- Definición
- Características
- Composición
- Lípidos que se
trasportan en el plasma - Principales
funciones - Clasificación
- Metabolismo de las principales
lipoproteínas - Otras
lipoproteínas - El
colesterol y los triglicéridos - Enfermedades
debido al desequilibrio de
lipoproteínas - Conclusiones
- Bibliografía
En este trabajo
explicaremos lo complejo que puede resultar el organismo humano
con referencia a las lipoproteínas, que son conjugados de
proteínas y lípidos,
especializadas en el transporte de
los últimos.
También nombraremos su clasificación (de
acuerdo a su densidad), la
importancia de cada uno de los tipos de lipoproteínas, sus
metabolismos y funciones.
Como ya se sabe, en el complejo mundo de las
lipoproteínas, cualquier variación del valor normal y
deseado en ellas, causará un mal a la persona. Por lo
que en este trabajo se explicarán las más
importantes enfermedades, sus
características, causas y síntomas
Son macromoléculas compuestas por lípidos
y proteínas, encargadas del transporte. Cuya función es
envolver los líquidos insolubles en el plasma provenientes
de: los alimentos
(exógenos) y los sintetizados por nuestro organismo
(endógenos), que son transportados desde el intestino y el
hígado a los tejidos periféricos y viceversa; devolviendo el
colesterol al hígado para su eliminación del
organismo en forma de ácidos
biliares.
Más del 95% de todos los lípidos del
plasma está en forma de lipoproteínas, que son
pequeñas partículas muchos más
pequeñas que los quilomicrones pero de una
composición similar desde el punto de vista
cualitativo.
Nuestro cuerpo tiene más cantidad de unos
componentes que de otros, los cuales se clasifican de la
siguiente manera:
Los alimentos ricos en ácidos grasos saturados
son:
Leche entera -crema -helados Quesos de crema entera -yema de Tocino -mantequilla -sebo Manteca -jamón -carne de cerdo Chocolates- pasteles |
Los alimentos ricos en ácidos
grasos insaturados son:
Aceites vegetales margarina liquida Las lipoproteínas las podemos dividir
|
Su importancia radica en el
conocimiento de la homiostasis del colesterol que puede
comprenderse revisando las consecuencias que tienen las
concentraciones plasmáticas elevadas de colesterol cuando
se mantiene de forma prolongada. Si las concentraciones de
colesterol son demasiado altas para su posterior
eliminación hacia el torrente sanguíneo, estas
células
quedan repletas de depósitos grasos, que luego se
endurecen formando una placa, y finalmente obstruyen vasos
sanguíneos causando infartos, o sea, ataques
cardiacos.
Tanto el colesterol como los triglicéridos son
transportados en sangre formando
parte de moléculas llamadas lipoproteínas. Estas
lipoproteínas están constituidas además por
fosfolípidos, colesterol, proteínas y
apolipoproteínas.
Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior
En muchas de las proteínas que están
asociadas covalentemente con lípidos, los ácidos
grasos, fosfolípidos, o glucolípidos, están
covalentemente unidos a la proteína cerca de cualquiera de
sus términos (amino o carboxilo terminal). Por el
contrario, las lipoproteínas consisten de lípidos
no unidos covalentemente a proteínas. Las
lipoproteínas funcionan como transportadores de
lípidos (colesterol y triacilglicéridos) en la
sangre.
Las lipoproteínas del plasma, consisten de
un núcleo no polar de triacilglicéridos y
ésteres de colesterol rodeado de una mezcla
anfifílica de proteínas, fosfolípidos, y
colesterol. La lipoproteínas se clasifican de acuerdo a
sus propiedades funcionales y físicas en cinco
categorías:
Lipoproteína lípidos
principales Apoproteínas Densidad Diámetro
(g·cm-3)
(Å)
Quilomicrones TAG de la
dieta A-I,A-II,B-48,C-I, < 0.95 800-5000
C-II,C-III,E
VLDL TAG endógenos,
B-100,C-I, 0.95-1.006 300-800
ésteres de colesterol, C-II,C-III,
E
colesterol
IDL ésteres de colesterol, B-100,
C-III,E 1.006-1.019 250-350
colesterol, TAG
LDL ésteres de colesterol,
B-100 1.019-1.063 180-280
colesterol, TAG,
HDL ésteres de colesterol, A-I, A-II,
C-I, 1.063-1.210 50-120
colesterol C-II, C-III,D,E
Tabla: principales
lipoproteínas en suero humano
TAG: triacilglicéridos
Existen cuatro clases de
lipoproteínas en el plasma humano. Estas son las HDL
(lipoproteínas de alta densidad), LDL o LDL2
(lipoproteínas de baja densidad), IDL o LDL1
(lipoproteínas de densidad intermedia) y VLDL
(lipoproteínas de muy baja densidad). Además, en el
plasma aparecen después de la ingesta de grasas, los
quilomicrones, que son partículas lipídicas con
pequeñas cantidades de proteína, que presentan una
densidad menor a las VLDL.
La densidad de una partícula de
lipoproteína es determinada a partir de la densidad de una
sol en la cual la lipoproteína flota en un experimento de
ultracentrifugación o a partir de su velocidad de
flotación. La velocidad de flotación para una
partícula de lipoproteína bajo condiciones
estándar (la densidad de una solución de NaCl es de
1.063) esta en unidades de Svedvergs (Sf). El
coeficiente de flotación no está determinado para
las HDL, es de 0-12 Sf para LDL, de 12-20
Sf para IDL, de 20-400 Sf para VLDL y mayor
a 400 Sf para los quilomicrones.
En cuanto a las lipoproteínas, se pueden
hacer las siguientes generalizaciones:
- el tamaño y el peso molecular de los
complejos, - el porcentaje de triacilglicéridos en el
complejo, y - la relación lípido-proteína en
el complejo, decrecen al incrementarse la densidad de la
lipoproteína.
El contenido de colesterol es mayor en las LDL
(45%).
Considerando el decremento en la relación
lípido-proteína con el incremento en la densidad de
la lipoproteína, el porcentaje de proteína en el
complejo varía de un valor bajo en los quilomicrones (2%)
a uno alto en las HDL (50%).
Si las proteínas componentes de las
lipoproteínas, se separan de los componentes
lipídicos por extracción de los lípidos con
solventes orgánicos, las proteínas aisladas
(apoproteínas o apolipoproteínas), identificadas
inmunológica o químicamente resultan ser de varios
tipos (ver Tabla).
Tanto el colesterol como los triglicéridos son
transportados en sangre formando parte de moléculas
llamadas lipoproteínas. Estas lipoproteínas
están constituidas además por fosfolípidos,
colesterol, proteínas y
apolipoproteínas.
