Monografias.com > Religión
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Dios y las pruebas




Enviado por irichc23



    1. A qué se parece una prueba
      teológica (Primera
      prescripción)
    2. Efectos de la
      prescripción. Conato de
      polémica
    3. En la
      encrucijada
    4. Segunda
      prescripción
    5. El Dios del sentido. Conato de
      polémica
    6. Respuesta no
      solicitada
    7. Sobre la universalidad de la
      fe
    8. La falacia de "la falacia de la
      composición"
    9. Límites de la pregunta
      por la causa primera

    9.1. A qué se
    parece una prueba teológica (Primera
    prescripción)

    La prueba de características empíricas
    tendría que ser más o menos así:

     "Si x ocurre, entonces Dios existe".

     ¿Qué cree el ateo que tiene que
    ocurrir para que exista Dios? O bien: ¿qué no tiene
    que ocurrir para que Dios no exista?

     La prueba de tipo filosófico, en cambio,
    adoptaría esta forma:

     "Si x es verdad, es decir, si debe afirmarse
    necesariamente y no se contradice con nada cuya autoevidencia se
    predique en todos los casos, entonces Dios existe".

     ¿Qué dice el ateo que tiene que ser
    verdad para que Dios pueda existir? O bien: ¿qué no
    debe ser verdad para que no pueda existir Dios?

     Por último, la prueba lógica
    procedería como sigue:

     "Si 'p entonces q' es correcto, entonces Dios
    existe".

     ¿Qué contenido asigna el ateo a 'p'
    y 'q' en la proposición anterior a fin de que la
    existencia de Dios quede expedita? O bien: ¿qué
    contenido precisan ambos elementos, si se demuestra la falsedad
    de la inferencia, para que en base a ello pueda afirmarse que
    Dios no existe?

     Concluyo: si el ateo no sabe lo que busca, carece
    de legitimidad para examinar; si no sabe lo que niega, carece de
    fuerza para
    afirmar que niega; incluso carece de aptitud para dudar, si no
    sabe de qué duda.

     9.2. Efectos
    de la prescripción. Conato de
    polémica

    Escriben:

    << ¿Qué es tu x,
    como caso empírico para probar tu hipótesis?. ¿Qué es la verdad
    de algo como x y cómo se la sostiene?. Y como bien
    señalas, ¿qué son tus p y q?; y la
    inferencia del "entonces", ¿es trivial y equivalente a
    toda inferencia o reviste alguna característica
    particular, como ser inductiva y derivada de una premisa
    sintética?.

    Si respondes a estos puntos, que das por
    sentados y sobre los que interrogas a otros, quizás
    estés en condiciones de concluir. Por el momento tu
    conclusión no se deriva de tus premisas, ya que carecen de
    contenido demostrable, explícito o definido – según
    el caso – y sólo guardan la apariencia formal de los modos
    de razonamiento a que aludes >>.

     _______________________________________________________

     Respondo:

    Por fin, Alnuk, alguien me hace la dichosa pregunta.
    Tienes razón cuando insinúas que yo necesito
    contestarla para poder afirmar,
    pero vosotros *también* deberéis hacer lo propio
    para poder negar o dudar con las mismas prerrogativas. De lo
    contrario, os constituís en parásitos de la
    discusión.

    Os mostraré, pues, mi forma de despejar las
    incógnitas:

    1) Para "Si x ocurre, entonces Dios
    existe":

    1.1. Si existe armonía entre cuerpo y
    alma, entonces
    Dios, creador e ingeniero del universo,
    existe.

    o:

    1.2. Si existe lo contingente, entonces Dios, ser
    necesario, existe.

    o:

    1.3. Si existe lo limitado, entonces Dios,
    ilimitado, existe.

    2) Para "Si x es verdad, entonces Dios
    existe":

     2.1. Si algo es verdad, entonces Dios, la
    Verdad de cuya intuición las demás dependen,
    existe.

    3) Para "Si 'p entonces q' es correcto, entonces
    Dios existe":

    3.1. Si "todo lo efectivo-contingente existe por
    alguna razón" [= PRS] es cierto, entonces Dios
    existe.

    Recuerdo a estos efectos que, estéis o no
    conformes con los enunciados de mis demostraciones,
    deberéis formular los vuestros (despejar las
    incógnitas) para adquirir el derecho a
    impugnarlos.

