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¿Cómo interpreta un marino militar su condición de sujeto libre




Enviado por Esteban Berón



    1. Una Moral del
      Deber
    2. La condición de
      libre
    3. Aspecto
      militar
    4. Conclusión
    5. Bibliografía

    Introducción

    He elegido este tema atraído por la posible
    incursión en la deontología del marino militar que
    a través de él pueda realizar. Intentaré
    abordar este breve estudio a la luz de los
    deberes y la teoría
    de las normas morales
    que en determinada circunstancia social son aplicables a nuestra
    profesión.

    Después de consultar profusa información acerca del tema, he notado que
    contrastar las ideas de ética y
    moral con los conceptos de guerra y paz
    ha sido objeto de extenso debate
    filosófico en los últimos siglos.

    Gran influencia en el plano teórico, entre los
    intelectuales
    contemporáneos, ha tenido el pensamiento
    filosófico de Kant (1724
    – 1804), muy discutible en algunos aspectos pero de una
    precisión innegable cuando plantea el problema
    moral.

    Y será sobre dicha línea de ideas que
    discurrirá el tratamiento del tema.

    Una Moral del
    Deber

    Origen de la moral

    La generación de ideas y la toma de
    decisiones son características esenciales y poderosas
    del ser humano. No son actos corporales que tengan materia o
    extensión, ni pueden medirse o pesarse, no ocupan espacio
    ni tienen color, pero
    constituyen esencialmente al hombre y a
    través de ellos conocemos la causa que lo faculta para
    entender y querer. Esa energía inmaterial es el
    espíritu, y Kant pensaba que eran sus leyes y no los
    objetos exteriores, lo que nos faculta para emitir juicios y
    luego construir conocimiento.

    Para él, la moral
    debía ser una ciencia, un
    sistema de
    juicios: "la moral será una ciencia o no habrá
    moral" 1 , y
    para ello debía encontrar leyes generales, de
    aplicación universal, constante y necesaria.

    Hasta entonces, la filosofía había
    intentado construir la moral sobre la metafísica
    y sobre las tendencias naturales del ser humano. Pero Kant pronto
    comprobó que ambos caminos eran inviables pues no
    podía basarse la moral en nada que guardara
    relación con cosas independientes de nosotros mismos, ni
    exclusivamente en tendencias naturales como el deseo o el
    instinto, haciendo total abstracción de la razón,
    porque entonces estaríamos ante un ser humano mal
    constituido por naturaleza y
    eso era inadmisible para él.

    Es aquí donde se produce un punto de
    inflexión en el pensamiento filosófico de entonces,
    una transición entre lo empírico y lo racional,
    Kant busca el origen de la moral en la conciencia o como
    después denominó, ley
    moral.

    Conciencia y razón

    Todo ser humano tiene conciencia de que hay algo que
    está bien o mal, moralmente hablando, pues posee lo que
    llamamos sentido moral.

    Para Kant, la única cosa perfectamente buena es
    la buena voluntad, y sus contemporáneos están de
    acuerdo. La buena voluntad está en el espíritu y
    consiste en "querer hacer lo que se debe hacer"
    1 , es la voluntad
    digna de ser estimada por sí misma, por la propia
    razón y no por deseos o inclinaciones externos a ella.
    Para Kant la buena voluntad no es un simple deseo, sino la
    disposición que conduce la acción,
    no importando los resultados finales pues éstos no
    varían la voluntad ni el valor moral
    del acto.

    A partir de esta evidencia e influenciado por una
    crianza educativa pietista rigurosa, Kant llegaba a la
    conclusión de que el sentido del deber es evidente y que
    se impone por sí mismo. No hay valor racional en los actos
    si no son realizados por obligación (deber) y aunque
    persigan el bien carecen de valor moral.

    Tan drástica concepción ha sido objeto de
    críticas permanentes, especialmente porque parece
    inadecuado considerar que sentimientos puros como la
    compasión, la piedad o la simpatía no puedan
    también conceder valor moral a los actos cuando son
    móviles genuinos de las acciones.