En su conjunto, las lipoproteínas conservan una
concentración de lípidos en sangre de unos 500 mg
de lípidos totales en 100 ml de sangre. De estos 500, 120
mg son triacilgliceroles (TAG), 220 mg es colesterol y 160 mg es
fosfolípido.
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Las lipoproteínas consisten de un centro de
lípidos hidrofóbicos rodeado por una cubierta de
lípidos polares lo que, a su vez, está rodeado por
una cubierta de proteína. Las proteínas que se
utilizan en el transporte de los lípidos son sintetizadas
en el hígado y son denominadas
«apolipoproteínas» o «apo». Hasta
8 apolipoproteínas pueden estar involucradas en la
formación de la estructura de
una lipoproteína. Las proteínas son llamadas Apo
A-1, Apo A-2, Apo B-48, Apo C-3, etc.
5. Lípidos
que se trasportan en el plasma y concentraciones de
lipoproteínas en el plasma
– Lípidos que se transportan en el
plasma
El transporte de lípidos a través del
cuerpo humano
Los lípidos no pueden movilizarse en los fluidos
corporales debido a su naturaleza
hidrofóbica. Por ello, para permitir su transporte en el
organismo, son combinados con proteínas llamadas
betaglobulinas para formar lipoproteínas.
Una vez que los lípidos han sido absorbidos a
través del intestino, se combinan en el plasma
sanguíneo con cadenas de polipéptidos para producir
una familia de
lipoproteínas distinta, las que son clasificadas en
función de su densidad, determinada mediante
centrifugación. Como los lípidos son mucho menos
densos que las proteínas, se observa una relación
inversa entre el contenido de lípidos y su densidad; por
ejemplo, un alto contenido de lípidos significa
partículas de baja densidad.
– Concentraciones de lipoproteínas en el
plasma
El nivel de los lípidos en el plasma es el
indicador clínico más comúnmente usado para
medir el riesgo potencial
de alguna enfermedad cardiovascular prematura. Los niveles de
triglicéridos, colesterol y colesterol-HDL post-ayuno
también pueden ser usados para identificar posibles
anormalidades. Es característico de las mujeres la menor
concentración de triglicéridos (80 mg/Dl.) respecto
de la de los hombres (120 mg/Dl.); las mujeres también
tienen más alto nivel de colesterol-HDL (55mg/Dl. versus
43 mg/Dl. para los hombres). El bebé recién nacido
tiene niveles de triglicéridos y de colesterol total entre
un medio y un tercio de los de un adulto. Los niveles de
colesterol-HDL son relativamente altos en el recién nacido
(35 mg/Dl.) en el que la proporción entre colesterol total
y colesterol-HDL es igual a 2; en los adultos esa
proporción es de 3,5 para las mujeres y de 4,6 para los
hombres. Los niveles de lípidos en los infantes son,
quizá, los «ideales»; al nacimiento, el
colesterol total en plasma es bajo mientras que el colesterol-HDL
es relativamente alto. Excepto en el caso de anormalidades
genéticas, las paredes vasculares de los recién
nacidos están libres de rastros de grasa. La
acumulación de grasa aparece durante los primeros
años de vida, indicando que la ingesta alimentaría
y los factores ambientales probablemente influyen sobre la
iniciación y la progresión de la aterosclerosis. Al
nacimiento, no se observan diferencias entre bebés varones
o mujeres ya que las hormonas
sexuales tienen, aparentemente, una reducida influencia en esta
etapa del desarrollo.
Las apolipoproteínas (Apo) son componentes
estructurales de las lipoproteínas plasmáticas que,
que juegan un papel importante en la regulación del
metabolismo.
De las nueve apolipoproteínas que se conocen, todas
difieren en su contenido de aminoácidos y su peso
molecular; su concentración plasmática en
individuos sanos se encuentra en el rango de 0.03 a 0.15 g/l.
Las apolipoproteínas poseen una conformación
molecular típica conocida como "alfa hélice
anfipática", en la que su porción
hidrofóbica integra un alto contenido de
aminoácidos no polares y su porción
hidrofílica integra los residuos polares de los
aminoácidos que son abundantes. Cada estructura es
esencial para la integridad de la lipoproteína, para que
sea capaz de interaccionar con los lípidos de la
porción hidrofóbica de la molécula de
lipoproteínas e interaccionar simultáneamente con
el ambiente
acuoso.
Basados en un criterio alfabético, las
apolipoproteínas pueden agruparse en cuatro familias que
incluyen miembros de diferente estructura, función y
carácter metabólico.
Apolipoproteínas A
Las apolipoproteínas A son un grupo de
proteínas distribuidas en forma variable sobre diferentes
lipoproteínas; por ejemplo, la Apo A-I y Ia Apo A-II se
encuentra principalmente en HDL, pero también en los
quilomicrones. La Apo A-IV se encuentra en forma libre en el
plasma o unida a lipoproteínas.
Apolipoproteinas | Peso molecular Kda | Concentración en plasma g/l | Función |
Apo AI | 28,000 | 1.0 – 1.5 | Activar enzima LCAT |
Apo AII | 17,000 | 0.3 – 0.5 | ? |
Apo AIV | 46,000 | 0.15 – 0.20 | Secreción de quilomicrones y transporte |
Apo B48 | 250,000 | 0.5 | Secreción de quilomicrones |
Apo B100 | 513,000 | 0.8 – 1.0 | Interacción con receptor LDL |
Apo CI | 6,500 | 0.04 – 0.07 | Activación de LACT |
Apo CII | 8,500 | 0.03 – 0.08 | Cofactor de LPL |
Apo AIII | 8,750 | 0.8 – 0.15 | Inhibición de LPL y su receptor |
Apo E | 39,000 | 0.03 – 0.06 | Interacción con receptor LDL y receptor Apo |
La Apo A-I es la apolipoproteína más
abundante en el plasma; está presente casi en forma total
en HDL y constituye cerca del 90% y 60-70% de la fracción
proteica en las subfracciones HDL2 y HDL3 respectivamente. Los
niveles plasmáticos de Apo A-I son generalmente mayores en
mujeres y correlacionan positivamente con la concentración
de HDL-Colesterol. Esta correlación no es válida en
sujetos con hipertrigliceridemia, en donde la fracción HDL
está enriquecida con triglicéridos y casi ausente
el colesterol.
La Apo A-I es sintetizada inicialmente en el hígado e
intestino como un precursor proteico, el cual es degradado hasta
su forma madura en plasma, que es una simple cadena
polipéptida que contiene 243 aminoácidos. Como el
componente proteico de mayor concentración de HDL,
participa activamente en el "transporte reverso de colesterol",
actúa como activador de la enzima
lecitin-colesterol-acetiltransferasa (LCAT), y como liga para el
complejo receptor-HDL, localizado en el hepatocito y sobre
diversas células periféricas.
