- Qué se entiende por salud
mental - Problemas concretos de salud
mental - El autoestima
- El
estrés - Si mismo
- El yo real contra la imagen
idealizada del yo - Teorías de la
identidad. - Imagen
- Proyecto de
vida - Seguridad
personal - Enfermedades
psicosomáticas - La histeria
- Anorexia
- Bulimia
QUÉ SE ENTIENDE
POR SALUD
MENTAL
La salud mental es
un concepto que
abarca no sólo el eufemismo utilizado para evitar nombrar
las enfermedades
psiquiátricas, sino que nos habla fundamentalmente del
derecho a vivir en un equilibrio
psico-emocional que, aun siendo inestable, porque vivir lo es, no
acarree más sufrimiento que el esfuerzo necesario para
mantener ese equilibrio o para lograr otro más adecuado a
nuevas circunstancias.
Se trata pues de un concepto utópico, que tiene
justamente el valor de la
utopía, el de proyectar a los humanos hacia acciones
favorecedoras del bienestar de todos.
Es también un concepto multidisciplinar que
contempla, además de conceptos médicos y
farmacológicos, aspectos que tienen que ver con el mundo
laboral, el
urbanismo, las clases
sociales, la educación, la
cultura, las
creencias y las modas, en definitiva con el estar aquí y
ahora siendo quienes somos por género
cultura y rol social.
PROBLEMAS CONCRETOS DE
SALUD MENTAL
- Autoestima
- Estrés
- Si mismo
- Identidad
- Imagen
- Proyecto de Vida
- Seguridad Personal
- Concepto de Peligro Riesgo
- Enfermedades Psicosomáticas:
- Depresión
- La Histeria
- Anorexia y Bulimia
Una persona con baja
autoestima
suele ser alguien inseguro, que desconfía de las propias
facultades y no quiere tomar decisiones por miedo a equivocarse.
Le cuesta hacer amigos nuevos y está pendiente del
qué dirán o pensarán sobre él, pues
tiene un miedo excesivo al rechazo, a ser juzgado mal y a ser
abandonado.
Suele tener una imagen
distorsionada de si mismo, tanto a lo que se refiere a rasgos
físicos como de su valía personal o
carácter.
Una persona con una autoestima óptima, en
cambio, tiene
las siguientes cualidades:
- Posee una visión de si mismo y de sus
capacidades realista y positiva. - No necesita de la probación de los
demás, no se cree ni mejor ni peor que
nadie. - Muestra sus sentimientos y emociones con
libertad. - Afronta los nuevos retos con optimismo, intentando
superar el miedo y asumiendo responsabilidades. - Se comunica con facilidad y le satisfacen las
relaciones sociales, valora la amistad y tiene
iniciativa para dirigirse a la gente. - Sabe aceptar las frustraciones, aprende de los
fracasos, es creativo e innovador, le gusta desarrollar los
proyectos y
persevera en sus metas.
Consejos prácticos para mejorar nuestra
autoestima:
- El hecho de querernos más y mejor está
en nuestras manos, no en las de los demás. - Acéptate tal y como eres, en tus cualidades y
defectos. Todos tenemos defectos, nadie es perfecto ni pretende
serlo. - Desarrolla el sentido del humor, no des tanta
importancia a cosas que no la tienen, ni a los posibles
comentarios de los demás
Con una buena autoestima
tendrás:
- Mayor aceptación de ti mismo y de los
demás. - Menos tensiones y mejor posición para dominar
el estrés. - Una visión más positiva y optimista
respecto a la vida. - Una buena aceptación de las responsabilidades
personales y la sensación de poseer un mejor control de
las cosas. - Más independencia.
- Mejor capacidad de escuchar a los
demás. - Un mayor equilibrio emocional.
- Disfrutarás de las situaciones sociales, pero
también de la soledad. - Una mayor auto confianza, más humor y creatividad.
- Menos temores ante los riesgos y
fracasos, que se convertirán en oportunidades, retos,
experiencias. - Un aumento de la capacidad de expresar los
sentimientos. - Desaparecerán los sentimientos negativos como
la envidia o el rencor. - Tendrás una mayor ilusión, motivación, entusiasmo y capacidad para
disfrutar de los grandes y pequeños placeres de la
vida.
El término de estrés se refiere a
cualquier exigencia o estímulo que nos produzca un
estado de
tensión y que pida un cambio adaptativo por nuestra
parte.
El estrés es la respuesta inespecífica del
cuerpo a la demanda, ya
tenga por resultado condiciones agradables o
desagradables.
Otra manera de ver el estrés es como respuesta
fisiológica. Cuando estamos en una situación de
tensión el cuerpo está padeciendo estrés,
esta situación implica cambios fisiológicos,
motores, nos
movemos más rápido, aumenta la tensión
arterial, estos cambios también se relacionan con cambios
emocionales y conductuales. A más estrés,
más padece nuestro cuerpo.
Existen dos tipos de estrés, si bien cierta
medida de estrés es indispensable para nuestra salud y
nuestra capacidad productiva, la medida óptima que apunta
a un mejoramiento de la salud y el rendimiento se llama fase
positiva o eustrés. Si el estrés sigue aumentando,
la salud empeora y el rendimiento disminuye; este proceso se
considera estrés negativo o distrés.
El estrés es un hecho habitual en nuestras vidas.
Es inevitable ya que cualquier cambio al que debamos adaptarnos
representa estrés. Eso significa que no sólo los
eventos
negativos sino también los sucesos positivos pueden
resultar estresantes.
El síndrome del estrés se define como una
combinación de tres elementos: el ambiente, los
pensamientos negativos y las respuestas físicas. Estos
interactúan de tal manera que hacen que una persona se
sienta ansiosa, agresiva o deprimida.
De manera que si queremos evitar o dejar de estar
ansiosos, agresivos o deprimidos; debemos comenzar por regular el
estrés, lo que se puede lograr por medio de algunos de sus
elementos. Aprendiendo la forma de modificar el ambiente,
nuestros pensamientos, y nuestras respuestas físicas que
nos alteran; habremos librado la primer batalla al
estrés.
Para afrontar el estrés de forma positiva, en
primer lugar hay que conocer aquello a lo que nos enfrentamos,
las exigencias y las posibles consecuencias del mismo. Es
importante valorar las propias aptitudes a la hora de seleccionar
nuestro modo de vida y nuestras actividades. Conviene prepararse
para cada situación esperando de ella lo que va a traer
consigo, ni más ni menos. No exigirnos demasiado ni
plantarnos objetivos
inalcanzables, pues nos ayudará a no obtener frustraciones
innecesarias en nuestra vida diaria.
