Sub-cultura del Gran Caldas y su relación con los estilos de dirección y gestión de sus organizaciones
- Los Elementos Históricos
(Las diferentes colonizaciones en Caldas) - Grupo
étnico - La creación del
Departamento de Caldas - El carácter de la
familia caldense - Las Clases
Medias - Economía y Vida
Social - Semblanza
paisa - Tres Departamentos y un solo
origen - Calidades estratégicas
del nuevo dirigente - Estilo de
Negociación - ¿Cuál es,
entonces, la cultura organizacional
paisa? - Y, entonces… como
conclusión?
Con base en el modelo de
Lionel Vallée sobre la naturaleza de
los elementos que constituyen la sociedad del
Gran Caldas, sus relaciones y sus modos de evolución, presento a
continuación:
El historiador Antonio Garcia expresa como la
colonización antioqueña fue solo una corriente
de campesinos nómades que eran empujados por la
fuerza de
arrastre de la minería aurífera y por una
agricultura maicera de subsistencia, mientras
no se descubrió una planta perenne—como el
café—capaz de ocupar y
transformar las laderas erosionables de la cordillera andina
y de promover el más significativo salto
histórico de las comunidades campesinas, sustituyendo
la precaria y estática agricultura de autoconsumo por
una moderna y dinámica economía de mercado.
El encuentro histórico entre la poderosa corriente
colonizadora y el sistema de
plantación comercial originó la
transformación de los colonos trashumantes en
empresarios agrícolas e hizo posible la
formación de un verdadero sector agrario exportador en
la economía colombiana, con una significación
nacional que no alcanzó ni podía alcanzar un
producto
como el tabaco,
circunscrito a tierras aluviales solo localizadas en las
vegas de los ríos. A partir de este encuentro, la
economía del café operó como la poderosa
fuerza de arrastre de la colonización
antioqueña—conduciéndola primero por las
vertientes boscosas que conformaban la hoya
hidrográfica del Cauca, luego por las tierras
onduladas del Quindío y más tarde por las
vertientes que se extienden al sur del río
Barragán o por las laderas orientales de la cordillera
central—o como la fuerza de arraigo que vertebró
las comunidades campesinas y generó una densa
economía de fincas familiares asentadas sobre un piso
de pequeña ganadería y de cultivos de pan coger,
originando la fundación del poblado como núcleo
de este dinámico proceso.La naturaleza de esta economía
familiar—con una sólida estructura
comunitaria—resolvió el problema de las enormes
exigencias de mano de obra en un tipo de agricultura
altamente selectiva y en la que la suavidad del grano ha
dependido de las prolijas operaciones
de limpieza, poda, recolección del grano, fermentación, despulpado y secado al
sol en los patios y secaderos de la propia vivienda
campesina. Sin esta estructura familiar y sin las formas de
trabajo
cooperativo que propagó la colonización
antioqueña, no hubiera sido posible resolver el
problema de una plantación productora de tipos suaves
y de un procesamiento—el llamado "beneficio de
finca"—tan costoso, lento y selectivo: el hecho de que
el productor cafetalero nunca haya incluido el valor de
la mano de obra familiar en los costos de
producción, explica su particular resistencia a los frecuentes ciclos depresivos
del mercado mundial o metropolitano, así como a la
acumulación, al nivel de finca y mientras ésta
pudo conservar una magnitud de empresa
agrícola familiar. Este complejo problema de las
prácticas de recolección selectiva, grano a
grano, del beneficio de finca, y a veces, del
procesamiento en trilladora, pudo ser resuelto en las
haciendas cafeteras formadas en las vertientes occidentales
de la cordillera oriental—correspondientes a la hoya
del río Magdalena—por medio del colonato, las
aparcerías y el peonaje. Lo que equivale a decir
que en la Colombia
del siglo XIX y a principios
del XX se conformaron dos sistemas
económicos-sociales, radicalmente diferenciados, de
colonización de las vertientes andinas y de organización de una estructura
cafetalera: uno, fundamentado en la finca familiar, la
participación directa del colono y su familia en la
explotación agropecuaria, la combinación del
cultivo comercial con una economía diversificada de
subsistencia y las formas comunitarias del poblamiento; y
otra, constituída sobre el sistema de haciendas, el
peonaje, el colonato y solo recientemente el trabajo
asalariado.En última instancia, el sistema caldense
descansó sobre la explotación invisible de la
mano de obra familiar y la no inclusión del trabajo en
la estructura contable del costo; y
el sistema sobre la explotación de la mano de obra
campesina por medio de la aparcería, el colonato o
formas embrionarias de salariado.El primer nudo del problema histórico del
sistema de colonización surgió cuando se
agotaron las tierras de vertientes, lo que trajo como
consecuencia la estabilización del sistema de fincas y
la conformación de una nueva estructura de
organización municipal y de mercado que a la postre
resultó en una polvareda de minifundios debido a la
presión externa de mecanismos
sucesoriales y la valorización de la tierra.
Este proceso fue históricamente simultáneo con
el de modernización capitalista y formación de
la moderna infraestructura física de
integración (centralización
político-administrativa en la ciudad de Manizales),
que posteriormente constituyó uno de los factores de
confrontación con las ciudades comerciales de Pereira
y Armenia y posteriormente a la disgregación
político-administrativa del antiguo Caldas.En el ciclo de la gran depresión de los años treinta,
Manizales, Pereira y Armenia solo participaron
mínimamente en la primera fase de la
industrialización sustitutiva, posiblemente por la
orientación fisiocrática de su "élite"
dirigente; y después de la segunda
guerra mundial las tres ciudades quedaron al margen de
las corrientes de industrialización básica, ya
que, cuando las nuevas generaciones comprendieron el
problema, en la década de los años cincuenta,
ya se habían consolidado las áreas
metropolitanas de Bogotá, Medellín, Cali y
Barranquilla.Los ingresos del
café se transformaron en esfuerzo de
modernización de las ciudades, en expansión de
los aparatos de intermediación y en mejoramiento de
los niveles de bienestar y de consumo,
pero no en inversiones industriales capaces de promover
una nueva dinámica del desarrollo
regional.El fraccionamiento político-administrativo de
Caldas en tres departamentos redujo aún más las
posibilidades de industrialización y aminoró
notablemente la capacidad de negociación del antiguo Caldas y lo
privó de su papel decisorio en la conducción de
la política cafetera.Por otra parte, el estadista y también
historiador Otto Morales Benítez en su libro
Lineas Culturales del Gran Caldas , expresa que la
colonización caldense , de la totalidad de su
territorio, no tuvo las mismas características. La del
norte de Caldas se realizó sobre una comarca inculta,
que defendían los inmediatos herederos de la merced de
tierras del rey. La del Quindío tiene otras
pecualiaridades, pues se relacionan con la
compañía Burila de Manizales. Los poderes que
se ejercieron fueron de un perfil político muy
definido. Los productos
que se sembraron en una y otra, son diferentes. La del
Occidente obedece a otros matices bien singulares. El Cauca
Grande se prolongaba hasta Marmato. El dominio
político, por lo tanto, era diferente al de Antioquia.
En el área existían fundaciones con más
de cuatro siglos. En Riosucio ya existían los
pequeños conglomerados que, después, unidos,
integraron este municipio. La fundación, pues, data
del año 1819 cuando se vinieron los antioqueños
hacia la cercanía de Aguadas, ya, quienes tutelaban
los cerros de Tatamá o del Ingrumá, contaban
con larga lista de sucesos, creaciones, utilización
del campo, etc.Hay otros lances significativos dentro de la
modalidad de la colonización: las grandes
confrontaciones que se libraron entre los caucanos que
dominaban y los antioqueños que arribaron y que, por
cierto, vincularon a la economía lugareña los
sitios fríos y remotos de la región.Otro acontecimiento es el viejo odio ancestral, que
se prolongó en el tiempo, de
caucanos y antioqueños.Poco se ha deliberado en las pesquisas de
remembranzas acerca de cómo se realizaron estos
avatares. La raíz es simple: éstos
poseían la supremacía conservadora
después de la independencia. Los caudillos liberales se
venían con sus negros macheteros del Patía, a
destituír a los presidentes conservadores. Y lo
alcanzaban. Como es elemental, la frase vindicativa que se
pronunciaba en Antioquia, era condenatoria:"negro
caucano".- Los Elementos
Históricos (Las diferentes colonizaciones en
Caldas)Manuel Zapata Olivella en su estudio sobre el Hombre
Colombiano divide su presentación en:- Medio Ecológico
- Grupo
étnico
La característica ecológica en la que se
ha conformado el grupo
étnico paisa (Antioquia, Caldas, Quindío y
Risaralda) está determinada por el origen
volcánico de las cordilleras Central y Occidental. En
ellas se encuentran alturas de 5.400 metros (Nevado del
Ruíz) hasta 1.540 metros (Altiplanicies de
Medellín o Aburrá), valles de variadas
topografías que incluyen llanuras, tierras de
acumulación e inundación de caños,
ciénagas, lagos y meandros, cuencas costaneras, colinas,
valles fluviales, puntas, bahías, bocas y
playas.
El subsuelo posee ricos yacimientos de oro y plata
y otros elementos de la minería.
