Método
sistémico
- Perfil
investigativo - Representatividad
histórica del material - Historias
institucionales - Recursos
técnicos–analíticos - Conclusión
La mirada infantil recrea las imágenes
de un barrio como un lugar mágico: la plaza, los juegos, el
conocer a un personaje pintoresco, etc. En la adultez, la
imagen del
barrio es distinta y, en ciertas ocasiones, pasa a ocupar un
segundo plano, merced a la rutina que se forja por ver las cosas
cotidianas.
Pese a estas contradicciones, el barrio sigue siendo "un
lugar común en la ideología de los habitantes de la ciudad,
pues tiene una determinada eficacia para
referir de un modo sintético a diversos aspectos de la
realidad. Su sola mención encierra todo un mundo de
significaciones".
La identificación con el barrio, "pero en el seno
de la sociedad se
manifiesta como la quintaesencia de la pertenencia urbana…
La reivindicación microlocal expresa la pertenencia al
gran lugar, el lugar de la ciudad moderna orgullosa de sus
contrastes y a la que su misma pluralidad define como
única e incomparable", en donde es posible recapitular
"todos los rasgos del mundo actual, no sólo su
microcosmos", sino también el "núcleo de
relaciones, de emisiones y de recepciones dentro de una vasta
red que
constituye hoy el planeta".
Este mundo puede ser rescatado por una historia que reflejen los
aspectos cotidianos, conformados por un perfil distintivo de la
identidad
barrial.
Por ello, es mi intención reflexionar acerca de
los distintos aspectos que se establecen como un estudio
sistémico de una historia barrial, y crear un marco
teórico específico para la búsqueda de
un método en
una contextualización de carácter formal.
Para lograr dicho objetivo, el
investigador deberá plantearse las siguientes
problemáticas: el perfil investigativo, la
representatividad histórica del material, las historias
institucionales, cómo incluir los anecdotarios y los
recursos
técnicos–analíticos.
– I
–
El primer problema es definir el perfil
investigativo, cuyos rasgos esenciales no sólo
están conformados por la historia, sino también por
los elementos sociológicos que se destacan en una
"comunidad
barrial".
A) HISTORIA BARRIAL
Una historia barrial es el resultado de un estudio
histórico–sociológico basado en la "identidad
barrial", es decir, la relación entre los aspectos que
conforman una "realidad objetiva" y la "familiaridad con lo
cotidiano". En líneas generales, es la recuperación
del patrimonio
cultural de lo existente y del pasado, teniendo en cuenta la
época en que surge dicha "identidad" y de la naturaleza
ideológica de las relaciones sociales.
Por ello, el "ser del barrio" no implica reducirlo al
rol de "vecino" ni tampoco estimarse por el hecho de "vivir" o
"residir" en él, sino que se establece en la
búsqueda de esa "identidad" diversificada en
múltiples aspectos, la cual "implica referirse a
prácticas ideológicas, políticas,
movimientos, valores,
especificidades, polos de disyunción histórica y
sede social de las más variadas relaciones".
En tal sentido, Ariel Gravano establece cuatro ejes
lógicos de la identidad barrial, cuyo perfil puede
conformarse entre la conjunción (junto a) y
disjunción (separado de):
- "Homogeneidad: cuando el polo conjuntivo es capaz de
mantener un cierto grado de estabilidad y uniformidad en uno o
más rasgos con que se construye ideológicamente
la identidad. Por ejemplo, cuando los vecinos siguen
considerando al barrio como "obrero", aún
señalando que las fábricas están
desmanteladas y que los obreros "se van muriendo". - "Heterogeneidad: cuando en el conjunto se contemplan
diferencias internas disjuntivas que no llegan a convertirlo en
otra cosa. Por ejemplo, las "barritas" que se distinguen pero
son consideradas o se consideran a sí mismas todas del
mismo barrio; el ser hincha de un cuadro de fútbol o de
otro a los que se atribuye ser del barrio; o el médico
que no rompe el conjunto barrio porque "también trabaja"
(o quizá "trabaja" precisamente porque es del
barrio). - "Identificación: cuando se afirma la propia
identidad respecto a otras (por ejemplo, otros barrios, la
ciudad, el "pago"), resaltando el polo conjuntivo. - "Diferenciación: cuando prevalece la
disjunción respecto a otra identidad (por ejemplo,
respecto a otros barrios)."