La apolipoproteína Apo A-II es el segundo componente
proteico de mayor concentración de HDL, aunque está
ausente en la subfracción HDL2, este mismo constituye la
tercera parte como componente proteico de HDL3. La Apo A-II se
encuentra en menor concentración en plasma respecto de Apo
A-I, y los niveles plasmáticos no correlacionan con los
niveles HDL-colesterol. Desde un punto de vista estructural, la
Apo A-II es diferente al resto de las proteínas
transportadoras de lípidos porque es la única
apolipoproteínas plasmática presente en forma de
dimero. La Apo A-II está formada de dos cadenas
polipeptidicas de 77 aminoácidos, unidos por un enlace
disulfuro de los residuos de cistina de la posición 6. La
función especifica de la Apo-II no está claramente
especificada, pero recientes estudios indican que interviene en
la regulación de la actividad de la lipasa
hepática. Sin embargo, una absoluta ausencia de Apo-A-II
fue observada en una familia japonesa, no encontrándose
asociación con algún trastorno metabólico o
condición clínica significativa. Lo anterior
confirma que la Apo A-Il tiene una reducida participación
en el metabolismo de lípidos.
La apolipoproteína A-IV se encuentra en concentraciones
mínimas en el plasma y es aquí donde circula en
forma libre, así como también se encuentra unida a
los quilomicrones y HDLA (cerca del 50%). La Apo A-IV está
constituida por una cadena polipeptidica compuesta de 376
aminoácidos, fuertemente conformada como una
alfa-hélice de naturaleza anfipática,
condición que es necesaria para unir los quilomicrones en
las células del intestino y participar en el transporte
reverso o contraflujo de colesterol, favoreciendo la interacción entre el HDL y las
células.
Apolipoproteína B
La apolipoproteína B es una proteína con
gran peso molecular, presente en los quilomicrones,
lipoproteínas VLDL y LDL. Las concentraciones
plasmáticas de Apo B se encuentran en el rango de 0.8 –
1.0 g/l en individuos normolipémicos. Su
concentración es directamente correlacional con los valores de
colesterol total y colesterol HDL.
Dos formas moleculares llamadas Apo B100 y Apo B48, existen en
plasma. La primera es una simple cadena polipeptidica de 4,536
aminoácidos; es una de las proteínas más
grandes que existen en el plasma, sintetizada en el hígado
y secretada dentro de VLDL. Esta es cuantitativamente mantenida
durante la conversión de VLDL a IDL hasta LDL, de la cual
es el único componente proteico. La Apo B 100 es
indispensable para el acoplamiento de las partículas de
lipoproteínas (VLDL). Esta juega un papel importante como
molécula, ligando para LDL y su receptor. También
participa en la regulación de los niveles de colesterol a
nivel sanguíneo.
La Apo B48 está constituida por una cadena polipeptidica
de 2,152 aminoácidos (estos aminoácidos son
similares a los de Apo B 100, por lo tanto, Apo B48 es el 48%
similar con respecto de Apo B 100). Los niveles
plasmáticos de Apo B48 en un sujeto normal en un periodo
de ayuno, es de 50 veces menor respecto de la
concentración de Apo B 100. Esta concentración
tiene un remarcado incremento durante el periodo
postprandial.
La Apo B48 es sintetizada en el intestino y es una
molécula esencial para la formación de
quilomicrones.
Apolipoproteína C
Es una familia de proteínas de bajo peso
molecular incluyendo la Apo C-I, C-Il y C-III. Las tres
apolipoproteínas difieren en su peso molecular,
composición de aminoácidos y su función. Las
apolipoproteínas C son sintetizadas en mayor
proporción en el hígado y en menor
proporción en intestino; están presentes en
lipoproteínas que integran en su mayor parte
triglicéridos, tal es el caso de quilomicrones, VLDL, HDL.
La Apo C en plasma tiene un importante papel, manteniendo el
equilibrio
dinámico entre HDL, quiomicrones y VLDL. La
concentración plasmática en sujetos normales es muy
bajo, 0.03 g/l para Apo C-II y 0.15 g/l para Apo C-III.
Sólo se puede observar un incremento en periodos
postprandiales y en pacientes con hipertrigliceridemia.
Apo C-I es la apolipoproteína más pequeña;
está compuesta de 57 aminoácidos. En procesos in
vitro es capaz de activar la enzima
lecitin-colesterol-acetiltransferasa (LCAT). Esta
situación no indica que realice la misma función in
vivo; sin embargo, la concentración y afinidad por la
enzima es más elevada que la Apo A-I.
Apo C-Il es un polipéptido de 79 aminoácidos, que
está distribuido en forma variable de acuerdo a las
diferentes clases de lipoproteínas. Esta juega un papel
muy importante en la regulación del metabolismo de los
triglicéridos; es en realidad, un cofactor esencial para
la actividad de la lipasa lipoprotéica, enzima responsable
de la hidrólisis de los triglicéridos presentes en
las lipoproteínas, y es determinante en el catabolismo de
lo quilomicrones y VLDL.
Apo C-III está formado por 79 aminoácidos y
está presente en plasma en su forma glicosilada. En
relación a un análisis isoeléctrico, existen tres
isoformas identificables C-III0, C-III1 y C-III2, dependiendo de
las moléculas de ácido siálico a las que
esté unido (la cual le sirve para favorecer su
unión con su receptor o a otras moléculas). Apo
C-II y C-III participan en la regulación de la lipasa
lipoprotéica, generando un efecto de inhibición
sobre ella.
Apolipoproteína E
La Apo E es un polipéptido de 299
aminoácidos, encontrándose en VLDL e LDL y como una
subfracción de HDL llamada HDL1. La concentración
plasmática en sujetos normales es de 0.03 – 0.07 g/l y se
llega a incrementar 2 a 3 veces por hiperlipoproteinemia y en un
padecimiento conocido como enfermedad beta-ancha, caracterizada
por la presencia de una banda gruesa de lipoproteínas que
emigra a la región pre-beta en un corrimiento
electroforético. La Apo E se encuentra los humanos en tres
isoformas reconocidas por análisis isoeléctrico,
llamadas E2, E3 y E4. Las tres isoformas difieren una de otra por
la sustitución de un simple aminoácido (arginina
por cistina) en dos posiciones específicas de la secuencia
de Apo E. La presencia de tres isoformas, cada una de ellas
codificadas por un simple alelo, generan seis diferentes
fenotipos, tres homocigotos (E2/E2, E3/E3 y E4/E4), y tres
heterocigotos (E2/E3, E2/E4 y E3/E4), distribuidos en forma
variable en la población. El fenotipo E3/E3 es el
más común (60% de la población) y el E2/E2
es el más raro y sirve como criterio absoluto de
hiperlipoproteinemia tipo III.
