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Relación entre los personajes y el suicidio en Prohibido suicidarse en Primavera de Alejandro Casona




Enviado por sandrabineli



    Tratamiento del tópico
    literario del deseo de suicidio mediante la utilización de
    una gran diversidad de personajes

    1. Resumen
    2. Importancia de los personajes en
      la obra
    3. Personajes involucrados:
      características
    4. Conclusiones
    5. Bibliografía

    Resumen

    En este trabajo se
    puede observar como la riqueza y variedad de personajes
    utilizados por el escritor español
    Alejandro Casona demuestran lo débil del ser humano frente
    a las dificultades de la vida y el deseo de muerte que
    suele presentarse como única salida.

    La riqueza de personalidades y de relaciones entre los
    personajes realza el verdadero sentido de esta obra: acercar al
    lector/público a la idea de que el deseo de muerte puede
    presentarse en cualquiera de nosotros y que nuestras acciones por
    más simples que resulten tienen diversos efectos en las
    demás personas.

    Así, procederé a analizar a cada personaje
    por separado, las relaciones entre los mismos, los contrastes que
    se llevan a cabo entre diferentes personajes, la influencia que
    algunos personajes ejercen sobre otros, y sus
    características específicas; con el fin de
    señalar su utilidad en
    demostrar como las personas se relacionan con la muerte, la
    vida y el dolor.

    Introducción

    Prohibido suicidarse en primavera es una obra
    literaria como pocas. Nace durante el exilio (de la Guerra Civil
    Española) del escritor español Alejandro Casona en
    México en
    1937. Es una obra – en mi opinión – única.
    Única por la complejidad de sus personajes, sus temas, sus
    tramas. Creo yo que todas estas variedades se reúnen bajo
    el tratamiento de un tópico literario que no es muy
    común de ver: lo entendible y atractivo que resulta ser el
    deseo de dejar de vivir, el querer acercarse a la muerte por
    manos propias: el suicidio. En simples palabras, lo que
    esta obra irrefutablemente nos dice es que hay muchas maneras de
    recuperar las ganas de vivir, y que en muchas ocasiones lo que
    nos hace seguir viviendo es un inconsciente destello de esperanza
    que se encuentra de diversas maneras.

    Esta fantástica obra de teatro retrata el
    "Hogar del suicida", una clínica en España
    creada por el Doctor Ariel y dirigida por el Doctor Roda que
    cuenta con dos ayudantes: Hans y Alicia. A la clínica
    llegan por error dos reporteros – Chole y Fernando – que con su
    alegría y pasión por la vida transforman por
    completo a los diferentes estados anímicos de los enfermos
    (la dama triste, el amante imaginario, el padre de la otra
    Alicia, Juan) y mismo los de Alicia, Hans y el Doctor Roda. Luego
    de una serie de encuentros y desencuentros entre los personajes
    que resultan entre cómicos y dramáticos, se cumple
    el principal y quizás único objetivo de la
    clínica: lograr que los enfermos se desentiendan de ese
    deseo de morir.

    Alejandro Casona – cuyo verdadero nombre es Alejandro
    Rodríguez Álvarez – nace en 1903 en un
    pequeño y pobre pueblo español de nombre Besillo.
    Hijo de maestros, al igual que sus cuatro hermanos ha heredado su
    devoción a educar. A lo largo de su vida recibió
    numerosos reconocimientos por sus escritos y obras. Durante la
    Guerra Civil se ve obligado a exiliarse en México – donde
    escribe esta obra – y en Argentina, para volver a vivir en su
    España natal hasta su muerte a los 61 años de edad.
    El haber sentido tan cercano el terror de la Guerra Civil, se ve
    en varias de sus obras reflejado.

    El suicidio es por definición "la acción
    y efecto de quitarse voluntariamente la vida". Existen grandes
    cantidades de estudios científicos, psicológicos y
    hasta éticos sobre este tema que exponen diversos motivos
    para suicidarse. En esta obra se enfoca como principal y
    única causa para el suicidio el dolor. Un dolor que
    proviene de los sentimientos de soledad, de amor
    desmedido, de arrepentimiento, de envidia; o por cosas como el
    contraste de la felicidad propia con la tristeza de los
    demás, los traumas del pasado. Todas estas causas se
    verán desarrolladas más extensamente a lo largo del
    trabajo y a través de los diferentes
    personajes.

    Una obra de teatro consta de dos tipos de textos: el
    texto y el subtexto, también llamados
    texto 1 y texto 2, o bien texto y
    didascalias como procederemos a llamarlos a lo largo del
    trabajo. El texto se describe como lo dicho por los
    personajes, a través de sus monólogos y
    diálogos. Las didascalias, en cambio, son
    las palabras directas del autor, son las ambientaciones, las
    divisiones en escenas y actos, el aviso de la entrada y salida de
    escena de los personajes, y son también los nombres de los
    personajes antes de hablar, para que podamos distinguir entre
    unos y otros.

