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Principales exponentes del barroco italiano




Enviado por Arelys Agostini



    1. Introducción
    2. Giovanni Battista Lorenzo Bernini
      (1598-1680)
    3. Obras más representativas del
      barroco italiano
    4. Francesco Borromini
      (1599?1667)
    5. Bibliografía

     

     

    1.
    INTRODUCCIÓN

    El barroco es el estilo que se gesta a finales del XVI y se
    extiende hasta el XVIII. Nace en Italia y desde
    allí se expande por toda Europa. Se trata
    de un estilo complejo fruto de una época de crisis. Es un
    arte
    brillante, ostentoso, con él se expresa el poder de los
    grandes monarcas, la fluyente riqueza de los Estados y la
    próspera situación del catolicismo.

    La variedad de situaciones socioeconómicas, políticas
    y religiosas originan la existencia de barrocos "distintos": un
    barroco cortesano y católico, instrumento de propaganda de
    la Iglesia y del
    Estado
    absoluto (Italia, Francia,
    España), y otro barroco burgués y
    protestante (Inglaterra y
    Holanda).

    Pese a estas grandes diferencias existen impulsos
    estéticos comunes, fruto de la sensibilidad de la
    época, que desdeña las reglas y tiende a lo emotivo
    y desbordante. Es un estilo que refleja el estado de
    ánimo del hombre del
    momento, pesimista, desengañado, realista, con conciencia de sus
    imperfecciones.

    Bernini o Borromini ¿Cual de los dos representa
    mejor el Barroco? Todo el mundo en Roma tiene una
    opinión al respecto. Basta con recorrer la ciudad un par
    de días para hacerse una composición de lugar y, si
    se desea, entrar en polémica.
    Los dos artistas, que tan solo se llevaban un año,
    empezaron a trabajar juntos compartiendo los mismos proyectos; sin
    embargo pronto competirían ferozmente entre sí por
    conseguir los mejores concursos de arquitectura.
    Bernini (1598-1680) venía de Nápoles y Borromini
    (1599-1667) de Lombardía; el primero había heredado
    la exuberancia propia de su tierra; el
    segundo, por el contrario, era introvertido y tenía mal
    carácter. Borromini dedicaría los
    últimos años de su vida a denigrar a su rival.
    Olvidado como artista y paranoico acabaría
    suicidándose. Bernini por el contrario fue muy famoso y
    prolífico en su época. Hoy, sin embargo, parece que
    la obra de Borromini está en alza superando incluso a la
    de su eterno competidor.

     

     2. BIOGRAFÍA

    Giovanni Battista Lorenzo
    Bernini 1598- 1680

      

    Fue uno de los artistas más sobresalientes del
    barroco italiano. Su actividad artística no se reduce a la
    escultura, también fue un gran arquitecto, pintor,
    dibujante y escenógrafo; concibió
    espectáculos de fuegos artificiales, realizó
    monumentos funerarios y fue autor teatral. Su arte es la
    quintaesencia de la energía y solidez del barroco en su
    apogeo. En la escultura, su gran habilidad para plasmar las
    texturas de la piel o de los
    ropajes, así como su capacidad para reflejar la
    emoción y el movimiento,
    eran asombrosas. Bernini introdujo cambios en algunas
    manifestaciones escultóricas como los bustos, las fuentes y las
    tumbas. Su influencia fue enorme durante los siglos XVII y XVIII,
    y puede comprobarse en la obra de maestros como Pierre Puget,
    Pietro Bracci y Andreas Schlüter. Toda su vida la
    dedicó al trabajo y su
    trayectoria se caracteriza por el gran número de proyectos
    que emprendió. Desarrolló su carrera casi por
    completo en Roma, aunque había nacido en Nápoles el
    7 de diciembre de 1598. Su padre, Pietro Bernini, un escultor de
    talento del manierismo tardío, fue su primer maestro. Sin
    embargo, pronto el hijo superó al padre, según
    señalan las principales fuentes de
    información sobre Bernini: la biografía de Filippo
    Baldinucci (1682) y la de su hijo Domenico Bernini (1713). Muchas
    de sus primeras esculturas estaban inspiradas en el arte
    helenístico. La cabra Amaltea amamantando a Zeus
    niño y un joven sátiro (que últimamente se
    cree es de 1609, Galería Borghese, Roma) es un ejemplo
    típico del gusto por lo clásico del entonces joven
    escultor. Los grupos
    escultóricos de maestros anteriores, como Giambologna, se
    caracterizaban por el hecho de haber sido concebidos para poder
    ser rodeados por el espectador y ser vistos desde diferentes
    ángulos. Sin embargo, los grupos escultóricos de
    Bernini de la década de 1620, como El rapto de Proserpina
    (1621-1622, Galería Borghese, Roma), presentan al
    espectador una visión desde una perspectiva única
    sin sacrificar por ello nada del dramatismo inherente a la
    escena. También de la década de 1620 son sus
    primeros proyectos arquitectónicos, como la fachada de la
    iglesia de Santa Bibiana de Roma (1624-1626) y la creación
    del magnífico baldaquino (1624-1633), dosel sobre el altar
    mayor de la basílica de San Pedro, que fue un encargo del
    papa Urbano VIII, primero de los siete pontífices para los
    que trabajó

    Este proyecto, obra
    maestra de ingeniería, arquitectura y escultura, fue
    la primera de una serie de obras monumentales para la
    basílica de San Pedro. Más adelante realizó
    las tumbas de Urbano VIII (1628-1647) y Alejandro VII
    (1671-1678), ambas en la basílica de San Pedro, que, al
    incorporar figuras tridimensionales en actitud
    dinámica, difieren notablemente del enfoque
    puramente arquitectónico de los sepulcros realizados por
    artistas anteriores. En la colosal Cátedra de San Pedro
    (la silla gestatoria, 1657-1666), en el ábside de la
    basílica, utilizó el mármol, el bronce
    dorado y el estuco en una espléndida composición en
    movimiento ascendente, que adquiere un mayor dramatismo con la
    ventana oval de oro que tiene
    en el centro y que se convierte en el punto focal de toda la
    basílica. Bernini fue el primer escultor que tuvo en
    cuenta el dramatismo potencial de la luz en los grupos
    escultóricos. Esto se evidencia aún más en
    su famoso Éxtasis de santa Teresa (1645-1652, Santa Maria
    della Vittoria, Roma), donde los rayos del sol, surgidos de una
    fuente invisible, iluminan a la santa en trance y al ángel
    sonriente que está a punto de traspasarle el corazón
    con una flecha de oro. Los numerosos bustos que realizó
    expresan un sentimiento análogo de convincente realismo
    dramático, tanto los de carácter alegórico
    como El alma condenada
    y El alma salvada (ambas de aproximadamente 1619, Casa de
    España, Roma), como los que eran retratos, por ejemplo el
    del Cardenal Scipione Borghese (1632, Galería Borghese) o
    el de Luis XIV de Francia (1665, Palacio de Versalles). Dentro de
    las obras arquitectónicas no religiosas de Bernini se
    incluyen proyectos para diversos palacios: el palacio Ludovisi
    (actualmente palacio Montecitorio, 1650) y el palacio Chigi de
    Roma (1664), así como unos diseños para el Louvre,
    proyecto que no llegó a ejecutarse y que presentó a
    Luis XIV en 1665, durante una estancia de cinco meses en
    París. Bernini proyectó también tres
    iglesias: la de Castelgandolfo (1658-1661) construida sobre
    planta de cruz griega, y la de Ariccia (1662-1664) con planta
    circular.