En relación con el clima, se han
señalado la zona fría por encima de los 1.800
metros, templadas entre los 1.000 y 2.000 metros, caliente,
desde las alturas anteriores hasta el nivel del mar. En
contraposición a las tierras más bajas, se acepta
una cuarta zona paramuna por encima de los 3.000 metros, aunque
las características de estas regiones no corresponden
exactamente a las especificaciones de los páramos, pues
algunos lugares se encuentran arborizados.
b) La población aborigen
La adaptación del aborigen a su ambiente
ecológico constituyó uno de los elementos
más importantes de su cultura. El crecido número
de pobladores aborígenes en una geografía poco fértil y
quebradiza, testimonia una extraordinaria capacidad para
desarrollar técnicas
agrícolas orientadas a combatir la erosión,
el uso inmoderado de la quema y la reforestación con
guaduales aptos para su economía cultural.
Tampoco ha sido justamente valorado el ancestro minero
y comercial del indígena que caracterizó la
economía pre-hispánica.
Cita Zapata Olivella al profesor
López de Mesa para decir: "algunos de aquellos
historiadores ha avanzado en la opinión de que en la
ascendencia catía (los aborígenes catíos
habitaban al norte y al occidente del actual territorio
antioqueño) se encuentra la explicación de las
características hebreas de ese pueblo, por haber
sido los tales indígenas igualmente andariegos y
comerciantes".
La idiosincrasia del hombre
antioqueño, como la de cualquier otro grupo
étnico colombiano, se arraiga en la etnia
aborigen. Las razones que se alegan para subestimar la
raíz indígena parecen no ajustarse a los
hechos históricos y estadísticos. La
política colonial tendiente a erradicar el nativo,
particularmente a los grupos
caribes, los más del territorio antioqueño,
no niega le imperioso mestizaje hispano-indígena de
los primeros años de la Conquista.Las estadísticas que aparentan mostrar la
rápida desaparición del indio debido a su
exterminio, las epidemias, su migración hacia las selvas chocoanas,
los suicidios y consunción por las duras faenas
mineras y agrícolas, son precisamente reveladoras de
otro fenómeno, del gran mestizaje.En una región tan densamente poblada por
indígenas, pudieron acaecer simultáneamente
el genocidio y el mestizaje. Sobre todo, si se tiene en
cuenta que la guerra a
muerte
se ejercitaba de manera especial contra el varón
caribe, en tanto el mestizaje de conquista impuesto
por el conquistador recaía sobre la
mujer.De igual manera los contingentes africanos en la
mezcla antioqueña aparentan no tener importancia en
la medida en que se diluyen a través de sus
descendientes mulatos y zambos.Citando a James J. Parsons, Zapata Olivella nos da
a conocer como: "El sistema de reservas, a la vez que
sirvió para mantener a los pequeños
núcleos indianos supervivientes, en una especie de
obligación económica y eclesiástica,
también fomentó la amalgama racial con
numerosos fugitivos y con los niños nacidos de aquellos matrimonios
cruzados. Los últimos fueron declarados libres en
más de una ocasión. Menos de un siglo
después de las reservas en Antioquia, la mezcla de
razas llegó a ser tan completa, que un viajero en
Sopetrán o La Estrella, podría descubrir
pocas huellas de fondo indígena’"El choque entre este puñado de
colonizadores y la población indígena se
realizó dentro de los marcos de la convivencia, la
que imponía por grado o por fuerza el sometimiento
de la indígena como concubina. La población
aborigen no solo debió aportar la sangre
femenina para asegurar el desarrollo de la
población, sino que resistió los estragos
producidos por las enfermedades (sífiles, viruela,
gripe, sarampión, etc), secuelas del conflicto cultural y
biológico.- El mestizaje hispano-indígena
Aunque los colonizadores hispánicos no
hayan sido numerosos en Antioquia, constituyen el elemento
más importante por su poder
económico, político y religioso. Como en
otras partes el país, esta situación
privilegiada les permitió imprimir el cuño
hispánico en el mestizaje étnico, social y
cultural. Los factores aglutinantes de la lengua,
del sistema de castas y encomiendas, la propiedad de los medios y
las formas de producción, rápidamente
establecieron su carácter, hábitos e ideales
sobre el indio, el negro y los propios descendientes de
mestizos, mulatos y zambos.La migración de familias españolas,
si bien persistió regularmente, no constituyó
afluente muy importante.El marcado ancestro hispánico de la
población del oriente antioqueño se debe,
pues, no tanto al número de inmigrantes
peninsulares, ni a la desaparición del
indígena o mestizo, pues éstos últimos
constituyeron siempre la mayoría, sino a la
posibilidad que tuvieron de casarse entre sí, dando
origen a extensas familias de unos cuantos
apellidos. - El elemento hispánico
La fuga de los indígenas hacia las selvas
chocoanas, fue una de las muchas causas que influyeron en
la imperiosa adquisición de mano de obra africana
para el laboreo de las minas.La escasez
de mano de obra indígena, crecía a medida que
aumentaba el mestizaje con los españoles, pues la
descendencia de éstos podía ser eximida del
trabajo obligatorio. La sustitución de
indígenas por africanos no obedeció solamente
a una necesidad física sino a la conveniencia de
emplear mano de obra calificada. Muchos esclavos
procedían de regiones mineras africanas y por tanto
poseían una tradición que les facilitaba el
oficio. La escogencia de estos esclavos constituyó
una de las habilidades del comercio
negrero.A diferencia de la población
indígena que no era renovable desde el exterior, y
por el contrario disminuía por el creciente
mestizaje o su repliegue hacia la selva, la negra era
periódicamente restablecida y aumentada por las
nuevas importaciones africanas. Los dueños
de minas reclamaban ansiosamente a las autoridades la
introducción de más y
más esclavos para intensificar el laboreo de las
minas.Pero a partir de 1851, al abolirse la esclavitud, la afluencia negra se equipara a
la indígena: el crecimiento se va a realizar a
expensas de los existentes ya importados. Por ello los
índices de mestizos, mulatos y zambos
aumentarán en tanto descienden los porcentajes de
indios y negros puros. Debido a la política de
restricción migratoria, los aportes europeos
también se estabilizan, todo lo cual ha contribuido
al fuerte mestizaje que caracteriza al colombiano en
general. - El aporte africano
En la mentalidad popular, la religión entendida como una actitud
frente a la vida y al cosmos, no puede desligarse de la
filosofía empírica, de conocimiento tradicional y de la manera de
ser del individuo. La persistente prédica de
los misioneros españoles apenas consiguió
refundir en un solo contexto las doctrinas
católicas, las concepciones religiosas
aborígenes y el sentimiento vitalista del
negro.El abismo entre los enunciados teológicos
del Cristianismo y la peripecia existencial del
indio y del esclavo, contribuyó a que las
condiciones materiales de estos últimos
resistieran a los conceptos metafísicos. El analfabetismo, por otra parte, compulsaba a
los oprimidos a aferrarse a sus tradiciones, pues la
repetición memorística del catecismo no
abría la brecha en los sentimientos y mentalidades
empíricas.Debemos hablar, pues , de una religiosidad del
antioqueño, de unas maneras de interpretar y de
sentir las doctrinas católicas; de un modo de
expresar las ideas indígenas acerca del mundo, los
antepasados y las fuerzas sobrenaturales; de un sentimiento
africano de entender la vida emergiendo de una realidad
natural y de un mundo social opresor.Polarizando este sincretismo religioso, aparece en
el pueblo antioqueño la conciencia de un Dios único,
estructurado en la concepción católica. Esta
noción que se personifica en Cristo o en el Espíritu Santo, generalmente se
difuma por los contenidos mágico-religiosos de
indios y negros, llegando a encarnar también fuerzas
sobrenaturales, espíritus y santos. - Patrones religiosos
- Las raíces
indígenas
Citando al padre Humberto Restrepo, se detallan como
aportes indígenas los siguientes:
- La veneración o respeto
por las lagunas de las alturas - El complejo animista referido a fantasmas,
espantos o duendes - Existencia de una vida fisiológica
ultraterrena. - Diferenciación de los ceremoniales
practicados a difuntos niños y adultos. - Pruebas adivinatorias con el tabaco encendido en la
boca. - Ideas religiosas en torno a
los espíritus que mueven y orientan el caudal de los
ríos. - La reinterpretación de leyendas y
personajes míticos de procedencia
indígena.
De la prédica católica de los
misioneros, marchaban las ideas paganas de los soldados y
primeros colonizadores reclutados entre las clases
populares peninsulares. Al aporte pagano peninsular
pertenece el rito acerbo de oraciones, talismanes,
escapularios, secretos, etc., que nunca faltan en el ajuar
del carriel antioqueño.- Las raíces hispánicas
El acerbo africano en la religiosidad
antioqueña tiene su escondido filón en el
sentimiento de defensa del esclavo frente a la agresividad
del amo. El indígena removió sus valores
telúricos para enfrentarlos al Conquistador; era
lógico que así fuese, ya que la tierra
expresaba la totalidad de su cultura amenazada. Pero el
negro, expatriado de su solar, carecía de un
patrimonio terrígeno qué
defender o dónde apoyarse contra sus colonizadores.
