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La ley en los Evangelios




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    1. Capítulo 1: La
      Nación judía y la ley
    2. Capítulo 2: Jesús
      y la ley

     

    Capitulo 1: La nación judía y la
    ley.

    Después del regreso de su cautiverio, la nación
    judía se había prometido a sí misma, no
    volver a caer en el mismo pecado que la habría llevado al
    duro cautiverio por parte de los babilonios, es a saber por la
    idolatría. Se prometieron regresar a la ley de Dios y no
    volver a caer en este pecado. En si se propusieron una estricta
    observancia de la santa ley de Dios.

    Pero el enemigo de las almas, Satanás,
    sabía muy bien que no podía hacer caer en
    idolatría directa al pueblo de Dios nuevamente, así
    que utilizó una nueva estrategia para
    alejarlos de su creador. Ahora del frío formalismo los
    enviaba hacia el fanatismo. Hizo crecer entre los dirigentes un
    celo religioso que comenzó a crear en cada judío
    una carga casi que imposible de llevar. White (1955) menciona:
    "Los dirigentes Judíos
    cumplían la voluntad de Satanás rodeando de
    requisitos pesados el día de reposo de Dios." Ahora solo
    se podía obtener una cercanía a Dios cuando se
    practicaban al pie de la letra los requerimientos de la
    ley.

    La Hna. White (1955) declaró:

    "Los rabinos consideraban su justicia
    como pasaporte para el cielo; pero Jesús declaró
    que era insuficiente e indigna. Las ceremonias externas y un
    conocimiento
    teórico de la verdad constituían la justicia
    farisaica. Los rabinos aseveraban ser santos por sus propios
    esfuerzos en guardar la ley; pero sus obras habían
    divorciado la justicia de la religión. Mientras
    eran escrupulosos en las observancias rituales, sus vidas eran
    inmorales y degradadas. Su llamada así justicia no
    podría nunca entrar en el reino de los
    cielos."

    Se creía que con el solo hecho de obedecer las
    tradiciones se podía obtener la vida eterna. Ello se ve en
    el hecho de que se consideraban el único pueblo merecedor
    de las

    bendiciones de Dios y por lo tanto menospreciaban a los
    gentiles, los
    cueles eran despreciados por el hecho de pertenecer a otras
    naciones extranjeras.

    Para el judío, un gentil no tenía acceso
    al cielo ni a Dios, y debido a lo ocurrido en el pasado por
    relacionarse con ellos, era una contaminación para ellos tratar con un
    extranjero. Nuevamente White (1955) nos da luz al
    respecto:

    "los judíos se distinguían de todas las
    demás naciones porque profesaban obedecer a Dios.
    Habían sido favorecidos especialmente por él, y
    aseveraban tener más justicia que los demás
    pueblos. Pero estaban corrompidos por el amor del
    mundo y la codicia de las ganancias. Se jactaban de su
    conocimiento, pero ignoraban los requerimientos de Dios y
    estaban llenos de hipocresía."

    El Dr. Badenas (1998) lo menciona en las siguientes
    palabras:

    "Cabe recordar que la observancia de la ley se
    consideraba en determinados sectores influyentes, un medio para
    ganar la salvación. La religión de la gracia se
    había convertido para muchos en la religión de la
    exigencia. La formula rabínica "Dios santifica mediante
    los preceptos", comprendida de un modo legalista, hacia
    depender la santidad de las obras humanas."

    En tales circunstancias nació el salvador del
    mundo. Por doquier solo se veían apariencias de piedad
    pero detrás de ese velo había grande corrupción. Los fariseos se consideraban a
    sí mismos como los más justos y obedientes a la
    ley. La misma Hermana White (1955) lo confirma: "Los fariseos se
    jactaban de su obediencia a la ley; pero conocían tan poco
    de sus principios que
    para ellos las palabras del salvador eran como una
    herejía."

    El pueblo de Dios se había hecho el más
    exclusivista y el más fanático de todo el mundo. En
    si el estado al
    que había llegado los fariseos era un legalismo
    [fanático]. ¿Qué significa el término
    legalismo? La definición del diccionario
    nos dice que es "un respeto exagerado
    por la letra de las leyes."

