Resúmenes de los libros de
Tulio Halperín Donghi
En la historiografía se cierra la tentativa de
crear una cultura e
historia
consagradas a la gloria del régimen. Los designios
culturales de la dictadura se
trabaron porque entre ella y la vida cultural no había
puntos de tangencia. No hubo un historiografía
peronista, el regimen debió actuar convenciendo, y
encontró entre los revisionistas una tropa de reserva de
adictos a la neutralidad desde la Nueva Escuela
Histórica. La Nueva Escuela y el revisionismo dominaban
la investigación
historiográfica.
La vacía objetividad de la Nueva Escuela abre
una crisis en la
historiografía, sin buscar los elementos para superarla.
Los revisionistas parten de lo que se llama la tradición
liberal argentina que agota sus posibilidades y se debe crear
una conciencia
nacional para reemplazarla. Surge el doble aspecto del
revisionismo: propone una imagen del
pasado argentino de una abstracción del segundo grado,
de la reelaboración de los esquemas liberales de
historia, e ideológicamente integra un esfuerzo para
adecuarse al tiempo en
que el fascismo recoge
la herencia de la
democracia.
El peronismo no
fue una forma de fascismo, fue el resultado de una tentativa de
reforma fascista de la vida política.
Sólo una minoría lo quería implantar. Los
grupos
dominantes desde el 30’ buscaron la restauración
de la República Conservadora. El fascismo llega a ser
una tentativa de restaurar el orden tradicional. La Resistencia es
la obra de grupos
sociales en ascenso amenazados pero cuando la amenazas se
disipan estos cobran poder.
Cuando la Argentina estaba madura para el fascismo el mundo
estaba demasiado maduro para él. Hacia el 45’ los
grupos habían sentido la amenaza de la
restauración del viejo orden y se observaba una nueva
distribución de poder, no querían
ver en la aventura totalitaria la restauración de viejos
políticos. La Resistencia argentina quiso inscribirse en
la tendencia mundial. La lucha debía terminar en la
rendición incondicional y la resistencia argentina
quería imponer duros castigos a los responsables. En
Argentina no había contenidos de cambio
social. El gobierno,
dispuesto a ser humillado, no podía perecer por la
Resistencia, advirtió primero que no habría
salida revolucionaria ya que la crisis se resolvería con
elecciones, y esto era su ventaja. La Resistencia se preparaba
para una guerra civil
mientras el gobierno buscaba votantes. Los apoyos del gobierno
eran anteriores: la restauración totalitaria y la
normalización. Con la primera se dan el
apoyo episcopal, con la segunda se da apoyo de políticos
de dimensiones nacionales. El Secretario de Trabajo
encuentra apoyo en grupos en ascenso, en el sector industrial,
y los obreros industriales generados por esa
industrialización. La política
social podía ser un esfuerzo para quebrar la
conciencia de clase de los
trabajadores. Su plan
político no era ni original ni sutil, era el intento
reaccionario de despojar bruscamente a los partidos liberales
de su clientela, pero lo notable fue el éxito
que superaba incluso los deseos. El sector más antiguo
resistió poco las innovaciones. El sentimiento de clase
detrás del peronismo no es el de un grupo que se
siente victima de la sociedad
sino el de un grupo que ve colmadas sus aspiraciones
.
Perón advirtió hasta que punto esa clase
era ajena a las preocupaciones gubernativas o constitucionales
que animaban a la resistencia, y quiso hacer madurar una
conciencia de clase que se daba como conciencia de un opuesto
ideal cultural.
La clase tenia poca madurez y sus organizaciones
debían tener mas sustanciales (Ej: CGT).
