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Prevalencia, pronóstico y tratamiento de la fibrilación auricular en la disfunción ventricular




Enviado por lrsf



    Hospital Hermanos
    Ameijeiras
    .

    1. Resumen
    2. Prevalencia de la FA en la
      IC
    3. Pronóstico de la FA en
      la IC
    4. Tratamiento de la FA en
      pacientes con IC

    Resumen.

    La fibrilación auricular ( FA) es la arritmia
    más frecuente en la práctica clínica,
    aumenta con la edad y se asocia frecuentemente con la
    insuficiencia cardiaca ( IC). Esta condición puede ser la
    causa o la consecuencia de la misma. Los estudios sobre el
    pronóstico de la FA en la IC son variables,
    aunque algunos sugieren que la FA no afecta la mortalidad, los
    más grandes y recientes trabajos apuntan a que la FA en
    pacientes con disfunción del ventrículo izquierdo
    (VI) es un factor de riesgo
    independiente sobre la misma. Dos estrategias se
    desarrollan para el tratamiento de la FA: el control del ritmo
    y el control de la frecuencia cardiaca (FC), ambas estrategias
    tienen sus ventajas y desventajas en pacientes con mala función
    ventricular. Parece que la amiodarona y el dofetilide son
    las drogas de
    elección para el tratamiento de ambas condiciones y se
    puede controlar la FC también con la digoxina y los
    B-Bloqueadores del tipo carvedilol, los antiarrítmicos del
    la clase I y el
    sotalol deben ser evitados ya que se ha demostrado que aumenta la
    mortalidad. Otras opciones terapéuticas no
    farmacológicas son la ablación con catéter
    en la desembocadura de las venas pulmonares lo cual no ha sido
    exitoso en los casos de IC y la ablación del nodo AV con
    la colocación de un marcapaso cuando no se pueda controlar
    la frecuencia ventricular.

    Prevalencia de
    la FA en la IC.

    La FA y la IC se presentan cada una por si solas en el
    1- 2% de la población general y su prevalencia se
    incrementa con la edad. Ambas condiciones pueden ser causa y
    consecuencia de ellas mismas. Esta es la arritmia más
    común en la práctica clínica, responsable
    del 35% de todas las arritmias. Afecta a mas del 5% de las
    personas mayores a 65 años.(1-3) y en la década
    pasada se duplicó el número de descargas
    eléctricas por dicha arritmia.(4)

    La IC afecta el 50% de los pacientes con FA,(7) mientras
    que la prevalencia de la FA se incrementa con la severidad de la
    IC. (6-9)

    Recientes datos del estudio
    Framiingham (13) indican que la IC duplica 4.5 a 5.9 el riesgo de
    tener una FA para hombres y mujeres respectivamente.

    En el siguiente gráfico observamos como los
    estudios SOLVD (6), DIAMOND-CHF (9), CHF-STAT (14) y CONSENSUS
    (8), muestran como a medida que empeora la clase funcional
    según la NYHA aumenta la prevalencia de la FA. No todos
    los estudios sobre IC muestran la prevalencia de la
    FA.

    Ilustración 1. PREVALENCIA (%) DE LA FA EN
    PACIENTES CON IC

    Pronóstico de la FA en la
    IC.

    En la población general el riesgo de mortalidad
    asociada a la FA está bien documentado, (17) mientras que
    el impacto de la misma en pacientes con disfunción del VI
    es menos claro y con estudios controversiales. Un incremento del
    riesgo de muerte se ha
    encontrado en pacientes con FA e infarto del
    miocardio reciente. (18-22)

    En viejos y pequeños estudios de pacientes con
    IC, la FA ha sido relacionada con efectos adversos, (23,24) con
    efectos insignificantes (25-30) y con efectos beneficiosos. (31)
    Sin embargo, en la década pasada un número de
    grandes trabajos en pacientes con IC fue extendido a nuestros
    conocimientos en el campo de evaluar el impacto de la FA en la
    mortalidad.

    Dos estudios reportaron el no incremento de la
    mortalidad, (16,32) mientras tres muestran que la FA puede ser un
    factor de riesgo independiente para la misma.
    (15,33-35)

    El análisis de Carson y colaboradores (41) en
    el estudio V-HeFT, (Vasodilatador in Herat Failure Trials) indica
    que la FA no incrementa la morbilidad y la mortalidad, sin
    embargo este estudio retrospectivo se realizo en pacientes con IC
    de ligera a moderada, y los pacientes con FA en el estudio V-HeFT
    II tuvieron la fracción de eyección (FE) del VI
    significativamente alta con relación aquellos sin
    FA.

