- Declaración De los
Derechos del Niño - Principios
- Concepto de
niñez - Maltrato
infantil - Maltrato infantil: tipos,
clasificación, modo de detectarlo, intervención
de la escuela
Declaración de los Derechos del
Niño
Proclamada por la Asamblea General en su
resolución 1386 (XIV), de 20 de noviembre
de 1959
PREAMBULO
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas
han reafirmado en la Carta su fe en
los derechos fundamentales del hombre y en la
dignidad y el
valor de la
persona
humana, y su determinación de promover el progreso social
y elevar el nivel de vida dentro de un concepto
más amplio de la libertad,
Considerando que las Naciones Unidas han proclamado en
la Declaración Universal de Derechos Humanos
que toda persona tiene todos los derechos y libertades enunciados
en ella, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma,
opinión política o de
cualquiera otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición,
Considerando que el niño, por su falta de madurez
física y
mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso
la debida protección legal, tanto antes como
después del nacimiento,
Considerando que la necesidad de esa protección
especial ha sido enunciada en la Declaración de Ginebra de
1924 sobre los Derechos del Niño y reconocida en la
Declaración Universal de Derechos Humanos y en los
convenios constitutivos de los organismos especializados y de las
organizaciones
internacionales que se interesan en el bienestar del
niño,
Considerando que la humanidad debe al niño lo
mejor que puede darle,
Proclama la presente Declaración de los Derechos
del Niño a fin de que éste pueda tener una infancia feliz
y gozar, en su propio bien y en bien de la sociedad, de
los derechos y libertades que en ella se enuncian e insta a los
padres, a los hombres y mujeres individualmente y a las
organizaciones particulares, autoridades locales y gobiernos
nacionales a que reconozcan esos derechos y luchen por su
observancia con medidas legislativas y de otra índole
adoptadas progresivamente en conformidad con los siguientes
principios:
Principio 1
El niño disfrutará de todos los derechos
enunciados en esta Declaración. Estos derechos
serán reconocidos a todos los niños
sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color,
sexo, idioma, religión, opiniones
políticas o de otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento u
otra condición, ya sea del propio niño o de su
familia.
Principio 2
El niño gozará de una protección
especial y dispondrá de oportunidades y servicios,
dispensado todo ello por la ley y por otros
medios, para
que pueda desarrollarse física, mental, moral,
espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así
como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este
fin, la consideración fundamental a que se atenderá
será el interés
superior del niño.
Principio 3
El niño tiene derecho desde su nacimiento a un
nombre y a una nacionalidad.
Principio 4
El niño debe gozar de los beneficios de la
seguridad social.
Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin
deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre,
cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal. El
niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación,
vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.
Principio 5
El niño física o mentalmente impedido o
que sufra algún impedimento social debe recibir el
tratamiento, la educación y el
cuidado especiales que requiere su caso particular.
Principio 6
El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de
su personalidad,
necesita amor y
comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer
al amparo y bajo la
responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en
un ambiente de
afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias
excepcionales, no deberá separarse al niño de corta
edad de su madre. La sociedad y las autoridades públicas
tendrán la obligación de cuidar especialmente a los
niños sin familia o que carezcan de medios adecuados de
subsistencia. Para el mantenimiento
de los hijos de familias numerosas conviene conceder subsidios
estatales o de otra índole.
Principio 7
El niño tiene derecho a recibir educación, que
será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas
elementales. Se le dará una educación que favorezca
su cultura
general y le permita, en condiciones de igualdad de
oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual,
su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un
miembro útil de la sociedad.
El interés superior del niño debe ser el
principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su
educación y orientación; dicha responsabilidad
incumbe, en primer término, a sus padres.
El niño debe disfrutar plenamente de juegos y
recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines
perseguidos por la educación; la sociedad y las
autoridades públicas se esforzarán por promover el
goce de este derecho.
Principio 8
El niño debe, en todas las circunstancias,
figurar entre los primeros que reciban protección y
socorro.
Principio 9
El niño debe ser protegido contra toda forma de
abandono, crueldad y explotación. No será objeto de
ningún tipo de trata.
