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Consumo de calcio, fósforo y proteínas y calidad de masa ósea en mujeres posmenopáusicas




Enviado por fveljorn



    1. Resumen
    2. Objetivo
      general
    3. Material y
      métodos
    4. Resultados
    5. Factores dietéticos y su
      influencia en la calidad del hueso
    6. Discusión de los
      resultados
    7. Factores relacionados con la
      dieta
    8. Conclusiones
    9. Bibliografía

    RESUMEN

    La osteoporosis
    constituye un problema de salud a nivel mundial. Es
    una enfermedad multifactorial en la que se combinan factores
    genéticos, nutricionales y otros relacionados con
    diferentes estilos de vida. Objetivos: Determinar la
    relación entre algunos factores de riesgo de
    osteoporosis y la calidad de la masa ósea en
    mujeres posmenopáusicas aparentemente sanas. Material y
    métodos
    : Se realizó un estudio descriptivo de
    tipo transversal, en 244 mujeres posmenopáusicas, en
    cuatro áreas de salud de La Habana. Se confeccionó
    una encuesta de
    frecuencia semicuantitativa de consumo de
    alimentos para
    determinar la ingesta de calcio, fósforo y
    proteínas. Se evaluó la calidad de la masa
    ósea por osteosonometría del calcáneo
    (SONOST 2000). Los datos recopilados
    se procesaron con el paquete estadístico SPSS
    versión 10.0 Resultados: Un alto porcentaje de las
    mujeres asintomáticas estudiadas tenían mala
    calidad ósea (69.3%). Existió una tendencia al
    aumento de mujeres con mala calidad ósea al aumentar la
    edad (p = 0.00). No se demostró influencia de los
    nutrientes estudiados con el desarrollo de
    mala calidad ósea, aunque predominó el consumo por
    debajo de las recomendaciones nutricionales de calcio,
    fósforo y proteínas en las mujeres con mala calidad
    del hueso. Conclusiones: El mayor porciento de las mujeres
    estudiadas tenía mala calidad ósea. Se
    demostró estadísticamente la relación entre
    la edad y la calidad ósea, sin embargo no se
    demostró la relación entre el consumo de calcio,
    fósforo y proteínas y la mala calidad
    ósea.

    Palabras claves: Osteoporosis, calidad de masa
    ósea, posmenopáusica, edad, calcio, fósforo,
    proteínas.

    INTRODUCCIÓN

    La osteoporosis pertenece al grupo de
    enfermedades
    crónicas no transmisibles del adulto y, junto a las
    fracturas relacionadas con ella, representan un gran problema
    para la salud
    pública mundial por estar asociadas a un incremento de
    la morbilidad y la mortalidad de la población adulta. (1)

    Debido al impacto económico significativo de las
    fracturas, expresiones clínicas más temidas de la
    osteoporosis, la
    Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha
    clasificado como el quinto problema de salud a nivel global.
    (1)

    Según la Fundación Nacional de
    Osteoporosis, 1 de cada 4 mujeres desarrolla osteoporosis y cerca
    del 50 % de las mujeres de 50 años en adelante,
    sufrirán una fractura relacionada con dicho padecimiento.
    (1)

    En poblaciones como la nuestra, que están en
    transición demográfica por el incremento de la
    expectativa de vida y la longevidad de su población, la
    osteoporosis y sus fracturas también ocupan un lugar
    preponderante como causa de muerte.

    En nuestro país las personas mayores de 60
    años constituyen el 14.48 % del total de la
    población y la esperanza de vida asciende a 76 años
    de edad, (2) por lo cual es muy probable que en los
    próximos años aumente la magnitud de la
    osteoporosis como problema de salud, si asumimos que su frecuencia es al
    menos, similar o cercana a la hallada en países
    desarrollados. (1)

    En la actualidad, aproximadamente 1 308 750 cubanos
    padecen de osteoporosis y de estos, 558 750 son mujeres mayores
    de 65 años de edad; 375 000 son mujeres
    posmenopáusicas entre 50 y 65 años de edad; y 375
    000 son hombres mayores de 50 años. (3)

    La osteoporosis fue definida en 1991 como una enfermedad
    esquelética sistémica, caracterizada por baja masa
    ósea y deterioro en la microarquitectura del tejido
    óseo, que origina fragilidad ósea aumentada con el
    consecuente incremento en el riesgo de fractura.

