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Definiciones e implicancias. Crítica al concepto en el contexto del capitalismo




Enviado por nicogiron



    Autoestima:

    1. Definiciones
      conceptuales
    2. Autoestima en el desarrollo
      evolutivo
    3. Desarrollar la autoestima de los
      demás
    4. Autoestima y función
      social de los individuos
    5. Conclusiones y consideraciones
      generales
    6. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Se ha intentado, a través de
    lo largo del devenir científico, otorgar categorías
    a una variable psicológica aún no esclarecida del
    todo. Incluso más, esta cuestión parece haberse
    infiltrado en nuestras discusiones cotidianas, desde mucho antes
    que se sistematizara una cierta cantidad de conocimientos en
    relación a definirnos como individuos en una sociedad
    compleja y acelerada, y al instinto de superación humana,
    presentado aquí en forma crítica, en tanto sostendremos, como
    estudiantes de Historia, que esta
    visión o "autoimagen" perfectible en el tiempo, no es
    inherente ni azarosa al ser humano.

    El hombre
    moderno, el que forjó las sociedades, o
    mejor dicho, "la cultura" en la
    que nos desenvolvemos actualmente, es un resultado de ciertas
    tendencias ideológicas nacidas al alero de procesos de
    cambio
    histórico, cuyo tópico quizás encuentre
    asidero en la
    Ilustración, donde el hombre se
    concibe asi mismo ya no como un individuo
    supeditado a la voluntad divina, sino que como un ente activo y
    capaz de crear y ordenar su propia realidad. Este es el alma mater de
    lo que hasta aquí hemos considerado como el
    antropocentrismo moderno. A partir de esto, entendemos la
    idea del progreso humano como fundamento edípico de su
    existencia, y sumado a lo dicho, se genera una inconsciente
    competencia en
    todo ámbito del desarrollo del
    hombre. Importante es señalar que la autoestima es
    propia de la existencia humana, pero con diferentes matices y
    relevancia en el tiempo.

    La autoestima, como concepto ontológico,
    encuentra recién realce en este contexto, pues la sociedad
    en la que se enclava, y la realidad que lo sostiene, determina,
    en cierta medida, el comportamiento
    del individuo en función de
    sus posibilidades productivas y sociales en cada etapa del
    desarrollo
    humano. Dicho en otras palabras, el hombre debe sentirse
    adecuado en relación a sus pares, la sociedad, y de
    antemano, consigo mismo.

    El propósito de este trabajo es, a
    partir de definiciones conceptuales del tema que nos
    atañe, vislumbrar cuál es la importancia de la
    autoestima humana en el contexto que hemos dado, conocer la labor
    de la
    educación en la formación de actores sociales
    activos, y
    desarrollar una reflexión crítica en torno a
    esto.

    La metodología utilizada para la
    realización de esta investigación es la recopilación de
    material bibliográfico, la revisión crítica
    de éstos, y la redacción en conjunto del informe
    aquí presentado.

    1. DEFINICIONES
      CONCEPTUALES

    En el diccionario de
    la Real Academia Española (RAE) encontramos la siguiente
    definición de autoestima: 1. f.
    Valoración generalmente positiva de sí mismo
    .
    En función de diversas fuentes, se
    infiere de un cierto marco general en relación a los
    distintos planteamientos.

    El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros
    mismos afecta virtualmente en forma decisiva todos los aspectos
    de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en
    el trabajo,
    el amor o el
    sexo, hasta el
    proceder como padres y las posibilidades que tiene un individuo
    de progresar en la vida. Las respuestas ante los acontecimientos
    dependen de quién y qué se piensa que se es. Los
    problemas y
    vicisitudes de la vida son los reflejos de la visión
    íntima que posee el hombre de si mismo. En función
    de esto, ¿es la autoestima es la clave del éxito o
    del fracaso?

    Se ha dicho que es, además, la clave para
    comprendernos y comprender a los demás. Aparte de los
    problemas de origen biológico, no se conoce una sola
    dificultad psicológica – desde la angustia y la
    depresión, el miedo a la intimidad o al
    éxito, el abuso del alcohol o de
    las drogas, el
    bajo rendimiento en el estudio o en el trabajo, hasta los malos
    tratos a las mujeres o la violación de menores, las
    disfunciones sexuales o la inmadurez emocional, pasando por el
    suicidio o los
    crímenes violentos- que no sea atribuible a una estima
    deficiente. De todos los juicios a que se somete, ninguno es tan
    importante como el propio.

