Perspectiva Filosófico- Pedagógica. Las concepciones actuales de la educación
En el presente trabajo
intentaremos reconocer cuales son las corrientes
pedagógicas didácticas y su influencia en la educación de
nuestros días.
Partimos de la premisa que la educación debe ser
entendida como un proceso socio
– histórico y que en tanto proceso esta relacionado con
múltiples factores.
En este sentido, la necesidad del estudio y el
conocimiento de las corrientes de pensamiento
filosófico, político, social y económico. La
adscripción a una de estas corrientes de pensamiento
evidenciara el marco ideológico desde donde la
educación será concebida como proyecto.
Como fenómeno social la educación puede
ser interpretada de manera diferente de acuerdo a las diferentes
concepciones sociológicas – educativas permitiendo,
de esta manera, el abordaje del fenómeno educativo como
policausal.
La comprensión del hecho educativo como un
fenómeno donde confluyen necesariamente múltiples
causas, ha posibilitado estudio desde diferentes enfoques
analíticos y ha enriquecido la comprensión e
interpretación de la cuestión
educativa.
El desarrollo de
este trabajo esta comprendido, entonces, desde el análisis socio – histórico de
la educación y una segunda parte, desde la visión
sociológica del hecho educativo.
La educación desde un enfoque socio –
histórico
Resulta indudable, hoy, en América
Latina la relación existente entre estado,
mercado y
educación. Relación que se comprende a partir del
análisis del recorrido histórico, político y
económico que han realizado los países
latinoamericanos en los últimos 30 años.
Las sociedades
latinoamericanas fueron creadas y organizadas desde el Estados
Nación,
e ingresaron tardíamente al sistema
capitalista mundial. Su desarrollo se puede analizar desde la
perspectiva de la
organización estatal – política y
económica como un apéndice del mercado.
En este sentido, los estados latinoamericanos se pueden
caracterizan en tres periodos:
- Estado capitalista oligárquico
- Estado benefactor y
- La descentralización del Estado.
Los Estado Nacionales y las clases dominantes
(burguesías nacionales asociadas con capitales extranjeros
monopólicos) se desarrollaron en el periodo del estado
capitalista oligárquico.
El estado y las políticas
estatales fueron los instrumentos para la conformación y
producción de los intereses y valores de las
burguesías dominantes, que funcionaron, además,
como una herramienta de exclusión para los asalariados,
campesinos, pobres urbanos y sectores medios que
quedaron fuera de la participación política prometida
bajo la consigna civilizadora hay que "educar al soberano" y que
en los hechos excluyó a las mayorías a
través del fraude electoral.
En este marco, el mercado incorporó vastos sectores de la
nueva sociedad pero
destruyó al sector campesino y
generó nuevas desigualdades.
Las demandas sociales de reformas democráticas
del sector político provocó algunas
transformaciones en el Estado,
pasando este a ser el eje articulador de la vida política
a través de una fuerte intervención y de un marco
regulatorio en tal sentido.
No se eliminaron las diferencias de clase pero se
incorporaron sectores excluidos (especialmente los urbanos) a la
vida política. El Estado benefactor apareció como
mediador de una extensa red de relaciones entre los
distintos sectores sociales. En lo económico intento, a
través de la intervención en políticas
sociales, evitar el conflicto
social.
También en este periodo se exacerbaron los
grandes discursos
ideológicos antagónicos que entendían a la
política como una guerra
(fascismo/
liberalismo,
socialismo/
capitalismo,
populismo/
ideologías nacionales, liberación/dependencia). La
crisis del
estado benefactor estuvo vinculada a la crisis económica y
política de la década del ´70 en todos los
países latinoamericanos: se profundizan las luchas de
Liberación Nacional por todo Latinoamérica y las democracias burguesas
al no poder
controlar la situación social y no lograr consolidar su
proyecto político, el autoritarismo gana
terreno.
