(Ensayo)
El presente ensayo pretende exponer la importancia del
Capital
Intelectual como activo intangible, que por su propia naturaleza,
tiene mayor facilidad para convertirse en activo
estratégico; por eso su intensidad en conocimiento
le otorga una serie de condiciones idóneas para
convertirse en un activo escaso y valioso, y difícilmente
imitable por terceros, lo que facilita la generación de
utilidades.
Lo cual hace que las empresas en este
aspecto, enfoquen su objetivo en
realizar un seguimiento del Capital Intelectual dentro de
la
organización; logrando así un mejoramiento de
la gestión
y por ende una alta competitividad
en el entorno.
Palabras claves:
Activos Intangibles; Capital intelectual; Capital
estructural; Capital humano;
Heurística; Importancia cuantitativa.
LA
INCIDENCIA DEL CAPITAL INTELECTUAL EN LA
DISCIPLINA CONTABLE
La Contabilidad,
como sistema de
información, ha alcanzado la valoración de
activos tangibles
e intangibles; reflejados el primero por ejemplo en la compra de
bienes muebles
o inmuebles, y el segundo en marcas y
patentes.
No obstante no se ha logrado medir y valorar nuevas
necesidades de información como pueden ser: el capital
intelectual, el medio
ambiente, el patrimonio
cultural, etc.; los cuales hoy en día han logrado tener
una gran acogida e importancia en el entorno,
Por lo tanto se presencia que la disciplina contable no
ha podido informar, controlar e interpretar por medio de los
estados contables tradicionales estas nuevas tendencias del
conocimiento; pero esto no quiere decir que nuestra disciplina
sea apática, ya que se han presentado reflexiones acerca
de estos temas.
Desde esta perspectiva, nos remitiremos a analizar el
papel tan importante que tiene el capital intelectual en la
contabilidad; siendo éste el que comprende: conocimiento;
propiedad
intelectual; imaginación creadora o heurística;
experiencia; iniciativa; información; relación con
los clientes,
deudores y todas las personas que interactúan con una
organización o empresa; entre
otros componentes.
Es entonces, que el capital intelectual se concibe como
el "conjunto de elementos de naturaleza inmaterial que son
imprescindibles para que la empresa pueda
llevar a cabo su actividad en un entorno basado en una economía del
conocimiento".
Por lo tanto dicho capital se puede considerar como un
activo intangible, donde su objetivo es convertir en visible el
activo que genera valor en la
organización.
Así se puede notar que está claro que
existe una riqueza intelectual que nadie se preocupa por medir e
informar dentro de una entidad, pero sin lugar a duda tiene un
valor real.
Un ejemplo de esto se puede observar cuando una empresa tiene
mayor valor en sus activos intangibles (capital intelectual) que
en sus activos tangibles; no olvidando que el primero no tiene un
valor definido en los estados
financieros, porque en éstos no se
incluyen.
Por esta situación, hoy en día muchas
empresas intentan explotar el capital intelectual, implantando un
departamento o división de empleados para que realicen la
parte creativa de un bien o servicio,
estas personas se encuentran profesionalmente capacitadas para
ejercer esta labor, pero muchas veces suele suceder que no solo
estos trabajadores son capaces de aportar ideas o soluciones en
beneficio de la organización, sino que también
existen otros empleados pertenecientes a otras áreas, que
pueden llegar a tener una heurística, con la cual logran
hacer unas contribuciones tan valiosas que son utilizadas
satisfactoriamente para bien de la empresa.
Con esto se pretende analizar que dichos departamentos
no deben limitarse solo a sus aportes, porque si así lo
fuera restringirían el flujo de ideas que puedan surgir
por parte de otros componentes de la empresa, ya sea que
éstas se originen desde actividades sencillas como
complejas, las cuales siempre irán acompañadas de
un fin común: la prosperidad de la
organización.
Surge de esta forma una mejor explotación del
capital intelectual que está implícito en cada uno
de los componentes de la empresa (empleados), incentivando
así en ellos una participación activa y un sentido
de pertenencia hacia el ente económico.
Para que lo anterior logre un efecto significativo, es
necesario que se propicie una combinación e interacción adecuada entre creatividad,
conocimiento, experiencia y otros elementos
indispensables.
Pero el problema real de la disciplina contable se
presenta cuando existe la incapacidad de poder llegar a
valorar este patrimonio intelectual, a través de unos
informes
financieros; ya que éste no posee valor monetario,
tiempo
determinado, valorización, importancia cuantitativa,
etc.
