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Filosofía pedagógica para formar el nuevo hombre del Perú




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Partes: 1, 2

    1. El actual proceso
      pedagógico en el Perú
    2. Persistencia de la
      pedagogía dogmática
    3. Tránsito
      de la pedagogía dogmática
    4. La
      nueva pedagogía peruana
    5. Aplicación
      de la dialéctica a la
      pedagogía
    6. Aplicación
      del método científico a la
      enseñanza
    7. Enfoque
      científico de la estructura
      curricular
    8. La
      estrategia didáctica moderna
    9. Nueva
      filosofía de la pedagogía
      peruana
    10. La
      pedagogía científica –
      técnica
    11. Síntesis
    12. Bibliografía

    MENSAJE

    La Educación Peruana, en los umbrales del
    siglo XXI, está: como una nave sin brújula.

    Nuestra obra Filosófica Pedagógica se
    proyecta, en la presente era de conocimientos
    científicos a encender la luz de la
    verdad en la oscuridad de la
    Educación Nacional. Y, enrumbar por una ruta
    luminaria hacia un puente que dé acceso a un mundo
    mejor, donde la vida peruana vibre al ritmo de la ciencia y
    la tecnología.

    Brindo a los egregios educadores del Perú y de
    América
    Latina mis lucubraciones pedagógicas, escritas en la
    cantera íncita del Perú; declarando los principios:

    "El Perú es país de todos y para
    todos".

    "La cultura
    peruana es de todos y para todos".

    Los principios universales: igualdad,
    libertad,
    solidaridad,
    democracia y
    justicia
    social, son de todos y para todos.

    Liborio COCA DÁVILA

    Huancayo, Febrero del 2004

    PREÁMBULO

    La sociedad
    peruana a las puertas del presente siglo atraviesa por una aguda
    crisis,
    motivada por circunstancias imponderables; siendo una de ellas,
    sin duda alguna, la írrita calidad de su
    Educación.

    Toda ciencia,
    según la Filosofía Madre, tiene razón
    humana, de no ser así, no tendría razón de
    existir. La Ciencia de la Educación, entendida
    universalmente como la destinada a la formación del
    hombre, en la sociedad peruana no ha respondido a sus anhelos de
    superación; porque su fin ha sido desviado desde los
    albores de la vida republicana.

    Nuestro aporte, modesto por cierto, tiene el fin de
    reorientar a la Educación Nacional, para formar el nuevo
    hombre analítico – crítico –
    científico. En este sentido, orientada por una
    filosofía realista, lógica
    política
    concreta; inspirada en la democracia social, la mútua
    comprensión, la reciprocidad, la concertación del
    Estado con el
    pueblo civil; para formar el hombre de
    mentalidad altruista, ni opresora ni oprimida, sino amante a la
    igualdad, la libertad, la solidaridad, la democracia y la
    justicia social.

    Para nadie es novedad la condición tercermundista
    del país, y su condición de ignorante, pobre,
    ocioso y sin valores
    humanos; que actúa con irresponsabilidad, inmadurez
    cívica. Pues, para superar este proceso
    psico-social es lógico que se requiere de un cambio
    revolucionario de su sistema
    educativo; no con una simple reforma común y
    corriente; sino sustantiva, para formar hombres con más
    bondades y menos defectos; o sea, creativos, líderes y
    empresarios. Para ello, el enseñar y el aprender debieran
    ser ocupaciones placenteras y estimulantes, no gravosas obligaciones;
    y corregir la imagen del
    profesor como
    mero difusor de ideas ajenas y predicador de dogmas. Creo que el
    bicho universitario más útil es el que hace
    sucesivamente de abeja, araña y tábano.

    El hombre formado bajo el cuño de la
    filosofía clásica es inepto para una sociedad
    democrática. La democracia significa, hacer obras entre
    todos y para todos, desarrollo
    integral de una sociedad en lo biológico,
    económico, político, cultural, y ético;
    orientada por una filosofía realista, una educación
    científica, y con educadores calificados, etc.

    El filósofo Protágoras, al concebir la
    educación como la mejor obra que se puede hacer sobre
    la Tierra,
    dijo: "El hombre es la medida sobre todas las cosas". Los
    gobernantes del Perú, desde los albores de la época
    republicana no comprendieron el valor de la
    educación en su verdadera dimensión; prueba de ello
    es, la mínima economía que
    destinaron para este rubro, casi siempre; razón por la
    cual, la educación está en la cola en América
    Latina. En el Perú, el Estado
    gasta en cada estudiante más o menos 700 soles al
    año, en otros países como Argentina, Chile, etc.,
    el doble; en Japón,
    EE.UU., 3500 dólares. Las horas escolares en el
    Perú a penas llegan a 700 al año, en otros
    países vecinos a 1300; en Japón y otros
    países desarrollados a 1600. Estos componentes determinan
    el nivel del conocer y pensar del estudiante; pues, el hombre
    peruano todavía es abstracto en el conocer e incoherente
    en el pensar; en tanto, el hombre de los países
    desarrollados es concreto,
    científico y lógico con el mundo y la vida. En
    síntesis, en el Perú hay
    todavía aristotélicos, hegelianos y, algunos
    marxistas; por eso, no hay hombres competitivos a nivel
    mundial.

    La ciencia y la filosofía nacieron juntas en la
    misma cama, hasta fueron una sola criatura, pero
    evolucionó la una como la otra. La ciencia ha tenido tres
    movimientos revolucionarios, en el siglo V; en el XVII y, en el
    XIX. La Ciencia de la Educación en los países
    desarrollados evolucionó a ese ritmo; menos en el
    Perú, que todavía está normada por
    principios del siglo XVII.

    El diseño
    de un modelo
    sistémico de educación socialista debiera estar a
    cargo de un equipo multidisciplinario, y no de un equipo
    político. Para ello, se requiere una nueva política
    educativa, nueva política nacional, un Estado que
    comprende la necesidad de una verdadera educación en el
    país.

    Este ideal implica, el cambio de sistema
    político capitalista por el socialista, el cambio de
    educación dogmática – idealista por la
    socialista, para resolver los problemas
    centrales, como: la pobreza, el
    desempleo, la
    falta de trabajo, la
    inmoralidad, etc.

    La pobreza es un
    problema grave en el mundo, que se agudiza cada vez más en
    el Perú. Las organizaciones de
    Derechos
    Humanos de la América, de las Naciones Unidas,
    de la Federación de Derechos Humanos de Europa, se
    muestran incapaces de resolver. Pero, la vía razonable
    podría ser: la verdadera educación en el
    Perú.

    Al poner el presente aporte a consideración de
    los lectores, abrigo la esperanza de mi modesta
    contribución a la cultura.

    Huancayo, Febrero del 2004

    El Autor

    Primera Parte

    PEDAGOGÍA
    PRECIENTIFICA

    CAPITULO I

    EL
    ACTUAL PROCESO PEDAGÓGICO EN EL PERÚ

    La Realidad Educativa y Educacional.

    El léxico realidad significa, de aquello que
    realmente existe y se desarrolla, que contiene en sí mismo
    su propia esencia y sus propias leyes.

    En la Historia de la
    Filosofía se distingue con singular precisión,
    lo real diferenciado de la realidad; es decir, lo real se ha
    concebido en más de las veces como el ser algo esencial en
    la cosa dada, como ser de sí misma; mientras la realidad
    como la presencia de todo lo esencial en la cosa. Quiere decir,
    en toda realidad hay dos componentes: esencia y forma; la esencia
    es el éidos, y la forma es el factum o hecho.

    La realidad educativa es la esencia de la
    educación, la calidad de la educación. La calidad
    de la Educación Peruana es baja, porque la cultura peruana
    es de bajo nivel en relación a las culturas de los
    países desarrollados del mundo. La realidad educacional es
    el factum o hecho de la educación escolar, el resultado
    del proceso enseñanzaaprendizaje. En
    síntesis, la esencia educativa de la Educación
    Nacional es la flor y nata de la cultura peruana, que es de baja
    calidad; lógicamente su factum educativo es igualmente de
    bajo nivel.

    Para superar la Educación Peruana se requiere el
    cambio de su esencia, ponderando la cultura peruana con el
    método
    dialéctico, para transmitir una cultura valiosa para la
    vida.