A partir de mediados de la década del ´70
comienza a generarse un proceso de descentralización del
estado en lo económico y político. El estado ira
reduciendo las actividades productivas y de servicios,
desarmando los mecanismos públicos y desplazando las
decisiones económicas hacia organismos internacionales
como el Banco Mundial
(BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), Organización Mundial del Comercio
(OMC). Así,
la política pierde el sentido como organizadora de la vida
cotidiana y por su parte dirigentes políticos siguen
concibiendo la política como si el estado benefactor
siguiera existiendo y tienen así prácticas
clientelistas y discursos tradicionales alejados de las
realidades sociales.
El sistema
educativo argentino se desarrolla durante el periodo del
estado capitalista oligárquico con la Ley de
educación común 1420 del año 1884 que impuso
la obligatoriedad, gratuidad y laicidad de la enseñanza. Así, se integró a
amplios sectores de la población bajo los principios del
orden y el progreso.
La organización del sistema educativo argentino
estuvo acompañada de la idea de que solo era posible un
Estado – Nación
si se modernizaba su sociedad y si esto comprendía,
además, del crecimiento
económico de su pueblo y de una educación
planteada en los valores
nacionales para anteponer los intereses de la nación a los
intereses particulares, de un grupo o
sector. Esta idea pretendía la concepción de una
educación homogeneizadora frente a la diversidad
inmigratoria propia de principios de siglo.
Durante esta época se concibió a la
educación como un aprendizaje
memorístico y repetitivo, tendiente a la
aprehensión de los valores y normas de la
Nación en formación. Idea o concepción que
aún no ha caducado en muchos países de
Latinoamérica.
En este sentido, la Ley Saenz Peña de 1912 de
sufragio
universal, secreto y obligatorio (universalidad que no llegara
hasta 1949) es consecuencia de los reclamos democráticos
de los sectores excluidos, influenciados por los movimientos
migratorios y las nuevas ideas provenientes del Viejo continente
(el anarquismo, el socialismo, el sindicalismo)
que traían en sus valijas los inmigrantes
europeos.
El malestar social también llega a la Universidad y
como consecuencia se sucede la Reforma del ´18, en nuestro
país. Reforma estudiantil universitaria que exigía
la democratización, también, de los claustros
académicos.
El mundo había cambiado radicalmente desde la
Primera guerra
mundial demostrando la crisis de la idea de progreso
gradual e indefinido. La caída de los
regímenes absolutos, el triunfo de la revolución
Rusa, el estado oligárquico que cede el paso al estado
social, repercute en los jóvenes. El malestar de los
jóvenes ante una Universidad elitista y con alta
incidencia de la iglesia,
genera demandas de mayor participación en la vida
universitaria, democratización y autonomía
autarquía, y la constitución de co-gobiernos constituyen
los pilares del movimiento
reformista que tuvo su origen en Córdoba y que se
expandió a todo el país y al resto del
continente.
El estado centralizado de ese período intervino
en todas las esferas asegurando la hegemonía en proyectos de
instauración y expansión de la enseñanza,
especialmente la brindada por el subsistema primario.
Entre 1949 y 1955 se produce una significativa
expansión de la enseñanza, consecuencia del
crecimiento industrial que posibilita la incorporación de
los sectores rurales y de las mujeres, quienes pasaran a engrosar
las filas de la clase obrera urbana.
Además la activación política de
los trabajadores asalariados en el sector industrial produce
demanda
educativa que expande la matrícula de la educación
profesional y técnica. Se crean las Universidades Obreras.
Hacia 1960 el 85% de la población argentina que
debía estar incluida al sistema de enseñanza se
hallaba incorporada al sistema primario, siendo uno de los
índices más altos registrados en esos años
en el mundo.
