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Historia barrial




Enviado por jorgemarin1



    Método
    sistémico

    1. Perfil
      investigativo
    2. Representatividad
      histórica del material
    3. Historias
      institucionales
    4. Recursos
      técnicos–analíticos
    5. Conclusión

    La mirada infantil recrea las imágenes
    de un barrio como un lugar mágico: la plaza, los juegos, el
    conocer a un personaje pintoresco, etc. En la adultez, la
    imagen del
    barrio es distinta y, en ciertas ocasiones, pasa a ocupar un
    segundo plano, merced a la rutina que se forja por ver las cosas
    cotidianas.

    Pese a estas contradicciones, el barrio sigue siendo "un
    lugar común en la ideología de los habitantes de la ciudad,
    pues tiene una determinada eficacia para
    referir de un modo sintético a diversos aspectos de la
    realidad. Su sola mención encierra todo un mundo de
    significaciones".

    La identificación con el barrio, "pero en el seno
    de la sociedad se
    manifiesta como la quintaesencia de la pertenencia urbana…
    La reivindicación microlocal expresa la pertenencia al
    gran lugar, el lugar de la ciudad moderna orgullosa de sus
    contrastes y a la que su misma pluralidad define como
    única e incomparable", en donde es posible recapitular
    "todos los rasgos del mundo actual, no sólo su
    microcosmos", sino también el "núcleo de
    relaciones, de emisiones y de recepciones dentro de una vasta
    red que
    constituye hoy el planeta".

    Este mundo puede ser rescatado por una historia que reflejen los
    aspectos cotidianos, conformados por un perfil distintivo de la
    identidad
    barrial.

    Por ello, es mi intención reflexionar acerca de
    los distintos aspectos que se establecen como un estudio
    sistémico de una historia barrial, y crear un marco
    teórico específico para la búsqueda de
    un método en
    una contextualización de carácter formal.

    Para lograr dicho objetivo, el
    investigador deberá plantearse las siguientes
    problemáticas: el perfil investigativo, la
    representatividad histórica del material, las historias
    institucionales, cómo incluir los anecdotarios y los
    recursos
    técnicos–analíticos.

    – I

    PERFIL
    INVESTIGATIVO

    El primer problema es definir el perfil
    investigativo, cuyos rasgos esenciales no sólo
    están conformados por la historia, sino también por
    los elementos sociológicos que se destacan en una
    "comunidad
    barrial".

    A) HISTORIA BARRIAL

    Una historia barrial es el resultado de un estudio
    histórico–sociológico basado en la "identidad
    barrial", es decir, la relación entre los aspectos que
    conforman una "realidad objetiva" y la "familiaridad con lo
    cotidiano". En líneas generales, es la recuperación
    del patrimonio
    cultural de lo existente y del pasado, teniendo en cuenta la
    época en que surge dicha "identidad" y de la naturaleza
    ideológica de las relaciones sociales.

    Por ello, el "ser del barrio" no implica reducirlo al
    rol de "vecino" ni tampoco estimarse por el hecho de "vivir" o
    "residir" en él, sino que se establece en la
    búsqueda de esa "identidad" diversificada en
    múltiples aspectos, la cual "implica referirse a
    prácticas ideológicas, políticas,
    movimientos, valores,
    especificidades, polos de disyunción histórica y
    sede social de las más variadas relaciones".

