Entiéndase la identidad como una categoría
imprescindible en la comprensión de la subjetividad
social, verse como un referente de múltiples aspectos de
la realidad social; material, estructural y espiritual en sus
instituciones
1.
J.R.Torregrosa, conceptualizando la identidad planteó:
"(…) es contribuir a restaurar como objeto
legítimo, en el estudio del hombre, el de
su subjetividad, el de la conciencia y con
ello, obviamente la conciencia de sí mismo, es decir, la
identidad personal".2.
Aproximación semejante ofrece Lichensteien quien define
la identidad, como la experiencia del autoconocimiento consciente
específico de los rasgos personales únicos de uno
mismo y de una continuidad interna a través de todos los
cambios de personalidad
en la vida". 3.
Cuando analizamos las anteriores definiciones
encontramos que no se niegan unas a otras, sino por el contrario,
se complementan y se enriquecen hasta llegar a la esencia de la
identidad en autoreconocimiento de cada individuo de
pertenecer a una colectividad.
Estudiar la identidad implica insistir en el inseparable
vínculo de igualdad y
diferencia que encierra el concepto. Lo
antes planteado nos permite suponer que una cosa en un momento y
contextos determinados, es ella misma y no otra (igualdad
relativa consigo mismo y diferencia, también relativa con
otros).
En una breve reflexión acerca del mencionado
vocablo identidad , en este caso, acompañado del
calificativo cultural, asumimos el concepto que sobre el
particular ofrece Armando Hart Dávalos "(…) Es el
sentimiento que experimentan los miembros de una colectividad que
se reconocen en su cultura y de
no poder
expresarse con fidelidad y de desarrollarse plena y libremente
sino es a partir de ella"4.
En esta definición hay un acercamiento a la
problemática histórico-concreta de cada
individuo.
La identidad se va formando en un proceso
complejo, desintegrativo e integrativo. La identidad se conforma
a través de la conjugación de necesidades,
aspiraciones, medios, ideas,
trabajos y peripecias de sus componentes diversos.
5.
El proceso de formación de identidades se produce
en primer lugar, porque cada individuo nace en una sociedad que
posee una estructura
social y cultural determinada, o sea, cada uno se encuentra
insertado en un mundo social objetivo, a
los cuales nos adaptamos, transformamos, mediante la
internalización de valores,
normas,
interpretaciones de esa realidad. Las identidades se van formando
a partir de un proceso de comunicación, de interacción entre los hombres que le
confieren unidad y cohesión.
El perfil de las identidades encierran un contenido
dinámico, en otras palabras, es un proceso sometido a
cambio,
enriquecimiento, transformaciones o en otras palabras,
ingredientes históricos, culturales,
económico–sociales que permiten que no se pierda su
esencia, sino que se modifiquen.
Lo inculturativo o la inculturación, vocablo con
que denominaremos el proceso que se aborda como
transformación, donde es el hombre
tanto ser social como cognitivo quien lo lleva a cabo.
El concepto no niega el de Fernando Ortiz, que refleja
que cada grupo social,
o individuo dio elementos de su componente cultural a cambio de
los componentes que reciben de otros…"(…) es un proceso
en el cual se da algo a cambio de lo que se
recibe(…)"6., por el contrario se suma al de
transculturación, como momentos continuos a
los cuales se somete la identidad durante y después de su
formación, pues a partir de los elementos que van quedando
a la saga, preestablecidos por una generación y retomados
por otra, podemos decir que se produce un proceso inculturativo,
como se aprecia no puede confundirse con el de
transculturación, pues una vez que este toma en cuenta los
cambios a través de cada generación, etnia, grupo o
las diversas culturas, el de inculturación sólo
adereza el mismo con las particularidades que ya hemos
explicado.
El proceso al cual se somete la identidad, se produce
igual con la identidad cultural. La situación cultural
cubana en los ´90, creada como resultado de la
transformación y asimilación de la reforma
económica y social, llevó a que el cubano
redefiniera su identidad cultural que en esencia, no dejó
de ser cubana, sino que como proceso dinámico, sometido a
cambio se enriqueció en todas las manifestaciones
culturales de la isla.
Retomando el concepto de inculturación
considerando que comienza por el motivo menos llamativo,
más pedestre; sea sensorial, moral o
físico; queda convertido en la Cuba de los ´90, en
un proceso de transformación identitaria a partir del
intercambio etnológico, racial, y culturológico
medido e inestable; en patrones como las modas, géneros
musicales, danzarios, sistemas de
software y
hardware;
adhiriendo a todo ello la continua transformación social e
intercultural que son las más influyentes.
De seguro nos
preguntaremos por qué el proceso de Inculturación
contiene esa variedad de términos, a lo que debemos una
explicación. Etnológico, pues a partir de las
etnias comienza a establecerse un intercambio intergrupal en que
la mezcla de los estilos poseen una diferenciación
bastante amplia.
