La pastoral sacramental
- Objetivo general de la
reflexión - La vivencia sacramental
actual, ¿supone un seguimiento exitencial de
jesús, el cristo? - Presupuestos
hermenéuticos a tener en cuenta para la
reflexión. - Signo, símbolo y
sacramentalidad - Relación entre
antropología y sacramentalidad - Líneas nucleares para una
recuperación de la sacramentalidad en la praxis
cristiana - Propuestas para una praxis
sacramental - Conclusión
- Bibliografía
Un trabajo de
análisis y reflexión de la pastoral
sacramental en el gran marco de la pastoral de toda Iglesia supone
enfrentarse a preguntas a las cuales no les hallamos
todavía respuestas y en el caso de conocerlas, muchas
veces no queremos asimilarlas ya que nos exigirían cambios
en el ámbito personal
(hermenéutico) y comunitario (criterios de acción)
que no estamos dispuestos muchas veces a realizar.
El análisis de la vivencia sacramental que
abordaremos en la primera etapa, está conextualizada en un
momento particular de la historia. Estamos viviendo
una etapa de la historia en el cual ya no se habla de
"época de cambios" sino de un "cambio de
época".
- Celebramos cuarenta años del inicio del
Concilio Vaticano II… - Estamos viviendo como pueblo latinoamericano una de
las más grandes crisis de
credibilidad de las institucionales y de sus dirigentes
políticos y religiosos… - La corrupción, las injusticias, el
colonialismo económico que viven nuestros pueblos es una
realidad cruel que castiga a los más
pobres…. - Los grandes ideales de liberación que
movilizaron a tantas generaciones, parecen eclipsados en la
conciencia
de los pueblos… - La postmodernidad, la cual nos impulsa al
re-descubrimiento de la dimisión espiritual desde
paradigmas
nuevos… - El mundo globalizado, el gran avance de las comunicaciones han hecho de la humanidad una
gran aldea donde casi no hay distancias…. - Anunciamos durante dos décadas la
liberación de los pobres pero llegó el neoliberalismo generando mayor exclusión
e injusticias, nuevas formas de pobrezas y debilitamiento de
los estados
Esta realidad de nuestro pueblo latinoamericano, nos
acompañará como contexto a lo largo de la
reflexión, invitándonos permanentemente a indagar
en nuestros paradigmas, muchas veces momificados, antes una
realidad que permanentemente esta en cambio, por ello como
agentes pastorales, debemos generar una actitud de
apertura a las sensibilidades, retos y respuestas de una nueva
época en la cual todos sin excepciones estamos
proyectados.
Nos acercaremos al fenómeno de la
preparación y vivencia de los sacramentos atendiendo "los
gritos" que escuchamos en nuestro quehacer pastoral, gritos que
expresan un primer encuentro con la realidad ante la cual nos
dejaremos interpelar.
Los presupuestos
hermenéuticos desde donde abordaremos la reflexión
son de vital importancia ya que nos permitirán una
reflexionar desde parámetros que le dicen mucho al
hombre de
nuestro tiempo.
Uno de los grandes avances de la sacramentología
pos-conciliar ha sido tratar de superar la metafísica
como instrumento único de aproximación a las
realidades mas profundas del ser.
Apelaremos, por ello, a la realidad simbólica
como otra herramienta, mucho más vital y existencial
constitutiva de la antropología para acercarnos a las
realidades que trascienden y superan todo intento de
definición acabada del misterio.
Nuestro objetivo no es
ofrecer un tratado sobre los sacramentos en general ni estudiar
los fundamentos de la pastoral de la Iglesia.
Nuestro esfuerzo consistirá en sistematizar
elementos reflexionados por algunos teólogos pastoralistas
contemporáneos y favorecer desde paradigmas que asuman la
dimensión antropológica, una conexión vital
y de sentido con la estructura
sacramental que ofrece la Iglesia.
Este camino que emprendemos tiene como punto de partida
y de llegada; el hombre, en
cuanto realidad que se autocomprende y se revela en plenitud a la
luz del Verbo
Encarnado (Gaudium et Spes n 22).
OBJETIVO GENERAL DE LA
REFLEXIÓN
Aportar elementos desde la reflexión
teológico-pastoral que tengan como punto de partida las
vivencias y sensibilidades del hombre y de la mujer de hoy,
que permitan el redescubrimiento de la dimensión
sacramental en toda la praxis cristiana, desde una
sacramentalidad histórica, significante y develadora de
sentido;
para favorecer una pastoral sacramental vital y
renovada, caracterizada por una inculturación menos
temerosa de las mismas celebraciones sacramentales, una mayor
unidad entre celebración y vida, entre sacramento y
compromiso.
LA VIVIENCIA SACRAMENTAL ACTUAL, ¿SUPONE UN
SEGUIMIENTO EXITENCIAL DE JESÚS, EL CRISTO?
Hoy vivimos una situación problemática con
relación a los sacramentos. No hay acuerdo en la Iglesia
sobre lo que éstos significan y acerca de cómo
vivirse. Existen corrientes de espiritualidad que promueven la
vivencia sacramental de las más diversas
tendencias.
Pensemos sin más en orden a la celebración
de la eucaristía como algunas corrientes ponen mayor
énfasis en generar sensaciones y otras en producir mayor
intimismo entre los que participan, cayendo de esta manera en
reduccionismos que no favorecen un auténtico seguimiento
del Resucitado.
En muchas celebraciones de sacramentos se percibe una
acumulación de elementos (aceite,
agua,
bendición, palabras, grupo de
personas desconectados con lo que se vive, etc.) los cuales no
muestran, muchas veces, una unidad intrínseca
vital.
Lo racional y lo discursivo se llevan la primacía
en la celebración de los sacramentos, dejando muchas veces
al lado lo visual y lo corporal. De esta manera los sacramentos
pasaron a ser RITOS que agrupan "cosas y personas". Cada uno
ocupa un lugar aparte, unidos vagamente por un sentimiento
religioso.
La Iglesia se ha convertido en un sistema ritual:
suma de los sacramentos
Esto se evidencia en que la casi totalidad de los
esfuerzos de los agentes de pastoral están dirigidos a los
sacramentos: preparación para la primera comunión o
confirmación, catequesis ocasionales para padres y
padrinos, preparación al matrimonio,
etc.
Es una realidad en casi todas las parroquias; los
sacramentos son los ejes prioritarios a partir de los cuales se
estructura toda la acción pastoral de una comunidad
parroquial, dejando muchas veces de lado a las otras dimensiones
de la pastoral de suma importancia para un auténtico
seguimiento del Resucitado.
- Resistencia del hombre y de la mujer a la
vivencia sacramental
Dicha resistencia entre
otros puntos se refleja en:
- LA OBLIGATORIEDAD: al insistirse en los sacramentos
como canal privilegiado para alcanzar la gracia, se ha
favorecido la dimensión de obligatoriedad como requisito
para vivir la gracia - EL ENFASIS EN EL SUJETO ADMINISTRADOR:
el excesivo legalismo (ex opere operato) en la
administración de los sacramentos reforzó la
dimensión solo del que administra minimizándose
la sacramentalidad del sujeto y de la comunidad - LA IGLESIA LUGAR DE ADMINSTRACION DE SERVICOS: la
parroquia es el lugar donde "los pido y los recibo", y
allí terminó todo. Se perdió la
dimensión de comunidad sacramental. - EL PUNTUALISMO SACRAMENTAL: al ser considerados "algo
en sí mismos" cerrados y autosuficientes, toda la
pastoral ha perdido así su proyección social al
servicio de
la transformación de la sociedad.