La Apo E es reconocida por su receptor específico
(presente en el hígado y responsable del catabolismo de
los residuos de quilomicrones) y por el receptor LDL (que
también une a Apo B 100) la isoforma E2 no es reconocida
por ningún tipo de receptor.
1) Los quilomicrones y las lipoproteínas de muy
baja densidad (VLDL) transportan por el cuerpo
-triacilgliceroles, provenientes de la comida
-triacilgliceroles endógenos, producidos por el
organismo
2) LDL y HDL, transportan el colesterol proveniente de
la comida y el endógeno.
3) Las HDL y VHDL, transportan los fosfolípidos
ingeridos y los endógenos.
4) Contienen:
– LDL: 50-70 por ciento del colesterol total
sérico y ambos están directamente relacionados con
los riesgos de
enfermedades cardíacas o coronarias.
– HDL: 20-30 por ciento del colesterol total; los
niveles de HDL están inversamente relacionados con los
riesgos de enfermedades cardíacas o coronarias.
– VLDL: 10-15 por ciento del colesterol sérico
total y la mayor parte de los triglicéridos en el suero
post-ayuno; las VLDL son precursoras de las LDL; se presume que
algunas formas de VLDL, en especial las VLDL residuales, son
aterogénicas.
5) Quilomicrones (densidad <1,006 kg/L)
– aparecen en la sangre transitoriamente, luego de una
comida de contenido graso y normalmente desaparecen por completo
antes de 12 horas.
– Son ricos en triglicéridos y responsables por
el aumento postprandial (luego de comer) de los
triglicéridos en el plasma aunque normalmente no tienen
efecto importante sobre la concentración de colesterol
total.
6) Las lipoproteínas consisten de un centro de
lípidos hidrofóbicos rodeado por una cubierta de
lípidos polares lo que, a su vez, está rodeado por
una cubierta de proteína. Las proteínas que se
utilizan en el transporte de los lípidos son sintetizadas
en el hígado y son denominadas
«apolipoproteínas» o «apo». Hasta
8 apolipoproteínas pueden estar involucradas en la
formación de la estructura de una lipoproteína. Las
proteínas son llamadas Apo A-1, Apo A-2, Apo B-48, Apo
C-3, etc.
7) En su conjunto, las lipoproteínas conservan
una concentración de lípidos en sangre de unos 500
mg de lípidos totales en 100 ml de sangre. De estos 500,
120 mg son triacilgliceroles (TAG), 220 mg es colesterol y 160 mg
es fosfolípido.
Las lipoproteínas son conjugados de
proteínas con lípidos, especializadas en el
transporte de estos últimos y se dividen en varios
grupos
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Según su densidad:
- HDL «High Density Lipoproteins»:
Lipoproteínas de alta densidad ya que es mayor o igual a
1.063. Los aspectos notables de estas partículas son su
alto contenido de proteína (50 %) y su relativamente
alto contenido de fosfolípidos (30 %). Generalmente, las
HDL son divididas en dos subclases: HDL2 y HDL3. Las HDL2 son
grandes y menos densas; las HDL3 son menores y más
densas. Estas se conocen como las protectoras. Ya que no
permiten que las otras lipoproteínas que son las
agresoras se peguen a las células y nos provoque
daños en nuestro cuerpo.
La HDL sirve para remover el colesterol de las paredes
de las arterias y devolverlo al hígado. Niveles altos de
HDL (superiores a 45 mg/dl) se considera que protegen las
arterias del peligroso estrechamiento y, así, contribuyen
a prevenir los ataques cardíacos. En un estudio, los
niveles de HDL por debajo de 35 mg/dl fueron estrechamente
predictivos de muerte por
enfermedad arterial coronaria.
Esta partícula contiene apolipoproteína A
y participa en el proceso de
transporte "inverso" de colesterol, como se ilustrará en
la figura. El HDL se forma a partir de HDL naciente que coalesce
para formar partículas discoidales ricas en
apolipoproteínas que corresponde a la subfracción
HDL3 (densidad 1.125 a 1.210). Esta partícula
se transforma en la subfracción HDL2
esférica y menos densa (densidad 1.063 a 1.125) que se
llena con ésteres de colesterol.
El proceso de maduración de HDL (adquisión
de colesterol HDL a partir de tejidos periféricos)
comprende la activación de la lecitina colesterol
aciltransferasa (LCAT) por la apolipoproteína-1. La LCAT
esterifica el colesterol libre que HDL3 eliminó
de los tejidos periféricos, permitiendo el transporte de
la molécula esterificada en HDL2, que a su vez
deposita el colesterol directamente en el hígado donde
puede eliminarse a través del sistema biliar.
Además de esta vía clásica de transporte
inverso, el C-HDL también transfiere el colesterol a
C-VLDL y C-LDL a cambio de
triglicéridos. Este es un proceso de transporte inverso
que se identificó recientemente, que permite en forma
indirecta que el colesterol HDL trasferido regrese a los
receptores hepáticos para LDL vía el C-LDL
plasmático. Se piensa que la participación en este
proceso de transporte inverso es el mecanismo por el cual C-HDL
se relaciona inversamente con menor riesgo de CC, aunque evidencias
recientes indican que HDL tiene una función antioxidante
que ayuda a prevenir la oxidación aterógena de LDL.
La subpartícula HDL2, por lo general, se
considera como componente antiaterógeno específico
de HDL, aunque esto no está bien establecido; los datos
prospectivos recientes sugieren que la subpartícula
HDL3 es igualmente protectora. De manera alternativa,
puede clasificarse a HDL según contenga sólo apo
A-I (Lp A-I) o tanto apo A-I como apo-II (Lp A-I: A-II).
Según la evidencia actual Lp A-I representa la
subpartícula benéfica de HDL.
Además, el metabolismo de triglicéridos
está asociado de manera inversa con el HDL. La
hipertrigliceridemia causa disminución en la
concentración plasmática de C-HDL2; esto
puede ser responsable del efecto de la trigliceridemia como
factor de riesgo de CC.
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Vía endógena del metabolismo
lipídico. En ella es fundamental la participación
de la proteína de transferencia de ésteres de
colesterol (CETP), para que las partículas de colesterol
sean captadas por las lipoproteínas de alta densidad y
transportadas al hígado.
- IDL también se conocen como VLDL-beta o
remanentes VLDL «Intermediate Density
Lipoproteins»: Lipoproteínas intermedias. Cuya
Densidad está entre 1.006 y 1.019 Estas
partículas, que se forman de manera temporal durante el
metabolismo de VLDL, Contienen apo-E y son eliminados por el
hígado a través de los receptores LDL (o
B/E).
Las disbetalipoproteinemia (hiperlipoproteinemia Tipo
III) es un trastorno lipídico caracterizado por la
presencia anormal de IDL plasmática; esto se debe a un
defecto de la apolipoproteína E (isoforma
apo-E2) además de un sobreproducción de
VLDL, lo que da lugar a acumulación de IDL remanente no
catabolizada característica de este
padecimiento.
