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El tabaquismo: Teoría, repercusión para la salud y para el deportista fumador. Apuntes para su análisis




Enviado por dislayne



    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Referentes
      Teóricos
    4. El tabaco y los efectos para la
      salud
    5. Importancia del deporte en la
      salud y para el deportista fumador
    6. Que podemos hacer
      educativamente
    7. Conclusiones y
      Recomendaciones
    8. Bibliografía

    RESUMEN

    El presente trabajo es una
    revisión teórica sobre el tabaquismo y su
    repercusión en el deportista fumador. Para el mismo se
    realizó el análisis de documentos y
    material bibliográfico así como entrevista a
    especialista del tema en la Educación para la
    salud, además de el criterio de deportista y entrenadores
    sobre el mismo. Se profundiza sobre todo en la adolescencia
    por ser esta etapa decisiva en la formación de actitudes y
    valores y por
    la representación social que de ella se tiene y por la
    importancia del grupo en la
    etapa trabajada y la tendencia imitadora del mismo así
    como por el aumento del índice en la comunidad
    internacional de fumadores en esta etapa.

        Palabras clave: Deporte. Salud. Tabaco.
    Adolescente.

    INTRODUCCION

    El tabaco es una de las drogas
    más consumida por los escolares constituyendo, por tanto,
    uno de los problemas
    prioritarios de Salud
    Pública en la preadolescencia y adolescencia.
    (Villalbí, y cols., 1995).   En la
    práctica, el consumo entre
    los jóvenes sigue siendo muy elevado y la
    incorporación a este hábito se produce entre los 12
    y los 14 años (Pérula de Torres y cols., 1998;
    Llave Gomero y cols., 2001; Sala Felis y cols., 1994). Incluso
    algunos estudios la edad de inicio alarmantemente entre los 9 y
    11 años (Pascual Lledó y cols., 1996 y Sala Felis y
    cols., 1988).

        Dentro del ámbito
    relacionado con otro tipo de drogas
    distintas al tabaco, Duque Alcuña y cols., (1995) indican
    que los adolescentes
    entre 12 y 16 años que han probado el alcohol,
    supera el 70% y más de un 30% bebe alcohol
    habitualmente.

        Estos datos indican que
    la educación
    para la salud es fundamental en el tratamiento este problema.
    Además el objetivo final
    de alcanzar calidad de
    vida pasa por aquí, por hacer que la población, más
    específicamente, los jóvenes, participen
    activamente, modificando sus comportamientos insanos, eliminando
    factores de riesgo y
    procurando alternativas preventivas, como la realización
    de práctica deportiva de forma habitual.

    Los efectos nocivos que sobre la salud tiene el
    cigarrillo, son conocidos por la población general debido
    a las campañas de prevención lideradas por
    organismos de salud; pese a esto, el hábito de fumar
    persiste y cada vez es menor la edad (11 a 13 años) en que
    los niños
    lo adquieren, por lo que se calcula que hoy menores de 18
    años, pueden llegar a morir en un futuro por enfermedades asociadas con
    el tabaquismo.

    Es por esto que es interés
    nuestro acercarnos teóricamente a este flagelo que
    día a día cobra más fuerza en
    nuestro país, por lo que es objetivo de nuestro
    trabajo:

    • Referentes Teóricos.
    • Relacionar el tabaco y los efectos sobre la
      salud.
    • Declarar la importancia del no fumar para el deporte
      y los daños sobre el deportista fumador.
    • Fomentar el trabajo
      educativo extensivo.

    Para darle cumplimientos a estos objetivos nos
    hemos propuestos realizar diferentes tareas:

    • Análisis de documentos sobre la
      temática.
    • Proyectar la temática sobre los programas
      nacionales anti-tabaco.
    • Recoger información sobre el tema en otros
      documentos que traten la temática.

    Exclusivamente, este trabajo aborda uno de los
    fenómenos que mayor incidencia tiene en las sociedades
    actuales, desde el punto de vista social y sanitario, como es el
    TABACO.
    No se trata de una elección casual. El uso y abuso que del
    tabaco hacen hombres y mujeres, y muy especialmente los
    más jóvenes y adolescentes, así como la
    política
    de lucro que sigue la industria
    tabaquera por encima de cualquier consideración hacia la
    salud, y los efectos que a medio y largo plazo provoca el tabaco
    en los fumadores así como en el resto de la sociedad,
    justifican sobradamente su presencia aquí.

    DESARROLLO

    La evidencia médica sobre los riesgos
    asociados al consumo de cigarrillo crece cada día; el
    daño
    del humo y la nicotina (además de otros compuestos del
    cigarrillo) sobre los pulmones y el corazón,
    es algo reconocido por la mayoría de las personas, pero
    pocos tienen conocimiento
    del perjuicio de fumar sobre otros órganos, como nariz,
    senos paranasales y laringe. Según afirman especialistas,
    el humo del cigarrillo es una de las principales causas de
    enfermedad a nivel de los senos paranasales, ya que provoca
    inflamación constante en los tejidos al
    interior de la nariz.
    Cuando esto ocurre, hay serias alteraciones con la respiración; en forma adicional, la
    nicotina es nociva para la membrana que recubre el interior
    nasal. El humo no afecta tan sólo a la persona fumadora,
    sino a niños y adultos alrededor ("fumadores
    pasivos").
    Diferentes estudios han comprobado ya la relación
    existente entre madres fumadoras y posterior desarrollo de
    asma en sus
    hijos; en este sentido, es alentador el informe
    presentado ante la Conferencia
    Internacional sobre el Tabaco y la Salud, realizada en fecha
    reciente, donde se afirma que las mujeres embarazadas son
    más receptivas a mensajes educativos para dejar de
    fumar.
    Debido a que el embarazo es un
    acontecimiento muy significativo para la mujer, 4 de
    cada 10 embarazadas fumadoras, decide dejar el cigarrillo durante
    este período; lo anterior se aplica principalmente a
    mujeres con alto nivel educativo.
    Sin embargo, otros datos no son tan alentadores; el consumo de
    cigarrillo ha aumentado en importante porcentaje en las mujeres
    en general, haciendo que el cáncer
    de seno haya sido desplazado por el de pulmón como primera
    causa de muerte por
    cáncer en mujeres (SaludHoy
    noticias,
    noviembre 5 de
    1999
    ).
    Pese a inversiones
    millonarias en campañas educativas, el número de
    fumadores continúa en aumento, pasando de 25 por cada 100
    adultos entre los 18 y 24 años en 1990, a 29 por cada 100
    en 1997.
    Información anterior había demostrado el lazo
    existente entre cigarrillo y enfermedad del corazón, sin
    embargo, según afirman los autores del reciente estudio,
    el cigarro es igualmente nocivo, y personas que lo consumen en
    forma usual, tienen un riesgo incrementado de morir por problemas
    cardiovasculares.

    Se cree que los elementos tóxicos presentes en el
    tabaco aumentan la unión entre células
    encargadas de la coagulación en la sangre
    (plaquetas) y contribuyen a la formación de placas de
    ateroesclerosis (placas de lípidos o
    grasa en el interior de las arterias).

    Referentes Teóricos
    La planta
    del tabaco pertenece al género
    nicotiana, familia botánica de las solanáceas; es la
    única en la naturaleza
    capaz de sintetizar el potente alcaloide nicotina, que conserva
    aún en sus hojas secas. Es originaria de América
    y conocida en Europa
    después del descubrimiento en 1492. Fueron Rodrigo de
    Jeréz y Luis de Torres los primeros en contar como los
    nativos de Cuba lo
    consumian, enrollando las hojas en forma de mosquete e inhalaban
    su humo.

    Puede ser consumido de diferentes formas: en polvo, en
    cigarro puro, en pipa y para mascar.

    Inicialmente era usado con fines medicinales y fue
    introducido en Europa en 1570 por Jean Nicot (a quien debe su
    nombre la nicotina), que era embajador francés en
    Portugal.

    La nicotina fue aislada por primera vez por Poseel y
    Reiman en el año 1828 y fue Orfila quien inició en
    1843 las primeras experiencias farmacológicas con
    ella.

    El uso del tabaco como placer comienza en Europa
    sólo a principio del siglo XVIII, e incialmente se
    consumía en pipas y en forma de rapé.

    La producción industrial del cigarro se
    inició a mediados del siglo XIX y la primera
    fábrica estuvo en Sevilla, España.

    Actualmente la producción industrial se hace cada
    vez más sofisticada, tratando de bajar los niveles de
    alquitrán y reducir el porciento de nicotina, sustituyendo
    su acción
    sobre el paladar con múltiples sustancias químicas
    (alrededor de 500) para conciliar las demandas de las
    productoras, la publicidad y los
    organismos internacionales de salud sobre la mención de
    advertencia de daño a la salud que deben llevar las
    cajetillas.

    Hoy, es este un tema agudo y polémico, que llega
    hasta anunciar los llamados "cigarros sin humo" (smokeless), ya
    que como es conocido, es en el proceso
    combustivo que se produce la mayor cantidad de tóxicos al
    organismo. También son llamados "cigarrillos
    ecológicos" o "cigarrillos limpios" (incluye el tabaco
    mascado y el que se esnifa) y su consumo es cada vez mayor entre
    adolescentes en occidente, aunque dañan menos el ambiente, no
    dejan de ser igualmente dañinos a la salud; especialmente
    a la orofaringe.

    Nos sentimos obligados a ser promotores activos en
    la lucha contra el tabaquismo mundialmente, ya que en gran
    medida somos responsables del origen de este dañino
    hábito y su difusión en el mundo.

    Componentes del cigarrillo.

    Hoy día el cigarrillo es el factor de riesgo a la
    salud más generalizado y con mayor suma de componentes
    irritantes tóxico y cancerígeno.

    Los fumadores deben conocer que la temperatura
    del tabaco incandescente (quemándose) es de 300 grados
    centígrados y cuando se fuma alcanza de 900 a 1100 grados
    centígrados, mientras que la temperatura del humo que se
    respira es de 55 a 60 grados centígrados.

    Las diferencias de la temperatura del humo respirado y
    del aire
    atmosférico actúan de modo destructivo sobre el
    organismo y ante todo, sobre el estado del
    esmalte dental, la mucosa, la cavidad bucal y nasofaringe, por lo
    que se crean así las llamadas "puertas de entrada" para
    innumerables microorganismos. Un cigarro encendido es una
    fábrica química única,
    que produce más de 4 mil compuestos diferentes, incluidas
    más de 40 sustancias generadoras directas de
    cáncer, y en menor grado, 12 sustancias que posibilitan el
    surgimiento del cáncer en determinadas condiciones. Los
    más importantes son la nicotina, el alquitrán y el
    monóxido de carbono y en
    general las sustancias irritantes.

    La nicotina es una sustancia química alcaloide,
    que al actuar sobre receptores específicos provoca a nivel
    de la médula suprarrenal secreción de catecolaminas
    con los consiguientes efectos deletéreos sobre el aparato
    cardiovascular como son: elevación transitoria de la
    presión
    arterial, vasoconstricción periférica, aumento del
    automatismo de la célula
    cardiaca, depresión
    de la conducción y disminución del umbral de
    febrilación ventricular e incremento de la
    agregación plaquetaria.

    Las acciones sobre
    el sistema
    parasimpático, fundamentalmente, determinan aumento de la
    secreción del ácido clorhídrico
    gástrico y disminución de la secreción
    pancreática de bicarbonato. Esta estimulación
    aumenta también la velocidad del
    tránsito intestinal, por lo que los alimentos
    están menos tiempo en el
    estómago y duodeno, provocando episodios diarreicos e
    incluso vómitos.

    Asimismo, la nicotina actúa sobre el Sistema Nervioso
    Central como estimulante transitorio, lo que algunos perciben
    como mayor capacidad de concentración, seguido de
    depresión del mismo.

    La nicotina tiene efecto local irritante sobre las
    papilas gustativas y la mucosa bucal, con aumentos transitorios
    de la secreción salival seguido de inhibición,
    produce a la vez aumento temporal de la glucemia,
    inhibición de los centros del hambre y sed en el
    hipotálamo.

    Estas acciones farmacológicas de la nicotina la
    hacen responsable de los síntomas desagradables de
    abstinencia observadas, lo que la convierte en la sustancia
    crítica
    en la dependencia de esta droga
    socialmente aceptada: el cigarrillo.

    El alquitrán es una sustancia untuosa, de
    color oscuro,
    olor fuerte y sabor amargo, componente del cigarrillo, que se
    desprende fundamentalmente de la combustión del papel del cigarrillo y en
    menor medida, del tabaco. En la composición del
    alquitrán del humo del tabaco intervienen 38 hidrocarburos
    aromáticos cíclicos que provocan cáncer,
    incluidas las nitrosaminas, alienos asomáticos,
    isoprenales, pisenos, benzopirenos, crisenos, antrasenos y otros.
    Además, contiene ácidos
    débiles, que actúan como cancerígenos,
    estimulando el crecimiento de los tumores a disímiles
    niveles.

    Existen testimonios en cuanto a que en las condiciones
    de clima
    tórrido el fumador consume más alquitrán del
    tabaco, es decir, por regla general, fumar cigarrillos más
    fuertes, con frecuencia sin filtros, y en grandes cantidades. Por
    ejemplo, Cuba ocupa el tercer lugar en el mundo en cuanto a
    consumo de cigarros percápita, además, de que los
    cigarrillos de mayor consumo son los de tabaco negro,
    precisamente los de más contenido de alquitrán,
    aumentando la potencialidad de riesgo para la salud del
    tabaquismo.

    El monóxido de carbono es un gas incoloro, muy
    tóxico (es el que se expele por los escapes de un auto),
    que se produce en la combustión del tabaco y el papel del
    cigarrillo. El monóxido de carbono desplaza al oxígeno
    de la hemoglobina, formando un componente nocivo: la
    carboxi-hemoglobina. Como resultado de esto se impide un adecuado
    abastecimiento de oxígeno a células, tejidos y
    órganos. El monóxido de carbono aumenta el
    contenido total de colesterol así como su captación
    por el endotelio vascular a la vez que disminuye la
    concentración de lipoproteínas de alta densidad (LDH-C)
    de conocida acción cardioprotectora. La exposición
    al monóxido de carbono, la duración de la misma y
    los niveles de colesterol son factores interdependientes en el
    desarrollo de aterogénesis. Este gas incide de forma
    más ocusada en el feto,
    responsable de su bajo peso al nacer y de diversas lesiones en
    hijos de madres fumadoras. Igualmente, es el factor de mayor
    responsabilidad en producir enfermedades
    respiratorias crónicas.

    Las sustancias irritantes son aquellas que directamente
    dañan las vías respiratorias (tráquea,
    bronquios, pulmones), provocando hiperplasia e hipertrofia de las
    glándulas mucosas (lo que explica la tos y esputos
    abundantes en los fumadores); la inflamación y colapso de
    las vías aéreas, menores de 2 mm, y la
    destrucción de las paredes alveolares de la parte central
    del lóbulo pulmonar (enfisema
    centrolobulillar).

    Las sustancias irritantes alteran los procesos de
    purificación pulmonar, transforma el epitelio
    cilindrocelular de los bronquios en planocelular, contribuye a la
    aparición de células bronquiales atípicas,
    elevada secreción de flema, inflamación,
    hipertrofia de la musculatura lisa y alteraciones
    inmunológicas que reducen las funciones
    defensivas del organismo.

    El tabaco como droga.

    De forma similar, esta sustancia cumple con la
    definición de "adicción" que emite la
    Organización Mundial de la Salud, OMS, ya que el
    componente adictivo es cualquier sustancia que produzca
    dependencia física o
    psíquica y genere síndrome de abstinencia al
    dejarla.

    El hábito del cigarrillo está determinado
    por factores fisiológicos y psicológicos. Debido a
    que las sustancias que lo componen tienen acción adictiva
    los efectos de la retirada como irritabilidad, inhabilidad para
    concentrarse, e insomnio se observan con frecuencia
    después de suspender el hábito y duran algunas
    semanas.

    Sin embargo, cuando los síntomas agudos de
    retirada son importantes, otros factores psicosociales surgen en
    el mantenimiento
    de la abstinencia. Por lo anterior, algunas estrategias
    actuales para la suspensión del tabaquismo incluyen el uso
    del parche cutáneo o chicle de nicotina. La idea es
    impedir el descenso brusco de los niveles de nicotina y la
    aparición de síndrome de abstinencia y reducir en
    forma considerable el número de cigarrillos diarios,
    más tarde se va "destetando" de la nicotina al
    paciente.
    Es posible que el tabaquismo bajo la influencia de una amplia
    variedad de circunstancias y situaciones, que están
    relacionadas, con frecuencia lleve a reforzar el hábito de
    fumar. Esto se acentúa por la manipulación oral,
    manual y
    respiratoria involucrada en el encendido, bocanada, y manejo del
    cigarrillo. Lo anterior se asocia al placer y la
    relajación del uso concomitante del alcohol, el terminar
    una comida, tomar un café, o
    la disminución percibida de estados de ánimo no
    placenteros como la ansiedad, tensión, aburrimiento y
    fatiga. Romper con estos patrones no es fácil.

    ¿Cuándo hablamos de dependencia
    física?

    De acuerdo con la OMS, se entiende por drogodependencia
    "un esquema de comportamiento
    en el cual se da prioridad al uso de una sustancia frente a otros
    comportamientos considerados antes como más importantes".
    Hablamos de dependencia física cuando el uso recurrente de
    una droga genera una adaptación fisiológica por la
    cual el funcionamiento orgánico del sujeto se ve alterado
    si no se administra la sustancia, o si la dosis consumida se
    reduce por debajo de cierto umbral.

    Si una vez establecida esta dependencia, se interrumpe o
    reduce la
    administración de la droga, aparecerá un
    síndrome de abstinencia específico. La droga se ha
    incorporado al metabolismo
    del sujeto. El organismo se ha habituado a la presencia constante
    de la sustancia, de tal manera que necesita mantener un
    determinado nivel en sangre para funcionar con
    normalidad.

    ¿Que es la dependencia
    psicológica?

    Se trata de aquel vinculo con una droga caracterizado
    por el deseo apremiante de experimentar sus efectos, sea porque
    favorece experiencias positivas [relajación,
    sensación de fuerza, inhibición del cansancio y el
    sueño, pérdida de apetito, etc.], sea porque
    permite rehuir reacciones negativas (aburrimiento, timidez,
    sensación de incapacidad, etc.). Además de su
    relación con los efectos farmacológicos de la
    sustancia, tiene que ver con el ajuste psicosocial que el sujeto
    establece con ella.

    La fase más trabajosa a la hora de aprender a
    vivir sin el recurso compulsivo a las drogas se centra en
    desactivar esta dependencia psíquica, propiciar cambios en
    la conducta, las
    emociones y,
    en general, los estilos de vi-
    da del sujeto, que le permitan funcionar psíquicamente
    (obtener satisfacción, superar el aburrimiento, afrontar
    la ansiedad, tolerar la frustración, establecer relaciones
    sociales, mejorar su rendimiento deportivo, etc.) sin necesidad
    de recurrir a las drogas.

    Ser fumador es el resultado de un proceso que tiene al
    menos dos momentos: iniciación y consolidación o
    uso regular, determinados por diferentes factores.

    Factores que determinan la
    Iniciación:

    Sociales:

    – Imitación de conductas de aceptación
    social.

    – Exigencias del grupo de pertenencia en la
    adolescencia.

    Modelo
    familiar (padres y abuelos).

    – Aceptación social del consumo.

    – Desarrollo de habilidades sociales de
    afrontamiento.

    – Disponibilidad.

    – Publicidad.

    Personales:

    – Sistema de necesidades, valores y
    actitudes.

    – Efectos psicológicos y fisiológicos de
    los primeros cigarros.

    – Extroversión.

    – Creencias tabaco-salud.

    – Edad.

    Sexo.

    – Formación de la autoestima y
    el concepto de
    autoeficacia.

    Factores implicados en el mantenimiento y
    consolidación del consumo:

    Efectos psicofarmacológicos de la
    nicotina:

    – Efectos bifásicos sobre el sistema
    nervioso central (sedante-estimulante).

    Poder
    reforzante de la nicotina, para reducir efectos negativos de la
    abstinencia y para facilitar efectos placenteros y estados
    positivos.

    Sistema de condicionamientos asociados a la conducta de
    fumar:

    – Hábitos y costumbres.

    – Asociación a estímulos externos
    (café, alcohol, actividades sociales, fiestas,
    juegos,
    reuniones).

    – Asociación a estímulos internos
    (sistema de creencias, necesidad de repetir un
    ritual).

    – Estilo de
    vida.

    Aprendizaje
    social: Se refiere según explica Bandura (1982) a que
    la dependencia psicológica y física se produce
    no sólo por el efecto químico directo,
    producido por la sustancia en el individuo,
    sino que tiene determinantes culturales y sociales, dadas en
    las creencias aprendidas socialmente y que devienen en
    reforzadores directos y el
    aprendizaje inicial socialmente deformado se mantienen
    como problemático posteriormente.

    Esto explica la diferencia entre adicción y
    dependencia. La segunda responde al mecanismo descrito, es
    condicionamiento y la primera aparece cuando el organismo
    habiendo sufrido cambios fisiológicos a causa de la
    droga, tiene necesidad de su acción para continuar
    funcionando.

    Factores personológicos:

    – Dificultades en el control de
    impulsos.

    – Baja tolerancia a la
    frustración.

    – Autorregulación determinantemente externa
    (deberías, tengo, culpabilidad
    vs responsabilidad).

    – Pobre desarrollo de la autoestima.

    – Necesidad infantil de placer y
    bienestar.

    Pensamiento
    dicotómico (reconocimiento cognitivo del daño a
    la salud) y necesidad de abandono vs. Privación
    incapacidad para lograrlo).

    Fumar como herramienta
    psicológica:

    – Estrategía de afrontamiento de situaciones
    estresantes y resolución de problemas.

    – Pobre desarrollo de habilidades sociales y
    conductas asertivas.

    – Control del peso corporal.

    La conducta resultante, independientemente de sus
    determinantes es automática y suele iniciarse en la
    adolescencia, así podríamos preguntarnos: si las
    primeras experiencias con el cigarro son generalmente
    desagradables, ¿cómo se automatiza esta
    conducta?

    El malestar inicial es rápidamente superado si
    continua el uso de la sustancia productora de dependencia, por
    establecerse cambios fisiológicos en el organismo, todo lo
    cual se refuerza por su asociación a situaciones sociales
    agradables y gratificantes. El análisis conductual del
    hábito de fumar explica que el aprendizaje se produce por
    condicionamiento operante (Manual de estudio en tecnología
    educativa. 1993), esto significa en términos del
    paradigma
    conductual Skinneriano, que la repetición de consecuencias
    gratificantes (C) del estímulo, (E) que es fumar, se
    convierten, además en nuevos estímulos y
    reforzadores de la conducta de fumar, simplificando la cadena
    conductual, es decir, las consecuencias (C) pasan a ser
    estímulos discriminativos (ED). Así las
    consecuencias de una respuesta se constituyen en un
    estímulo que produce dicha respuesta.

    E—–R—–C—–ED—–R—–C

    (E) Significa estímulos antecedentes, que en el
    caso del fumador pueden ser los cigarros propiamente, ante cuya
    presencia existe una alta probabilidad de
    que el sujeto fume.

    (R) Es respuesta que se asocia a
    consecuencias.

    (C) Efectos sedativos y estimulantes de la nicotina,
    valores asignados socialmente al cigarrillo. Siendo gratificantes
    esas consecuencias, como generalmente ocurre, se convierten en
    estímulos discriminativos (ED) y de esa forma el recuerdo
    de estas consecuencias (C) activa nuevamente la cadena conductual
    y el individuo vuelve a fumar (Aguilar,R. 1992).

    La conducta de fumar está multideterminada y
    multimotivada. Russell, describe 7 tipos de motivos de fumar que
    tipifican estilos de fumar, que son:

    • Psicosocial: Predominio de factores
      psicológicos y sociales asociados al hábito de
      fumar. Ej: búsqueda de aceptación.
      Anticipación de la adultez.
    • Sensorio-motriz: Predominan los rituales asociados al
      cigarro, tales como: la manipulación de la cajetilla,
      darle golpes, inhalar de una manera, pasarlo de mano,
      etc.
    • Indulgente: En este caso fumar se asocia a momentos
      agradables, sobremesa, después del café, etc. Se
      fuma muy poco, sólo en esos momentos.
    • Sedante: Fumar se emplea como mecanismo para la
      reducción de la tensión.
    • Estimulante: Fumar aporta mayor cantidad de
      energía cuando el sujeto está cansado o requiere
      concentrarse en algún trabajo.
    • Adictivo: Aquí se encuentran los fumadores
      moderados y grandes fumadores, hay dependencia de la nicotina,
      fuman cada 30 ó 45 minutos y en menos
      tiempo.
    • Automático: Se refiere a fumadores que lo
      hacen automáticamente, ante cualquier señal
      externa, a veces como imitación. Citada por
      Zaldívar, D. (1988).

    Dentro de esta multicausalidad tiene un importante rol
    el pensamiento. Los estímulos discriminativos en la
    secuencia conductual devienen estímulos internos, dados
    por el pensamiento elicitador poderoso del deseo de fumar. Cuando
    le preguntamos al fumador ¿qué es el deseo?,
    ¿cómo es?, lo describen como una urgencia
    imperativa, incontrolable e inaplazable; de repetir esta
    conducta, ¿de dónde surge entonces el deseo?. El
    deseo designa una necesidad, la necesidad de un objeto capaz de
    asociarla, pero la existencia de un deseo no lleva necesaria ni
    obligatoriamente a la actuación de manera
    automática, ni mucho menos el deseo significa ya un acto
    volitivo.

    El acto volitivo en sí mismo implica no
    sólo una intención, sino una finalidad y una
    ejecución, precisamente, entre estos dos aspectos, se
    debate un
    complicado proceso de lucha interna, de pugna de motivos, o de
    "deseos" diferentes en el fumador que quiere dejar de fumar,
    existe la intención de hacerlo, pero el obstáculo
    para la ejecución de la decisión está
    justamente en que el abandono no es "deseado", y sí lo es
    el objeto de gratificación, el cigarro.

    El deseo muchas veces es fantaseado por la actividad
    imaginativa, y se le adjudican, cualidades inexistentes realmente
    en el objeto deseado. El deseo es un verdadero acto volitivo
    cuando se convierte en "querer" y cuando se tiene el
    conocimiento y el convencimiento de una postura respecto a la
    realización, la convicción de llegar a dominar los
    medios
    correspondientes que conducen a su realización. Justamente
    aquí se produce la disonancia en los fumadores, en que
    disminuye la autoimagén de eficacia y se
    crea una relación de ambilavencia respecto al
    objeto.

    Cuando la decisión de dejar de fumar es una
    acción volitiva y no intencionada, es decir, construida a
    partir del reconocimiento cognitivo del daño a la salud o
    de problemas económicos, etc. No expresa una real
    intención de abandono porque excluye la responsabilidad
    con la conducta conciente y esto obtura la ejecución. La
    intención no se convierte en actuación porque queda
    paralizada por la lucha de motivos en pugna -deseo de abandono-vs
    experiencias placenteras-necesidad de continuar fumando. Por eso
    afirmamos que la decisión de la cesación es un acto
    conciente, responsable y que además de cualidades
    volitivas, necesita de una clara y argumentada motivación
    interna que le dé a la actuación real carácter de intención y permita
    elaborar la lucha motivacional entre deseos en pugna.

    El trabajo con fumadores nos demuestra que el acto de
    fumar resulta de un ritual conductual aprendido, practicado,
    repetido y reforzante en sí mismo, y de una
    disposición actitudinal interna, resultado de una evaluación
    que despoja al pensamiento de su condición reflexiva,
    tornándolo deformado, automático e
    irracional.

    El pensamiento adictivo está descrito como una
    creencia irracional (Ellis, 1988). Las creencias pueden ser
    cogniciones, valoraciones, evaluaciones o juicios y son los
    determinantes primarios de las emociones. No son los sucesos
    propiamente los que causan nuestras reacciones emocionales, sino,
    la manera en que los evaluamos y percibimos (como amenaza,
    demanda,
    agresión, etc).

    Este sistema de juicios y valores deformados se
    estabiliza en el desarrollo histórico del individuo
    durante el aprendizaje social y actúa como un sistema de
    condicionamientos que activa otro sistema de respuestas o
    conductas (fumar, beber en exceso, comer compulsivamente,
    reaccionar con ansiedad ante las demandas del medio, etc) que se
    automatizan.

    Las creencias son irracionales cuando son absolutistas y
    carentes de evidencias
    empíricas de apoyo o están en contradicción
    con los datos existentes.

    En el caso del tabaquismo, el trabajo con fumadores nos
    ha permitido generalizar las siguientes creencias irracionales
    como las más frecuentes entre ellas:

    • Para poder dejar de fumar se necesita fuerza de
      voluntad o contar con algo más grande y más
      fuerte que uno mismo, que te ayude a controlarte.
    • El autocontrol se logra por la acción externa
      de sustancias químicas, medicamentos,
      agujas.
    • Es necesario que te den algo que te produzca rechazo
      al cigarro.
    • No puedo abstenerme de fumar porque es insoportable
      hacerlo.
    • No voy a tener suficiente voluntad para controlarme
      siempre.
    • Los deseos de fumar me dominan, no puedo hacer otra
      cosa que ceder, o creo que me vuelvo loco.
    • No sé enfrentarme a los problemas si antes no
      fumo para calmarme.

    Albert Ellis establece categorías de creencias
    irracionales que nos explican estas ideas tan arraigadas entre
    los fumadores y que comentamos a continuación: Apremio
    de la Exigencia: Se refiere a plantearse demandas
    rígidas, inaplazables y absolutistas respecto a sí
    mismo, los demás y el futuro. Presente en perfeccionistas
    y competitivos.

    Catastrofismo: Tendencia a evaluar las demandas
    externas como insuperables, exageradas, como retos, ante los
    cuales se carece de recursos para
    cubrirlas.

    Baja tolerancia a la frustración: Se
    desencadena ante la presencia de claves de estímulos que
    elicitan el deseo del comportamiento adictivo, generándose
    molestias emocionales y disminuyendo la autoimagén como
    abstinente. La frustración se atribuye a insuficiencias
    internas que aplastan la autoestima, la cual es necesaria
    recuperarla y la manera más inmediata es retomar la
    adicción. Frecuente entre las personas con dificultades en
    el control de impulsos.

    Evaluaciones del "yo" y de los "otros":
    Pensamiento autocensurante o autocompasivo en exceso, activador
    de la culpabilidad y la atribución de la causalidad de la
    conducta a las contingencias externas. Aparece la
    dicotomía autoevaluación-valoración de los
    demás. Frecuente entre personas con necesidad de
    autoafirmación y aprobación constante.

    Generalizaciones sobre el futuro: Se refiere a
    generalizar fracasos del presente, generando incertidumbre e
    inseguridad en
    el futuro. Las necesidades y preocupaciones se piensan en futuro,
    escapando del momento actual, del aquí y ahora, y
    obstaculizando las decisiones en el presente, por temor al
    fracaso en el futuro.

    Asimismo, el citado autor, utiliza el término
    "pensamiento adictivo", para referirse al sistema de creencias,
    autoafirmaciones y/o atribuciones que tiene el individuo
    dependiente, respecto a su problema de abuso del consumo de la
    sustancia con la cual tiene problemas, a las emociones
    perturbadoras que éste engendra y a las emociones
    resultantes del intento de cambio.
    Resumiendo las características del "pensamiento adictivo"
    afirmamos que son creencias emocionales automáticas,
    irreflexivas, rígidas, dicatómicas, compulsivas,
    generalizadas en exceso, absolutistas y elicitadoras directas de
    la llamada "ansiedad por el malestar".

    La ansiedad por el malestar es la expresión
    emocional de la dinámica cognitiva de las adicciones. Es un
    estado
    emocional que se siente como resultado de la anticipación
    subjetiva de dolor, malestar o desagrado; cuando la ansiedad
    actual es producto de
    fantasías sobre molestias futuras percibidas como
    amenazantes, desestabilizadoras y como sufrimiento insoportable,
    que hacen mucho más doloroso y resistente el proceso de
    cambio, actuando en el caso de la adicción al tabaco como
    obstaculizadora del proceso de cambio porque eleva la resistencia y
    hace más doloroso el síndrome de retirada.
    Está directamente relacionada con la generalización
    hacia el futuro como creencia irracional, es su traducción afectiva.

    La ansiedad por el malestar, también descrita por
    Ellis actúa como coadyuvante directo de la recaída;
    cuando durante el proceso de abstinencia no puede ser elaborado
    debidamente y por lo tanto no puede ser contenida eficazmente, ya
    que ningún proceso de intervención
    cognitivo-conductual reduce tan rápidamente el malestar,
    ni con menos esfuerzo que las sustancias químicas. De
    ahí la importancia de trabajar el problema de la
    responsabilidad individual en la modificación conductual,
    cuando este problema es abordado
    terapéuticamente.

    También en el orden afectivo los fumadores
    frecuentan la depresión que se convierte en duelo y fuerte
    sensación de pérdida durante la abstinencia y la
    ira que se comporta como hostilidad y agresividad verbal mediante
    la represión como intento fallido de
    elaboración.

    En cuanto a los factores personales presentes en la
    adicción nicotínica, en la literatura en general, se
    destacan: Problemas en el autocontrol efectivo de la
    impulsividad como expresión de trastorno de la
    actuación volitiva y genera un bajo nivel de tolerancia
    al fracaso, dificultades en la subordinación y
    aceptación de la autoridad, y
    todo este malestar intenta ser reducido fumando como
    herramienta de afrontamiento, ya que el efecto
    farmacológico de la sustancia adictiva permite bajarlo a
    niveles "soportables", desbloquea emocionalmente al pensamiento y
    eleva las expectativas de autoeficacia percibida. Bandura
    (1987), define a ésta como "juicios de cada individuo
    sobre sus capacidades, en base a los cuales organizará y
    ejecutará sus actos, de modo que le permitan alcanzar el
    rendimiento deseado. Este juicio se forma también sobre la
    base de la autoestima, que disminuye paralelamente el
    descenso en la autoeficacia, mediada por sentimientos internos de
    minusvalía y culpabilidad, desplazando la
    responsabilidad personal en el
    éxito o
    fracaso de la conducta, al fatalismo de las circunstancias
    externas como responsable de nuestra conducta, la conducta es
    subordinada y se hace depender de lo exterior, se sustituye la
    autorregulación por "extra-regulación" o
    "regulación externa".

    Finalmente, otro de los factores personales descrito
    como predisponente y reforzador de las adicciones en general
    llamadas socializadas (tabaco-alcohol-comida) es la
    extroversión como expresión del ejercicio de los
    vínculos sociales y la
    comunicación.

    Quisiéramos dejar bien sentado que no existen
    perfiles psicológicos únicos, ni definidos para los
    fumadores, sino toda una serie de elementos psicológicos
    que permiten que reflexionemos y generalicemos sobre las
    adicciones de modo general, amén de la sustancia
    productora de dependencia. En este caso hemos tratado de
    particularizar la dramática psicológica del
    tabaquismo.

    En resumen podemos concluir que las determinantes de la
    conducta de fumar son tres básicamente: 1. Los procesos
    farmacológicos y de condicionamiento (aprendizaje
    social).

    2. Los procesos cognitivos-emocionales.

    3. Los factores personales y de
    autorregulación.

    Detenemos el análisis seguidamente en la
    recaída, ya que el mismo sería incompleto sino
    particularizamos también en sus determinantes.

    El proceso de abandono del hábito de fumar es
    también como la iniciación, eso, un proceso, es
    intermitente y finalmente resulta de varios ensayos de
    abstinencia-recaída.

    La recaída suele ser consecuencia directa de la
    no elaboración o elaboración insuficiente de la
    ansiedad por el malestar y del estado que Marlatt y Gordon (1983)
    llamaran "efecto de violación de la abstinencia" (EVA).
    Según estos autores, el EVA es una reacción
    cognitiva-afectiva que sigue al acto de transgredir la
    abstinencia y tiene dos componentes primarios:

    1. La disonancia cognitiva (conflicto
    autoimagén abstinente vs actual autoimagén como
    fumador que emerge nuevamente).

    2. Una atribución personal, en la cual el
    individuo atribuye la causa de la transgresión a una
    debilidad interna o a un fallo personal.

    Más que atribuir el primer "resbalón" a
    una carencia de eficacia de enfrentamiento a una situación
    de alto riesgo el individuo puede suponer que su conducta es
    debida a deficiencias personales, como por ejemplo: una falta de
    voluntad o un control insuficiente de las tentaciones y urgencias
    que emergen a su lado. Aumentando con esto las probabilidades de
    una recaída definitiva. También facilitada por la
    activación fisiológica que la droga
    produce.

    En nuestra experiencia con fumadores hemos constatado
    que la recaída producida después de 3 ó 6
    meses de abstinencia es resultado fundamentalmente de:

    – Falta de asertividad
    para enfrentar las presiones sociales.

    – La reactualización de condicionamientos
    pasados ante la presencia de estímulos
    poderosos.

    – Modificación incompleta del estilo de vida y
    la autopercepción como exfumador.

    – Fallos o pérdida de la
    motivación inicial para la abstinencia.

    – Dificultades en la dinámica
    cognitiva-emocional que elicitan el deseo de fumar latente ante
    situaciones de estrés,
    amenaza, conflictos
    inter o intrapersonales, emociones positivas o negativas y
    frustración.

    – Disminución de la autoeficacia y el
    autoconcepto como exfumador ante la violación temporal
    de la abstinencia, no pudiendo separar recaída de
    transgresión de la abstinencia.

    – Necesidad de poner a prueba la capacidad personal
    de control y cuando se produce antes de los 3 meses la causa es
    fundamentalmente la insuficiente elaboración de la
    ansiedad por el malestar.

    ¿Cuáles son los riesgos asociados al
    uso de drogas?

    Hasta hace poco tiempo, al hablar de los riesgos del uso
    de drogas tendía a acentuarse de manera casi exclusiva la
    dependencia. Así, se hacia referencia al potencial
    adictívo de una sustancia, a su capacidad para generar
    dependencia, para involucrarse en el metabolismo y en el
    funcionamiento psíquico de un sujeto y hacerse
    imprescindible en su vida. La búsqueda compulsiva de las
    drogas se convierte en el centro de la vida del drogodependiente,
    provocando, incluso, comportamientos antisociales.

    Sin embargo, es preciso mencionar; además, los
    efectos no esperados que el consumo de toda sustancia
    conlíeva, diferentes al proceso de generación de
    una de-
    pendencia. Se trata de disfunciones y afecciones de los distintos
    sistemas
    orgánicos, que según el tipo de sustancia consumida
    se ven afectados, en muchos casos, de forma irreparable. No puede
    obviarse el riesgo provocado por las "sustancias de corte" o
    adulterantes con los que suelen mezcíarse algunas drogas
    ilegales.

    Otro de los riesgos asociados al consumo de drogas
    consiste en la adquisición de un esquema de funcionamiento
    conductual relacionado con la satisfacción inmediata de
    las necesidades percibidas. Dicho esquema es manifiestamente
    incompatible con la posibilidad de afrontar con garantías
    de éxito las situaciones y problemas de la vida cotidiana.
    Se trata de un modo de proceder que no considera comportamientos
    y actitudes que tienen que ver con la "tolerancia a la
    frustración", el aprendizaje de la "toma de
    decisiones de forma razonada", el ejercicio de la
    "responsabilidad" o la valoración del "esfuerzo personal"
    en la consecución de logros a medio y largo
    plazo.

    ¿Existen distintos tipos de consumo de
    drogas?

    Podríamos distinguir los siguientes:

    • Experimental: seria el caso de aquella persona
      que, guiada por la curiosidad, se anima a probar una droga,
      pudiendo posteriormente continuar el consumo o
      interrumpirlo.
    • Ocasional: uso espaciado de drogas, con una
      frecuencia reducida. Generalmente se trata de personas que se
      limitan a aceptar de forma más o menos pasiva las
      invitaciones que reciben, sin tomar la iniciativa de buscar las
      drogas.
    • Recreativo/utilitario: consumo de drogas en
      momentos de diversión y búsqueda de placer; o en
      una tentativa de obtener alguna utilidad
      específica [estimulantes para poder estudiar; para
      evitar la sensación de cansancio, incrementar el
      rendimiento, etc.] Puede convertirse en problemática
      cuando la frecuencia de las "celebraciones" aumenta, o cuando
      se hace necesario recurrir a la sustancia como condición
      sine que non para mantener la actividad.
    • Compulsivo: forma de consumo
      característica de las personas que llamamos
      drogodependientes, quienes varias veces al día recurren
      a la droga o drogas de que se trate. Su vida se va estrechando
      hasta girar obsesivamente en torno a las
      drogas, mientras cualquier otra actividad va progresivamente
      perdiendo importancia.

    ¿Se conocen las causas del consumo de
    drogas?

    Más que de causas, preferimos hablar de
    condiciones [diversas] e itinerarios (múltiples) de
    inicio. Algunas cuestiones respecto al origen y desarrollo de
    este fenómeno:

    • El consumo de drogas es cada vez menos una
      cuestión marginal
      , aunque en condiciones sociales
      desfavorecidas puede adquirir unas connotaciones
      particulares.
    • Más que de causas especificas tenemos que
      hablar de conjuntos
      individualizados de causas
      , de redes, que en cada sujeto
      responden a una combinatoria singular.
    • No cabe solamente una lectura en
      clave de patología. Para un pequeño grupo de
      consumidores problemáticos, su relación con las
      drogas deriva en diversas alteraciones psicológicas y/o
      familiares y/o sociales. Para la mayoría de los usuarios
      de drogas, sus consumos están relacionados con sus
      particulares estilos de vida (la fiesta como valor
      supremo, exigencias deportivas desmedidas, etc.).

    Por todo ello, más que hablar de factores de
    riesgo, parece conveniente hacer referencia a las condiciones que
    favorecen este proceso, tales como la presión de grupo, la
    disponibilidad de drogas, la publicidad, la exigencia irracional
    de resultados deportivos, o ciertas actitudes inherentes a un
    determinado proceso evolutivo, como la curiosidad, la
    experimentación, etc.

    El tabaco y los
    efectos para la salud

    Tabaco y enfermedades.

    Hace cerca de 40 años, la comunidad
    científica mundial estableció la relación
    entre ciertas enfermedades cardiopulmonares y otras entidades con
    el hábito de fumar. En 1950, Wynder y Graham publicaron
    suficiente evidencia acerca de la relación entre el
    tabaquismo y el cáncer pulmonar. Años más
    tarde, hacia la década de los 60, las investigaciones y
    publicaciones del Doctor Auerbach alertaron a la comunidad
    científica sobre los riesgos clínicos asociados al
    tabaquismo. En la actualidad este concepto no ha cambiado y
    numerosos estudios han demostrado que el tabaquismo es un factor
    de riesgo de enfermedad coronaria y otras. De la misma manera, el
    fumador pasivo quien no tiene el hábito de fumar pero
    respira el aire contaminado de los fumadores que están a
    su alrededor tienen documentado de manera clara el riesgo y
    desarrollo de las mismas enfermedades que el fumador
    activo.

    A pesar de estas advertencias, son innumerables las
    personas que continúan fumando. Sin embargo, en los
    últimos decenios se ha notado una marcada
    disminución de este hábito, producto de
    campañas muy intensas y nuevas políticas
    en los sistemas de salud alrededor del mundo

    Aunque la relación causal entre el cigarrillo y
    las enfermedades cardiopulmonares está muy sustentada, hay
    considerable variabilidad en la respuesta al cigarrillo. Se
    considera que solo un 10% de las personas que hoy en día
    fuman desarrollarán con el tiempo algunas de las
    enfermedades asociadas al tabaquismo.

    Investigadores de los Centros Nacionales para Control y
    Prevención de Enfermedades de Estados Unidos,
    informan en la edición
    del 9 de marzo de la Revista
    Médica de Nueva Inglaterra
    (New England Journal of Medicine) que los fumadores y
    aún las personas que no fuman, pero que pasan tiempo en
    lugares donde otras personas están fumando, presentan
    mayor tendencia a desarrollar infecciones invasivas por
    neumococo, la bacteria que causa neumonía.
    El neumococo es una bacteria que habitualmente infecta las
    vías respiratorias o los pulmones pero que en forma
    ocasional puede invadir otros lugares como la sangre o provocar
    meningitis (inflamación de las membranas del cerebro),
    produciendo complicaciones graves. En el estudio, los
    científicos encontraron que más del 50% de los
    pacientes que presentaron la infección fueron
    fumadores.
    Esto implica que el tabaquismo aumenta la posibilidad de que una
    persona sufra la enfermedad casi 5 veces en comparación
    con los no fumadores. Además, el riesgo de presentar la
    infección fue mayor en sujetos que habían fumado
    por mucho tiempo y en gran cantidad, viéndose que
    éste disminuía cuando el paciente dejaba de fumar,
    volviendo a sus valores normales 13 años después de
    abandonar el habito.

    No es clara la razón por la cual el tabaquismo
    aumenta la probabilidad de presentar la infección, pero
    puede ser porque produce deterioro de los mecanismos de limpieza
    de las vías respiratorias o por que daña el
    recubrimiento de las vías respiratorias, permitiendo que
    pueda entrar la bacteria (SaludHoy,
    Fumar sí cuesta
    ).
    De cualquier manera es claro que el cigarrillo posee muchos
    efectos negativos, sumándose el ya mencionado a mayor
    riesgo de presentar varios tipos de cánceres (siendo
    más frecuente el de pulmón), infarto
    cardíaco, tensión arterial alta, entre otros, datos
    que han sido similares para los fumadores de cigarro o habano. De
    aquí la importancia de aumentar las medidas que
    prohíban fumar en espacios públicos y de la
    información dada por el médico al paciente del
    peligro potencial que conlleva el cigarrillo para motivarlo a
    dejar el hábito.

    Enfermedades en que el hábito de fumar aumenta
    los riesgos

    I- Enfermedades
    cardiovasculares:

    – Coronomopatía

    – Enfermedad vascular periférica

    – Enfermedad cerebrovascular

    – Aneurisma de la aorta

    Hipertensión arterial

    II- Enfermedades pulmonares:

    – Enfisema pulmonar

    – Bronquitis crónica

    – Neumonía

    – Insuficiencia respiratoria crónica

    III- Cáncer:

    – Pulmón, tráquea, bronquios

    – Labio, cavidad oral, laringue

    – Esófago

    – Vejiga, riñón

    – Cérvix uterino

    IV- Enfermedades gastrointestinales:

    – Ulcera péptica

    – Gastritis crónica

    – Reflujo gastroesofágico

    V- Afectaciones al embarazo:

    – Bajo peso al nacer

    – Alta mortalidad perinatal

    – Placenta previa

    Parto
    prematuro

    Después de conocer todos los efectos negativos
    que origina el tabaquismo, sólo existe la opción de
    salirle al paso a esta epidemia, que constituye una forma lenta
    de suicidio masivo
    ante una escopeta de perdigones, cuyos proyectiles pueden tocar
    cualquier sitio de nuestro organismo.

    Importancia del
    deporte en la salud y para el deportista fumador

    Relación de la práctica de ejercicio
    físico con la salud

        Los estudios en población
    general indican que la práctica de una actividad
    física regular, estable y moderada ayuda a mejorar tanto
    la salud física como la psicológica, incrementando
    así la calidad de vida.
    La práctica de ejercicio regular contribuye a instaurar
    estilos de vida más saludables y a reducir o eliminar
    factores de riesgo asociados al sedentarismo. (Dishman, y cols.,
    1985).

        Estudios recientes
    señalan un 54% de actividad en la práctica
    deportiva (Ariza, y cols., 2001), y un 57,2% (Cantera-Garde, y
    Devís-Devís, 2000) en los jóvenes. Otros
    estudios muestran un porcentaje de población inactiva
    superior al de la población activa adolescente
    (Aarón y cols., 1993; García Ferrando, 1993 y
    Mendoza y cols., 1994).

        El tipo de deporte practicado
    según el sistema energético a utilizar tiene
    diferentes efectos sobre la salud. Así podemos diferenciar
    entre deportes
    aeróbico, anaeróbicos o mixtos. (Tabla
    I)

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

        El ejercicio aeróbico es
    una actividad física que incrementa la acción de
    los sistemas pulmonar y cardiovascular. Durante el ejercicio
    aeróbico el organismo utiliza y transporta oxígeno
    a los músculos para mantener la actividad. El ejercicio
    aeróbico incluye actividades como paseos rápidos,
    carreras, natación,
    subir y bajar escaleras, ciclismo,
    danza
    aeróbica, esquí de montaña y
    remo.

        En contraste con ello el
    ejercicio anaeróbico es de corta duración y
    generalmente de una alta intensidad, por lo que la demanda de
    energía a los músculos se produce mediante el
    sistema ATP-PC o la glucólisis, con la consiguiente
    acumulación de ácido láctico.

        El ejercicio físico
    mejora el rendimiento cardiovascular debido a cambios hormonales,
    metabólicos, neurológicos y de la función
    respiratoria. La perfusión de los pulmones se intensifica
    gracias a las adaptaciones inducidas por el ejercicio, y se
    facilita el paso de oxígeno de los alvéolos a los
    capilares pulmonares (F.I.M.S., 1989). Las adaptaciones inducidas
    por el ejercicio contrarrestan las modificaciones del sistema
    respiratorio típicas de la persona fumadora.
    Interviene en la modificación de los factores de riesgo
    cardiovascular y, en consecuencia, desempeña un papel
    relevante en la prevención primaria y secundaria de la
    cardiopatía isquémica.

    Prevención del hábito tabáquico
    mediante el ejercicio físico

        El ejercicio físico
    contribuye al abandono de los hábitos tóxicos
    (especialmente el tabaco), al mantenimiento de dietas
    equilibradas y al menor consumo de alcohol. En un estudio
    efectuado por Hartley (1985) en individuos aparentemente sanos,
    se observó que muy pocos participantes con nivel de
    actividad física alto eran fumadores y tenían
    sobrepeso. En la misma línea Hickey y cols. (1975)
    comprobaron que los hombres físicamente activos en tiempo
    de ocio eran menos fumadores y con menores índices de
    obesidad.

        Por consiguiente, la actividad
    física regular promueve cambios generalmente muy
    importantes en el estilo de vida, caracterizados por una
    mejoría espontánea en los hábitos
    higiénico-dietéticos. El efecto inmediato es la
    sensación subjetiva de bienestar, que a largo plazo se
    traduce en un estado de salud y condición física
    superiores.

        Diferentes estudios han
    demostrado una reducida incidencia de enfermedades arteriales
    coronarias, hipertensión arterial, diabetes y otras
    enfermedades prevalentes entre personas físicamente
    activas frente a las inactivas (Berlin y Goldtiz, 1990; Gordon y
    cols., 1990; Hagberg, 1990; Morris y cols., 1990; Schneider y
    Ruderman, 1990; Schwartz, 1990) citados por Aztaráin y De
    Luis 1994.

        Como se puede comprobar en estos
    estudios el ejercicio físico realizado con unas
    determinadas condiciones es beneficioso para prevenir numerosas
    enfermedades, ayuda en la mejora de la condición
    física de los sujetos practicantes y ofrece una ayuda
    más favorable.

        Bouchard establece un modelo
    donde se concibe la mejora de la salud gracias a las relaciones
    entre la práctica física y la mejora de la
    condición física. La salud se traduce en mejorar
    del funcionamiento de los sistemas orgánicos
    (cardiorrespiratorio, locomotor, nervioso, endocrino) en
    relación con la prevención de determinadas
    enfermedades, algunas de ellas relacionadas con los estilos de
    vida sedentarios. La salud es una finalidad alcanzable a
    través de la actividad física y este modelo trata
    de determinar la dosis de aplicación apropiada de dicha
    actividad física en función de algunos
    parámetros como la frecuencia, la intensidad, la cantidad
    de trabajo, el tiempo, el tipo de actividad. (Bouchard y cols.,
    1990; Devis y Peiró, 1992) en Pérez Samaniego
    (2001).

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú
    superior  

      Los programas de ejercicio supervisados se
    recomiendan ya desde la infancia con
    el objetivo de estimular el hábito hacia el deporte, una
    de las medidas más adecuadas para ocupar el tiempo de ocio
    y, paralelamente, mejorar el estado de salud.

        La evidencia de los beneficios
    del ejercicio físico a través de revisiones de
    efectos fisiológicos, ensayos epidemiológicos y
    documentación clínica ha promovido
    numerosas iniciativas de ámbito público y privado
    con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la
    conveniencia de cambiar el estilo de vida hacia costumbres
    más saludables. La modificación de los
    hábitos dietéticos y la eliminación del
    tabaquismo constituyen dos de las piezas fundamentales en la
    mejora y promoción de la salud. El ejercicio
    físico constituye el tercer elemento sobre el que recae
    una parte importante de la responsabilidad en alcanzar ese
    objetivo.

        En nuestro contexto l, la
    investigación en materia de
    actividad física relacionada con la salud no es limitada
    pero no suele centrarse específicamente en la infancia y
    la adolescencia.

    ¿Se prohíbe el uso del tabaco en el
    deporte?

    No se prohíbe expresamente, pero lo mismo para el
    deportista que para el que no lo es, la OMS advierte que su uso
    puede dañar seriamente la salud. De sobra conocidos son
    los efectos nocivos del consumo de tabaco para el organismo. La
    disminución de la capacidad pulmonar en un fumador
    habitual es obviamente constatable. Aparece la fatiga, mayor
    riesgo de afecciones respiratorias, tos, expectoraciones,
    pérdida de apetito, arritmias cardíacas, afecciones
    cardiovasculares. Los fumadores, además, tienen una tasa
    de mortalidad superior en un 70% a los no fumadores como
    consecuencia del desarrollo de distintas
    patologías.

    Que podemos hacer
    educativamente

    ¿Que se entiende por
    prevención?

    Llamamos así al conjunto de estrategias
    (recursos, servicios,
    programas) que una comunidad ensaya para promover la salud de sus
    miembros y reducir a mínimos socialmente aceptables la
    probabilidad de que aparezcan problemas relacionados con los
    consumos de drogas.

    No es la prevención asunto que competa
    únicamente a especialistas, sino responsabilidad
    compartida por toda la comunidad en su quehacer cotidiano (los
    padres, los maestros, los políticos, los monitores
    deportivos, las asociaciones de padres, los técnicos
    municipales, los policías, etc.). Canalizar el esfuerzo de
    todos en un proyecto
    común es el objetivo último de quienes dedican su
    tiempo (profesional y/o voluntario) a la tarea preventiva, con la
    doble estrategia de
    controlar la oferta y
    disponibilidad de drogas en el escenario social, y reducir la
    demanda que de las mismas realice la población.

    ¿Qué persigue la educación para la
    salud?

    Se trata de una estrategia educativa orientada a
    favorecer estilos de vida saludables, a través de la
    promoción de actitudes y hábitos de
    responsabilización con la salud propia y la de la
    comunidad en la que se vive. Constituye el marco idóneo de
    la prevención de las drogodependencias, en el sentido de
    que no resulta tan importante que los niños y adolescentes
    dispongan de información acerca de las distintas
    sustancias, sus usos y su nocividad, como que desarrollen una
    actitud
    favorable hacia el cuidado de la salud. Una actitud que les lleve
    a desentenderse de conductas de riesgo, y a tomar decisiones
    responsables ante las invitaciones a consumir unas u otras
    drogas.

    Desde que comienza la escolarización hasta la
    entrada en la preadolescencia (en torno a los 11 ó 1 2
    años), se instalan de una manera genérica las
    conductas y actitudes que conforman un estilo de vida saludable,
    y aquellas que lo amenazan, como por ejemplo el consumo de
    alcohol y tabaco. Es a partir de la adolescencia cuando,
    continuando con criterios amplios de promoción de la
    salud, se puede empezar a hacer un mayor énfasis en las
    demás drogas. Las drogas, en cualquier caso, como pretexto
    para entrenarnos en procesos de toma de decisiones racionales,
    resolución de problemas, habilidades sociales,
    etc.

    Los entrenadores pueden ayudar

     

    a) Recuerda el problema, el
    tabaco…

    • Retarda el desarrollo pulmonar
    • Disminuye la capacidad pulmonar
    • Reduce la cantidad de oxígeno en
      circulación y disponible para la función
      muscular
    • Disminuye el rendimiento
      deportivo
    • La elección es: tabaco o
      deporte

    b) No olvides las consecuencias, la nicotina
    crea adicción…

    • Los jóvenes que no empiezan a fumar
      antes de los 18 posiblemente nunca fumen
    • Los jóvenes que fuman tienen
      más probabilidades de beber y usar otras
      drogas
    • El tabaco es la principal causa aislada de
      muerte prematura en España

    c) Toma la iniciativa, reconoce tu
    influencia…

    • Nunca fumes en presencia de tus
      deportistas
    • Recuérdales constantemente la
      importancia de no fumar
    • Repite la relación entre tabaco y
      deporte (menor rendimiento deportivo)
    • Trata de conseguir su compromiso de que no
      fumarán
    • Impón la norma de NO FUMAR en todas
      los acontecimientos deportivos en que
      participes
    • Invita a tus pupilos a anunciar y propagar
      que no les interesa el tabaco

    ¿Quiere ayudar a sus
    hijos?

     

    a) Aprenda a reconocer los síntomas. Los
    jóvenes que fuman:

    • Tosen más
    • Se resfrían con más
      frecuencia
    • Pierden más días de clase por enfermedad
    • Alcanzan menor rendimiento
      deportivo
    • Son más propensos a beber y usar otras
      drogas
    • Gastan más

    b) Tome la iniciativa. Hable con sus hijos,
    cuanto antes mejor:

    • Empiece a discutir el tema del tabaco a los 5
      ó 6 años y siga hablando sobre el tema al
      menos hasta los 18
    • Discuta los riesgos del fumar y explique
      claramente que la nicotina del tabaco crea
      adicción, pero no lo enfoque exclusivamente en
      el tema de salud
    • Asegúrese que entienden también
      que el tabaco mancha los dientes y la piel, produce mal aliento, envejece la
      piel, estropea la ropa y sobre todo les hace gastar
      dinero que podrían usar para
      comprar otras cosas

    c) Dedique tiempo a sus hijos. Observe y
    pregunte:

    • Entérese si sus amigos
      fuman
    • Practique con ellos cómo decir que NO
      a alguien que les ofrece un cigarrillo
    • Enséñeles a entender
      cómo los anuncios y la propaganda del tabaco trata de vender
      imágenes falsas
    • Si usted fuma, no lo haga cuando ellos
      estén presentes
    • Nunca fume dentro de la casa
    • Si está intentando dejar de fumar,
      explíqueles sus intenciones y el
      porqué

    CONCLUSIONES

    – El hábito de fumar es resultado de un
    proceso con diferentes fases: iniciación-mantenimiento-
    abandono-recaída-abstinencia, condicionado por factores
    farmacológicos, psicológicos y
    sociales.

    – Dentro de los factores psicológicos que
    determinan el tabaquismo merecen especial atención los conductuales y
    cognitivo-afectivos.

    • La recaída es el reto de cualquier programa de
      intervención de la deshabituación y debe ser su
      más importante objetivo de trabajo y por lo tanto
      exige un conocimiento profundo de sus mecanismos
      psicológicos, dados en un pensamiento
      dicotómico del adicto como abstemio y como adicto, y
      en un sentimiento de atribución de la violación
      de la abstinencia a fallas internas, personales e
      involuntarias que disminuyen su autoeficacia y sitúan
      la autorregulación a expensas de las contingencias
      ambientales.
    • El deporte constituye un ejercicio físico
      que estimula la deshabituación
      tabáquica.
    • El deportista fumador puede contribuir junto a sus
      entrenadores y la familia
      a disminuir la actividad y también hacer labor
      educativa y de promoción junto con trabajadores de
      salud especialistas en el tema.
    • El Tabaquismo constituye una droga legal que causa
      innumerables riesgos para la salud y disminuye en alguna
      medida el rendimiento deportivo óptimo en el
      deportista fumador y e l que no lo es constituye un riesgo
      para su salud.
    • Es en la adolescencia donde mayor incidencia existe
      en el consumo del tabaco.

    RECOMENDACIONES

    • Fomentar el trabajo interdisciplinario para optimizar
      la calidad del deportista y lograr mayores resultados en la
      disciplina
      correspondiente.
    • Que se le de continuidad a este trabajo mediante las
      estrategias educativas a entrenadores, alumnos y personal no
      docente en vínculo con los mismos.

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    Lic. DISLAYNE GONZALEZ MORALES

    Lic. YOEL MICHAEL DIAZ ALFONSO

    CENTRO DE PROMOCION Y EDUCACION PARA LA SALUD

    CENTRO UNIVERSITARIO JOSE MARTI PEREZ

    2004-2005

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