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Normas comunitarias en dos pueblos postnahuas de Tlaxcala en México




Enviado por gdavins



    1. El contexto etnográfico
      los dos pueblos Tlaxcaltecas: Santa Apolonia
      Teacalco
    2. San Felipe Cuauhtenco del
      Municipio de Contla de Juan Cuamatzi
    3. Organización del pueblo
      de Santa Apolonia: Normas y prácticas de gobierno
      local
    4. San Felipe Cuauhtenco, sus
      cargos y organización
    5. El sistema de embargos y la
      aplicación de justicia en el pueblo de Santa
      Apolonia
    6. Las normas, y la
      "recogida" en San Felipe Cuauhtenco
    7. Bibliografía

    Introducción:

    El presente artículo describe la práctica
    del embargo en dos pueblos postnahuas del estado de
    Tlaxcala en México,
    Santa Apolonia Teacalco y San Felipe Cuauhtenco, respectivamente.
    En esta última localidad era llamado la "recogida"
    y en la actualidad no se ejerce, pese a que muchos de los mayores
    recuerdan haberla practicado. En cambio en
    Santa Apolonia se le denomina "el embargo" y sigue siendo
    utilizado por sus habitantes para hacer exigir muchas de las
    cooperaciones acordadas por el pueblo. Constituye un acercamiento
    descriptivo a las realidades indígenas de Tlaxcala y del
    México para muchos desconocido.

    El contexto
    etnográfico los dos pueblos Tlaxcaltecas: Santa Apolonia
    Teacalco.

    En el altiplano central mexicano, a 2,200 metros sobre
    el nivel del mar se ubica el municipio de Santa Apolonia Teacalco
    al sur del estado de Tlaxcala. Colinda al norte, sur y poniente
    con Nativitas otro municipio del cual se escindió. Al
    oriente limita con el municipio de Tetlatlahuca. Según
    información del Instituto Nacional de
    Estadística, Geografía e Informática (INEGI México) Santa
    Apolonia comprende una superficie de 7,91 kilómetros
    cuadrados, que representa el 0.19 por ciento del territorio
    estatal. La entidad federativa comprende en tanto 4,060.923
    kilómetros cuadrados. En cuanto a los aspectos
    sociodemográficos, y de acuerdo al conteo del censo de
    población y vivienda del 2000 habitan el
    municipio 3,676 habitantes distribuidos en 747 viviendas. De este
    total comunal, 1,722 son hombres y 1,954 son mujeres. La
    población se concentra en la cabecera municipal que lleva
    el mismo nombre del municipio, (Santa Apolonia Teacalco) y se
    constituye en el centro más poblado con 3,633 habitantes.
    Otros lugares con concentración de población en
    este municipio, son el Nuevo Centro de Población Agraria,
    (conocidos por sus siglas N.C.P.A) de San Antonio
    Teacalco.

    El estado de
    Tlaxcala, (el suroeste) es el área que cuenta con mayor
    concentración demográfica y una muestra de ello
    es este municipio, cuya densidad de
    población es de 468.64 habitantes por kilómetro
    cuadrado. El municipio se encuentra ubicado en una zona del
    Estado de Tlaxcala que es conocida como "el jardín de
    Tlaxcala"
    . Ello como producto de la
    buena calidad de las
    tierras y de la infraestructura agrícola con que cuenta,
    principalmente por sus recursos
    hídricos. La tierra es
    dedicada principalmente, para el cultivo de productos
    agrícolas, tales como tomates, maíz y
    para el cultivo de forraje ganadero.

    El mayor dinamismo de la economía está
    dado por el sistema
    agroganadero que opera en este municipio. Este consiste en
    destinar una gran cantidad de tierras para el cultivo de forrajes
    por un lado y de productos agrícolas altamente comerciales
    como son los tomates verdes en otro ámbito. Permitiendo
    con ello que los cultivos de forrajes sean para alimento de
    ganado vacuno y la venta de tomates
    una vez posibilite la compra becerros y otros insumos necesarios
    para la actividad ganadera.

    Otra actividad económica del municipio es la
    cestería que tiene, en términos culturales y
    tradicionales, gran importancia. Esta actividad es complementaria
    a las anteriormente mencionadas, sectores de donde salen los
    principales ingresos de la
    población. Quienes no participan en los circuitos
    agroganadero y artesanal emigran a las zonas industriales de la
    región o del país. Con frecuencia, también a
    los Estados Unidos de
    América
    y Canadá.

    La religión predominante
    del pueblo es la católica y de hecho el 80 % de la
    población se auto refiere como tales, según
    información de la presidencia municipal. El pueblo cuenta
    con dos templos; a) la capilla de Cristo Rey en las afueras del
    pueblo y b) la Parroquia de Santa Apolonia. El restante 20 % de
    la población del municipio pertenece a otras religiones, como son;
    testigos de Jehová y protestantes de la iglesia del
    evangelio eterno. Esta última, tiene una presencia de
    larga data en el pueblo, prueba de ello es que construyó
    su templo en 1924.

    La fiesta patronal es el 9 de febrero y todos los
    gastos que emanan
    de estas celebraciones son pagados por el pueblo y los dineros
    administrados por los fiscales. Santa Apolonia es patrona de los
    dentistas, así durante las fiestas en su honor, el
    presidente municipal auxiliar invita a odontólogos de la
    región, de Puebla y otros pueblos vecinos para que brinden
    atención dental gratuita a la
    población del pueblo. La fiesta patronal es organizada a
    través de un sistema rotativo donde cada uno de los tres
    barrios en alguna ocasión le corresponde su organización.