Debemos mantener una vida sana, llevando una dieta
equilibrada, realizando ejercicio físico y evitando la
sobrecarga de tensiones estresantes. Mantener una
situación afectiva estable y satisfactoria es
básico para afrontar el estrés, así como
llevarse bien con los amigos y con quienes nos rodean, pues
tendremos un apoyo en ellos en caso de necesidad.
En numerosas ocasiones las técnicas
de relajación nos pueden ayudar a mantenernos tranquilos
en situaciones de especial agobio o intranquilidad.
Otros consejos interesantes para sentirnos menos
estresados son, por ejemplo, programarnos las actividades diarias
sin agobios, no hacer más de una cosa a la vez y no
empezar una nueva hasta no haber acabado la anterior, evitar
excesivas responsabilidades, aprender a tomarse un tiempo para
cada cosa, dedicar diariamente un tiempo a las propias aficiones
(leer, escuchar música, pasear, ir al
cine, etc.) y
sobretodo, tener en cuenta que nada es definitivo ni
irremplazable.
FACTORES DE ESTRÉS
Los psicólogos Holmes y Rahe en 1967 construyeron
una escala con 43
ítems, recogieron los acontecimientos vitales más
estresantes en la vida de las personas y les otorgaron una
puntuación que iba del 0 al 100; lo llamaron Life events.
Para estos autores el estrés significaba una
adaptación al cambio, por lo que estos eventos o cambios
pueden ser tanto positivos como negativos para nuestra vida y es
posible que una persona se encuentre en más de una
situación estresante al mismo tiempo. En la siguiente
tabla están expuestos los acontecimientos vitales
estresantes descritos por ellos, que van desde el nº 1 con
una puntuación de 100, hasta la 43 con una
puntuación mínima de 11. Hemos de tener en cuenta
que para cada persona y cultura puede verse modificada la
valoración personal del estrés:
1. Muerte | 16. Cambios importantes en el | 31. Cambio importante en las condiciones o el |
2. Divorcio | 17. Muerte de un amigo íntimo. | 32. Cambio de residencia. (20) |
3. Separación matrimonial (65) | 18. Cambio a una línea o tipo de trabajo | 33. Cambio a una nueva escuela. |
4. Encarcelación (63) | 19. Incremento importante en las disputas | 34. Cambio importante en el tipo y/o cantidad de |
5. Muerte de un familiar cercano (63) | 20. Grandes desembolsos de dinero | 35. Cambio importante en la frecuencia de ir a la |
6. Lesión o enfermedad personal | 21. Vencimiento de hipoteca o préstamo. | 36. Cambio importante en las actividades sociales. |
7. Matrimonio | 22. Cambio importante en las responsabilidades | 37. Contraer hipoteca o préstamo no muy |
8. Despedido del trabajo (47) | 23. Abandono del hogar por parte de algún | 38. Cambio importante en los hábitos del |
9. Reconciliación matrimonial | 39. Cambio importante en el número de | |
10. Jubilación. (45) | 25. Triunfo personal sobresaliente. | 40. Cambio importante en los hábitos |
11. Cambio notable en la salud o en la conducta | 25. Esposa que empieza o abandona el | 41. Vacaciones (13) |
12. Embarazo. (44) | 27. Inicio o finalización de la | 42. Navidades (12) |
13. Dificultades sexuales. (39) | 28. Cambio importante en las condiciones de vida | 43. Leves transgresiones de la ley |
14. Existencia de un nuevo familiar (nacimiento, | 29. Cambio de hábitos personales |
|
15. Reajuste financiero importante | 30. Problemas con los superiores. (20) |
|
EL SÍ-MISMO (SELF)
Dentro del campo de la experiencia está el
sí-mismo, el cual no constituye una entidad estable e
invariable, pero que, al observarlo en un momento dado, parece
que lo fuera.
El SÍ-MISMO (SELF) IDEAL
El sí-mismo ideal es el auto concepto que
más le gustaría tener al individuo y
sobre el cual sitúa el más alto valor para
sí-mismo. Al igual que el sí-mismo constituye una
estructura
versátil, cambiante, constantemente sometida a nuevas
definiciones.
TENDENCIA A LA AUTORREALIZACIÓN
Es la tendencia a expresar y activar todas las
capacidades del organismo o al sí-mismo.
DESARROLLO
Cada individuo tiene la capacidad de experiencias y de
saber cuales son sus propios desajustes. Es decir, uno puede
experimentar las incongruencias entre el concepto de uno mismo y
las experiencias reales.
La primera sensación del sí-mismo que
tiene el bebe es casi enteramente como sí-mismo corporal:
sí-mismo como organismo físico, A esto se
refería Freud cuando
decía que nuestro primer yo es un yo corporal. Más
adelante, a medida que se desarrolla la mente, el niño
aprende a resituar el sentido del sí-mismo "mas arriba":
el yo y el sí-mismo encuentran su ubicación
primaria en la mente.
Cuando el crecimiento se desenvuelve de forma apropiada,
se reconoce el cuerpo como parte del sí-mismo, pero no la
totalidad. La conciencia es la
diferencia del cuerpo y se desarrolla un sentido del
sí-mismo más complejo y comprensivo.
Cuando el infante comienza a tener conocimiento
del sí-mismo desarrolla una necesidad de amor o
estimación positiva, como los niños
no separan sus acciones de sus seres totales, ellos reaccionan
ante la aprobación para ellos-mismo.
Los niños pueden actuar contra su propio interés
llegando finalmente a considerarse a sí-mismo en
términos ideados originalmente para agradar o calmar a
otros.
Pero este proceso supone además el potencial para
la disociación del cuerpo. Cuando existe
disociación, el cuerpo ni pertenece exclusivamente al
sí-mismo ni constituye siquiera un aspecto del
sí-mismo; es, en cambio, la ausencia del
sí-mismo.
La esencia de tomar conciencia de sí-mismo
consiste en aprender a darse cuenta, aprender a prestar atención.
El tomar conciencia de sí-mismo incluye muchos
más aspectos que los mencionados: el patrón de
respiración que solemos adoptar y los
momentos en que interrumpimos su ritmo natural; el tono de
nuestra voz y los mensajes que transmite; las formas en que nos
paramos o movemos y el código
silencioso que contienen nuestra actitud y
postura; las señales
que emitimos en la expresión de nuestros ojos y
rostro.
Y más allá de todo: los sueños y
los secretos implícitos que esconden; las fantasías
y deseos que encierran; la música que hay dentro de
nosotros y que quizá nunca compartimos enteramente con
nadie, temerosos de que nadie nos comprenda, de que todo el mundo
nos rechace, incluidos nosotros mismos.
El sí-mismo constituye un vasto continente cuya
exploración no llegamos a completar nunca
ÉL YO REAL CONTRA LA
IMAGEN IDEALIZADA DEL YO
Todos enfrentamos la labor de establecer metas para
nosotros mismos y definir nuestras aspiraciones para lograr una
vida mejor. Formamos una imagen del yo idealizado, que es
él yo que quisiera ser.
