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La educación en la argentina en los gobiernos de D. Peron y C. Menem




Enviado por chasquira04



    1. LA DOCTRINA
      PERONISTA
    2. LA INSUFICIENCIA DE LAS VIEJAS
      RESPUESTAS
    3. LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946
      – 1955)
    4. LAS REFORMAS DEL SISTEMA
      EDUCATIVO
    5. EL CONFLICTO CON LA IGLESIA
      CATÓLICA
    6. VISTA PREVIA AL GOBIERNO
      MENEMISTA:
    7. EVOLUCIÓN DEL PROGRAMA
      EDUCATIVO
    8. LEYES PRIMORDIALES DE ESTA
      ETAPA
    9. UN NUEVO FRENTE DE
      PRESIÓN: LOS DOCENTES
    10. APARICIÓN DE HUELGUISTAS Y
      CARPA BLANCA DOCENTE
    11. LA SITUACIÓN
      ACTUAL:
    12. LINEAMIENTOS GENERALES EN EL
      ESTADO NEOLIBERAL
    13. CONSECUENCIAS MÁS
      IMPORTANTES DE LA LEY FEDERAL DE
      EDUCACIÓN
    14. CONSECUENCIAS PRÓXIMAS DE
      LA REFORMA

    LA DOCTRINA PERONISTA

    El peronismo se
    presenta como una nueva propuesta política, centrada en
    el bien común que reconstruiría un país
    lastimado por la exclusión
    social, la pobreza y la
    falta de trabajo y de
    inequidad social. Nos parece importante, para comprender con
    mayor exactitud la política peronista, incorporar al
    inicio de nuestro trabajo los veinte principios
    fundamentales expresados por Perón
    sobre los cuales se asienta su política, destacamos entre
    ellos la idea de justicia
    social y de bienestar común:

    1. Defiende un solo interés: el del pueblo.

    2. La verdadera democracia
      es aquella donde el gobierno
      hace lo que el pueblo quiere y

      Tanto, no peronista.

    3. El peronismo es esencialmente popular. Todo
      círculo político es antipopular y, por
      lo

      Caudillo, lo es sólo de nombre.

    4. El peronista trabaja para el Movimiento.
      El que en su nombre sirve a un círculo o a
      un
    5. No existe para el peronismo más que una sola
      clase de
      hombres: los que trabajan.

      Uno produzca por lo menos lo que consume.

    6. En la Nueva Argentina el trabajo
      es un derecho y es un deber, porque es justo que
      cada
    7. Para un peronista no puede haber nada mejor que otro
      peronista.

      Un peronista comienza a sentirse más de lo
      que es, empieza a convertirse en oligarca.

    8. Ningún peronista debe sentirse más de lo
      que es, ni menos de lo que debe ser. Cuando

      Patria, después el Movimiento y luego los
      hombres.

    9. En la acción política la escala de
      valores de
      todo peronista es la siguiente: primero la

      Es la felicidad de sus hijos y la grandeza
      nacional.

    10. La política no es para nosotros un fin, sino
      sólo el medio para el bien de la Patria, que
    11. Los dos brazos del peronismo son la Justicia Social y
      la Ayuda Social. Con ellos damos

    Al pueblo un abrazo de justicia y amor.
    11. El peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea
    héroes pero no mártires.
    12. En la Nueva Argentina los únicos privilegiados son los
    niños.
    13. Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso
    el peronismo tiene una doctrina política, económica
    y social: el Justicialismo.
    14. El Justicialismo es una nueva filosofía de la vida,
    simple, práctica, popular, profundamente cristiana y
    profundamente humanista.

    15. Como doctrina política, el Justicialismo
    realiza el equilibrio del
    derecho del individuo con
    el de la comunidad.
    16. Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la
    economía
    social, poniendo el capital al
    servicio de la
    economía y ésta al servicio del bienestar
    social.

    17. Como doctrina social el Justicialismo realiza la
    Justicia Social, que da a cada persona su
    derecho en función
    social.
    18. Queremos una Argentina socialmente Justa,
    económicamente Libre y políticamente Soberana.
    19. Constituimos un gobierno centralizado, un estado
    organizado y un pueblo libre.
    20. En esta tierra lo
    mejor que tenemos es el pueblo.

    LA INSUFICIENCIA DE LAS VIEJAS RESPUESTAS

    Durante la década de 1930, la sociedad
    argentina se volvió cada vez más compleja como
    producto del
    desarrollo
    industrial; de las migraciones internas y externas, de la
    conformación de demandas de sectores recientemente
    constituídos o asociaciones sindicales, profesionales,
    académicas, estudiantiles; de la gestación de
    nuevos campos técnico – profesionales. Ni el
    sistema
    educativo estatal vigente, ni la capacitación en fábricas o la educación laboral realizada
    por parroquias, alcanzaban a responder a la demanda social
    de una educación que fuera moderna y que superara las
    clásicas deficiencias del sistema, es
    decir, la deserción, la repitencia y la exclusión
    de los sectores más pobres de la población. Las insuficiencias en el
    desarrollo de la sociedad civil
    para hacerse cargo de mediante formas privadas de
    educación de los problemas
    planteados, se hicieron evidentes durante los últimos
    años de la década de 1930.

    La sociedad civil desarrolló desde fines del
    siglo XIX múltiples modalidades dirigidas a responder al
    conjunto de necesidades educativas de las que el Estado
    conservador no se hacía cargo. Si bien, durante el
    yrigoyenismo se ampliaron los márgenes de los servicios
    educativos estatales, no se realizaron modificaciones
    sustanciales al sistema consolidado desde 1884 hasta 1916. En la
    década de 1930 tanto aquel sistema, como las sociedades
    populares de educación comenzaron a resultar insuficientes
    para atender a una población que había crecido
    considerablemente al ritmo de la modernización. La demanda
    de capacitación para obreros, empleados, adultos y mujeres
    crecía y era más compleja. La industria
    aceleraba su desarrollo, las capas humildes de campesinos que
    llegaban a las ciudades, especialmente a Buenos Aires,
    aspiraban a lograr una capacitación que los hiciera aptos
    para ingresar a una fábrica y ascender
    socialmente.

    Por todos estos factores, es que las miradas se
    dirigieron hacia el Estado, exigiendo acciones
    centralizadoras. La comunidad educativa consideraba necesario la
    verticalización de la conducción educativa en el
    Estado Nacional. Reclamaba que este último extendiera su
    capacidad de contención de la población que
    demandaba algún tipo de educación y de la
    modernización del sistema escolar, en especial su
    función de capacitador para el trabajo
    industrial.

    LOS GOBIERNOS PERONISTAS
    (1946 – 1955)

    Cultura en los sectores populares: a partir de 1945 hubo
    cambios muy importantes en la cultura
    Argentina bajo un panorama manifestado de la siguiente manera:
    por un lado una elite junto a una clase media que buscaba
    ascender con rasgos de minoría culta y por el otro una
    cultura popular distinta y totalmente opuesta. Esta última
    adquirió carácter Nacional. El proceso de
    nacionalización se intensificó gracias a la
    decreciente inmigración y a la falta de productos
    extranjeros (a causa de la Segunda Guerra mundial).
    La característica más relevante de esta
    situación fue el enfrentamiento entablado entre "la
    cultura nacional y popular" y "la cultura oligárquica"
    donde ambas defendieron su acción, sus códigos y
    actitudes.

    El teatro, las
    universidades, los museos, las bibliotecas, y la
    literatura
    siguieron siendo ámbitos predominantes de la elite y la
    clase media. El símbolo del conflicto
    social cultural del peronismo se traduce a la frase del sector
    popular "alpargatas sí, libros no".
    Para los trabajadores aislados de la cultura elitista, ser culto
    era ser rebelde con la oligarquía, ya que esto dignificaba
    su identidad como
    pueblo.

    Sobre todo este conflicto se expresó en la
    educación, para ser más precisos en las instituciones
    educativas, con un crecimiento de matrículas en los tres
    niveles de enseñanza, lo que significó una
    incorporación masiva de los sectores trabajadores a nuevos
    ámbitos culturales.