    Ashley (1997) hace un gran aporte diciendo:

    "Obedecer correctamente las leyes de Dios no es
    legalismo. Ser legalista en el sentido religioso es aplicar las
    leyes de Dios de una manera que Dios nunca pretendió.
    Los fariseos socavaban la ley. Los fariseos, una rama
    excesivamente estricta del judaísmo cuyas
    interpretaciones predominaban en el pensamiento
    popular en el tiempo de
    Cristo, fueron legalistas. Ellos añadieron
    muchísimas reglas de su invención a los preceptos
    de Dios, lo que hacía que éstos fueran
    tergiversados e interpretados incorrectamente.".

    Los escribas y fariseos pasaban toda su vida meditando
    en la ley y tratando de vivir de acuerdo a sus demandas.
    Intentaban ser lo más posible consagrados a su
    religión. Como lo cita el Dr. Knight (1997) habían
    descubierto mas de 613 mandamientos en la torá de los
    cuales 365 eran negativos y 248 eran positivos. Habían
    desarrollado un conjunto de reglas y prohibiciones y de
    tradiciones (orales) muy estricto. ¡Es mas de solo el
    mandamiento del sábado habían creado mas de 1521
    reglas!.

    Los fariseos en vez de interpretar la ley a la luz de
    las escrituras, le añadían mas cargas basados en
    las tradiciones y esto hacia que perdiera su validez. Cristo lo
    expresó de las siguientes palabras: "Así
    habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra
    tradición". Además de esto hacían que el
    resto del pueblo no guardase realmente la ley de Dios, pues
    veían ese ideal farisaico como algo imposible de lograr.
    Juan nos relata las palabras de Jesús así:
    "¿no os dio Moisés la ley? Y ninguno de vosotros la
    cumple".

    Estos escribas y fariseos, a fin de hacer más
    asequible la obediencia, jugaban con las demandas de la ley. De
    este modo, como lo señala Jhon Stott, "restringían
    los mandamientos y extendían las licencias de la ley". es
    decir que sobrecargaban un mandamiento de la ley de Dios, como
    por ejemplo el del sábado, sacando de él
    innumerables reglas casi que imposibles de cumplir y a la vez
    permitían que se violaran algunas leyes de Dios con fines
    y beneficios propios. Un ejemplo de ello es el caso de que se
    permitía que un hijo le negase ayuda a sus padres con solo
    pronunciar la palabra "corbán" que indicaba que sus
    posesiones quedaban al servicio del
    templo una vez que muriese. Lógicamente no hay nada de
    malo en dedicar bienes al
    servicio de Dios, pero lo hacían con fines egoístas
    de mantener en su poder sus
    posesiones mientras tuvieran vida sin que tuvieran que darle algo
    a sus padres.

    Otro caso es el hecho de que ahora era más
    accesible el divorcio, pues
    por cualquier motivo se permitía que el hombre
    pudiese pedir carta de
    divorcio, siendo que la ley solo lo permitía en caso de
    adulterio.

    Es por ello que nuestro salvador tuvo que reprender con
    dureza el pecado del pueblo. Ashley (1997) menciona
    que:

    "Jesucristo reprendió duramente a los
    dirigentes religiosos de su época, porque ellos
    tergiversaban los mandamientos de Dios y los sustituían
    por sus erróneas interpretaciones humanas (Mt. 15:9, Mr.
    7:7). Les dijo que tal adoración es una adoración
    vana. Cristo dirigió sus palabras más duras a
    aquellos que decían adorar a Dios pero se negaban a
    aceptar sus leyes y no aceptaban su voluntad; les
    advirtió que tal adoración era vacía, que
    no tenía mérito alguno y que era completamente
    inaceptable para Dios y para él".

    Claramente podemos observar lo que Dios, y en especial
    Jesús pensaba acerca de la religión farisaica donde
    tenía más valor la
    tradición que las mismas escrituras. Su error fue intentar
    "guardar" la ley en lugar de "andar" en ella, y así
    fomentaron el paso del nomismo al legalismo.

