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Filosofía del conflicto político




Enviado por yaryarheber



    1. Introducción
    2. Contingencia y
      conflicto
    3. Razón, historia y
      política
    4. Narración y
      política
    5. Las transformaciones
      históricas de la enemistad
    6. El artificio de la sociedad
      civil
    7. El conflicto
      democrático
    8. Reflexiones
      finales

    PRÓLOGO

    La historia del hombre se ha
    caracterizado por tener siempre un orden de objetivos
    sucesivos, que mediante la justicia y la
    injusticia han logrado el orden civil ya sea con formas de
    gobierno puras o impuras según Rosseau. Pero este
    proceso
    evolutivo lleva inherente una conducta racional
    y también irracional del hombre en sociedad. La
    justicia no siempre ha sido universal debido a la falta de
    principios
    normativos comunes que pueden lograr el control del
    poder
    político y que son el resultado del consenso
    social.

    En sí, la cualidad del ser humano no es haber
    logrado un contrato social
    sino su capacidad de acuerdo la que ha sustentado las grandes
    reformas sociales. La seguridad ha
    provocado la construcción de utopías que atienden
    más al deseo de integración que a la búsqueda de la
    verdad.

    Según Kant, no se trata
    de descubrir un orden preexistente, sino de saber conjugar los
    elementos para crear las bases de comprensión. Kant
    propone como idea de paz, no aquella en la que no existen
    conflictos,
    sino aquella en la que la razón y la verdad imperan sobre
    la discordia. Sin embargo, la razón antropológica
    del hombre lo obliga a buscar sus intereses particulares en
    detrimento de la justicia, por lo que el orden moral y
    político del un Estado
    dependerá de su experiencia de los males y riesgos que
    enfrenta la sociedad. Una definición interesante que hace
    Schmitt es la del enemigo justo. Es decir, el
    reconocimiento que como iguales tienen los hombres en una
    sociedad política
    democrática y que es el inicio de la consolidación
    de los Estados nacionales.

    Hegel complementa diciendo que es el mercado el medio
    por el cual la información se transmite y que gracias a
    ello las acciones
    sociales se coordinan por complejas que estas sean. Mediante
    asociaciones voluntarias, los ciudadanos encontraron el
    contrapeso para el Estado que
    sin embargo, es deber del Estado el impedir que estas
    asociaciones se conviertan en gremios cerrados puesto que su
    objetivo de
    unidad del orden civil se perdería, además de
    representar un espacio de poder que puede vulnerar al
    Estado.

    Vemos que mediante la teoría
    de Kant y Hegel encontramos
    la razón de la formación de organizaciones
    sociales y que a través de la actividad mercantil se
    transmite la cultura y se
    estructuran sociedades
    pluriculturales hasta llegar a las sociedades políticas
    que reconocen en la democracia no
    la solución a los conflictos, sino que es precisamente en
    ella donde se encuentra la comprensión al
    conflicto político.

    introducción

    El conflicto político no es natural. Resulta ser
    una creación del hombre en sociedad mediante el cual se
    agruparon los seres humanos en amigos y enemigos.
    Si hacemos una interpretación practica de esta
    distinción, encontraremos que el hombre ha
    vivido en un estado de guerra
    permanente ya que el enfrentamiento entre dos unidades sociales
    organizadas con la finalidad de vencer al oponente dentro de una
    sociedad política desencadena en lo
    bélico.

    En este sentido, la relación amigo-enemigo no es
    una clasificación sino una distinción en la arena
    política. Schmitt clasifica a la política como
    exterior, aquella que se realiza entre dos Estados y en la
    cual ambas partes reconocen la capacidad de la otra para declarar
    la guerra.

    La política interior atiende a los
    fenómenos sociales que se realizan al interior del Estado
    y que pueden vulnerarlo sobre todo cuando se altera el orden
    civil (la polis). Este orden civil o polis cambia a
    diario. No es un espacio determinado ni excluyente ya que los que
    se considera como privado en un día al siguiente puede ser
    público. Con base en esta relación de reconocer a
    nuestros enemigos como iguales y la calificación
    como democrática de la sociedad en la que se
    desarrolló el ser humano, es como Platón
    justifica su república derivada de la res
    pública
    (cosa pública).

    Es importante identificar términos.

    1. Lo político lo relacionaremos como el
      espacio donde se encuentra el conflicto.
    2. Lo gubernativo como la actividad de crear y
      administrar el orden público.
    3. La política es la conjugación de
      estos dos elementos.

    El conflicto político se puede presentar de
    acuerdo a cuatro circunstancias:

    1. Cuando al interior de una sociedad un grupo ha
      sido excluido o exige su reconocimiento dentro de la
      asociación política (civitas).
    2. Cuando la presencia de otro grupo social altera el
      orden y provoca el replanteamiento de la identidad
      propia, causando un encuentro con violencia
      para eliminar al oponente.
    3. Cuando un grupo dentro del orden social se inconforma
      con el lugar o la función
      que se le ha designado.
    4. Cuando se plantea la posible reforma del consensus
      iuris
      (consenso jurídico) social. En este punto
      identificamos la denominada reforma del Estado, que tanto
      asusta pero que no es nada nuevo.

    Solo la segunda circunstancia es por causas externas mientras
    que las otras atienden a razones internas. Todos los casos se
    comprenden como tipos ideales del conflicto político y son
    igualmente peligrosos para la estabilidad de la civitas.
    Dentro del orden social no importa tanto la identificación
    del enemigo sino la capacidad de identificar tanto a amigos como
    a enemigos, lo que facilita la posibilidad de un enfrentamiento
    cuando se presenta un conflicto que al denominar lo
    político, entendemos que se desarrolla dentro de la
    civitas.

    El amigo se entenderá como aquel miembro del mismo
    tronco familiar o social que tiene alguna afinidad con nuestros
    intereses y solo el amigo público tiene carácter político ya que sustenta
    una legalidad
    dentro de un orden jurídico. En el caso contrario, el
    enemigo político es el enemigo absoluto, ya que representa
    la antítesis de
    nuestro pensamiento
    político. Esta oposición puede provocar acciones
    violentas que denosten los valores
    morales y vulneren el orden social.