    Más recientemente Crijns y colaboradores (16)
    examinaron 409 pacientes del estudio PRIME II con IC moderada o
    severa, comparando pacientes con ritmo sinusal (n=325) y con FA
    (n=84). La mortalidad global fue mas alta en pacientes con FA
    (60%) que en aquellos con ritmo sinusal (47%); (p = 0.04).
    Después de ajustada diferentes variables, la presencia de
    FA no se relacionó grandemente al incremento de la
    mortalidad.

    Middlekauff y col. (35) evaluó la relación
    de la FA sobre la supervivencia global y muerte súbita en
    390 pacientes con IC avanzada y mostró que la
    supervivencia al año fue peor para la FA que para los
    pacientes con ritmo sinusal (52% vs 71% ; p = 0.001).

    Un retrospectivo análisis (34) del SOLVD muestra que
    pacientes con FA basal tuvieron mayor mortalidad por todas las
    causas (34% vs 23%; p < 0.001), muerte debido a fallo de bomba
    (16% vs. 9.4%; p < 0.001) y como punto final tuvieron mayor
    cantidad de muerte y hospitalización por IC (45% vs. 33%;
    p < 0.001) en relación con los que no la
    tenían.

    En análisis multivariables, la FA permanece
    asociada significativamente con todas las causas de mortalidad
    (riesgo relativo [RR], 1.34; 95% de intervalo de confianza, 1.12-
    1.62; p=0.002).

    En el DIG trial (15) 866 pacientes (11.1%) desarrollaron
    taquicardia supraventriculares, y los mismos se asociaron a alto
    riesgo de mortalidad total (RR, 2.45 ; p=0.0001) y ataques
    cardiacos ( RR, 2.37; p=0.0001).

    Finalmente Wyse y col. (36) en el estudio AVID, indica
    que la FA fue un factor de riesgo independiente (p=0.019) para el
    incremento de la mortalidad en los 2848 pacientes estudiados (718
    con FA).

    En la tabla 1 y 2 mostramos las características
    de los trabajos anteriormente explicados y los mismos sugieren
    que la FA es de importancia pronostica en pacientes con menos
    síntomas severos en los estudios poblacionales, mientras
    que en los estudios randomizados los pacientes con clase
    funcional III-IV no son afectados adversamente por la FA. Datos
    originados de estudios randomizados pueden resultar en potentes
    perjuicios

    En resumen, los estudios sobre el riesgo de la FA en la
    IC son altamente variables. Aunque algunos estudios sugieren que
    la FA no afecta la mortalidad, los mas grandes y recientes
    trabajos apuntan que la FA en pacientes con IC es un factor de
    riesgo independiente sobre la mortalidad

      

    Tratamiento de la FA en pacientes con
    IC.

    El objetivo en el
    tratamiento de la FA con disfunción del VI es el alivio de
    los síntomas de la IC, mejorar la hemodinámica y la
    capacidad funcional, así como reducir el riesgo de
    mortalidad, incluyendo el riesgo de embolismo.

    En esta revisión no trataremos el asunto del
    embolismo, pero se sabe que la IC es un riesgo adicional de
    tromboembolismo en combinación con la FA y por tanto todos
    los pacientes que tengan esta asociación tienen criterio
    de anticoagulación de por si . (12)

    Para el tratamiento de los síntomas de esta
    arritmia tenemos dos opciones:

    1. Control del ritmo. Cardioversión a ritmo
      sinusal y mantener el mismo por el mayor tiempo
      posible con la ayuda de drogas
      antiarrítmicas.
    2. Control de la frecuencia cardiaca. Reducir la
      respuesta ventricular a una frecuencia cardiaca aceptable
      durante el reposo y el ejercicio que cause alivio o
      reducción de los síntomas, sin intentar la
      cardioversión a ritmo sinusal.

    Es posible conseguir nuestro objetivo con cualquiera de
    las dos estrategias de tratamiento.

    Algunos estudios (37) muestran que la
    cardioversión a ritmo sinusal y el uso de drogas
    antiarrítmicas frecuentemente resulta en un mejoramiento
    de la función cardiaca en pacientes con función
    ventricular reducida. Recientemente se demostró que la
    cardioversión a ritmo sinusal y el mantenimiento
    de este con bajas dosis de amiodarona mejora la tolerancia al
    ejercicio , (38) pero estos requieren significativamente mas
    hospitalización.