No deberá permitirse al niño trabajar
antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso
se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a
ocupación o empleo alguno
que pueda perjudicar su salud o su educación o impedir su
desarrollo físico, mental o moral.
Principio 10
El niño debe ser protegido contra las
práticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de
cualquier otra índole. Debe ser educado en un
espíritu de comprensión, tolerancia,
amistad entre los
pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que
debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de
sus semejantes.
La Guía del Mundo
"La gran mayoría de los estados del Sur padece
una creciente infantilización de su pobreza pero, por
otro lado, la responsabilidad por esta desatención a la
infancia es compartida por las instituciones
financieras orientadas por las políticas definidas desde
los grandes países del Norte."
La palabra infante (infans) significa "el/la que no
tiene voz". De hecho, hasta comienzos del siglo XX, en muchas
culturas, los niños, dada la incertidumbre de sus padres y
la comunidad acerca
de si habrían de sobrevivir, ni siquiera recibían
nombre hasta los cinco años. Carentes de nombre, no
podía constituirse como sujeto.
Esta situación parecería haberse
revertido, al menos a nivel discursivo, en el transcurso del
siglo XX. Así, la Declaración de Ginebra de 1924
sobre los Derechos del
Niño estipuló la necesidad de proporcionar a
los menores una protección especial. La Asamblea General
de la ONU, el 20 de
noviembre de 1959, reconoció esta declaración
dentro de la más amplia Declaración Universal de
Derechos Humanos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales y en los estatutos e
instrumentos pertinentes de los organismos especializados y de
las organizaciones internacionales interesadas en el bienestar
del niño. Finalmente, en 1989, casi todos los
países del mundo firmaron y reconocieron el primer
instrumento internacional jurídicamente vinculante que
incorpora la gama entera de derechos humanos, los civiles, los
políticos, así como los económicos, sociales
y culturales: la Convención para los Derechos de la
Infancia.
Sin duda, una transformación a nivel declarativo
implica una modificación, al menos en el nivel
simbólico, de la realidad. Se puede afirmar que reconocer
un mal es el primer paso para intentar la cura y que afirmar un
derecho también es un escalón imprescindible para
que éste entre en vigencia. Sin embargo, en
términos reales, son los niños del mundo quienes
más sufren flagelos como el hambre, los desplazamientos,
la esclavitud y la
explotación. Si ya la Declaración de los Derechos
del Niño establecía que "el niño, por su
falta de madurez física y mental, necesita
protección y cuidado especiales, incluso la debida
protección legal, tanto antes como después del
nacimiento", lo cierto es que, hoy día, cientos de
millones de niños padecen todo tipo de violaciones a sus
derechos.
Las guerras y los
niños
Según un informe de
Naciones Unidas, dos millones de infantes murieron desde
entonces, y otros seis millones resultaron seriamente heridos o
permanentemente discapacitados.
Trabajo, esclavitud y prostitución.
Por lo menos un millón de niños son
forzados a la prostitución en el planeta. Las dos terceras
partes de ellos en Asia y el resto
en América
Latina y en Europa. Esta
cifra, contundente de por sí, se vuelve irrisoria si se la
compara con los 400 millones de niños que son forzados a
trabajar, en forma completa o parcial.
Según la
Organización Internacional del Trabajo (OIT),
en Asia más de 120 millones de niños entre 5 y 14
años trabajan una jornada completa y 250 millones
más lo hacen durante en tiempo
parcial.
De los 400 millones de niños trabajadores, el 61%
de ellos se encuentra en Asia (mayoritariamente en el sur, donde
trabajan principalmente en fábricas, minas, plantaciones y
prostíbulos), el 32% en Africa y el 7% en
América
Latina. De los 400 millones de niños trabajadores, 250
millones lo hacen en condiciones consideradas "de
explotación".
