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La estimulación e intervención adecuada para los niños y niñas entre 3 a 6 años en etapa preescolar




Enviado por hotelang



    1. Justificación
    2. Objetivos
      Generales
    3. Plan de
      actividades
    4. Marco
      Teórico
    5. Estrategias
      didácticas
    6. Tiempos horarios generales y
      particulares de actividades
    7. Espacios
    8. Evaluación
    9. Anexo

    Introducción

    La realización de este proyecto tiene su
    origen en la necesidad de poder contar
    con una serie de elementos en torno a la
    estimulación e intervención adecuada para los
    niños y niñas entre 3 a 6 años en etapa
    preescolar. La
    actividad sensorial psicomotriz se sustenta en la unidad
    existente  entre el desarrollo
    sensorial y psicomotriz. Los  contenidos del programa
    establecen una interdependencia  armónica entre ambos
    aspectos, tomando como punto de partida los reflejos  que
    acompañan  al pequeño al nacer; a partir de lo
    anterior, se inicia  un sistema de
    influencias educativas que permiten satisfacer las necesidades de
    movimientos en el niño y el
    conocimiento del mundo circundante;  todo esto en
    estrecha comunicación afectiva con el adulto
     que proporciona  y estimula el desarrollo y
    fortalecimiento del  organismo infantil,  base
     fundamental  para el logro de los objetivos
     en  las próximas etapas. La
     realización de los movimientos fundamentales de que
    se apropia  el niño en este ciclo amplía las
    posibilidades de desplazamiento permite la  vigilia activa y
    enriquece el desarrollo de  sus potencialidades
    cognoscitivas al poder manipular, explorar, conocer y accionar
    con los objetos que le rodean en dependencia de sus propiedades y
    relaciones. Por medio de la actividad sensorial psicomotriz
    sistemática se logra en  los niños un estado
    emocional positivo, disposición general, desarrolla la
    psicomotricidad fina, contribuye a la
    comprensión elemental del habla  del adulto  y
     reaccionan positivamente ante estímulos
     sonoros  musicales entre otros. El  programa
     de Desarrollo sensorial psicomotriz se cumple a
     través  de  la actividad  programada
    que se realiza tres  veces  por semana. Otro
     momento importante para el logro de los objetivos
    propuestos  es la vigilia, en  la cual se
    pondrán a  disposición  del
     pequeño  los materiales
     necesarios, unido a la estimulación a la y
    afectividad  de  los  adultos que lo rodean:
    educador (a)  y  auxiliares
    pedagógicas.

    Justificación

    El psicológo (a) ha de trabajar para que los
    niños:

    • Reaccionen  activamente ante el sonido, olor,
      textura, color y
       movimiento
      de los objetos.
    • Reaccionen positivamente ante la estimulación
      táctil.
    • Ejecuten  movimientos  fundamentales como:
      giros, gateo,  sentarse, pararse, caminar
      independientemente.
    • Realicen diversas acciones de
      manipulación activa con los objetos.
    • Establezcan  relaciones elementales entre los
      objetos e  inicien  la realización de acciones
      imitativas en correspondencia con la función
      social de los objetos de la vida cotidiana.

    Objetivos Generales:

     Promover el desarrollo
    personal del niño a través de situaciones y
    oportunidades que le permitan ampliar y consolidar su estructura
    mental, lenguaje,
    psicomotricidad y afectividad.

    • Contribuir al conocimiento
      y al manejo de la interacción social del niño,
      estimulándolo para participar en acciones de integración y mejoramiento en la familia,
      la comunidad y la
      escuela.
    • Estimular, incrementar y orientar la curiosidad del
      niño para inciairlo en el conocimiento y
      comprensión de la naturaleza,
      así como en el desarrollo de habilidades y actitudes
      para conservarla y protegerla.
    • Enriquecer las prácticas de cuidado y atención a los niños menores de
      cuatro años por parte de los padres de familia y los
      grupos
      sociales donde conviven los menores.
    • Ampliar los espacios de reconocimiento para los
      niños en la sociedad en
      la que viven propiciando un clima de
      respeto y
      estimulación para su desarrollo.

    Objetivos
    Específicos:

    • Propiciar oportunidades que permitan aplicar y
      consolidar los procesos
      cognoscitivos en el niño.
    • Estimular mejorar y enriquecer el proceso de
      adquisición y dominio del
      lenguaje en el niño.
    • Ejercitar el control y la
      coordinación de los movimientos del
      cuerpo.
    • Favorecer la interacción grupal a
      través de la expresión de ideas, sentimientos y
      estados de ánimo, como medio de satisfacción de
      las necesidades afecrivas del niño.
    • Fomentar la interacción, comunicación y
      adquisición de valores en
      el medio familiar, para propiciar la participación y
      mejoramiento en la atención del niño.
    • Contribuir al conocimiento, valoración e
      integración del niño a su comunidad y cultura.
    • Conformar las habilidades elementales para el ingreso
      y adaptación del niño a la escuela
      primaria.
    • Propiciar elementos para conocer a los seres vivos y
      otros componentes de la naturaleza, así como para la
      comprensión de las relaciones entre sus
      fenómenos.
    • Propiciar la adquisición de conocimientos que
      permitan al niño comprender los principales problemas
      ecológicos y sus consecuencias para el desarrollo de la
      vida.
    • Orientar la participación en las acciones de
      preservación y conservación del medio
      ambiente.
    • Fomentar la participación del niño en
      la prevención, conservación y mejoramiento de la
      salud
      comunitaria.
    • Propiciar la integración del niño a su
      comunidad, a través del reconocimiento de los aspectos
      culturales, tradicionales y sociales que la
      caracterizan.
    • Propiciar en el niño menor de 4 años la
      preservación y conservación del medio ambiente a
      través de acciones concretas.

    PLAN DE
    ACTIVIDADES

    Fijados los criterios en los que fundamentar la metodología de trabajo, nos
    queda establecer el plan concreto de
    trabajo con los niños, realizar la programación de actividades diarias a
    desarrollar.