    San Felipe
    Cuauhtenco del Municipio de Contla de Juan
    Cuamatzi

    Se ubica en las faldas nororientales del extinto
    volcán de La Malinche, a una altitud de 2.480 metros sobre
    el nivel del mar, también en el Estado de Tlaxcala. Es la
    quinta sección del municipio de Contla de Juan Cuamatzi
    cuya cabecera es el poblado de San Bernardino Contla. El pueblo
    de San Felipe Cuauhtenco abarca una superficie de 3
    kilómetros2 y su población es de 1,839 habitantes,
    que se dividen en 951 hombres y 888 mujeres. En términos
    censales, es una "localidad", es decir; se encuentra en el
    segmento de entre 500 y 2,499 habitantes categoría que
    maneja el Instituto Nacional de Estadística
    Geografía e Informática (INEGI) para estos efectos.
    El clima
    predominante, durante la mayor parte del año es templado
    – húmedo, con lluvias en verano y tiende a ser
    más frío conforme se asciende hacia las alturas del
    volcán de La Malinche. En lo que es el pueblo y referido a
    las viviendas, la mayoría de las casas son de un piso, con
    techos de láminas galvanizadas y vigas de madera
    expuestas como cielo raso. Los muros son de materiales
    mixtos, block y cemento, adobe
    y corteza de árbol en los menos de los casos. Respecto a
    sus divisiones, la mayoría tiene una habitación
    principal, que sirve de sala y comedor a la vez y otros cuartos
    para recamara. Además, se encuentra lo que los habitantes
    llaman; "cocina de humo", donde junto al "tlecuil",
    (fogón o brasero) se encuentra el comal para elaborar las
    tortillas diarias.

    En la actividad agrícola destaca el cultivo del
    maíz, primordial para sus habitantes. La calidad de la
    tierra
    según los lugareños es de buena calidad, pero se
    debe emplear fertilizantes. En cuanto a otras especies y
    sembradíos del pueblo, el nopal se cultiva en los
    "mesurcos" lo que ellos refieren como límites,
    habitualmente magueyes o arbustos, que puestos en hileras
    delimitan las milpas. El nopal representa en ciertas
    épocas una fuente importante de alimentación para los
    habitantes de San Felipe. También se siembra
    fríjol, calabaza y habas. Una de las hierbas comestibles
    más consumidas es el quelite que se encuentra con
    facilidad en la zona y se prepara hervido o frito y cuyo uso
    preferente es para la elaboración de salsas. Entre los
    frutales, se cuentan ciruelos que se siembran frecuentemente
    cerca de la casa o en los "mesurcos".

    Los animales de
    corral que se crían son; gallinas, guajolotes, patos y
    algunos gansos. En lo que es el ganado mayor y menor, algunas
    familias cuentan con ejemplares que no superan los tres por
    grupo
    domestico; tales como bueyes, caballos, vacas y "semilas",
    expresión local esta última para referirse a la
    acémila, mula de carga. Se encuentran puercos (2 ó
    3 ejemplares por familia) en
    aquellas viviendas con patios extensos. Las casas ubicadas en la
    periferia del pueblo crían borregos En otro orden, la
    población de San Felipe (utilizando el criterio de la
    lengua) es
    predominantemente indígena y como tal es perfectamente
    posible clasificar al pueblo bajo esta categoría. La gran
    mayoría de sus habitantes habla el náhuatl, pese a
    que los jóvenes dicen; "no hablarlo, pero si
    entenderlo".
    Culturalmente es una unidad social con fuerte
    identificación con su pasado indígena, por lo cual
    comparte con muchos otros pueblos vecinos, características
    étnicas predominantemente indias. Bajo este criterio, en
    parte acomoda la definición de "post-nahua"
    elaborada por Mulhare (2002) que sobre el particular refiere a
    "aquellas personas que tienen ancestros nahuas pero que
    han adoptado nuevas formas de vida en el siglo XX". Si
    bien está circunscrito esta definición a pueblos, a
    unidades sociales que han perdido la lengua. En tal sentido cabe
    precisar que el idioma no ha desaparecido, pese a un creciente
    proceso de
    aculturación en donde el idioma español
    hegemoniza parte importante de la
    comunicación entre estos habitantes y los principales
    centros políticos. La economía local la conforman
    principalmente cuatro áreas productivas que constituyen
    los ejes sobre los cuales el pueblo desarrolla su vida
    económica. Los vecinos mayoritariamente se ubican en
    algunas de estas cuatro actividades, a) agricultura,
    b) actividad textil, c) trabajo en
    fuentes
    externas a la localidad y d) comercio y
    mercados.
    Utilizando el criterio del número de personas que se
    dedican a cada una de ellas es posible en orden de importancia
    individualizarlas de esa forma. Estas fuentes de trabajo han
    presentando distintos ritmos de evolución en la dinámica económica del
    pueblo.

    La religión predominante del pueblo es la
    católica la cual es avalada por la presencia de dos
    templos en el centro de la localidad que protagonizan la vida
    religiosa de sus habitantes. Con respecto al sistema de cargos
    religiosos, San Felipe se organiza en torno a las
    mayordomías existentes en el pueblo. El fiscal es la
    máxima autoridad
    religiosa en esta estructura de
    cargos, más tres fiscales auxiliares. Debajo de esta
    cúpula se encuentran cada uno de los ayudantes del fiscal,
    en este caso los mayordomos, que son responsables de cada una de
    las 12 mayordomías del pueblo. Existen tantas
    mayordomías como santos con imágenes
    en las iglesias, cada una encabezada por un mayordomo y sus
    ayudantes. Salvo en el caso del Santo Patrón que
    está conformada por el mayordomo, más un devotado,
    un topile y tres tequihuas que totalizan 6 personas.
    Están, además, las hermandades, grupos de
    personas devotas de un determinado santo que peregrinan a los
    diferentes santuarios del estado y de la República. Las
    imágenes de los santos se encuentran en las casas de estas
    personas. Cuentan, al igual que las mayordomías, con
    mayordomo, un devotado, un topile y 3 tequihuas. Las hermandades
    además de realizar peregrinaciones colaboran en la fiesta
    del Santo Patrón. La elección de la cofradía
    se lleva a cabo el 12 de diciembre tradición que se
    inició desde que la Virgen de Guadalupe era la patrona del
    pueblo. Ese día se acuerdan la elección de los
    cuatro fiscales y los doce mayordomos, los respectivos devotados,
    topiles y tequihuas de cada mayordomía, más los dos
    sacristanes, los campaneros y el portero, para que
    desempeñen sus funciones por un
    año.