    En la realidad educacional acontece, algo
    extraño. Cada cierto tiempo los que
    fungen ser expertos sorprenden con supuestas técnicas
    que empañan el proceso educativo. El problema educacional
    radica en la cualidad inválida del pedagogo, debido a sus
    múltiples limitaciones; pues, la labor pedagógica
    está en razón directa a la calidad del pedagogo. La
    cruda realidad peruana es, aunque lo sentimos en el alma, que el
    estudiante es ciego o semiciego que necesita un guía, y
    éste es casi del mismo nivel de aquel, porque ignora del
    planteamiento filosófico de la Educación
    Nacional.

    El Análisis Científico de la
    Educación Nacional

    NIVELES COMPARATIVO DE
    EDUCACIÓN

    EN PAÍSES
    DESARROLLADOS

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

     Interpretación:

    1. La educación en el país es
      dogmática, idealista, teórica, de ahí su
      bajo nivel científico y axiológico.
    2. Se adoptaron sistemas
      educativos foráneos sin criterios de adaptación a
      la realidad peruana.
    3. No desarrolló la sociedad peruana, porque no
      tuvo una verdadera educación.
    4. En el Perú todavía se cree que la
      educación es un gasto, cuando sería la mejor
      inversión para su desarrollo.

     Para ver el
    gráfico seleccione la opción "Descargar" del
    menú superior

    Interpretación:

    1. La educación en los países más
      desarrollados del mundo es científica y plena informática. Mientras en el Perú
      es todavía idealista.
    2. En los países más desarrollados su
      Educación ha seguido un proceso evolutivo constante.
      Mientras en los países subdesarrollados un proceso
      involutivo.
    3. Si en el mundo existen: países desarrollados,
      en desarrollo y en incipiente desarrollo se debe; a la calidad
      de educación que tuvieron.
    4. La educación es el motor de
      desarrollo de los países. Eso todavía no se
      comprende en el Perú.

    NIVEL DE EDUCACIÓN EN EL
    PERÚ

    Para ver el gráfico seleccione la
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    superior 

    Interpretación:

    1. La Educación es un proceso lento y progresivo,
      así como lo entienden los países desarrollados.
      En cambio, en el Perú se pretende impulsar un salto; de
      la educación idealista a la
      informática.
    2. La Educación en el Perú es de bajo
      nivel, que parece corresponder al siglo XVII.
    3. En el G-8 del mundo, aplican en su educación
      los avances de la filosofía, de la ciencia y de la
      tecnología. Mientras en el Perú, no se ha dado el
      ánimo de aplicar dichos avances.
    4. La Educación Peruana hace 3 décadas,
      sigue un proceso sin rumbo, como una nave sin
      brújula.

    La educación es, en su sentido general, una
    actividad que tiene por fin formar, dirigir o desarrollar la vida
    humana para que ésta llegue a su plenitud. Pero es un
    fenómeno muy complejo, difícil de definir en pocas
    palabras; desde luego es un hecho, una realidad que encontramos
    en la vida, tanto en los individuos como en las sociedades, y
    tanto ahora, como desde que existió el hombre.

    Ahora bien, la educación es una función
    universal; pero su realización no fue la misma en todos
    los tiempos y lugares, dependiendo esto, esencialmente, de la
    concepción de la vida y el mundo de cada tiempo. Cada
    época y cada pueblo tuvieron sus ideales educativos; la
    función en sí es la misma, como lo es el lenguaje
    respecto a las lenguas particulares.

    En la educación intervienen diversos factores,
    los principales son:

    a) La finalidad ideal que se persigue.

    b) La
    personalidad psicofísica a quien se dirige.

    c) Los medios que se
    emplean.

    d) Las circunstancias o el medio en que se
    realiza.

    e) La persona o agente
    que dirige, etc.

    De cada uno de ellos vamos a tratar, a groso
    modo:

    Juan Jacobo Rousseau,
    creador de la Psicología del
    Niño llamado en justicia Copérnico de la pedagogía, al escribir "El Emilio", dijo:
    "No se mejora la educación porque no se conoce la infancia".
    Esta afirmación, se debe tener en cuenta en cualquier
    confín del mundo. Pues, en nuestra realidad peruana no se
    conoce a quien se educa. Aristóteles, quien sistematizó
    el
    conocimiento griego por primera vez, dijo: "El
    propósito mayor de la educación es la
    formación del hombre para el arte de vivir
    bien y brindar el bien a los demás". En el Perú,
    casi todos los hombres carecemos del arte de vivir bien, de
    valores
    humanos; y quienes saben algo, en lugar de ser altruistas con sus
    congéneres se convierten en los explotadores de los que
    saben menos: por ese hecho, los explotados son prematuramente
    deprimidos, insatisfechos, y lógicamente se tornan
    rebeldes en su vida posterior.

    La pedagogía es la ciencia de la
    educación. Se ha discutido sobre el carácter científico de esta disciplina y
    se ha dicho que es un arte, una teoría
    o una técnica. En realidad, la pedagogía es todo
    esto, según el punto de vista que se la contemple. La
    educación comenzó siendo un arte, es decir, una
    obra personal, una
    actividad de la persona.

    Esta reflexión y meditación ha llegado ha
    formar con el tiempo parte de un sistema
    educativo. Esta ciencia de la educación, tal como se
    describe en forma breve, ha seguido un proceso evolutivo, dejando
    en su paso algunas especulaciones. De esta ciencia se ha derivado
    la tecnología
    educativa, a raíz de su proceso creciente en cuanto
    sus procedimientos y
    experimentos
    comprobados en el quehacer educativo, como una pedagogía
    de avanzada. Asimismo, la filosofía de la
    educación, que es una parte de la pedagogía que
    estudia los fines, los ideales y los valores de
    la educación.

    Durante mucho tiempo fue nutrida la pedagogía por
    principios elementales, así como todas las ciencias del
    saber humano. Recién en la primera década del siglo
    XVIII, cobra su categoría científica, mediante el
    aporte valioso de Juan Federico Herbart, pedagogo,
    filósofo y Psicólogo alemán; quien puso las
    bases científicas para su autonomía, fundado en la
    Psicología y la ética. Y,
    expuso también sus fundamentos:

    – La educación es un derecho frente al Estado y
    los políticos.

    – La vida espiritual del hombre es un derecho frente
    al mero aprender y a las materias de
    enseñanza.

    – La conducción espiritual requiere una
    teoría científica.

    – Las verdades son renovables, etc.

    La pedagogía peruana aún no es
    científica, por la inautenticidad cultural de la sociedad,
    por el hibridismo tahuantinsuyo hispano-francés-
    norteamericano. Por eso, la conciencia
    peruana está desorientada desde la gesta emancipadora de
    1824 hasta hoy, al carecer de un ideal de vida nacional con
    filosofía propia. Esta lacra social, mental y cultural
    frena el desarrollo de la sociedad. Otros países del orbe,
    ostentan un ideal de vida auténtica; por eso desarrollan y
    alcanzan mejores niveles de vida.

    En el Tahuantinsuyo, los hijos del sol, recibieron
    educación dirigida por el Estado y el hogar, orientada por
    las leyes naturales, y basada en la verdad y el bien, vale decir,
    la educación fue científica. Una vez destruida por
    la invasión española, la educación
    dialéctica fue eliminada. Años después de la
    gesta emancipadora recién se restituye la educación
    en 1876, con el primer presidente civil, Manuel Pardo; con
    cánones de la educación española,
    dogmática por entonces, y en 1903, durante el gobierno de
    Eduardo López de Romaña se
    adopta el modelo educativo francés para la Secundaria y el
    modelo educativo norteamericano para la Primaria; con estas
    fuentes
    incongruentes y otras, se determinó el sistema educativo
    en el Perú. Y, a lo largo de la vida republicana no se
    produjo innovaciones importantes; pues las reformas que se dieron
    no han transformado en su esencia. Por estas circunstancias
    extrañas, no se generó una auténtica y
    verdadera educación en nuestra sociedad; hoy se practica
    sin saber: ¿a quién se enseña?;
    ¿cómo se enseña?; ¿qué se
    enseña?, y ¿ para qué se
    enseña?.

