- Resumen
- El desarrollo
sostenible - La Teoría del control
cultural - El pensar / actuar como nueva
pedagogía - La
sistematización
Aún después de casi dos décadas
el concepto
"Desarrollo
Sostenible" sigue prestándose para diversas
interpretaciones. Sin embargo el concepto al que nos adscribimos
pasa por la definición de un desarrollo de
dimensión integradora de la economía, la
conservación de los recursos
naturales mediante su uso adecuado y el perfeccionamiento de
la práctica de los derechos humanos
hacia una equidad social
efectiva a través de la creación de redes de solidaridad. Esta
visión integradora permite esperar, a través de
procesos
participativos, la transformación del concepto de
desarrollo "clásico" aplicado a escala planetaria
por las visiones mecanicistas y economicistas del mundo – y cuyos
resultados son hasta hoy depredatorios, en una posibilidad de
manejo sustentable de los recursos
naturales de la región amazónica sudoccidental,
concretamente en la región MAP.
La iniciativa MAP surgida de un encuentro de
Universidades de la región realizado en Río Branco,
Acre en 1999 y seguido por otros encuentros en Puerto Maldonado,
Madre de Dios en 2001, Cobija, Pando en 2002 y Brasileia /
Epitaciolandia, Acre en 2003, además de varios talleres y
reuniones sectoriales, se adscribe explícitamente a esta
conceptualización desde una dinámica de acción –
reacción – sistematización al interior de
los procesos socioculturales emergentes en la región
trinacional. Y es que los hechos sociales no son cosas, son
procesos y como tales tienen una direccionalidad determinada, una
tendencia que es posible predecir. Es también posible
intervenir en esa tendencia, ya sea para acelerarla o para
dirigirla hacia un fin determinado. Todos los proyectos de
desarrollo se basan en esta posibilidad de cambio y
movilidad social.
Desde 1999 hasta la fecha los actores sociales de los
tres países que componen la región MAP han asumido
paulatinamente, gracias al pensar / actuar de un grupo
académico generador, una posición de
protagonismo al interior del proceso de
construcción del concepto y práctica
del desarrollo sostenible, asistiendo a debates sectoriales,
proponiendo acciones
conjuntas e implementando, aún sin la
sistematización adecuada, una nueva forma de
aprehensión de su realidad socioeconómica y
cultural.
En esa línea, la intervención de la
iniciativa MAP, la acción, ha consistido hasta
ahora en provocar espacios de interlocución, de diálogo,
entre los actores de la región. La reacción,
entendida como la activa participación de éstos en
numerosos encuentros, ha ido demostrando que el establecimiento
de espacios de diálogo constructivo es efectivo en el
proceso de elaboración de planes y programas
trinacionales de desarrollo sostenible a futuro. La
sistematización, actividad que en este contexto
debe ser participativa, consiste en lograr que las observaciones
realizadas sobre los comportamientos socioeconómicos y
culturales de los actores en interacción marquen las pautas a seguir en
posteriores acciones.
De esta manera se está construyendo en los
hechos una dinámica dialéctica que permite y de
cierta forma obliga a los actores, tanto académicos como
productivos a llenar paulatinamente de contenidos el concepto de
desarrollo sostenible a través de una nueva pedagogía, que condice con la emergencia de
un nuevo paradigma en
construcción que según Capra (1998) "es una
visión holística de la vida: un todo integrado, con
interdependencia entre los fenómenos, inserto en los
procesos de la naturaleza
(ecología)."
Desde esta perspectiva y siguiendo a Toledo (1996)
podemos definir el desarrollo sostenible como el "proceso de
carácter endógeno por medio del cual
una colectividad toma el control de los
procesos que la determinan y la afectan".
En esta definición la idea central gira en
torno al control
que debe tener la colectividad, los actores, sobre todos
los elementos materiales y
socioculturales a su alcance. En la región MAP, al
interior de la colectividad existen diversos actores
inmersos en diferentes etapas de desarrollo tanto
socioeconómico como cultural, en construcción de
sus propias identidades diferenciales. En este artículo
nos aproximamos al análisis del discurso
campesino e
indígena, desde el concepto integrador de desarrollo
sostenible y dentro de la teoría
del control cultural.
