- A qué se parece una prueba
teológica (Primera
prescripción) - Efectos de la
prescripción. Conato de
polémica - En la
encrucijada - Segunda
prescripción - El Dios del sentido. Conato de
polémica - Respuesta no
solicitada - Sobre la universalidad de la
fe - La falacia de "la falacia de la
composición" - Límites de la pregunta
por la causa primera
9.1. A qué se
parece una prueba teológica (Primera
prescripción)
La prueba de características empíricas
tendría que ser más o menos así:
"Si x ocurre, entonces Dios existe".
¿Qué cree el ateo que tiene que
ocurrir para que exista Dios? O bien: ¿qué no tiene
que ocurrir para que Dios no exista?
La prueba de tipo filosófico, en cambio,
adoptaría esta forma:
"Si x es verdad, es decir, si debe afirmarse
necesariamente y no se contradice con nada cuya autoevidencia se
predique en todos los casos, entonces Dios existe".
¿Qué dice el ateo que tiene que ser
verdad para que Dios pueda existir? O bien: ¿qué no
debe ser verdad para que no pueda existir Dios?
Por último, la prueba lógica
procedería como sigue:
"Si 'p entonces q' es correcto, entonces Dios
existe".
¿Qué contenido asigna el ateo a 'p'
y 'q' en la proposición anterior a fin de que la
existencia de Dios quede expedita? O bien: ¿qué
contenido precisan ambos elementos, si se demuestra la falsedad
de la inferencia, para que en base a ello pueda afirmarse que
Dios no existe?
Concluyo: si el ateo no sabe lo que busca, carece
de legitimidad para examinar; si no sabe lo que niega, carece de
fuerza para
afirmar que niega; incluso carece de aptitud para dudar, si no
sabe de qué duda.
9.2. Efectos
de la prescripción. Conato de
polémica
Escriben:
<< ¿Qué es tu x,
como caso empírico para probar tu hipótesis?. ¿Qué es la verdad
de algo como x y cómo se la sostiene?. Y como bien
señalas, ¿qué son tus p y q?; y la
inferencia del "entonces", ¿es trivial y equivalente a
toda inferencia o reviste alguna característica
particular, como ser inductiva y derivada de una premisa
sintética?.
Si respondes a estos puntos, que das por
sentados y sobre los que interrogas a otros, quizás
estés en condiciones de concluir. Por el momento tu
conclusión no se deriva de tus premisas, ya que carecen de
contenido demostrable, explícito o definido – según
el caso – y sólo guardan la apariencia formal de los modos
de razonamiento a que aludes >>.
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Respondo:
Por fin, Alnuk, alguien me hace la dichosa pregunta.
Tienes razón cuando insinúas que yo necesito
contestarla para poder afirmar,
pero vosotros *también* deberéis hacer lo propio
para poder negar o dudar con las mismas prerrogativas. De lo
contrario, os constituís en parásitos de la
discusión.
Os mostraré, pues, mi forma de despejar las
incógnitas:
1) Para "Si x ocurre, entonces Dios
existe":
1.1. Si existe armonía entre cuerpo y
alma, entonces
Dios, creador e ingeniero del universo,
existe.
o:
1.2. Si existe lo contingente, entonces Dios, ser
necesario, existe.
o:
1.3. Si existe lo limitado, entonces Dios,
ilimitado, existe.
2) Para "Si x es verdad, entonces Dios
existe":
2.1. Si algo es verdad, entonces Dios, la
Verdad de cuya intuición las demás dependen,
existe.
3) Para "Si 'p entonces q' es correcto, entonces
Dios existe":
3.1. Si "todo lo efectivo-contingente existe por
alguna razón" [= PRS] es cierto, entonces Dios
existe.
Recuerdo a estos efectos que, estéis o no
conformes con los enunciados de mis demostraciones,
deberéis formular los vuestros (despejar las
incógnitas) para adquirir el derecho a
impugnarlos.
Tenéis dos actitudes
posibles:
1) Por un lado, afirmar que la existencia
de Dios no admite prueba, ya que, o bien es autocontradictoria, o
bien atenta contra principios de la
razón y leyes de la
naturaleza
conocidos por nosotros. Pero deberéis justificar el
aserto.
2) Por el otro, sostener que si bien la
existencia de Dios admite prueba, estando ésta más
allá de la razón, resulta inasequible para un
entendimiento finito. También deberéis argumentar
vuestro posicionamiento,
esto es, se os pedirá que concretéis qué
clase de
pruebas
estáis admitiendo "a priori" y rechazando "a
posteriori".