    La didascalia introductora describe a la clínica:
    "En las paredes, bien visibles, óleos de suicidas famoso
    reproduciendo las escenas de su muerte: Sócrates,
    Cleopatra, Séneca, Larra.". Vemos como enseguida, ya en la
    primera escena de la obra, el suicidio se presenta como tema a
    tratar a lo largo de la misma. Sócrates – filósofo
    griego – muere tomando el veneno conocido como "la cicuta" siendo
    así castigado por su oposición a los
    sofistas en la Grecia
    Antigua. Cleopatra – Reina del Antiguo Egipto – se
    suicida dejándose morir por un áspid siendo
    prisionera de Octavio en el año 30 a.C. . Séneca –
    un filósofo estoico español – se suicida por orden
    de Neón en el año 65 d.C.. Larra – escritor
    español (conocido bajo el seudónimo de
    Fígaro) – se suicida en 1837 de un tiro en la sien con
    casi 28 años de edad. Todos encontraron alguna causa que
    fue mayor que el deseo de vivir y se suicidaron. Este es el
    propósito de motrar esos cuadros, de nombrar a estas
    personas, muchos exitosos que no vieron la felicidad a tiempo. Esta
    idea se ve contrastada y comparada con la de nuestros
    personajes.

    Si nos extendemos un poco más sobre el
    título podremos ver que Prohibido suicidarse en
    primavera
    , sin lugar a dudas, es un título altamente
    significativo. Tal es su significado, que Casona no lo deja son
    explicación. En una conversación entre los
    personajes del Doctor Roda y Chole, esta última – tras
    haber leído ciertos libros con
    estadísticas sobre el suicidio –
    expresa:

    "¿Y por qué se matan
    […] en la primavera más que en el
    invierno?"

    (Casona : 1997 : 42 )

    Con estas palabras, el título de esta obra de
    teatro se ve lleno de significado: es el ir en contra de lo
    natural, de lo predispuesto. Es esforzarse por no suicidarse en
    la estación de la felicidad, del amor, de la
    alegría. El título sin lugar a dudas nos
    está introduciendo el tema de la obra: la
    cancelación del deseo de suicidio.

    En esta obra cada uno de los personajes
    encontrará ese camino que lo dirige a querer vivir, y mi
    propósito es demostrar que Casona utiliza muchos tipos de
    personajes con sus respectivas personalidades para resaltar el
    tema central de su obra. En fin, que este fabulosos dramaturgo
    español utiliza a los personajes, sus accionares y sus
    diferentes relaciones para acercar al lector/público a la
    verdadera comprensión del tema de su obra.

    Desarrollo:

    Importancia de
    los personajes en la obra

    No es extraño que se analicen a los personajes en
    una obra de teatro ya que son quienes nos van transmitiendo la
    historia. Por
    ejemplo, en cualquier obra de teatro de Shakespeare o
    Moliere los personajes son realmente complejos. Pero yo me
    dispongo a determinar que en esta obra de teatro del escritor
    Alejandro Casona, los personajes son indefectiblemente necesarios
    tal y como son para la verdadera comprensión del tema que
    hila a toda la obra.

    En Romeo y Julieta, la historia era clara: un
    amor entre hijos de familias que se odiaban que termina con el
    suicidio de ambos antes de elegir seguir viviendo separados. Pero
    el tema del amor sin barreras se podría haber comprendido
    exactamente igual si los personajes hubieran sido pobres en vez
    de ricos, si Romeo hubiese sido ladrón y Julieta
    simplemente una nodriza, si en vez de inocentes y buenos hubieran
    sido dos malvados, si uno hubiese sido carcelero y la otra
    prisionera.

    En Prohibido suicidarse en primavera, si
    cambiásemos el estado
    civil, la posición social, las historias del pasado o
    simplemente la manera de vestir de algún personaje, el
    tema se vería afectado. Imaginemos a Chole como una
    mujer depresiva,
    ¿no se vería afectada toda la historia?. Mi punto
    es que los personajes de la obra a analizar están tan
    correctamente predispuestos que el más mínimo
    cambio que se produzca en uno de ellos desbalanzaría toda
    la obra. De esta hipótesis parte entonces un análisis casi exhaustivo de cada uno de los
    personajes, de sus relaciones con los otros personajes, y de
    cómo el accionar de uno afecta al de muchos
    otros.

    Haciendo referencia a las propias palabras de Anne
    Ubersfeld:

    "El personaje habla y, al hablar, dice de
    sí mismo una serie de cosas que podemos comparar con las
    que otros personajes dicen de él."

    (Ubersfeld : 1989 : 98)

    Es decir, que en una obra de teatro la definición
    del personaje se lleva a cabo por cuatro maneras: su discurso, el
    de otros personajes, sus acciones y como el autor en algunos
    casos a través de las didascalias los describe.

    Deseo dejar en claro, que no me dedicaré a
    analizar a los personajes psicológicamente, sino como
    representantes de los diferentes tipos de sujetos de la vida real
    y como todos llegamos en ocasiones a torcer el brazo frente a las
    adversidades de la vida y desear la muerte. Analizaré a
    los personajes con el fin de demostrar como resultan ser
    simplemente estereotipos que aportan variedad al tema del
    suicidio, y como sus personalidades y maneras de ser están
    estrictamente predispuestas por Alejandro Casona. Y pretendo
    fundamentar esto de dos maneras diferentes: el análisis de
    cada personaje y a través de las didascalias. Éstas
    últimas son importantes porque resultan ser sin lugar a
    dudas muy descriptivas, por ejemplo:

    "Chole se debate en una
    lucha interior de silencios cruciales"

    (Casona: 1997: 56)

    El objetivo de este tipo de didascalias es que sea quien
    sea el actor que represente en un futuro a la obra, no se pierda
    el mensaje por una mala comprensión de la forma de ser de
    uno de los personajes.