    La candidatura de Perón fue apoyada por un frente
    heterogéneo de partidos articulados en torno a dos
    núcleos. Uno de los núcleos era el Partido
    Laborista, una institución política creada por la
    CGT, cuyo primer afiliado era el propio Perón. El otro era
    un desprendimiento de la UCR denominado UCR – Junta
    Renovadora, liderado por Hortensio Quijano, el candidato a
    vicepresidente. También, en varias provincias, algunos
    caudillos conservadores respaldaron a Perón, al igual que
    el Ejército. Finalmente, la posición oficial de la
    Iglesia
    también favorecía indirectamente a la
    fórmula Perón – Quijano. Como en las
    elecciones de 1931 y 1937, la Iglesia manifestó que
    prohibía a los católicos votar por partidos que
    sostuvieran la separación del Estado con la Iglesia, el
    laicismo escolar y el divorcio
    legal. En la medida en que Perón reafirmaba su
    orientación católica, proponía "la
    enseñanza obligatoria, gratuita y laica de 6 a 14
    años", la opción por Perón se manifestaba
    con claridad.

    En 1946, Juan Domingo Perón asumió la
    Presidencia. Perón inauguró su gobierno con un
    mensaje de conciliación con la oposición opositora.
    Sin embargo, varias decisiones políticas
    que tomó durante los dos primeros años de su
    mandato desmintieron estas intenciones. Uno de los objetivos
    prioritarios de Perón era organizar y disciplinar a sus
    seguidores. El proceso de reunificación de los distintos
    sectores bajo el liderazgo
    exclusivo de Perón se completó en 1947 con la
    creación del Partido Peronista y en 1949 con la
    creación del Partido Peronista Femenino. Estas entidades
    se encuadraban junto con la CGT en el Movimiento
    Peronista.

    En los discursos y
    proclamas de Perón como presidente, se podía
    observar que el gobierno no consideraba al Movimiento Peronista
    como una agrupación política más, sino que
    tendía a identificarlo con toda la nación.
    Esta concepción tornaba ilegítima cualquier
    oposición: el desacuerdo con la doctrina peronista era,
    para el gobierno, un enfrentamiento con la nación
    misma.

    De esta manera, Perón llevó adelante una
    política de marginación de las expresiones
    políticas y sociales opositoras. Durante todo el mandato
    de Perón los medios de
    comunicación independientes fueron sometidos a fuertes
    presiones, como así también los políticos
    opositores sufrieron la persecución del
    gobierno.

    La doctrina peronista incorporaba algunas ideas
    generales entre las que se destacaba la de la justicia social.
    Por cierto, la justicia social tenía antecedentes en la
    historia
    argentina, pues distintos partidos y organizaciones
    sociales, habían planteado en las décadas
    anteriores concepciones semejantes a las de Perón. Pero
    ninguna de ellas había hecho de esta idea el eje de su
    política. La noción de justicia social
    suponía el reconocimiento de las desigualdades sociales
    generadas por el funcionamiento de una economía
    capitalista, pero excluía la alternativa de un cambio
    revolucionario hacia un sistema socialista. La alternativa
    propuesta residía en una intervención estatal, que
    arbitrara en el conflicto entre el capital y el trabajo y
    socorriera a los sectores más desprotegidos de la sociedad
    argentina.

    Otras de las ideas centrales del pensamiento de
    Perón era la "Tercera Oposición". Esta
    concepción presentaba al justicialismo como una
    alternativa ante los dos grandes sistemas
    políticos e ideológicos existentes durante la
    Guerra
    Fría. Esta postura era considerada como la
    superación de la oposición entre el individualismo
    capitalista y el colectivismo marxista.

    La aplicación de esta orientación a la
    política exterior se expresaba en que el gobierno
    peronista se manifestaba independiente frente al conflicto entre
    el bloque occidental y el comunista.

    Durante la segunda posguerra, se afianzó en los
    países capitalistas la tendencia hacia una mayor
    intervención estatal en la vida económica y social.
    En los países industriales de Europa occidental
    y de América
    del Norte se desarrolló un nuevo tipo de Estado denominado
    "Estado de Bienestar". La transformación consistió
    en que los estados de bienestar, aseguraban al conjunto de la
    población una amplia cobertura de servicios sociales.
    Así, durante los 30 años posteriores al fin de
    la Segunda Guerra
    Mundial, el panorama social de los países industriales
    estuvo marcado por la extensión de los servicios de
    salud y de
    educación, por el desarrollo de programas de
    seguridad
    social y de vivienda y por la implementación de
    seguros de
    desempleo.

    Estas tendencias también se manifestaron en la
    Argentina, con algunos rasgos diferenciales: la expansión
    de los servicios sociales fue muy rápida y, además
    los cambios en la legislación social y el súbito
    crecimiento de los asalariados en el ingreso nacional se
    realizaron en un marco de baja conflictividad social. Esto se
    debió principalmente a las ventajosas condiciones
    económicas del país a comienzos de la segunda
    posguerra.

    La buena situación económica
    permitió sostener un importante aumento del gasto
    público, el Estado aumentó la inversión en vivienda, salud, seguridad y
    educación.

    Un componente importante de la política
    social del gobierno fue la ayuda directa a los sectores
    más necesitados de la población, ejecutada a
    través de un organismo paraestatal, la Fundación
    Eva Perón.

    Eva Perón mantuvo una estrecha relación
    con aquellos sectores débilmente cubiertos por otras
    formas de protección estatal o sindical. La
    orientación distribucionista del gobierno en un contexto
    económico propicio favoreció tanto el pleno
    empleo como la
    ampliación del mercado interno.
    La acción estatal con respecto a la ampliación de
    servicios de salud, educación, construcción de viviendas, y en general, de
    los sistemas de seguridad social, tuvieron un fuerte impacto
    positivo sobre el bienestar de los sectores populares.

    LAS REFORMAS DEL SISTEMA
    EDUCATIVO

    Las reformas al sistema realizadas durante el primer
    gobierno peronista, se fundamentaron en los principios del Primer
    Plan
    Quinquenal (1947). El Plan destaca la búsqueda de una
    filosofía educacional que equilibre materialismo e
    idealismo y
    que haga compatible el principio de democratización de la
    enseñanza, con la creación de una modalidad de
    compensación para quienes no han tenido las oportunidades
    de educación que otros poseen. Entre las primeras
    observaciones que surgen frente a esta primera reforma del
    sistema hecha por el peronismo, se destacan:

    • No se incluye la gratuidad en el nivel secundario, a
      diferencia de lo que ocurre en el

    Nivel primario y la universidad. Al
    respecto, surgen varias hipótesis, tales como que se consideraba
    que el nivel medio debía ser selectivo y que a la
    Universidad sólo debían acceder los alumnos mejor
    capacitados. También, es posible que se diera especial
    importancia al aporte empresarial para sostener el nivel medio
    técnico, que serviría a la capacitación de
    recursos
    humanos, inmediato interés de ese sector. Finalmente,
    es posible que la gratuidad de la Universidad haya sido una
    medida tomada con el objetivo de
    calmar las tensiones provocadas ante la decisión de
    quitarle la autonomía.

    • Este plan consideraba problema de Estado la promoción y el enriquecimiento de
      la

    Cultura nacional. Proveía dos vías
    principales para la acción cultural: por la
    enseñanza y por la tradición. La primera se
    desarrollará a través de las escuelas, los colegios
    las universidades, los conservatorios, los centros
    científicos y los centros de perfeccionamiento
    técnico. La segunda mediante el folklore, la
    danza, la
    religión,
    la poesía
    popular, la familia, la
    historia y los
    idiomas.

    En 1949, con Oscar Ivanissevich a la cabeza, se
    retrocedió respecto de las propuestas del Primer Plan
    Quinquenal, quedó consagrada la subsidiariedad del Estado
    en materia de
    educación y se limitó la autonomía de las
    universidades.

    Perón, una vez afirmado el control del
    Movimiento Peronista y limitadas las posibilidades de
    acción de la oposición política y social,
    decidió reformar la Constitución Nacional.

    El objetivo de esta medida era adecuar el ordenamiento
    constitucional del país a los cambios que había
    producido el peronismo. La nueva Constitución fue
    sancionada en 1949 e incluyó algunos principios del
    justicialismo, además de la reelección
    presidencial. Entre los principios fundamentales, se incluyen en
    el artículo 37, los derechos de la
    educación y la cultura, que establecen: la
    educación y la instrucción corresponden a la
    familia y a
    los establecimientos particulares y oficiales que colaboren con
    ella, conforme a lo que establezcan las leyes. Para ese
    fin, el Estado creará escuelas de primera
    enseñanza, secundaria, técnico –
    profesionales, universidades y academias.