Existe la idea de círculo, y podemos pensar en
esa figura sin que la veamos en la naturaleza. La idea de
cículo, pues, no implica la existencia efectiva del
círculo.
Ahora bien, si Dios no existiera tampoco
podríamos pensar en Él. Esto es así porque
Dios no es una idea, mientras que la idea de Dios sí
implica la existencia de éste. Luego si pensamos en Dios,
aceptamos su existencia.
Pensar en Dios es asumir su existencia, y el que quiera
sustraerse a ella debe evitar también el contacto con la
idea. En resumen: o se piensa en Dios y se cree en Él, o
no se cree ni se piensa en Él, o se incurre en
autocontradicción.
9.5. El Dios del
sentido. Conato de polémica
I.
Si Dios no existiera no podríamos pensar en
Él, porque su idea carecería de inteligibilidad. El
sentido en Dios equivale a su Ser, y el Ser de Dios conduce al
sentido de lo existente. Muchos objetan a Anselmo: "¡De la
idea no se sigue el Ser!". Pero yo les replico: "¡Del Ser
se sigue la idea!", … E, incluso a la luz de esto,
ellos callan y tampoco lo aceptan.
La existencia de Dios, pues, es condición necesaria de su
inteligibilidad. Podría oponérseme, sin embargo,
que sólo se requiere la idea de existencia necesaria, y no
así la existencia particular de Dios. Pero quien
así argumentara estaría andando en círculos:
la existencia también debe asumirse al concebir la
necesidad, que es siempre necesidad de algo, y por ende, de algo
existente. No podemos pensar en la necesidad y decir que es
innecesaria, como tampoco podemos decir que es necesaria y
afirmar que es necesidad de nada.
En definitiva, la idea de necesidad sólo implica dos
cosas: De ella se sigue, por un lado, la eternidad, porque nada
necesario puede empezar a ser o dejar de ser; por el otro, se
deriva la omnipotencia, ya que lo que es necesario no depende de
nada, sino que todo depende de él. Estos atributos,
eternidad y omnipotencia, corresponden a Dios.
II.
Según Wittgenstein, pensar en un hecho posible ya
es "pensar el hecho". Se mantiene que la existencia de Dios es
posible, desde el momento en que no entraña
contradicción. Luego al pensar en Dios, o en la idea de
Dios, pensamos el hecho de su existencia. Ahora bien, no
podríamos pensar tal cosa en base a los datos que nos
ofrecen los sentidos, ni
limitarla a un ámbito temporal determinado (como sucede en
el resto de casos), de modo que aquella existencia nos viene
impuesta por una suerte de necesidad lógica
implícita al hecho de pensarla. O, en otras palabras,
podemos pensarla porque existe como hecho; "hecho" no sólo
posible (en el tiempo), sino
inevitable (fuera del tiempo).
III.
No es que de la idea pretenda pasar a la realidad, sino
que, por su naturaleza, tal idea no se daría si no nos
viéramos obligados a presuponer la realidad que
manifiesta. Y si la idea se da, como efectivamente se da, es que
dicha realidad -Dios- existe.
Es decir, la música no tiene
ninguna propiedad
intrínseca a partir de la cual pudiéramos descubrir
que poseemos oídos. Pero, si escuchamos música sin
necesidad de imaginarla, es que los poseemos.
No dudáis cuando véis, pero dudáis cuando
pensáis. Si pensarais, dudaríais cuando vierais; y
si vierais, no dudaríais cuando pensarais.
IV.
Moredank, te he cogido ya varias veces en falta y, lejos
de reconocer tus errores, me exiges que te demuestre lo que
está bien establecido, sin molestarte por ello en
señalar ninguna debilidad en mi razonamiento.
¿Cómo quieres que me corrija, si no me orientas?
Ésas son para mí pruebas más que suficientes
de tu mala fe en esta discusión.
Está claro que las demostraciones lógicas no te
sirven, o no las entiendes, ya que eres incapaz de criticarlas.
Así que, como medida desesperada, si te parece bien
someterte a un pequeño ejercicio de mayéutica, me
gustaría que respondieras a estas preguntas con la
máxima coherencia:
1) ¿Qué es para ti el ser y qué lo
necesario, en base a definiciones positivas?
2) No cabe duda de que podemos decir lo imposible, por
ejemplo, "A = no A". Ahora bien, ¿podemos pensarlo? Si
así fuera, ¿qué distinguiría a lo
posible de lo imposible y a lo pensable de lo impensable?
3) ¿Puedes pensar en el ser necesario? ¿Es
posible pensarlo como inexistente? ¿Eres capaz de concebir
que algo impensable sea? Contesta sí o no.