    Este plan concreto de trabajo lo baso en las técnicas
    de estimulación adecuada. No temprana, por que no
    intentamos adelantar ni precipitar los aprendizajes, sino
    adecuada a cada edad en concreto.

    La estimulación esta determinada por su carácter sistemático y secuencial y
    por el control que se hace de ella. En nuestro caso:

    • Es sistemática en cuanto se trabaja con el
      niño o niña día a día en un
      programa previamente elaborado, de acuerdo con su momento
      evolutivo y lo que queremos conseguir en cada momento
      determinado.
    • Es secuencial en cuanto que cada paso alcanzado por
      el niño o niña en cualquiera de las áreas
      de desarrollo sirve de punto de partida para alcanzar el
      siguiente.

    En ningún caso las técnicas se aplican
    automáticamente, por el contrario, el contexto en el que
    se desarrollan es un contexto de juego, en
    donde el niño o niña no se siente evaluado ni
    observado, sino que percibe todo como un juego más. De
    esta manera, los niños y niñas se desarrollan en un
    contexto natural en el que todas las cosas forman parte de un
    todo lógico.

    Aunque existe gran relación entre los periodos de
    desarrollo y las llamadas edades cronológicas del
    niño o niña, la tendencia actual es considerar como
    poco valido establecer edades fijas para los distintos niveles de
    desarrollo, pues esta demostrado, que en cada etapa el resultado
    del desarrollo depende de la herencia del
    individuo y
    los estímulos recibidos, sobre todo en la
    primerísima infancia. Dado
    que las primeras fases madurativas tienen lugar en el sistema nervioso
    central y en las vías sensoriales y motoras entendemos
    como imprescindible que la primera estimulación sea para
    estas áreas, como paso previo al resto de los procesos de
    aprendizaje.
    Si el sistema
    muscular y sensorial no están preparados para una
    determinada conducta, esta no
    se producirá por mucho que la estimulemos. El niño
    o niña, a través de los sentidos
    (vista, olfato, gusto, oído,
    tacto) aprenderá lo que necesite saber sobre las cosas y
    el mundo que le rodea.

    La programación de actividades a partir de 3
    años de edad, se realiza con carácter grupal
    allí quedan recogidas las experiencias o situaciones
    significativas, que resultan interesantes y ricas en actividad
    para los niños y niñas en los distintos momentos
    evolutivos, es decir, aquellas que provocan su atención,
    su curiosidad, actividad, deseos de descubrir y experimentar, sus
    fantasías, su creatividad,
    necesidad de hablar y representar, inventar y comunicar, saber y
    preguntar, etc.

    Marco
    Teórico

    Aprendizaje Significativo.

    Es el aprendizaje a
    través del cual los conocimientos, habilidades y
    destrezas, valores y hábitos adquiridos pueden ser
    utilizados en las circunstancias en las que el niño vive y
    otras situaciones que se presenten a futuro.

    Para que se dé un aprendizaje
    significativo es necesario una relación sustancial
    entre la información previa y la nueva
    información, caso contrario no pasaría a formar
    parte de la estructura cognoscitiva ni podría ser
    utilizada en la solución de problemas.

    El aprendizaje significativo se utiliza para la
    solución de problemas y como apoyo y punto de partida de
    futuros aprendizajes.

    Los aprendizajes significativos desarrollan la memoria
    comprensiva que constituye la base para nuevos aprendizajes. El
    desarrollo de la memoria
    comprensiva permite que los niños adquieran seguridad,
    confianza en lo que conocen y puedan establecer fácilmente
    relaciones de lo que saben y vivencian en cada nueva
    situación de aprendizaje.

    Pensamiento y Lenguaje

    Lenguaje y pensamiento
    son herramientas
    psicológicas que ayudan a formar otras funciones, y son
    en sí mismas funciones que atraviesan por un desarrollo
    cultural. Estas dos funciones tienen diversos orígenes,
    pero convergen y se desarrollen bajo una influencia
    recíproca. No es que la función como tal cambia,
    son las relaciones entre las funciones las que cambian,
    provocando en desarrollo.

    El desarrollo de un niño conoce un habla pre
    intelectual, así como un pensamiento no verbal,
    sólo con el establecimiento de una unidad sistémica
    interfuncional, el pensamiento se vuelve verbal y el habla
    intelectual. Este pensamiento pre – conceptual constituye
    la base de la formación de los conceptos.

    Vygotski distingue entre conceptos espontáneos y
    conceptos científicos. Si no existe una comprensión
    de los primeros, no se puede desarrollar los segundos; los
    conceptos espontáneos, desorganizados, pero de mucha
    riqueza empírica, se encuentran con los del adulto, de
    mayor estructura y logicidad. Este encuentro produce una
    solución final que, siendo internalizada por el
    niño, se vuelve una parte integral de su
    razonamiento.

    El medio en el que se desarrolla el niño moldea
    los procesos por los que se forma el pensamiento
    verbal.

    El niño aprende a hablar antes de aprender a
    comunicar; así entendemos los niveles en el desarrollo del
    habla infantil:

    1. Habla social no internalizada.
    2. Habla egocéntrica o habla para uno
      mismo.
    3. Habla para otros, comunicativa, que ha atravesado un
      proceso de desarrollo y se internalizado.

    El pensamiento interior se desarrolla a través de
    una lenta acumulación de cambios funcionales y
    estructurales que se derivan de este primer lenguaje del
    niño; finalmente, las estructuras
    del lenguaje manejadas o dominadas con maestría por el
    niño se vuelven estructuras básicas de su
    pensamiento.

    El desarrollo del pensamiento del niño tiene una
    triple determinación:

    1. El lenguaje.
    2. Las herramientas lingüísticas del
      pensamiento.
    3. Las experiencias socioculturales del
      niño.

    Pero a partir de este momento el pensamiento necesita un
    vehículo para canalizar su contenido, es cuando a
    través de la relación histórica del
    desarrollo de la conciencia humana
    pensamiento – lenguaje y palabra son pues aquel canal de
    salida a este problema.

    El pensamiento no solo se expresa en palabras, existe a
    través de ellas.

