación total. En promedio casi uno de cada 3
jóvenes está desempleado en la
región. - hay más empleo, pero de menor calidad, lo que
se traduce en informalidad, por lo que de cada 10 nuevos
ocupados desde 1990, aproximadamente 7 han sido informales en
el período. - se mantiene la tendencia a la terciarización
del empleo, o sea, de cada 10 nuevos ocupados, 9 trabajan en el
sector de servicios desde 1990. - persiste la precarización laboral: sólo
4 de cada 10 nuevos trabajadores tienen acceso a los servicios
de la seguridad
social y únicamente 2 de cada 10 ocupados en el sector
informal cuentan con protección social entre 1990 y
2002.
Es inexorable marchar con los tiempos. La humanidad
está globalizada. Nadie puede sobrevivir aislado, ajeno al
resto del mundo. No se concibe un país autosuficiente, que
pueda lograr el desarrollo
sostenible sin requerir de la cooperación de otros
países. La opinión
pública por tanto existe para todo y para todos y debe
importarnos lo que suceda en otros confines de la tierra, con
independencia
de los miles de kilómetros de distancia que nos separen.
LA VIOLENCIA Y LAS POLITICAS
NEOLIBERALES
Los hechos que ocurren en un país, en un
territorio cualquiera, repercuten en segundos en el resto de los
países y a veces amplificado necesaria o innecesariamente
en dependencia de los medios de
difusión y de la notoriedad que le quieran
atribuir.
Desde el 11 de septiembre del 2001 la humanidad
cambió pero no podemos decir si para bien o para mal.
Consideramos que los hechos ocurridos a partir de esta fechan han
sido más negativos que positivos.
El poder hegemónico que se han atribuido los
Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo,
acompañado por seguidores, a veces voluntaria y otras
involuntariamente, o por lo que antes indicamos, en cuanto a la
dificultad de vivir aislados, ha ocasionado un daño
irremediable al mundo del trabajo, al mundo de los trabajadores,
a sus familias, a todos los seres humanos, ya que estamos
obligados a aceptar sus designios y sus decisiones sin
cuestionamientos, aunque de sus resultados se deriven graves
consecuencias cuya repercusión aún no ha sido
comprobada del todo.
La lucha contra el terrorismo no debería comenzar
a partir del 11 de septiembre. Hay hechos de terrorismo
anteriores en la humanidad que sin embargo no han sido recordados
como tales, desde el exterminio en masa de los judíos
por la Alemania nazi
y el desencadenamiento de la Segunda Guerra
Mundial que costó solamente a la antigua URSS 20
millones de muertos. A la vuelta de la historia, los antiguos
perseguidos y sometidos al exterminio en los campos de
concentración utilizan los instrumentos del terrorismo
contra el pueblo palestino.
¿Acaso las bombas
atómicas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki al
término de la segunda guerra
mundial no fueron un acto de terrorismo? Ah! La diferencia es
que se concebía como una medida de garantía del fin
de la guerra y no la
devastación y destrucción de dos ciudades que
todavía hoy tiene sus consecuencias en la población
japonesa.
O que decir de la invasión y ocupación de
Vietnam que contó con ataques terroristas y el uso de
armas
químicas en un gran laboratorio
humano durante más de 10 años. O la
intención de exterminar una nacionalidad
completa en Kampuchea. El genocidio es pariente cercano del
terrorismo, no están muy alejadas las intenciones que se
persiguen con ellas, unas veces cometido por una potencia, otras
veces por personas aisladas, por grupos, con
pretextos diferentes, incluso llegando al autoexterminio por
convicciones religiosas.
Ejemplos sobran antes del 11 de septiembre del 2001,
pero ninguno de ellos había sido ejecutado en el
territorio del poder hegemónico imperial norteamericano. Y
esta violencia colectiva que nos hace vivir en un eterno
sobresalto por las respuestas que provoca, hace vivir a la
humanidad en un eterno sobresalto del próximo golpe y las
injusticias que se cometerán contra población
inocente.
La violencia es definida por la Organización
Mundial de la Salud como "el uso deliberado de la fuerza
física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo,
contra uno mismo, otra persona o un
grupo o
comunidad, que
cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte,
daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones".
La definición comprende tanto la violencia
interpersonal como el comportamiento
suicida y los conflictos
armados. Cubre también una amplia gama de actos que van
más allá del acto físico para incluir las
amenazas e intimidaciones. Además de la muerte y
las lesiones, la definición abarca igualmente innumerables
consecuencias del comportamiento violento, a menudo menos
notorias, como los daños psíquicos, privaciones y
deficiencias del desarrollo que comprometen el bienestar de los
individuos, las familias y las comunidades.
Siguiendo la definición nos convencemos de que la
violencia puede ser lo mismo ejercida contra una población
entera como acontece hoy en Irak, o contra
grupos o personas, como sucede con la violencia racista y
xenofóbica contra los migrantes, la violencia
doméstica, fundamentalmente contra las mujeres, los
niños y los discapacitados, la comunitaria, la juvenil
producto del uso de las armas de fuego que se comercializan como
artículos de primera necesidad y las drogas, la
escolar, la religiosa por convicciones de esa índole que
hace que grupos enteros se autoflagelen o se inmolen incluso en
un grave acto de suicidio
colectivo contra lo más preciado que tiene el hombre, su
propia vida y la de otros miembros de su familia, su grupo
y su comunidad, hasta llegar a la violencia en el mundo del
trabajo.
¿Pero no se puede considerar también
ejercicio de la violencia la que cometen los gobiernos contra sus
jóvenes, las mujeres, las poblaciones enteras al negarles
el derecho al desarrollo, a la vida, cuando les cierran todas las
oportunidades de sobrevivir y los empujan a un mundo violento,
sin protección, sin justicia social, en fin, sin
futuro?.