En una historia barrial, este perfil puede establecerse
en forma clara y categórica por medio de una hipótesis, incluso haciendo referencia a
las paradojas y contradicciones, a fin de poner "al descubierto
el mundo objetivo ante el cual actúa la ideología,
el mundo de problemas que
provocan la necesidad de esa construcción ideológica como un
producto
histórico. Las paradojas y contradicciones son como ojos
de buey por donde se hace posible atravesar la opacidad de los
símbolos con que se construye la
ideología, porque por ellas se transparenta ese mundo
objetivo que determina la existencia de esos símbolos y de
esa ideología. Conforman en conjunto las contrariedades o
escollos que debe "vencer" el paradigma."
B) COMUNIDAD BARRIAL
La "comunicad barrial" es otro aspecto a incluir como
referente principal, cuya "identificación" depende de un
conjunto de elementos que simbolizan la "pertenencia" de esa
"conciencia de
barrio". Juan José Tangari establece las siguientes
categorizaciones:
"–El paisaje barrial: un espacio
característico, «domesticado», asimilado,
señalado y vivenciado como
«propio».
"–La historia del barrio: el nacimiento del
barrio, sus pioneros, su desarrollo,
los acontecimientos excepcionales de signo diverso que recuerda
la comunidad, inclusive aquellos al margen de la historia
oficial, pero que alcanzan ejemplaridad, alimentan la memoria
barrial: su conocimiento
es propiedad
distintiva de los miembros de la comunidad.
"–El argot barrial: el compartir una toponimia
barrial, nombres de pila, ciertos modismos, un anecdotario
común, cánticos identificatorios,
etcétera.
"–Los fenómenos integrativos: la citada
conciencia de pertenencia a la comunidad se refuerza en
determinados momentos, cargados de significación propia;
cada comunidad muestra ciertos
fenómenos interactivos que la singularizan del entorno.
Toda fiesta comunitaria, todo ritual colectivo o actividad
lúdica de conjunto, constituye un ejemplo de lo
antedicho.
"–Las organizaciones
barriales libres: considerando la existencia de valores
comunitarios que deben realizarse, los miembros del barrio dan
vida organizativa a clubes, sociedades de
fomento, peñas y centros nativos, cooperadoras, ateneos,
círculos literarios, murgas y centros murgueros,
etc…
"–Ciertos sobresalientes culturales: los
liderazgos reconocidos por la comunidad admiten gran diversidad
tanto desde la perspectiva del estado social
del individuo como
de los valores
por él representados. Aparecen entonces tipos culturales
diversos: los intelectuales,
profesionales y artistas prestigiosos, los jefes de las
hinchadas, los rockeros, los viejos conocedores del barrio, los
ídolos deportivos, los sacerdotes,
etcétera."
Estos elementos sociológicos determinan un
aspecto de significaciones y una cabal muestra en donde lo
simbólico se hace presente, teniendo en cuenta que el
"lugar se definirá como lugar de identidad (en el sentido
de que cierto número de individuos pueden reconocerse en
él y definirse en virtud de él), de relación
(en el sentido de que cierto número de individuos, siempre
los mismos, pueden entender en él la relación que
los une unos a otros) y de historia (en el sentido de que los
ocupantes del lugar pueden encontrar en él los diversos
trazos de antiguos edificios y establecimientos, el signo de una
filiación). De manera que el lugar es triplemente
simbólico (en el sentido en que el símbolo
establece una relación de complementariedad entre dos
seres o dos realidades): el lugar simboliza la relación de
cada uno de sus ocupantes consigo mismo, con los demás
ocupantes y con su historia común."
El lugar, a su vez, queda establecido por dos
concepciones: las fronteras y los límites.
Se entiende por fronteras aquel espacio geográfico
impuesto
oficialmente: las calles que lo separan de otras zonas o barrios;
y por límites: la influencia y el reconocimiento popular
de la barriada, cuya identificación va más
allá de las fronteras físicas en los habitantes de
otros sectores.