    Un claro ejemplo del pensamiento judío de aquel
    entonces no lo da el Dr. Badenas. (1998) mencionando que la
    observancia de la Torá judía adquiría un
    matiz cada vez más jurídica. Él
    dice:

    "la teología farisaica daría a entender
    que la salvación depende de un supuesto auditor [o
    contador] divino encargado del registro
    personal de
    cada ser humano que suma en el HABER las acciones
    correctas según la ley y en el DEBE las transgresiones,
    contabilizando sacrificios y obras de misericordia para
    compensar y expiar o para proporcionar recompensas
    adicionales."

    Él mismo continua diciendo: "… aparece la
    noción de mérito, basada en el principio de que
    Dios, como es justo, debe necesariamente gratificar todas las
    acciones buenas y castigar las malas… La Torá ha sido
    dada a Israel es para
    ayudarle a ganar meritos.

    Aparentemente estos conceptos de salvación por
    medio de obras eran únicamente del pueblo judío,
    pero no era así. Las naciones paganas que les rodeaban
    igualmente tenían el concepto de que
    únicamente podían alcanzar el favor de sus dioses
    cuando ellos hacían algo por ellos. Un ejemplo de ello es
    el hecho de que ofrendaban aún a sus familias. Por ejemplo
    pasaban a sus hijos por el fuego, ofrecían a sus hijas
    vírgenes para sus rituales paganos, en fin. Aún hoy
    en día podemos observar como algunas denominaciones
    continúan en este legalismo de la nación
    judía y que tienen el concepto de salvación por
    obras. Estas iglesias enseñan que deben cumplir unos
    requisitos para poder alcanzar la salvación, siendo que la
    única manera de alcanzarla es aceptando a Jesús en
    nuestros corazones.

    Capitulo dos: Jesús y la ley

    Nuestro Salvador, Cristo Jesús, tuvo que llevar a
    cabo su ministerio de reconciliación en este ambiente
    hostil. Allí había nacido y crecido, y su vida era
    una dura reprensión para los dirigentes judíos.
    Cabe notar que durante su vida terrenal, Cristo fue un ejemplo de
    perfecta obediencia a los requerimientos de Dios. Badenas (1998)
    dice:

    "Los evangelios dejan bien en claro que, desde su
    infancia,
    Jesús observa cuidadosamente las leyes de su pueblo (Luc
    2:22-29). Lleva los vestidos reglamentarios (Mat. 9:20; 14:16),
    asiste con fidelidad a los servicios de
    la sinagoga cada sábado (Luc. 4:16) y se refiere a la
    ley como la expresión de la voluntad de Dios, tanto para
    si mismo como para los demás: "Si quieres entrar en la
    vida, guarda los mandamientos" (Mat. 19:17). "si
    guardáis mis mandamientos permaneceréis en mi
    amor, como
    yo he guardado los mandamientos de mi padre y permanezco en su
    amor" (Jn 15:10)"

    Aquí se puede observar claramente el ejemplo de
    Cristo para cada adorador en cuanto a la ley. En ningún
    momento de su vida tuvo la intención de pisotear la ley o
    de manifestar su inutilidad. Por el contrario corroboró y
    afirmó todo lo que los autores del antiguo testamento
    habían escrito. Es más vale decir que el capitulo
    más largo de la Biblia (Salmos 119) está dedicado a
    exaltar la ley de Dios, y mostrar su utilidad en la
    vida de cada hombre (Vrs.
    9, 11, 18, 56, 105, 174…).

    Es una prolongada alabanza a la Palabra de Dios y sus
    leyes. En él leemos: Mucha paz tienen los que aman tu ley,
    y no hay para ellos tropiezo. Tu salvación he esperado, oh
    Eterno, y tus mandamientos he puesto por obra. Mi alma ha
    guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera (Salmos
    119:165-167). Esa fue la obra del salvador cuando vino a la tierra:
    exaltar los preceptos de Dios.