Siempre habrá peligro de confusión entre
nuestras ideas sobre nuestro yo real y él yo en que
desearíamos convertirnos, hecho adoptamos la imagen
idealizada del yo como él yo real.
ENAJENACIÓN DEL YO
Es cuando ocurre un conflicto
interno en donde él ocurre el abandono del yo real a favor
del yo ideal.
CONSECUENCIAS DAÑINAS DE LA
IDENTIFICACIÓN CON ÉL YO IDEALIZADO
Va acompañada de tres necesidades.
- La necesidad de perfección:
- La búsqueda de gloria:
Es la implicación lógica del deseo de gloria. La naturaleza
de la perfección va determinada por el rumbo hacia el
cual los individuos han organizado su personalidad
hacia, contra o lejos de la gente:
- Hacía la gente:
Deben ser no solos moralmente buenos, sino virtuosas y
sin tacha.
- Contra la gente:
Deben ser no solo capaces sino superhombre o
súper mujeres
- Lejos de la gente:
Debe haber perfección y nada menos.
Consiste en destacar la supremacía sobre
los demás.- Ambición neurótica:
- La necesidad de un triunfo vengativo:
Consiste en un deseo de superar y humillar a
otro.
La mayor necesidad provoca un miedo más
intenso. Y la persona hace un mayor esfuerzo para
satisfacerla.- Necesidades neuríticas y círculos
viciosos:Es cuando las personas tienen momentos de
extravagancia (soñar despiertos). Y temporalmente
huyen de la dura realidad a un mundo interior
imaginario. - Imaginación y la búsqueda de
gloria: - Pacto con el diablo:
Describe el proceso de enajenación del yo. La base del pacto es
el deseo de grandeza, así como un fuerte anhelo similar
por lograr soluciones
fáciles.
INTENTO POR SOSTENER LA PROPIA IMAGEN
IDEALIZADA
- Orgullo neurótico contra el orgullo
real
- Orgullo real:
Viene de una evaluación del yo y tomar la forma de
amor propio o egoísmo.
- Orgullo neurótico:
Es cuando las necesidades se convierten en
virtudes.
- Pretensiones neuróticas:
Comprenden la afirmación infundada en un
derecho o título.- Tiranía de los debes:
Son los sistemas de
dictados internos o expectativas que ayudan a sostener una
imagen deidificada del yo.
Torregrosa señala que la identidad es
identificación, identificación desde otros y que
nuestra identidad es, con anterioridad nuestra, personal una
identidad para otros. Solo desde los otros podemos tener noticia
inicial de quiénes somos. La realidad radical de nuestra
identidad personal no es nuestro cuerpo, en el que obviamente
tiene que apoyarse, sino las relaciones específicas con
que hemos estado respecto de los otros.
La individualidad personal y su identidad son una
construcción social, una realidad
social.
Al abordar a Blumer, toma en consideración que el
interaccionismo simbólico descansa en tres supuestos
fundamentales, el primero es que los hombres se relacionan con
las cosas y con ellos mismos, de acuerdo con los significados que
tienen para ellos. El segundo supuesto es el que esos
significados se derivan o surgen en el proceso de interacción social. Y el tercero el de que
la utilización y modificación de esos significados
se produce a través de un proceso activo de interpretación de la persona al tener que
vérselas y tratar con los objetos de su entorno. De
aquí se deduce que la identidad personal surge a
través de un proceso social.
Cooley, desarrolla el concepto del yo – espejo o
del yo – reflejado, y refiere que el sentimiento, de
autovaloración o cualquiera otra idea que tienda a formar
el concepto de sí mismo la autoidentificación o
identidad personal surge a través de la captación
de la imagen de uno mismo en el otro, pone de manifiesto, como el
yo, deviene en objeto, para sí mismo desde
otro.
Mead otorga un papel fundamental al lenguaje en la
emergencia y constitución de la realidad social. Para
él la persona no sólo surge de un contexto social
sino que es, en sí misma una construcción social y
una estructura
social. La adopción o experimentación de la
actitud de otro es lo que construye la conciencia de sí.
Para que la persona se constituya plenamente es necesario,
además de asumir la actitud de los otros aisladamente,
adoptar la actitud de la comunidad o
grupo de la
que forma parte como un todo. Mead no solo sitúa el campo
de la identidad en el nivel de las relaciones
interpersonales, sino en el de la
organización social y la cultura. Esta matriz
sociocultural, cuya apropiación individualizada es, el
otro generalizado, hace posible la
comunicación simbólica y a través de
ella el surgimiento de la persona. El proceso comunicativo que
posibilita el surgimiento de sí mismo se instaura en la
interioridad misma de la persona. El diálogo lo
llevaran a cabo las dos instancias que el autor distingue en el
sí mismo: el yo y el mí. El yo es la instancia
actuante, expresiva, espontánea, la que en cada momento
representa la iniciación del acto; el mi es la
incorporación de las actitudes de
los otros hacia mi mismo, el otro generalizado, que responde,
evalúa y controla lo que el yo hace. El mi establece el
marco en el que el yo, tiene que actuar, el yo es la
reacción del organismo a las actitudes de los otros, el mi
es la serie de actitudes organizadas de los otros que adopta uno
mismo.
Este autor proporciona una visión sociologista de
la
personalidad que elimina la individualidad específica
de la persona concreta al disolverla en el contexto de sus
determinaciones sociales. Su objeto fue mostrar ese necesario
entronque de lo individual en lo colectivo y
viceversa.
Goffman amplía la perspectiva desde el proceso de
socialización primaria. Señalando
que en toda situación de interacción el individuo
proyecta una definición de la misma de la cual forma parte
importante su propia autodefinición; ésta tiene que
ser revalidada por los otros partícipes en la
misma.
El yo, tiene, para esta autor dos aspectos: uno como
actor y otro como carácter, imagen o persona que se
intenta representar, un yo – actor y un yo – actuado
o representado. El primero es el que programa y
prepara los detalles de la representación y el segundo el
que resulta proyectado en la representación misma.
Además distingue tres niveles en el proceso de
conformación y funcionamiento de la identidad
estigmatizada.: el de la identidad social, el de la identidad
personal y el de la identidad del yo.
Por identidad social entiende el carácter o
rasgos atribuidos desde indicios o señales que una
sociedad
emplea normalmente para establecer amplías
categorías o clases de personas. Se trata de identidad
personal en tanto que identificación por los otros por
medio de determinadas marcas o
señas que las sirven de referencia. La identidad personal
se apoya en el supuesto de que un individuo, puede ser
distinguido de todos los demás, y de que entorno a todos
estos medios de
diferenciación puede adherirse una historia continua y
única de hechos sociales. Ambas identidades la social y la
personal están íntimamente entrelazadas. La
identidad del yo hace referencia a las concepciones y
valoraciones de la propia persona sobre sí
misma.