Como autor del ensayo
histórico–sociológico Villa Mitre, la
Reina de las Villas (1906–1996), he incluido estos
aspectos relevantes que, a modo de síntesis,
se reflejan en el capítulo vigésimo segundo
Hacia una nueva ciudad.
"Con los antecedentes analizados, Villa Mitre se ha
convertido en el barrio más importante de Noreste de la
ciudad de Bahía Blanca, con una marcada visión de
futuro y una fisonomía propia: calles asfaltadas, transporte,
una amplia cobertura de servicios
profesionales e instituciones
sociales; una verdadera fortaleza, tanto en el ámbito
industrial y comercial, así como también en lo
humano.
"Distintas generaciones viven en una misma casa,
recreando las historias y los recuerdos. Son hinchas de la
tricolor (verde, negro y blanco). En días cálidos o
de verano se ve a los vecinos sentados a la puerta de calle.
Entrañable costumbre que marca ese sabor
nostalgioso que el barrio todavía no perdió. La
existencia de un sentido de familiaridad con lo barrial significa
convivir con lo heterogéneo, con la complejidad cultural,
y un cambio
constante que nuclea los aspectos de la cotidianeidad en un
perfil y espacio cultural definidos. Si bien se han incorporado
las nuevas tendencias, las viejas costumbres todavía
perduran. Este lugar tan arraigado, al que todos quieren
entrañablemente, propone como idea que el barrio sea la
prolongación del ambiente
familiar.
"Como contrapartida, un "hincha" del barrio ve la
posibilidad de considerarlo como una ciudad dentro de otra
ciudad. Algunos fanáticos (contado como anécdota),
hace algunos años, pusieron a la entrada de la avenida
Falucho un gran cartel: "Bienvenidos a la ciudad de Villa Mitre".
Como no era un cartel reconocido en el ámbito oficial, lo
quitaron dada la confusión (?) que provocó. En
alguna medida, se cumplió con el vaticinio de un viejo
eslogan turístico: "Si Usted viene a Villa Mitre, no deje
de visitar Bahía Blanca".
"Estos son los aspectos analizados de la obra que, sin
duda, marcan la
personalidad típica de un barrio, surgida desde los
primeros tiempos y acentuada en la actualidad, cuyas
características lo convierten en un centro y epicentro de
una nueva ciudad, es decir, la ciudad de Villa Mitre como reflejo
de la ciudad de Bahía Blanca."
REPRESENTATIVIDAD HISTÓRICA DEL
MATERIAL
El segundo problema a que se enfrenta el
investigador es la representatividad histórica del
material. Este punto es fundamental en su tratamiento, ya que
muchas veces no existe una historia convencional y debe
compaginarla de cero.
Algunos barrios no cuentan con una organización consorsista, es decir, los
primeros pobladores se han instalado en el predio mucho antes de
que estuvieran organizados como comunidad. En este caso, al
averiguar su fecha de fundación, el investigador se
encuentra con que no se la puede estimar correctamente, o bien,
ha sido fijada oficialmente y la misma es contradictoria a la que
se supone.
Un ejemplo: Al investigar los orígenes del
barrio de Villa Mitre, pude detectar una controversia acerca de
establecer quién fue el primer poblador, o bien,
cuál seria la fecha correcta de fundación. Si
tomaba como base la establecida oficialmente (18 de Junio de
1906) excluía un aspecto importante: la situación
común de principios de
siglo. Por oposición, al adoptar como base un criterio
incierto, desconocía abiertamente las razones oficiales
que dieron motivo al origen histórico
establecido.
Opté –y sugiero hacerlo– por la
tercera postura: incluir sin excluir, incorporar ambas fechas y
dejar planteado un interrogante. Lo más importante es que
ambos aspectos interesen, sin que para ello el investigador
resuelva el conflicto.
Éstos deben estar presentes para ponerlos en igualdad de
condiciones, sin que se incluya la opinión del
autor.