Según la OIT, en la actualidad, 128 millones de
niños en edad de recibir enseñanza primaria no acceden a
ningún tipo de educación. También en este
aspecto se puede verificar cómo el aumento del trabajo
infantil, resultado de la extrema pobreza, es consecuencia de
las políticas impuestas por organismos financieros
internacionales en sociedades que
no logran distribuir la riqueza y cuyos gobiernos se dedicaron a
privatizar aceleradamente todos los sectores, principalmente la
educación. Privado del acceso a la escuela, un gran
número de niños se ve obligado a trabajar para
contribuir económicamente dentro del seno
familiar.
Los infantes y el futuro
Como se desprende de lo hasta aquí expuesto, los
"infantes" han tenido, durante el siglo XX, algunos voceros, es
decir, instituciones que, hablando por ellos, han reclamado sus
derechos. Sin embargo, en los hechos, un gran porcentaje de los
niños del planeta dista mucho de ser sujeto de los
más elementales derechos que les concedieran las distintas
cartas
institucionales.
Carentes de educación, forzados a trabajar, estas
privaciones de derechos elementales están marcando que, en
el futuro próximo, los adultos de mañana
estarán impedidos de alcanzar, en el seno de sus
respectivas sociedades, la menor movilidad social. Desatendidos
por sus gobiernos y sociedades, quedan marginados "para siempre",
sobre todo en un tiempo en el que la competencia por
la información se vuelve cada vez más
exigente.
En efecto, por un lado la gran mayoría de los
estados del Sur padece una creciente infantilización de su
pobreza pero, por otro lado, la responsabilidad por esta
desatención a la infancia es compartida por las
instituciones financieras orientadas por las políticas
definidas desde los grandes países del Norte.
En este sentido, tanto los países del Sur como los del
Norte son cómplices de una contradicción con
respecto a la infancia a nivel planetario. En la misma
época que, a nivel discursivo, se adoptaron compromisos
como la firma de la Convención, se aplicaron planes
económicos nefastos para los niños del
Sur.
Ahora bien, antes de profundizar en el tema, es
importante que señalemos que en relación al
maltrato
infantil existen ciertos mitos o
creencias que se basan en la consideración de
que:
Los casos de maltrato infantil son escasos, no
representan un problema grave.
Esto es inexacto, se calcula que alrededor del 50% de
las familias sufren algún tipo de violencia.
El maltrato infantil se produce más
frecuentemente en familias que atraviesan situaciones de
pobreza.
No es cierto, se da en todos los estratos sociales; lo
que sucede es que en algunos hay más recursos para
ocultarlos.
Es mayor el número de casos en los cuales el
agresor es el padrastro y/o madrastra, comparado con el
número de casos en que el agresor es el padre y/o la madre
biológicos.
Los padres y/o madres que maltratan a sus hijos/as son
personas que padecen cuadros psicológicos o
psiquiátricos graves.
Al respecto, se ha comprobado que es muy bajo el
índice de problemas
psico-patológicos; debería conceptualizarse como
enfermedad social.
No es posible la coexistencia del amor y del maltrato en
una familia.
La historia se repetirá,
es decir que todo/a niño/a que haya sido víctima de
maltrato, generará en el futuro actitudes
maltratantes con sus hijos/as. Pero hay niños al que la
bibliografía mundial
denomina "resilentes" que poseen características que les
permiten superar este obstáculo.
El maltrato infantil se produce más
frecuentemente en familias numerosas que conviven en espacios
físicos de pequeñas dimensiones.
La violencia es algo innato, no es así, es una
conducta
aprendida de modelos
familiares y sociales y tomada como recurso para resolver
situaciones.
Los mitos y creencias acerca del maltrato infantil
dificultan el avance en la resolución del problema, ya que
su deconstrucción resulta una tarea compleja para la
comunidad que los sostiene, haciéndose de esta manera
más difícil la generación de acciones
tendientes a modificar la situación de base. El maltrato
infantil aún hoy sigue siendo un problema que se genera en
el ámbito privado y que si bien ha pasado al ámbito
público, no se han tomado las decisiones adecuadas para
resolverlo.