    1. La enseñanza tenderá al desarrollo del
    vigor físico de los jóvenes, al perfeccionamiento
    de sus facultades intelectuales
    y de sus potencias sociales, a su capacitación
    profesional, así como a la formación del
    carácter y el cultivo integral de todas las virtudes
    personales, familiares y cívicas.

    2. La enseñanza primaria elemental es obligatoria
    y será gratuita en las escuelas del Estado.

    La enseñanza primaria en las escuelas rurales
    tenderá a inculcar en el niño el amor a la
    vida del campo, a orientarlo hacia la capacitación
    profesional en las faenas rurales y a formar la mujer para las
    tareas domésticas campesinas. El Estado creará, con
    ese fin, los institutos necesarios para preparar un magisterio
    especializado.

    3. La orientación profesional de los
    jóvenes, concebida como un complemento de la acción
    de instruir y educar, es una función social que el Estado
    ampara y fomenta mediante instituciones que guíen a los
    jóvenes hacia las actividades para las que posean
    naturales aptitudes y capacidad, con el fin de que la adecuada
    elección profesional redunde en beneficio suyo y de la
    sociedad.

    4. El Estado encomienda a las universidades la
    enseñanza en el grado superior, que prepare a la juventud para
    el cultivo de las ciencias al
    servicio de los fines espirituales y del engrandecimiento de la
    Nación y para el ejercicio de las profesiones y de las
    artes técnicas
    en función del bien de la colectividad. Las universidades
    tienen el derecho de gobernarse con autonomía, dentro de
    los límites
    establecidos por una ley especial que
    reglamentará su organización y funcionamiento.

    Una ley dividirá el territorio nacional en
    regiones universitarias, dentro de cada una de las cuales
    ejercerá sus funciones la
    respectiva universidad. Cada una de las universidades,
    además de organizar los conocimientos universales cuya
    enseñanza le incumbe, tenderá a profundizar el
    estudio de la literatura, historia y folklore de su zona de
    influencia cultural, así como a promover las artes
    técnicas y las ciencias aplicadas con vistas a la
    explotación de las riquezas y al incremento de las
    actividades económicas regionales.

    Las universidades establecerán cursos
    obligatorios y comunes destinados a los estudiantes de todas las
    facultades para su formación política, con el
    propósito de que cada alumno conozca la esencia de lo
    argentino, la realidad espiritual, económica, social y
    política de su país, la evolución y la misión
    histórica de la República Argentina, y para que
    adquiera conciencia de la
    responsabilidad que debe asumir en la empresa de
    lograr y afianzar los fines reconocidos y fijados en esta
    Constitución.

    5. El Estado protege y fomenta el desarrollo de las
    ciencias y de las bellas artes,
    cuyo ejercicio es libre; aunque ello no excluye los deberes
    sociales de los artistas y hombres de ciencia.
    Corresponde a las academias la docencia de la
    cultura y de las investigaciones Científicas
    postuniversitarias, para cuya función tienen el derecho de
    darse un ordenamiento autónomo dentro de los
    límites establecidos por una ley especial que las
    reglamente.

    6. Los alumnos capaces y meritorios tienen el derecho de
    alcanzar los más altos grados de instrucción. El
    Estado asegura el ejercicio de este derecho mediante becas,
    asignaciones a la familia y otras providencias que se
    conferirán por concurso entre los alumnos de todas las
    escuelas.

    7. Las riquezas artísticas e históricas,
    así como el paisaje natural cualquiera que sea su
    propietario, forman parte del patrimonio
    cultural de la Nación y estarán bajo la tutela del
    Estado, que puede decretar las expropiaciones necesarias para su
    defensa y prohibir la exportación o enajenación de los tesoros
    artísticos. El Estado organizará un registro de la
    riqueza artística e histórica que asegure su
    custodia y atienda a su conservación.

    Las diferencias ideológicas entre el Plan y la
    reforma constitucional de 1949, difieren también en las
    metas que se proponen. Frente al perfil nacionalista y vinculado
    a la práctica y al trabajo propuesto por Arizaga, el nuevo
    texto
    constitucional ubica como prioridad el desarrollo físico
    de los jóvenes. En segundo lugar quiere el
    perfeccionamiento de sus facultades intelectuales y luego su
    capacitación profesional.

    Detrás de la reforma de la educación
    peronista estaba la valorización de la educación
    laboral como parte de la planificación del desarrollo nacional, por
    esto se crean numerosos establecimientos de educación
    técnica, destinadas a la formación de mano de obra
    calificada al interior del país.

    Los siguientes datos nos sirven
    para comprobar nuestra hipótesis, en la
    cual afirmamos que se producen importantes progresos en la
    educación estatal durante el peronismo, ya que la
    enseñanza media normal pasó de 48.794 alumnos en
    1943 a 55.238 en 1948 y 97.306 en 1955, es decir que
    duplicó su población durante este período.
    En 1943, eran estatales el 61.87% de los establecimientos de
    enseñanza media normal y privados el 38.13%; en 1948 los
    porcentajes respectivos eran de 64.18% y 35.82%; en 1995, 69.35%
    y 30. 65%. El sistema educativo privado había decrecido al
    término del segundo gobierno peronista. Pero la Ley 13.047
    de 1947 había establecido el subsidio oficial a las
    escuelas privadas. Perón, favorecía por un lado al
    liberalismo
    católico que quería desarrollar un sistema escolar
    propio y ratificaba la enseñanza religiosa en las escuelas
    y, por otro lado, incorporaba formas de control sobre la
    educación eclesiástica.

    Nos parece importante agregar que en el campo de la
    enseñanza primaria se trabajaba para ampliar la
    educación en todas las actividades atenientes a la
    Nación (industria, producción, técnica y artesanal,
    entre otras), utilizando la implementación de métodos
    pedagógicos exclusivamente argentinos. Siguiendo con estas
    necesidades, se crearon 2.000 escuelas primarias, las cuales eran
    características propias de la construcción de la
    época, que utilizaba la grandeza en todos sus edificios.
    En este periodo se realizaron más escuelas, que en
    ningún otro, aproximadamente tres escuelas por día;
    (y unas 8.000 en total). Se estipulaba de esta forma que el
    índice de analfabetismo
    que era de un 15%, se redujo para el año 1955, a tan
    sólo un 3%.

    Además se crearon escuelas fábricas cuyo
    objetivo era la inclusión total de los argentinos a La
    educación.

    Con la sanción de la ley 12.921, quedó
    constituida la Comisión Nacional de Aprendizaje y
    Orientación Profesional, que fue uno de los pilares
    sustanciales en los que se basó la enseñanza
    técnica y la industria nacional. Por consecuencia de esta
    disposición se crearon establecimientos de escuelas en
    dónde se buscaba orientar a la juventud argentina, para
    perfeccionarse en las técnicas industriales.

    Otras de las funciones que se le atañen a
    éstos establecimientos son las de funcionar, como centros
    docentes de
    diversos oficios artesanales. Además, de funcionar como
    centros asistencialistas, ya que en ambos gobiernos de
    Perón, los alumnos de dichas "escuelas", recibían
    sin costo alguno:
    desayuno, almuerzo, herramientas,
    elementos de estudio, libros, e incluso la vestimenta de
    trabajo.

    Dicha, ley tiene a su cargo el funcionamiento del
    aprendizaje y de orientación profesional, que comprende
    tres ciclos: el básico, técnico y la universidad
    obrera.

    • Ciclo Básico: duración de 3
      años. Comprendía a su vez:

    a) Los cursos de aprendizaje que estaban
    diseñados para menores de 14 a 18 años de edad,
    con la condición de haber terminado el nivel primario
    satisfactoriamente. Las actividades se realizaban dentro del
    funcionamiento normal de las escuelas fábricas, bajo un
    régimen mixto de enseñanza con producción;
    los cursos eran de 8 horas diarias con instrucción
    técnica, distribuida en dos turnos de 4 horas cada
    uno.

    b) Los cursos de medio turno, estaban destinados a
    menores de edad, ocupados en las industrias
    Nacionales. Su desempeño se realizaba, también en
    las escuelas fábricas.

    c) La universidad obrera se detalla, más
    adelante, con relación a la participación
    universitaria que se manifestó, en la segunda
    presidencia de Perón.