El actual modelo de
pastoral sacramental responde a un soporte eclesiológico
que todavía en muchos aspectos no ha sido renovado por la
actitud de apertura al mundo y fidelidad al Evangelio que nos
propuso el Concilio Vaticano II, Medellín, Puebla y Santo
Domingo.
- Síntomas de la crisis
- Se ha perdido la identidad
del sacramento. Lo que se vive nada o muy poco tiene que ver
con la realidad sacramental en sí misma - El carácter costumbrista es un
síntoma de la perdida de
significación. - En otros casos hay un alejamiento de la practica
sacramental - No le encuentra utilidad el
hombre de hoy. Los descubre como algo inoperante.
- Causas de la crisis
- Los
sacramentos en búsqueda de su definición parten
de la filosofía. Se ha hecho una metafísica del
signo.
Es una realidad que constatamos en la historia de la
teología, y de una manera particular en la teología
sacramental, cómo se vertió su contenido en moldes
metafísicos.
Esta mediación en muchos casos ha tenido tanta
fuerza que hoy
hay personas que apenas llegan ha distinguir una vedad
filosófica con una verdad revelada.
Esto trajo en el pensamiento
cristiano un reduccionismo del dato de fe, el cual en algunos
casos de acontecimiento salvífico quedo reducido ha
pensamiento ilustrado, de praxis de seguimiento a disquisiciones
intelectuales,
de aproximación al misterio a una teología
triunfalista, de símbolo evocativo a enunciado preciso y
demostrativo, y mucho más disciplina
eclesiástica que Reino de Dios.
- Hemos hecho
un cristianismo
de ritos vacíos que nada dicen a la vida del hombre y a
la mujer de nuestro tiempo.
Todo esto ha favorecido a una sobre dimensión del
RITO, y por ende a un empobrecimiento de la realidad sacramental,
favoreciendo así una visión sacramentalista de la
vida cristiana. Con mucha claridad se percibe que los ritos
hablan poco de sí mismos y por sí mismo. Necesitan
ser explicados por lo tanto dejan de tener su fuerza
significante. De esta, manera la ritualización fue
quitándole fuerza a la significación y esto
a generando una conciencia de cosificación de la praxis
sacramental.
- La
mentalidad del pueblo considera a la Iglesia como un "lugar"
donde se reciben los sacramentos, transformándose la
recepción de los mismos en el criterio de pertenencia
mas claro a la Iglesia.
"Incluso entre los practicantes es fácil
descubrir la esquizofrénica separación que existe
entre sacramento y vida, entre rito y compromiso,
celebración y ética
social. Por lo tanto que fácilmente el sacramento se
reduce a mero rito, a mundo paralelo, a participación
mecánica a tradición o costumbre sin
referencias e incidencias vitales"
- Por otro
lado esta crisis tiene un indicativo
antropológico.
En primer lugar no aportan identidad al cristiano, ya
que muchos que no participan de la vida sacramental lo mismo se
llaman cristianos o creyentes católicos. Al desconectarse
de la experiencia concreta el carácter ritual ha
prevalecido sobre el existencial.
Este alejamiento de la práctica sacramental poco
a poco lleva a la indiferencia concluyendo este proceso en el
abandono total de la vida sacramental en algunos
casos.
"Sé esta produciendo una emigración de la
religiosidad practicada a la indiferencia, pasando por la no
practica religiosa. La no práctica constituye una
categoría puente, una situación de plano inclinado
que conduce insensiblemente a la indiferencia. Estamos asistiendo
al paso de una acción social prescriptiva a una
acción social electiva. De la institucionalización
de la tradición, elemento esencial del rito, a la
institucionalización del cambio. De una trama
institucional relativamente indiferenciada a una
diferenciación y especialización crecientes en los
diversos grupos
sociales."
El aspecto más visible de esta crisis es el
descenso continuado de la práctica religiosa entendida
casi siempre de una manera parcial como practica de los
sacramentos.
En el caso de aquellos que los reciben y se dicen
cristianos la practica sacramental esta muy ligada a una cierta
seguridad
psicológica que buscan aquellas personas que no han
ejercitado la libertad como
una opción existencial por el bien.
Son aquellas personas que necesitan que se les diga lo
que esta bien y lo que esta mal, reduciendo la moral
existencial cristiana en una ética casuística y
heterónoma que no permite el crecimiento integral de la
persona. Esta
práctica sacramental es fruto de un ritualismo, de la
obligatoriedad y genera dependencia y sumisión.
Por ultimo podemos deducir de este análisis
de causas que se produjo un reduccionismo de la
sacramentalidad que afecto notablemente al concepto de
praxis cristiana. La sacramentalidad quedo ligada
exclusivamente a los siete sacramentos y se perdió
durante mucho tiempo la densidad
sacramental de toda la praxis cristiana comprendida en un
sentido más global.La parcial insistencia a lo largo de la historia
en centrar el análisis y la reflexión en los
siete sacramentos ha derivado en la ausencia de la
sacramentalidad cristiana en su más radical y
auténtica profundidad. Solo quedo reducida al
análisis de los sacramentos como tal."Cuando la Iglesia se oficializa y hace prevalecer
su carácter institucional en una sociedad
sociológicamente cristiana, decae ese sentido
sacramental: la Iglesia deja de considerarse sacramento
para entenderse más como institución y los
acontecimientos históricos dejan de ser signos
de los tiempos para ser historia de la institución
eclesiástica y de los imperios
cristianos"- Empobrecimiento del la dimensión
sacramental en toda la praxis de la Iglesia - Crisis del modelo vigente de pastoral
sacramentalista: hacia la búsqueda de nuevos
paradigmas.
"Este modelo de pastoral sacramentalista que ha
correspondido a una larga época eclesial, la cristiandad,
continúa aún vigente pero nadie duda que tal modelo
cada día es más inadecuado o de que al menos,
encuentra dificultades crecientes"
Se percibe todavía con mucha claridad este
modelo eclesial en nuestra acción pastoral, el cual queda
expresado en los criterios que todavía utilizamos a la
hora de planificar y desarrollar la actividad
evangelizadora.
El Concilio en su gran esfuerzo de dar respuestas a
un mundo que interpelaba a la iglesia a cerca de su ser y de su
obrar nos muestra la
actitud vital con la que debemos encarar todo trabajo de
reflexión teológico pastoral: en dialogo con el
mundo y preguntándose siempre por el sentido para que de
esa manera le brinde al hombre y la mujer las herramientas
necesarias para una mas profunda y vital auto compresión
de su existencia.
Por ello es muy saludable que frecuentemente nos
preguntemos acerca de los paradigmas a partir de los cuales la
Iglesia dialoga con el mundo, para que de esa manera vivamos en
una permanente renovación y así podamos dar
respuestas a los interrogantes existenciales de la
humanidad.