    La tercera es su mayor logro dentro de la arquitectura
    religiosa: el templo de San Andrés del Quirinal
    (1658-1670) de Roma se construyó sobre planta oval con un
    porche ovoide que se extiende por delante de la fachada,
    reproduciendo los ritmos interiores del edificio. El interior,
    decorado con mármol oscuro de diferentes colores, tiene
    una bóveda oval decorada en blanco y oro. También
    son de la década de 1660 la Scala Regia (Escalera real,
    1663-1666), que conecta las habitaciones papales del palacio del
    Vaticano con la basílica de San Pedro, y la
    magnífica Plaza de San Pedro (diseñada en 1667),
    que enmarca la entrada a la basílica dentro de un espacio
    oval dinámico formado por dos columnatas semicirculares.
    Entre las fuentes de carácter escultórico
    diseñadas por Bernini destaca la espectacular Fuente de
    los cuatro ríos (1648-1651) en la Piazza Navona. Bernini
    ejerció su actividad prácticamente hasta su
    muerte, el 28
    de noviembre de 1680. Su última obra, El busto del
    Salvador (Museo Chrysler, Norfolk, Virginia), presenta una
    imagen de
    Cristo sobria y contenida que hoy día ha sido interpretada
    como la actitud de calma y resignación de Bernini ante
    la
    muerte.

    3. OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS
    DEL BARROCO ITALIANO

    • SAN ANDREA AL
      QUIRINALE (1658-1670)

     

    Con este edificio Bernini revoluciona el concepto de
    arquitectura religiosa vigente en el siglo XVI.
    Retranqueándose con respecto a la calle donde se
    sitúa, dos alas cóncavas llevan la mirada del
    espectador hacia el plano vertical de la entrada de la iglesia,
    rematado por un frontón y que se proyectaba hacia adelante
    por medio de la curva convexa de un pequeño pórtico
    adintelado, sobre dos columnas exentas, elevado gracias a la
    escalinata semicircular en la que se asentaba. A la sobriedad de
    las alas se opone la riqueza vertical de la fachada, con su
    pórtico aéreo entre pilastras monumentales.

    La fachada, retraída bajo una estructura
    curva que la envuelve desde su base, está compuesta con
    elementos propios de la arquitectura clásica: un friso con
    motivos griegos, columnas corintias y triángulos y semicírculos
    romanos.


    En lo alto de está sobresale el escudo de armas del
    príncipe Camilo Pamphili quién había
    encomendado a Bernini el proyecto.
    El espacio interior es de planta elíptica colocada en
    sentido transversal al eje que unía la entrada y el altar
    mayor. Cuatro capillas, separadas por pilastras corintias
    acanaladas, se abren a cada lado de la capilla mayor adintelada,
    las laterales, también adinteladas y con balcones por
    encima.

    • Principales
      Características:

    Planta 

    • Dos alas cóncavas llevan la mirada del espectador
      hacia el plano vertical de la entrada de la iglesia
    • Rematado por un frontón y que se proyectaba hacia
      adelante por medio de la curva convexa de un pequeño
      pórtico adintelado
    • Sobre dos columnas exentas, elevado gracias a la
      escalinata semicircular en la que se asentaba
    • A la sobriedad de las alas se opone la riqueza vertical
      de la fachada, con su pórtico aéreo entre
      pilastras monumentales
    • El espacio interior es de planta elíptica
      colocada en sentido transversal al eje que unía la
      entrada y el altar mayor.
    • PALAZZO BARBERINI

     

    En este enorme edificio (1633) podemos comparar con
    facilidad la obra de los dos maestros.
    La entrada al ala izquierda del palacio nos conduce hasta una
    gigantesca escalinata cuadrada de Bernini. La de Borromini, mucho
    más pequeña y ovalada, se alza a pocos metros de la
    entrada que conduce al ala derecha. Borromini
    desempeñó el cargo de ayudante de Carlos Maderno,
    el arquitecto que había proyectado el palazzo.
    Maderno murió poco después de que se iniciaran las
    obras y Bernini, de treinta y dos años, se hizo cargo del
    proyecto ayudado por Borromini-un año más
    joven.
    A pesar de que por aquél entonces Bernini estaba
    considerado como el más grande escultor y decorador de
    Roma sabía poco de arquitectura y en este campo tuvo que
    apoyarse en los conocimientos de Borromoni.
    La escalinata cuadrada es sin duda alguna impresionante- observen
    cómo las rampas se elevan hacia lo alto en ángulo
    recto – pero la ovalada de Borromini demuestra el talento del
    artista para resaltar y embellecer espacios reducidos.
    Si miramos de frente a la fachada exterior nos llamarán la
    atención los peculiares frontones de las
    ventanas del último piso (Borromini): los arcos que
    rematan las siete ventanas centrales están
    diseñados para que éstas parezcan
    retranqueadas.
    El palacio alberga la Galleria Nazionale D?Arte Antica (ver:


    Museos
    ). Entre sus colecciones de pintura
    destacamos "La Fornarina", amante de Rafael, y el Retrato de
    "Enrique VIII" de Holbein.