    Se aplica una pedagogía dogmática,
    impositiva; al margen de los avances de la ciencia. Por eso,
    nuestros estudiantes son deprimidos, insatisfechos, frustrados en
    sus aspiraciones; que lógicamente se tornan rebeldes por
    despecho, ya que los conocimientos suministrados y la
    formación inculcada no han sido útiles para la vida
    real, menos para ser profesionales competitivos a nivel de la
    Comunidad
    Internacional. La prueba incontrovertible de esta
    situación es, la vida ulterior de nuestros estudiantes
    universitarios, que al concluir sus estudios profesionales no
    tienen aplomo de su especialidad, con el agravante de mentalidad
    desviada y la conciencia destruida, sin Patria ni bandera; con la
    trágica suerte de no tener trabajo por su
    incompetitividad, o engrosar a la fila de los
    desocupados.

    La otra variable negativa de la educación es el
    método dogmático, que consiste en el razonamiento
    deductivo y definitivo; en contraposición a la vida y el
    mundo. Método tan antiguo que se utilizó en
    Australia en el siglo VIII, en una Escuela
    Religiosa. El dogmatismo es procedimiento del
    pensar invariable y abstracto, sin tener en consideración
    las variantes del espacio y el tiempo, el carácter
    concreto de la verdad. Su aparición está unida al
    desarrollo de las representaciones religiosas. En la filosofía
    moderna, el dogmatismo está unido a las concepciones
    antidialécticas que niegan la variabilidad y el desarrollo
    del mundo. En la vida política conduce al sectarismo, al
    subjetivismo. Este método determina en el hombre su
    estructura
    mental adinámica – pasiva, originando el conformismo, la
    resignación, el servilismo, etc.

    La pedagogía actual es de corte idealista, que
    implícitamente conlleva el método dogmático;
    por eso es teórica la enseñanza, y convierte a los
    estudiantes en repetidores, y sin iniciativas, ni actitudes de
    ingenio. Los educadores del Perú son dogmáticos,
    porque su formación fue dogmática. En efecto,
    pueden promulgarse las leyes más sabias, pueden formularse
    las doctrinas educativas más avanzadas, puede incluso
    contarse con los edificios escolares más modernos, planes
    y programas
    científicos, los medios y materiales
    más técnicos; todo esto será ineficaz, sin
    la acción
    creadora, amorosa, patriótica y artística del
    auténtico espíritu magisterial. Sólo
    educadores dialécticos, sanos, vigorosos. optimistas,
    egregios. podrán forjar personalidades con cualidades
    análogas.

    El Perú es tercermundista, ¿por que?. La
    respuesta no es tan fácil, obedece a muchas razones,
    siendo una de ellas y la más decisiva: la mala
    orientación de su educación desde su
    restitución en 1876 hasta hoy. El Perú es una
    realidad distinta a otras, por razones étnicas, políticas,
    económicas, ideológicas, jurídicas,
    étnicas, etc. Pues, requiere una educación sui
    géneris, acorde a su carácter étnico,
    ecológico, idiosincrásico…, asimismo una
    pedagogía científica forjada por sus educadores,
    con participación de las instituciones
    tutelares, el Estado, la familia y
    otras. Además, requiere una educación con organización horizontal, Plan Nacional,
    ideal educativo proyectado por el Estado y la sociedad . En
    síntesis, el actual sistema educativo es obsoleto,
    desgajado por los avances de la ciencia y la tecnología,
    que tiene más de 90 años de antigüedad, y no
    responde a las exigencias de la vida moderna. Hoy, la sociedad
    peruana necesita una verdadera educación con un magisterio
    de profunda vocación, técnicamente capacitado, con
    dignidad
    social y económica, con escalafón
    científico; para que se reconstruya la sociedad de clases,
    y quizá para que se obvie la opresión de la
    clase
    dominante en alguna medida. De lo contrario, el fenómeno
    psico-social oprimirá al Perú profundo por un
    tiempo más; pero no para siempre, ya que los tiempos
    cambian y no hay en este mundo algo eterno.

    En toda investigación científica, en
    cualquier tema, se llega a conocer las causas; después, se
    plantean las soluciones
    posibles. En el presente análisis de la realidad
    educativa, se arriba a la siguiente conclusión: "La
    educación en el Perú es de bajo nivel", con las
    siguientes secuelas:

    • De país ignorante.
    • De sociedad pobre.
    • De conglomerado social ocioso.

    La Cultura Inauténtica del
    Perú

    El hombre Tahuantinsuyano fue de estirpe ingeniosa, como
    lo justifica su elevado grado de cultura logrado. La idea de
    inepto del hombre peruano para realizar un trabajo algo
    importante en la vida, es el parecer de los espurios de la
    humanidad, que llevados por su mezquindad material. Se dice
    inepto al hombre no apto para una cosa determinada, al
    inhábil, al que no tiene aptitud o capacidad. Esta
    cualidad negativa no es propia del hombre peruano; pues por
    nuestros ancestros somos creativos.

    En la antesala del tercer milenio, más de la
    mitad de la población se halla en extrema pobreza,
    sumergida en la ignorancia, llevando una vida ignominiosa y
    servil; simple y llanamente por no haber merecido una "verdadera
    educación" por indiferencia de quienes dirigieron el
    destino de la sociedad. Por ejemplo, si un huancaíno viaja
    a Estados Unidos
    de Norte América en busca de trabajo, no obstante de tener
    educación
    superior e incluso especialidad, sólo es admitido en
    trabajos subsidiarios, y en la mayoría de los casos en
    trabajos de servidumbre; si es analfabeto o semialfabeto con
    dedos burdos y filosofía pancista, a la actividad de
    pastor de ganados. Mientras el extranjero que llega al
    Perú es recibido como patrón, científico,
    industrial, asesor de Estado, etc. Esta contradicción
    social revela el bajo nivel cultural del hombre
    peruano.

    Sobre el planeta Tierra no
    habría un hombre consciente que no quiere mejorar su vida,
    pues, la superación humana es un anhelo universal. El
    hombre peruano no tiene desarrolladas sus facultades, porque no
    ha sido merecedor de una verdadera educación desde su
    infancia; no está formado o preparado para la producción de alta calidad competitiva; de
    ahí que, la clase social oprimida se halla sumergida en
    extrema pobreza, sentenciada a dejar de existir por
    inanición.

    En tanto, los países más desarrollados del
    mundo: Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña,
    Francia,
    Alemania,
    Italia,
    Japón y Rusia tuvieron
    un sistema educativo de alto nivel, acorde a los avances de la
    ciencia y la tecnología, como podemos apreciar en el
    esquema gráfico Nivel de Educación en los
    Países Desarrollados.

    Cabe destacar en la formación del hombre, el
    "hábito al trabajo" mediante la educación
    técnica, como un valor positivo. Mientras la
    educación teórica inspira la ociosidad en el
    oficio, arte o profesión; como ocurre en el Perú y
    otros países atrasados. En consecuencia, la
    educación científica y técnica forman
    hombres activos y
    productivos como acontecen en los países altamente
    industrializados. El trabajo es,
    ante todo un proceso entre el hombre y la naturaleza,
    mediante su propia actividad, mediatiza, regula y controla el
    intercambio de sustancias entre él y la naturaleza. Al
    actuar sobre la naturaleza exterior, el hombre la modifica, a la
    vez se modifica a sí mismo. Al modificar la naturaleza, el
    hombre realiza su fin consciente, adapta los objetos de la
    naturaleza a sus necesidades. El proceso del trabajo incluye 3
    momentos: 1) La actividad del hombre dirigida a un fin, es decir,
    el trabajo mismo; 2) el objeto del trabajo, y 3) los instrumentos
    de producción con que el hombre actúa sobre el
    objeto dado. El trabajo constituye la condición primera y
    fundamental de la existencia humana. No sólo proporciona
    al hombre los medios de subsistencia que necesita; el trabajo ha
    creado al propio hombre. Gracias al trabajo, el hombre se ha
    separado del mundo animal. Una de las diferencias esenciales
    entre el hombre y el animal estriba en que éste, se sirve
    de productos
    acabados de la naturaleza, mientras el hombre, gracias al
    trabajo, obliga a la naturaleza a ponerse al servicio de
    sus fines.

    La Crisis de la Educación
    Nacional.