La resistencia del varón y de la mujer de
nuestros tiempos a la vivencia sacramental nos debe hacer
reflexionar y cuestionarnos sin miedos con audacia
evangélica si vivimos realmente con el corazón
abierto a la búsqueda de nuevos horizontes que nos ayuden
a transitar una verdadera renovación de toda la praxis
cristina y en particular la dimensión
sacramental.
En conclusión llegamos a que el modelo de
pastoral sacramental vigente, fruto de una pastoral de
cristiandad, en la cual se procuraba que todos fuesen cristianos,
ha quedado en desuso.
En síntesis….
- De todo esto se deduce que la religión para algunos no pocos,
sé esta desdogmatizando y sé esta
desritualizando perdiendo así fuerza lo
institucional - De esta manera los sacramentos han dejado de ser
significantes para un gran número de
creyentes. - Para otros ha quedado reducido a una
práctica rutinaria y costumbrista impregnada de un
ritualismo y un lenguaje
anacrónico que poco le dice al hombre de
hoy. - Podemos afirmar por tanto que estos aún
viviendo una práctica sacramental han reducido la
significación vital de los mismos, ya que no llega
tocar la existencia de aquellos que los reciben. - La crisis sacramental actual revela una crisis
pastoral más amplia, que afecta a toda la praxis
cristiana.
Capitulo II
PRESUPUESTOS
HERMENEUTICOS A TENER EN CUENTA PARA LA
REFLEXIÓN.
Durante siglos la teología centró su
atención en la búsqueda de
argumentos racionales. Su objetivo era hablarle a la inteligencia y
convencer a los hombres y mujeres del dato religioso.
Así el pensamiento teológico se
caracterizó por el discurso
apologético y manualístico, olvidándose que la
reflexión teológica debe estar orientada a
profundizar una experiencia vital capaz de transformar el
corazón desde la búsqueda y del descubrimiento de
sentido para la existencia.
Ante estos reduccionismos que acompañaron la
reflexión teológica a lo largo de su historia, es
importante que clarifiquemos los presupuestos
hermenéuticos a partir de los cuales nos aproximaremos a
la reflexión. Para ello nos valdremos de la
reflexión que nos propone Oscar Arango, en su tratado
"Imaginando Imaginarios".
"Lo que se ha denominado una nueva
hermenéutica, señala el esfuerzo de rescatar
el presente, el aquí y el ahora, la dimensión
de la historicidad del hombre.La historia presente es la que precisa ser
interpretada para el encuentro con el ser u con la
realidad, no desde un plano meramente contemplativo y
conceptual, sino en el plano de la historia personal y
colectiva que de espacio al crecimiento del hombre a su
personalización, y a su liberación en cuanto
posibilidad de ser en sí mismo.Por eso los dogmas históricos fijos e
invariables del pasado no pueden pretender fundar por si
solos el ser, la conciencia y la acción.La nueva hermenéutica se presenta como una
reacción contra la hermenéutica positivista y
su dogmatismo textual, planeta pues una dinámica propia, un método nuevo y praxis renovada que
estimula a no repetir el pasado con simpleza sino a la
interpretación transformadora del
presente y la proyección a partir de una acciones
actualizadoras.De esta manera la persona que interpela no es un
elemento ajeno a su realidad, quien interpreta interroga a
su realidad desde su mismidad, desde su situación y
su historicidad. Quien interpreta es parte constitutiva de
la interpretación. El pasado adquiere sentido pleno
cuando ayuda a esclarecer y percibir claramente el
presente".- Una hermenéutica que asuma e integre la
historicidad del hombre - La reflexión teológica: buscadora
de "sentidos" para el hombre y la mujer
Como ciencia del
espíritu, la teología se mueve en parámetros
particulares los cuales le permiten acercarse a su objeto
material de una manera única.
La teología, se diferencia del resto de las
ciencias
empíricas, ya que opera sobre el símbolo
INTEPRETANDOLO, descubriendo lo más que pueda su
SENTIDO.
Las ciencias humanas por su parte buscan entender,
aclarar los datos
empíricos que se le presentan. Lo propio de la
teología será COMPRENDER, pero buscando el
SENTIDO.
Por lo tanto mientras más quedemos involucrados
en el acto de comprensión más profundo será
el SENTIDO que descubramos.
Vivir es leer, interpretar y escuchar la voz de la
creación para que de esa manera podamos sacramentalizar la
realidad y así tener una aproximación a la realidad
fundante de todas las cosas
Las diferentes maneras de acercarse al objeto implican
necesariamente también una diferencia de lenguaje. En
tanto que el conocimiento
científico se abre a verdades que construyen la
civilización, el saber narrativo que es propio de la
teología, se transforma desde el micro relato en agente
constructor de cultura, desde
lo simbólico, lo comparativo, lo poético, y lo
metafórico.
Preguntarse sobre el SENTIDO DEL SER EXITENTE es lo
propio de la ciencia del
espíritu. Por tanto no es tarea de la teología
comunicar verdades, sino comunicar SENTIDOS.
El sentido se transmite, no se demuestra, no se explica.
Lo podemos expresar en un estilo poético, simbólico
narrativo, y solo esto nos permite aproximarnos al
misterio.
Descubrir "sentido", en otras palabras el COMPRENDERSE,
le permitirá al sujeto construir nuevos horizontes que
ayuden a SABER SER, a SABER VIVIR, es decir alcanzar
sabiduría. Esta manera de expresar y comunicar vida pone
de manifiesto que la estructura interna de este lenguaje es
DINAMICA y nunca doctrinal.
El sacramento queda vertebrado en el lenguaje
narrativo, cuya fuerza vital, se centra en celebrar y narrar la
historia de un encuentro entre el hombre y la creación,
encuentro que le permite al hombre y a la mujer descubrir la
convocación a la cual está llamado: al encuentro
sacramental con Dios.
Este será el primer momento de la realidad
sacramental, una experiencia vital un encuentro con el sentido
definitivo. Luego si vendrá el momento de articular de
manera racional el cual queda expresado en una fórmula la
cual jamás podrá expresar la realidad de sentido
que ha producido la fuerza del sacramento a nivel
histórico-existencial.
No será suficiente para una reflexión
veraz y acabada de la compleja dimensión sacramental
vivida por el hombre, si no echamos mano a ciencias que nos
permitan aproximarnos a esta vivencia, la cual siempre
será situada es decir
histórico-cultural.
"Estudiar un sacramento significa comprenderlo desde una
situación vital(antropología filosófica), en
un contexto cultural histórico y realzado
(antropología cultural), que tiene en cuenta los datos de
la realidad y el contexto social (sociología) así como las reacciones
y mecanismos personales y colectivos ante esta situación
(psicología) detentando los fenómenos
religiosos que en relación con esta situación se
han dado y se dan hoy (fenomenología e historia de las religiones) y profundizando
en la riqueza de la experiencia límite que se viven en la
llamada a la trascendencia o en la revelación de los
divino desde la misteriosidad de lo humano (metafísica y
teodicea)"
Capitulo III
SIGNO, SÍMBOLO
Y SACRAMENTALIDAD
"La experiencia de la fe, típica de la
religión y de toda relación intersubjetiva, se
sitúa en el ámbito del sentido último y
radical que remite a lo
mítico-simbólico"
La necesidad que tenemos de comunicarnos con aquellos
referentes tan vitales para la existencia humana, no sensibles,
nos exigen apelar al lenguaje simbólico.