La relaciones de tipo puramente religioso con la tierra
cedieron su lugar a las prácticas de sentimientos
mágicos de defensa: a la opresión esclavista
opuso el exorcismo.Desde otro ángulo, la religión
católica y la prédica del misionero fueron
otros parapetos para defender su integridad física y
sus propios afectos religiosos. Para el negro las promesas
de un paraíso ultraterrenal tenían
significación en la medida en que las concretizaba
en sus realidades presentes: el mundo terreno
refundía su trágica existencia de esclavos de
América; y el reino prometido: su
retorno al Africa,
al suelo de
sus antepasados, donde habían quedado las mujeres y
los hijos.Puede hablarse, pues, de la sincera
devoción del africano cuando hacía suyos los
símbolos y contenidos del
Cristianismo. Por otra parte también asimiló
todas las ideas del indio sincretizadas a las formas
católicas. Solo a través de esta trama de
sentimientos, creencias y prácticas mágicas
africanas ligadas al pensamiento católico y al
telúrico indígena, podemos entender su
presencia en la religiosidad del antioqueño,
particularmente en aquellas zonas donde constituyó
un fuerte arraigo étnico.Se presentan, entonces, la confección de
familiares, monicongos o dobles protectores del individuo,
los filtros de amor, la
mandinga, el culto al Anima Sola. - Las raíces africanas
La producción fabril de alimentos
de la nueva sociedad de consumo no ha variado
substancialmente el patrón alimenticio aborigen
entre las clases populares del paisa de la ciudad y el
campo. Su persistencia, en gran parte impuesta por los
bajos recursos
económicos que no les permite enriquecer su dieta,
se debe al acondicionamiento ecobiológico del paisa
a su tradición alimenticia, altamente apreciada
desde los primeros conquistadores.En la alimentación
del pueblo paisa entran como bases fundamentales las papas
y yucas, el arroz, los fríjoles, el maíz y la panela (azúcar sin refinar), de los cuales
puede decirse que no faltan ningún día en
casa alguna, preparándolos de varios modos, pues de
los fríjoles hace sopas de cuatro o cinco variedades
y platos secos de otras tantas; del maíz fabrica el
pan todos los días, apropiado de cada alimento,
porque no es uno mismo, el que acompaña a la sopa
que el tomado con el chocolate, ni el de mazorca o choclo
que el de maíz decorticado por ebullición con
lejía, ni éstos se asemejan al fino bizcocho
que cuece en cayana (plato grande o fuente de barro
cocido); en fin, con él prepara la mazamorra, bebida
refrescante y alimentos a la vez de muy alta potencia
nutritiva; la natilla y los buñuelos de nochebuena;
postres.A esto añade a su mesa ordinaria el cacao,
la carne de cerdo, frutas y legumbres variadas. - La Alimentación
La industria fabril ha impuesto cambios muy
notorios en el vestido paisa. Aunque todavía se
encuentran campesinos pobres descalzos en las áreas
rurales y urbanas, tal vez el rezago más
patético del indígena aferrado a sus
hábitos de transmontar pendientes y serranía,
lo cierto es que aún el calzado de cuero de
herencia
española cada vez más es sustituido por el de
caucho.
Al carriel de nutria se le agregan forros y adornos de
plástico; la barbera se reemplaza por
las máquinas y cuchillas de afeitar; los
sombreros de paja toquilla son prensados en fábrica,
disminuyendo su uso entre los campesinos, el poncho y la
mulera de algodón, tienden a desaparecer o son
sustituídas entre los campesinos por una
toalla.En las ciudades, el atuendo es producto de la
moda con
la difusión de cambiantes modelos
diseñados por modistos de última
hora. - El vestido
La dependencia que tiene la economía paisa
de su ecología, se manifiesta en las
herramientas de trabajo y oficios sumergidos
en forma imperiosa en las actividades agrícolas y
mineras: la peinilla, el hacha, el recatón, el
almocafre, la batea, martillos, tenazas, etc, conservan sus
formas y modos de uso tradicionales.Los medios de transporte aborígenes –canos y
balsa—persisten en una dramática competencia con la mula, el caballo, la
carreta de yunta, el automóvil y el viaje
aéreo.Las artesanías tradicionales sufren el
mayor impacto por la introducción de tornos
eléctricos, máquinas de coser, tintes y
fibras que modifican los procedimientos normales o las
técnicas rústicas con instrumentos de
madera o
hierro.
Estos cambios que afectan los métodos tradicionales por la rapidez
con que se introducen, hacen pensar a los
folclorólogos la desaparición de las
artesanías: tejidos
de algodón, carpintería, herrería,
orfebrería, zapatería, sastrería y
otros oficios.Los bailes y danzas en sus modalidades
tradicionales –bambucos, pasillos, danzas,
contradanzas—y los instrumentos
musicales concomitantes –tiple, guitarra, lira,
arpa, cuatro, chirimía, flauta, capador—sufren
fuertes distorsiones por influencia foránea y
evolución técnica. - Artesanías y oficios
El paisa por tradición es coloquial. Las
culturas empíricas, a falta de alfabeto o por
analfabetismo, extreman en alto grado la comunicación oral, particularmente
cuando las condiciones geográficas impulsan el
diálogo interfamiliar, de vecindario
o parroquial por un obligado aislamiento. - Tradición oral
- El mito
paisa
En Imágenes
y Reflexiones de la Cultura en Colombia – Regiones,
ciudades y violencia—el historiador Fabio Zambrano P,
profesor de la Universidad
Nacional e investigador e la Fundación de Estudios
Misión
Colombia, apunta en forma por de más interesante y
quizás desconocido por la mayoría, en cuanto al
mito paisa lo siguiente:
"El mito de la igualdad y
homogeneidad racial tiene su máxima expresión en
el artículo de Patricia Londoño, publicado en la
Historia de
Antioquia. De la lectura
de este escrito, un lector desprevenido puede concluir que en
la historia antioqueña, su sociedad se caracterizaba por
una gran igualdad, ausencia de conflictos y
roces entre los distintos grupos
sociales. Además, sorprendentemente, aparece en el
siglo XIX un proceso de –blanqueamiento—un tanto
inexplicable. La autora nos muestra que a
fines de la Colonia el número de esclavos negros era
casi igual a la población blanca; pero, luego en el
siglo XIX no aparece ninguna mención a esta
altísima participación de la población
negra en la vida diaria antioqueña. Sorprendentemente,
la autora ni siquiera tiene en cuenta trabajos renovadores que
muestran un panorama diferente de –país
jauja—antioqueño.
El mito paisa, de ser una sociedad igualitaria,
blanca, trabajadora, colonizadora, etc., ha proveído a
sus miembros de una fuerte identidad,
olvidándose que este mito ha tenido como función
servir de elemento de dominación y control
social a la élite paisa, quien lo ha utilizado para
establecer un dominio efectivo; pero que, cuando se encuentran
en las fronteras con pobladores de otras regiones, se convierte
en un elemento que utiliza el –paisa—para
enfrentarse a otros.
Para demostrar la anterior aseveración, Fabio
Zambrano P nos detalla:
Este es el caso ocurrido en Cimitarra, Santander. El
director del Instituto de Colonización que llega a
fundar el puebloen 1954, cuenta que al principio llegaron
colonos santandereanos y boyacenses, a extraer madera, tumbar
monte, hacer fincas. Luego, cuando ya existía un
asentamiento rural y una cabecera urbana, llegan
antioqueños, que tratan despreciativamente a los
santandereanos a quienes llaman –chilingos–, y montan
negocios de
cantinas, prostíbulos, tiendas –con la
idiosincrasia del tumbe–. Mientras los boyacenses y
santandereanos establecen entendimientos, con los
antioqueños hay roces. A través de los negocios y
el naipe se hacen a las mejores fincas, las cuales
explotan.
Un proceso similar encontramos en el Putumayo, donde
pastusos y huilenses colonizan, y después que se tumba
el monte, llegan los –paisas—a montar negocios.
Pero, mientras que santandereanos, boyacenses, pastusos,
huilenses colonizan, la imagen de
colonos la poseen indiscutiblemente los paisas. Esta imagen es
el resultado de la versión que al historia tradicional
antioqueña ha forjado de la –epopeya paisa—y
que, en gran medida el resto del país repite.
Después de los años 50, cuando se
construye la carretera al mar de Antioquia y llega el banano,
es el momento de choque de los antioqueños con los
viejos colonos costeños de la primera oleada, los que
tumbaron el monte, los que colonizaron Urabá, el
antioqueño llega cargado de símbolos, monta la
fonda a la que llama –embajada paisa, consulado
antioqueño–, como si se sintiera en otro país, y
poco a poco empieza a calar la imagen de Antioquia como rica,
pujante, un Estado que
funciona (lo cual en Urabá está lejos de ser
así), y surge la alternativa: ser antioqueño
–es un honor–, y siéndolo se cumple el requisito
de –estar bien en una sociedad–.
Procesos de ocupación del territorio se dan en
todo el país y todos utilizan, en mayor o menor medida,
el mismo modelo, como es el del español, pero unas regiones son
más activas que otras y en esto hay que hacer justicia con
Boyacá, de donde más colonos han salido hacia
otras regiones (la colonización boyacense
continúa adentrándose por la Cordillera Central,
bajando a la hoya del Quindío, donde se encuentra con
otras corrientes migratorias del Cauca, Valle, Tolima,
Cundinamarca y Antioquia.). Pero, nadie lo menciona y el
atributo de colonizador queda asignado al antioqueño.
Quizás, eso se deba a que mientras el antioqueño
llega a imponer símbolos, para los pobladores de otras
regiones esto no es una prioridad y tienden más bien a
compartir los imaginarios y las culturas regionales que
encuentran. " .