    El habla interior es una función del lenguaje, no
    solo es el habla como un murmullo o la repetición en
    silencio, ni es todo lo interior previo a la
    verbalización. Es un lenguaje interior, para uno mismo, y
    es el sucedáneo del lenguaje egocéntrico. Es un
    fenómeno de transición entre las funciones
    interpsíquicas a las intrapsíquicas.

    El lenguaje egocéntrico desaparece en cuanto
    comienza a aparecer el habla interior; el habla para uno mismo se
    origina en la diferenciación del habla de los otros. Este
    es un desarrollo progresivo por medio del cual el niño
    empieza a distinguir su propio lenguaje del de los demás,
    guía hacia un lenguaje casi sin palabras, en dónde
    es más importante la semántica que la
    fonética.

    Pensamiento y Lenguaje son clave de la naturaleza de la
    conciencia humana.

    Percepción.

    Para entender como conceptúa Vygotski a la
    percepción, es necesario partir de una
    aclaración preliminar: la conexión existente entre
    el uso de los instrumentos y el lenguaje
    afecta a varias funciones psicológicas… a la
    percepción, a las operaciones
    sensorio motrices y a la atención. Todas éstas son
    parte de un sistema dinámico de conducta (que cambia que
    evoluciona) que varían en el transcurso del desarrollo del
    niño. En todas estas funciones el lenguaje introduce
    cambios cualitativos de importancia.

    La percepción humana no se limita al campo de lo
    sensorial, como en los animales
    superiores; existe una profunda relación lingüística con lo que se percibe y
    como se percibe.

    Las palabras permiten al niño superar las
    limitaciones de la percepción natural para crear nuevos
    centros estructurales. El niño comienza a percibir el
    mundo no solo con los sentidos, sino a través del
    lenguaje.

    La percepción verbalizada es la
    "rotulación" de las cosas con palabras y es una
    función primaria en el lenguaje de los niños;
    ésta implica el paso de una percepción global (en
    donde no hay distinción de estructuras) a una
    percepción sintética que lleva a formas más
    complejas de percepción cognoscitiva y, después, a
    una percepción analítica o de las secuencias, en
    donde cada elemento está clasificado y relacionado con una
    estructura del lenguaje.

    Atención.

    En el tema de la atención hay dos aspectos que
    pueden provocar el éxito o
    el fracaso de la operación práctica:

    1. La capacidad de dirigirla.
    2. La incapacidad de dirigirla.

    Para Vygotski, se debe partir nuevamente de la
    diferencia básica existente entre las funciones
    psicológicas inferiores y las superiores. Los niños
    son capaces de fijar su atención independientemente de la
    estructura del campo; el niño comienza a dominar su
    atención creando nuevos centros estructurales con la ayuda
    de las funciones de las palabras. Con la ayuda del lenguaje, el
    niño puede dirigir su atención de modo
    dinámico, y lo puede hacer en distintos momentos y
    espacios. El momento que se retira el objeto del campo visual del
    niño, éste no deja de existir en la esfera de su
    atención; el niño no necesita ver para prestar
    atención, puede prestar atención para ver. Esto no
    ocurre con los animales, cuando se retira el objeto de su campo
    visual éste deja de existir en la esfera de su
    atención.

    La atención se logra a través de la
    reconstrucción de las actividades separadas que son parte
    de las operaciones necesarias.

    El niño, capaz de combinar los distintos campos
    visuales o sensoriales y temporales, hace uso de una
    función psicológica a la que conocemos como
    memoria. Combina aspectos de campos presentes y pasados para un
    fin determinado. El lenguaje posibilita la ubicación en el
    campo espacio – temporal lo que crea las condiciones para
    el desarrollo de un nuevo sistema:

    1. Las representaciones simbólicas,
      y,
    2. Las determinaciones de la acción proyectada.

    Estas son consideradas otras funciones superiores, y
    sobre todo la última, la acción voluntaria o
    proyectada está definida como un producto del
    desarrollo histórico cultural de la conducta, y es el
    rasgo que marca mayor
    distinción entre el hombre y
    los animales más cercanos a él.

    Memoria.

    Hay que distinguir dos tipos de
    memoria:

    1. mediata, e,
    2. inmediata.

    La gran diferencia se encuentra en el aspecto
    histórico, social, y cultural del segundo tipo de memoria.
    Este tipo de memoria está caracterizada por el uso de
    signos, cuyas
    operaciones son las encargadas de mediar entre estímulo y
    la respuesta. Estas operaciones van más allá de las
    dimensiones biológicas y naturales, con el uso de
    instrumentos artificiales se crea una forma de conducta
    totalmente nueva.

    Los signos son los estímulos auxiliares, los
    intermediarios entre estímulo y respuesta.

    Para el niño pequeño, los signos
    auxiliares no le dan ninguna ayuda en la memorización, a
    medida que crece los va interiorizando y como adulto es capaz de
    manejarlos antes de iniciar la solución de una
    situación problemática.

    La forma de recordar las cosas (o de memorizarlas)
    cambia también de acuerdo a la evolución psicológica del individuo.
    Los niños pequeños recuerdan "concreciones", es
    decir, recuerdan las cosas o situaciones materiales concretas que
    les han causado una impresión. No tiene su recuerdo el
    carácter de una abstracción. Por ello el autor
    llega a la conclusión de que los primeros estadios de
    desarrollo cognoscitivo están caracterizado por la
    memoria, no por el pensamiento abstracto. Esta situación
    cambia a medida que el niño se acerca a la adolescencia y
    la dirección del pensamiento individual
    evoluciona.

    Para el niño pequeño, pensar significa
    recordar; para el adolescente, recordar significa
    pensar.

    Esta transformación tiene relación con
    otras funciones psicológicas como la logicidad; el joven y
    el adulto recuerdan, estableciendo y encontrando relaciones
    lógicas que los lleven hacia el descubrimiento de lo que
    exige su tarea o problema específico; es decir, recuerdan
    pensando en conceptos. Esto es típicamente humano, los
    seres humanos recordamos con la ayuda de signos.

    El modo que aprendemos a hacer uso de esos signos
    está en relación directa con la realidad
    histórico cultural social que vivimos. Las posibilidades
    de jugar con tal determinismo se encuentran en las oportunidades
    de cambio
    educacional que se pueden ofrecer para hacer de los procesos de
    aprendizaje la punta de lanza del desarrollo individual y
    comunitario.