El acceso al nivel primario permitió que el
acceso al nivel secundario esté al alcance de los sectores
medios y las demandas de formación técnico-
profesional de la clase obrera para mejorar la
producción generaron la diversificación de la
oferta
educativa
La teoría
del capital humano,
que se extiende en América
Latina en la década del ´60, desarrolló la
idea de la necesidad de la formación de los recursos
humanos para lograr el crecimiento económico de un
país. En este sentido los países ricos
debían realizar inversiones en
los países pobres para mejorar las economías
regionales que, por efecto "derrame", llegaría a los
estamentos más bajos de la sociedad. Tomó,
así, cuerpo en las políticas educativas el
desarrollismo de Frondizi que concibe a la educación como
una inversión rentable que permitirá el
camino del subdesarrollo
al desarrollo. Tales teorías
políticas – educativas no midieron las consecuencias
que traería la dependencia económica de los
países centrales para la economía nacional.
Durante el frondizismo, se expandió en nuestro país
la idea de que Argentina se encontraba en el marco internacional
como un país en "vías de desarrollo".
Hasta 1975, el Estado se hizo responsable de la
educación aún en épocas de crisis
económicas y políticas. Más allá de
las diferentes concepciones y proyectos políticos
educativos era innegable la responsabilidad del Estado en el planeamiento y
sostenimiento de la educación y era innegable la
importancia dada a la misma.
Los golpes de Estado que se suceden en la mayoría
de los países Latinoamericanos y en nuestro país en
1976 desata una estado político – represivo
jamás vivido hasta el momento. Autoritarismo que se
reflejó en todos los órdenes de la vida social y,
del cual no quedó ajeno el campo educativo. Entre 1976 y
1982 el problema financiero para enfrentar el financiamiento
de la educación se atribuyó a la ineficiencia
del gasto
público, aduciendo la irracionalidad en la distribución y manejo de los dineros
públicos. Desde esta concepción ideológica
de la problemática educativa se generaron políticas
de subsidiariedad del Estado en la prestación (no
así en el control
ideológico) de los servicios educativos. Se
incrementó, en este sentido, la responsabilidad de la
sociedad civil
(familia,
iglesia) en la provisión de educación fomentando la
enseñanza privada; se transfirieron las escuelas primarias
del ámbito nacional al ámbito provincial; se
incorporó a la comunidad en el
mantenimiento
de la infraestructura educativa (cooperadoras escolares) y se
avanzó en el arancelamiento de los estudios
universitarios. De esta forma el Estado, en materia
educativa debía cumplir una función
compensatoria de la acción
de los particulares. La aplicación del principio de
subsidiariedad trajo aparejada una significativa
disminución de la oferta de oportunidades educativas y una
importante retracción de la matrícula en los
niveles y modalidades más altos del sistema. La
universidad y la educación de adultos fueron las que
sufrieron las bajas más significativas. Como consecuencia
de que las provincias no contaban con los recursos
necesarios para afrontar la provisión de la
educación primaria, se generaron diferencias muy
importantes entre provincias ricas y provincias pobres en cuanto
a la calidad de los
servicios y sueldos docentes.
El deterioro de la investigación en general y la educativa en
particular producto del
bajo nivel académico generado por la expulsión de
profesores, censura bibliográfica, persecución
ideológica y otras prácticas autoritarias de las
dictaduras del continente, provocaron un notorio aislamiento
teórico de los centros de formación universitaria
en educación, en relación con la evolución y discusión de estos temas
en el campo internacional. La pobreza en
educación no se limitó entonces a los aspectos
financieros sino que afectó directamente al campo de
producción teórica. La calidad de la
educación se vio notablemente dañada, se
vació la educación de contenidos socialmente
significativos especialmente en lo que respecta a la
enseñanza destinada a las clases populares; se
buscó imponer el orden jerárquico y la autoridad a
través de la regulación de los comportamientos
escolares; el bajo rendimiento, el fracaso en los estudios y los
altos índices de deserción fueron las consecuencias
directas de este accionar.
En la segunda mitad de los ´80 y principios de los
´90 la situación económica, social y
política sufre un profundo cambio en
América Latina, estamos en presencia de un nuevo
escenario, el neoliberalismo
regido por la obediencia a la lógica
de la libertad de
los mercados,
políticas de ajuste y el redimensionamiento del Estado. El
Estado argentino no ha sido ajeno a esta lógica, en este
marco ya no se discute la necesidad de su reforma o el sentido de
su orientación sino se impone la retirada del estado a
lugares que no tienen interés
para el sector privado. El estado neoliberal se plantea la
concepción de un "estado mínimo", un estado
prescindente.