    Organización del pueblo de Santa Apolonia:
    Normas y
    prácticas de gobierno
    local

    En Santa Apolonia Teacalco destacan dos estructuras de
    organización de los ciudadanos. En orden de importancia
    deben mencionarse, la "asamblea del pueblo", y luego el
    "comité de agua de
    riego".
    Instancia esta última que se divide para las
    tierras ejidales y otro para las tierras de propiedad
    privada. De estas dos estructuras, la que concita el mayor peso y
    protagonismo en las decisiones locales es la asamblea del pueblo.
    Es en esta instancia donde se discuten parte importante de los
    problemas de
    la comunidad, pero
    por sobre todo, en nuestro caso, confluyen los poderes de
    decisión en materia
    normativa. Desde el punto de vista occidental, es posible
    asegurar, que la asamblea del pueblo reúne los tres
    aspectos clásicos de gobierno, a saber el legislativo,
    judicial y ejecutivo. No es casual que los nombremos en ese
    orden. La asamblea de Santa Apolonia, "tiene la
    representatividad del pueblo",
    aseguran sus vecinos y ejecuta
    las decisiones sobre otros aspectos de la vida comunitaria como
    son obras de adelanto y mejoramiento de la localidad.

    La máxima autoridad del pueblo es el presidente
    municipal auxiliar quien convoca y preside la asamblea del
    pueblo. En ella votan los 1,502 jefes de familia (2001) que para
    estos efectos son los "cooperantes", hombres o mujeres
    viudas. Las mujeres "pueden votar, pero no ser votadas".
    Dicha asamblea tiene dos períodos de sesiones, el primero,
    tiene lugar entre diciembre y enero, meses cuando se realiza el
    informe de
    gobierno del presidente municipal auxiliar y se eligen las nuevas
    autoridades. Se nombran en esa ocasión al nuevo presidente
    auxiliar, el suplente, el comité de obras materiales con
    su respectivo presidente, secretario y tesorero. Además el
    comité del agua potable,
    también con su presidente, secretario y tesorero.
    Será ocasión de elegir al juez menor de paz, los 6
    comandantes (2 por cada barrio), los 3 notificadores o
    "tequihuas" (1 por barrio). Estas autoridades son elegidas
    mediante voto económico, es decir, de manera libre y
    directa.

    El segundo período es entre los meses de febrero
    a marzo, donde las nuevas autoridades presentan a la comunidad su
    plan de
    trabajo a la asamblea comunal. Las sesiones se realizan en la
    escuela primaria.
    Acuden los jefes de manzana y "pasan lista" de su
    respectiva manzana. Si un convocado no asiste es "multado"
    con $ 200.00 pesos (unos 20 USD) y 24 horas de "bote" . El
    papel del jefe de manzana es importante para que la convocatoria
    a la asamblea tenga éxito,
    pues en el pueblo se considera que "el jefe de manzana sabe
    que tiene que responder por su gente, así que los tiene
    que buscar personalmente"
    para que asistan. En la asamblea
    del pueblo se tratan todos los asuntos concernientes a la
    comunidad, tales como los relativos a la construcción de obras públicas para
    el mejoramiento vial y por consiguiente los relativos a la
    "cooperación" de los pobladores ("en dinero o en
    mano de obra")
    para la realización de dichas obras.
    Existe una tradición sobre la capacidad negociadora de la
    presidencia auxiliar con el gobierno del estado que ha derivado
    en "grandes beneficios" a la comunidad, según los
    lugareños. Dos ejemplos recientes, (2001) son la
    construcción de la unidad deportiva cuyo costo asciende a
    6 millones de pesos y la remodelación de la parroquia. De
    la primera, el pueblo sólo pagó el terreno y de la
    segunda aportó con $ 100.00 pesos para la mano de obra (el
    10%) del total de la obra. El resto lo asumió el gobierno
    del estado.

    San Felipe
    Cuauhtenco, sus cargos y organización

    La estructura de los cargos civiles está
    conformada por el Presidente Municipal auxiliar como la
    máxima autoridad local. Le sigue en orden de
    subordinación e importancia, un primer comandante, jefe
    del cuerpo policíaco y responsable de materializar las
    aprehensiones. Le apoya un segundo comandante en esta labor.
    Seguidamente 10 policías que mantienen el orden en la
    comunidad, caracterizada por la normalidad del orden
    público que, además, distribuyen los citatorios a
    los ciudadanos y realizan rondas de vigilancia. No reciben
    entrenamiento
    y cuentan con uniforme que no usan. La labor policíaca en
    este caso, es sin retribución económica; en cambio
    el presidente municipal auxiliar percibe un salario por su
    cargo. Estos cargos son de elección popular, tienen una
    duración de tres años, no opera la
    reelección y su nominación se materializa en la
    asamblea comunal.

    Las asambleas comunitarias constituyen las instancias de
    decisión política de San
    Felipe y posibilitan la comunicación a los vecinos sobre temas de
    interés
    y en aquellos que se requiere de opinión y/o
    colaboración. En estas instancias se desarrollan las
    elecciones de los diferentes cargos civiles, se proporcionan
    informes de
    labores, se realizan votaciones sobre cooperaciones y se discuten
    las decisiones sobre el futuro del pueblo. La convocatoria a la
    asamblea es importante y los habitantes demuestran interés
    por asistir. Al no ser posible ir a la asamblea, algún
    miembro de la casa acudirá en reemplazo del citado. Los
    policías son los encargados de distribuir los
    aproximadamente 600 citatorios que el presidente auxiliar entrega
    al comandante. Se personaliza cada citatorio, para evitar que
    algún jefe de familia quede sin ser avisado. Los
    citatorios informan que "sin excusa, ni pretexto" se debe
    asistir a la asamblea, pues lo que se decida se
    considerará aprobado aunque se esté ausente de
    dicha actividad. Incluso, si alguno de los ausentes fuera
    nombrado en un cargo, deberá aceptar la responsabilidad, como si hubiera estado presente
    en la asamblea que determinó su nombramiento.