Por lo tanto enfatizaremos en los siguientes supuestos
básicos:
- Existe una serie de fenómenos (reflejados en
forma de operaciones)
llamados transacciones, las cuales cambian la estructura y
composición de los objetos
económicos. - Cada transacción T, que va a ser reflejada en
el sistema de
cuentas
(transacción contable), atribuye un valor (Vn) a
un vector tridimensional, formado por la cuenta que va ser
abonada ai (valor negativo) la cuenta que va a ser cargada aj
(valor positivo) y un intervalo de tiempo t
T (ai, aj, t)t =
vtij
A partir de estos dos supuestos podemos apreciar el
capital intelectual, tomado desde:
- La aplicación de patentes como activo
intangible, cumple a cabalidad con los supuestos anteriormente
mencionados, que serán explicados a través del
siguiente ejemplo:
Un laboratorio
compra (a crédito) una vacuna contra la hepatitis C a
un científico, (ya está patentada) por un valor
de $50.000.000, el 21 de octubre de 2003.
– Según el supuesto básico número
7, observamos que en este ejemplo por parte del laboratorio,
existe una demanda por
la vacuna y al mismo tiempo surge un oferente, que es el
científico. Generándose así una
transacción.
– Y en el supuesto básico número 8, al
darse esta transacción se origina un registro
contable en el mes de octubre, existiendo una cuenta del activo
que va a ser cargada y una cuenta del pasivo que va a ser
abonada.
- La aplicación de la creatividad como
activo intangible, en este aspecto se nota que en los
supuestos básicos 7 y 8, no se presentan una
transacción, ni unos transactores, ni existe un
período de tiempo y ni mucho menos podrá
expresarse por medio de cuentas (cargadas y
abonadas).
Con base en la comparación anterior, se puede
apreciar que el capital intelectual en nuestro país
está siendo valorado por medio de algunos activos
intangibles, considerados poco usuales pero reales como lo son
crédito mercantil, marcas, patentes, derechos, know how,
licencias, concesiones y franquicias.
Pero aun falta asignar una unidad o valor de medida al
conocimiento, heurística, aprendizaje,
iniciativa, etc. Surgiendo de esta forma una gran
preocupación, que es la incapacidad de no poder ver
reflejado en los estados financieros básicos cada parte
del capital intelectual.
De este modo no se podrá brindar una
información acorde con la situación y realidad de
la organización tanto a nivel interno y como
externo.
Por otro lado, hay que tener presente que la riqueza
intelectual es difícil de identificar y aún
más de distribuir eficazmente. Pero cuando se encuentra y
se explota, se logra un triunfo. Haciendo que dicha riqueza sea
producto del
conocimiento; éste y la información se convierten
así en las materias primas fundamentales de la
contabilidad y al mismo tiempo de cada empresa.
De acuerdo a lo anterior el proceso de
formación de capital intelectual, debe considerarse como
una actividad de inversión económica del mismo orden
que la formación de capital material o
tangible.
Posteriormente o más bien en un futuro se
podrá apreciar que, una inversión inicial se va dar
en los términos de adquisición de personal creativo
y en capacitación para estos mismos; y
quedará en un segundo plano la compra de terrenos,
propiedad,
planta y equipo, vehículos, etc. (capital estructural);
originando de esta manera la necesidad de clasificar los
intangibles en la contabilidad.
De este modo se manifiesta la competitividad que puede
llegar a existir por el capital intelectual, entre las empresas
del entorno y al mismo tiempo el prestigio que este puede
otorgar, pero no podemos obviar que las organizaciones
con el objetivo de eficiencia,
determinación de ingresos y
valuación de la compañía adopten este
recurso tan vital, presentando valoraciones falsas con datos
inconsistentes, haciendo que las empresas muestren balances
generales con apreciaciones erróneas y por ende
brindarán una información mal estimada para
terceros.
Un ejemplo de esto es cuando una empresa X hace uso
intensivo del conocimiento, con transacciones que en ocasiones
los precios de
adquisición superan hasta seis veces el valor en libros, con un
agravante que las compañías no cuentan con las
herramientas
suficientes para la
administración de activos intangibles (capital
intelectual), dado que los sistemas
contables tradicionales ya no son pertinentes para la
economía por cuanto no captan la realidad de las
compañías.
En el mercado para
poder medir el capital intelectual de una empresa, región
o país específico es necesario tener en cuenta
todos los componentes que este implica; dichos componentes
están integrados por una diversidad de indicadores,
que en ocasiones las organizaciones no cumplen la totalidad de
éstos.
Por esto deducimos que la aplicación de este
capital en todos los países no es igual, ya que por el
grado de desarrollo o
de evolución del conocimiento, en unos se dan
en un grado mayor en comparación con otros.
Esta diferencia radica por ejemplo en que un país
subdesarrollado por su nivel de atraso, impide que se emprendan
este tipo de estudios, por su dificultad en la adquisición
de nuevas
tecnologías, por la inexperiencia y en muchas
ocasiones por adoptar sistemas sin ver
la aplicabilidad en su propio entorno (entre otras). Mientras que
en un país desarrollado, se encuentra en ventaja por
poseer tecnología de punta y
al mismo tiempo cuenta con muchos más elementos para
aplicar satisfactoriamente este tipo de estudios.
Además, existe un factor que no se ha analizado y
que por su categoría siempre se debe estudiar
lógicamente con nuevos mecanismos, cuya finalidad es
tratar de asegurar la permanencia del capital humano en la
entidad.