    La dieta es un elemento particularmente importante y a
    su vez modificable que interviene en la etiopatogenia de la
    osteoporosis. En un inicio se enfocó la enfermedad casi
    dependiente exclusivamente del calcio y la Vitamina D. Sin
    embargo, el interés
    reciente es en los efectos de una variedad de otros nutrientes
    sobre el estado del
    hueso, y se incluyen los minerales
    magnesio (Mg), potasio (K), cobre (Cu),
    zinc (Zn) y sodio (Na); las vitaminas C,
    K, B12 y A; y macronutrientes, como las
    proteínas, los ácidos
    grasos y los azúcares. (4)

    Todo esto indica que la prevención de
    pérdida del hueso a través de la dieta es compleja
    e involucra numerosos nutrientes y alimentos. Es probable que los
    factores genéticos actúen conjuntamente con la
    dieta aumentando la complejidad de estos efectos.

    Con los adelantos de la genética y
    la nutrición
    se mejorará la comprensión de estas interacciones y
    se contribuirá a buscar recomendaciones cada vez
    más eficientes para la prevención de la
    pérdida del hueso y la osteoporosis en el
    envejecimiento.

    OBJETIVO
    GENERAL

    Determinar la relación entre algunos factores de
    riesgo de osteoporosis y la calidad de la masa ósea
    en mujeres posmenopáusicas aparentemente
    sanas.

    OBJETIVOS ESPECÍFICOS

    • Clasificar el grado de calidad ósea
      según los resultados obtenidos por
      osteosonometría.
    • Valorar la relación entre la calidad
      ósea y la ingestión dietética de calcio,
      fósforo y proteínas.

    MATERIAL Y
    MÉTODOS

    Se realizó un estudio descriptivo de tipo
    transversal en 244 mujeres posmenopáusicas, en cuatro
    áreas de salud de La Habana.

    Se evaluó la calidad de la masa ósea por
    osteosonometría del calcáneo, mediante mediciones
    del valor del
    "índice de calidad ósea", conocido por sus siglas
    en inglés:
    BQI.

    Las mujeres se clasificaron según sus valores del
    BQI. Estableciendo el valor 84.5 como punto de corte (que
    corresponde con el valor de –1 del T-score), serían
    mujeres con "buena calidad ósea" las que tenían un
    valor de BQI por encima del punto de corte y con "mala calidad
    ósea" aquellas que estuviesen por debajo del
    mismo.

    Se determinaron los hábitos nutricionales de
    consumo de calcio, fósforo y proteínas mediante un
    cuestionario
    de "Frecuencia Semicuantitativa de Consumo de Alimentos", el cual
    se completó durante la entrevista
    a la paciente en la consulta y se recopiló la información del último año
    anterior a la investigación.

    Se consideró como aporte normal de calcio un
    valor de 800 mg / día; de fósforo un valor 800 mg /
    día y de proteínas un valor cercano a 0.75g / Kg de
    peso corporal / día, que se corresponde con un 10 al 15 %
    de la energía total recomendada. (5)

    Los resultados de la encuesta fueron evaluados mediante
    el Programa
    CERES.

    La relación calcio / fósforo y de calcio /
    proteínas en la dieta fue evaluada también mediante
    la misma encuesta y se realizó su posterior análisis mediante el Programa CERES. Se
    consideró como valor normal el intervalo de
    relación Calcio / Fósforo, de 1.0 a 1.5 y de calcio
    / proteínas 20 mg/g. (5)

    Los datos recopilados se procesaron con el paquete
    estadístico SPSS-PC versión 10.