    Comencemos entonces un viaje al interior de cada uno de
    los diez personajes actantes por ser importantes para la correcta
    transmisión del mensaje/tema de esta obra.

    Las relaciones entre estos 10 personajes se complican,
    se dilatan, se entrelazan, se deshacen hasta llegar a un punto
    donde bajo el ala del Director del Hospital – el Doctor Roda – se
    van perfeccionando y uniéndose como piezas de un
    rompecabezas a fin de demostrar el tema.

    Si graficamos en un esquema actancial el desarrollo de
    la obra y tomando como principal sujeto al Doctor Roda, podremos
    ver como se resume la obra, su tema y las relaciones entre los
    personajes:

    Personajes
    actantes

    El Doctor Roda es un personaje no del todo
    convencional. Como tal tiene características singulares y
    es quien maneja a lo largo de toda la obra la estabilidad de los
    demás personajes.

    En la obra lo vemos descrito como establecimos
    anteriormente por cuatro formas:

    * por las didascalias. En su primera
    aparición en escena nos dicen que es:

    "…de aspecto inteligente y
    bondadoso…"

    (Casona: 1997: 12)

    * por su discurso. Frente al cuestionamiento de
    Alicia se presenta como:

    "El doctor Roda, director de la
    Casa."

    (Casona: 1997: 16)

    * por el discurso de otros personajes. Luego
    del intento de suicidio de Chole, ésta le
    expresa:

    "Le admiro, doctor. Tiene usted una fe
    sin límites
    en la naturaleza."(Casona: 1997: 66)

    * por sus acciones. Podemos deducir que es un
    hombre bueno
    por tratar de salvar de la muerte a personas que ni siquiera
    conoce. Además es sin dudas un hombre leal y decidido.
    Al fin y al cabo dedicó su vida al proyecto del
    Doctor Ariel (personaje que conocemos a través de las
    palabras del doctor Roda y de las referencias que hacen Chole y
    Fernando al libro
    escrito por el mismo antes de morir) y se siente feliz al
    ayudar.

    El Doctor Roda representa al sabio, a quien sabe y tiene
    una explicación para todo. Se puede llegar a decir que el
    propio Casona se ve reflejado en este personaje casi
    mágico. ¿Por qué "mágico"?. Bien,
    analicemos las siguientes características:

    • tiene una explicación fundamentada para
      cualquier consulta:
      En su primer encuentro con Chole y
      Fernando, y al ser consultado por este último sobre si
      no llegan casos de suicidas desesperados e irremediables el
      responde:

    "Aquí sólo llegan los
    vacilantes. Desdichadamente, el desesperado profundo se mata en
    cualquier parte, sin el menor respeto a la
    técnica ni al doctor Ariel."

    (Casona: 1997: 28)

    • tiene características de pensadores y
      filósofos antiguos:
      En un
      ejemplo, durante su conversación con Chole y frente a la
      indignación de la misma por la gente que se suicida
      él realiza una pregunta haciendo que ella abra los ojos
      y vea que hasta el más feliz puede ser quien desee
      morir:

    "¿No cree usted que el dolor
    es cien veces más intolerable cuando nos rodean
    el amor y
    el triunfo, cuando la sangre es
    joven, y todo a nuestro alrededor se viste de rosas?"

    (Casona: 1997: 42)

    En casos como este, el personaje del Doctor Roda hace
    uso de la mayéutica creada por el famosísimo
    filósofo Platón. Esta técnica consiste en
    la utilización de preguntas que ayuden a otra persona a dar
    con la verdad.

    • tiene características de un
      sabio:
      En ciertas ocasiones expresa pensamientos
      como:

    "…la Naturaleza es más de la mitad del
    arte."
    (Casona: 1997: 46), "Sí, la vida es un deber. Pero es, a
    veces, un deber bien penoso." (Casona: 1997: 44) y "La vida
    está llena de caminos" (Casona: 1997: 66).
    Además, desde un comienzo supo que con la ayuda de Chole
    y Fernando – que representaban la alegría – la
    clínica cumpliría con su objetivo primordial:
    salvar a los suicidas, es por esto que los invita a
    quedarse.

    • sabe lo que ha ocurrido aún sin haber
      estado
      presente o haber sabido la
      motivación de lo ocurrido:
      Luego del intento
      de suicidio de Chole – al que todos menos el Doctor tomaron
      como un accidente – Roda le pregunta el por qué en una
      conversación; por lo que se deduce que ya sabía
      la verdadera razón del "accidente" de ella.

    Es sin duda un personaje de suma complejidad y de una
    inteligencia
    de una enorme dimensión. El Doctor Roda es quien aconseja
    a los personajes, es quien los apoya y los guía; pero
    siempre dejando que aprendan las lecciones por sí mismos.
    En mi opinión, este personaje resulta de suma importancia
    para el total de la obra; sin él no entenderíamos
    el por qué de semejante clínica, ni la razón
    de las estadísticas, ni podrían los personajes
    relacionarse como lo hacen. Es lo que yo denomino un personaje
    "balanza".