La violencia en el trabajo se define de variadas formas,
no existen criterios únicos y podríamos comprobar
algunas de ellas a continuación:
"Cuando falta el diálogo
para desarrollar las relaciones en una forma positiva, las
relaciones entre los actores sociales, incluyendo clientes y
público se deterioran y se afectan los objetivos
encaminados a lograr un trabajo eficiente y alcanzar
productividad".
"Cualquier tipo de comportamiento agresivo o insultante
susceptible de causar un daño o molestias físicas o
psicológicas a sus víctimas, ya sean estos
objetivos intencionados o testigos inocentes involucrados de
forma no personal o
accidental en los incidentes".
"Violencia interpersonal mortal o no, cuando una persona
hace uso de la fuerza física o de otros medios con la
intención de causar daños, lesiones o la muerte a
otra persona".
"Comportamientos de individuos que amenazan, intentan
infligir o infligen un daño físico a otros de forma
intencionada".
"Incidentes en los cuales las personas son
víctimas de abuso, maltratos o asaltos en circunstancias
relacionadas con su trabajo, incluyendo un reto explícito
o implícito a su seguridad, bienestar y salud".
"Violencia es el uso abusivo o injusto del poder
así como el uso de la fuerza que culmina en sufrimientos,
tortura, tratos degradantes e incluso la muerte"
"Es la conducta
repetitiva, con efecto acumulativo, que puede llegar a una forma
severa de violencia como el acoso sexual,
la intimidación, el abuso y el acoso moral"
Convierte un ambiente previamente benigno en un campo
hostil, peligroso y nocivo. No es un problema episódico
creado por personas sino es un hecho complejo influido por
factores sociales, económicos, organizacionales y
culturales. Por tanto, hay que entender la naturaleza de
la violencia en el trabajo y buscar las vías para
prevenirla en el futuro.
Llegamos entonces al entendimiento que se trata de un
acto contra el ejercicio de la dignidad y la
integridad moral de la persona. Por tanto, atenta contra los
derechos fundamentales del hombre
reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos
de 1948, otros Pactos y Declaraciones Internacionales, la
Constitución de la República y otras
leyes. La
dignidad e igualdad de
los trabajadores en el puesto de trabajo es el bien
protegido.
Como nudo fundamental de este trabajo nos centramos en
la violencia ejercida tanto por conductas perversas, por actitudes
enfermizas, anómalas, como por el uso de la fuerza
física, el consumo de drogas, otros
alucinógenos, el alcoholismo,
como por el desmedido uso de las armas de fuego y armas blancas
hasta el descontrolado uso arbitrario y prepotente del poder, lo
que me posibilita analizar algunas reflexiones que considero
oportunas para un debate.
La primera consiste en desentrañar la influencia
de las políticas neoliberales en el mundo del trabajo que
causan un crecimiento de la violencia tanto física como
psicológica con sus consecuencias nocivas para el
desarrollo de la vida familiar del trabajador.
La violencia en el trabajo es un fenómeno
antiguo, reconocido desde siempre en las relaciones sociales,
pero en la actualidad se ha producido un aumento de los casos de
violencia en general, lo que puede ser el resultado de una
situación socio-económica en los países,
diferenciando obligatoriamente las causas que la generan en el
mundo desarrollado y en el mundo en desarrollo porque son otros
los males que aquejan y enturbian las relaciones
sociales.
La marginalidad, la
migración, el desempleo, la precariedad de
la vida, la criminalidad, el aumento de la
drogadicción, del alcoholismo y otros fenómenos
propios de la decadencia humana y provocados por un enfoque
neoliberal hacia la sociedad, la privatización de los servicios
fundamentales y la ausencia de recursos para acudir a ellos, la
exclusión
social, hacen que aumente la violencia en general y en el
trabajo también.
La organización del trabajo y el medio ambiente
laboral pueden aportar elementos importantes para hallar las
causas y las soluciones, la
participación de los trabajadores y sus representantes es
crucial para identificar el problema y para implementar las
soluciones, los niveles de gestión
y administración de los trabajadores no deben
ser subestimados. Puede no existir una fórmula
única ya que cada puesto de trabajo tiene una
situación individual a considerar por lo que se hace
necesario revisar las políticas y programas para
reaccionar ante un cambio de
circunstancias.
Es tan fuerte la interacción de la situación social
con la individual que la Agencia Europea para la Seguridad y
Salud en el Trabajo refleja que 40 millones de empleados
están afectados de estrés
laboral actualmente en la Unión
Europea. ¿Cuántos habrá en
América Latina? ¿Tendrá la misma incidencia
el estrés y
los factores estresantes en el trabajo o habrá otras
prioridades más urgentes que en lugar de estrés
provocan violencia?
Los niveles elevados de estrés laboral pueden
precipitar comportamientos violentos y, a su vez, la violencia en
el lugar de trabajo puede ser un importante factor de
estrés. Los determinantes del estrés laboral son
bien conocidos como Factores psicosociales y de
organización. El denominador común es la devaluación del individuo o
del trabajo que desempeña, lo que provoca fatiga,
frustración y rabia hacia los directivos y
compañeros, a quienes se estima desconsiderados, injustos
e insultantes.
Respondiendo a la pregunta de las prioridades, podemos
señalar que para la América Latina otras son las
urgencias a las que debe atender, como flagelos neoliberales en
el siglo XXI que generan actos de violencia y a
continuación los explicamos:
- la creciente ola de privatizaciones, tanto del sector empresarial
productivo, poniendo en manos privadas lo que en su momento
constituyó incluso sector
público estratégico ( la energía,
el
petróleo, otras industrias
de algunos países) como de los servicios esenciales,
cuales son la salud, la seguridad social, la
educación, el agua, la
electricidad, entre otros, privando el acceso a
millones de personas. Esto provoca la urgencia de tener o
mantener una fuente permanente y segura de ingresos
suficientes en cantidad de dinero para
afrontar los gastos de
vivienda, educación, alimentación,
vestuario y otros. - El cierre de pequeñas y medianas empresas por
quiebra ante
la potente inversión foránea de los grandes
capitales procedente de las transnacionales más
poderosas que en lugar de generar empleos, contradictoriamente
provocan desempleo en la cadena mundial de la
transnacionalización del empleo, con su cuota de
exclusión social y miseria, así como de la fuga
de cerebros junto al robo de especialistas para sus casas
matrices.