    Sin embargo, el enemigo político es aceptado como tal
    por que se le reconocen valores
    paralelos a los propios. La enemistad entre amigos y enemigos
    puede no ser soslayada, pero si se puede cambiar la magnitud del
    conflicto así como las posibles consecuencias. El liberalismo o
    libertarismo como lo define Rawls, considera al conflicto como un
    fenómeno insuperable del ser humano. Sin embargo esta
    teoría ha servido para justificar la existencia de una
    clase
    dominante y legitimar su poder.

    CONTINGENCIA Y CONFLICTO

    Platón decía que el conflicto político es
    causado por la debilidad del ser humano. Pero Hobbes
    establece que política y conflicto son dos aspectos
    inseparables del orden civil y coincide con el liberalismo que
    complementa con la propuesta de que debe existir una
    noción de la justicia para que pueda existir el conflicto.
    Así tenemos que el conflicto presenta tres rasgos
    distintivos:

    1) Pluralismo;

    2) Individualismo;

    3) Procedimentalismo.

    Otro filósofo, Antifón, dice que el conflicto es
    el resultado de la relación entre leyes naturales y
    leyes sociales, donde las segundas creadas por el hombre no
    pueden y nunca podrán dominar a las primeras y esta
    situación crea una tensión natural. Pero para
    Protágoras, no existe nada justo o injusto, todo deriva
    del momento de la historia en que se considere como verdadero o
    falso el contrato social.
    Entendamos que el contrato social no es solo el acuerdo por el
    cual los miembros de las civitas puedan coexistir, es
    también el reconocimiento a un orden público con
    normas de
    conducta específicas y castigos a las violaciones de las
    mismas.

    Así tenemos que toda sociedad reconoce la existencia de
    un gobierno que bien
    puede ser una monarquía, aristocracia o democracia, la
    última como forma de gobierno de las masas sobre los
    grupos
    minoritarios. Platón
    prefiere un gobierno de leyes a un gobierno de hombres
    ilustrados, ya que el hombre puede deformar la verdad y
    transgredir él mismo el orden público.

    Maquiavelo identifica muy bien esta situación cuando
    define como virtú a la capacidad del ser humano de
    cumplir sus metas considerando como medios tan
    solo el interés
    individual y el pensamiento racional, llevando así a la
    civitas al conflicto que carece de solución natural debido
    al miedo y la desconfianza de las relaciones
    humanas así como al exceso de poder de uno sobre otro.
    Hobbes dice que el hombre no es malo por naturaleza,
    sino que la distinción esta hecha por el orden civil y las
    leyes comunes. De esta forma no es la naturaleza del individuo sino
    la dinámica de las relaciones sociales las que
    transforman el deseo y la voluntad de poder por tres causas:

    1) la rivalidad,

    2) la desconfianza y

    3) el afán de gloria.

    Igualmente Hobbes determina dos propuestas de solución,
    uno por medio de la conquista y con ello la imposición del
    orden del vencedor; otro como producto de la
    experiencia histórica que nos llevará a establecer
    una acuerdo sobre la necesidad de reconocer un orden
    vico.

    El autor hace una representación aritmética del
    orden, paralelo al uso de las leyes de los signos:

    Orden social:

    Leyes de los signos
    matemáticos:

    A y B respetan las
    reglas.

    Mas (+) por mas (+) es igual a mas
    (+)

    A respeta las reglas pero B
    no.

    Mas (+) por menos (–) es
    igual a menos (-)

    A transgrede las reglas pero B
    no.

    Menos (-) por mas (+) es igual a
    menos (-)

    Ay B transgreden las
    reglas

    Menos (-) por menos (-) es igual a
    mas (+)

    Y va mas allá, cuando dice que el conflicto ya no
    es considerado como un desorden sino un medio por el que se
    pueden crear las condiciones que hagan posible el orden social.
    Esta reforma filosófica y política no limita el
    pensamiento libre, sino que le da una interpretación
    alterna saliendo de la oposición natural a todo cambio que
    experimente el hombre en sociedad.

    Esta capacidad de entendimiento puede ser vital para el
    buen desarrollo de
    las sociedades cuyos fines se encuentren opuestos pero los
    recursos
    estén ligados. Sin embargo Hobbes habla de la posibilidad
    irremediable de eliminación de los opuestos, es decir,
    la muerte de
    lo irreconciliable que nos regresa al estado más primitivo
    del ser humano cuando ni siquiera podemos considerar como
    existente el lenguaje
    como medio de comunicación.

    Según Hobbes, la única manera de lograr el
    consenso es renunciando al derecho
    natural del poder y cederlo a un ente reconocido y respetado
    por todos, es decir el Estado, cuya primera finalidad será
    siempre crear el marco jurídico de convivencia y
    desarrollo justo.

    Por su parte, Schmitt remite a la antropología el estudio de las capacidades
    del hombre pretendiendo saber cuán peligroso es para
    sí mismo
    y aunque Hobbes afirma que las leyes sociales
    deben respetar las leyes naturales, nunca nos dice como lograrlo.
    Pero Locke se opone puesto que defiende la teoría de que
    el hombre es bueno o malo por efecto que tiene en él la
    desigualdad que genera el conflicto y Hegel contradice a ambos,
    postulando que el individuo es el resultado de la interacción de circunstancias sociales en
    las que convergen varios aspectos fundamentales:

    1. La libertad es
      un atributo que se predica de las acciones del
      individuo.
    2. La autonomía y el bienestar de cada individuo
      es el fin supremo de la
      organización social.
    3. Cada individuo es el mejor juez de su particular
      concepción de vida buena.
    4. Los valores universales que deben regir la vida de la
      sociedad son la verdad, corrección, objetividad y
      coherencia.

    Particularmente el último punto representa la
    convergencia entre el orden y el desorden que autoregulan la
    sociedad. Regresando a la interpretación
    antropológica de Hobbes y derivado de las normas
    universales de convivencia social, se deduce que aquel individuo
    que acumula poder tiene que usarlo y puede abusar del mismo,
    coartando la libertad de sus iguales y limitando la
    capacidad de autolegislación.

    Para Hobbes la dinámica del hombre en sociedad se
    rige por el conflicto natural mientras que Locke la define como
    el acuerdo natural.