    Inmediatamente después de haber analizado al Dr.
    Roda y su papel en esta obra, comienza un análisis de los
    demás personajes y las relaciones entre ellos. Veremos que
    en todos los casos es imposible aislar a los personajes de los
    demás o variar alguna de sus características porque
    nos desviaríamos del tema central de la obra. El orden de
    los personajes a analizar se regirá por su
    aparición en escena. Así comenzaremos por Hans,
    siguiendo con la dama triste, el amante imaginario, Alicia,
    Fernando, Chole, Juan, el padre de la otra Alicia, y finalmente
    Cora Yako.

    Hans es un personaje complejo, un personaje que
    lleva una gran carga psicológica por situaciones y
    vivencias pasadas. Es un personaje que cumpliría el papel
    de ayudante del Doctor Roda, pero que resulta ser un paciente
    más. La única diferencia con los demás
    enfermos es que no desea suicidarse, sino que disfruta del dolor
    de los demás y espera con ansias que alguien sea lo
    suficientemente valiente para matarse.

    Como característica principal de Hans, podemos
    decir que posee una personalidad
    fría, y es llamativamente reservado. Es a tal punto
    reservado, que el autor no utiliza en este caso la auto-descripción, sino que este conflictivo
    personaje es descripto mayormente por el Doctor Roda:

    "Mutilado de la Gran Guerra […]
    del alma.
    […] Ese hombre tenía una cervecería en una
    aldea de Lieja. Era un muchacho alegre, cantaba las viejas
    canciones; tenía amigos, hijos y mujer. Durante la
    guerra sirvió cuatro años en un hospital de
    sangre. ¡Cuatro años viendo y palpando la muerte a
    todas horas! Después del armisticio, cuando
    volvió a su tierra, sus
    amigos, su mujer y sus hijos habían desaparecido. Y la
    cervecería también. […] Hans era un hombre
    acabado […] Ya no sé si lo tengo como ayudante o
    como enfermo."

    (Casona: 1997: 48)

    La historia detrás de este personaje da una
    explicación de la forma de ser del mismo. ¿Podemos
    realmente imaginar a Hans así de frío y
    excéntrico si en su pasado todo hubiese sido color de rosas?
    Las características de este personaje están todas
    dirigidas a incentivar lo que puede causar el ver a la muerte tan
    de cerca y tan seguido. ¿No existen hombres así en
    nuestro mundo? ¿No es verdad que las guerras dejan
    no solo heridas físicas sino también
    psíquicas? ¿Cuantos hombres en el mundo han quedado
    traumados de por vida por haber servido en el ejercito? Deseo
    recalcar en este personaje en especial la idea del uso de
    estereotipos. Hans es excéntrico, frío, hasta
    maquiavélico en ciertos casos, pero no es más que
    alguien a quien la vida le ha dado la espalda en más de
    una ocasión.

    ¿Por qué maquiavélico y no malvado?
    Hans realmente no comprende el verdadero rol de esta
    "Clínica de suicidas". Desea todo el tiempo ver a alguien
    suicidarse y no puede entender que no exista un solo valiente.
    Veremos claramente que sus intenciones en ningún momento
    son malvadas, sino que inocentemente siente ese deseo de cumplir
    con su rol y ayudar a los pacientes a que se suiciden:

    Deseo ejemplificar este argumento con el intento de
    suicidio de Chole. Luego de ese incidente mantiene una
    conversación con el Doctor Roda donde le expresa sus
    intenciones de renunciar a su cargo.

    Durante esta conversación dice:

    "Vengo a despedirme. […] he
    cumplido fielmente todas mis obligaciones.
    ¡Y para qué! Desde que estoy en esta casa,
    sólo el perro del jardinero se ha decidido a morir. Y se
    murió de viejo. […] Anoche, con la señorita
    Chole, llegué a tener un rayo de esperanza. […] Yo
    soy un idealista…"

    (Casona: 1997: 68)

    En resumen Hans reúne todas las
    características de alguien que tiene el corazón
    dañado por la vida, el alma lastimosamente acostumbrada al
    sufrimiento. Tan normal es el sufrir para este personaje, que
    necesita de él como una droga, y se ve
    desilusionado al ver que la clínica a la que dedicó
    su tiempo no cumple con lo estipulado para él.

    La Dama Triste es quizás el más
    depresivo de todos los personajes de Prohibido suicidarse en
    primavera
    . Es uno de los personajes de quienes no sabemos el
    nombre, lo que aumenta la posibilidad de pensar en un
    estereotipo. En los miles de seres humanos que deprimidos por no
    encontrar en su vida el romanticismo
    necesario para disfrutarla, deciden terminar con la
    misma.

    Se trata de una mujer que desea morir, pero no se siente
    lo suficientemente valiente para realizar la proeza. Ella misma
    expresa: "… ¡Ah, morir es hermoso, pero matarse!…"
    (Casona: 1997: 14).

    Es una mujer que ama hasta el extremo el romanticismo,
    pero no es capaz de vivirlo en carne propia. En un ejemplo claro,
    al confundir a los personajes de Chole y Fernando como pacientes
    de la clínica, expresa con suma
    indignación:

    "Pobres… ¿Ustedes
    también? […] ¡Qué pena! Tan
    jóvenes, con toda una vida por delante y
    queriéndose así…Novios, ¿verdad?..
    ¡Qué pena, Señor, qué
    pena!…"

    (Casona: 1997: 21)

    Además de deducir una clara admiración
    hacia quienes son capaces de amarse sin límite alguno,
    podemos ver que es una mujer de religión y de
    fe.