    A la finalización del curso básico, se
    les entregaba un título correspondiente a la
    orientación, que habían elegido, y de este modo
    se aseguraban un trabajo seguro y
    remunerado.

    • Ciclo Técnico: con una duración de 4
      años; cuyo objeto era la formación del personal
      técnico que dirigía los establecimientos
      industriales referidos a la producción. Los ingresantes
      debían tener aprobado cualquier curso del ciclo
      básico y era una condición indispensable que el
      alumno trabajara en la especialización ya abordada y
      aprobada. Con este procedimiento
      se buscaba el enriquecimiento del oficio escogido (artesanal o
      técnico).
    • Ciclo Universitario: duración de 6
      años. Los requisitos para los ingresantes eran, haber
      aprobado el ciclo técnico en la especialidad
      correspondiente, y estar ocupado en actividades industriales,
      vinculadas a la misma.

    Otra de las bases principales de la Comisión de
    Aprendizaje y Orientación, fue el instituto de
    Psicotécnica y Orientación profesional, que
    tenían por objetivo: la revisión de menores desde
    el punto de vista psicofísico y psicotécnico,
    como complementario de la revisión médica.
    Realizar estudios acerca de las condiciones físicas y
    psicofísicas que se necesitan para el desarrollo de
    todos los oficios; realizar también, estadísticas sobre el aprendizaje
    en las escuelas o cursos profesionales o técnicos que
    existían en esa época en el país.
    Organizar una biblioteca y
    asuntos referidos al aprendizaje, los cursos técnicos,
    la legislación de la educación y del trabajo de
    menores, entre otros.

    Entre 1947 y 1951 se crearon 78 escuela
    fábricas, 103 escuelas para aprendizaje, 106 escuelas de
    medio turno, 304 escuelas de capacitación obrera para
    adultos y 78 escuelas de capacitación profesional para
    mujeres. También existían institutos de
    enseñanza técnica del sistema educativo general,
    dependientes del Ministerio de Educación, que se les
    formaba con prácticas intensas y aún más
    relacionadas a la industria.

    EL CONFLICTO CON LA
    IGLESIA CATÓLICA

    Afines de 1943, los militares imponen como obligatoria y
    optativa la enseñanza religiosa católica, en las
    escuelas primarias y secundarias. Era optativa porque cada padre
    podía abstener a sus hijos de tal educación con
    solo solicitarlo a comienzos del año de inicio; pero la
    educación religiosa debía de estar en todos los
    planes de estudio. Esta disposición se modificó en
    1944. Pero recién en 1947 al producirse el conflicto de
    Perón con la Iglesia, el Ministerio de Educación
    suspendió la enseñanza de religión y
    moral.

    La política de política social de la
    Fundación Eva
    Perón estuvo vinculada a la incorporación de la
    mujer a la vida
    política y puso en serio peligro el poder que la
    Iglesia Católica sostenía mediante la beneficencia
    y las obras de caridad.

    El peronismo y la Iglesia mantenían muy estrechos
    vínculos desde los comienzos del gobierno. Además,
    el gobierno había promovido la ratificación
    legislativa del decreto 18.411/43, que establecía la
    enseñanza de la religión católica en las
    escuelas públicas, y había duplicado los aportes
    estatales para sostener el culto, medidas que facilitaron la
    expansión de la presencia institucional de la
    Iglesia.

    Sin embargo, esta alianza se fue deteriorando
    progresivamente, a causa del énfasis creciente del
    peronismo en la afirmación de una doctrina que
    competía con la Iglesia, además ya en 1945, el
    gobierno decidió sacar del control eclesiástico la
    enseñanza religiosa de las escuelas públicas. El
    conflicto se agudizó cuando en 1954, el gobierno
    decidió suprimir la enseñanza religiosa en las
    escuelas y en 1955 cuando expulsó a algunos sacerdotes que
    lo habían criticado por establecer el divorcio y legalizar
    la prostitución. Pero el impacto más
    importante del conflicto entre Perón y la Iglesia se
    produjo en las Fuerzas Armadas. Los militares antiperonistas
    vieron fortalecidas sus posiciones, en la medida en que la
    mayoría de los oficiales, hasta entonces neutrales o
    peronistas, sufrieron la tensión entre su condición
    de católicos y su lealtad al gobierno o a sus funciones
    profesionales.

    En este contexto de agudización de los
    enfrentamientos, se produjo un levantamiento militar en
    Córdoba el 16 de septiembre de 1955, lo que provocó
    la renuncia de Perón y posteriormente su
    exilio.

    3.1 VISTA PREVIA AL
    GOBIERNO MENEMISTA:

    Luego de seis años de gobiernos militares que
    tuvieron un régimen represivo, y de la vuelta a la
    democracia con la asunción como presidente de Raúl
    Alfonsín, quien se encontraba frente a un país que
    reclamaba justicia con respecto a los militares que participaron
    en el proceso además de un importante problema de tipo
    económico: ante el fracaso de las primeras medidas,
    Alfonsín convocó en 1985 a un grupo de
    técnicos para la preparación de un proyecto
    económico, al que se denominó Plan Austral. Este
    plan tuvo éxito
    al iniciarse; la enorme inflación que sufría el
    país bajó a niveles insólitos, (a 1 o 2%
    mensuales), la confianza retornaba. En consecuencia, en ese mismo
    año, las elecciones de renovación de diputados
    dieron otra victoria a la UCR, mientras el peronismo se
    desangraba en luchas internas entre "renovadores" y
    "tradicionalistas". Entre el primer grupo se distinguieron
    Antonio Cafiero, Carlos Grosso y Carlos Menem. Este
    último se había caracterizado, el año
    anterior, por su apoyo al gobierno radical, cuando se
    conoció la decisión del Papa respecto al Canal de
    Beagle, que favorecía a Chile. Alfonsín
    decidió consultar al pueblo mediante referéndum. La
    votación favoreció al tratado que se firmó
    en 1984; pero durante la campaña en peronismo oficial se
    opuso a la decisión del árbitro.

    En 1987 reemergió el tema militar interno. Una
    rebelión de mandos medios
    conocida como "carapintadas" paralizó al país
    durante Semana Santa. Pedían la suspensión de las
    medidas legales aplicadas contra los militares por las
    violaciones de los Derechos Humanos
    por la ley de punto final del año anterior, que
    consistió en imponer un plazo de 60 días para la
    extinción de la acción penal contra los militares,
    el 26 de febrero de 1987 se promulgó la ley y antes del
    plazo estipulado la corte confirmó las
    condenas.

    Luego de la crisis de
    Semana Santa, el gobierno aprovechó para anudar un pacto
    social con los sectores de trabajo y producción. Este
    pareció estancarse, pese a los buenos oficios del
    gobierno.

    En mayo del '87, se convirtió en ley un proyecto
    elaborado por Gama, procurador general de la nación, que
    consistía en no imputar a los militares que durante la
    lucha antisubversiva habían cumplido órdenes, pero
    podían ser juzgados aquellos que se habían
    extralimitado y se habían enriquecido. Esto
    distendió a los sectores militares, pero provocó
    protestas en los sectores de Derechos Civiles y de
    Izquierda.

    La situación militar se mezcló con la
    política y la económica. Para enfrentar la
    renovación de diputados en mejores condiciones, el
    gobierno cedió en tomar medidas populares contrarias al
    Plan Austral. Por ello la inflación volvió por sus
    fueros, de todos modos, el peronismo tuvo la victoria, que se
    posicionaba en varios gobiernos provinciales, lo que podía
    suceder a nivel Nación. La autoridad del
    gobierno comenzó a desvanecerse.

    Al comenzar el año 1988 otra rebelión
    carapintada, esta vez en Corrientes, puso en vilo al país.
    Aunque no fue difícil reprimirla, evidenció la
    continuada existencia de malestar militar, a pesar de las leyes
    que cedían a sus preocupaciones. Lo mismo ocurrió
    con otro motín a fin de año en las afueras de la
    Capital Federal. Ese mismo año, las internas peronistas
    dieron victoria a Menem contra Cafiero. Menem, del grupo
    renovador en principio, había roto con ellos y se
    había unido a los tradicionalistas, incluyendo a la
    mayoría de los sindicalistas.

