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Medición y valoración de activos intangibles en los estados financieros. Caso: empresas de la industria biotécnica




Enviado por inforyara



Partes: 1, 2

    1. Objetivos
    2. Estructura del trabajo de
      investigación
    3. Activos
      Intangibles
    4. Sector
      Biotécnico
    5. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    El propósito fundamental del trabajo de
    investigación consiste en abordar la
    medición y valoración de los activos
    intangibles en los Estados Financieros. En el mismo se expone la
    oportunidad que tiene la Contabilidad
    de abordar este tema como una necesidad de información de sus usuarios. También
    se tocan los temas de cómo identificar estos activos,
    cómo medirlos y cómo contabilizarlos.

    Adicionalmente, es objeto de la investigación,
    proponer herramientas
    para comenzar a informar en los estados de resultados los
    recursos
    intangibles que no son actualmente reconocidos. Para esto, se
    toma como caso de estudio un grupo
    seleccionado de empresas de la industria biotécnica
    destacándose de entre éstas la empresa
    Zeltia, debido a que estas empresas son, en opinión del
    autor del presente trabajo, representativas del sector de la
    Nueva Economía, en el que los activos intangibles
    son de importancia capital.

    En años recientes, la contabilidad de activos
    intangibles se ha convertido en un problema creciente que ha
    enfrentado a los profesionales de la contabilidad alrededor del
    mundo. Esto ha quedado evidenciado en el debate acerca
    del tratamiento de ítems específicos en los estados
    financieros, tales como las marcas, los
    depósitos de reserva de los bancos, el
    conocimiento o la satisfacción del cliente, entre
    otros (Morgan, 1991; Thornton, 1989; Moorhouse, 1990; Woolf,
    1989; Serrano y Chaparro, 2001).

    Las empresas que compiten en el mundo de los negocios de
    alta tecnología, incurren en gastos crecientes
    en publicidad,
    investigación y desarrollo,
    recursos
    humanos especializados en habilidades específicas y
    otras actividades, los cuales son frecuentemente difíciles
    de identificar y valorar en un momento del tiempo como
    "activos" individuales. Incluso una marca que sea
    sinónimo de alta calidad o
    servicios
    especializados, puede ser una fuente de lealtad del consumidor, con
    su consecuente demanda
    cautiva y, en este sentido, es un activo valioso aunque pudiera
    no estar claro como será declarado o presentado en los
    estados financieros de la empresa.

    Hodgson, Okunev y Willet (1993), sostienen que
    según las normas contables,
    estos ítems ciertamente parecen caer dentro de la
    definición de activos contables, de los cuales se espera
    que beneficien a la empresa en el futuro (FASB, 1980, paras.
    19-20; RAF, 1987 (a), para. 7).

    Guilding y Pike (1990) opinan que en muchas empresas,
    los activos intangibles son percibidos como de mayor importancia
    que los tangibles. Sin embargo, frecuentemente se expresa
    inquietud en la prensa financiera
    sobre los métodos de
    valoración que deben ser aplicados o, incluso, sobre la
    existencia de algunos activos intangibles.

    De aquí se deduce que, cada vez y con más
    frecuencia, se encuentren casos en los que se haga necesario
    realizar una adecuada valoración de los activos de
    propiedad
    intelectual e industrial que posee una empresa, con
    el propósito de enfrentar adecuadamente diversas
    situaciones, tales como utilizar una marca para propósitos
    financieros o cuando, simplemente, lo que se intenta es comprar o
    vender una marca por el mejor precio de
    mercado.

    Según Pucich, Monzón y Sosisky (2001),
    actualmente, han surgido necesidades de información que no
    son resueltas por los estados contables tradicionales. Entre
    ellas se pueden citar la información sobre los riesgos a que
    está sometida la empresa, los recursos humanos e intelectuales,
    el impacto medioambiental de sus actividades y las impresiones de
    los clientes sobre la
    calidad de los productos que
    ofrece la empresa al mercado. Por otra parte, se advierte que
    ciertos recursos de naturaleza
    intangible son los mayores generadores de ingresos para
    la
    organización, pues los recursos estratégicos ya
    no son sólo los recursos físicos, sino las ideas y
    el conocimiento
    que se originan en la mente del equipo humano que trabaja en
    determinada organización.

    En particular, las empresas de computación, telecomunicaciones, biotécnica y software, donde las inversiones en
    investigación y desarrollo son significativas, reflejan
    bajos índices de rentabilidad
    promedio, pero, a pesar de ello, el mercado decide invertir en
    ellas. Esto significaría que estas empresas están
    siendo sistemáticamente subvaluadas desde el punto de
    vista contable y su costo contable
    sería muy alto. (Pucich y otros, 2001, p. 1)

    En nuestra opinión y en concordancia con autores
    como Pucich y otros (2001), esta situación
    afectaría el crecimiento de las empresas de la Nueva
    Economía, si todas las decisiones de los inversores se
    basasen en la información que suministran los estados
    contables. Sin embargo, la evidencia empírica del comportamiento
    del mercado de
    valores y la opinión de Pucich y otros (2001), en cita
    textual, se tiene que: "sabemos que esto no es así, los
    inversores recurren a otros canales de información a
    efectos de conocer acerca de los aspectos precedentemente
    indicados". (p. 1)

    Los administradores de las empresas siempre han
    gestionado los recursos intangibles, no es algo nuevo. La novedad
    es el intento de ponderarlos y registrarlos contablemente;
    podría decirse que para el administrador es
    más difícil medirlos y contabilizarlos que trabajar
    con ellos.

    Una limitación que el sistema contable
    actual tiene ante esta cuestión es que captura y procesa
    datos
    esencialmente relacionados a transacciones y hechos del contexto
    que afectan el patrimonio de
    la organización, pero con los recursos de conocimiento, el
    valor se crea
    o se destruye sin que haya de por medio ninguna
    transacción. Cuando una droga pasa las
    pruebas
    clínicas o un software aprueba un beta-test, se crea
    valor, pero no hay ninguna transacción. También se
    crea valor y no hay ninguna transacción de por medio, si
    una empresa grande y antigua "llega tarde" a pensar en adoptar
    como canal de distribución el comercio
    electrónico.

    La importancia o justificación del estudio sobre
    los activos intangibles, se encuentra en la llamada "Nueva
    Economía", el tratamiento que la contabilidad le ha dado a
    los activos intangibles, los mercados de
    valores y la
    contabilidad, la respuesta de los organismos reguladores
    internacionales y el enfoque que le dan otras disciplinas al tema
    de los activos intangibles.

    En lo que se refiere a la Nueva Economía, se
    tiene que éste es un nuevo sector industrial formado por
    la convergencia de empresas del ramo de la computación,
    las comunicaciones
    y el contenido, en el que se refleja el impacto que ha tenido en
    la economía la entrada de los avances
    tecnológicos y los medios masivos
    de comunicación.

    Esta nueva industria está cambiando la manera de
    hacer negocios y el comercio, que pasa ahora a apropiarse de
    tecnologías que le permiten mayor alcance y lo
    transforman. Dichos avances crean nuevas oportunidades de
    negocio, facilitan y hacen más rápidas las
    oportunidades de generar valor y aceleran la velocidad de
    las transacciones en el mundo. Los cambios que marcan la nueva
    economía tienen que ver, básicamente, con la
    posibilidad de superar limitaciones de tiempo y de
    espacio.

    Según Serrano y Chaparro (2001), la
    justificación de la preferencia de los inversionistas por
    empresas del sector de la Nueva Economía como Terra
    Networks S.A., se podría encontrar en sus importantes
    activos intangibles, los cuales no se reflejan en su Balance y
    Cuenta de Resultados. Estos intangibles son su marca líder
    en España
    y Latinoamérica y sus recursos humanos
    formados por verdaderos expertos en el negocio.

    Otra razón que justifica el estudio de los
    activos intangibles y el tratamiento que le ha dado la
    contabilidad es lo que sostienen Serrano y Chaparro (2001) como
    una "contabilidad de activos tangibles". Según estos
    autores, a lo largo de los últimos siglos, los esfuerzos
    de académicos y profesionales de la Contabilidad han
    perfeccionado los sistemas
    contables logrando planes de cuentas muy
    detallados para estos activos. Existe abundante bibliografía contable que
    trata aspectos, incluso muy específicos, que afectan al
    inmovilizado material, las existencias o los efectos comerciales
    a pagar, por ejemplo.