    Uno de los países con raíces más
    profundas en la historia de América
    es el Perú, por los grandes niveles culturales y
    organizativos logrados por la civilizaciones
    prehispánicas; y que hoy es, simplemente tercermundista,
    "pasando de colonia a colonia", por la ironía
    política de sus gobernantes, y por la secuela social y
    mental producida por la invasión española. El
    país confronta una problemática, al parecer sin
    canal por donde salir y empezar a resolver. Creemos, que el
    primer canal sería la educación de su capital humano,
    mediante una verdadera educación acorde a los avances de
    la ciencia y la tecnología, concordante al carácter
    étnico, ecológico e idiosincrásico de la
    realidad; aplicando el método dialéctico y el
    razonamiento inductivo; ya que estos mecanismos lógicos,
    forman el hombre creativo, el hombre con iniciativas, productivo
    de calidad. En el gráfico Comparación de Niveles de
    Educación se advierte el proceso "involutivo" de la
    Educación Nacional, y hoy se pretende dar un salto a la
    Informática; cuando lo lógico sería, elevar
    primero al nivel científico.

    Así como la religión y el arte
    existen desde hace ochenta mil años. La ciencia, como
    fuerza
    importante, comienza con Galileo. por consiguiente, existe desde
    unos trescientos ochenta años. En la primera mitad de este
    corto período fue un anhelo de los eruditos, sin afectar
    los pensamientos de los hombres corrientes. Sólo en la
    segunda mitad de este período, la ciencia se ha convertido
    en un factor importante que determina la vida cotidiana de todo
    el mundo. En este breve tiempo ha causado mayores cambios que los
    ocurridos desde los días de los antiguos egipcios. Ciento
    noventa años de ciencia han resultado más
    explosivos que cinco mil años de cultura
    precientífica. La ciencia como conocimiento
    es, en cualquier caso, una conquista positiva e irrenunciable de
    la humanidad; pero como técnica puede dar lugar a un mundo
    de esclavitud,
    cuando no es orientada hacia la construcción de la sociedad entera. De lo
    que se colige, que la educación anticientífica,
    idealista y dogmática viene a ser el opio de la
    formación de nuestra sociedad; por eso, conviene precisar
    los conceptos de cultura, metafísica, ciencia y
    religión.

    La Educación no es un Gasto sino una
    Inversión

    La realidad peruana, conlleva aguda crisis
    ideológica, esencialmente por no fundar sus ideas en las
    leyes sociales. La razón humana sin la natural,
    inevitablemente tiene que adolecer de certeza.

    A la luz de la verdad científica, la cultura
    Inkaria fue científica por su orientación por las
    leyes naturales y cósmicas, como también por su
    educación dialéctica. En tanto, en el mundo
    capitalista de hoy, el maquinismo del siglo XVIII, la revolución
    industrial del XIX han traído consigo la
    confusión, la quiebra de los
    valores humanos, reflejándolas en la clase
    proletaria.

    El esfuerzo del hombre contemporáneo está
    orientado a la indagación de la verdad para comprender el
    mundo y la vida en su esencia, y por ende para vivir como
    elemento cósmico, sin prejuicios culturales ni
    mezquindades económicas. Y, la sociedad peruana con
    incipiente desarrollo, no obstante su herencia cultural
    Tahuantinsuyana y su potencial económico, en la presente
    era científica, se halla con signos
    críticos de asfixiarse por la secuela social – mental de
    su pasado histórico y sobre todo, por fulgurar una
    educación idealista dogmática: sin objetivos ni
    fines concretos.

    La crisis de la sociedad es verosímil e
    incontrovertible. La misma que ha generado conflictos
    sociales a través de generaciones tras generaciones,
    ocasionando la baja calidad de su educación. El destino de
    un país depende de la calidad de su capital
    humano.

    Concebimos, que cualquier esfuerzo del Estado peruano
    por el despegue del país, no será operante ni
    orgánico cuando el fin de su educación está
    desviado, como dijera Adolfo Hitler en
    su obra "Mi Lucha". Por esta razón real, consideramos que
    si hay algo que hacer perentoriamente por el Perú, lo
    primero sería: educar y reeducar el capital humano, con
    filosofía realista, lógica política
    concreta, inspirada en la democracia social, la mútua
    comprensión; formando el hombre reflexivo, realista,
    técnico; con mentalidad analítica, crítica, científica, práctica
    y superada; ni opresor ni oprimida, sino amante de la verdad y la
    justicia social.

    Si bien es cierto que no hay un cambio real valedero en
    el saber para todos los tiempos, la ciencia de la
    Educación con principios dialécticos, como es
    nuestro aporte, bien podría superar la desigualdad socio
    -económica. Porque, la dialéctica es la alta
    síntesis de la filosofía griega y de la
    clásica alemana, pues las leyes dialécticas son
    extraídas de la realidad y aplicables a ella.

    Cuando se concibe la educación como pregunta y
    respuesta de una época, la Educación Peruana no
    podría ser concebida como un gasto, sino como la mejor
    inversión; para resolver el problema número uno del
    país: necesidad de reconstruir la sociedad, para su
    desarrollo en el mundo globalizado.

    CAPÍTULO II

    PERSISTENCIA DE LA PEDAGOGÍA
    DOGMÁTICA

    Metafísica y Ciencia.

    Es un hecho curioso que, cuando justamente el hombre de
    la calle comienza a creer del todo en la ciencia, el hombre del
    laboratorio ha
    comenzado a perder su fe en ella. Es en similares
    contradicciones, que la mayoría de los físicos no
    abrigan la menor duda que las leyes de la física nos
    proporcionan una información real sobre los movimientos de
    los cuerpos, y que el mundo físico se compone realmente de
    las clases de entidades en que aparecen en las ecuaciones de
    la física. Bien es verdad que los filósofos pusieron en duda esta
    opinión desde los tiempos de Berkeley; pero como su
    crítica no se aplicó a ningún punto concreto
    en el campo de la ciencia, pudo ser ignorada hoy en día.
    Las ideas revolucionarias de la filosofía, de la
    física es humilde y balbuciente, mientras la antigua
    filosofía era orgullosa y dictatorial. Es natural, a mi
    modo de ver, que cada hombre procura llenar el vacío
    dejado por la desaparición de la creencia de las leyes
    físicas lo mejor que puede, y que utilice para este
    propósito cualquier retazo de creencia infundada que antes
    no había tenido ocasión de difundirse. Cuando
    decayó la robustez de la fe

    católica en tiempos del Renacimiento,
    tendió, a ser reemplazada por la astrología y la nigromancia; y de
    análoga manera debemos esperar que el decaimiento de la fe
    científica conduzca a una recrudescencia de las
    supersticiones precientíficas.

    Esto es muy impresionante, pero los científicos
    no están de ningún modo persuadidos de que exista
    realidad objetiva alguna en las grandes cifras que manejan. No
    quiero decir con esto que no juzguen como verdaderas las leyes
    que enuncien; quiero dar a entender más bien que estas
    leyes son susceptibles en una interpretación que convierte
    los abismos del espacio astronómico en conceptos meramente
    auxiliares, que son útiles en los cálculos por
    medio de los cuales ligamos un suceso real con otro.

    El saber humano de las cosas del mundo, hasta
    aquí logrados por la ciencia, todavía no lo es el
    todo; la investigación avanza, y la
    metafísica profundiza a sus primeras causas. La
    pedagogía como ciencia es sustentada por las causas
    razonables de la necesidad de formación del
    hombre.

    La Pedagogía es una Ciencia y no un
    Dogma.

    Los siglos XVIII y XIX tuvieron una filosofía de
    la ley natural,
    basado en Newton. Se
    suponía que la ley implicaba un legislador, aunque a
    medida que el tiempo avanzaba, esta suposición iba siendo
    menos subrayada. En todo caso, el universo
    estaba ordenado y podían pronosticarse sus
    fenómenos. Al averiguar las leyes de la naturaleza, y
    así la ciencia se hizo el origen del poder.

    ¿Cómo, en estas circunstancias, ha de
    contribuir la ciencia a la metafísica?. Los
    filósofos académicos han creído, desde la
    época de Parménides, que el mundo es una unidad.
    Esta opinión ha sido tomada de ellos por los
    clérigos, y su aceptación ha sido considerada como
    la piedra de toque de la sabiduría. Creo que el universo es un
    enjambre de puntos y saltos, así por ejemplo, hoy se
    concibe el Sol como
    ondas de
    metafísica, Y por otro, como sentido común. Como
    metafísica ha sido iniciada por su éxito;
    en cambio, como sentido común permanece triunfante,
    más triunfante que nunca.