    En tal sentido, Ariel Gravano establece cuatro ejes
    lógicos de la identidad barrial, cuyo perfil puede
    conformarse entre la conjunción (junto a) y
    disjunción (separado de):

    • "Homogeneidad: cuando el polo conjuntivo es capaz de
      mantener un cierto grado de estabilidad y uniformidad en uno o
      más rasgos con que se construye ideológicamente
      la identidad. Por ejemplo, cuando los vecinos siguen
      considerando al barrio como "obrero", aún
      señalando que las fábricas están
      desmanteladas y que los obreros "se van muriendo".
    • "Heterogeneidad: cuando en el conjunto se contemplan
      diferencias internas disjuntivas que no llegan a convertirlo en
      otra cosa. Por ejemplo, las "barritas" que se distinguen pero
      son consideradas o se consideran a sí mismas todas del
      mismo barrio; el ser hincha de un cuadro de fútbol o de
      otro a los que se atribuye ser del barrio; o el médico
      que no rompe el conjunto barrio porque "también trabaja"
      (o quizá "trabaja" precisamente porque es del
      barrio).
    • "Identificación: cuando se afirma la propia
      identidad respecto a otras (por ejemplo, otros barrios, la
      ciudad, el "pago"), resaltando el polo conjuntivo.
    • "Diferenciación: cuando prevalece la
      disjunción respecto a otra identidad (por ejemplo,
      respecto a otros barrios)."

    En una historia barrial, este perfil puede establecerse
    en forma clara y categórica por medio de una hipótesis, incluso haciendo referencia a
    las paradojas y contradicciones, a fin de poner "al descubierto
    el mundo objetivo ante el cual actúa la ideología,
    el mundo de problemas que
    provocan la necesidad de esa construcción ideológica como un
    producto
    histórico. Las paradojas y contradicciones son como ojos
    de buey por donde se hace posible atravesar la opacidad de los
    símbolos con que se construye la
    ideología, porque por ellas se transparenta ese mundo
    objetivo que determina la existencia de esos símbolos y de
    esa ideología. Conforman en conjunto las contrariedades o
    escollos que debe "vencer" el paradigma."

    B) COMUNIDAD BARRIAL

    La "comunicad barrial" es otro aspecto a incluir como
    referente principal, cuya "identificación" depende de un
    conjunto de elementos que simbolizan la "pertenencia" de esa
    "conciencia de
    barrio". Juan José Tangari establece las siguientes
    categorizaciones:

    "–El paisaje barrial: un espacio
    característico, «domesticado», asimilado,
    señalado y vivenciado como
    «propio».

    "–La historia del barrio: el nacimiento del
    barrio, sus pioneros, su desarrollo,
    los acontecimientos excepcionales de signo diverso que recuerda
    la comunidad, inclusive aquellos al margen de la historia
    oficial, pero que alcanzan ejemplaridad, alimentan la memoria
    barrial: su conocimiento
    es propiedad
    distintiva de los miembros de la comunidad.

    "–El argot barrial: el compartir una toponimia
    barrial, nombres de pila, ciertos modismos, un anecdotario
    común, cánticos identificatorios,
    etcétera.

    "–Los fenómenos integrativos: la citada
    conciencia de pertenencia a la comunidad se refuerza en
    determinados momentos, cargados de significación propia;
    cada comunidad muestra ciertos
    fenómenos interactivos que la singularizan del entorno.
    Toda fiesta comunitaria, todo ritual colectivo o actividad
    lúdica de conjunto, constituye un ejemplo de lo
    antedicho.

    "–Las organizaciones
    barriales libres: considerando la existencia de valores
    comunitarios que deben realizarse, los miembros del barrio dan
    vida organizativa a clubes, sociedades de
    fomento, peñas y centros nativos, cooperadoras, ateneos,
    círculos literarios, murgas y centros murgueros,
    etc…

    "–Ciertos sobresalientes culturales: los
    liderazgos reconocidos por la comunidad admiten gran diversidad
    tanto desde la perspectiva del estado social
    del individuo como
    de los valores
    por él representados. Aparecen entonces tipos culturales
    diversos: los intelectuales,
    profesionales y artistas prestigiosos, los jefes de las
    hinchadas, los rockeros, los viejos conocedores del barrio, los
    ídolos deportivos, los sacerdotes,
    etcétera."