    Un panorama totalmente distinto es el que concierne a
    los activos intangibles. Poca atención se ha prestado a estos activos, a
    excepción de unos pocos, tales como el fondo de comercio,
    los gastos en investigación y desarrollo o la propiedad
    industrial. Esto, a pesar que en muchas empresas, el valor de
    estos activos intangibles y otros que no se contabilizan, es muy
    superior al de sus bienes
    tangibles.

    Una tercera razón que justifica la importancia
    del estudio planteado es la disparidad existente entre los valores
    asignados por los mercados de valores y por los libros
    contables a determinadas empresas. Aunque esta diferencia siempre
    ha existido, en los últimos años la brecha se ha
    ampliado. En promedio, para los valores del índice Dow
    Jones Industrial, el ratio de valor de mercado a valor en libros
    es de 5. En algunos casos, se trata de diferencias verdaderamente
    espectaculares, como es el caso de Yahoo, o Terra
    Network.

    De acuerdo con Brooking (1997, p. 24), en un estudio
    realizado sobre 226 empresas británicas, el 76% de ellas
    no había asignado ningún valor a sus activos
    inmateriales y la mayoría de las que lo hicieron, el
    restante 24%, se referían al fondo de comercio generado
    por fusiones y
    adquisiciones.

    De aquí se deduce que cada vez la Contabilidad
    explica menos el mercado. Con estas premisas, son lógicos
    los resultados del estudio realizado por Lev (1997), en el que
    pone de manifiesto que si en los años 60 y 70 alrededor
    del 25% de las diferencias en los cambios de las cotizaciones de
    las acciones
    podían atribuirse a diferencias en los beneficios
    publicados, en los 90, sólo el 10% de estas diferencias es
    explicada por la publicación de beneficios. En otras
    palabras, cada vez la contabilidad explica menos los movimientos
    del mercado bursátil.

    Como cuarta razón que apoya la importancia del
    presente estudio se encuentra la respuesta de las Normas de
    Contabilidad al asunto de los Activos Intangibles. En septiembre
    de 1998, la Comisión de Normas
    Internacionales de Contabilidad, IASC, presentó
    la Norma Internacional Contable IAS 38, la cual aborda la
    contabilidad y divulgación de activos intangibles. En
    opinión de Serrano y Chaparro (2001), esta norma sigue una
    línea muy conservadora, alejada de los planteamientos de
    otras disciplinas o de la propia IFAC, la
    Federación Internacional de Contables, que está
    sugiriendo ideas verdaderamente novedosas.

    La Federación Internacional de Contables, IFAC,
    ha emitido, también en la misma fecha, septiembre de 1998,
    un interesante documento que recopila los aspectos clave de la
    valoración del capital
    intelectual. El documento expone los desafíos y
    oportunidades que para los contables puede suponer identificar y
    valorar el capital intelectual, para desarrollar la planificación, control,
    información y auditoria. El estudio reconoce que la
    contabilidad del capital intelectual requerirá la
    invención de nuevos conceptos y prácticas
    contables.

    Como última razón para justificar el
    estudio, se tiene el enfoque de otras disciplinas como la
    Economía de Empresa, las Ciencias de la
    Computación o la Sociología de Empresa. La Economía
    de Empresa, con la llamada Gestión del
    Conocimiento, aborda la gestión
    del capital intelectual, la capacidad de innovación, la imaginación, el grado
    de satisfacción de los clientes o la capacidad de aprendizaje y
    motivación
    de los empleados. Con frecuencia, cita ejemplos de empresas de
    éxito
    que destacan más por sus activos intangibles que por su
    activo fijo o su estructura
    financiera.

    Las Ciencias de la Computación también
    están creando nuevas herramientas informáticas que
    tratan de administrar, compartir y canalizar tanto la
    información real como el conocimiento intangible de la
    empresa, de forma que éstos fluyan en la
    organización. Esto se ha hecho integrando el conocimiento
    intangible de la empresa en aplicaciones como las Intranet,
    Groupware, Data Mining, Knowledge Data Base, gestión de
    documentos,
    etc.

    El análisis de los activos intangibles es
    también un área de interés
    prioritario en otros campos como la Sociología de Empresa,
    por cuanto involucra gestión de recursos
    humanos.

    Resulta pertinente que destaquemos en este punto la
    razón que nos motivó a trabajar con el Sector
    Biotecnológico. El hecho de vivir en una sociedad en
    transición entre la clásica producción industrial a la
    producción basada en los servicios, ha llevado aparejada,
    como consecuencia del desarrollo
    técnico-científico, el nacimiento de nuevas
    tecnologías. La aplicación tecnológica
    de estos avances, en el campo de ciencias de la vida, ha dado
    nueva vigencia al término biotecnología, término que engloba
    el conjunto de tecnologías que utilizan el potencial de
    los seres vivos para la obtención de bienes y
    servicios.

    La ciencia y la
    tecnología ayudaron a revolucionar la agricultura
    del siglo XX en muchas partes del mundo. Nuestro Trabajo pone de
    relieve
    cómo los avances de la biotecnología pueden ser
    adaptados para beneficiar a los países en desarrollo en el
    siglo XXI. Dentro de una política de apoyo y
    un medio ambiente
    regulador, la biotecnología encierra un enorme potencial
    para crear cultivos que resistan condiciones climáticas
    extremas, enfermedades y plagas; que
    requieran menos substancias químicas; y que sean
    más nutritivos para los seres humanos y el ganado que los
    consumen.

    Dado que es un sector productivo cuyo trabajo se basa en
    la producción de conocimiento, su basamento principal es
    la Investigación y Desarrollo, por lo que cabe suponer que
    su componente de Activos Intangibles es muy importante. Esta
    viene a ser una importante razón por la cual hemos
    escogido el sector biotecnológico para fundamentar nuestro
    estudio.

    Por otra parte, la innovación en el terreno de la
    tecnología y genética
    ha generado, en los últimos años, un profundo
    debate sobre la ética, la
    legalidad y
    la ciencia en
    la aplicación de los procedimientos de
    la medicina
    reproductiva al ser humano. Las asociaciones profesionales de
    médicos, de investigadores y las instituciones
    que promueven la investigación, así como comisiones
    políticas y jurídicas enriquecidas
    con la aportación de juristas, sociólogos,
    psicólogos y teólogos, han intentado abordar toda
    la temática con una discusión ética de
    amplio espectro, guiada por un compromiso ético y
    jurídico asumido por científicos y
    médicos.

    Dicho lo anterior, queremos delimitar nuestra
    investigación. La Biotecnología trae consigo una
    discusión ética sobre los medios y los usos de las
    innovaciones producidas por ella. Sin embargo, conviene
    establecer que nuestro trabajo solamente se refiere a la
    identificación, medición, valoración y
    contabilización de los activos intangibles de la industria
    biotécnica, de la cual es importante creadora, puesto que
    es un sector basado en el conocimiento, en investigación y
    desarrollo.

    Por las razones antes expuestas, centramos nuestra
    investigación en el análisis de los Activos
    Intangibles y la respuesta que ha dado la contabilidad
    tradicional a este rubro que añade valor cada vez
    más valor a las empresas en el Siglo XXI y entre ellas, el
    cada vez más importante sector
    biotecnológico.

    OBJETIVOS:

    Una vez especificados los aspectos de principal
    importancia sobre los cuales deseamos hacer aportaciones
    interesantes, el propósito central de nuestra tesis doctoral
    es analizar la medición y valoración de activos
    intangibles en las empresas de la industria biotécnica,
    específicamente de la empresa Zeltia, S.A., a
    través del estudio de caso, analizando la
    información contable de la empresa durante un
    período de seis años (1998-2003) y proponer
    herramientas para su registro
    contable. Para el logro de este objetivo,
    debemos abocarnos a la consecución de los siguientes
    sub-objetivos:

    • Plantear las nuevas necesidades de información
      relacionadas con los activos intangibles en las empresas del
      Sector Biotécnico.
    • Identificar y medir los activos intangibles de las
      empresas del sector biotécnico.
    • Analizar el tratamiento contable que de sus activos
      intangibles hacen las empresas pioneras en esta
      práctica.
    • Realizar un análisis empírico del
      tratamiento contable de los activos intangibles de las empresas
      de la Industria Biotécnica.
    • Proponer herramientas para el tratamiento contable de
      los activos intangibles en las empresas del sector
      biotécnico.

    Con lo anterior, pensamos que los principales aportes de
    nuestra tesis doctoral
    giran en torno a los
    siguientes aspectos:

    • Identificación, medición y
      valoración de los activos intangibles de las empresas de
      cualquier sector.
    • Identificación de los activos intangibles de
      las Empresas del Sector Biotécnico.
    • Herramientas para el tratamiento contable de los
      activos intangibles de las empresas del sector
      biotécnico, aplicables a las empresas pertenecientes a
      la nueva economía.
    • Arrojar luces sobre la utilización del
      método del caso como estrategia de
      investigación en el área empresarial.