      • Principales
        Características:
    • La entrada al ala izquierda del palacio nos conduce
      hasta una gigantesca escalinata cuadrada de
      Bernini.
    • La escalinata cuadrada es sin duda alguna
      impresionante
    • La de Borromini, mucho más pequeña y
      ovalada, se alza a pocos metros de la entrada que conduce al
      ala derecha
    • la fachada exterior nos llamarán la
      atención los peculiares frontones de las ventanas del
      último piso (Borromini):
    • los arcos que rematan las siete ventanas centrales
      están diseñados para que éstas parezcan
      retranqueadas

     

     

    • BALDAQUINO, BASÍLICA DE SAN PEDRO DEL
      VATICANO. (1624 ? 1633)

     

    Sobre el altar mayor de la basílica, bajo el cual
    estaba el sepulcro de San Pedro, erigió una gigantesca
    estructura de bronce oscuro y dorado, en forma de dosel o palio,
    sobre cuatro enormes columnas salomónicas, que
    reproducían las helenísticas de la basílica
    constantiniana las cuales, a su vez, procedían del Templo
    de Jerusalén, y por las que trepaban eucarísticas
    vides y triunfales laureles. El Baldaquino tiene 29 metros de
    altura. Lo realiza con una doble finalidad: por un lado que el
    altar no pierda su preferencia en las dimensiones colosales de la
    iglesia (un altar de dimensiones humanas en una iglesia de
    dimensiones gigantescas); y por otro lado para llamar la
    atención sobre el elemento arquitectónico
    fundamental (la cúpula). Del entablamento pendía,
    como si fuera de tela, una movida colgadura broncínea,
    aparentemente mecida por el viento, y sobre sus plomos
    habrían aparecido las estatuas de San Pedro y San Pablo,
    mientras que quedaría rematado todo el conjunto por la
    figura de Cristo. Del proyecto original, se sustituyó al
    Salvador por un orbe y su cruz, y los apóstoles se
    transformaron en sus símbolos tradicionales – tiara y llave,
    espada y libro– que
    portan infantiles figuras de ángeles por encima de la
    cornisa. Cuatro ángeles adultos sostienen guirnaldas
    triunfales en las esquinas y desde ellos brotan cuatro aletones
    recurvados en forma de volutas que soportan el remate
    simbólico de la divinidad.

      • Principales Características:
    • una obra en bronce de 29 metros de altura.
    • en forma de dosel o palio, sobre cuatro enormes columnas
      salomónicas, que reproducían las
      helenísticas de la basílica constantiniana
    • Cuatro ángeles adultos sostienen guirnaldas
      triunfales en las esquinas y desde ellos brotan cuatro aletones
      recurvados en forma de volutas que soportan el remate
      simbólico de la divinidad
    • Baldaquino, Basílica de San Pedro del Vaticano.
      (1624 – 1633)

     

    • PLAZA DE SAN PEDRO EL VATICANO (1656 – 1667)

     

    En 1656 Bernini recibió el encargo de una plaza
    donde pudieran congregarse los fieles para recibir la
    bendición Urbi et Orbi, del vicario de Cristo.
    Concibió la plaza como la imagen arquitectónica, de
    signo antropomórfico, de unos brazos maternales abiertos
    que podían acoger simbólicamente a todos los
    creyentes.

    Proyectó dos plazas, una detrás de la otra,
    íntimamente interconectadas. Primero, con torno al obelisco
    vaticano situado entre dos fuentes, una plaza ovalada con dos
    alas adinteladas en forma de columnatas. Múltiples
    perspectivas se encardinan desde el interior de la plaza o desde
    los pórticos, en las que los efectos de luz y sombras
    juegan un papel protagonista en la visión, siempre
    dinámica, que desarrolla el transeúnte en
    movimiento.

    El eje transversal, marcado por fuentes y obelisco,
    queda destacado también por medio de
    pórticos que se acentúan al alternar el
    ritmo de sus soportes y por los frontones de remate en las
    entradas orientales de los pórticos y, en menor medida, en
    las esquinas occidentales que conectan con la segunda plaza. Esta
    segunda piazza es de planta trapezoidal, cuya directriz
    era la Scala Regia, es más estrecha primero y va
    abriéndose hasta conectar con la ancha y relativamente
    baja fachada de la basílica de San Pedro. Al situarse
    estas alas macizas sobre un plano inclinado, las pilastras y las
    ventanas se organizan en oblicuo, común un entramado
    continuo de líneas ascendentes.

      • Principales
        Características:
    • La plaza como la imagen arquitectónica, de
      signo antropomórfico, está flanqueada por dos
      columnatas en forma elíptica. Forman dos brazos que
      acogen a la humanidad al corazón de la Iglesia. ( unos
      brazos maternales abiertos )
    • Hay un total de 284 columnas y 88 pilastras a lo
      largo de 240 metros. Cada brazo contiene cuatro filas. Requiere
      5 personas con brazos extendidos para abrazar una sola
      columna
    • Sobre el corredor de columnas hay 140 estatuas de
      Apóstoles, Papas y obispos. 
    • Dos plazas, una detrás de la otra,
      íntimamente interconectadas
    • Con torno al obelisco vaticano situado entre dos
      fuentes, una plaza ovalada con dos alas adinteladas en forma de
      columnatas
    • El eje transversal, marcado por fuentes y obelisco,
      queda destacado también por medio de
      pórticos que se acentúan al alternar el
      ritmo de sus soportes y por los frontones de remate en las
      entradas orientales de los pórticos
    • Y, en menor medida, en las esquinas occidentales que
      conectan con la segunda plaza
    • Esta segunda piazza es de planta trapezoidal,
      cuya directriz era la Scala Regia
    • Más estrecha primero y va abriéndose
      hasta conectar con la ancha y relativamente baja fachada de la
      basílica de San Pedro.
    • Al situarse estas alas macizas sobre un plano
      inclinado, las pilastras y las ventanas se organizan en
      oblicuo, común un entramado continuo de líneas
      ascendentes.

     

     

    • FUENTE DE LOS CUATRO RÍOS, EN LA PLAZA
      NAVONA (1648-1651) 

     

    Junto con la Fontana de Trevi es uno de los mejores
    ejemplos de urbanismo barroco – el gorgoteo del agua y los
    destellos de luz están pensados para avivar la atmósfera de la
    plaza.
    Bernini recrea el entorno natural de los cuatro ríos
    más importantes de la época. Sobre el grupo
    escultórico, coronándolo, se alza un obelisco
    egipcio. No pasemos por alto la gruta hueca debajo de las
    figuras: un truco manierista para que el obelisco parezca estar
    suspendido en el aire.
    El Nilo, el Danubio, el Ganges y el Río de la Plata
    representan los cuatro ángulos de la Tierra.
    Para sufragar los inmensos costes del proyecto el papa Inocencio
    X impuso una tasa sobre el pan. Ésta medida tan impopular
    le hizo sufrir años de improperios de todo tipo.
    También su cuñada pasaría lo suyo cuando le
    pusieron el mote de Olimpia – alusión a su supuesta
    pérdida de virtud.
    En 1651 el papa convoca a concurso el proyecto para la construcción de un nuevo monumento. En un
    principio se creía que lo iba a ganar el protegido del
    papa – Borromini – pero al final se lo llevó Bernini – se
    cuenta que éste recurrió a Olimpia para que
    entregara al Papa como regalo una maqueta del proyecto en plata
    maciza.
    Bernini acabó las figuras, que sus discípulos
    Jacopo Fancelli, Claude Poussin, Antonio Raggi y Francesco
    Baratta habían iniciado, de la roca, la palmera, el
    león y el caballo que acompañan a las cuatro
    figuras de los ríos. Estas alegorías
    antropomórficas de los cursos fluviales representan, a la
    vez, los cuatro continentes conocidos y los cuatro ríos
    del paraíso: el Danubio, que sostiene el escudo de lirios
    y paloma del pontífice, el Nilo velado por desconocerse el
    lugar de sus fuentes, el Ganges como un remero, y el moro o negro
    río de la Plata.