Pero la fuga de cerebros influye sobre la migración de
la fuerza de trabajo y coadyuva al tráfico ilegal de
personas mediante el fructífero y lucrativo negocio de
los comerciantes de personas que "garantizan" el paso por la
frontera o
la entrada "cuasi legal" que posteriormente descubren las
fuerzas de inmigración, devolviendo a los ilusos y
soñadores a sus territorios de origen. Entonces la
migración viene provocada tanto por la falta de empleos
como por la propaganda
del "American way of life" donde Ud. puede convertirse en
millonario con su esfuerzo personal ¡Qué
eufemismo! - El crecimiento de la informalidad generada por el
desempleo , el cero crecimiento económico que apoya
ilegales formas de crear empleos, a través de la
simulación de una relación
laboral, la subcontratación, las agencias privadas de
empleo, la tercerización, el empleo parcial con salarios
más bajos en correspondencia con las horas de trabajo.
La informalidad convoca a la explotación del trabajo de
mujeres y niños, de personas con necesidad de una
especial protección social por discapacidades, como por
su avanzada edad o su truncada niñez de juegos y
estudios. Los mal llamados niños de la
calle son realmente hijos de la marginalidad, la
exclusión social, la desregulación, la
precariedad en el empleo, las privatizaciones que dan riquezas
a pocos y miseria a muchos, cuyas necesidades esenciales siguen
esperando por un futuro que no llegará. - La explotación sexual pasa a ser una forma de
empleo para aquellas y aquellos que son obligados al ejercicio
de la prostitución desde la niñez hasta
la muerte temprana provocada por los abusos a que son
sometidos, así como por el círculo vicioso de la
droga y el
alcohol. Con
sus menguados ingresos llevan a su núcleo familiar algo
para sobrevivir y tienen determinado grado de aceptación
entre los que estiman que no debe proscribirse el trabajo
infantil como ayuda familiar. De esta forma enfrentan a los
Estados con las ilegales y peores formas de trabajo infantil
.
Regresamos al principio de nuestros razonamientos. Las
causas que provocan la violencia están dadas en el
discurso
neoliberal que ha comprometido el desarrollo de la región
y que de continuar podrá provocar explosiones sociales de
magnitudes incalculables.
LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL
DEL TRABAJO Y SU PAPEL EN LA DEFENSA DE LOS
TRABAJADORES
La OIT llevó al seno de sus debates hasta la
aprobación en la Conferencia del
año 1998 el texto de una Declaración de principios y
derechos fundamentales cuyo contenido dista mucho de referirse a
los verdaderos principios en que se fundamenta el derecho de
trabajo, cuales son, sin se exclusivos, sino meramente
enunciativos:
- El carácter protector que considera para el
trabajador la aplicación de la norma más
favorable, la condición más beneficiosa y la duda
siempre a favor del trabajador. - La irrenunciabilidad de los derechos laborales, bajo
el supuesto de los derechos adquiridos. - La Inembargabilidad del salario del
trabajador más allá de lo que por ley se aprueba
para evitar que el trabajador se encuentre en estado de
indefensión. - La primacía de la realidad, las presunciones
son favorables al trabajador. - La continuidad y estabilidad de la relación
laboral. - La igualdad que se refiere a la proscripción
de discriminación por cualquier motivo ya
sea la edad, la raza, el color de la
piel, el
sexo, la
orientación sexual diferente, el origen social, la
procedencia nacional, el nivel económico
alcanzado. - La ausencia de explotación
- El respeto a la
dignidad del trabajador, el honor, la imagen y la
integridad física y mental. - La libertad
sindical - El derecho de negociación
Esta Declaración se refiere a 8 Convenios
considerados fundamentales como son los referidos a la
eliminación del trabajo forzoso, la edad mínima de
acceso al trabajo, la libertad sindical y el derecho de negociación y la igualdad de oportunidades
y trato.
Sin embargo no hay referencias a lo migrantes y sus
derechos, a la seguridad social, la salud y medio ambiente en el
trabajo, las horas de trabajo, la formación profesional y
otros.
Acaso solamente son principios y derechos fundamentales
del trabajo los que promueve la mencionada Declaración de
la OIT y que coadyuvarían al aumento del trabajo
decente?
¿Qué se debe entender por trabajo
decente?
Según la OIT, el trabajo decente es el trabajo
satisfactorio y suficiente en calidad y cantidad, de nivel
aceptable. Es el trabajo productivo en condiciones de libertad,
equidad, seguridad y dignidad, que cuenta con remuneración
adecuada y protección social.
¿Habrá logrado la OIT sus objetivos para
el bienio 2000 – 2001? :
- Promoción de los derechos
laborales - Promoción del empleo
- Protección social contra las situaciones de
vulnerabilidad - Fomento del diálogo social
Cuando decimos "trabajo decente" debemos entender un
empleo de calidad que respete los derechos de los trabajadores en
forma de protección social. Tiene más un contenido
ético que técnico, ya que junto al concepto de
trabajo productivo incorpora su realización en condiciones
de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.
Entendiéndose entonces por seguridad en el trabajo la
continuidad y estabilidad, pero faltaría una referencia a
la salud mental como parte integrante del trabajo
decente.