    La situación económica, seguía
    empeorando, un plan se sucedía a otro sin poder parar la
    inflación. Hacia febrero de 1989, a pocos meses de las
    elecciones presidenciales, se evidenciaba que, por las encuestas, que
    Menem sería el próximo presidente.

    La perspectiva del retorno al poder de un peronismo
    confiscatorio, violento, se impregnaba en la opinión
    independiente. La reacción en estos casos era exagerada:
    comprar dólares, acaparar productos, echar inquilinos para
    no perder propiedades, etc. este pánico
    unido a desperfectos económicos y la especulación
    contra el austral, terminaron generando hiperinflación una vez que los resultados
    de la elección confirmaron la victoria menemista con un
    47% de las voluntades populares. El radicalismo juntó un
    37% para su candidato, el moderador E. Angeloz. El resto de
    desperdigó en pequeños grupos de
    derecha, centro- derecha provincialista y diversos grupos de
    izquierda.

    Las elecciones ocurrieron en mayo. Bajo condiciones de
    hiperinflación (200% en sólo el mes de junio) y de
    pánico, era imposible esperar los siete meses, hasta
    diciembre para el traspaso de mando. El gobierno radical estaba
    muy golpeado y falto de autoridad, en especial frente al sindicalismo
    dispuesto a usar las armas.

    El enfrentamiento dado en esos momentos en el
    país, teniendo en cuenta lo ocurrido en su historia
    reciente y las actitudes mostradas por Menem durante su
    campaña, permitían prever una situación de
    agravamiento de conflictos,
    hasta terminar con una reedición de los episodios de
    1973-76.

    Menem, ante esta posibilidad, optó por concertar
    un acuerdo con la derecha para pacificar el panorama
    político. Pero como no había un partido conservador
    creíble, decidió pactar con la mayor empresa del
    país: Bunge y Born. Ésta, comenzando como
    exportadora de granos, se había expandido a actividades
    industriales. Representaba, junto a otras comercializadoras de
    productos agrarios, el tipo de economía contra la que el
    justicialismo había luchado desde la primera presidencia
    de Perón. Por ello, el acercamiento tenía un
    valor y
    carácter simbólicos.

    3.2 EVOLUCIÓN DEL
    PROGRAMA
    EDUCATIVO

    La transformación de la educación encarado
    por el gobierno de Menem, no constituyó un problema
    aislado y se enfrentó conjuntamente con el resto de la
    problemática social en el marco de la reforma del
    estado.

    La diferencia fundamental que ha planteado la
    política educativa neoliberal con el neoliberalismo
    clásico y que afecta en la educación clásica
    y media es la consideración de la educación como un
    elemento del mercado, antes que un bien social. En consecuencia,
    propugna el retiro del estado de la función
    educacional.

    Así se propuso esencialmente la transferencia de
    servicios educativos a las provincias, y su asistencia para el
    mejoramiento de las administraciones educativas locales en un
    proceso de consolidación del sistema federal de
    educación nacional.

    La política educativa del gobierno menemista se
    ajusta exactamente a las directivas del Banco Mundial.
    Estas políticas tienen el objetivo global de disminuir el
    gasto estatal para derivar fondos hacia el pago de la deuda externa. El
    gobierno argentino no discutió ninguna de las
    recomendaciones del Banco, y le
    posibilitó intervenir directamente en la
    organización de las finanzas del
    país y en las decisiones sobre el monto y uso del presupuesto
    educativo. Al mismo tiempo, el
    Banco actúa como prestamista colocando dinero a alto
    interés para que se financie el ajuste del sistema. El
    gobierno argentino aceptó todas las directivas del Banco,
    de acuerdo con los documentos:

    – El financiamiento
    de la educación en los países en desarrollo,
    Washington, D.C., Banco Mundial, 1986;

    – Prioridades y estrategias para
    la educación, Washington, D.C., Banco Mundial,
    1995;

    – Carnoy, Martín; Moura Castro, Claudio,
    Qué rumbo debe tomar el mejoramiento de la
    educación en América
    Latina? Documento de antecedentes para el Banco
    Interamericano de Desarrollo, Seminario sobre
    la Reforma Educativa, BID, Buenos Aires 21 de marzo de
    1996.

    La política educativa puede resumirse en el
    ajuste de la educación al programa económico
    neoliberal. La política consiste en:

    1. Disminuir la responsabilidad del Estado como
    financiador y proveedor de educación
    pública

    2. Establecer aranceles o
    subsidios privados en todos los niveles y modalidades, comenzando
    por la Universidad y terminando por la Educación
    Básica.

    3. Achicar el sistema de educación pública
    hasta un mínimo posible, mediante:

    – la transferencia de los establecimientos a
    jurisdicciones menores (de la Nación a la Provincia, y de
    éstas a los Municipios), tendiendo a su privatización;

    – reducción de modalidades que no dan
    rédito económico inmediato, como la
    educación de adultos, y de materias del currículo como música,
    educación cívica, plástica y educación
    física, lo cual se llevó a cabo raudamente en
    algunas provincias;

    – descuido de la educación para
    discapacitados;

    – restricciones sociales y territoriales en la
    extensión del servicio de educación
    pública.

    Producida la desarticulación y avanzado el retiro
    del financiamiento del sistema educativo tradicional por parte
    del Estado, el programa apunta a volver a centralizar los rubros
    de mayor incidencia en el control ideológico y
    político del sistema educativo nacional público y
    privado. Los principales instrumentos son: el programa de
    Contenidos Básicos Comunes de la Educación
    Nacional; los Contenidos Básicos de la Capacitación
    Docente y la Red Federal de Formación
    Docente y el Sistema Nacional de Evaluación
    de la Calidad de la
    Educación.

    Se trata de una reforma profunda, la más
    importante desde el primer gobierno de Perón. Su signo es
    opuesto tanto al proyecto de la generación de '80 como al
    del peronismo tradicional, sus efectos no se reducen a programas
    no experimentales o a modificaciones inconsistentes, sino que
    llegan a la modificación de leyes fundamentales de la
    Nación.

    3.3.1 LEYES PRIMORDIALES DE ESTA ETAPA

    Las acciones desarrolladas en primer lugar apuntaron a
    la gestión
    de los servicios educativos. De este modo el cuerpo legal en el
    cual se sustenta esta reforma es el siguiente:

    • El artículo 75, inciso 19 de la
      Constitución Nacional, cuya reforma fue habilitada por
      el llamado Pacto de Olivos establecido entre la UCR y el
      Partido Justicialista, para realizar la convención
      constituyente de 1994. Peronistas y radicales acordaron
      también el nuevo texto que habilita al gobierno a
      distribuir la gratuidad en forma equitativa, es decir, que
      elimina el derecho universal a la enseñanza gratuita y
      eleva a nivel constitucional la autonomía universitaria.
      La autonomía, bandera histórica del movimiento
      estudiantil- docente queda, sin embargo, profundamente
      alterada: en el texto se agrega la palabra autarquía,
      que funciona como un arma de doble filo porque expresa tanto
      que las universidades pueden administrar sus recursos como
      que deben también conseguirlos. La reforma
      constitucional dio marco a las leyes anteriores que
      había emitido el gobierno de Menem, y a otras
      posteriores. Ley de transferencia (24.049) de los
      establecimientos educativos.
    • Ley 23.846, de titularización del personal
      docente que se desempeñaba como interino en los niveles
      inicial, primario y medio.
    • Ley 23.906, que establece un régimen de
      afectación de recursos tributarios nacionales,
      destinados al financiamiento adicional (complementario y no
      excluyente) de la finalidad: cultura y educación,
      ciencia y técnica.
    • Ley 23.929, sobre negociaciones colectivas para los
      trabajadores docentes.
    • Ley 24.049: esta ley se dicta en el marco del proceso
      de transformación educativa. En ésta se faculta
      al Poder
      Ejecutivo Nacional a transferir, a partir del 1º de
      enero de 1992, a las provincias y a la ciudad de Buenos Aires,
      los servicios educativos administrados en forma directa por el
      Ministerio de Cultura y Educación y por el Consejo de
      Educación Técnica, así como las facultades
      y funciones sobre los establecimientos privados
      reconocidos.