    Satanás había acusado a Dios ante el
    concilio celestial de que era imposible obedecer cabalmente sus
    leyes y requerimientos. Había sembrado duda en los
    corazones de los seres de otros mundos y hasta llegó a
    convencer a la tercera parte de los ángeles de que esto
    era imposible haciendo que se sublevaran con él. Todos los
    seres de otros mundos estaban a la expectativa de que
    sería lo que ocurriría en este mundo. Pero ahora el
    hijo de Dios en persona estaba en
    la tierra
    demostrando que era posible guardar la ley de Dios. Jesús
    había venido a "magnificar la ley y
    engrandecerla".

    Tal fue el pensamiento de Cristo cuando vino a esta
    tierra. Pero aún así tuvo de derrumbar algunos de
    esos muros de tradiciones que los dirigentes habían
    puesto. White (1955) declara que Jesús:

    "A causa de su gran reverencia por la ley y los
    profetas procuraba abrir una brecha en la muralla de los
    requerimientos tradicionales que rodeaban a los judíos.
    Mientras trataba de poner a un lado sus falsas interpretaciones
    de la ley, puso a sus discípulos en guardia contra la
    renuncia a las verdades vitales confiadas a los
    hebreos."

    Cristo había tenido que dar claras lecciones a
    sus discípulos acerca de la ley. Con relación al
    sábado había ido en contra de la corriente
    legalista de su tiempo, lo cual sorprendía a sus
    discípulos. Por ejemplo en los milagros que Cristo
    realizaba, generalmente era sábado. Y él
    tenía un propósito de que fuera así. Por
    ejemplo en la curación del paralítico en el
    estanque de Betesda (Juan 5: 1-16), que fue realizada en el
    día sábado, Jesús había suscitado
    polémica con su acto de sanación. Paulien (1997)
    nos da luz con respecto a eso, dice:

    "la curación fue intencionalmente realizada en
    sábado (Vrs. 10) lo cual no causa sorpresa a los que
    están familiarizados con Mateo, Marcos y con Lucas.
    Parecería que cada vez que Jesús toma la
    iniciativa de sanar a alguien, la curación tiene lugar
    durante el sábado. (9:1-7,14; Mt. 12:9-14; Mrc. 1:21-28;
    3:1-6; Luc. 6:6-11; 13:10-17; 14:1-6). Jesús se
    ponía a disposición de cada oportunidad para
    hacer el bien, especialmente el sábado."

    Como se había mencionado anteriormente la ley
    (entre ella el sábado) había sido sobre cargada con
    exigencias y tradiciones legalistas que eran imposibles de
    obedecer. Con respecto al sábado, la Hna. White (1955)
    dice: "Ninguna otra institución confiada a los
    judíos propendía tan plenamente como el
    sábado a distinguirlos de las naciones que les rodeaban".
    Esta es la señal que siempre a distinguido al pueblo de
    Dios de todas las edades. Pero El pueblo de Israel había
    corrompido esa señal. Es por eso que Cristo "había
    venido para librar el sábado de estos requerimientos
    gravosos que hacían de él una maldición en
    vez de una bendición."

    Nuevamente Badenas (1998) aporta: "Jesús se
    considera todavía señor del sábado (Marcos
    2:27-28). Nada permite deducir que Jesús respetase el
    sábado porque era judío. Lo hizo, sin duda, por la
    misma razón por la que respetó los demás
    mandamientos: porque estaba convencido de su
    utilidad."

    Pero en su ceguera espiritual, los judíos, no
    entendían las lecciones de Cristo. No se daban cuenta de
    la trascendencia de cada uno e los actos de él y ahora se
    le acusaba de violar la ley de Dios. Aquel quien le había
    dado a Moisés su voluntad y los principios eternos
    expresados en ordenanzas era acusado de violar esos
    principios.

    "Mientras Él [Jesús] barría las
    inmundicias bajo las cuales la verdad había estado
    enterrada, los circunstantes pensaban que barría la
    verdad misma". Es por eso que "Jesús… no quería
    dejar que sus oyentes sacasen la conclusión de que
    había venido para poner de lado sus
    requerimientos."