    Simultáneamente el control de la frecuencia
    cardiaca con B-bloqueadores y digoxina mejora el funcionamiento
    cardiaco y controla adecuadamente la frecuencia cardiaca.
    (39)

    Sin embargo ambas estrategias tienen desventajas y esto
    está actualmente ignorado, por tanto hay que escoger la
    más adecuada con tal de mejorar el resultado final del
    paciente.

    La desventaja de controlar el ritmo es que incluye
    numerosas cardioversiones eléctricas con corriente
    continua y tratamientos antiarrítmicos
    prolongados.

    El tratamiento antiarrítmico lleva a riesgo de
    efectos adversos cardiacos y extracardiacos. Todos los
    antiarrítmicos disponibles tienen el potencial de inducir
    serias arritmias ventriculares, y los efectos
    proarrítmicos llevan a un probado riesgo de muerte. En
    pacientes con IC, particularmente los antiarrítmicos de la
    clase I deben ser evitados. Largos periodos usando agentes de la
    clase I para el control de la FA ha sido seriamente cuestionado
    porque estudios retrospectivos (10,11) sugieren que incrementan
    la mortalidad.

    En el estudio SPAF, Flaker y colaboradores (10) reportan
    que los pacientes con IC tratados con
    drogas antiarrítmicas tienen un riesgo relativo de muerte
    cardiaca de 4.7 comparados con pacientes que no son tratados con
    antiarrítmicos. Pacientes sin historia de IC no
    incrementan el riesgo de mortalidad cardiaca durante la terapia
    antiarrítmica.

    La amiodarona parece ser efectiva en mantener el ritmo
    sinusal, (40) aunque estudios controlados están ausentes
    en pacientes con IC. Una ventaja atractiva de la amiodarona es
    que esta tiene la frecuencia mas baja de efectos
    proarrítmicos en comparación con otros agentes (41)
    y solo la amiodarona ha sido reportada en tener un impacto
    beneficioso sobre la sobreviva de los pacientes.
    (42,43)

    En un análisis combinado (42) de 13 estudios
    controlados (6553 pacientes con fracción de
    eyección aproximada de 31%) tuvieron una reducción
    de la mortalidad estadísticamente significativa con
    amiodarona (reducción del 13%; p=0.03) y fue altamente
    significativa (29%; p=0.003) la reducción de muerte por
    arritmia. La desventaja de este medicamento es el serio potencial
    efecto colateral extracardiaco, lo cual demanda un
    control frecuente de los pacientes.

    El los últimos años el dofetilide aparece
    como nueva droga efectiva
    en pacientes con FA asociada a disfunción del VI. El
    estudio DIAMOND-CHF (9,46) diseñado para evaluar la
    eficacia y
    seguridad de la
    misma en pacientes con IC que tuvieron un infarto del miocardio
    reciente demuestra la efectividad de este medicamento.

    La eficacia del dofetilide en restituir el ritmo sinusal
    en estos pacientes con FA fue sorprendentemente buena. De 391
    pacientes con FA el 12% de los tratados con dofetilide tuvieron
    conversión a ritmo sinusal comparados con el 1% de los
    tratados con placebo en el primer mes. Después del
    año, un total de 44% de los pacientes tratados con esta
    droga tuvieron conversión a ritmo sinusal sin
    cardioversión eléctrica con relación al 13%
    de los que recibieron placebo. El dofetilide fue también
    efectivo en mantener el ritmo después de la
    cardioversión, los pacientes que tenían ritmo
    sinusal al inicio de este estudio randomizado tuvieron menos
    incidencia de FA y se observó alivio de los
    síntomas de la IC no explicados por la prevención
    de la FA sin un beneficio sobre la mortalidad.

    El estudio DIAMON-CHF plantea que el dofetilide puede
    ser usado con seguridad para convertir la FA en ritmo sinusal en
    pacientes con IC, también sirve para mantener el ritmo
    sinusal después de la cardioversión
    eléctrica, medicamentosa o espontánea, así
    como para controlar la frecuencia ventricular de la FA. Sin
    embargo, puede ocasionar en el 3.3% de los casos
    prolongación del QT, TV polimórfica y torsada de
    point, y está contraindicada en la insuficiencia
    renal ya que se elimina por los
    riñones.(47)