La mezcla racial, es dentro de lo inculturativo, uno de
los procesos
más complicados, pues se produce de manera desmedida
arrastrando consigo una implicación social, suscitada a
partir del gusto personal de uno u otro sexo, donde en
la generalidad de los casos, domina una de las partes que impone
formas y vías para asumir la vida (pensamiento,
discurso,
vestimenta, e incluso gestos), lo que puede darse de manera
intempestiva, pues ese sujeto dominante imita un patrón
social, raras veces personal, demostrando que el eslabón
dominante se ve dominado por la clase social
que persigue como patrón y su desarrollo
transitivo; mientras arrastra simultáneamente a la otra
parte.
El fenómeno culturológico, a sabiendas de
la amplia acepción de la palabra, viene a ser la parte
más importante del intercambio inculturativo, pues viene a
compilar el todo espiritual del hombre como ser independiente, de
ahí que se derive lo más imprescindible del
desarrollo psicológico y sociocultural de sí mismo,
así también como una gran parte de su pensamiento
filosófico que lo conduce a inferir teorías
sobre el qué y por qué de ciertos fenómenos
alrededor y dentro de su ámbito social y
cultural.
El proceso recoge mucho elementos para su
conformación, desde el cruce o trueque de una palabra mal
pronunciada, que deja de ser aforismo en nuestra lengua para
convertirse en neologismo hasta la forma en la que el cubano,
actualmente se expresa. Es en la expresión del cubano
donde se produce esto mayormente, pues a pesar de poseer lenguaje
propio, gusta de adaptar aforismos y neologismos a su lengua, un
ejemplo de ello en los ´90, fue el término
"jineterismo" y palabras que fueron incorporadas al idioma
provenientes de otros, como resultado del intercambio con otras
naciones como consecuencia de la reforma económica del
período. A partir de aquí es que se sucedió,
conformó y enriqueció el lenguaje e
idioma propios, lo que además conlleva a situar
determinadas reacciones frente a diversas actitudes
debido a un ser moral, condicionado específicamente por el
ser social, de esto último depende el desarrollo de los
individuos envueltos en el proceso que intentamos describir y de
la sociedad normal donde comúnmente se
desarrolla.
Lo inculturativo recoge la transformación de la
moda, los pasos
danzarios transformados por la juventud
(pasos básicos del hip-hop, break dance, cumbia, merengue;
bailes específicos adaptados a bailes populares, por
ejemplo, pasos de la kisomba que se adaptaron al merengue,
algunos del comúnmente llamado casino incorporados a la
música
disco, ciertos movimientos eróticos del Reauge a lo
conocido por moña, donde la sinuosidad del cuerpo y su
erotismo tienen allí una expresiva
manifestación.
El intercambio musical con estudiantes extranjeros y
personas de otras regiones del planeta –agudizándose
en esta etapa, aunque comenzado con anterioridad-, el cambio en
el discurso intelectual, la inserción de nuevos ritmos
populares como el piwe y la cumbia que se pronunciaron de forma
diferente, la preferencia de la gente por escuchar más
música clásica y jazz. Edesio Alejandro, por
ejemplo, volteó en los escenarios un estilo danzario
musical distinto, mostrando tanto en letras como en sus
movimientos coreográficos una imagen
agresivamente realista del hombre de esa época.
El caso Cuba fue para el mundo un sendero ilustrativo en
cuanto a disímiles expectativas del resto; desde el cual
una parte de Latinoamérica cohesionó sus fuerzas
en busca de un futuro cercano o similar al de los
cubanos.
Los ´90 dieron un paso a una búsqueda de
alternativas posibles, que dejaron un sabor amargo poco
contrarrestable; pero del que se forjaron hombres, ideas y
conceptos diferentes, útiles en el primer y más
priorizado sentido de vida del hombre: la
supervivencia.
Subsistir en cuanto a necesidades primarias,
ayudó a los cubanos a crecer sorteando eventos
difíciles, buscando una vía factible para su
resolución. Por ejemplo, se crearon, a partir de las
empresas y
como una estrategia
económica, los autoconsumos, seguido a éstos los
organopónicos (ya un poco más grande y con venta al
público), medios para solucionar la dieta con un balance
inestable; los alimentos
enlatados –costumbre debido al intercambio con otros
países- fue quedando atrás, no solo por la escasez sino
también por el costo de estos
productos y
porque se buscaba una dieta alimenticia proteica de fácil
elaboración y gestión. El aparato de Educación
Cívica, degenerado en algunos aspectos debido al
condicionamiento social de la época y la situación
agravada de una economía
débil, fue retomado con objeto de recuperar posturas y
aptitudes en el ser moral de la época. Comenzó el
programa de
formación de valores, la concientización del mismo
a través de los medios de difusión masiva, el
fenómeno de la cadena –por ser precisamente el
más efectivo- en él se ven involucrados todos los
individuos parte del mismo aún ajenos a su voluntad, pues
se repite el mensaje de persona a persona
sin que éste llegue a deformar su estructura, o sea, llega
a los demás tal como fue emitido. El canal educativo,
programas
televisivos de Universidad para
Todos, que han sido en un final programas de la revolución
con diversos fines, y que han contribuido de forma directa a la
masificación de la cultura en Cuba. Respecto a la cultura,
un nuevo discurso artístico fue ocupando lugar sobre la
base de ideas renovadoras, otras no tanto aunque igual de
efectivas, por adelantar a la palestra estilos e ideas viejas con
un nuevo punto de vista a partir de la modernidad;
costumbre sempiterna del hombre, enfrascado en la búsqueda
de nuevas o diferentes soluciones a
problemáticas de entonces y ahora.