La dimensión sostenible del desarrollo aparece
enunciado por primera vez en el año 1987 en el Informe de la
Comisión Mundial para el Medio
Ambiente, también denominado Informe Brundtland. De
este informe surge la siguiente definición: "Desarrollo
sostenible es aquel que atiende a las necesidades de las
generaciones presentes sin comprometer las necesidades de las
futuras generaciones"
Esta definición es muy amplia y necesita una
mayor aproximación para enfocar mejor su contenido
conceptual y filosófico.
Para Arturo Escobar existen tres visiones del mundo
contenidas dentro del Informe Brundtland, siendo la primera la
visión liberal que parte de la idea de que la
economía es autónoma, independiente de lo
político, de lo social y de lo cultural y considera
la pobreza
como causa y efecto de la degradación ambiental sin
discutir la dinámica social que provoca la pobreza y la
exclusión; culpa a los países tercer mundistas por
la crisis
ecológica y no al modelo de vida
de los países más ricos del planeta.
La segunda, la visión culturalista es
una crítica
al discurso liberal del desarrollo sostenible; considera que la
cultura es la
instancia fundamental de la relación de la sociedad con
la naturaleza y cuestiona a la cultura economicista y
científica de occidente. Sostiene también que en la
cultura se origina la crisis ambiental, principalmente porque se
trata a la naturaleza como mercancía de enriquecimiento.
Por último cree imposible la protección de la
naturaleza desde el punto de vista económico pues no
encuentra la forma de conciliar el crecimiento
económico y la protección de la naturaleza
dentro del desarrollo sostenible.
Una tercera posición, la visión
ecosocialista comparte algunas de las observaciones de los
culturalistas; critica a los liberales, y se diferencia de las
anteriores por la mayor atención que presta a la economía
política reformada y centralizada en la
teorización de la "naturaleza del capital en su
fase ecológica".
Para Escobar la visión liberal es la dominante
de la ideología de donde nace la
concepción del desarrollo sostenible, pues está
orientada más al crecimiento económico que a la
preservación ambiental, aunque éste sea un
instrumento usado como pantalla del desarrollo
económico puro y simple.
Por otro lado, José de Souza Silva concibe
también tres visiones que se plasman en el concepto de
desarrollo sostenible, la primera es la que llama
visión mecánica del mundo, heredada de la
época del industrialismo y transformada por la revolución
informática. La segunda es una
visión economicista del mundo, moldeada por los que
están estableciendo un nuevo régimen de
acumulación para el capital corporativo transnacional. La
tercera es la visión holística de mundo, que
emerge de la interacción entre los actores que denuncian
la vulnerabilidad del planeta y proponen la práctica
sistémica de un desarrollo sostenible para todas las
formas de vida en la
Tierra.
A esta visión holística es a la que se
adscribe explícitamente la Iniciativa MAP desde sus
inicios. Así, entre las recomendaciones de la
Declaración de Río Branco en 1999 se lee:
"Promover el desarrollo de estudios multidisciplinares e
inter-institucionales asegurando la incorporación de los
aspectos biofísicos y sócio-económicos,
enfatizando la investigación, la capacitación y la diseminación de
forma integrada. Considerar los conocimientos tradicionales en
los estudios científicos, de forma a reconocer la
contribución de los diversos actores regionales,
respetando sus derechos intelectuales".
También en esta Declartación se
recomienda "estimular la diseminación de los avances
científicos, de importancia a la temática Cambios
Globales, a todos los segmentos de la sociedad, en los niveles
político, académico y de las comunidades
locales".
Posteriormente, en la Carta de
Cobija en 2002 se dice: "una alternativa para contrarrestar
esta difícil situación (de la
depredación ambiental y su secuela de pobreza) es la
integración de iniciativas innovadoras
relativas al medio ambiente y al
desarrollo. Con esta integración se podrá elevar el
nivel de vida de las sociedades
regionales, conseguir una mejor gestión
de los ecosistemas y
lograr un futuro más seguro y
próspero. Esta integración exigirá la
solidaridad y la colaboración efectiva dentro y entre las
naciones". Entre las recomendaciones se sigue: "Acelerar
el proceso de integración trinacional de las instituciones
gubernamentales y no gubernamentales a través de acuerdos
de largo plazo que promuevan la capacitación
recíproca de personal y el
desarrollo de proyectos conjuntos.