Por otro lado, también, existe una serie de
limitaciones que influyen en la respuesta que el ámbito
educativo puede brindar al problema del maltrato infantil, y que
podrían salvarse teniendo en cuenta los siguientes
aspectos:
Se requiere una normativa más específica
para el abordaje del problema del maltrato infantil, indicando
claramente el papel que el sector escolar debe asumir.
Dicha normativa debe incluir especialmente la cobertura
de los aspectos relativos a la confidencialidad y el anonimato
cuando la situación así lo requiera.
Extender la formación y el entrenamiento
específico de todas las personas que se desempeñan
en las tareas educativas.
Determinar las responsabilidades de cada persona:
maestro o profesor,
director, maestros especiales, equipo de apoyo
escolar.
Contar con instrumentos adecuados para el relevamiento
de datos, protocolos para
los informes,
cuestionarios, entrevistas
para una primera detección y diagnóstico.
Orientar y apoyar a los docentes en
situaciones tan críticas que llevan a no presentar los
casos de malos tratos que detectan,
como temor a enfrentar a padres agresivos o
violentos;
inseguridad con respecto al respaldo del sistema
educativo;
dudas en la realización de un diagnóstico
adecuado;
temor a implicaciones legales;
desconocimiento de lo que ocurrirá cuando
presente su informe, etc.
Definición del maltrato
infantil
Es primordial determinar lo que entendemos por maltrato
infantil; es así que lo podemos definir como "cualquier
daño
físico o psicológico producido de forma no
accidental ocasionado por sus padres o cuidadores que ocurre como
resultado de acciones físicas, sexuales o emocionales de
acción
u omisión y que amenazan el desarrollo normal tanto
físico, psicológico y emocional del niño"
(Martínez y De Paul, 1993).
Definir y conceptuar la palabra maltrato es
difícil, eso lo tenemos claro, y este es en parte,
porque estamos tratando con conductas que caen dentro del
complejo campo de las relaciones personales y las que se suponen
deberían ser de afecto, respeto y
bienestar (Infante, 1997). Porque, también, estamos
hablando de diferentes clases de malos tratos, cada uno de los
cuales es distinto de los demás y, a su vez, presenta
características diferenciadas. Por ello, el maltrato puede
abordarse desde diferentes perspectivas:
Por su carácter y forma:
Maltrato físico
Maltrato emocional
Por su expresión o comportamiento:
Por acción (activo): cuando se lesiona al
niño física, psíquica y/o
sexualmente.
Por omisión (pasivo): cuando se dejan de atender
las necesidades básicas de los niños.
Por el ámbito de ocurrencia:
Familiar: se produce en el ámbito familiar
(padre, madre, hermanos, familia extensa: tíos,
abuelos…).
Extrafamiliar: se produce por personas que no forman
parten de la familia del
niño, por determinadas instituciones o por la misma
sociedad.
Factores de riesgo
PADRE/MADRE
Problemas psicopatológicos, depresión,
alcoholismo,
drogodependencias.
Falta de capacidad empática
Poca tolerancia al estrés
Estrategias de coping inadecuadas
TRABAJO
Desempleo
falta de dinero
autoestima
estrés marital
Insatisfacción laboral
Tensión en el trabajo
Crisis económica o energética
Alta movilidad social
Actitud hacia la violencia
Actitud hacia el castigo físico en la
educación
Actitud hacia la infancia
Actitud hacia la familia, la mujer, la
paternidad, maternidad
NIÑO
Prematuro
Bajo peso al nacer
Poco responsivo, apático
Temperamento difícil
Hiperactivo
INTERACCIÓN
MADRE-PADRE-NIÑO
Dasadaptada
Ciclo ascendente de conflicto y
agresión
VECINDAD
Aislamiento
Falta de soporte social
CONFLICTO MARITAL
Desajuste en la relación
Estrés permanente
Violencia y agresión
CLASE SOCIAL
Nº de miembros en la familia
Hijos no deseados
Como podemos observar, Belsky, desde una perspectiva
ecológica, propone que no nos podemos limitar a una sola
causa del maltrato infantil, sino que debemos contemplar
diferentes aspectos relacionados con el desarrollo del individuo en
cuanto a su historia personal, su
microsistema (características y relaciones familiares), su
exosistema (trabajo, clase social y
vecindad) y su macrosistema considerando las
características culturales. Por consiguiente, la respuesta
de abuso seria una consecuencia tanto de la propia historia de la
infancia de los padres, como de los valores y
prácticas de crianza infantil que caracterizan a la
sociedad o subcultura en la cual el individuo, la familia y la
comunidad se encuentran.