    Crisis del desarrollo

    etapas del desarrollo

    rasgo fundamental

     

     

     

    De 1 a 3 años:

     

      

     

    Infancia temprana.

    Actividad con Objetos, por la necesidad de
    colaborar con el adulto y las crecientes necesidades que
    logre independencia en sus actos, pero siempre
    bajo la mirada de los otros.

    Hay un mayor énfasis en el desarrollo
    cognoscitivo, especialmente de la sensorialidad –
    percepción y el lenguaje.

    Un mayor desarrollo de la atención y el
    pensamiento concreto actuando directamente con los
    objetos.

    Hay un intento por realizar las cosas de forma
    independiente y una estrecha vinculación con el
    medio, fundamentalmente con los objetos, el mundo natural
    que le rodean, mediante acciones concretas.

    Se amplían las relaciones con otros
    adultos y con los coetáneos. Continúa
    existiendo un predominio de lo afectivo sobre lo
    regulativo.

     

      

    De 3 a 5 años:

     

     

     Infancia pre – escolar.

    El Juego, la necesidad de familiarizarse y
    relacionarse con los adultos, el extender sus intereses
    más allá del ámbito infantil, se van
    concretando en el hecho de establecer juegos
    de roles con argumentos.

    Predominio de la memoria, el pensamiento y el
    lenguaje en los procesos cognoscitivos y mayor desarrollo
    de la imaginación.

    Un inicio de equilibrio entre lo Afectivo –
    Motivacional y regulativo, de forma tal, que existe un
    mayor control de su actuación, aunque no sobre sus
    propios procesos. Esto le permite un mayor nivel de
    independencia en la actuación de su vida cotidiana
    y la posibilidad de qué y con quién
    hacer.

    El radio
    de interacción con el mundo natural y social que
    le rodea se amplía al igual que sus
    interrelaciones.

    Estrategias didácticas:

    Seguridad y Confianza:

    Un niño o una niña no puede disfrutar
    plenamente de la vida del preescolar si no se siente en
    confianza, en seguridad afectiva, si no se le escucha y reconoce
    en tanto que individuo. Esto define en parte la actitud del
    educador.

    El grupo se
    compone de niños y niñas diferentes los unos de los
    otros. Cada uno de ellos tiene sus necesidades afectivas propias,
    su personalidad,
    su pasado, su ritmo de vida. Aún sin perder de vista la
    colectividad, las intervenciones del adulto deben ser
    individualizadas y dar a cada niño o niña la
    sensación de una presencia generadora de confianza y
    seguridad. Cuanto más pequeños son los niños
    o niñas, en mayor grado consideran al educador o al
    psicólogo como el recurso supremo en caso de una
    dificultad grave de un conflicto
    importante. Aunque la clase trabaje
    en grupos
    autónomos, cada niño debe poder localizar de
    inmediato al adulto para solicitar su intervención. La
    intervención inmediata, satisface plenamente. La
    intervención diferida, debida a que el psicólogo,
    ocupado con un grupo, no está disponible, enseña de
    modo progresivo el respeto a los demás y las reglas de la
    vida en común. No obstante, en este último caso, se
    da una exigencia absoluta: el educador que haya prometido su
    presencia debe concederla efectivamente, aunque sea por poco
    tiempo. El
    «espera, ya voy» sin consecuencias deja al
    niño o niña desorientado, la fidelidad a los
    compromisos aceptados condiciona en sumo grado la confianza. La
    promesa no cumplida perjudica la credibilidad. Para
    individualizar sus intervenciones, el psicólogo tiene que
    conocer a cada uno de los niños y niñas.

    Para que exista un clima de seguridad afectiva, se
    requiere una seguridad material y física. Es necesario
    que los niños y niñas conozcan a todos los adultos
    del preescolar su nombre, el lugar en que se encuentran de
    ordinario.

    También se requiere que cuenten con puntos de
    referencia sobre el espacio y que haya tomado posesión del
    aula, del centro, del grupo escolar, de los alrededores,
    conquistas que comienzan en la sección de los
    pequeños y se precisan más tarde. Proporcionan a
    los niños y niñas una libertad de
    desplazamiento satisfactoria, que les asegura una buena
    autonomía.

    El periodo de adaptación:

    Si buscamos en el diccionario la
    palabra adaptación encontramos: "De adaptar. Acción
    y efecto de adaptar o adaptarse. Proceso biológico que
    surge de todo organismo viviente, sea persona, animal o
    planta, al acomodarse a las condiciones de un medio diferente del
    que le es propio y habitual."

    Habrá que programar unas actividades
    extraordinarias para este período cuyas
    características básicas son:

    • La duración de las mismas no debe ser
      excesivamente larga.
    • Deben ser variadas y susceptibles de modificaciones
      en función de la marcha de las mismas.
    • Se deben intercalar actividades de grupo e
      individuales, priorizando las colectivas.
    • Los temas en torno a los que giren estas actividades
      deberán ser motivadores y atrayentes para el grupo, de
      manera que la participación de los alumnos sea
      totalmente activa.
    • Los materiales que se utilicen deben ser sencillos,
      fáciles de manejar para el niño en función
      de su edad e intereses, y no caer en la "abundancia" de los
      mismos, evitando así la dispersión de la
      atención del niño.
    • Por último, y no por ello menos importante,
      deberemos dedicar algunas de las actividades en este
      período de adaptación, a que el niño vaya
      adquiriendo (a través del juego) una serie de
      hábitos y normas
      básicas de convivencia, imprescindibles para una
      adecuada marcha y funcionamiento de la clase.

    Actividades, Experiencias y Procedimientos.

    La Educación
    Preescolar no consiste en transmitir contenidos al
    niño o la niña para que éste los aprenda
    como fruto de esa transmisión, sino en facilitar la
    realización de actividades y experiencias que, conectando
    al máximo con las necesidades, intereses y motivaciones de
    los niños y las niñas, les ayuden a aprender y
    desarrollarse.