    El Poder Ejecutivo Nacional, a través del
    Ministerio de Cultura y Educación, se reserva la
    definición de los objetivos, estrategias y
    políticas educativas nacionales, como así
    también la coordinación y compatibilización
    del funcionamiento interjurisdiccional de la gestión
    educativa (art. 20 a 22).

    En el año 1992 se instrumentó el proceso
    de descentralización de los servicios
    educativos mediante convenios con cada una de las provincias y
    la Municipalidad de Buenos Aires, los que resolvieron los
    problemas particulares.

    • La Ley de Educación
      Superior; que si bien articula entre sí a las
      instituciones terciarias y universitarias, habilita la
      reducción de las primeras, la imposición de
      arancelamientos a la enseñanza. El Poder Ejecutivo
      elaboró un anteproyecto de
      ley de educación superior, como pieza clave para la
      reforma estructural del sistema universitario argentino. Es
      notable desde aquí la injerencia del Poder Ejecutivo
      Nacional en varios aspectos de la enseñanza y
      organización universitarias.
    • Ley Federal de Educación (Nº 24.195), que
      reestructura el sistema de acuerdo a un modelo
      semejante al aplicado en España
      desde finales de la dictadura de
      Franco hasta fines de la década de 1980. Su diferencia
      más significativa con las propuestas conservadoras es
      que aumenta en lugar de disminuir la escolaridad obligatoria,
      poniéndose en esto a tono con las directivas de la
      UNESCO. Introduce también la capacitación laboral
      con el objetivo de dar salida a los jóvenes hacia el
      mercado de trabajo; pero a diferencia de la reforma de
      Saavedra- Lamas que retenía la principalidad de la labor
      del Estado, esta reforma tiende a subordinar la
      capacitación a los intereses empresariales inmediatos,
      convirtiendo a la escuela en una bolsa de trabajo abaratado. De
      hecho, ya regía una nueva forma de contratación,
      que aunque con el nombre de "becas", recibía estudiantes
      seleccionados por las instituciones educativas y los
      sometía a un régimen laboral de 8 horas diarias,
      sin pagarles prestaciones
      sociales ni darles facilidades para estudiar.

    Estando en marcha el proceso de
    descentralización educativa con la transferencia de los
    servicios a las provincias, se hizo necesario reorganizar los
    modos de su prestación, articulando las formas de
    gestión y estableciendo condiciones de gobernabilidad
    del sistema. Teniendo en miras estos objetivos se sanciona en
    abril de 1993 esta ley.

    A través de esta norma se estructura
    un nuevo sistema educativo para toda la nación.
    Según lo dispone la ley, el mismo debe implementarse en
    forma gradual y progresiva y abarca:

    1. El Nivel Inicial, constituido por el jardín de
      infantes, desde los 3 a los 5 años, estableciendo la
      obligatoriedad del último año. Educación
      General Básica, también obligatoria, de nueve
      años de duración, a partir de los 6 años
      de edad, organizado en ciclos.
    2. Educación Polimodal, posterior a la
      Educación General, de tres años de
      duración como mínimo.
    3. Educación Superior, profesional y
      académica de grado cuya duración será
      determinada por las instituciones universitarias y no
      universitarias.
    4. Educación Cuaternaria.

    La norma estatuye, además, los derechos,
    principios y criterios que deberá respetar el Estado
    Nacional al fijar los lineamientos de la política
    educativa:

    – El fortalecimiento de la identidad
    nacional atendiendo a las idiosincrasias locales,
    provinciales y regionales.

    – El afianzamiento de la soberanía de la Nación.

    – La consolidación de la democracia en su forma
    republicana, representativa y federal.

    – Concreción de una efectiva igualdad de
    oportunidades y posibilidades.

    – La equidad a
    través de la justa distribución de los servicios
    educacionales.

    – Cobertura asistencial y la elaboración de
    programas especiales para el acceso, permanencia y egreso de
    los habitantes al sistema educativo.

    – La valorización del trabajo como
    realización del hombre.

    – La erradicación del analfabetismo.

    – El derecho de las comunidades aborígenes a
    preservar sus pautas culturales y el aprendizaje y
    enseñanza de su lengua.

    – Gratuidad en los servicios estatales, en todos los
    niveles y regímenes especiales.

    – Obligatoriedad de 10 años de
    educación.

    – Se amplía la oferta de
    servicios y se implementan programas asistenciales de salud,
    alimentación vestido, material de estudio
    y transporte
    para los sectores sociales más
    desfavorecidos.

    En el título sobre Derechos y Deberes de los
    miembros de la comunidad educativa se tratan los de los
    educandos, padres y docentes. Se pautan, además, las
    bases de la calidad de la educación y su
    evaluación, en el de gobierno y administración del sistema educativo, se
    estipula la responsabilidad concurrente y concertada del Poder
    Ejecutivo Nacional, de los ejecutivos provinciales y el de la
    municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. También se
    determinan las competencias
    del Ministerio de Cultura y Educación y del consejo
    Federal de Cultura y Educación. Cabe aclarar que la
    inversión en el sistema educativo es considerada como
    primordial.

    La ley federal de educación establece que "el
    Estado nacional realizará el aporte financiero principal
    al sistema universitario estatal para asegurar que ese servicio
    se preste a todos los habitantes que lo requieran".

    En el desarrollo de la nueva relación
    instituida entre el Ministerio de Cultura y Educación y
    las universidades, los cambios estructurales se producen sobre
    la base de la siguiente normativa:

    – Decreto Nº 2330/93, que regula el
    funcionamiento de las universidades privadas.

    – Decreto Nº 256/94, que modifica las
    regulaciones para el otorgamiento de validez nacional a los
    títulos de nivel universitario y que determinan las
    incumbencias profesionales.

    3.4 UN NUEVO FRENTE DE
    PRESIÓN: LOS DOCENTES

    Luego del anuncio del tratamiento y sanción de la
    nueva ley de educación, la sociedad percibió una
    amenaza a la gratuidad de la enseñanza. Los docentes no
    estuvieron solos, la comunidad educativa se sumó a la
    protesta y hubo una gran agitación; el tema saltó
    al tapete, al punto que el recientemente electo senador por la
    Capital Federal, Fernando de la Rúa asumió como uno
    de sus compromisos prioritarios la defensa de la educación
    pública.

    La primera marcha en resguardo de la educación
    pública y gratuita se realizó el 25 de junio de
    1992 y concitó la asistencia de más de 30.000
    personas; fue una de las pocas causas que unió a las
    generaciones y pudo verse marchar a padres e hijos. Las marchas
    se reiteraron, las huelgas docentes también, y
    legisladores y funcionarios del Poder Ejecutivo salieron a
    asegurar que la enseñanza seguiría siendo gratuita.
    Las promesas no alcanzaron para poner fin a las huelgas y
    reclamos del sector docente, las que continuaron con mayor o
    menor acatamiento, pero sin solución de
    continuidad.

    3.5 APARICIÓN DE
    HUELGUISTAS Y CARPA BLANCA DOCENTE

    Mas tarde, el 25 de marzo de 1997, el sindicato de
    docentes neuquinos inició una huelga que
    tendría trascendencia nacional y cuya duración
    alcanzaría los treinta y siete días corridos. El
    gobierno de la provincia del Neuquén, ante una grave
    emergencia económica, decretó la reducción
    en un 20% de todos los salarios de los
    empleados públicos, incluidos los docentes provinciales.
    Así, docentes, desocupados de todo tipo trabajadores
    cesanteados y huelguistas estatales iniciaron una modalidad de
    lucha y protesta social que pronto se extendió a otras
    partes del país: los cortes de rutas clave en el
    tráfico comercial nacional e internacional.

    El presidente Menem, tal como fue su costumbre
    tildó a los manifestantes de activistas de izquierda,
    blandiendo la amenaza de un probable foco subversivo, incluso
    llegó a culpar al FREPASO de tener vinculaciones con estas
    protestas obreras. El 19 de abril, en un reportaje aparecido en
    el diario Clarín el ministro del interior declaraba que
    "esta película ya la vimos", insistiendo con la idea de un
    rebrote subversivo.