Fortalecer, o en su caso establecer, políticas
de Estado que
permitan una mayor participación de los actores sociales
en la toma de
decisiones para la gestión de su territorio y recursos
naturales y apoyen el desarrollo de la educación y la
salud.
Promover la educación
ambiental de la población y la capacitación del
talento local, integrando acciones educativas entre las escuelas
de la región, buscando multiplicar experiencias e integrar
al alumno a los acontecimientos actuales de la Región MAP,
rescatando experiencias como la del Convenio Andrés
Bello".
Aquí encontramos explicitada la
definición del conocimiento
de los actores de la región MAP entendida como "talento" y
ya no como "recurso humano" como es definido por las corrientes
mecanicistas y economicistas.
Sin necesidad de abundar más podemos afirmar
hasta aquí que el objetivo
subyacente de la Iniciativa MAP apunta hacia el desarrollo
sostenible contenido dentro de la visión holística
planteada por de Souza Silva.
Desde otra perspectiva existe también una
visión indígena y campesina del desarrollo
sostenible que afirma que la cuestión central del
desarrollo no está en el significado del crecimiento
económico, sino en el sentido de un desarrollo
humano integral y armónico. Se entiende que la
calidad de
vida debería ser cada vez mejor a nivel local y
global. Por lo tanto esta visión cree importante tomar en
consideración las políticas alternativas de
desarrollo locales y globales, para ver si es posible iniciar un
desarrollo desde abajo hacia arriba, que abarque lo
económico, social y cultural, como una concepción
más democrática y más justa.
En resumen, ambas corrientes, la
holística y la indígena / campesina
confluyen en el pensar / actuar de la Iniciativa MAP y por
eso es posible afirmar que el proceso que promueve la iniciativa
MAP se encuentra dentro de la definición que de desarrollo
sostenible hace Toledo (1996): "proceso de carácter
endógeno por medio del cual una colectividad toma el
control de los procesos que la determinan y la
afectan".
La colectividad en la región MAP
está compuesta por diversos actores imbricados en procesos
de desarrollo económico, conservación del medio
ambiente y – a través de la información y plena participación,
de espacios de equidad social entendida como la vigencia de los
derechos humanos fundamentales y la retribución justa de
sus esfuerzos productivos. El control de dichos procesos
es analizado a continuación.
La Teoría del
control cultural
Esta teoría asume que el control cultural es
un sistema y un
proceso que según la coyuntura histórica, gana o
pierde espacios en beneficio o perjuicio de la existencia de un
grupo social
determinado. El control cultural –en el caso que estamos
analizando, representa el conjunto de decisiones sobre los
elementos culturales materiales, organizativos y espirituales
existentes en las comunidades campesinas e indígenas de la
región MAP. A su vez, estos elementos culturales son
usados al momento de realizar las actividades necesarias para
mantener la vida cotidiana: satisfacer necesidades, identificar y
solucionar problemas,
formular y lograr aspiraciones, producir y comercializar productos y
reproducir y socializar la fuerza de
trabajo.
El inicio para que este sistema de control cultural
se active (Toledo 1996) es la toma de control del espacio
territorial, a través del establecimiento de límites,
reconocimiento del territorio por los propietarios vecinos y el
saneamiento y titulación de las tierras por parte del
Estado. También es necesario el diseño
y ejecución de un plan de manejo de
los recursos naturales, capaz de normar y regular las
actividades agrícolas, pecuarias, forestales y pesqueras
que las comunidades realizan.
En la región MAP algunos de los instrumentos
normativos para llevar adelante estos procesos existen, aunque
todavía con las deficiencias propias de no haber sido
plenamente consensuadas participativamente con las comunidades y
sus organizaciones de
base.
Como ejemplo de esto veamos algunas de las demandas
más relevantes que tanto las organizaciones campesinas
como indígenas de la región MAP plasmaron en sendos
documentos
presentados en el IV Foro Trinacional
Construyendo una Historia de
Cooperación para el Desarrollo de la Región
MAP, realizado en las ciudades de Brasileia y Epitaciolandia,
Acre, entre el 15 y el 18 de agosto de 2003.