El futuro era visto como una prolongación del
presente de la bienaventuranza, las clases explotadas no
podían ser eliminadas, los patronos debían
continuar siéndolo en un nuevo clima
político y social, la falta de horizontes
revolucionarios es mas que la renuncia a una táctica,
estaba en la conciencia social evocada como clase definible
sólo en el contexto del antiguo orden como abarcando a
las antiguas clases dirigentes. El jefe del movimiento
podía estar seguro: lo
único que exigía esa masa era que se mantuviese
su prosperidad, igual que erigían los industriales:
mantener la industrialización surgida de la guerra. Pese
a dos planes quinquenales y a la doctrina superadora entre
marxismo y
capitalismo
no se dio un criterio para orientar al movimiento ante los
problemas
que la nación enfrentaba. A los meritos
limitados a la habilidad táctica el fascismo no agregaba
nada, para mantener la industrialización había
que mantener el feudo electoral de Buenos Aires.
El nacimiento desde una tentativa fascista impidió una
alianza entre todos los grupos ascendentes en la sociedad
argentina que chocaron en 1945.
Las insuficiencias del peronismo son distintas de las
de su plano dirigente ante la crisis de la democracia: se vio
acorralado por la insuficiencia, su fracaso es el fracaso de la
clase política argentina surgida desde la experiencia
radical con la que terminó el proceso
desde 1853, de la construcción de la República
Verdadera.
Para que una línea económica distinta
surgiese era necesario que el gran triunfo popular del 23 de
febrero no haya sido sólo una maniobra de un líder
que lleva a las masas. Se llega así al gobierno de
manera fácil, pero es difícil conservarlo. En el
32’ Justo se organizó con la explotación
política y económica de la crisis en beneficio de
ciertos grupos, hoy proveniente de un sentido opuesto, ya que
se usa un progreso y no un retroceso nacional. Si las teorías política deben ser
analizadas según su campo de acción, entonces la generación del
37’ necesita la exigencia de unidad que alude a la
experiencia argentina que sirve para analizar esa
generación, la unidad a la que se alude allí es
la que ha perdido la Argentina, la del grupo que comenzó
a ser dirigente en 1810 y dejó de serlo en 1829. El
propósito de Echeverría de 1846 es alcanzar sin
sangre la
revolución radical y generadora pero su
camino es usar el influjo del gran núcleo de hacendados
ricos y jóvenes influyentes. En el Facundo Sarmiento
propone una visión herética entre la luz y las
tinieblas, la lucha entre dos principios se
trasforma en la lucha entre dos modos de vida o tradiciones
históricas. La tercera parte trae un programa
concreto
destinado a evocar en su apoyo fuerzas de la Argentina
bárbara, que tras prosperar bajo el orden rígido
de la federación rosita ven que ese orden traba sea
desarrollo.
Al proyectar el fututo del país se rehúsa el
autor a utilizar las fuerzas que en él actúan
porque aspira a utilizar a todas ellas (civilización y
barbarie).
En las Bases de Alberdi el autoritarismo no era
evocado en defensa de un orden social que no estaba amenazado,
sino que para ser puesto al servicio del
progresismo, para apoyarse en los núcleos
tradicionalmente dominantes y jerarquías sociales
consolidadas (que se identificaban con el aparato de Rosas).
Alberdi propone la segunda colonización del
país por hombres y capitales europeos, el autoritarismo
de la República Posible es el símbolo de la
aceptación del orden vigente antes y después de
Caseros. No todo es ruptura, se reserva la acción
política a los grupos dirigentes, se desconfía de
la espontánea fuerza
creadora de lo real, recoge motivos conocidos por la
generación del 37’. El sentido varia ya que en el
37’ frente al foco de positivismo
iluminista que triunfa de la oscuridad, ahora se descubre que
esa realidad es capaz de acción que no acata la soberanía de la luz sobre la oscuridad,
la positividad se apaga. La revolución ha dejado de ser
imposible pero se la proclama ineficaz como la acción de
un grupo ilustrado. La actitud
revolucionaria es una extrema libertad
ideológica posible en el contexto conservador por la fe
en la ineficiencia de toda ideología. La moraleja valida para 1837 y
para 1958 es que los revolucionarios no pudieron serlo porque
no se pusieron al servicio de la única fuerza
verdaderamente revolucionaria, (el pueblo), y su
revolución no podía ser sino la de los grupos
dominantes.