    Estos elementos sociológicos determinan un
    aspecto de significaciones y una cabal muestra en donde lo
    simbólico se hace presente, teniendo en cuenta que el
    "lugar se definirá como lugar de identidad (en el sentido
    de que cierto número de individuos pueden reconocerse en
    él y definirse en virtud de él), de relación
    (en el sentido de que cierto número de individuos, siempre
    los mismos, pueden entender en él la relación que
    los une unos a otros) y de historia (en el sentido de que los
    ocupantes del lugar pueden encontrar en él los diversos
    trazos de antiguos edificios y establecimientos, el signo de una
    filiación). De manera que el lugar es triplemente
    simbólico (en el sentido en que el símbolo
    establece una relación de complementariedad entre dos
    seres o dos realidades): el lugar simboliza la relación de
    cada uno de sus ocupantes consigo mismo, con los demás
    ocupantes y con su historia común."

    El lugar, a su vez, queda establecido por dos
    concepciones: las fronteras y los límites.
    Se entiende por fronteras aquel espacio geográfico
    impuesto
    oficialmente: las calles que lo separan de otras zonas o barrios;
    y por límites: la influencia y el reconocimiento popular
    de la barriada, cuya identificación va más
    allá de las fronteras físicas en los habitantes de
    otros sectores.

    Como autor del ensayo
    histórico–sociológico Villa Mitre, la
    Reina de las Villas (1906–1996),
    he incluido estos
    aspectos relevantes que, a modo de síntesis,
    se reflejan en el capítulo vigésimo segundo
    Hacia una nueva ciudad.

    "Con los antecedentes analizados, Villa Mitre se ha
    convertido en el barrio más importante de Noreste de la
    ciudad de Bahía Blanca, con una marcada visión de
    futuro y una fisonomía propia: calles asfaltadas, transporte,
    una amplia cobertura de servicios
    profesionales e instituciones
    sociales; una verdadera fortaleza, tanto en el ámbito
    industrial y comercial, así como también en lo
    humano.

    "Distintas generaciones viven en una misma casa,
    recreando las historias y los recuerdos. Son hinchas de la
    tricolor (verde, negro y blanco). En días cálidos o
    de verano se ve a los vecinos sentados a la puerta de calle.
    Entrañable costumbre que marca ese sabor
    nostalgioso que el barrio todavía no perdió. La
    existencia de un sentido de familiaridad con lo barrial significa
    convivir con lo heterogéneo, con la complejidad cultural,
    y un cambio
    constante que nuclea los aspectos de la cotidianeidad en un
    perfil y espacio cultural definidos. Si bien se han incorporado
    las nuevas tendencias, las viejas costumbres todavía
    perduran. Este lugar tan arraigado, al que todos quieren
    entrañablemente, propone como idea que el barrio sea la
    prolongación del ambiente
    familiar.

    "Como contrapartida, un "hincha" del barrio ve la
    posibilidad de considerarlo como una ciudad dentro de otra
    ciudad. Algunos fanáticos (contado como anécdota),
    hace algunos años, pusieron a la entrada de la avenida
    Falucho un gran cartel: "Bienvenidos a la ciudad de Villa Mitre".
    Como no era un cartel reconocido en el ámbito oficial, lo
    quitaron dada la confusión (?) que provocó. En
    alguna medida, se cumplió con el vaticinio de un viejo
    eslogan turístico: "Si Usted viene a Villa Mitre, no deje
    de visitar Bahía Blanca".

    "Estos son los aspectos analizados de la obra que, sin
    duda, marcan la
    personalidad típica de un barrio, surgida desde los
    primeros tiempos y acentuada en la actualidad, cuyas
    características lo convierten en un centro y epicentro de
    una nueva ciudad, es decir, la ciudad de Villa Mitre como reflejo
    de la ciudad de Bahía Blanca."

    – II

    REPRESENTATIVIDAD HISTÓRICA DEL
    MATERIAL

    El segundo problema a que se enfrenta el
    investigador es la representatividad histórica del
    material. Este punto es fundamental en su tratamiento, ya que
    muchas veces no existe una historia convencional y debe
    compaginarla de cero.