En el capítulo primero, en el subtema
¿Quien fue el primer poblador?, puede
leerse:
"La fundación de Villa Mitre (1906) marca el
inicio de su historia. Anterior a esta fecha, distintas familias
se radicaron en este sector. Para corroborar lo expuesto se
citarán dos importantes fuentes
bibliográficas.
"El profesor
Lituarde Casalini, en su ensayo La fundación de Villa
Mitre (La fecha equivocada), hace mención de los
primeros pobladores. En lo que hoy es calle Juan B. Alberdi, se
instalaron: en 1901, las familias de Miguel Matrovalerio y
Vicente Coppa (N° 1689); Pablo Casalini y Antonia
Mastrovalerio (N°
1668); En 1904, Alfredo Fiorini y su esposa Celinda
(N° 1679);
Serafín Otranto y su esposa Santina
(Nº 1673); en 1905, Santos
Mazzante y su esposa Angiulina (Nº
1652). En 1905, en Castelar 1670, Máximo
Gutiérrez y en Washington 520, Pablo Presti y su esposa
Antonia. En Remedios de Escalada al 300 se asentó la familia
Cocconi.
"En el artículo publicado en LA NUEVA
PROVINCIA el 19 de Noviembre de 1933, ¿Quienes fueron
los primeros pobladores?, se da a conocer que, por aquel
entonces, se ignoraba la presencia de un primer poblador y
fundador. Antes de 1906, vivieron tres familias:
"Esperguín, López e Hidalgo"; después del
loteo le siguieron José García García, Luis
Merinardi, Juan Giménez y Manuel Esperguín, Domingo
Piñeyro, Vicente Fonseca, Domingo De Luca y
Santos Cicchini". Además, se hace mención que los
primeros pobladores "serían aquellos que se establecieron
en 1906 de Junio a Diciembre".
"Generoso Cuadrado Hernández, por su parte,
confirma esta versión en uno de sus anecdotarios: "Las dos
primeras viviendas construidas en forma simultánea fueron
la de Santos Cicchini y la de nuestra familia, ambas
sobre Rivadavia. Don Santos, un buen sillero de profesión,
vivía con una obsesión: la de que se le reconociera
el título de primer "fundador". Solía acudir a los
diarios para proclamarlo y hasta colocó en el frente de su
casa un cartel con esta leyenda: "Santos Cicchini, primo
fundatore de Villa Mitre". No sería extraño que en
el subconsciente abrigara la ambición de ser inmortalizado
en el mármol". (Historia de Villa
Mitre.)
"La comisión de Reafirmación
Histórica determinó, en primer lugar, que la fecha
de fundación del barrio fuera el 18 de Junio de 1906, un
día posterior al remate, ya que tomó como
antecedente la construcción de la vivienda de Santos
Cicchini, por ser el primero que dio aviso a la municipalidad de
la terminación de la obra. Los demás pobladores,
con la casa en construcción, cumplieron con este requisito
posteriormente. Así quedó establecido que los
asentamientos, anteriores a esa fecha, ingresarían luego a
la planificación urbanística de la
ciudad.
"Además, cabe destacar que la propiedad de
Santos Cicchini tenía un pozo de agua potable,
único hasta ese entonces. Si nos remontamos a la
época, el agua era el
elemento indispensable por las características del
suelo:
arcilloso y salino. El agua, en todos
los casos, era proveída por los aguateros".
Como se observa en este caso puntual, se han
incluido matices, agudizando una visión de la realidad al
fusionar los conceptos de historia y sociología en una amplia
concepción.
Al investigador, por otra parte, no le es ajeno el
tratamiento de los temas tabúes, como por ejemplo:
prostitución, droga,
doctrinas religiosas al margen de la oficial, sectas,
ideologías políticas, etc., siempre y cuando
mantenga un espíritu equitativo y los datos recopilados
puedan aportar contenidos esclarecedores para otros estudios
específicos.
El tercer problema sería incluir las
historias institucionales, para lo cual, sugiero encuadrarlas por
las finalidades que cumplen: culturales, civiles, sociales,
etcétera.
Las instituciones conforman el pilar básico
de la comunidad, porque "el hombre las
ha creado para satisfacer sus necesidades y las mejora en la
medida en que desea un mayor bienestar". Dada su importancia, es
lógico que aparezcan reseñadas, aunque su
fundación haya sido casi reciente.