Argentina esta enfrentada con alternativas políticas que no logra resolver. El poder
decisor de las fuerzas armadas se da porque el monopolio de
la fuerza nunca les ha sido disputado, y ello deriva del
carácter benigno de las tensiones
políticas y sociales que hacen necesaria su
intervención. La crisis argentina se originó con
la depresión del 30’, como proceso
desde la revolución industrial, y obligó a una
transformación interna que bajo los estímulos de
la crisis y la guerra) no se puede devolver un lugar en el
mundo que había existido en la Argentina agropecuaria).
El peronismo y el frondizismo que fueron los dos
regímenes mas alejados a la argentina agroexportadora,
vieron la diversificación económica como un lujo
de los años prósperos. Si la clase terrateniente
logra mantener en lo interno su hegemonía y relaciones
con la comercialización será la que deba
asumir las consecuencias del deterioro de los términos
de intercambio agravadas por el afianzamiento de estructuras
monolplistas de comercialización. Tras 1916 surge lo que
buscaban las aspiraciones: una democracia moderna, apoyada en
un orden económico menos modernizado, y su mantenimiento es un costo
afrontable sólo desde un clima de prosperidad. La crisis
de 1930 pone fin a la prosperidad de la posguerra, se cierra la
Caja de Conversión al caer las reservas de oro.
Se da la crisis de la economía productora
argentina, y la crisis financiera del Estado, se
deja un periodo de prosperidad sin precedentes y el gobierno no
es hábil por políticos de un partido sin
experiencia. Yrigoyen declara su partido como del hombre
común, se da la entrega total y desinteresada a una
misión
pero tras su nueva elección, en la que se ve su
habilidad política, se desgasta la figura de
jefe.
El 30’ fue un año de agitación
política y militar, la primera preparaba el éxito
para la segunda y el partido en el poder no ve lo que sucede.
El 6 de septiembre se da la revolución, tras 68
años de legalidad
constitucional. Uriburu viene ligado a tendencias
aristocráticas del norte (famita de Salta). A pesar del
fervor popular era la victoria de una clase sobre otra. Se
condena cualquier sistema
representativo que exija cambios sociales o económicos.
Concluyó antes de lo esperado en una campana electoral.
Estaba a la vista el retorno a la normalidad, pero se
había instaurado una dictadura
militar, y este sector era integrante del sistema
político, declarando la imposibilidad de ciertas
candidaturas. El futuro gobierno desde su aceptación no
podrá indicar su origen electoral, se da la
eliminación de candidatos radicales.
El candidato de la Alianza es Lisandro de la Torre,
Justo es propuesto por partidarios del Frente a la Alianza
Civil, apoyado por antipersonalistas. Pero el triunfo de Justo
no satisface al presidente provisional ya que era poco
revolucionario. Pero Justo representaba lo que la
revolución había sido: el retorno al poder de
dirigentes tradicionales. La crisis había penetrado al
país desde su comercio
exterior (Ottawa)
Se da el predominio económico de ciertos
grupos. El partido en el poder era apoyado por masas que no
utilizaba electoralmente. La tendencia a repensar la
situación venia de movimientos minoritarios, desde el
liberalismo
conservador o desde el nacionalismo. En la primera domina Lisandro de
la Torre. El segundo surge como consecuencia local de
dictaduras conservadoras de Europa, como
solución de clases dirigentes tradicionales ante la
imposibilidad de gobernar en el marco del constitucionalismo
liberal, con hostilidad hacia las mayorías populares.