La organización que proporciona ansiedad,
depresión, acoso, humillación,
estrés, burnout no
tiene implicaciones en el trabajo decente si logra continuidad y
estabilidad, participación y negociación. Entonces
tendríamos que analizar el trabajo decente al nivel
colectivo y global y no al individual, lo que atañe a cada
hombre y mujer, pudiendo
entonces coexistir una entidad que se preocupe por darle
continuidad al empleo del trabajador y sin embargo su
organización del trabajo contribuya a un ambiente de
nocividad en las relaciones
interpersonales. ¿Cabría protección
social en estos casos?
Por tanto, para nosotros "trabajo decente" debe ser
aquel trabajo productivo y libremente elegido que garantice un
ingreso adecuado al trabajador, esté protegido por
políticas sociales y garantice equidad, seguridad,
dignidad humana y un ambiente saludable para el
trabajador.
Una vez más volvemos al punto de partida o
pasamos al final de estas reflexiones, porque hemos caído
en un círculo vicioso sin salida aparente.
¿Cómo alcanzar justicia social en el siglo
XXI si no hemos logrado la equidad de oportunidades y trato en el
empleo?
¿Podríamos alcanzar la meta de un
trabajo decente en el sector informal? ¿Cómo hablar
de trabajo decente, si lo primero que hay que lograr es un
trabajo?
Los que tienen un empleo sienten la urgencia de
mantenerlo a toda cosa y a todo costo. Para ellos
las pandemias del siglo XXI son insignificancias comparadas con
los flagelos neoliberales. El estrés, la ansiedad, la
depresión, el burnout, el acoso moral y sexual, son males
propios de las sociedades
desarrolladas, que andan en un vertiginoso mundo sin sosiego ni
descanso. Ya pasaron por la etapa de las necesidades perentorias,
para ir ahora a satisfacer otras necesidades crecientes, pero que
no constituyen la vital y más urgente, la vida
misma.
Por eso nos cuestionamos si serán para
América Latina las mismas enfermedades. Las pandemias del
siglo XXI para el mundo subdesarrollado son el hambre, la
miseria, la exclusión social, la violencia
social, la insalubridad, la mortalidad infantil, el analfabetismo,
el desempleo.
Y damos una respuesta a una interrogante. Ni hay
investigaciones serias del porcentaje de personas
aquejadas de esos males, ni políticas ni legislaciones
dirigidas a la reducción de su influencia. Nuestros
investigadores ahora están inmersos en resolver problemas
más urgentes y consideran erróneamente que estos
pueden esperar un poco más y cuando traten de darle
respuesta, la salud mental estará resquebrajada y el
trabajo decente pasará a ser la prehistoria del
desarrollo
humano, pues la meta será solamente eso, una
línea de deseos.
Son los males sociales los que causan estrés que
sigue acompañando al hombre como la sombra al cuerpo, para
recordarle con su presencia que las urgencias son
otras:
- eliminar la discriminación
- garantizar empleos productivos, decentes,
suficientes, - proveer a la población de los servicios
esenciales sin que por su valor sean
prohibitivos
¿Cómo pudiéramos saber si los
ocupados son sometidos a estrés o a burnout?
La salud mental está deteriorada desde que no
conseguimos el empleo o cuando lo encontramos, es precario y lo
perdemos después ¿Para qué necesitamos la
representación sindical? Acaso la multiplicidad de actores
sociales para un amplio diálogo social generará
empleo y educación?
Llama la atención que un gran número de
países subdesarrollados, entre ellos todos los
países de América Latina, estén en el
selecto grupo de los que han ratificado 7 o el total de los 8
Convenios incluidos en la Declaración de principios y
derechos fundamentales, al mismo tiempo que los
Estados Unidos, defensor de los derechos humanos y superpotencia
en lo económico ha ratificado solamente 2. Nos preguntamos
entonces con toda razón:
¿Requerirán los Estados Unidos de
cooperación técnica y asesoramiento de la OIT para
promover la ratificación y cumplimiento de los 8 Convenios
fundamentales?
¿Están los Estados Unidos en condiciones
de respetar, promover y hacer realidad los principios y derechos
fundamentales que forman parte de los 8 Convenios?
En el Borrador de Acuerdos del ALCA se han
incluido dos capítulos referidos a la legislación
medioambiental y la legislación
laboral y en ellos se señala que es inapropiado
promover el comercio o la
inversión mediante el debilitamiento o reducción de
la protección contemplada en la legislación laboral
y ambiental interna y que en consecuencia, cada Parte
procurará asegurar que no dejará sin efecto o
derogará, ni ofrecerá dejar sin efecto o derogar
dicha legislación de una manera que debilite o reduzca
su adhesión a los derechos laborales internacionalmente
reconocidos o reduzca la protección otorgada por la
legislación ambiental como una forma de incentivar el
comercio con otra Parte, o como un incentivo para el
establecimiento, adquisición, expansión o
retención de una inversión en su
territorio.
En cuanto a las normas laborales, somos del criterios
que las convenciones internacionales presentan un amplio
repertorio de temas que consisten en "normas mínimas" que
deberían ser ratificadas por los estados a fin de
perfeccionar su propia normativa interna y aportar un conjunto de
derechos aún inexistentes en muchos pueblos de la
región y que ni a base de los principios generales del
derecho de trabajo son invocados como normas de orden
público para enfrentar la Deslaboralización de las
relaciones de trabajo, la violencia en el trabajo, los ataques a
la dignidad e integridad física y moral de los hombres y
mujeres, niños y niñas, discapacitados y personas
en general y otras situaciones que deben aportar un marco
más seguro del
ejercicio de derechos tales como el de igualdad de oportunidades
y trato, no discriminación, negociación, horario de
trabajo, seguridad y salud en el trabajo, seguridad social,
calificación profesional y otros y no limitarse a una
Declaración de principios y derechos fundamentales que
contradice la propia naturaleza soberana de los Estados de
ratificar las normas que sean posibles de cumplir en el futuro
inmediato o de servir de patrón para la adopción
de nuevas leyes.