    Fue allí, en el sermón del monte cuando
    pronunciaría aquellas palabras que les recordarían
    a todos la perpetuidad de la ley de Dios: "No penséis
    que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido
    para abrogar sino para cumplir
    .".

    Analicemos ahora este versículo: La palabra
    griega utilizada para Abrogar es kataluo
    
    que significa desatar, deshacer, desarmar como se desarma una
    tienda. Significa dejar sin validez, anular, abolir.

    La palabra ley viene del griego nomos
     que es
    equivalente al hebreo torá. Lo que implica que Cristo no
    había venido a dejar sin validez la ley que él
    mismo le había dado al pueblo de Israel por medio de
    Moisés. En lugar e eso vino a "cumplir". El Comentario
    Bíblico Adventista de Mateo 5:17 menciona: "No
    había venido a abrogar ninguna parte de las escrituras que
    él mismo había dado. (1 Ped. 1:11) y que
    testificaban de él (Jn. 5:39)."

    Michael Morrison, un escritor de una iglesia que no
    comparte nuestra creencia en cuanto a la ley acepta esto
    declarando: "Al exponer este argumento [Mt. :5:17], Jesús
    menciona que "la Escritura no
    puede ser anulada". No estaba tratando de probar esta idea. Al
    contrario, fue un punto en el cual estaba de acuerdo con los
    fariseos, y todo lo que tenía que hacer era mencionarlo.
    Las palabras humanas pueden ser anuladas. Pueden fallar, pero no
    la Escritura. Sus palabras son fidedignas, porque son inspiradas
    por Dios. Las Escrituras son la norma para la verdad, el registro
    exacto de la revelación de Dios, y la autoridad
    final para toda materia de
    doctrina, fe y práctica.

    Algunas personas en la actualidad interpretando este
    texto a "su"
    manera, dicen que lo que Cristo quiso decir es que el vino a
    "cumplir" la ley "por" nosotros. Es decir que él
    cumplió la ley y los requerimientos de Dios en nuestro
    lugar y que desde entonces no debemos cumplir la ley pues
    quedó "clavada en la cruz".

    Pero que fue lo que Cristo quiso decir realmente?.
    Volvamos al griego. La palabra cumplir equivale a la palabra
    griega plerosai
    
    que significa cumplir, perfeccionar, realizar, completar, hacerlo
    completo, llenar. Es decir lo que hizo Cristo fue terminar lo que
    el hombre no pudo hacer: "Completar los requerimientos de la
    ley".

    Este es el mismo verbo que se utiliza en Mateo 23:32
    para "colmar una medida". "cumplir supone, pues, que esta no
    había alcanzado su desarrollo
    definitivo, que era un esbozo o un proyecto a ser
    completado"

    El Dr. Badenas (1998) lo explica de la siguiente manera:
    "Según esta declaración inapelable [Mat. 5:17]
    Jesús comparte la fe de su pueblo en la inmutabilidad de
    la ley… Jesús manifiesta su intención de llevar
    la ley a su plenitud de la misma manera que se llena una
    medida."

    Voy a explicarlo mejor. El antiguo pacto había
    sido dado en tablas de piedra. Era basado en promesas que el
    hombre le hacia a Dios sobre su obediencia. Pero el hombre
    falló, no la ley, en cumplir su parte del pacto, es por
    eso que Cristo completa o "llena la medida" de esos
    requerimientos, así que en el "Mejor pacto" lo que cambia
    no es la ley sino que ahora es Dios, quien nunca falla, el que
    hace las promesas al hombre: De salvación.

    El Comentario Bíblico Adventista nos dice que al
    cumplir la ley, Cristo tan solo le dio un sentido más
    amplio, dando a los hombres un ejemplo de perfecta obediencia a
    la voluntad de Dios, a fin de que la misma ley "se cumpliese"
    (plerosai) en nosotros.

