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Buscando un escenario ambiental adecuado




Enviado por cristianfrers



    1. La continuidad de la
      economía de mercado
    2. El
      postmodernismo
    3. Un camino
      nuevo

    Introducción

    La actual problemática ambiental y las
    perspectivas de un desarrollo
    sustentable implican el reconocimiento de las complejas
    interrelaciones entre el sistema
    socioeconómico  y los sistemas
    naturales. En este marco la economía
    ecológica trata de superar los limitados contextos de la
    economía o ecología
    convencionales proponiendo la integración entre economía y
    ecología con las ciencias
    sociales y  disciplinas relacionadas, como un nuevo
    campo interdisciplinario del conocimiento
    para la gestión
    de la sustentabilidad.

    El tiempo de los
    procesos
    ecológicos son más largos que el tiempo de los
    procesos sociales y económicos que necesitan los seres
    humanos, puesto que la regeneración de un bosque puede
    demorar 75 años o más, el tiempo necesario para
    evaluar los impactos de las inversiones,
    muchas veces, no exceden de los cinco o diez
    años.

    Es sabido que el estado del
    ambiente esta
    relacionada con la dinámica propia de los sistemas ambientales
    y de la influencia que éstos reciben, ya sean atribuibles
    a las actividades humanas como las que se originan en cambios
    ambientales externos –clima, lluvias,
    inundaciones, movimientos telúricos-.

    Debido a estos argumentos, no es demasiado útil
    describir escenarios únicamente ambientales que se
    encuentren desconectados de las modificaciones económicas
    y sociales que ejercen su influencia sobre el mismo.

    Por otro lado debemos entender que las prioridades
    científico-tecnológicas basadas en la
    sostenibilidad ambiental van a depender, con seguridad, de la
    situación económica y social del municipio,
    región y país.

    Hay que entender que existen fuerzas impulsoras externas
    y globales que influyen en los destinos de los países,
    entre las cuales caben destacarse:

    -Gobernabilidades: Se puede observar una
    tendencia hacia la
    globalización y concentración de la
    economía y poder militar
    bajo un orden internacional autoritario, con conflictos
    internacionales crecientes y avance de movimientos terroristas,
    por otro lado, se puede ver una estructura de
    poder mejor distribuida teniendo en cuenta agrupaciones
    regionales y países que mantienen un clima internacional
    de cooperación.

    -Económicas: Demanda
    internacional, globalización, primacía de las
    economías del conocimiento, flujos de inversión.

    -Sociales: Tendencias a incrementar la
    desigualdad o tendencias a la convergencia en condiciones de vida
    entre los países.

    -Culturales: Despliegue de la ética de
    la solidaridad y la
    diversidad cultural, o bien, homogeneización cultural con
    expansión de la ética individualista y
    consumista.-Tecnológicas: Nuevas fuentes de
    energía, biotecnología, desarrollo
    informático, entre otras.

    Ambientales: Evolución del cambio
    climático global y los efectos potenciales sobre la
    diversidad biológica, los ciclos ecológicos, los
    sistemas agrarios, los recursos
    fluviales, las enfermedades, el acceso al
    agua, la
    seguridad alimentaría mundial.

    Teniendo en cuenta estas reglas, se pueden encontrar
    tres macroescenarios que representan alternativas de futuro para
    la Argentina y el resto del planeta en el cual vivimos. En todos
    los casos se tienen en cuenta despliegues posibles a partir de la
    situación actual, en un plazo no mayor de 20 a 30
    años.

    La continuidad de la economía de
    mercado

    Los fenómenos internacionales y la
    globalización contribuyen a afectar la gobernabilidad y la
    economía de los países. Se puede mencionar a la
    globalización económica, la
    volatilidad financiera internacional, los rápidos
    movimientos científicos-tecnológicos en los
    países industrializados, los cambios ambientales
    –clima, dispersión de patógenos y
    enfermedades-, el aumento de conflictos ante el crecimiento de
    las desigualdades entre los países desarrollados y los
    países subdesarrollados, el terrorismo y
    las acciones-reacciones de las grandes potencias. Los
    cambios climáticos se combinan con la ineficacia de las
    medidas de regulación, prevención y planificación, potenciando la frecuencia y
    magnitud de los desastres
    naturales.