    FONTANA DEL MORO

    En 1653 Bernini, artista infatigable – aunque la
    mayoría de los bocetos que llevan su firma los realizaban
    sus ayudantes-, añadió la figura del moro mimando a
    un delfín.
    La fuente original fue proyectada en 1575 por Giacomo della
    Porta.
    La tercera fuente, al norte, fue reformada en el siglo XIX para
    igualarla a la del Moro.

    • PIAZZA NAVONA

     

    El estilo de este conjunto arquitectónico es
    barroco. Piazza Navona, como todas las grandes plazas italianas,
    ha sido el escenario de multitud de obras dramáticas y de
    la Comedia del Arte.
    Siguiendo el concepto urbanístico barroco un papa del
    siglo XVII convirtió el espacio que en otro tiempo
    ocupó el estadio de Domiciano en punto de encuentro
    popular- tal como habría hecho cualquier emperador de la
    Roma Antigua

     

    HISTORIA

    86 d.C. El emperador Domiciano ordena construir en un suburbio
    de Roma (Campo Marzio) un estadio en forma de U para pruebas de
    atletismo y
    unas gradas de piedra con cabida para 15.000 espectadores.

    Edad Media. El
    estadio – en cuyos pórticos se ejerce la prostitución– se alza junto a la ruta
    seguida por los papas en su camino hacia la residencia de San
    Juan de Letrán en San Pedro – la iglesia más
    importante de la Cristiandad. Los asientos originales se
    mantuvieron en uso hasta el siglo XV – época de los
    torneos de caballeros.

    1644. En este lugar se alza el pequeño edificio de
    la familia
    Pamphili. Uno de sus miembros, Inocencio X, transformó el
    estadio en una bellísima plaza que decoró con tres
    obras maestras del barroco: la Fontana dei Quattro Fiumi
    (Bernini), la Iglesia de Sant?Agnese in Agone, antigua capilla de
    la familia del
    papa (Borromini) y el Palazzo Pamphili – residencia de Donna
    Olimpia, cuñada de Inocencio X.

    • Principales Características:
    • Bernini recrea el entorno natural de los cuatro ríos
      más importantes de la época
    • Sobre el grupo escultórico, coronándolo, se
      alza un obelisco egipcio.
    • El Nilo, el Danubio, el Ganges y el Río de la Plata
      representan los cuatro ángulos de la Tierra.
    • La roca, la palmera, el león y el caballo que
      acompañan a las cuatro figuras de los ríos.
    • Estas alegorías antropomórficas de los cursos
      fluviales representan, a la vez, los cuatro continentes
      conocidos y los cuatro ríos del paraíso:
    • El Danubio, que sostiene el escudo de lirios y paloma del
      pontífice,
    • El Nilo velado por desconocerse el lugar de sus
      fuentes,
    • El Ganges como un remero,
    • Y el moro o negro río de la Plata.

     

    4. FRANCESCO BORROMINI (1599 ?
    1667)

    • Introducción

    Borromini fue un arquitecto profesional que conocía
    todos los secretos de la misma por propia práctica. Su
    vida se encuentra marcada por el constante conflicto con
    Bernini, al cual asiste hasta 1633, realizando sus grandes obras
    desde esta fecha hasta su muerte. Era de carácter
    huraño y solitario, contando con escasos amigos, como el
    marqués de Castel Rodrigo, el cardenal Spada y el pintor
    Poussin. Su vida fue bastante atormentada, suicidándose en
    1667 como describió Plutarco que lo había hecho
    Catón el Joven, filósofo estoico. Esta
    filosofía es en la que habría que inscribir
    la
    personalidad de este artista, influida por un pensamiento
    muy rigorista.

    La arquitectura de Borromini fue considerada despectivamente
    por sus contemporáneos más afectos al clasicismo
    como gótica, de mal gusto y falta de respeto al
    lenguaje
    canónico de los órdenes; es bizarra y
    anticlásica, antinormativa. Esta fama peyorativa se
    extenderá casi hasta nuestro siglo.

    4.1. BIOGRAFÍA

    FRANCESCO BORROMINI (Bissone1599 – Roma
    1667)

    Excepcional arquitecto italiano del s. XVIII padre de la
    arquitectura barroca en sus más atrevidas formas. Su obra
    considerada excéntrica por sus contemporáneos
    romanos, dejó escasa huella en la Ciudad Eterna, pero
    ejerció, en cambio, un
    extraordinario influjo en el norte de Italia (Guarini), influjo
    que se extendió a toda Europa durante la siguiente
    centuria. Vittone en Savoya, Meissonnier en Francia, Galli
    Bibiena en Austria, J. M. Fischer y Neumann en Alemania,
    Bonavia y Ventura Rodríguez en España, y Ludovice
    (Ludwig) en Portugal, fueron los principales imitadores y
    propagadores de su estilo.

    Francesco Catelli, llamado Borromini, quizá por su
    apellido materno, nació el 25 agosto 1599 en Bissone, a
    orillas del lago Lugano. Su padre, Gian Domenico Catelli, era un
    arquitecto de mediano talento, cuya obra es casi desconocida. De
    los nueve a los 15 años vivió en Milán, en
    donde aprendió a esculpir la madera y a
    labrar la piedra y el ladrillo. Precisamente esa formación
    constructiva en contacto directo con los materiales
    más variados fue decisiva en la expresión de su
    arquitectura, surgida no tanto de teorías
    cuanto a partir de los problemas
    prácticos y técnicos que la construcción
    misma iba planteando, y en la que lo decorativo está de
    tal manera fundido con lo estructural que raras veces se ha
    producido una fusión tan
    perfecta en la historia de la arquitectura.
    Desde 1614 le vemos trabajando en Roma, primero a las
    órdenes de su lejano pariente, Carlos Maderno, y luego
    junto a Bernini, como humilde cantero y ayudante de tracista en
    las fábricas de S. Pedro del Vaticano y del palacio
    Barberini. En el primer edificio se le atribuyen unas rejas de la
    cripta subterránea, y en el segundo unas ventanas de
    guarnición todavía manierista.