Luego del 36’ el derechismo impulsa al gobierno, en
relación a los acontecimientos de España o
el terror rojo. El gobierno de Ortiz era fruto de la etapa
oscura de Justo, y en el mundo los países con los que
nos relacionábamos chocaban con los fascistas, y en ese
contexto se dan los acercamientos a la democracia local. Cuando
Ortiz enferma el nuevo prescíndete tiene como figura
dominante a Pinedo. Se da la unión de partidos
opositores, y surque la Unión Democrática,
luchando contra el fraude y
adhiriéndose a las Naciones
Unidas. En adelante los gobierno debía su apoyo a la
tutela del
ejercito. El 4 de junio se da la revolución, con
Castillo como presidente. Hacia 1944 el gobierno de Ramírez rompe las relaciones con el eje,
y los neutralistas declaran el alejamiento del presidente,
reemplazado por Farell iniciándose un régimen
clerical autoritario. La revolución se aísla, no
cuenta con grupos influyentes ni con la opinión
pública. Hacia 1945 se da la alineación con
las Naciones Unidas, con relación a Perón,
que antes era neutralista. El movimiento de Resistencia fue una
de las grandes oleadas populares que en 1945 surgen de un
estado de ánimo generalizado, y se relaciona con un
grupo temeroso de perder su status, solo alcanzo eco entre las
clases medias y altas. Tras la normalización
internacional Perón proyecta un nuevo equilibrio
político logrado de su alianza con partidos
tradicionales, la estructura
sindical también es otro instrumento de poder, solo la
beligerancia de la clase mida persuade al líder de la
necesidad de hacer al movimiento obrero de base. Esta clase no
fue revolucionaria, su estructura tradicional se suponía
interasformable, eran clases desplazadas gracias a la
acción estatal, no como vanguardia
revolucionaria sino como grupo beneficiario dueño de la
revolución ya realizada, su papel es defender lo ya
logrado, apoyando a quien lo había conseguido. La lucha
electoral se definió en el plano social, la candidatura
peronista fue apoyada por grupos sindicales apoyados en el
Partido Laborista aliados a grupos políticos,
relacionados con Quijano. Frente a esta coalición se
formó nuevamente al Unión Democrática con
el radicalismo, el socialismo, el
comunismo y el
partido demócrata progresista. Cuando asume Perón
se controla el crédito y el comercio
exterior, la agricultura
debe financiar a la industria
por diferencias acumuladas por el Instituto Argentino de
Promoción del Intercambio (IAPI) que
consolida el comercio exterior. Con los altos precios de
los productos de
exportación se busca equipar a la
industria crecida por el aislamiento de la guerra. Se gastaron
divisas
acumuladas en la etapa anterior, en el primer plan quinquenal
(1947) las realizaciones no alcanzan a las previsiones. Cambian
las comunicaciones y las fuentes de
energía, pero las acciones
fueron poco coherentes. La prosperidad permite beneficios sin
perjudicar otros grupos. Sube el salario
real, pero se deterioran los términos de intercambio y
el país tiene stock de productos expotarbles reducidos
por el aumento de nivel de vida y población. La utilización
sistemática del aparato estatal se da para mantener al
régimen. Se da la burocratización del movimiento.
Tras la muerte de
Eva
Perón en 1952 y la situación insostenible de
1953 se intensificó la inflación, cae la
abundancia. Al reemplazar el apoyo de la oligarquía por
sectores industriales se buscaba que los grupos sean menos
hostiles, pero a su vez se le brindaba desde el movimiento
prestaciones
a los obreros que los oponían con sus patronos
industriales.
A nivel internacional se lanzó una tercera
posición para ganar apoyo en Latinoamérica contra EEUU. Tras el
53’ se relega al olvido. Esto se da cuando el gobierno
hostil al capital
extranjero, se relaciona con la Standard Oil para producir
el
petróleo patagónico. En 1954 Frondizi escribe
Petróleo y Política. El conflicto
con la Iglesia
estalla en 1954 con orígenes anteriores: había
apoyo electoral en 1946, pero luego cuando el movimiento
realiza apoyos asistenciales entra en un campo que no le
corresponde. Antes se había introducido la
educación religiosa, pero con la legalización
de protibulos desde 1954 se da el conflicto. Por otra parte se
modifica la estructura legal de la familia
suprimiendo las diferencias entre hijos legítimos y
extramatrimoniales, o autorizando el casamiento de divorciados.
Con la separación de Iglesia y Estado con la reforma
constitucional hay mas oposición. El 16 de junio tras
una peregrinación de Corpus Cristi se queman iglesias,
Perón llama al dialogo, y
el 23 Lonardi asume tras una multitudinaria movilización
a Plaza de mayo.
