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Radiactividad. Teoría y estructura atómica. Sus usos y aplicaciones




Enviado por karollbelen



    1. Radiactividad
    2. El átomo
      nuclear
    3. Velocidad de
      desintegración
    4. Fisión
      nuclear
    5. Fusión
      nuclear
    6. Usos de la
      radiactividad
    7. Conclusión
    8. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Desde Leucipo y Demócrito (siglo V a.c.), que
    vivieron en la antigua Grecia, varias
    personas han sostenido por razones filosóficas que la
    materia puede
    ser subdividida solamente hasta cierto límite. Este
    límite indivisible lo llamaron átomo, o
    sea que el átomo representaba la parte más
    pequeña e indivisible de la materia. Luego, en 1808 John
    Dalton enuncia algunos postulados que corroboraban esta información, pero en realidad, pronto
    surgieron muchas interrogantes que hicieron pensar que la
    estructura atómica no podía ser tan sencilla como
    lo sugería Dalton. Entre las situaciones que la Física y la Química no
    podrían explicar se encuentran las descargas
    eléctricas en gases a baja
    presión, los espectros y la radiactividad,
    la cual analizaremos a continuación.

    Podemos decir que el descubridor de la radiactividad fue
    Becquerel, quien al trabajar con pechblenda (mineral de uranio),
    observó una fosforescencia sin que hubiese sido colocado
    previamente a la luz.
    Comprobó que este material emitía una cierta
    radiación
    capaz de velar una placa fotográfica. Posteriormente se
    descubrieron tres radiaciones emitidas por la emisión del
    radio al
    someterlo a la acción
    de campos electrónicos o magnéticos, llamadas
    radiaciones alfa, beta y gamma. Muchas veces debido a algunas de
    estas emisiones de radiaciones, los átomos se convierten
    en otros. Esto es lo que llamamos Radiación. Existe
    además un periodo de semidesintegración que
    corresponde a la vida media de un elemento.

    El término radiactividad se encuentra bastante
    extendido en la sociedad. Se
    habla de residuos radiactivos, datación de restos
    arqueológicos usando isótopos radiactivos (Como el
    Carbono 14),
    bombas nucleares,
    aplicaciones médicas, etc. Sin embargo, realmente es poco
    lo que se conoce del tema. Hace falta conocer los beneficios que
    genera, los alcances científicos, etc. Además es
    interesante informarse sobre el por qué ocurren, mas
    sabiendo que todos los seres vivos están involucrados, se
    quiera o no con ella, no importando el lugar en donde se
    encuentren, ya sea en la casa, en la oficina, en el
    campo, en la calle, o en el colegio.

    RADIACTIVIDAD

    La radiactividad es una propiedad de
    ciertos elementos químicos cuyos núcleos
    atómicos son inestables: con el tiempo, para
    cada núcleo llega un momento en que alcanza su estabilidad
    al producirse un cambio
    interno, llamado desintegración radiactiva, que
    implica un desprendimiento de energía conocido de forma
    general como "radiación". La energía que interviene
    es muy grande si se compara con la desprendida en las reacciones
    químicas en que pueden intervenir las mismas
    cantidades de materiales, y
    el mecanismo por el cual se libera esta energía es
    totalmente diferente.

    La radiactividad fue descubierta en 1896 por el
    químico francés Becquerel durante sus estudios
    sobre la fluorescencia. Observó que una placa
    fotográfica no expuesta a la luz y envuelta en papel negro
    era impresionada como por la luz visible o ultravioleta (o por
    los rayos X
    recientemente descubiertos por Röntgen), cuando el paquete
    se ponía en contacto con compuestos del elemento pesado
    uranio. Dedujo (correctamente) que este elemento debía
    producir algún tipo de radiación la cual atravesaba
    el papel hasta alcanzar y afectar a la emulsión
    fotográfica. Un cuidadoso estudio emprendido por Becquerel
    y otros científicos, entre ellos los Curie, Joliot, Soddy,
    Rutherford, Chadvick y Geiger, reveló que cierto
    número de elementos químicos pesados (muchos de
    ellos no descubiertos antes a causa de su rareza) parecían
    ser interiormente inestables y daban a origen a radiaciones
    penetrantes. Con ello, esos mismos elementos se transformaban en
    otros diferentes, siguiendo caminos complicados, pero bien
    definidos, en busca de una estabilidad final. Este
    fenómeno totalmente distinto de cualquier otro estudiado
    hasta entonces, recibió el nombre de radiactividad,
    y el proceso de
    transformación fue llamado desintegración
    radiactiva.