    ESTRUCTURA DEL TRABAJO DE
    INVESTIGACIÓN:

    Para la consecución de los objetivos planteados,
    hemos estructurado el Trabajo en
    cinco capítulos:

    En el primer capítulo, nos concentramos en los
    activos intangibles, los cuales abordamos de manera
    teórica y contable, con el propósito de esclarecer
    sus características, y establecer, sin lugar a dudas,
    aquello que los diferencia de otros tipos de activos. En este
    capítulo, además abordamos algunas nociones
    teóricas sobre los activos intangibles; su
    identificación contable y su valoración y
    medición, así como empresas pioneras en la
    presentación de resultados contables que incluyen sus
    activos intangibles (Capítulo 3).

    En el segundo capítulo, describimos las empresas
    del sector biotécnico, para lo cual definimos la nueva
    economía y las características que diferencian a
    las empresas biotécnicas del resto de las empresas.
    Además dedicamos algunas secciones al análisis
    contable y empírico de los activos intangibles en las
    empresas del sector biotécnico.

    El tercer capítulo de nuestro trabajo lo hemos
    dedicado al análisis de estudios de carácter empírico realizados por
    diversos autores hasta la fecha. La intención de este
    capítulo es aportar un resumen de los estudios
    empíricos realizados especialmente por autores como
    Brooking (1997) y Lev (1997), con la idea de clarificar
    cómo ellos llegaron a las conclusiones que nos presentan.
    Sin embargo, resulta conveniente aclarar en este punto que
    nuestro estudio toma como metodología el "estudio de caso", el cual
    consiste en analizar exhaustivamente una sola empresa, en este
    caso Zeltia, S.A., para así analizar su tratamiento de los
    activos intangibles, por lo que este capítulo
    tendrá un enfoque prominentemente
    teórico.

    En el capítulo cuatro, analizamos la
    metodología que seguimos para lograr nuestros objetivos.
    En ella se detalla la metodología del estudio de caso,
    utilizada frecuentemente para abordar temas empresariales. Es
    importante destacar que el método del caso enfrenta
    importantes críticas, pero también goza de
    partidarios entusiastas en su utilización. De esta manera,
    lo utilizaremos en esta investigación con un sentido
    crítico y pretendiendo aportar luces sobre su
    utilización. En este capítulo, también
    procedemos a aplicar el método del caso a Zeltía,
    S.A. y así, presentamos el "Caso Zeltia, S.A.".

    Las conclusiones y recomendaciones se presentan en la
    quinta parte de este trabajo, complementadas con las referencias
    bibliográficas y anexos que, pensamos, pueden servir para
    complementar la información presentada en este
    estudio.

    CAPÍTULO 1: Activos
    Intangibles

    1. Este capítulo tiene como objetivo
      determinar que son los activos intangibles, cómo se
      definen y cómo pueden clasificarse. En el mismo,
      analizaremos la naturaleza de los activos intangibles y su
      relevancia en la utilidad
      de la información contable, en la valoración
      de la empresa, en el desarrollo de ventajas competitivas y
      en la formación de precios
      de mercado.

      El valor de las empresas en la actualidad, tanto
      en el sector industrial como en el de comercio o servicios,
      no reside solamente en sus instalaciones, maquinaria o
      edificios, sino en aspectos inmateriales como la capacidad
      de desarrollar relaciones estables con sus clientes y
      conseguir su fidelización, su capacidad para
      innovar e introducir nuevos productos o servicios al
      mercado, o la competencia técnica y motivación de su personal. Por ello, es que se puede afirmar
      que el valor de las empresas en la actualidad viene dado
      por el conjunto de sus activos tangibles y el de sus
      intangibles.

      En los últimos años, han surgido
      diversas definiciones y clasificaciones de activos
      intangibles con el propósito de ofrecer una mejor
      comprensión del concepto,
      alcanzar una valoración fiel de las inversiones en
      estos activos y promover la
      comunicación entre investigadores, directivos de
      empresas, usuarios de la información contable y
      organismos emisores de normas contables.

    2. Identificación y Medición de
      los Activos Intangibles
    3. Definición de
      Activos Intangibles

    En cuanto a la definición de Activos Intangibles,
    a continuación podemos citar a varios autores. En primer
    lugar, se encuentra el concepto de Sosa Gómez (2002). Dada
    la gran diversidad de activos intangibles, este autor identifica
    como tales aquellos que realmente representan agregación
    de valor a la empresa.

    Vargas Montoya (2000), los denomina Recursos
    intangibles
    : aquellos que no tienen soporte físico, lo
    que hace muy compleja su identificación y
    valoración.

    Según Navas y Guerras
    (1998), sus características básicas son las
    siguientes:

    • Son activos que se sustentan en
      información.
    • Esta información no es siempre
      codificable.
    • Los derechos de propiedad de
      estos recursos no siempre están bien
      definidos.

    Dentro de este tipo de recursos, se puede distinguir
    entre recursos intangibles humanos (en función de
    que estén vinculados al factor humano que forma parte de
    la organización) y recursos intangibles no
    humanos.

    Sin embargo, como señala Fernández (1996),
    la empresa es algo más que la suma de recursos tangibles e
    intangibles. Los recursos suelen utilizarse de forma combinada,
    mediante el desarrollo de complejos patrones de interacción entre ellos y, en concreto,
    entre los miembros de la empresa; lo que da lugar a la
    aparición de capacidades específicas derivadas de la
    explotación conjunta de diversos recursos.

    Las capacidades están basadas en el desarrollo,
    flujo e intercambio de información entre los miembros de
    la empresa (Amit y Shoemaker, 1993); y se traducen en conjuntos
    complejos de rutinas organizativas, ordenadas
    jerárquicamente, que determinan qué hacer y
    cómo (Nelson y Winter, 1996).

    Estos activos se caracterizan por su naturaleza
    intangible y colectiva. Dietrickx y Cool (1989) distinguen entre
    flujos y stocks, de acuerdo con una clasificación
    coincidente con la terminología de recursos y capacidades.
    Los recursos son los stocks disponibles en un momento dado,
    mientras que las capacidades son flujos que permiten la
    acumulación de recursos.

    Según otros autores, los activos intangibles son
    el resultado de la incorporación de la información
    y el conocimiento a las distintas actividades productivas de la
    organización (Itami, 1994; Bueno, 1998).

    Vargas Montoya (2000), afirma, por tanto, que el
    conocimiento constituye un factor clave en la construcción de ventajas competitivas
    debido a que, tanto los recursos intangibles como las capacidades
    que los movilizan, son formas de conocimiento con diferentes
    grados de especificidad, codificabilidad y complejidad
    (Fernández, 1996).

    Para Pucich y otros (2001), los recursos intangibles:
    "son considerados activos cuando hayan sido comprados,
    desarrollados internamente o adquiridos de cualquier otra forma,
    no debiendo ser incorporados como tales si son resultado de
    apreciaciones subjetivas de cualidades productivas de la misma".
    (p. 11)

    Por otro lado, su intensidad de conocimiento les otorga
    una serie de condiciones idóneas para convertirlos en
    activos escasos y valiosos y difícilmente imitables por
    terceros (Camisón, 1999). En concreto, interesa destacar
    que los activos intangibles:

    Se construyen y acumulan a través del tiempo a
    partir de la experiencia de la empresa.
    Esto sucede
    especialmente con las capacidades, debido a que su proceso de
    acumulación hace compleja su imitación y reproducción por parte de otros
    competidores (Reed y De Fillipi, 1990). El proceso de
    formación de estos activos, además de ser largo,
    tiene asociados resultados inciertos que exigen, en muchas
    circunstancias, la realización de inversiones
    irrecuperables.

    Son "bienes públicos". A diferencia de los
    activos físicos que se deprecian con el uso, los activos
    intangibles se caracterizan por ser "bienes públicos".
    Itami (1994), se refiere a esta característica como
    "ventajas gratuitas". En otras palabras, los activos intangibles
    pueden ser utilizados por otros departamentos de la empresa sin
    costo adicional. Son susceptibles de uso sin merma de su valor
    por parte de la empresa que los ha acumulado (Camisón,
    1999; Itami, 1994; Porter, 1991) y pueden ser utilizados en
    múltiples actividades al mismo tiempo (Ventura, 1996). En
    este tipo de activos, reside la capacidad de la empresa para
    generar sinergias y, a partir de ellas, mejorar su
    posición competitiva (Salas, 1996).