En este sentido, el neoliberalismo intenta fijar los
límites
acotados a la actuación del Estado instaurando la libertad
económica ("sin libertad económica no hay libertad
política, sin economía de mercado no hay democracia
posible") y, para la cual, proclama el corrimiento de la
intervención del Estado ( Estado benefactor) y que tal
libertad se dirima bajo los parámetros del mercado.
Así, la acción del estado depende de sus
posibilidades económicas, los límites del Estado
dependen de la riqueza o pobreza, la
racionalización de los recursos, del gasto público
es prioridad para que el estado no malgaste sus finanzas.
La idea de una sociedad autorregulada por el mercado
lleva a que distintas capas de la población queden
excluidas y solo promueve la desintegración social.
Mercado y sociedad viven en permanente tensión, por un
lado el mercado actúa como un factor de cohesión
social y por el otro es un mecanismo de disolución
social.
El escritor Hugo Quiroga en su libro "Estado,
política y mercado" realiza una crítica
que no va dirigida al mercado como institución sino al
proyecto de mercado autorregulador afirmando que…
" No se ha demostrado, en el largo
plazo, que las leyes del mercado
puedan conducir a una armonía natural de intereses sin
aplicar algunos principios de redistribución social y sin
permitir la acción del Estado en la promoción del éxito
económico. En consecuencia, el mercado no puede desplazar
por completo el papel del estado en el crecimiento
económico ni en la aplicación de políticas
sociales". La intervención estatal es otro
concepto que
aparece opuesto al de mercado. Al respecto, los mismos
representantes del liberalismo económico han puesto en las
regulaciones del Estado la manera de asegurar el mantenimiento
del mercado El mercado no es neutro, no es capaz de responder a
todo, para que funcione son necesarias normas jurídicas,
obras de infraestructura, mecanismos de control que solo pueden
estar a cargo del Estado, mecanismos que protejan a los
más débiles, sin intervención no es posible
controlar los efectos negativos. En argentina el liberalismo
conservador propugna una modernización asentada en el
mercado.
Quiroga utiliza el concepto de "capitalismo acotado"
para referirse a la forma de organización capitalista que
incluye a unos pocos, donde los excluidos, los expulsados de este
sistema deambulan por fuera del circuito a la caza de distintas
formas de sobrevivencia, sin ninguna seguridad
colectiva.
Este capitalismo acotado viene acompañado en
nuestro país de la crisis del modelo estatal
de desarrollo y de la crisis de lo político, los partidos
políticos han perdido legitimidad, los dirigentes no
resultan creíbles, la sociedad se encuentra cada vez
más frustrada y decepcionada.
Estamos en presencia de un Estado pasivo, pro- mercado,
que ha logrado el ordenamiento económico, ineludible, a
través de la reducción del déficit fiscal y la
búsqueda del equilibrio
macroeconómico, pero a costa del desmantelamiento del
Estado sin, en cambio, se defina una estrategia de
desarrollo donde se le asigne un lugar a lo público. El
Estado pasivo se retira y resigna desempeñar su
actuación en cuatro direcciones fundamentales: control de
las empresas
privadas, inversiones públicas, inserción
internacional de la producción e inversión en
conocimientos. De esta forma abandona el papel del Estado como
regulador social de las actividades sociales, políticas y
económicas.
En el año `83,con la vuelta a la
democracia, las demandas de educación de todos los
sectores que habían quedado excluidos por el autoritarismo
generaron un incremento notable de la matrícula. Se
eliminan las restricciones de acceso a la Universidad, la que
rápidamente se masifica; se amplía el acceso a la
educación primaria buscándose al mismo tiempo reducir
los índices de deserción y fracaso escolar; se
democratizan todas las prácticas; se modificaron planes y
programas de
estudio y la escuela vuelve a
cumplir funciones
asistencialistas.