     9.3. En la
    encrucijada

    Tenéis dos actitudes
    posibles:

     1) Por un lado, afirmar que la existencia
    de Dios no admite prueba, ya que, o bien es autocontradictoria, o
    bien atenta contra principios de la
    razón y leyes de la
    naturaleza
    conocidos por nosotros. Pero deberéis justificar el
    aserto.

    2) Por el otro, sostener que si bien la
    existencia de Dios admite prueba, estando ésta más
    allá de la razón, resulta inasequible para un
    entendimiento finito. También deberéis argumentar
    vuestro posicionamiento,
    esto es, se os pedirá que concretéis qué
    clase de
    pruebas
    estáis admitiendo "a priori" y rechazando "a
    posteriori".

    9.4. Segunda
    prescripción

    Existe la idea de círculo, y podemos pensar en
    esa figura sin que la veamos en la naturaleza. La idea de
    cículo, pues, no implica la existencia efectiva del
    círculo.

    Ahora bien, si Dios no existiera tampoco
    podríamos pensar en Él. Esto es así porque
    Dios no es una idea, mientras que la idea de Dios sí
    implica la existencia de éste. Luego si pensamos en Dios,
    aceptamos su existencia.

    Pensar en Dios es asumir su existencia, y el que quiera
    sustraerse a ella debe evitar también el contacto con la
    idea. En resumen: o se piensa en Dios y se cree en Él, o
    no se cree ni se piensa en Él, o se incurre en
    autocontradicción.

    9.5. El Dios del
    sentido. Conato de polémica

    I.

    Si Dios no existiera no podríamos pensar en
    Él, porque su idea carecería de inteligibilidad. El
    sentido en Dios equivale a su Ser, y el Ser de Dios conduce al
    sentido de lo existente. Muchos objetan a Anselmo: "¡De la
    idea no se sigue el Ser!". Pero yo les replico: "¡Del Ser
    se sigue la idea!", … E, incluso a la luz de esto,
    ellos callan y tampoco lo aceptan.
    La existencia de Dios, pues, es condición necesaria de su
    inteligibilidad. Podría oponérseme, sin embargo,
    que sólo se requiere la idea de existencia necesaria, y no
    así la existencia particular de Dios. Pero quien
    así argumentara estaría andando en círculos:
    la existencia también debe asumirse al concebir la
    necesidad, que es siempre necesidad de algo, y por ende, de algo
    existente. No podemos pensar en la necesidad y decir que es
    innecesaria, como tampoco podemos decir que es necesaria y
    afirmar que es necesidad de nada.
    En definitiva, la idea de necesidad sólo implica dos
    cosas: De ella se sigue, por un lado, la eternidad, porque nada
    necesario puede empezar a ser o dejar de ser; por el otro, se
    deriva la omnipotencia, ya que lo que es necesario no depende de
    nada, sino que todo depende de él. Estos atributos,
    eternidad y omnipotencia, corresponden a Dios.

    II.

    Según Wittgenstein, pensar en un hecho posible ya
    es "pensar el hecho". Se mantiene que la existencia de Dios es
    posible, desde el momento en que no entraña
    contradicción. Luego al pensar en Dios, o en la idea de
    Dios, pensamos el hecho de su existencia. Ahora bien, no
    podríamos pensar tal cosa en base a los datos que nos
    ofrecen los sentidos, ni
    limitarla a un ámbito temporal determinado (como sucede en
    el resto de casos), de modo que aquella existencia nos viene
    impuesta por una suerte de necesidad lógica
    implícita al hecho de pensarla. O, en otras palabras,
    podemos pensarla porque existe como hecho; "hecho" no sólo
    posible (en el tiempo), sino
    inevitable (fuera del tiempo).