En este caso, hay un impedimento en las vías
metabólicas normales del IDL, incluyendo el consumo
hepático directo de ILD o su conversión en LDL. Al
parecer las partículas remanentes son
aterógenas.
- LDL «Low Density Lipoproteins»:
Cuya densidad está entre 1.109 y 1.063.
Lipoproteínas de baja densidad. es altamente insoluble.
Ya que constituyen la principal fuente de suministro de
colesterol y de lipoproteína acarreadora de colesterol;
además se cataboliza tanto por vías mediadas por
receptores.no resulta sorprendente que el LDL tenga un rol
significativo en el desarrollo de la enfermedad
aterosclerótica.
Estas son las agresoras y son las que más
daño
nos pueden producir porque contienen mayor cantidad de
colesterol, estas cantidades de colesterol y ésteres
asociadas a la LDL son habitualmente de unas dos terceras partes
del colesterol plasmático total.
Su importancia radica en el conocimiento
de la homeostasis
del colesterol que puede comprenderse revisando las consecuencias
que tienen las concentraciones plasmáticas elevadas de
colesterol cuando se mantiene de forma prolongada.
Se ha identificado la presencia de receptores de LDL en
orificios recubiertos en la superficie celular que tiene el
propósito de captar el LDL. Este proceso esta mediada
vía apolipoproteína B-100, apo-E y receptores B/E,
lo que permite la adquisión subsecuente de colesterol y su
utilización por la
célula.
Es importante reconocer que el 70% de los receptores
para C-LDL se encuentran en los hepatocitos, lo que permite que
el hígado reutilice el colesterol. El colesterol
introducido a las células por este proceso mediado por
receptores limita la síntesis
de colesterol al inhibir la actividad de la enzima que regula la
tasa de este proceso, la reductasa de la 3-hidroxi-3-metil
glutaril coenzima A (HMG-CoA). Esto brinda a las células
un medio para regular su contenido de colesterol; por ejemplo, se
piensa que el colesterol dietario de los quilomicrones remanentes
disminuye los receptores hepáticos del LDL.
La vía de utilización de C-LDL no mediada
por receptores es una ruta de salida que involucra a los
macrófagos del sistema del retículo endotelial.
Esta vía, al parecer responsable, sobre todo, de
acumulación de C-LDL modificado, esta implica en el
proceso de aterógeno.
El C-LDL modificado comprende partículas oxidadas
por radicales libres o glucosiladas. Estas alteraciones
químicas importantes elevan la aterogenicidad de C-LDL. El
probucol disminuye el progreso de las lesiones
ateroescleróticas en el estudio de conejos de Watanabe,
actuando probablemente como un antioxidante.
Se identificó hipercolesterolemia familiar como
un trastorno autonómico Mendeliano dominante, como
resultado de la presencia de defectos en los receptores LDL. En
este caso se elevan los niveles plasmáticos de C-LDL
plasmáticos. La hipercolesterolemia familiar se
caracteriza por concentraciones aterógenas de colesterol
plasmático total (LDL e IDL) muy elevadas.
Al parecer, las LDL de pequeño tamaño
tienen un menor contenido de sustancias antioxidantes,
lo que las hace más propensas a la oxidación y
favorece su acumulación en las células espumosas.
Así, los dos fenómenos descritos se conjugan de
manera que estos sujetos no sólo presentan aterosclerosis
temprana, sino que son más propensos al desarrollo de
fenómenos trombólicos (figura).
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Figura. Cierta clase de
lipoproteínas de baja densidad, más pequeñas
y densas, favorecen el desarrollo y progresión de las
placas de ateroma, pues se oxidan con mayor facilidad y son
más afines por los receptores de membrana. Por otra parte,
la hiperproducción de estromelisina facilita la
inestabilidad y posterior ruptura de la placa
aterosclerótica.
- VLDL: LIPOPROTEÍNAS DE MUY BAJA
DENSIDAD «Very Low Density Lipropotein» (Densidad
de 0.95 a 1.006)
Esta partícula, compuesta sobre todo de
triglicéridos es secretada por los hepatocitos y contiene
apolipoproteínas B-100. Concentraciones elevadas de VLDL
dan como resultado hipertrigliceridemia.
Los triglicéridos de la partícula C-VLDL
plasmática circulante son eliminadas por lipasas titulares
(deslipidación) para almacenarse (lipasa lipoproteica
adiposa) o utilizarse (lipasa lipoproteica esquelética).
La apolipoproteína C tiene una función muy
importante en la modulación
de la actividad de las lipasas lipoproteicas.
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- Quilomicrón:
Lipoproteínas de muy baja densidad menor a 0.95 y son
precursoras de las lipoproteínas de baja densidad. Son
relativamente bajas en proteínas, fosfolípidos y
colesterol, pero altas en triglicéridos (55 a 95 %). En
términos más amplios, estas partículas son
denominadas «lipoproteínas ricas en
triglicéridos». Derivaban de las grasas dietarias
(exógenas) absorbidas en el intestino, y se forman en el
epitelio intestinal. Estas partículas consisten sobre
todo en triglicéridos (98% de su peso) con colesterol y
una sola apolipoproteína, la B-48.
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- Triglicéridos: Los
triglicéridos son moléculas grasas empaquetadas
junto con el colesterol en las esferas de transporte de las
lipoproteínas. Los triglicéridos proporcionan
energía para los músculos esqueléticos y
para almacenamiento en los adipositos. Altos niveles
de trglicéridos desplazan al colesterol-HDL. Se han
obtenido evidencias recientes que indicarían que los
triglicéridos pueden ser grandes generadores de problemas
para el corazón.
Las investigaciones
también sugieren que el organismo convierte los
transportadores de triglicéridos en partículas
LDL de muy reducida densidad, más peligrosas que la
propia LDL. Los triglicéridos pueden ser responsables,
también, del desarrollo de coágulos
sanguíneos que bloquean las arterias y concluyen en un
ataque cardíaco. Con frecuencia, los
triglicéridos elevados están asociados a la
resistencia a
la insulina, la obesidad (en
particular alrededor del abdomen) y la diabetes.
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Los quilomicrones se hidrolizan en la superficie
capilar, los triglicéridos son extraídos de la
parte lipídica de la partícula; esto se hace
mediante lipasas titulares, que requieren apolipoproteína
C-II como cofactor.
La partícula restante (o remanente)
(relativamente rica en ésteres de colesterol) es
responsable del transporte de las grasas dietarias (100 gr. de
triglicéridos y 500 mg. de colesterol diario) al
hígado donde son utilizados
Los receptores hepáticos que contiene la apo-E
reconocen y eliminan del plasma a los quilomicrones remanentes.