En este contexto de apertura política e
inclusión social los problemas
económicos no ceden, el déficit fiscal aumente
día a día y los problemas presupuestarios se
hicieron sentir en el ámbito educativo: edificios
deteriorados, aulas superpobladas, docentes con bajísimos
salarios,
etc.
Las medidas que se tomaron en el país en el
período 1986-1988 tendientes a la reducción del
déficit fiscal, tomaron como elemento central los
lineamientos provenientes del Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial). Esta
política consistía en la reducción del gasto
público a través de la reasignación de
recursos (especialmente en materia de educación y salud) y la
recaudación de impuestos
directos al consumo, lo
que permitió recaudar más fondos para el pago de la
deuda
externa.
La crisis económica de los ´80 y las
políticas de ajuste de los ´90 generaron la
aparición de nuevos pobres y hundieron en la pobreza
más extrema a quienes sostenían precarias
condiciones de vida. La inversión de los países
ricos en los países pobres lejos de provocar el desarrollo
económico de estos últimos terminó por
ahondar la pobreza y sumir a las economías nacionales y
regionales a la más absoluta dependencia de los intereses
multinacionales.
Nace el paradigma del
Desarrollo
Humano, el cual entiende que el desarrollo económico
de un país depende de la inversión que se realice
en los recursos humanos para garantizar la satisfacción de
las necesidades básicas y especialmente la
educación. Se ponen en marcha entonces nuevas
políticas sociales encaradas por los organismos
internacionales.
En los ´90 la intervención del Banco
Mundial en América Latina y Argentina está dirigida
especialmente a la educación básica, entendiendo
que la educación da a la gente la oportunidad de ser
más productiva, escapar de la pobreza y mejorar la
calidad de
vida. Los préstamos están orientados a mejorar
el acceso a la educación primaria y a aumentar la eficiencia del
sistema.
Partiendo de la idea que vivimos en un mundo cambiante,
la educación cobra un papel protagónico. En esta
nueva sociedad de conocimientos la educación es
prioritaria, claro no la educación "tradicional", la que
brindaba conocimientos acabados, sino la que proporciona las
herramientas
para adaptarse al cambio, para competir en el
mercado.
En los `90 El estado debe mantener el control de la
educación pero a la vez deshacerse de su financiamiento.
Hoy el Estado debe encargarse del control de la eficiencia y de
la calidad del sistema, debe pasar de ser un Estado proveedor de
servicios educativos a convertirse en un Estado diseñador
y evaluador de los mismos, para que retome, así, la
toma de
decisiones.
El Banco Mundial a través de consultorías
y seminarios nacionales y regionales promueve la evaluación
del sistema educativo especialmente en lo que se refiere a su
eficiencia y calidad, las que son medidas a través de
indicadores
que desconocen nuestra historia y
realidad.
En tal sentido, una recomendación de los
organismos internacionales es la creación de normas
generales que permitan regular el sistema educativo argentino.
Como consecuencia de ello, se sancionan la Ley Federal de
Educación Nº 24195 (1993) y la Ley de Educación
Superior Nº 24521 (1995). Estas leyes han sido
severamente criticadas por teóricos de la
educación, constitucionalistas, docentes, gremialistas,
estudiantes y otros miembros de la comunidad
educativa.
En el caso de la Ley de Educación Superior las
críticas se concentran en torno a dos
grandes temas: los nuevos mecanismos de control externo para la
evaluación y acreditación universitaria que limitan
la autonomía de la Universidad y propician la competitividad; y el corrimiento del Estado en lo
que respecta al financiamiento de la educación superior
alentando la generación de recursos propios, el aporte
externo y el arancelamiento.