En el congreso de 1896 Rafael Uribe Uribe
enunció por primera vez, la necesidad de un
departamento nuevo entre Antioquia y el Cauca Grande,
exponiendo sus linderos como consta en Discursos
parlamentarios: Congreso de 1896 editado por la imprenta y
librería de Medardo Rivas en 1897, donde se leen los
linderos propuestos: "Por mi parte, y habiendo demostrado
desde temprano, combatiendo y derramando mi sangre en el 76
por el Cauca contra Antioquia, no sorprenderá que nada
que trascienda a lugañerismo o a preocupaciones de
raza o de departamento, determine el giro de mis ideas. Si
para impulsar los intereses públicos es, o llega a ser
necesario, crear una nueva entidad administrativa que abrace
el territorio comprendido entre La Vieja y el Arma,
Cañaveral y Arquía y las dos cordilleras,
Central y Occidental, o bien hasta las riberas del Magdalena
por un lado y hasta las playas del Pacífico por el
otro, con Pereira, Riosucio o Manizales por centro, como
antioqueño ne le tendré miedo a que haga esa
doble segregación de territorio."A principios del siglo XX, en 1904, Uribe Uribe
propone la creación del departamento de
Córdoba, con capital
Manizales. Finalmente se dicta la Ley 17 de
1905. Se le cambió el nombre por el de departamento de
Manizales, y sólo duró con ese apelativo hasta
el 16 de abril de 1910. Trataron por todos los medios de que
no se recordara el insigne hombre público. Y en ese
afán, cambiaron los límites que él había
indicado. Pero no funcionaba la entidad administrativa.
Así, tuvieron que integrarla con otras agrupaciones:
el 29 de junio de 1907 se dicta el Decreto 763 que incorpora
una parte de lo que se ha conocido como la provincia de
Manzanares, con Marulanda y Victoria, con el corregimiento de
Buenavista, Pensilvania con los de San
Agustín, Florencia y Arboledas. En 1908, el
Decreto 916 toma a Armenia, Calarcá, Filandia y
Circasia. El presidente González Valencia se ve
obligado a expedir el Decreto 340 de 16 de abril de 1910, y
se instala la primera Asamblea Departamental del 11 de marzo
de 1911. Finalmente por la Ley 31 de Octubre 1 de 1912 se
agrega Pueblo Rico que pertenecía al
Chocó.De esa manera, a retazos, se integró el viejo
y Gran Caldas. En ese momento final, ya se habían
aceptado los límites propuestos por el precursor del
departamento, el dirigente Uribe Uribe.- La
creación del Departamento de CaldasLa pequeña propiedad, crea una familia
fuertemente cohesionada, más patriarcal. En
ningún departamento, quizá exclusión
hecha de Antioquia, es tan férreamente notoria la
jerarquía ni tan delimitados los parentescos. A esta
realidad se debe que Caldas muestre el más
rígido sistema de sucesiones, causa de la subdivisión
continua de la propiedad territorial.Muy diversos han sido los procesos
de la familia rural y de la familia urbana. En esta
última, apenas subsisten algunos rasgos del
tradicionalismo, por cuanto el desarrollo comercial de las
ciudades la ha ido incorporando al nuevo ambiente espiritual.
En la zona social en la que permanece más arraigado el
tradicionalismo es en las clases medias, compuestas por
pequeños industriales y funcionarios particulares y
públicos. En cuanto a la familia obrera,
incorporándose la mujer a la
industria, tiende a la ruptura de todos los lazos
tradicionales.El escritor Alonso Aristizabal dice del habitante
del Departamento de Risaralda lo siguiente: "En el plano
histórico, nos referimos a un pueblo apegado a su
tradición, lo mismos que a sus costumbres. Consciente
de la herencia cultural que ha recibido se enorgullece de
ella. Ello repercute en su presente, determina su vida y su
destino. Resaltan como factores evidentes su música, comidas, costumbres,
religiosidad y amor al trabajo. En religión
todavía se conserva una gran tradición
católica. Muchos de sus pueblos se fundaron al tiempo
con sus parroquias, y todavía hacen de la iglesia su
centro principal de reunión. " - El carácter
de la familia
caldenseCaldas en un departamento de clases medias. En la
industria, la minería, la agricultura, el comercio,
las clases medias son el grupo social más destacado,
aun cuando su falta de organización y coordinación les impide generalmente
asumir funciones
directivas.Los grupos de empleados públicos se
concentran en las capitales políticas. Sólo en los grandes
centros se puede conseguir una burocracia
tradicional, aun cuando no especializada.Sólo en los grandes centros es considerable
la capa de empleados de comercio. En las regiones poco
desarrolladas comercialmente o que dependen de los municipios
comerciales, el empleado es substituido por el propio
empresario
y su familia.En dichas zonas, el comercio al menudeo reviste
carácter de tradicional. En las pequeñas
industrias
y talleres, el propietario regularmente tiene en sus manos
toda la función comercial.Exceptuando sectores industriales como textiles y
trilladoras, el movimiento
industrial es casi privativo de los pequeños
industriales. - Las Clases
MediasLa mayor concentración de población en
las cabeceras de los municipios es la determinante de la
principal fuente económica de Caldas que corresponde
al sector servicios,
seguido por la agricultura y la industria.El cultivo del café es la principal fuente
agrícola, pero se destacan también la
ganadería con el ganado vacuno y porcino como
principales fuentes
productoras.Existe un incremento en la industria en los sectores
de alimentos, bebidas, papel, textil, maderas, jabones y
maquinaria. - Economía y
Vida Social - Semblanza
paisa
El sentido regional paisa es fácilmente
identificable, éste es el grupo en donde se observan los
mayores niveles de identidad cultural y orgullo de
raza.
Dentro de su estereotipo, el paisa es cordial, amable,
extrovertido, emprendedor y siempre muy interesado por el
beneficio económico. Una característica muy
interesante del control social antioqueño es la forma
como se combinan los valores
preponderantes del paisa: el interés
económico y la vivencia religiosa.
El escritor Alonso Aristizábal dice de la gente
de Risaralda lo siguiente: "En costumbres son gente coloquial y
amistosa, de gran sencillez y locuacidad. En estos elementos se
ha fundado su ancestro andariego a través del cual
muchos de sus habitantes han buscado la realización
personal, el
logro de su vida. Así se los ha encontrado dirigiendo
vuelos espaciales, vendiendo comida típica en Maniatan,
alquilando camellos en el Sahara o disfrutando de un harem en
Estambul. En lo que se refiere al trabajo, este constituye otra
forma de su cultivo vital. Son seres que nacieron con la
actividad como destino. El lenguaje
popular reproduce innumerables expresiones que lo ratifican:
–No quedarse sentado—ó –sin hacer
nada—manifiestan dicha manía e impaciencia en
función de la cual viven."
Continúa Alonso Aristizábal con: "Son
personas de gran dinamismo y afabilidad, impulsadoras y con
dotes naturales para el comercio por su gran capacidad para
relacionarse con la gente. Son personas industriosas con
destrezas intelectuales y manuales,
creativos y de iniciativa. Con sus condiciones ancestrales de
simpatía, espontaneidad y apertura personal, por eso su
amabilidad y bondad con el extraño. La herencia de la
colonización paisa se da con fuerza en la habilidad para
entenderse con los demás y ser agradable. En su proceso
social han alcanzado valores muy propios en aspectos como el
civismo. Este determina una relación muy significativa
con su medio que les permite ser sus defensores y promotores.
En pocos lugares como en este se conserva una relación
tan entrañable con su tierra. También sus
condiciones industriales y comerciales han ido creando un nuevo
ser diferenciable con una imagen definida a nivel
nacional."
Dice también Alonso Aristizábal
refiriéndose al Gran Caldas en Quindío y Caldas
que se conserva mejor lo que podemos llamar el "ser
antioqueño", como un hombre de raigambre campesina y de
espíritu entusiasta, gran conversador y de ánimo
acogedor, quien posee una personalidad
inteligente y emprendedora, al lado de su simpatía y
alegría gregaria. Este considera la familia el
núcleo más importante aunque sea abierto con el
extraño. En muchas de sus costumbres asume una actitud
tradicionalista.
Importante también la siguiente
consideración sobre el Paisa: Del mito que construye y
destruye a un pueblo- ¿Ser o no Ser? (),
donde se cita al investigador Alejandro López quien
expresa: Detrás del ""paisa berraco"" hay una unidad
cultural muy fuerte alrededor del espíritu de grupo, la
familia, la lealtad en el trabajo, la persistencia, la
tenacidad, el interés por ser el primero y sobresalir, y
la búsqueda de ser independiente alguna vez en la
vida.
Por otro lado, de la misma página
Web citada anteriormente, el sociólogo de la
Universidad Nacional de Bogotá, Alberto Mayor Mora, dice
que a pesar de que una de las mayores fuerzas en la primera
mitad de este siglo para los paisas fue la religión, hoy
ha sido reemplazada por otra clase de
estrategias.
Los valores han cambiado tanto como los mecanismos de movilidad
social. La industrialización favoreció la
migración del campo a la ciudad y, a su vez, la urbe
exige el ascenso social: la generación actual quiere que
sus hijos sean "doctores", profesionales a cualquier precio. La
juventud
actual persigue alcanzar la cima con rapidez: quien no logra
ser rico a los 30 años…nunca lo será. En este
sentido, del paisa "mítico" se esfumaron los conceptos
de tenacidad y ascenso por méritos. El trabajo honesto
es uno de los "valores" que naufragó ante el afán
de adquisición apresurada de bienes y
reconocimiento social, a cualquier costo. Ya no se cree en el
mito. Lo que se evidencia hoy es la unidad de acción, de capitales y de metas comunes.