    ¿Qué es la autoestima?. Para contestar
    esta pregunta, es preciso contemplar dos variables:

    • un sentimiento de capacidad personal
    • un sentimiento de valía personal.

    La autoestima es la suma de la confianza y el
    respeto por
    uno mismo
    . Refleja el juicio implícito que cada uno
    hace de su habilidad para enfrentar los desafíos de la
    vida y de su derecho a ser feliz.

    Lo que se ha conceptualizado, en definitiva del hecho de
    "tener una alta autoestima" significa el sentirse confiadamente
    apto para la vida, es decir, capaz y valioso. Al contrario,
    "tener una autoestima baja" es sentirse inútil para la
    vida: equivocado, no con respecto a tal o cual asunto, sino
    equivocado como persona. Tener un término medio de
    autoestima es fluctuar entre sentirse apto e inútil,
    acertado y equivocado como persona, y
    manifestar estas incoherencias en la conducta– actuar
    a veces con sensatez, a veces tontamente-, reforzando,
    así, la inseguridad.
    La capacidad de desarrollar una confianza y un respeto saludables
    por si mismo parece inherente a la naturaleza
    humana, ya que la capacidad de pensar es la fuente
    básica de la "idoneidad", y el hecho de que estemos vivos
    es el fundamento del "derecho a esforzarnos para conseguir
    felicidad".

    El desarrollo de la autoestima es generar la
    convicción de que se es "competente para vivir y merece la
    felicidad", y por lo tanto enfrentar a la vida con mayor
    confianza, benevolencia y optimismo, lo cual nos ayuda a alcanzar
    nuestras metas y experimentar la plenitud.

    Se ha querido hacer ver qué, cuanto más
    alta sea nuestra autoestima, mejor preparados estaremos para
    afrontar las adversidades: cuanto más flexibles seamos,
    más resistiremos las presiones que nos hacen sucumbir a la
    desesperación o a la derrota.

    La mayoría de las personas buscan la
    autoconfianza y el autorrespeto en todas partes menos dentro de
    sí mismas. La autoestima positiva se comprende mejor como
    una serie de logro espiritual, es decir, como una victoria en la
    evolución de la conciencia.

    El estado de
    una persona que no está en guerra ni consigo misma
    con los demás, en nuestra sociedad, se ve caracterizado
    como una autoestima sana. La importancia de esta autoestima sana
    reside en el hecho de que es la base de la capacidad para
    responder de manera "activa y positiva" a las oportunidades que
    se nos presentan en el trabajo, en el amor y en la
    diversión.

    1. El concepto del Yo y de la Autoestima se desarrollan
      gradualmente durante toda la vida, empezando en la infancia y
      pasando por diversas etapas de progresiva complejidad. Cada
      etapa aporta impresiones, sentimientos e incluso, complicados
      razonamientos sobre el Yo.

      Para desarrollar la autoestima en todos los niveles
      de la actividad desde un estudiante, pasando por el escritor,
      el profesional, el obrero, el ejecutivo, etc. Se necesita
      tener una actitud de
      confianza frente a sí mismo y actuar con seguridad
      frente a terceros, ser abiertos y flexible, valorar a los
      demás y aceptarlos como son; ser capaz de ser
      autónomo en sus decisiones, tener comunicación clara y directa, tener una
      actitud empática, es decir, capaz de conectarse con
      las necesidades de sus congéneres, asumir actitudes
      de compromiso, ser optimista en sus actividades.

      Otra estrategia
      para desarrollar la Autoestima es cuando una persona se
      equivoca y es capaz de reconocer y enmendar sus errores, no
      limitarse a autoculparse, ni culpar a los otros. Tener
      actitud creativa y ser capaz de asumir los riesgos
      que implica una nueva tarea , evitar la critica.