    Los factores de gobernabilidad, económicos y
    tecnológicos, combinados con una significativa obsolenscia
    tecnológica resultan, en un plazo largo, en un crecimiento
    pobre de la economía. Así es aunque haya
    períodos de rápido crecimiento en el corto plazo,
    aprovechando las coyunturas internacionales y los períodos
    de credibilidad sociopolítica. Por otro lado, la
    combinación de hechos económicos y las tensiones
    sociales, así como la pelea entre intereses
    públicos y privados, dan origen a patrones de desempleo
    cíclico, que bajan en los períodos vacas gordas o
    rápida expansión económica y sube en los
    períodos de vacas flacas o estancamiento.

    Todo lo expresado tiene un grave efecto ambiental. Puede
    traducirse en la ineficiente explotación de los recursos
    naturales, basadas principalmente en la obsolenscencia
    tecnológica y las visiones miopes a corto
    plato.

    Se tiende a hacer un manejo de extracción de los
    minerales,
    bosques y recursos ictícolas, abandonando las áreas
    a medida que se las sobre-explota y transportando los capitales a
    otros ramos más rentables.

    Las tecnologías son aplicadas independientemente
    de su provecho hacia las condiciones ecológicas o sociales
    locales, aumentando la tasa de deforestación y haciendo colapsar
    poblaciones de peces de mayor
    valor
    comercial. Como contramedida, los esfuerzos se concentran sobre
    especies alternativas, en un proceso de
    reducción de capturas en calidad y
    volumen. La
    desertificación de los suelos
    agrícolas, bajo una racionalidad económica que
    privilegia el mayor beneficio en el corto plazo.

    En esta situación, los instrumentos regulatorios
    y económicos para mantener el status ambiental resultan
    poco respetados, erráticos e insuficientes. La calidad
    ambiental se recupera parcialmente, durante los períodos
    de vacas flacas o estancamiento económico. Sin embargo,
    algunos recursos se continúan deteriorando durante este
    período, porque los sectores más empobrecidos los
    extraen para poder sobrevivir.

    La contaminación del aire y de los cursos del
    agua continúa, asociada a la disminuida capacidad
    reguladora del Estado y a la
    reducción de inversiones de las empresas que
    proveen servicios
    sanitarios y agua
    potable.

    El deterioro en los servicios es asimétrico,
    afectando en un mayor porcentaje la calidad de
    vida de las zonas habitadas por los sectores de menores
    ingresos, que
    generan escasa rentabilidad
    para las empresas que dan servicios.

    La contaminación de origen industrial
    continúa aumentando en un contexto de tensiones entre el
    Estado y el sector privado, con poca capacidad estatal para
    magnificar los controles.

    En este escenario las principales fuerzas impulsoras se
    definen de la siguiente manera:

    -Gobernabilidad: Continúan las tensiones y
    protestas sociales, medidas oficiales de coyuntura, y tensiones
    sociales entre el Estado y el sector privado en relación
    con la distribución de costos y
    beneficios.

    -Económicas: Existe una predominancia de
    ciclos de crecimiento seguidos por otros de estancamiento,
    fabricados por factores internos u externos, y fuertes cambios de
    políticas económicas. Así
    mismo, el corto plazo predominante en regulaciones e inversiones
    contribuye a aumentar la ineficiencia generalizada de la
    economía en el largo plazo.

    -Sociales: La tendencia histórica a la
    desigualdad entre los sectores empobrecidos y pudientes
    continúa aumentando, a pesar de los intentos a medio
    terminar de la redistribución.

    -Culturales: La corrupción
    no es controlada efectivamente y la desconfianza de los
    ciudadanos en las personas e instituciones
    es generalizada.

    Tecnológicas: Con sectores modernos y
    tradicionalmente desconectados entre sí, predomina la
    difusión tecnológica heterogénea e
    incompleta.

    -Ambientales: Predomina la falta de control y
    vigilancia sobre los impactos ambientales de las actividades de
    los seres humanos, llevando a la sobreexplotación de los
    servicios y recursos ambientales.

    El
    postmodernismo

    La apertura al comercio
    internacional, el estímulo a la exportaciones, la
    importación de tecnologías y la
    difusión tecnológica teniendo en cuenta la base
    científico-técnica ya instalada, da origen a un
    salto en la productividad de
    los sectores exportadores, pero la producción para el consumo
    interno de cada país se queda atrás. Provocando la
    implementación de una economía con dos sectores.
    Esta dualidad, dentro de un contexto de una franca subsidiaridad
    del Estado frente a las empresas, en un contexto de desigualdad
    social preexistente y una sensación cultural
    individualista, contaminada por la corrupción y la competitividad, agrava las diferencias en la
    distribución de los beneficios del crecimiento
    económico.