    EL
    ÁTOMO NUCLEAR

    Se define el número atómico del
    elemento como la cantidad de protones que contiene el
    núcleo en uno de sus átomos.

    La masa atómica es el peso comparado de un
    núcleo atómico. Su unidad es la u.m.a (unidad de
    masa atómica) que se define como la doceava parte del peso
    del carbono –12. Un elemento es él y no otro por su
    número atómico. Así, el uranio lo es porque
    tiene 92 protones; si no fuera así dejaría de ser
    uranio. Sin embargo, un mismo elemento puede tener átomos
    de distinto número de neutrones. A los núcleos que
    tienen igual número de protones y distinto el de neutrones
    se les denominas isótopos. La existencia de
    isótopos de un mismo elemento es una razón por la
    que los pesos atómicos expresados en las tablas
    químicas no son números enteros.

    Una anotación aceptada para indicar el
    número y la masa atómica de un núcleo es
    colocando la masa atómica en la parte superior izquierda
    del símbolo del elemento, y el número
    atómico en la inferior izquierda.

    El número que indica la masa atómica se
    representa por A mayúscula y el que indica el
    número atómico se representa por una Z
    mayúscula.

    Únicamente ciertas combinaciones de Z y A forman
    núcleos estables: si hay demasiados neutrones, o
    demasiados pocos, el núcleo sufrirá más
    pronto o más tarde un cambio, una desintegración
    radiactiva, que la llevará a la estabilidad en uno o
    varios pasos. El grado de es inestabilidad se pone de manifiesto
    por la energía emitida en la desintegración,
    así como en la velocidad de
    ésta. Tal velocidad de desintegración se mide por
    la vida media o período de semidesintegración, que
    es el tiempo necesario para que el número de átomos
    inicialmente presente se reduzca a la mitad por
    desintegración. Los tiempos de semidesintegración
    varían desde fracciones de segundo hasta millones de
    años. La desintegración radiactiva puede tener
    lugar de varias maneras diferentes.

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    gráfico seleccione la opción "Descargar" del
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    Desintegración Alfa

    Un núcleo demasiado pesado para ser estable
    expulsa un grupo compacto
    (una partícula alfa), consistente en dos protones, y dos
    neutrones, que deja al núcleo con una A cuatro unidades
    menor y una Z dos unidades más bajas, es decir, dos pasos
    atrás en la tabla
    periódica. Estructuralmente una partícula alfa
    es idéntica a un núcleo de Helio – 4. la
    desintegración alfa es frecuente entre los elementos
    naturales más pesados (uranio, polonio, y radio, por
    ejemplo), pero no conduce directamente a núcleos estables:
    antes se producen isótopos intermedios que experimentan
    nuevas desintegraciones.

    Las partículas alfa tienen una energía de
    hasta 5.000.000 de electrovoltios, pero son tan voluminosas que
    sólo pueden atravesar unos 25 mm de aire y se ven
    detenidas por una simple hoja de papel o por la parte más
    externa de la piel humana.
    Sin embargo, por esta misma razón produce serios
    daños en el interior del cuerpo humano
    cuando son emitidas por materiales alfa – activos
    absorbidos inadvertidamente como polvo transportado por el aire,
    o través de heridas contaminadas. Los emisores naturales
    de partículas alfa, como el radio, son de uso
    práctico limitado, ahora que se dispone libremente de gran
    variedad de radioisótopos artificiales. No obstante, el
    uranio y su subproducto artificial, el plutonio (otro emisor
    alfa), son ambos fisibles y, por lo tanto, de importancia
    primordial en la producción de energía
    nuclear.