También realiza el análisis de los roles sociales lo cual
permite una segmentación y diferenciación de los
sistemas sociales en unidades o constelaciones más
directamente observables que la totalidad de las que forman
parte. Desde el punto de vista psicosociológico la
relevancia del concepto de rol se deriva de su naturaleza
relacional, del hecho de que además de constituir una
unidad distinguible del sistema social
tiene como contrapartida una interiorización del mismo, un
rol interiorizado o una identidad o sub-identidad personal. Sirve
de vehículo de inserción de la personalidad en la
estructura social. Infiere que en el concepto de rol pueden ir
implicados varios componentes y niveles de análisis: a) en
tanto que contrapartida del status o de la posición
social, y, por tanto, como unidad de la estructura sociocultural,
el rol constituye una especificación de las prescripciones
a las que la conducta del ocupante de dicho status debe atenerse;
b) las expectativas del rol, el contenido normativo no es
contemplado desde las normas que lo
conectan con la estructura sociocultural, sino de desde las
expectativas que los ocupantes de los roles complementarios
tienen sobre los ocupantes del rol focal; c) el concepto de rol
desde su actuación y eventual elaboración en la
interacción. En este sentido los roles se definen como
pautas de conducta reiterativas, pero que se configuran
específicamente en la interacción social concreta;
subrayando su carácter procesual y
dinámico.
Goffman se refiere a los estigmas y considera que una
posibilidad fundamental en la vida de una persona estigmatizada
es la colaboración que presta a los normales al actuar
como si su diferencia manifiesta careciera de importancia y no
fuera motivo de una atención especial. Señala
también que la segunda posibilidad importante en la vida
de una persona estigmatizada aparece cuando su diferencia no se
revela de modo inmediato y no se tiene de ella un conocimiento
previo, es decir, cuando no se trata en realidad de una persona
desacreditada sino desacreditable. El problema consiste en
manejar la información que se posee acerca de su
deficiencia. Otro sería el encubrimiento, donde la persona
oculta información sobre su identidad personal, recibiendo
y aceptando un trato sobre suposiciones falsas respecto de su
persona, que desacreditan al yo.
La información es reflexiva y corporizada, es
trasmitida por la misma persona a la cual se refiere y ello
ocurre a través de la expresión corporal. Los
símbolos de prestigio pueden contraponerse
a los símbolos de estigma, aquellos signos
especialmente efectivos para llamar la atención sobre
degradante incongruencia de la identidad. Los signos que
trasmiten información social varían según
sean o no congénitos y, en caso de que no lo sean
según que, una vez empleados se conviertan o no en una
parte permanente de la persona. Los signos no permanentes
empleados sólo para transmitir una información
social pueden o no utilizarse contra la voluntad del informante,
en caso afirmativo tienden a ser símbolos de
estigma.
También plantea el problema de la visibilidad de
un estigma particular es decir, en qué medida ese estigma
sirve para comunicar que el individuo lo posee. En primer lugar
hay que distinguir la visibilidad de un estigma de su
conocimiento. Cuando un individuo posee un estigma muy visible,
el simple contacto con los demás dará a conocer
dicho estigma. Pero el
conocimiento que los demás tienen de él
dependerá de otro factor además del de la
visibilidad corriente, en segundo lugar la visibilidad debe
distinguirse a su imposición por la fuerza. Cuando
un estigma es inmediatamente perceptible sigue en pié el
problema de determinar hasta que punto interfiere con el fluir de
la interacción. En tercer lugar es separar la visibilidad
de un estigma de ciertas de posibilidades de lo que podría
denominarse foco de percepción. En conclusión al hablar
de visibilidad hay que distinguirla entonces de otros problemas:
el conocimiento del atributo, la fuerza con la que se impone y su
foco de percepción.
En todo del problema del manejo del estigma influye el
hecho de que conozcamos o no personalmente al individuo
estigmatizado, para tratar de describir en qué consiste
esa influencia es indispensable formular el concepto de identidad
personal. Es sabido que dentro de los círculos sociales
pequeños y de larga data cada uno de los miembros llega a
ser conocido por los demás como una persona única.
El término único entraña ideas de
importancia.
Una idea implicada en la noción de unicidad es la
de una marca positiva o
soporte de la identidad, como por ejemplo la imagen
fotográfica que tienen los demás de un individuo o
el conocimiento de su ubicación especial dentro de una
determinada red de parentesco. La
segunda idea implicada en la noción de unicidad es que, la
mayoría de los hechos particulares relativos a un
individuo también puede aplicarse a otros, advertimos que
en ninguna otra persona en el mundo, se encuentran combinados, la
totalidad de los hechos que se dan en aquella que conocemos
íntimamente, este es un recurso más que permite
distinguirla positivamente de cualquier otra. Según una
tercera idea lo que distingue a un individuo de todos los
demás es la esencia de su ser, un aspecto general y
central de su persona que lo hace enteramente diferente de
quienes más se le asemejan.
El autor entiende por identidad personal las dos
primeras ideas; las marcas positivas o soportes de la identidad y
la combinación única del ítem de la historia
vital, adherida al individuo por medio de esos soportes de su
identidad. La identidad personal se relaciona, entonces, con el
supuesto de que el individuo puede diferenciarse de todos los
demás y que alrededor de este medio de
diferenciación se adhieren y entrelazan los hechos
sociales de una única historia continua. La identidad
personal puede desempeñar un rol estructurado, rutinario y
estandarizado de la organización social precisamente a causa de
su unicidad.
El TRASTORNO DISMÓRFICO
CORPORAL: la fealdad imaginaria.
Un tipo especial de
obsesión.
La satisfacción por la imagen corporal es un
objetivo
importante en la sociedad actual, y esta preocupación por
el aspecto físico se convierte en patológica cuando
alcanza límites
irracionales. Los medios de
comunicación promueven el ideal de cuerpo perfecto.
Estos mensajes influyen en el desarrollo de
la identidad del adolescente, quien percibe una imagen
distorsionada de su propio cuerpo.
Las personas que padecen el TDC tienen una
preocupación excesiva por su imagen corporal, por un
algún defecto corporal mínimo o por defectos
corporales que sólo están en la mente de quien los
imagina. Y en caso de que alguna imperfección existiera,
los sentimientos que ésta genera son extremadamente
exagerados o infundados. Estas ideas obsesivas están
referidas a partes de cuerpo a las que se les asigna una especial
función
estética o comunicativa.