Es menester señalar que con esta
Declaración la OIT va contra sus propios pasos, pues
obliga a los Estados al cumplimiento de los Convenios, lo cual es
responsabilidad individual de cada uno, en el ejercicio de la
libertad de ratificación que comprende la
obligación de asumir compromisos, pero al definir que
estos Convenios deben cumplirse por abarcar principios y derechos
fundamentales, sin atenerse al proceso de la
ratificación, se ha creado una suerte de derecho
supranacional, de plataforma jurídica por encima de los
Estados, que en cualquier momento atentará contra la
propia Organización.
Limitarnos a dichos principios y derechos fundamentales
sería una discriminación mucho mayor a los derechos
adquiridos por los trabajadores de muchos estados y que
deberían constituir siempre un punto de referencia para
otros.
Y en ese entendido se pronuncia el Borrador de Acuerdo
del ALCA en su tercera versión en el Capítulo VII
cuando la referencia a los derechos laborales internacionalmente
reconocidos es precisamente la Declaración de OIT de
Principios y Derechos Fundamentales de 1998, y no en su totalidad
y en un acto contradictorio sin precedente, los negociadores de
Estados Unidos han incluido un texto "aún entre corchetes"
lo que se comprueba del Artículo 7 de Definiciones
cuando plantea:
"7.1. Para los efectos de este Capítulo, se
entenderá por legislación laboral las leyes
o reglamentos de una Parte, o disposiciones de los mismos, que
estén directamente relacionadas con los siguientes
derechos laborales internacionalmente reconocidos:
a) el derecho de asociación;
b) el derecho de organizarse y negociar
colectivamente;
c) la prohibición del uso de cualquier forma de
trabajo forzoso u obligatorio;
d) la protección laboral de los menores, incluido
el establecimiento de una edad mínima para el empleo de
menores, y la prohibición y eliminación de las
peores formas de trabajo infantil; y
e) condiciones aceptables de trabajo respecto a salarios
mínimos, horas de trabajo y seguridad y salud
ocupacional".
Hay un criterio relativo a los términos en que se
enuncia el concepto de legislación laboral de manera
restrictiva y no comprehensiva pues, concederle más
protección al derecho de negociación que a la
limitación de la jornada de trabajo, las vacaciones
anuales pagadas y el descanso, la calificación profesional
o al carácter protector del derecho, o al principio de
irrenunciabilidad de los derechos o de primacía de la
realidad por sobre el propio derecho escrito sería
discriminatorio en su naturaleza.
Si el resto de los derechos no ha encontrado tutela legal, la
negociación, en la actualidad en un estado desregulador,
sin las características de obligatoriedad que antes
existían y basado en el ejercicio de la autonomía
de la voluntad entre partes desiguales, característica de
la relación de dependencia del derecho laboral y de
seguridad social, sería muy limitada y escasa, con un
exiguo poder de maniobra en manos del representante de los
trabajadores que hayan logrado insertarse en el sector
formalizado de la economía para subordinarse a las
típicas relaciones de dependencia en el trabajo por cuenta
ajena y no de los que por aplicar derechos pertenecientes a las
relaciones comerciales y civiles han perdido su estado de
subordinación de relaciones tuteladas por el derecho
laboral.
Los derechos humanos abarcan tanto la esfera individual
como la colectiva pero deben verse en su unicidad y no en su
individualidad que los debilita y desvaloriza. Son derechos de
primera generación todos, tanto los derechos laborales,
como los económicos, los civiles y políticos, el
derecho al empleo, a la salud, la educación, la cultura, la
seguridad social, la negociación colectiva, la
sindicación, al ambiente limpio, a una sociedad sin
violencia, al respeto de la integridad física y moral, al
desarrollo, a la sustentabilidad, a la más amplia
participación , a dominar y proteger los recursos
naturales no renovables de que disponen las personas, al
ejercicio de derechos inalienables a la propia existencia, a la
equidad, la ausencia de explotación , la gobernabilidad
democrática, la condonación de la deuda externa,
los derechos de las comunidades indígenas y campesinas,
que no podemos asumir la teoría
de los derechos de primera, segunda y tercera
generación.
PAPEL DEL ESTADO EN LA PREVENCION Y
COMBATE DE LA VIOLENCIA EN EL TRABAJO
El crecimiento económico que debe propiciar la
inversión de capitales, tanto extranjeros como los
nacionales en la pequeña y mediana empresa, para
garantizar puestos de trabajo con las características
esenciales del llamado "trabajo decente", no es suficiente si el
Estado no asume su papel protector en las relaciones laborales
"tripartitas" al estilo de la OIT, ya que al nivel nacional,
éste se ha despojado de su papel regulador y es un puro
espectador. Debe asumir su obligación de regulador para
que la ley norme los derechos y obligaciones de las partes y la
negociación esté presidida por políticas
sociales que contribuyan a reducir hasta erradicar la pobreza, la
exclusión social, la informalidad y se logre el progreso y
la igualdad.
Entonces sólo así creeremos en el
diálogo social y en la negociación como derechos
fundamentales, pero hasta tanto siga la flexibilización
neoliberal, la desregulación, la precariedad en las
relaciones laborales, la informalidad , la simulación de
relaciones laborales que esconden relaciones basadas en el
derecho
mercantil y la subcontratación, la falta de seguridad
en el trabajo y no se vislumbre el futuro por la oscuridad del
túnel que nos lleva hasta el final del camino, para
nosotros los principios y derechos fundamentales del trabajo
seguirán siendo los históricos que aprendimos en
los tiempos de estudiantes, cuales son la protección de
las relaciones laborales, la libertad de empleo, la ausencia de
discriminación, la igualdad de oportunidades y trato, la
seguridad en el trabajo en el concepto más amplio
previsto, al igual que el de garantía de condiciones de
trabajo, la irrenunciabilidad de los derechos aún en los
momentos de mayor conflictividad del proceso laboral, la
estabilidad y continuidad del empleo y el principio de la
justicia social, acompañado del respeto a la dignidad
humana, la integridad física y mental del
trabajador.