    Desintegración Beta

    Es un núcleo con demasiados neutrones, uno de
    estos puede transformarse en un protón más un
    electrón, que es expulsado en el núcleo. El
    electrón emitido de esta forma recibe el nombre de
    partícula β. El núcleo queda con una carga
    positiva más, con su Z en una unidad más alta y,
    por lo tanto, un lugar más arriba en la tabla
    periódica. Las partículas β son capaces de
    penetrar varios metros de aire, unos cuantos centímetros
    de tejido corporal o varios mm de metal o de plástico
    (que proporcionan un apantallamiento adecuado). Puede producir
    serias quemaduras superficiales o importantes daños
    internos sobre todo si son emitidos dentro del cuerpo durante
    periodos de tiempo algo prolongados. La desintegración
    β es el tipo mas frecuente de desintegración
    radiactiva tanto entre los isótopos artificiales como
    entre productos
    radiactivos procedentes de la desintegración alfa. Algunos
    de los radioisótopos artificiales obtenidos en
    aceleradores de partículas o separados en los productos de
    fisión formados en reactores nucleares tienen pocos
    neutrones, en lugar de demasiados. Estos se desintegran emitiendo
    positrones (partículas como los electrones pero cargadas
    positivamente), que se neutralizan casi de inmediato con los
    electrones ordinarios para producir una "radiación de
    aniquilación", con las cualidades de los rayos gamma. Los
    isótopos que emiten positrones tienen aplicaciones en
    diagnosis médica.

    Emisión de rayos gamma

    Esta emisión tiene lugar siempre que la
    desintegración beta no ha disipado suficiente
    energía para dar completa estabilidad al núcleo.
    Muchos isótopos naturales y artificiales con actividad
    alfa y beta son también emisores de rayos gamma. Los rayos
    gamma son una radiación electromagnética como los
    rayos X. Su intensidad se reduce al pasar a través de la
    materia en un grado que dependerá de su propia
    energía y de la densidad
    física del material absorbente. Los rayos gamma no son
    detenidos como las partículas alfa o beta, ni existen
    materiales opacos a ellos, como en el caso de la luz. Pueden
    necesitarse entre 5 y 25 centímetros de plomo o hasta 3 m
    de hormigón para conseguir una protección adecuada
    contra los rayos gamma de alta energía. El exceso de
    radiación gamma externa puede causar graves daños
    internos al organismo humano, peor no puede inducir
    radioactividad en él, ni en ningún otro
    material.

    Otras formas de desintegración radiactiva son la
    transformación interna, en al que una
    reorganización interior del núcleo da como
    resultado la emisión de rayos X, o la captura de
    electrones, en la que un núcleo con demasiados protones
    captura un electrón de una orbita interna del propio
    átomo, convirtiendo así un protón en un
    neutrón, con emisión de rayos X y descenso de un
    lugar en la tabla periódica los núcleos de uranio
    – 235 y del U – 238 (emisores de partículas
    alfa), se desintegran alguna que otra vez por fisión
    nuclear espontánea, produciendo cualquier par de una gama
    de posibles núcleos de fisión, además de
    neutrones libres. El radioisótopo artificial californio
    – 252 se desintegra exclusivamente por fisión
    espontánea, proporcionando u8na fuente utilizable de
    neutrones. Unos pocos isótopos producto de
    fisión, en particular el yodo – 122, se desintegran
    con emisión retardada de neutrones poco después de
    haber sido formados y desempeñan un importante papel en el
    control de
    reactores.

    La forma de desintegración, los tiempos de
    semidesintegración y las energías de emisión
    (energía máximas en el caso de partículas
    alfa y beta) son, en conjunto, características especificas
    que distinguen a un isótopo determinado y se pueden
    emplear para la identificación y medida de los propios
    emisores y, por tanto, de sus precursores, mediante la
    técnica de análisis por activación.

    VELOCIDAD DE DESINTEGRACIÓN

    La velocidad de desintegración de un
    isótopo puede caracterizarse mediante una constante
    denominada período de semidesintegración, que se
    define como el espacio de tiempo que debe transcurrir que una
    determinada masa de isótopo se hayan desintegrado la mitad
    de los átomos que la forman. Esta constante tiene carácter estadístico, ya que es
    imposible predecir en que momento se va a producir la
    desintegración de un determinado átomo.