    Pronto, a los que cortaban las rutas se los llamó
    "piqueteros" y el gobierno los enfrentó, la mayoría
    de las veces, mediante la represión de las diferentes
    policías provinciales o de la Gendarmería Nacional,
    con numerosos golpeados y heridos por bastonazos hasta, incluso
    muertos. Neuquén capital, Cutral-Có y Plaza Huincul
    (Neuquén), Tartagal (Salta)y Libertador General San
    Martín (Jujuy) fueron la cara amarga del plan
    económico y educativo y de las nuevas políticas
    empresariales. Lo de Cutral-Có y Tartagal estaba ligado al
    despido de personal por parte de la petrolera privada YPF; lo de
    Jujuy, las nuevas formas de trabajo mecanizado de los ingenios
    azucareros, mientras que en la capital de Neuquén,
    persistían los problemas con los docentes quienes se
    resistían a aceptar el otro nuevo grupo de medidas
    educativas. Mas en vastas zonas del país el índice
    de pobreza alcanzaba
    a gran parte de la población, en las ciudades mencionadas
    la desocupación trepaba hasta el 50% de la
    población económicamente activa.

    Ante la emergencia laboral, el gobierno nacional
    atendió el reclamo de los gobernadores de provincias
    enviando subsidios e implementando planes de trabajo temporarios.
    Es importante señalar la actuación de varios
    miembros de la iglesia católica que permitió
    canalizar los conflictos y hacer oír con más
    fuerza los
    reclamos en la ciudad capital.

    Aquella huelga que habían comenzado los docentes
    neuquinos se hizo nacional el 31 de marzo y volvió a
    repetirse el 14 de abril, esta vez la paro se
    sumó la movilización de unas veinte mil personasen
    una marcha de silencio que unió al Congreso con la Plaza
    de Mayo, repudiando la represión neuquina (donde muere la
    joven Teresa Rodríguez) y la intransigencia de su
    gobernador. La ministra de Educación, Susana Decibe, con
    ánimo pacificador intercedió ante el mandatario del
    Neuquén, Felipe Saipag, solicitándole que accediese
    al reclamo fundamental de los maestros: que no se descontaran los
    días de paro.

    Dos días antes de dicha huelga, la
    Confederación de Trabajadores de la Educación
    (Ctera), llevó a cabo una forma muy original de protesta:
    armó una carpa blanca sobre la Avenida Entre Ríos,
    frente a la entrada principal del Congreso Nacional, adonde
    concurrían maestros de todo el país para ayunar con
    el fin de lograr una ley de financiamiento educativo que pusiera
    término a las marchas y a lasa huelgas. Así las
    cosas, la Carpa Blanca o Carpa de la Dignidad se
    transformó en un hito contra la política educativa
    y salarial del gobierno, y hacia allí convergió la
    mayoría del arco opositor.

    El 20 de junio, día de la Bandera, y con un ayuno
    de los maestros que ya llevaba ochenta días, el gremio
    docente volvió a llamar a una nueva huelga y
    movilización: esta vez la convocatoria sorprendió a
    todos: alrededor de cuarenta mil personas caminando
    pacíficamente hasta Plaza de Mayo. El gobierno
    siguió buscando culpables y descargó una parte de
    la responsabilidad, correcta por cierto, sobre los gobiernos
    provinciales. Afirmó que éstos eran culpables por
    la crisis social debido al mal manejo de los fondos
    públicos que mes a mes gira el gobierno
    nacional.

    La ministra Decibe consiguió que la máxima
    dirigente de Ctera, Marta Maffei, concurriera a su despacho el 8
    de julio, para mantener una reunión que sentara las bases
    para un futuro acuerdo de financiamiento educativo. La
    conversación sirvió para aflojar
    momentáneamente el profundo malestar en el gremio docente,
    pero quedó en claro que la ministra no tenía el
    poder de decisión para impulsar un proyecto de
    creación de un fondo docente que podía involucrar
    nuevos fondos gubernamentales, a lo que se oponía el
    ministro Roque Fernández. Pero el 10 de septiembre, y ante
    el aumento de la popularidad de la Carpa Blanca y de sus
    reclamos, el mismo Menem dio un anuncio impactante, a tan
    sólo cuarenta y cinco días de las elecciones para
    la renovación de las Cámaras: prometió
    aumentar el sueldo a los docentes mediante el camino de enviar al
    Congreso un proyecto de ley de financiamiento educativo. Decibe
    dio mayores precisiones y habló de un aumento del 20%,
    pero desde el Ministerio de Economía sus hombres
    más encumbrados se mostraron sorprendidos del anuncio y
    señalaron que no conocían de dónde
    saldría el dinero para
    abonar dichos aumentos salariales. Fernández
    aseguró que la medida desbalancearía el presupuesto
    nacional y que la promesa presidencial sólo sería
    posible si se ejecutaba una racionalización del personal
    docente. Las afirmaciones del ministro de Economía
    tensaron aún más la difícil situación
    existente dentro del gabinete nacional, y, particularmente, con
    Susana Decibe.

    El Poder Ejecutivo apuntó al desgaste paulatino
    del gremio, pero no tuvo su objetivo; la Carpa Blanca
    recién se levantaría en el gobierno del presidente
    De la Rúa.

    3.6 LA SITUACIÓN
    ACTUAL:

    Tanto el gobierno como la sociedad enfrentan hoy un
    dilema. La ley Federal de educación produjo más
    problemas que soluciones.
    Pero lo más importante de un sistema educativo es su
    capacidad de integración antes que de rechazo y
    exclusión, su potencialidad para contener y estimular a
    los alumnos, su equidad interna y sus posibilidades de contribuir
    a profundizar la equidad social, su capacidad para combinar
    extensión de la oferta con sostenimiento de la calidad y
    para admitir la diferencia sin desintegrarse en su conformidad
    nacional. Para responder a tan contradictoria demanda es
    necesario dictar una ley modificatoria de la Ley Federal que
    limite la división mediante criterios que pueda compartir
    la mayoría de las provincias y de la comunidad educativa y
    programar una evaluación que garantice la
    participación de la mayor cantidad de sectores posibles,
    mediante las más diversas formas de
    representación.

    Sin duda lo primero es evaluar la marcha de la reforma y
    publicar los resultados. Que ésta no quede sólo en
    manos de un organismo público, nacional, internacional o
    privado.

    Es necesario la reordenación de niveles y ciclos,
    la implementación de políticas repararatorias, la
    capacitación de los docentes y el ordenamiento de la
    oferta de educación laboral. Entre las urgencias
    mencionadas, elegimos el tópico de las políticas
    compensatorias, pues permite finalizar este artículo
    penetrando aspectos profundos de las políticas en juego.

    3.7 LINEAMIENTOS
    GENERALES EN EL ESTADO NEOLIBERAL

    Finalmente, este largo, riguroso y conflictivo proceso
    pedagógico con sus respectivas propuestas educativas
    neoliberales en nuestro país, puede resumirse en los
    siguientes puntos:

    • Liberalizar las relaciones
      laborales en el sistema educativo estatal. Para ello se
      propone modificar los estatutos docentes para permitir la libre
      contratación de estos por parte, primero de los
      gobiernos provinciales y más adelante de las escuelas,
      transformando al director en un gerente,
      eliminar los convenios colectivos de trabajo, subordinar los
      salarios docentes de los nuevos contratos a
      evaluaciones que establezcan ranking de eficiencia.
    • Descentralizar totalmente el sistema de manera que
      las escuelas sean autónomas en cuanto a planes de
      estudio, contenidos, métodos de enseñanza, etc.
      difundiendo escuelas chárter.
    • Dar libertad
      total de elección de curriculum
      por parte de las escuelas y la familia (clientes),
      reorganizando la demanda en torno al principio de libertad de
      elección.
    • Otorgar fondos a cada establecimiento per
      cápita, es decir por alumno, de acuerdo a un ranking de
      escuelas. Las mejores calificadas recibirán mas fondos
      por alumno.
    • Postergar el arancelamiento de la educación
      básica y media (últimamente se admite
      también postergar el arancelamiento universitario)
      porque esa medida tiene alto costo político y no
      soluciona el problema financiero.

    La intención de quienes auspician estas
    propuestas sería retirar del estado todas las funciones
    que pudieran ofrecerse a empresas
    privadas, como la aplicación de pruebas de
    evaluación a alumnos, a docentes, a la gestión
    escolar y a los sistemas provinciales, para los cuales se
    establecían convenios de tercerización con
    funciones privadas, la capacitación docente, la educación
    preescolar, la atención sanitaria, las vacaciones
    útiles y la alimentación de los alumnos.