    Sin embargo reconoce que estos actos pueden ser conforme
    a la moral pese a que no se realicen por deber y los denomina
    legales (sin valor moral).

    El deber entonces es un mandato que obliga a actuar, es
    un imperativo.

    El Deber

    Desglosando el concepto de deber, Kant hace una
    diferenciación entre dos tipos de imperativos que rigen
    nuestros actos, el categórico y el
    hipotético.

    El imperativo categórico es el que obliga a
    realizar algo de forma universal e incondicional, por un mandato
    de la conciencia. Por ejemplo, "debes ser leal", "debes ser
    honesto". No caben dudas.

    La fórmula general de este imperativo es: "debes
    hacer A".

    El imperativo hipotético es el que obliga a obrar
    con un fin determinado, para conseguir algo. Por ejemplo,
    "estudia para aprobar", este imperativo manda condicionalmente y
    no de forma absoluta. Según Kant, el imperativo
    hipotético es legal porque cumple la ley pero no es moral
    porque cumple esta ley bajo una condición, por ejemplo,
    "no mato porque temo ser condenado" esta acción es legal
    pero no moral.

    La fórmula de este imperativo es: "Haz A si
    quieres B" o "si quieres B haz A".

    El imperativo de la moral no podría ser
    hipotético, porque siendo así carecería de
    fuerza para
    imponerse, su valor dependería del objeto al que
    está subordinado; por lo tanto deberá ser
    categórico, sustentando la moral del deber por el
    deber.

    De manera que, una acción es moral si deduce de
    si misma un imperativo categórico y a partir del mismo
    podría construirse una ley para la voluntad.

    Pero para construirla, para que sea una ley racional, es
    preciso que el imperativo categórico tenga carácter de necesidad y de universalidad, y
    eso se logra si además es puramente formal.

    Kant reconoce en los actos dos partes diferenciadas. La
    materia, que es el objeto del acto, y la forma, que es
    cómo aparece al espíritu (intención). Es
    decir, una acción (materia) puede ser llevada a cabo por
    múltiples razones (formas).

    El deber es una forma pura y el valor moral
    dependerá de ella, pues es la intención con que se
    realiza el acto. Recordemos que Kant sostenía que "un acto
    no es moral más que cuando se hace por deber" o "no basta
    con hacer nuestro deber, debemos hacerlo por deber para que tenga
    valor moral" 1
    .

    Por tanto, el deber es un imperativo categórico
    de forma pura.

    La Ley moral

    De acuerdo a todo lo anterior podría pensarse que
    la moral se basa en un deber sin objeto, puramente formal,
    entonces ¿cuál es su verdadero
    fundamento?

    Kant tiene la respuesta a través de su
    concepción del conocimiento.

    Dado que, como se dijo, la ciencia es
    un sistema de juicios, definamos a éstos antes de
    continuar.

    Un juicio es una proposición en la que se predica
    algo de alguien, es decir, en la que se afirma o niega algo de
    alguien; lo que se afirma o niega es el predicado y del que se
    afirma o se niega es el sujeto 2 .

    Los juicios se dividen en dos grupos, aquellos
    en los cuales el concepto del sujeto contiene o no al concepto
    del predicado (analítico / sintético) y aquellos
    cuya verdad es conocida antes o después de la experiencia
    (a priori / a posteriori)

    • Analítico: Es aquel cuyo sujeto
      contiene al predicado. Ejemplo, "el triángulo tiene tres
      lados". En esta clase de
      juicio no hay contradicción ni necesita ser comprobado
      por la experiencia. Tampoco agrega nada nuevo al
      conocimiento.
    • Sintético: Es aquel cuyo sujeto no
      contiene al predicado o algo que no pertenece a su esencia.
      Ejemplo, "todos los canarios son amarillos". Solo se puede
      afirmar la verdad de este juicio después de la
      experiencia.
    • A priori: Es aquel cuya verdad es conocida
      antes de la experiencia ya que es evidente. Es universal,
      necesario y no progresivo. Las dos primeras
      características son propias de la ciencia. Ejemplo,
      "todo triángulo sin excepción tiene tres
      ángulos". Pero no es progresivo porque no aumenta
      nuestro conocimiento.
    • A posteriori: Es aquel juicio cuya verdad es
      conocida después de la experiencia. No es universal, no
      es necesario y es progresivo porque aumenta el
      conocimiento.