      También tenemos que evitar la frecuencia muy
      alta del mensaje, encontrar los datos
      positivos de otras personas, conectarse con emociones
      positivas del pasado, ampliar el
      conocimiento de si mismo con mayor sinceridad, tener
      tabla de valores y
      respetarla, desarrollar el sentido del humor e
      infundirlo.

      La autoestima se construye diariamente con el
      espíritu alerta y la interacción con las personas que nos
      rodean, con las que tratamos o tenemos que dirigir. La
      autoestima es muy útil para enfrentar la vida con
      seguridad y confianza.

      Un aspecto central para el desarrollo de la
      Autoestima , es el conocimiento de nosotros mismos. Cuanto mas
      conocemos, es mas posible querer y aceptar nuestros valores.
      Si bien las metas son básicas para darle un sentido a
      la vida, ellas tienen costos en
      esfuerzo, fatiga, desgaste, frustración, pero
      también en maduración, logros y
      satisfacción personal.

      Cuando se tiene contacto con personas equilibradas,
      constructivas, honestas y constantes, es mas probable que se
      desarrolle una personalidad sana, de actitudes positivas que
      permitan desarrollarse con mayores posibilidades de
      éxito, aumentando la autoestima.

    2. AUTOESTIMA EN
      EL DESARROLLO EVOLUTIVO
    3. DESARROLLAR LA
      AUTOESTIMA DE LOS DEMAS

    Aunque cada uno de nosotros es el
    responsable último de su autoestima, tenemos la
    oportunidad de apoyar o atacar la autoconfianza y el autorrespeto
    de cualquier persona que tratemos, así como los
    demás también tienen la misma opción en sus
    relaciones con nosotros.

    Probablemente todos recordemos ocasiones en que alguien
    nos trató de un modo que reconocía tanto nuestra
    dignidad como
    la suya. Y también podemos recordar ocasiones en que
    alguien nos trató como si el concepto de dignidad humana
    no existiera. Sabemos bien qué diferente sensación
    nos dejan estas dos clases de experiencia.

    Cuando nuestras relaciones
    humanas tienen dignidad, las gozamos más: y cuando
    nosotros manifestamos dignidad, nos gustamos más a
    nosotros mismos. Cuando nos comportamos de tal manera que
    acabamos elevando la autoestima de los otros, también
    estamos aumentando la nuestra.

    1. Este ítem que acá desarrollamos
      pretende dar cuenta de cómo ciertos aspectos de la
      vida humano inciden en el grado de autoestima de los seres
      humanos, y como éstos ven reflejada su función
      dentro de la sociedad.

      1. Aparatos:
    2. AUTOESTIMA Y FUNCIÓN SOCIAL DE LOS
      INDIVIDUOS

    La vida en la sociedad moderna, a partir del capitalismo,
    ha generado una particular forma de plantear al ser humano en
    relación al Estado, que se
    define como el organismo encargado de velar por el bien
    común de la nación
    de la que es propio el individuo. Genera este aparato un sentido
    de pertenencia inmediato ante los hombres, pues la
    concepción de "nacionalidad"
    es involuntaria, y se otorga al momento de nacer. El Estado es
    benefactor en tanto un hombre se comporte en relación a
    las leyes que le
    impone (a partir de coerción), lo que se manifiesta
    gradualmente en todos los ámbitos que ésta
    involucre. Althusser ha definido la reproducción
    social
    como la forma en que los aparatos reproducen las
    estructuras
    del sistema
    capitalista, en el cual la función social del individuo
    está, vista desde el análisis marxista, condicionada por la
    clase social y
    la conciencia de ésta. Es decir, el Estado tiene para cada
    hombre un lugar y una proyección (perspectivas de vida).
    Lo que nos interesa aquí es vislumbrar como la
    contradicción hombre-aparato, incide en el desarrollo
    (positivo o negativo) de la autoimagen humana. El Estado a
    través de la profundización de sus formas
    coercitivas, dispone del individuo en tanto que se asume como
    inferior. Esta idea parece tener en el desarrollo moral de las
    personas, la imposibilidad de asumir la libertad como una
    capacidad propia, sino como un estado utópico. Kant lo ha
    conceptualizado como el "deber ser". Creemos que los hombres, no
    en su concepción ontológica, sino que sólo a
    partir de la socialización y la generación de un
    aparato regidor, generan una autoconcepción
    específica para el caso social que les
    corresponda.