    El empleo crece
    en algunos sectores, sin embargo, el empleo neto total avanza a
    cuenta gotas. La difusión tecnológica contribuye a
    aumentar el desempleo estructural. Esto provoca un aumento de las
    tensiones sociales, que tiende a instalar un sistema autoritario,
    aunque formalmente democrático, para mantenerlas bajo
    control

    El crecimiento de la economía resulta en una
    reducción de la pobreza y en
    un aumento del consumo total. Este aumento del consumo sumado a
    la débil regulación de las actividades producto de la
    subsidiaridad del Estado y sumado a las altas tasas de
    crecimiento de la economía, originan la
    sobre-explotación de los recursos naturales y el
    desaprovechamiento de los recursos no aprovechados por las
    empresas exportadoras.

    Las presiones de la tendencia exportista resultan en la
    tala de bosques y en un avance sobre la masa forestal de menor
    cuantía, a medida que se llevan a la extinción las
    de mejor calidad, debido a su manejo insostenible.

    El esfuerzo de la pesca
    marítima, efectuado por grandes empresas nacionales y
    multinacionales, sigue creciendo, a pesar que los retornos
    muestran tendencias en disminución. Colapsan varias de las
    pesquerías más explotadas y el esfuerzo pesquero se
    vuelca poco a poco a las especies de menor valor comercial,
    provocando un cambio estructural en las comunidades
    biológicas de la costa.

    La contaminación industrial y la urbana
    continúa aumentando, con excepción de aquellas que
    afectan directamente a las exportaciones. Ya sea, por la
    sensibilidad de los mercados externos
    o por la vigencia de tratados
    internacionales.

    Este avanzado deterioro ambiental empieza a mostrar
    repercusiones: por un lado, la
    contaminación afecta la salud y otros aspectos de la
    calidad de vida de los sectores de mayores ingresos, lo que, dada
    su influencia en la sociedad,
    origina una reacción del sector privado y a su vez del
    público. Por otro lado, los recursos naturales que son
    sobre-explotados empiezan a disminuir afectando el volumen y la
    calidad de las exportaciones. Como consecuencia de estos factores
    se adoptan medidas para aumentar la sostenibilidad de los
    recursos naturales exportables, al mismo tiempo se intenta
    reducir la degradación y contaminación ambiental. Estas acciones no
    alcanzan a ir más allá de acciones mitigadoras, que
    no logran generar transformaciones profundas ni soluciones a
    largo plazo.

    Para fines del período, la economía es
    pujante, con un moderado grado de degradación ambiental,
    se ha originado una sociedad dual con un sector pudiente y una
    mayoría empobrecida.

    Las fuerzas impulsoras que están detrás de
    este escenario son:

    Gobernabilidad: El Estado se vuelve subsidiario y
    se reduce fuertemente. Se evidencia un predominio del mercado y del
    poder del sector privado nacional y particularmente
    transnacional.

    Económicas: Una política de fomento a
    la producción agropecuaria e industrial dirigidas al
    mercado externo con una amplia apertura económica al
    proceso de globalización.

    Sociales: Continúan las tendencias
    históricas de desigualdad.

    Culturales: Una ética consumista e
    individualista empieza a preponderar.

    Tecnológicas: Rápida
    difusión tecnológica, particularmente concentrada
    en los sectores ligados a los servicios no importables y a las
    exportaciones.

    Ambientales: Se mantiene la falta de control
    sobre las secuelas ambientales del consumo y la
    producción. Degradación ambiental.

    Un
    camino nuevo

    Este escenario se hace posible gracias a la voluntad
    generalizada de repensar los países. Se instala una
    sólida economía con un fuerte componente de
    conocimientos. Se recuperan los principales recursos ambiental,
    la calidad de vida de la población aumenta, se aprovecha mejor la
    fuerza de
    trabajo
    relativamente educada y capacitada, se alcanzan niveles
    razonables de equidad y
    autonomía social y la gobernabilidad y autonomía
    nacionales se mantienen en niveles superiores a los
    históricos.

    El contexto internacional resulta favorable en este
    escenario, con una reactivación de esfuerzos de
    cooperación para el desarrollo y con acuerdos binacionales
    y multinacionales de tipo tecnológico y comercial. La
    percepción de la gravedad de los problemas
    ambientales disparan esfuerzos globales mancomunados para
    afrontar los problemas.

    Todo esto se genera como secuela de repetidas
    frustraciones sociales, una renovación de la clase
    política y una respuesta ciudadana participativa al
    descontento generalizado.