Esta realidad es el ámbito de la liturgia en la
que prevalece el lenguaje simbólico, lenguaje más
intuitivo y afectivo, más poético y
gratuito.
La liturgia es una acción, un conjunto de signos
que nos introducen en comunión con el misterio, que nos
hacen experimentarlo más que entenderlo.
- ¿Qué es un signo?
- Es algo que indica
- Su contenido es elemental
- Es vacío de presencia
- Entre el significante y el significado no hay
relación de comunión - Su significatividad no es verdadera
Epifanía - Apunta a una realidad exterior a sí
mismo - El signo no es lo que significa, nos orienta de un
modo más o menos informativo. - Mensaje que designa o representa otra realidad. El
humo indica la existencia del fuego El semáforo en su luz verde nos
hace saber que ya podemos avanzar.
- ¿Qué es un
símbolo?
- Desempeña una función
reveladora de sentido - Se transforma en receptáculo expresivo de la
presencia - Contiene la presencia de la realidad
simbolizada - Expresión de una experiencia
humana. - La experiencia comporta una dimensión no
racionalizable, no tematizable, como constitutivo
específico: un componente no
conceptualizable. - Tiene una potencia
intrínseca constitutiva de la existencia
humana. - La experiencia del amor no se
puede comunicar en profundidad, nada más que mediante
expresiones simbólicas. - Significa en sentido figurado, orienta a lo que se
simboliza. - Mediante el símbolo se llega a la experiencia
humana. - Puede ser contemplado: remite a un más
allá de sí mismo. - Supone un código socialmente admitido de comunicación.
- Los símbolos configuran al
hombre. - Es develación, epifanía,
manifestación de lo absoluto no visible, no
sensible - Es icono, no tiene existencia propia, conduce a hacia
el prototipo que manifiesta. - Es también velación ambigüedad,
claridad oscura nunca manifiesta la realidad plena. - Establece una cierta identidad afectiva entre la
persona y una realidad que no se llega alcanzar. - Reúne, concentra en sí mismo las
realidades conteniéndolas un poco en todas a todas
ellas - Une significantes con significado Ej. Significante:
Palabra de Dios = significado, Dios habla.
Hecha la distinción que existe entre signo y
símbolo trataremos de descubrir la interconexión
que existe en el sistema sacramental ambas realidades.
Los sacramentos se componen normalmente por una serie de
ritos y de signos que, en la medida que tengan unidad interna
expresarán el símbolo global sacramental, el cual
nos conducirá hacia el contenido misterioso del
símbolo o de lo simbolizado.
"El valor
sacramental comporta un momento simbólico, supone, expresa
y alimenta nuestra fe en la comunidad eclesial. Así el
sacramento une, recuerda y hace presente el anuncio
profético.
Pero también el valor sacramental puede expresar
una función día-bólica al degradarse en
sacramentalismo, consumo
sacramental o vivencia mágica del sacramento. Así
el sacramento separa, escandaliza y divide, causa de la denuncia
profética"
- Símbolo sacramental: unidad de
significados que nos conducen al Misterio.
Los significantes y los significados forman parte de una
misma ESTRUCTURA SIMBOLICA DE SENTIDO que nos conduce al
corazón del misterio celebrado. Si la
característica del símbolo es unir elementos
separados, la sacramentalidad cristiana es símbolo porque
reúne FE-VIDA-CELEBRACIÓN.
Como bien lo decían los padres de la Iglesia, los
sacramentos son una manifestación y expresión de
una realidad invisible, es decir, manifestación en
visibilidad de la gracia escatológica de
Cristo.
Pero hay que dejar claro que es una
visibilización en imagen, no
todavía en plenitud, lo que se dará en la escatología."
El símbolo es una realidad con dos caras. Une dos
significantes que designan una misma realidad significada pero
cada uno a su nivel.
El símbolo es un signo en el cual el
significante ausente (lo representado) se hace presente por
el nexo que lo une al significante presente (el
representado). De esta manera el símbolo nos acerca a la
realidad simbolizada y nos la acerca. Hace presente a la realidad
simbolizada de manera eficaz.
El siguiente esquema muestra la dinámica vital
que encierra la realidad simbólica.
Capitulo IV
RELACIÓN entre
antropología y sacramentalidad
El hombre tiene una naturaleza
simbólica y necesita permanentemente de símbolos.
Es en la clave de la relacionalidad que el hombre vive, como
dimensión vital y esencial, donde debemos ubicar los
sacramentos.
Este se vale de ciertos códigos,
dinámicas, palabras y gestos, a partir de las cuales
despliega su relacionalidad con los otros y con el totalmente
Otro.
Existe por tanto una íntima relación entre
sacramentalidad y antropología, ya que una supone la otra.
Ambas se implican y alcanzan su verdadera significación en
cuanto se unen para que podamos comprender de una manera distinta
realidades que superan nuestro conocimiento.
El hombre expresa esta relacionalidad con lo
trascendente, a través de categorías religiosas,
que manifiestan esta dinámica, desde la realidad vital de
una simbólica significativa. Podemos agruparlas
en:
- Objetos sagrados
- Momentos sagrados
- Lugares sagrados
"Hoy se deben entender los sacramentos como encuentro,
símbolos, expresión de la fe y celebración
de la vida. Porque el hombre no es sólo un espectador en
la celebración sacramental, sino que en ésta debe
existir una perfecta armonía entre el ser y la
condición sacramental que se ofrece. El hombre es un
símbolo viviente. Por su presencia física,
corpórea es un símbolo viviente que expresa su
intimidad, libertad, y voluntad; sus sentimientos, y pensamientos
que no se pueden entender a simple vista, sino por la
mediación corpórea. Esto es ser simbólico.
Es la constante en la relación humana"
Por su parte la sacramentalidad se vale de las
dimensiones antropológicas y así poder
expresarse en ellas. Son vías, canales por donde fluye la
sacramentalidad quedando de esta manera a merced del conocimiento
humano. Félix Placer Ugarte detalla la relación que
existe entre las dimensiones humanas y la
sacramentalidad:
- Personal intersubjetiva: las relaciones
humanas es un signo que puede adquirir caracteres
sacramentales. De hecho cada uno de los sacramentos es una
forma de sacramentalizar diferentes aspectos o manifestaciones
de esta dimensión. Sacramentalizar las relaciones
humanas será la tarea específica de la praxis
cristiana. - Cosmológica: hace referencia a la
relación del hombre con la naturaleza. La
sacramentalidad es algo concreto no
idealista o imaginario. Es visible y tangible. Todo el cosmos
es un lugar sacramental. Pero hay lugares preferenciales, donde
esos símbolos aparecen con mayor claridad y
precisión. "El mundo es el gran sacramento de Dios.
Cuando las cosas comienzan hablar y el hombre escucha sus
voces, entonces emerge el edificio sacramental." . El pobre es
el lugar preferencial, y la cruz el más significativo,
el cual supone una gran cuota de fe lo mismo que el sacramento
eucarístico, sacra mentalización
suprema. - Histórica: los acontecimientos
históricos en virtud de la historia de salvación,
se transforman en signos de los tiempos. El gran desafío
de la praxis cristiana será descubrir desde la fe esos
signos y así sacramentalizar la historia
transformándola de esta manera en historia de
salvación. En la medida que descubrimos unidad de
sentido a los hechos que experimentamos, los transformamos en
realidad sacramental para nosotros y para los demás.