    III.

    No es que de la idea pretenda pasar a la realidad, sino
    que, por su naturaleza, tal idea no se daría si no nos
    viéramos obligados a presuponer la realidad que
    manifiesta. Y si la idea se da, como efectivamente se da, es que
    dicha realidad -Dios- existe.
    Es decir, la música no tiene
    ninguna propiedad
    intrínseca a partir de la cual pudiéramos descubrir
    que poseemos oídos. Pero, si escuchamos música sin
    necesidad de imaginarla, es que los poseemos.
    No dudáis cuando véis, pero dudáis cuando
    pensáis. Si pensarais, dudaríais cuando vierais; y
    si vierais, no dudaríais cuando pensarais.

    IV.

    Moredank, te he cogido ya varias veces en falta y, lejos
    de reconocer tus errores, me exiges que te demuestre lo que
    está bien establecido, sin molestarte por ello en
    señalar ninguna debilidad en mi razonamiento.
    ¿Cómo quieres que me corrija, si no me orientas?
    Ésas son para mí pruebas más que suficientes
    de tu mala fe en esta discusión.
    Está claro que las demostraciones lógicas no te
    sirven, o no las entiendes, ya que eres incapaz de criticarlas.
    Así que, como medida desesperada, si te parece bien
    someterte a un pequeño ejercicio de mayéutica, me
    gustaría que respondieras a estas preguntas con la
    máxima coherencia:
    1) ¿Qué es para ti el ser y qué lo
    necesario, en base a definiciones positivas?
    2) No cabe duda de que podemos decir lo imposible, por
    ejemplo, "A = no A". Ahora bien, ¿podemos pensarlo? Si
    así fuera, ¿qué distinguiría a lo
    posible de lo imposible y a lo pensable de lo impensable?
    3) ¿Puedes pensar en el ser necesario? ¿Es
    posible pensarlo como inexistente? ¿Eres capaz de concebir
    que algo impensable sea? Contesta sí o no.
    Si la esencia del ser es ser pensable y lo que no es no puede ser
    pensado, sólo podemos pensar lo que es. Pero no todo lo
    que es existe (existir es siempre ser ahora), ya que, si se trata
    de una sucesión compleja e irrepetible de acontecimientos,
    puede haber existido en el pasado o llegar a existir en el
    futuro, sin carecer por ello de ser en el resto de momentos.
    Sin embargo, lo que es y es simple, por ser único y
    carecer de partes que lo dividan (resulta superfluo multiplicar
    los entes sin necesidad), siendo además fuera del tiempo,
    por ser necesario en términos absolutos y distinto a lo
    pasible, esto es, a lo que es por otro (que, en tanto que
    móvil y múltiple, integra el tiempo y el espacio),
    ese ser, digo, no puede más que existir invariablemente y
    al margen de cualquier circunstancia, suponiendo que sea
    pensable. Sólo si existe es pensable, y sólo si es
    pensable existe. ¿Qué objeciones planteas, pues, al
    argumento y a su conclusión?

    9.6. Respuesta
    no solicitada

    Sobre Dios y su demostrabilidad: La crítica
    científica de lo sobrenatural es aplicable a todos los
    dioses fenoménicos, es decir, a las supuestas potencias
    naturales dotadas de voluntad libre y, en consecuencia,
    inexplicables por sí mismas (léase: los dioses
    panteístas de los cultos idolátricos). Ahora bien,
    esta crítica no afecta al Dios nouménico y
    trascendente de los monoteístas, que ni participa de la
    materia, ya
    que es pura forma (pero no "la forma de todo", como quería
    Spinoza), ni de ordinario actúa sobre ella Deus ex
    machina.