    El psicólogo debe asegurar que la actividad del
    niño o la niña sea una de las fuentes
    principales de sus aprendizajes y su desarrollo, teniendo un
    carácter realmente constructivo en la medida en que es a
    través de la acción y la experimentación
    cómo el niño y la niña, por un lado, expresa
    sus intereses y motivaciones y, por otro, descubre propiedades de
    los objetos, relaciones, etc. Es de todos conocido que la forma
    de actividad esencial de un niño y la niña sano
    consiste en el juego. Jugando, el niño o la niña
    toma conciencia de lo real, se implica en la acción,
    elabora su razonamiento, su juicio.

    INTERVENCIÓN:

    Con ello, elaboré las actividades teniendo en
    cuenta los siguientes principios:

    Que primero que nada fueran motivadoras y significativas
    para los niños / as de forma que supongan un reto para su
    competencia
    personal.

    Favorecieran la interacción de los niños y
    el adulto en un clima acogedor, seguro y
    cálido.

    Considerando todos los ámbitos de experiencias,
    los intereses y necesidades de los niños y
    niñas.

    Teniendo en cuenta estos principios, las actividades a
    desarrollar para los niños y niñas, fueron del tipo
    que enumeré a continuación. No se tratan de
    actividades distintas desde el punto de vista formal, sino desde
    la perspectiva para la cual le sirven al educador en cada
    momento.

    Motivadoras: Se propondrán actividades que
    susciten el interés y
    participación hacia los contenidos a trabajar. Dichas
    actividades nos servirán también para recoger
    información sobre los intereses, conocimientos previos y
    nivel de desarrollo alcanzado por los mismos. Dependiendo del
    Centro Motivador estas actividades podrán ser: cuentos,
    canciones, construcción de un mural colectivo,
    proyección de un vídeo, etc.

    De Desarrollo: Se presentan un conjunto de actividades
    con las que se pretenden que el niñota descubra, organice
    y relacione la información que se le da.

    De consolidación. Son diseñadas por el
    psicólogo con el fin de que los niños y
    niñas afiancen el grado de desarrollo en los distintos
    tipos de capacidades que se pretenden alcanzar, en función
    de sus peculiares necesidades y ritmos de
    aprendizajes.

    De prevención. Fueron diseñadas por el
    psicólogo(a), junto al equipo de apoyo del centro sobre
    aquellos temas que se entienden deben trabajarse en el
    ámbito preventivo de la educación
    infantil

    TIEMPOS HORARIOS GENERALES Y PARTICULARES DE
    ACTIVIDADES

    La organización del tiempo, del material y de
    los espacios, siempre es un medio para alcanzar el gran objetivo
    educativo: que el niño se desarrolle plenamente desde su
    individualidad y sus peculiaridades.

    Para hablar de tiempos y en consecuencia de horarios,
    hemos de partir de lo que consideramos "tiempo del
    niño".

    El niño de 1er año de preescolar pasa de
    los movimientos reflejos a la coordinación psicomotriz, de
    la acción al pensamiento lógico, de la dependencia
    total a un alto nivel de autonomía, del egocentrismo a una
    considerable descentralización, etc. Todo este proceso
    de desarrollo físico, emocional y cognitivo se construye
    basándose en tanteos, de ensayos y
    errores, de repetición. Si observamos a los niños
    pequeños vemos la necesidad que tienen de repetir la misma
    acción, los mismos movimientos, los mismos juegos. Es el
    tiempo que cada niño necesita para construir sus
    estructuras mentales, para elaborar y resolver sus conflictos
    emocionales, para incorporarse e integrarse en su
    entorno.

    El tiempo de cada niño supone vivir plenamente,
    lentamente su período sensoriomotor, su actividad
    simbólica, su mundo de fantasía, sus procesos
    mentales; por tanto, permitirle saciar adecuadamente sus
    necesidades desde su peculiar modo de ser. Es de capital
    importancia, por tanto, conocer el mecanismo y los procesos que
    generan el desarrollo
    humano, ya que sólo a partir de este conocimiento
    podemos comprender y valorar la importancia que tiene el tiempo
    en el crecimiento del niño.

    El proceso "acomodación-asimilación",
    conlleva un tiempo para la acción, para la experiencia y
    un tiempo para la incorporación e integración de
    sensaciones, sentimientos, conceptos, etc. Ahora bien, todos
    sabemos que este tiempo es diferente desde donde actúa y
    en las que integra lo nuevo, los cambios, y desde donde avanza en
    el conocimiento de sí y del entorno que le
    rodea.

    Este respeto al ritmo de autoestructuración
    emocional, cognitiva, social, se une también al ritmo que
    cada niño necesita para establecer la
    comunicación, la participación grupal, el
    cambio de actividades, el paso de una situación a otra,
    etc.

    El respeto al ritmo de cada niño es, pues la
    premisa fundamental para que él viva como ser
    único, diferente y aceptado en su forma de ser y de
    actuar.

    Las necesidades biológicas del niño son
    las que marcan, en un principio, los ritmos y frecuencias
    necesarias para su orientación temporal: el alimento, los
    cambios, los sueños, son las primeras pautas y las
    primeras referencias en el niño. De estas primeras pautas
    de tipo orgánico, el niño va pasando
    progresivamente a otras de tipo social, (marcadas por nosotros),
    pero ambas se tienen que vivir con un ritmo estable; es a partir
    de esta estabilidad desde donde el niño comienza a
    diferenciar los distintos momentos del día y lo que le
    permite recordar, prever y anticipar los que vendrá
    después.

    Ahora bien, esta estabilidad no se puede confundir con
    rigidez, con una excesiva división del tiempo ni con que
    el niño haga en cada momento aquello que le apetezca o le
    venga en ganas.

    El tiempo trabajo con los niños, es otro aspecto
    importante a determinar, tanto en lo que respecta al lapso de
    estimulación de cada dimensión del desarrollo como
    el grado de resistencia del
    organismo infantil para la asimilación de dicha
    estimulación.