Insistimos en que si el crecimiento económico es
esencial pero no suficiente, hay que promover entonces las
políticas nacionales que contribuyan a erradicar los males
del siglo XXI, porque no podemos dejar en manos de los
particulares la solución de los problemas
sociales.
Cuba, un país tan subdesarrollado
económicamente como el resto de la región, ha
logrado impresionantes índices de desarrollo social al
nivel de los países más desarrollados del mundo,
producto del compromiso asumido por el gobierno como
representante de la sociedad y que apoya a su pueblo como uno de
los más culto, instruido y solidario del mundo.
Hemos alcanzado un 2,5% de desempleo de la
población económicamente activa que nos convierte
en país de pleno empleo. Tenemos el estudio como parte del
nuevo concepto de empleo. Las mujeres constituyen el 44% de la
población trabajadora y el 70% casi de la fuerza de
trabajo calificada, mayoritaria en la salud, la educación
y las ciencias.
Los jóvenes gozan de garantía tanto en la
continuidad de estudios como en el acceso al trabajo. El 100% de
la población infantil tiene garantizado el estudio
obligatorio hasta el 9no. Grado, con posibilidades de incorporar
la educación artística, de idiomas e informática desde las edades más
tempranas.
La mortalidad infantil es un 6 por mil nacidos vivos y
la esperanza de vida de 77 años de edad han contribuido a
que en 45 años se haya duplicado la población
cubana que al triunfo de la Revolución
en 1959 escasamente llegaba a sólo 6 millones de
personas.
No es nuestra intención crear un cuadro inexacto
ante la vista del resto de los países de la región
en el entendido de que en nuestro entorno laboral no haya
evidencias de
violencia física y psicológica. Pero aseguramos que
está mucho más restringida porque no hay
informalidad en el empleo, la seguridad social es universal y
abarca a toda la población, tanto trabajadora como aquella
que necesita cubrir sus necesidades esenciales con la ayuda del
Estado y a base de la educación, la salud, la cultura, el
deporte y el
empleo todos como derecho del pueblo, hemos logrado reducir los
índices de violencia en el país.
En los colectivos laborales ha prendido la necesidad de
la concertación de los Convenios Colectivos de Trabajo que
hasta hace poco tiempo no se veían como una necesidad por
el hecho de contar en el país con normas laborales muy
abarcadoras y tutelares de las relaciones laborales.
También contamos con Códigos y Normas de
Ética y Conducta para los dirigentes y funcionarios que
incluyen las relaciones interpersonales como espacio del respeto
entre las personas y establecen que los Jefes deben ser
líderes en la actividad de dirección y propiciar ambientes de sano
desarrollo de las iniciativas de los trabajadores y de
intolerancia ante las conductas que propicien un desconocimiento
de los derechos de los trabajadores.
También la justicia laboral ejercida en su
primera fase pre-judicial, en el propio centro de trabajo, es un
elemento que coadyuva a frenar el uso arbitrario del poder de
mando pues el Orégano de Justicia Laboral de Base
está integrado por trabajadores del propio centro u
organización que están atentos al desarrollo de los
hechos que puedan implicar violencia psicológica en el
trabajo, o crear conflictos entre los trabajadores o entre estos
y la
administración por motivo del desconocimiento de
derechos o la aplicación de medidas
disciplinarias.
Persiste la pérdida de algunos valores en
segmentos de la población como resultado más
inmediato del período especial en que nos encontramos
desde 1990 en que se derrumba el campo socialista, desaparece la
URSS y con ellos el 85% del comercio exterior
cubano y nos vimos en la necesidad de acudir al turismo y a la inversión
extranjera para garantizar recursos que nos permitan el
desarrollo sostenible del país.
Por suerte el flagelo de la drogadicción al igual que el alcoholismo,
que han significado un riesgo contra el que se ha librado un
inteligente combate, no tienen un peso significativo en la
juventud, que
a través de otras opciones de entretenimiento en el tiempo
libre aún insuficientes, para una capa poblacional tan
exigente, logra escapar a las consecuencias que implican para la
salud y la vida.
Igualmente el SIDA no es representativo de las
relaciones sociales y el tratamiento que se ha dado a los
enfermos ayuda a su reinserción
social y laboral.
Nuestros niños no están necesitados de
trabajar, pueden continuar sus estudios y estamos satisfechos de
todos los esfuerzos que se hacen a favor de su desarrollo
intelectual, sin diferencias para el niño de la capital ,
de las ciudades cabeceras de provincias, como de los campos
más intrincados y lejanos a donde han llegado los
médicos y maestros, incluso hay aulas con un solo alumno
en el entendido de que la educación debe llegar a todos
los lugares.
Se están revisando las leyes laborales
fundamentales, pero esta reforma no constituye ni
disminución ni desconocimiento de derechos, sino que
está realizada en el interés de
modernizar conceptos y hacer concordar las leyes con las normas
internacionales del trabajo y otros convenios ratificados por el
país en el sentido del respeto a las obligaciones asumidas
por el Estado.
Sabemos que los logros alcanzados aún pueden ser
superiores, que un mayor desempeño y resultados
económicos pueden ofrecer mayores
posibilidades.
Pero estamos satisfechos y orgullosos de que nuestro
Estado cumple su compromiso ante los ciudadanos, se ocupa y
preocupa por su destino y asume nuevas obligaciones para evitar
un deterioro de los indicadores alcanzados.
Al cierre de empresas por carencia de demanda, falta
de materias primas, materiales,
portadores energéticos, en sectores tan importantes como
la primera industria del
país, la azucarera, o la aviación civil, o la
marina mercante, se han adoptado medidas dirigidas a mantener la
fuerza de trabajo a través de acciones de
capacitación y recalificación. Se
cumple de esta forma un postulado del trabajo decente: la
seguridad del trabajo, la protección social, y el cambio
del trabajo productivo por el estudio productivo.