    Un hombre
    "puede hacer los cargos" al momento de casarse o vivir con
    mujer,
    independientemente de su edad. Los trabajos comunitarios los
    desarrollan aquellos considerados por la comunidad como aptos
    para "hacer los cargos". En el caso del hombre soltero y
    residente en casa de sus padres, es este último (el padre)
    quien debe cumplir con las obligaciones
    del hijo aunque éste sea mayor de edad. Los hombres
    mayores de 60 años que no tengan hijos bajo su
    responsabilidad, están exentos de "cargos" y
    sólo deben pagar la cuota mensual del agua. Por el
    contrario, si el vecino es mayor de 60 años y tiene hijos
    solteros bajo su responsabilidad, tengan éstos la edad que
    tengan, debe cumplir el padre con los trabajos que demande la
    comunidad. La madre soltera, es considerada jefa de familia, sin
    embargo, contribuye solo con el 50 % de las cooperaciones, sean
    cuales fueren, con excepción del pago del agua que debe
    cubrirlo íntegramente. El hijo de la madre soltera, al
    alcanzar la mayoría de la edad, adquiere la
    categoría de ciudadano y comienzan sus derechos y obligaciones con
    la comunidad.

    Las decisiones asumidas por la asamblea del pueblo son
    canalizadas a través de los comités, los cuales
    desarrollan tareas y actividades comunitarias. Hace 30
    años atrás los comités eran menos que los
    actuales y se concentraban las actividades en el agente municipal
    quien debía desarrollar mucho más labores que las
    del actual presidente municipal. Según un ex –
    agente municipal, una de las mayores habilidades que debía
    tener ese personero, era la capacidad de generar acuerdos y
    consensos, además de tener que viajar constantemente a
    Contla y Tlaxcala. Las diversas obras de adelanto comunitario han
    ido paulatinamente generando las distintas instancias (bajo la
    figura de comités) para apoyar dichas trabajos. Es posible
    entonces en tal sentido asegurar de una evolución de menos
    a más en cuanto a los comités de trabajo en el
    pueblo.

    El sistema de
    embargos y la aplicación de justicia en el
    pueblo de Santa Apolonia

    El juez menor de paz, aunque no forma parte de la
    estructura formal de la presidencia auxiliar, en la
    práctica se coordina constantemente con esta entidad. El
    juez de paz tiene un papel importante pues es el encargado de
    mediar en la compra y venta de tierras. Así
    también, en los conflictos
    relacionados con las mismas. Sus principales funciones son 1)
    medir terrenos, 2) resolver algunos problemas que se presentan
    cuando no hay conformidad entre dueños de predios por las
    medidas de los terrenos, 3) y legalizar escrituras, entre las
    más importantes.

    El juez menor de paz entre otras de sus obligaciones se
    cuenta que debe manejar unas formas (formularios de
    compraventa) que los manda a confeccionar a Tlaxcala y que luego
    son mecanografiadas por la secretaria del ayuntamiento. Por el
    trámite de compraventa cobra $ 150.00 pesos, (unos 15
    dólares), independientemente del objeto de la
    transacción comercial. Una vez confeccionado el contrato de
    compra y venta, acude al predio y ahí mide el terreno.
    Para ello pone piedras en los linderos como señales. El vendedor debe llevar dichas
    piedras, así se señala "las lleva el
    vendedor",
    se las entrega al juez de paz y éste las
    entierra como indicadores de
    las medidas del terreno a ser comercializado. Todo este procedimiento se
    realiza en presencia de testigos. Para ello al lugar asisten el
    "comprador, el vendedor, el juez menor de paz y dos
    testigos".
    Se consulta a los interesados su parecer en cuanto
    al precio,
    límites u otra particularidad y se procede a firmar el
    contrato. El juez menor de paz también debe intervenir
    cuando hay un conflicto
    entre vecinos, como por ejemplo, para la introducción de una calle; o cuando alguien
    fallece. Los pobladores siguen con la costumbre de acudir donde
    éste juez local, aunque después de la
    elevación a rango municipal, dicha función le
    corresponde al agente del ministerio público.

    Cuando la labor del juez no cumple su cometido algunas
    personas, valoradas por la comunidad cumplen el papel de
    "arregladores", tal es el caso, de un vecino que
    llamaremos en esta ocasión como Rodrigo. De
    profesión maestro y que a sus 45 años de edad le ha
    correspondido en múltiples ocasiones conciliar a grupos en
    conflicto en el pueblo. Refiere su particular función,
    señalando que es "buscado por las personas de la
    comunidad"
    para fungir como intermediario en conflictos entre
    particulares. Los problemas que debe enfrentar son de distinta
    índole, matrimoniales generalmente, pero también
    otros delitos, tales
    como ofensas, robos y otros. También ha debido intervenir
    en conflictos mayores. Recuerda que "en la década de
    1970 dos familias se enfrentaron entre sí, a partir de que
    una de ellas acusó a una mujer de otra familia de estarle
    haciendo brujería. La mujer acusada,
    estando embarazada, fue asesinada en la puerta de su casa por el
    esposo de la mujer que decía estar siendo embrujada. Este
    asesinato desató otra serie de asesinatos, de una familia
    a otra, en los últimos 30 años".

    Este intermediario, participa del grupo, conocido como
    "los pistoleros" o "pesados" del pueblo, que es el
    apelativo a este tipo de intermediarios que se involucran en la
    resolución de los conflictos entre particulares. En el
    caso antes descrito nuestro pistolero propuso a ambas familias
    hacer un "convenio de honor" a fin de terminar con el
    largo conflicto. De seguir las muertes ambas familias
    serían "expulsadas" del pueblo. Otro caso recordado
    por este "pistolero", fue en el caso de un homicidio
    imprudencial que tuvo lugar cuando un joven en estado de ebriedad
    atropelló a una mujer anciana provocándole la muerte. El
    grupo de los "pistoleros" hizo una reunión en una
    de las casas de los del grupo, a la cual fue "citado" un
    representante de la familia del
    joven homicida y acordaron que éste pagara los gastos de
    funeral y "que se fuera del pueblo para siempre". Con este
    acuerdo – según este pistolero – ambas partes
    estuvieron conformes y así se evitó que la parte
    agraviada fuera a "cobrar venganza de sangre"
    contra el joven homicida. Este rol de intermediario, es porque la
    misma gente a uno lo "busca" y su experiencia en estas
    materias la atribuye "al hecho de salir fuera del pueblo y
    tener otras experiencias lo capacita a uno para encabezar y
    asesorar a la gente".