    El sistema nervioso
    del niño en la edad temprana es muy frágil, su
    actividad nerviosa superior es muy inestable, y en la actividad
    analítico – sintética de la corteza cerebral
    los procesos excitatorios predominan marcadamente sobre los
    inhibitorios. Esto hace que el niño sea muy propenso a la
    fatiga, pues sus neuronas aun no poseen una alta capacidad de
    trabajo, y requieren de un tiempo prudencial para su
    recuperación funcional. Por lo tanto, dosificar la
    estimulación es un asunto de extrema importancia para la
    salud del niño, y cuando se excede la resistencia de sus
    células
    nerviosas, sobreviene la fatiga y puede causarse gran daño al
    menor.

    En este sentido hemos analizado programas de
    estimulación que no hacen la menor alusión al
    tiempo promedio por unidad de estimulación, y en otros,
    plantean un intervalo sencillamente exhaustivo. Las investigaciones
    más recientes nos aconsejan las siguientes longitudes
    temporales de las actividades pedagógicas en
    función de la edad:

    Longitud
    Temporal Promedio De Las Actividades
    Pedagógicas

    GRUPO ETARIO (AÑO DE
    VIDA)

    TIEMPO PROMEDIO

    Tercer año de vida (2 – 3
    años)

    Hasta 10 min.

    Cuarto año de vida (3 – 4
    años)

    Hasta 15 min.

    Quinto año de vida (4 – 5
    años)

    Hasta 20 min.

    Cualquier exceso por encima no obtiene
    resultados positivos, y puede causar un efecto muy nocivo y
    perjudicial para el niño o la niña, por sobrecarga
    de excitación que excede la capacidad funcional de sus
    neuronas.

    Lo importante es la calidad, no la
    cantidad de estimulación, calidad que implica que el
    contenido se dirija a lo que realmente se ha de ejercitar en cada
    momento, y con el tiempo requerido.

    Esta estimulación, como se ha dicho, ha de ser
    adecuada, sistemática, continua, gradual, diferenciada,
    bien dirigida cualitativamente. Y por supuesto, ha de incluir
    todo aquello que es indispensable al desarrollo del niño y
    de la niña, en la esfera sensoperceptual, lo afectivo, lo
    cognoscitivo, lo motor, la
    formación de hábitos y organización de la
    conducta, lo sociomoral, lo motivacional, en fin, constituir un
    verdadero programa de estimulación científicamente
    concebido.

    Con la premisa básica de considerar que el tiempo
    viene marcado fundamentalmente por el ritmo de los niños y
    niñas, es preciso organizar el horario del preescolar, ya
    que va a ser un elemento importante en la
    organización escolar, al regir y dispone el desarrollo
    práctico de todas las actividades escolares, armonizando
    tiempos, materias y elementos personales (docentes y
    grupos de niños y niñas).

    Fue importante que los niños comprendieran el
    horario, que tuvieran puntos de referencias claros para no andar
    perdidos en el tiempo.

    1. Mantener las partes del horario en el mismo
      orden.
    2. Recordar en la conversación con los
      niños las cosas que se han realizado durante el
      día, las cosas más importantes que han ocurrido
      durante la semana, etc.
    3. Establecer símbolos para cada actividad o
      período, así como señales que marquen el final o el
      inicio de las diversas actividades.
    4. Advertir a los niños del tiempo que les
      falta para iniciar otro tipo de actividad de manera que no se
      queden sin acabarlo aquellos que se lo hayan
      propuesto.

    En el período de edad que abarca la educación infantil es
    importante tener en cuenta los periodos de rutina de los
    niños. Entendemos la rutina como "el conjunto de acciones
    con carácter repetitivo que el niño realiza cada
    día y que le conducen a la adquisición de un
    conjunto de hábitos y comportamientos.

    Al hablar de rutina tendríamos que plantearnos el
    conjunto de acciones que el niño realiza de la misma forma
    y respetando el proceso de temporalización. Para adquirir
    una rutina tendremos que tener presente los siguientes
    puntos:

    -Seguir siempre el mismo orden.

    -Focalizar los cambios al final y al comienzo de la
    realización.

    -Establecer determinadas contraseñas que le
    recuerden al niño dicho cambio.

    Por lo tanto la adquisición de una rutina
    requiere una buena planificación del horario que tiene como
    objetivo más que la ejecución de determinados
    trabajos la adaptación a los diferentes cambios en el
    proceso de temporalización. Estos pueden ser:

    -Periodo de trabajo que consiste en la
    realización del trabajo elegido.

    -Cambio de actividad. Períodos destinados a
    recoger y ordenar el material utilizado.

    Elementos constitutivos

    1. Preparación de la actividad Cada
      niño decide que trabajo va a realizar después,
      qué rincón o actividad ha elegido, que
      necesita, etc.
    2. Período de trabajo Los niños
      ejecutan las actividades que propusieron. El docente durante
      este período apoya para que todos la
      realicen.
    3. Recogida Acabada la sesión de
      trabajo, los niños clasifican, ordenan y guardan los
      materiales que utilizaron durante el período de
      trabajo y los trabajos que no terminaron.
    4. Revisión del trabajo Para el
      período de revisión del trabajo se pueden
      formar pequeños grupos. Mientras un grupo está
      con el docente para comentar, revisar y poner en común
      la tarea que ha realizado cada uno, los otros grupos pueden
      trabajar en actividades con materiales sugeridos por el
      docente: plastilina, puzzles, cuentos, etc.
    5. Reunión en gran grupo Los
      utilizaremos para cantar, tocar instrumentos, realizar
      juegos, recitar poesías, contar cuentos, comentar algo
      que ha pasado y que ha interesado al grupo, para que en
      asamblea organicemos el propio tiempo.

    Espacios

    El medio en el que el niño se desenvuelve y con
    el cual interacciona constantemente, le envía continuos y
    silenciosos mensajes, invitándolo a determinadas acciones,
    facilitándole determinadas actitudes.

    Por lo tanto el estudio del medio, es decir, la
    reflexión, análisis y cuestionamiento de lo que rodea
    a los niños y de las posibilidades o limitaciones que
    proporciona o que proporcionamos los psicólogos, deben
    estar en la base del planteamiento educativo, y forma parte del
    trabajo del educador. Es una herramienta básica del
    proceso de aprendizaje y es el soporte de la función del
    psicólogo(a).