    Debe subrayarse que de todos modos, la educación
    carece de cualidades necesarias para ofrecerse como campo tan
    competitivo como el de otros rubros. La rápida caducidad
    que afecta actualmente a los conocimientos básicos es una
    ventaja para el mercado.

    En el caso Argentino, hay otro aspecto de la
    relación entre los gobiernos y la iniciativa privada que
    se debe analizar: las insuficiencias burocráticas y la
    renuncia del estado a solventar los gastos y la mala
    administración institucional, ayudaron a
    hacer permeables las escuelas públicas. Las funciones
    complementarias o periféricas de la escuela han sido
    asumidas por los docentes. En las escuelas pobres el docente
    cubre tareas que son remuneradas a empresas privadas en las
    escuelas ricas.

    3.8 CONSECUENCIAS
    MÁS IMPORTANTES DE LA LEY FEDERAL DE
    EDUCACIÓN

    Señalamos de la ley federal de educación
    los problemas más destacables:

    • Distintas interpretaciones de la nueva estructura,
      por las cuales hay provincias

    (Mendoza, Santa Fe) en donde coexisten tres y cuatro
    sistemas distintos (primaria y secundaria de 6 años cada
    una, primaria de 7 años y secundaria de 5 años,
    tres ciclos y polimodal dos ciclos, escuela intermedia y
    polimodal).

    • Desarticulación del sistema educativo
      nacional, pues no se corresponden entre sí
      los

    sistemas de muchas provincias.

    • Cierre de escuelas antes de implementar el tercer
      ciclo (los grados séptimo, octavo y

    noveno, o sea, séptimo de primaria más
    primero y segundo de secundaria) y el polimodal (correspondiente
    a los años superiores de la enseñanza media) porque
    debían sustituirlas sin tener edificios suficientes y
    adecuados.

    • Primarización de los primeros años del
      secundario que obliga a la convivencia de

    adolescentes con niños menores, desarticula a los
    grupos etarios y carece de una organización institucional
    y pedagógica especifica.

    • Ruptura del ciclo de enseñanza media producida
      como consecuencia de la inclusión, en

    algunas provincias del tercer ciclo de la EGB en el
    mismo establecimiento de los anteriores o bien
    organizándolo como escuela intermedia en un local
    aparte.

    • Cierre de las diversas opciones de enseñanza
      técnica que, insuficientes y desordenadas,

    sostienen la modalidad desde hace muchas décadas
    en el país.

    • Eliminación de clases de idiomas, incluyendo a
      sus docentes.
    • Transferencia de profesores de un área de
      conocimiento
      a otra sin brindarles la

    capacitación adecuada.

    • Descalificación de los profesores de
      enseñanza media al otorgarle funciones en la

    enseñanza básica para la cual no han sido
    capacitados o bien en áreas curriculares distintas a la de
    su especialidad.

    • Falta de preparación de los directores de
      primaria para supervisar a profesores de

    media y los docentes de nivel primario para atender
    población adolescente.

    • Deterioro de la educación de adultos, la
      educación
      especial, y la educación artística
      que

    al adquirir el carácter de régimen
    especiales que fueron separadas del tronco central del
    sistema.

    • Insuficiencia de la educación inicial y
      exclusión de la asistencia materno- infantil de
      la

    responsabilidad educativa pública, que desampara
    a capas de niños afectados por la desocupación de
    sus familiares y que carece de estimulación temprana, indispensable para
    escolarizarse.

    El gobierno del partido justicialista que terminó
    su mandato el día 10 de diciembre de 1999 no
    cumplió con las previsiones presupuestarias de la ley. De
    la Rúa ratificó en marzo del 2000 la
    intención de alcanzar una inversión educativa del
    6% del PBI durante su mandato.

    La estructura de Derechos y Principios que contiene la
    ley fue gestada en el Congreso Pedagógico de 1.985,
    durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
    Paradójicamente no fue el gobierno radical quien tradujo a
    la letra una ley con aquellos principios, sino que fue el
    gobierno de Menem.

    La ley de transferencia precedió a la ley Federal
    y determinó la conclusión de un proceso de retiro
    del Estado Nacional que, junto con los establecimientos, alumnos
    y docentes, quedó a cargo de las provincias como proveedor
    directo de la educación.

    La reforma menemista fue la única de la serie
    mundial de ajustes neoliberales de los aparatos educativos que se
    decidió por ese modelo cuya estructura apunta a despedir
    paulatinamente de la pirámide escolar a los sectores de
    menos recursos.

    Si bien la ley establece cumplir 10 años de
    escolaridad, se produce un deterioro de la educación
    manifestado por la deserción o el fracaso del aprendizaje
    de los sectores pobres, que pone en duda aquel
    precepto.

    3.9 CONSECUENCIAS
    PRÓXIMAS DE LA REFORMA

    Algunas de las consecuencias de la reforma
    son

    • Los hijos de los más pobres no tendrán
      guarderías, jardines maternales o programas de
      prevención y deberán arreglarse con los servicios
      de la parroquia o alguna subsistente sociedad de
      fomento.
    • Los sectores medios que tengan empleos podrán
      mandar a sus hijos a guarderías privadas, barriales o
      algunas públicas privadas, una parte de ellos
      llegará al polimodal donde será adaptado al mundo
      del trabajo, pero pocos ingresarán a la educación
      superior y otra mínima cantidad terminará la
      universidad. Los ingresantes a algunas facultades de
      universidades públicas provienen cada vez más de
      escuelas secundarias privadas.

      

    CONCLUSIÓN

    Una vez finalizado este trabajo de investigación en el cual hemos abordado la
    temática educativa en los gobiernos de Perón y
    Menem y sus repercusiones en la sociedad argentina, nos
    consideramos en condiciones de afirmar la hipótesis que
    había sido planteada al comienzo de nuestra
    investigación: "el sistema educativo presenta más
    progresos en el Estado Benefactor (que coincide con el gobierno
    de Perón) que en el Neoliberal (ejercido por el presidente
    Menem)".

    Gracias a la información obtenida a través de la
    bibliografía
    consultada de fuentes
    primarias, ya sean libros o Internet, y a la entrevista
    realizada al profesor de
    Historia…, quien concluyó que la etapa neoliberal en
    nuestro país fue funesta en lo referente a la
    educación, hemos logrado comprobar que las
    políticas de ajuste recientes provocaron graves
    consecuencias en la prestación de los servicios sociales
    como la educación.

    En el momento en que asume Perón al poder, la
    historia argentina toma un rumbo imprevisto: se suceden medidas
    asistencialistas por parte del Gobierno que contemplan un sector
    social siempre olvidado hasta ese momento: el obrero. La ideología presentada por el mismo, novedosa
    en ese tiempo, tuvo una repercusión magnífica: el
    país se había dividido en dos columnas: una
    peronista y otra antiperonista. El movimiento peronista
    cobró un vasto poder en la Nación, así se
    logró sancionar una considerable cantidad de leyes que
    contenían derechos para la clase trabajadora, a los cuales
    se les denominó "derechos sociales". Podemos referirnos,
    entre ellos, a los de materia sanitaria, laboral, educativa, etc.
    Analizando el material, consideramos que esta figura de la
    historia hizo mucho por la Nación, especialmente por los
    sectores más carenciados, respondiendo con las medidas
    necesarias.

    Cuando son adoptadas por Menem las medidas
    político – económicas liberales
    características del mundo globalizado, se manifiesta una
    disminución de la capacidad de los Estados Nacionales para
    poner en marcha planes de desarrollo
    social. Por ello, las medidas educativas que practica,
    responden directamente a la idea de alejar el Estado de la
    prestación de servicios. En la década del '90 el
    Estado se descentraliza, desvinculándose de la
    población lo que produce que el gobierno se despreocupe de
    los conflictos educativos, entre otros.

    Estefania Bicentella

    Edad: 17 Años

    E-Mail:

    Estudios: 5° año de Secundario

    Fecha: 20 de Noviembre
    de 2004.

    Titulo: La Educación en la Argentina en los
    Gobiernos de D. Peron y C. Menem

    Categoría: Educación

    Reseña: el sistema educativo en la
    República Argentina y los cambios efectuados durante los
    gobiernos de Domingo Peron y Carlos Menem.

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