    En vista de este estado de cosas, es necesario hacer la
    distinción tajante entre las creencias metafísicas
    y las creencias prácticas. por lo que toca a la conducta de la
    vida. No estaremos errando al afirmar que la metafísica
    pertenece a la religión, mientras la ciencia a la
    investigación de la verdad demostrada y
    probada.

    Esta breve historia de la antigua idea de
    metafísica nos lleva a decir que el método
    dogmático es creado por ella, método propio de la
    religión, y, que fue aplicado en las primeras escuelas del
    mundo. La educación en su proceso evolutivo, así
    como se dio en muchos países del orbe, acorde con los
    avances de la filosofía, vino cambiando los métodos de
    la enseñanza hasta la práctica del método
    científico. En tanto en otros países que
    carecieron de visión de futuro, no se dio el cambio de
    métodos acorde con los avances de la ciencia. De este
    hecho, devinieron "las clases de mentalidades humanas".
    Lamentablemente, el sistema educativo del Perú esta
    impregnado de dogmatismo; por eso, la enseñanza es
    impuesta, y los estudiantes peruanos son repetidores algo
    así como se repite el Padre Nuestro. Vale decir, no hay el
    cultivo de imaginaciones en nuestros estudiantes, ya que su
    esquema mental está formado para repetir lo poco que
    aprendió en sus instituciones educativas, carecen de
    creatividad o
    innovaciones científicas. Pues, la Pedagogía como
    ciencia es científica, entonces el proceso
    pedagógico que se sigue es mediante fases y niveles de una
    investigación; en cambio, en la religión la
    enseñanza es en base de preceptos, aplicando el
    procedimiento dogmático. Lamentablemente en la
    pedagogía peruana de hoy está en vigencia el
    dogmatismo.

    La Ciencia y la Religión.

    En tiempos recientes la mayoría de físicos
    eminentes y un cierto número de eminentes
    biológicos han hecho declaraciones, afirmando que los
    avances últimos en la ciencia desaprueba el viejo materialismo y
    tienden a restablecer las verdades de la religión. Las
    afirmaciones de los científicos han sido, por regla
    general, vagas y han tenido el carácter de ensayo. En
    primer lugar, los hombres de ciencia han dicho la mitad de lo que
    se les ha atribuido, y en segundo lugar, que no han dicho para
    apoyar las creencias tradicionales religiosas. Lo han dicho, no
    con el carácter de defensa prudente y científica,
    sino más bien en su condición de ciudadanos,
    ansiosos de defender ciertos valores y la propiedad
    privada.

    Examinemos lo que en realidad la ciencia tiene que
    decir:

    1. Libre albedrío.- Hasta tiempos muy
    recientes, la teología, en su forma católica
    aunque admita el libre albedrío en los seres humanos,
    mostraba afecto a la ley natural en el universo, mitigada
    sólo por la creencia en milagros ocasionales. En el
    siglo XVIII, bajo la influencia de Newton, la alianza entre la
    teología y la ley natural se hizo muy estrecha. Se
    sostenía que Dios había creado el mundo en
    consonancia con un plan. Hasta el siglo XIX, la teología
    permaneció firme y definida. Con el fin de contener los
    asaltados de la razón atea, sin embargo, ha tendido cada
    vez más durante los últimos cien años a
    recurrir al sentimiento. Ha tratado de atraer a los hombres a
    sus modos intelectuales relajados; y. de camisa de fuerza
    que fue, ahora a pasado a ser una bata. En nuestros días
    solos los fundamentalista y unos pocos teólogos los
    más eruditos, mantienen la antigua y respetable
    tradición intelectual. Todos los demás
    apologistas religiosos se dedican a embotar el filo de la
    lógica, apelando al corazón
    en vez de la cabeza y manteniendo que nuestros sentimientos
    pueden demostrar la falsedad de una conclusión, que a
    nuestra razón ha sido conducida a la verdad real, dicha
    verdad es fundada en el principio de la libre
    determinación en atención a una casualidad. En suma, no
    hay efecto sin causa.

    2. Dios como creador.- Una de las serias
    dificultades con que lucha la ciencia en el momento actual, es
    la que deriva del hecho de aparecer el Universo en decadencia.
    Existen, por ejemplo, los elementos radioactivos en el mundo.
    Éstos están desintegrándose perpetuamente
    en elementos menos complejos, y no se conoce el proceso por
    medio del cual pueden ser reconstituidos. Esto, sin embargo, no
    es el aspecto más importante o difícil en la
    decadencia del mundo. Aunque no conocemos ningún proceso
    natural por medio del cual elementos complejos sean
    reconstituidos con trozos más sencillos, podemos
    imaginarnos de tal proceso; y es posible que está
    verificado en alguna parte. Pero cuando llegamos a la segunda
    ley de la termodinámica, encontramos una dificultad
    más fundamental.

    La segunda ley de la termodinámica afirma,
    dicho con términos vulgares, que las cosas abandonadas
    así mismas tienden a embrollarse y no vuelven por si
    solas a ponerse en orden de nuevo. Parece que en cierta
    época pasada el universo estaba muy ordenado, y cada
    cosa se hallaba en un sitio adecuado; pero desde entonces ha
    ido desordenado más y más, hasta el punto de que
    sólo un remedio heroico pueda restaurarlo a su orden
    primitivo. En su forma original la segunda ley
    termodinámica afirma mucho menos general, a saber: que
    cuando hay una diferencia de temperatura
    entre dos cuerpos, el más caliente se enfría y el
    más frío se calienta, hasta que ambos alcanzan
    una temperatura igual. En esta forma, la ley afirma un hecho
    familiar a todo el mundo; pero ocurre, algo más de lo
    que se afirma simplemente, las partículas de los cuerpos
    muy calientes están en movimiento
    muy rápido, mientras las de los cuerpos fríos se
    mueven más despacio. A la larga cuando una serie de
    partículas moviéndose despacio se encuentran
    juntas en la misma región las rápidas se chocan
    con unas lentas, ambas series adquieren velocidades iguales.
    Una verdad similar se aplica a todas las formas de
    energía. Siempre que hay mucha cantidad de
    energía en una región y muy poca en una
    región vecina, la energía se tendrá a
    trasladarse de una región a otra, hasta que se
    establezca una igualdad. Si se traslada esta tendencia de la
    energía a la vida social podemos afirmar que la
    diferencia que existe hoy entre ricos y pobres, en años
    más tarde o más temprano se llegará a la
    democracia, a la totalidad de las clases
    sociales. ya que las clases deprimidas hoy, luchan por
    alcanzar las fuerzas de las clases opresoras, ya que
    avanzó a su límite máximo, entonces, tiene
    que ceder las aspiraciones justas de la clase oprimida. Esto,
    no se comprende hasta hoy, la fuerza de la ciencia dará
    justificación correspondiente, a los que hasta hoy
    ignoran.

    ¿Debemos inferir de esto que el mundo fue hecho
    por un Creador?. Inferir un creador es inferir una causa y, las
    inferencias causales son sólo admisibles, en ciencia,
    cuando proceden de leyes causases observadas. La
    creación procedente de la nada es un suceso que no ha
    sido observado. No hay, por ello, razón para que el
    mundo fue engendrado por un creador, que para suponer que lo
    fue sin causar; una y otra suposición contradicen en las
    leyes causales que podemos observar.

    El argumento puramente intelectual en este asunto es
    muy sencillo: ¿Está el Creador sujeto a las leyes
    de la física, o no?. Si no lo está, no puede ser
    deducido de los fenómenos físicos, ya que ninguna
    ley física causal puede conducir a él; si lo
    está, debemos aplicarle la segunda ley de la
    termodinámica suponer que él también tuvo
    que ser creado en algún período remoto. Pero en
    este caso ha perdido su razón de ser. Decir algo
    más, sobre el tema del creador, creo que la
    imaginación del hombre común y corriente, por muy
    sabios físicos, no tiene la capacidad suficiente para
    explicar. Entonces, la tesis de la
    creación, queda por hoy, para otro momento en reserva,
    manteniendo latente en la imaginación humana, que la
    idea del creador es netamente espiritual. Desde este punto de
    vista, persiste la idea de la creación por un Ser
    Supremo. Cualquier otro tema del mundo físico
    podría ser abordado por el hombre según los
    avances de la ciencia, menos del creador, porque no hay
    indicios, sin embargo lo creemos.