Antes, las alianzas eran mucho más discretas,
corría el mito de los pioneros: el gran fundador de
fábrica que trabajaba dia a día con sus obreros y
recordaba el nombre de cada uno de ellos. Eso ha ido
desapareciendo. Lo que había detrás era una
unión de capitales. Ese mito se ha destruido y hoy los
negocios se ventilan de una manera más
directa.
Es importante consignar aquí, lo expuesto por
Manuel Zapata Olivella en su libro El Hombre Colombiano
(Editorial Canal Ramírez- Antares- Bogotá-1974)
donde ratifica lo expuesto por varios autores, investigadores e
historiadores colombianos: "la inteligencia
y la constancia, un grande espíritu de empresa, sus
rasgos característicos de su individualismo, su apego
regionalista, el instinto mercantil, migratorio y empresarial,
la prole numerosa. "
Citando a Manuel Pombo, expresa que "otro rasgo
antioqueño es el espíritu de asociación,
compañero del de especulación".
Zapata Olivella resalta del paisa: laboriosidad,
persistencia en el trabajo, sentido de organización
empresarial y administrativa son otras tantas cualidades
reconocidas.
Cita al profesor López de Mesa resume la
semblanza paisa así: "aventurero, gusta de conocer el
mundo y es observador de mucha inquietud mental".
En el estudio de Fernando Urrea Giraldo y Luz Gabriela
Arango Gaviria titulado –Culturas empresariales en
Colombia—se lee:
"En el Viejo Caldas, la investigación de Manuel Rodríguez
(1993) nos muestra a industriales que originalmente son
comerciantes y lo siguen siendo en sus actividades posteriores;
algunos también son profesionales y cafeteros. Con
características distintas a las de Bogotá, en la
región se establece una tradición de
–hombres de negocios—o –negociantes–,
más que de industriales especializados.
Las empresas son
familiares en la propiedad, la gerencia y
en otros niveles de la jerarquía y desarrollan una
tradición paternalista que diferencia a Pereira y a
Manizales: los gerentes de Pereira tienen un origen más
popular y provienen de otras regiones del país, mientras
que en Manizales en su mayoría son
–azucenos—y hacen parte de la oligarquía
cafetera."
8. Tres Departamentos
y un solo origen
Caldas
Otto Morales Benítez expresa que Caldas es
modelo de muchas virtudes acendradas que el país le
reconoce sin mezquindad. Nadie discute la calidad de sus
gentes. Son igualmente eficaces en el trabajo rural, o ahora en
el comienzo de la etapa industrial, o en el ejercicio
político, o simplemente intelectual. Tiene conceptos de
honor, de la laboriosidad, de la honestidad,
de identidad con su parcela, y todo se sintetiza en una gran
emoción patriótica que nos permite enumerar otras
condiciones:
Datos generales: Área 7.888 Km2,
Población: 925.358 (1996)
La mayor concentración de población en
las cabeceras de los municipios del departamento (más
del 60%) es la determinante de la principal fuente
económica de Caldas que corresponde al sector servicios.
Con el comercio a la cabeza del mismo, le siguen por orden de
importancia el ámbito financiero, el transporte y las
comunicaciones. El segundo sector
económico del departamento es el agropecuario, con el
cultivo del café como fuente principal agrícola,
que incluye también los cultivos de caña, cacao,
maíz, tabaco, papa, plátano y con menores niveles
de producción las hortalizas, piña, y otras
plantaciones frutales. En el área rural de la
región de La Dorada está centrada la
ganadería en el ganado vacuno y porcino como principales
fuentes productoras. La industria en los últimos
años es notable en las áreas textil,
confección, alimentos, bebidas, maderas y
jabones.
Los municipios que componen al departamento son:
Manizales (su capital), Aguadas, Anserma, Aranzazu,
Belalcázar, Chinchina, Filadelfia, La Dorada, La Merced,
Manzanares, Marmato, Marquetalia, Marulanda, Neira,
Pácora, Palestina, Pensilvania, Riosucio, Risaralda,
Salamina, Samaná, Supía, Victoria,
Villamaría y Viterbo.
Una panorámica de los anteriores municipios nos
la brinda Hernando Salazar Patiño en su visión de
Caldas así:
Aguadas: Para quitarse el sombrero se asciende
como hacia un castillo entre la niebla. El estruendo de la
soberbia cascada de Pore, el ganado pastando en las laderas,
las fondas camineras que cumplen una intermediación
entre lo rural y lo urbano, sus calles pendientes con casas de
arquictetura tipica antioqueño-caldense, su fuente del
parque principal enmarcada entre araucarias… Es una historia
de manos, una civilización manual, una
especial antropología del hombre colombiano visto
desde y hacia arriba por la prenda que protege su cabeza: el
legendario sombrero aguadeño. La industria de la iraca,
hoy decadente y la producción de esterillas, parasoles y
preciosas miniaturas artesanales ha disminuido pero aún
se conservan el tejido para forraje. Aguadas también
tiene su "Dorado", vestigio de sus creencias totémicas
en grabados y dibujos
zoomorfos sobre piedras y sepulcros indígenas
(guacas).
Pácora: Situada en las estribaciones de
la cordillera Central, con todos los climas, predominando esos
18 grados, Pácora ostenta la fama de la cria de caballos
de "paso pacorado". Interiores y unos cuantos balcones
testifican su pasada arquitectura:
calles grises, solares verdes, aleros carcomidos, esquina de
pueblo detenido en un tiempo sin orillas, en Pácora
subsiste la ilusión de aldea.
Salamina: Corazón
del antiguo Caldas. Bosque natural, amplios cultivos de
caña panelera y de café denuncian la feracidad de
esta "tierra buena" y la raizal vocación eglógica
de quienes la habitan. Al recorrer las calles de Salamina,
llenas de murmullos presuntuosos y al entrar en sus
casonas—Salamina está por dentro—se descubre
una manera de ser, la sucesión de un hilo revelador.
Estas casonas contienen su propio código estético. Los elementos
arquitectónicos decorativos, naturales, humanos,
sociales y familiares, se integran en una normativa
espacialidad prodigiosa y grata.
Aranzazu: Poseedor de minas de mercurio, son
las únicas que producen en abundancia el líquido
metal en estado libre. Hay arboledas en sus vías de
acceso y sonreídos patios florecidos en las casas que
anuncian una población en que las virtudes humanas, la
modestia, la amabilidad hogareña, una afable cordialidad
social, la conservan íntimamente parroquial.
Marulanda: Es una inmensa extensión de
tierra de pastoreo, bajo un cercano cielo de cristal que corta
el verde intenso de sus praderas. La lana es el principal
producto de esta región que provienen de las manadas de
ovejas de las que provienen las cobijas y las ruanas de tan
magnífica textura y cálido abrigo.
Filadelfia: Significa "amor de hermanos".
Más que una raíz etimológica es un
diagnóstico de sicología
colectiva. Este es un territorio de fraternidad. La mayor parte
de su población permanece todavía en el campo un
una identificación con la naturaleza que mantiene vivas
las costumbres. El cultivo del café es una de sus
principales actividades.
Neira: En medio de los terrenos pendientes y
escarpados está Neira, la cual posee todos los pisos
térmicos en igual proporción y once tipos de
suelos
diferentes como para un futuro emporio de bosques y cultivos
diversos, que junto al café, la caña panelera, el
cacao y algunos frutales que hoy predominan pueden enriquecer a
su vez su economía y su turismo. Fue un centro
colonizador de partida y regreso. Sus habitantes tienen
carácter natural tranquilo, su ánimo emprendedor
y campechano, su descomplicado buen humor.
Manizales: Maravillosamente encaramada en el
filo de una cuchilla, entre la abrupta cordillera, a 2150
metros sobre el nivel del mar, lo primero que asombra en
Manizales es el artístico desafío de su audaz
arquitectura y el insólito colorido de sus atardeceres
cotidianos. La civilización entró a Manizales
uncida a la cultura. El teatro ratifica
las entrelíneas de esta historia. Su Plaza de Toros
mudéjar, proclama a los visitantes su sentimental
herencia hispánica, celebrando cada año una de
las mejores ferias de América. Sus habitantes poseen una
inusitada dimensión humana, donde sobreviven las buenas
maneras, donde la charla y la canción son los ritos
sagrados.
Villamaría: Se considera como la
despensa agrícola de Caldas. Pueblo de vocación
floral, es un inmenso jardín, apaciguado y
susurrante.
Chinchina: Asiento de negocios, lugar de
tránsito, centro de riqueza, el movimiento de la gente,
el desarrollo urbano, la actividad que despliegan sus calles,
ofrecen obvios contrastes, una notoria sensación de
prosperidad. Es la capital cafetera de Colombia, donde
está Cenicafé—Centro Nacional de Investigaciones
sobre el Café—que suscita gran interés
científico por los valiosos experimentos
que realiza, y la fábrica de café liofilizado,
dedicada a la exportación de sus productos y
considerada la única por su exclusiva tecnología. Posee tierras calificadas de
óptimas para el cultivo del café.
Palestina: Comparte buena porción de su
historia y de sus realidades con su vecina Chinchina.
Ubicación privilegiada, tierras inmejorables para el
cultivo del café, una economía basada en este
producto, y un mismo clima, ligada por el pasado, dependientes
de la circunstancia geográfica y económica en el
presente, el futuro le ofrece un liberador y promisorio
adelanto. Es una de las poblaciones mejor comunicadas de
Caldas. Es un emporio turístico por
excelencia.