    El entorno jamás es neutro. Su
    estructuración, los elementos que lo configuran, comunican
    al individuo un mensaje que puede ser coherente o contradictorio
    con el que el educador quiere hacer llegar al niño. El
    psicólogo(a) no puede conformarse con el entorno tal como
    le viene dado. Debe comprometerse con él, debe incidir,
    transformar, personalizar el espacio donde desarrolla su tarea,
    hacerlo suyo, proyectarse, haciendo de este espacio un lugar
    donde el niño encuentre el ambiente necesario para su
    desarrollo.

    Debemos tener en cuenta la realidad global que es el
    niño o niña considerando todas sus necesidades y en
    función de ellas organizar la planificación,
    diseño
    y posteriormente la intervención que el educador y todo el
    equipo harán sobre el espacio para facilitar y favorecer
    el desarrollo de todas sus potencialidades. Este debe responder a
    los siguientes criterios:

    Necesidades fisiológicas: Limpieza,
    sueño, seguridad, confort. Son las necesidades primarias,
    básicas en la vida del niño y a las que la Centro
    de Educación Infantil tiene que dar una buena respuesta.
    Una zona para cambio, agradable y acogedora, que favorezca un
    momento placentero y provechoso. Unos servicios
    asequibles y limpios, cercanos y cómodos. Una zona de
    comidas, bien la clase o bien en zonas comunes, tranquila,
    moda, bonita,
    higiénica, que haga de las comidas puntos de encuentro, de
    descubrimiento, de placer. Un lugar para el descanso, que
    dependiendo de la edad será más o menos largo, pero
    en todo caso, es necesario en la Escuela Infantil, bien en
    hamacas, colchonetas, o en un rincón tranquilo donde poder
    descansar los niños que lo necesiten. Ofrecerá las
    condiciones de seguridad necesaria, así como los grados de
    temperaturas, ventilación, iluminación, convenientes para conseguir un
    ambiente confortable.

    Necesidad afectiva: El espacio debe favorecer una
    actitud del educador, de tranquilidad, disponibilidad. Debe haber
    espacio para un contacto individual adulto-niño, para una
    charla reducida, un rincón cómodo, un banco de a dos en
    el jardín, una mesa camilla pequeña en un
    rincón del aula con sillas. Estos lugares favorecen
    también el contacto entre dos niños, la intimidad,
    la confianza.

    Necesidad de autonomía: Entre los 0 y los
    3 años los niños pasan de una total dependencia a
    un grado de autonomía importante. Este es un proceso de
    avance y retroceso constante al que el Preescolar deberá
    prestar todo su apoyo. Si la organización espacial
    responde a esta necesidad de autonomía, la
    característica principal es la descentralización,
    es decir, la distribución en áreas de actividad,
    la accesibilidad a los materiales de trabajo, eliminaremos las
    barreras que impiden el acceso autónomo de los
    niños a materiales y espacios.

    Necesidad de socialización: Siendo la
    Escuela Infantil un lugar básico donde se desarrolla la
    socialización del niño y donde
    ésta se da con mayor intensidad, debemos disponer el
    espacio de forma que se dé el encuentro, el trabajo en
    común, el conocimiento del otro, las conversaciones en
    grupo. Pero estando en un proceso complejo y cambiante, debemos
    entender que la adquisición del hábito de compartir
    conlleva al mismo tiempo ocasiones de, por momentos, no hacerlo.
    Por lo que planificaremos, cuidadosamente, espacios de grupo y
    espacios individuales, espacios para compartir y espacios para
    aislarse.

    Necesidad de movimiento: Ésta es una de
    las necesidades básicas de los niños y
    niñas. Para moverse se necesita espacio, y espacio libre.
    Para los pequeños, una zona de la clase dedicada a este
    fin, con colchonetas, espejo, objetos, rampas. También una
    zona interior sigue siendo necesaria para los mayores.
    Aprovecharemos los pasillos, espacios de entrada, etc.

    Necesidad de juego: Tendrá que haber
    espacio para los juegos, juegos de manipulación, de
    imitación, juego simbólico, hasta llegar a los
    juegos de reglas. Pensar un espacio de juego, creer que es
    principalmente a través del juego como el niño o la
    niña crece, se desarrolla y elabora sus aprendizajes,
    conlleva una organización espacial basadas en áreas
    de juego, con diferentes materiales que lo vayan
    enriqueciendo.

    Necesidad de expresión: El intercambio,
    expresión y comunicación serán promovidos
    por medio de espacios para conversaciones, juegos de lenguaje,
    cuentos y canciones. Por otro lado será necesario un lugar
    para le recreación
    y creación con materiales plásticos,
    donde se pueda experimentar con la materia, ver
    sus posibilidades, expresarse por medio de ellas.

    Necesidades de experimentación y
    descubrimiento
    : El niño o la niña se enriquece
    del entorno que le rodea, aprende de él, experimenta,
    conoce, transforma. Se deben pues prever entornos ricos en
    estímulos, buscando en estos más la calidad que la
    cantidad. Espacios que estimulen la exploración y el
    descubrimiento, en donde existan objetos y materiales diversos,
    plantas y
    animales, materiales naturales como el agua,
    arena, tierra,
    madera y
    demás tipos de materiales como pueden ser imanes y
    materiales de desecho.

    Es importante resaltar que:

    • Los espacios son lugares interpretados y utilizados
      por los niños o niñas, por lo que son
      modificables por ellos. El niño o niña necesita
      transformar este espacio, que es dinámico, que
      está vivo y cambia en la medida en que ello es
      necesario. Posibilitar esta actuación del niño o
      niña, este protagonismo, en el propio diseño
      espacial, es algo muy importante a tener en cuenta en un
      Preescolar.
    • La disposición de los elementos en la clase
      debe de estar dirigida a crear unos espacios que motiven y
      procuren la iniciación en la actividad, que favorezcan
      el encuentro entre los niños y niñas y el
      educador, un espacio que sea relajante y tranquilo, un espacio
      educativo.
    • No existe una organización espacial que
      podamos tener como modelo. Es
      cada educador el que tiene que buscar los modelos
      más adecuados a sus condiciones materiales y a las
      características de su grupo. Por otra parte la
      distribución espacial es algo dinámico,
      modificándose a medida que el grupo, niños y
      niñas y los adultos lo consideran necesario.