Si la esencia del ser es ser pensable y lo que no es no puede ser
pensado, sólo podemos pensar lo que es. Pero no todo lo
que es existe (existir es siempre ser ahora), ya que, si se trata
de una sucesión compleja e irrepetible de acontecimientos,
puede haber existido en el pasado o llegar a existir en el
futuro, sin carecer por ello de ser en el resto de momentos.
Sin embargo, lo que es y es simple, por ser único y
carecer de partes que lo dividan (resulta superfluo multiplicar
los entes sin necesidad), siendo además fuera del tiempo,
por ser necesario en términos absolutos y distinto a lo
pasible, esto es, a lo que es por otro (que, en tanto que
móvil y múltiple, integra el tiempo y el espacio),
ese ser, digo, no puede más que existir invariablemente y
al margen de cualquier circunstancia, suponiendo que sea
pensable. Sólo si existe es pensable, y sólo si es
pensable existe. ¿Qué objeciones planteas, pues, al
argumento y a su conclusión?
Sobre Dios y su demostrabilidad: La crítica
científica de lo sobrenatural es aplicable a todos los
dioses fenoménicos, es decir, a las supuestas potencias
naturales dotadas de voluntad libre y, en consecuencia,
inexplicables por sí mismas (léase: los dioses
panteístas de los cultos idolátricos). Ahora bien,
esta crítica no afecta al Dios nouménico y
trascendente de los monoteístas, que ni participa de la
materia, ya
que es pura forma (pero no "la forma de todo", como quería
Spinoza), ni de ordinario actúa sobre ella Deus ex
machina.
Sobre la carga de la prueba: No hay ninguna
demostración que el ateo considere válida, y es
porque sus nociones de "Dios" y "demostrar" son confusas. Ahora
bien, no digo que podamos demostrar que Dios existe, ya que su
misma noción es en buena parte incomprensible, pero
sí que tal existencia debe predicarse. Es decir, una cosa
es demostrarlo, ofrecer pruebas, y otra es predicarlo como axioma
que no requiere pruebas, pero de cuya no postulación se
sigue un absurdo.
Lo único que podría destruir esa
pretensión creyente o teísta sería un
razonamiento que mostrara que la fe se opone frontalmente a la
verdad. Pero no existe tal razonamiento, y que ignoremos algo no
significa que sea evidentemente falso. "Si es dudoso, es falso":
ésa es la falacia cartesiana.
Sobre el
conocimiento moral: Dios es
el único fundamento posible de la moral, y
sin moral el mundo de lo visible y lo invisible se hace trizas.
Toda acción
tiene una única valoración moral; luego, las que
nosotros efectuamos a título subjetivo no son más
que visiones parciales, distorsionadas o sencillamente
erróneas de ese único modelo
aplicable en cada caso. Las matemáticas no son opinables, excepto tal
vez desde nuestra ignorancia. Con la moral sucede lo mismo,
tengamos o no conciencia de
ello.
Imaginar infinitos sistemas morales
supone que haya uno o infinitos por cada individuo. Es
decir, la anti-moral, porque la moralidad es
el resultado de la sociabilidad humana, y sin una
problemática previa de interacción, reducida al solipsismo, se
vuelve completamente vacua.
9.7. Sobre la
universalidad de la fe
Todos los que razonan creen inconscientemente en
Dios.
No me explico de otra manera las conversiones. Así, en una
conversión, lo que se sabía de forma confusa pasa a
saberse de forma clara o más clara. Una
deconversión, en cambio, es la vuelta a la inconsciencia,
ya que la razón -común a todos- permanece
idéntica en cualquier caso.
El bando contrario, sin embargo, argumentará al
revés que yo. Dirá que todos los que razonan niegan
inconscientemente a Dios. Pero no pueden demostrar lo que dicen,
porque del mero razonamiento no se sigue ninguna negación
de nada que no sea intrínsecamente ilógico, y Dios
no lo es.
El ateísmo de ascendiente agnóstica dice respetar
pero no compartir las creencias cristianas. Nosotros compartimos
aunque no respetamos las suyas. Las compartimos porque el
ateísmo está incluido en la creencia: es el estado
previo, la duda, la negación; y no las respetamos porque,
aunque se tolere a la persona,
ningún argumento toma su fuerza del sujeto que lo emite,
sino más bien inversamente.
9.8. La falacia
de "la falacia de la composición"
I.
Escribieron:
<< Es
evidente que existe algo y siempre ha existido algo y siempre
existirá algo >>.