Quienes padecen este trastorno tienen una serie de ideas
sobrevaloradas acerca de su cuerpo o de algún rasgo, que
no alcanzan proporciones delirantes porque en algún
momento reconocen que estas obsesiones son irracionales o
excesivas, o sea que conservan el juicio de realidad.
Gran parte de estas personas experimentan un malestar
intenso en relación con el defecto y describen sus
preocupaciones como "muy dolorosas, torturantes o demoledoras".
No pueden controlar y dominar sus preocupaciones pero a la vez
hacen poco o nada por superarlas.
Suelen pasar horas cavilando acerca del defecto al punto
que estos pensamientos dominan sus vidas casi por completo. Por
ello, en muchos casos se constata un deterioro significativo en
muchas áreas de la vida del sujeto.
CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DEL
TDC
Síntomas más frecuentes:
Se refieren a defectos imaginarios o de poca importancia
en la cara, o la cabeza como acné, arrugas, cicatrices,
manchas vasculares, palidez o enrojecimiento del cutis, vello
excesivo, asimetrías, desproporción facial,
delgadez del cabello; hinchazones. Estas personas pueden
preocuparse también por la forma, tamaño u otros
aspectos de la nariz, párpados, cejas, orejas, boca
labios, dientes, mandíbula, barbilla, mejillas,
etc.
Cualquier parte del cuerpo puede ser igualmente motivo
de preocupación: genitales, pechos, glúteos,
abdomen, brazos, manos, piernas, caderas, hombros, columna,
columna vertebral, amplias zona s del cuerpo e incluso todo el
cuerpo.
A veces la preocupación suele se expande a varias
partes del cuerpo al mismo tiempo.
A pesar de que la mayoría de las quejas suelen
ser específicas (labios "torcidos" o nariz prominente o
"ganchuda") algunas veces son muy vagas: "cara torcida", ojos
"poco abiertos", etc.).
Suelen limitarse a hablar de "su fealdad" sin entrar en
detalles.
Pasan varias horas (más de 1 hora/día)
comprobando (checkers) el defecto en el espejo o superficies
reflectantes (conductas compulsivas).
A veces usan lupas para verlo mejor.
Recurren al aseo excesivo (cleaners) o al maquillaje
ritualizado para disminuir la ansiedad, con poco
resultado.
Tienen conductas tanto de evitación (tapar los
espejos) como de verificación.
Piden opiniones para tranquilizarse
momentáneamente.
Se comparan con los demás.
Creen que la gente los observa, critica o se burla de
ellos (ideas de referencia).
Ocultan la parte fea (usan barba, sombrero, rellenan los
calzoncillos por aparentar un pene más grande).
Tienen ideas de mal funcionamiento o de fragilidad de la
parte fea.
Se aíslan socialmente por vergüenza a ser
vistos y en muchos casos salen sólo de noche.
Algunos buscan tratamientos estéticos o
correctivos (cirugías, tratamientos dentales,
etc.).
Edad de inicio, curso y
evolución
El TDC comienza en la adolescencia
pero suele pasar desapercibido por el ocultamiento de
síntomas que hacen estas personas y porque se lo confunde
con las preocupaciones normales sobre el aspecto físico
típicas de esta etapa evolutiva. Su aparición puede
ser tanto gradual como abrupta y su curso suele ser continuo. Con
respecto a la parte del cuerpo en que se centran las
preocupaciones puede variar con el tiempo.
Gran parte estos pacientes recurren a la cirugía
estética, reconstructiva u odontológica para
corregir el defecto, aunque no quedan conformes y reiteran esos
procedimientos
varias veces ya que el trastorno es mental y las cirugías
no corrigen las obsesiones. Llegan a abandonar los estudios, el
trabajo y las amistades. A veces requieren hospitalización
por las ideas de suicidio. El TDC
muchas veces se asocia con otros trastornos graves como el
trastorno depresivo mayor, el trastorno delirante, la fobia
social y el trastorno obsesivo compulsivo.
Tratamiento
Dada la pluralidad de causas que determinan al TDC, el
tratamiento debe ser generalmente psicoterapéutico y
psicofarmacológico, dependiendo éste último
de la intensidad de los síntomas.
En nuestra experiencia con estos pacientes suele
advertirse que la angustia vergonzosa de esta clase de
pacientes es tan intensa que sólo en un momento posterior
de la terapia descubren el origen preconsciente de los conflictos
ligados a sus presuntos defectos.
Con el correr del tiempo, el componente de angustia
presente en la creencia de que uno tiene una deformidad parcial
suele dar paso a una preocupación menos agustiante,
hipocondríaca o compulsiva por la deformidad y su
corrección y mejora la calidad de
vida.
A la planeación
de lo que se quiere llegar a ser se le llama proyecto de vida
y está compuesto por pequeñas y grandes acciones
que llevan a fijar metas y a realizarlas.
Para alcanzar las metas planteadas en un proyecto de
vida, se debe tener bien claro lo que se quiere SER y HACER y
registrarlo en una planeación individual que se
realizará después de haber reflexionado y
considerado cualidades y habilidades.
Cada meta por más pequeña que sea exige
dedicación, pues es un peldaño para conseguir las
que vendrán después. Es necesario seleccionar muy
bien las metas y seleccionar pocas, pues se corre el riesgo de
confundir lo importante con lo secundario, se reparten los
esfuerzos y lo más importante no recibe el apoyo
necesario.
Los adolescentes
están experimentando, se fijan nuevos retos y se dan
cuenta de que cada meta que se propongan requiere de un esfuerzo
ligado a la importancia de lo que se busca alcanzar. Aquí
es donde se plantean las metas que a corto, mediano y largo
plazos habrán de regir sus acciones. Es importante que se
tomen un tiempo para reflexionar en los siguientes
aspectos:
– Quién quiero ser.
– Qué quiero lograr.
– Cuándo lo quiero hacer.
– Cómo voy a conseguirlo.
– Para qué quiero lograr la meta
establecida.
Puede visualizarse el futuro, planteándose como
meta el término de una carrera profesional, formar una
familia, ser
un gran jugador en un equipo famoso o llegar a ocupar un puesto
de servidor
público para ayudar a sus semejantes. Una sugerencia es
ponerse metas fáciles y metas difíciles; las
primeras ayudan a tener confianza en sí mismo y a la vez
serán peldaños que permitirán alcanzar las
otras.
El proyecto de vida es una guía para la
actuación diaria que orienta las decisiones personales y
las acciones hacia las metas propuestas. Cada uno es responsable
de su vida, cada quien la define a partir de su realidad y de lo
que se proponga ser, pero hay circunstancias adversas que pueden
separarnos de lo que se tenía planeado; esto debe
revisarse, adaptarse, modificarse y enriquecerse, siendo
flexibles; si por el momento no se puede alcanzar alguna meta,
seguramente se presentarán nuevas oportunidades para
conseguirla. Una vez definido el proyecto de vida hay que
escribirlo, lo que permitirá visualizarlo y trabajar
diariamente para alcanzarlo.