Los cambios anteriores eran demasiado vastos, se
habían desvalorizado las posturas anteriores. Se subraya
la necesidad de una mejor industrialización, se
necesitaban mas cantales desde mas exportaciones agroganaderas. Se necesitaba
fomentar el sector rural desde una reorientación de la
distribución contraria a la del peronismo. Se fragmenta
el radicalismo entre la UCRP y la UCRI. En el gobierno algunos
ministerios
quedan para sectores intransigentes antifrondizistas en una
toma de posición por Balbín.
En la elección los votos en blanco ocuparon el
primer lugar sobre la UCRP, y luego la UCRI. Frondizi llama a
una conjunción de voluntades, adhiriendo el peronismo,
sectores nacionalistas y hasta comunistas. Frondizi se
adaptó a las prácticas conservadoras y se
alió a la libertad económica. Habló de
desarrollo económico y se relacionó con el
capital extranjero. El presidente anunció una
política de austeridad relacionada con premisas del
FMI,
relacionado con Prebisch, se buscaba la estabilización
con políticas antiinflacionistas y estimulo de fuentes
tradicionales de divisas extranjeras
Frondizi convenció a grupos que sólo su
perduración los salvaría de la revolución
social. El gobierno había preparado las elecciones de
marzo con elecciones piloto para convencer a la opinión
de que la UCRI era el único partido capaz de rivalizar
con el peronismo. Pero las victorias no habían sido
abrumadoras y la UCRI necesitaba aliados.
En las elecciones los candidatos obreros eran
colocados por el líder, por ejemplo Framini (dirigente
textil) para Buenos Aires y triunfa. Se intervienen las
provincias.
Sólo unos grupos querían un gobierno
militar, el peronismo sin Perón sería un
problema, el Senado actúa con el caso de
acefalía, Guido asume jurando ante la corte Suprema y
los militares, pero esa salida legal se apoyaba en
débiles bases, la ley de
acefalita obligaba a convocar a elecciones en 90, la UCRI
estaba debilitada por la deposición, ningún otro
partido podía hacer de dique antiperonista. El gobierno
es dominado por sectores militares adictos a la
revolución Libertadora, eran hostiles al gobierno que
acababan de derrocar, anulan las ultimas lecciones legislativas
y suspenden el Congreso. Se dan las elecciones el 7 de julio,
con 2.5m de votos el radicalismo gana, seguido por la UCRI, y
los votos en blanco con 1.5m. El resultado era una sorpresa ya
que Illía no había despertado interés.
La larga agonía de la
Argentina peronista,
Resumen del libro de
Tulio Halperín Donghi
Mientras que el radicalismo permanece prisionero de
una autodefinición forjada en una Argentina que ya no
existe, el peronismo va a ser desde su origen expresión
política de una sociedad ya transformada.
El peronismo se presenta como la solución para
un ejército al que la habilidad del general Justo ha
transformado en el gran responsable de una situación
política que dejó memoria en el
país. El peronismo fue una modificación del
equilibrio político y social pero también una
ruptura con estructuras políticas previas. La
política peronista favoreció a los sectores
urbanos sobre los rurales, y castigó a la agricultura
pampeana: las razones son que manteniendo el valor del
peso y siendo intermediario de exportaciones cerealeras se
aseguraban insumos baratos para la industria frágil, y
atenuar las presiones de los sindicatos.
Tampoco tras su derrocamiento se genera una ofensiva
terrateniente. Aramburu tuvo un programa de reforma
agraria, buscando destrabar el mercado
inmobiliario urbano, estableciendo la venta
obligatoria a los arrendatarios quienes podrían pedir
créditos. Para los terratenientes la
explotación agrícola directa con trabajadores
asalariados era costosa, se van los arriendos y esa tierra pasa
al pastoreo. Crea antagonismos capaces de debilitar su solidaridad
interna. En la pampa agrícola los efectos de decisiones
políticas variadas junto con la coyuntura externa,
fomentaron un nuevo perfil de sociedad que cumple las
profecías de los ideólogos del
ruralismo.