    En otro orden, describíamos anteriormente que uno
    de los elementos que determinan la cooperación de los
    habitantes son las normas que al respecto se encuentran asumidas
    por sus habitantes. Ahora bien, como en todo grupo humano, muchas
    veces, es imposible poder cumplir
    con la norma y ello es previsto por la comunidad y para ello
    mantiene lo que ellos denominan el "sistema de embargos".
    Es posible sintetizarlo señalando que consiste en embargar
    los bienes de un
    poblador que se niegue o no pueda pagar una cooperación
    económica, de estas que el sistema normativo ha
    establecido Dicha contribución como hemos visto, es
    impuesta por la asamblea del pueblo o la presidencia municipal
    auxiliar para la realización de alguna obra o actividad
    pública en el pueblo. El sistema de embargos ha tenido
    varias etapas en el pueblo.

    1) Etapa de surgimiento. En 1954 a raíz del
    segundo rompimiento del bordo del río Zahuapan se
    inundaron casas y la zona de cultivos de la comunidad, provocando
    graves pérdidas económicas a los lugareños.
    Se convocó a una asamblea del pueblo y en esa oportunidad
    se discutieron las soluciones.
    Entre las muchas que se analizaron, prevalecieron las posiciones
    de aquellos vecinos, que querían cooperar para la
    reconstrucción del bordo y así evitar futuras
    inundaciones. Otros en cambio, se oponían aportar para un
    trabajo que técnicamente no aseguraba que no volviera a
    suceder dicho evento. Después de confrontar posiciones, de
    votó y se acordó por reconstruir el bordo. Para
    evitar que dicha medida fuese incumplida por los opositores, se
    estableció la norma de que quien no asistiera a las faenas
    se le embargarían sus bienes materiales. Medida que
    cobró éxito por cuanto, en un corto plazo los
    hombres del pueblo consiguieron el dinero y
    las cooperaciones para esta obra comunitaria. En ese entonces el
    agente municipal era Pablo Macuitl y formaban parte de su equipo
    de trabajo Leobardo Ortega, Pascual Sánchez, Faustino
    Pérez y Baldomero Sampedro.

    2) Etapa de consolidación. En 1963 existía
    en el pueblo una escuela, la primaria "Ramón Teja
    Andrade" y contaba con primer y segundo grado de primaria.
    Así los niños
    del pueblo al tener que cursar el tercer grado debían
    acudir a la escuela del vecino pueblo de Nativitas. Los
    niños en ese pueblo eran discriminados, por ser "indios
    patarrajadas"
    . Ello motivó a la construcción de
    nuevas instalaciones para la primaria en el pueblo. La comunidad
    eligió unos terrenos aledaños al centro del pueblo,
    y en una asamblea se decidió plantearle a los
    dueños de esos terrenos tres opciones; a) reubicarse, b)
    vender o c) irse del pueblo.

    Al respecto se señala, "hubo un dueño
    que se le ofrecía 15 mil pesos y no aceptaba. El pueblo
    estableció un juicio contra este propietario y ganó
    el pueblo".
    Había en ese entonces los que argumentaban
    que había que establecer tres categorías de
    aportaciones para hacer frente a los gastos que demandaba la
    construcción de la escuela. Así los criterios eran;
    1) quien tiene centavos, 2) el que tiene regulares ingresos y 3)
    los peones. Los vecinos que no estaban de acuerdo con esta
    clasificación referían; ¿acaso unos [los
    niños] van a estar en mejores salones que otros?
    Después de largas deliberaciones se estableció que
    cooperarían; a) "todos los varones padres de familia
    entre 18 y 60 años (solteros o casados) y, b) las viudas y
    madres solteras".
    De igual forma, aquellos que no
    cumplían con los acuerdos antes descritos eran
    embargados.

    3. – Etapa de la construcción de la escuela
    secundaria. De 1964 a 1970 funcionó la escuela
    "Mariano Matamoros" por cooperación. Los
    padres de familia pagaban los salarios de los
    maestros, pues el gobierno no daba recursos para este rubro. En
    esa época no había carretera y la agencia municipal
    dispuso un servicio
    gratuito de transporte
    escolar, conocido como "la mandarina" que transportaba los
    alumnos a la secundaria. Ello para que los jóvenes no
    faltasen a clases por el mal estado de los caminos y que las
    autoridades advirtieran del interés por asistir a la
    escuela por parte de los jóvenes. Los funcionarios del
    gobierno del estado no autorizaban el establecimiento de la
    secundaria pues argumentaban que Nativitas tenía una
    escuela de este tipo y que Santa Apolonia dada su cercanía
    debían asistir a ella. Los pobladores presionaron y las
    autoridades pasaron la secundaria federal a Santa Apolonia y
    abrieron a cambio en Nativitas una secundaria técnica. En
    1969 se fundó la secundaria federal "General
    Lázaro
    Cárdenas del Río". Quienes no aportaban
    en esta etapa con los sueldos de los maestros eran
    embargados.

    Cuando debe realizarse un embargo, los hombres del
    pueblo se reúnen en la plazuela de la comunidad junto con
    sus autoridades. Acuden el presidente auxiliar, el juez menor de
    paz, los jefes de manzana y el presidente de obras materiales.
    Primero habla el jefe de manzana con quien va a ser embargado
    para pedirle por última vez que cubra su adeudo. En caso
    de negarse éste, las demás autoridades acuerdan
    proceder con el embargo. Se acude a la casa del vecino y se
    requisa entonces, cualquier tipo de bienes que éste posea,
    pero que cubra el monto de la deuda. Generalmente se embargan
    tanques de gas, carretillas
    para acarrear arena, materiales de construcción, aparatos
    eléctricos y animales. De ser estos últimos
    quedarán en "resguardo" en la casa del jefe primero
    de manzana. Si son aparatos eléctricos se almacenan en las
    instalaciones de la presidencia de comunidad.

    Se encuentra establecido, que el deudor, pueda recuperar
    su bien, ello es pagando su cooperación, pero se agrega
    una multa, (de un 10 % del valor) por no
    haber pagado a tiempo.
    Cumplido ese procedimiento normativo, se le devuelve el objeto o
    animal embargado. El sistema de embargos no sólo funciona
    para aquellos vecinos antes descritos, sino también, para
    aquellos que no "barren su calle" y son sancionados con 2
    bolsas de cemento. De no aportar el cemento procede el embargo.
    Cada fin de semana un representante de la presidencia auxiliar
    recorre el pueblo para supervisar a la gente sobre el barrido de
    la calle que corresponde al frontis de su casa. En el caso de
    encontrarse algún incumplimiento, apunta en su libreta y
    al domingo siguiente le llega la sanción por
    escrito.