    En una situación con alto nivel
    humorístico, expresa como sería la mejor manera de
    suicidarse: frente al irónico comentario de Fernando que
    decía haber besado a Chole porque ésta se
    había pintado los labios con arsénico, la dama
    triste expresa con suma inocencia: "Qué interesante,
    ¡morir en un beso! Algo así buscaba yo."

    (Casona: 1997: 31)

    Comentarios como éste la identifican todo a lo
    largo de la obra, pero finalmente logra encontrar ese
    romanticismo que tanto deseaba en el personaje del profesor de
    filosofía (personaje que no actúa pero es nombrado
    en varias ocasiones) y mágicamente su humor cambia y se la
    ve sumamente feliz. Representa a quienes buscan con
    desesperación el amor y luego de un tiempo se sienten
    vencidos y sin posibilidad alguna de enamorarse.

    Luego nos encontramos con el personaje del amante
    imaginario
    . Este personaje lastimosamente nos resulta
    gracioso. Como su sobrenombre (tampoco accedemos a la verdadera
    identidad de
    este personaje) lo indica, es un hombre que se sintió
    atraído por la cantante Cora Yako en uno de sus recitales.
    Él relata en su historia cómo ella también
    se enamoró de él y cómo juntos recorrieron
    el mundo amándose profundamente. En un mensaje
    entrelíneas, a los espectadores/lectores se nos deja
    deducir que esta historia es sólo una invención del
    personaje. Para esto se utilizan las conversaciones de este
    personaje con Fernando y Chole donde estos le cuestionan sobre
    lugares que él dice haber visitado y no lo ha hecho.
    Veamos la historia que su imaginación ha creado tal y como
    este personaje la relata:

    "Yo era un empleado en un a casa de
    banca.
    Hacía números por el día y versos por la
    noche. Siempre había soñado aventuras y viajes, pero
    nunca había realizado ninguno. Una noche fui a la
    Ópera. Cantaba Cora Yako el papel de Margarita. ¡Una
    mujer espléndida! […] Cora Yako cantó toda
    la noche para mí. […] Después ¡fue la
    felicidad!…Los barcos y los grandes hoteles…"

    (Casona: 1997: 29)

    Si bien suena increíble, se empeña en
    decir que es verdad hasta que por casualidad llega el personaje
    de Cora Yako a la clínica, y luego de un corto y efusivo
    amorío con la misma se da cuenta de que en realidad no era
    lo que él quería y renuncia a la posibilidad de
    hacer realidad lo que tantas veces imaginó.

    El amante imaginario representa a quienes se enamoran
    del amor, de lo que imaginan de una persona. Incluso pensó
    en matarse por amor a quien no amaba realmente. Una ironía
    de la vida cotidiana que el autor refleja con un toque algo
    humorístico.

    Alicia llega a la clínica cansada de la
    vida de ciudad. Entra desesperada por encontrar una
    solución para los problemas de
    su vida y al ver de que se trataba la "Casa de Suicidas" intenta
    salir estrepitosamente. Es en ese momento cuando conoce al Doctor
    Roda y le cuenta sobre lo que la acongoja: la soledad, el hambre
    y el exceso de trabajo. Frente a los cuestionamientos del Doctor
    Roda sobre su soledad ella expresa: "Nunca he conocido amigos, ni
    hermanos, ni amor" (Casona: 1997: 29). Y relata luego su trabajo
    como enfermera y el gran sufrimiento que le ha causado ver morir
    gente día tras día.

    Es una chica llena de vida que no la ha disfrutado
    nunca. Una chica a la que la vida nunca le ha sonreído.
    Ella misma nos describe su dolor:

    "El hambre y la soledad verdaderos
    sólo existen en la ciudad. ¡Allí si se
    siente uno solo entre millones de seres indiferentes y de
    ventanas iluminadas […] Nunca le he pedido demasiado a
    la vida. ¡Pero es que la vida no ha querido darme nada!
    […] ¿Sabe usted por qué he venido
    aquí? […] Es natural, en un momento de
    desesperación, una se mata en cualquier parte. Pero yo,
    que he vivido siempre sola, ¡no quería morir sola
    también! […] Cuando llegué aquí ya
    no sentí más miedo. […] Entonces
    comprendí mi tremenda equivocación; venía
    huyendo de la soledad…y la muerte es la soledad
    absoluta."

    (Casona: 1997: 18)

    Es por mucho, la descripción más completa
    de un personaje hecha por el mismo. El mismo Doctor Roda se
    siente profundamente feliz al ver que Alicia ha logrado entender
    la verdad más absoluta de todas por sí sola. Esto
    nos demuestra su inteligencia y capacidad de ver aún en
    los peores momentos ese rayo de luz que nos puede
    salvar. Alicia se ha salvado por sí sola. Y sabiendo esto
    nuestro Doctor la invita a ser su ayudante.