    Algunos barrios no cuentan con una organización consorsista, es decir, los
    primeros pobladores se han instalado en el predio mucho antes de
    que estuvieran organizados como comunidad. En este caso, al
    averiguar su fecha de fundación, el investigador se
    encuentra con que no se la puede estimar correctamente, o bien,
    ha sido fijada oficialmente y la misma es contradictoria a la que
    se supone.

    Un ejemplo: Al investigar los orígenes del
    barrio de Villa Mitre, pude detectar una controversia acerca de
    establecer quién fue el primer poblador, o bien,
    cuál seria la fecha correcta de fundación. Si
    tomaba como base la establecida oficialmente (18 de Junio de
    1906) excluía un aspecto importante: la situación
    común de principios de
    siglo. Por oposición, al adoptar como base un criterio
    incierto, desconocía abiertamente las razones oficiales
    que dieron motivo al origen histórico
    establecido.

    Opté –y sugiero hacerlo– por la
    tercera postura: incluir sin excluir, incorporar ambas fechas y
    dejar planteado un interrogante. Lo más importante es que
    ambos aspectos interesen, sin que para ello el investigador
    resuelva el conflicto.
    Éstos deben estar presentes para ponerlos en igualdad de
    condiciones, sin que se incluya la opinión del
    autor.

    En el capítulo primero, en el subtema
    ¿Quien fue el primer poblador?, puede
    leerse:

    "La fundación de Villa Mitre (1906) marca el
    inicio de su historia. Anterior a esta fecha, distintas familias
    se radicaron en este sector. Para corroborar lo expuesto se
    citarán dos importantes fuentes
    bibliográficas.

    "El profesor
    Lituarde Casalini, en su ensayo La fundación de Villa
    Mitre (La fecha equivocada)
    , hace mención de los
    primeros pobladores. En lo que hoy es calle Juan B. Alberdi, se
    instalaron: en 1901, las familias de Miguel Matrovalerio y
    Vicente Coppa (N
    ° 1689); Pablo Casalini y Antonia
    Mastrovalerio (N°
    1668); En 1904, Alfredo Fiorini y su esposa Celinda
    (N° 1679);
    Serafín Otranto y su esposa Santina
    (Nº 1673); en 1905, Santos
    Mazzante y su esposa Angiulina (Nº
    1652). En 1905, en Castelar 1670, Máximo
    Gutiérrez y en Washington 520, Pablo Presti y su esposa
    Antonia. En Remedios de Escalada al 300 se asentó la familia
    Cocconi.

    "En el artículo publicado en LA NUEVA
    PROVINCIA el 19 de Noviembre de 1933, ¿Quienes fueron
    los primeros pobladores?
    , se da a conocer que, por aquel
    entonces, se ignoraba la presencia de un primer poblador y
    fundador. Antes de 1906, vivieron tres familias:
    "Esperguín, López e Hidalgo"; después del
    loteo le siguieron José García García, Luis
    Merinardi, Juan Giménez y Manuel Esperguín, Domingo
    Piñeyro, Vicente Fonseca, Domingo De Luca y
    Santos Cicchini". Además, se hace mención que los
    primeros pobladores "serían aquellos que se establecieron
    en 1906 de Junio a Diciembre".

    "Generoso Cuadrado Hernández, por su parte,
    confirma esta versión en uno de sus anecdotarios: "Las dos
    primeras viviendas construidas en forma simultánea fueron
    la de Santos Cicchini y la de nuestra familia, ambas
    sobre Rivadavia. Don Santos, un buen sillero de profesión,
    vivía con una obsesión: la de que se le reconociera
    el título de primer "fundador". Solía acudir a los
    diarios para proclamarlo y hasta colocó en el frente de su
    casa un cartel con esta leyenda: "Santos Cicchini, primo
    fundatore de Villa Mitre". No sería extraño que en
    el subconsciente abrigara la ambición de ser inmortalizado
    en el mármol". (Historia de Villa
    Mitre
    .)