    Para las variables
    cuantitativas se utilizaron medidas de resumen de estadística (media aritmética, tipo
    de distribución, desviaciones y errores
    estándares).

    Los resultados se presentan para el total de las mujeres
    estudiadas y divididas en:

    • Mala calidad ósea (BQI < 84.5) y buena
      calidad ósea (BQI ≥ 84.5)
    • Edad: 55- 59 años; 60 – 64 años y
      de 65 – 69 años de edad
    • Ingesta de calcio, fósforo, proteínas y
      relación de consumo calcio / fósforo y calcio /
      proteínas por debajo de las recomendaciones
      nutricionales y normal o por encima.

    El grado de significación de las diferencias
    entre las medias se determinó mediante la "t" de Student y
    el análisis de varianza de una vía empleando el
    test de Mann
    Witney y Spearman, y el coeficiente de correlación lineal
    de Pearson.

    Se construyeron tablas de dos entradas y se
    empleó el test estadístico de Chi-Cuadrado para
    evaluar asociación entre hábitos nutricionales y la
    calidad ósea.

    RESULTADOS

    Se estudiaron un total de 244 mujeres
    posmenopáusicas entre 55-69 años de edad las cuales
    se clasificaron según su calidad ósea tomando como
    punto de corte el valor de 84.5 del índice de calidad del
    hueso (BQI). Las mujeres con mala calidad del hueso representaron
    el 69.3 % de la población estudiada. (Gráfico #
    1)

    Fuente: Encuestas

    En los 3 grupos de edad
    predominaron las mujeres que clasificaron con mala calidad
    ósea. Se puede apreciar como existe una tendencia a
    aumentar el número de mujeres con mala calidad ósea
    al aumentar el grupo etario. Además, se puede observar
    como a partir de los 60 años el número de mujeres
    con buena calidad del hueso es mucho menor que en grupo de 55-59
    años. A partir de los 60 años el comportamiento
    fue muy similar en ambos grupos de edades. (p = 0.00)
    (Gráfico # 2)

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Fuente: Encuestas c 2 =9.429; p = 0.00

    El gráfico # 3 muestra el
    resultado del análisis de regresión
    lineal simple entre la edad y el BQI. Se puede apreciar como
    a medida que aumenta la edad, la calidad ósea disminuye
    dado que los valores
    del BQI son menores. El análisis de la varianza de la
    regresión muestra un nivel de significación de
    0.001 por lo que el ajuste de los puntos a la recta es adecuado.
    El valor del coeficiente de regresión b nos demuestra que
    por cada año de edad en las mujeres estudiadas el valor
    del BQI disminuye en un 0.8 existiendo una relación
    indirecta entre estas variables con un nivel de
    significación de 0.001.

    Cuando analizamos el ajuste de la recta o la
    r2 vemos que el 0.04 % de las variaciones del BQI
    están dados por la edad.

    Esta observación concuerda con el
    análisis realizado con la prueba de Chi – cuadrado
    (c 2)
    informado en el gráfico # 2.

    Gráfico # 3

    Correlación lineal entre la
    edad y el índice de calidad ósea

    FACTORES DIETETICOS Y SU INFLUENCIA EN
    LA CALIDAD DEL HUESO

    CONSUMO DE CALCIO

    El 80.3 % de las mujeres estudiadas tenía un
    consumo de calcio por debajo de las recomendaciones
    nutricionales. La mala calidad ósea fue más
    frecuente en las mujeres que consumían calcio por debajo
    de las recomendaciones nutricionales pero sin asociación
    estadísticamente significativa que demostraran una
    relación entre el bajo consumo de calcio y la mala calidad
    ósea de las mujeres estudiadas.