Debemos reinterpretar constantemente nuestra historia, desde la
perspectiva de historia de salvación o de
perdición. De esta manera la vida humana es relectura
del pasado como forma de vivir el presente y de cobrar fuerzas
para el futuro. Toda ella es sacramento de liberación o
de opresión, de salvación o de
perdición.
Finalmente podemos, partiendo de esta reflexión,
afirmar que en la misma estructura antropológica se
encuentra el fundamento de la dimensión sacramental de la
vida y de los sacramentos.
"Los sacramentos no son acciones que
se imponen a los hombres desde fuera. Son acciones que nacen de
su interior. Más que ser un receptor, el hombre de fe en
la celebración sacramental es un actor que actualiza su
capacidad y realidad sacramental, ser presencia para el
otro.
Por ello se han de entender los sacramentos enmarcados
dentro de todas aquellas situaciones fundamentales de su
existencia. Situaciones porque constituyen los acontecimientos de
carácter personal y social que espontáneamente se
tienden a celebrar y a ritualizarse. "
El sacramento por tanto es ante todo un modo de pensar,
una manera de posesionarse ante uno mismo, ante los otros y ante
el totalmente Otro. De esta manera el pensamiento sacramental es
universal, es decir todo se puede transformar en sacramento en
cuanto vemos la realidad como símbolos.
Por tanto podemos llegar a la siguiente
afirmación: el hombre es un ser sacramental y que exitse
una continuidad con la sacramentalidad existencial y esta a su
vez con la oferta
sacramental de la Iglesia. Cuanto mas la persona se relaciona con
los demás y con el mundo creado tanto mas se abre al
abismo de la significación de lo simbólico y de lo
sacramental.
De esta manera L. Boff afirma:" La fe no crea el
sacramento; crea en el hombre la óptica
mediante la cual pude percibir la presencia de Dios en las cosas
yen la historia. La fe le permite vislumbrar a Dios en el mundo y
entonces el mundo con sus hechos y cosas las transfigura, es mas
que mundo: es sacramento de Dios"
En otras palabras podemos decirlo de la siguiente
manera: entre lo que se demanda "desde
abajo" (proceso de la vida) y lo que se ofrece "desde arriba"
(ritos sacramentales) hay una correspondencia básica y
fundamental.
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Capítulo V
Líneas nucleares para una
recuperacion de la sacramentalidad EN la praxis
cristiana
Como lo analizamos oportunamente:
- La cosificación sacramental
- La ritualización
- El racionalismo sacramental, nos están
exigiendo detenernos para
reflexionar y generar caminos de búsqueda y
revalorización de la dimensión sacramental, no
solo en orden a la vivencia autentica de los sacramentos sino
que además fundamente una praxis cristiana develadora de
sentido que permitan al hombre y a la mujer una
autocomprensión de sus existencias a partir del paradigma de
hombre
nuevo, Jesús, el Cristo.
Esta autocomprensión de la propia existencia a la
luz de la revelación, es de vital importancia, ya que en
la medida en que seamos más nosotros mismos, mayor
transparencia seremos de Dios. La sacramentalidad cristiana debe
ayudarnos a alcanzar en la historia este objetivo.
Como ya hemos descubierto, en toda la realidad creada
esta presente la huella de Dios, y que no es neutra. Esta
presencia dinámica significa que Dios esta ya agraciando
la realidad creada desde el principio y que la gracia esta
operando en todo lo creado.
De esta manera lo natural es ya sobrenatural y lo
sobrenatural se ha hecho por gracia natural. El misterio de la
encarnación ha unido para siempre estas dos realidades, la
praxis cristiana debe ayudar a descubrir y saber leer esta
realidad misteriosa, presencia agraciante en toda la
creación.
El hombre y la mujer que viven de esta manera,
convierten su vida y su acción en sacramento, y pueden
interpelar a los demás de una manera sacramental ya
que
en su vida natural ha sabido descubrir lo sobrenatural,
de esta manera las cosas, los acontecimientos y sus hermanos
comienzan hablarle de Dios.
En otras palabras, toda la praxis cristiana no
hará otra cosa sino revelar, expresar, relacionar esa
presencia de Dios en todo lo creado como su origen y
meta.
Llegamos de esta manera afirma junto con L. Boff que
"sacramento es todo". En la medida que el hombre comienza
a contemplarse a sí mismo, a sus hermanos y al mundo que
lo rodea a la luz de Dios, descubre todo como una señal y
símbolo de lo trascendente. El sentido de lo que sucede a
su alrededor esconde una chispa de la trascendencia
divina.
Por tanto es de suma importancia revisar y buscar una
simbología cada vez mas adecuada a la cultura y la
sensibilidad actual, siendo fiel a la tradición y a al
momento histórico en el que vivimos. Una simbología
que le sea significativa al hombre y a la mujer de nuestros
tiempos, es decir que le hable y que en ella pueda descubrir como
se esconde lo trascendente.
Además un auténtico rescate de la
dimensión sacramental se deberá poner
atención en revisar los siguientes conceptos que
quizá sean los generadores de los reduccionismos citados
anteriormente.
Trataremos, sin hacer una abordaje exhaustivo de cada
uno, que a lo largo de la reflexión aportar herramientas
que nos permitan una correcta comprensión de los
mismos.
El siguiente esquema nos ayudará a clarificar
cuales son los temas a revisar:
| EL CONCEPTO DE REVELACIÒN |
| LA EXPERIENCIA Y EL CONCEPTO DE |
| UNA FILOSOFIA Y UN LENGUAJE QUE APORTEN SENTIDO |
- Características fundamentales que hacen de
la praxis sacramental una praxis cristiana
Teniendo como base esta sacramentalidad general podemos
en este segundo paso aproximarnos a las características
fundamentales que hacen de la praxis sacramental una praxis con
características propias.
Asumiendo el esquema que propone Félix Placer
Ugarte en su obra citada, nos referiremos a esas tres dimensiones
que particularizan y hacen que la praxis sacramental sea una
praxis cristiana:
- DIMENSION PASCUAL: la pascua de Cristo es una
realidad que ha tocado las fibras del mundo y de la historia.
Nuestra praxis no le añade nada a esa realidad. El
cristiano, por tanto no debe estar preocupado por ser
protagonista, ya hubo un protagonista, lo propio del
cristiano será estar en el mundo, ayudando descubrir
sentido, revelar, manifestar. El creyente debe ser conciente
que toda su acción es sacramental, es decir que remite
a la acción significante que es la pascua de Cristo.