    Otras drogas usadas en tratamiento de la FA son los
    B-bloqueadores, es conocido el beneficio de los B-bloqueadores
    para controlar la respuesta ventricular en la FA, el estudio
    SWORD (48) mostró un incremento de la mortalidad con el
    uso del sotalol. Sin embargo, en el estudio COPERNICUS (49) el
    carvedidol redujo la mortalidad en un 35% (p=0,0013) en pacientes
    con IC grado IV. Un análisis retrospectivo de José
    y col. (50) donde se estudiaron 336 pacientes con FA e IC , 184
    usaron carvedilol y 152 con placebo, encontraron una
    mejoría del 10% de la FE en el grupo que
    recibió carvedidol con relación al 3% en los que
    recibieron placebo. También el número de muerte y
    hospitalización fue menor en los que recibieron carvedidol
    con relación al placebo (7% vs 19%). Por lo tanto, el
    bloqueo B en el contexto de la IC grave tiene una profunda
    importancia terapéutica. En la IC asociada a la FA
    está por determinar si el bloqueo B inducirá tal
    efecto sobre la mortalidad.

    La desventaja de controlar solamente la frecuencia
    cardiaca es que aunque el control de la frecuencia ventricular
    como primera estrategia de
    tratamiento en la FA está extensamente usada en la
    práctica médica, la optima y adecuada frecuencia
    para la FA está indefinida y una evaluación
    a largo plazo del control de la misma por las drogas comunes no
    ha sido investigado sistemáticamente. (44,45)
    También largo tiempo de anticoagulación es
    obligatorio en los pacientes en que solo se controla la
    frecuencia cardiaca.

    Una comparación entre el control del ritmo y el
    control de la frecuencia cardiaca en pacientes con FA e IC no ha
    sido bien estudiada, futuros estudios compararán ambas
    estrategias

    El AF-CHF trial es un estudio que se encuentra en marcha
    y debe concluir en el 2005, el mismo es randomizado,
    multicéntrico (100 centros de Canadá, EUA y
    Europa), en
    1450 pacientes con IC e historia significativa de FA, para
    comparar el control del ritmo usando cardioversión
    eléctrica y amiodarona primaria o controlar la frecuencia
    con digoxina y beta- bloqueadores, y donde el punto final
    será la mortalidad cardiovascular.

    Dentro de otros métodos
    terapéuticos no farmacológicos para la FA
    está la ablación por radiofrecuencia con
    catéter. Cuando el origen de la FA puede ser localizado,
    generalmente en el ostium de las venas pulmonares se puede
    realizar la ablación de dicho foco, pudiendo evitar la
    recurrencia hasta en un 90% de los casos.

    De este modo la ablación por catéter
    electrodo puede hacerse una rutina para la FA de origen focal.
    Sin embargo, aplicar esta técnica a pacientes con IC en
    quienes el sustrato de la FA puede estar asociado a un origen
    más complejo no parece efectiva.(51)

    Y por último, otro método no
    farmacológico a tener en cuenta en pacientes con FA
    asociada a IC y en quienes no es posible controlar la frecuencia
    cardiaca con medicamentos, es la ablación del nodo AV con
    la implantación de un marcapaso permanente..

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    Orlando, Florida.

    Dr. Luis Reinaldo Suárez
    Fleitas

    Especialista de primer grado en Cardiología y en
    MGI. Grupo de Trasplante Cardiaco e Insuficiencia Cardiaca del
    Hospital Hermanos Ameijeiras.

    Calle A No 504 entre 21 y 23. Vedado. Plaza. Ciudad
    Habana. Cuba.

    Dra. Lissette Rodríguez de
    Armas

    Especialista de primer grado en Cardiología.
    Grupo de Trasplante Cardiaco e Insuficiencia Cardiaca del
    Hospital Hermanos Ameijeiras.

    Calle Virginia No 152 entre Woodbury y Franklin. Reparto
    Callejas. Arroyo Naranjo. Ciudad Habana. Cuba.

    Dr. Javier González
    Fernández

    Especialista de primer grado en Cardiología.
    Grupo de Trasplante Cardiaco e Insuficiencia Cardiaca del
    Hospital Hermanos Ameijeiras.

    Calle Carcel No 101 entre Morro y Prado. Habana Vieja.
    Ciudad Habana. Cuba.

    Dr. José Eugenio Negrín
    Expósito

    Especialista de primer grado en Medicina
    Interna. Hospital Hermanos Ameijeiras.

    Calle J No 208 apto 1 entre Linea y 11. Vedado. Plaza.
    Ciudad Habana. Cuba.

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