    Tabla # 1

    Relación entre el consumo de
    calcio y la calidad ósea

    Consumo de Calcio

    Mala

    calidad ósea

    (%)

    Buena

    calidad ósea

    (%)

    Total

    (%)

    < 800mg/día

    80.5 %

    80.0 %

    80.3 %

    ≥ 800mg/día

    19.5 %

    20.0 %

    19.7 %

    Total

    100%

    100 %)

    100 %

     

     

     

    Fuente: Encuestas c 2 =0.007 p = 0.932

    El consumo de calcio en la población total
    estudiada estuvo por debajo de las recomendaciones nutricionales
    (570.0 ± 470.0 mg/día). Al analizar el consumo de
    este nutriente en las mujeres con mala calidad del hueso (548,3
    ± 418,6 mg/día) y en aquellas con buena calidad
    ósea (618,9 ± 569,3 mg/día), no se
    encontró diferencias estadísticas significativas. (p =
    0.28)

    CONSUMO DE FÓSFORO

    El consumo de fósforo por debajo o, normal o por
    encima de las recomendaciones nutricionales, mantuvo porcientos
    similares en ambos grupos según la calidad del hueso
    (buena o mala calidad ósea) por lo que no se obtuvo
    asociación estadística entre estas variables.
    (Tabla # 2)

    Tabla #
    2

    Relación entre
    el consumo de fósforo y la calidad
    ósea

    Consumo de
    fósforo

    (mg/día)

    Mala

    calidad
    ósea

    (%)

    Buena

    calidad
    ósea

    (%)

    Total

    (%)

    <
    800

    54.4 %

    49.3 %

    52.9 %


    800

    45.6 %

    50.7 %

    47.1 %

    Total

    100 %

    100 %

    100 %

     

     

     

     Fuente: Encuestas c 2 =0.08 p = 0.77

    EL consumo medio de fósforo en la
    población estudiada fue de (883.9 ± 602.1
    mg/día), ligeramente superior a las recomendaciones de
    este nutriente en este grupo poblacional.

    La media del consumo de fósforo en las mujeres
    con mala calidad del hueso (859,6 ± 611,5 mg/día) y
    en las mujeres con buena calidad (938,8 ± 580,8
    mg/día) no mostró diferencias estadísticas
    significativas. (p = 0.34)

    RELACIÓN CALCIO /
    FÓSFORO

    La relación calcio / fósforo menor que 1.0
    se presentó en el 92.3 % de las pacientes con mala calidad
    ósea y en un 93.3 % de las mujeres con buena calidad
    ósea pero no encontramos asociación significativa
    entre la relación de consumo calcio / fósforo y la
    calidad ósea. (p = 0.77)

    La relación de consumo calcio / fósforo en
    toda la población tuvo una media de 0.64 ± 0.23. El
    valor mínimo fue de 0.13 y el máximo de 1.26. Estos
    resultados son posibles de explicar debido a que la
    población tuvo una ingesta de fósforo superior a la
    del calcio.

    Según la calidad ósea, la relación
    Ca / P tuvo valores de la media de consumo muy similares sin
    diferencias estadísticas entre las mujeres con
    afectación de la calidad del hueso (0.63 ± 0.23) y
    las que tenían un buen índice de calidad del hueso
    (0.62 ± 0.22). (p = 0.76)

    Al realizar un análisis de asociación
    entre el consumo calcio / fósforo y el índice de
    calidad ósea mediante una prueba de correlación
    lineal no encontramos diferencias estadísticas. (r =
    0.038; p= 0.55)

    CONSUMO DE PROTEÍNAS

    El consumo de proteínas por debajo de las
    recomendaciones nutricionales, predominó tanto en las
    mujeres con buena calidad ósea como en aquellas que
    tenían mala calidad, pero sin diferencias
    estadísticas significativas. (p = 0.15)

    Se estimó una media de consumo de
    proteínas de (70.5 ± 61.6 g/día) en la
    población estudiada. En las mujeres con mala calidad
    ósea la media de consumo fue de (68.9 ± 68.3
    g/día) y en las que tenían buena calidad
    ósea (74.2± 43.0 g/día) sin diferencias
    estadísticas entre ellas. (p = 0.54)

    PROPORCIÓN CALCIO /
    PROTEÍNAS

    Tanto en las mujeres con mala calidad del hueso como
    aquellas que no tenían afectación ósea
    predominó el consumo por debajo de las recomendaciones
    nutricionales de la relación Calcio / Proteínas
    pero sin asociación estadística.