    A partir de 1632, abandona la tutela berninesca
    y se pone a trabajar por su cuenta, iniciando aquella revolución
    en los medios
    estructurales y expresivos que, mal comprendida por sus
    contemporáneos y luego por los tratadistas del neoclasicismo,
    conduciría a la ruptura definitiva con lo clásico y
    a la plena verificación del concepto barroco en la
    arquitectura. Vivió desde entonces devorado por el deseo
    de encontrar la verdad arquitectónica, tanto que en este
    aspecto ha sido comparado con Caravaggio, quien pocos años
    antes adivinó la verdad pictórica. Le atormentaba
    igualmente el temor de una ejecución imperfecta; de
    ahí que compusiera multitud de dibujos sobre
    una misma obra antes de intentar una síntesis
    definitiva de los elementos barajados. Tales dibujos vienen a ser
    como variantes sinfónicas de un mismo tema y ocupan mayor
    espacio que su obra realizada; fueron coleccionados
    después de su muerte y grabados por V. Spada con el
    título Opera del cavalier F. Borromini. Obsesionado
    por los problemas que le planteaba su profesión, fue un
    hombre huraño y reconcentrado que, a diferencia de su
    rival Bernini, despreciaba la vida de sociedad y el
    cortejo adulador de admiradores y discípulos, lo mismo que
    en arte desdeñaba los convencionalismos de toda clase.
    Vivió célibe y un día, el 2 julio 1667, en
    un arrebato de locura, se suicidó clavándose una
    espada, pero, recobrada la lucidez como otro Don Quijote,
    antes de morir pidió perdón a las autoridades. Fue
    sepultado en la iglesia de S. Juan de los Florentinos de
    Roma.

    La obra madura de Borromini es totalmente original y no es
    fácil encontrar sus precedentes. En detalles aislados,
    pero no en su conjunto, siguió a Miguel Ángel, a
    quien profesó ilimitada veneración. De 1633 data su
    primera construcción importante: la iglesia y el claustro
    de s. Carlino alle Quattro Fontane. El interior de la
    iglesia pasó por sucesivos planos, desde un primer boceto
    de planta de salón con capillas laterales hasta la planta
    fusiforme definitiva, en que la elipse central de la
    cúpula se expansiona por sus extremos mayores y menores en
    nuevos sectores ovales para albergar las capillas. En realidad,
    Borromini partió del concepto clásico de un espacio
    central copulado, subordinando otros espacios menores colocados
    en sus ejes, pero lo revolucionó hasta convertirlo en algo
    radicalmente nuevo. La originalidad se encuentra en que Borromini
    no procede a multiplicar los espacios resultantes de ello,
    articulándolos en ejes convergentes hasta conseguir una
    ampliación naturalística de la perspectiva, sino
    todo lo contrario. Los espacios elipsoidales resultantes se
    interpenetran, no se articulan, dejando sin definir sus zonas de
    contacto, de manera que no se sepa dónde acaba el uno y
    comienza el otro. Los ejes no convergen en un espacio
    único, sino divergen en espacios múltiples, de
    donde resulta más que una perspectiva naturalista, una
    perspectiva ilusionista conseguida por vía de
    idealización del espacio. La decoración se acompasa
    al mismo concepto, y así se percibe apiñada y
    compacta, a modo de celdas de abeja, en la elipse central de la
    cúpula, para esponjarse a manera de aire liberado en los
    limpios casetones de las bóvedas de las capillas. La
    fachada de s. Carlino, realizada años más tarde, en
    1662, es también radicalmente original y ajena al modo de
    ser de otras fachadas barrocas romanas contemporáneas. Sus
    sectores cóncavo-convexos, totalmente
    ínterpenetrados, se convierten en puro movimiento
    ininterrumpido y continuo, así como con sus originales
    volúmenes, desarrollados a partir de un motivo
    geométrico. Sin embargo, nunca rechazó el estudio
    de los modelos
    clásicos, incorporando a su obra rasgos de la arquitectura
    antigua y de la renacentista. La influencia de las ideas de
    Miguel Ángel fue importantísima, como el mismo
    arquitecto explicó en su tratado Opus architectonicum
    (1648.

    Su decoración, por otra parte, no tiene un sentido
    aditivo, sino de totalidad, como si la estructura surgiera de la
    decoración y no ésta de la estructura. Para ello
    Borromini ha utilizado los órdenes de columnas como un
    elemento decorativo más, sin ocultarlo lo más
    mínimo según hacían convencional e
    hipócritamente los demás arquitectos del barroco
    romano. El movimiento frontal en fuga que parece prolongarse
    hasta el infinito por los extremos, encuentra un escape vertical
    en el frontón anticlásico que surge como una
    llamarada diluyéndose en el aire. En la fachada del
    Oratorio de s. Felipe Neri, ejecutada a partir de
    1637, se expresa idéntico principio de puro movimiento
    continuo, aunque con menos violencia.
    Borromini utilizó para construirla no mármol ni
    travertino, sino ladrillo, renovando la antigua técnica de
    los romanos de hacer con este material no sólo los
    entrepaños murales, sino también las partes de
    relieve
    arquitectónico más delicadas. Es imposible enumerar
    aquí las novedades que Borromini introdujo al hacer estas
    pequeñas formas, como guarniciones de puertas y ventanas,
    edículos, templetes, capiteles, etc. Rehuyendo
    además la policromía del mármol y otros
    materiales nobles, Borromini aprovechó el ladrillo, al que
    recubría de una capa de estuco, para obtener efectos
    lumínicos muy puros y contrastados. Así el
    campanario de S. Andrea delle Fratte (1654) es todo
    él de ladrillo enfoscado, y a la maleabilidad de dicho
    material se debe el que el artista creara esta sorprendente obra,
    donde no se sabe cuándo termina la arquitectura y comienza
    la escultura. De estructura filiforme, asciende en el espacio
    hasta diluirse en él variando continuamente de forma. Con
    estos edificios hechos para humildes congregaciones religiosas,
    alternan los encargos papales.