Por lo general, muchas instituciones barriales
organizan un material en distintos informes y
memorias,
reflejando aspectos que han sido tratado durante un ciclo
lectivo, que son elaborados desde múltiples aspectos,
poniendo énfasis en diversos logros: servicios de gas, agua,
enfermería, entre otros, y una información anexa que comprende: homenajes,
actos culturales, etc. Este punto de partida es esencial para
todo investigador. Si hay un material que sea contradictorio o
poco claro, se deberá recurrir a las actas.
Una vez leído los informes se debe extraer un
contenido que soslaye los aspectos generales o particulares. En
este caso, los más importantes para una historia
institucional son: fecha de fundación; miembros
fundadores; sedes sociales (si han cambiado de domicilio);
objetivos de
la entidad; inscripciones en registros
públicos, entidades subvencionantes, etc.; lista de
presidentes desde su fundación hasta el presente;
homenajes; evolución histórica en el que pueden
incluirse aspectos políticos, regímenes
estatutarios, etc.; y otros datos de interés
que vincule a la institución con el barrio.
El cuarto problema radica principalmente en
considerar la inclusión de las distintas anécdotas
que soslayen la vida barrial. "Por anécdota se entiende
todo suceso, ocurrencia, episodio ignorado o poco conocido, por
lo general chistoso o picante, relativo a ciertos acontecimientos
históricos o a la vida privada de la persona."
En la vida orgánica de una anécdota,
si bien puede comprobarse una descripción paisajista, ubicación
temporal, etc., el carácter psicológico es
relevante: la figura del protagonista se enaltece y esto es lo
más importante. Es decir que el anecdotario, al tener
estas características, se enunciará como un
ingrediente folclórico, que lo diferencia de la leyenda,
porque esta última es una "relación de sucesos que
tienden a ser más tradicionales o maravillosos, que
históricos y verdaderos".
Se debe recuperar esta expresión de la vida
popular, de aquellos hechos que, aunque parezcan cotidianos y sin
importancia, revelan una cosmovisión del hombre. De
esta manera, se comprende de qué forma influye el pasado
en el presente, y esta estrecha relación fortifica el
sentimiento de unidad y conciencia social.
Dada su importancia, sugiero incorporarlas en un
capítulo especial, haciendo mención de que el
material recopilado ha surgido de distintas versiones
orales.
Es necesario establecer, además, que una
anécdota tiene un corpus que lo diferencia del cuento en los
siguientes aspectos:
- Brevedad: sólo se destaca
un episodio. - Hecho relevante: puede ser real o imaginario,
pero al ser comentado en forma reiterada, se lo toma como
cierto. - Encuadre histórico: se identifica con
una comunidad en particular. - Visión literaria: es narrada en tercera
persona, con una breve reseña introductoria, un
desarrollo (el hecho) y un remate gracioso o
tragicómico.
Como
ejemplo se transcribirá El vasco Arana, la
anécdota más representativa del barrio de Villa
Mitre.
"Se comenta que, en ciertas
oportunidades, solía tener acaloradas discusiones. Pero
ocurrió que un día al vasco lo sacaron de las
casillas. En una de las peleas, impulsado por su cólera,
a su adversario le mordió un dedo. Al pobre hombre lo
tuvieron que llevar al hospital mas próximo. Los
médicos diagnosticaron una seria infección (en
1930, no había antibióticos) y debieron amputarle
el dedo.
"Enterado del asunto, el vasco Arana se encuentra
en la calle con un pariente de su adversario y le comenta:
"¡Ves!… Yo le mordí el dedo a tu tío y
se lo tuvieron que cortar. ¿Sabés por qué?
Porque tengo carácter fuerte. Por mis venas corre sangre
envenenada".
"Y en cierta ocasión se sintió mal y
pensó que se moría. Efectivamente, los
médicos diagnosticaron su muerte. Todo
el vecindario estuvo de duelo.
"Después del cortejo fúnebre, el
ataúd del vasco Arana fue llevado al
depósito del cementerio. Por aquel entonces, los
sábados no había servicio de
entierro y los cajones debían ser guardados en este sitio
hasta el lunes.