Proyecto de Vida | ||||||
¿Quién quiero llegar | ||||||
ACCION | FORMA | TIEMPO | RECURSOS MATERIALES | INVOLUCRADOS | OBSTACULOS | RESULTADOS |
Que voy a hacer | Como lo voy a hacer | Cuánto me voy a | Qué necesito | Quien me va a apoyar | Que me puede desviar de mi | Que voy a conseguir |
Hay que pensar en este proyecto, dedicar un tiempo para
planear el futuro y saber con claridad cuál es la meta con
respecto al estudio, profesión, trabajo y familia y tener
siempre lista una nueva meta cuando se haya alcanzado la
anterior; en el proyecto de vida cada quien sabrá
qué más quiere agregar… es su futuro… es su
plan y
seguramente todas las acciones estarán encaminadas a
lograrlo.
Hacer un proyecto de vida es un asunto serio, es planear
tu vida. Dependiendo de la seriedad que le des, te
convertirás en un triunfador.
La salud es el estado de bienestar físico,
psíquico y social del individuo.
La salud integral depende de:
La salud física: es decir, del
buen funcionamiento de los órganos y sistemas del
organismo.
La salud mental y social: que consiste en la ausencia de
las enfermedades mentales, el desarrollo de la capacidad
intelectual y el logro de la estabilidad emocional y
afectiva.
El ser humano es una unidad biológica,
psíquica y social, por ello requiere el equilibrio de su
salud física, mental y social para lograr el optimo
desarrollo.
Las condiciones del medio ambiente
social y económico influyen directamente en la salud
mental del individuo; la carencia de afecto y motivación ético moral provocan
en el individuo grandes desajustes emocionales y de conducta que
lo hacen proclive a la delincuencia y
al consumo de
drogas, con
las consecuencias ya conocidas sobre su salud mental,
física y social siendo violentada su seguridad
personal.
Riesgo: esta asociado a toda actividad que
realizamos y puede tener probabilidades o proximidad a un
daño.
Definición
En muchas ocasiones la enfermedad física es el
resultado de un desequilibrio emocional que persiste a
través del tiempo.
Por supuesto, existen diferencias individuales en el
modo de enfermar, tanto a nivel psíquico como a nivel
físico. Por ejemplo, en algunas personas cuya salud
física ha sido muy buena durante toda su vida, el
trastorno emocional puede persistir durante mucho tiempo sin
llegar a manifestarse de forma clara a nivel físico,
aunque su organismo sí estará debilitado, de manera
que tendrá mayor facilidad para contraer enfermedades
comunes, como la gripe, menor vitalidad, síntomas leves
como dolores de cabeza, problemas digestivos u otros, cansancio
crónico, etc.
Otras personas, en cambio, manifiestan sus alteraciones
emocionales a nivel físico muy rápidamente, de
forma que es posible que ni siquiera sean conscientes de lo que
están sintiendo.
¿Cómo se produce la
enfermedad?
La medicina
moderna tiende a centrase casi exclusivamente en el tratamiento
de los síntomas, olvidando la verdadera causa de la
enfermedad e ignorando, en muchas ocasiones, el hecho de que los
síntomas son los intentos que hace el organismo de lograr
la propia curación. Por ejemplo, la fiebre destruye a
los agentes invasores, como virus o bacterias,
mediante un aumento de la temperatura.
La inflamación atrae hacia el lugar afectado
una serie de células y
sustancias que combatirán al agente infeccioso. Al mismo
tiempo, concentra dicho agente en el lugar inflamado, impidiendo
que se extienda al resto del organismo.
Sin embargo, a veces estas defensas fallan. Puede ser
que estas reacciones sean tan intensas que acaben haciendo
más mal que bien y no sean capaces de curar, o puede ser
que el cuerpo apenas reaccione o que lo haga de forma
inapropiada, o que aparezca un síntoma que persiste
durante meses sin evolucionar en ningún sentido,
ocasionando una molestia crónica que vamos soportando como
podemos. Y esto puede suceder ante agentes infecciosos comunes
que muchas personas vencen sin demasiada dificultad, o incluso en
ausencia de una causa médica conocida. ¿Por
qué sucede esto? Todos estamos sometidos a acontecimientos
estresantes a lo largo de nuestra vida. Una persona puede sentir,
por ejemplo, ansiedad ante uno de estos acontecimientos. La
ansiedad conlleva una serie de síntomas físicos,
como palpitaciones y liberación de las llamadas hormonas del
estrés. Cuando la ansiedad se produce muy a menudo no es
extraño, pues, que pueda acabar produciendo enfermedades
físicas o alteración del funcionamiento de
determinados órganos. Es decir, nuestros estados
emocionales influyen en nuestro cuerpo (por ejemplo, se ha visto
que en las personas deprimidas también suele darse un
debilitamiento del sistema inmunitario).
Pero las emociones, como ya hemos dicho en otros
apartados de este web site (como
Pensamiento
constructivo o Terapia Raciona Emotiva), no surgen de la nada,
sino que están relacionadas con nuestro modo de
interpretar lo que nos sucede. Si interpretamos algo como
amenazante sentiremos ansiedad. Esta reacción puede dar
lugar a síntomas como dolores de estómago o de
cabeza, tensión muscular, enfermedades infecciosas o
enfermedades respiratorias, tal y como han demostrado algunos
estudios en los que se ha visto cómo pueden aparecer estos
síntomas tras un acontecimiento estresante.
Nuestra forma de ver el mundo también influye en
los síntomas crónicos. Las personas con
sentimientos y pensamientos crónicos de desesperanza,
desamparo y depresión
que, además, tienen poca capacidad para enfrentarse a los
acontecimientos estresantes o resolver los problemas de sus vidas
(la llamada capacidad de afrontamiento), tienen más
probabilidades de tener enfermedades crónicas
La depresión es un trastorno que afecta entre un
10 a 20 % de la población.
Períodos breves de tristeza son normales. Sin
embargo, cuando la sensación de falta de interés en
las cosas, un humor depresivo, alteraciones del sueño o el
apetito, falta de energía o concentración duran por
al menos 2 semanas, usted puede estar sufriendo una
depresión.
La depresión actualmente tiene un muy buen
pronostico de recuperación si se trata en forma correcta,
es decir por un médico especialista, el fármaco
adecuado y un programa de apoyo al paciente y su
familia.
Qué es la depresión?
Un trastorno como la depresión afecta el
ánimo, y es mas similar a los cambios radicales del
clima que a
los arranques emocionales que resultan de problemas particulares
y que generalmente tienen una corta vida.