    En ambos casos, el orden natural siempre superará
    al orden social. Schmitt coincide con Hobbes en cuanto a las
    leyes del contrato social, sin embargo propone que se puede
    llegar a definir una noción de justicia común con
    independencia
    del poder político, lo que podemos identificar en forma
    extrema como anarquismo. Derivado de esto encontramos que el
    pensamiento liberal es limitante de la voluntad política
    del individuo, que puede tener las mejores intenciones pero dada
    su escasa información carece de control de sus acciones y
    éstas no pueden ser predeterminadas, por lo tanto la
    propuesta de Schmitt se observa poco probable de realizar ante la
    carencia de organización social y la capacidad de
    coerción del Estado.

    RAZÓN, HISTORIA Y
    POLÍTICA

    Kant afirma que el ser humano necesita de un orden que
    suprima su voluntad para someterla a una voluntad general en la
    que pueda ser libre dentro de un orden regido por leyes civiles y
    que mediante las instituciones
    permita ejercer derechos y cumplir obligaciones.
    Vemos que la secularización del orden civil tiene inicios
    filosóficos fundamentales para respetar la libertad del
    individuo mientras se someta al orden general. Schmitt
    complementa esta teoría con la división del
    trabajo en la
    que se logra la formación moral y política de la
    humanidad.

    Esta propuesta de Schmitt es similar a los principios de
    organización de la
    globalización ya que la división del trabajo es
    la característica de control y dominación
    económica. También coincide con la
    identificación que Marx hace en su
    análisis del capital y que
    es la base de la acumulación de la riqueza y por lo tanto
    del desorden social originado por la desigualdad
    económica.

    Pero Hegel justifica estos procesos como
    requisito de crecimiento de la conciencia social
    con base en la historia, lo que da una orientación
    racional a sus acciones.

    Platón daba al orden un valor superior
    relacionado con el cosmos, pero las filosofías modernas
    defienden que el orden por medio del conocimiento y
    viceversa, es producto del ser humano. Sin embargo, las
    relaciones sociales contemporáneas respecto al trabajo
    crean una filosofía que se interpreta como un medio
    así como un objetivo, entonces las teorías
    de Marx y Hegel sí son aplicables a los tiempos modernos
    ya que la razón no es lo que hace humano al trabajo, sino
    es el trabajo
    mismo lo que permite el desarrollo de la razón del
    individuo. Tenemos entonces la relación trabajo-hombre
    como sujeto-objeto que se transforma en sujeto-medio-objeto. Pero
    para los idealistas, el trabajo tanto crea como destruye ya que
    al transformar la materia prima
    para producir los satisfactores necesarios, destruye parte de su
    ecosistema.

    Aunque desde otro punto de vista es también una
    actividad formativa ya que incentiva la creatividad
    del individuo. Aunque el sujeto y el objeto cambien, el medio
    permanece, es decir, el trabajo. Si vemos estos desde la
    teoría de Kant, podemos establecer que la voluntad del ser
    humano será dominada por el trabajo, encontrando el Estado
    un medio con el cual justificar su existencia y al mismo tiempo
    legitimar sus acciones, poniendo a disposición de la
    fuerza
    productiva los medios necesarios para desarrollar sus
    capacidades intelectuales
    y físicas, al mismo tiempo que se vuelve el
    poseedor de esos medios y por lo tanto,
    poseedor de las condiciones de desarrollo del individuo.
    Esta dominación se realiza a través de las
    instituciones creadas para tal efecto.

    Las instituciones hacen posible la coordinación de las relaciones sociales y
    por medio del trabajo se generan los medios que configuran el
    mundo social. La relación
    Estado-institución-sociedad no está libre de la
    presencia del conflicto político ya que siendo el hombre
    un animal político, el orden civil resulta ser por
    demás frágil y propenso a ser derruido debido a que
    el pensamiento individual no hace relaciones con la sociedad. En
    el mejor de los casos se podrá acotar a los grupos que
    representen posibles alteraciones del orden público o que
    puedan esparcir las inconformidades que vulneren el orden civil
    cuando la integración y el reconocimiento de identidad por
    parte de los demás miembros de la sociedad es
    imposible.

    En cambio, el reconocimiento social se obtiene por medio
    de la igualdad de
    derechos y deberes, así mismo que concuerda con los
    derechos y deberes de los demás miembros de la sociedad.
    La fragilidad del orden civil se trata entonces no de la
    inadaptabilidad del individuo, sino del peligro que representa el
    desorden social. Las violaciones de la ley en detrimento
    de un individuo no representan nada en comparación con el
    ataque que se está ejerciendo hacia el Estado de Derecho
    que es una condición para que exista el orden civil a
    través del orden jurídico. No representa tan solo
    un procedimiento
    administrativo para lograr el control político, es sobre
    todo una forma de identificación entre particulares que
    convergen en un orden general reconocido
    universalmente.

    Ahora, dentro del Estado de Derecho existirá
    siempre el conflicto político. Si retomamos la
    definición de enemigo que hace Schmitt en líneas
    anteriores vemos que el Estado de Derecho aporta el
    reconocimiento tanto del amigo como del enemigo a través
    de las leyes para llegar a un entendimiento del conflicto
    político. Sin embargo, el reconocimiento de la ley
    así como del ciudadano implica el castigo del enemigo, que
    será aquel que falte al orden civil.

    Este equilibrio
    jurídico hace posible la existencia de eventos
    particulares dentro del orden universal cuando los individuos
    reconocen y aceptan las diferencias entre ellos, recibiendo del
    Estado la protección que el colectivo necesita para
    desarrollar una conciencia ciudadana y lograr el orden civil.
    Pero Sócrates
    cuestionaba este orden civil puesto que se oponía al libre
    pensamiento y por lo tanto, exigía una explicación
    racional del por qué un ciudadano tenía que acatar
    las normas establecidas. Si lo relacionamos con Kant, podemos ver
    una contradicción en ambos sentidos y encontrar una vez
    más la justificación a la supremacía del
    Estado y al mismo tiempo su punto más vulnerable, el
    cuestionamiento de la soberanía
    .

    En este orden de eventos vamos entrando poco a poco en
    la etapa más representativa del mundo político
    contemporáneo. El pensamiento libre y la ineficacia del
    orden civil dentro de un mundo feudal llevaron al ser humano a
    inquirir sobre la legalidad del sometimiento de su voluntad a los
    deseos y designios de otra persona, por lo
    que la transformación del orden civil creó la
    competencia entre
    particulares y orden civil que además de
    toda esta filosofía, los particulares tenían
    más poder económico que el orden civil. En
    una interpretación inmediata podemos identificar dos
    razones por las cuales el cuestionamiento del orden civil es
    válido. Primero por que reprime la voluntad particular y
    la libertad del pensamiento se encuentra sujeto a las directrices
    de un grupo reducido de personas. Segundo por que en la riqueza y
    libertades generales se encuentran las respuestas a las
    necesidades básicas del individuo.