    3. Teología evolucionista.- La evolución, cuando apareció, fue
    considerada como hostil a la religión y aún es
    para los fundamentalistas. Pero se ha creado una escuela
    completa de apologistas, que ven la evolución como la
    prueba de un plan divino, desarrollándose lentamente a
    través de las edades. Algunos colocan este plan en la
    mente del Creador, mientras otros lo consideran como inmanente
    en los oscuros esfuerzos vivientes.

    La actitud
    apologética que tanto prevalece en la ciencia actual no
    es un resultado lógico de la introducción de nuevos conceptos.
    Está basada en la esperanza de restablecer creencias
    tradicionales, contra las cuales la ciencia luchó de un
    modo manifestó en otro tiempo. Esta esperanza no es un
    producto
    accesorio de descubrimiento científico. Tiene sus
    raíces en la índole de este período.
    Durante algunos años, las naciones de Europa abandonaron
    el ejercito de la razón en sus relaciones mutuas. El
    Juicio intelectual imparcial era deslealtad. La crítica
    de la creencia tradicional era traición. Los
    filósofos y hombres de ciencia se inclinaban ante el
    inexorable decreto corriente. El compromiso con la creencia
    tradicional llegó a ser sello del bien ciudadano. La
    filosofía contemporánea tenía aún
    que encontrar el camino que la salven del desaliento
    intelectual, herencia de la guerra
    mundial.

    Los hombres necesitan una fe que sea robusta y real y
    no tímida y descorazonada. La ciencia no es sino en
    esencia, la persecución sistemática del
    conocimiento; y el conocimiento, por mal uso que hagan de
    él los hombres, es en su esencia bueno. El perder la fe
    en el conocimiento es perder la fe en la mejor de las
    capacidades del hombre; por eso, repito sin vacilación,
    el racionalista inflexible tiene una fe mejor y un optimismo
    más firme que cualquiera de los que buscan,
    tímidos, los consuelos pueriles de una edad menos
    adulta.

    En otros términos la teología
    evolucionista ya viene admitiendo, aunque no son pasos firmes
    la evolución de la materia como
    el origen del mundo, el agua como
    el primer elemento donde se formó la materia. Pero, sin
    negar, que el agua fue
    obra de una Creación.

    La religión es una creencia, y la
    pedagogía es una ciencia. En la educación peruana
    se viene enseñando siguiendo lo pasos de la
    enseñanza de la religión, en que no hay debate,
    diálogo ni polémica.

    La Ciencia con Galileo

    El método científico tal como lo
    entendemos, aparece en el mundo con Galileo (1564 – 1642), y en
    menor grado, con su contemporáneo Kepler (1571 – 1630).
    Kepler alcanzó la fama por sus tres leyes. Primero
    descubrió que los planetas se
    mueven en torno al sol
    según elipses y no círculos. Para la mente moderna
    no hay nada sorprendente en el hecho de que la órbita
    terrestre sea una elipse; pero para las mentes educadas a la
    antigua, nada, excepto, círculo, o algún complejo
    de círculos, parecía órbita educada para el
    movimiento de un cuerpo celeste. Según los griegos, los
    planetas eran seres divinos y debían, por eso, moverse en
    curvas perfectas. Los círculos y epiciclos no lastimaban
    susceptibilidades estéticas; pero la órbita
    encorvada y oblicua, tal como lo es de la Tierra, les hubiera
    impresionado profundamente. Una observación sin prejuicios estéticos
    requería por eso, en aquella época, una rara
    intensidad de ardor científico. Fueron Kepler y Galileo
    los que establecieron el hecho de que la tierra y otros planetas
    giraban al rededor del Sol. Esto había sido afirmado por
    Copérnico, y como hemos visto, ciertos griegos, que no
    habían logrado, empero, dar las pruebas de
    ello. Copérnico, en verdad, no encontró argumentos
    serios que presentar a favor de su entrevista. No
    es mera justicia para con Kepler el afirmar que al adoptar la
    hipótesis copernicana se apoyaba en razones
    puramente científicas. Se dice que en cierta época
    de la juventud fue
    partidario de la adoración al Sol, y que pensaba que el
    centro del universo era el único sitio digno de un tan
    gran deidad.

    Sin embargo, sólo motivos científicos
    pudieron conducirle al descubrimiento de las órbitas
    planetarias elipses y no círculos.

    Él, y aun más Galileo, poseyeron el
    método científico (dialéctico) en su
    integridad. Auque se sabe actualmente muchas más cosas que
    las que se sabían en su época, no se ha
    añadido nada esencial al método. Pasaron de la
    observación de hechos particulares al establecimiento de
    leyes cuantitativas rigurosas, por medio de las cuales los hechos
    particulares futuros podrían ser predichos. Chocaron
    profundamente con sus contemporáneos, en parte porque sus
    conclusiones se enfrentaban por su naturaleza con las creencias
    de aquellas épocas; pero en parte también porque la
    creencia en la autoridad
    había impulsado a los eruditos a limitar en sus investigaciones,
    y los profesores estaban angustiados ante la sujeción de
    que podría ser necesario contemplar el mundo para saber
    como es.

    Hay que reconocer que Galileo era algo travieso, siendo
    aún muy joven, fue nombrado profesor de matemáticas en Pisa; pero como el salario era
    miserable, no parece haberse ilusionado con que se esperasen de
    él grandes cosas. Comenzó escribiendo un tratado
    contra el uso del birrete y de la toga de la universidad,
    tratado que pudo quizá popularizarse entre los
    estudiantes; pero que fue acogido con gran descontento por sus
    compañeros los profesores. Se divertía buscando
    ocasiones que pusiesen en ridículo a sus colegas.
    Éstos admiraban, por ejemplo, basándose en la
    física de Aristóteles, que un cuerpo que, pasase
    diez libras caería de una altura determinada en una
    décima parte de tiempo que necesitaría un cuerpo
    que pesase una libra. Una mañana subió Galileo a lo
    alto de la torre inclinada de Pisa con dos pesos de una y de diez
    libras, respectivamente, y en el momento en que los profesores se
    dirigían con grave dignidad a sus cátedras, en
    presencia de los discípulos llamó su
    atención y dejó caer los dos pesos a sus pies de lo
    alto de la torre. Ambos pesos llegaron al mismo tiempo. Los
    profesores, sin embargo, sostuvieron que sus ojos debían
    haberles engañado, puesto que era imposible que
    Aristóteles se equivocase.

    En otra ocasión fue aún más
    atrevido. Giovanni de Medici, que era gobernador de Lioma,
    inventó una máquina de dragar, de la que estaba muy
    ufano. Galileo afirmó que, hiciese lo que hiciese, no
    lograría dragar con ella; como así resultó.
    Esto indujo a Giovanni a hacerse un entusiasta
    aristotélico.

    Galileo se hizo impopular y fue silbado al explicar sus
    cursos, hecho que también le ha sucedido a Einstein en
    Berlín. Después hizo un telescopio e invitó
    a los profesores a mirar por él los satélites
    de Júpiter. Los profesores rehusaron, exponiendo como
    motivo que Aristóteles no había mencionado dichos
    satélites, y que, por eso, cualquiera que pensase que lo
    veía tenía que estar equivocado. Así, se
    sigue también en pedagogía, hasta ahora.

    El experimento de la torre inclinada de Pisa
    corroboró a la primera investigación importante de
    Galileo; o sea el establecimiento de la "Ley de la caída
    libre de los graves". Según dicha ley, todos los
    cuerpos caen a la misma velocidad en
    el vacío, al termino de un tiempo determinado han
    adquirido una velocidad proporcional al tiempo durante el cual
    han estado cayendo y han recorrido un espacio proporcional al
    cuadrado de dicho tiempo.

    Aristóteles había sostenido otra cosa;
    pero ni Aristóteles ni ninguno de sus sucesores, durante
    cerca de dos mil años como se había tomado la
    molestia de averiguar que si lo que sostenían era verdad.
    La idea de hacer esta investigación era una novedad, y la
    falta de respeto de
    Galileo a la autoridad fue considerada abominable.