    Hay vecinos que afirman que el sistema de embargos ha
    sido "tan exitoso" que las sociedades de
    padres de familia en el pueblo lo implementan con "excelente
    resultados".
    Quienes no asisten a las juntas en las escuelas
    que se convocan periódicamente se les multa con "un
    bulto de cemento".

    La fuerza de este
    sistema normativo no acepta excepciones y se extiende o proyecta
    a otros ámbitos. Por ejemplo en 1993 en unas de las
    asambleas se acordó la decisión de que las calles
    tendrían 6 metros de ancho. Algunas casas estaban
    "salidas" de esta línea de delimitación.
    Unos dueños de las casas las alinearon, (corrieron cercas
    y muros) pero otros no. Así que en una asamblea posterior
    se acordó encomendar a un grupo de hombres que las
    "tiraran" (derribaran) y así sucedió. A
    algunos vecinos "se les tiraron dos veces" sus casas, como
    Crisanto Sánchez de la Emiliano Zapata
    del barrio del Centro, Natalio Piscil de la calle del bosque y al
    dueño de la veterinaria.

    Desconocemos si estos vecinos antes mencionados,
    reclamaron de estas medidas, pero otros lo han hecho. Al
    respecto, don Genaro, uno de los hombres más viejos de
    lugar recuerda: "una cosa de esas no la puede hacer el
    "líquido pueblo" sino que tiene que apoyarse en el
    gobierno. Cuando se decidió implementar ese sistema en la
    comunidad se le comunicó al gobernador del estado
    (1957-1963) Joaquín Cisneros y él estuvo de
    acuerdo. Había gente que iba a quejarse con él
    porque le habían embargado algún bien y el
    gobernador los regresaba a que pagaran su
    cooperación".
    El hecho referido sobre el
    conocimiento de las autoridades acerca de estas
    prácticas es corroborado por otro vecino. Quien refiere en
    1995 "cuando alguien quiere hacer valer su posición
    dice: ¿señores que no soy hijo de este pueblo? Si
    en alguna fiesta se pelea uno de aquí contra alguno de
    otro pueblo. El de Santa Apolonia tiene la obligación de
    participar en el pleito defendiendo al paisano. Todos le entramos
    a defender lo que es nuestro hasta con dinero, por ejemplo, la
    cooperación en el pueblo ha provocado que valoremos lo que
    tenemos. Cuando se cooperó para el deportivo cada jefe de
    familia cooperó con 210 pesos y se juntó en total
    630 mil pesos en total. En la cuestión de nuestra forma de
    ser, la verdad es que: Hasta el gobernador nos ha solapado. En
    los conflictos los jóvenes son los más
    atrabancados. Cuando hay un conflicto, y se llama a la gente por
    medio de las campanas, todos salen con sus armas pues saben
    que hay problemas".

    Pero pese a que esta norma se encuentra en plena
    vigencia, no ha estado exenta de dificultades desde los inicios
    de su aplicación. Varios ejemplos que dimensionan la
    vigencia y magnitud de esta medida. En 1992 la Secretaria de
    Desarrollo
    Social (SEDESOL) autorizó recursos por $ 30,000.00
    pesos (3.000 USD) para la pavimentación de algunas calles.
    Cuando el agente municipal acudió a dichas oficinas por el
    dinero, al monto total se le habían descontado $ 4,000.000
    pesos por concepto de
    IVA (impuesto al valor
    agregado). Entonces de los $ 30,000.000 sólo
    entregaron $ 26,000.00. Las autoridades de Santa Apolonia
    Teacalco se molestaron frente a este hecho y se acordó
    "que había que completar" la cifra original ($
    30,000.00) así que se procedió a recabar la
    cooperación del pueblo y aquellos que no cooperaron se les
    embargó. Después de unos días de procedido
    el embargo se fue a exigir al presidente municipal de Nativitas
    los $ 4,000.000 que SEDESOL había descontado y como
    éste no quiso cooperar, "se tomó" el palacio
    municipal. Se procedió a detener a esta autoridad, y
    llevarlo a las oficinas de la agencia municipal de Teacalco. En
    ese tiempo el presidente municipal era Antonio Murías,
    según recuerdan algunos vecinos.

    Otro hecho que cabe destacar, es el acontecido en abril
    de 1995 cuando la presidencia municipal y auxiliar se encuentran
    con su plan de obras públicas. La auxiliar, en este
    momento utiliza su capacidad en los mecanismos tradicionales
    cooperación económica para tomar venganza de
    aquella parte de la población de la cabecera municipal que
    apoya al presidente municipal. Decide la presidencia auxiliar la
    construcción de un pozo de agua, sin dar
    información a la población en la asamblea del
    pueblo sobre las particularidades del proyecto. El 5 de
    abril se comunica la noticia de la construcción y de
    cooperación obligatoria de $ 150.00 por familia. Muchos se
    niegan a pagar y las autoridades auxiliares, tal y como era la
    costumbre, salen a embargar los bienes de aquellos quienes se
    negaron a cooperar. La respuesta de los habitantes de Teacalco,
    encabezados por el presidente municipal Elesban Zárate,
    fue de dialogaran con representantes de Gobernación para
    pedir que se suspenda el embargo a estas 800 familias, que
    pretendía realizar el presidente municipal auxiliar Benito
    Díaz. Se solicita la presencia de la policía
    estatal. El Gobierno del Estado no envía a la fuerza
    pública y el 21 de abril se da un enfrentamiento entre
    seguidores del presidente municipal y del presidente municipal
    auxiliar que tuvo como resultado tres heridos de bala cuando los
    primeros trataron de evitar el embargo.

    Las normas, y la
    "recogida" en San Felipe Cuauhtenco

    La conformación de los distintos comités
    se resuelven en la asamblea comunal, la cual así se
    constituye en la principal entidad de decisiones y acuerdos sobre
    la vida comunitaria. Destaca en este sentido la
    administración de justicia por parte de la asamblea en
    la localidad, lo cual permite advertir varias
    dimensiones:

    1. La importancia atribuida por la comunidad a la
    instancia de la asamblea como lugar donde los ciudadanos acuerdan
    cumplir con sus obligaciones.