    Knight (1998) nos dice que la palabra cumplir
    debe ser entendida por lo menos en tres formas: (1) Jesús
    cumplió u obedeció los requerimientos del Antiguo
    Testamento mediante su vida obediente. (2) Destacó el
    significado pleno de las escrituras mediante sus
    enseñanzas, y (3) Cumplió los elementos predictivos
    del antiguo testamento, los que fueron incluidos tanto en la
    profecía como en el servicio de sacrificios". Esto quiere
    decir que cuando Cristo declaró que venia a cumplir la ley
    y los profetas, no solo se refería a la ley sino que
    sabía que debía cumplir igualmente lo que se
    había profetizado de él como el siervo
    sufriente.

    En una afirmación Coulter declara: "Como el
    legislador espiritual Jesucristo cumplió la ley de Dios
    trayéndola a su completa expresión, revelando su
    completo significado espiritual y la intención. Él
    "llenó (cumplió) la ley en su totalidad"
    enseñando obediencia en el espíritu de la ley". Con
    esto, queda más que entendido el propósito de
    Cristo cuando hizo esa declaración.

    Coulter continúa diciendo:

    "Cumplir la ley de Dios amplificando su significado y
    la aplicación, es exactamente lo contrario a abolir la
    ley. Si Jesús hubiera venido a abolir las leyes de Dios,
    él no las habría magnificado ni habría
    expandido su significado, haciéndolas aún
    más vinculantes. Si las leyes de Dios no fueran
    vinculantes no podría haber pecado porque "pecado es la
    transgresión de la ley" (1 Jn. 3:4). Y si no hubiera
    pecadores, no habría la necesidad de un
    salvador."

    La revelación (1955) declara que si la ley de
    Dios hubiese podido cambiarse o abrogarse, Cristo no
    habría necesitado sufrir las consecuencias de nuestra
    transgresión. Él vino para explicar la
    relación de la ley con el hombre. "el pecado es
    infracción de la ley"… "la paga del pecado es la
    muerte…"

    White (1955) agrega:

    "la ley es una expresión del pensamiento de
    Dios: Cuando se recibe en Cristo, llega a ser nuestro
    pensamiento. Nos eleva por encima del poder de nuestros deseos
    y tendencias naturales, por encima de las tentaciones que nos
    inducen a pecar… La ley fue dada para convencerlos [hombres]
    de pecado, y revelar su necesidad de un salvador. Haría
    esto al ser aplicados sus principios al corazón
    por el Espíritu
    Santo."

    Ahora aquí aparece un nuevo elemento. Como
    sabemos, en el antiguo pacto Dios había escrito su ley en
    tablas de piedra con su dedo (el Espíritu Santo). Ahora en
    el nuevo pacto grabaría esa misma ley, ya no en tablas de
    piedra, sino en los corazones humanos mediante este mismo agente
    "El Espíritu Santo". Wiersbe dice: "Aun cuando en el
    sermón del monte no se menciona al Espíritu Santo,
    es claro que sin su ayuda no podemos practicar lo que
    Jesús nos enseña aquí (Rom.
    8:1-13)".

    Continuando con el relato de las palabras de Cristo,
    Mateo declara: "Porque de cierto os digo que hasta que no
    pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde
    pasará de la ley, hasta que todo se haya
    cumplido."

    Con estas palabras Cristo confirma lo que dijo en
    el versículo anterior. Declara nuevamente la inmutabilidad
    de su ley y afirma que "la palabra del Dios nuestro permanece
    para siempre."

    "Hasta que pasen el cielo y la tierra ni una jota ni una
    tilde pasará de la ley…" fueron las palabras de Cristo.
    Cuando pronuncia la jota, Cristo les menciona algo muy conocido
    por ellos. Era parte de su alfabeto. Equivale a la palabra Griega
    Iota la cual era la novena letra
    del alfabeto griego equivalente al Yod del hebreo. Esta era la
    consonante más pequeña del alfabeto hebreo. Quiere
    decir que Cristo al mencionar que no seria quitada ni una jota
    (iota y yod) quiso decir que ni siquiera la letra
    más pequeña del alfabeto seria quitada de
    allí. Igualmente ocurre con la tilde, pues se cree que se
    refiere a una pequeña curvatura en la mayoría de
    las letras. Entonces se puede concluir que Cristo afirmó
    nuevamente la eternidad de sus preceptos.