La tasa de depuración de estas partículas depende
de la subfracción de apo-E presente; las partículas
que contienen apo-E2 se elimina con más
lentitud que las que tienen apo-E3 y
apo-E4.
Propiedades físico-químicas de | |||
| VLDL | LDL | HDL |
densidad (g/ml) | 0.950-1.006 | 1.006-1.063 | 1.063-1.210 |
tamaño (nm) | 30-80 | 18-50 | 8.5-12 |
migración | pre-beta | beta | alfa |
composición (en peso): |
| ||
proteínas | 8 % | 22 % | 50 % |
triacilglicéridos | 55 % | 6 % | 8 % |
fosfolípidos | 18 % | 22 % | 22 % |
colesterol libre | 7 % | 8 % | 3 % |
ésteres de colesterol | 12 % | 42 % | 14 % |
ácidos grasos libres | trazas | trazas | 3 % |
8. Metabolismo de
las principales lipoproteínas
El metabolismo de las lipoproteínas tiene dos
vías: una exógena y una endógena.
La exógena es principalmente responsable de la
absorción de las grasas dietarias en el estado
postprandial y su distribución a los tejidos. Esta vía
tiene los siguientes pasos:
1. Inicia con la absorción de acidos grasos
libres y colesterol en el intestino. Allí se convierten en
esteres de colesterol y triglicéridos que se empacan en
quilomicrones. Estos se secretan a la circulación
periférica
2. En los capilares del tejido adiposo y muscular, los
quilomicrones se rompen por la lipoprotein lipasa produciendo
mono y diglicéridos que entran a la célula.
3. El resto del quilomicron se une a las HDL (lipoproteinas de
alta densidad) y el remanente tiene portencial de formar
ateromas. Los quilomicrones son captados rapidamente por el
hígado.
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La vía endógena transporta colesterol y
triglicéridos a los rejidos en estado de
ayuno. Esta vía tiene los siguientes pasos:
1.. Empieza con la síntesis y secreción de
lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), ricas en
trigliceridos que son clivadas también por la lipoprotein
lipasa en el tejido adiposo y el músculo: El remanente se
transfiera a fracciones de HDL.
2. El remanente de VLDL (también llamado IDL),
tiene un potencial aterogénico y un 50% es captado por el
hígado a través de receptores LDL
(lipoproteínas de baja densidad)
3. El LDL altamente aterogénico contiene
principalmente colesterol, y la función de transportarlo a
los tejidos que lo requieren (gónadas, glándulas
adrenales y células con alta tasa de
división)
- El hígado también tiene la
función de remover estas LDL a través del
receptor LDL. Dos tercios de las LDL se remueven de esta forma
y el resto en las células de Kupffer, las células
musculares lisas y los macrófagos, sin mediar
ningún receptor. Esta última vía se cree
que participa en el proceso aterogénico.
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LPL= lipoproteína lipasa IDL= |
Figura 1. Los triglicéridos circulantes |
Metabolismo de cada
Lipoproteína
- Quilomicrones: Chylomicrons se
encuentra en la mucosa intestinal como los medios de
transportar el colesterol y los triacylglycerols
dietéticos al resto del cuerpo. Chylomicrons es, por lo
tanto, las moléculas formadas para movilizar los
lípidos (exógenos) dietéticos. Los
lípidos predominantes de chylomicrons son
triacylglycerols. Las apolipoproteinas que predominan antes de
que los chylomicrons incorporen la circulación incluyen
apo-B-48 y el apo-A-I-Uno-Y o, – A-II e intravenoso. Apo-B-48
combina solamente con los chylomicrons.
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Los quilomicrones del intestino van vía el
sistema linfático e incorpora la circulación en la
vena subclavia izquierda. En la circulación
sanguínea, los chylomicrons adquieren el apo-C-II-C-Ii y
el apo-E-E del plasma HDLs. En los tubos capilares del tejido
fino adiposo y del músculo, los ácidos grasos de
chylomicrons son quitados de los triacylglycerols por la acción
de la lipasa de la lipoproteína (LPL), que se encuentra en
la superficie de las células endothelial de los tubos
capilares. El apo-C-II-C-Ii en los chylomicrons activa LPL en la
presencia del phospholipidos. Los ácidos grasos libres
entonces son absorbidos por los tejidos finos y la espina dorsal
del glicerol de los triacylglycerols se vuelve, vía la
sangre, al hígado y a los riñones. El glicerol se
convierte al fosfato intermedio glicolítico del
dihydroxyacetone (DHAP). Durante el retiro de ácidos
grasos, una porción substancial del phospholipid, el
apo-A-Uno y el apo-C-C se transfiere a HDLs. La pérdida de
apo-C-II-C-Ii evita que LPL degrade más lejos los
remanente del chylomicron.
Los remanente de Chylomicron — conteniendo sobre todo el
colesterol, el apo-E-E y apo-B-48 — entonces se entregan a, y
se toman cerca, el hígado con la interacción con el
receptor el remanente del chylomicron. El reconocimiento de los
remanente del chylomicron por el receptor hepático el
remanente requiere el apo-E-E. Función de Chylomicrons
para entregar los triacylglycerols dietéticos al tejido
fino adiposo y músculo y colesterol dietético al
hígado
- VLDL: La ingestión dietética de la
grasa y del carbohidrato, en el exceso de las necesidades del
cuerpo, conduce a su conversión en los triacylglycerols
en el hígado.
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Estos triacylglycerols se empaquetan en VLDLs y se
lanzan en la circulación para la entrega a los varios
tejidos finos (sobre todo músculo y tejido fino adiposo)
para el almacenaje o la producción de la energía con la
oxidación. VLDLs es, por lo tanto, las moléculas
formadas para transportar los triacylglycerols endógeno
derivados a los tejidos finos adicional-hepa'ticos. Además
de los triacylglycerols, VLDLs contiene algunos ésteres y
los apoproteins, apo-B-100, apo-C-I-C-Yo, apo-C-II-C-Ii,
apo-C-III-C-III y apo-E-E del colesterol y del cholesteryl. Como
chylomicrons nacientes, VLDLs nuevamente lanzado adquiere el
apo-apo-Cs y el apo-E-E de circular HDLs.
La porción del ácido graso de VLDLs se lanza al
tejido fino adiposo y al músculo de la misma manera que
para los chylomicrons, con la acción de la lipasa de la
lipoproteína. La acción de la lipasa de la
lipoproteína juntada a una pérdida de ciertos
apoproteins (el apo-apo-Cs) convierte VLDLs a las
lipoproteínas intermedias de la densidad (IDLS),
también llamadas los remanente de VLDL. El apo-apo-Cs se
transfiere a HDLs. Las proteínas restantes predominantes
son apo-B-100 y apo-E-E. La pérdida adicional de
triacylglycerols convierte el IDLS a LDLs.