Lo mismo toda acción de liberación, de justicia,
de amor, etc. por pequeña y humilde que sea remite al
mismo significante y va en la línea de la construcción del reino. De esa manera
la sacramentalidad desborda los límites de la acción de la
Iglesia por la universal eficacia de
la pascua de Cristo. "Todo el mundo debería ser
considerado propiamente como la parte visible de un
sacramento universal y permanente, y toda la actividad humana
como comunión sacramental divina." - DIMENSIÓN PNEUMATOLOGICA: otro elemento
fundamental que permite que la praxis histórica
adquiera un carácter sacramental es el
Espíritu. Por lo tanto allí donde hay una
transformación en la justicia, en la libertad, en
el amor,
en la línea de los
valores del reino, allí hay un signo de la
presencia del Espíritu que debe ser significada
sacramentalmente. - DIMENSIÓN ECLESIAL: para que la praxis
cristiana sea sacramental debe ser eclesial, es decir debe
encarnar los valores de
la eclesialidad como son: fraternidad, la comunitariedad, el
dialogo comunicativo, la
comunicación de los bienes, el
servicio. Si queremos manifestar la sacramentalidad de la
praxis, es preciso, por consiguiente que esos valores se
manifiesten.
- Lenguaje religioso y sacramental
Nuestro objetivo como agentes de pastoral es hacer de
toda nuestra praxis sea praxis sacramental, la cual deberá
expresarse en un lenguaje religioso sacramental.
Para L. Boff , el lenguaje religioso-sacramental es
autoimplicativo ya que por no ser meramente descriptivo,
sino ante todo evocativo, siempre envuelve la persona con las
cosas, no deja nada neutral, todo lo toca por dentro,
estableciendo un encuentro que modifica al hombre y al
mundo.
Además es formativo: es decir lleva a
modificar la praxis humana, induce a la conversión, apela
a la apertura y a la acogida consecuente en la vida.
Por ultimo el lenguaje religioso-sacramental es
narrativo: no pretende persuadir sino contar y celebrar la
historia del encuentro del hombre con las cosas y con Dios.
Encuentro en el cual fue pro-vocado a trascender y que hizo que
le e-vocaran una Realidad superior a ellos pero presente en
ellos, con-vocandolo al encuentro sacramental con
Dios.
"De igual forma sucede en la
relación con Dios. Los hombres entablamos relaciones
simbólicas a través de signos religiosos. Los
símbolos sacramentales son precisamente esa
expresión simbólica en acción, en
correspondencia con su naturaleza simbólica, y por ellos
realiza la intercomunicación con los diversos actores que
intervienen en el sacramento: Dios, la Iglesia, el
Hombre."
c) El sentido de toda sacramentalidad es
Jesús, el Cristo
Esta sacramentalidad presente en toda la creación
por ser obra de las manos de Dios alcanza su dimensión
plena y total en la persona de Jesús, el Cristo. Él
es el sacramento en acción y la acción hecha
sacramento.
Es el Sacramento primordial de Dios. "Es así como
la comunidad al actualizar el Misterio Eucarístico lo
comprendió y lo comunicó: Cristo es sacramento de
Dios. En el Dios esta de forma humana y el hombre de forma
divina. La fe siempre vio y creyó que en Jesús de
Nazaret, muerto y resucitado, Dios y el Hombre se encuentran en
una unidad profunda, sin división y sin confusión.
A través del hombre-Jesús se llega a Dios y a
través del Dios-Jesús se llega al hombre. Quien
dialoga con Cristo se encontraba con Dios"
Él es "lugar de encuentro" entre Dios y el
hombre. Él es revelación como relacionalidad, busca
comunicación no como transmisión de conocimientos
sino como comunión de "querer juntos".
En Jesús, el hombre y a la mujer llegan a
dialogar con Dios en lenguaje humano, palabras y sentidos
finales, a partir de una pedagogía de relaciones de alianza,
anticipo y germen del reinado de Dios.
De esta manera la sacramentalidad se trasforma en todo
aquello que nos ayuda a propiciar y favorece este encuentro de
voluntades, entre estas dos existencias.
La teología ayuda a descubrir que en la misma
praxis de Jesús podemos hallar el origen, en clave de
germen o principio fontal de toda la realidad
sacramental.
En los así llamados "OTS proféticos" de
Jesús, encontramos aquellos signos de la praxis de
Jesús que de alguna manera tuvieron una mayor elocuencia
vital para sus contemporáneos.
Tenían la particularidad de tener una fuerte
carga simbólica Estas acciones y palabras, las cuales no
necesitaron mayor explicación, fueron asumidas y
comprendidas como acciones con una mayor densidad revelatoria.
Sin lugar dudas que las así llamadas Parábolas del
Reino son un ejemplo significativo de esta realidad.
Estos "OTS proféticos" son la semilla de lo que
hoy de manera sofisticada y estructural llamamos
sacramentos.
d) La Iglesia Sacramento de Cristo
Esta dimensión sacramental permanece en Iglesia,
Sacramento de Cristo, la cual queda expresada de una manera
más visible en la estructura sacramental de los siete
sacramentos, pero aclaramos que no queda agotada en esa
estructura. Todo cuanto hay en ella y todo cuanto hace ella posee
una estructura sacramental. Es llamada Sacramento Universal de
salvación.
Toda la praxis de la Iglesia, sacramento de Cristo, es
acción sacramental en el gran marco de la sacramentalidad
creatural. Como ya lo hemos visto, toda la creación puede
llegar a ser "canal por donde puede correr la vitalidad de la
gracia"; llegar ha descubrir y acoger esta realidad vital
será la gran tarea del hombre y de la mujer que hacen de
la vida un camino hacia el Reino, es decir en otras palabras le
descubren sentido al existir humano.
"La Iglesia es la parte del mundo que
por la fuerza del Espíritu
Santo acoge el Reino en forma explícita en la persona
de Jesús. Ella no es el Reino sino su sacramento,
señal, instrumento, comunicación, palabra, y
realidad histórica a partir de la cual se proyecta al
mundo. Además es la primicia del Reino para construirse en
el mundo, Anti – reino, es la gracia de Dios que se establece en
el pecado para rescatarlo.
El presente, el ya del Reino, es la tarea que se le ha
asignado, Iglesia peregrina que guía al pueblo la
comunidad de los hermanos al final escatológico. Esta
Iglesia primicia de los dones escatológicos del Reino,
vive, trabaja, camina, lucha, construye y celebra en el tiempo y
en la historia. Es en la celebración, en la cual se
concretiza esta experiencia actualizante del Reino.
Hablar de celebración es hablar de los
sacramentos. Estos no se reducen simplemente a algo que se
practica o se recibe, sino que consiste en algo que se
celebra.
La comunicación, el sacramento de los hermanos,
es donación y recepción, es un constante dar y
recibir, es aceptación y compromiso, es
fiesta."
De los criterios que se desprenden podemos afirmar que
muchas veces la pastoral se ha reducido a dogmatismos,
doctrinarismos, verbalismos, ideologización cuando la
evangelización se reduce a la mera transmisión de
verdades muchas de ellas filosóficas y
racionalistas.
Es importante en este momento de la reflexión
volver a firmar que la praxis de Jesús de Nazaret,
paradigma de la acción pastoral de la Iglesia, fue
comunicadora de finalidad y sentido, fue praxis significante (que
dice algo al hombre y mujer en el aquí y
ahora).
La tarea de la Iglesia por tanto es prolongar en las
coordenadas de tiempo y espacio los signos liberadores de
Jesús, comunicadores de sentido y finalidad. De esta
manera toda la praxis cristiana será despertar el deseo de
"cristificarnos", realidad que alcanza una densidad particular en
la vivencia sacramental.