    El Precio Del
    Método Científico

    Como todo el mundo sabe, tuvo que ver con la
    Inquisición al final de su vida, por sostener que la
    Tierra gira al rededor del Sol. Había tenido un primer
    encuentro de menor importancia, del cual saliera sin gran
    quebranto; pero en el año 1632 publicó un libro de
    Diálogos sobre los sistemas de Copérnico y
    Ptolomeo, en el que cometió la temeridad de colocar en
    boca de un personaje llamado Simplicio algunas observaciones que
    habían sido hechas por el Papa. El Papa mantenía
    relación amistosa con Galileo; pero en esta ocasión
    se puso furioso. Galileo vivía en Florencia en buena
    amistad con el
    Gran Duque. Pero la Inquisición reclamó su
    presencia en Roma para juzgarla, y amenazo al Gran Duque con
    castigos y multas si continuaba amparando a Galileo. Éste
    tenía por entonces sesenta años, estaba muy enfermo
    y se iba quedando ciego. Envío un certificado
    médico para demostrar que no estaba en condiciones de
    viajar, a lo cual la Inquisición respondió
    enviándoles un médico de los suyos, con ordenes de
    que tan pronto se repusiese lo bastante, fue traído a Roma
    cargado de cadenas. Al enterarse de que esta orden se iba llevar
    a cabo, se puso voluntariamente en camino. Con amenazas se le
    obligó a hacer acto de sumisión.

    La sentencia de la inquisición es un documento
    interesante.

    Dice así:

    Por cuanto tú, Galileo, hijo del difunto Vincenzo
    Galilei, de Florencia, de setenta años de edad, fuiste
    denunciado en 1615, a este Santo oficio por sostener como
    verdadera una falsa doctrina enseñada por muchos, a saber:
    que el Sol esta inmóvil en el centro del mundo y que la
    Tierra se mueve y posee también un movimiento diurno,
    así como por tener discípulos a quienes instruyen
    en las mismas ideas; así como por mantener correspondencia
    sobre el mismo tema con algunos matemáticos alemanes;
    así como por publicar ciertas cartas sobre el
    Sol, en las que desarrollas la misma doctrina como verdades;
    así como por responder las objeciones que se suscitan
    continuamente por las Sagradas Escrituras, glosando dichas
    escrituras según tu interpretación, y por cuanto
    fue presentada la copia de un escrito en forma de carta, redactada
    expresamente por ti para una persona que fue antes tu
    discípulo, y en la que siguiendo la hipótesis de
    Copérnico, incluyes varias proposiciones contrarias al
    verdadero sentido y autoridad de las Sagradas Escrituras; por eso
    este Sagrado Tribunal, deseando de prevenir el desarrollo y
    prejuicio que
    desde entonces proceden y aumentan en menoscabo de la Sagrada Fe,
    y atendiendo al deseo de su santidad y de los
    eminentísimos cardenales de esta su rema Universal
    Inquisición, califica las dos posiciones de la estabilidad
    del Sol y del movimiento de la Tierra, según los
    calificadores tecnológicos, como sigue:

    1. La proposición de ser el Sol el centro del
    mundo e inmóvil en su sitio es absurda,
    filosóficamente falsa y formalmente herética,
    porque precisamente es contraria a las Sagradas
    Escrituras.

    2. La proposición de no ser la Tierra el
    centro del mundo, ni inmóvil, sino que se mueve, y
    también con un movimiento diurno, es también
    absurda, filosóficamente falsa y, teológicamente
    considerada, por lo menos errónea en la fe.

    Pero estando decidida en esta ocasión a tratarse
    con suavidad, la Sagrada Congregación, reunida ante su
    Santidad el 25 de febrero de 1616, decreta que su eminencia el
    cardenal Bellarmino te prescriba adjurar del todo de la
    mencionada falsa doctrina; y que si se rehusares hacerlo, seas
    requerido por el comisario del Santo Oficio a renunciar a ella, a
    no enseñarla a otros ni a defenderla; y a falta de
    aquiescencia, que seas prisionero; y por eso, para completar este
    decreto al día siguiente, en el palacio, en presencia de
    tu eminencia el mencionado cardenal Bellarmino, después de
    haber sido ligeramente amonestado por dicho cardenal, fuiste
    conminado por el comisario del Santo Oficio, ante notarios y
    testigos, a renunciar del todo a la mencionada opinión
    falsa, y en el futuro, no defenderla ni enseñarla de
    ninguna manera, ni verbalmente ni por escrito; y después
    de prometer obediencia a ello, fuiste despachado.

    Y con el fin de que una doctrina tan perniciosa pueda
    ser extirpada del todo y no se insinúe por más
    tiempo con grave detrimento de la verdad católica, ha sido
    publicado un decreto procedente de la Santa Congregación,
    prohibiendo los libros que
    tratan de esta doctrina, declarando la falsa y del todo
    contraría a la Sagrada Divina Escritura. Y
    por cuanto después ha aparecido un libro publicado en
    Florencia el último año, cuyo título
    demostraba ser tuyo, a saber: El Diálogo de Galileo sobre
    los dos sistemas principales del mundo: ptolomeico y el
    copernicano; de dicho libro va ganando terreno diariamente la
    opinión falsa del movimiento de la Tierra y de la
    estabilidad del Sol, se ha examinado detenidamente el mencionado
    libro y se ha encontrado en él una violación
    manifiesta de la orden anteriormente dada a ti, toda vez que en
    este libro has defendido aquella opinión que ante tu
    presencia había sido condenada; auque en el mismo libro
    haces muchas circunlocuciones para inducir a la creencia de que
    ello queda indeciso y sólo como probable, lo cual es
    asimismo un error muy grave, toda vez que no puede ser en
    ningún modo probable una opinión que ya ha sido
    declarada y determinada como contraria a la Divina Escritura. Por
    eso, por nuestra orden, han sido citado en este Santo Oficio,
    donde, después de prestado juramento, han reconocido el
    mencionado libro como escrito y publicado por ti. También
    confesaste que condensaste a escribir dicho libro hace diez o
    doce años, después de haber sido dada la orden
    antes mencionada. También reconociste que habías
    pedido licencia para publicarlo, sin aclarar a los que te
    concedieron este permiso, que habías recibido orden de no;
    mantener, defender o enseñar dicha doctrina de
    ningún modo. Que también confesaste que el lector
    podría juzgar los argumentos adicidos para la doctrina
    falsa, expresados de tal modo, que impulsaban con más
    eficacia a la
    convicción que a una refutación fácil,
    alegando que habías caído en error contra tu
    intención al escribir en forma dialogada y, por
    consecuencia, con la natural complacencia que cada uno siente por
    sus propias sutilezas en mostrarse más habilidoso que la
    generalidad del género
    humano al inventar, aún en falsas proporciones, argumentos
    ingeniosos y plausibles.

    Y después de haber concedido tiempo prudencia
    para hacer tu defensa, mostraste un certificado con el
    carácter de letra de su eminencia el cardenal Bellarmino,
    conseguido, según dijiste, por ti mismo, con el fin de que
    pudieses defenderte contra las calumnias de tus enemigos, quienes
    propalaban que no habían abjurado ni que habías
    sido castigado por el Santo Oficio; en cuyo certificado se
    declara que no habías abjurado ni habías sido
    castigado, sino únicamente que la declaración hecha
    por su Santidad, y promulgada por la Santa Congregación,
    te había sido comunicada, en la que se declara que la
    opinión del movimiento de la Tierra y de la estabilidad
    del Sol es contraria a las Sagradas Escrituras, y que por eso no
    puede ser sostenido. Por lo que al no haberse hecho allí
    mencionado de dos artículos de la orden de "no
    enseñar" y "de ningún modo" argüiste que
    debíamos creer que el lapso de catorce o quince
    años se habían borrado de tu memoria, y que
    esta fue también la razón por la que guardaste
    silencio respecto a la orden, cuando buscaste el permiso para
    publicar tu libro, y esto es dicho por ti, no por excusar tu
    error, sino para que pueda ser atribuido a ambición de
    vanagloria más que a malicia. Pero este mismo certificado
    escrito a tu favor, ha agravado considerablemente tu ofensa, toda
    vez que en él se declara que la mencionada opinión
    es opuesta a las Sagradas Escrituras, y, sin embargo, te has
    atrevido a ocuparte de ella y a argüir que es probable. Ni
    hay ninguna atenuación en la licencia arrancada por ti,
    insidiosa y astutamente, toda vez que no pudiste de manifiesto el
    mandato que se te había impuesto. Pero
    considerando nuestra opinión de no haber revelado toda la
    verdad respecto a tu intención, juzgamos procedente un
    examen riguroso, en el que contestaste como buen
    católico.