- IDL: Se forma el IDLS mientras que los
triacylglycerols se quitan de VLDLs. El sino del IDLS es
cualquier conversión a LDLs o al uptake directo al lado
del hígado. La conversión del IDLS a LDLs ocurre
mientras que se quitan más triacylglycerols. El
hígado toma el IDLS después de que hayan obrado
recíprocamente con el receptor de LDL para formar un
complejo, que es endocytosed por la célula. Para los
receptores de LDL en el hígado reconocer el IDLS
requiere la presencia de apo-B-100 y de apo-E-E (el receptor de
LDL también se llama el receptor de apo-B-100/apo-E). La
importancia del apo-E-E en uptake del colesterol por los
receptores de LDL se ha demostrado en los ratones transgenic
que carecían los genes funcionales apo-E-E. Estos
ratones desarrollan lesiones atherosclerotic severas en 10
semanas de la edad. - Metabolismo de las VLDL y de las
LDL
Las VLDL se elaboran en las células del
parénquima hepático mediante un mecanismo
análogo al que se da en los enterocitos. En este caso, la
apolipoproteína constituyente es la apo B-100 y los
triglicéridos han sido sintetizados en el propio
hepatocito a partir de ácidos grasos endógenos. La
tasa de síntesis de VLDL es muy variable y depende
fundamentalmente de la cantidad de ácidos grasos de que
dispone el hígado: los de síntesis propia
(lipogénesis) y los procedentes del tejido adiposo
(lipólisis). Las VLDL son segregadas al plasma y sufren
una serie de cambios semejantes a los que ocurrían con los
quilomicrones. Así, adquieren apolipoproteínas C y
E de las HDL y actúa sobre ellas la LPL, que hidroliza sus
triglicéridos dejando los ácidos grasos liberados
en disposición de ser captados por las células de
los tejidos subyacentes. A su vez, las VLDL son objeto de la
acción de la CETP, que permite el intercambio de
triglicéridos por ésteres de colesterol con las
HDL. Este intercambio de lípidos ocurre también
entre las propias partículas VLDL, de manera que las VLDL
de tamaño pequeño ceden ésteres de
colesterol a las VLDL de mayor tamaño, mientras que toman
triglicéridos; seguidamente, la LPL hidroliza estos
triglicéridos. Esta acción coordinada entre CEPT y
LPL permite que una determinada partícula de VLDL pierda
progresiva y cíclicamente lípidos neutros, primero
triglicéridos, luego ésteres de colesterol y
así sucesivamente. Este proceso se completa con la
pérdida de fosfolípidos y parte de las
apolipoproteínas, que son recogidas por las HDL.
Así pues, las lipoproteínas resultantes son de
menor tamaño y mayor densidad que las VLDL y se denominan
IDL. El tiempo medio
de recambio de los triglicéridos de las VLDL es de unos 20
min. y el de residencia de una partícula de VLDL en el
plasma hasta su conversión en IDL, de unas
horas.
Las IDL conservan la molécula de apo B-100, que
identifica su procedencia, y parte de las apolipoproteínas
C y E. La presencia de esta última permite que sean
eliminadas del plasma por acción del receptor
hepático LRP y quizás también por la
participación del proteoglicano de heparán sulfato
(HSPG), que interacciona con las lipoproteínas
reteniéndolas en la membrana. No obstante, el principal
protagonista del aclaramiento de las IDL por el hígado
parece ser el receptor LDL, reconociendo no tanto la apo B-100
sino la apo E de las mismas.
Una parte de las IDL, aproximadamente la mitad en
condiciones fisiológicas normales, no son eliminadas por
el hígado sino que permanecen en el plasma y sufren la
acción de la lipasa hepática y la pérdida de
las apolipoproteínas C y E. Las lipoproteínas
resultantes siguen conservando la apo B-100, son ligeramente
más densas que las IDL y ricas en ésteres de
colesterol: son las LDL.
Las LDL constituyen una reserva circulante de
colesterol, con un tiempo de residencia en el plasma de 2-3
días. Cuando las células requieren colesterol,
expresan el receptor LDL en su membrana, el cual les permite
captar las LDL mediante endocitosis. A excepción del
hígado, que puede excretar el colesterol a la bilis o
utilizarlo para la síntesis de ácidos biliares, y
de las glándulas esteroidogénicas, que lo destinan
a la síntesis de hormonas, los requerimientos de
colesterol del resto de las células son muy bajos puesto
que únicamente lo utilizan para la formación de
membranas y, el caso, es que también pueden sintetizarlo a
partir de acetil-CoA. En coherencia con ello, aproximadamente el
75 por ciento de las LDL del plasma acaban siendo catabolizadas
por el hígado. En cuanto a los receptores que protagonizan
el aclaramiento de las LDL, más de dos tercios
corresponden al receptor LDL.
La concentración de cLDL en el plasma viene
determinada por la tasa de producción de VLDL, por un
lado, y la tasa de eliminación de IDL y de LDL, por otro.
Cuando el hígado recibe un exceso de colesterol procedente
de la dieta (a través de los quilomicrones remanentes y
del receptor LRP, no regulado), se reprime la actividad del
receptor LDL hepático, por los mecanismos antes
comentados, lo cual se agrava si recibe ácidos grasos
saturados, que no favorecen la acción de la ACAT. Al
tiempo, la síntesis de triglicéridos puede estar
incrementada por efecto de una aumentada lipogénesis (por
exceso de glúcidos, etanol, etc.) o por estímulos
hormonales, estimulándose la secreción de VLDL. En
estas circunstancias se produce claramente un desbalance entre la
tasa de entrada de colesterol al plasma en forma de VLDL,
aumentada, y la tasa de eliminación de LDL a través
del receptor, disminuida, lo que provoca el aumento de la
concentración de estas últimas, causa principal de
la hipercolesterolemia. Se entiende entonces cómo debe
modificarse la dieta con fines profilácticos y
terapéuticos: reducción del contenido de
colesterol, de la proporción de ácidos grasos
saturados y del contenido calórico. El aclaramiento de las
LDL puede aumentarse fármaco lógicamente con
inhibidores de la HMG-CoA reductasa que, secundariamente
estimulan la actividad del receptor LDL. Estos inhidores de la
síntesis de colesterol pueden incluso llegar a inhibir la
producción de VLDL, por lo que su beneficio en el
tratamiento de la hipercolesterolemia es doble.
- Metabolismo de las HDL
Las HDL participan en el transporte de colesterol en el
sentido centrípeto, desde los tejidos periféricos
al hígado, en lo que se denomina "transporte reverso de
colesterol", pero su papel es mucho más amplio, como ya
hemos visto, por ejemplo, al comentar el metabolismo de las otras
lipoproteínas.