Las críticas a la Ley Federal de Educación
están dirigidas a la ambigüedad de su texto. Los
aspectos pedagógicos, de gobierno, de
administración y financiamiento del sistema
se presentan en forma general, global, expresando solo
intenciones y no constituyen normas explícitas que
redefinan claramente un proyecto orgánico de
transformación del sistema. También se
señala el refuerzo que hace la misma del principio de
subsidiariedad: restringiendo la responsabilidad del Estado en
materia educativa y la competitividad entre instituciones
e individuos que genera. Junto con la sanción de las Leyes
se produjeron cambios como el achicamiento y redefinición
del Ministerio de Cultura y
Educación lo que significa que el Poder
Ejecutivo Nacional se desprende de la responsabilidad de
sustentar escuelas, pero se ocupa del control político a
través de nuevos organismos (como por ejemplo el Consejo
Federal de Cultura y Educación y la Secretaría de
Políticas Universitarias.)
Otros fenómenos congruentes con lo anteriormente
señalado es la profunda segmentación y diversificación
social que genera esta concepción política del
sistema educativo ya que ofrece calidad y acceso distinto
según el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Teniendo en cuenta que los recursos económicos
del estado son limitados el Banco Mundial recomienda que se
invierta en proyectos de alta rentabilidad
social (salud, educación, vivienda y obras
públicas). Por tal motivo el Estado debe redistribuir los
escasos recursos para combatir la extrema pobreza y para
financiar la educación de los sectores más
necesitados. Desde esta visión resulta necesario retirar
el financiamiento de la educación superior (a la que no
llegan estos sectores) para destinar los fondos a los niveles
básico y medio. Se propicia la libre competencia
económica y social dentro del sistema promoviendo la
competencia entre regiones e instituciones.
Por otra parte la educación en todos sus niveles
debe ser entendida como una inversión, no hay
producción de conocimientos sin educación, no hay
crecimiento económico sin producción de
conocimientos por lo tanto, un Estado que se retire de su
función de financiamiento de la educación superior
está resignando su propio desarrollo
autónomo.
La educación
desde un enfoque sociológico
La educación es una de las estructuras
sociales que llamo la atención de los sociólogos,
entendiendo a la educación como un fenómeno social
y las relaciones que se establecen entre educación y
sociedad.
Según el enfoque estructural funcionalista la
educación asigna posiciones sociales para la vida en
sociedad.
Para la sociología marxista la educación
cumple una función de reproducción de las relaciones de
producción presentes en la sociedad. En este sentido,
Althusser la denomino al sistema educativo como uno de los
Aparatos ideológicos del Estado. La educación como
reproductora o transformadora de las relaciones sociales
será una constante en los estudios sobre educación
y sociedad bajo esta concepción
ideológica.
La educación solo se da dentro de una sociedad:
es producto de procesos
sociales mas amplios, estructura y
da contenido a las relaciones sociales, forma las identidades
culturales individuales y colectivas, condiciona la vida social,
las actitudes y la
forma en que viven y se relacionan los miembros de la
sociedad.
La sociología parte de múltiples
paragigmas, esta disciplina
hace que si bien el objeto de estudio sea el mismo las
conclusiones a las que se llegan son diferentes y a veces hasta
contradictorias. Los dos grandes enfoques que han prevalecido en
sociología y por ende en sociología de la
educación son los siguientes.
Por un lado el estructural funcionalismo
heredero directo de la sociología positiva, para este
modelo la educación es además de transmisora de la
cultura social, la que selecciona la ubicación de los
individuos en las diferentes posiciones sociales, la
educación es una institución neutral, donde el
individuo
producto de su empeño y disposición intelectual,
triunfa o fracasa. También la educación puede
estudiarse como un sistema donde existen relaciones y estructura
de roles. Para esta corriente todo cambio social, incluyendo el
educativo responde a agentes externos ya que es producto de una
perturbación o fuerza que
obliga a modificar el sistema educativo.