    "La comisión de Reafirmación
    Histórica determinó, en primer lugar, que la fecha
    de fundación del barrio fuera el 18 de Junio de 1906, un
    día posterior al remate, ya que tomó como
    antecedente la construcción de la vivienda de Santos
    Cicchini, por ser el primero que dio aviso a la municipalidad de
    la terminación de la obra. Los demás pobladores,
    con la casa en construcción, cumplieron con este requisito
    posteriormente. Así quedó establecido que los
    asentamientos, anteriores a esa fecha, ingresarían luego a
    la planificación urbanística de la
    ciudad.

    "Además, cabe destacar que la propiedad de
    Santos Cicchini tenía un pozo de agua potable,
    único hasta ese entonces. Si nos remontamos a la
    época, el agua era el
    elemento indispensable por las características del
    suelo:
    arcilloso y salino. El agua, en todos
    los casos, era proveída por los aguateros".

    Como se observa en este caso puntual, se han
    incluido matices, agudizando una visión de la realidad al
    fusionar los conceptos de historia y sociología en una amplia
    concepción.

    Al investigador, por otra parte, no le es ajeno el
    tratamiento de los temas tabúes, como por ejemplo:
    prostitución, droga,
    doctrinas religiosas al margen de la oficial, sectas,
    ideologías políticas, etc., siempre y cuando
    mantenga un espíritu equitativo y los datos recopilados
    puedan aportar contenidos esclarecedores para otros estudios
    específicos.

    – III

    HISTORIAS
    INSTITUCIONALES

    El tercer problema sería incluir las
    historias institucionales, para lo cual, sugiero encuadrarlas por
    las finalidades que cumplen: culturales, civiles, sociales,
    etcétera.

    Las instituciones conforman el pilar básico
    de la comunidad, porque "el hombre las
    ha creado para satisfacer sus necesidades y las mejora en la
    medida en que desea un mayor bienestar". Dada su importancia, es
    lógico que aparezcan reseñadas, aunque su
    fundación haya sido casi reciente.

    Por lo general, muchas instituciones barriales
    organizan un material en distintos informes y
    memorias,
    reflejando aspectos que han sido tratado durante un ciclo
    lectivo, que son elaborados desde múltiples aspectos,
    poniendo énfasis en diversos logros: servicios de gas, agua,
    enfermería, entre otros, y una información anexa que comprende: homenajes,
    actos culturales, etc. Este punto de partida es esencial para
    todo investigador. Si hay un material que sea contradictorio o
    poco claro, se deberá recurrir a las actas.

    Una vez leído los informes se debe extraer un
    contenido que soslaye los aspectos generales o particulares. En
    este caso, los más importantes para una historia
    institucional son: fecha de fundación; miembros
    fundadores; sedes sociales (si han cambiado de domicilio);
    objetivos de
    la entidad; inscripciones en registros
    públicos, entidades subvencionantes, etc.; lista de
    presidentes desde su fundación hasta el presente;
    homenajes; evolución histórica en el que pueden
    incluirse aspectos políticos, regímenes
    estatutarios, etc.; y otros datos de interés
    que vincule a la institución con el barrio.

    – IV

    ANECDOTARIOS

    El cuarto problema radica principalmente en
    considerar la inclusión de las distintas anécdotas
    que soslayen la vida barrial. "Por anécdota se entiende
    todo suceso, ocurrencia, episodio ignorado o poco conocido, por
    lo general chistoso o picante, relativo a ciertos acontecimientos
    históricos o a la vida privada de la persona."

    En la vida orgánica de una anécdota,
    si bien puede comprobarse una descripción paisajista, ubicación
    temporal, etc., el carácter psicológico es
    relevante: la figura del protagonista se enaltece y esto es lo
    más importante. Es decir que el anecdotario, al tener
    estas características, se enunciará como un
    ingrediente folclórico, que lo diferencia de la leyenda,
    porque esta última es una "relación de sucesos que
    tienden a ser más tradicionales o maravillosos, que
    históricos y verdaderos".