Los sacramentos de esta manera no solo encienden el
deseo de responder desde la libertad a la propuesta del Reino,
sino que además, ayudan a liberarnos de todo aquello que
no nos permite "cristificarnos", a partir de relaciones fraternas
horizontales y justas, transformándose nuestras
existencias de esta manera en PRO-EXISTENCIAS como la de
Jesús.
"Dentro del complejo sacramental de la Iglesia, se
destacan los siete sacramentos: simbolizan la totalidad de la
vida humana, basada en siete ejes fundamentales. En esos nudos
vitales, el hombre se siente referido a una fuerza que lo
trasciende y lo sustenta. Ve a Dios en ellos y ritualiza de
manera especial esos momentos fuertes de la
existencia"
Criterios de conversión de la praxis
sacramental al hoy del Reino a partir del Vaticano
II
El Vaticano II nos afirma en Sacrosatum Consilium en su
número 9 que la liturgia no es la única actividad
de la Iglesia. Ubica a la pastoral sacramental en conexión
íntima con otras realidades esenciales de la misión.
Será necesario lograr de esta manera una
verdadera articulación y unidad intrínseca entre
estas dimensiones de la praxis sacramental que develan en la
historia el ser sacramental de la Iglesia.
El sacramento de la Palabra, que suscita,
alimenta y educa la fe.
El sacramento de la Comunión, que favorece
la coordinación y la animación para la
unidad.
El sacramento de la Liturgia que celebra y
expresa simbólicamente el misterio y la fe.
El sacramento de la Caridad que se concretiza en
la practica de la justicia y del amor para con los mas pobres y
marginados por la sociedad.
Una de las afirmaciones a las que podemos llegar como
fruto del capitulo reflexionado anteriormente es que la pastoral
sacramental en su totalidad es parte integrante de la
sacramentalidad de la Iglesia. Es por ello que la pastoral
sacramental será una manera privilegiada de manifestar el
ser y hacer de la Iglesia en medio del mundo.
En otras palabras a través de la acción
pastoral permanentemente estamos expresando la concepción
de Iglesia y sacramento que tengamos, es por ello fundamental que
como agentes de pastoral hagamos realidad una praxis sacramental
que parta de la vida, que aporte sentido a la existencia del
hombre y de la mujer de nuestro continente tan desbastado por la
corrupción y la injusticia a partir de la
autoidentificación de la Iglesia como fruto del Vaticano
II y del magisterio latinoamericano.
A partir de los textos de D. Borobio trabajados en esta
reflexión podemos llegar a afirmar que toda praxis
sacramental es praxis de toda la comunidad, "a través de
unos medios y
dispositivos concretos, adaptados a las diversas situaciones
vitales-sacramentales, y a la actitud de fe del sujeto, en orden
a suscitar , autentificar y mejorar las disposiciones del mismo y
de la comunidad entera, de modo que el sacramento sea dignamente
celebrado y , en cuanto acontecimiento celebrativo exprese y
realice todo lo que significa, para la renovación de la
vida personal y comunitaria"
De esta manera podemos afirmar que por la
mediación de los sacramentos el pueblo de Dios vive,
expresa y realiza en forma simbólica la realidad y
objetivos del
reino de Dios.
A partir de esta definición podemos destacar
algunos elementos fundamentales para una verdadera
renovación de la praxis sacramental en las comunidades
parroquiales.
- El agente pasivo y activo de toda la praxis
sacramental es primordialmente toda la comunidad, la cual
interviene a través de determinados servicios y
ministerios. - Con medios y dispositivos concretos, como son:
la evangelización, la catequesis, el encuentro de la
comunidad, la formación permanente la acción y el
compromiso para con los más pobres… etc. - La aplicación de estos medios supone tener
en cuenta la situación antropológica sacramental
y la situación de fe o verdad del creyente, ya que
no todo bautizado que pide un sacramento es un creyente por
tanto su situación de fe varía. Será
necesario ofrecer unos medios que respondan a las necesidades
vitales de la persona. - Los objetivos que se deben tener siempre presente
son: - Crear las disposiciones suficientes: fe libre,
conciente y responsable - Conducir al sujeto y a la comunidad a un
conocimiento del sentido y contenido de los símbolos
para facilitar un participación activa - Renovar la vida personal y comunitaria
manifestada por una entrega mas sincera a la caridad y a la
justicia
- Crear las disposiciones suficientes: fe libre,
Capitulo VI
Propuestas para
una praxis sacramental histórica, significante, y
develadora de sentido que aCompaÑe al hombre y a la mujer
en su caminar EXISTENCIAL hacia el Reino
La historia es el lugar privilegiado del encuentro del
hombre con Dios, por tanto las diversas etapas que la conforman
son llamadas de ese modo: sacramentos.
Lo mismo ocurre con la vida del hombre, cada fase de su
devenir histórico (nacimiento, infancia,
desarrollo
personal, ancianidad y muerte) bien
pueden llamarse "etapas sacramentales de la
existencia"
Habiendo realizado este camino de reflexión y
análisis de la pastoral sacramental enmarcada dentro de la
sacramentalidad total de la Iglesia y de la creación,
llegamos a conclusión que será
necesario:
- Una praxis sacramental no como acción
administrativa sino como una realidad vital y
simbólico sacramental - Recuperar la dimensión educativa del
símbolo y de su expresividad en nuestra cultura.
Para ellos habrá que estar atentos a no caer en
reduccionismos doctrínales a la de la catequesis y
volver al carácter simbólico como develador de
sentidos para la existencia, para comprender de esta manera
el misterio allí significado. - Lograr la interacción de los siguientes
elementos: educación progresiva de la fe, pastoral
litúrgica y sacramentalidad de los sucesos de la
historia personal y comunitaria. - Ampliar el concepto de sacramentalidad a toda
acción liberadora presente en la historia y tener la
capacidad de celebrarla como realización sacramental
del reinado de Dios en la historia, superando de esta
manera el reduccionismo del templo como único lugar
donde los creyentes viven la sacramentalidad y descubriendo
la vida como espacio privilegiado para vivir la
sacramentalidad.
En este momento de nuestra reflexión, nos parece
importante concretizar algunas de las consecuencias que se
desprenden de ella.
- Los primero que se puede afirmar es que
sacramentalizar para convertir conlleva como ya lo hemos visto
una intrumentalización del sacramento. - La praxis pastoral no es para realizar la primera
evangelización, ni siquiera la primera catequesis; la
supone y parte de ellas. - No podrá hablarse de praxis sacramental
verdadera donde no hay una pastoral de evangelización
precedente, ni una pastoral comunitaria
consecuente. - No habrá auténtica praxis sacramental
si esta no favorece desde su realidad sim-bólica a
evocar y generar comunión con el Dios de Jesús.
El gran riesgo
será no hacer del signo una realidad dia-bólica
en la medida en que se caiga en el sacramentalismos y
consumismo sacramental produciendo de esta desde el propio
signo, alejamiento de Dios.
Nuestra propuesta: Sacramentos y situaciones
transicionales de la vida , una praxis sacramental
histórica, significativa y develadora de
sentido.
La riqueza antropológica nos permite descubrir
que en su proceso histórico hay determinados momentos que
adquieren una mayor densidad vital y no por ello dejan de tener
una mayor complejidad.