Campesinos:
- Proponemos a los gobiernos elaborar
políticas públicas que permitan el respeto de
la propiedad en
forma integral y una distribución y redistribución
equitativa de la tierra y el
territorio en consenso con las organizaciones sociales de la
Región MAP. - Exigimos a los gobiernos de la Región
MAP la conducción de los procesos de saneamiento
físico legal de tierras en coordinación con las organizaciones de la
Región MAP. - Los trabajadores rurales de la región
MAP deben elaborar propuestas de Ley de
ordenamiento territorial para presentar a los gobiernos de la
Región MAP - Las organizaciones campesinas rurales de la
Región MAP demandan la elaboración de proyectos
para la recuperación de las áreas degradadas a
través de sistemas
agroforestales
Indígenas:
- Que se respeten los territorios que
están titulados, los que están en proceso de
titulación y los que necesitan
ampliación. - Demandamos a los gobiernos anular las normas que
contravengan con los derechos de los pueblos indígenas y
cualquier norma que se dicte tiene que ser en cumplimiento de
los tratados
internacionales firmados por cada
país. - Garantizar territorio y aprobar normas a favor
de los derechos de los pueblos indígenas aislados para
que mantengan sus propias formas de vida.
Como se puede apreciar, la demanda
principal es la de ejercer el derecho a la información y
participación en los procesos que atañen
directamente a las comunidades, en este caso el saneamiento y
titulación de tierras, es decir, tener control sobre los
procesos que los determinan y afectan. También se hace
alusión a la elaboración participativa de proyectos
agroforestales y de ordenamiento territorial.
En el ámbito del desarrollo económico
es necesaria, siguiendo a Toledo, la regulación de los
intercambios económicos que la comunidad y sus
miembros realizan con el resto de la sociedad y con los mercados locales,
regionales, nacionales e internacionales. Veamos la perspectiva
que sobre este tema tienen los actores.
Campesinos
- Los trabajadores Rurales campesinos de la
Región MAP demandan a las autoridades nacionales y a
organismos no gubernamentales fomentar la
diversificación productiva con asesoramiento
técnico. - Los gobiernos nacionales, locales y
instituciones no gubernamentales deben impulsar y potenciar la
constituciones de organizaciones empresariales campesinas que
permitan el impulso de las distintas opciones de desarrollo
sostenible. Fomentar y potenciar la constitución de organizaciones
empresariales campesinas que permita el impulso de las
distintas opciones de desarrollo sostenible - Que los gobiernos locales, promuevan la
estandarización de los precios de
los recursos agro – extrativistas en coordinación con
las organizaciones rurales campesinas.
Por último, en esta línea de pensamiento y
dentro del avance del control cultural hacia un desarrollo
sostenible, las comunidades deben tener la capacidad de crear
sus propias organizaciones sociales y productivas para
establecer las normas de la vida política, asegurando
la participación de sus miembros, el derecho a la
información y la aplicación constante de los
derechos humanos.
Campesinos:
- Autonomía organizativa gremial
sindical. - Formación y educación para la toma de decisión
he impulsar el poder
Regional de las organizaciones rurales. - Exigimos ser reconocidos respetados y
protagonistas en la toma de decisiones.
Indígenas:
- Que se cree un mecanismo autónomo y
permanente de integración de pueblos indígenas
que viven en la región de la frontera de
Bolivia,
Perú y Brasil con el
objetivo de promover el dialogo
intercultural, fortaleciendo la unión y las identidades
de los pueblos indígenas de esta parte de la
amazonía. Este mecanismo de integración –
Forum Permanente de Pueblos Indígenas –
será constituido y coordinado por representantes de
pueblos indígenas y apoyado por instituciones
amigas. - Que los Presidentes y las autoridades al
más alto nivel de los tres países se informen del
proceso de trabajo abierto en la región de frontera
trinacional (Brasil, Bolivia y Perú) que están
realizando los representantes de los Pueblos Indígenas y
sepan que vamos a estar unidos en la lucha por la Dignidad de
los Territorios y derechos Indígenas - Que se constituya mecanismos de
representación política de acuerdo con los
intereses y necesidades de los pueblos
indígenas.