Los síntomas centrales de la depresión
son:
Caída del ánimo
Pérdida de energía e
interés
Se siente enfermedad física o
debilitamiento
Baja concentración
Apetito y sueño alterados
Disminución de las funciones
físicas y mentales
Además, muchos problemas físicos genuinos
como dolor pre-cardial, indigestión, constipación,
dolores de cabeza o periodos alterados frecuentemente van de la
mano con la depresión. Esto ocurre tan comúnmente
que mucha gente se enfoca en estos problemas sin darse cuenta que
están sufriendo depresión.
Pero es probablemente el sentimiento de:
Desesperanza
Desamparo
Culpa
Ansiedad
que también acompaña a la
depresión, lo que es más difícil de
soportar. Una indicación de la profundidad de
desesperación experimentada por quienes la sufren es el
hecho de que la depresión es la causa más
común de suicidio.
Incluso así, es muy difícil para
cualquiera que no tiene experiencia personal de depresión
realmente entender el grado del problema
Qué causa la depresión?
La causa exacta de depresión sigue sin aclararse.
La explicación más probable, y sobre la cual se
basa el tratamiento con antidepresivos, es que es una falta de
equilibrio de ciertos mensajeros químicos (también
conocidos como neurotransmisores) del cerebro.
Los neurotransmisores, de los que existen alrededor de
30, transfieren mensajes entre células nerviosas del
cerebro. Cierta evidencia sugiere que la depresión es
causada por una deficiencia en dos neurotransmisores denominados
noradrenalina y serotonina. Aunque esto no explica todo lo que se
conoce acerca de la depresión, al menos sirve como
modelo
"farmacológico" útil y comúnmente se
denomina como "hipótesis de depresión de
monoaminas".
¿Pero si la depresión es causada por una
falta de equilibrio de estos neurotransmisores, qué la
provoca en primer lugar?
Factores genéticos
Existe un creciente interés en los enfoques
genéticos para entender una variedad de enfermedades y la
depresión no es la excepción. Algunas personas
ciertamente parecen ser más vulnerables a la
depresión que otras y existe una creciente evidencia de
que algunos genes podrían volver a algunos individuos
susceptibles a la enfermedad. Esto también
explicaría por qué la depresión
frecuentemente ocurre dentro de las familias.
Algunos estudios han demostrado que las personas que
tienen familiares con depresión tienen una posibilidad
entre cuatro de desarrollarla, comparado con sólo una en
14 en la población en general.
Recientemente, los científicos de la Universidad de
Edimburgo identificaron un gen que aumenta el riesgo de
depresión cuatro veces y confiere susceptibilidad a la
depresión en más de un 10 por ciento de las
personas afectadas. Se sabe que el gen codifica una
proteína involucrada en el transporte de
serotonina en el cerebro que la relaciona a la explicación
farmacológica de depresión. Pero cualquier
entendimiento genético completo de esta enfermedad es un
largo camino y los investigadores estiman que pueden haber casi
otros 30 genes depresivos involucrados.
Causantes externos
Sin embargo, en la mayoría de los casos
probablemente no es suficiente con sólo tener estos genes
para que se produzca la depresión por si sola. Situaciones
de tensión pueden exacerbar esta vulnerabilidad. La
depresión puede ser provocada por un gran número de
factores como el desempleo, luto,
aislamiento social o incluso una enfermedad física
severa.
Pero mientras es importante reconocer el rol de que
estos causantes pueden jugar en el desarrollo de la
depresión, también es importante saber que en
algunas instancias la depresión afecta completamente en
forma inesperada por razones no obvias. Mientras esto puede
parecer más duro de entender tanto para quien la padece
como para aquellos que lo rodean, este tipo de depresión
no es menos difícil de manejar o merece ayuda.
Medicamentos o Psicoterapias?
Al igual que con toda enfermedad, su médico
seguramente le recetará un medicamento que le ayude a
alcanzar su mejoría. Pero, de igual manera es muy
importante la psicoterapia
que su médico le entrega ya que le da herramientas
para enfrentar su enfermedad y para salir de ella.
Lo peor que usted puede hacer es intentar la automedicación o cambiar el medicamento que
se le ha recetado. Su medicamento es aquel que el médico
considera el más adecuado para alcanzar su mejoría.
Recuerde que no todos los antidepresivo son iguales así
como no todas las depresiones lo son.
Lo más importante es que usted cumpla paso a paso
las indicaciones de su médico. El siempre será su
mejor ayuda
La palabra histeria deriva del griego hyaterá,
que significa matriz, ya que los antiguos asociaron esta
enfermedad con el útero de la mujer y, por
tanto, con el sexo femenino,
descuidándose la observación de fenómenos
histéricos en el hombre, que
también existen.
Con el nombre de histeria se conoce desde la
antigüedad la aparición de síntomas objetivos
importantes sin lesión que los justifique, por ejemplo,
una parálisis sin lesión en los nervios ni
músculos, una ceguera sin anomalías en
el
ojo ni de los componentes del sistema óptico. En
todos estos casos de aparente enfermedad orgánica se
supone que la causa es un conflicto psicológico que se
convierte en un síntoma orgánico que lo simboliza,
por eso también se denomina neurosis de
conversión o alteraciones
somatomórficas.
Existe una forma de histeria en que el problema
psicológico no se simboliza a través de la
imitación de una enfermedad corporal sino de una
enfermedad psíquica, en estos casos se habla de trastornos
disociativos, pues la identidad está disociada, por
ejemplo, una amnesia histérica con la que el sujeto olvida
quién es, y en algunos casos altera su propia identidad
con la de nuevos personajes que va creando o que acepta, son los
casos de múltiple personalidad.
Síntomas más comunes
Los síntomas histéricos son un intento de
defensa en una situación que no se sabe cómo
resolver.
Suelen aparecer síntomas asociados de cualquier
tipo, pero son exagerados y pintorescos. Imitan enfermedades, por
lo que pueden dar lugar a confusiones.
El gran ataque histérico es una tempestad de
movimientos con una teatralidad suprema, en que el paciente
grita, se revuelca en el suelo, se
desgarra las ropas, araña o golpea de modo incoordinado y
no específicamente intencional a los que intentan
sujetarle, alterna movimientos de contracción
tónica generalizada, en los cuales se tiende a mover en
semicírculo sobre la nuca y los talones, con otros
movimientos y espasmos desordenados e intermitentes que recuerdan
un ataque epiléptico. Lo que caracteriza al
histérico de otras patologías es que éste
sufre las crisis tras un
disgusto o contrariedad y ocurre cuando hay delante personas que
le interesen.
Otras formas de tempestad de movimientos o de
síndromes motores son los temblores, los tics, los
espasmos musculares y los movimientos atetoides o creiformes
(como el "baile de San Vito"). Todos suelen ser de gran amplitud
y espectacularidad y no corresponden exactamente a las
enfermedades que imitan (en eso se apoya el diagnóstico diferencial).