Por otro lado esta la corriente marxista, si bien
Marx no
desarrolla el aspecto educativo ha profundidad y solo la coloca
como una superestructura social encargada de la ideología de la clase dominante, la
educación como reproductora cultural o económica de
las relaciones de producción dominantes, partiendo de una
sociedad dividida en clases
sociales irreconciliables y en eterno conflicto desenmascaran
la principal función de la educación como mecanismo
de control social que imparte la ideología dominante,
reproduce las relaciones de producción y aliena al
individuo al considerarlo elemento exclusivo de su fracaso. El
cambio social es producto del conflicto interno entre el modo de
producción y las relaciones de
producción.
La sociedad funciona como un todo y como tal todos sus
elementos o subsistemas están interrelacionados, la
educación como parte de este sistema se ve influenciada
por múltiples variables que
la afectan y la estructuran de una manera particular. Cada
sociedad ha organizado su educación dependiendo de su
filosofía social, su cultura, su sistema
político, las características de su
población y sus modos de
producción. Toda educación responde a la
concepción de la naturaleza
humana, de la sociedad y del conocimiento
que se considere valida (filosofía social) Toda
educación transmitirá los valores, pautas de
conducta o
comportamiento, costumbres y tradiciones y tipos
de conocimiento acordes con la cultura predominante o
hegemónica Toda educación formara a los individuos
para funcionar dentro de los valores acordes y legitimadores de
la filosofía política que prevalezca. Toda
educación formara y seleccionara para el trabajo
partiendo de las relaciones de producción , de las
características de su población y del modelo
económico que predomine. Así tenemos que toda
educación esta sometida a la influencia de los diferentes
subsistemas sociales.
A partir de la segunda guerra
mundial y la consolidación y desarrollo del
capitalismo como sistema económico en Occidente, la
educación amplía su ámbito a sectores de la
sociedad cada vez mas amplios, las formas de producción
demandaban personas formadas y especializadas en la cada vez mas
compleja división del trabajo.
La educación se convierte así en motor del
desarrollo y del progreso económico. Esta
concepción alcanza su auge después de la segunda guerra
mundial, con la teoría del capital humano
sus postulados básicos son:
la educación debe ser considerada como cualquier
otra forma de capital físico. Como inversión con
una rentabilidad determinada. Los conocimientos y habilidades
tienen valor
económico e intercambiable en el mercado, se difumina la
frontera entre
trabajo y capital.
La inversión en educación genera una mejor
redistribución del ingreso nacional y del gasto
publico.
La teoría del capital humano se convierte en los
fundamentos económicos y sociales que guían el
comportamiento publico y privado de la oferta y demanda
educativa. Es el discurso que
legitima a la educación como inversión, es el
único responsable de su ubicación y movilidad
social. La teoría del capital humano se convierte en un
símbolo de modernización.
Estudios posteriores concluyen que si bien la
educación no asegura la movilidad social, ni elimina la
desigualdad
social, no hay oportunidad sin educación. la
educación es una condición necesaria pero no
suficiente.
En los años 70 con la teoría
credencialista se identifica una nueva función a la
educación, la escuela como espacio de lucha entre
diferentes grupos
sociales que proporciona status, poder y
diferenciación social, Bourdieu y Passeron tratar la
relación entre educación y reproducción
cultural. Los primeros introducen la categoría de capital
cultural y como el dominio y la
experiencia en este capital garantizan el éxito o fracaso
en la escuela. El sistema educativo garantiza la
imposición y reproducción de una cultura dominante,
como única cultura legitima y una selección
social en base a la aproximación o alejamiento de los
individuos de la cultura dominante. El segundo plantea dos
tesis
fundamentales: primero que los factores de clase regulan la
estructura de comunicación de la familia y
por lo tanto orienta el código
psico lingüista en la infancia y
segundo como estos mismos factores regulan la
institucionalización de los códigos elaborados en
la educación, así como las formas de
transmisión y de manifestación
Parte de que es a través del lenguaje que
se interioriza el orden social y que se incorpora la estructura
social a la experiencia del individuo. Analiza las diferentes
estructuras de comunicación de la familia dentro de cada
clase social, distinguiendo dos tipos de códigos, uno
restringido o público y otro elaborado o formal, el
primero se caracteriza por el uso de oraciones cortas y
gramaticalmente simples, que expresan significados relacionados y
vinculados con el contexto, y de orden particularista, el otro se
caracteriza por construcciones gramaticales complejas, uso de
pronombres impersonales y expresión de significados
independientes del contexto y en un orden universal. Ambos
códigos están en relación con la estructura
social que lo sustenta, el primero responde a relaciones sociales
con roles cerrados y el lenguaje
expresa las exigencias del rol, la segunda responde a relaciones
sociales con roles abiertos que permiten la innovación y la expresión de la
individualidad. Esto lo lleva a distinguir dos tipos de familia,
las primeras basadas en la posición que se ocupa en la
familia y las segundas basadas en las personas y en las
cualidades individuales. La escuela usa el lenguaje elaborado y
los niños
de la clase trabajadora presentan una situación de
extrañamiento. Así tenemos que el acceso a un tipo
de código psico lingüísticos depende de la
posición en la estructura social y esta a su vez depende
de la división del trabajo, por lo tanto el modo de
producción regula la ubicación,
distribución, legitimación y reproducción de las
orientaciones y sus significados.