    Es necesario que el espacio tenga en cuenta las
    necesidades de los niños y las niñas, que les
    permita hacerlo suyo y situarse en él a partir de sus
    experiencias y relaciones con objetos y personas. Para cumplir
    con estas condiciones, el espacio, su distribución y las
    dependencias deben adecuarse a las variadas y cambiantes
    necesidades de los niños o las niñas, debiendo
    tener en cuenta a la hora de decidir la organización del
    espacio que ésta ha de ser:

    • Ser estimulantes, limpios, acogedores y debidamente
      ordenados.
    • Permitir su utilización para actividades de
      diversos tipos.
    • Favorecer la autonomía y atención a la
      diversidad.
    • Favorecer al máximo el grado de
      interacción entre los niños o las niñas y
      el educador.
    • Tener en cuenta las características
      psicoevolutivas de los niños o las
      niñas.
    • Tener presente las características y gustos de
      los niños o las niñas.
    • Flexibilidad a la hora de utilizar los espacios de la
      Escuela de Educación Infantil en general y los del aula
      en particular.

    Materiales

    • Higiénico
    • No tóxico
    • No peligroso
    • Adaptable a las características
      psicoevolutivas de los niños y niñas
    • Fomentador de la creatividad

    Consideramos materiales todos aquellos recursos que
    pueden ser utilizados en el aula con una finalidad educativa,
    entendiendo que la finalidad lúdica es por supuesto una
    finalidad educativa a la vez que un recurso educativo.

    Es muy importante el análisis
    psicopedagógico del material que usamos en el centro:
    qué objetivos nos planteamos con él al
    introducirlo, qué objetivos plantean los materiales por
    sí mismo, qué papel hacen cumplir al docente,
    qué grado de autonomía pretenden de los
    niños, qué nivel de socialización,
    cómo promueven sus procesos de construcción del
    conocimiento.

    EVALUACIÓN:

    1.- Accesibilidad y visibilidad Lo que el
    niño ve, a medida que se va desplazando por la clase, es
    lo que va formando sus ideas y planes a la hora de realizar una
    actividad. Intentaremos que los materiales estén a la
    vista y al alcance de los niños, salvo los que encierran
    peligrosidad o son frágiles. Si estos no están a la
    vista y alcance de los niños será el docente el que
    tenga que proporcionárselos, desaprovechando la
    posibilidad de desarrollar la autonomía del niño y
    el que tome sus propias decisiones con respecto a la actividad a
    realizar. Para hacer visible el material es aconsejable
    guardarlos en recipientes transparentes o hacerles una abertura
    de forma que pueda verse el interior de los mismos. Es
    indispensable poner los materiales al alcance de los
    niños, utilizando el suelo y estantes
    y mesas bajas.

    2.- Clasificación y etiquetaje En el lugar
    en el que se encuentran ubicados los distintos materiales,
    debemos poner códigos o etiquetas para que una vez
    utilizado el material por el niño, pueda devolverlo a su
    lugar de origen. Estos códigos deben ser conocidos por
    todo el grupo y comúnmente aceptados.

    Un buen etiquetaje y clasificación de los
    materiales favorece hábitos de orden, promueve ejercicios
    constantes de clasificación por parte de los niños,
    facilita el control y el conocimiento del estado del material por
    parte del grupo y del adulto, lo que permite un análisis
    periódico y la toma de
    decisiones por parte del grupo para mejorar la
    organización y la distribución de tareas.
    Así, el uso del material constituye un elemento educativo
    básico, y debe entrar a formar parte de la vida del
    aula.

    3.-Contenedores importante la elección de
    contenedores para cada tipo de material. La forma de estos
    depende del material que contenga. Estos elementos pueden ser:
    bandejas, cajas, botes de plástico,
    cestos, etc. Un buen contenedor resalta el material y lo hace
    visible.

    4.-Distribución La distribución del
    material en el aula dependía de cada caso en particular.
    En líneas generales puedo decir, que la
    distribución puede realizarse de una manera centralizada o
    descentralizada. En el primer caso, el material se encuentra en
    dos o tres núcleos (la estantería, la mesa,..), con
    tal motivo el acceso de los niños al material se
    dificulta, ya que en multitud de ocasiones se producirán
    aglomeraciones. En el segundo caso se sitúa el material al
    alcance de la mano de los niños cuando lo necesita. Se
    subdividen los objetos repetidos y se distribuyen en zonas
    distintas del aula. Cada área de rincón o trabajo
    tendrá los materiales necesarios para llevar a cabo las
    actividades, y, si tiene que compartir material se sitúa
    en las zonas cercanas.

    Entorno

    La concepción tradicional de la Escuela como un
    ente aislado y separado por un muro de su entorno, no es acorde
    con la psicología
    educativa.

    El preescolar no sólo establece relaciones con
    los padres y madres de los niños, con su equipo de
    profesionales, sino que para desarrollar su actividad educativa
    va a tener en cuenta todos aquellos elementos del entorno que
    pueden facilitarnos nuestros fines, y que seleccionaremos para
    incluir en nuestro currículo.

    ANEXO 1

    Materiales para trabajar en Educación
    Infantil.

    Materiales de tres a seis años

    Material de desecho de uso doméstico:

    Cajas, envases, bandejas, bolsas, papeles, botellas,
    botes, tubos de cartón, plástico, corcho, madera,
    etc.

    materiales procedentes de productos
    alimenticios, limpieza, aparatos electrodomésticos, aseo,
    zapatos, juguetes,
    regalos, etc. Ropa que se queda pequeña, restos de telas y
    lanas, sábanas, toallas, cortinas, botones, carretes de
    hilo. Tapones de corcho, plástico, chapas. Trozos de
    moqueta, papel pintado, tacos de madera. Propaganda del
    buzón. Revistas, periódicos.

     

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