    Se debe recuperar esta expresión de la vida
    popular, de aquellos hechos que, aunque parezcan cotidianos y sin
    importancia, revelan una cosmovisión del hombre. De
    esta manera, se comprende de qué forma influye el pasado
    en el presente, y esta estrecha relación fortifica el
    sentimiento de unidad y conciencia social.

    Dada su importancia, sugiero incorporarlas en un
    capítulo especial, haciendo mención de que el
    material recopilado ha surgido de distintas versiones
    orales.

    Es necesario establecer, además, que una
    anécdota tiene un corpus que lo diferencia del cuento en los
    siguientes aspectos:

    1. Brevedad: sólo se destaca
      un episodio.

    2. Hecho relevante: puede ser real o imaginario,
      pero al ser comentado en forma reiterada, se lo toma como
      cierto.

    3. Encuadre histórico: se identifica con
      una comunidad en particular.

    4. Visión literaria: es narrada en tercera
      persona, con una breve reseña introductoria, un
      desarrollo (el hecho) y un remate gracioso o
      tragicómico.

    Como
    ejemplo se transcribirá El vasco Arana, la
    anécdota más representativa del barrio de Villa
    Mitre.

    "Esta historia, un poco ruda,
    tiene que ver con el vasco Arana. Todos lo recuerdan como
    el "famoso barrendero". Por características muy
    particulares, pasó a formar parte de los
    anecdotarios.

    "Se comenta que, en ciertas
    oportunidades, solía tener acaloradas discusiones. Pero
    ocurrió que un día al vasco lo sacaron de las
    casillas. En una de las peleas, impulsado por su
    cólera,
    a su adversario le mordió un dedo. Al pobre hombre lo
    tuvieron que llevar al hospital mas próximo. Los
    médicos diagnosticaron una seria infección (en
    1930, no había antibióticos) y debieron amputarle
    el dedo.

    "Enterado del asunto, el vasco Arana se encuentra
    en la calle con un pariente de su adversario y le comenta:
    "¡Ves!… Yo le mordí el dedo a tu tío y
    se lo tuvieron que cortar. ¿Sabés por qué?
    Porque tengo carácter fuerte. Por mis venas corre sangre
    envenenada".

    "Y en cierta ocasión se sintió mal y
    pensó que se moría. Efectivamente, los
    médicos diagnosticaron su muerte. Todo
    el vecindario estuvo de duelo.

    "Después del cortejo fúnebre, el
    ataúd del vasco Arana fue llevado al
    depósito del cementerio. Por aquel entonces, los
    sábados no había servicio de
    entierro y los cajones debían ser guardados en este sitio
    hasta el lunes.

    "A las dos de la madrugada del domingo, el vasco
    Arana
    despierta de su sueño. Padecía
    catalepsia. Miró a su alrededor y escapó de este
    sitio por un ventiluz y se fue a su casa.

    "Era una noche clara de luna llena. Cubierto con una
    mortaja, recorrió un buen tramo, y en el camino de
    regreso, algunos lo vieron sin darle importancia; otros, en
    cambio, se dieron un gran susto.

    "Al llegar a su casa golpeó la puerta
    insistentemente y comenzó a gritar: "¡María!
    … ¡Abrime! … ¡Soy yo!"

    "Intimidada por la duda, María comenzó a
    sonrojarse. ¡Imagínense la sorpresa! Al abrir la
    puerta, cayó desmayada. Después de este incidente,
    María estuvo delicada de salud y, al poco tiempo,
    falleció.

    "En el velatorio de su mujer, el
    vasco Arana decía: "Mi mujer tomó café en
    mi velorio. Ahora yo tomo café en el de ella". El vasco,
    debido a su porfía, vivió algunos años
    más.