CONCLUSIONES PARA ANDAR EN MARCHA
APRETADA
Recientemente en un foro de prevención de
riesgos
entramos en un debate con una psicóloga que opinaba que el
acoso moral no existe cuando la organización del trabajo
responde a su cometido y está bien diseñada, porque
aquellas empresas que han logrado una buena organización
son ejemplos de un ambiente sano y seguro. La especialista
estimaba que la
personalidad no influye en el acoso. Para ella los factores
organizacionales son los decisivos.
Sin desechar lo dicho, con lo cual pudiéramos
estar en parte de acuerdo, reiteramos que la organización
del trabajo es un elemento importante del ambiente seguro y sano,
pero ni es el único ni el determinante. Hay sectores
estresantes, con factores de riesgo que provocan acoso y sobre
todo violencia en el trabajo y están reconocidos por todos
los investigadores.
Un informe del
Comité Mixto de la OIT/OMS define estos factores
estresantes del trabajo como "aquellas interacciones entre el
trabajo, su medio ambiente, la satisfacción en el trabajo
y las condiciones de su organización por una parte y por
otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura
y su situación personal fuera del trabajo, todo lo cual, a
través de percepciones y experiencias, pueden influir en
la salud y en el rendimiento y la satisfacción en el
trabajo".
El informe de la OIT conocido como Violence at Work de
1998-1999 contiene un análisis integral sobre la violencia
psicológica, la influencia en el trabajo en solitario y
las especialidades más proclives a padecer de violencia en
general y de violencia psicológica en particular, se
centra en el análisis de las tendencias globales. Entre
los resultados del estudio, el informe señala:
- Los brotes de violencia "que se producen en los
lugares de trabajo de todo el mundo permiten concluir que este
problema rebasa en efecto las fronteras de los países,
los ámbitos de trabajo o cualesquiera categorías
profesionales". - En algunos lugares de trabajo y ocupaciones, como los
taxistas, el personal de los servicios sanitarios, el personal
docente, los trabajadores sociales, el servicio
doméstico en países extranjeros o el trabajo
solitario, sobre todo en los turnos de noche del comercio de
detalle, existe un grado de riesgo ante la violencia mucho
mayor que el correspondiente a otros ámbitos u
ocupaciones. - Dicho riesgo es considerablemente mayor para las
mujeres, dado que se concentran en las ocupaciones más
expuestas, como la enseñanza, el trabajo
social, la enfermería, la banca, la
gastronomía y el comercio
minorista. - Tanto los trabajadores como los empleadores reconocen
cada vez más que las agresiones psicológicas son
una forma grave de violencia. La violencia psicológica
incluye el amedrentamiento de grupo o "mobbing", es decir, la
intimidación y el hostigamiento psicológico
colectivos.
La mejor disposición de los puestos de trabajo,
la garantía de recursos financieros y materiales, la mejor
formación profesional de los trabajadores no pueden evitar
por si solos los riesgos psicosociales, ya que existe la conducta
perversa, narcisista, prepotente, complejos de inferioridad,
envidia y otros sentimientos negativos y carentes de toda
ética y
principios que provocan acoso, humillación, hostigamiento
y dejan huellas no sólo morales, sino también
físicas al causar daño a la salud del
trabajador.
El rechazo de un individuo a otro por logros
profesionales que le aportan el reconocimiento social y material
de sus jefes implica muchas veces un ambiente de hostilidad que
contagia a otros que constituyen "cómplices" en todo el
sentido de la palabra, tanto por contribuir al hostigamiento como
por omisión, los llamados "testigos mudos".
El ambiente interpersonal en el lugar de trabajo puede
ser un caldo de cultivo para la violencia. La
discriminación y el acoso, como formas de violencia en
sí mismas, pueden provocar una violenta reacción de
venganza. Por ejemplo, el sindicato
británico que agrupa a trabajadores de los ámbitos
de la gestión
empresarial, científico y financiero, subraya que una
de las características del estilo directivo de algunas
organizaciones
es la intimidación en el lugar de trabajo (definida como
comportamiento ofensivo, injurioso, intimidatorio, malicioso o
insultante de carácter persistente; abuso de poder o
imposición injusta de sanciones penales
Hay factores inherentes al trabajo como son el propio
diseño
del entorno, el diseño del puesto, el ajuste de la persona
al entorno, la carga de trabajo, factores ergonómicos y
otros muchos que influyen en las situaciones de violencia
psicológica, pero también están los factores
interpersonales y la seguridad en el empleo. Esto debe verse tal
cual es, como un conjunto de factores incidiendo al mismo tiempo
sobre un fenómeno y que además requiere un estudio
multidisciplinario para su validación.
Por ejemplo, el acceso al empleo de nuevo personal puede
ser un factor que provoque rechazo por parte de los trabajadores
de la empresa, ante
el riesgo de futuras decisiones de reducción de plantilla
por parte de la dirección y existir un nuevo contendiente.
La selección de
personal puede realizarse con elementos discriminatorios que
causen malestar tanto al que solicita el empleo como al que debe
aplicar el método de
selección. Ante la reducción de
personal por necesidades económicas de la empresa
aparecerán instintos irracionales de supervivencia,
causando daños a los llamados derechos inmateriales como
son el honor, la dignidad del trabajador "al tejer en su entorno
historias inciertas" para garantizar un espacio en el futuro
colectivo que permanezca en la empresa.
Esos derechos olvidados, llamados muchas veces
inmateriales forman parte del ambiente laboral y pueden incluso
ser caldo de cultivo para el acoso sexual, la humillación,
el amedrentamiento, insinuaciones vejatorias,
constituyéndose en riesgos psicosociales, por tanto son un
conjunto de factores los que influyen en la violencia
psicológica en el trabajo.