    Son activos poco transparentes y sus costes de
    imitación pueden ser elevados,
    especialmente aquellos
    que se encuentran protegidos por la ambigüedad causal,
    derivada de su naturaleza tácita que hace muy compleja su
    relación con los resultados de la empresa. Su
    adquisición en un mercado organizado es muy compleja. Su
    transferibilidad se ve reducida por el elevado grado de
    co-especialización con otros recursos de la
    empresa.

    Generan importantes externalidades y sinergias,
    las externalidades derivadas de los recursos intangibles pueden
    influir de forma positiva tanto sobre los competidores, como por
    ejemplo, la inversión en publicidad con el incremento
    de la demanda global del producto y de
    las ventas a todos
    los productores de la industria; como sobre la propia empresa,
    como el caso de la extensión de marca. Según Vargas
    Montoya (2000), en la capacidad de generar sinergias radica el
    importante papel de los recursos intangibles a la hora de
    explicar los procesos de
    crecimiento empresarial.

    Las características que acabamos de enumerar, son
    precisamente las que permiten que los activos intangibles
    constituyan una fuente importante de ventajas competitivas para
    la empresa, porque se trata de activos valiosos, escasos, poco
    imitables por terceros y difícilmente transmisibles en el
    mercado.

    1. En cuanto a su clasificación, veremos una
      primera clasificación la cual corresponde a Vargas
      Montoya (2000), quien separa a los activos intangibles de
      acuerdo a cuatro criterios, a saber: según su
      origen, según se puedan o no separar del individuo que los creó, según
      su defensa legal y según la transparencia de la
      información sobre la cual se basan los recursos. El
      autor citado ha construido su clasificación de
      activos intangibles integrando las aportaciones de diversos
      autores, agrupándolos siguiendo los cuatro criterios
      fundamentales de clasificación ya
      mencionados:

      1) Según su origen: En
      función del origen de su naturaleza,
      distinguiremos entre recursos humanos y no humanos. Dentro
      de los recursos no humanos, podemos distinguir recursos
      tecnológicos, comerciales y
      organizativos.

      2) Separables del Individuo que los
      creó:
      En función de la posibilidad que al
      activo se lo pueda separar o no del individuo o individuos
      que los crearon.

      3) Defensa Legal: En función de la
      posibilidad de defensa legal ante el uso exclusivo del
      bien.

      4) Transparencia de la Información:
      Este aspecto está relacionado con el grado de
      transparencia u opacidad de la información sobre la
      que se basan los recursos.

      Los cuatro criterios de clasificación se
      recogen, de forma conjunta, en la siguiente
      tabla.

      Cuadro Nº 1. Clasificación de
      los Activos Intangibles.

      Recursos intangibles

      No separables del
      individuo

      (Recursos humanos)

      Separables del individuo

      Defendibles en un contexto
      legal

      (Recursos con opacidad
      voluntaria)

       

      Beneficios del capital

      humano apropiables pormedios
      legales

      (Recursos tecnológicos)

      (Recursos conopacidad
      voluntaria)

      PatentesSecreto industrial

      (Recursos comerciales)

      (Recursos transparentes)

      Imagen corporativa y
      reputación

      Marcas

      Nombre comercial

      Rótulo del
      establecimiento

      No defendibles en un

      contexto legal

      (Recursos conopacidad
      intrínseca)

      Beneficios del capital

      humano no apropiables

      por medios legales

      (Recursos organizativos)

      Rutinas organizativa

      Cultura empresarial

      (Recursos comerciales)

      Clientes

      Proveedores

       

      Fuente: Vargas Montoya, 2000, p. 8

    2. Clasificación de los Activos
      Intangibles. Primer Criterio
    3. Clasificación de Activos
      Intangibles. Segundo Criterio:

    El segundo criterio de clasificación es la que
    proponen los autores Serrano y Chaparro (2001), según los
    cuales los activos intangibles se pueden agrupar en activos
    intangibles de Recursos Humanos, de organización interna y
    de estructura externa.

    Activos Intangibles de Recursos Humanos,
    según se refieran a las aptitudes y conocimiento de los
    recursos humanos de la empresa.

    Activos Intangibles de Estructura Interna, como
    la capacidad de los sistemas de
    información de que dispone la empresa; o

    Activos Intangibles de Estructura Externa, como
    la clientela o las marcas.

    A continuación, describimos cada clase de
    activo intangible y exponemos una serie de indicadores
    propuestos por Pucich y otros (2001) para cada uno de
    ellos.

    1) Activos Intangibles de Recursos
    Humanos

    1.1) Conocimientos y habilidades de los
    empleados.
    Dentro de los Activos Intangibles de Recursos
    Humanos, los más importantes son los conocimientos y
    habilidades de los empleados. Para medirlos, puede utilizarse el
    nivel de titulación alcanzada, las cualificaciones
    profesionales y los conocimientos técnicos. Como en la
    plantilla se producen altas y bajas, es frecuente presentar estos
    datos en forma de incremento o disminución.

    Otros indicadores utilizados para identificar y medir
    este tipo de activos intangibles son los años de
    experiencia profesional y, en este caso, se pueden distinguir
    aquellas actividades que han supuesto un reto y, por tanto, se ha
    obtenido un aprendizaje. Existen indicadores del gasto que
    realiza la empresa en capacitación y el tiempo que dedican los
    empleados a esta actividad. Para medir la eficiencia, se
    utiliza el valor añadido por empleado. Es frecuente
    obtener indicadores de estabilidad como índices de
    rotación de los empleados o el número medio de
    años que permanecen en la empresa.

    Otros activos intangibles son los valores, actitud y
    motivación de los empleados. Se estudia el comportamiento
    de los empleados más brillantes y se calcula el valor de
    mercado de su producto.

    1.2) Índice de Capital
    Humano.
    Para medir la satisfacción de los
    empleados pueden utilizarse encuestas, que
    pueden ser internas o realizadas objetivamente por empresas de
    consultoría tales como el Swedish Institute
    of Public Opinion Research, el cual a través de este medio
    obtiene un Índice de Capital Humano. Este
    índice trata de medir la capacidad global de los empleados
    para crear valor. Son también populares los tests o
    cuestionarios de evaluación
    de la
    personalidad.

    La creatividad,
    liderazgo y
    capacidad de gestión de los directivos es un activo
    intangible muy importante. Empresas como Microsoft
    dependen mucho de la capacidad de su líder. En una
    auditoria de activos intangibles es importante detectar la
    existencia de personas insustituibles -directivos,
    técnicos, informáticos, etc.-, cuya pérdida
    causaría un importante perjuicio a la
    organización.

    Pucich y otros (2001) proponen los siguientes
    indicadores específicos para medir los activos intangibles
    relacionados con recursos humanos, así:

    • Porcentaje de empleados que saben cuál es
      su trabajo
      y conocen de que modo contribuyen a la
      consecución de los objetivos de la
      organización.
    • Existencias de políticas de promoción, ascenso y recompensa a los
      empleados por la utilización de sus conocimientos y
      habilidades, por sus conexiones, por potenciales clientes y por
      innovaciones que propongan y resulten en un beneficio para la
      empresa.
    • Porcentaje de empleados que posean título
      universitario, terciario, secundario.
      Este indicador
      permitiría informar acerca de la evolución de la capacitación de
      los recursos humanos de la organización y el nivel de
      motivación para el progreso.
    • Bajas voluntarias sobre número de
      empleados.
      Este indicador mide la rotación del
      personal.
    • Quejas del personal sobre número de
      empleados.
      Tanto si se quejan por que hay "demasiados
      empleados" como si hay "muy pocos" empleados.
    • Sugerencias del personal sobre número de
      empleados.

    2) Activos Intangibles de Estructura
    Interna

    Los activos intangibles de estructura interna se
    refieren a la estructura organizativa formal e informal, a los
    métodos y procedimientos de trabajo, a los sistemas de
    dirección y gestión, la cultura de la
    empresa y la filosofía de gestión. El
    análisis de la cadena de
    valor proporciona una guía para su medición.
    Los más comunes son la organización de los sistemas
    de información y los índices relacionados con la
    investigación y desarrollo que realiza la
    empresa.

    2.2) La organización de los sistemas de
    información
    . La empresa puede tener un activo
    intangible en la organización de sus sistemas de
    información, software, bases de datos o el uso eficiente
    de tecnologías de la comunicación. Podemos comparar
    el uso diferente que dos empresas o personas hacen del mismo
    equipamiento informático: para unos puede ser una carga:
    "la informática es un problema, no puedo
    obtener un simple informe", dicen,
    mientras que para otras puede ser una ventaja estratégica,
    un activo.