    Alicia es la representación de la persona joven,
    con sueños sin cumplir y añorados deseos de
    encontrar alguien con quien compartir su vida. A lo largo de la
    obra se hará amigos, amigos con los que seguramente
    seguirá compartiendo sus días. Con la
    intención de ayudar al padre de la otra Alicia
    comenzará una dulce y amorosa relación padre-hija
    con él. En la escena final de la obra se deslumbra un
    principio de amistad o
    relación con Juan. Una relación que se puede
    deducir como amistad o un futuro amor.

    Fernando es un personaje lleno de vida; es
    alguien que utiliza el humor para ver con optimismo su vida. Es
    un personaje realmente feliz; está conforme con su trabajo
    como periodista, con su noviazgo con Chole, y con la vida que
    lleva.

    El autor realza todo el tiempo su impulsividad y su
    efusiva manera de ser. Es un joven apasionado que disfruta su
    vida, lo que se pone en contraste con la mayoría de los
    otros personajes. Ésta característica es la que
    hace que Doctor Roda lo invite junto con Chole a ayudarlo a
    cambio de la historia de la clínica:

    "En ese caso, yo puedo facilitarles su
    trabajo. Pero ustedes, en cambio, pueden prestarme a mí
    un gran servicio.
    […] Para la buena marcha de esta casa necesitaba yo
    encontrar los dos extremos opuestos de la fortuna: una vida en
    derrota sin amores, sin pasado y sin porvenir. Y una vida en
    plenitud, audaz, enamorada, llena de esperanzas y horizontes.
    ¿Quieren ustedes ser aquí la vida
    feliz?

    (Casona: 1997: 24)

    Fernando llega a la clínica junto a su amada
    novia Chole por accidente ya que se perdieron mientras
    ésta manejaba, y al encontrar un lugar tan extraño
    como lo es la "Casa del suicida" deciden investigar de qué
    se trata. El amor maneja su relación con Chole y parece
    conducirlo siempre hacia lugares fabulosos.

    El humor y la ironía son sus armas para ayudar
    y comprender a los demás personajes: por ejemplo mientras
    habla con la Dama Triste sobre los problemas de la misma, y
    frente a la invitación de ella de suicidarse juntos,
    él exclama:

    "Honradísimo, señora,
    pero…estoy comprometido ya. Tengo que suicidarme
    mañana con una pianista polaca"

    (Casona: 1997: 33)

    Es estrepitosamente valiente y capaz de hacer cualquier
    cosa por conseguir una buena historia para su periódico:

    "¡Huir, no! Somos periodistas
    Chole. Cuando un periodista se tropieza con algo sensacional, no
    retrocede aunque lo que tenga delante sea un rinoceronte. Antes
    morir."

    (Casona: 1997:23)

    Y "hacer cualquier cosa" significa para él
    incluso entrometerse en la vida de los demás. Cuando Chole
    y él se enteran a través del Doctor Roda sobre los
    diferentes personajes, Chole decide dejar enseguida la idea de
    investigar atrás y ayudar a los pacientes mientras que
    Fernando continúa con su labor.

    La notoria curiosidad de Fernando nos da la posibilidad
    de conocer a muchos de los personajes que lo acompañan a
    lo largo de la obra. A través de él conocemos el
    pasado de algunos de los pacientes, pero no nos es posible saber
    mucho sobre el suyo hasta que llegamos a conocer su
    relación fraternal con Juan y vemos que Fernando ha ido
    avanzando con grandes pasos por su vida, mientras que iba dejando
    atrás a otras personas como su hermano que no tuvieron la
    suerte que siempre acompañó a nuestro personaje. Es
    en este caso el Doctor Roda quien lo hace reconocer su error y
    reflexionar.

    Pero la descripción de un personaje tan completo
    no se podría concluir sin mostrar su lado amable. En el
    final de la obra, y con la intención de ayudar al amante
    imaginario, lo invita a trabajar junto a él en el
    periódico prometiéndole la posibilidad de escribir
    esas fabulosas y amarillezcas historias que imagina.

    Sin duda, Fernando es la representación de
    aquellos que impulsivamente "se llevan el mundo por delante"
    simplemente porque la pasión es su principal
    móvil.

    El personaje que nos ocupa entonces es Chole,
    quien en muchas características (como su trabajo y su
    pasión desmedida) es muy similar a Fernando, y por lo
    tanto compatible con él.

    Con su incansable buen humor Chole transforma por
    completo a la clínica cumpliendo con lo esperado por el
    Doctor Roda: quita todos los cuadros que recuerdan a suicidas y
    coloca "La primavera" de Boticelli por ejemplo además de
    llenar la casa de risas y felicidad.

    Chole resulta ser tan simpática y amistosa que es
    capaz de desarrollar importantes relaciones con otros personajes.
    Por ejemplo: su amor con Fernando, su naciente amistad con
    Alicia, su simpatía hacia el amante imaginario y desde ya
    su relación altamente conflictiva con Juan.

    La primera – la relación con Fernando – es
    completamente apasionada. Lo ama profundamente y comparte con
    él alegrías, tristezas y trabajo sin limitarse en
    ningún aspecto a hacer lo que su corazón le
    indique.