    Otra constante que también se utiliza es la
    vida media que se define como el valor medio de
    la vida de los átomos del isótopo. No deben
    confundirse ambos conceptos, ya que ha menudo se utilizan de
    forma errónea.

    FISIÓN NUCLEAR

    Se entiende por fisión, la división de un
    núcleo muy pesado en un par de núcleos de masa
    próxima a 60, proceso en el cual se libera gran cantidad
    de energía

    A finales de 1938, O.Hann y F. Strassmann descubrieron
    en uranio bombardeado con neutrones, la presencia del
    radioisótopo 139Ba, formado necesariamente por
    escisión del núcleo de uranio. Este proceso se
    denominó Fisión nuclear.

    Según el modelo de la
    gota líquida, la fisión se produce porque al captar
    un neutrón, el núcleo oscila y se deforma, con lo
    que pierde su forma esférica adquiriendo la figura de un
    elipsoide entre cuyos extremos se produce una repulsión
    electrostática que puede llegar a provocar
    la rotura del núcleo pesado en dos fragmentos. En el caso
    del uranio-235, los fragmentos que se forman son núcleos
    de masas próximas a 95, el menor, y a 139, el mayor. Una
    reacción de fisión típica es:

    235 1 90 144
    1

    29 0 38 54 0

    Puesto que la relación neutrones/ protones es
    más elevada en el uranio que en los dos núcleos
    formados en la fisión, quedan dos neutrones en exceso que
    se liberan con gran energía. Si estos neutrones no son
    captados por núcleos de otros elementos y no escapan de la
    masa escindible, pueden provocar nuevas fisiones, siempre y
    cuando se hayan convertido en neutrones lentos mediante
    moderadores. Se logra así un proceso auto
    sostenido.

    La energía liberada en la fisión de 1 g de
    uranio-235 es del orden de 108 kJ, es decir unos dos
    millones de veces la energía que se obtiene por combustión de 1 g de petróleo.

    El primer reactor nuclear fue construido por Fermi en
    1942, utilizando grafito como moderador. Así, los
    neutrones liberados al escindirse un núcleo de uranio-235
    provocaban la escisión de nuevos núcleos de
    uranio-235 o la transmutación del uranio-238 en
    plutonio-239, que es así mismo fisionable.

    En las bombas atómicas de fisión, la
    explosión se produce al unir dos masas de material
    fisionable de tamaño inferior al crítico. Es decir,
    que el recorrido medio que debe atravesar un neutrón
    liberado, en una fisión espontánea para provocar
    una nueva fisión, es mayor que el diámetro de esas
    masas. Al unirlas, se supera el tamaño crítico, con
    lo que se produce una reacción en cadena.

    FUSIÓN NUCLEAR

    En palabras sencillas, fusión
    nuclear es la unión de dos núcleos livianos
    acompañada por una liberación de
    energía.

    Además de en la fisión de núcleos
    de átomos pesados, también se libera energía
    en la formación de núcleos intermedios a partir de
    núcleos muy ligeros, por ejemplo, de deuterio,
    21H, y de tritio,
    31H. Este proceso se conoce como
    fusión nuclear.

    Una reacción de fusión típica es la
    unión de un núcleo del deuterio y uno de tritio
    para dar un núcleo de Helio y un
    neutrón:

    2 3 4 1

    1 1 2 0

    Por gramo de combustible, esta reacción comporta
    la liberación de tres o cuatro veces más
    energía que una reacción de fisión. La
    energía liberada corresponde a la diferencia de masa entre
    el núcleo formado y sus constituyentes.

    Las reacciones de fusión son las responsables de
    la energía que emiten el Sol y las
    estrellas, en cuyo interior la temperatura es
    del orden de 20 millones de grados y los átomos de
    hidrógeno están completamente
    ionizados. La energía emitida por el Sol equivale a la
    pérdida de una masa de 4,3 millones de toneladas en un
    segundo.