    (p = 0.476)

    La relación calcio / proteínas en toda la
    población tuvo una media de 8.71± 4.30 mg/g. El
    consumo mínimo fue de 1.10 mg/g y el máximo de
    23.03 mg/g.

    La media de consumo en las mujeres con mala calidad del
    hueso (8.84 ± 4.43 mg/g) y en las mujeres con buena
    calidad (8.42 ± 4.03 mg/g) no mostró diferencias
    estadísticas entre ambos grupos. (p= 0.49)

    Al realizar un análisis de asociación
    entre el consumo calcio / proteínas y el índice de
    calidad ósea mediante una prueba de correlación
    lineal no encontramos asociación. (r= 0.031; p =
    0.62)

    DISCUSIÓN
    DE LOS RESULTADOS

    ÍNDICE DE CALIDAD ÓSEA

    La densidad mineral
    ósea sufre variaciones fisiológicas en las
    distintas etapas de la vida. Durante la segunda y la tercera
    década de la vida el hueso alcanza se pico máximo
    de masa ósea y posteriormente, 3 ó 4 años
    antes de la menopausia comienza la pérdida de masa
    ósea causada por un disbalance entre la resorción y
    la formación ósea. (6-9)

    Tomando el valor de 84.5 del BQI que obtenemos a
    través de la osteosonometría del calcáneo,
    como punto de corte para evaluar la calidad del hueso,
    encontramos un alto porciento de afectación del hueso en
    la población estudiada en edad posmenopáusica que
    se acentúa más en las mujeres de mayor edad ya que
    existe una correlación entre la edad y la mala calidad
    ósea.

    Estos resultados coinciden con la bibliografía consultada
    donde se señala una mayor prevalencia de osteoporosis en
    mujeres después de la menopausia. (1, 3, 5,
    7-14)

    FACTORES
    RELACIONADOS CON LA DIETA

    CONSUMO DE CALCIO Y CALIDAD
    ÓSEA

    La ingestión de calcio no tuvo una
    asociación significativa con la calidad del hueso en este
    estudio a pesar del bajo consumo en la población
    estudiada, lo que se contradice con algunos autores que
    señalan una asociación significativa entre el
    consumo de calcio y la calidad del hueso, mientras coincide con
    otras investigaciones
    en las cuales no se encuentra esta asociación como
    explicaremos a continuación.

    Los estudios transversales de densidad ósea
    encuentran una asociación entre la ingesta alimentaria de
    calcio y la densidad ósea, mientras que en estudios
    longitudinales en adolescentes
    hasta la edad adulta no encuentran esta asociación.
    (11)

    En diversos estudios publicados se plantea que no existe
    relación alguna, o que solo existe una discreta
    relación directa, entre el calcio en la dieta y la masa
    ósea cortical. (15)

    En diferentes estudios se ha indicado que la densidad
    ósea está directamente relacionada con el consumo
    de calcio en diversos períodos de su vida. (6, 12, 16,
    17-25, 29)

    CONSUMO DE FÓSFORO Y CALIDAD
    ÓSEA

    El consumo excesivo de fósforo puede disminuir la
    absorción intestinal de calcio y aumentar la
    excreción urinaria de dicho catión y, por tanto,
    afectar el contenido mineral óseo. Según Arnaud, es
    posible que estos efectos se contrarresten de forma que el
    balance de calcio no sea afectado. (11) Heaney y Recker
    publicaron que las ingestas variables de fósforo no
    tenían efectos sobre el balance global del calcio en las
    mujeres posmenopáusicas lo que coincide con los resultados
    encontrados, donde no hubo asociación entre el consumo de
    fósforo y la calidad del hueso. (26)

    RELACIÓN DE CONSUMO CALCIO / FÓSFORO Y
    CALIDAD ÓSEA

    Porrata y colaboradores recomiendan para la
    población cubana que la ingesta de fósforo sea
    paralela a la de calcio, de forma tal que una relación
    calcio / fósforo de 1:1 a 2:1 es la adecuada y por debajo
    de 1 se considera un riesgo de pérdida de masa
    ósea. (5, 27)

    La ingestión de fósforo superó la
    de calcio, encontrándose con más frecuencia esta
    relación por debajo de lo recomendado pero no encontramos
    asociación entre la relación de ingestión de
    calcio y fósforo y los defectos en la
    mineralización ósea.