    Por eso, habiendo visto y considerado seriamente las
    circunstancias de tu caso con tus confesiones y excusas, y todo
    lo demás que debía ser visto y considerado nosotros
    hemos llegado a la sentencia contra ti, que se escribe a
    continuación.

    Invocando el sagrado nombre de Nuestro Señor
    Jesucristo y de su gloriosa Virgen Madre María,
    pronunciamos esta nuestra final sentencia, la que, reunidos en
    Consejo y Tribunal con los reverendos maestros de la Sagrada
    Teología y doctores de ambos Derechos, nuestros asesores,
    extendemos en este escrito relativo a los asuntos y controversias
    entre el magnífico Carlo Sincereo, Doctor en ambos
    Derechos, fiscal
    procurador del Santo Oficio, por un lado, y tú, Galileo Galilei,
    acusado, juzgado y convicto por el otro lado, y pronunciamos,
    juzgamos y declaramos que tú Galileo, ha causa de los
    hechos que han sido detallados en el curso de este escrito, que
    antes has confesado te has hecho a ti mismo vehemente sospechoso
    de herejía a este Santo Oficio al haber creído y
    mantenido la doctrina de que el Sol es el centro del mundo;
    también de que una opinión puede ser sostenida y
    definida como pasable encontraría a la Sagrada Escritura,
    y que, por consiguiente has incurrido en todos las censuras y
    penalidades contenidas y después de haber sido declarada y
    decretada como promulgadas en los sagrados cánones y en
    otras constituciones generales y particulares contra delincuentes
    de esta clase. Visto lo cual, es nuestro deseo que seas absuelto,
    siempre que con un corazón sincero y verdadera fe, en
    nuestra presencia abjures, maldigas y detestes los mencionados
    errores y herejías, y cualquier otro error, y
    herejía contrario a la Iglesia
    Católica y Apostólica de Roma, en la forma que
    ahora se te dirá.

    Pero para que tu lastimoso y pernicioso error y
    trasgresión no queden del todo sin castigo, y para que
    seas más prudente en lo futuro y sirvas de ejemplo para
    que los demás se abstengan de delincuencias de este
    género, nosotros decretamos que el libro "Diálogos
    de Galileo Galilei" sea prohibido por un edicto público, y
    te condenamos a una prisión formal de este Santo Oficio
    por un periodo determinable a nuestra voluntad, y, por la
    vía de saludable penitencia, te ordenamos que durante los
    tres próximos años reces, una ves a la semana, los
    siete salmos penitenciales, reservándonos el poder
    moderar, conmutar o suprimir, la totalidad o parte del mencionado
    castigo o penitencia.

    La fórmula de abjuración que a
    consecuencia de esta sentencia fue obligado Galileo a pronunciar,
    decía como sigue:

    Yo, Galileo Galilei, hijo del difunto Vincenzo Galilei,
    de Florencia, de setenta años de edad, siendo citado
    personalmente a juicio y arrodillado ante vosotros, los eminentes
    y reverendos cardenales, inquisidores generales de la
    República universal cristiana contra la depravación
    herética, teniendo ante mí los Sagrados Evangelios,
    que toco con mis propias manos, juro que siempre he creído
    y, con la ayuda de Dios, creeré en lo futuro, todos los
    artículos que la Sagrada Iglesia Católica y
    Apostólica de Roma sostiene, enseña y predica. Por
    haber recibido orden de este Santo Oficio de abandonar para
    siempre la opinión falsa que sostiene que el Sol es el
    centro e inmóvil, siendo prohibido mantener, defender o
    enseñar de ningún modo dicha falsa doctrina; y
    puesto que después de habérseme indicado que dicha
    doctrina es repugnase a la Sagrada Escritura, he escrito y
    publicado un libro en el que trato de la misma condena doctrina y
    aduzco razones con gran fuerza en apoyo de la misma, sin dar
    ninguna solución; por eso he sido juzgado como sospechoso
    de herejía, esto es, que yo sostengo y creo que el Sol es
    el centro del mundo e inmóvil, y que la Tierra no es el
    centro y es móvil, deseo apartar de las mentes de vuestras
    eminencias y de todo católico cristiano esta vehemente
    sospecha, justamente abriga contra mí; por eso, con un
    corazón sincero y fe verdadera, yo abjuro, maldigo y
    detesto los errores y herejías mencionadas y, en general,
    todo error y sectarismo contrario a la Sagrada Iglesia; y juro
    que nunca más en el porvenir diré o afirmaré
    nada verbalmente o por escrito, que pueda dar lugar a una
    sospecha similar contra mí; asimismo si supiera de
    algún hereje o de alguien sospechoso de herejía, lo
    denunciaré a este Santo Oficio o al inquisidor y ordinario
    del lugar en que pueda encontrarme. Juro, además, y
    prometo que cumpliré y observaré fielmente todas
    las penitencias que me han sido impuesto por este Santo
    Oficio.

    Pero si sucediese que yo violase algunas de mis promesas
    dichas juramento y protesta, me someto a todas las penas y
    castigos que han sido decretados y promulgados por los Sagrados
    cánones y otras constituciones generales y particulares
    contra delincuente de este tipo. Así, con la ayuda de Dios
    y de sus Sagrados evangelios, que toco con mis manos yo, el antes
    nombrado Galileo Galilei, abjurado, prometido y me he ligado a lo
    antes dicho; y en testimonio de ello, con mi propia mano he
    suscrito este presente escrito de mi abjuración, que he
    recitado palabra por palabra.

    En Roma, en el convento de la Minerva, 22 de julio de
    1933; yo, Galileo Galilei, he abjurado conforme se ha dicho antes
    con mi propia mano.

    El conflicto
    entre Galileo y la Inquisición no es meramente el
    conflicto entre el libre pensamiento y
    el fanatismo, o entre la ciencia y la religión; es
    además un conflicto entre el espíritu de inducción y el espíritu de deducción. Los que creen en la
    deducción, método para llegar al conocimiento se
    ven obligados a tomar sus premisas de alguna parte, generalmente
    de un libro Sagrado. La deducción procedente de libros
    inspirados en el método para llegar a la verdad empleado
    por los dogmáticos, lo que practican la lógica
    aristotélica. Galileo discutió a Aristóteles
    y con ello destruyó todo el edificio del conocimiento
    medieval.

    La ciencia tiene su punto de partida con Galileo, con el
    Diálogo, libro escrito en 1632, entonces, la ciencia tiene
    368 años de vigencia en el mundo. Sin embargo, en el
    Perú se conoce muy pocos de ciencia, los conocimientos son
    pocos científicos. El método de la inducción
    es el científico, que implica análisis. En la
    Educación Nacional, todavía se detenta el
    método deductivo que significa dogmatismo. Por eso,
    nuestros estudiantes son repetidores; cuyo hecho, configura
    estatismo en la estructura mental. Esta es, una de las razones
    graves que no permite el desarrollo de la sociedad. En este
    sentido, el sustento de la razón de ser nuestra obra, es
    nada menos que el de dar luces científicas en la
    formación de los hombres del Perú. Actualmente, en
    los umbrales del siglo XXI, los Centros de Formación
    Magisterial vienen forjando los futuros educadores mediante la
    práctica del método deductivo; por eso, creemos tan
    importante el cambio de método dogmático por el
    científico para mejorar la calidad de la educación.
    Muchos de nuestros intelectuales de hoy, todavía son
    aristotélicos en sus pensamientos, deductivistas,
    absolutistas y soberbios, porque perciben en su mente ideas
    viejas, ideas aristotélicas. La educación es:
    investigación; acción, cada clase es una
    hipótesis, que hay que validar o falsear; es una
    relación sujeto – objeto. con una epistemología creciente, innovadora y
    expansivo. Y, no hay educación, sin la relación
    biunívoco entre sociedad y desarrollo, entre sociedad y
    Estado, y Estado y ciudadanos. Además, la educación
    Peruana, por condiciones históricas es elitista,
    marginante y ajena a la realidad nacional y regional. Se habla de
    grandes avances y estrategias
    metodológicas, como: aprendizaje
    significativo, autoestima,
    constructivismo,
    bachillerato, nueva secundaria. Pero, todo esto son
    planteamientos declarativos; y en la práctica, el statu
    que estableció, queda en pie y vigente.

    Partes: 1, 2

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