Hubo un cambio significativo en la sensibilidad y la
perspectiva de críticos y artistas, se gestó un
nuevo tipo de trabajo
cultural asociado a políticas
de la diferencia. Los rasgos que distinguen a las nuevas
políticas culturales de la diferencia son condenar lo
monolítico y lo homogéneo en nombre de la
diversidad, la multiplicidad, la heterogeneidad, rechazar lo
abstracto, lo general, lo universal, a la luz de lo
concreto, lo
específico y lo particular.22 Proceso que se
gestó y desarrolló en el período que se
analiza.
Aunque se abordaron nuevas temáticas, no se
negó lo valioso de la tradición cultural del
país, sino que la mejoró, según T. S.
Eliot, en su
ensayo "La
tradición y el talento individual": "(…)
única forma de tradición, de legado consistiera en
seguir los pasos de la generación inmediatamente anterior,
adhiriéndonos a ciegas o tímidamente a sus
éxitos, la tradición no debería ser
estimulada, la novedad es mejor que la repetición.
(…)"7.
Atender al resumen de tendencias, vías o medios
que conforman la cultura cubana y la cubanía en su
generalidad, tanto de la década en cuestión como la
presente, sería una perogrullada. Se vuelve evidente que a
cada ser humano corresponde investigar, analizar, deducir,
ejercitar y proyectar nuevas ideas acerca de la(s)
situación(es) por las que transita su vida.
De los ´90 se extrajeron experiencias que han
servido para sostener la integridad que sobre las alternativas se
han mantenido cohesionando en esfuerzos y nuevos proyectos de
vida, evitando con ello injerencias extranjeras de tipo directo,
y más importante que todas la sumisión a un
sistema de
globalización neoliberal capaz de convertir
al ser humano en ese monstruo del que toda nación
huye. La década alternativa hizo que los cubanos no
pidieran una carga ligera –según Roosvelt- sino unas
espaldas fuertes, para soportar la depresión,
la pérdida de talentos emigrados por motivos que sobra
explicar, la traición de algunos apátridas que a
pesar de sus fracasos siguieron insistiendo en el derrocamiento
del socialismo
cubano.
El legado de la intelectualidad cubana de los ´90,
fue el análisis de la realidad nueva y cambiante,
"(…) sustentado en la meta de todo
escritor serio que no es contarnos una historia, no conmovernos o
divertirnos sino hacernos pensar y llevarnos a entender el
sentido oculto y profundo de los
hechos(…)."8.
Los ´90 fueron un viñedo seco, lleno de
inquietudes, necesidades, e incertidumbres a pesar de la
confianza, cubierto al final por la dedicación del
agricultor que humedece con sus manos la tierra,
donde crecerá el próximo arbusto.
NOTAS Y REFERENCIAS
BIBLIOGŔAFICAS
1.. D´Angelo Ovidio, Cuba y los retos de la
complejidad. Subjetividad social y desarrollo. Temas No. 28. p
93
2..J.R. Torregrosa "Sobre la identidad personal como
identidad social", en J.R.Torregrosa y B. Sarabria, Ed.
Perspectivas y contextos de la psicología social.
Editorial Hispano- Europea, S.A., Barcelona, 1983,
p.219.
3..H. Lichtenstein, "Identity and sexuality. A Study of
their Interrelationshipin man", Journal of the American
Psycological Association, 1961,pp 31 – 42.
4..Rebeldía y Cultura en Félix Varela.
Revolución y Cultura No.1, 1989. p.9
5..Fernando Ortiz, "Etnia y Sociedad". Ed. Ciencias
Sociales, La Habana, 1993.
6..Bronislaw Manilowski, Introducción. Contrapunteo cubano del
tabaco y el
azúcar,
Fernando Ortiz, Ed. Ciencias
Sociales, La Habana, 1961. pp. XXXV-XXXVIII
7.T.S. Eliot. Tradition and the individual talent.
Selected Essays. 1917-1932. Harcourt, Brace and Co., New York,
1932. pp.3-11
8.West Conell. Las nuevas políticas culturales de
la diferencia. Temas
No.27.pp.4-14.
Autor:
Lic. Belkis Rojas Hernández
Licenciada en Sociología
Profesora de la Universidad de Pinar del Río