    A diferencia de lo que ocurre con la fisión, los
    productos que se forman en las reacciones de fusión no son
    radiactivos y, además, los isótopos ligeros
    necesarios para la fusión son comunes (por ejemplo el
    deuterio existe en el mar), de ahí las grandes esperanzas
    depositadas en llegar a producir energía a partir de un
    proceso de fusión. El problema más importante
    planteado estriba en que los núcleos que se fusionan deben
    poseer suficiente energía para vencer las fuerzas
    electrostáticas de repulsión, lo que exige
    temperaturas de millones de grados. El material se hallará
    así en estado de
    plasma, y este plasma debe confinarse durante un tiempo
    suficientemente largo en un volumen no muy
    grande para que se produzca una reacción auto
    sostenida.

    En las bombas termonucleares (bombas de
    hidrógeno) la temperatura necesaria se alcanza mediante la
    explosión de una o más bombas atómicas que
    actúan como detonantes de la fusión
    subsiguiente.

    USOS DE
    LA RADIACTIVIDAD

    El trazado isotópico en biología y en
    medicina

    Los diferentes isótopos de un elemento tienen las
    mismas propiedades químicas. El reemplazo de uno por otro
    en una molécula no modifica, por consiguiente, la función de
    la misma. Sin embargo, la radiación emitida permite
    detectarla, localizarla, seguir su movimiento e,
    incluso, dosificarla a distancia. El trazado isotópico ha
    permitido estudiar así, sin perturbarlo, el funcionamiento
    de todo lo que tiene vida, de la célula
    al organismo entero. En biología, numerosos adelantos
    realizados en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX
    están vinculados a la utilización de la
    radioactividad: funcionamiento del genoma (soporte de la herencia),
    metabolismo de
    la célula,
    fotosíntesis, transmisión de
    mensajes químicos (hormonas,
    neurotransmisores) en el organismo.

    Los isótopos radioactivos se utilizan en la
    medicina
    nuclear, principalmente en las imágenes
    médicas, para estudiar el modo de acción de los
    medicamentos, entender el funcionamiento del cerebro, detectar
    una anomalía cardiaca, descubrir las metástasis
    cancerosas.

    Las radiaciones y la
    radioterapia

    Las radiaciones ionizantes pueden destruir
    preferentemente las células
    tumorales y constituyen una terapéutica eficaz contra
    el
    cáncer, la radioterapia, que fue una de las primeras
    aplicaciones del descubrimiento de la radioactividad.

    En Francia, entre
    el 40 y el 50% de los cánceres se tratan por radioterapia,
    a menudo asociada a la quimioterapia o la cirugía. La
    radioactividad permite curar un gran número de personas
    cada año.

    Las diferentes formas de radioterapia:

    • La curioterapia, utiliza pequeñas fuentes
      radioactivas (hilos de platino – iridio, granos de cesio)
      colocados cerca del tumor.
    • La tele radioterapia, consiste en concentrar en los
      tumores la radiación emitida por una fuente
      exterior.
    • La inmunorradioterapia, utiliza vectores
      radio marcados cuyos isótopos reconocen
      específicamente los tumores a los que se fijan para
      destruirlos.

    La esterilización

    La irradiación es un medio privilegiado para
    destruir en frío los microorganismos: hongos, bacterias,
    virus… Por
    esta razón, existen numerosas aplicaciones para la
    esterilización de los objetos, especialmente para el
    material médico-quirúrgico.

    La protección de las obras de
    arte

    El tratamiento mediante rayos gamma permite eliminar los
    hongos, larvas, insectos o bacterias alojados en el interior de
    los objetos a fin de protegerlos de la degradación. Esta
    técnica se utiliza en el tratamiento de
    conservación y de restauración de objetos de
    arte, de
    etnología, de arqueología.

    La elaboración de materiales

    La irradiación provoca, en determinadas
    condiciones, reacciones químicas que permiten la
    elaboración de materiales más ligeros y más
    resistentes, como aislantes, cables eléctricos,
    envolventes termo retractables, prótesis,
    etc.