    La segunda, es una amistad que nace del mutuo apoyo y
    fortifica la idea de que los seres humanos no son tan diferentes
    como parecen. Alicia es una joven depresiva, con una completa
    nulidad de pasión en su vida, sólo ha sobrevivido
    sin disfrutar lo que ha pasado. Chole es una joven muy alegre,
    impulsiva, feliz que llega a derrumbarse hasta el límite
    de querer quitarse la vida. Ambas se ayudan, y de ese apoyo nace
    su incondicional amistad.

    La tercera – una de las relaciones más
    conflictivas de la obra – es casi enfermiza. Por casualidad en la
    clínica se hospeda Juan, el hermano de Fernando. Juan ha
    estado toda su vida enamorado de Chole y sufriendo la
    elección de la misma por su hermano. Una vez que se
    encuentran el la clínica ella siente lástima por
    él y frente al cuestionamiento del mismo para que elija
    entre Fernando y él, ella lo elige. Lo elige sabiendo que
    se estaba atando a un futuro con alguien a quien no amaba, pero
    sólo deseaba que él dejara de sufrir. La entereza
    de Juan hace que ella pueda seguir viviendo su alegre amor con
    Fernando.

    Chole es sumamente feliz y aún contrastando con
    la mayoría de los otros personajes llega a querer morir. Y
    ella misma es quien desesperada por los errores cometidos dice a
    Fernando:

    "…ciegos estábamos antes;
    cuando no había en la tierra
    otra cosa que nuestra felicidad. Ni una vez se nos
    ocurrió mirar alrededor nuestro. ¡Y allí
    estaba Juan, tiritando como un perro a la puerta!"

    (Casona: 1997: 82)

    Chole es el personaje más entero y más
    sensible de la obra. Representa a quienes viven felices y
    despreocupados hasta que se dan cuenta de los errores que han
    cometido y convierten esa espontánea alegría en
    desesperación extrema. Desesperación que puede
    llevar a ver al suicidio como única solución
    posible.

    Juan entra en escena cuando discute con el Doctor
    sobre la tenencia de un arma. Enseguida deducimos que el Dr. Roda
    acaba de impedir el suicidio de este muchacho.

    Juan es un joven que irónicamente es totalmente
    diferente a Fernando. ¿Por qué irónicamente?
    Son hermanos. Cuando el Doctor le cuestiona sobre la razón
    de su intento de suicidio el responde desesperado que si no se
    mata él matará a alguien. El Doctor se ve intrigado
    y sorprendido por esta declaración y pregunta a Juan sobre
    la razón de tal deseo:

    "Mataré. Ya he sentido la
    tentación una vez. La siento mordiéndome la sangre
    ahora mismo. Y es horrible, porque él es bueno. Porque
    él me quiere… ¡y no sabe siquiera todo el
    daño
    que me hace! […] Es mi hermano…Todo lo que yo
    hubiera querido, todo me lo ha quitado él sin saberlo.
    […] Él ha conseguido sin esfuerzo, riendo, todo lo
    que yo he deseado dolorosamente, en silencio, y
    trabajando…"

    (Casona: 1997: 36)

    En este caso, el autor expone explícitamente el
    mensaje que desea reflejar en esta dolorosa relación
    fraternal: la envidia por el éxito
    de uno debilita terriblemente al otro. Juan lo envidia a
    Fernando, pero sabe que su hermano no ha deseado nunca hacerle
    algún daño, es por esto que prefiere el suicidio a
    no poder contener
    sus deseos de matarlo.

    En esta ocasión recurrimos nuevamente (al igual
    que en la relación entre el amante imaginario y Cora Yako)
    a la casualidad casi humorística de enfrentarse al
    causante del problema. Increíblemente Fernando llega a la
    casa; y también lo hace Chole.

    Chole fue, es y será por siempre el amor
    inalcanzable de Juan. Él mismo reconoce que su hermano le
    quitó a la única mujer que amó en su vida y
    que le podría haber hecho conocer la felicidad: Chole.
    Estos dos personajes mantienen una discusión en el Acto
    Segundo de la obra donde logran decir todo lo que se han
    reservado por tanto tiempo. Juan le reconoce todos sus
    sentimientos, y Chole descubre el amor casi enfermizo que Juan ha
    sentido siempre por ella.

    Hay una escena donde la trama se conduce sobre el
    límite entre lo dramático y lo cómico, ya
    que se pone de manifiesto lo que Juan relata. Se trata de la
    escena donde Juan ha salvado a Chole (de su intento de suicidio
    en el lago) y al despertar ella sólo ve a Fernando y
    piensa que fue éste quien la ha salvado.

    Felizmente, y casi con un final novelesco, Juan exige a
    Chole que elija entre él y Fernando, y una vez que ella lo
    elige (por un sentimiento de pena absoluta) él
    dice:

    "¡La ves, Fernando! ¡En mis
    brazos! Ya no eres tú solo. También Juan puede
    triunfar ¡por una vez! […] Pero
    también…por una vez…, tengo el orgullo de
    ser más fuerte que tú, más generoso que
    tú…Llévatela lejos. Ahora ya podéis
    ser felices sin remordimientos. Porque también yo,
    ¡por una vez siquiera!, he sido bueno como tú y
    feliz como tú…y te he visto llorar."