    Como sabemos, toda ciencia debe cumplir tres
    características esenciales.

    • Universal: La verdad de un juicio no admite
      excepción. Es propia de los juicios "a
      priori".
    • Necesaria: La verdad de un juicio es
      obligatoriamente necesaria. Es propia de los juicios "a
      priori".
    • Progresiva: Mediante la ciencia ampliamos
      nuestro conocimiento. Es propia de los juicios
      sintéticos.

    De manera que, para Kant, los juicios propios de la
    ciencia son los "sintéticos a priori" porque reúnen
    las tres características. Estos juicios son necesarios
    para que la ciencia sea posible. Ni solo los juicios
    sintéticos ni solo los "a priori" poseen las tres
    características necesarias para la ciencia, pero si las
    reúnen entre ambos.

    Bajo esta concepción, estos juicios provienen de
    nuestro espíritu y no de la experiencia, constituyen el
    punto de partida del conocimiento racional.

    A la vez determina que no alcanza solo con juicios "a
    priori" (razón pura), son necesarios juicios
    sintéticos (razón práctica) para construir
    una Ley Moral. *

    Kant presenta tres fórmulas de ley
    universal 1
    :

    1. "Obra siempre de tal manera que la máxima de
      tu voluntad pueda valer como principio de legislación
      universal"
    2. "Obra con la idea de tu voluntad como
      legisladora universal".
    3. "Obra de manera que trates siempre a la
      humanidad, en ti y en los otros, como un fin y no como un
      medio".

    De estas fórmulas se deduce toda la moral, y ante
    cualquier acto es suficiente analizar si considera al hombre como
    un fin o un medio y si puede considerarse de carácter
    universal para determinar inmediatamente su valor
    moral.

    La
    condición de libre

    Razón y libertad

    La filosofía es la más universal de todas
    las ciencias, su
    instrumento es la razón. Sólo con la razón
    se pueden descubrir las causas de las cosas.

    Kant observa que la Naturaleza es un encadenamiento de
    causas y efectos; es decir, que en ella todo está
    determinado y por ende, no hay libertad.
    Entonces, no puede haber nada ético en ella. Por
    consiguiente, solamente en nuestra razón pura reside la
    libertad (indeterminación), y será por ella que
    podremos ser morales. Es así que, según Kant, no
    debe hacerse un acto porque sea bueno, sino que el acto es bueno
    porque debe hacerse; en otras palabras, será moral o
    ético todo acto que sea dirigido por el deber de la
    razón, y nunca por deseos, inclinaciones o instintos, ya
    que éstos esconden, en el fondo, el imperio de la
    Naturaleza.

    La moral exige libertad para el hombre, si
    existe el deber debe existir la libertad, porque si no
    fuéramos libres no habría qué imponer, no
    existiría un deber.

    Es interesante reflexionar cómo, por esa libertad
    necesariamente admitida, los actos que realizamos merecen
    aprobación o desaprobación (premio o castigo), y
    dado que a veces esto no ocurre, debe existir otra vida donde a
    cada uno se le recompense justamente. Deducimos entonces que es
    necesaria la inmortalidad del alma.

    Y aún más, sigamos reflexionando …, para
    que el premio o el castigo estén garantizados en la otra
    vida es necesario que exista un juez, puramente bueno, totalmente
    poderoso y absolutamente justo, ése sería
    Dios.

    Aspecto
    militar

    El conflicto

    La doctrina de la Armada Nacional establece que el
    conflicto es el estado
    natural de la interacción humana. En él participa
    un conjunto de actores (personas, grupos o estados), con
    intereses coincidentes y discrepantes, que se manifiestan
    mediante relaciones de poder en
    escenarios variables y
    con reglas de juego
    cambiantes.