Viterbo: Esta población recuerda otra
italiana. Todo lo bueno del pueblo es fruto de un acto de
voluntad. Cultivador de café, el municipio se convierte
en una inmensa secadora, las calles doradas, cubiertas de
granos bajo un sol a sus anchas, encandilan y asombran. La
animosa población rica también en ganado y
caña de azúcar, es una de las más bellas
del país.
Belálcazar: Se le llama el "mirador de
Caldas". Su gente hospitalaria, dedicada al turismo.
Risaralda: Significa "risa humana". Su gente
con su rítmica parsimonia campesina y una como reserva
natural en sus gestos, comparte una abundante floración
de azaleas.
Anserma: Sigue siendo el cruce de caminos. Con
clima próximo a los 18 grados, con serenidad azul claro
de su cielo, vespertino, a ciertos habitantes suyos que parecen
anudados a algún paisaje, por lo que todo contacto es
más bien un reencuentro.
Riosucio: Famosa por su Carnaval del Diablo en
simbolismo, en la simbiosis de goce e inteligencia, en la
autenticidad raizal e histórica del júbilo
colectivo, en la magicidad demoniaca de su ambiente. Posee
platanales, cañaduzales y cafetos. El oro de sus minas y
la piedra caliza, industrias metálicas y
metalúrgicas, las carboníferas de El Soldado son
base de su ascenso económico. Riosucio es todo un
complejo étnico.
Supía: Indígenas,
españoles y negros, ingleses, franceses y alemanes,
antioqueños y caucanos, se fueron asentando en los
contornos de la fértil vega que divide el río
Supía que baja cargado de arenas auríferas y
separa a Guamal del municipio. Negras y negros de todas las
edades barequean allí abajo el sol de los
veranos.
Marmato: La más pequeña
población de Caldas es el corazón minero de
Colombia, pueblo de buscadores
de oro y de pluralidad sorprendente en la diversidad de rostros
y expresiones y en los bellos rasgos etíopes del aporte
negro. El cerro de Marmato implica una historia
económica y humana, filón de oro que se adhiere a
la piel, en sus
cimas y su barro, en sus profundidades y su viento, en su
sonrisa de bienvenida y en su larga tristeza.
Manzanares: Es la puerta del oriente caldense.
Un territorio íntegramente montañoso. Su
clásico tipo racial. Su erizada geografía, llena
de riscos y profundidades en donde se ven cafetales, trapiches
paneleros, pastos y bosques, con leyendas de minas escondidas y
tesoros ocultos y otras reales de grafito, calcita y
manganeso…pero cuya verdadera riqueza es la calidad humana de
su gente.
Pensilvania: Se la conoce como la "Perla del
oriente". La reforestación y los aserraderos que rodean
el pueblo permiten apreciar el proceso de explotación
maderera como la industria que cimentará su
economía, sustentada hoy en el café y el ganado,
con la caña y las vetas auríferas.
Marquetalia: Enclavada en medio de las
montañas, este pueblo de agricultores que siembra
café y caña, ha reactivado galanamente su apuesta
al futuro. Las sillas de montar y los galápagos de su
excelente talabartería, las cobijas y cubrelechos de
lana, dan cuenta de su floreciente industria
artesanal.
La Dorada: Único puerto, es la segunda
ciudad de Caldas. La abundancia de peces
dorados en las aguas de sus riberas le ganó el nombre de
soleada promesa que incita a soñadores ambiciosos.
Ciudad cosmopolita en permanente primavera. Centro ganadero,
con riqueza ictiológica por las mojarras, sardinatas y
picudas del río La Miel, los cardúmenes del
Magdalena y de los ríos doña Juana,
Pontoná y Guarinó, un centro geográfico
privilegiado, un epicentro vial de comunicación terrestre, férrea ,
fluvial y aérea, un núcleo turístico con
balnearios, sitios de recreación y especiales para acampar, son
realidades que impone el progresivo avance de una
ciudad.
Samaná: Es una isla de montañas
rodeada de ríos. Corredor natural entre el oriente de
Caldas y el oriente de Antioquia. Más que la
recreación al aire libre en
un clima que sube de 20 grados, las playas para acampar, las
zonas de pesca, la
riqueza de las reservas mineras, la plata, el cobre y los
mármoles, el azufre, el uranio y hasta el asfalto, o el
futuro delas represas, embalses y piscinas son sus
corregimientos y veredas.
Victoria: El parque de Victoria fue escogido
como el parque más bello de los pueblos de Caldas. La
orgullosa ceiba de que tanto se ufanan sus habitantes parece
contar inquietudes de los primeros que se sentaron junto a
ella.
Quindío
Datos generales: Área 1.845 km2,
Población 435.018 (1996)
La guaqueria se constituyó en una de las bases
del poblamiento de la región, los mismo que de su
reconocimiento. A fines del siglo XIX la región
pertenecía a la provincia del Cauca. Además la
atravesaba el camino que desde la época colonial
servía de eje en las comunicaciones entre Santa
Fé, Popayán, Quito y el
sur. Con los buscadores de oro vinieron los colonos de la quina
y el caucho.
El oro, el tabaco y después el café, han
sido la base del crecimiento poblacional.
Departamento cafetero por excelencia, siendo su
cultivo y comercialización uno de sus mayores
renglones económicos, seguido por el comercio como
principal actividad. Se cultivan además del café,
plátano, caña, arracacha, yuca, frijol, papa y
maíz. Además del café, se ha querido
asociar al Quindío con la palma de cera, declarada
árbol nacional en 1985.El sector ganadero se explota en
menor medida que el agrícola con la cría de
ganado bovino, porcino y equino.
El departamento, rico en recursos minerales,
posee yacimientos de oro, plata, cobre, calizas, antimonio,
cuarzo, mármol, carbón, arcillas y gredas. En el
campo industrial crea poco a poco sus potencialidades. En la
actualidad sobresalen productos como el cuero, la
metalmecánica, las ladrilleras, el papel y las maderas,
los textiles en lo referente a la ropa masculina y femenina,
los muebles, los mosaicos, los concentrados avícolas y
los condimentos.
Los municipios que componen el departamento son:
Armenia (su capital), Buenavista, Calarcá, Circasia,
Córdoba, Filandia, Génova, La Tebaida,
Montenegro, Pijao, Quimbaya y Salento.
Un panorama breve de sus pueblos, escrito por Alonso
Aristizábal, se detalla a
continuación:
Armenia: "Ciudad Milagro", es la capital del
departamento. Su nombre proviene del homenaje a las 200.000
víctimas de las provincias armenias de Turquía.
Es uno de los circuitos
turísticos más atractivos del país que se
caracteriza por su diversidad y contrastes. Es una ciudad de
gran actividad cultural. El principal producto es el
café. En sus alrededores se cultivan cítricos,
ajo, pitahaya, espárragos, champiñones, sorgo,
plantas
aromáticas. En el aspecto industrial ocupan un lugar
destacado la industria del cuero, la metalmecánica, las
confecciones de ropa, los concentrados avícolas y los
condimentos.
Calarcá: Se le conoce como la "Villa del
Cacique". La arquitectura calarqueña está formada
por casas de bahareque de gran belleza. En sus alrededores se
han encontrado muchos vestigios precolombinos. Es el centro de
los más representativos polos cafeteros.
Quimbaya: Produce café, plátano,
caña de azúcar, cacao, maíz,
fríjol, frutas. También es importante su
ganadería. En la actualidad sobresale por sus balnearios
y escenarios recreacionales.
Montenegro: Produce café, avicultura,
caña de azúcar, cacao, plátano. Entre sus
atractivos se cuentan la sede del gremio cafetero y su
jardín botánico.
La Tebaida: Entre sus productos se destacan el
café, el plátano, la avicultura y la
ganadería. Se caracteriza por su turismo de fin de
semana.
Circasia: Antes se llamó La Plancha. Los
principales productos son el café, las frutas, las
flores y el ganado. Uno de sus atractivos es el Cementerio
Libre que se caracteriza por su belleza.
Finlandia: Su nombre procede de "filius (hijo)"
y "andia (de Andes)". Significa hijos de los Andes. Por su
ubicación en otra época se le consideró el
cruce de caminos. Entre sus productos se cuentan café,
cacao, plátano, maderas y pasto.
Pijao: Hermosa población sobre el
relieve
quebrado de la cordillera Central. Esta localidad produce
café, caña de azúcar, yuca, maíz,
plátano, papa y banano. Se deben mencionar además
sus reservas minerales y su sobresaliente desarrollo
artesanal.
Génova: Es la localidad más
apartada del Departamento. La actividad económica se
concentra en la agricultura y la ganadería. Entre sus
productos se cuentan el café, el plátano, la
papa, la caña de azúcar, la yuca, el maíz,
el ganado vacuno, equino y porcino.
Salento: Se le ha considerado de gran
importancia histórica como punto de avanzada de la
colonización antioqueña. La actividad
económica de Salento la definen la agricultura y la
minería. Sus principales productos son el café,
el maíz, el plátano, la papa. Posee minas de oro
y cuarzo.
Buenavista: Entre sus productos sobresalen el
café, la caña de azúcar, el maíz,
el plátano, la yuca, el f’rijol.
Córdoba: Su economía la definen
la agricultura y la ganadería. Los productos más
importantes son: café, yuca, plátano, maíz
y fríjol.