    Sobre la carga de la prueba: No hay ninguna
    demostración que el ateo considere válida, y es
    porque sus nociones de "Dios" y "demostrar" son confusas. Ahora
    bien, no digo que podamos demostrar que Dios existe, ya que su
    misma noción es en buena parte incomprensible, pero
    sí que tal existencia debe predicarse. Es decir, una cosa
    es demostrarlo, ofrecer pruebas, y otra es predicarlo como axioma
    que no requiere pruebas, pero de cuya no postulación se
    sigue un absurdo.

    Lo único que podría destruir esa
    pretensión creyente o teísta sería un
    razonamiento que mostrara que la fe se opone frontalmente a la
    verdad. Pero no existe tal razonamiento, y que ignoremos algo no
    significa que sea evidentemente falso. "Si es dudoso, es falso":
    ésa es la falacia cartesiana.

    Sobre el
    conocimiento moral: Dios es
    el único fundamento posible de la moral, y
    sin moral el mundo de lo visible y lo invisible se hace trizas.
    Toda acción
    tiene una única valoración moral; luego, las que
    nosotros efectuamos a título subjetivo no son más
    que visiones parciales, distorsionadas o sencillamente
    erróneas de ese único modelo
    aplicable en cada caso. Las matemáticas no son opinables, excepto tal
    vez desde nuestra ignorancia. Con la moral sucede lo mismo,
    tengamos o no conciencia de
    ello.

    Imaginar infinitos sistemas morales
    supone que haya uno o infinitos por cada individuo. Es
    decir, la anti-moral, porque la moralidad es
    el resultado de la sociabilidad humana, y sin una
    problemática previa de interacción, reducida al solipsismo, se
    vuelve completamente vacua.

     9.7. Sobre la
    universalidad de la fe

    Todos los que razonan creen inconscientemente en
    Dios.
    No me explico de otra manera las conversiones. Así, en una
    conversión, lo que se sabía de forma confusa pasa a
    saberse de forma clara o más clara. Una
    deconversión, en cambio, es la vuelta a la inconsciencia,
    ya que la razón -común a todos- permanece
    idéntica en cualquier caso.
    El bando contrario, sin embargo, argumentará al
    revés que yo. Dirá que todos los que razonan niegan
    inconscientemente a Dios. Pero no pueden demostrar lo que dicen,
    porque del mero razonamiento no se sigue ninguna negación
    de nada que no sea intrínsecamente ilógico, y Dios
    no lo es.
    El ateísmo de ascendiente agnóstica dice respetar
    pero no compartir las creencias cristianas. Nosotros compartimos
    aunque no respetamos las suyas. Las compartimos porque el
    ateísmo está incluido en la creencia: es el estado
    previo, la duda, la negación; y no las respetamos porque,
    aunque se tolere a la persona,
    ningún argumento toma su fuerza del sujeto que lo emite,
    sino más bien inversamente.

    9.8. La falacia
    de "la falacia de la composición"

    I.