A continuación, vamos
a definir cada uno de los tipos de maltrato infantil
señalados, aludiendo a las distintas formas que
presentan, sus indicadores y
a los posibles efectos que pueden producir en los
niños:
Maltrato físico: comprende los actos
cometidos por padres o adultos cuidadores contra niños y
niñas que les generan lesiones físicas temporales o
permanentes; causados con diversos objetos (cinturones, cables de
luz, palos,
cigarrillos, diversas sustancias, etc.).
Maltrato emocional: que implica las actitudes de
indiferencia, insultos, ofensas, y/o desprecios, producidos por
los padre o adultos cuidadores y que los/as dañan en su
esfera emocional (generándoles sentimientos de
desvalorización, baja autoestima e
inseguridad
personal).
Abuso sexual: comprende las acciones
recíprocas entre un niño/a y un adulto, en los que
el niño/a está siendo usado para
gratificación sexual del adulto y frente a las cuales no
puede dar un consentimiento informado. Puede incluir desde la
exposición de los genitales por parte del
adulto hasta la violación del niño/a.
Abandono físico: comprendido por aquellas
situaciones de omisión producidas por los padres o adultos
cuidadores y en las cuales no se dio respuesta a las necesidades
básicas de niños y niñas
(alimentación, vestimenta, higiene,
protección, educación y cuidados sanitarios),
siendo que se podía haber respondido.
Abandono emocional: situaciones de omisión
producidos por los padres o los adultos cuidadores que implican
la no respuesta de los mismos a la satisfacción de las
necesidades emocionales básicas de niños y
niñas, habiéndose podido responder a las
mismas.
Maltrato prenatal: falta de cuidado, por
acción u omisión, del cuerpo de la futura madre o
el autosuministro de sustancias o drogas que, de
una manera consciente o inconsciente, perjudican al feto del que
es portadora.
Explotación laboral: situación
donde determinadas personas asignan al niño con
carácter obligatorio la realización continuada de
trabajos (domésticos o no) que exceden los límites de
lo habitual, que deberían ser realizados por adultos, y
que interfieren de manera clara en las actividades y necesidades
sociales y/o escolares del niño, y que son asignados al
niño con el objeto de obtener un beneficio
económico.
Mendicidad: actividades o acciones, llevada a
cabo por un menor, consistente en demandas o pedir dinero en la
vía pública (explotación de
menores).
Corrupción: conductas de los adultos que
impiden la normal integración social del niño y que
promueven pautas de conducta antisocial o desviada (como premiar
al niño por robar, alentar el consumo de
drogas y/o alcohol,
etc.).
Síndrome del bebé zarandeado: se
produce por una violenta sacudida del cuerpo del lactante con el
objeto de callar su llanto; se caracteriza por hemorragia
retiniana, hemorragia cerebral: hemorragia subdural o
subaracnoidea y ausencia de trauma craneal externo.
Síndrome de Münchhausen por poderes:
situaciones en el que el padre/ madre (principalmente) someten al
niño a continuos ingresos y
exámenes médicos, alegando síntomas
físicos patológicos, ficticios o generados de forma
activa por el padre /madre.
Maltrato institucional: cualquier
legislación, procedimiento,
actuación u omisión procedente de los poderes
públicos o bien derivados de la actuación
individual del profesional que comporte abuso, negligencia,
detrimento de la salud, la seguridad, el estado
emocional, el bienestar físico, la correcta
maduración o que viole los derechos básicos del
niño. En realidad, los protagonistas de este maltrato son
las personas responsables de la atención,
protección y educación del niño, así
como los responsables de los diferentes políticas
aplicables a la infancia.