"A las dos de la madrugada del domingo, el vasco
Arana despierta de su sueño. Padecía
catalepsia. Miró a su alrededor y escapó de este
sitio por un ventiluz y se fue a su casa.
"Era una noche clara de luna llena. Cubierto con una
mortaja, recorrió un buen tramo, y en el camino de
regreso, algunos lo vieron sin darle importancia; otros, en
cambio, se dieron un gran susto.
"Al llegar a su casa golpeó la puerta
insistentemente y comenzó a gritar: "¡María!
… ¡Abrime! … ¡Soy yo!"
"Intimidada por la duda, María comenzó a
sonrojarse. ¡Imagínense la sorpresa! Al abrir la
puerta, cayó desmayada. Después de este incidente,
María estuvo delicada de salud y, al poco tiempo,
falleció.
"En el velatorio de su mujer, el
vasco Arana decía: "Mi mujer tomó café en
mi velorio. Ahora yo tomo café en el de ella". El vasco,
debido a su porfía, vivió algunos años
más.
"¡Quien no recuerda estos episodios! Todos conocen
esta historia; la del vasco Arana, el muerto
resucitado."
– V –
El quinto problema está referido a los
aspectos técnicos–analíticos, para lo cual es
posible utilizar distintos recursos, entre ellos: el
método sistémico, la
organización del discurso y
como incluir citas, colaboradores especiales, así como
también la publicación del material
recopilado.
El investigador deberá contar con
conocimientos técnicos específicos para analizar
las distintas fuentes, rescatar toda la información que
resulte necesaria, y adoptar un método para sistematizar
la investigación.
Si bien, muchos investigadores toman como modelo un
esquema historicista (acumulación rigurosa de fechas),
puede darse el caso en que lo pueda hacer sin dificultad, pero en
otras circunstancias, por motivos ajenos a su voluntad, no
alcanza a reunir adecuadamente una estructuración de este
tipo. Para subsanar distintos claros, considero oportuno adoptar
como método la selección
por temas, cuyos aspectos pueden tener una presencia física y
autónoma: educativo, cultural, económico, social,
etc., y dentro de éstos, los subtemas: anécdotas,
personajes reales y ficticios, vida barrial, comercios,
profesionales, entre otros.
Puede ser obvio formular este tipo de
consideraciones, pero los que se inician en una
investigación, quizá no tengan claro cómo
realizar una búsqueda o los distintos
enfoques.
Generalmente, se recurre en un tópico banal
al contar una historia reflejada desde la óptica
de una entidad, eligiendo la más antigua: sociedad de
fomento, club, escuela, etc.
Luego, al compaginarse el material, se comienza escribiendo
acerca de la fundación de la entidad y a posteriori se
incluyen someros capítulos recreando la visión
histórica del barrio, el homenaje a una enfermera, o se
mencionan las actividades que organiza la institución.
Este antimétodo, por lo común, se compendian en
artículos o libros
institucionales.
Quizá por desconocimiento de un
método, aunque resulte meritorio lo escrito en cuanto a
una preocupación personal o
institucional por reflejar los aspectos históricos, lo
recopilado dista mucho de ser una historia
barrial.
B) ORGANIZACIÓN DEL DISCURSO
Para organizar formalmente un discurso, es aconsejable
la utilización del género
ensayo, porque permite establecer un amplio manejo de la
opinión y enriquecer la visión del escritor,
incluyendo notas aclaratorias, bibliografía especializada
y opiniones de terceros. En todos los casos, el estilo a emplear
debe ser directo sin ir a un extremo, o sea, incluir un lenguaje
técnico que decline la atención del lector.
El esquema del ensayo, generalmente, está basado
en tres aspectos estructurales internos: una introducción que plantea los temas a
tratar; un desarrollo de los puntos en los que se pueden incluir
títulos y subtítulos; y un final que contemple la
opinión del autor.