Vandor, al buscar su inserción en el sistema
electoral para llegar al poder, fracasa y así la elite
sindical hace suya la versión del poder: había
que dejar de lado el sistema electoral porque no los
beneficiaba. La imagen de un sistema electoral que canaliza
antes que reflejar la demandas políticas de la ciudadanía, es un obstáculo para
la consolidación del sindicalismo
como fuerza política legitima (visión de 1955), A
su peso el sindicalismo debió un margen de maniobra que
supo utilizar. Se redefinen los criterios de legitimidad
invocados por bloques ideológicos que se disputan las
lealtades de los argentinos. La racionalidad en el ejercicio
del gobierno heredado de la tradición conservadora
sacado a la luz por la Revolución Argentina debía
convivir en equilibrio con la corporación
militar.
La experiencia política inaugurada en 1955
genera golpes mas graves porque quienes lo asentaban
proclamaban ser sus vengadores y restauradores. Luego de la
etapa del falseamiento electoral de 1931 y la que desde 1946
utilizó al sistema electoral de base plebiscitaria a un
autoritarismo parecido al autoritarismo europeo, con el
derrocamiento de Perón se abre otro nuevo modo de
desvirtuar la democracia representativa: mediante la
redefinición continua en los cuales era autorizada la
competencia
electoral. Sólo el peronismo parecía preparado a
funcionar sin problemas en un sistema que a la vez que
devolvía al sufragio
buena parte de su eficacia
práctica, le denegaba todo poder como fuete de
legitimidad.
El movimiento montonero irrumpe en la vida publica con
el asesinato de Vandor y al año siguiente con el
secuestro y
asesinato de Aramburu: confluyen todos los clandestinos y se
usa ese instrumento para dirigir el rumbo de un proceso a la
deriva. Los movimientos de ambición insurreccional
contaban con el aval de quienes tras haber empujado la
desestabilización de la que fueron víctimas sus
vencedores de 1955, se presentaban ahora como únicos
capaces de revertirlo. La innovación del segundo peronismo no fue
la creación de un voto peronista de clase media, sino el
reconocimiento de la legitimidad del gobierno surgido de la
victoria electoral por parte de los derrotados que
paradójicamente no marcaban un retorno a la antigua fe
cívica, sino a criterios de legitimidad de antes a
1912.
El exiliado contaba con la cooperación de su
mayor rival político: si el radicalismo se resignaba a
no disputar seriamente al peronismo su dominio
electoral, no era sólo porque sus posibilidades de
arrebatárselo eran escasas, sino porque advertía
que esa era parte del precio de la
concordia. La guerra civil que desgarró al peronismo
logro instaurar una vida política escindida entre el
hemisferio de los rituales heredados de la república
oligárquica y el otro que actuaba con la violencia.
La corrosión de las bases económicas
que habían permitido a la UOM avanzar a la
hegemonía luego se consolida, siendo decisiva la
estructura del sindicato
metalúrgico, mas centralizada que otras. En la industria
y en la tierra
los inversores extranjeros atraídos por breves etapas
del despegue económico según la época,
luego se arrepintieron. Se modifica la clase empresaria y su
relación con el Estado:
el desarrollismo no se apoya en la apertura
económica, sino que fomenta atraer inversiones
convidando a empresarios extranjeros a participar de los
privilegios de las concesiones a empresarios nacionales. Se
crea la unión corporativa entre el Estado y subsectores
de intereses, mantenida por la disputa entre ellos por la
distribución de costos que se
benefician de la inflación.
La interpretación entre el Estado y el mas
consolidado círculo de socios privilegiados
contribuyó a consumar la transición que redujo al
sector central del proceso sociopolítico a terreno de
batalla y premio de las rivalidades entre sus supuestos
aliados.