    El Dr. Knight (1997) nos hace un comentario muy acertado
    sobre estos textos:

    "Mientras que los Versículos 17 y 18 hablan de
    la relación de Jesús con la ley, los
    versículos 19 y 20 tratan el asunto del cristiano y la
    ley. Jesús es inflexible en su posición de que
    los cristianos no sólo han de ser personalmente fieles a
    los mandatos de Dios, sino que han de enseñar a otros a
    obrar de la misma manera.

    Cristo durante su sermón del monte afirmó
    la validez de la ley y en cada una de sus enseñanzas quiso
    ampliarla a ámbitos más profundos de lo que ellos
    sabían. White (1955) nos enseña que:

    "Jesús consideró los mandamientos por
    separado, y explicó la profundidad y la anchura de sus
    requerimientos. En vez de quitarles una jota de su fuerza,
    demostró cuan abarcantes son sus principios y
    desenmascaró el error fatal de los judíos en su
    demostración exterior de obediencia".

    Es así como podemos observar que Cristo en vez de
    caducar la ley, lo que hizo fue darle un significado más
    amplio. El ejemplo más claro de ello lo podemos observar
    en aquella ocasión donde algunos de los
    contemporáneos de Jesús quisieron probarlo acerca
    de lo que él pensaba de la ley.

    Estos hombres le preguntaron a Jesús, sobre cual
    era a su parecer, el más importante de los mandamientos.
    La nación judía tenia muchísimos reglamentos
    y leyes y consideraban que unos eran más importantes que
    otros, así que esperaban que Cristo les mencionara alguno
    de los mandamientos que para ellos fuera más importante.
    Esperaban escuchar por lo menos uno de los diez mandamientos de
    la ley de Dios. Pero lo más sorprendente de todo fue la
    respuesta de Cristo. Sus palabras fueron: "Amarás al
    señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
    alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, y a tu
    prójimo como a ti mismo"
    .44 Con estas
    palabras Jesús nos dejó grandes
    enseñanzas.

    Este texto lo podemos dividir en 2 secciones: (1)
    "Amarás al señor tu Dios con todo tu
    corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas
    tus fuerzas". Y (2) "a tu prójimo como a ti mismo".
    La primera sección de esa afirmación, que es con
    respecto a Dios, se encuentra en Deuteronomio 6:4 y era parte de
    la shema (Confesión de fe judía). Se
    utilizaba en la apertura de cada servicio. La segunda
    sección, tocante al prójimo, Cristo la tomó
    de Levítico 19:18. Estos eran los dos grandes mandamientos
    para la raza humana. Era un resumen de toda la ley de Dios en tan
    solo dos puntos: El amor hacia Dios en el primer lugar de
    nuestras vidas (resumen de los primeros cuatro Mandamientos) y el
    amor hacia aquellos que nos rodean (seis mandamientos
    restantes).

    Es así como podemos ver la trascendencia de los
    requerimientos divinos. Debemos primeramente amar a Dios y
    obedecerle como producto de
    ese amor, y en consecuencia el resultado de esa relación
    será el amor hacia aquellos que nos rodean, incluyendo el
    amor hacia nuestros enemigos como lo expresó el salvador
    durante el sermón del monte.

    Los preceptos de Dios no son más sino la voluntad
    de Dios para el hombre. Es el mismo carácter de Dios, los santos principios
    eternos de los cuales Dios quiere revestir a la humanidad. Por lo
    tanto nunca dejaran de ser. White (1955) dijo:

    "Hasta que perezca el cielo y la tierra- dijo
    Jesús- , ni una jota ni una tilde perecerá de la
    ley, hasta que todas las cosas sean hechas. ‘‘
    El sol que
    brilla en los cielos, la sólida tierra sobre la cual
    moramos, testifican para Dios que su ley es inmutable y eterna.
    Aunque ellos pasen, los preceptos divinos
    permanecerán"