Son esos momentos en los cuales hay una exigencia mayor
de recurrir al lenguaje simbólico, esos momentos nuestro
autor los denomina "situaciones transicionales".
Son aquellos momentos de la historia personal, que
suponen verdadero transito o cambio de una situación a
otra. Aunque coinciden de forma general con lo que llamamos
etapas o ciclos de la vida sin embargo no pueden reducirlas a
ellas. Para Borobio el concepto de "transito" incluye las etapas
normales de la existencia humana pero además agrega
niveles como el biológico, psicológico, relacional,
cultural, social, religioso, espiritual…
Toda situación de transito tiene la
particularidad de conmover toda la realidad antropológica
a tal punto que desencadenar nuevos procesos
vitales, integrando los anteriores y llevándolos a
plenitud de manera progresivamente histórica.
Será fundamental que en la praxis pastoral
interconectar aquellas situaciones sacramentales que están
en correspondencia con las distintas etapas de la vida y que por
su carácter cultural y cambiante replantean la misma
vivencia antropológica y por lo mismo su correspondencia
con la fe y la celebración sacramental.
Es de vital importancia para una fructífera
praxis sacramental en nuestras comunidades buscar una
correspondencia interna entre:
- Formas culturales externas
- Experiencias humanas internas
- Celebración sacramental cristiana, que nos
permitan descubrir nuestro propio "itinerario procesual del
seguimiento de Jesús"
La propuesta que no hace Borobio en su obra citada
propone los siguientes momentos transicionales o situaciones
vitales:
- La situación del nacimiento
- La situación del crecimiento
- La situación del casamiento
- La situación de la vida de vida de pareja y
familiar - La situación de jubilación o
envejecimiento - La situación de dependencia o
enfermedad - La situación de muerte
Estas situaciones tan vitales a la persona,
necesariamente se tienden a sacralizar, han sido elevadas en
Cristo a situaciones sacramentales, y son celebradas como tales
en los sacramentos de la Iglesia.
Cabe aclarar que cada uno de los momentos de la vida
esta enraizado con los otros momentos precedentes e incluso con
los que van a seguir, si es que están asumidos como un
proyecto.
Como se puede ver son situaciones que transforman la
vida de las personas. Cada una de las etapas comprota elementos
positivos y negativos, será necesario ayudarle a la
persona a que desarrolle la capacidad de vivir cada uno de esos
momentos sin focalizar la atención en la limitación
que cada comporta.
Los valores propios de cada uno de esos momentos deben
ser los que la persona debe descubrir y asumir para una mejor
autocomprensión de sí misma. De esta manera cada
una de las etapas encierra una novedad y posibilidades
irrepetibles en las próximas etapas.
Esta aproximación antropológica confirma
nuestra tesis de que
la fundamentación primera de la realidad sacramental esta
en la misma estructura antropológica desplegada en la
historia.
De esta manera podemos decir que el hombre es parte
co-esencial al sacramento, así como elemento fundamente al
sacramento.
Es su propia vida, con sus etapas las cuales encierran
una vitalidad y una densidad particular, la que se constituye
sacramento en el sacramento de Cristo y de la Iglesia.
Romano Guardini trata con mucho énfasis en su
obra "Etapas de la vida", el concepto de "otorgar sentido" como
la capacidad de ver en cada fase de la vida la existencia entera,
con su exigencia de sentido, su vocación y su
misión.
Este concepto implica la aceptación del propio
ser, con sus posibilidades y condicionamientos.
Por ultimo cabe destacar que el paso de cada una de las
etapas a la otra genera necesariamente una crisis que
conmoverá totalmente a la persona, sin embargo esto no
significa de ningún modo ruptura entre una epata y otra,
al contrario en la medida en que la vida se asuma como proyecto
esto permitirá descubrir la continuidad en la
diferencia.
Una auténtica pastoral sacramental deberá
recuperar entre otros aspectos: la dimensión
simbólica tan significativa para el hombre, el encuentro
personal con el Resucitado en el hoy de la historia a partir de
una vida asumida como proyecto, la eclesialidad y el
carácter de autocomprensión de la complejidad
humana a la luz del Verbo Encarnado.
Este ha sido nuestro aporte en el proceso de
consolidación y fortalecimiento de una praxis
pastoral-sacramental como mediación coherente y realista,
aplicada a las situaciones vitales por las que atraviesa la
persona y renovada a la luz del aporte que ofrecen las ciencias
que nos ayudan a comprender el misterio del hombre.
Desde esta perspectiva los sacramentos se
transformarán en símbolos liberadores de una
Iglesia que ha optado por los pobres y que favorece desde sus
acciones una conexión entre el misterio pascual que
celebra toda liturgia y el compromiso cristiano en la vida del
pueblo.
La elaboración de proyectos
pastorales que permitan crecer y madurar en esta línea de
pensamiento será fruto de la reflexión y de la
audacia de los agentes de pastoral para "deconstruir y construir"
una praxis pastoral a partir de imaginarios nuevos y paradigmas
aggiornados, la pastoral sacramental que todos soñamos en
nuestras comunidades, la cual hunda sus raíces en la misma
praxis de Jesús como praxis histórica, significante
y develadora de sentido.
Animamos a los agentes de pastoral comprometidos en las
comunidades cristianas a continuar desde una acción
reflexiva este camino iniciado de comprensión sacramental
de diversas etapas de la vida que nos permitan vivir de esta
manera, una praxis cristiana y sacramental histórica,
significante, y develadora de sentido.
- Arango Alzate Oscar Albeiro, "Imaginando
Imaginarios". Centro Editorial Javeriano, Colección
Apuntes de Teología, Bogotá 2002. - ________ "Hacia una comunicación
solidaria: La palabra-acción, presencia viva y actuante
de Dios". Material Informatizado, Bogotá D.C Febrero
2003. - Boff, Leonardo, "Sacramentos de la
Vida", Editorial Sal Terra, Santander 1999. - Borobio, Dionisio "Sacramentos y Etapas de
la Vida", Ediciones Sígueme, Salamanca
2000. - ________."Revista
Phase", Pastoral Sacramental e imagen de Iglesia,
Año XXVI, número 15, Año 1986. - Martínez, Víctor s.j.
"Sentido Social de la Eucaristía", Bogota:
Pontificia Universidad
Javeriana, Tomo II, Colección: Teología Hoy N
24 - Ugarte, Félix Placer "Signos de los
tiempos, signos sacramentales" Ediciones Paulinas,
1999. - Velasco, Juan de Dios Martín,
"Revista. Phase", Situación sociocultural y practica
sacramental N 201, 1986.
Pbro. Sergio Fernández
- Estudios Filosóficos, Teológicos y
Pedagógicos, Seminario Mayor
Nuestra Señora de Loreto, Córdoba,
Argentina - Seminario de Planificación Participativa, PLANPASAR
Buenos
Aires, Argentina. Avalado por la Pontificia Universidad
Javeriana, Bogotá, Colombia. - Diplomado en Teología, Pontificia Universidad
Javeriana, Bogotá, Colombia. - Diplomado en Teología Pastoral por la
Pontificia Universidad Bolivariana. Instituto Teológico
Pastoral para América
Latina y el Caribe (ITEPAL),Bogotá,
Colombia
BOGOTÁ, D.C.