En cuanto a la estructura
global del trabajo
investigativo, cada capítulo puede ser considerado como
un ensayo
independiente e interdependiente de toda la obra, que, en
sí misma, puede generar una estructura de macro ensayo, es
decir, un ensayo que organice a todo el conjunto, que el escritor
compendiará en una introducción o prefacio con los
lineamientos generales y un capítulo final –a modo
de síntesis– de todo lo tratado, que también
refleje su opinión.
En caso de invitar a colaboradores especiales, el
material puede incluirse en los capítulos, aclarando la
autoría, o bien, dedicarles uno especial a modo de
apéndice para diferenciarlo del estilo empleado por el
autor. Esta decisión suele ser la más importante,
dado que se debe tener presente el enriquecimiento intelectual
con la incorporación de varios puntos de vista en el
manejo de un corpus colectivo.
Los aspectos técnicos formales: notas
aclaratorias, bibliografía consultada, referencias
especificas, etc., deben ir entre comillas acotando su
procedencia. En otros casos, puede organizarse un resumen,
respetando la fuente de procedencia. En los informes
institucionales escritos o entrevistas
orales, deberá hacerse con precisión, pero adaptado
a un estilo acorde con el que emplea el autor.
Como norma básica se detallará al final de
la obra la bibliografía consultada en el siguiente orden:
libros, diarios, revistas, folletos y material inédito.
También se compaginará el índice
general.
Una vez concluido el trabajo se
debe pensar en su publicación. Lo más aconsejable
es el formato libro, pero
dado el costo de edición, otros medios
supletorios pueden ser más convenientes: la
publicación por entregas en diarios o revistas locales,
armado y compaginado en un procesador de
texto con su respectiva encuadernación, entre
otros.
– VI –
En las páginas que anteceden, se ha podido
enunciar los aspectos técnicos y recursos
analíticos para la recopilación de una historia
barrial, cuyo trabajo debe enmarcarse desde una perspectiva que
incluya la historia y la sociología en una amplia
concepción.
El investigador podrá plantear una
hipótesis
(ejemplos: ¿cómo es el barrio?, ¿qué
ideología predomina?, ¿cuál es el rasgo
característico?, etc.) y a partir de esta perspectiva,
deberá demostrar en qué medida puede cumplirse,
incluso cómo puede reflejarse las paradojas y
contrariedades.
Su trabajo debe resultar lo más preciso
posible, a pesar de tener algunas limitaciones. Puede darse el
caso de no contar con una información clara y veraz, o
bien, la tarea que le toque realizar sea tediosa por tener que
consultar diarios, revistas, actas, etc. Pero lo más
importante es que su labor pueda ser considera como un punto de
partida para distintos estudios y que otros investigadores
actualicen la historia.
Gravano Ariel, La identidad barrial como producción ideológica, (En:
Gravano Ariel y Gúber Rosana, Barrio sí, villa
también, Buenos Aires, CEAL, Biblioteca
Política
Argentina Nº 320, 1991, p. 66). En adelante:
LIB.
Augé Marc, Hacia una antropología de los mundos
contemporáneos, Barcelona, Gedisa, 1995, p.
152.
Gravano Ariel, La cultura de los
barrios, Buenos Aires, CEAL, colección: Conflictos y
procesos de la
historia
Argentina Contemporánea, Nº 23, 1989, p.
24.
Gravano Ariel, LIB, p. 70
Gravano Ariel, LIB, p. 91
Citado por Santillán Güemes Ricardo en
Cultura, creación del pueblo, Buenos Aires,
Guadalupe, 1985, pp. 91/2.
Augé Marc, op. cit. p. 147.
Marín Jorge, Villa Mitre, la reina de las
villas, Fondo Municipal de las Artes, Bahía Blanca,
1998, pp. 208/209.
Ídem, pp. 18/19.
Ware Caroline F., Estudio de la comunidad. Como
averiguar recursos. Cómo organizar esfuerzos,
Unión Panamericana, Ministerio de Educación de la Pcia.
de Bs. As, La Plata, 1980, p. 16.
Bonocuore Domingo, Diccionario de la
Bibliotecología, Buenos Aires, Marymar, 2da. Edic.,
1986, p. 42.
Ídem, p. 277.
Marín Jorge, op. cit. p.
104/105.
JORGE MARÍN