    2. La vigencia y constante adaptación de la
    formula coercitiva. Ha sido así "desde siempre", o
    "todos acá debemos cooperar", "quien no lo hace se debe ir
    del pueblo".

    3. La legitimidad que adquiere la asamblea como un
    organismo resolutivo de los conflictos internos que experimenta
    el pueblo. Y la efectividad (desde el punto de vista de tiempos)
    que la sanción (o solución) implica en la
    localidad.

    4. Los equilibrios que se logran al mantenerse la paz
    social luego de la aplicación de la sanción o
    solución.

    El trabajo
    comunitario es un patrón común a la hora de
    desempeñar actividades tales como las fiestas y o hacer
    frente a los momentos de crisis del
    pueblo. En ese marco, la mayoría de los habitantes asumen
    con el compromiso de trabajar en beneficio comunitario. La
    excepción en la actualidad la constituyen unas 100
    personas (que se identifican como testigos de Jehová), los
    cuales se han ido sustrayendo paulatinamente de sus obligaciones
    en los cargos religiosos. Sobre el particular, se advierte una
    segregación hacia estas personas en el plano religioso. No
    obstante, el resto de los habitantes hombres mayoritariamente
    autodefinidos como católicos, ha desempeñado un
    cargo. Los que no han hecho cargo aún lo contemplan dentro
    de sus objetivos
    inmediatos.

    Con respecto a este grupo de vecinos que no ejercen
    cargos por su opción protestante, se advierte un proceso
    de mayor contacto con personas externas al pueblo, por cuanto
    estos últimos los visitan frecuentemente como parte de las
    actividades religiosas. Para hacer frente a estas visitas que
    acuden en misión
    evangelizadora, los católicos escriben en sus puertas un
    símbolo C T D que significa (creyentes en Dios) y evitar
    así ser visitados por los protestantes. Para el caso de
    los vecinos (testigos de Jehová) éstos no
    participan de los cargos religiosos, pero deben participar de los
    cargos civiles y hacer las cooperaciones como el resto del
    pueblo. En caso del fallecimiento de un testigo de Jehová
    algún familiar deberá pagar al Fiscal por enterrar
    al difunto en el cementerio del pueblo. Esto por cuanto
    según acuerdo de la asamblea del pueblo, el cementerio es
    católico y como tal deben los no católicos pagar
    por su uso llegado ese momento. El hecho que el cementerio sea
    católico esta determinado por un acuerdo de la asamblea
    que en alguna oportunidad se tocó el asunto y produjo como
    en muchas otras decisiones una fusión
    entre los ámbitos civiles y religiosos. La cifra del
    entierro para los no católicos varía entre $
    1,000.00 y $ 5,000.00 pesos, ello pues se evalúa si el
    difunto participó en vida de algún comité y
    como tal tiene una consideración en dicho cobro. De todos
    los comités del pueblo, las personas protestantes, se
    sustraen de participar tan solo de uno, cual es el Comité
    de la Honorable Junta Patriótica pues aluden que no
    "rinden honores a la bandera por tener ésta la
    serpiente".
    De los demás comités deben
    participar y realizar las cooperaciones
    correspondientes.

    Hechas estas precisiones, se entiende que en el caso que
    la situación económica, tiempo o enfermedad,
    dificulta al vecino en el desarrollo de
    los compromisos de un cargo, lo subsana colaborando con alguna
    otra persona que
    está haciendo el cargo. Se produce entonces una
    extensión de la responsabilidad, vale decir, que el vecino
    elegido es auxiliado en su función por la parentela y
    amigos quienes colaboran para el éxito en el cumplimiento
    de las responsabilidades que emanan del cargo. Esta
    extensión de responsabilidad reditúa tanto en el
    elegido, como en los que contribuyeron, toda vez que el cargo
    produce una dualidad de efectos que se puede sintetizar en estas
    dos acepciones; a) ocupar cargos otorga un prestigio por
    sí mismo, por el hecho de ejecutarlo y haber sido elegido;
    y b) la ejecución del cargo es vista como "una ayuda a
    la comunidad"
    lo que otorga al sujeto un reconocimiento por
    parte de sus pares, es decir, "hizo un buen
    cargo".

    La ayuda entre vecinos es apreciada en aquellas labores
    donde parte del pueblo ha establecido determinadas acciones y un
    calendario para estos efectos. Así es posible observar
    para el desarrollo de alguna fiesta, como se distribuyen
    funciones, tanto en el traslado de utensilios, carga y descarga
    de los vehículos de determinados elementos para esos
    fines. Las mujeres acuden en la elaboración de alimentos y su
    preparación. Los jóvenes se relacionan con los
    mayores en faenas como limpieza de un local o instalar un techo
    de lona, por citar algunos. Existe en ese marco una conciencia
    respecto a la reciprocidad, que se expresa en el aforismo
    "acá [en San Felipe] somos solidarios".
    Actúa como un mecanismo de ayuda horizontal que puede
    invocarse en determinadas ocasiones al grupo por quien la
    requiere. La negativa a prestar ayuda ocasiona una mala
    relación entre vecinos, que redunda la mayor parte de las
    veces en una negativa por ayudar (esta vez por parte del grupo) a
    quien esté solicitándola, si éste no
    cumplió en alguna oportunidad su colaboración.
    Específicamente, en el campo, observamos que la
    "comunidad es un grupo social y que no todos sus miembros
    habitan en su base territorial; su membresía se confirma
    por su participación en el sistema de cargos, elemento
    definitorio en la pertenencia a la comunidad" (Robichaux
    1995). En San Felipe el sistema de cargos permite la vigencia de
    una serie de reglas y obligaciones – y su refuerzo continuo
    – tienden a reducir, sino la oportunidad para la emergencia
    de conflictos, por lo menos las maneras en que éstos
    pueden resolverse. Varios puntos de nuestra investigación parecen confirmar lo antes
    señalado y un sucinto recorrido al respecto nos permite
    cimentar la categoría antes expuesta. Por ejemplo, el
    sistema de cargos en San Felipe efectivamente lejos de disminuir
    se acrecienta, tanto en el plano civil como en el religioso,
    así los datos sobre el
    crecimiento de comités, aumento de fiscales,
    mayordomías y hermandades parecen confirmarlo, acorde con
    las transformaciones económicas. La membresía al
    pueblo se mantiene pese a las crecientes migraciones de los
    sujetos, quienes siguen a través de sus hijos y familiares
    cumpliendo los cargos y las cooperaciones lo cual es una muestra
    vigente de este sentido de pertenencia social a la comunidad
    antes expuesto por Robichaux.