    En una primera fase: Las medidas económicas
    adoptadas, combinadas con el estímulo al desarrollo
    científico-tecnológico focalizado en áreas
    críticas de la producción, con tareas de desarrollo
    de mercados y el apoyo de la pequeña y mediana empresa rural y
    urbana origina la consolidación de una incipiente
    economía del conocimiento.

    En una segunda fase: El desarrollo productivo y
    tecnológico lleva a una diversificación y aumento
    de la eficiencia. Se
    afianzan nuevas líneas de producción y exportación de productos
    manufacturados de alto valor agregado, basados en servicios y
    recursos ambientales.

    Por su parte, el reinicio del crecimiento
    económico al principio del período conducen a un
    aumento del empleo. Este se incentiva a medida que crece la
    economía y contribuye a una disminución de las
    desigualdades.

    La situación ambiental se modifica hacia lo
    positivo gracias a las políticas de protección, la
    acción
    del estado nacional y los gobiernos locales, y las presiones de
    la sociedad civil.
    La aplicación inicial de controles relativamente caros de
    las emisiones y desechos contaminantes, evolucionan poco a poco.
    Se llega a la reestructuración de los procesos productivos
    completos, buscando una mayor eficiencia en el uso de los insumos
    y disminuyendo fuertemente los desechos finales.
    Conformándose una estrategia mucho
    más económica a largo plazo.

    La políticas de uso sostenido de los recursos,
    junto a su revalorización económica y la de los
    servicios ecológicos lleva a que se empiecen a valorar y
    utilizar una serie de recursos adicionales a los utilizados
    tradicionalmente.

    Las fuerzas impulsoras que dinamizan este escenario
    son:

    Gobernabilidad: El gobierno
    fortalece los vínculos con la sociedad civil y el sector
    privado, con acuerdos de gobernabilidad que implican una
    recuperación del rol regulador del Estado. El país
    busca activamente la cooperación regional e internacional.
    Se implementan fuertes políticas
    anticorrupción.

    Económicas: Se redefine la apertura del
    país al comercio
    internacional, haciéndose más selectiva y buscando
    incrementar los grados de libertad de la
    nación
    en los tratados
    comerciales regionales e internacionales.

    Sociales: Se implementan gradualmente
    políticas redistributivas y de protección social.
    Se establece un compromiso político interpartidario e
    intersectorial para un aumento sostenido de la inversión
    en educación
    y en ciencia y
    tecnología.

    Culturales: Como una reacción a la
    corrupción y de la desesperanza de otras épocas,
    comienza a afianzarse gradualmente una ética de
    solidaridad social y una reconsideración del consumismo
    como sucedáneo de la calidad de vida.

    Tecnológicas: Se establecen
    políticas de largo plazo de fomento a la innovación y difusión
    tecnológicas, dirigidas por un lado a los servicios y
    productos de exportación, y por otro a satisfacer el
    mercado interno y las necesidades sociales.

    Ambientales: Se establecen e implementan
    políticas de protección de los ecosistemas y
    funciones
    ecológicas prioritarias. Se establecen normativas claras
    de control de la contaminación.

    El desafío de un modelo de
    desarrollo que pretenda integrar y armonizar lo económico,
    lo social y lo ambiental requiere de estructuras de
    gobierno aptas para abordar tal complejidad, a la vez que una
    activa participación ciudadana. Entre otros componentes,
    la construcción de una democracia
    participativa requiere, por un lado, de un soporte
    jurídico e institucional, y por el otro,  de una
    sociedad civil activa, cuyo nivel de compromiso no se mida por el
    rating de la
    televisión sino por el ejercicio efectivo de sus
    derechos.

    Por esta razón, es necesario revalorizar el papel
    político y la función de
    incidencia que tienen la sociedad civil. Es claro que el
    desarrollo del marco institucional condiciona las posibilidades y
    las modalidades de participación pública, tanto en
    temas ambientales como en otras áreas de interés
    público; sin embargo, la ampliación de esas
    oportunidades en Argentina, y en América
    Latina en general, depende, en parte, del papel que asuman
    las organizaciones de
    la sociedad civil.

    Por supuesto que en el ámbito ambiental existen
    otros escenarios posibles, e infinitas combinaciones y variantes
    entre estas posiciones, pero las que se han nombrado representan
    alternativas posibles, en cierto sentido,
    arquetípicas.

    Cristian Frers

    Tte. Gral. Juan D. Peron 2049 7mo. "55".

    (C1040AAE) Ciudad Autónoma de Buenos
    Aires.

    República Argentina.

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