    "¡Quien no recuerda estos episodios! Todos conocen
    esta historia; la del vasco Arana, el muerto
    resucitado."

    – V –

    RECURSOS
    TÉCNICOS–ANALÍTICOS

    El quinto problema está referido a los
    aspectos técnicos–analíticos, para lo cual es
    posible utilizar distintos recursos, entre ellos: el
    método sistémico, la
    organización del discurso y
    como incluir citas, colaboradores especiales, así como
    también la publicación del material
    recopilado.

    A) MÉTODO
    SISTÉMICO

    El investigador deberá contar con
    conocimientos técnicos específicos para analizar
    las distintas fuentes, rescatar toda la información que
    resulte necesaria, y adoptar un método para sistematizar
    la investigación.

    Si bien, muchos investigadores toman como modelo un
    esquema historicista (acumulación rigurosa de fechas),
    puede darse el caso en que lo pueda hacer sin dificultad, pero en
    otras circunstancias, por motivos ajenos a su voluntad, no
    alcanza a reunir adecuadamente una estructuración de este
    tipo. Para subsanar distintos claros, considero oportuno adoptar
    como método la selección
    por temas, cuyos aspectos pueden tener una presencia física y
    autónoma: educativo, cultural, económico, social,
    etc., y dentro de éstos, los subtemas: anécdotas,
    personajes reales y ficticios, vida barrial, comercios,
    profesionales, entre otros.

    Puede ser obvio formular este tipo de
    consideraciones, pero los que se inician en una
    investigación, quizá no tengan claro cómo
    realizar una búsqueda o los distintos
    enfoques.

    Generalmente, se recurre en un tópico banal
    al contar una historia reflejada desde la óptica
    de una entidad, eligiendo la más antigua: sociedad de
    fomento, club, escuela, etc.
    Luego, al compaginarse el material, se comienza escribiendo
    acerca de la fundación de la entidad y a posteriori se
    incluyen someros capítulos recreando la visión
    histórica del barrio, el homenaje a una enfermera, o se
    mencionan las actividades que organiza la institución.
    Este antimétodo, por lo común, se compendian en
    artículos o libros
    institucionales.

    Quizá por desconocimiento de un
    método, aunque resulte meritorio lo escrito en cuanto a
    una preocupación personal o
    institucional por reflejar los aspectos históricos, lo
    recopilado dista mucho de ser una historia
    barrial.

    B) ORGANIZACIÓN DEL DISCURSO

    Para organizar formalmente un discurso, es aconsejable
    la utilización del género
    ensayo, porque permite establecer un amplio manejo de la
    opinión y enriquecer la visión del escritor,
    incluyendo notas aclaratorias, bibliografía especializada
    y opiniones de terceros. En todos los casos, el estilo a emplear
    debe ser directo sin ir a un extremo, o sea, incluir un lenguaje
    técnico que decline la atención del lector.

    El esquema del ensayo, generalmente, está basado
    en tres aspectos estructurales internos: una introducción que plantea los temas a
    tratar; un desarrollo de los puntos en los que se pueden incluir
    títulos y subtítulos; y un final que contemple la
    opinión del autor.

    En cuanto a la estructura
    global del trabajo
    investigativo, cada capítulo puede ser considerado como
    un ensayo
    independiente e interdependiente de toda la obra, que, en
    sí misma, puede generar una estructura de macro ensayo, es
    decir, un ensayo que organice a todo el conjunto, que el escritor
    compendiará en una introducción o prefacio con los
    lineamientos generales y un capítulo final –a modo
    de síntesis– de todo lo tratado, que también
    refleje su opinión.

    En caso de invitar a colaboradores especiales, el
    material puede incluirse en los capítulos, aclarando la
    autoría, o bien, dedicarles uno especial a modo de
    apéndice para diferenciarlo del estilo empleado por el
    autor. Esta decisión suele ser la más importante,
    dado que se debe tener presente el enriquecimiento intelectual
    con la incorporación de varios puntos de vista en el
    manejo de un corpus colectivo.