    Para valorar su capacidad, se utilizan indicadores que
    analizan la utilización de la tecnología de punta
    en la empresa, el uso de Intranet, Extranet,
    sistemas EDI (Electronic Data Interchange), los beneficios que se
    obtienen de estos sistemas, etc.

    2.3) Investigación y desarrollo. La
    investigación y desarrollo es también un activo
    intangible para la empresa. Es uno de los que ya se recoge en la
    contabilidad, aunque desde la perspectiva del capital intelectual
    se critican sus normas de valoración. Se incluyen
    también los activos intelectuales de propiedad intelectual
    como las patentes, copyrights, diseños, secretos. Se
    pueden obtener bastantes indicadores como el número de
    patentes y su coste de mantenimiento,
    el porcentaje de recursos que destina la empresa a
    Investigación y Desarrollo (I+D) o su incremento, el
    porcentaje de I+D dedicado a investigación básica,
    etc.

    Pucich y otros (2001) proponen como indicadores de
    estructura interna aquellos que miden el aprovechamiento de la
    tecnología de información y los indicadores de
    innovación.

    Indicadores que miden el aprovechamiento de tecnología
    de la información:

    • Fechas de actualización de las bases de
      datos de los clientes.
      Dado que las mismas carecen de valor
      si no se mantienen actualizadas, la que contendrá el
      perfil de nuestros clientes, su profesión, sus lugares
      de fin de semana, sus pasatiempos, sus preferencias con
      respecto a bienes del hogar, entre otros. Este indicador
      podría informar acerca de la intención de una
      empresa de conocer las necesidades de sus clientes.
    • Grado de conocimiento de tecnologías de
      información por parte de los administradores.
      En
      general, dichos recursos son expuestos en los informes
      contables a su costo y no como están siendo utilizados
      por la organización para obtener resultados y brindar
      soluciones
      que contribuyan a un buen manejo de la
      información.
    • Existencia de planes para adoptar
      tecnologías de información
    • Indicadores de innovación. Como los
      siguientes.
    • Relación de las Ventas de nuevos productos
      y las ventas totales.
      Consideran Pucich y otros (2001) que
      este indicador muestra el
      éxito de una empresa en el mercado.
    • Tiempo que duran los ciclos de vida de los
      productos.
      Con respecto al tiempo que tarda la empresa en
      lanzar nuevos productos o modificar su diseño y
      características.

    3) Activos Intangibles de Estructura
    Externa

    Se refieren a los recursos de mercado, la clientela de
    la empresa y las relaciones y alianzas que ha desarrollado la
    organización.

    3.1) Activos de mercado. Los activos de
    estructura externa más conocidos son las marcas, el
    prestigio e imagen de la
    empresa, denominación social o las franquicias.
    Son activos intangibles valorados frecuentemente, de hecho se les
    denomina también activos de mercado: sirva de ejemplo
    más claro el mercado de franquicias. Para valorar las
    marcas se tienen en cuenta aspectos como su carácter
    internacional o local, liderazgo o cómo está
    protegida.

    Las marcas tienen un valor económico
    incuestionable por lo que son factores que cada vez adquieren
    más fuerza como
    elementos de negociación. Cuando se presentan batallas
    por la adquisición o fusión de
    grandes empresas, las marcas representan los activos intangibles
    más valiosos que adquieren relevancia ante la inminencia
    de traspaso de acciones.

    3.2) Clientela de la empresa. Otro activo
    intangible muy importante que se suele incluir en este grupo es
    la clientela de la empresa: su fidelidad, satisfacción,
    importancia o reputación. Como indicadores para medir este
    intangible, se pueden utilizar índices de
    satisfacción del consumidor obtenidos a partir de
    encuestas propias de la empresa o llevadas a cabo en el sector
    por empresas independientes.

    Otros indicadores tratan de medir la fidelidad de la
    clientela, valorando el porcentaje de ingresos procedentes de
    clientes antiguos, los clientes que se han perdido o la
    duración media de la relación con un
    cliente.

    También es interesante conocer el tiempo medio
    desde que se contacta con un cliente hasta que se produce la
    venta, el
    porcentaje de peticiones de información que se convierten
    en pedidos, los pedidos acumulados, los ingresos por
    número de clientes o el porcentaje de ingresos que
    proceden de los mayores clientes. Para medir la calidad de la
    clientela se puede valorar el crecimiento en porcentaje de
    clientes famosos o relevantes que contribuyen a mejorar la imagen
    de la empresa.

    Para medir la satisfacción del consumidor, pueden
    utilizarse encuestas dirigidas a sectores, similares a las que
    valoran a los líderes políticos. Por ejemplo, J.D.
    Power and Associates realiza estudios de opinión de
    consumidores para varios sectores.

    La satisfacción del consumidor se mide con un
    índice. En su página web
    (http://www.jdpower.com), podemos ver un resumen de
    estos índices para varios sectores: telecomunicaciones,
    automóvil, compañías aéreas,
    servicios financieros, etc.

    Por ejemplo, en octubre de 1998, esta empresa
    publicó los índices de satisfacción del
    consumidor para varios proveedores de
    acceso a Internet en EEUU. Para
    obtener estos índices, consideraron varios factores:
    acceso online (28%), integridad/comunicaciones (24%),
    facturación/coste (18%), ofertas de servicios
    adicionales/descuentos (16%) e imagen/servicio
    técnico (14%).

    Estos consultores independientes también
    publicaron el índice de satisfacción del consumidor
    para los fabricantes de automóviles en 1998, referido al
    Reino Unido. En este caso, se asigna 100 al valor para la media
    del sector del automóvil para el año 1994 en el
    Reino Unido y cuanto mayor sea el índice obtenido por la
    empresa, mejor. De acuerdo con J.D. Power and Associates para
    1998, SKODA obtuvo la mayor calificación con 147 puntos,
    le sigue Subaru con 144 y Mazda con 136.

    Siendo cada vez más importante la
    valoración de activos intangibles, las empresas
    independientes como J.D. Power and Associates, pueden ser el
    equivalente en indicadores de satisfacción del consumidor
    a las empresas de calificación de riesgos como Moody's o
    Standard & Poor's y sus puntuaciones de emisiones de
    deuda.

    3.3) Relaciones y alianzas. Las relaciones con
    los proveedores, bancos, políticos, instituciones y
    accionistas son también activos intangibles externos. Se
    consideran en este grupo también los acuerdos de
    cooperación y alianzas estratégicas,
    tecnológicas, de producción y comerciales. Algunas
    empresas pueden tener en su canal de distribución un
    verdadero activo intangible.

    Pucich y otros (2001), proponen algunos indicadores de
    estructura externa, los cuales han agrupado en tres tipos:
    indicadores que miden la clientela y la fuerza de ventas; los que
    miden la posición competitiva y los que miden la calidad
    del servicio brindado.

    Indicadores que miden la clientela y la fuerza de
    ventas. Entre estos tenemos los siguientes:

    • Cantidad de veces que las patentes posteriores se
      refieren a la original
      . Mostraría la capacidad para
      generar una ampliación del mercado, un aumento de la
      clientela y un incremento de la repetitividad de las ventas de
      productos y servicios. Pucich y otros (2001) no consideran como
      síntomas de este potencial, la cantidad de patentes que
      una empresa posea o su valor de venta o transferencia, dado que
      tener patentes es positivo pero solo si contribuyen a alcanzar
      los fines organizacionales fortaleciendo a la empresa; en caso
      contrario, sería conveniente venderlas o
      licenciarlas.
    • Cantidad de licencias otorgadas con esa
      patente
      . Este análisis se podría extender a
      marcas y franquicias.
    • Esfuerzo de ventas sobre Ventas de nuevos
      productos
      . Este esfuerzo de venta se mediría por el
      sacrificio económico realizado para colocar el producto
      en el mercado.
    • Clientes nuevos sobre total clientes. Este
      indicador mediría el desarrollo de la cartera de la
      organización.

    Indicadores de Posición Competitiva:
    Serían los siguientes:

    • Indicador de eficacia
      competitiva.
      Para calcular este indicador, se deberá
      distinguir a competidores y/o empresas de otros sectores, que
      son modelos de
      acciones óptimas en alguna actividad, función o
      proceso para después comparar la eficacia propia con la
      de ellos. Este enfoque orientado hacia el exterior
      ayudará a estimular la posibilidad de introducir mejoras
      mayores, dado que los índices de referencia internos que
      miden el rendimiento actual con respecto a los resultados del
      período anterior o presupuesto
      existente, es raro que sean muy reveladores. Por otra parte,
      las comparaciones internas tienen la desventaja de fomentar la
      satisfacción mediante una falsa sensación de
      seguridad y
      de destinar más energía hacia la competencia
      interna que hacia la de mercado.
    • Número de visitas de clientes a una
      página Web en
      particular.
      Utilizado para empresas con presencia en
      Internet.
    • Muestreos estadísticos a través de
      la Web.
      Lo cual indicaría que valores se aprecian en
      la empresa, tales como confiabilidad, entrega a tiempo del
      producto o servicio, etc.
    • Cuota de mercado. Este indicador
      definiría la evolución de la participación
      de la empresa en el mercado.

    Indicadores de la calidad de
    servicio brindado. Como los que tenemos a
    continuación:

    • Reclamos por deterioros sobre unidades
      entregadas.
    • Reclamos por servicios postventa sobre servicios
      postventa realizados.
    • Unidades devueltas sobre unidades
      vendidas.
    • Tiempo de garantía que ofrece el
      producto,
      o servicio con respecto a su funcionamiento o
      ejecución.
    • Reclamos postventa. Realizados por los
      clientes, clasificados por su naturaleza.
    • Grado de satisfacción del
      cliente.

    La enumeración precedente de indicadores no
    pretende estar agotada, dado que cada sector, actividad u
    organización podrá contar con una variedad propia
    de acuerdo a sus características. Nos proponemos utilizar
    algunos de estos indicadores, tal como los proponen Pucich y
    otros (2001) o modificados para determinar los activos
    intangibles en nuestro caso de estudio, la empresa Zeltia,
    C.A.

    1. Identificación
      Contable de los Activos Intangibles
    2. Una vez que hemos definido y clasificado a los
      activos intangibles, a continuación pasamos a
      analizar cual ha sido su tratamiento contable hasta la
      actualidad, cual ha sido la actitud de las Autoridades
      Contables con respecto a ellos, el porqué de las
      diferencias crecientes entre el valor de mercado y el valor
      en libros de las empresas, cuáles son las
      prácticas actuales de las empresas en lo que se
      refiere a estos activos y si el modo de registrar
      contablemente los activos intangibles responde o no a las
      necesidades de los grupos
      que requieren información de las empresas que los
      poseen.

      Por años los futuristas habían
      declarado que Asia iba a
      dominar la economía mundial en el siglo XXI.
      Esto parece que no va a suceder. Es claro que el nuevo
      siglo no le va a pertenecer a Asia, América, Europa o
      cualquier otra zona geográfica, sino a una
      economía global, cada día más
      interdependiente.

      En este nuevo siglo global, las
      compañías que buscan expandir sus fronteras
      se van a encontrar con tres problemas básicos:

      1.- La necesidad de crear o establecer marcas
      globales para que sus productos puedan competir en el
      mercado
      global.

      2.- La comercialización de sus productos o
      servicios a través de Internet.

      3.- La comunicación de su
      información financiera.

      La información financiera se encuentra
      dirigida principalmente a los usuarios externos del negocio
      que no están involucrados en la
      administración; por lo tanto, debe ser
      comprensible para todos ellos y relevante para la toma de
      decisiones.

      Todos deben confiar en la información
      brindada, pues se supone que está libre de errores
      materiales, representando fielmente las
      operaciones
      y sucesos que se pretende representar, de acuerdo con la
      realidad económica y no solamente según la
      forma legal. El objetivo de esta información no debe
      ser, en ningún momento, conseguir un resultado o
      desenlace predeterminado, para ello se debe ejercer el
      principio de la prudencia, de tal manera que las
      estimaciones se ajusten a la realidad económica de
      la organización.

      Sin embargo, hoy se afirma con ahínco que
      la contabilidad presenta debilidades en algunos aspectos;
      como por ejemplo, el no incluir las relaciones ambientales
      del entorno donde se desenvuelve la empresa o el hecho de
      no presentar valores de mercado de las partidas que
      conforman el activo, pasivo y patrimonio. En este orden de
      ideas, el hecho más resaltante, sin duda alguna, lo
      constituye la ausencia en la información financiera
      de uno de los principales activos de una
      organización, los intangibles.

      En el mundo actual, los activos más
      valiosos de las empresas ya no son los activos tangibles
      (maquinarias, edificaciones, terrenos, inventarios, entre otros), sino los
      intangibles. Como consecuencia de ello, se hace necesario
      que la contabilidad asuma el compromiso de informar los
      efectos de este evento económico sobre la
      información financiera. Sin embargo, en este punto
      se encuentran limitaciones, con relación a principios
      o normas de contabilidad generalmente aceptadas, que
      permitan producir información financiera al
      respecto.

      La medición es el problema fundamental para
      las ciencias contables. De acuerdo con lo establecido en el
      marco conceptual de las Normas Internacionales Contables
      (NIC), se
      define la medición como "el proceso de
      determinación de los importes monetarios por los que
      se reconocen y llevan contablemente los elementos de los
      estados financieros, para su inclusión en el
      balance
      general y estado
      de resultados. Para realizarla es necesario la selección de una base o método
      particular de medición." (Párrafo 99, subrayado
      nuestro).

      Para abordar el tema de la medición, es
      importante considerar, con especial atención, a la
      NIC 38 "Activos Intangibles", promulgada en Septiembre de
      1998, con el fin de obtener elementos que permitan elaborar
      conclusiones sobre su incorporación en la
      información financiera.

      En primer término, esta norma define el
      concepto de activo intangible como aquel "identificable, de
      carácter no monetario y sin apariencia física, que se tiene para ser
      utilizado en la producción o suministro de bienes y
      servicios, para arrendarlo a terceros o para funciones
      relacionadas con la administración de la entidad".
      Según esta norma, un activo es un recurso a)
      controlado por la empresa como resultado de sucesos pasados
      y b) del que se espera obtener, en el futuro beneficios
      económicos para la entidad (Párr. 3). De
      igual forma, la norma exige que la empresa reconozca en sus
      estados financieros el activo intangible al costo, si y
      solo si: a) es probable que los beneficios
      económicos futuros, que se han atribuido al mismo,
      lleguen a la empresa y b) el costo del activo pueda ser
      medido de forma confiable.

      Atendiendo a esto, uno de los principales
      inconvenientes presentados al momento de generar la
      información financiera sobre los intangibles, es el
      hecho que la contabilidad se basa en el principio del Costo
      Histórico, según el cual las transacciones y
      eventos
      económicos que ésta cuantifica deben ser
      registrados de acuerdo a las cantidades de efectivo que se
      afecten o su equivalente o la estimación razonable
      que de ellos se haga al momento en que se consideren
      realizados contablemente. (DPC 0)

      El origen de esta situación, obedece
      principalmente a la dicotomía ya planteada que se
      presenta entre el Valor en Libros y el Valor de Mercado.
      Entendido el primero como el valor contable del activo; es
      decir, el costo del activo menos su depreciación; y el segundo,
      simplemente, como el precio en el que el activo considerado
      (o un activo similar), se negocia en un mercado abierto.
      (Tratamos este punto con mayor detalle en otro aparte en
      este mismo capítulo)

    3. Las deficiencias de los PCGA en el
      tratamiento de los Activos Intangibles
    4. Problemas en el Tratamiento Contable de
      los Activos Intangibles:

    Serrano y Chaparro (2001), sostienen que tenemos una
    contabilidad de activos tangibles. A lo largo de los
    últimos siglos, los esfuerzos de académicos y
    profesionales de la Contabilidad han perfeccionado los sistemas
    contables logrando planes de cuentas muy detallados para estos
    activos.

    Existe abundante bibliografía contable que trata
    aspectos, incluso muy específicos, que afectan, por
    ejemplo, al inmovilizado material, las existencias o los efectos
    comerciales a pagar.

    Un panorama totalmente distinto es el que concierne a
    los activos intangibles. Poca atención se ha prestado a
    estos activos, a excepción de unos pocos, tales como el
    fondo de comercio, los gastos en investigación y
    desarrollo o la propiedad industrial. Esto, a pesar que en muchas
    empresas, el valor de estos activos intangibles y otros que no se
    contabilizan, es muy superior al de sus bienes
    tangibles.

    Sostienen Pucich y otros (2001), que las normas
    contables restringen la posibilidad de reconocer los recursos
    intangibles de naturaleza no identificable y autogenerados por la
    empresa. Según los autores citados, esta actitud
    conservadora tiene fundamento en, al menos, algunos de los
    planteamientos que explicamos a continuación:

    • Muchas empresas pueden tener importantes recursos
      intangibles, pero si en un plazo razonable no se traducen en
      ingresos y beneficios, estos activos carecen de toda utilidad
      para la empresa.
    • Ciertos recursos intangibles pueden ser
      efímeros e inciertos: por ejemplo, la buena imagen y
      sensación de seguridad que transmite una
      compañía aérea puede desaparecer con un
      accidente. Por otra parte, cuando se invierte en un activo
      tangible, podría obtenerse alguna clase de ganancia,
      incluso durante una recesión; mientras que cuando una
      empresa invierte en un activo de conocimiento, podría
      perfectamente perder lo invertido.
    • En ciertos casos se puede contabilizar varias veces
      lo mismo: por ejemplo, una organización que ha
      contratado un importante científico puede presentarlo
      como activo tangible en los recursos humanos, en la
      investigación y desarrollo que realiza o en la imagen
      que da a la empresa. En este caso, además de registrarlo
      como un activo, debería valorarse como un riesgo
      potencial, en el caso que dejara la empresa.
    • Algunos indicadores de capital intelectual no parecen
      muy relevantes o son discutibles. Por ejemplo, los indicadores
      relacionados con variables
      subjetivas, tales como las relaciones entre las variables
      objetivas de los empleados (edad, sexo,
      antigüedad, etc.) con su aporte al valor de la empresa. Es
      necesario dedicar más esfuerzo a investigar la
      relación entre cada variable propuesta y el valor de la
      empresa.
    • Los derechos de propiedad de estos recursos son
      dudosos. El surgimiento de miles de causas judiciales por
      violación de patentes, demuestra la dificultad de
      definir y mantener los derechos de propiedad cuando se trata de
      conocimiento.
    • La función de preparar estados contables se
      trata siempre como un centro de costos, en
      donde los administradores conciben las auditorias
      como un mal necesario que hay que realizar insumiendo el
      mínimo costo posible. Esa situación
      también afecta a las normas contables, pues si una norma
      permite contar con una alternativa más barata, en
      general, siempre será la elegida. Esto ha derivado en
      que las actividades de preparación y auditoria de
      estados contables muestren una declinación constante en
      términos de calidad y cantidad de la información
      útil que brindan.
    • Una actitud tradicionalista de interpretar el
      requisito de objetividad que debe poseer la información
      contable, que perjudica la labor del contador. Interpretamos de
      la lectura
      de las normas que la "objetividad consiste en no influir en la
      conducta de
      los usuarios de la información contable hacia alguna
      dirección en particular". Sin embargo,
      ¿dejarán los estados contables de ser neutrales
      por el solo hecho de reconocer los activos intangibles en la
      medida que estos puedan ser mensurables razonablemente?
      Resulta, por otra parte, contradictorio que consideremos
      objetiva la práctica contable de calcular la amortización de un edificio dividiendo su
      valor por cincuenta años. Podríamos encontrar
      respuesta a esta situación en que quizás los
      mismos auditores y administradores se oponen en cierta medida a
      cualquier cambio en el
      sistema contable. Según Pucich y otros (2001), ellos
      prefieren no exponer en sus informes nada que pueda volverse
      sin valor, pues es bastante molesto cuantificar recursos que
      son intrínsecamente difíciles de medir y luego
      tener que defender esto en un juicio que inicie un tercero.
      Consideramos que estas actitudes
      subestiman al destinatario de los informes contables, al creer
      que desconocen los límites
      en la precisión de la información
      contable.
    • La actitud de los inversionistas institucionales y
      los analistas financieros que consideran actualmente este tipo
      de información como privada y confidencial, por lo que
      podrían verse afectados en sus intereses si ese tipo de
      información saliera a la luz
      pública, esto bajo la premisa de que "información
      es poder".

    Teniendo en cuenta la evolución de la normativa
    contable, en opinión de Pucich y otros (2001), parece poco
    probable que se produzca un avance en la adecuación de la
    información patrimonial de las empresas que permita el
    reconocimiento de todos los recursos intangibles, a pesar de que
    la mayoría de las empresas los gestionan.

    Son muchos los inconvenientes que se deben tener
    presentes a la hora de tratar de encontrar el valor de una
    empresa, por lo que, a continuación, intentaremos abordar
    los principales problemas que se presentan hoy en día en
    la búsqueda de la información que más se
    ajuste a la realidad de las organizaciones.

    En primer lugar, la diferencia entre el Valor Contable y
    el Valor de Mercado, como consecuencia de la inconsistencia de
    las normas contables relacionadas con la valoración de
    activos para recoger las expectativas del mercado, aspectos que
    sencillamente la contabilidad no refleja.

    Por otra parte, el mercado donde se desenvuelven las
    organizaciones no reúne las características de un
    mercado de competencia
    perfecta, por lo que no existen parámetros universales
    para llevar a cabo la respectiva valoración,
    formándose esta sobre la base de distintas hipótesis, siempre en función de los
    objetivos que persigue el proceso.

    En tercer lugar, aunque en el campo de los principios
    contables se están generando procesos de cambio, estos no
    alcanzan la velocidad necesaria en su intento de adaptarse a los
    del complejo mundo financiero.

    Por último, se va a destacar el hecho de que la
    contabilidad esta siendo influenciada por el entorno y debe
    responder a las necesidades de información de sus
    principales usuarios. Aún cuando, se están dando
    los primeros pasos para el tan anhelado proceso de
    homogenización de la información contable, el mismo
    no se ha materializado completamente.

    1. Los Mercados de Valores y la
      Contabilidad:
    2. Como decíamos anteriormente, el origen del
      problema que se presenta al momento de tratar de valorar
      una empresa, obedece principalmente a la dicotomía
      ya planteada que se presenta entre el Valor en Libros y el
      Valor de Mercado. Entendido el primero como el valor
      contable del activo; es decir, el costo del activo menos su
      depreciación; y el segundo, simplemente, como el
      precio en el que el activo considerado (o un activo
      similar), se negocia en un mercado abierto. Su importancia
      se manifiesta en la diferencia presentada en el Valor de
      una empresa en el mercado y el Valor según los
      registros
      de contabilidad.

      El término Valor puede significar
      diferentes cosas para distintas personas. Es así
      como el valor de un bien es lo que una persona
      paga o está dispuesta a pagar por él. En el
      caso de las empresas, es un concepto que ha estado presente
      en la contabilidad desde sus inicios, pero que hoy va mucho
      más allá del simple concepto de valor en sus
      diferentes consideraciones, pues está más
      relacionado con la forma de crear ese valor y reflejarlo en
      la información financiera.

      Tradicionalmente, han sido utilizados los estados
      financieros o cuentas anuales de la entidad para determinar
      su valor, tanto frente a terceros o potenciales inversores,
      como para sus propios accionistas. Esta práctica ha
      sido utilizada con relativo éxito satisfaciendo las
      necesidades de información de su momento.

      Sin embargo, en la actualidad, diversos factores
      se han incorporado al complejo análisis y
      determinación del valor de la empresa, entre ellos,
      los más importantes por su poder de
      distorsión, lo constituyen el valor del capital
      intelectual, la gestión del conocimiento y el fondo
      de comercio; por sólo mencionar algunos.

      En general, la incorporación e
      identificación de activos de carácter
      intangible, de los cuales se reconoce que tienen un valor
      intrínseco, pero que no existe consenso en cuanto a
      la formula de determinarlo, ni mucho menos de registrarlo
      en las cuentas anuales, modifican contablemente el valor de
      la entidad. Este tipo de ítems (intangibles) termina
      siendo reconocido por el mercado.

      En este sentido, Hernández (2000) afirma
      que "… a lo largo de los años la ciencia contable
      ha venido siendo utilizada, entre otros aspectos, para la
      determinación de la medida del valor de las
      empresas". La razón ha reflejado al objetivo
      fundamental de la contabilidad como el de proveer a los
      usuarios de los estados financieros de una
      información útil para la toma de decisiones
      adecuadas.

      Situación más que suficiente para
      que los estados financieros se preparen para dar a conocer
      aquella información que sea útil para los
      inversores actuales y potenciales, los prestamistas y otros
      usuarios, a efecto de que la toma de decisiones que se haga
      en función a la utilización de los mismos,
      pueda representar la de menor riesgo para los intereses de
      la organización.

      De acuerdo a lo expresado por Hernández
      (2000), por siglos esta información contable, ha
      permitido establecer la conjunción y grado de
      riqueza que pertenece al dominio o
      propiedad de alguien, así como los derechos
      jurídicos y los bienes que integran el ente
      económico productor de esa riqueza o
      plusvalía.

      Sin embargo, para el mundo de hoy, parece ser que
      el modelo
      contable tradicional no es suficiente para entregar la
      información requerida, para reflejar el verdadero
      valor económico de las compañías. Ello
      se debe fundamentalmente, afirma Hernández (2000), a
      que los métodos utilizados se centran
      básicamente en la cuantificación de los
      activos tangibles, olvidando la importancia creciente de
      los intangibles que, según Sierra y Moreno (2000),
      se han convertido en factores determinantes para generar y
      agregar valor en las empresas.

      En este mismo orden de ideas, Cañibano,
      García-Ayuso y Sánchez (1999) plantean que:
      "el modelo contable tradicional resulta insuficiente debido
      a su incapacidad para reflejar el valor de determinadas
      inversiones, lo que dificulta la consideración de
      las actividades de innovación como variables
      estratégicas". (p. 20)

      Para Sanz (1999), citado por Hernández
      (2000), hoy en día la información
      económica-financiera constituye un valioso
      instrumento para el proceso de toma de
      decisiones.

      La contabilidad se contempla, de esta manera, como
      el medio más importante y útil para preparar
      y dar a conocer los diferentes aspectos que constituyen la
      información económica-financiera en las
      organizaciones.

      Los Estados Financieros son los documentos a
      través de los cuales se presenta la
      información económica-financiera de acuerdo
      con los Principios
      de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA). Su
      objetivo general es proporcionar información
      útil a los usuarios para tomar decisiones
      económicas. En el caso de los estados contables de
      uso general, obtenidos de la contabilidad
      financiera, es importante considerar que la
      información resulte útil para una amplia gama
      de usuarios, de forma que sea de tipo general y atienda a
      diferentes propósitos, aun cuando sea el reflejo de
      los efectos de transacciones y acontecimientos
      pasados.

      Sin embargo, señala Hernández
      (2000), que se puede observar como la brecha entre los
      valores reflejados en las Cuentas Anuales y la
      estimación que los inversionistas hacen de las
      compañías, es cada día más
      grande. En otras palabras, la diferencia entre el Valor en
      Libros y el Valor de Mercado de las empresas se ha
      incrementado significativamente.

      En muchas empresas existe una gran disparidad
      entre su valor en libros y su valor de mercado o
      capitalización bursátil. Aunque esta
      diferencia siempre ha existido, en los últimos
      años la brecha se ha ampliado. En promedio, para los
      valores del índice Dow Jones Industrial, el ratio de
      valor de mercado a valor en libros es de 5. En algunos
      casos, se trata de diferencias verdaderamente
      espectaculares.

      Según Bradley (2000), citado por
      Hernández (2000) profesor
      de la Escuela
      Abierta de Negocios de Gran Bretaña; hoy se paga por
      las adquisiciones de empresas hasta 4,4 veces su valor en
      libros y en algunos casos diez (10) veces su
      cuantía, en especial cuando éstas tienen un
      gran componente de conocimiento o capital
      intelectual.

      Para Hernández (2000), este es el caso de
      empresas que operan a través de Internet como
      Yahoo!, Amazon y Netscape, sólo para citar algunas
      de las más importantes; las cuales son valoradas en
      el mercado por sumas de hasta mil (1000) veces su valor en
      libros.

      La empresa Yahoo!, presentaba en sus balances al
      30 de septiembre de 1998, activos totales por 497 millones
      de dólares, mientras que su valor de mercado en la
      bolsa era de 18.850 millones de dólares. Analizando
      sus balances, la empresa exhibía números
      rojos y arrastraba un déficit acumulado de 44
      millones de dólares. La explicación de este
      desfase, se encuentra en los activos intangibles que tiene
      la empresa -es la más visitada de Internet- que no
      aparecen en sus balances. (Serrano y Chaparro,
      2001)

      De acuerdo con Brooking (1997, p. 24), en un
      estudio realizado sobre 226 empresas británicas, el
      76% de ellas no había asignado ningún valor a
      sus activos inmateriales y la mayoría de las que lo
      hicieron, el restante 24%, se referían al fondo de
      comercio generado por fusiones y adquisiciones.

      De aquí se deduce que cada vez la
      Contabilidad explica menos el mercado. Con estas premisas,
      son lógicos los resultados del estudio realizado por
      Lev (1997), en el que pone de manifiesto que si en los
      años 60 y 70 alrededor del 25% de las diferencias en
      los cambios de las cotizaciones de las acciones
      podían atribuirse a diferencias en los beneficios
      publicados, en los 90, sólo el 10% de estas
      diferencias es explicada por la publicación de
      beneficios. En otras palabras, cada vez la contabilidad
      explica menos los movimientos del mercado
      bursátil.

      Aunque la información contable publicada
      por las empresas sigue siendo, por razones lógicas,
      la materia
      prima fundamental en las decisiones, afirma
      López (1999), los protagonistas de este proceso
      empiezan a utilizar, por no estar elaborada adecuadamente
      o, en algunos casos, por resultar insuficiente, numerosa
      información extracontable.

      Atendiendo a estas razones, el tema de la
      valoración de intangibles, Archel Domench (1995),
      sostiene que se ha convertido en una de las áreas
      más controvertidas con las que se enfrenta la
      teoría de la contabilidad,
      principalmente debido a que, hasta el momento, no ha
      conseguido dar una respuesta satisfactoria a los distintos
      usuarios de la información contable, ni a los
      diferentes organismos encargados de la emisión de
      normas contables.

      En España, el estudio de los activos
      intangibles se ha centrado durante muchos años, y
      casi en exclusiva, al debate sobre el Fondo de Comercio.
      Sin embargo, afirma Archel Domench (1995), que la
      consideración de los intangibles proyecta su estudio
      hacia el análisis de algunas partidas
      polémicas tales como Investigación y
      Desarrollo, Capital Intelectual y Recursos Humanos, entre
      otros.

      Es tal la importancia que los intangibles
      están adquiriendo en la empresa que, en muchas
      ocasiones, la inversión en ellos representa el mayor
      activo de la compañía. Según
      Goldfinger (1997), citado por Cañibano y otros
      (1999): "la fuente de valor y riqueza económica no
      es ya la producción de bienes materiales, sino la
      creación y manipulación de activos
      intangibles". (p. 20)

      Conviene en este punto mencionar un concepto de
      Activos Intangibles, que hace referencia a como debe ser
      considerado en los estados financieros. Nos referimos al
      enunciado de Meigs, Johnson y Meigs (1985), quienes
      sostienen que "el término activos intangibles se
      utiliza para describir un activo no corriente que se
      utiliza en la operación del negocio, pero carece de
      sustancia física" (p. 411)

      De todo lo anterior se desprende, según
      Sierra y Moreno C. (2000), que en general, las Cuentas
      Anuales no proporcionan suficiente y clara
      información a los usuarios externos sobre una de las
      principales fuentes
      de generación de beneficios futuros, los
      intangibles.

      La no incorporación al activo de esta
      fuente de beneficios trae como consecuencia una
      infravaloración de los recursos propios. Así,
      numerosos estudios llevados a cabo en los últimos
      años, justifican el descenso de la capacidad
      explicativa de los estados contables tradicionales por la
      no inclusión en los mismos de los activos
      intangibles. (Lev, 1996; Johanson, 1996; Leadbeater, 1998;
      Milken, 1999)

      Como señala Rojas (2000), citado por
      Hernández (2000), esta falta de información,
      conduce generalmente a la infravaloración de las
      compañías que emplean recursos intangibles
      para la creación de valor, lo que origina que las
      decisiones que adoptan los distintos usuarios y que han
      sido tomadas, principalmente, a partir de tales informes,
      puedan, en algunas ocasiones, ser ineficientes y, en
      consecuencia, empresas que aparentemente lucen como las que
      poseen un mayor valor porque obtienen beneficios mayores,
      realmente lo que están haciendo es disminuir su
      capacidad de generación de beneficios
      futuros.

      Según Cañíbano y otros
      (1999), es por esta razón que se ha comenzado a
      abrir un espacio al reconocimiento de los activos
      intangibles en la información financiera de las
      empresas; lo cual no representa, por el momento, una
      ruptura con las tradicionales prácticas contables de
      reconocimiento y medición de activos, sino de
      comenzar abrir nuevas vías de información
      para los reportes financieros, planteándose
      inclusive la modificación de su propio marco
      conceptual.

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