    En las tareas relacionadas con obras y servicios a la
    comunidad, los respectivos comités (conformados para estos
    efectos) acuerdan en la asamblea comunitaria las labores a
    realizar y si éstas implicarán una
    remuneración. Es la asamblea comunal, lugar de
    discusión y acuerdo de estos puntos. Trabajar por la
    comunidad es aparentemente un asunto voluntario y nadie es
    obligado a desarrollarlo. No obstante, se observan formas
    coercitivas para exigir al vecino (las menos de las veces) que
    colabore con determinada actividad. Para ello, el corte del
    suministro del agua es una medida probadamente efectiva que, una
    vez asumida la decisión por la asamblea, produce en el
    incumplidor un cambio de su actitud en el
    corto plazo.

    Los conflictos internos han encontrado una formula de
    solución o de manejo a través de la asamblea
    comunal instancia esta última donde se ventilan al igual
    que en el pasado los asuntos vinculados al pago de las
    obligaciones. Una prueba de ello es lo que la comunidad recuerda
    como un mecanismo normativo propio, legitimo y efectivo que se
    desarrollaba hace 50 años, denominado la
    "recogida".

    Al respecto aquellos vecinos que no cumplían sus
    obligaciones de pago ante la comunidad, eran objeto de la
    denominada "recogida". Consistía ésta en la
    visita de un grupo de hombres (encomendados por la asamblea) a la
    casa del vecino que presentaba el incumplimiento en sus
    obligaciones con el pueblo a fin de cobrarle. Previo a ello en la
    asamblea comunal se efectuaba una valoración de la deuda.
    Ya en el domicilio del vecino éste era conminado a pagar
    el adeudo y frente a su imposibilidad, se ingresaba a la vivienda
    donde los encomendados en este caso, recogían algún
    objeto de valor, igual o similar a la deuda de que habían
    sido informados. La valoración se hacía en el
    momento entre los hombres presentes quienes discutían la
    conveniencia de una u otra cosa, pudiendo ser cualquier objeto,
    sea un animal, guajolotes, utensilios, mobiliario o herramientas
    agrícolas. Esta "recogida" era entendida por el
    afectado quien en algunos casos disponía de horas para
    lograr conseguir el dinero y así recuperar el objeto de
    valor embargado por la comunidad, todo esto antes que fuera la
    especie reducida a dinero. Una vez superada la requisición
    el sujeto volvía a participar de las actividades del
    pueblo y la comunidad entonces asumía que el vecino
    había cumplido con su obligación.

    La implementación de un sistema de distribución domiciliaría del agua
    hace 40 años obligó al pueblo a una
    reglamentación de su uso social y por ende una forma de
    control del
    recurso hidráulico. Más aún en un pueblo
    donde la dependencia de este vital elemento obligaba a todos a su
    mantenimiento
    y conservación.

    Para asegurar el buen funcionamiento del sistema se
    creó el comité de agua. En teoría,
    el control del agua debía estar en manos de los vecinos
    que cooperaban mensualmente; no obstante ha sido derivado
    paulatinamente su control a los dirigentes de la asamblea y el
    comité de Agua. En se marco, la "recogida" fue
    paulatinamente siendo reemplazada por el corte del suministro del
    agua, pues ofrecía esta modalidad desde el punto de vista
    de su aplicación un menor costo social. Para desconectar
    la toma del suministro se requería la acción
    de una sola persona. En segundo lugar solucionaba el problema (a
    los dirigentes) de tener que reducir a dinero la especie
    recogida. En la actualidad es el corte del agua la herramienta
    coercitiva que utiliza la asamblea del pueblo para hacer cumplir
    a determinados vecinos con sus obligaciones. En enero del 2002 la
    cuota mensual por el agua era de
    veinte pesos por jefe de familia.

    El procedimiento de aplicación de la medida del
    corte de agua no es de fácil resolución y se
    analiza con detenimiento. Un ejemplo al respecto se
    suscitó en la asamblea de junio de 2001 donde se vieron
    tres casos y en dos de ellos se optó por cortarles el
    agua. Al tercero (a) se le dio plazo, pues era una
    situación particular – una mujer- que había sido
    abandonada recientemente por el hombre y
    exhibía 4 meses sin pagar el suministro. Los tres casos
    habían sido antes discutidos por el comité de agua,
    siendo estos que presentan el caso a la asamblea sin muchas
    opciones que no fueran el corte del agua. Uno de los casos era de
    un vecino que vivía en los limites del pueblo de la
    Luz y San
    Felipe, y hacia los cargos en el pueblo de la Luz. Sin embargo se
    encontraba adscrito a San Felipe en lo que era el agua y
    comenzó a presentar una morosidad en varias cooperaciones.
    A juicio de los vecinos no se justificaba que consumiera el agua
    de San Felipe dado que hacía cargos en el vecino pueblo.
    Estos conflictos son un ejemplo de una comunidad entendida como
    unidad social, donde se mezclan elementos de adscripción,
    territorio y pertenencia al grupo.

    En el caso de la mujer morosa se entendía que
    ésta se encontraba sin recursos. Se estudió incluso
    la fórmula que un cuñado de ésta cumpliera
    con el pago adeudado. Misma que se desistió pues este
    último argumentó que se encontraba sin trabajo y
    tenia una familia que mantener. Este individuo
    actuó de representante de la mujer abandona
    (cuñada) y logró que la asamblea pospusiera la
    decisión pues ella se habría comprometido a pagar
    en fecha próxima. En los otros dos se decidió por
    cortarles el agua; nadie habló por ellos y el hecho que el
    Comité los hubiera puesto como merecedores a tal medida
    sirvió de agravante y zanjó el tema.

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