    (Casona: 1997: 84)

    En uno de los más significativos momentos de la
    obra, estos dos hermanos se funden en un intenso abrazo y se
    entienden por primera vez en su vida. Luego de esta escena, Juan
    retira el arma del escritorio del Doctor y parece decidido a
    utilizarla cuando se topa con Alicia (que coloca en la
    clínica un cartel que dice claramente "Prohibido
    suicidarse en primavera") y reconociendo su temor de estar solo
    le pide que lo acompañe.

    Creo yo, que arrepentimiento puede causar un dolor tan
    tremendo que no deje seguir viviendo en paz. Es esto lo que le
    ocurre al Padre de la otra Alicia.

    Su historia es realmente triste y dolorosa, y su
    sufrimiento se convierte en el de la audiencia. Pero no logra
    reunir el valor
    necesario para suicidarse, por lo tanto pide al Doctor que lo
    mate. Pero veamos su historia en detalle:

    "…es mounstroso seguir viviendo
    así. Nunca he tenido grandes motivos para desear la vida.
    Pero antes la tenía a ella. Tenía un deber; unos
    ojos y una voz que me necesitaban. […] Era mi
    hija…Estaba paralítica desde la niñez.
    […] Nada se movía en su cuerpo; sólo los
    ojos. […] un día yo empecé a sentirme
    enfermo. No podía engañarme; era uno de esos males
    lentos pero seguros, que no
    perdonan. Entonces sólo sentí el terror de dejarla
    sola. […] Tenía a mi alcance la morfina…Y la
    fui durmiendo suavemente…, sin dolor…hasta que no
    despertó más.[…] ¡Y yo estoy
    todavía aquí!" (Casona: 1997: 43).

    Su único consuelo lo
    encontró en Alicia, la enfermera. Viendo un aire semejante
    además del mismo nombre (vuelve a actuar la casualidad),
    pasa las tardes leyéndole
    y hablándole como si ella fuera "su" Alicia.

    No es un personaje con mucho protagonismo en la obra,
    pero creo yo que si el objetivo del autor era demostrar los
    diferentes casos y situaciones donde el suicidio es la
    única salida aparente, no podía faltar un personaje
    como este que cargue en sus hombros con una culpa
    semejante.

    Cora Yako es la representación del artista
    apasionado. Se siente atraída frente a la historia del
    amante imaginario hasta tal punto que llega a acosarlo
    literalmente.

    En un primer momento parece que el amante imaginario
    está cumpliendo con su deseo más profundo, el de
    llevar a cabo en la vida real lo soñado e imaginado.
    Allí llegar Cora, entusiasmadísima, llena de vida,
    pasión y amor; y lo apabulla. Le manda flores y cartas, lo
    despierta en la mitad de la noche, le canta canciones todo el
    tiempo. En fin, ella era quien manejaba la relación. Una
    relación fugaz, ardiente y apasionante, pero fugaz.
    Irónicamente es ese soñador quien decide no seguir
    adelante con la relación.

    Hacia el final de la obra, Cora Yako le ofrece al amante
    imaginario hacer realidad todos los viajes imaginados, pero es
    él quien prefiere aceptar el ofrecimiento de trabajo de
    Fernando y quedarse sólo con los sueños.
    ¿Cuál es la razón de esta forma de
    actuar?

    Antes de irse juntos, Cora comete el error de decirle a
    este muchacho que pensaba encontrar un "caballo blanco" que les
    solucionaría los inconvenientes de dinero. El
    amante inocentemente acepta hasta que descubre por medio de
    Fernando que "un caballo blanco" es un "viejo que paga" y decide
    no aceptar la invitación de la cantante.

    Cora representa a quienes toman todo muy a la ligera y
    se burla de las pasiones y sentimientos más profundos. En
    este caso no parece ni aparecérsele por la mente la idea
    de suicidarse, simplemente con su aparición soluciona
    ciertos aspectos de la vida de otro personaje: el amante
    imaginario. Otra vez la contraposición y el contraste
    entre personajes hacen que nazca y se desmaterialice una
    relación entre los mismos.

    Conclusiones

    A través de la extensión de este trabajo,
    se puede descubrir una fabulosa labor del autor Alejandro Casona
    en lo respectivo a la construcción de los diversos personajes
    para resaltar el mensaje central de la obra.

    Mi propósito era demostrar que se utilizan muchos
    tipos de personajes con sus respectivas personalidades para
    mostrar cómo el dolor es completamente imparcial, y que no
    discrimina. Aún la persona más adinerada, feliz y
    joven del mundo es capaz de querer terminar con su vida para
    escapar de un dolor que la atormenta aún en la
    estación más hermosa del año: la
    primavera.

    Prohibido suicidarse en primavera, reúne las
    características centrales de toda obra de teatro
    calificable como excelente; y una de esas características
    resulta ser la diversidad y perfección de
    personajes.

    Este fabuloso dramaturgo español utiliza a los
    personajes, sus accionares y sus diferentes relaciones para
    acercar al lector/público a la verdadera
    comprensión del tema de su obra.

    Bibliografía

    • Casona, Alejandro: Prohibido suicidarse en
      primavera
      , Buenos Aires,
      Ed. Losada, 1997.
    • Diario Clarín: Diccionario
      Enciclopédico Ilustrado, Buenos Aires, 1997.
    • Ubersfeld, Anne: Semiótica teatral, España, Ed.
      Cátedra, 1989.

     

    Sandra Binali

    09.08.2004

    Categoría: Literatura

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