El origen metabólico de las HDL es complejo ya
que sus diversos componentes tienen una procedencia
múltiple. La apo A-I, componente principal de estas
lipoproteínas, se sintetiza en hígado e intestino,
mientras que las otras apolipoproteínas se sintetizan
preferentemente en el primero. Las HDL que segregan estos dos
tejidos son partículas discoidales o bien esféricas
de tamaño muy pequeño, relativamente ricas en
proteínas y fosfolípidos y escasos ésteres
de colesterol. Estas HDL recogen colesterol libre de las
células a través de varios mecanismos: bien por
simple contacto con las membranas o por interacción con
receptores específicos que reconocerían la apo A-I.
En este segundo caso, la interacción con el receptor
(todavía sin identificar) parece desencadenar una
respuesta celular que facilita el trasiego del colesterol
intracelular hacia la membrana, donde sería recogido por
la lipoproteína gracias a un gradiente químico de
concentración favorable. En cualquier caso, para que las
HDL puedan recoger el colesterol celular, éste debe
localizarse en la cara externa de la membrana plasmática,
proceso que, como hemos visto anteriormente, corre a cargo de la
proteína ABC-1. En cuanto a la captura de colesterol, las
partículas conocidas como preß1-HDL, pequeñas
y ricas en apo A-I, parecen ser las más eficaces pero, en
general, todas las HDL son capaces en mayor o menor medida de
recoger colesterol libre. Ahora la LCAT se adhiere
físicamente a estas partículas y se esterifica el
colesterol. Los ésteres de colesterol que se forman ocupan
el núcleo de la lipoproteína y en sucesivos ciclos,
la partícula va agrandándose y adopta forma
esférica, transformándose en una HDL3. Las HDL3
constituyen una población heterogénea, que en
promedio contiene 3 ó 4 moléculas de apo A-I por
partícula, pero coexisten partículas que contienen
también apo A-II. Aunque se ha propuesto que estas
últimas interaccionan peor con el hipotético
receptor para apo A-I, realmente el significado
fisiológico de la existencia de ambos tipos de HDL y los
factores que determinan el trasiego de apo A-II entre las
lipoproteínas no se conocen. Las HDL3 pueden seguir
aceptando colesterol y también fosfolípidos y
apolipoproteínas de las otras lipoproteínas, todo
lo cual hace que aumenten de tamaño,
transformándose en HDL2. Todas las HDL, si bien las HDL2
con mayor eficacia, son
sustratos para la CETP, con lo que ceden ésteres de
colesterol a las lipoproteínas que contienen apo B al
tiempo que adquieren triglicéridos de ellas. Así
pues, el colesterol celular recogido por las HDL acaba en las
VLDL/LDL, desde donde puede ser cedido a los tejidos,
fundamentalmente al hígado. Ésta es la rama
indirecta del transporte reverso de colesterol, que en la especie
humana es la mayoritaria por la alta actividad relativa de CETP.
La rama directa estaría delimitada por la cesión de
colesterol de las HDL a los tejidos directamente. Por ejemplo, la
pequeña fracción de las HDL2 que han adquirido apo
E, bien de las lipoproteínas bien de los
macrófagos, les permite ser reconocidas por el receptor
LRP o por el receptor LDL y ser captadas por endocitosis. Otras
pueden interaccionar con el receptor SR-B1 (o CLA-1) y ceder
selectivamente los ésteres de colesterol sin ser
internalizadas. Para completar el metabolismo de las HDL hay que
considerar el destino de los triglicéridos y de los
fosfolípidos. La HL hidroliza preferentemente los
fosfolípidos y transforma las HDL2 en HDL3, permitiendo el
reciclado de estas lipoproteínas. La hidrólisis de
los triglicéridos, por su parte, por acción de la
HL o de la LPL, al parecer determina la pérdida de apo A-I
de la partícula. Esta proteína se constituye en
aceptor de colesterol libre, reiniciando un nuevo ciclo o bien es
eliminada por el riñón. El tiempo medio de
residencia de una HDL en el plasma humano (en realidad, de la apo
A-I), es de unos 5 días pero hay que reconocer que el
metabolismo integral de las HDL es muy complejo y no se conocen
con exactitud todas las transformaciones que sufren estas
partículas ni los factores que las controlan.
Las alteraciones primarias que afectan al metabolismo de
las HDL son muy raras. La deficiencia de apo A-I se asocia con
niveles de cHDL muy bajos, pero no implica la ausencia total de
HDL porque persisten lipoproteínas con apo A-II y apo E.
En la deficiencia de LCAT las HDL son anormales: discoidales,
carentes de ésteres de colesterol y relativamente ricas en
fosfolípidos y proteína, lipoproteínas que
recuerdan a la LpX, lipoproteína que aparece en las
colestasis, donde aparte de una regurgitación de bilis
hacia el plasma se presenta también una cierta deficiencia
de LCAT. En la enfermedad del ojo de pescado, la ausencia de
actividad a-LCAT determina también un descenso del
número de partículas de HDL, aunque menos acusado
que en el caso anterior. Otra alteración es la enfermedad
de Tangier, donde la concentración de HDL plasma es muy
baja al parecer por una aumentada degradación de las
mismas, que tiene como causa última la deficiencia de
ABC-1, que impide el abastecimiento de colesterol a las HDL.
Aunque el defecto no afecta primariamente a las HDL, en este
apartado de hipoalfalipoproteinemias también debe
mencionarse la deficiencia de LPL, que en su condición
homocigótica cursa con niveles extremadamente bajos de
HDL, probablemente debido al enriquecimiento de
triglicéridos de las HDL, lo cual acelera su catabolismo.
Más frecuentes son los descensos moderados de las HDL que,
resumidamente, pueden tener origen en una disminuida actividad de
LPL o una hipertrigliceridemia por otras causas, donde
también se estimula la transferencia de
triglicéridos a las HDL por acción de la CETP y
aumenta su degradación. En el otro extremo tenemos la
deficiencia de CETP, donde se produce hiperalfalipoproteinemia.
En este caso es fácil entender el aumento de la
concentración de cHDL, ya que los ésteres de
colesterol quedan confinados a las HDL, donde se forman. Menos
evidente es la causa del aumento de la concentración de
apo A-I, en definitiva, del número de partículas de
HDL; en el terreno de la especulación podría
decirse que la falta de transferencia de triglicéridos
desde las VLDL/IDL a las HDL, evita la acción de las
lipasas sobre estas últimas y, con ello, aumenta el tiempo
de residencia de la apo A-I en el plasma. Estas alteraciones dan
luz sobre
algunos de los pasos metabólicos que sufren estas
lipoproteínas pero son muchos aún los aspectos que
están por descifrar, como el significado de las diferentes
subpoblaciones de HDL o los factores que controlan el trasiego de
apolipoproteínas entre ellas.
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