Signos para sospechar maltrato infantil
EN EL NIÑO/A:
Muestra repentinos cambios en el comportamiento o en su
rendimiento habitual.
Presenta problemas físicos o médicos que
no reciben atención de sus padres.
Muestra problemas de aprendizaje que
no pueden atribuirse a causas físicas o
neurológicas.
Siempre esta "expectante", como preparado para que algo
malo ocurra.
Se evidencia que falta supervisión de los adultos.
Es sumamente hiperactivo o por el contrario
excesivamente responsable.
Llega temprano al colegio y se va tarde o no quiere irse
a su casa.
Falta en forma reiterada a la escuela.
EN LA FAMILIA:
Dan muestras de no preocuparse por el hijo; raramente
responden a los llamados de la escuela o al cuaderno de
citaciones.
Niegan que el niño tenga problemas, tanto en la
escuela como en el hogar, o por el contrario maldicen al
niño por su conducta.
Por su propia voluntad autorizan a que la maestra emplee
"mano dura" o incluso algún sacudón si su hijo se
porta mal.
Cuestionan todo lo que hace su hijo, se burlan o hablan
mal de él ante los maestros.
Demandan de su hijo un nivel de perfección
académica o un rendimiento físico que es
inalcanzable para el niño .
EN LOS PADRES E HIJOS:
Rara vez miran a la cara o tienen contacto físico
con otra persona.
Consideran que la relación con su hijo es
totalmente negativa.
Demuestran que casi nadie les cae bien.
Tienen una actitud
recíproca de permanente tensión.
SIGNOS DE ABUSO FÍSICO
Considere la posibilidad de maltrato físico en el
niño cuando estén presentes:
Quemaduras, mordeduras, fracturas, ojos morados, o
dolores en el niño que aparecen bruscamente y no tienen
una explicación convincente.
Hematomas u otras marcas evidentes
luego de haber faltado a clases.
Parece temerle a sus padres y protesta o llora cuando es
hora de dejar el colegio para ir a su casa.
Le teme al acercamiento o contacto de otros
mayores.
Nos dice que le han pegado en su casa.
Considere la posibilidad de abuso físico cuando
los padres o tutores:
Ante una lesión o traumatismo evidente en el
niño/a no brindan una explicación convincente o se
enojan ante la pregunta de lo ocurrido.
Frecuentemente se refieren a su hijo/a como "un demonio"
o en alguna otra manera despectiva.
Es frecuente ver que tratan al niño/a con
disciplina
física muy dura.
Sus padres tienen antecedentes de haber sido
niños maltratados o abandonados.
Existe el antecedente de que la madre a sido
golpeada.
Es frecuente que la madre del niño concurra con
algún moretón.
SIGNOS DE NEGLIGENCIA
Considere la posibilidad de negligencia o abandono
cuando el niño:
Falta frecuentemente a la escuela.
Pide o roba plata u otros objetos a compañeros de
escuela.
Tiene serios problemas dentales o visuales y no recibe
tratamiento acorde.
Es habitual que concurra a clases sucio, o con ropa
inadecuada para la estación, sin que la condición
de sus padres sea la de pobreza extrema.
Hay antecedentes de alcoholismo o consumo de drogas en
el niño o la familia.
El niño/a comenta que frecuentemente se queda
solo en casa o al cuidado de otro menor.
Considere la posibilidad de negligencia o abandono
cuando sus padres o mayores a cargo:
Se muestran indiferentes a lo que los docentes dicen del
niño/a.
Su comportamiento en relación al niño/a o
la institución es irracional.
Padecen de alcoholismo u otra dependencia.
Tienen una situación socio económica que
no explica el descuido en la higiene, el uso de vestimenta
inadecuada para la estación, o la imposibilidad de
solución de algunos de sus problemas de salud que presenta
el niño/a.