Aquí otra vez se reclama la necesidad de ser
reconocidos como protagonistas dentro de los procesos que los
afectan y determinan como actores fundamentales de la
región MAP.
Este reconocimiento se asume como un derecho que debe
ser aceptado por las autoridades locales de toda la
región.
Como corolario de las demandas de las organizaciones
de base en la toma de control cultural de los procesos que los
determinan y afectan, veamos algunos puntos relevantes de la
Propuesta de los Campesinos e Indígenas Bolivianos,
Peruanos y Brasileños para el MAP presentada por las
organizaciones de base el último día del IV Foro
Trinacional MAP.
- Nosotros los campesinos e indígenas
necesitamos tener espacios para hablar por nosotros mismo.
Somos los verdaderos actores, pues vivimos en el bosque y no
encontramos una abertura en MAP para colocar nuestras
propuestas y nuestras ideas efectivamente. Nos gustaría
ser respetados, de la misma forma que nosotros respetamos a los
representantes de las instituciones y a las autoridades.
Queremos tener voz en la toma de
decisiones. - Tiene que salir un resultado concreto
para los campesinos e indígenas y para el desarrollo
sostenible de la región. Que la propuesta de desarrollo
sostenible pase a ser construida en conjunto con las bases. El
MAP es un espacio excelente, pero no nos están dando el
espacio para intervenir. Nosotros tenemos la capacidad de
diseñar el desarrollo
sustentable que queremos. - Las instituciones deben dar el soporte
técnico para que podamos actuar de forma efectiva en el
desarrollo sustentable. Las autoridades deben asegurar que se
cumplan las decisiones de los campesinos e
indígenas. - Que se cree un MAP productivo, donde se pueda
discutir procesos de producción agro-extractivista para los
tres países y también pueda ser definida una
política de precios mínimos de los
productos. - Para mejorar la participación de los
campesinos e indígenas queremos tener espacios para
hablar en todos los momentos. Queremos ser expositores en las
mesas y participar en los grupos de
trabajo, con más tiempo para
discusiones y abierto a cambios.
En resumen, tanto las organizaciones campesinas como
indígenas de la región MAP reclaman
explícitamente el derecho a ser informados y participar en
los procesos de toma de decisiones. La iniciativa MAP ha logrado
al momento, a través del proceso pensar / actuar,
crear los espacios necesarios para que estos actores logren
manifestar sus demandas en ámbitos amplios de
discusión y que sean escuchados por los otros miembros de
la colectividad.
El pensar /
actuar como nueva pedagogía
El mundo al revés nos enseña a
padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado
en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de
imaginarlo. En su escuela son
obligatorias las clases de impotencia, amnesia y
resignación. (Eduardo Galeano).
Para Pauchard-Hafemann, H. (s.d.) "cualquier
acción eficiente que se pretenda desarrollar en favor del
ser humano requiere de conocimientos con validez
científica, o por lo menos confiables. Y para
compenetrarnos de la real dimensión de la acción
humana y especialmente de la interacción social resulta
fundamental el tener claridad respecto a cuales son los
requerimientos decisivos para las personas". Es necesario,
por tanto, aproximarse lo más posible al conocimiento del
ser humano como ser social y establecer espacios de
diálogo constructivo de la realidad que requiere cambios
-en nuestro caso, hacia el desarrollo sostenible.
Por su parte Freire (s.d.) nos enseña que la
primera condición para que un ser humano pueda ejercer un
acto comprometido está en que éste sea capaz de
actuar y reflexionar. Y en este proceso el ser-individuo poco
puede hacer sino establece relaciones de interlocución con
sus contemporáneos ya que "la dialógica del
conocimiento implica que este es construido a medida que las
partes involucradas interactúan y traen sus experiencias
individuales y/o colectivas como parte de su encuentro
dialógico". (Torres s.d.)
Estos grupos de interlocución o diálogo
constructivo forman en su accionar redes de solidaridad
que, además de construir su realidad, reaccionan
demandando mayores espacios de información y
participación hacia el control cultural y por ende hacia
la sostenibilidad de su desarrollo.