    En la mayoría de los casos, los conflictos se
    dirimen en ámbitos de carácter político,
    económico y diplomático. Cada vez con mayor
    frecuencia, el ámbito militar se limita sólo a
    contribuir o apoyar al accionar en ellos; pero casi nunca a
    actuar en él. Esto coincide con la visión de
    Huntington como veremos.

    Los conflictos se trasladan al ámbito militar,
    cuando un actor con capacidad armada le atribuye valor militar a
    un objetivo
    físico o abstracto que forma parte de los Intereses
    Nacionales. En este caso, el objetivo a preservar militarmente
    puede transformarse, dependiendo del valor que el actor le
    asigne, de su racionalidad y del poder de combate relativo, en un
    fin o un medio que justifique de su parte, una acción
    militar.

    Consideraremos para el tratamiento del tema que el
    conflicto es un "hecho social" que implica acción militar,
    el empleo
    generalizado de la violencia y
    del Poder Militar para el logro de los objetivos o
    defensa de los Intereses vitales de una nación.
    Lo cual no es ni más ni menos, que una guerra por
    definición. 5

    Valores y Deber

    "La realidad humana es aquello por lo que el valor llega
    al mundo" (Sartre). Esta
    frase resalta la trascendencia que los valores
    tienen y su capacidad de proyección fuera del hombre,
    único fundamento de los mismos. La fuente de los valores son
    las necesidades humanas y en tanto las cosas u objetos responden
    a los intereses de un sujeto, tienen un valor para él,
    pues satisfacen alguna necesidad. La importancia del valor no
    reside en ser o no ser, sino en estar o no estar, pues el valor
    no es sustancia, es accidente. El valor es un fenómeno
    socio – histórico y un aspecto de la interacción
    práctica del sujeto y el objeto. De ahí, que el
    valor es una cualidad de los objetos surgida en el proceso del
    desarrollo de
    la sociedad,
    sólo existe en la relación sujeto – objeto; pues se
    determina por la acción o reacción del sujeto
    provocada por la cualidad del objeto. El valor es el resultado de
    la actividad del hombre. Por eso, sólo el hombre tiene
    este privilegio, pues aunque los animales realizan
    operaciones
    selectivas instintivas o reaccionan, no llevan a cabo actividad
    alguna.

    Los valores se funden dialécticamente entre lo
    objetivo y lo subjetivo, se estructuran jerárquicamente en
    cada individuo
    (escala de
    valores) y en muchos casos se manifiestan inconscientemente y en
    su concepción se moviliza internamente en cada persona no
    sólo lo intelectual, sino también sus procesos
    afectivos. Cuando un ser humano decide, lo hace para
    sí de acuerdo a su jerarquía de valores. Los actos
    consecuencia de decisiones serán rechazables o aprobables,
    éstos últimos son las actitudes
    morales.

    Algunos de los contenidos de esa escala de valores en
    los militares será: patriotismo, espíritu de
    cuerpo, espíritu militar, amor a la
    profesión, confianza en la misión,
    celo en la disciplina,
    etc.

    Se ha dicho que la vocación es la fuente de todas
    las virtudes militares y éstas, son los valores
    concretados en las personas.

    Los deberes emergentes de esa moralidad,
    imperativos categóricos formales son muchos y totalmente
    asumidos por quien, con vocación, abraza tal
    profesión; por nombrar sólo algunos podemos citar:
    defender la constitución, sacrificarse por la patria,
    respetar a los superiores, tratar dignamente a los subordinados,
    ser leal, obedecer las órdenes, etc.

    Conclusión

    Habiendo finalizado el desarrollo de los conceptos que
    hacen a la esencia del tema, es preciso exponer las
    consideraciones finales.

    A la luz de la moral kantiana, y debido talvez al rigor
    que su impronta le imprimió, es evidente que el sentido
    del deber o moral del deber que concibió, encaja
    perfectamente para nuestra profesión, pues vincula la
    moral al deber hasta el punto que no existe moralidad si no se
    obra por deber.