    C) ASPECTOS
    FORMALES

    Los aspectos técnicos formales: notas
    aclaratorias, bibliografía consultada, referencias
    especificas, etc., deben ir entre comillas acotando su
    procedencia. En otros casos, puede organizarse un resumen,
    respetando la fuente de procedencia. En los informes
    institucionales escritos o entrevistas
    orales, deberá hacerse con precisión, pero adaptado
    a un estilo acorde con el que emplea el autor.

    Como norma básica se detallará al final de
    la obra la bibliografía consultada en el siguiente orden:
    libros, diarios, revistas, folletos y material inédito.
    También se compaginará el índice
    general.

    Una vez concluido el trabajo se
    debe pensar en su publicación. Lo más aconsejable
    es el formato libro, pero
    dado el costo de edición, otros medios
    supletorios pueden ser más convenientes: la
    publicación por entregas en diarios o revistas locales,
    armado y compaginado en un procesador de
    texto con su respectiva encuadernación, entre
    otros.

    – VI –

    CONCLUSIÓN

    En las páginas que anteceden, se ha podido
    enunciar los aspectos técnicos y recursos
    analíticos para la recopilación de una historia
    barrial, cuyo trabajo debe enmarcarse desde una perspectiva que
    incluya la historia y la sociología en una amplia
    concepción.

    El investigador podrá plantear una
    hipótesis
    (ejemplos: ¿cómo es el barrio?, ¿qué
    ideología predomina?, ¿cuál es el rasgo
    característico?, etc.) y a partir de esta perspectiva,
    deberá demostrar en qué medida puede cumplirse,
    incluso cómo puede reflejarse las paradojas y
    contrariedades.

    Su trabajo debe resultar lo más preciso
    posible, a pesar de tener algunas limitaciones. Puede darse el
    caso de no contar con una información clara y veraz, o
    bien, la tarea que le toque realizar sea tediosa por tener que
    consultar diarios, revistas, actas, etc. Pero lo más
    importante es que su labor pueda ser considera como un punto de
    partida para distintos estudios y que otros investigadores
    actualicen la historia.

    NOTAS

    Gravano Ariel, La identidad barrial como producción ideológica, (En:
    Gravano Ariel y Gúber Rosana, Barrio sí, villa
    también,
    Buenos Aires, CEAL, Biblioteca
    Política
    Argentina Nº 320, 1991, p. 66). En adelante:
    LIB.

    Augé Marc, Hacia una antropología de los mundos
    contemporáneos,
    Barcelona, Gedisa, 1995, p.
    152.

    Gravano Ariel, La cultura de los
    barrios,
    Buenos Aires, CEAL, colección: Conflictos y
    procesos de la
    historia
    Argentina Contemporánea, Nº 23, 1989, p.
    24.

    Gravano Ariel, LIB, p. 70

    Gravano Ariel, LIB, p. 91

    Citado por Santillán Güemes Ricardo en
    Cultura, creación del pueblo, Buenos Aires,
    Guadalupe, 1985, pp. 91/2.

    Augé Marc, op. cit. p. 147.

    Marín Jorge, Villa Mitre, la reina de las
    villas,
    Fondo Municipal de las Artes, Bahía Blanca,
    1998, pp. 208/209.

    Ídem, pp. 18/19.

    Ware Caroline F., Estudio de la comunidad. Como
    averiguar recursos. Cómo organizar esfuerzos,

    Unión Panamericana, Ministerio de Educación de la Pcia.
    de Bs. As, La Plata, 1980, p. 16.

    Bonocuore Domingo, Diccionario de la
    Bibliotecología
    , Buenos Aires, Marymar, 2da. Edic.,
    1986, p. 42.

    Ídem, p. 277.

    Marín Jorge, op. cit. p.
    104/105.

     

    JORGE MARÍN

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