    1. Hemos definido la categoría como la forma
      en que el hombre se proyecta en función de labores
      sistémicas, en tanto responden a las necesidades de
      una macroestructura. Es decir, la autoimágen de los
      individuos en sus funciones
      específicas dentro de la "gran máquina", sus
      propias inquietudes en relación a sentirse
      "engranajes correctos". Dentro del desarrollo evolutivo del
      hombre, éste debe sentirse que encaja en un modelo
      propiciado por la cultura en cada una de sus
      fases.

      A partir de una breve reflexión, queremos
      proponer un marco de análisis para entender este
      tema. Creemos que los individuos generan y gradualizan su
      autoimágen en función de dinámicas
      sociales que se simbiotizan, y que cobran diversa fuerza
      en el desarrollo evolutivo. Estas corresponden a : a) Una
      dinámica impuesta en un nivel de la
      cotidaneidad, que principalmente radica en el
      grupo
      familiar inmediato (el hogar); b) Una dinámica
      impuesta en un segundo nivel de las relaciones
      extrafamiliares inmediatas
      , visto esto como los pares y
      el prójimo conocido; c) Una dinámica impuesta
      en un tercer nivel de la sociedad general, como una
      forma amplia, integral y variada que se manifiesta a partir
      de focos, como los medios
      de comunicación, educación formal, estratos sociales,
      y la percepción propia.
      Dentro de este marco de análisis, se puede
      ejemplificar de la siguiente forma: tomaremos el caso de un
      niño de 7 años llamado José. Vive con
      sus padres y 1 hermano mayor. Va a una escuela
      cercana a su hogar, cursa 2º básico, y tiene
      varios amigos en la cuadra donde vive, además de sus
      compañeros de colegio. Su padre sigue fervorosamente
      los partidos de fútbol de su club favorito. El
      hermano de José es hincha también del mismo
      club. José ha preferido en la escuela, destacarse
      entre sus compañeros, en este plano. Su interés radica en "jugar unas
      pichangas" y ser el máximo goleador de su curso, y
      de su barrio. Detenidos en este ámbito, José
      fortalecerá su autoimágen en tanto desarrolle
      esa capacidad tan venerada por los hombres de su familia, y
      además, por sus compañeros y amigos, que de
      sus casas cargan con el mismo lastre cultural. En esta
      etapa, la dinámica impuesta por la sociedad, tiene
      una menor relevancia. El éxito que José
      desenvuelva en sus calificaciones académicas,
      está condicionado por el comportamiento de su madre,
      quien es la más preocupada en este sentido. Pretende
      que José sea, proyectados en el tiempo, "más
      que ellos" (sus padres), y esta preocupación,
      José la ha asimilado de esta forma: la
      familia se contenta cuando él obtiene buenas
      notas, y ha sido castigado un par de veces por no tenerlas,
      y esto le ha significado no poder
      salir a la calle a jugar. Su autoimágen, impuesta
      por ambas dinámicas se ha visto mermada, por la
      potenciación de éstas.

    2. Organización
    3. Individuos

    Queremos justificar esta categoría a partir de
    que tomaremos como punto axial el hecho de que la
    autoimágen está supeditada a ciertos caracteres de
    orden individual, pero que a su vez, responden a las
    dinámicas anteriormente expuestas.

    El género,
    como condición característica, propicia una
    perspectiva desde el punto de vista de la autoimagen, vista
    además como una concretización de la
    dinámica impuesta por una sociedad. Es decir, la
    posibilidad del desarrollo humano de hombres y mujeres tiene
    distintas aristas, lo que influirá directamente en la
    autoestima generada.

    Esta forma anterior encuentra asidero en tanto que una
    formación cultural específica, desarrolla una
    autoimagen prefijada para los individuos, en donde el
    género puede ser visto como una de tantas variables al
    respecto. Podríamos sumarle a esto, la percepción
    de ingresos, y en
    definitiva, al poder adquisitivo de las personas, que en la
    cultura material desarrolla un cierto grado de "posibilidades y
    limitantes" que inciden directamente en la autoestima e imagen proyectada
    ante los pares y la sociedad.