También utilizan estos pacientes un tipo de
reacción de inmovilización corporal como modo de
llamar la atención. Pueden aparecer parálisis
histéricas de todo el cuerpo, sin respuesta a
ningún estímulo (catalepsia), o parálisis
localizadas en medio cuerpo (de las dos piernas, de la parte
derecha o izquierda…), de una extremidad, mano, dedo,
etc.
Otra forma de manifestaciones histéricas es
padecer síndromes sensoriales concretos, como la anestesia
histérica en que no sienten el dolor, frío o
calor, carecen
de tacto, etc. pudiendo afectar a todo el cuerpo o a una parte de
él. Las anestesias histéricas no siguen los
esquemas anatómico-neurológicos, sino que son de
distribución arbitraria. También
pueden quedarse ciegos o sordos sin causa aparente.
El histérico no es un simulador. El simulador
quiere parecer enfermo, hacerse pasar por enfermo. El
histérico de modo inconsciente quiere estar enfermo, y lo
consigue. Es la transformación de un conflicto emocional
en síntomas somáticos o
psíquicos.
Concepto de ganancia en la Histeria
El concepto que estos enfermos tienen de ganancia por la
enfermedad es fundamental. Estos pacientes obtienen dos tipos de
ganancias:
1) Para resolver un conflicto o frustración
actual.
2) Simbólicamente apoya la represión de
dicho conflicto al subconsciente.
Los síntomas histéricos no sólo
existen por algo, sino también para algo. El enfermo tiene
un claro desinterés por sus síntomas y su posible
curación. Si los síntomas desaparecen el paciente
queda privado de su defensa psicógena y a merced de los
sentimientos de culpa. Por eso la ganancia de la enfermedad en el
presente es tan importante para el enfermo y se acaba
convirtiendo en un obstáculo para su
curación.
Tratamiento
La mejor técnica de tratamiento es el psicoanálisis. El histérico tiene un
carácter enfermizo, que es el que le ha provocado la
aparición de los síntomas a través de su
modo de reacción anómalo. Por tanto se precisa una
reestructuración total del carácter y la
conformación de nuevos modos de reacción. Aunque
los síntomas teatrales desaparezcan de forma rápida
durante las primeras sesiones, no hay que olvidar que el
individuo sigue siendo histérico y puede recaer en con los
mismos síntomas o con otros simbólicamente
equivalentes si no se realiza una psicoterapia con
reeducación del carácter.
Es una enfermedad mental que consiste en una
pérdida voluntaria de peso, y un intenso temor a la
obesidad.
Los principales síntomas de la anorexia
son:
•Rechazo a mantener el peso corporal por encima del
mínimo adecuado para la estatura, llegando a situaciones
de delgadez extrema.
•Miedo intenso a engordar, incluso cuando el peso
es muy bajo.
•Sensación de estar gordo/a en general o en
algunas partes del cuerpo, como nalgas, muslos, abdomen. Tienen
una percepción de su cuerpo que no es real. Aunque
estén realmente delgados/as, su espejo les dice que siguen
estando gordos/as.
•Aparecen otro tipo de problemas físicos que
acompañan a la desnutrición, como es en el caso de las
mujeres la retirada o el retraso de la
menstruación.
•Ejercicio físico excesivo.
•Conducta alimentaria extraña: come de pie,
corta los alimentos en
pequeños trozos.
•Incremento de las horas de estudios y
disminución de las de sueño.
Todo ello puede producir en la/el enferma/o una serie de
consecuencias físicas y de comportamiento:
•Pérdida de peso alarmante.
•Amenorrea (pérdida de
menstruación).
•Aparición de vello o intolerancia al
frío.
•Tensión baja, arritmias.
•Aislamiento social
•Irritabilidad.
•Pánico
a ganar peso.
Es un trastorno mental que se caracteriza por episodios
de voracidad, o lo que es lo mismo, comer grandes cantidades de
comida en un corto espacio de tiempo en forma de "atracones", a
los que siguen siempre conductas tendentes a evitar el aumento de
peso. Sus síntomas más corrientes son:
•Preocupación obsesiva por la comida, con
deseos irresistibles e incontrolables de comer, dándose
grandes atracones de comida en cortos periodos de tiempo y
generalmente a escondidas.
•Vómitos
autoprovocados.
•Menstruaciones irregulares.
•Abuso de laxantes.
•Peso normal o ligero sobrepeso.
•Miedo a subir de peso.
Todo ello puede producir en la/el enferma/o una serie de
consecuencias físicas y del comportamiento:
•Lesiones en las manos por los vómitos
autoprovocados.
•Vómitos y diarreas
incontrolables.
•Subidas y bajadas de peso.
•Obsesión por la comida.
•Depresiones y amenaza de suicidio.
•Aislamiento social.
•Falta de autoestima.
CÓMO DEFENDERNOS
La televisión, el cine, las revistas, la
publicidad,
tienden a identificar éxito,
belleza y aceptación social con cuerpos delgados e inducen
a muchos adolescentes con problemas de inseguridad o
confianza a obsesionarse por conseguir ese cuerpo
escuálido que se nos vende como modelo de
perfección.
En los países desarrollados, el 80% de las
mujeres ha estado alguna vez a dieta; y es que en la sociedad
moderna continuamente nos están bombardeando con la idea
de que la delgadez es moda; que con un
cuerpo esbelto obtendremos éxito.
No hay que olvidar que mantenerse en forma combinando
deporte con una
dieta sana y equilibrada es incluso beneficioso, pero lo que
debemos impedir es que la delgadez se convierta en una
obsesión que nos lleve a enfermar, o a la anorexia o a la
bulimia.
Las claves para prevenir estas enfermedades
son:
•Que la publicidad y el estereotipo que se nos
propone no menoscabe la seguridad en nosotros mismos.
•Consultar con un especialista antes de iniciar una
dieta; sobre todo si se está en fase de
crecimiento.
•Acudir al médico en cuanto se empiece a
detectar una pérdida desproporcionada de peso.
•Solicitar ayuda psicológica para el enfermo
y la
familia.
•Comiendo sano y haciendo ejercicio de forma
adecuada, permitirás a tu cuerpo mantenerse en el peso que
necesita.
•Aprender a gustarte tal y como eres te
ayudará a aceptar tu "peso natural".
•Si lográramos llegar a aceptarnos como
somos los unos a los otros todo el mundo sería más
feliz, salvo la industria
dietética que perdería todo un negocio de miles de
millones de pesetas
Lopez Rafael
Moreno Deibis
Patiño Alvaro
Pereira Jessica
Pestana Alexandre
Caracas, 30 de Junio de 2003