Para la Teoría de la Acción Colectiva
la sociedad civil es
la forma más natural de autoorganización social. La
sociedad civil se encuentra según Wolfe (1989) en
"familias, comunidades, redes de amistad,
conexiones solidarias en los lugares de trabajo, voluntarismo,
grupos espontáneos y movimientos". Estas
organizaciones primarias o "de base" crean en su accionar redes
de solidaridad con un sentido de confianza y beneficio mutuos y
diferentes grados de coordinación. En contraste con las
organizaciones jerarquizadas, las redes de solidaridad no
requieren de reglas explícitas ni aparatos
burocráticos.
En la región MAP las redes de solidaridad que
se van formando entre los actores indígenas y campesinos
centran su atención en el manejo de los recursos
naturales, el control sobre este manejo y en la
participación efectiva en la planificación del manejo y el control. En
otras palabras, en el desarrollo económico sustentable, en
la conservación ambiental y en la equidad social;
"pilares" del concepto de desarrollo sostenible
vigente.
Esto está sucediendo gracias a que -en el
ámbito de la acción de la Iniciativa MAP, el
grupo académico generador propicia espacios de
interlocución, encuentros y talleres, donde los actores
inician procesos dialógicos y "construyen" su objeto del
conocimiento; en este caso su realidad socioeconómica y
cultural, para establecer propuestas alternativas de
integración de redes de solidaridad que ofrecen opciones
novedosas basadas en el control cultural ya no sólo a
nivel nacional sino también trinacional.
Paralelamente, los actores indígenas y
campesinos van dando muestras de su necesidad de construir
identidades colectivas redefiniendo su historia e iniciando
luchas culturales para crear nuevos escenarios y nuevos
proyectos. Prueba de esto son las declaraciones indígenas
/ campesinas presentadas en el último encuentro MAP. Esta
respuesta contestataria, que entendemos aquí como
reacción, es parte de la dinámica
dialéctica de construcción del objeto cognoscible
de la realidad.
El proceso acción –
reacción promueve a su vez una sistematización
que entendemos aquí con Morgan (1996) como el "proceso
permanente y acumulativo de creación de conocimientos a
partir de las experiencias de intervención en una realidad
social".
Los encuentros de campesinos e indígenas de la
región MAP que se han sistematizado han sido procesos
complejos que articularon actores diversos, con niveles de
autoconciencia diferentes. Los saberes también son
distintos y se expresan en discursos a
veces divergentes. Los animadores del grupo académico
generador, por un lado, tienden a expresarse de acuerdo al
pensamiento lógico-formal, mientras que los actores se
expresan generalmente en discursos
simbólico-narrativos.
De esta manera, las experiencias que se pretende
sistematizar no son propuestas exclusivamente racionales y
teóricas. Las dimensiones afectivas forman parte de las
propuestas de acción de los actores (en este caso
reacción) y deben también ser incorporadas
en la sistematización. Al momento, sin embargo, no
se tienen metodologías completamente adecuadas que
incorporen estas dimensiones a los procesos de conocimiento y a
la planificación de un desarrollo sostenible en la
región MAP. Así, la intervención
(pensar-actuar) del grupo académico
generador si bien promueve la construcción
dialógica de conocimientos para luego de haberlos
sistematizado retornar a la acción, genera al
momento saberes socioeconómicos y culturales imprecisos y
de difícil validación. De lo que se trata, mediante
la reiterada dinámica de la acción –
reacción – sistematización, es de que estos
saberes aún difusos se conviertan en conocimientos
científicos precisos que puedan ser comparados con
experiencias semejantes y que resistan las pruebas de la
verificación.
En el momento actual del proceso de
construcción de un discurso acorde a los objetivos
planteados por la iniciativa MAP, se puede muy bien establecer
que los conocimientos socioeconómicos y culturales
logrados son todavía conocimientos "situacionales",
orientados a reiniciar nuevos ciclos de acción –
reacción – sistematización, diferenciados por
su nivel de aprehensión y construcción de la
realidad, de los conocimientos científicos que buscan
más bien dar explicaciones generales sobre los
fenómenos.
Sin embargo, aunque el proceso dialógico
constructivo iniciado con la irrupción de los actores
campesino / indígenas es largo, la experiencia de este
primer año de confrontaciones discursivas muestran que el
marco
teórico referencial y la dinámica establecida
es adecuada para avanzar hacia el desarrollo sostenible buscado
explícitamente por la iniciativa MAP.
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