    La radiografía industrial X o g

    Consiste en registrar la imagen de la
    perturbación de un haz de rayos X o g provocada por un
    objeto. Permite localizar los fallos, por ejemplo, en las
    soldaduras, sin destruir los materiales.

    Los detectores de fugas y los indicadores de
    nivel

    La introducción de un radioelemento en un
    circuito permite seguir los desplazamientos de un fluido,
    detectar fugas en las presas o canalizaciones
    subterráneas.

    El nivel de un líquido dentro de un
    depósito, el espesor de una chapa o de un cartón en
    curso de su fabricación, la densidad de un producto
    químico dentro de una cuba… pueden
    conocerse utilizando indicadores radioactivos.

    Los detectores de incendio

    Una pequeña fuente radioactiva ioniza los
    átomos de oxígeno
    y de nitrógeno contenidos en un volumen reducido de aire.
    La llegada de partículas de humo modifica esta
    ionización. Por esta razón se realizan y se
    utilizan en los comercios, fábricas, despachos…
    detectores radioactivos sensibles a cantidades de humo muy
    pequeñas.

    Las pinturas luminiscentes

    Se trata de las aplicaciones más antiguas de la
    radioactividad para la lectura de
    los cuadrantes de los relojes y de los tableros de instrumentos
    para la conducción de noche.

    La alimentación de
    energía de los satélites

    Las baterías eléctricas funcionan gracias
    a pequeñas fuentes radioactivas con plutonio 239, cobalto
    60 o estroncio 90. Estas baterías se montan en los
    satélites para su alimentación
    energética. Son de tamaño muy reducido y pueden
    funcionar sin ninguna operación de mantenimiento
    durante años.

    La producción de
    electricidad

    Las reacciones en cadena de fisión del uranio se
    utilizan en las centrales nucleares que, en Francia, producen
    más del 75% de la electricidad.

    1. El ciclo del combustible
    nuclear

    En un reactor, la fisión del uranio 235 provoca
    la formación de núcleos radioactivos denominados
    productos de fisión. La captura de neutrones por el uranio
    238 produce un poco de plutonio 239 que puede proporcionar
    también energía por fisión.

    Sólo una ínfima parte del combustible
    colocado en un reactor se quema en la fisión del
    núcleo. El combustible que no ha sido consumido y el
    plutonio formado se recuperan y se reciclan para producir de
    nuevo electricidad. Los otros elementos formados en el transcurso
    de la reacción se clasifican en tres categorías de
    residuos en función de su actividad, para ser embalados y
    luego almacenados.

    2. La seguridad
    nuclear

    La utilización de la fantástica fuente de
    energía contenida en el núcleo de los átomos
    implica el respeto riguroso
    de un conjunto de reglas de seguridad nuclear que permita
    asegurar el correcto funcionamiento de las centrales nucleares y
    la protección de la población.

    3. Los residuos nucleares
    Toda clase de
    actividad humana genera residuos. La industria
    nuclear no es una excepción a esta regla. Francia produce,
    de promedio, por año y por habitante:

    • 5.000 Kg de residuos, de los cuales
    • 100 Kg de residuos tóxicos, que
      incluyen
    • 1 Kg de residuos nucleares de los cuales
    • 5 gr de residuos son de alta actividad.

    No sabemos aún destruir los residuos
    radioactivos. Su actividad disminuye naturalmente en el tiempo,
    más o menos rápido en función de su
    período. Deben utilizarse, por consiguiente, técnicas
    de confinamiento y de almacenamiento.

    La reducción del volumen y de la actividad de los
    residuos radioactivos es, en Francia, un objetivo
    prioritario para la investigación. La amplitud del comportamiento
    a largo plazo de los residuos acumulados también es un eje
    primordial en la investigación

    CONCLUSIÓN

    Al estudiar los tipos de radiación que se emiten
    a partir del núcleo de un isótopo radiactivo nos
    encontramos con la emisión de tres partículas. Una
    de ella es la partícula alfa; en este caso, el
    número atómico del átomo original disminuye
    en dos y el número de masa disminuye en cuatro unidades;
    Otro es el caso de las partículas beta, donde el
    número atómico del núcleo original disminuye
    en una unidad y el número de masa no cambia y por
    último la radiación gamma, de alta energía,
    que carece de carga y masa, podemos concluir que con frecuencia
    se emiten junto con las partículas alfa o beta cuando un
    núcleo regresa a un estado más estable en contraste
    con los rayos X, y que se produce durante ciertas transiciones
    electrónicas entre distintos niveles de
    energía.