Es decir, una empresa debe luchar por conservar e
incentivar a sus empleados, porque puede llegar el caso en que
del empleado dependa la permanencia de la empresa en un
determinado mercado.
Por ejemplo; si una empresa de software goza de una buena
imagen en el
mercado, es gracias a la calidad de
trabajo que
desempeñan los programadores en mérito de su
creatividad. Por lo tanto estos empleados son muy perseguidos por
otra empresa de software la cual les hace ofertas llamativas. He
aquí la importancia de cómo la primera empresa debe
conservar dichos empleados, por medio de incentivos,
porque el retiro de éstos puede llegar a significar una
quiebra; mientras
que para la segunda empresa representaría una buena
adquisición y como resultado obtendría una
excelente utilidad.
Pero no debemos olvidar que a pesar de que el capital
humano es un factor que ha cobrado importancia en la
organización, éste no tendría tanto auge
sino fuera con el apoyo constante de las herramientas (capital
estructural) necesarias para poder llevar a cabo el desarrollo de
su potencial y viceversa.
Retomando el ejemplo de la empresa de software y
aplicándolo a la parte de capital estructural. Los
programadores no podrían desarrollar su capacidad de
ingenio en su máxima expresión, sino fuera por las
herramientas suministradas por la entidad, en este caso
podría ser el computador y
los programas
especiales.
De igual manera no se puede pretender solo poseer el
capital humano y el estructural, sin tener una buena
relación con los clientes, el medio o entorno, porque es a
ellos a quienes llega el producto final y dan la
aceptación del producto o servicio.
Otra consideración especial del capital
intelectual es que se está dando tanto en empresas del
sector privado como del público, pero con diferentes
percepciones.
Por cuanto el primer sector se esmera por aumentar el
valor de mercado de determinada empresa y por una mayor
obtención de sus utilidades; mientras que en el segundo
sector, se utilizan con mayor intensidad los recursos
productivos, porque el producto final de éstos son
servicios y en
esencia, son intangibles; pero lastimosamente éstos han
sido descuidados por su carácter de propiedad del gobierno.
De la incidencia del capital intelectual en la
disciplina contable, podemos concluir:
- Los sistemas de registro contable deberán
encargarse de medir correctamente el impulso de las
compañías en términos de posición
de mercados,
lealtad de la clientela, calidad, etc. De lo contrario, al no
valorar estas dinámicas se presentarían unas
valoraciones inadecuadas al entorno. - El patrimonio intelectual no ha logrado una medición en términos financieros o
monetarios, pero si ha sido considerado de gran importancia
estratégica para las empresas por su conocimiento
organizacional; generando un entorno competitivo donde se busca
un mejoramiento continuo en la calidad, en la
información, en el servicio, entre otros. - Los activos clasificados como capital intelectual
constituyen una base competitiva sostenible de una empresa u
organización. Bajo este concepto se
recogen aquellos activos intangibles de la empresa, no
reflejados en los estados contables y financieros tradicionales
o básicos, pero que contribuyen a la creación de
valor. - La disciplina contable, como sistema de
información, debe adaptarse a las necesidades de sus
usuarios en cada periodo o espacio histórico,
encontrando soluciones pertinentes frentes a las circunstancias
que se van suscitando en la actualidad y las cuales no se
encuentran expresadas o establecidas por los estados contables
básicos. - El patrimonio intelectual en la aplicación de
experiencia, imaginación, iniciativa, etc., no se
encuentra hasta el momento determinado por un valor monetario
ni mucho menos está dado por una transacción. Por
lo tanto no tiene un valor de medida propio, haciendo que
nuestra disciplina busque soluciones más acordes con el
entorno, a través de una contabilidad creativa. De esta
manera se resolvería el problema de no poder expresar
los resultados correspondientes en los estados financieros
básicos.
Es por eso que nos permitimos decir que la clave para el
entendimiento de lo relacionado con el Capital Intelectual,
radica en el reconocimiento del impacto que la economía de
mercados y la tecnología
de la información están teniendo en el mundo
actual.
- Flores Mujica, Guillermo. Capital intelectual en el
ámbito de la contabilidad
financiera. En: Revista
Legis del Contador, No. 7, jul.-sep., 2001, pp.
79-115. - Carrión Maroto, Juan. Introducción conceptual a la gestión
del conocimiento. En: - Mantilla, Samuel Alberto. Capital intelectual.
En:
http://ciberconta.unizar.es/LECCION/Capint3/MEDELLIN.pdf
LUZ STELLA GALEANO OSSA
SANDRA MILENA MONTENEGRO YATE
JULIANA GIRALDO GONZÁLEZ
Lina Maria AGUILAR DELGADILLO
ARMENIA,
UNIVERSIDAD DEL QUINDÍO
FACULTAD DE CIENCIAS
ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
PROGRAMA DE CONTADURÍA PÚBLICA