    En 1642 emprendió Borromini la construcción
    de la capilla de la Universitaria romana de S. Ivo alla
    Sapienza,
    su segunda obra maestra después de S.
    Carlino. La compleja planta se integra por dos triángulos
    superpuestos que originan una estrella de seis puntas. Cada una
    de estas puntas debería haberse cubierto con su propia
    bóveda, dejando, como en S. Carlino, un espacio central de
    forma hexagonal para recibir una cúpula de seis
    paños. No sucedió así, sino que Borromini se
    superó a sí mismo. La planta se eleva primero
    verticalmente, dando forma a los muros de la capilla y
    después, reduciéndose escalonadamente con
    prodigiosa técnica, continúa su ascensión
    para formar la caja cupuliforme y la linterna.

    Resultó así una cúpula de prismas
    interpenetrados, que se articulan en nexos sucesivos de plenos y
    vacíos, de vuelos y retrocesos, de movimientos
    centrípetos y centrífugos que producen la
    impresión de que la cúpula alentase como un
    organismo vivo. Para sorpresa del espectador, la cúpula
    ofrece al exterior un aspecto diverso, cual si a la
    sucesión de elementos acompañara una
    sucesión de visiones. Ya el estrecho y armónico
    patio renacentista de entrada a la capilla contrasta con el fondo
    cóncavo realizado por Borromini; pero luego, en nuevo
    contraste, a dicha concavidad se opone el alto tambor de la
    cúpula de secciones convexas, del que sólo emerge
    la parte superior del casquete en forma anillada. El movimiento
    del anillo se continúa en la linterna, cuyo cupulín
    se ha sustituido por una sorprendente espiral que parece taladrar
    el cielo como un berbiquí. Nunca la forma
    «serpentinata» se había producido con tanta
    audacia. También la ampliación del Palacio de
    Propaganda Pide
    fue encomendada en 1647 por Inocencio X a
    Borromini, quien en su fachada utilizó un orden gigante de
    lisas pilastras que, a modo de bambalinas, hacen pasar la mirada
    de un plano frontal a los planos más profundos en que se
    adentran las ventanas de la planta noble, gracias a sus columnas
    sesgadas y a sus entablamentos alabeados. En mayor escala se repite
    este procedimiento
    escenográfico en el panel central, donde las pilastras y
    los estípites oblicuos de la puerta empujan la pared y la
    cornisa hacia adentro, mientras la ventana se contracurva en
    sentido convexo.

    En la reconstrucción de la basílica de S.
    Juan de Letrán, encomendada igualmente por el Papa
    (1647-50), éste conservó la disposición
    basilical primitiva, pero utilizó ventanas que rasgan el
    entablamento, templetes de perfil ondulado y recuadros
    escultóricos que confieren al conjunto una
    pulsación viva y luminosa. En la iglesia de S.
    Inés, de la Plaza Navona, la superposición
    de manos hace de esta obra algo híbrido donde no es
    posible percibir en toda su pureza las genialidades de Borromini.
    La fachada que se le atribuye encaja bastante en el barroco
    ortodoxo, aunque el ondulamiento de su parte central y los
    campanarios de primer término, que retrotraen la
    situación de la cúpula, le dan un aspecto
    escenográfico muy bien conjugado con las proporciones de
    la plaza, realzando así su aspecto
    urbanístico.

    4.2. OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS DEL BARROCO
    ITALIANO

    • SAN CARLO ALLE QUATTRO FONTANE (1634-1637)

     

     

    El primer trabajo importante de Bernini es San Carlos
    alle Quatro Fontane
    , realizado entre 1634 y 1641. Esta obra
    es encargo de la orden de los Trinitarios Descalzos de San Juan
    de Mata, orden española dedicada a la redención de
    cautivos, la cual habían adquirido un pequeño solar
    en la colina del Quirinal romano donde han de erigirse la
    residencia, el templo, la portería y el jardín. La
    obra es financiada por un amigo de Borromini, el marqués
    de Castel Rodrigo.

    El convento es lo primero en ser construido,
    realizándose entre 1634 y 1637. Los materiales usados son
    pobres, como el ladrillo estucado y pintado, materiales en los
    que Borromini se encuentra muy cómodo, siendo un perfecto
    conocedor de la técnica del agramilado. Las ventanas se
    encuentran distribuidos mediante mesenas que retículan el
    muro. En esta fachada se muestra su
    sentido anticlásico al no utilizarse columnas, pilastras
    ni órdenes.

    La puerta se halla guarnecida por pilastras cajeadas
    dispuestas al bies, perpendiculares al muro, coronadas por un
    frontón curvado. Esto se encuentra basado en experiencias
    propias realizadas en San Pedro del Vaticano y el
    palacio Barberini. También las formas
    escultóricas se encuentran sometidas a las formas
    arquitectónicas, como el querubín cuyas seis alas
    se adaptan a servir de base.

    El claustro es oblongo, usando esquinas achaflanadas
    convexas. Las columnas se encuentran pareadas alternando tramos
    largos con cortos y arcos con entablamentos, generando una
    variedad visual y un ritmo que evita la sensación de
    agobio creada por la estrechez del patio y la escasa iluminación. El ritmo se hace más
    diáfano en el piso superior adintelado y con una
    balaustrada. Aquí vemos el uso de una tipología de
    origen lombardo.

    La iglesia es su siguiente trabajo tras el convento y el
    claustro, realizándose entre 1638 y 1641. Esta es la
    segunda iglesia barroca de planta centralizada tras San
    Martino e Luca
    , siendo sus plantas bastante
    similares y constituyendo San Carlos casi una
    variación oblonga, adaptada a la reducida superficie. Esta
    se trata de un rombo equilátero, figura sobre la que se
    genera todo el espacio del templo, y sobre esta figura se generan
    una serie de espacios que no son rectilíneos sino curvos.
    En ella se plantea un modelo
    geométrico modular frente al modular aritmético de
    los órdenes clásicos, recurriendo Borromini a
    figuras a partir de las cuales se generan espacios. Este sistema se
    encuentra inspirado en la tradición de los canteros
    medievales, asimilada por Borromini a través de su
    formación en los talleres milaneses y quizá de
    aquí derive el juicio peyorativo de los adeptos al
    clasicismo.

    El muro se articula por medio de columnas, usando ritmos de
    diferente intercolumnado. Todos los pies derechos tienen continuidad
    en las cubiertas. De mano también de Borromini vemos el
    uso de casetonamientos procedentes de la antigüedad, usando
    criterios de perspectiva ilusionista para crear una
    sensación de bóveda de cañón
    más profunda, decreciendo su tamaño hacia su
    vértice. Los casetones de la cúpula repiten cruces
    griegas, emblema de la orden de los Trinitarios, y
    octógonos, que también reducen su tamaño
    hacia su cenit, pareciendo la cúpula más alta para
    el espectador. Otro factor que contribuye a esta sensación
    es la luz procedente de unos tragaluces situados en el tambor de
    la cúpula, ocultos a la vista por una crestería o
    angrelado formado por pomos y hojas de acanto, privativas estas
    de la corona de marqués. ?

      • Principales Características:
    • En esta fachada se hace uso de los órdenes gigantes
      y complementarios.
    • La fachada se compone por tres calles con una convexidad
      central flanqueada por dos cóncavas y con columnas
      adosadas al muro.
    • La puerta se halla guarnecida por pilastras cajeadas
      dispuestas al bies, perpendiculares al muro, coronadas por un
      frontón curvado
    • Las formas escultóricas se encuentran sometidas a
      las formas arquitectónicas, como el querubín
      cuyas seis alas se adaptan a servir de base.
    • Las ventanas se encuentran distribuidos mediante mesenas
      que retículan el muro.
    • El ritmo se hace más diáfano en el piso
      superior adintelado y con una balaustrada.
    • Las columnas se encuentran pareadas alternando tramos
      largos con cortos y arcos con entablamentos, generando una
      variedad visual y un ritmo
    • Planta centralizada, El claustro es oblongo, usando
      esquinas achaflanadas convexas
    • Esta se trata de un rombo equilátero, figura sobre
      la que se genera todo el espacio del templo, y sobre esta
      figura se generan una serie de espacios que no son
      rectilíneos sino curvos
    • se plantea un modelo geométrico modular frente al
      modular aritmético de los ordenes clásicos,
    • Este sistema se encuentra inspirado en la tradición
      de los canteros medievales
    • El muro se articula por medio de columnas, usando ritmos de
      diferente intercolumnado.
    • Casetonamientos de perspectiva ilusionista para crear una
      sensación de bóveda de cañón
      más profunda, decreciendo su tamaño hacia su
      vértice.
    • Los casetones de la cúpula repiten cruces
      griegas,
    • Octógonos, que también reducen su
      tamaño hacia su cenit, pareciendo la cúpula
      más alta para el espectador
    • Los materiales usados son pobres, como el ladrillo estucado
      y pintado
    • Esta se trata de un rombo equilátero, figura sobre
      la que se genera todo el espacio del templo, y sobre esta
      figura se generan una serie de espacios que no son
      rectilíneos sino curvos
    • se plantea un modelo geométrico modular frente al
      modular aritmético de los ordenes clásicos,
    • Este sistema se encuentra inspirado en la tradición
      de los canteros medievales
    • El muro se articula por medio de columnas, usando ritmos de
      diferente intercolumnado.
    • Casetonamientos de perspectiva ilusionista para crear una
      sensación de bóveda de cañón
      más profunda, decreciendo su tamaño hacia su
      vértice.
    • Los casetones de la cúpula repiten cruces
      griegas,
    • Octógonos, que también reducen su
      tamaño hacia su cenit, pareciendo la cúpula
      más alta para el espectador
    • Los materiales usados son pobres, como el ladrillo estucado
      y pintado

     

    • CONVENTO DE LOS ORATORIANOS (1637-1643)

     

     

    El siguiente trabajo que aborda por influencia del cardenal
    Virgilio Spada es la fachada y convento de los Oratorianos en
    Roma, trabajo que comienza en el año 1637 y concluye en el
    1643. Los Oratorianos son una orden nacida durante la
    Contrarreforma, fundada por San Filipo Neri, y que considera que
    la música
    es una manera de mover a la piedad. La iglesia aneja al convento
    es Santa Maria en Vallicella, ejemplo de la
    tipología contrarreformita.

    La fachada cubre todo el frente del convento y da acceso al
    oratorio, enmascarando una serie de diferentes edificios. La
    fachada se encuentra curvada, siendo cóncava, dando una
    sensación de dinamismo. También se introducen otras
    novedades como los caprichos en los remates de las ventanas. Sin
    embargo también utiliza los órdenes, como las
    pilastras gigantes. El orden usado en el piso inferior es
    caprichoso y borrominiano, mientras que el utilizado en el
    superior es más clásico. Estos dan cierta variedad
    al muro. En el piso inferior una convexidad destaca en la parte
    central, sosteniendo un balcón cóncavo en el piso
    superior. Los tres tramos centrales se encuentran destacados por
    un frontón miscilíneo.

    La obra se encuentra construida en ladrillo estucado y
    visto, lo cual nos muestra la modestia de las órdenes que
    encargaban sus trabajos a Borromini. En la parte principal del
    convento se repiten los motivos decorativos vistos en Cortona,
    como la doble voluta y la utilización de merlones
    descontextualizados. El interior del oratorio es un espacio
    oblongo en el que se trata de evitar las esquinas, achaflanadas
    de manera cóncava, transmitiendo una sensación de
    continuidad mural. La cubierta es una bóveda de artesa
    cruzada por una serie de tirantes que no son más que la
    continuación en la cubierta de las pilastras del muro.
    Estos tirantes van a comunicar los diferentes paños de
    pared, creando en el techo una especie de diagrama
    geométrico formado por rombos. El acabado se encuentra
    realizado en estuco blanco, con la excepción de algunos
    toques dorados para destacar algunos detalles de la estatuaria,
    completamente integrada en la arquitectura. En el interior el
    muro juega con la alternancia de lados cortos y largos.

    El diseño
    de Borromini se aprecia también en las dependencias. La
    chimenea francesa tiene una planta encurvada que recuerda a una
    tienda de campaña y en ella aparecen detalles decorativos
    simbólicos como las flores, símbolo de la castidad.
    El uso de las guardamalletas es similar al que vemos en el
    baldaquino de San Pedro, en el cual
    colaboró.- 

      • Principales Características:
    • Utiliza los ordenes, como las pilastras gigantes
    • El orden usado en el piso inferior es caprichoso y
      borrominiano, mientras que el utilizado en el superior es
      más clásico.
    • Estos dan cierta variedad al muro.
    • La fachada cubre todo el frente del convento
    • En el piso inferior una convexidad destaca en la parte
      central, sosteniendo un balcón cóncavo en el piso
      superior.
    • Los tres tramos centrales se encuentran destacados por un
      frontón miscilíneo.
    • Se encuentra construida en ladrillo estucado y visto
    • En la parte principal del convento se repiten los motivos
      decorativos vistos en Cortona, como la doble voluta y la
      utilización de merlones descontextualizados.
    • Se encuentra curvada, siendo cóncava, dando una
      sensación de dinamismo.
    • El interior del oratorio es un espacio oblongo en el que se
      trata de evitar las esquinas, achaflanadas de manera
      cóncava, transmitiendo una sensación de
      continuidad mural
    • La cubierta es una bóveda de artesa cruzada por una
      serie de tirantes que no son más que la
      continuación en la cubierta de las pilastras del
      muro.
    • Estos tirantes van a comunicar los diferentes paños
      de pared, creando en el techo una especie de diagrama
      geométrico formado por rombos.

     

    • SANT?IVO DELLA SAPIENZA (1642-1660

     

    El otro trabajo que acomete Borromini es Sant?Ivo
    della Sapienza
    , capilla de la universidad
    de Roma, construida a finales del siglo XVI por Ligorio y Della
    Porta. Borromini realizara la capilla entre 1642 y 1660,
    encargo éste fue obtenido por Borromini gracias a la
    influencia de su amigo el cardenal Spada.

    Esta capilla tiene una planta centralizada generada a
    partir la intersección de dos triángulos
    equiláteros que crean un hexágono, una celdilla
    de abeja que alude el escudo del papa Barberini. A este
    hexágono se le interceptan también una serie de
    círculos que generaran una serie de formas espaciales,
    alternando espacios cóncavos y convexos.

    La cúpula es muy caprichosa, encontrándose
    concebida para el interior y enmascarada al exterior. Esta
    cubre el cuerpo de la iglesia sin un rasgo estructural de
    transición, continuando la forma de estrella del plano,
    abriéndose en la base de cada segmento una gran ventana.
    Las líneas verticales de las pilastras se
    continúan en las molduras doradas de la cúpula
    que repiten y acentúan la división tripartita en
    vanos de abajo. A pesar de la fuerte barrera horizontal del
    entablamento, las tendencias verticales tienen una fuerza
    tremenda. Al ir elevándose los sectores de diversas
    formas de la cúpula, los contrastes disminuyen
    gradualmente hasta que el movimiento descansa bajo la linterna
    en la forma pura del círculo, decorada con doce grandes
    estrellas.

    La entrada principal de Sant?Ivo se abre al final
    del patio construido por Della Porta. Al exterior la estructura
    abovedada se compone de cuatro partes diferentes. Primero un
    tambor alto, hexagonal de enorme peso que neutraliza por su
    proyección convexa el retroceso cóncavo de la
    fachada de la iglesia en el cortile, dividiéndose
    cada uno de los lados en dos vanos pequeños y uno
    grande. En los puntos donde los dos sectores convexos se
    encuentran, el orden está reforzado aumentando la
    sensación de vitalidad y tensión. Sobre este
    tambor se asienta una pirámide escalonada, dividida por
    vigas como contrafuertes que se apoyan en los puntos
    reforzados. La pirámide esta coronada por una linterna
    con dobles columnas entrantes cóncavos entre ellas. Todo
    el conjunto se remata con una escultura espiral
    monolítica que nos recuerda a los zigurates
    mesopotámicos. En el exterior también vemos
    motivos decorativos de montañas y estrellas que hacen
    referencia al escudo de Alejandro Chigi.-

    • Principales Características:

    Esquema geométrico
    Planta

     

    • Una planta centralizada generada a partir la
      intersección de dos triángulos equiláteros
      que crean un hexágono
    • A este hexágono se le interceptan también
      una serie de círculos que generaran una serie de formas
      espaciales, alternando espacios cóncavos y
      convexos
    • La cúpula es muy caprichosa, encontrándose
      concebida para el interior y enmascarada al exterior.
    • Esta cubre el cuerpo de la iglesia sin un rasgo
      estructural de transición, continuando la forma de
      estrella del plano, abriéndose en la base de cada
      segmento una gran ventana.
    • Las líneas verticales de las pilastras se
      continúan en las molduras doradas de la cúpula
      que repiten y acentúan la división tripartita en
      vanos de abajo
    • Al exterior la estructura abovedada se compone de cuatro
      partes diferentes.
    • Primero un tambor alto, hexagonal de enorme peso que
      neutraliza por su proyección convexa el retroceso
      cóncavo de la fachada de la iglesia en el
      cortile, dividiéndose cada uno de los lados en
      dos vanos pequeños y uno grande.
    • En los puntos donde los dos sectores convexos se
      encuentran, el orden está reforzado aumentando la
      sensación de vitalidad y tensión
    • Sobre este tambor se asienta una pirámide
      escalonada, dividida por vigas como contrafuertes que se apoyan
      en los puntos reforzados.
    • La pirámide esta coronada por una linterna con
      dobles columnas entrantes cóncavos entre ellas.
    • Todo el conjunto se remata con una escultura espiral
      monolítica que nos recuerda a los zigurat
      mesopotámicos

     

     

    • SAN JUAN DE LETRÁN (1646-1649)

     

    Inocencio X financia grandes obras en San Juan de
    Letrán, encargándose estas a Borromini. Esta es
    una construcción bajorromana, de planta basilical con un
    transepto bastante marcado y una capilla principal poco
    profunda.

    Esta reforma busca es un reforzamiento de la estructura
    de la basílica y una puesta al día de la
    decoración, siendo llevada a cabo por Borromini entre
    1646 y1649 de una manera muy caprichosa, teniendo como
    única imposición la de no modificar el artesonado
    de madera del techo, de Danelle de Volterra, el cual en un
    principio pretendía abovedar. Borromini hizo macizo uno
    de cada dos intercolumnios con el fin de crear un ritmo
    más movido, utilizando pilastras de orden gigante y
    creando nichos. El capricho y la invención se pueden
    apreciar en detalles decorativos como las ventanas ovaladas.
    Los materiales utilizados son humildes, como ladrillos y
    estuco.- 

      • Principales Características:
    • Construcción bajorromana, de planta basilical
      primitiva con un transepto bastante marcado y una capilla
      principal poco profunda.
    • Ventanas que rasgan el entablamento, templetes de perfil
      ondulado y recuadros escultóricos que confieren al
      conjunto una pulsación viva y luminosa
    • Hizo macizo uno de cada dos intercolumnios con el fin de
      crear un ritmo más movido, utilizando pilastras de orden
      gigante y creando nichos.
    • Materiales utilizados son humildes, como ladrillos y
      estuco
    • Artesonado de madera del techo, de Danelle de Volterra

     

     

    1. BIBLIOGRAFIA

    Historia de la
    Arquitectura???…………………..??.Leonardo
    Benévolo

    Bernini????????????.?..Globalarte, Rafaella Nicolicchia

    Borromini????????????..Globalarte, Rafaella Nicolicchia

    Facilitador Materia
    Historia de la Arquitectura 5to.

    Semestre……………………………………………………..Arq.
    Manuel Montilla

     

    Exponente:

    Arelys J. Agostini B.

    arelysagostini[arroba]virgilio.it

    arelysagostini[arroba]hotmail.com

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