    Pese a que Kant postuló la posibilidad de una paz
    perpetua entre los Estados y que Huntington en 1981
    aseveró acertadamente que "… el militar rara vez
    favorece la guerra. Siempre argüirá que el peligro de
    la guerra exige un aumento de armamento; por el contrario, no
    defenderá que ese aumento de armamento haga la guerra
    factible o deseable. Favorece siempre la preparación, pero
    nunca se siente preparado…" , es necesario que reflexionemos
    acerca del condicionamiento propio del estado de
    conflicto.

    Clausewitz escribió sobre la guerra: "…es una
    magnífica trinidad, compuesta por la violencia original de
    sus elementos, el juego de probabilidades y suerte que hacen de
    ella una actividad libre del alma y su naturaleza subordinada
    como instrumento político, respecto del cual pertenece al
    dominio de la
    razón".

    Y además agrega: "Vemos por lo tanto que desde el
    principio, la facultad absoluta o teórica, como se le
    llama, no encuentra en parte alguna base segura en los
    cálculos del arte de la
    guerra. Desde el comienzo existe un juego de posibilidades, de
    buena y mala suerte, que aparece en todos los hilos, grandes o
    pequeños de su trama y hace que de todas las ramas de la
    actividad humana, sea la guerra la que más se asemeje a un
    juego de naipes". 6

    Este azar o indeterminación, esta variedad de
    elección y de alternativas ponen a prueba y enriquecen el
    cuadro jerárquico de valores del combatiente. Cuanto
    más sólidos sus contenidos más claridad
    tendrá en su racional sentido del deber. Sabido es que
    durante una guerra se sufren emociones
    extremas, inevitables, poderosísimas, que podrían
    llegar a inhibir totalmente las capacidades de un hombre
    poniéndolo en un estado de indefensión o
    inoperancia peligroso.

    En ese indeseable estado, el ser humano pierde su
    capacidad de visualizar opciones o cursos de acción, queda
    a merced del mandato de su instinto natural y por ende pierde su
    racionalidad. Con ello ha perdido, sin notarlo, la
    libertad.

    Para evitar caer en dichos casos, el adiestramiento
    militar en tiempos de paz está dirigido a fortalecer al
    combatiente.

    Esa fortaleza debe ser física,
    anímica y técnica, aspectos éstos
    imprescindibles pero insuficientes por si solos, porque
    también debe ser moral.

    Los valores
    morales del marino combatiente deben ser tan sólidos
    como sea posible pues serán el sustento de su sentido del
    deber.

    Esa analogía al juego de naipes o juego de
    posibilidades que Clausewitz menciona se produce en la guerra,
    nos recuerda lo que Ortega y Gasset decía acerca de la
    vida, "es un repertorio de posibilidades", complementada con "la
    vida es lo que podemos ser", y "soy yo y mis
    circunstancias".

    En un conflicto, circunstancia y decisión son las
    instancias que conducen al marino militar a tomar
    determinaciones, propias de su condición de hombre de
    mando y acción, cuyas consecuencias pueden oscilar entre
    la victoria y la derrota, la vida y la muerte,
    pero sin dudas las tomará queriendo siempre hacer lo que
    se debe, como el espíritu manda, en la libertad que le
    brinda el imperio de la razón.

    Bibliografía

    1. LE CLERK Jack, Las grandes líneas de
      la filosofía moral
      , Egredos, MADRID,
      1977.
    2. AYLLÓN José Ramón, Breve diccionario
      filosófico
      , Edelvives.
    3. DAVENPORT Manuel y STOCKDALE James,
      Ética Militar, Sudamericana, BUENOS AIRES,
      1989.
    4. Apuntes de clase de la Profesora Lic. Elsa
      BADÁN.
    5. ARMADA NACIONAL, Doctrina
      Naval.
    6. CLAUSEWITZ, Karl, De la Guerra,
      Taller tipográfico de la Marina, Montevideo,
      1952.
    7. GAVET André, El Arte de Mandar,
      Colección Artigas, Centro Militar.
    8. Sitios web
      consultados: http://www.monografías.com
      http://www.geocities.com /elforonuevo/

    http://www.ciudadpolitica.com/

    http://rcadena.com/ensayos

    Esteban Berón

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