Risaralda
Datos generales: Área 4.140 km2,
Población 744.974 (1996)
Actualmente la principal actividad económica
pertenece al sector de servicios, con un 58% de ingresos,
seguido por la industria, con un 23% y las actividades
agropecuarias con un 19%. El sector industrial se ha
desarrollado en los últimos años con gran fuerza,
sobre todo en el área metropolitana de la capital del
departamento, destacándose las industrias de alimentos,
bebidas, papel, textil y maquinaria. Además del
café, se cultivan cacao, piña, maíz, papa,
algodón, trigo y caña. En los últimos
años se ha desarrollado la actividad avícola, la
apicultura y
la cunicultura..
Los municipios que componen el departamento son:
Pereira (su capital), Apia, Balboa, Belén de
Umbría, Dosquebradas, Guatica, La Celia, La Virginia,
Marsella, Mistrato , Pueblo Rico, Quinchía, Santa Rosa
de Cabal y Santuario.
El escrito Alonso Aristizábal nos hace una
breve discripción de sus pueblos:
Pereira: Primero se llamó Cartago al ser
fundada por Jorge Robledo en 1540 en territorio habitado por
los Quimbayas y los Pijaos. Sin embargo la ciudad debió
ser abandonada por los constantes ataques de sus primitivos
pobladores. El actual nombre proviene de Francisco Pereira
Martínez, el propietario de las tierras donde se
construyó la población en 1863. En los
últimos años Pereira ha tenido un desarrollo
excepcional. Su arquitectura ha sido renovadora para Colombia.
Es una ciudad que se distingue por su apertura a lo desconocido
y a lo ecléctico. Pereira siempre ha estado determinada
por su vida comercial. En esta actividad funda su prosperidad.
Existen industrias de jabones, cerveza,
gaseosas, herramientas agrícolas, trilladoras de
café, confecciones, además del desarrollo de la
industria azucarera. Produce caña de azúcar,
café, plátano, yuca, papa, maíz,
fríjo. El aspecto más significativo de Pereira es
su gente de temperamento abierto, jovial y franco.
Santa Rosa de Cabal: Su zona rural se distingue
por sus vías de penetración y el eficiente
servicio de
electrificación. Además sobresale por sus centros
de enseñanza a nivel secundario. Desde el
punto de vista social, allí se impulsa el programa de
autoconstrucción. Es famosa por sus hoteles de turismo en los
termales y en los alrededores de la ciudad. Son famosos sus
chorizos.
Dosquebradas: Se trata de una ciudad nueva que
se ha desarrollado como polo industrial. Las principales
empresas colombianas han establecido allí sus
factorías. Posee buena red de comunicaciones y un
centro experimental para el tratamiento de basuras.
La Celia: Hace parte de la región
cafetera cuya producción ha contribuido con programas como
la electrificación rural y otros de desarrollo de la
comunidad.
Belén de Umbría: Municipio de
gran belleza topográfica. Su producción
agrícola la componen el café, plátano,
caña de azúcar, yuca, maíz, fríjol
y el banano.
Apia: Se encuentra sobre la cordillera
occidental y su territorio es montañoso. Vive de la
agricultura y la ganadería.
Pueblo Rico: Ubicada sobre la cordillera
Occidental, la mayor parte de su suelo es montañoso.
Ofrece variedad de climas. Su economía depende de la
agricultura, ganadería y minería. Entre sus
productos sobresalen la caña de azúcar,
café, cacao, maíz, plátano, yuca,
fríjol, papa.
Mistrato: De suelo montañoso su
economía la conforman la agricultura, la
ganadería y la minería. Sus principales productos
son: café, yuca, caña de azúcar,
maíz, plátano, cacao, fríjol,
además de la explotación de minas de oro y
zinc.
Guática: Su actual nombre viene del
cacique Guaticaman. Su economía se funda en el
café, plátano, maíz, caña de
azúcar, yuca, papa, fríjol. Otro renglón
importante es la ganadería.
Quinchía: Posee variedad de climas y
suelo montañoso. Su economía se apoya en la
agricultura, ganadería y minería. Entre sus
productos sobresalen el café, la cebada, el
plátano, el maíz, el fríjol, la yuca, el
cacao, el carbón, el oro, la plata y la cal.
Santuario: Suelo montañoso. Su
economía se basa en la agricultura, la ganadería
y la explotación forestal. Entre sus productos se
mencionan el café, la caña de azúcar, el
plátano, el maíz, el fríjol, la
yuca.
La Virginia: Su suelo lo constituyen zonas
planas y montañosas. Es puerto sobre el río
Cauca. Uno de sus atractivos principales es la pesca. Su
situación estratégica le ha permitido convertirse
en centro de distribución de productos del occidente
del país. Su economía se apoya en el comercio, el
transporte, la agricultura y la ganadería. Entre sus
principales productos se mencionan el café, cacao,
maíz, plátano, y yuca.
Marsella: Su territorio montañoso
corresponde a la cordillera Central. Presenta gran variedad de
climas. Su economía depende de la agricultura, la
ganadería, y la minería. Sus productos más
importantes son café, plátano, caña de
azúcar, yuca, fríjol, cacao, papa, oro. Ha sido
catalogada como monumento nacional por su arquitectura. Es
famoso su cementerio.
Balboa: Se caracteriza por su variedad de
climas. La economía depende del café y la
ganadería. Entre sus productos se mencionan el
plátano, la caña de azúcar, la yuca, el
fríjol, el banano, el arroz, los pastos.,
9.Calidades
estratégicas del nuevo dirigente
Es importante considerar las calidades
estratégicas del nuevo dirigente de los departamentos
del antiguo Caldas, para lo cual tomamos como vía de
ejemplo el Plan de
Desarrollo del Departamento de Risaralda donde se explicitan
las condiciones necesarias para obtener el logro de los
objetivos
contemplados en el Plan de Desarrollo citado:
Eficiencia gerencial: el logro de la visión
exige que los recursos escasos sean asignados y utilizados con
eficiencia
(economía) y eficacia
(tecnología, calidad y logro) en todos los
ámbitos de la actividad: pública y privada,
económica, social, política o
ambiental.
Sujeto de Desarrollo: debe estar en la capacidad de
actuar con solidaridad y
en forma integrada con otros actores internos o externos a la
región. El sentido de pertenencia y la autoestima
regional se deben convertir en un "arancel mental" que promueva
las actividades económicas, sociales y políticas
de todos.
Enrique Ogliastri dice: Aunque en todo Colombia los
paisas tienen la fama de ser los mejores negociadores, los
datos obtenidos
en estos talleres de negociación no lo confirman
totalmente. En las regiones de cultura antioqueña hay
una mentalidad de no dejarse ganar, de ser vivo, que los lleva
a exagerar sus éxitos, a darse fama. No cabe duda que
tienen un comportamiento emprendedor, pero esa cultura del
rebusque, de sobrevivir en circunstancias difíciles, se
ha propagado y es parte de la idiosincrasia colombiana de todas
las regiones. Los paisas son los mejores negociadores de
Colombia en problemas
distributivos, dominan el regateo y hasta lo disfrutan. Compran
más barato y venden más caro que los otros, lo
cual consiguen mediante la apertura con una demanda
más exigente que los de otras regiones colombianas.
Rápidos en el descuento y muy pragmáticos, los
paisas son persistentes en negocios comerciales donde el
único problema es el precio y no existen posibilidades
de crear valor. En todos los demás tipos de
negociación, más complejos, los paisas
están en el promedio de las demás regiones
colombianas.
Los datos recogidos en el estudio citado de E.
Ogliastri muestran los siguientes datos sobre los
paisas:
Tipo de Problema:
1.Problema distributivo
Oferta de compra: dura 34%
Compran barato 29%
Oferta de venta dura
37%
Venden caro 30%
Primera oferta dura
(suma) 36%
Primera oferta normal 40%
Obtienen altos resultados 30%
2.Distributivo: poder desigual
Resultados altos (23% prom) 21%
Resultado medio (24% prom) 21%
Se quedan por fuera (29%) 27%
3.Integrativa
Indice de creación de valor 3.8
4.Integrativa distributiva
Llegan a un acuerdo 95%
Obtienen máximo posible 53%
Admiten puro regateo 32%
Saben cómo quedó el otro 35%
5.Integrativo bloque puntos
Falló en punto común 1 23%
Falló en punto común 2 23%
Llegaron a un acuerdo 95%
Altos resultados (Papel A) 20%
Resultados promedio (A) 43%
Resultados bajos (Papel A) 37%
Altos resultados (Papel B) 36%
Resultados promedio (B) 38%
Resultados bajos (Papel B) 26%
Resultados altos (A más B) 30%
Resultado medio (A más B) 35%
Resultados bajos (A más B) 35%
Vale la pena resaltar en el estudio de E. Ogliastri
las siguientes consideraciones generales:
- En Colombia se utiliza un rango de regateo de dos por
uno: por ejemplo, el vendedor pide el doble de lo que le
costó, y el comprador ofrece la mitad de lo que le
pidieron. - Al pensar en objetivos nos guiamos por la
intuición, por el deseo puramente subjetivo (al ojo) y
no por criterios objetivos como lo que haríamos en el
caso de no poder llegar a un acuerdo con el otro. - Los colombianos esperan que se acabe el tiempo, paran
el reloj y siguen en el regateo hasta el cansancio; en muchos
casos la negociación realmente comienza cuando se
acabó el tiempo que se había dispuesto para
hacerla - Sorprende la tranquilidad con la cual algunos
salían a negociar, como voluntarios, sin estar
preparados. No tenían claras las cifras, ni
conocían sus límites, ni habían entendido
bien el ejercicio: improvisaron - Se establecen alianzas casi exclusivamente por medio
de la amistad, del
acercamiento personal, y no siempre por intereses - Una cuarta parte de las personas no llegaba a ponerse
de acuerdo en puntos en los cuales a ambos les convenía
lo mismo - Apenas la mitad de las personas obtenían el
máximo puntaje posible en las negociaciones, por
enfrascarse en ganarle al otro sin pensar en los beneficios
mutuos - Tenemos en la cabeza la vieja idea de que o gana el
uno o gana el otro. Esta es la mayor dificultad que
experimentan los negociadores colombianos.