    Lamentablemente Satanás en su intento por que el
    hombre se aleje de Dios a utilizado medios humanos
    para engañar a las personas que de corazón sincero
    buscan a Dios. Por medio de algunos hombres enseña falsas
    doctrinas haciendo creer la caducidad de la ley y con teorías
    como "una vez salvo siempre salvo" dando a entender que no
    importa la ley de Dios en la salvación. Como cristianos
    sabemos que la ley no salva, pues "En ningún otro hay
    salvación, porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a
    los hombres, en que podamos ser salvos." y ese Nombre es el de
    Cristo Jesús.

    Pero también sabemos que la obediencia a la ley
    divina es el resultado de nuestra relación con Cristo. La
    Hermana White (1955) hizo una declaración contundente
    sobre el tema:

    "Algunos han pensado que estará allí el
    que quebranta los mandamientos de Dios, pero que ocupará
    el ultimo lugar. Esto es un error. Los pecadores nunca
    entrarán en las moradas de la bienaventuranza. El que
    quebranta los mandamientos, y todos los que se unen con
    él para enseñar que no hay diferencia entre
    violar la ley divina u observarla, serán calificados por
    el universo del
    cielo como ínfimos entre los seres humanos, pues no solo
    ellos mismos han sido desleales, sino que han enseñado a
    otros a quebrantar la ley de Dios. Cristo pronuncia una
    sentencia sobre los que pretenden tener un conocimiento de la
    ley pero que -por precepto y ejemplo- conducen a las almas a la
    confusión y a las tinieblas."

    Es nuestro deber enseñar a cada alma que se
    encuentra engañada por las mentiras de Satanás, las
    verdades que Dios nos ha revelado, la veracidad de la ley de
    Dios, la certeza de que Dios nos juzgara según nuestros
    actos, y por sobre todo que hay un Dios de amor que quiere
    reunirse con nosotros en las mansiones celestiales pero que para
    ello primero debemos aceptar a Cristo como el salvador de
    nuestras vidas, reconocerlo como el único que puede
    cambiar nuestra existencia pues fue el quien venció el
    pecado demostrando que es posible vivir una vida santa y sin
    mancha, y que es él quien nos da la promesa de revestirnos
    con su justicia y su carácter, haciendo en nosotros la
    transformación que producirá frutos para gloria de
    Dios.

    Conclusiones

    Es claro el énfasis que ponen los evangelios en
    la ley de Jehová, y el cómo nos muestran el ejemplo
    de Cristo y su testimonio acerca de su importancia en nuestras
    vidas.

    Debemos comprender que aunque la ley no salva, si
    influye mucho en nuestra salvación, y sabemos que en el
    día final cada uno de nosotros será juzgado por sus
    obras, dará cuenta a Dios por todo cuanto hizo o
    dejó de hacer.

    Cada uno de nosotros, individualmente, tiene que decidir
    si ha de obedecer al Dios vivo, quien nos dio los Diez
    Mandamientos o si seguiremos una ruta que nos lleve a la
    perdición. Si queremos someter nuestra conducta y
    nuestros pensamientos a estos preceptos divinos, o bien podemos
    hacer caso omiso de ellos y elegir otro camino. Cuando tomemos
    nuestra decisión, recordemos las palabras de Jesucristo en
    Mateo 19:17: "Si quieres entrar en la vida, guarda los
    mandamientos
    ". Dios nos exhorta para que pensemos en nuestra
    decisión detenidamente: "Mira, hoy pongo ante ti hoy la
    vida y la felicidad, la muerte y la
    desgracia; porque hoy te mando que ames al Señor tu Dios,
    que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus
    normas y
    preceptos… os he puesto [delante] la vida y la muerte, la
    bendición y la maldición; elige la vida, para que
    vivas tú y tus descendientes
    ".

     

    Presentado por:

    Andrés David Bello Sierra

    Estudiante de Teología

    Medellín, Colombia

    Corporación Universitaria
    Adventista

    Facultad de Educación

    Escuela de Teología

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