    Cuando se desintegra un isótopo de un elemento se
    produce un isótopo de un elemento distinto; es decir, un
    tipo de átomo se transforma en otro. Una ecuación
    nuclear representa los cambios ocurridos y al balancearla, la
    suma de los números de masa de las partículas de
    cada lado de la ecuación deben ser iguales, y
    también deben serlo las sumas de las cargas
    nucleares.

    Cuando se bombardean con neutrones con la energía
    apropiada, ciertos núcleos sufren una fisión, este
    proceso libera grandes cantidades de energía y se
    reúne cierta cantidad mínima (masa crítica) de un isótopo fisionable lo
    que puede desencadenar una reacción en cadena
    autosustentable al quedar algún neutrón. En una
    bomba de fisión (bomba atómica) la reacción
    en cadena avanza sin control, por esto sus
    consecuencias.

    Durante la fusión nuclear se unen núcleos
    pequeños, como deuterio y tritio. Las reacciones de este
    tipo liberan más energía que las reacciones de
    fisión. La fusión nuclear no regulada ocurre en el
    sol y en las bombas de hidrógeno. La fusión nuclear
    regulada no se ha logrado, pero las investigaciones
    prosiguen.

    La cantidad de electricidad que se puede generar a
    partir de las reservas mundiales de Uranio y de otros
    combustibles nucleares depende mucho de los tipos de reactores
    nucleares que se construyan. Un tipo de reactor es el
    supprregeneradores que puede producir una 60 veces más de
    energía que la que el mismo combustible generaría
    en un reactor térmico de los que actualmente se
    construyen. Sin reactores supprregeneradores, que aún han
    de desarrollarse a nivel comercial, el mundo sufriría
    escasez de Uranio
    dadas las fuentes actuales en un lapso de 40
    años.

    La energía geotérmica procede del calor
    almacenado en el interior de la tierra. La
    mayor parte de él se produjo y aun se produce por la lenta
    desintegración de elementos radioactivos que existen de
    modo natural en todas las rocas. La
    producción energética de todas las centrales
    geotérmicas equivale aproximadamente a la
    producción  en un solo reactor nuclear
    grande.

    La química nuclear ha adquirido una importancia
    extrema en medicina y ha hecho aportes considerables a la
    agricultura y
    la industria, e incluso a nuestra vida cotidiana. Es
    difícil que algunas facetas de la vida humana no hayan
    sido tocadas por los desarrollos en la ciencia
    nuclear. Los eventos
    históricos con relación a este tema nos muestra que
    el
    conocimiento no está limitado a una nación
    o grupo y cuando personas de diversa formación trabajan en
    colaboración, es mucho lo que se puede lograr.
    Además, la ciencia no se
    sostiene por sí sola: la solución de los problemas de
    la época actual depende de la capacidad del hombre para
    combinar la ciencia, la política, los
    negocios y los
    valores
    humanos.

    BIBLIOGRAFÍA

    • ENCICLOPEDIA SALVAT "CÓMO FUNCIONA".
      Radioactividad, átomo nuclear,

    desintegración alfa, beta y gamma.

    Director Juan Salvat

    Volumen IX Pue-Te Salvat Editores, S.A

    Páginas 41 – 44

    • NUEVA ENCICLOPEDIA TEMÁTICA "PLANETA",
      FÍSICA. Química, número

    atómico, masa atómica; Física,
    fisión y fusión nuclear; XXII generación
    de corrientes eléctricas.

    Páginas 19 – 20 y 134 –135

     

    Karoll Hernández

    Marcela Rojas

    Katherine Solar

    Carolina Venegas

    AMERICAN COLLEGE

    Villa Alemana

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