    CONCLUSIONES Y
    CONSIDERACIONES GENERALES.

    Ante los resultados de esta pequeña
    investigación y exposición
    sobre el tema de la autoestima, nos permitimos en estas
    conclusiones desarrollar la perspectiva crítica a la que
    hacíamos alusión en un comienzo.

    ¿Es la autoestima, la clave del éxito o
    del fracaso? Esta tentativa surge a partir de la
    definición conceptual que hemos desarrollado en el inicio
    de nuestro trabajo. La mirada crítica que nos hemos
    propuesto esta sentada sobre la base de funcionalización
    del concepto en sí. Es decir, que el autoestima, como
    materia de
    estudio pretende idealizar la figura de un hombre apto, ya
    no sólo en función de sus perspectivas
    ontológicas, sino que propiciada por la aceptación
    en el "patrón correcto" de las dinámicas a las que
    nos hemos referido. Dicho sea de paso, creemos que la
    formalización de estereotipos idóneos no se ajusta
    a la realidad concreta, propuesta por una gama de variables de
    todo orden. Es decir, el éxito y el fracaso se concretan a
    partir del autoestima como clave, sólo en la medida que
    las condiciones externas así lo permitan. El autoestima
    entonces es muy susceptible a la realidad concreta en que se
    inserta el individuo.

    Es propicio generar la mentalidad de que la idea de
    quererse a si mismo, en función del
    querer-ser, no aparece en la praxis y esta
    visión choca contra la perspectiva de la
    autoconvicción amparada en el deber-ser. En esta
    perspectiva es que el desarrollo de algunas capacidades humanas,
    a partir de la educación, están sesgadas en tanto
    limitan al ser humano para llegar a un estado de plenitud en
    función de perspectivas ontológicas, ya que hemos
    visto que existe una profunda ligación a los
    parámetros impuestos por una
    sociedad ideologizada. Los niños
    estan siendo educados a partir de la dinámica social,
    quizás dejando de lado las dinámicas más
    inmediatas a ellos mismos, pues se les provee del conocimiento
    que les prepara para enfrentar un mercado laboral, una
    perspectiva sumisa ante el poder, y el miramiento de la
    libertad como una lejana isla imposible, "idea"en el
    sentido platónico.

    Como autores de este breve trabajo, nos parece propio
    decir que llevamos toda nuestra vida intentando "ser seguros" en
    relación a un mensaje social que desde nuestras casas se
    ha desarrollado. Pero en realidad nunca habíamos querido
    ver cuál era el motivo de nuestra obsesiva capacidad de
    ser apto para la vida. La discusión y la reflexión
    al respecto tiene que volver al hombre, y nosotros como tal
    también hemos de construir sociedades en donde prime el
    valor
    intrínseco de las personas, y no en la funcionalidad de
    éstas. "Debes mantenerte firme en tus
    propósitos"…

    BIBLIOGRAFÍA

    · Foucault, Michel, 1926-1984 : Discurso,
    poder y subjetividad
    ; comp. Oscar Terán. El
    Cielo por Asalto, Buenos Aires,
    1995.
    · Slaiken, Karl A : "Intervención en
    crisis
    ", México,
    Ed. Manuel Moderno, 1988.

    · Brandon, Nathaniel: " Cómo mejorar su
    autoestima",
    Barcelona, Ed. Paidós, 1991.

    · Daskal, Ana María: " Permiso para
    quererme ". Reflexiones sobre la autoestima
    femenina
    , Ed. Paidós., 1992

    · Modernidad y
    autoidentidad : [Apuntes de Taller de Desarrollo
    Personal] / Anthony Giddens.
    Barcelona : Anthropos,
    1996.

    · Psicología del
    desarrollo / Diane E. Papalia, Sally Wendkos Olds ;

    traducción [de la 7a. ed. en inglés
    por]Cecilia Avila De Baron
    . Santa Fe de Bogotá
    : McGraw-Hill, c1998.

     

    Francisco Gaete

    Sebastián Garrido

    Nicolás Girón

    Psicología del Desarrollo

    Universidad Metropolitana de Ciencias de
    la Educación

    Facultad de Historia, Geografía y Letras

    Departamento de Historia y Geografía

     

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