No solamente el acoso moral como hostigamiento, sino el
silencio deliberado, las bromas inoportunas, las amenazas, el
fraude de
información y otros comportamientos de las 45 preguntas
que Heinz Leymann indicó para conocer las conductas de
Mobbing, forman parte del entorno capaz de desestabilizar la
mejor organización del trabajo. Cuando ésta
está viciada por falta de condiciones de trabajo
físicas, destruyen el entorno de las relaciones
interpersonales. Hay empresas y puestos de trabajo estresantes,
como vimos anteriormente del informe de OIT, que provocan
ansiedad, angustia, que general el síndrome del trabajador
quemado o burnout y esconden muchas veces en dichos
síndromes verdaderos cuadros de acoso, cuando el
trabajador todavía no ha concientizado que se encuentra
bajo el influjo de diferentes elementos que constituyen acoso
moral por la violencia que incorporan a su psiquis y dañan
su salud cayendo en la llamada espiral del acoso.
Este es un fenómeno que debe ser estudiado en las
condiciones de las empresas de nuestros países, en nuestro
mundo del trabajo subdesarrollado con sus valores e identidad
cultural, idiomática, de procedencia étnica y
racial que le permite llegar a soluciones más cercanas a
las realidades de nuestra América.
Inteligencia sobra en nuestros intelectuales
para formar equipos multidisciplinarios y elaborar las tesis de la
violencia psicológica en el trabajo en las condiciones del
continente americano. Intentamos integrarnos
económicamente en un diseño que acoja a todos los
países, que defina las formas de solución a los
graves problemas que aquejan la región, sin intenciones de
hegemonismo y prepotencia, sobre todo para la América
Latina, la subdesarrollada económicamente que puede con
sus riquezas intentar un futuro mejor.
Nuestros profesionales pueden ayudar a la
elaboración de las normas jurídicas que constituyan
el freno a la violencia en el trabajo, garantizando la
protección social que demandan los trabajadores y estos en
sus correspondientes colectivos laborales definirán los
Códigos de Conducta y Convenios Colectivos de Trabajo para
obtener el cuadro integral que frene el acoso laboral.
No es una utopía, es un sueño a mediano o
a un más largo plazo, pero que si juntos y juntas lo
soñamos apresuraremos su materialización. Esa
será nuestra contribución a las generaciones
futuras.
El NO AL MOBBING, a la violencia debe comenzar como
conclusión del Seminario y con su Plan de Acción
en el cual tenga un espacio la creación de la Red Latinoamericana de lucha
contra la violencia en el trabajo, con foros de
participación social en los que los afectados puedan
consultar a los especialistas y obtener respuesta a sus
inquietudes.
Requiere unir a psicólogos, médicos,
sociólogos, economistas, juristas, antropólogos,
especialistas de dirección empresarial, empresarios si es
necesario, en verdaderos equipos multidisciplinarios para ofrecer
colaboración y apoyo a los Estados que lo requieran,
así como a las Empresas que también soliciten
investigaciones, ya que el costo social y económico de la
violencia está por calcular en nuestros países. Es
por tanto un interés fundamental, defender, mediante
políticas nacionales a la fuerza de trabajo.
Hagamos realidad la vida sin
violencia.
Enciclopedia de seguridad y salud en el trabajo.
Capítulo sobre la violencia en el lugar de trabajo. Leon
J. Warshaw . Capítulo sobre Factores psicosociales y de
organización. Steven L. Sauter, Lawrence R. Murphy, Joseph
J. Hurrell y Lennart Levi.
Di Martino Vittorio. Violence at Work. Informe de OIT,
1998-1999. Ver en www.ilo.org
Informe mundial sobre la violencia y la salud.
Organización Panamericana de la Salud para la
Organización Mundial de la Salud. Washington, D.C.
2002
Leymann Heinz. Las 45 preguntas sobre el Mobbing.
En www.mobbing.nu
Lydia Guevara Ramírez.
¿Derechos humanos en la integración
económica en las Américas? III Encuentro
Hemisférico de Lucha contra el ALCA. Enero 2004, Ciudad de
la Habana. Cuba.
(de la misma autora) Reflexiones sobre el acoso moral en
el trabajo. IV Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo. Ciudad de la
Habana. Cuba, mayo 2003.
(de la misma autora) Tratamiento del acoso moral, el
estrés y el burnout como accidente del trabajo. Publicado
en diferentes sitios de Internet y por la
CVV-PSI.
Panorama Laboral 2003. América Latina y el
Caribe. Publicación de la OIT. Lima, diciembre
2003
Notas y trabajos publicados en la Comunidad Virtual de
Violencia Psicológica, enlace externo de OMS. Coordinadora
María José Blanco Barea. Colaboraciones de varios
autores en la cvv-psi y en otros foros
internacionales.
Legislación laboral cubana vigente en el Código
de Trabajo y demás leyes y resoluciones desde 1984 a la
fecha.
Discursos e intervenciones de Fidel Castro
Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y Ministros de la
República de Cuba en el año 2003 y 2004.
De la Intervención del Ministro de Trabajo de la
República de Cuba, Msc. Alfredo Morales Cartaya, en el
balance anual 2003 del Ministerio de Trabajo (publicado en
el
periódico Trabajadores en marzo 2004).
Sitios web de
Brasil. www.assediomoral.org
. www.conjur.uol.com.br
. Trabajos publicados pertenecientes a Marcia Novaes,
Arildo Loper, Mario Goncalvez, Mauro Azevedo de Moura, Luiz
Salvador y otros autores.
Debates en la CVV-PSI sobre violencia
psicológica, comportamiento mimético, abuso de
poder, selección de personal, ejercicio del poder y el
Mobbing y otros bajo la conducción de su coordinadora
María J. Blanco.
Lydia Guevara Ramírez
Secretaria General ALAL
Cuba
RECIFE, PERNAMBUCO