El conocimiento educativo, su contenido la forma de
trasmitirlo y la forma de evaluarlo son la clave para comprender
los mecanismos de reproducción cultural. La escuela cumple
funciones de instrumentalización contenidos y habilidades
y expresiva actitudes y valores. La preponderancia de uno de los
ordenes se da en función del tipo de escuela y de los
cambios en la división del trabajo.
La teoría de la reproducción
económica, representada por el marxismo
estructuralista, parte de que la escuela es la mediadora y
reproductora entre las posiciones sociales de origen y la
estructura social, trata de explicar como el origen de clase
determina el acceso y el progreso en el interior del sistema
educativo. La educación forma parte de la superestructura
y cumple una función ideológica, entendiendo por
ideología falsa conciencia o sea
la inculcación de significados funcionales y necesarios
para la reproducción económica, las relaciones
económicas y la división del trabajo. La
educación es un aparato ideológico del estado y
este es su aporte fundamental. El estado como mediador entre el
poder de las clases económicamente dominantes y la
estructura y contenidos educativos. Esto permite el estudio de la
reproducción y al mismo tiempo de las contradicciones del
sistema educativo.
Althussser (1970) da gran importancia a la
superestructura jurídico – política e
ideológica del estado capitalista. El capitalismo necesita
no solo fuerza de trabajo sino individuos dominados
ideológicamente. El distingue entre aparatos represivos
del estado y aparatos ideológicos del estado, entre estos
últimos el mas importante es la escuela, ya que esta
garantiza las condiciones de producción mediante la
producción de posiciones ideológicas del individuo,
además reproduce las fuerzas productivas mediante la
reproducción de habilidades y saberes que reproducen la
división social del trabajo. Cumple una función
dual producir posiciones laborales y producir la
interiorización de las relaciones de producción:
subordinación y reglas de comportamiento.
los diferentes puntos de partida, las diferentes
concepciones y los diferentes modelos o
paradigmas
imprimen a la interpretación del hecho social, del hecho
educativo una visión particular, diferente pero siempre
valida. La complejidad del fenómeno social que es la
educación no puede abordarse desde una sola perspectiva,
no se explica linealmente, son múltiples y diversas las
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educación.
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3) FERNÁNDEZ, GRACIELA. Síntesis
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4) TEDESCO, J. El nuevo pacto educativo. ED. ANAYA.
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5) TEDESCO, J. C.- BRASLAVSKY, C.- CARCIOFI, R. El
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MIÑO Y DÁVILA EDITORES. Bs. As. 1987
6) QUIROGA, HUGO. Estado, política y mercado.
Dimensiones del debate actual
en la Argentina. Estudios Sociales Revista
Universitaria Semestral N° 5. Universidad Nacional del
Litoral. Santa Fe 1993.
Guillermo Capitani
Mariano Noelia
Rovito Cecilia
Cristofano Roberto