A lo que
contesté:
No tiene nada de obvio, a no ser que estés afirmando la
siguiente perogrullada: "Siempre que el tiempo existe, el tiempo
existe". Pero que el tiempo y la materia sean eternos, sin
comienzo absoluto, está por demostrar. Vemos que todo en
la Naturaleza tiene un comienzo, y que ésta no supone en
sí nada distinto a sus partes, sino que es el nombre con
el que nos referimos al conjunto de las mismas. ¿Por
qué le dais, pues, propiedades exorbitantes,
cualitativamente diferenciadas?
II.
Otro participante tercia:
<< Se suele decir que todo lo que vemos sale de
algo, y por tanto el Universo
también debe salir de algo. Eso es una "falacia de la
composición" en filosofía: Si las partes de algo
tienen una propiedad, el todo debe tenerla. Eso es falso, no es
verdad. Por ejemplo: Ninguna de las partes de un coche "es un
coche"… Sólo el conjunto tiene la propiedad de ser un
coche (y sólo en determindas condiciones), las partes no.
Lo mismo en cuanto a "ser partes". Sólo las partes de un
coche tienen esa propiedad. El conjunto del coche no
>>.
Por último, contesto:
¿Qué forma de argumentar es ésta? Admito que
no lo había leído, y a fe mía que es de
órdago. Veamos: Si las partes de un coche son de hierro,
entonces el coche (al menos parcialmente) es de hierro. La
opción opuesta es contradictoria, ya que supondría
que algo es y no es parte del todo, o que el todo es y no es la
suma de sus partes.
Con respecto a que sólo al conjunto del coche se le puede
llamar tal, de acuerdo. Lo que aquí se procura demostrar
es que las propiedades de las partes deben ser poseídas
por el todo, pero no necesariamente a la inversa. MoredanK refuta
al hombre de paja
y cree haber logrado un gran triunfo.
Pero hagámosle un favor al chico y ofrezcamos una
analogía algo más afortunada (no mucho) que la que
él emprende. Russell objeta a Copleston, que
esgrimía contra él el argumento leibniziano de la
contingencia, el hecho de que "Si bien todo hombre tiene una
madre, la humanidad no tiene por qué tenerla". En este
caso yo le preguntaría a Russell: ¿Qué es
"la humanidad"? Sin duda, la suma de todos los hombres, paridos
por sus respectivas madres. ¿Puede decirse entonces con
derecho que la humanidad "no tiene madre"? Rotundamente no.
¡Por supuesto que la tiene!, pero no la idea abstracta de
humanidad, sino aquello que representa; es decir, tiene tantas
madres como humanos. Que no tenga una sola madre es irrelevante,
y de hecho en mi anterior mensaje hablo de una diferencia
cualitativa -como lo sería el paso de la contingencia a la
necesidad- y no meramente cuantitativa, como la que da el amigo
Bertrand en su ejemplo. Ya que el todo es, por definición,
mayor que sus partes.
9.9.
Límites
de la pregunta por la causa primera
Más adelante leo:
<< Supongamos que el Universo sale y que la
única explicación posible es Dios. ¿Nos
explica algo esto? Por ejemplo ¿de dónde sale Dios?
y ¿porqué hizo el Universo? [si se me responde con
alguna característica o deseo de Dios:
¿porqué tenía esa característica o
deseo?] >>.
Respondo:
Supón mejor que tienes un vaso lleno de agua y que, al
inclinarlo, se derrama. ¿Por qué se derrama?
Diremos: Porque el vaso puede inclinarse y es inclinado, y
el agua
derramarse y es derramada. Ahora bien, ¿por qué
motivo el vaso puede inclinarse y el agua derramarse?
También resulta sencillo de resolver: Porque el vaso es un
objeto móvil y el agua (contenida en él) es un
elemento fluido. Un preguntador pesado y semiestúpido
procedería con más preguntas del estilo de
"¿Por qué el vaso es móvil?" o "¿Por
qué el agua es fluida?", y se le darían otras
tantas explicaciones para satisfacerle. Tarde o temprano
debería parar de preguntar, pues de lo contrario se
estaría arriesgando a parecer totalmente inepto u
obstinado: la propia navaja de Ockham, si sabe usarla, ha de
servirle como guía para distinguir lo superfluo de lo
requerido.
Concluyo: Algo así les sucede a los ateos con Dios: la
razón ya está dada, pero ellos -falsos
escépticos- no cesan de fingir que la buscan.
Daniel Vicente
A raíz de los debates mantenidos en
Miscelánea Teológica:
http://www.gratisweb.com/irichc/MT.htm