Continúa Ogliastri diciendo: Esta experiencia
también puso en claro ciertas habilidades de los
negociadores colombianos: el manejo de las relaciones
personales, la capacidad de acercamientos amistosos e
informales, la habilidad para manejar incertidumbres y
ambigüedades, la flexibilidad, el manejo de emergencias y
situaciones nuevas. Los colombianos son mejores para hacer
negociaciones de problemas distributivo y menos buenos para
resolver conflictos que tengan potencial integrativo de
ganancias mutuas. El procedimiento
de negociación que está imbuido en la cultura es
el regateo, el cual deja poco espacio para la creación
de valor.
Explicando ¿Por qué negocian así
los colombianos?, Ogliastri dice: La manera de negociar es
parte de la cultura de un país, de sus creencias,
valores y costumbres, de los comportamientos que se han
establecido desde la familia y se apoyan en la religión
y la política. La estructura geográfica,
económica y social está en la base de la cultura.
Colombia vive una cultura habituada a la incertidumbre, con
individualismo hacia la sociedad pero alto colectivismo
familiar, preferencia por mayor igualdad pero conciencia de un
gran elitismo, preferencia por la suavidad del trato personal,
orientación hacia el presente y no muchas
consideraciones humanitarias y de generosidad hacia los
débiles.
Como conclusión, Ogliastri dice: Los
colombianos negociamos mal, perdemos oportunidades de crear
valor a través de procedimientos sanos de resolver
diferencias y tenemos dentro de nuestro engranaje social (como
en las relaciones familiares, o en las actitudes
religiosas y políticas) problemas básicos
…
11.
¿Cuál es, entonces, la cultura
organizacional paisa?
Atendiendo los innumerables modelos para categorizar
la cultura, presento a continuación una
aproximación de esta categorización según
la información consignada en este documento
sobre la cultura paisa:
El Ser Mítico
Las organizaciones y los servicios adoptan una
representación y modos de funcionamiento donde
dominan el espíritu familiar y una solidaridad de
tipo orgánico…donde la función
simbólica juega un papel importante, donde lo
sagrado, lo misterioso y lo poderoso se imponen en el
trasfondo de las circunstancias, donde los valores y la
caballerosidad son estimadas.En sus dimensiones filosóficas se
identifica con las prácticas (ritos, comidas,
utilización de palabras, espíritu
emprendedor), en los criterios de validez
(tradición, origen, filiación,
imágenes, alegorías), en los valores
fundamentales (costumbrista, obediencia, lealtad), en los
principios fundadores (pater familias y héroes,
comunidad, vitalidad, nosotros).En cuanto a sus patologías:
Carismático, clientelista.- Modos de Ser (Renée Bédard)
Distancia jerárquica baja
Comparte las características de : climas
fríos y templados, la supervivencia del grupo y su
crecimiento depende más de la intervención
del hombre sobre la naturaleza (agricultura,
ganadería y minería), necesidad de
tecnología, necesidad de educación, riqueza, poder
político está basado sobre un sistema
representativo (concejos, asambleas,
comunidades). - Modelo de Hofstede
Dimensión Individualista: Encuentra su
realización en el servicio al grupo, a través
de la satisfacción personal.Dimensión Logro: El ganador, el triunfador,
cómo gana status y poder en una organización,
utilizando su empuje, su espíritu emprendedor, su
garra, además de sus habilidades y talentos. Se
centra en el –hacer–.Dimensión Tiempo: La gente valora mucho su
pasado, su ancestro, pero sin embargo se orientan hacia el
futuro, necesidad de cambio - Modelo de Trompenaars
- Modelo Escuela
simbólica
La organización es reflejo de la
conjunción de su pasado, contexto sociocultural,
tecnología la influencia de sus antiguos
dirigentes.
12. Y, entonces…
como conclusión?
Como conclusión a todo lo anterior, pienso que
la
Organización Paisa (entendida ésta como la
representada en su promedio por las empresas establecida en el
Gran Caldas (Caldas, Quindío y Risaralda) muestra una
cultura que comparte su pasado (representado en su
vocación por la agricultura con el producto estrella: el
Café, la ganadería y la minería), con el
presente que le impone una necesidad de desarrollo frente a
otros departamentos y sectores económicos, como se
expresa en los planes de desarrollo regionales caracterizados
por:
- Generación de investigaciones y análisis que permitan el diseño de políticas, planes y
proyectos
para el desarrollo del sector productivo - Fomento integral de la productividad
y la competitividad de la base
productiva - Generación de alianzas para el
diseño, formulación y evaluación de la política
industrial y tecnológica - Diseño de estrategias para el desarrollo del
sector empresarial, productivo y comercial - Promoción de la capacitación y asesoría en temas
específicos a los actores del sector
económico - Gestión de proyectos de
inversión y desarrollo de proveedores con fortalecimiento de
clusters - Mejoramiento sistemático de todos los
factores involucrados en la producción de bienes y
servicios para lograr competitividad en los mercados
nacionales, regionales e internacionales - Fomento del empleo
impulsando la creación de nuevas empresas
.entre otros, para lograr un futuro promisorio y
adecuado a las riquezas que posee la región y la
capacidad de sus gentes.
En este propósito están involucradas
las universidades de la región con la formación
de nuevos profesionales a nivel de pre-grado y post-grado,
para la obtención del recurso gerencial y empresarial
de la comarca.
Cabe decir, que los efectos de la cultura paisa
continuarán "viéndose" en la agricultura,
ganadería y minería tradicionales, pero
estará ausente en las grandes empresas industriales
(nacionales y transnacionales), donde el quehacer del
gerente
está influenciado por las teorías de la organización
americana (de Estados
Unidos), el "management" importado, los profesionales
formados en el exterior y los efectos de la
globalización.
Esto quiere decir, en otras palabras, que las
decisiones que implican el desarrollo de dichas
organizaciones, son producto de modelos, esquemas y
prácticas internacionales (por ejemplo, Nestlé
empresa suiza con fábrica en Risaralda) y muy poco de
comportamientos, conductas o tendencias influenciadas por la
tradición y el modo de ser "paisa", excepto
quizás como ya lo mencioné en las actividades
tradicionales de la agricultura, ganadería y
minería que aún así son permeables por
tendencias de la tecnología disponible.
Realmente me quedan los deseos de poder acceder a
una investigación sobre el particular, ya que lo
publicado por investigadores nacionales es muy
poco.
Lo que sí es cierto es la "garra y
empuje" del paisa en actividades como el marketing
entendido en todo su concepto y la
financiera como toma de
decisiones de inversión (correr riesgos).
Adicionalmente, refiriéndonos de nuevo al
Modelo de Lionel Vallée, podemos identificar aspectos
tales como:
Actividades materiales: Centrado en la agricultura,
ganadería, turismo e industria en menor escala pero en
pleno desarrollo y con el objetivo de
convertirse en un polo de exportación de productos y
servicios, vemos que el proceso de producción de bienes
materiales se cumple con el modelo al relacionar a sus
pobladores con su fuerza de trabajo, su entorno, conocimientos
y el uso de herramientas de trabajo desde artesanales hasta de
alta tecnología en sus factorías de origen
nacional o multinacional, como ya se mencionó en otra
parte del estudio presente.
En cuento a las
actividades simbólicas vemos todo el legado
–paisa—que todavía se conserva en planos
tradicionales como las creencias, la religión, el
folklore, su
vestido y alimentación.
En la producción de bienes
inmateriales persiste la herencia tridimensional del
aborigen, africano y español, con reconocimiento de
potencias superiores y de intermediarios vistos como medios de
vida armoniosa con su entorno: el rosario al atardecer, el
filtro del amor, las yerbas, las historias inquietantes de
personajes mediadores que despliegan todo su potencial
mágico y mítico por las fincas y veredas de ese
Viejo Caldas, para vencer esas fuerzas enigmáticas pero
aún presentes en la mente de sus habitantes tanto
rurales como urbanos.
En el lenguaje con
entonación especial e identificable por los demás
pobladores de Colombia que hacen decir de un individuo en
particular que es "paisa" y las obras de sus pensadores,
más los símbolos propios de ese "paisa", con su
machete, carril, poncho, sombrero, alpargatas y su tiple con
sus canciones que añoran amores y vivencias ya pasadas,
tenemos la máxima expresión de esta subcultura,
que nos expresa abiertamente y sin tapujos cuál es su
cosmología y cómo es su
cosmogonía.
Las actividades sociales nos presentan en forma
inequívoca los tipos de relación para la
producción de los bienes materiales para satisfacer sus
necesidades a partir de la vivencia de un mundo en pleno siglo
XXI que impone en muchas ocasiones la aculturación de
una globalización pujante, agresiva y
extraña a nuestras costumbres y para lo cual sólo
se tiene el
conocimiento y los deseos de conservar lo poco de valores y
de esta cultura que queda.
Por:
Mario Morales Caicedo