    En sí la revolución
    francesa representaba el Estado de Derecho y no tanto una
    revolución
    social ni mucho menos política puesto que la democracia no
    tenía aún las bases suficientes ni eficientes para
    implantarse. La revolución francesa fue superada por el
    individualismo de sus actores, ya que si entendemos la
    política como el espacio en el cual la actividad humana
    encuentra sus fines colectivos, su identificación social y
    reconoce y respeta las identidades de sus miembros, vemos que los
    principios de libertad, igualdad y fraternidad se agotaron en
    poco tiempo hasta que fueron retomados en la Segunda
    República con la democracia institucionalizada.

    Esto da como resultado la sociedad civil
    activa
    , que es la representación más clara de
    que existe un Estado democrático en el cual está
    plenamente identificado el ámbito de lo público y
    lo privado. Pero esta sociedad civil tiene también sus
    puntos vulnerables ya que en una sociedad democrática, la
    igualdad de oportunidades y la equidad en la
    justicia propician el desarrollo individual y fomentan a su vez,
    una escalada de intereses particulares y en consecuencia el
    conflicto político será más recurrente.
    Aquí la ventaja es que dentro de una sociedad
    democrática, el conflicto político puede tener
    soluciones
    más justas y apegadas a la ley que defenderá la
    razón y no el interés egoísta
    individual.

    De esta forma el individuo se convierte en rival de
    sí mismo puesto que el enemigo tendrá entonces los
    mismos derechos que él. Pero entendamos que el sujeto no
    es el centro del mundo, sino que él mismo es parte de un
    todo donde se encuentran concepciones distintas de lo que es el
    bien común que ha definido el pensamiento épico y
    mítico de la humanidad.

    Precisamente, es en política donde encontramos la
    convergencia entre lo político y lo gubernativo para
    entender lo que es un bien universal que permita definir y
    reducir el conflicto político, que requiere de un lenguaje
    analítico preciso comprensible a todos los
    actores.

    NARRACIÓN Y POLÍTICA

    El conocimiento del ser humano acerca de cómo
    dominar su entorno social y ecosistémico, además de
    permitirle la supervivencia social le permitió la
    supervivencia política. La historia cambia entonces su
    concepto, ya
    que sustentando nuestro argumento del conflicto político
    como algo inherente al desarrollo del hombre en sociedad, vemos
    que la historia es la convergencia de los intereses particulares
    supeditados a un ente rector general del orden social y que lleva
    a los individuos a buscar alternativas de organización,
    para crear normas de conducta universales donde garantizar la
    seguridad general eliminando libertades individuales.

    Kant dice que la historia es "el reino por excelencia
    de los contingentes"
    , en otras palabras, de los
    grupos. Este no es un argumento que se pretenda sea
    verdadero, sino que atiende a una necesidad utilitarista de la
    historia en la que se requiere la participación consciente
    de los ciudadanos. San
    Agustín hace una interpretación
    filosófica de los tiempos en que vive el ser humano en
    sociedad cuando enuncia:…"el pasado del presente es
    la memoria, el
    presente del presente es la visión y el futuro es el
    presente de la espera"
    …muy romántica su
    visión
    del tiempo pero muy inútil para el
    utilitarismo, el libertarismo de Rawls y el determinismo de
    Berlin ya que en los tres casos, la historia será un
    devenir obligado de consecuencias propias de los hechos
    presentes, así como el pasado será el recuerdo de
    nuestras capacidades y limitantes personales. Pero no existe un
    tiempo natural.

    El ser humano siempre ha necesitado de la universalidad
    de sus parámetros para realizar uniformemente sus
    actividades y permitir la coordinación de las acciones
    comunes. Para tal fin lo único que pudo crear y que se
    aceptó en todo el mundo fue la medición del tiempo (qué más
    podía desear) que se transformó en la
    medición de la historia tomando como base un inicio
    y un final que nadie sabe cuando
    llegará.

    Pero ¿de qué le ha servido el tiempo a la
    política? El
    conocimiento del supuesto orden histórico ha servido
    para legitimar el poder de todas las formas de gobierno con el
    argumento de que las sociedades necesitan de algo o alguien que
    los proteja y por lo tanto se necesita un cambio, o bien ya
    están hartas de sus protectores y necesitan lo
    mismo.

    La fuerza del gobernante depende en mucho de su
    capacidad de describir el momento histórico y de esta
    forma, conocer la aceptación o aversión de la
    sociedad hacia él. Un gobernante no puede someter su
    mandato a la fortuna que la identifica Maquiavelo
    como la voluntad de Dios, sino que es por medio de la
    virtú como el gobernante se hace amar y
    también temer y por medio de la cual puede vencer a
    la diosa fortuna. Entonces la política será la
    arena en la cual se mezclen tanto fortuna, virtú y
    sociedad con el gobernante como vértice de
    orden.

    Pero la historia tiene dos aplicaciones. Una la podemos
    considerar como algo hereditario, narrativo y empírico que
    no tiene nada que ver con las capacidades del individuo puesto
    que es un simple relato de nuestro pasado. Personalmente me
    atrevo a decir que la historia es de las ciencias que
    más parciales podemos encontrar ya que si atendemos a los
    fines de los gobernantes y a la historia en sí misma, el
    resultado será la historia de los vencedores.

    Los hechos denigrantes siempre serán ocultados a
    la interpretación pública. Es por esta y otras
    razones, que el hombre político no puede hacer juicios de
    valor determinantes, sino que tiene que hacer análisis que
    puedan orientar su pensamiento y por consiguiente sus acciones
    para seguir dominando a la sociedad. Tenemos entonces presente a
    la antinomia como razonamiento antes de hacer un juicio
    político.