El fracaso del Proceso de Reorganización
Nacional se debía en parte a que las FFAA que por
décadas habían sido los protagonistas de la
tragicomedia política argentina hallaban difícil
transformarse en la máquina cuya irrupción en
escena iba a permitir al país salir del laberinto. El
terror se ofrece como castigo a la deserción de la
sociedad entera, y como instrumento de una cruel pedagogía destinada a grabar en la
memoria colectiva la consecuencia de ceder ante tan atractivos
desvaríos. El terror estaba dispuesto a ir mas
allá de los que sus justificaciones proponían. La
FFAA como participantes en primera fila de los ciclos
argentinos habían sido corroídas por la misma
disgregación frente a la cual se presentaban ahora como
la ultima barrera. El terror iba a veces a ser usado como
instrumento para ambiciosas maniobras políticas
destinadas a influir en duras luchas. En sus limites no
delimitaría a reducir el Estado a un conjunto de
recursos
económicos de los que podían depender las FFAA,
dependía del mantenimiento del equilibrio frágil
entre amas y tendencias. El terror leva la marca de su
originen: el consenso no suponía adhesión, y se
apoyaba en la convicción de que no había
alternativa.
La transición a un estilo de gobierno menos
sanguinario iba a ser una prueba difícil para un
régimen cuyo fundamento originario había sido el
terror, la opinión que había sido sorda a las
denuncias, comenzaba cautelosamente un ejercicio de
recuperación selectiva de la memoria.
Marines de Hoz confiaba en la convergencia que se
produciría cuando los productores nacionales
descubrieran que, sólo si alineaban los precios sobre
los internacionales, se salvarían de perecer. El mercado
nacional debía permanecer cerrado para los competidores
externos de las más fuertes industria protegidas
(automóvil). La alta paridad cambiaria logró
promover un éxito de consumo y
turismo
internacional, que llegó hasta las clases populares.
Esto dependía de la continuidad de la bonanza
crediticia.
Tras la derrota se debió evitar que la retirada
sea una fuga. El fracaso de la gestión mostraba que había sido
inepta en su campo mismo de acción especifica. Fue
mérito de Alfonsín percibir y manifestar el
sentimiento de denuncia del pacto militar sindical, que iba mas
allá de capitalizar la ventaja tras la muerte de
Balbín, sino que además repudiando a dos
protagonistas colectivos que habían dominado la vida
nacional desde 1945 venía a dominar el fin de una larga
etapa política dominada por la problemática de la
revolución peronista.
El nuevo presidente entendió el mandato como el
reclamo de un reajuste del encuadre institucional que a su
juicio había hecho imposible la sociedad plasmada por el
peronismo, el problema se daba por dos razones: contaba con que
la posibilidad de alcanzar ese objetivo era
tan reconocida que muchos iban a ver recortada su influencia;
se negaba a advertir hasta que punto se había tornado
desfavorable el contexto socioeconómico nacional y
mundial para una forma como la socialdemocracia.
El presidente aspiraba a ser algo mas que el jefe del
radicalismo: como el último Perón, vió la
posibilidad de ejercer su liderazgo
por encima de las divisiones partidarias, y dentro de cada una
de ellas. Comenzó a obtener éxitos importantes,
pero con su gestión se abrían adversarios, la
negativa de usar su poder con intenciones partidistas fue
costosa. Entre 1945 y 1983 se habían acumulado
transformaciones sucesivas en la vida nacional. En los sectores
populares se ve una erosión
frente a la posición hegemónica que los obreros
industriales y de servicios
públicos había ocupado: deterioros
industriales se relacionan con modificaciones
económicas. Se da una torsión en la
relación entre el Estado y las clases populares. Estas
aparecen cada vez menos como clases trabajadoras y más
como figura de los pobres tradicionales. Tuvo cambios por el
impacto la crisis de la deuda de 1981. La decadencia de los
servicios
del Estado (salud, educativos, etc.),
aceleró la transferencia de actividades de la esfera
pública a los sectores privados (sin contactos
indeseables).
Todos los cambios transformaron a la clase media, cuya
solidez había sido una de los recursos secretos que
permitieron al país seguir adelante pese a los golpes:
se transforma en un grupo desintegrado y anémico como a
la clase obrera: La hiperinflación fue el momento resolutivo
de la interminable agonía.