    Escribieron:
    << Es
    evidente que existe algo y siempre ha existido algo y siempre
    existirá algo >>.
    A lo que
    contesté:
    No tiene nada de obvio, a no ser que estés afirmando la
    siguiente perogrullada: "Siempre que el tiempo existe, el tiempo
    existe". Pero que el tiempo y la materia sean eternos, sin
    comienzo absoluto, está por demostrar. Vemos que todo en
    la Naturaleza tiene un comienzo, y que ésta no supone en
    sí nada distinto a sus partes, sino que es el nombre con
    el que nos referimos al conjunto de las mismas. ¿Por
    qué le dais, pues, propiedades exorbitantes,
    cualitativamente diferenciadas?
    II.
    Otro participante tercia:
    << Se suele decir que todo lo que vemos sale de
    algo, y por tanto el Universo
    también debe salir de algo. Eso es una "falacia de la
    composición" en filosofía: Si las partes de algo
    tienen una propiedad, el todo debe tenerla. Eso es falso, no es
    verdad. Por ejemplo: Ninguna de las partes de un coche "es un
    coche"… Sólo el conjunto tiene la propiedad de ser un
    coche (y sólo en determindas condiciones), las partes no.
    Lo mismo en cuanto a "ser partes". Sólo las partes de un
    coche tienen esa propiedad. El conjunto del coche no
    >>.
    Por último, contesto:
    ¿Qué forma de argumentar es ésta? Admito que
    no lo había leído, y a fe mía que es de
    órdago. Veamos: Si las partes de un coche son de hierro,
    entonces el coche (al menos parcialmente) es de hierro. La
    opción opuesta es contradictoria, ya que supondría
    que algo es y no es parte del todo, o que el todo es y no es la
    suma de sus partes.
    Con respecto a que sólo al conjunto del coche se le puede
    llamar tal, de acuerdo. Lo que aquí se procura demostrar
    es que las propiedades de las partes deben ser poseídas
    por el todo, pero no necesariamente a la inversa. MoredanK refuta
    al hombre de paja
    y cree haber logrado un gran triunfo.
    Pero hagámosle un favor al chico y ofrezcamos una
    analogía algo más afortunada (no mucho) que la que
    él emprende. Russell objeta a Copleston, que
    esgrimía contra él el argumento leibniziano de la
    contingencia, el hecho de que "Si bien todo hombre tiene una
    madre, la humanidad no tiene por qué tenerla". En este
    caso yo le preguntaría a Russell: ¿Qué es
    "la humanidad"? Sin duda, la suma de todos los hombres, paridos
    por sus respectivas madres. ¿Puede decirse entonces con
    derecho que la humanidad "no tiene madre"? Rotundamente no.
    ¡Por supuesto que la tiene!, pero no la idea abstracta de
    humanidad, sino aquello que representa; es decir, tiene tantas
    madres como humanos. Que no tenga una sola madre es irrelevante,
    y de hecho en mi anterior mensaje hablo de una diferencia
    cualitativa -como lo sería el paso de la contingencia a la
    necesidad- y no meramente cuantitativa, como la que da el amigo
    Bertrand en su ejemplo. Ya que el todo es, por definición,
    mayor que sus partes.

     9.9.
    Límites
    de la pregunta por la causa primera

    Más adelante leo:
    << Supongamos que el Universo sale y que la
    única explicación posible es Dios. ¿Nos
    explica algo esto? Por ejemplo ¿de dónde sale Dios?
    y ¿porqué hizo el Universo? [si se me responde con
    alguna característica o deseo de Dios:
    ¿porqué tenía esa característica o
    deseo?] >>.
    Respondo:
    Supón mejor que tienes un vaso lleno de agua y que, al
    inclinarlo, se derrama. ¿Por qué se derrama?
    Diremos: Porque el vaso puede inclinarse y es inclinado, y
    el agua
    derramarse y es derramada. Ahora bien, ¿por qué
    motivo el vaso puede inclinarse y el agua derramarse?
    También resulta sencillo de resolver: Porque el vaso es un
    objeto móvil y el agua (contenida en él) es un
    elemento fluido. Un preguntador pesado y semiestúpido
    procedería con más preguntas del estilo de
    "¿Por qué el vaso es móvil?" o "¿Por
    qué el agua es fluida?", y se le darían otras
    tantas explicaciones para satisfacerle. Tarde o temprano
    debería parar de preguntar, pues de lo contrario se
    estaría arriesgando a parecer totalmente inepto u
    obstinado: la propia navaja de Ockham, si sabe usarla, ha de
    servirle como guía para distinguir lo superfluo de lo
    requerido.
    Concluyo: Algo así les sucede a los ateos con Dios: la
    razón ya está dada, pero ellos -falsos
    escépticos- no cesan de fingir que la buscan.

     

    Daniel Vicente

    A raíz de los debates mantenidos en
    Miscelánea Teológica:

    http://www.gratisweb.com/irichc/MT.htm

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter