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La investigación grafológica




Enviado por Pablo Cazau



    1. La cientificidad de la
      grafología
    2. La investigación
      grafológica
    3. Conclusiones
    4. Citas y Referencias
      bibliográficas

    1. La
    cientificidad de la grafología

    El objetivo de
    esta nota no es discutir si hoy en día la
    grafología tiene o no cientificidad, sino establecer
    algunos lineamientos generales del procedimiento
    para validarla según y conforme el método
    científico, procedimiento que forma parte de la llamada
    investigación grafológica, y que supone que sobre
    la escritura
    influyen factores personales y situacionales, y factores estables
    y transitorios.

    En su sentido habitual, el término
    ‘grafología’ designa: a) Una
    teoría acerca de la relación entre la
    escritura y el psiquismo, y b) una técnica para
    analizar la escritura, basada en la teoría,
    con el fin de diagnosticar aspectos mentales.

    Aquí nos interesará la grafología
    como teoría, y una cuestión que puede suscitarse al
    respecto es si se trata de una teoría científica o
    no.

    Muchas de las definiciones del término
    ‘grafología’ que podemos encontrar en los
    textos especializados en este tema hacen hincapié en que
    se trata de una disciplina
    científica. Así por ejemplo:

    • La grafología "es la ciencia
      que tiene por objeto el estudio del carácter, del temperamento y de la
      personalidad, mediante el análisis e interpretación de los aspectos de
      movimiento,
      espacio y forma en la escritura manucrita" (Vels,
      1991:39).
    • La grafología "es el estudio científico
      de la expresión del carácter a través de
      la escritura, y comienza con la psicología de la
      personalidad. Esta se manifiesta en todas y cada
      una de las expresiones del comportamiento
      humano, especialmente en los movimientos infinitamente
      delicados de la mano que guía la pluma sobre el papel"
      (Marcuse, 1974:53).

    Hay quienes opinan, sin embargo, que la teoría
    grafológica no es científica porque se apoya
    en la intuición, en la experiencia, o en la
    apelación a la autoridad.
    Así por ejemplo, la afirmación según la cual
    "la presencia del trazo horizontal en la letra ‘t’
    es indicadora de fuerza de
    voluntad
    " podría ‘fundamentarse’ de tres
    maneras:

    • La intuición sostiene la verosimilitud de esta
      afirmación argumentando que para escribir el trazo
      horizontal de la letra debe levantarse el lápiz y ello
      requiere esfuerzo de voluntad. Una objeción a este
      argumento: se trata de una simple impresión subjetiva y,
      como tal, puede fallar.
    • La experiencia cotidiana sostiene la
      afirmación argumentando que "en todas las personas en
      quienes advertí la ausencia del trazo horizontal, pude
      verificar escasa fuerza de voluntad". Una objeción a
      este argumento: la cantidad de personas observadas puede ser
      insuficiente y por tanto no cabe generalizar.
    • La apelación a la autoridad sostiene la
      afirmación diciendo que pertenece a una
      ‘reconocida’ autoridad en el tema. Una
      objeción a este argumento: esa autoridad bien
      podría haberse fundado, para enunciarla, en la
      intuición o la experiencia.

    Según la ortodoxia del método
    científico, entonces, si las teorías
    grafológicas están avaladas por simples
    certidumbres subjetivas o por la experiencia diaria, entonces son
    dudosas o inciertas y no cabe considerarlas
    científicas.

    No es el objetivo de esta nota discutir si en
    el estado
    actual las teorías grafológicas tienen o no
    cientificidad, sino establecer algunos lineamientos generales del
    procedimiento para validarlas según y conforme el canon
    científico.

    2. La
    investigación
    grafológica

    Toda investigación científica implica dos
    actividades diferentes: inventar teorías, y
    probarlas. En el caso de la investigación
    grafológica, las hipótesis o teorías que surgen de la
    intuición o la experiencia no deben descartarse. De hecho,
    "los primitivos grafólogos franceses conseguían
    hacer buenas diagnósticos psicológicos, lo cual se
    debía probablemente a su imaginación innata y
    conocimiento
    intuitivo de la naturaleza
    humana y no a los medios
    empleados" (Marcuse, 1974:12). Pero si bien estas intuiciones no
    deben descartarse, deberían probarse
    científicamente, lo que les otorgaría mayor
    certeza.

    Por ejemplo, una prueba estadística puede avalar la
    afirmación del vínculo entre el trazo horizontal de
    la letra ‘t’ y la fuerza de voluntad, sobre la base
    de una muestra
    representativa de la población y sobre la base de haber
    constatado mediante coeficientes de correlación que hay
    una asociación significativa entre escribir el trazo
    horizontal y la fuerza de voluntad.

    La importancia de la investigación grafológica
    no reside solamente en que pueden probarse científicamente
    diversas impresiones subjetivas y creencias basadas en
    experiencias personales, sino también en que la
    investigación contribuye a que el grafólogo pueda
    lograr un reconocimiento científico de su actividad,
    más allá del reconocimiento social y del
    reconocimiento legal. Parte de este reconocimiento
    científico se logra, por ejemplo, difundiendo las investigaciones
    realizadas en Congresos y en revistas especializadas donde
    comisiones evaluadoras garantizan la cientificidad de los
    trabajos presentados, evitándose la publicación de
    investigaciones ‘inventadas’, ‘copiadas’
    o ‘modificadas tendenciosamente’.

    a. Escritura, persona y
    situación

    Uno de los primeros pasos para iniciar una
    investigación grafológica es establecer
    cuáles son las variables fundamentales que
    considera la grafología. Estas variables son
    al menos tres:

    Esquema 1 – Variables principales en grafología
    (1)

    La escritura es una variable dependiente porque se
    supone que ‘depende’ de ciertos factores como la
    persona y la situación, que entonces se
    designan como variables independientes. Así, por ejemplo,
    el hecho de que un sujeto escriba con determinados rasgos se debe
    no sólo a su modo de ser (una personalidad
    histérica, por ejemplo) sino también a la
    situación en el momento de escribir (la birome escribe
    mal). La división entre persona y situación, hay
    que reconocerlo, es un tanto artificial. Por ejemplo, la educación recibida
    es desde cierto punto de vista un factor personal, y desde
    otro un factor situacional.

    Incidentalmente, en el campo de la grafoterapia estas
    variables pueden cumplir funciones
    diferentes. Esta aplicación, introducida en el siglo XX,
    permite "corregir las dificultades caracterológicas por
    medio de la escritura" (Echevarría, 1992:35), y supone que
    la forma de escribir puede incidir sobre la persona generando
    cambios en ella. Desde esta perspectiva, la variable escritura
    será considerada variable independiente porque se
    considera que influye sobre las variables personales, que pasan a
    ser, entonces, dependientes.

    En el campo grafodiagnóstico, se supone que las
    variables independientes son causas, y la variable dependiente el
    efecto. Ya desde su nacimiento, la grafología ha advertido
    la importancia de estas variables. Klages, por ejemplo, a fines
    del siglo XIX, formula una teoría general de la escritura
    como medio de expresión de vivencias psicológicas
    sosteniendo, por ejemplo, que la escritura está
    determinada por factores del momento, por el desarrollo del
    carácter y por factores inconcientes (como el del hijo que
    escribe a imagen y
    semejanza de su progenitor) (Marcuse, 1974:15). Los factores del
    momento corresponden a la variable situación, y los dos
    factores restantes a la variable persona.

    De acuerdo a cierta nomenclatura de
    la metodología de la investigación
    (Cazau, 1991), las tres variables mencionadas son variables
    complejas, es decir, presentan varias facetas o aspectos.
    La variable persona, en un sentido muy amplio, puede
    incluír capacidades, actitudes,
    comportamientos y hasta la edad, el sexo y la
    salud física y mental. La
    variable situación se refiere a factores sociales,
    escolares, familiares, circunstanciales, etc, y, del mismo modo,
    la variable escritura presenta como aspectos la distribución, la disposición, la
    proporción o la altura. Cada uno de los aspectos de las
    variables recibe el nombre de dimensión o
    factor. Por ejemplo, los factores personales indicados
    para la variable persona.

    A continuación, describiremos más detalladamente
    estas tres variables.

    1) Persona.- Más allá de las diferentes
    definiciones que ofrece cada teoría psicológica
    sobre este término, esta primera variable abarca todo lo
    que habitualmente se llaman factores personales, es decir,
    aquellos factores que están presentes en el sujeto, que le
    pertenecen per se.

    Sea cual fuere la definición que se asigne a cada uno,
    ejemplos de estos factores personales son la personalidad, el
    carácter, el temperamento, las actitudes, la herencia, el
    sistema
    nervioso, el sexo, la edad, etc.

    Por ejemplo personas con diferentes temperamentos
    escribirán de manera diferente (Echevarría,
    1992:16). Asimismo, la edad es otra característica
    intrínseca a la persona, por cuanto el mismo sujeto no
    escribe igual de niño que de adulto, e incluso no escribe
    igual en sus diferentes periodos evolutivos infantiles.
    Así, por ejemplo, ciertos autores consideran que la
    escritura infantil está relacionada con las diferentes
    etapas evolutivas del niño (Echevarría,
    1992:14).

    Conociendo la escritura de un sujeto, pueden inferirse estos
    factores personales. Por ejemplo, "aunque el análisis de
    la escritura infantil exige la desviación de algunas de
    las normas impuestas
    para el análisis en los adultos, es posible aplicarlas en
    líneas generales, con excepción de la regularidad y
    firmeza de los trazos, ausentes en los niños"
    (Marcuse, 1974:99).

    2) Situación.- Los factores situacionales son
    aquellos originados en el ambiente de la
    persona. Puede suponerse que la escritura depende de factores
    sociales, escolares, familiares y estados transitorios
    situacionales.

    Los factores sociales inciden sobre la forma de escribir
    según cada cultura o
    época. Por ejemplo, una de las primeras expresiones
    gráficas del niño es el garabato, y
    sólo después, alrededor de los cinco años,
    el niño comienza a escribir. Importa aquí destacar
    que mientras el garabato es una actividad espontánea, la
    escritura es una actividad aprendida y por lo tanto tendrá
    en mayor medida la impronta de la cultura.

    La influencia de la escuela reside en
    como la persona es educada para escribir en la educación formal. No
    escribe igual una persona que estudió caligrafía
    que otra que no lo hizo. De igual manera, la influencia familiar
    puede apreciarse, por ejemplo, en el modelo de
    escritura tomado de los padres o los hermanos.

    Respecto de los estados transitorios situacionales,
    finalmente, algunos autores los llaman factores circunstanciales
    y son todos aquellos que tienen que ver con las condiciones
    físicas de la escritura: "si omitimos los cambios en la
    escritura producidos por factores circunstanciales, como pueden
    serlo una pluma gastada, tinta demasiado espesa o fluida, papel
    grueso o una superficie de apoyo rugosa, la causa principal de
    las variaciones en la escritura son psicológicas"
    (Marcuse, 1974:19). Cabe incluír en este factor
    también a otros estados transitorios como las condiciones
    climáticas del momento, la sonoridad ambiental, etc, todos
    ellos atributos físicos del entorno, e incluso
    también al clima
    psicológico al instante de producir la escritura.

    3) Escritura.- La escritura, como variable compleja,
    está conformada por varios aspectos o dimensiones, como
    por ejemplo (Vels, 1991:51) la distribución (ordenada,
    desordenada, etc), la disposición (regular, irregular,
    etc), la proporción (proporcionada, desproporcionada,
    etc), la altura (grande, pequeña, etc), la amplitud (ancha
    o estrecha, etc), la tensión (firme, floja, etc), la
    ejecución (redonda, angulosa, etc), la cohesión
    (ligada, desligada, etc), y otras.

    Cada dimensión o aspecto de la escritura presenta a su
    vez posibles valores,
    llamados categorías, y que en el párrafo
    anterior aparecían entre paréntesis.
    Esquemáticamente:

    Esquema 2 – Algunas dimensiones y categorías de
    la variable escritura

    Dimensiones

    Categorías

    Distribución

    Ordenada, desordenada, etc

    Disposición

    Regular, irregular, etc

    Proporción

    Proporcionada, desproporcionada, etc

    Altura

    Grande, pequeña, etc

    Amplitud

    Ancha o estrecha, etc

    Tensión

    Firme, floja, etc

    Ejecución

    Redonda, angulosa, etc

    Cohesión

    Ligada, desligada, etc

    Etc

    Etc

    Sólo las categorías o una
    combinación de ellas son susceptibles de
    interpretación. Por ejemplo: 1) la escritura ancha
    corresponde a "sujetos con tendencia muy marcada a la
    expansión, a la convivencia con otros " (Vels, 1991:65);
    2) la escritura angulosa, ordenada y regular indica "conciencia
    profesional, integridad moral,
    disciplina, perseverancia" (Vels, 1991:65).

    Finalmente, cabe consignar que las diversas dimensiones
    de las variables persona y situación también son
    suceptibles de categorización. Por ejemplo, la
    dimensión temperamento de la variable persona puede
    incluir las categorías sanguíneo, flemático,
    nervioso y colérico (Echevarría, 1992:16), mientras
    que la dimensión escolaridad de la variable
    situación puede incluir los niveles primario, secundario o
    la universidad.

    b. Estabilidad e inestabilidad

    En el parágrafo anterior habíamos
    clasificado los factores que influyen en la escritura en factores
    personales y factores situacionales subsumiéndolos,
    respectivamente, bajo las denominaciones ‘persona’ y
    ‘situación’.

    Sin embargo, también es posible clasificar los
    mismos factores en factores estables y factores inestables, un
    criterio muy utilizado, por lo demás, en grafología
    en la medida en que el grafólogo es conciente que sobre la
    escritura están actuando, además de factores
    estables, ciertos factores transitorios o accidentales (factores
    inestables), como el tipo de papel sobre el cual se escribe, el
    estado de
    ánimo predominante al momento de escribir o cierto dolor
    de cabeza que afectó al sujeto en ese momento.

    Como lo ilustra el siguiente esquema, entre ambas
    clasificaciones no hay una correspondencia unívoca, y por
    lo tanto no debe pensarse que los factores personales son los
    factores estables o que los factores situacionales son los
    factores inestables. En realidad, los factores personales pueden
    ser tanto estables como inestables, y otro tanto cabe decir de
    los factores situacionales.

    Esquema 3 – Factores estables e inestables de la
    escritura

    VARIABLES

    DIMENSIONES O FACTORES
    (EJEMPLOS)

    CONDICIÓN

    Persona

    (factores personales)

    Personalidad

    Temperamento

    Carácter

    Edad

    Sexo

    Salud

    Factores estables

    Estados personales transitorios

    Factores inestables

    Situación

    (factores situacionales)

    Estados situacionales transitorios

    Cultura

    Escolaridad

    Familia

    Factores estables

    Llamaremos factores estables a aquellos que
    tienen cierta permanencia en el tiempo,
    mientras que los factores inestables son más
    cambiantes o fluctuantes, incluso de una hora a otra, de un
    día para otro, y hasta de un mes a otro en el caso de
    situaciones de duelo. Los primeros serían los responsables
    del grafismo habitual, mientras que los segundos
    incidirían en los cambios o alteraciones
    momentáneas de la escritura.

    Como se aprecia en el esquema, los factores inestables
    puede ser estados personales transitorios (un dolor de cabeza, un
    estado de excitación momentáneo) o estados
    situacionales transitorios (una birome que funciona mal, la
    percepción de una discusión violenta
    en el entorno).

    Los grafólogos son bien concientes de la
    incidencia de los factores inestables: "si no conocemos las
    circunstancias en que se produjo la muestra no nos es posible dar
    a la escritura la interpretación adecuada a los factores
    extraños a la personalidad del individuo que
    pueden haber afectado la fluencia de la escritura" (Marcuse,
    1974:64).

    Del mismo modo, Klages sostenía que una
    situación de alegría pone al individuo en un estado
    de exaltación que lo lleva a escribir en ese momento con
    letras más grandes y a mayor velocidad, del
    mismo modo que un estado melancólico produce un efecto
    inverso, denominando a este factor ‘motivación
    personal’, también cambiante, porque cambia no
    sólo con el desarrollo del carácter sino por
    influencia de impresiones externas (Marcuse, 1974:14).

    Es también conocida la diferencia entre los
    factores estables e inestables de la persona. Así, ciertos
    tests psicológicos distinguen lo ‘permanente’
    del sujeto, de lo que varía según cada momento o
    circunstancia (el ‘como es’ y el ‘como
    está’), como por ejemplo los tests que miden,
    respectivamente, la ansiedad-rasgo y la
    ansiedad-estado.

    Si unificamos ambas clasificaciones de los factores que
    inciden en la escritura, en suma, obtendremos los siguientes
    tipos: factores personales estables, factores personales
    transitorios, factores situacionales estables, y factores
    situacionales transitorios.

    Diferentes enfoques dentro de la grafología dan
    prioridad a cierto tipo de factores y descartan otro cierto tipo
    de factores.

    Por ejemplo:

    • Prioridad de los factores personales estables: "una
      mala pluma, una mala tinta, un apoyo insuficiente del brazo o
      una mesa que se mueve, una postura incómoda, un
      estado anormal de fatiga, depresión o excitación, por
      ejemplo, pueden causar una deformación importante del
      grafismo habitual. Por tanto, conviene asegurarse de que se
      analiza el grafismo corriente en el sujeto, es decir, sin
      influencias externas o internas perturbadoras" (Vels,
      1991:47).
    • Prioridad de algunos factores personales estables y
      descarte de otros del mismo tipo: algunos autores (Marcuse,
      1974:39) incluyen a la lateralidad manual
      (condición de zurdo o diestro) entre los factores cuya
      influencia debe ser descartada cuando se analiza la escritura.
      En otro ejemplo, algunos autores priorizan el análisis
      de la personalidad, otros del temperamento y otros de la salud,
      sean cuales fueren las definiciones que asignan a estos
      términos.

    En general, la tendencia dominante es la de analizar la
    escritura en términos de factores personales estables,
    descartándose los factores personales inestables y los
    factores situacionales.

    El lector puede ir entonces comprendiendo que los
    factores que se descartan deben ser controlados o neutralizados
    en cuanto a su influencia sobre la escritura, importando
    solamente los factores priorizados.

    En la nomenclatura de la metodología de la
    investigación, los factores priorizados se designan como
    variables independientes (propiamente dichas), y los factores que
    deben ser descartados y neutralizados se designan como variables
    externas.

    La denominación ‘variable
    externa’
    puede encontrarse en Campbell y Stanley
    (1995:17) aunque otros autores las han llamado variables
    extrañas (Cortada, 1994:360; Tamayo, 1999:213) y variables
    de control. Esta
    última denominación enfatiza la necesidad de
    ‘controlar’ estos factores extraños al
    analizar la escritura, en el sentido de neutralizar su
    influencia, para lo cual pueden emplearse las diversas técnicas
    de control descriptas en los manuales de
    procedimiento científico tales como la anulación,
    la sustracción, el emparejamiento o la
    aleatorización.

    Por ejemplo, la anulación del factor situacional
    inestable "papel rugoso" consiste simplemente en anular este tipo
    de papel. A veces, no es posible anular un factor situacional
    inestable, en cuyo caso se consigna su incidencia en la escritura
    para luego separarlo de los efectos de los factores estables
    (sustracción).

    c. La relación entre factores personales estables
    y la escritura

    Puesto que por lo general el análisis
    grafológico intenta vincular la escritura con los factores
    personales estables, en lo que sigue nos concentraremos en este
    caso.

    "Los primeros intentos sistematizados de relacionar los
    rasgos caligráficos del individuo con las
    características de su personalidad fueron emprendidos en
    Italia en el
    siglo 17 por Camilo Baldi" (Marcuse, 1974:11).

    Desde entonces hasta la actualidad, los
    grafólogos han considerado no solamente las relaciones
    entre un rasgo de escritura y un rasgo de la persona, por ejemplo
    un rasgo de personalidad, sino también, subsidiariamente,
    las relaciones de los rasgos de escritura entre sí y las
    relaciones de los rasgos de personalidad entre sí. En el
    siguiente esquema ilustramos estas tres posible
    relaciones:

    Esquema 4 – Relaciones importantes en
    grafología

    Relación 1.- La escuela de Michon del
    siglo 19 planteaba que si por ejemplo, "analizando la
    caligrafía de veinte personas valerosas hallaban un trazo
    determinado común, como una ‘a’ abierta u otro
    rasgo especial, decidían calificar ese trazo como
    representación del valor
    personal" (Marcuse, 1974:12). Los textos de grafología
    ilustran profusamente este tipo de correspondencias.

    Relación 2.- Entre los diferentes aspectos
    de la escritura de una persona puede haber ciertas
    correspondencias. Puede haber un paralelismo entre el punto de la
    letra ‘i’ y la barra de la letra ‘t’. Si
    ambos elementos están altos, significa idealismo y
    optimismo. También puede no haber un paralelismo, en cuyo
    caso hay represión y artificialidad concientes (Marcuse,
    1974:87).

    Relación 3.- Los estudios factorialistas
    de la inteligencia y
    ciertos enfoques en psicología
    social, por dar dos ejemplos, han puesto de manifiesto que
    diferentes aspectos de la persona pueden estar asociados
    más allá de lo esperable por azar. Así, por
    ejemplo, la característica ‘ser racista’ suele
    estar asociada con la característica ‘ser
    autoritario’, o la característica ‘ser
    hábil para sumar’ suele estar asociada con
    ‘ser hábil para multiplicar’.

    Allport y Vernon han destacado estos tres tipos de
    relación cuando en 1931 dirigieron experimentos
    sobre grafología basando sus investigaciones en tres
    supuestos: que la personalidad es consistente, que los
    movimientos físicos expresivos (por ejemplo la escritura,
    la expresión facial, la forma de caminar, etc) son
    expresiones de la personalidad, y que los movimientos son
    consistentes con determinada personalidad y entre sí
    (Marcuse, 1974:16).

    El análisis de la escritura puede aplicarse a su
    conjunto, a una determinada palabra, a una determinada letra, a
    la firma, etc. En los casos en que se analiza la escritura en su
    conjunto (por ejemplo una carta
    manuscrita), que son los casos más habituales, puede
    optarse por un marco
    teórico elementalista o por uno
    totalista.

    Ya en los comienzos de la grafología francesa es
    posible identificar estas dos tendencias opuestas. Michon y su
    escuela representa la orientación elementalista,
    según la cual "el carácter era un mosaico de
    cualidades y propiedades personales, cada una de ellas
    relacionada directamente con determinado rasgo
    caligráfico, que podía ser sumado a otros para
    completar cierta apreciación del carácter"
    (Marcuse, 1974:12).

    Crepieux-Jamin, discípulo de Michon, se opuso a
    esta orientación planteando un totalismo cuando
    expresó "la necesidad de considerar cada uno de los rasgos
    como parte del sistema general,
    manteniendo que cada uno de ellos contribuía en diferentes
    grados a la interpretación del conjunto" (Marcuse,
    1974:13).

    En esta misma línea se desarrolló la
    grafología alemana de fines del siglo XIX. Por ejemplo
    Meyer consideraba que los signo grafológicos no
    tenían un significado especial, "sino que se los
    interpretaba como resultantes de una funcion única,
    fundamental, capaz de expresarse de diversas maneras" (Marcuse,
    1974:14). Lavater escribía, en el siglo XVIII, que "si
    toda la escritura en su conjunto es de aspecto armónico,
    resulta sencillo especular sobre la naturaleza
    armoniosa del escritor" (Marcuse, 1974:11).

    d. Estandarizaciones

    Para que la investigación grafológica sea
    posible, se requieren al menos dos tipos de
    estandarización previas: la estandarización del
    procedimiento de recolección
    de datos, y la estandarización del procedimiento de
    análisis de los datos. La primera
    asegura de todos los investigadores recogerán la información de la misma manera, mientras
    que la segunda garantiza que todos los investigadores
    utilizarán los mismos criterios para analizarla. Estas
    uniformidades permiten, entre otras cosas, que las
    investigaciones de diferentes grafólogos puedan compararse
    entre sí.

    Estadarización del procedimiento de
    recolección de datos
    .- El procedimiento básico
    para recoger información en grafología es pedirle
    al sujeto una muestra de su escritura. En este sentido, todos los
    grafólogos a nivel mundial deberían acordar un
    mismo patrón, como por ejemplo, que la persona escriba en
    un ambiente tranquilo, que no esté cansada, que lo haga
    con un determinado tipo de lapicera o birome, que lo haga en un
    papel de tamaño estándar (A4, carta, oficio, etc)
    de determinado color, de
    determinado gramaje, desprovisto de líneas,
    etc.

    Esta modalidad de estandarización tiene como
    finalidad minimizar la influencia de los factores inestables o
    transitorios que condicionan la escritura. De hecho, se aplica en
    los tests proyectivos como el Bender o el HTP y, como la
    escritura tiene las características de una prueba
    proyectiva, no hay razón para excluirla de los procedimientos de
    estandarización mencionados.

    Estandarización del procedimiento de
    análisis de los datos
    .- Cuando se analiza la escritura
    es corriente hacer apreciaciones del tipo ‘escritura
    grande’ o ‘distancia entre líneas
    pequeña’, etc. La pregunta que surge aquí es
    qué se considera grande y qué se considera
    pequeño. Como estos adjetivos pueden ser interpretados de
    diferente manera según cada grafólogo, ha sido
    necesario establecer patrones que sirvan como marco de
    referencia. Autores como Vels se refieren a ellos
    calificándolos como ‘módulos
    patrón’ (Vels, 1991:45). Ejemplos de
    módulos-patrón son: "escritura normal se considera
    la que está entre 2,5 mm y 3 mm", "la distancia entre
    líneas normal es tres o cuatro veces la altura de las
    letras m, n y u del tipo de letra que se utilice", etc. Desde ya,
    es importante que haya consenso respecto de estas normas entre
    todos los grafólogos, de manera tal que, cuando uno de
    ellos lee el trabajo de
    otro, pueda estar seguro que
    compartirá el mismo significado para ‘grande’
    o ‘pequeño’.

    3.
    Conclusiones

    En el presente trabajo hemos
    esbozado algunas de las condiciones mínimas
    indispensables para poder iniciar
    una investigación en el campo de la grafología: 1)
    en primer lugar el grafólogo ha de considerar el espectro
    de posibles factores personales y situacionales, estables e
    inestables, para poder elegir cuál o cuales de ellos
    someterá a estudio; 2) en segundo lugar debe considerar
    las tres posibles relaciones entre rasgos personales y rasgos
    grafológicos para elegir cuál o cuales de ellas
    investigará; y 3) en tercer lugar debe tomar las
    precauciones necesarias para estandarizar los procedimientos de
    recolección y análisis de los datos.

    Puede ser importante aclarar, finalmente, que las pautas de
    investigación aquí presentadas se aplican
    especialmente a la investigación científica
    propiamente dicha, más allá que también
    puedan aplicarse a la investigación profesional.
    Llamamos investigación profesional a la que emprende un
    grafólogo con fines diagnósticos con una
    determinada persona que contrata sus servicios. En
    cambio, la
    investigación científica propiamente dicha tiene
    como fin aumentar y profundizar el saber grafológico. Para
    ello también aquí se necesita contar con personas,
    pero, en este caso, tal vez no sea tan fácil conseguir que
    se presten gratuita o voluntariamente a una investigación,
    salvo que se ofrezca como contraprestación un
    análisis grafológico con fines diagnósticos
    u otro tipo de beneficio.

    Un grafólogo que se dedica a su profesión, a lo
    largo del tiempo puede reunir material importante como para ser
    utilizado en protocolos de
    investigación científica, realizando él
    mismo la investigación o suministrando sus datos a otros
    investigadores.

    Setiembre 2004

    Citas

    (1) Este esquema no es más que una
    derivación de cierta hipótesis general
    en psicología según la cual la conducta C es
    función
    de la persona P y el ambiente A, y donde además se
    especifica que entre P y A hay una interrelación. Autores
    como Kurt Lewin han dado forma matemática
    a esta idea mediante la expresión C = F (P
    ó A).
    Véase Lewin K, La teoría del campo en la
    ciencia
    social
    . Buenos Aires:
    Paidós, capítulo 1.

    Referencias bibliográficas

    Campbell D y Stanley J (1995) Diseños
    experimentales y cuasiexperimentales en la investigación
    social
    . Buenos Aires: Amorrortu.

    Cazau P (1991) Introducción a la
    investigación en ciencias
    sociales
    . Buenos Aires: Rundinuskín
    editores.

    Cortada N (1994) Diseño estadístico
    para investigadores en ciencias
    sociales y de la conducta
    . Buenos Aires:
    Eudeba.

    Echevarría María Elina (1992)
    Grafología infantil. Comprendiendo a los niños a
    través de su escritura y dibujos
    . Madrid:
    EDAF.

    Marcuse Irene (1974) Grafología. Estudio y
    guía de la personalidad a través de la
    escritura
    . Buenos Aires: Glem. 2° edición.

    Tamayo M (1999) Diccionario de la
    investigación científica
    . México:
    Limusa.

    Vels Augusto (1991) Diccionario de grafología
    y términos psicológicos afines
    . Barcelona:
    Herder. 4° edición.

    Pablo Cazau

    Licenciado en Psicología (Universidad de Buenos
    Aires)

    Profesor de Enseñanza Superior en Psicología
    (Universidad de Buenos Aires)

    Profesor de Metodología de la
    investigación científica (Fundación
    Favaloro)

    Jefe del Departamento de Investigaciones de la Sociedad
    Panamericana de Grafología

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