    Entonces, si existen razones por las cuales debemos
    valorar si la historia es verídica o tendenciosa antes de
    considerarla como un hecho cierto ¿por qué no
    estudiar primero las circunstancias en las cuales los hombres
    escribieron la historia? La historia no determina nada acerca de
    la formación de los individuos, sino que es el desarrollo
    del orden como se formaron las sociedades y por lo tanto el
    pensamiento del ser humano. Kant determina a la revolución
    francesa como el momento histórico para el cambio del
    pensamiento liberal. Con la Declaración Universal de los
    Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789, se comprueba el
    deseo del hombre por conservar el orden general sustentado en
    los valores
    individuales y respetando el Contrato Social que según
    Rosseau, se podía basar en el consenso
    universal.

    Pero Kant derriba esta teoría de Rosseau cuando
    dice que dentro de la ideología de la revolución francesa
    predominó el conflicto. Esta divergencia no es mas que el
    resultado de la capacidad que el ser humano tiene de elegir.
    Tanto Rosseau como Kant tienen la verdad de su lado en la
    interpretación que cada uno de ellos hace del origen de la
    revolución francesa. La disyuntiva radica en la
    razón por la cual el orden puede ser instaurado, que para
    los fines que se seguían no interviene para nada con el
    objetivo de justicia buscado. Hobbes hace un análisis
    paralelo de la historia muy interesante, cuando identifica como
    punto cero al momento en que Rosseau lanza su
    Contrato Social.

    Es en este momento cuando se da el gran salto de Estado
    de Naturaleza a Sociedad Civil. Si lo comparamos nuevamente con
    un proceso matemático como lo hicimos anteriormente, vemos
    que el punto cero es el origen en la recta
    numérica donde antes del cero existen situaciones
    sociales que llevan al cambio, el punto cero es el
    momento histórico en que los intereses crean la
    confrontación y el conflicto que provoca el cambio por los
    medios que sean desincorporando los valores morales de la
    sociedad y el individuo y después del punto
    cero
    , se encuentran las consecuencias del pensamiento
    libre y las formas de organización posibles. Para terminar
    esta parte, es importante entender la distinción que Kant
    hace de formas de Estado y formas de Gobierno:

    1. Forma de Estado: Se refiere a la cantidad de
      titulares que representan al poder.
    2. Formas de Gobierno: Es la manera en que se
      ejerce el poder.

    LAS
    TRANSFORMACIONES HISTÓRICAS DE LA ENEMISTAD

    El hecho de que una sociedad procure una vida buena no
    significa que se desentienda de su entorno natural que es el que
    le ha permitido construir la comunidad
    dotándole de los elementos básicos indispensables
    para su supervivencia. Sin embargo, el ser humano por
    natura
    tiende al desorden y por lo tanto los conflictos
    con el entorno natural y social se presentan como una constante
    en su desarrollo ponderando sus creencias particulares sobre
    cualquier otro elemento constitutivo de la sociedad. Estos
    elementos se cubrirán de un elemento sacro para protegerlo
    de cualquier descalificación y a la vez sea aceptado
    incondicionalmente aún por encima del poder que emana del
    orden social mismo.

    Pero si el ser humano tiende por naturaleza al desorden,
    así mismo será proclive al desorden jurídico
    establecido en la sociedad. En esta inestabilidad social, la
    creación de grupos antagónicos es inevitable y el
    orden social será por consecuencia insuficiente para
    recuperar el equilibrio social creándose por lo tanto
    valores de amistad y
    enemistad social de acuerdo a los intereses
    defendidos.

    Esta situación puede ser llevada al extremo,
    iniciando por la incapacidad del diálogo
    mediante el cual se llegue a un acuerdo de paz. La
    degradación del enemigo es un factor que provoca violencia
    pero que es casi imposible de evitar en un enfrentamiento. La
    violencia siempre estará ligada a los valores, ya que
    cuánto más sea degradado el adversario, mayor
    será la calidad del triunfo. Este
    calificativo es aplicable a los migrantes, ya que su calidad de gente
    dependerá de su aceptación a las normas generales
    de conducta establecidas en un grupo determinado.

    En tanto se adaptan a las circunstancias culturales, sus
    labores sociales asignadas son aquellas que representan la
    denigración de la persona y que son consideradas indignas
    por el grueso de la población. Pero al momento de ser aceptados
    dentro del círculo social con valores morales, los
    migrantes no pueden hacerse dueños de la tierra ya
    que esta es propiedad
    ancestral y los naturales no están dispuestos a cederla.
    Su actividad económica será entonces el comercio por
    intercambio y no por producción. Sin embargo, el desgaste de los
    modelos y las
    normas sociales siempre requieren de un culpable y en este caso
    los extranjeros son el punto más vulnerable. Si bien en
    nuestros tiempos esta hostilidad ya no es tan extrema, la
    historia nos ha enseñado que el pueblo judío ha
    sufrido la persecución de los imperios y ha sido objeto de
    los castigos más infames que se le pueden aplicar al ser
    humano. ¿Podemos identificar entonces al pueblo
    judío como el enemigo absoluto?

    En los procesos económicos contemporáneos
    el concepto de enemigo es revalorizado y transformado en enemigo
    justo. Este cambio se debe a la capacidad del enemigo de
    enfrentar y responder a la violencia lo que provoca el consenso
    mediante la negociación ante el temor de la
    pérdida o derrota.

    El reconocimiento del enemigo justo se debe
    principalmente a los cambios en la integración social de
    las comunidades, lo que las hace más fuertes ya que la
    violencia ha cambiado su campo de acción
    y ha pasado de ser física a
    económica. Ya no se hace sufrir a los Estados enemigos
    mediante la destrucción de sus ciudades; ahora se le
    impide el comercio
    internacional y con ello la posibilidad de hacerse de los
    satisfactores indispensables para su sustento.

    Esto ha degenerado en un proceso llamado globalización que tiene aterrado a las
    sociedades incapaces de participar en el comercio mundial y cuya
    expectativa de desarrollo depende del apoyo de otros Estados. De
    acuerdo a la teoría marxista, el mercado crea nuevas
    modalidades de control y dominio y a la
    vez genera los medios para hacerle frente. Este proceso comercial
    lleva inherente una endoculturación y el intercambio de
    mercancías se realiza a la par del intercambio de
    costumbres, entonces el enemigo ya no será aquel que no
    comparte los valores, sino el que tiene otros intereses y los
    refleja lucrativamente en el mercado. Dentro de esta evolución de la sociedad, el concepto de
    enemigo se transforma a la par de los intereses y entonces nace
    el enemigo absoluto, puesto que dentro de un modelo
    económico que no considera la moral como
    valor y por lo tanto no tiene interés en ella, la
    competencia en el mercado será igualmente
    absoluta.

    Dentro del orden social los lazos de amistad crean las
    formas afectivas de aceptación de los valores morales y
    las divergencias entre intereses no son tan críticas como
    en sociedades abiertas. La identidad tiene más afinidades
    recurrentes mediante elementos que crean más que
    justificar las tradiciones y se refuerzan los valores y a su vez
    identifica los derechos de los individuos en sociedad. Estos
    derechos se pueden clasificar de una forma inmediata
    en:

    1. Civiles. Que son todas las actividades relacionadas
      con la seguridad individual del ser humano.
    2. Políticos. Procuran y garantizan la
      participación de los individuos en los asuntos
      públicos.
    3. Sociales. Determinan el orden de
      convivencia.

    Estos derechos buscan básicamente procurar un
    ambiente de
    armonía en la sociedad para lograr la tan deseada
    vida buena. Esta se puede lograr dotando a los
    ciudadanos de espacios en donde pueden ejercer su libertad
    garantizada por los derechos inherentes a la misma.

    Cuando el ser humano acata las limitantes que los
    derechos implican adquiere la calidad y cualidad de ciudadano. No
    obstante respetar las reglas de orden, el espacio de libertad
    siempre será insuficiente y por consecuencia el conflicto
    continuará como una constante en las sociedades.
    Aquí surge la fantástica idea de
    identificar como democracia al espacio donde se pueden discutir
    asuntos privados en espacios públicos. Según el
    autor, una de las finalidades de la democracia es neutralizar el
    conflicto al transformarlo en un diálogo en el cual los
    enemigos se someten y acatan las normas universales
    de conducta. Pero en los últimos 100 años, los
    filósofos han identificado una desbalance
    entre la capacidad del Estado para ser garante del espacio
    público ante el embate del poder económico que ha
    llevado al Estado a ceder una parte de su soberanía, al ponderar en la tribuna
    pública el discurso por
    intereses de grupo o clase por encima de los interese universales
    de la sociedad.

    Esta incapacidad del Estado de enfrentar y superar el
    poder económico ha polarizado a la sociedad creando grupos
    opuestos que ya no reconocen los valores universales y por ende
    la dinámica social se lleva a los extremos creando una
    convivencia de enemistad más que de amistad. Pero no
    veamos este fenómeno como un evento aislado ya que sus
    consecuencias son en verdad críticas.

    Esta disparidad entre el poder político y el
    poder económico ha llegado a extremos tan graves que la
    humanidad acaba de celebrar el LX Aniversario de la
    liberación de Auschwiets. Sin embargo, el deseo por el
    control político ha rebasado las fronteras
    geográficas dando lugar a la creación de bloques
    nacionales conocidos como Estado-Región y por el cual la
    participación en el mercado mundial se hace más
    equitativa, por no entrar ya en el dilema si las condiciones de
    participación son justas para los actores políticos
    y económicos. Por esta agrupación de Estados nace
    el concepto ahora de enemigo potencial, que no es otra cosa que
    el reconocimiento de la competencia y la posible pérdida
    de los espacios ganados ante las alianzas comerciales que en caso
    extremo representan igualmente alianzas militares.

    La política se ha desgastado brutalmente, su
    valor de conciliación ya no es garantía de consenso
    y por lo tanto su apreciación como vínculo social
    será superado por los simples valores morales. El entorno
    hostil de la sociedad es buen lugar para recuperar estos valores,
    siempre y cuando el discurso vaya encaminado a este objetivo y no
    se consideren alternativas de consenso con objetivos distintos a
    los planteados.

    Mediante esta convivencia hostil se puede recuperar la
    identidad perdida o deformada sin entrar en la
    clasificación de amigos o enemigos.

    Pero si el consenso es poco menos que imposible, el
    Estado cuenta con el monopolio de
    la violencia y por ende la represión se convertirá
    en la herramienta de control social, aunque igualmente la
    historia nos ha enseñado que cuando este método se
    eterniza termina por derrocar al poder mismo y dar lugar a otro
    sistema de orden.
    El consenso busca determinantemente la aceptación y
    reconocimiento de los derechos de todos cuando la relación
    entre política y moral ya no es suficiente ni tampoco
    eficiente para armonizar la convivencia.

    EL ARTIFICIO DE LA SOCIEDAD CIVIL

    El zoon politikon no es un producto
    natural
    . El reconocimiento del derecho y la
    participación del individuo en los asuntos que competen a
    la sociedad ha creado y estructurado a la sociedad civil. Pero
    independientemente de las formas de gobierno, modos de
    producción y etapas históricas ¿siempre
    ha existido una sociedad civil? Me atrevo a decir que
    si.

    Las condiciones históricas no han permitido la
    identificación del potencial que esto representa, sin
    embargo las características de los grupos
    sociales siempre han sido las mismas: orden social, normas de
    conducta, derechos y limitantes así como un órgano
    de gobierno o poder. La sociedad civil existe debido a la
    existencia de un gobierno y este a su vez, es producto de un
    orden social natural que se perfeccionó. La
    secularización del poder representa la existencia de la
    sociedad civil tal y como la conocemos ahora. Tenemos dos
    teorías que hacen propuestas distintas para justificar la
    existencia de la sociedad civil:

    1. El principio de justicia hace posible el orden
      civil, que es precisamente los que plantea
      Hobbes.
    2. La legalidad trasciende el arbitrio de los
      individuos y se crean las condiciones para implantar una
      justicia universal, como lo plantea Locke.

    En ambos casos, la sociedad civil se reconoce como un
    ámbito diferente del Estado con una capacidad de
    organización social independiente del poder
    político. Hobbes enuncia que mediante el Contrato Social
    los individuos ceden todo el poder al Estado, la teoría
    antiabsolutista considera dos tipos de contratos:

    1. Pacto unionis. "Es la necesidad que
      tienen los ciudadanos de crear un orden institucional que
      permita coordinar sus acciones y así superar el estado
      de naturaleza y sus desventajas"
      .
    2. Pacto subjetionis. "Los ciudadanos
      constituyen el Estado como un medio para garantizar la
      vigencia del orden institucional que ellos mismo han
      creado"
      .

    En ambos casos, la legitimidad del poder del Estado se
    encuentra sustentada por el consenso que la sociedad civil tiene
    como ámbito social creado por los ciudadanos para ejercer
    la libertad dentro de un marco legal. Este marco legal reside en
    la capacidad de los ciudadanos de distinguir entre el bien y el
    mal lo que representa la capacidad de la sociedad de hacer
    política y le quita al Estado el monopolio del consenso
    sobre la justicia que debe ser tan solo un instrumento para
    garantizar el orden y no para condicionarlo. Tenemos entonces una
    relación natural entre sociedad civil y democracia,
    entendida esta ultima como la capacidad de los individuos de
    alcanzar acuerdos comunes sobre los intereses particulares y se
    convierte así mismo en la continuidad de la sociedad
    civil.

    Pero viene Adam Smith con
    su pensamiento económico y dice que la organización
    social se encuentra sometida al ciclo económico. Esto lo
    defiende a partir de la propuesta de que el intercambio
    económico produce cambios en la estructura de
    la sociedad y este a su vez se vuelve más dependiente de
    un órgano rector del orden. De esta forma la legitimación del acuerdo político
    para garantizar el desarrollo
    económico se convierte un la bandera política
    del capitalismo a
    través de la democracia, entendida esta última como
    forma de consenso y acuerdo. Pero Montesquieu ya
    había establecido que las formas de gobierno, ya sean
    puras o impuras, se crean y se destruyen por la evolución
    social y ésta se encuentra condicionada por el
    comercio.

    Así es como se van formando las identidades que
    provocan los cambios en la sociedad y que a su vez, reclaman el
    reconocimiento de otras sociedades. Esta actividad
    económica la clasifica Hegel en tres
    básicas:

    1. Agrícolas. Representa al núcleo
      familiar.
    2. Industriales. Representa a la sociedad
      civil.
    3. Universales. Representa a la
      administración del Estado.

    La interrelación de las tres actividades
    anteriores requiere de un orden establecido al que deben estar
    sometidos todos los ciudadanos y principalmente aquellos que
    representan la actividad del Estado ya que un poder judicial
    sometido impide el Estado de Derecho. Pero Hegel va más
    allá de la simple contemplación del orden social.
    Para Hegel la lógica
    del mercado no conduce a un equilibrio en los factores de
    producción sino al desigual reparto de la
    riqueza.

    Por esta razón considera que la existencia de
    instituciones de asistencia pública representa la
    incapacidad del Estado de superar esta situación y degrada
    los valores
    humanos fundamentales atentando contra la dignidad y
    autonomía del individuo. Es conveniente recuperar la
    interpretación de policy original. Representa la
    capacidad de la sociedad de buscar los medios indispensables para
    realizar labores comunes con objetivos compartidos. La
    policía es entonces un orden propio de la sociedad civil
    que le permite realizar y administrar la justicia en todos sus
    ámbitos mediante la agrupación de individuos en
    tareas determinadas. Esta agrupación se presenta por medio
    de corporaciones con representantes que según Hegel deben
    formar parte del poder
    legislativo sin perder la noción de sus representados
    y los intereses relacionados. ¿Es esto una democracia
    representativa? En teoría sí.

    Lamentablemente la práctica está muy lejos de
    ser lo que se pretende debido a los conflictos de intereses que
    no se pueden limitar en una sociedad dispersa y enemistada aunado
    a que las autoridades elegidas mediante procesos
    democráticos han fabricado toda una estructura orientada a
    dispersar los intereses comunes y con ello minimizar el impacto
    de ineficiencia del Estado. De acuerdo con Hegel, la
    relación entre sociedad civil y Estado no debe estar
    sustentada en el proceso democrático, sino el la
    relación corporativa que permita la integración que
    requiere la unidad política dentro del desarrollo
    económico global.

    Para la teoría marxista, la sociedad civil se encuentra
    dominada por las condiciones de comercio o mercado ya que la
    producción requiere de la unidad de la sociedad. Sabemos
    de antemano que las mercancías tienen dos valores, uno de
    uso y otro de intercambio. Pero el equilibrio necesita de una
    orden entre producción y demanda para
    que la competencia entre productores no otorgue ventajas
    adicionales a las naturales del proceso productivo. Marx defiende
    que la lucha de clases se encuentra cubierta por la competencia
    entre propietarios, donde el Estado, lejos de ser una instancia
    reguladora, se ha convertido en un instrumento más en la
    lucha de clases y aún más, se ha convertido en una
    mercancía para los productores interesados en las normas
    de comercio e intercambio.

    Para Marx la sociedad civil es el resultado de la lucha de la
    burguesía contra el Estado absolutista ya que el poder
    adquirido por la burguesía logró someter al Estado
    a sus intereses. La teoría marxista supone que al suprimir
    la inequidad de los propietarios del capital con los propietarios
    de la fuerza de producción se crearán las bases de
    una sociedad donde se elimine la dominación.

    Ahora viene Gramsci que define a la sociedad civil como una
    parte de la superestructura en la que se presenta el consenso
    social. Mucho tiene de razón ya que en la superestructura
    se definen las políticas que dominarán a la
    estructura, en este caso, que es el lugar donde se encuentran las
    clases
    sociales divididas y en conflicto y por lo tanto no pueden
    ser consideradas como sociedad civil. Pero el Estado ha perdido
    su orientación de protección hacia la sociedad y
    también la mayor porte de su legitimación debido a
    dos fenómenos contemporáneos: uno es el derrumbe de
    los regímenes comunistas que terminaron con el equilibrio
    político mundial y con ello la balanza
    comercial se inclinó definitivamente hacia el
    capitalismo, creando toda una teoría de supremacía
    total; el otro por la desaparición del Estado de bienestar
    debido a que la creación de condiciones de asistencia
    social rebasaron la capacidad de atención del Estado.

    Por ello, la supuesta coincidencia de la sociedad civil con el
    mercado mundial carece de fundamento político puesto que
    limita el concepto de sociedad que los clásicos nos
    enseñaron, ya que en su esencia contiene los valores
    morales, religiosos y políticos del ser humano y dentro de
    la estructura económica no se considera su posición
    más allá de un simple espacio de intercambio y
    productividad.

    EL
    CONFLICTO DEMOCRATICO

    El juego de la
    democracia se basa en la búsqueda del dialogo
    político a fin de resolver conflictos sociales, buscando
    la estabilidad social en un orden universal. La democracia en
    sí es una respuesta a la pluralidad de la sociedad que
    responde supuestamente al interés del Estado de proteger a
    la comunidad y procurarle las condiciones mínimas de
    desarrollo.

    El éxito
    de la democracia depende entonces del equilibrio político
    entre Estado y sociedad que Weber dice se
    debe a que los miembros del parlamento y el titular del Poder
    Ejecutivo son elegidos mediante la participación
    directa de la sociedad y esto representa la conexión
    inmediata entre los ciudadanos y el Estado. Pero la democracia no
    va más allá del proceso electoral. Se ha disfrazado
    como democrático al proceso de elección del Poder
    Legislativo de la sociedad, pero los intereses representados en
    la tribuna pública son más de grupo o partido que
    de la sociedad en sí, por lo que la democracia, podemos
    decir, es temporal y excluyente. Para Schmitt, la democracia es
    una forma ineficaz de ejercer el poder ya que se justifica una
    organización parcial de orden sin una posibilidad real de
    llegar a la tan deseada posición original o
    alcanzar el bien común o la vida buena.

    La democracia no representa la voluntad general al momento de
    definir las acciones de gobierno y esto lo demuestra la historia
    no nos permite hacer quimeras de la verdad política. Esta
    voluntad se ha convertido en una mercancía más
    dentro del mercado mundial de poder.

    Tenemos ahora a Kelsen que describe a la democracia como un
    punto de apoyo en los valores que guían a la ciencia. La
    sustenta en el supuesto de que no existe un valor absoluto y por
    consecuencia tampoco existirá un opuesto absoluto.

    Por lo anterior deducimos que Kelsen considera como primordial
    el valor de la libertad sobre el valor de la igualdad. Esta
    propuesta resulta fundamental para la interpretación
    política, ya que la filosofía contemporánea
    ha considerado a la libertad como el valor fundamental del ser
    humano y es por esta libertad por la que se han planteado los
    movimientos sociales más representativos de los
    últimos 200 años. Sin embargo, el riesgo de que la
    democracia cumpla con su objetivo, que es el de permitir la
    representación de la sociedad en los procesos legislativos
    y ejecutivos de un Estado, puede ocasionar la desaparición
    de esa forma de gobierno ya que el desgaste político y
    social impiden la renovación del Contrato Social
    así como impedir conservar el equilibrio entre Estado y
    sociedad.

    Otro argumento de la democracia es su lugar de encuentro entre
    el Estado y la sociedad a través de la soberanía,
    la cual ha reformado su interpretación histórica
    pasando de ser una facultad otorgada por la sociedad al Estado, a
    ser una legitimación de la existencia del Estado
    aún cuando este se desentienda de su objetivo social.

    La historia de los movimientos sociales por el reconocimiento
    del Estado hacia sus valores morales y políticos implica
    una lucha por el poder y pone en juego el valor de la
    soberanía como legitimidad del Estado. Pero el poder no es
    un objeto de intercambio ni mucho menos de producción en
    masa, el poder representa capacidad a diferencia de la simple
    fuerza coercitiva o represiva.

    Sin embargo, el Estado ha utilizado este poder como forma de
    garantía del Estado de Derecho y gracias a ello mantener
    la sana convivencia social, aunque los medios no sean los
    adecuados ya que debe buscar el consenso antes que el
    enfrentamiento.

    REFLEXIONES
    FINALES

    Para Hanna Arendt la política es el espacio constituido
    por individuos que al reconocerse como sujetos libres establecen
    una igualdad entre ellos, por lo que en esta convivencia no esta
    en juego solamente la supervivencia del grupo sino el bien
    común. Para Schmitt, la base del mundo humano es la
    pluralidad, la cual llena a la sociedad de elementos que proveen
    valores y estos a su vez, dotan de identidad al grupo. En ambos
    casos, los valores surgen como discordia de acuerdo y provocan el
    conflicto debido a que la convivencia no es de ninguna forma
    pacifica por naturaleza.

    La convivencia implica desigualdad tanto en el derecho como en
    la propiedad reconocida y para que exista el concepto de
    propiedad es necesaria la existencia de una necesidad y el
    intercambio para darle un valor. La democracia pretende atenuar
    los efectos de estas desigualdades buscando la paz social que
    impida el conflicto, pero si esta acción es prolongada,
    puede dar lugar al estallido de conflictos más graves
    debido precisamente al desgaste político en el juego de la
    sociedad.

    El uso de elementos de identificación entre el Estado y
    la sociedad permite la existencia del vínculo
    jurídico necesario para la práctica política
    y con ello alcanzar a valorar en su justa dimensión las
    características propias de la sociedad. Arendt reafirma el
    argumento de Marx que la pobreza no es
    el producto de la escasez natural,
    sino un problema social y político cuyo origen se
    encuentra en la violencia
    social, manifestada como desigualdad económica y
    jurídica puesto que el derecho garantizado de unos
    representa el desamparo de otros.

    Por lo anterior, el conflicto es considerado como el reflejo
    de las contradicciones presentes en la economía social.
    Vemos entonces que la visión marxista del conflicto
    político es parcial puesto que no reúne en su
    análisis los elementos sustantivos del desorden social, lo
    cual sí se hace desde la autonomía política.
    Aunado a esta corta visión social, el terror
    político relacionado con el poder del Estado ha sido
    considerado durante un periodo muy largo como la solución
    extrema del conflicto político, cosa que la historia nos
    ha demostrado que es la solución representativa de la
    incapacidad del Estado de proveer los medios necesarios para
    crear una paz social o alcanzar el objetivo de la vida buena.
    Derivado de esto, las revoluciones tampoco son la respuesta al
    conflicto que representa la incapacidad del Estado. Sus
    resultados, positivos o no positivos para el conflicto por el
    cual se generó, tiene un impacto a muy corto plazo por lo
    que el conflicto será recurrente mientras no se instaure
    un orden constitucional.

      

    ENRIQUE SERRANO GÓMEZ

    JULIO CÉSAR GARCÍA RAMÍREZ

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE
    MÉXICO

    FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y
    SOCIALES

    SISTEMA DE UNIVERSIDAD
    ABIERTA

    FILOSOFÍA Y TEORÍA POLÍTICA
    CONTEMPORÁNEA

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