SIGNOS DE ABUSO
SEXUAL
Es necesario remarcar que el grado de afectación
o impacto sobre la niña/o depende de varios factores como
quien perpetró el abuso, la cronicidad del hecho, la
utilización de fuerza,
la
personalidad particular de la niña/o abusada/o, su
edad o sexo, etc. Es por ello que la niña/o abusada/o
puede responder de variadas formas. Teniendo en cuenta ello,
considere la posibilidad de abuso sexual cuando el
niño/a:
Tiene dificultades para sentarse o caminar.
Repentinamente no quiere hacer ejercicios
físicos.
Demuestra comportamientos o conocimientos sexuales
inusuales o sofisticados para la edad.
Tiene o simula tener actividad sexual con otros
compañeros menores o de la misma edad.
Queda embarazada o contrae enfermedades de
transmisión sexual antes de los 14 años.
Hay antecedentes de haber huido de la casa.
Dice que fue objeto de abuso sexual por parte de
parientes o personas a su cuidado.
Considere la posibilidad de abuso sexual cuando los
padres o tutores:
Son extremadamente protectores del
niño/a.
Limitan al extremo el contacto de su hijo/a con otros
niños, en especial si son del sexo opuesto.
Ninguno de estos signos por si
solo demuestra o prueba que el maltrato físico esta
presente en la casa de este niño. Alguno de estos signos
suelen hallarse en algún momento, en algún
niño o familiar. Cuando los mismos aparecen en forma
repetida o se combinan entre sí, es necesario que el
docente considere la posibilidad que este niño este
sufriendo algún tipo de maltrato e intente algún
acercamiento más intimo con él y su
situación.
SIGNOS DE MALTRATO EMOCIONAL
Considere la posibilidad de maltrato emocional cuando el
niño/a:
Muestra comportamientos extremos, algunas veces una
conducta que requiere llamados de atención y otras
pasividad extrema.
Asume tanto roles o actitudes de "adulto", como por
ejemplo cuidar de otros niños, como otras demasiado
infantiles para su edad.
Muestra un desarrollo físico o emocional
retrasado.
Ha tenido intentos de suicidio.
Considere la posibilidad de maltrato emocional cuando
sus padres o tutores:
Constantemente menosprecian, o culpan al
niño/a.
No les importa lo que pasa o les dicen los maestros
acerca del niño, o se niegan a considerar la ayuda que le
ofrecen para superar los problemas del niño en la
escuela.
Abiertamente rechazan al niño/a.
Consecuencias del maltrato infantil
Cuando una persona fue maltratada durante la infancia,
en su vida de adulto persisten las consecuencias de esos malos
tratos. Entre los efectos de las experiencias vividas se incluyen
normalmente algunos de los siguientes:
Baja autoestima.
Acciones violentas o destructivas.
Consumo excesivo de drogas o alcohol.
Matrimonios conflictivos.
Problemas en la crianza de sus hijos.
Problemas en el
trabajo.
Pensamientos de suicidio.
Desarreglos alimentarios.
Problemas sexuales.
Problemas de sueños.
Depresión.
Ansiedad generalizada.
Muchos de los adultos que se enfrentan a estos problemas
no saben que la causa de estos puede ser el trato que sufrieron
en la infancia. Algunos han quedado bloqueados y no recuerdan las
situaciones de malos tratos, otros sí la recuerdan pero,
sin embargo, no admiten su existencia ni las consecuencias que
tienen todavía en sus vidas.
"A la pregunta de mis estudiantes: ¿por
qué se produce el maltrato?, la respuesta que suelo dar es por
la incapacidad de comunicarse adecuadamente. En nuestra sociedad
se "habla a golpes", en vez de conversar y entender las
necesidades, capacidades y potencialidades de los
otros".
La escuela, por el rol fundamental e indelegable que
desempeña en la vida infantil, es el lugar privilegiado
para promover la defensa y la vigencia de los derechos de la
infancia, como así también para detectar su posible
vulneración . El papel de la escuela en relación
con la detección del maltrato infantil se considera
fundamental ya que podría permitir un abordaje precoz que
favoreciera una evaluación
de la situación y de los daños que ella implica,
posibilitando un trabajo que podría modificar la
situación del maltrato.
Silvia Salomone
Maestra de Educación Común.
Florida – Uruguay