    Hernández y Porrata señalan que el
    análisis de los datos del Sistema de
    Vigilancia Alimentaria y Nutricional en Cuba entre los
    años 1994 y 1997 puso en evidencia una deficiencia de la
    ingestión de calcio en varios grupos etarios y una
    relación calcio / fósforo con valores de 0.45 y
    0.56 lo que coincide con nuestra investigación al
    encontrar que el mayor número de mujeres tenían una
    deficiente ingesta de calcio y una proporción Ca:P menor
    que 1. (28)

    En un estudio realizado en el Norte de México, en
    mujeres posmenopáusicas no se encontró una
    relación positiva entre la ingesta dietética de Ca
    y P y la densidad ósea, lo que coincide con los resultados
    encontrados. (26)

    CONSUMO DE PROTEÍNAS Y CALIDAD
    ÓSEA

    El papel de la proteína en la dieta en el
    metabolismo
    óseo es controversial. Diferentes autores señalan
    los efectos del consumo elevado de proteínas relacionados
    con el metabolismo del calcio, aumentando la excreción
    urinaria de calcio y afectando su absorción y, por
    consiguiente, afectando el contenido mineral óseo. Estos
    efectos negativos no se observan cuando el consumo de calcio y de
    vitamina D es adecuado. Rapuri encontró una
    asociación estadística entre el consumo elevado de
    proteínas y un contenido mineral óseo elevado en
    mujeres en las cuales el consumo de calcio era superior a 408
    mg/día. (29)

    Otros estudios señalan que el consumo bajo de
    proteínas afecta directamente la resorción
    ósea, la formación del hueso o ambas lo que
    coincide con nuestros resultados en relación con la
    frecuencia encontrada entre bajo consumo de proteínas y
    mala calidad ósea, aunque no encontramos
    significación estadística. (20,30)

    RELACIÓN DE CONSUMO CALCIO / PROTEÍNAS
    Y CALIDAD ÓSEA

    Algunos autores creen que una relación
    calcio/proteína superior a 20 mg/g es la adecuada para
    proteger al hueso de la desmineralización. Nosotros
    encontramos un consumo medio de esta proporción 8.71 mg/g,
    muy por debajo de las recomendaciones, lo que coincide con lo
    encontrado por Basabe. (27,31)

    CONCLUSIONES

    1. Un alto porcentaje de las mujeres
      posmenopáusicas asintomáticas estudiadas
      tenían mala calidad ósea (69.3%).
    2. Se observó una tendencia a aumentar el
      número de mujeres con mala calidad ósea al
      aumentar el grupo etario. (p = 0.00)
    3. Desde el punto de vista nutricional, no se
      demostró una influencia de los nutrientes estudiados con
      el desarrollo de una mala calidad ósea en el grupo de
      mujeres estudiadas, pero si encontramos una tendencia al
      consumo por debajo de los aportes nutricionales recomendados en
      las mujeres con mala calidad del hueso.

    BIBLIOGRAFÍA

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    Autor:

    Dra. Ana Rosa Jorna Calixto

    Especialista en Medicina
    General Integral. Master en Nutrición en Salud
    Pública y Profesora Instructora

    Dr. Pedro Luis Véliz
    Martínez

    Especialista en Medicina Interna. Diplomado en
    Nutrición en Salud Pública y Profesor
    Instructor

    Lic. Ada Lydia de las Cagigas Reig

    Dr. Jorge Blanco Anesto

    Dr. Gabriel Perdomo González

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